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Zacatollan, una historia de la desembocadura del Rio de las Balsas, jamás contada (Parte I)



Partes: 1, 2, 3

Monografía destacada

  1. La periodización
  2. Una propuesta de periodización de la historia mesoamericana
  3. La arqueología mexicana
  4. ¿Qué es la arqueología?
  5. Investigadores, organizaciones y trabajos de rescate arqueológico en el medio y bajo balsas, costa de michoacán y parte colindante de la costa grande de Guerrero
  6. Estudios arqueológicos en la costa michoacana y en la desembocadura del Río de las Balsas
  7. Estudios arqueológicos en Guerrero, relacionados con las culturas asentadas en ambas márgenes del Río de las Balsas
  8. El desarrollo cultural prehispánico en la región del bajo Río Balsas
  9. Bibliografía

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TOMO I

CAPÍTULO I

INVESTIGACIONES E INVESTIGADORES QUE HAN DESCUBIERTO LA HISTORIA DE LA DE LA REGIÓN DEL MEDIO Y BAJO BALSAS, COSTA DE MICHOACÁN Y PARTE COLINDANTE DE LA COSTA GRANDE DE GUERRERO.

ILUSTRACIÓN INICIO DEL CAPÍTULO I: Elementos geométricos en la ornamentación de la vestimenta de figuras de tipo "mazapoide" (hombres y mujeres) encontradas en las inmediaciones del sitio 033, en Barranca de Marmolejo, Zacatula, municipio de La Unión, Gro. (Fragmento de viñeta: José Alfredo Jiménez Martínez).

La periodización

¿POR QUÉ Y PARA QUÉ? "Usamos la palabra historia con dos significados diferentes. Por una parte, nos referimos al devenir del hombre en sociedad; por la otra, a la memoria de tal devenir, memoria que puede ser oral o registrada por medio de imágenes pictóricas o escultóricas, escritos, cintas cinematográficas, grabaciones de sonido, videos, etc. En la primera acepción, la historia se vive, se construye; en la segunda, se recuerda, se investiga, se interpreta, se consigna. En la primera, un individuo o un grupo hacen historia cuándo su acción alcanza el ámbito social; en la segunda, se concibe o se asienta la historia cuando un rapsoda (en la antigua Grecia, persona que recorría los lugares recitando y cantando los poemas épicos / poeta / recitador de versos), un historiador, un arqueólogo, un filósofo o un periodista aprehende intelectualmente el acontecer social o consigna los razonamientos derivados de su reflexión."

"La historia como devenir es un permanente eslabonamiento de sucesos que, lejos de integrar conjuntos azarosos y desarticulados, derivan unos de otros y se interrelacionan hasta formar complejos compactos de acontecimientos los procesos históricos – que surgen, se incrementan, alcanzan su plenitud, decrecen, desaparecen en el tiempo, y se distinguen de los que los preceden y los siguen."

"Los procesos históricos específicos se dan en los diversos ámbitos de la complejidad social: la economía, la política, la educación, la religión, el arte, etc. Su profundidad y sus extensiones espacial y temporal varían considerablemente – de las modas a las instituciones -; pero es tal su interrelación en la totalidad de la vida social que conforman procesos históricos globales, mismos que forman etapas completas de la historia. Así, en una época y en una sociedad dada se corresponden, por ejemplo, una coyuntura económica, un modo de acción política, un estilo artístico y una corriente filosófica, independientemente de que exista un cierto desfase temporal entre el inicio y el fin de cada uno de estos hechos históricos. La dimensión temporal de un proceso histórico recibe el nombre de periodo. El paso de un periodo a otro puede manifestarse como una ruptura abrupta, una disolución paulatina o un traslape. Las etapas de los periodos suelen denominarse fases."

"En su acepción de memoria del devenir, la historia es una herramienta intelectual indispensable para entender la sucesión de los procesos sociales. Pero no basta el conocimiento de los acontecimientos ordenados a partir de la cronología. Para la debida comprensión del devenir social, el historiador habrá de analizar los períodos como unidades de una secuencia. Para ello destacará los rasgos más notorios de cada período; intentará encontrar sus interrelaciones, y tratará de descubrir el juego de fuerzas sociales que los producen, mantienen y eliminan. Además, tipificará teóricamente los períodos de una secuencia, los ubicará en el tiempo y les dará un nombre adecuado. En suma, encontrará el sentido histórico general de los acontecimientos. Creará en esta forma un modelo de la transformación histórica, es decir, un marco hipotético para estructurar sus observaciones de una realidad compleja, siempre cambiante. Forzosamente, el modelo creado será una visión demasiado simple, aunque conservará los elementos esenciales de las épocas históricas."

"Este quehacer se ha denominado periodización o periodificación. Pese a la importancia y edad del concepto, el término no se ha fijado, y a la imprecisión ha contribuido la Academia de la Lengua Española, que hasta el momento no se ha consignado en su diccionario ninguno de dichos términos. En el caso particular de la periodización de la historia de Mesoamérica, adquiere particular importancia la cronología arqueológica, debido a la ausencia de escritura en la mayor parte de sus períodos y de sus áreas. La cronología se define como la ubicación temporal del período, tanto en su aspecto relativo (establecimiento de la secuencia histórica) como absoluto (fechamiento). También es importante la determinación de los indicadores arqueológicos, esto es, los rasgos ya fundamentales, ya secundarios, que permiten identificar – o al menos sospechar – la existencia de los procesos históricos."

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Fig. 1. "Duración relativa de los grandes periodos de la historia de México."

(Alfredo López Austin y Alejandro López Luján, "Arqueología Mexicana", mayo-junio, 2000; 14).

"MESOAMÉRICA EN EL CONTEXTO HISTÓRICO. El estudio de los procesos históricos de la superárea cultural mesoamericana es particularmente difícil debido a la enorme extensión de su territorio, a la oscilación temporal de sus fronteras, a la heterogeneidad de los pueblos que a ella pertenecieron y a la complejidad de su historia, sobre todo en lo que toca a la existencia simultánea de sociedades con muy diferentes niveles de desarrollo. Parte medular del problema es la elección de la unidad de análisis. En efecto, se puede periodizar por separado la historia particular de cada área de Mesoamérica (Centro, Occidente, Golfo, Norte, Oaxaca y Sureste), o la de la superárea como un todo."

"Consideramos que la estrategia más productiva es comprender el sentido de los procesos históricos a nivel mesoamericano, y sobre esta base analizar el desarrollo particular de las diferentes áreas. Nuestra posición se funda en el hecho de que las sociedades mesoamericanas vivieron una historia compartida durante milenios y estuvieron ligadas por un conjunto complejo y heterogéneo de relaciones. Estas últimas se establecieron a partir de intercambios constantes de bienes, de desplazamientos humanos, de intereses compartidos entre las elites de diversas regiones, del dominio de unas sociedades sobre otras, de sus conflictos bélicos, etc. Las sociedades contemporáneas podían diferir en nivel de complejidad; sin embargo, lo importante fue que las relaciones se constituyeron en forma estructural y permanente. En un buen número de casos, el bajo nivel de desarrollo de una sociedad puede explicarse como el resultado de sus relaciones asimétricas con una potencia vecina que la avasalló y no como manifestación de un lento desarrollo autónomo."

"Lo anterior no significa que desconozcamos la importancia de la periodización particular de las diferentes áreas mesoamericanas. Lo que proponemos es que la parcelación de sus historias se haga en el contexto de la periodización general y que, además, se utilicen criterios y nomenclaturas específicos."

"Como puede suponerse, los diferentes enfoques de los mesoamericanistas han provocado propuestas de periodización tan interesantes como disímbolas. Cada autor divide la historia, de manera consciente o inconsciente, de acuerdo con su forma particular de concebir las transformaciones sociales. Privilegia, por tanto, uno o varios criterios de clasificación; por ejemplo, algunas periodizaciones se basan en los cambios de la base de subsistencia, de la complejidad social, del patrón de asentamiento, del grado de centralización del poder, de la magnitud del aparato bélico o del nivel de perfección – de las manifestaciones estéticas."

"BREVE HISTORIA DE LA PERIODIZACIÓN DE MESOAMÉRICA. En tiempos prehispánicos, los acontecimientos históricos eran comúnmente divididos en grandes períodos, concebidos éstos como la sucesión de renombradas naciones. A su vez, cada período se subdividía en series dinásticas y en la secuencia de sus gobernantes. La historiografía colonial, basada en los registros indígenas, mantuvo estas pautas, independientemente de la introducción de criterios occidentales, como fueron las comparaciones y los enlaces con las historias bíblica y europea."

"La visión del pasado prehispánico se transformó radicalmente con las ideas de la Ilustración y, décadas más tarde, del positivismo decimonónico. Sin embargo, en lo que toca a la periodización, los cambios más significativos se produjeron al inicio del siglo XX, asociados a la aplicación de las técnicas estratigráficas y al estudio detallado de la cerámica. Fue así como se establecieron las primeras secuencias culturales fidedignas que, con posteridad serían fijadas cronológicamente gracias a las técnicas de fechamiento absoluto como el radiocarbono y la hidratación de la obsidiana."

"La historia de las periodizaciones científicas de Mesoamérica tiene poco menos de un siglo y se caracteriza por la abundancia y la diversidad de las propuestas."

"Dos hallazgos arqueológicos, uno en 1907 y otro en 1909, catalizaron las primeras periodizaciones científicas de Mesoamérica: Zelia Nuttall descubrió restos cerámicos muy antiguos bajo la lava de Coyoacán y Manuel Gamio encontró vestigios igualmente remotos en su reconocimiento preliminar en el Occidente de la Cuenca de México."

"Estos materiales, a los cuales se les denominó – Tipo de los Cerros – motivaron en Franz Boas la curiosidad de conocer su relación cronológica con la cerámica conocida en aquella época. Transcurría entonces el año de 1912, fecha en que se iniciaba la llamada revolución estratigráfica en el seno de la recién fundada Escuela Internacional de Arqueología y Etnología. Como su director, Boas encomendó a Gamio una excavación en San Miguel Ahuizotla, Azcapotzalco, con el fin de establecer la secuencia estratigráfica, y por lo tanto temporal, de todos los tipos cerámicos de la Cuenca. Gamio se dio a la tarea e inmediatamente divulgó sus resultados en los foros académicos, fijando la secuencia Tipo de los Cerros – de Teotihuacan – Azteca."

"Basado en este y en otros estudios, Herbert Spinden se dio cuenta años más tarde que sociedades semejantes a la llamada de los cerros no fueron privativas de la cuenca de México, sino que se extendían desde el altiplano mexicano hasta el norte de Sudamérica. De ahí concibió la existencia de un Horizonte Arcaico de gran extensión territorial. En esta forma, propuso en 1917 la primera periodización general, la cual incluía entre otras áreas, el territorio que hoy llamamos Mesoamérica."

"Mucho después, en 1942, Alfonso Caso presentó en la Segunda Mesa Redonda de la Sociedad Mexicana de Antropología una periodización que abreva del trabajo de Spinden, aunque divide en dos horizontes las llamadas culturas medias de éste."

"Para ello se basó en la secuencia cerámica de Uaxactún. Caso también agregó un cuarto y último horizonte, al que denominó Mixteco – Puebla. Hasta donde tenemos noticias, es ésta la primera periodización específica de la superárea cultural mesoamericana. Otros autores de la misma sociedad, entre ellos Wigberto Jiménez Moreno y Jorge A. Vivó, complementaron en aquellos años la propuesta de Caso."

"Para 1948, Pedro Armillas propuso eliminar los rasgos individuales y las peculiaridades estilísticas como criterios de periodización, y que se emplearan en su lugar los factores económicos."

"A partir de ese momento se multiplicaron las propuestas de división histórica, entre las que destacan las de Ignacio Bernal, Ignacio Marquina, Miguel Covarrubias, el propio Armillas, Angel Palerm, Gordon Ekholmon y Jiménez Moreno. Covarrubias fue uno de los primeros en incorporar el término Preclásico, acuñado por Robert Wauchope en 1951, en sustitución de Arcaico."

"Tres años después, este último autor dividió el pasado mesoamericano utilizando fechamientos radiocarbónicos. Dentro del pensamiento marxista Julio César Olivé propuso en 1958 una periodización que integra los estadios de Lewwis Morgan (salvajismo, barbarie y civilización) y las revoluciones de Gordon V. Childe (neolítica y urbana). Un año más tarde Jiménez Moreno acuñó el término Epiclásico para definir un periodo importantísimo en la transición del Clásico al Posclásico."

"William T. Sanders y Barbara Price, desde la óptica de la ecología cultural, combinaron dos clasificaciones en 1968: la ya tradicional división en periodos cronológicos (Formativo, Clásico y Posclásico) con los estadios de desarrollo cultural propuestos por Elman R. Service (banda, tribu, cacicazgo y civilización). Correctamente, estos autores hicieron notar que dichos estadios no fueron sincrónicos en las distintas áreas de Mesoamérica. Cuatro años después, el mismo Sanders, junto con Eric Wolf y otros colegas, se reunieron en la School of American Research de Santa Fe y decidieron aplicar al caso mesoamericano la periodización que John H. Rowe elaboró para los Andes Centrales. La original terminología entonces adoptada, en la que suceden horizontes y periodos intermedios, es únicamente cronológica, pues no tiene connotaciones de periodo ni de estadio de desarrollo."

"Durante las décadas de los setenta y de los ochenta se publicaron nuevas propuestas, entre las que sobresalen las de Román Piña Chán, Eduardo Matos y Enrique Nalda. Conviene advertir que en los últimos años el uso a impuesto la nomenclatura de Preclásico, Clásico y Posclásico. Sin embargo – y esto es una gran ventaja – los términos han perdido las connotaciones originales y el problema de la caracterización de los procesos es superior al de la mera terminología."

Una propuesta de periodización de la historia mesoamericana

Conforme al trabajo anterior, en las siguientes líneas enunciamos una periodización general para la historia mesoamericana, sin pretensiones de formular una propuesta original. En efecto, como se dará cuenta el lector, nos basamos en los valiosos trabajos de nuestros predecesores. Hemos parcelado el devenir de Mesoamérica en siete grandes periodos. Distinguimos cada periodo con una serie de atributos distintivos, privilegiando la aparición de los que consideramos más importantes para establecer los límites temporales. Debe reconocerse que en esta periodización no rige una homogeneidad de criterios clasificatorios. Como varios autores lo han propuesto, es conveniente dividir el tiempo histórico con criterios coherentes y uniformes. Lamentablemente, en el caso mesoamericano, la aplicación estricta de este principio presenta serios obstáculos. Por un lado, el uso de un solo tipo de criterios puede conducir a la formación de periodos tan amplios que la utilidad de la periodización disminuye considerablemente. Por ejemplo, si se toman en cuenta las revoluciones sociales propuestas por Childe (neolítica, urbana e industrial), los cuatro milenios de Mesoamérica quedarían divididos únicamente en dos larguísimos periodos."

"Por otro lado, algunos criterios fundamentales de segmentación histórica no cuentan con indicadores arqueológicos precisos. Por ejemplo, es bien sabido que las formas de organización del trabajo, las relaciones de parentesco o la tenencia de la tierra no dejaron huellas materiales suficientes en tiempos remotos como para ser identificadas con precisión." (Alfredo López Austin y Alejandro López Luján, "Arqueología Mexicana", mayo-junio, 2000; 14 a la 19).

IMPORTANCIA DE LA CRONOLOGÍA. "Todo quehacer humano requiere ser explicado dentro de un periodo de tiempo, a lo cual se le designa como fase cronológica, y se utiliza de referencia temporal para señalar distintos fenómenos o sucesos culturales. La división temporal usual para la historia prehispánica mexicana, consta de varios periodos: Arcaico (5 000-2 000/1 500 años antes de Cristo); Formativo Temprano (2 000/1 500-800 años a. C.) Formativo Medio (800-200 años a. C.) y Formativo Superior (200 a.C. – 200 d. C.); Clásico (200-800 años d. C.) y Epiclásico o Clásico Tardío (800-900 años d. C.); Posclásico Temprano (900-1 200 d.C.) y Posclásico Tardío u Horizonte Histórico (1 200- 1521 años d. C.). Estas fechas, que surgieron de los estudios realizados en la Cuenca de México y que van cambiando conforme se llevan a cabo nuevos descubrimientos, a veces difieren por un margen de varios años de lo que aconteció (…), de ahí que lo más importante sea considerar la fecha en sí y no los periodos."

"En algunas ocasiones, cuando las excavaciones muestran datos arqueológicos más tardíos asociados a elementos de manufactura ajena a la americana, entonces se les designa como correspondientes al periodo Colonial, cuyo fechamiento suele ser más fácil en cuanto se tiene mayor información documental al respecto (…)."

"Asimismo, el concepto de regiones y subregiones geográficas y/o culturales, ubican especialmente las culturas que se iniciaron, se desarrollaron y finalmente, se extinguieron o incorporaron a otras ya existentes." (Jiménez García, Martínez Donjuán y Arboleyda Castro, 1998; 27).

La arqueología mexicana.

"I. LOS PRIMEROS TRABAJOS. El primer estudio sobre una ciudad prehispánica lo llevó a cabo Antonio Bernasconi en Palenque en 1785."

"Notable por el detalle y agudeza de las observaciones del autor, que lo acercan a la imagen que tenemos del arqueólogo moderno, es la Descripción de las antigüedades de Xochicalco de José Antonio Alzate, publicada en 1791."

"A la misma época corresponde el análisis iconográfico publicado por Don Antonio de León y Gama en 1792, a raíz del hallazgo de dos importantes monolitos mexicas, la Coatlicue y la Piedra del Sol. Entre las exploraciones realizadas en el porfiríato destacan las de Leopoldo Batres en Mitla, Monte Albán, Xochicalco y Teotihuacan."

"II. GAMIO Y EL ESTUDIO INTEGRAL. El arqueólogo más destacado de la primera época revolucionaria fue Manuel Gamio, tanto por sus variadas contribuciones al estudio de las sociedades prehispánicas como por su enfoque de la antropología como una actividad interdisciplinaria."

"Por ello, en Teotihuacan no sólo investigó el pasado prehispánico sino también a la población de la región. Además, realizó en Azcapotzalco las primeras excavaciones estratigráficas de América y promovió, entre otras, las investigaciones del edificio principal de Teopanzolco, a cargo de José Reygadas Vértiz, y las de Cuicuilco."

"III. LA INSTITUCIONALIZACIÓN DE LA ANTROPOLOGÍA. Alfonso Caso fue el arqueólogo relevante de las décadas de los treinta y cuarenta de este siglo veinte. Además de ser un promotor de la antropología, llevó a cabo investigaciones en Monte Albán durante 18 temporadas. Otros trabajos de esa época fueron los de García Payón en Calixtlahuaca, en Malinalco y, principalmente, en Tajín; los de Acosta en Tula, y los de Noguera en Xochicalco. A finales de la década de los cuarenta, Alberto Ruz inició en Palenque las exploraciones que culminarían con el descubrimiento de la tumba de Pacal. Varios extranjeros hicieron trabajos arqueológicos en el país; entre ellos, Vaillant en la Cuenca de México, Linné en Teotihuacán, Mathew Stirling en Tres Zapotes y La Venta, y la Institución Carnegie de Washington, a partir de 1924, en Chichen Itzá."

"IV. RUPTURA Y RESISTENCIA. Los principales impulsores de una arqueología distinta a la realizada a fines de los sesenta, fueron Armillas y José Luis Lorenzo. Además de ellos, destacan los trabajos de Sanders en la Cuenca de México, los de Litvak en Xochicalco y los de la ENAH en Guanajuato y Morelos. Entre los ejemplos más notables de proyectos de corte conservacionista están los trabajos de César Saénz en Xochicalco y, bajo la dirección de Ignacio Bernal en Teotihuacán."

"En esos años también hubo extranjeros que desarrollaron investigaciones arqueológicas, como las de Richard S. MacNeish en Tehuacán y las de René Millon en Teotihuacán. En el área Maya, destacan los trabajos de Wyllys E. Andrews IV en Dzibilchaltún y el la región del Río Bec. Michael D. Coe y Richard

A. Diehel trabajaron en San Lorenzo, Kent V. Flannery y en los valles de Oaxaca y David Grove en Chalcatzingo."

"V. LAS DOS ÚLTIMAS DÉCADAS. Las dos últimas décadas han sido años de gran actividad en la arqueología mexicana. Además de trabajos comenzados en los años anteriores a este periodo – como los de Contreras y Cabrera en Teotihuacán, los de Matos en el Templo Mayor y los de García Moll en Yaxchilán -, se ha ampliado el número de regiones y sitios investigados, como es el caso de los trabajos de García Cook en Cantona, María de la Luz Gutiérrez en la Sierra de San Francisco, Brügemann en Tajín, Juan Yadeun en Toniná, Norberto González en Xochicalco, Rubén Cabrera en La Ventilla, Teotihuacan, así como los del norte de Yucatán y del sur de Campeche y Quintana Roo."

"La mayoría son estudios que se realizan con los equipos y técnicas más modernos y ocasionalmente con la colaboración de instituciones de otros países." (Enrique Nalda,"Arqueología Mexicana", marzo-abril ,1998; 14 y 15).

¿Qué es la arqueología?

"La palabra arqueología viene del griego arkhaios, antiguo, logos, discurso. Es la ciencia que estudia las artes y los monumentos de la antigüedad. Esta ciencia se auxilia de:

CULTURA Y ESTILO. El estilo puede definirse como cualquier manera distintiva, y por ello reconocible, en la que algo es ejecutado o elaborado. Para la arqueología, el análisis del estilo es de primordial importancia, pues permite inferir distintos tipos de información. Debido a que el estilo indica cierto grado de cohesión social, las transformaciones o el abandono de un estilo en particular son vistos como consecuencia de cambios en uno o varios aspectos de la vida del grupo al que se relacionan y de hecho esos cambios son uno de los indicadores más utilizados para establecer épocas."

"La distribución de un estilo es considerada como reflejo de la distribución de una cultura; por ello, es útil delimitar áreas en las que se comparten modos de producir y decorar artefactos y en las que se asume que los grupos que las habitan son portadores, en ciertos momentos y por diversas causas, de tradiciones culturales si no iguales por lo menos similares, como un primer acercamiento para establecer unidades de otro tipo: políticas, comerciales, etc. "

"Monolitos como los hallados en la ciudad de México son expresión de lo que se llama estilo mexica; son muestra del control que existía por parte de la clase dirigente sobre la producción de obras asociadas a los rituales religiosos y políticos, y su distribución en Mesoamérica puede ser vista como el reflejo de la extensión del dominio mexica." ("Arqueología Mexicana", marzo – abril, 1998; 21).

"ANÁLISIS ICONOGRÁFICO. La iconografía es una de las herramientas más útiles de las que dispone la arqueología para obtener e interpretar información contenida en obras plásticas de diversas clases cuyo rasgo en común es la inclusión de varios tipos de representaciones – figuras humanas, objetos, motivos abstractos, etc. -, a las que se supone portadoras de significados que hacen alusión, entre otros, a aspectos relacionados con la cosmogonía religiosa, la estructura política y la historia de una sociedad."

"En el análisis iconográfico se toman en cuenta cada uno de los elementos representados en la obra, con el fin de interpretarlos tanto en términos de sus posibles significados particulares, como, y sobre todo, en referencia al mensaje que esos elementos transmiten en conjunto. En gran parte el análisis iconográfico se basa en la comparación de los elementos con otros ejemplos similares sobre los cuales se tiene noción de sus significados potenciales, y, en su caso, a otras fuentes de información, lingüísticas y escritas, por ejemplo, que no sólo permiten mayor confiabilidad en la interpretación sino que en ocasiones

la enriquecen." ("Arqueología Mexicana", marzo-abril, 1998; 24).

"FOTOGRAFÍA AÉREA. Las fotos tomadas desde el aire son de gran utilidad en los estudios de la superficie de la Tierra a escala regional; como ejemplos, pueden mencionarse reconocimientos geomorfológicos o de distribución de la vegetación, pero la fotografía aérea también se utiliza ampliamente en la arqueología, tanto en los estudios del patrón de asentamiento como en los del patrón urbano de sitios complejos."

"Entre los distintos tipos de fotografía aérea, tienen especial importancia las fotografías estereoscópicas, que se obtienen tomando una serie de fotos del terreno con una cámara montada en un avión que vuela a lo largo de una línea. En dos fotos sucesivas aparece la misma porción del terreno, vista desde dos lugares distintos. Al examinar el par de fotos mediante un estereoscopio, se obtiene una visión tridimensional del terreno, lo que facilita su estudio."

"Las imágenes derivadas de los pares estereoscópicos pueden procesarse para corregir distorsiones mediante la técnica conocida como restitución fotogramética. Así pueden obtenerse planos topográficos de manera más simple y rápida de lo que es posible hacerlo a través de levantamientos en la superficie."

"Hace unas cuantas décadas, bajo la dirección del Dr. René Millon, de la Universidad de Rochester, se realizó en Teotihuacan un estudio muy amplio basado en el empleo de la fotografía aérea. Uno de los resultados importantes del proyecto fue la obtención de un mapa de los 22 kilómetros cuadrados que comprendía la antigua ciudad de Teotihuacan." ("Arqueología Mexicana", marzo – abril, 1998; 28).

"GEOMORFOLOGÍA. La geomorfología se ocupa de la configuración general de la superficie de la Tierra y de su relación con las estructuras geológicas que se encuentran bajo dicha superficie. Estudia también los cambios que se producen en las formas de la superficie como consecuencias de los procesos de acumulaciones en ella de materiales o, por el contrario, de los procesos erosivos, que los desplazan. Podríamos decir que esas formas de la Tierra son el esqueleto del paisaje, y no es posible entender una ocupación humana sin hacer referencia al paisaje en que se inscribe."

"Con el paso del tiempo, el paisaje cambia, por lo que, para el estudio de un asentamiento antiguo, debemos inferir cómo era el paisaje cuando el asentamiento estaba ocupado; no debemos de suponer que el paisaje de entonces era semejante al actual, pues pudo ser muy diferente."

"El sitio arqueológico de Cuicuilco es un buen ejemplo de lo anterior: Cuicuilco se fundó hace unos tres mil años en una planicie surcada por arroyos que corrían hacia el este para desembocar en el Lago de Xochimilco. Varios siglos después, en la parte central del sitio se formó una laguna, en cuyas orillas estaban algunos de los principales edificios de Cuicuilco. Hacia el año 200 después de Cristo, después de varias erupciones de cenizas, una buena parte del sitio fue cubierta por la lava del Xitle, si bien la laguna persistió por varios siglos más. No podría entenderse la historia de Cuicuilco sin considerar esos cambios de la geomorfología del área." ("Arqueología Mexicana", marzo – abril, 1998: 36).

"RESTAURACIÓN DE EDIFICIOS ARQUEOLÓGICOS. Con frecuencia la exploración de sitios arqueológicos va acompañada de labores dirigidas no sólo a investigar los monumentos sino a descubrirlos y restaurarlos con la finalidad de conservarlos y de crear las condiciones que permitan al público apreciarlos."

"Esta combinación de objetivos es una práctica de larga tradición en la arqueología en México, pues abarca prácticamente desde las exploraciones de principios de siglo llevadas a cabo por Leopoldo Batres en Teotihuacán y otros lugares hasta la actualidad."

"De acuerdo con la concepción vigente, la restauración puede ser entendida como la intervención sobre la estructura física de un bien cultural, en este caso un edificio, con el propósito de propiciar las condiciones que permitan su permanencia en adelante, y puede constar de alguno, o una combinación, de los siguientes de siguientes tipos de intervención: liberación, consolidación, reintegración e integración. Por otra parte, la restauración de un edificio, además de ese primer propósito de conservación, da lugar a la exhibición de algunos de sus valores culturales, principalmente los asociados a su apariencia, que así pueden ser apreciados y, en su caso, utilizados como base para otras investigaciones. Así, una de las premisas básicas de la restauración consiste en efectuarla de tal modo que no se altere en nada la estructura original del bien intervenido." ("Arqueología Mexicana", marzo – abril, 1998; 40).

"ANÁLISIS METALÚRGICO. El metal de que está hecho un objeto puede ser estudiado en diferentes planos. Por un lado, puede analizarse su composición química: los elementos mayores, es decir, aquellos que se encuentran en mayor proporción, pueden dar indicios de la composición de minerales de los que se obtuvo el metal y, también pueden identificar algo de los procesos de fundición que se aplicaron para extraer el metal."

"Cuando se comparan los análisis de varios objetos, puede también detectarse la existencia de proporciones fijas de dos o tres metales, lo que implica un conocimiento de las aleaciones, como, por ejemplo, el bronce, una aleación de cobre y estaño. Los elementos traza, que son aquellos que aparecen en proporciones muy pequeñas, pueden permitir identificar los yacimientos de donde provino el mineral usado, aunque ello presenta ciertas dificultades, ya que el metal pudo haber sido hecho de una mezcla de minerales de varios yacimientos o ser el resultado de la fundición de objetos desechados de diversos orígenes."

"Una superficie pulida del metal puede también estudiarse bajo el microscopio: la distribución, forma y tamaño de los cristales metálicos presentes y las inclusiones de vidrio derivado de la fundición nos indican los procesos que se usaron para hacer un objeto metálico. Así el análisis metalúrgico es de gran importancia en las investigaciones sobre tecnología antigua. La gran riqueza en objetos metálicos de la ofrenda de la tumba 7 de Monte Albán haría provechoso llevar a cabo en ellos un estudio amplio de ese tipo." ("Arqueología Mexicana", marzo – abril, 1998; 45).

"RADAR DE PENETRACIÓN. El radar de penetración es un equipo de prospección geofísica de desarrollo relativamente reciente. Colocado sobre la superficie del terreno o recorriendo ésta con él, emite ondas electromagnéticas que penetran el subsuelo hasta una profundidad de unos 60 metros, dependiendo de la frecuencia de la antena que se use. Según las características de los sedimentos presentes, de su porosidad y de su contenido de agua, una parte de la radiación es absorbida y el resto es reflejado y registrada por un detector. A partir de los registros, mediante su procesamiento electrónico, se obtienen gráficos de diversos tipos que representan la secuencia de los estratos que están bajo la superficie, secuencia en la que se incluyen tanto los componentes naturales como los de origen humano, como pueden ser construcciones enterradas."

"Para poder interpretar las gráficas que el equipo produce, es necesario desarrollar patrones de interpretación, lo cual implica la excavación de las áreas en las que se detectan anomalías con el propósito de conocer el origen de estas últimas."

"Además de sus aplicaciones en geofísica e ingeniería, el radar de penetración promete ser una importante herramienta para la arqueología, pues permite una mejor planeación de las excavaciones. El equipo de prospección geofísica donado por Japón al INAH se utilizó en La Venta, pues ahí las construcciones son de tierra y el subsuelo está formado por depósitos aluviales y lacustres, mientras que los monumentos escultóricos están tallados en roca, principalmente volcánica, mucho más compacta que los depósitos, lo que implica un alto contraste entre los monumentos y los sedimentos que los cubren." ("Arqueología Mexicana", marzo-abril, 1998: 48).

"CONSERVACIÓN. La conservación de materiales recuperados de exploraciones arqueológicas – pintura, cerámica, escultura, etc. – es un asunto importante por varias razones: una de ellas es la necesidad de preservar esos materiales en la mejor de las condiciones posibles debido a su calidad de evidencia cultural digna de ser preciada por otros e incluso de ser investigada de nuevo posteriormente."

"En la conservación de bienes arqueológicos se combinan los aportes de especialistas de diversas disciplinas, quienes de acuerdo con el conocimiento de las características físicas de los materiales y su disposición a influencias externas, junto con el estudio de las condiciones ambientales específicas en que se encuentran, su grado de deterioro y hasta la previsión de la evolución a futuro del mismo, plantean distintas técnicas de conservación que permitan, según el caso, detener esos procesos de decaimiento, procurar la reintegración de elementos (sólo si se posee la suficiente evidencia) y propiciar las condiciones para que el elemento en cuestión se conserve en condiciones aceptables en adelante."

"Las tendencias recientes en lo que se refiere a la conservación de elementos inmuebles, las pinturas murales de Bonampak entre ellos, consideran de primera importancia mantenerlos en su ubicación original, pues se asume que no sólo deben conservarse en función de su estructura física sino también de su contexto histórico y cultural." ("Arqueología Mexicana", marzo – abril, 1998; 52).

"ANÁLISIS POLÍNICO. La reproducción sexual de las plantas superiores se lleva a cabo mediante la fusión de la aportación genética masculina, que está contenida en el polen, y la aportación femenina, contenida en los óvulos. Las plantas producen una gran cantidad de polen, que por distintos medios será transportado hasta la flor femenina, en donde ocurre la fecundación de cada óvulo con un solo grano de polen. Mucho del polen no llega a su destino, cae al agua o la tierra y queda incorporado a los sedimentos. A pesar de su pequeño tamaño, microscópico, el polen es muy resistente y puede ser recuperado de los sedimentos donde se encuentra mediante un tratamiento químico. La forma, tamaño y relieve externo de los granos de polen son distintivos, lo que permite identificar a la familia y muchas veces el género de la planta de donde proviene. Contando bajo el microscopio el número de granos de cada tipo presente, podemos inferir la composición de la vegetación de la que proviene el polen y sus cambios a través del tiempo. Dado que cada comunidad vegetal tiene requisitos definidos de temperatura y precipitación para desarrollarse, también podemos obtener información paleoclimática. Los cambios en la vegetación no siempre se deben a factores naturales, sino que a veces ocurren por la intervención del hombre, que altera la vegetación natural e introduce sus plantas cultivadas. Los cambios se reflejan también en el espectro polínico." ("Arqueología Mexicana", marzo-abril, 1998; 57).

"EPIGRAFÍA. La escritura es el lenguaje dispuesto en una forma visible, y esas formas (inscripciones, glifos, letras) y la manera en que se estructuran constituyen un código compartido por lo menos por algunos miembros de un grupo social. La función del análisis epigráfico consiste en determinar: las características del sistema, por ejemplo, si los signos inscritos representan sílabas, palabras o una combinación de ambas; el significado de cada uno de ellos, es decir, su desciframiento; y la manera en que deben de leerse los textos (de arriba abajo, izquierda a derecha, etc.), todo ello con el propósito de comprender, al igual que aquellos antiguos conocedores del código, el mensaje lingüístico contenido en las inscripciones. Para cumplir con esos pasos, además de procedimientos lógicos, que involucran entre otros aspectos la búsqueda de repeticiones en la asociación de signos o en la posición en que suelen aparecer los textos, la epigrafía mesoamericana se vale de la comparación de las inscripciones con la información de otras fuentes: lingüísticas, etnográficas, históricas, etc. La posibilidad de leer los mensajes contenidos en las numerosas inscripciones legadas por los pueblos mesoamericanos constituye una herramienta invaluable para obtener información única sobre la religión, la vida política y la historia de esas culturas." ("Arqueología Mexicana", marzo – abril, 1998; 61).

"EL TEJIDO. En Mesoamérica pocas veces se dieron las condiciones climáticas que permitieran la preservación de los tejidos arqueológicos, debido a su origen orgánico. La mayor parte de los tejidos preservados proceden de cuevas secas, sobre todo del Norte de México, como los de la cueva de la Candelaria."

"Muchos de los instrumentos y técnicas con los que se elaboraban los tejidos en la época prehispánica siguen siendo utilizados en la actualidad por grupos indígenas de nuestro país; por ello, la etnografía es una fuente importante de información para la arqueología. El estudio de estos textiles permite conocer aspectos muy importantes de nuestro pasado, como la indumentaria y lo que ella refleja: lugares, tiempos, clases sociales, creencias y otras costumbres que definían a las distintas culturas."

"La elaboración del tejido consta de tres etapas básicas: hilado, urdido y tejido. El tejido consiste en la inserción de los hilos de la trama a través de la urdimbre; las diferentes maneras de cómo se entrelazan y sus posibles combinaciones se denominan técnica o ligamento. En Mesoamérica y el Norte de México se han registrado por lo menos 15 distintas técnicas en variadas texturas, combinaciones, diseños y colores, algunas muy sofisticadas, aunque predominan las más simples." ("Arqueología Mexicana", marzo – abril, 1998; 64).

"ARQUEOLOGÍA DE RESCATE. En virtud del creciente impacto que el desarrollo de la sociedad moderna causa sobre los vestigios arqueológicos, se han establecido estrategias que permitan recuperar de la mejor manera posible la información contenida en los depósitos que serán afectados por desarrollos urbanos, obras de infraestructura, etc., siempre y cuando éstos no puedan ser evitados. Así, en la arqueología de rescate se llevan a cabo los mismos pasos que en cualquier otra investigación arqueológica; lo que la distingue es el alto nivel de eficiencia que se requiere en el registro de materiales, pues es frecuente que no queden testigos, porciones del depósito arqueológico que se dejan sin explorar con el fin de que en el futuro se puedan investigar con mejores técnicas y métodos, y que aún las propias zonas excavadas sean cubiertas o destruidas. Debido a que el subsuelo de las ciudades coloniales resguarda vestigios culturales virreinales, en esos casos, la arqueología de rescate se encuentra ligada a la arqueología histórica: la exploración de contextos para los cuales, además de evidencia material, se dispone de información documental, la que si bien enriquece la investigación arqueológica, se beneficia a su vez de los datos que ésta aporta." ("Arqueología Mexicana", marzo – abril, 1998; 68).

ARQUEÓLOGOS DISTINGUIDOS EN MÉXICO.

"DON ANTONIO DE LEÓN Y GAMA (1735 – 1802). Nació nuestro sabio en la ciudad de México en 1735. Su principal interés se dirigió a los estudios matemáticos y a los de astronomía, en los que destacó de manera notable, a grado tal que los especialistas europeos reconocieron sus aportes a esas disciplinas."

Partes: 1, 2, 3

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