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Colibacilosis porcina



Partes: 1, 2

  1. Contraportada
  2. Resumen
  3. Introducción
  4. Concepto
  5. Distribución Geográfica
  6. Etiología
  7. Papel de las cepas de E.coli como desencadenante de diarrea neonatal y enteritis del destete
  8. Susceptibilidad
  9. Importancia económica
  10. Síntomas Clínicos
  11. Lesiones Anatomopatológicas
  12. Diagnóstico
  13. Medidas de Bioseguridad generales para granjas de producción porcina
  14. Bibliografía

Contraportada

El cerdo presenta particularidades de gran interés, su corto ciclo biológico y alta fecundidad, su alimentación omnívora, su fácil adaptación a todos los climas y la variedad de producto que proporcionan, convierten esta especie doméstica en una de las más interesantes en el término económico dentro del campo de la explotación ganadera, de una manera sencilla y amena este material intenta brindar un conocimiento general de la importancia que representa la Colibacilosis porcina en nuestros rebaños. Es una enfermedad ampliamente difundida y que en muchos casos pone en dificultad la cría de esta especie de animales. La información que ofrece el documento pudiera ser de utilidad a médicos y técnicos en la rama veterinaria; productores y estudiantes de la carrera de las Ciencias Agropecuarias

Resumen

La Colibacilosis porcina es una enfermedad infecciosa altamente transmisible que afecta a los lechones entre las 4 a 12 semanas de vida y es producida por la Escherichia coli, si bien actúan como cofactores ciertas situaciones estresantes que rebajarían el sistema inmunitario del lechón. Es también conocida con el nombre de Colibacilosis de los lactantes o diarrea neonatal.

Los probióticos se han usado como alternativa de la antibioterapia, para inhibir la proliferación de la E.coli en el intestino .Actualmente existe una tendencia mundial a la no utilización de antibióticos en las dietas de los animales por los efectos residuales que estos traen consigo y el gasto en medicamentos, debido a esto los productores de carne de cerdo han buscado otras alternativas para el control de diarreas a partir de productos naturales como los probioticos, zeolitas etc.

Palabras Claves: Colibacilosis, porcinos, enfermedades, Escherichia coli.

Introducción

La producción de cerdos constituye uno de los más importantes capítulos de la economía en la mayoría de los países incluyendo el nuestro. Esto esta dado por las condiciones que ofrece la ganadería porcina las cuales se adaptan a las más variadas condiciones de explotación.

El cerdo presenta particularidades de gran interés, pués su corto ciclo biológico y alta fecundidad, su alimentación omnívora, su fácil adaptación a todos los climas y la variedad de producto que proporcionan, convierten esta especie doméstica en una de las más interesantes en el término económico dentro del campo de la explotación ganadera Mursulí, (2005).

Las cepas de E.coli enterotoxigénicos (ECET)causantes de diarrea neonatal y diarrea postdestete (PWECD) en cerdos continúan causando considerables pérdidas económicas en las explotaciones porcinas de diferentes partes del mundo, tanto en sistemas de explotación intensivos como extensivos por concepto de mortalidad (10 y 20% de los cerdos recién nacidos y al destete), constituyendo los ECET una de las más importantes causas de diarrea en cerdos Alexander, (1994); Nataro y Kaper, (1998) y constituye un agente bacteriano dominante en enfermedades diarreicas de cerdos neonatos y postdestetados Nagy y col. (l996).

Para que una cepa ECET pueda inducir diarrea, además de producir las enterotoxinas termolábiles (LT) y/o termoestables (Sta y STb), debe expresar en su superficie un mecanismo adhesivo que le permita fijarse al microvilli del epitelio del intestino delgado, evitando ser arrastrada por los movimientos peristálticos y el flujo laminar Blanco, (2004).

La Colibacilosis es la enfermedad entérica más importante en la crianza de cerdos , a pesar de los esfuerzos en el control de ésta patología existen un grupo de aspectos aún no resueltos que han hecho posible la presentación de esta entidad, como es la deficiencia en la calidad de la alimentación, la cual es muy fluctuante en todas nuestras crianzas, la deficiencia en cuanto a la cantidad y calidad del agua de bebida que en muchas ocasiones proviene de pequeños embalses, la falta de mantas protectoras para lograr un ambiente adecuado en las instalaciones, la existencia de pisos en mal estado que ocasiona encharcamiento de agua, siendo esto una fuente de infección, todo esto unido a la ausencia de desinfectantes de probada eficacia y de medicamentos específicos, imposibilitan la recuperación de los focos.

A pesar de toda esta situación, las posibilidades que brinda el Diagnóstico epizootiológico no han sido totalmente estudiadas, especialmente en lo que se refiere a su relación con las causas y condiciones que favorecen la génesis y propagación de la enfermedad en las granjas del territorio.

Concepto

La Colibacilosis porcina es una enfermedad infecciosa altamente transmisible que afecta a los lechones entre las 4 a 12 semanas de vida y es producida por la Escherichia coli, si bien actúan como cofactores ciertas situaciones estresantes que rebajarían el sistema inmunitario del lechón. Es también conocida con el nombre de Colibacilosis de los lactantes o diarrea neonatal Quiles y Hevia, (2005).

La E. coli o Enterotoxicosis es definida como una enfermedad desencadenada por Enterotoxinas que son producidas por E. coli en el intestino y actúan a nivel local Monserratt, (2005).

Distribución Geográfica

La colibacilosis entèrica porcina se encuentra bastante diseminada en las áreas donde se crían cerdos a gran escala. Se presenta en cualquier época del año Nystrom, (1994).

Tiene una distribución mundial aún con las mejores condiciones de manejo, alimentación y Bioseguridad Wray, (1993).

En nuestro país ha sido reportada en todas las provincias y en algunos casos con focalidad, mortalidad, morbilidad y morbiletalidad elevada, Ortiz y col. (1985); Lazo, (2000 y 2005) y Bol. Estad. I.M.V, (2005).

Etiología

La Colibacilosis porcina es producida por la Escherichia coli la cual fue descrita por primera vez por el médico alemán Theodore Escherich, a partir de heces fecales de individuos sanos, y fue denominada por él como Bacterium coli commune. E.coli ha sido aislada desde entonces a partir del hombre y animales con síntomas de enfermedades gastrointestinales Blanco y col. (2002).

Este microorganismo es clasificado dentro de la familia Enterobacteriaceae, Gyles (1994); Sussman (1997); Blanco y col. (2002) y puede dividirse en biotipos, según sean sus propiedades, es un gérmen gran-negativo, anaerobio facultativo rodeado de flagelos peritricos de variable longitud, son habitantes normales del intestino grueso de las aves y mamíferos y son agentes causales de infecciones intraintestinal y extraintestinal, tales como infecciones del tracto urinario, cistitis, pielonefritis, meningitis, peritonitis, mastitis, septicemia y neumonía Van den Broeck y col. (2000). Escherichia coli es un importante patógeno entérico de cerdos neonatos y destetados, también puede perturbar la mucosa intestinal permitiendo a la bacteria ir desde la mucosa a la sangre y órganos internos causando septicemia Holm y Poulsen, (1996).

Cicuta y col. (2000) caracterizan la enfermedad como endémica altamente transmisible y por presentar un desenlace generalmente fatal, originando considerables pérdidas económicas en lechones entre las 4 y 12 semanas de vida.

E.coli puede ser diferenciada en dos grupos cuando se siembra en caldo nutriente, donde se puede ver el medio uniformemente turbio cuando se trata del crecimiento de cepas lisas(S) y en el caso de bacterias que provienen de cepas rugosas (S) se observa el sobrenadante claro y un sedimento granuloso Hampsom, (l994). Este mismo autor refiere, que en medios sólidos las colonias tienen una apariencia circular y lisa con bordes bien manifiestos, aunque algunas cepas producen colonias mucoides. En Agar sangre las colonias adoptan un color blanco amarillento que va tornándose a pardo o pardo dorado a medida que envejece el cultivo, algunas cepas manifiestan en este medio la excreción de ?-hemolisina soluble, al igual que en otras cepas se puede detectar la ??-hemolisina. En Agar eosina-azul las colonias son de color rojo negruzco con brillo metálico, mientras que Agar Mac Conkey son planas, rojas o rosado oscuras, rodeadas de una zona de precipitación y en Agar Verde Brillante de Kauffman se presentan de color amarillo verdoso.

Las cepas patogénicas colonizan el intestino delgado por medio de factores específicos de colonización (fimbrias) y producen una o varias endotoxinas responsables de la enfermedad Imberechts y col. (1992); Bertschinger, (1999).

De forma general la colibacilosis neonatal y postdestete están causadas más frecuentemente por cepas de E. coli enterotoxigénicas (ECET) que producen enterotoxinas (tóxinas termolábiles LT) o cepas de E. coli verotoxigénicas (ECVT) que producen tóxinas termoestables (Sta/Stb). Ambos tipos de toxinas actúan en el intestino y estimulan la hipersecreción de mucina y electrolitos resultando en una diarrea y deshidratación por los cambios en el balance de agua y electrolitos del intestino delgado Thomson, (2001) y Fairbrother, (1999).

En este sentido Holland, (1990); Imberechts y col. (1992); Pherson y col. (2000) coinciden, que E. coli enterotoxigénico (ECET) y E. coli verotoxigénico (ECVT) son las principales categorías de bacterias que causan infecciones entéricas en los cerdos.

E. coli patógenos se han englobado en diferentes grupos o categorías: E.coli enteropatogénicos (ECEP), E. Coli enterotoxigénico (ECET), E.coli enteroinvasivos (ECEI), E.coli verotoxigénicos (ECVT), o enterohemorrágicos (ECEH), E.coli enteroagregativos (ECEA), E. Coli con adherencia difusa (ECAD), E.coli uropatogénicos E. Coli bacteriémicos o septicémicos, E.coli necrosantes (ECNT) Blanco y col. (1993); Nataro y Kaper, (l998).

En el ganado porcino se reportan algunas de los tipos de E.coli mencionados anteriormente, cuya patogenicidad está asociada a determinados factores de virulencia, algunas de ellas presentan características particulares que las distinguen, poseen diferentes tipos de factores de virulencia, pertenecen a serotipos distintos y provocan patologías específicas Blanco y col. (1993).

Hay dos factores de virulencia muy importantes que influyen en su mecanismo de patogénesis que son la adhesina y la enterotoxina Yamamoto y col. (1990). Sin embargo debe tenerse en cuenta que en ciertos casos no es suficiente poseer un fenotipo de absorción para que el cerdo sea susceptible a la E.coli enterotoxigénica Bertin y Duchet- Suchaux, (1991).

Las adhesinas de los ECET se han localizado en fimbrias y fibrillas que reciben el nombre de factores de colonización González y Garabal, (1998).

Las fimbrias constituyen un importante factor de virulencia en la patogénesis de ECET, la adhesión de estas y la subsecuente colonización del intestino delgado y la liberación de enterotoxinas alteran el transporte de electrolitos en los enterocitos, resultando en una severa diarrea Gyles, (1994).

Por otra parte, diversos autores afirman, que la diarrea posdestete es consecuencia de un desequilibrio de la flora gastrointestinal, otros consideran que el aumento del pH del estómago de cerdos destetados favorece la colonización del intestino delgado por cepas ECET, y que un ambiente ácido tiene un ambiente inhibitorio sobre E.coli, por lo que muchos consideran que el estado fisiológico del epitelio intestinal influye en la adherencia de las bacterias, otros consideran que las afecciones virales a nivel del intestino del cerdo pueden producir cambios en el ambiente Kausche y col. (1992).

El mecanismo patogénico general de ECET en cerdos recién nacidos y postdestetados, consisten en la adhesión a células del epitelio intestinal a través de las fimbrias, con la consecuente colonización de la mucosa del yeyuno e íleon y la producción de enterotoxinas, que provocan un aumento en la difusión de agua y electrolitos a la luz intestinal originando diarrea acuosa Anónimo, (2001).

Existen otras patologías que producen diarreas en cerdos jóvenes como la Salmonelosis, Disentería, Criptosporidiosis, diarreas producidas por parásitos como la Coccidiosis y los hongos como causa de problemas digestivos solo han sido reportados en escasas ocasiones Internet, (2005 A ).

La diarrea de los cerdos jóvenes es uno de los principales problemas que afecta a las explotaciones porcinas, enfermedad que puede ser causada por muchos agentes a los que se asocian factores predisponentes que contribuyen a aumentar la severidad de los brotes Webster, (1981). Entre esta variada etiología, las infecciones por E. coli revisten gran importancia, jugando un destacado papel las cepas que producen toxina termoestable (ST) y termolábil (LT) Appel y col. (1989); Fairbrother, (1993).

Un amplio margen de estos factores le constituyen el estrés producidos por hacinamiento, la falta de higiene, las dietas inadecuadas, los enfriamientos, la humedad, la excesiva temperatura, las precipitaciones, la falta de toma de calostro por el cerdito, la mala nutrición de la madre, la sobrealimentación, cambios bruscos de alimentación, la hipovitaminosis A, el traslado de los animales, manipulaciones indiscriminadas de los animales, vacunaciones, así como la aplicación de medicamentos de cualquier índole Monserrat, (2005).

Papel de las cepas de E.coli como desencadenante de diarrea neonatal y enteritis del destete

E. coli enteropatógenos porcinos causan tres manifestaciones de Colibacilosis entérica porcina: la diarrea neonatal, la enteritis del destete y la enfermedad edematosa. La diarrea neonatal es producida principalmente por cepas de E.coli Enteropatogénicas (ECEP) de los serotipos 08: K87, 064, 0101, 0138: K81, 0141: K85, 0147: K89, 0149: K91 y 0157 que suelen expresar otros antígenos de colonización intestinal K88 aunque algunas cepas suelen expresar otros antígenos de colonización (P987, K99 F41). En la enteritis del destete predominan las cepas de los serotipos 0138: K81, 0141: K85. Estos dos últimos serotipos junto con el 0139: K82, son típicos de cepas asociadas a la enfermedad edematosa Blanco, (2003). Según Pherson y col. (2000) las principales entidades productoras de colibacilosis son K88, K99, F41 y 987P.

  • E. coli enterotoxigénica (ECET) y verotoxigénica (ECVT) constituyen la mayor categoría de bacterias que causan infecciones entéricas en cerdos. ECET causa diarrea principalmente en cerdos recién nacidos y destetados Imberechts y col. (1992); Bertschinger y Gyles, (1994) y Bertschinger, (1999).

La presencia de uno o más tipos de ECET puede ser a menudo acompañada por rotavirus, calicivirus, coccidias o por coronavirus de la diarrea epidémica porcina (PED) en ambos grupos de edad, pero sobre todo en cerdos destetados Imberechts y col. (1997).

La colibacilosis neonatal continúa siendo un problema importante pero la morbilidad y mortalidad aguda postdestete ha emergido como enfermedad más frecuente Winkelman, (l995).

En las enfermedades multifactoriales el agente etiológico involucrado en muchos casos tiene menor importancia que las condiciones bajo las cuales los cerdos son mantenidos pués este puede permanecer inaparente durante mucho tiempo y cuando los factores ambientales actúan sobre el hospedero de forma negativa se tornan súbitamente evidentes Sobestiank, (1994).

Susceptibilidad

Afecta exclusivamente al cerdo, principalmente en los animales jóvenes con mayor frecuencia que los adultos Hampson, (1994).

La susceptibilidad es dependiente de la edad, y se debe a varios aspectos, la alta permeabilidad relativa de la mucosa intestinal en los animales neonatos y el relativo alto pH gástrico en los animales recién nacidos lo cual favorece el pasaje de las bacterias a través del estómago, los cambios rápidos en las condiciones del intestino y la rediferenciación del epitelio del íleon inmediatamente después del destete, el desarrollo del sistema inmune del hospedero y la presencia de receptores intestinales dependientes de la edad. Los receptores del intestino delgado dependen de la edad del cerdo, los animales recién nacidos son los animales más sensibles a las infecciones por la E.coli Lindahl y col. (1990).

La primera regla para manejar lechones es mantenerlos calientes y secos. Un lechón recién nacido es esencialmente un animal de sangre fría, así que su temperatura corporal está muy próxima a la temperatura del ambiente en que se encuentra. Cuando nace en un ambiente cuya temperatura está por debajo de los 32 a 35°C, tendrá que quemar energía adicional para mantenerse caliente, de manera que, en el mejor de los casos, dejará de crecer, y en el peor consumirá rápidamente sus reservas energéticas lo que pondrá en peligro su vida. La segunda regla es asegurarse de que cada lechón recibe su ración de calostro. El calostro contiene altos niveles de inmunoglobulinas, que son absorbidas directamente por él durante las primeras horas de vida. Como el sistema inmune del lechón no se desarrolla plenamente hasta que tiene de 3 a 4 semanas de edad, el calostro es la única protección que tiene mientras tanto Kenneth, (2003). Este mismo autor plantea dos cosas con respecto al calostro: 1) que solamente proporciona inmunidad contra las enfermedades a las que ha estado expuesta la madre y 2) que la capacidad del lechón para absorber el calostro disminuye rápidamente con el tiempo, según va consumiendo líquidos.

El bienestar de los cerdos está conformado por una compleja interacción entre las características genéticas, el alojamiento, la alimentación y el trato del hombre o sea que abarca parámetros fisiológicos, sanitarios y etiológicos todos ellos desarrollados y aunados en una neta función económica Muñóz, (2004).

Existen suficientes datos e información que indican la estrecha relación entre la nutrición y la patología digestiva de los lechones en sus distintas fases productivas de explotación y se sabe también que la carencia de determinados nutrientes en su alimentación básica puede constituir un factor limitante en su crecimiento y desarrollo corporal. Sin embargo, un manejo y hábitat apropiados pueden aumentar la utilización de los alimentos y reducir la mortalidad post-nacimiento al disminuir considerablemente la relación entre la carga microbiana intestinal, el pienso y la incidencia de diarreas. Los lechones al nacimiento quedan expuestos a los microorganismos del medio ambiente que les rodea y a la ingestión de bacterias procedentes de las heces maternas que colonizan su aparato digestivo, principalmente su tramo intestinal Riopérez y Rodríguez, (2004). Este mismo autor refiere que los lechones al nacer con tan escasas reservas de glucógeno necesitan aumentar dichas reservas con la toma de energía (calostro) para evitar la muerte por hipoglucemia. Sin embargo, el índice de mortalidad más elevado durante la lactación se relaciona con los desórdenes y enfermedades de tipo entérico, siendo primordial durante este período la interacción nutrición/colibacilosis para la productividad y rentabilidad de la explotación.

La resistencia genética de algunos cerdos a la colonización intestinal por la bacteria causal de esta enfermedad, se le atribuye a la ausencia de receptores para las fimbrias F107 en la membrana del enterocito de cerdos neonatos y para las fimbrias K99, P987 y F41 en la membrana del enterocito de cerdos posdestetados. Por lo que, los lechones son resistentes a la infección, si ellos son genéticamente deficientes en su habilidad para expresar receptores específicos K88 en el borde ciliado de la membrana celular Hu y col. (1993).

Además la presencia de receptores específicos K88 en el mucus del íleon de porcinos es dependiente de la edad Conway y col. (1990).

La susceptibilidad frente a infecciones por E.coli es dominante sobre las resistencias Francis y col. (1998).

La edad y la base genética parecen ser determinantes inherentes a la susceptibilidad del E.coli para los lechones. Los cerdos son resistentes al E. coli F18 al nacimiento, pero llegan a ser susceptibles después de varias semanas Imberechts y col. (1997).

Conway, (1990) indica que tras la colonización bacteriana inicial prácticamente inevitable, la microbiología intestinal del recién nacido permanece relativamente estable, excepto cuando se producen cambios sustanciales dietéticos o ambientales en la nave de maternidad o posteriores al destete en la nave de transición.

Riopérez y Rodríguez, (2004), indican que un destete brusco a los 28 días de edad con un consumo de pienso diferente induce a un breve período de ayuno y a ciertas alteraciones del tracto digestivo tanto en su estructura como en la cantidad y composición de su flora intestinal. Los lacto bacilos previamente dominantes en el intestino delgado por la ingestión de leche materna reducen su número drásticamente durante la primera semana post- destete, mientras que el número de bacterias coliformes en especial el de E. coli aumentan. Estos mismos autores comprueban que la actividad microbiana del intestino grueso (ciego- cólon) no aumenta hasta pasados los 20 días del destete, mientras que en el intestino delgado (íleon) sólo tarda una semana en alcanzarse la máxima fermentación. Transcurridos este período de cambios y actividades en la flora microbiana intestinal se debería producir una estabilización de la misma.

En definitiva, si realizamos destetes a diferentes edades que incluyan cambio de dieta, se observa generalmente distintos efectos sobre la composición y estabilidad de la flora microbiana gastro-intestinal y como afirman Franklin y col. (1989), provocan alteraciones inmediatamente posterior al destete, dejando al lechón más susceptible a la proliferación.

Importancia económica

Las enfermedades diarreicas en animales suponen mayor tasa de mortalidad, menor ganancia de peso y alto riesgo de contraer otras enfermedades especialmente respiratorias. Las bacterias con mayor incidencia en las diarreas en los cerdos son Gram – E. coli y

Salmonella Internet, (2005 B).

La Colibacilosis porcina motiva pérdidas económicas por las tasas de mortalidad y morbilidad con que se presenta. Para controlar y lograr la erradicación de esta enfermedad se han desarrollado estrategias para la producción de nuevos fármacos altamente confiables para los tratamientos preventivos y curativos y con vistas a la erradicación de deficientes prácticas de manejo que inciden en la presentación de esta enfermedad Internet, (2005 D).

El daño causado en el orden económico y animal por la Colibacilosis porcina son significativos y ellos merecen la aplicación de medidas preventivas que den respuesta a los productores Cicuta, (1999).

Síntomas Clínicos

Pocos días después del nacimiento, los cerdos infectados con cepas patógenas de E.coli se atontan y maman sin vigor o rehúsan mamar. Por lo general presentan diarrea acuosa, amarillenta o de color grisáceo, aunque a veces se encuentran estreñidos, se desmedran y debilitan con rapidez, no se mueven con facilidad en la nidada y no viven por mucho tiempo, a veces los rabos se recubren con heces fecales que al secarse si los cerdos sobreviven el período agudo de la infección obstaculizan la circulación produciendo el desprendimiento del rabo Imberechts y col. (1994); Bouguense y Bertin, (1999).

Los cerdos se mueven con marcha tambaleante hacia el alimento pudiendo comer muy escasamente y solo hociquean el alimento, seguidamente pierden el control de las extremidades posteriores o anteriores y en pocas horas la parálisis es completa y los cerdos no pueden levantarse, en otros casos se observan ataques de convulsiones y movimientos de corrida Bertschinger y Gyles, (1994). Otros autores señalan que pueden presentar diarreas con o sin hemorragias Francis y col. (1989); Christopher y col. (1993).

Monserratt, (2005), coincide con los autores anteriores que la E. coli enterotoxicosis neonatal puede presentarse desde diarrea leve hasta profusa. La morbilidad es a menudo del 100%. En un brote agudo en una granja la mortalidad puede alcanzar 30-40%. En los casos subagudos las pérdidas no son debidas a la mortalidad, sino al retraso en el crecimiento.

Lesiones Anatomopatológicas

Las alteraciones que se encuentran en los cerdos con enteritis producidas por E.coli son: enteritis catarral, que puede ser moderado o grave y que se caracteriza por congestión de los vasos mesentéricos anteriores y posteriores. El estómago puede contener cantidades variables de la leche coagulada, pero por lo general no presenta alteraciones hemorrágicas notables. El intestino contiene a menudo una sustancia acuosa, amarillenta y gaseosa. Los ganglios linfáticos mesentéricos pueden estar aumentados de tamaño y edematosos. Los casos de enteritis hemorrágicas son poco frecuentes. En los cerdos de más edad con enteritis necrótica se ha aislado serotipos patógenos de E.coli. Es de presumir que tales organismos contribuyan al desarrollo de dicho estado. En cualquier edad se puede encontrar como complicaciones neumonías, peritonitis y pleuritis Frasser, (1993).

En los casos de septicemia, la piel puede presentar cierta coloración, que casi siempre es moderada, los abscesos de las articulaciones se presentan a veces después de que la septicemia ha declinado Wenneras y col. (1990).

Diagnóstico

Blanco y col. (2002), señalan, que las diarreas en cerdos a la edad de amamantamiento y dentro de las dos primeras semanas posdestete, están casi siempre acompañadas por algún tipo de infección por E. Coli no-comensal. El diagnostico de la infección por ECET se hace en la detección de factores de virulencia conocidos y del serogrupo ECET sospechoso. Esto puede no requerir no necesariamente del cultivo de la bacteria. Pero la necesidad de determinar la resistencia de antibióticos simultáneamente hace que el cultivo y pruebas de características culturales "in vitro" sea parte del diagnóstico de rutina en los Laboratorios para el cultivo usualmente se usa intestino de cerdos o heces fecales, de las cuales es aconsejable inocular medios específicos requeridos para el crecimiento potencial de algunas adhesinas (MINCA, para K88 o Difco Blood Agar base con Agar de cabra para 987 P).

Los medios más frecuentemente utilizado para el aislamiento de E.coli de Agar Mac-Conkey con lactosa y el medio de eosina con azul de Metileno (EMB o LEVINE). Se trata de medios selectivos que diferencian las colonias en positivas y negativas con respecto a la lactosa.

Aunque la mayoría de las cepas de E. Coli son lactosa positiva no se deben descartar el estudio de las colonias lactosas negativas, ya que en el 5% de E. Coli que no fermentan la lactosa se pueden encontrar cepas patógenas Blanco y col. (2002).

La biotipificación se puede realizar con una serie corta de pruebas bioquímicas: indol (+), rojo de metilo (+), VP (+), citrato (-), SH2 (-) y ureasa (-). No obstante, hay que tener en cuenta que hay cepas atípicas: indol (-), citrato (+), SH (+) o ureasa (+). Blanco y col. (2002).

La muestra clínica más difícil de valorar por el microbiólogo es la procedente de animales con diarrea, ya que al sembrar las heces en el Agar Mac Conkey con lactosa va a crecer casi siempre un abundante número de colonias de E.coli. En estos casos, el problema consiste en diferenciar entre las cepas diarreagènicas y las no patógenas, que forman parte de la micropoblación normal del intestino grueso. Actualmente la técnica más frecuentemente empleada para detectar la E. Coli diarreagénica es la PCR múltiple, capáz de detectar los genes de virulencia más representativos de ECEP, ECET, ECEI, ECVT, ECEA y ECAD. A efectos epidemiológicos es muy importante determinar el serotipo O:H de la cepa aislada Blanco y col. (2002).

El diagnóstico de la diarrea postdestete (PWD) requiere de cuidadosa consideración de los factores predisponentes y resultados bacteriológicos. Esto es casi siempre una necesidad para la investigación en el diagnóstico diferencial tales como detección de virus. Por ello en caso de PWD, es muy aconsejable no ser con un posible resultado bacteriológico donde se detecten varios tipos de ECET, pero es también necesario considerar otros factores fisiológicos, ambientales, dietéticos y virales que pueden a veces ser tan importantes como las mínimas bacterias ECET. Cultivo y/o identificación inmunofluorescente "in vivo" de cepas de ECET del íleon de cerdos diarreicos es la vía más simple y eficiente para el diagnóstico bacteriológico (como se describe la diarrea en el recién nacido). El análisis bacteriológico de muestras fecales para ECET es más difícil porque la bacteria presente en las heces puede no reflejar el status microbiológico del intestino delgado. Hay una variedad de técnicas " in vitro " que detectan los factores de virulencia (Adhesinas) y toxinas de ECET incluyendo ensayos inmunológicos y biológicos, pruebas moleculares (Hibridación del DNA y PCR), como se mencionó antes para la diarrea en cerdos recién nacidos. El diagnóstico diferencial puede incluir frecuentemente la detección de rotavirus y coronavirus así como espiroquetas y Salmonellas Hampsom, (1994); Frank y col. (1998).

El aislamiento de cultivos casi puros de serotipos de E.coli hemolítica específica, a partir del intestino delgado de los casos agudos es de utilidad Hampsom, (1994).

La confirmación se basa en la demostración histológica de malacia focal en el tallo cerebral o de lesiones vasculares degenerativas típicas en varios lugares Hampsom, (1994). Son importantes las lesiones microscópicas en el cerebro, y las lesiones en pequeñas arterias y arteriolas, consistentes en pignosis y cariorrexis del núcleo en la túnica media del endotelio, necrosis de las células de la muscular de la mucosa, en el intestino. Glóbulos de material eosinofílico se observan alrededor de los vasos afectados en el cerebro Erickson y col. (1992).

El diagnóstico diferencial incluye meningitis por Streptococcus suis, Pseudorrabia, Septicemia por Salmonella, envenenamiento con sal y compuestos arsenicales orgánicos Hampsom, (1994).

Al respecto Bertschinger y Gyles, (1994) refieren que esta enfermedad es fácilmente diagnosticada cuando ocurren brotes típicos, sin embargo, los casos esporádicos especialmente aquellos que afectan edades atípicas requieren diferenciación con otras patologías caracterizadas por un curso corto y por signos neurológicos como la Pseudorrabia Poliencefalomielitis enteroviral, Fiebre porcina, Meningoencefalitis bacteriana causada por Streptococcus suis o Haemophilus parasuis, Otitis media y privación de agua. En estudios comparativos de infecciones intestinales, mediante el empleo de métodos histopatológicos, se ha demostrado que las infecciones por rotavirus se caracterizan por la destrucción de las vellosidades de las células epiteliales, las infecciones por parvovirus se

caracterizan por la destrucción de las criptas de las células epiteliales. Las infecciones por organismos intracelulares parecidos a Campylobacter se caracterizan por hiperplasia de las células epiteliales. Mientras que las infecciones por E.coli enterotoxigénicas se caracterizan por la adherencia de las E. Coli a las vellosidades del epitelio. Con pocos o daños no aparentes en la estructura de la mucosa y por el ataque a la superficie de la membrana de las células epiteliales, sobre todo en las microvellosidades.

Existen métodos moleculares de tipificación, análisis y caracterización epidemiológica que incluyen fragmentos de restricción de longitud polimórfica (restrition fragment lenght polymorphism (RFLP) y electroforesis de campos pulsantes (pulsed-field gel electroforesis (GFGE) que permiten el análisis del grado de relación genética o variabilidad en diferentes cantidades de serotipos de ECET así como, cantidades de cepas de algunos serogrupos Osek, (1999) y Jacek, (2000).

Otro método que no es común utilizarlo en el diagnóstico de rutina es la inmunoelectromicroscopía, lo cual permite identificar las bacterias con fimbrias F107, las cuales se adhieren fuertemente al borde de las vellosidades de los enterocitos de fragmentos de intestino delgado, y con la preparación de antisueros contra estas fimbrias se pueden visualizar la unión de anticuerpos fimbriales anti F 107 unido a las bacterias que colonizan el intestino Blanco y col. (2002).

La detección de las enterotoxinas puede realizarse por métodos fenotípicos (LT en células Vero, Sta en el ensayo del ratón lactante y Stb en asas intestinales ligadas de cerdo) o genotípicos (hibridación y PCR). También se puede identificar los serotipos de ECET detectando sus antígenos de colonización con pruebas de aglutinación Blanco y col. (2002).

Medidas de Bioseguridad generales para granjas de producción porcina

La biosegurigad operacional es el conjunto de prácticas de manejo, que cuando son seguidas correctamente reducen el potencial para la introducción y transmisión de microorganismos patógenos y sus vectores a las granjas y dentro de las mismas Internet, (2005 C).

La bioseguridad implica una serie de medidas prácticas de manejo destinadas a prevenir la introducción de microorganismos capaces de producir enfermedades en los cerdos Menoyo, (2005).

Internet, (2005 B), además de mantener las condiciones adecuadas para preservar la salud del hato dentro de la granja, y considerando la alta posibilidad de transmisión de enfermedades de una granja a otra por vías diversas, es necesario disminuir al máximo el riesgo de entrada a la granja de gérmenes patógenos ajenos a la misma. La detección temprana de problemas de salud potenciales depende de una cuidadosa observación de los parámetros de producción, condición del medio ambiente, inspección clínica de los animales, lesiones patológicas y resultados del laboratorio clínico. El entendimiento del estado de salud de la granja mediante una vigilancia de rutina es útil como un punto de partida para diagnosticar si se detectan problemas sanitarios y así tomar acciones preventivas y correctivas.

Principios Generales de la Bioseguridad Menoyo, (2005).

  • Si se limita la introducción de la enfermedad, su diseminación se reduce.

  • Una empresa porcina puede empezar por limitar el acceso a todas las instalaciones, permitiendo solamente la entrada del personal autorizado; si no hay razón para que una persona visite las instalaciones, esa persona debe permanecer fuera.

  • Los porcinocultores no deben visitar las granjas de sus vecinos.

  • Los conductores de camiones no deben entrar a los galpones.

  • Trabajadores tales como electricistas, plomeros, etc constituyen otro peligro potencial para los cerdos.

  • Las medidas de bioseguridad se deben aplicar tanto para lo que entra como para lo que sale, en ambos sentidos. Ej. Lavado de vehículos y cambio de ropa y calzado. Recordemos que la BIOSEGURIDAD empieza con SENTIDO COMÚN.

  • Encargados, Veterinarios, etc. deben atender a los cerdos sanos antes que a los enfermos.

  • Entrar y salir siempre con ropa limpia.

  • El personal que atiende cerdos de una granja nunca debe atender cerdos que no pertenezcan a la empresa, ni otros animales domésticos.

  • Cualquier persona de la empresa que pueda entrar en contacto con los cerdos, deberá instruirse sobre la importancia de la BIOSEGURIDAD y sobre los métodos a emplear para lograr una BIOSEGURIDAD EFICIENTE.

Los procedimientos de bioseguridad deben estar en combinación con una efectiva desinfección y un programa de vacunación y medicación con el objetivo común de reducir la carga microbiana a niveles no infecciosos. El uso de desinfectantes juega un papel vital en un programa de control efectivo de enfermedades Woodger, (2005).

.La Bioseguridad es una forma de prevención y prevenir es una forma de trabajo Menoyo, (2005).

Medidas de lucha contraepizoótica para la prevención y control de la colibacilosis entérica:

El control de las infecciones por E.coli se lleva a cabo por vacunación, buena higiene y manejo personal, con tratamiento de antibióticos durante los cuadros clínicos de la enfermedad. Existen varios aspectos importantes de la prevención de enfermedades diarreicas producidas por ECET en cerdos, dentro de ellos las técnicas de manejo (todo dentro- todo fuera, lugares secos y limpios, desactivación de las heces diarreicas, minimización del síndrome mastitis- metritis- agalactia (MMA) en cerdas, etc y buena práctica de cría son a lo largo los más decisivos. Esto es especialmente cierto para técnicas que sirven para la prevención de diarreas posdestete (régimen alimentario, destete temprano y aislado, etc) Thomson, (2001).

La prevención se debe basar en el saneamiento de las aguas, en el control de los alimentos y en la mejora de las condiciones higiénicas y de manipulación. Hay que intentar eliminar todos los factores predisponentes de las infecciones oportunistas. Para evitar las septicemias neonatales que afectan a los lechones hipogammaglobulinémicos de menos de una semana de vida, es fundamental alimentar a los neonatos con un calostro rico en anticuerpos, sobre todo en las granjas en las que este tipo de infecciones son frecuentes. Se han ideado vacunas elaboradas con bacterias enteras muertas (Bacterianas) o con antígenos fimbriales (K88, P987, K99 y F41) purificados para prevenir la diarrea en lechones recién nacidos. Se vacuna a las madres uno o dos meses antes del parto y su descendencia recibe los anticuerpos pasivamente a través del calostro Blanco y col. (2002).

Los probióticos se han usado como alternativa de la antibioterapia, para inhibir la proliferación de la E.coli en el intestino, en este sentido, De Cupere y col. (1992) evaluaron tres probióticos (Streptococus faecium, Lactobacillus sp.) y Bacillus cereus en un modelo experimental de enterotoxemia.

Actualmente existe una tendencia mundial a la no utilización de antibióticos en las dietas de los animales por los efectos residuales que estos traen consigo y el gasto en medicamentos, debido a esto los productores de carne de cerdo han buscado otras alternativas para el control de diarreas a partir de productos naturales Lazo, (2000 y 2005).

En este sentido, Lazo, (2000 y 2005) señala, que los probióticos, prebióticos, ácidos orgánicos aditivos fitogénicos y otros productos naturales como las zeolitas han sido empleadas en la prevención de diarreas en cerdos.

De forma similar, el suplemento a través de la dieta de prebióticos, tales como oligosacáridos que contengan fructosa, se ha usado para incrementar selectivamente el número de Bifidobacterium spp en el intestino grueso cuya presencia se piensa a su vez que resulta en una inhibición de la colonización por ciertos patógenos Pluske y col. (2001).

La inmunización pasiva puede ser una alternativa atractiva, que puede lograrse por la ingestión de anticuerpos contra determinantes esenciales de virulencia, como las fimbrias adhesivas. Este efecto puede lograrse mediante la inmunización de gallinas con factores adhesivos o fimbrias purificadas, de esta forma los huevos obtenidos contienen grandes cantidades de anticuerpos (IgY), los cuales son profilácticamente y terapéuticamente efectivos en las infecciones neonatales de cerditos con E.coli enterotoxigénica, al ser aplicados de forma continua por vía oral Yocoyama y col. (1992); Yokoyama y col. (1997).

Esta efectividad se debe en parte a que los anticuerpos de huevos de gallinas pasan intactos al intestino delgado Wiedeman, (1989), no así los anticuerpos purificados, los cuales son inactivados enzimáticamente Yocoyama y col. (1997).

Como una vía de protección pasiva inmune se ha sugerido como un buen profiláctico la adición en el pienso de huevo de gallina que contenga anticuerpos específicos contra la fimbrias de ECET a cerditos destetados Zúñiga y col. (1997), y en lechones neonatos y postdestetados Marquardt y col. (1999)

Según Pherson, (2000) la vacuna Vacoli MR en condiciones de campo reduce la morbilidad hasta un 2,7 % y la mortalidad hasta 1,2 % en crías y 0,6 en Pre cebas.

Fuente y col. (1998) desarrollaron un sistema de Diagnóstico rápido AuBiodot para la detección de cepas de E. coli enterotoxigénica, los mismos fueron basados en el uso de anticuerpos monoclonales (AcMc) que reconocen las fimbrias K88, K99, 987P y F41 a partir de hisopados rectales de animales enfermos, los resultados de los ensayos realizados demostraron que un 16,3% de animales infectados con ECET en los primeros 7 días de vida fue detectada la presencia solo de cepas 987P y un caso de K88 en edades posteriores, la baja incidencia de K88 se debe a las vacunaciones con Vacoli que protege contra estos antígenos.

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