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La escritura sus palabras, nuestro idioma




Enviado por Domingo Chacón



  1. Las palabras
  2. Nuestro idioma

Entre los logros más extraordinarios del hombre, ningún otro invento, descubrimiento o necesidad puede considerarse más grade que la escritura, sus palabras que dieron origen al idioma característico o propio de cada etnia, tribu, pueblo o nación. Se denomina escritura a la representación de palabras o ideas por medio de símbolos gráficos. Indudablemente lo primero que se oyó fue el sonido, la voz humana expresando desde el fondo de su incipiente raciocinio la necesidad de comunicarse y surge las maravillas de las maravillas, la palabra.

El hombre, al pensar, elabora conceptos, que materializa en nombres o palabras y que expresa mediante la voz. La representación del lenguaje hablado se realiza mediante signos gráficos: las letras. El primer escrito que se conoce se atribuye a los sumerios de Mesopotamia y es anterior al 3000 a. C. Está escrito con caracteres ideográficos, su lectura se presta a cierta confusión, pero la relación fonética con el signo ideográfico, se puede deducir, hasta averiguar cómo se convirtió en escritura.

En el caso de los egipcios se conocen escritos que proceden de unos cien años después y también testimonian el principio de transferencia fonética. La escritura egipcia se conoce como jeroglíficos. Poco después, surgieron también sistemas ideo silábicos en el Egeo, Anatolia, el valle del Indo y China. 150 años a. C. los pueblos semíticos que vivían en Siria y Palestina tomaron el silabario egipcio bajo la forma más sencilla y reducida, y abandonaron sus ideogramas y su silabario complejo.

Este nuevo silabario estaba prácticamente hecho, porque los egipcios nunca escribieron vocales. En toda la zona se escribía de forma parecida y fueron los griegos quienes tomaron su escritura de los fenicios y dieron el último paso, pues separaron vocales de consonantes y las escribieron por separado; así se llegó a la escritura alfabética en torno al 800 a. C.

Un sistema de escritura puede ser completo o incompleto, un sistema completo es aquél que es capaz de expresar en la escritura todo cuanto formule su lengua. Se caracterizan por una correspondencia más o menos estable entre los signos gráficos y los elementos de la lengua que transcribe. Tales elementos pueden ser palabras, sílabas o fonemas, así pues, estos sistemas se clasifican en ideográficos silábicos y alfabéticos.

Se le llama completo porque que puede expresar sin ambigüedad todo lo que puede manifestar y decir una lengua determinada. Sistemas ideográficos. Se caracterizan porque sus signos, que se llaman ideogramas, representan palabras completas. En algunas ocasiones los signos representan toda una serie de palabras derivadas, y en otras un solo signo representa varias palabras separadas y distintas. Sistemas silábicos. Para superar las deficiencias de la escritura ideográfica, se empleaba el principio de transferencia fonética.

Cuando se utilizan signos que representan sonidos, sílabas en este caso, se pueden escribir todas las palabras que no era posible hacerlo con la escritura ideográfica. Además, cuando se añaden los signos silábicos a las raíces, es posible representar morfemas, es decir las terminaciones de caso o las de la conjugación verbal Sistemas alfabéticos.

El último paso hacia una escritura completamente alfabética consiste en escribir por separado los sonidos vocálicos de los consonánticos, lo que precisa de unos cuantos signos más, pero elimina la ambigüedad de tener que suplir las vocales al leer. Por tanto, hay más signos para escribir cada elaboración. Puesto que cada uno representa un fonema, la palabra así escrita es su trascripción fonética y no hay que sustituir ningún sonido al leerla. Los sistemas incompletos. Se usan para anotaciones, o son mecanismos nemotécnicos que recuerdan hechos significativos o expresan significaciones generales. Estos sistemas, que también reciben el nombre de sub-escrituras, incluyen la escritura pictórica, la ideográfica y la que usa objetos marcados y no marcados, como mecanismos nemotécnicos.

La escritura es una simbología utilizado para representar gráficamente palabras, ideas, letras, entre otros, y puede ser clasificada en:

Ideogramas: estos son representaciones gráficas de conceptos. Los países donde más se los usan son China, Vietnam, Taiwán. En este tipo de escritura cada uno de los símbolos utilizados, conocidos bajo el nombre de ideograma, representa una palabra. Dichos signos no tienen correspondencia que los sonidos reproducidos al leer la palabra. El dibujo realizado será similar y simplificado a los elementos reales. Es así que, si quiero representar un árbol, haré un dibujo del mismo. Sin embargo, con el correr del tiempo fueron creados signos para las palabras que fueran abstractas, sin tener ningún tipo de relación con un elemento real.

Este tipo de escritura conoció sus orígenes en la cultura babilónica y egipcia. Aunque estas culturas dominaran distintos idiomas podían comprender su significado. Además de ser una escritura muy utilizada en los países nombrados en el comienzo, también son utilizados por la cultura occidental diariamente. Un ejemplo de ello son los números, sin importar el idioma que se hable, si un alemán, un portugués o un australiano ven un número 3, comprenderán su significado sin importar la manera de la que lo llamen en sus propios idiomas.

Escritura alfabética: también conocida bajo el nombre de fonética, en este caso los símbolos no buscan representar conceptos o ideas, sino que fonemas o sonidos. Es por ello que a cada signo le corresponde un sonido particular.

Son creados sistemas conocidos como alfabetos o abecedarios. Su nacimiento se encuentra en los pueblos Cananeos y Fenicios. Más tarde serían retomados por los griegos.

Pueden distinguirse dentro de estas escrituras aquellos donde la simbología abarca tanto vocales como consonantes. Algunos ejemplos son el alfabeto latín o el griego. También están aquellos que solo dibujan las consonantes, como es el caso del alfabeto hebreo, entre otros.

Escritura pictográfica: fue utilizada durante la fase neolítica. Los objetos eran diseñados sobre rocas. Cada uno de estos representa una oración. Dibuja una forma, de manera compleja, para representar determinados elementos.

Escritura de silabarios: consiste en un grupo de signos que designan sílabas, que luego formarán palabras. Normalmente las consonantes son seguidas de vocales. Además, no hay coincidencia entre los símbolos y su pronunciación. El idioma que lo utiliza actualmente es el japonés, este posee un doble sistema silabario llamados katakana e hiragana. Además, fue muy utilizado por pueblos originarios de América, como por los esquimales, mayas o los cherokees, en África también, en alguno pueblo, por ejemplo, por los Vai, en Etiopia, entre otras culturas.

Las palabras

Sonido o conjunto de sonidos articulados que expresan una idea. Secuencia de sonidos compuesta por uno o más monemas, (m. Filología. Mínima unidad significativa. Representación gráfica de esos sonidos, grupos de letras unidas entre sí y separadas de los demás grupos por un pequeño espacio.

Una clasificación muy sui géneris, por no emplear sino un término general que no implique la complejidad y la dificultad de tratar de reunirlas y darles un sentido que limite lo ilimitable de su verdadera significación, por ejemplo.

Únicas- las que no se componen de otras de la misma lengua.

Musicales- la que está formada por composición buscan armonía y concatenación en su sonido.

Ociosa- que no tiene un fin determinado.

Pesada- la injuriosa o sensible.

Picante- la que hiere o mortifica.

Preñadas- la que incluye más sentido que el que manifiesta.

Gentiles- las que norman la integridad.

Arrebatadas- las que concatenan las pasiones.

La gramática tradicional las ha agrupado en diferentes clases o partes de la oración. Nombre sustantivo, nombre adjetivo, articulo, pronombre, verbo, adverbio, preposición, conjunción e interjección.

Por su origen pueden ser:

Primitivas- las que han dado origen a otros sonidos a partir de ellas: flor, pan.

Derivadas– las formadas a partir de una primitiva: floristería, panadero.

Simples- formadas por un solo lexema, (griego, sexis. Palabra. M. Filología. Unidad básica del léxico portadora de significado propio) o morfema, (m. Gramática. Elemento significativo más pequeño del enunciado, indivisible en unidades más pequeñas portadoras del sentido): Mano, de, el.

Compuestas- las que tienen dos o más lexemas o, aunque no es muy frecuente dos morfemas: Carricoche, sacacorchos, porque.

Parasintéticas- las formadas por composición y derivación: tele – comunic – ado. Radio – afición – ado.

Estos enunciados, reglas o conceptos, si a ver vamos solo es una manera simplista pero necesaria de conocer y darle sentido a estos sonidos o grafías, esos antiguos arcanos de misteriosos paradigmas que llevan en cada vuelo, el despertar de la creación y la obra grandiosa del dueño y señor del universo.

Sin embargo, los que nos dedicamos al oficio de escribir, sabemos de las palabras, conocemos el lenguaje secreto de sus manifestaciones mágicas y peregrinas, se ocultan, desembarcan, se vuelven misteriosas, irracionales, las perseguimos, nos retan, se deshilachan, se tornan violentas, se rebelan, se revelan, se vuelven sumisas, hoscas, traviesas, amorosas, felices, nos dan el mundo y nos piden a cambio el alma sin menoscabo de su integridad. La pasión más acendrada del universo entero se encierra de la manera más generosa, amable, pasional y humanista en una palabra hermética por el misterio, plural por lo antagónico y visceral por el acercamiento a la divinidad.

Cuando las palabras trascienden su uso diario, en el común denominador de comunicarse con otro semejante, y emplea la palabra como la expresión más sublime de la espiritualidad, del alma, de la mente surge la poesía, el más alto grado de la posible comunicación de un ser humano con sus semejantes, la poesía es la posibilidad de la abstracción total de la vida y transformarla en sentimiento, pasión, alegría, dolor o tragedia, reclamo o posesión, de la posibilidad de encumbrar el alma a su máxima posibilidad.

William Faulkner decía sobre el oficio de escribir, esa pasión inserta en el corazón de los escogidos y sus motivos o escogencia sobre que escribir lo siguiente: "Todo novelista quiere escribir poesía, descubre que no puede y a continuación intenta el cuento, y al volver a fracasar, y sólo entonces, se pone a escribir novelas."

Claro está que este anunciado solo quiere significar que la poesía es la perfección de la palabra en su destino como medio de comunicación.

Vicente Huidobro sostenía: "En todas las cosas hay una palabra interna, una palabra latente y que está debajo de la palabra que las designa. Esa es la palabra que debe descubrir el poeta. La poesía es el vocablo virgen de todo prejuicio; el verbo creado y creador, la palabra recién nacida. Ella se desarrolla en el alba primera del mundo. Su precisión no consiste en denominar las cosas, sino en no alejarse del alba"

Sobre este pormenor o por mayor me permito dejar en este espacio la manera de ver y sentir de las palabras de uno de nuestros más grandes poetas, dice así: Poemas tomados del Del libro Obra entera (Poesía y prosa, 1958-1995), Fondo de Cultura Económica. México, 2000, Col. Tierra Firme. 

Ars poética

Que cada palabra lleve lo que dice.Que sea como el temblor que la sostiene.Que se mantenga como un latido.

No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta dudosa ni añadirbrillos a lo que es.Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir verdad.Seamos reales.Quiero exactitudes aterradoras.Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso mispalabras. Me poseen tanto como yo a ellas.

Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces, mi mentira, señálamela impostura, restriégame la estafa. Te lo agradeceré, en serio.Enloquezco por corresponderme.Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame, sacúdeme.

O Mario Benedetti.

LA PALABRA

La palabra pregunta y se contesta

tiene alas o se mete en los túneles

se desprende de la boca que habla

y se desliza en la oreja hasta el tímpano

la palabra es tan libre que da pánico

divulga los secretos sin aviso

e inventa la oración de los ateos

es el poder y no es el poder del alma

y el hueso de los himnos que hacen patria…

Nuestro idioma

La lengua que hablamos.

Somos pueblo, somos raza, somos afrogriegoshispanolatinoamericanos, ¿Y esto que significa?; entre otras cosas: digamos que poseemos un idioma común, y este idioma, o dialecto es el más impresionante y formidable de cuantas lenguas se hablan en nuestro planeta. Somos una cultura, por lo tanto, somos humanismo, y como tal nos recreamos en nuestra riqueza múltiple de razas, somos producto de un intenso mestizaje, tanto de carne y sangre, como de múltiples idiomas.

Veamos cómo nos comunicamos desde la lejana Patagonia en Argentina, hasta las márgenes del Rio Grande en Norte América, con la excepción de Brasil, ¿Qué hablamos?, español, castellano, quechua, árabe, latín, griego, anglosajón, o una impresionante mezcla de ellas, en todo caso empleamos una lengua de maravillas.

Viene de España, hacia el siglo VII a.C., ocurre una importante invasión, la de los celtas, venían de las orillas del Rin, venían del norte de Francia, ya mezclados con los iberos (gentes del levante y sur de la península ibérica) estos dieron origen a los celtiberos (pueblos prerromanos celtas que habitaban la península ibérica desde finales de la Edad del Bronce, en el siglo XIII a. C., hasta la romanización de Hispania, desde el siglo II a. C. al siglo I) Luego llegaron a la península, fenicios, griegos, cartagineses.

Cuando se declaró la segunda guerra púnica, llegaron los romanos, impero el latín, que convivió con las lenguas ibéricas, de ahí surge el castellano. Este es el idioma que llega a nuestras costas con Cristóbal Colon, entonces. Para nuestro diario hablar utilizamos palabras Ibéricas, tales como: cerro, vega, páramo, pizarra; Voces Celticas: alondra, cabaña, cerveza, salmón. Del griego usamos: Biblia, morfina, política, sarcófago, y tártaro. ¡Claro que la madre es el latín!, la voz latina Apricus, pasa a ser aprisco y luego se transforma en abrigo, el Masticare, es masticar y luego es mascar, el Plenus, se transforma en pleno y luego cambia a lleno, es admirable como se modela el idioma al paso de los tiempos.

Si nos referimos a los términos germánicos hablamos de: guardia, yelmo, guerra, falda, cofia, rueca, estribo, nombres: Álvaro, Rodrigo. Que podemos decir del árabe, ochos siglos de ocupación árabe en España nos dejaron un rico legado, después del latín es el idioma de mayor influencia en el idioma, es el lenguaje del desierto, de la Alhambra de Granada, nos referimos a: acequias, alfarero, azucena, adelfas, zanahorias, berenjenas y aranceles, albañiles, azoteas, alquimia, jarabes, atalaya.

Los siglos XVIII y XIX, sembró de galicismos nuestra asombrosa lengua (empleo de vocablos o giros de la lengua francesa): chofer, garaje, detalle, pantalón, otros conservan en parte su fisonomía extranjera: amateur, toilette, bouquet. Debido al renacimiento italiano debemos palabras como: cortejar, fragata, piloto, soneto, piano, carroza. De la lengua inglesa usamos los llamados anglicismos, verbi gratia: vagón de (wagon), túnel de (túnnel), yate de (yacht), mitin de (meeting), guachimán de (watchman); usamos constantemente los llamados neologismos, (Vocablo, acepción o giro nuevo en una lengua): análisis, bolígrafo, sub-realismo, televisión; existen los llamados neologismos semánticos: galleta, (lío, rollo), arrocito, (fiesta), chamito, (niño).

O del sur oigamos estos giros: Aguaitar: espiar con sagacidad. Bolacear, disparatar, bolaso: disparate, Chacra: tierra de labor. Cumpa: compañero, amigo, compadre. Milonga: música y baile. Nazarena: Espuela de hierro. Pichincha: ganancia, beneficio. Sucucho: rincón, Biyuya: dinero, guita, plata, pasta.

Además, tenemos y usamos las palabras propias de nuestros orígenes indígenas: geográficos: Caracas, Caribe, Machu Picchu; nombres de animales y plantas: aguacate, araguato, caucho, loro, malanga, guajolote, tabaco, maíz; bebidas y alimentos: arepa, casabe, chicha, guarapo; frutos: cambur, guayaba, jojoto, maní; objetos: budare, bongo, morocota.

Muchas de estas palabras autóctonas son consideradas americanismos, y han pasado a la lengua universal, tales como: cacao, cacique, canoa, tiburón, tomate, pampa, tabaco. Que más podemos pedirle a una lengua, que lleve en sus vuelos y sonoridades, ya bien escritas, ya bien habladas la impronta de la universalidad, si bien Dios confundió las lenguas en aquel momento:

Génesis 11:7. "¿Vamos bajemos y confundamos allí su lenguaje para que no escuche el uno el lenguaje del otro", nosotros los mestizos de este inmenso territorio, hoy somos la nueva Babel: Génesis 11:6?

"A continuación dijo Jehová: "¡Mira! Son un solo pueblo y hay un solo lenguaje para todos ellos, y esto es lo que comienzan a hacer. Pues, ahora no hay nada que hacer. Pues ahora no hay nada que tengan pensado hacer que no les sea posible lograr".

Nuestro destino como pueblo predestinado está escrito en las estrellas, algo así como LA SAL DE LA TIERRA.

 

 

 

Autor:

Domingo Chacón.

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