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¿Nueva energía Argentina? Política, ciencia e industria del litio (página 2)



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Además de estos emprendimientos privados existen otros públicos. El Gobierno de Jujuy, a raíz de declarar al litio «recurso natural estratégico»10, creó la empresa Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado (jemse), que es de propiedad provincial y tiene participación en los proyectos de extracción de litio. La empresa gozará de un porcentaje de entre el 5% y el 8,5% de la producción de carbonato de litio de las explotaciones, que podrá venderla o utilizarla en el mercado argentino. De hecho, si el país quisiera contar en un futuro cercano con el elemento químico litio, esta es la fuente más pal- pable que puede utilizar. Así, la intención de la provincia parece ser ligarse al Estado nacional para potenciar su capacidad técnico-científica y tener un pie en cada sector (exploración, extracción y eventualmente, industrialización) obteniendo las inversiones de fuera bajo el reaseguro de contar con un porcentaje del recurso que le permita llevar adelante la construcción de baterías, forjando una suerte de «cluster del litio» local. Sin embargo, hoy por hoy jemse parecer estar, antes que nada, abocada a captar la renta de los emprendimientos privados mineros, petrolíferos y de oro, que es una de sus últimas ilusiones. Aunque su creación y emplazamiento estratégico es muy interesante, jemse está lejos de constituirse con una visión de futuro que le permita oficiar de palanca del desarrollo tanto en el terreno del litio como de innovación; antes bien, parece estar atada al puro -seguramente gris- papel de «hacer negocios». El resultado, en este sentido, no es nada alentador, más teniendo en cuenta que supuestamente debería operar en el amplio abanico de las energías, incluyendo las alternativas (Entrevistas a Marcos Calachi y a Guillermo Ricci). Bajo este panorama, es preciso que la orientación puramente «economicista» de esta empresa estatal-provincial, que en su sentido original parece prometedora, se modifique.

La apuesta por la ciencia y la tecnología

No caben dudas de que el desarrollo científico-tecnológico es vital para poder confeccionar las baterías en el país. En este sentido, las políticas de las provincias que poseen el recurso en su articulación con la Nación han sido marcadamente diferentes.

Monografias.comEn Jujuy, resultó significativa la designación de Rodolfo Tecchi como Ministro de Educación, dado que ha sido uno de los primeros en identificar al litio como recurso estratégico, y es uno de los principales impulsores de la industrialización, con fluidos contactos con el área de ciencia de la Nación11. Al asumir a principios de 2012, creó la Secretaría de Ciencia y Tecnología en la provincia (dentro de la cual designó a otro especialista en el mineral, el economista Lizardo Gonzales). En efecto, a tono con la declaración del litio como mineral estratégico, el gobierno de Jujuy puso en marcha la construcción del Centro de Desarrollo Tecnológico «General Savio» -nombre simbólico que remite al promotor desarrollo industrial del acero argentino jujeño en manos del Estado-. El centro, inaugurado a fines de 2012 para estar en marcha en 2014, se encuentra en la antigua sede de Altos Hornos Zapla y fue impulsado por las áreas de producción y de educación provincia- les, apoyado por el mctip. Aun sin personal ni equipamiento, se espera sea equipado desde Nación, y el conicet instaló allí el Centro de Investigaciones y Transferencia-Jujuy (cit), sondeando las oportunidades de contar con los recursos humanos necesarios en sintonía con la Universidad local12. El «polo teconológico», que estaría «en red» con otros centros de investigación del país al compás de la «federalización» que propugna el conicet, se abocaría a la investigación del litio, pero también de otros rubros, como recursos mineros, alimentos andinos y energías alternativas, dado que espera a futuro no aislarse en una sola oportunidad de desarrollo: «para no repetir lo que sucedió con el acero de altos hornos…» (Entrevista a Lizardo Gonzales). Dado que en la provincia no hay gente aun formada en batería de Ion-Litio, se piensa radicar una investigadora formada en el inquimae que a pasado varios años en el extranjero, la Dra. Victoria Flexer. Lamentablemente, el subsidio solicitado al área de ciencia nacional para este proyecto -que había sido confeccionado por una suerte de mixtura del eje La Plata-Córdoba y Buenos Aires-Jujuy e incorporaba fondos para bienes de capital de casi toda la cadena de valor– obtuvo en el año 2015 $11millones de los $40millones presupuestados, comprometiendo el plan de trabajo.

Monografias.comMonografias.comDesde la provincia, juzgan al Centro de Desarrollo como una de las tantas iniciativas que poseen en torno al litio para realizar un área de desarrollo que no se circunscriba a la simple exportación del mineral. A fin de paliar la ausencia de profesionales capacitados, actualmente hay ocho jóvenes jujeños recibidos o en proceso de realización de tesis, que se están formando e investigando en usos y aplicaciones del litio en el Instituto de Química Física de los Materiales, Medio Ambiente y Energía, en la Comisión Nacional de Energía Atómica, entre otros. Con ello, se busca generar recursos humanos que se dediquen de pleno a la investigación, y a las posibles aplicaciones del carbonato del litio y sus derivados. A tono con este perfil, en 2015 se inauguró la «Escuela del Litio», que ofrece encuentros periódicos para que los profesionales jóvenes de la provincia puedan capacitarse con científicos del país y el exterior. En paralelo, la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu) no solo posee una carrera de ingeniería de minas en la Facultad de Ingeniería, sino que bajo el nombre de «Las oportunidades en el mercado internacional para la región del noa a través de la exportación del litio», los investigado- res y alumnos de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNJu, dirigidos por Lizardo González, crearon el observatorio del litio13. Este equipo desde hace un par de años realiza un estudio sobre la cadena de valor del litio, buscando determinar cuál es el mercado actual y potencial del litio y las baterías, con el propósito de contribuir a la investigación del recurso. Te- niendo en cuenta este panorama provincial, no es una casualidad que en septiembre de 2013 la secretaria de Planeamiento y Políticas del mctip, la Dra. Ruth Ladenheim, haya viajado a la ciudad de San Salvador para dar a conocer los lineamientos más importantes de política científica, tecnológica y de innovación en el país para los próximos años14. En suma, la Provincia de Jujuy parece encarar fuertemente el intento de potenciar la capacidad intelectual para vérselas con el agregado de valor al recurso.

Monografias.comSin duda diferente es el perfil que propician los gobiernos de Catamarca y Salta, donde predomina la intervención de las universidades nacionales en sintonía con la extracción minera. Según el director de minería de Sal- ta, la universidad nacional local cumple un papel brindando «asistencia a las empresas» sea en los estudios de impacto ambiental, proporcionando información geológica u otros servicios (Entrevista a Ricardo Salas). En Catamarca la tónica no es muy diferente. La Universidad Nacional de Catamarca, con el afán de darle impulso al tema del litio, ayuda en la búsqueda de nuevos yacimientos en lagunas y salares de la provincia, a partir de una investigación de la cátedra de Sedimentología de la carrera de Geología, dirigida por Lorenzo Parra, ex directivo de la empresa Minera del Altiplano. Desde la Cátedra se sostiene que con base en este proyecto, pretenden aportar a la Secretaría de Minería la información necesaria para que convoque a las empresas interesadas en invertir15. Por esta vía, la Universidad Nacional de Catamarca creó el Laboratorio de Tecnología de Información Geoespacial, para fomentar y mejorar la gestión de la in- formación geográfica.

Sin embargo, es preciso mencionar que la Decana de la Facultad de Ciencias Exactas, la Dra. Elina Silvera Buenader, con el apoyo del eje cien- tífico de «La Plata-Córdoba» ha montado un laboratorio de electroquímica, baterías de litio, celdas de hidrogeno etcétera, con subsidios de conicet, agencia, la propia universidad, pero sin especial respaldo por parte del gobierno provincial. El proyecto apunta a contar con un laboratorio que además de las investigaciones vinculadas al desarrollo de fuentes de energía para la industria automotriz se puedan realizar estudios arqueológicos y de medio ambiente. En ese marco, un laboratorio estaría liderado por la doctora Rita Humana, oriunda de la ciudad catamarqueña de Belén, discípula de Visintin e integrante del conicet. En definitiva, más allá de intentos rescatables como el recién mencionado, el área de investigación desde la perspectiva de estos dos gobiernos provinciales está a tono con la política más general hacia la minería, donde prevalece el interés de atraer inversiones privadas a la explotación emulando al perfil chileno, de modo que la producción de conocimiento no tiene más propósitos que ser su soporte, aunque se pre- sente de modo más amable.

Vale aquí traer a colación la política de la Secretaría de Minería de la Nación. Por un lado, sobresale su llamativa ausencia de toda tarea que no sea la de propiciar la más pura extracción minera, desatendiéndose de la industrialización. Además, la inexistencia de un polo de investigación de los recursos mineros al servicio de un desarrollo del país sustentable resulta también preocupante. Por el otro, y paradójicamente, el área de minería utiliza el halo «verde» del litio en cada ocasión que le es posible para legitimar toda la práctica de la minería, y no es el único sector que lo utiliza. Así, se sostiene un doble discurso que no asume los problemas ambientales de la minería así como el agregado de valor real y sustentable.

Monografias.comMonografias.comMonografias.comEn Buenos Aires, el inquimae es un instituto que trabaja sobre la producción del litio, haciendo principalmente «ciencia básica» y experimentando con la oportunidad de realizar baterías de litio-oxígeno, las cuales serían más potentes y tendrían un mayor rendimiento. La dificultad que presentan es que se encuentra en un estado muy experimental aún16. El mismo instituto, bajo la dirección de Ernesto Calvo, se encuentra desarrollando una técnica para extraer el litio con una muy baja utilización de agua, que es uno de los mayores problemas ambientales que depara la explotación (Entrevista a Ernesto Calvo). Ya para el 2014, el inquimae estaba trazando una articulación con la Provincia de Jujuy y el conicet para aplicar esa técnica en la extracción de litio . Adicionalmente, no olvidemos que no son pocos los que se están formando en el conocimiento profundo de baterías de litio, tal cual aseguraba Arnaldo Visintin cuando se le mencionó que actualmente no son mucho más de 5 los doctores que manejan la problemática: «que pronto van a ser 15, que pronto van a ser 20, y ojalá que vengan de Bolivia y envíen gente a hacer el doctorado acá»17. Como caso ilustrativo, en el conicet la entrada «litio» arroja 127 resultados en el área de ciencias «duras» (67 de las cuales pertenecen a Buenos Aires y 10 a Jujuy, Salta y Catamarca), y 3 en ciencias sociales y humanidades (de Buenos Aires), además de 56 en- tradas por becarios18. La descompensación es significativa, territorialmente y por disciplinas. A su vez, resultaría fructífero poder encarar una cooperación científica muy fluida, así como sucede en otros campos en Argentina, muy claramente en el de la biotecnología, que cuenta con una red transnacional y transinstitucional sólida, además de la consabida aplicación en emprendi- miento productivos concretos (que cuando sirve al agronegocio, vale aclarar, no es precisamente elogiable) . Por último, ya en el nivel medio de las es- cuelas técnicas, una suerte de cantera de lo que vendrá, resulta alentador que estudiantes y docentes de ochenta escuelas técnicas de todo el país (49 públicas) desarrollan prototipos de vehículos medioambientales, de tracción eléctrica, que participan en el Campeonato Argentino de Autos Ecológicos, donde gana quien administra mejor la energía19. En esta dimensión, parecería que a futuro no faltarán los especialistas formados en la problemática que nos convoca, lo que nos lleva a explicitar la necesaria presencia de un entramado productivo de las baterías que les de lugar.

Una nueva oportunidad de fabricar baterías de litio en Argentina radica en la asunción del proyecto por parte de ypf Tecnología (ytec). Creada recién a fines de 2012, ytec es una empresa pública conformada por ypf, ahora nacionalizada, y el conicet, y tiene como misión investigar, desarrollar, producir y comercializar tecnologías, conocimientos, bienes y servicios en el área de petróleo, gas y energías alternativas. Esta última área tiene por objetivo principal dedicarse a las baterías de litio. En Berisso, con un costo de U$D 30millones, proyectan la construcción de su sede y de laboratorios, uno de los cuales estará dedicado especialmente a las investigaciones relativas al litio y las baterías. Gran parte del conjunto de técnicos e investigadores que más experiencia poseen (Arnaldo Visintín, Ezequiel Leiva, Daniel Barraco, Osvaldo Cámara) llevaron sus trabajos allí desde fines de 2013. ytec forma parte, asimismo, del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas sobre Litio y sus aplicaciones, a establecerse en Jujuy en la antigua sede de Altos Hornos Zapla que arriba reseñamos. Ambos proyectos estarían en construcción.

En principio, la ytec no se abocará a la producción concreta de baterías, su propósito reside en profundizar en las investigaciones para que esa tarea sea finalmente posible, creando procedimientos químico-eléctricos, patentes, etcétera, ofreciéndolos en el mercado local. En la sede a construir en Berisso-La Plata se espera montar un laboratorio junto a una planta industrial piloto (con una estructura muy flexible para generar baterías diversas), bajo la idea de abastecer de acumuladores especiales en pequeña escala (ffaa, Satélites, demandas de diseño, etc.) o a compradores ocasionales hasta que consigan proveedor (baterías de motos o bicicletas). Serían baterías de litio-hierro-fosfato que ayudarían a que ytec sea auto-sustentable. En términos concretos, la idea es traer la tecnología para hacer las celdas, lo que llaman la «automatización industrial» (lo que llamamos paso 3), con el objetivo de comprenderla y conocer la «escala» de fabricación porque la «cocina química», el conocimiento científico primero, es de lo que mejor y más se sabe en Argentina. Mientras se proveería al mercado de baterías de litio-hierro-fosfato, a nivel químico se seguiría progresando en litio-silicio por ejemplo, que sería la última generación de baterías (Entrevista a Juan Zagorodny).

Sobre el perfil de la comercialización, por un lado, asumen que si se propusiesen fabricar baterías, con el respaldo de conicet e ypf, podrían tener «una tasa de rentabilidad altísima», pero afirman que no quieren ser un «monopolio» y que imaginan «muchas empresas de batería de litio compitiendo» (Entrevista a Juan Pablo Zagorodny). En ytec arguyen que el objetivo consiste en montar la planta piloto, como paso inicial, y una vez consolidado, con la batería en la mano, comercializar las patentes, seguir investigando, y participar, aunque sea en pequeña escala, en el mercado de las baterías (Entrevista a Gustavo Bianchi). A mediados de 2015, ytec consiguió el financiamiento para importar el bien de capital de capitales privados jujeños, resta aun ver cuál será la participación de ytec en esta apuesta, dado que ella es la empresa pública.

Entre los elementos a considerar en esta tentativa encarada por ytec es necesario mencionar que arrastra las consecuencias que sobrevinieron luego de los contratiempos surgidos en el Programa Conectar Igualdad, condenada a reproducir cierto aislamiento último tanto institucional (no hay contactos con el inti, con otras empresas del rubro, con el Ministerio de Industria, con las empresas electrónicas de Tierra del Fuego), como disciplinario (no hay un pensamiento interdisciplinario que integre áreas clave, como la económica), como general (la asunción de la investigación en baterías la asume ytec, sin que fuese una política de Estado coordinada, planificada, consensuada).

En paralelo, más que la comercialización de las investigaciones y patentes que genere ytec -que puede derivar en que se recree la extraña apuesta de Sol.ar o que ypf desaproveche la oportunidad de ponerse a la cabeza de este vector energético central-, sería esperable que ypf asumiese su producción, aunque ciertamente esto podría llegar a suceder en el momento en que los acumuladores de energía tengan una existencia palpable. Sería preferible claramente que ypf controle la producción como una apuesta a un mercado energético a futuro de gran escala, clave para el país, asociándose con empresas de rubro posiblemente, antes que propiciar llanamente «el libre juego del mercado». De todos modos, la entrada en el campo de juego de ytec resulta esperanzadora, por una serie de motivos: es un centro de investigación abocado especialmente a la energía y pivotea fuertemente entre la investigación y el mercado, ambos espacios neurálgicos a la hora de sondear las posibilidades de las baterías de litio. Además, posee un respaldo holgado de capital, puesto que para ypf la inversión en litio es una nimiedad si se compara con su plan general de inversiones; siempre y cuando exista la decisión política de encararla. Por último, ytec es una iniciativa con presencia federal controlada en su mayor parte por el Estado Argentino, brindando así la posibilidad de que sus avances sean a la vez fruto y usufructo del país como un todo.

Geopolítica de la industria energética en Sudamérica

Pese a contar con la mayor cantidad de reservas probadas y económicamente
rentables, la «Arabia Saudita del litio» que componen Argentina, Bolivia y Chile
tiene todavía un trayecto por recorrer para contribuir con una sociedad
pos-fósil. En este sentido, es necesario brindar un mínimo panorama
de losMonografias.comotros países.
Por ahora, el interés de Chile radica en exportar la materia prima en
su estado purificado (99,6% «grado batería»), buscando controlar el precio
y el mercado (son el principal exportador del mundo de carbonato seguidos por
Argentina) y no muestra intención de realizar la batería y tam-
poco de construir una suerte de «opep del litio» u «oproli» (Organización
de los Países Productores de Litio); más cerca del libre mercado
que propicia la Alianza para el Pacífico que de perfiles protectores
más comunes en el Mercado Común del Sur (Lagos, 2009). Chile es
un país de tradición mine- ra, y lo cierto es que no posee actualmente
capacidad técnica para realizar baterías y prefiere comprarlas
al bajo precio que le ofrece su mercado des- regulado, amén de que no
cuenta con una gran demanda. Así, el desinterés por realizar una
estrategia fuerte de agregado de valor es tanto fruto de las políticas
neoliberales del país trasandino como de sus debilidades, concentrándose
en tallar fuerte en el precio mundial del simple carbonato de litio. Más
allá de este panorama de base, la Comisión de Energía y
Minería del Senado de Chile advirtió sobre el riesgo de perder
la primacía en el merca- do dada la producción Argentina y Australiana
al tiempo que advertía de la necesidad de incorporar valor al recurso,
hecho patentizado en la reciente creación del «Centro de Innovación
del Litio», cuyos principales integrantes son también los de las grandes
empresas mineras de litio chilenas. En este sentido, aunque Chile lleva adelante
una experiencia sencilla, simplemente exportar litio en su estado primario,
comienza a advertir que esa apuesta debe convivir con otra ligada a tratar de
apalancar el agregado de valor20.

Lo que acontece en Bolivia es, por el contrario, bastante más
interesante, puesto que el Gobierno Plurinacional ha decidido ejercer un férreo
control sobre la mitad de las reservas mundiales de litio, hasta lograr confeccionar
la batería. Hoy por hoy, para lograrlo se encuentra investigando sus
propios modos de extraer el litio, tarea que no le está resultando del
todo fácil, dado que es técnicamente más difícil
que en los países vecinos por la significativa presencia de magnesio
y por las precipitaciones que retrasan la concentración por evaporación.
Siendo así, la planta piloto anunciada que produciría litio y
potasio no entró aún en operaciones. Seguidamente, la estrategia
de industrialización se ha inclinado cada vez más hacia la articulación
con socios extranjeros, pero de manera errática. La asociación
con la coreana Kores-Posco en el año 2012 parecía provechosa,
puesto que es una de las mayores empresas de producción de baterías
y se mostraba dispuesta a realizar una importante transferencia tecnológica.
Sin embargo, esta sociedad se encuentra en riesgo por un problema de patentes
y diferencias respecto al control del recurso, motivo por el cual la empresa
tendrá una presencia mayor en Argentina, particularmente
en el Salar Cauchari-Olaroz (Zuleta, 2011). Mientras tanto, Bolivia ha comprado
una planta piloto de confección de baterías a una empresa China
-Linyi Gelon New Battery Materials Co.- y realizado un convenio con Holanda
que le provee- rá formación y un laboratorio «llave en mano» para
obtener acumuladores de energía. El problema con el que se topan estos
intentos reside en una suerte de «fetichismo de la fábrica», debido a
que no alcanza con ella en lo más mínimo sin el «entorno comercial»
y el «entorno científico-técnico» en el que debe inscribirse para
operar con eficacia. Sin embargo, no deja de ser un comienzo. En suma, entre
los desafíos a superar por parte del país andino-amazónico
se encuentran la ausencia de capacidad técnica local, de mercado para
las baterías, todo lo cual no desmerece el destino que se ha trazado:
la alternativa contraria a ser mero productor de materias primas, proyecto que
desde el lejano Potosí se ha probado sucesivas veces con resultados siempre
evidentes.

Debemos aquí realizar una apreciación de índole
geopolítica. Los países dominantes, así como sus empresas
insignia, no poseen ningún interés en descentralizar procesos
productivos, tecnología y conocimiento de punta. Sucede, en verdad, todo
lo contrario; realizan grandes esfuerzos por impedir la pérdida de control
de estos procesos productivos, ya que el grueso de las ganancias provienen actualmente
de las «rentas de innovación», es decir, de aquellas mercancías
situadas en la frontera tecnológica que les permite «copar»
porciones de mercado (Miguez y Sztulwark 2012). ¿Puede acaso calcularse
las ganancias extraordinarias que depararía un auto eléctrico
que fuese posible venderlo a un precio competitivo comparado con un auto regular?
A raíz de esta situación, lo único que descentralizan es
tecnología obsoleta o en vías de serlo. No es por la vía
de la «seducción» a los gigantes globales que tendremos baterías,
o partes de ella, en el sur. Sin embargo, es posible que algún tipo de
vinculación para «completar» un proceso local sea preciso realizar, y
en este punto aparecen diversas opciones, aunque no pocos han señalado,
tal como mencionamos, a China como el país más receptivo. Igualmente,
una cosa es una producción en manos de una empresa transnacional y otra
un proceso tecnológico de fuerte raigambre local. Ahora bien, especialmente
en relación con la fabricación de las baterías, los intentos
por construir una «opep del litio» sobre la base del triángulo andino
que permita ejercer una presión para forzar la «transferencia tecno-
lógica» no tienen mucho futuro hoy por hoy por dos razones: Chile no
tiene interés en ello, de modo que seguirá exportando litio a
quien le compre, y Bolivia aún ni entró en producción.
Pero hay otra razón más importante a largo plazo, sucede que aunque
esté «desigualmente distribuido» es posible obtener litio en muchas partes
del globo (hasta se encuentra en el mar) y, sobre todo, el costo final del litio
en una batería no es mayúsculo, de modo que a las grandes empresas
solo les interesa asegurarse su provisión más allá de lo
que deban pagar por él, y pueden conseguirlo de muchas fuentes. De generar
un muy hipotético oligopolio entre los países litíferos
de Sudamérica que controle el precio, inmediatamente empezarían
a ser rentables otros yacimientos esparcidos alrededor del globo. El litio es
un recurso estratégico pero no es el petróleo ni las tierras raras,
que solo controla China.

En razón de lo expuesto, en términos geopolíticos es indudable que todo lo que contribuya a niveles de mayor integración sudamericana será un buen augurio. Potencialmente, entendemos que a la hora de pensar en la posibilidad de generar un entramado mercantil que soporte la demanda de baterías y un entorno científico-técnico que acompañe, a largo plazo habría que trazar una estrategia conjunta con Brasil. Por esta vía, es posible pensar en un mercado potencial de baterías suficientemente amplio, en otro Estado con más recursos, en una plataforma industrial exportadora todavía fuerte, en la oportunidad de dividir y acoplar procesos de fabricación; en suma, existiría la posibilidad de pensar en una economía de escala en la fabricación, que permita insertarse en el mercado mundial (incluso el ánodo de la batería se realiza actualmente con grafito y ni Argentina, Chile o Bolivia cuentan con él, pero si Brasil). Entendemos que solo así sería posible hacer frente a la capacidad de los países centrales. En efecto, los países de Asia-pacífico son los mayores proveedores del planeta de baterías de cualquier tipo, y entablan entre ellos una aguda competencia, al punto de que es posible conseguir las baterías en precios módicos (esto sin contar la entrada en producción de las empresas estadounidenses tesla y 123). Mas allá de estos guarismos, es evidente la necesidad de pensar en el destino subcontinental de la energía del litio y la integración sudamericana se presenta como una de las vías más dignas que pueden encarase.

Estrategia política de cohesión científico-productiva

Si seguimos al pie de la letra cada uno de los desarrollos en la fabricación de las baterías que hemos graficado para Argentina podemos advertir que los obstáculos y los planes frustrados no han sido precisamente pocos. Las condiciones, en principio, parecían ser alentadoras: es verdad que el Gobierno Nacional Argentino realizó ciertos pasos para poder contar con la batería, también es cierto que una provincia como Jujuy le presta especial atención al litio, lo es que los científicos le han dedicado días y horas de sus investigaciones (han fabricado baterías en laboratorio), como que el país posee un entramado industrial y un mercado potencial existente. Siendo así las cosas, volviendo al tránsito presentado, claro está que no es ocioso buscar las causas por las cuales el panorama parecería más sombrío de lo que se quisiera.

Consideramos que sería errado concluir que las razones hay que
encontrarlas solo en una serie de premisas estereotipadas: los empresarios no
in- vierten, los científicos del litio exageran las posibilidades, los
políticos hacen insuficientemente, las provincias tienen una política
que no se ajusta bien con la de la Nación, todas las condiciones se desperdician
porque nadie actuaría como, supuestamente, «debería actuar». Estas
cosas en verdad suceden, pero sus causas estructurales se hallan, desde otro
ángulo, en la presión de un objetivo ambicioso para el desgajado
entramado industrial nacional, para el presupuesto científico general
(que aumentó considerablemente, pero recordemos que Alemania le destinó
a este mismo problema ?1.000millones en un solo un año), para un Estado
que por primera vez en décadas dice poseer un perfil «industrialista»
(aunque aún amparando el extractivismo económico). Además,
ni siquiera existe una de esas «condiciones» como para apuntalar a todas las
otras, por ejemplo, un gran entramado industrial que pueda desentenderse de
la ayuda técnico-científica que podría brindarle el Estado.
En nuestro país, solo sería efectiva la realización de
todas las «condiciones» conjuntamente. En otras palabras, como
causa general del impasse en la fabricación de baterías
debemos remitirnos a las dificultades estructurales propias de un país
dependiente, apenas industrializado para lograr hacerse de un proceso tecnológico
de punta a nivel mundial, lo cual ahoga cualquier loable voluntarismo.

Pero no todo son causas generales, los obstáculos concretos a
superar provienen de situaciones específicas. En primer lugar, existe
una suerte de parcelación del conocimiento. En este muy complejo proceso
todos saben de su rubro y a lo sumo un poco de otro, pero lo cierto es que los
funcionarios del Estado no saben la situación técnica real en
la que nos encontramos (que solo la saben los científicos), y los científicos
no saben de los vericuetos reales del mercado (a lo que están mucho más
atentos los empresarios que invierten), y los empresarios no saben del tratamiento
general que se le debe dar a un recurso estratégico (que es la función
específica del Estado). En definitiva, cada actor está pendiente
de su área pero sin el conocimiento de las «otras» se hace difícil
alcanzar un objetivo común, sin el cual los objetivos particulares tampoco
se alcanzan. Al respecto, resulta llamativo el desbalance entre
la pluralidad de investigaciones «técnicas» sobre el litio y las pocas
de índole social. En segundo lugar y correlativamente, luego de la «sinergia
inicial» sobrevino una parcelación de las acciones. Las investigaciones
están relativamente coordinadas (a grosso modo, hay un eje La
Plata-Córdoba-Catamarca y otro Buenos Aires-Jujuy, a veces interrelacionados)
y apuntan a potenciar diferentes líneas y posibilidades, pero el salto
a la arena económica ha quedado en suspenso. Las oportunidades de industrialización
cada pequeña empresa del área química o del «ensamble»
de baterías la evalúa en si misma, pero no tienen el suficiente
respaldo eco- nómico como para lanzarse a realizar todo el proceso productivo
en el país. Asimismo, las grandes empresas se concentran en potenciar
las ganancias extraordinarias que le depara un mercado de electrónicos
relativamente cerrado, sin avenirse a fondear la inversión en un campo
vital como el de las baterías. Son ellas las que podrían financiar,
mediante el mecanismo que sea, la posibilidad de crecer en este rubro. Vale
mencionar aquí que no todos los actores tienen el mismo peso, no es lo
mismo lo que puede llevar adelante un grupo de científicos que el Estado
Nacional, ni lo que puede aportar una pequeña empresa que el conglomerado
de empresas de electrónica del Tierra del Fuego.

Pero no todo termina aquí. Para el caso Argentino, el Estado Nacional
en un principio había logrado actuar de manera relativamente coordinada.
Tal como reseñamos, el trabajo conjunto de los ministerios de industria
y de ciencia apuntaló la apuesta de producir baterías para el
Programa Conec- tar Igualdad, momento en el que funcionaba la «comisión
interministerial». Tras sus dificultades, la sinergia primera derivó
en una mayor atomización. Mientras que MInd dirigió su atención
a otras posibilidades no estrictamente locales, el mctip continuó avanzando
en el área de investigación del litio, articulando con la Provincia
de Jujuy y con ypf a través de ytec (hasta realizó su propio estudio
sobre las potencialidades de mercado del litio). Dentro de las instancias intermedias,
está claro que las situaciones provinciales son disímiles. Hasta
aquí, parece ser Jujuy la provincia que posee una estrategia más
o menos coherente y articulada en torno a la producción del litio con
vistas a la agregación de valor. Por esta vía, llevó adelante
un proyecto que, desde la caracterización del litio como recurso estratégico,
impulsó el mayor control empresarial a través de jemse (que a
todas luces debería modificar su direccionamiento) y un polo científico
que produzca la investigación y los recursos humanos necesarios. Así
las cosas, los muchos anuncios prometedores -y desde el 2011 hemos contado miles
que aseguraban fabricar la batería en breve- se topan con resultados
más bien modestos. Además, «promover y alentar que
pase» no es una estrategia acorde para una ambición tan amplia como fabricar
las baterías de litio, casi tan difícil como enviar un satélite
al espacio (los montos de inversión requeridos son casi equivalentes).

El fracaso inicial de la primer conjunción es ilustrativo, puesto que pare- cían estar dadas una buena cantidad de condiciones, y a la hora de despejar sus causas, repetimos: la asociación entre el grupo originario de los investigadores y la empresa Plaka -Solar- no llegó a abastecer al Programa Conectar Igualdad a tiempo, compromiso que en el campo comercial es significativo, porque así le dieron el pie a las empresas electrónicas (bgh y Newsan) para desestimarlos como proveedores. Por su parte, estas em- presas fueron muy poco tolerantes para con esta tecnología en ciernes, esperando el abastecimiento como si fuese cualquier proveedor, pero ellas son un conglomerado que posee ganancias gigantes y deberían haberse involucrado en el proceso. Más aún, el fidecomiso que iban a «proveer» el conjunto de las empresas electrónicas de Tierra del Fuego, justamente porque usufructúan de un mercado cerrado, es decir, el fondo que iban a proveer indirectamente financiado por el sobreprecio que pagan los propios consumidores, nunca llegó a puerto. Y esa planta de aproximadamente 20 millones de dólares hubiese significado realizar todo el proceso en el país. Asimismo, el Ministerio de Industria brindó su apoyo, pero durante un período de tiempo menor; cuando las cosas no salieron como se esperaba los actores quedaron librados a su suerte. No se trata de causas estereotipadas, pero además de que nadie actuaba como «debía», todos esperaban que los demás sí lo hiciesen. Justamente, en un país con un desarrollo industrial incipiente, donde los actores maximizan beneficios, la política pública desfallece si está presa de la consabida matriz cortoplacista y atomizada.

Ante este escenario, es preciso contar con una coordinación política
específica que articule a los actores para llegar a un producto en función
de una planificación consensuada, vital si se quiere considerar seriamente
la posibilidad de que ypf-conicet participen en este vector energético
cla- ve. Entendemos que solo a partir de un trabajo interdisciplinario conjunto,
coordinado y pautado, será posible sortear la falta de presupuesto y
financiamiento público y privado, las lagunas que deja el apoyo del sistema
cien- tífico y tecnológico, los proyectos científicos sin
viabilidad económica clara, las dificultades inherentes al sistema industrial,
la ausencia de patentes, la dependencia tecnológica y la decisión
de las grandes empresas de importar antes que producir localmente pese a sus
ganancias extraordinarias. Dicho de otra manera, se requiere una cohesión
en el tiempo pensada desde el Estado para que además de
«propiciar» se «implique» en el objetivo de que los científicos creen
los medios técnico-intelectuales necesarios, a partir de un cronograma
realista y factible, con recursos genuinos, para que los empresarios vean que
están amparados para lanzarse a la inversión productiva (o incluso
una reconversión de las industrias argentinas de baterías «clásicas»),
para contar con un plan de mercado que permita calcular en escala creciente
donde se insertaría la producción (el mercado de celulares en
la Argentina, por ejemplo, es muy importante), etcétera. En definitiva,
la acción política debe ajustar todas las perillas de un plan
a futuro en la articulación entre ciencia, técnica y producción.

Hoy por hoy, la información científico-técnica que permite pasar de la extracción del litio a la batería es central para transitar este recorrido. Una de las claves de la industrialización del litio reside en que conocimiento, tecnología y producción están estrechamente ligados. Claramente: a la Argentina le será muy difícil contar con una batería de litio si no se da una estrategia absolutamente fina, en la que participen cada uno de los actores involucrados hoy -y hasta potenciales-, de modo de desarrollar un escalonamiento paulatino en la cadena de valor que permita sortear los múltiples desafíos que sobrevendrán, vislumbrando un horizonte a futuro en términos sudamericanos. Sin ella, las apuestas aisladas puede que terminen siendo infructuosas. Ojalá que la incursión de ytec en el universo del litio renueve el impulso, pero ella no podrá sola, y es innegable que no se puede perder la oportunidad que se presenta: lograr exprimir hasta sus últimas consecuencias un bien natural que es central para la sociedad del posdesarrollo que viene. En otras palabras, podemos anudar aquí industria energética, sociedad pos fósil, tecnología ambiental, y renovación del posicionamiento en la economía mundial, proyecciones vitales para el futuro cercano.

Notas

  • Una versión preliminar y acotada de este artículo ha
    sido publicada bajo el nombre de «¿A qué llamamos Recursos
    Naturales Estratégicos? El caso de las baterías de litio en
    Argentina (2011-2014)» en la Revista Estado y Políticas Publicas,
    número 3, flacso, 2014. Volver al texto

  • Desde el proceso inicial que convierte la salmuera de los salares en «carbonato de litio», que sería el litio en su estado más básico con una pureza del 99.6%, se van obteniendo diferentes grados de pureza del mineral y sus derivados, que se utilizan no solo en baterías sino en múltiples campos:

en la energía nuclear, en medio de cerámicas y vidrios, como psicofármaco estabiliza- dor, en múltiples aleaciones, en submarinos y naves espaciales para depurar el aire, y demás. El precio del carbonato de litio (separación primera del litio en estado bruto) pasó de U$D 2.000 en 2003 a U$D 6.000 en 2005, creciendo en los últimos diez años a un promedio de 8% anual, con proyecciones de demanda que estiman un crecimiento continuo, duplicándola para el año 2020 (Lagos Miranda 2009; Maire 2010). Volver al texto

Información disponible en: www.diputados

7. El problema surge en la segunda etapa del plan conectar igualdad, en el 2013, para el que Plaka decide no presentarse. Hay quienes sostienen que sus clientes buscaban que todo el proceso de importación, con las dificultades del nuevo procedimiento de djai, lo haga Plaka y corra los riesgos. En cambio, Probatery no tenía este problema ya que Samsung proveía de las componentes importadas directamente en Buenos Aires. Luego de este su- ceso, aparece un nuevo actor, Novatech, quienes suplantaron a Plaka como pro veedores de las baterías para las maquinas Intel-ECS Volver al texto

  • Fue de la partida el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (coni- cet), la Universidad de Buenos Aires (uba), la Comisión Nacional de Energía Atómica, el Instituto Nacional de Investigaciones Aplicadas, la Universidad Nacional de Tu- cumán y la Corporación Minera de Bolivia

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  • Estuvieron presentes el vicepresidente de la empresa PlaKa, Raúl
    Cometto, el presidente de Probattery, Guillermo Freund, el director del
    equipo multidisciplinario de Investigación, Daniel Barraco y participaron
    representantes de las empresas radicadas en Tierra del Fue- go: Mirgor,
    Newsan, Brightstar, bgh, Electro Fueguina (Frávega), Novatech, Air
    Computer, Exo, Nec, Garbarino y Radio Victoria Fueguina, Mirgor y miembros
    de las empre- sas Pc Arts y Grupo Núcleo. A la reunión, la
    Ministra llevó un Dossier, llamado «Proyecto integral del
    Salar a la Batería» elaborado por Daniel Barraco y Fernando Notti
    a pedido de ella.Volver al texto

  • Información disponible en: www.industria.gob.ar
    Prensa 1/10/2012 Volver al texto

  • Nótese que la Unión Europea realizó un documento
    acerca de los que considera «Recursos Naturales Críticos»,
    midiendo su «criticidad» según su valor eco- nómico y su riesgo
    de suministro, y el Litio posee un riesgo de 0,7 y el cobalto de 1,1 en
    un registro que va de 0 a 5, este alto nivel le corresponde en solitario
    a las «tierras raras». (gt ad hoc, 2010)

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  • Información disponible en www.indus- tria.gob.ar (múltiples notas de prensa)

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  • Mediante el decreto gubernamental N. 7592 de marzo de 2011, el gobierno de Jujuy declaró al litio «recurso natural es- tratégico», obligando a que los proyectos de exploración y explotación minera sean sometidos al estudio previo de un Comité de Expertos para el Análisis Integral de Proyectos de Litio, que debe aprobarlos o rechazarlos según criterios de beneficio socio-económico local, ambientales, téc- nicos, etcétera.Volver al texto

  • Un dato importante consiste en el vínculo estrecho que los investigadores pioneros que se dedican al litio han tenido tradicionalmente con altas autoridades del coni- cet, e incluso con el ministro del área. Por ejemplo, el simposio internacional «De- safíos en las baterías recargables de litio oxígeno» tuvo en el comité organizador al presidente de la institución científica, Ro- berto Salvarezza. Volver al texto

  • Roberto Salvarezza, del conicet, y Enrique Arnau, rector de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu) firmaron en diciembre de 2012 un convenio para la realización conjunta de un programa de radicación de investigadores para la integración del cit-Jujuy, como unidad de responsabilidad compartida entre ambas instituciones, cuyo director es el Dr. Vicente A. Macag- no. Asimismo, ytec también ha realizado un llamado a la contratación de personal formado en el litio para sus investigaciones. Volver al texto

  • El observatorio del litio posee una página web: http://observatoriodelitio.blogspot.

  • Las baterías de litio-aire son ligeras y ofrecen una gran cantidad de energía eléctrica, pudiendo incrementar la autono- mía de los coches eléctricos de 150 a 500 kilómetros. La principal diferencia entre las baterías de iones de litio y litio-aire es que la segunda reemplaza el cátodo tradi- cional (componente clave de la batería implicado en el flujo de la corriente eléctrica) con aire. Volver al texto

  • Ciertamente, hay que mencionar otros investigadores y espacios de investigación que también se dedican a algún aspecto puntual del universo del litio, podemos mencionar a Raúl Carbonio (Universidad de Córdoba), César Barbero (Universidad de Río Cuarto), Raúl Procaccini (Universidad de Mar del Plata), M.A.Frechero (Universidad Nacional del Sur), M. Moreno (Centro Atómico Bariloche), Nancy Cativa, Samanta Magalí Carrión, M. Beatriz López (Universidad Nacional de Catamarca) Galo Soler (Comisión Nacional de Energía Atómica, Buenos Aires, Argentina), entre otros.

Información disponible en http://mineria- salta.ohlog.com/

20. «Informe de la comisión de Energía y Minería, relativo al análisis que efectuara acerca del estado actual y perspectivas de la industria del Litio en Chile». Disponible en http://www.pcil.cl/

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Referencias bibliográficas

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Entrevistas

ERNESTO CALVO, Investigador del coni- cet, (inquimae-uba), 2012

MARTÍN GUINART, Director de Innovación Tecnológica
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la
Na- ción, abril de 2012.

DIEGO DOMÍNGUEZ, Ministerio de Industria, 2013

GRACIELA ABUIN, inti, 2014

RICARDO BRONSTEIN, Presidente de Laring, 2014

MARCOS CALACHI, Director de jemse, 2014

MARÍA DE LOS ANGELES CAPPA, inti, 2014

JUAN COLLET, Investigador conicet, cnea, 2014

GUILLERMO FREUND, Presidente de Probattery, 2014

LIZARDO GONZALES, Director de Promo- ción Científica y Tecnológica en la Secre- taría de Ciencia y Tecnología de Jujuy, 2014

GUILLERMO RICCI, integrante de jemse, 2014

RICARDO SALAS, Secretario de Minería de Salta, 2014

ARNALDO VISINTIN, Investigador coni- cet, unlp, 2014

DANIEL BARRACO, Investigador conicet, 2015

GUSTAVO BIANCHI, Presidente ypftecno- logía (ytec), 2015

ALEJANDRO COMETTO, directorio de plaka-ithurbide

FERNANDO NOTTI, Director industrial de newsan

JUAN PABLO ZAGORODNY, Gerente de Energías Renovables de ytec, 2015

Recursos web

Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innova- ción Productiva www.mincyt.gob.ar

Ministerio de Industria www.industria.gob.ar

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas www.conicet.gov.ar Cámara de Diputados www.diputados.gov.ar Blog sobre minería www.mineriasalta.ohlog.com Energética. Energía para el desarrollo www.energetica.org.bo

Diarios de circulación nacional

Página 12

Revista "Ciencia, Docencia y Tecnología" Universidad Nacional de Entre Ríos

 

 

 

Autor:

Fornillo, Bruno

Enviado por:

César Agustín Flores

caflores1977[arroba]hotmail.com

Partes: 1, 2
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