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Usted está comenzando ahora a vivir en el futuro



  1. El arte de amar y ser amado
  2. ¡No continúe leyendo este texto hasta tomar esta decisión!
  3. El plan de la realización afectiva
  4. Mensaje de amor y felicidad

El arte de amar y ser amado

Si usted está procurando una realización afectiva plena, debe tener en cuenta un punto muy importante. En cualquier área que se desee tener suceso, hay un punto de consenso general: debemos encarar los asuntos relativos a esa área como ellos son – en todos los niveles – y no como nosotros queremos imaginar que ellos sean. Esto no significa que debamos resignarnos con los hechos concretos, pero sí que debemos reconocerlos como ellos son; si la realidad es insuficiente, incompatible o inconveniente con nuestras necesidades, deberemos comenzar a operar sobre ella, tentando cambiarla según la naturaleza de estas necesidades. En efecto, ningún industrial osaría – por ejemplo – ignorar la existencia de las leyes laborales, del precio de la corriente eléctrica, de los canales de distribución de sus productos, del precio de la materia prima etc., en el momento de calcular sus costos de producción.

Pero en la vida afectiva las personas gustan – generalmente – de olvidar, deformar o adornar la realidad, fabricando coartadas, justificativas o pretextos para sus comportamientos, nítidamente desfasados de aquella. Por lo tanto, es importante apartar de nuestra visión, los lentes de colores falsos y reconocer que si nuestra vida afectiva está ruin, es porque nosotros mismos trabajamos de algún modo para llegar a este resultado.

La única diferencia entre las personas en este aspecto, es la vía por la cual llegan allá: unos llegan en brazos de la culpa, otros cabalgando en la omisión y algunos transitando tristemente en la resignación.

Si – por ejemplo – está procurando compañero y no encuentra, deje de culpar a las personas del sexo opuesto y envidiar a las de su propio sexo, y sea lo suficientemente realista para percibir que si esto ocurre, de alguna forma, usted está irradiando sentimientos negativos, lo que naturalmente hace escapar sus posibles interesados (o interesadas).

Si usted casó y se siente abandonado por su marido (o por su mujer), deje de culparlo y descargar su ira sobre una tercera persona (real o imaginarla); perciba que él (o ella) está procurando por otra vía (y no necesariamente a través de relaciones sexuales) algo que esperaba obtener y que usted no le dio. Si dejó de amar su compañero y continua con él, deje de atribuirle el fracaso de su vida sentimental, pues el mundo está en abierto y millares de parejas potenciales existen por ahí.

El futuro, su futuro, nacerá cuando usted defina clara, nítida y definitivamente el objetivo de su vida afectiva. Y grabe profundamente esto en el centro de su corazón: usted vivirá el resto de su vida en el futuro.

Entonces si su vida anterior, o sea el pasado, fue llena de lamentos, resentimientos, disgustos y miedo, tome el cuchillo más afilado de que disponga y corte, con mucho coraje, todas las ligaciones y ataduras que aún tenga con ella. Comience una nueva vida. Ahora sólo debe estar ocupado en construir un fulgurante nido de amor, lleno de fascinación y esplendor.

Es claro que este nuevo y emocionante proceso, no puede ser realizado en un abrir y cerrar de ojos, pues los hábitos adquiridos, operan con cierta autonomía dentro de nosotros.

En verdad, los seres humanos tienen experiencias muy diferentes; por lo tanto sus capacidades y habilidades para utilizar en la práctica las leyes que gobiernan los hábitos, varían mucho. Para simplificar, podemos dividirlos en dos grandes grupos:

  • a) El grupo mayoritario, constituido por aquellas personas que viven al azar, dejándose arrastrar por el viento de las circunstancias; nunca procuran mudar el curso de sus vidas, aunque perciban que están erradas. Por lo tanto, recogerán su fruto merecido: el fracaso. Estas personas podrán atraer una compañía, pero ésta – muy probablemente – pertenecerá al mismo grupo y, entonces, el amor verdadero, genuino, muy difícilmente podrá florecer. Será un egoísmo a dos, o una relación sadomasoquista con un explotador y un explotado, con un dominador y un dominado.

La realización afectiva será, lo máximo, como una estrella errante que tiene un instante de fulgor y después desaparece. En efecto, a unos primeros tiempos maravillosos, en los cuales el sexo hacía sus primeros y deliciosos ejercicios conjuntos, se siguieron el tedio y la indiferencia como compañeros permanentes. Esta es la situación que prevalece en inmensa cantidad de matrimonios, infelizmente.

  • b) Un grupo minoritario, que sabe lo que quiere: triunfar en el amor, realizarse afectivamente, amar y ser amado. Para llegar a estos jardines encantados, dos cosas son necesarias:

– Atraer el compañero cierto.

– Una vez atraído, retenerlo para siempre, viviendo con él una experiencia maravillosa y única.

¿Y cuáles son los hábitos que esas personas habrán generado para llegar a aquellos resultados extraordinarios? Por lo menos, los siguientes:

  • Sentimiento de seguridad afectiva, o sea: ausencia de celos, así como de envidia de otras personas del mismo sexo, mejor dotadas física o financieramente, más jóvenes o más agradables.

  • Sentimiento de capacidad amorosa, o sea sentirse formando parte, participando y creciendo dentro de la corriente de Vida, así como percibirse irradiando ondas de amor para el compañero, para la Humanidad, para la Naturaleza toda y para el Creador.

  • Sentimiento de atractividad, o sea sentirse suficientemente atractivo para ser amado por la pareja escogida, lo que implica ausencia o eliminación de complejos de varios tipos.

  • Sentimiento de personalidad y auto-respeto, ya que la felicidad auténtica nunca podrá ser implantada en una relación donde una de las personas tenga tendencias masoquistas de pasividad o sumisión.

  • Sentimiento de empatía, o sea la capacidad para descubrir cuales son los intereses básicos del compañero y como hacer para integrarse más profundamente con él. También incluye una intuición especial para cambiar de actitudes cuando el relacionamiento afectivo comienza a enfrentar algún tipo de dificultad.

En este momento, llegamos a un punto crucial, al momento decisivo. Entienda bien: no interesa mucho el grupo en el cual usted estaba, porque esto representa el pasado. Usted, a partir de este exacto momento, comienza a vivir en el futuro, en su futuro.

¡La decisión es totalmente suya!

Usted debe decidir ahora entre continuar viviendo en la inercia y en la auto-compasión, esperando que la felicidad amorosa caiga del cielo en sus manos, o arremanga su camisa o blusa y agarra una herramienta de trabajo para preparar la tierra, donde irá a sembrar las gloriosas semillas del Amor.

¡No continúe leyendo este texto hasta tomar esta decisión!

Si usted se decidió por la Realización Afectiva, debemos decirle de todo corazón: ¡Felicitaciones! Pues usted eligió el camino cierto para su felicidad, aquel lleno de luz, capaz de impregnar su alma hasta hacerla fluctuar por encima de las circunstancias, de las limitaciones materiales y de las cadenas psicológicas, a punto de transformarla en una bellísima mariposa, acariciando los suaves pétalos, humedecidos por el rocío del amor correspondido.

Usted escogió las semillas del Amor, y por lo tanto, quiere recoger a su debido tiempo, los maravillosos frutos gemelos llamados Amar y Ser Amado. En términos concretos, esto significa encontrar, atraer e integrarse con el compañero cierto, viviendo con él una experiencia deslumbrante, durante un período indefinido de tiempo. Si usted ya tiene compañía, aquellos frutos espléndidos significan expandir la relación entre los dos, tanto en los aspectos físicos y emocionales como en los espirituales, de modo a alcanzar los portales sagrados de la plenitud amorosa.

Pero, el problema es: ¿cómo alcanzar aquellas cumbres refulgentes? La solución ya fue presentada: usted debe desarrollar nuevos hábitos que sustituyan a los antiguos. Solamente esto y nada menos que esto.

El cambio de hábitos es pues el secreto básico para alcanzar la realización afectiva. Él no es una cosa simple, impregnados como estamos por la pereza, el comodismo y el conformismo instilados por la Mente Colectiva. Pero usted escogió la Felicidad, la Realización Afectiva y no existe ningún otro camino auténtico que lo pueda llevar hasta allá. El hecho es que, en la medida que usted comience a mudar, su visión del mundo, de las personas y en especial las del sexo opuesto, y por lo tanto empiece a cambiar sus hábitos, percibirá que ellas parecen diferentes. Si antes le parecía que los hombres (o las mujeres) eran indiferentes o huían de usted, ahora comprenderá que era usted que irradiaba una fuerza negativa que los apartaba. Por lo tanto, eliminando esta irradiación negativa y sustituyéndola por otra de naturaleza positiva, amorosa, comenzará a atraerlos. ¿Está percibiendo ahora donde está el secreto?

No hay, sin embargo, nada mágico en el proceso. La ley de Afinidad indica que lo bueno es atraído por lo bueno y lo malo por lo malo. Es solamente eso. Y usted, como maravilloso Hijo del Ser Supremo, tiene el privilegio de elegir el material con el cual va a moldar su vida. Por eso, Él le dio libre albedrío. Imprégnese de coraje. Utilice las energías, las potencialidades, las fuerzas con que el Creador le brindó como herencia divina. Camine en dirección a la luz e inunde su corazón con las suaves músicas celestiales. De las arcillas de la vida, tome solo aquellas que están teñidas por el Bien y modele solamente con ellas su destino. Él será un destino de amor, de paz y de armonía.

Para ayudarlo en este maravilloso esfuerzo, es que fue creado este Curso. Él no se restringe apenas a los aspectos afectivos, pues considera el hombre como un ser integral, constituido por cuatro niveles específicos: físico, emocional, intelectual y espiritual.

En la medida que tengamos una visión globalizadora de la vida y de la sociedad humana (comprensión holística), un vislumbre de nuestras potencialidades internas y un comienzo de desarrollo espiritual, tendremos los ingredientes necesarios para realizar la proeza de cambiar nuestros hábitos, reestructurándolos en dirección de la meta soñada: la Felicidad, siempre considerada como un concepto dinámico, en constante evolución y perfeccionamiento.

El plan de la realización afectiva

Su esquema general es el siguiente:

  • a) Tener certeza absoluta de que para alcanzar su luminoso objetivo, o sea, amar y ser amado, es necesario comenzar a cambiar cosas en su interior.

Esto significa que usted analizará el uso de su tiempo, racionalizándolo y eliminado eventuales despilfarros. Se deberán definir prioridades, eliminando o reduciendo al máximo, la permanencia en frente del televisor, mirando malos programas y anuncios insoportables, así como otras actividades, tales como conversaciones insípidas y sin contenido, chismes y cosas de ese tipo.

Por lo tanto, deberá aumentar gradualmente su tiempo en actividades realmente formativas: leer todos los capítulos de este texto, meditar sobre su contenido, hacer los ejercicios indicados, aplicar las enseñazas. También es importante leer libros instructivos (algunos de los cuales son mencionados), asistir a cursos, conferencias, películas, piezas teatrales y otras actividades que tengan un nivel acorde con los objetivos propuestos.

O sea, usted tendrá que elaborar una programación personal que incluye la distribución de su tiempo. De esta forma, el entusiasmo, la acción y la reflexión sustituirán el comodismo, la creencia, la inercia y la pereza.

  • b) Adquirir conocimiento sobre las potencialidades que yacen dormidas en su interior, así como su capacidad de aplicación.

Aquí la gran pregunta es: ¿cómo desarrollar los buenos hábitos en nuestro interior? La respuesta es: "a través de la comprensión de las leyes mentales que rigen los seres humanos – el "conocimiento" – y su posterior utilización – o sea, "aplicación" – por medio del uso de la imaginación creadora, mediante mentalización de imágenes apropiadas y/o de frases afirmativas, así como del ejercicio de la voluntad humana, manifestada en la toma específica de ciertas decisiones, transformadas en actos concretos.

Es absolutamente importante saber que, a pesar de que las apariencias pueden indicar lo contrario, la única persona que puede arrebatar la victoria de nuestras manos somos nosotros mismos. Pero los seres humanos tienen una habilidad increíble para encontrar (o mejor dicho, inventar) razones por las cuales determinadas cosas no pueden ser hechas o por los cuales se fracasó. Y casi siempre esas razones son externas: las circunstancias, la época, el gobierno, los otros, la sociedad…

En la vida afectiva, esto es clarísimo. Los fracasos son siempre atribuidos a factores exteriores: compañero ruin, destino, mala suerte, y así sucesivamente. O sea, cada uno intenta arreglar la situación lo más favorable para sí, y de ese modo aliviar su conciencia, delegando en los otros, todas las responsabilidades.

Pero quien desea transitar por las luminosas avenidas de la realización afectiva no puede concordar con auto-engañarse. Él tiene lucidez suficiente para saber que si alguna cosa está ruin en su vida, sí aún está lejos del reluciente ideal del amar y ser amado, debe comenzar por examinar su modo de sentir y pensar. Y también sabe que la imaginación creadora y el poder de la voluntad le darán los instrumentos que necesita para pasar a una nueva y maravillosa fase en su vida.

Ciertamente, las personas irradian fuerzas energéticas de atracción y repulsión. Esas fuerzas ya no se limitan exclusivamente al dominio de la parapsicología y actividades afines. La fotografía Kirlian, entre otras técnicas, comprobó científicamente la existencia de un aura alrededor de las personas, que tiene diversas intensidades; siendo esto conocido por los místicos desde hace muchos milenios, Así también pueden verse en aquellas fotografías, haces de energías saliendo de ciertos puntos estratégicos del cuerpo humano. Del mismo modo, fue comprobado el intercambio de esa energía, entre curador y paciente, por ejemplo.

El hecho es que vivimos en un mundo lleno de campos electromagnéticos que todo afectan y, es claro, también a nosotros, seres humanos. Como ya fue explicado, las irradiaciones que lanzamos en el medio ambiente, atraen ciertas personas y repelen otras. Cuanto más sutiles fueren nuestras irradiaciones, atraeremos personas mejores; cuanto más groseras, personas peores.

Pero la realización afectiva entre dos personas, implica algo más que vibraciones en la misma faja de sintonía. Este es el punto de partida, la atracción de uno por el otro, los sueños para el futuro. El paso siguiente es lo que llamamos "sentimiento de empatía". Él es tal vez el factor aislado más importante como causa de la felicidad emocional.

¿Qué significa "empatía"? Ella ya fue definida como "la capacidad de una persona para descubrir los intereses básicos del compañero y, a través de su satisfacción, integrarse mas profundamente con él".

De cierta forma, "empatía" sería una especie de equivalente de "compañerismo". Quien consigue descubrir los intereses básicos del compañero y satisfacerlos, habrá encontrando el camino del amor correspondido, de la realización afectiva. Lamentablemente, muchas personas descubren esos intereses en el compañero y los cultivan hasta el casamiento, olvidándose de ellos después, lo que los lleva a la infelicidad mutua.

Lo que en estos casos queda claro es que no había amor. Apenas que por motivos sociales, familiares o personales, el casamiento se tornara deseable. Para esto, durante el noviazgo, la persona se "sacrificó". Pero, ya alcanzada la meta propuesta (el casamiento), considera excesivo continuar haciendo concesiones y preocupándose por su pareja. "Que se arregle como pueda" Este comportamiento negativo es bien más común en mujeres que en hombres, pues el interés económico es su principal motor.

No existe ninguna fórmula mágica para desarrollar el "sentimiento de empatía", pero por lo menos tres condiciones deben ser cumplidas:

– La persona debe desear – por encima de todo – realizarse afectivamente con alguien en particular. Su deseo de amarla y sentirse amada por ella debe ser la luz que ilumine su vida con un brillo especial.

– Estar dispuesto a utilizar una considerable parcela de tiempo a observar esa persona, anotar sus reacciones y probarlas frente a diversos acontecimientos, circunstancias y situaciones.

– Comprender con clara lucidez que tanto el tiempo utilizado como los esfuerzos realizados a favor del desarrollo de la "empatía", representan la mejor inversión posible, para aquel que sueña con una vida afectiva, impregnada del dulce efluvio de la felicidad.

"Empatía" es, por ejemplo, adivinar cuando el compañero tiene alguna preocupación y llevarlo suavemente a abrirse y contar sus problemas; sorprenderlo con alguna cosa de la que él gusta, hacerle preguntas sobre temas que él domina; acompañarlo a algún lugar donde él se siente bien; aprender algo sobre los asuntos que el compañero domina o prefiere, etc.

El proceso de comunicación emocional a través de la "empatía", debe ser desarrollado durante toda la vida y no apenas durante la época de la "conquista". Cada día, usted puede contribuir con un hilo en el tejido de su relación afectiva hasta transformarla en una cadena indestructible. O sea, cada día que pasa, usted se puede convertir en una persona más tierna, más amorosa, más cariñosa y así estará más cerca de la imagen ideal que su compañero tiene de usted.

Así haciendo, su corazón será un foco irradiante de paz interior, un horno llameante de calor humano, un ramillete espléndido, un canto de alegría, una sinfonía de buena voluntad. Será una gota del Océano Cósmico derramando su perfume en la Tierra e iluminando el corazón escogido con suaves arrullos de esperanza en un futuro fascinante.

Mensaje de amor y felicidad

La idea de felicidad está asociada con el desarrollo de la capacidad de comprensión interna. El amor genuino bebe en estas límpidas fuentes. El amor verdadero, auténtico, genuino, se baña en las cristalinas cascadas que descienden del Altísimo. Pero, para llegar a estos luminosos rincones, es necesario creer en su existencia, de lo contrario, la travesía sería imposible.

O sea, el desarrollo de la capacidad de comprensión interna debe estar fertilizando constantemente por la fe. El hombre de épocas pasadas estaba poseído por una fe fanática, coaccionada compulsivamente por la religión; el hombre actual está poseído por una desconfianza total, por un escepticismo enfermizo, diciendo creer sólo en lo que él puede percibir a través de sus sentidos (Inclusive esto es una mentira inconciente; él piensa que es así, pero sus creencias no nacen de los sentidos y sí de los mandatos de la Mente Colectiva, sutilmente representada en su interior por el Súper-Yo).

Sin embargo, aquel que está en procura de la felicidad, deberá optar por un tercer camino, por una senda diferente, la cual encierra una fe genuina, no impuesta y sí despertada interiormente. Es la fe que surge del auto-descubrimiento que el hombre hace de su propia naturaleza: él es parte de Él; él es parte del Uno, la Unidad; él es parte de Dios. El Dios de todas las religiones y de aquellos que no profesando ninguna, lo reconocen como el Ser Supremo.

En la medida que abandonamos o por lo menos reducimos la prisa, las exigencias y las imposiciones exteriores, va quedando espacio mental para el desarrollo interno. Es un proceso lento. Las velocidades ultrasónicas son para el mundo exterior. El mundo interno tiene otro ritmo, pues es necesario recuperar todo lo que está atrofiado espiritualmente y esto lleva tiempo, pero una vez que el proceso engrana, la velocidad aumenta y en el final supera a la propia velocidad de la luz. Por lo tanto, quien esté en la senda de la procura de la felicidad, deberá tener fe, paciencia y perseverancia. La luz está bien visible en el fondo del túnel; no desanimemos y continuemos andando.

Una de las terribles dificultades para aproximarnos al amor y la felicidad es el miedo. Miedo de no obtener lo que deseamos, miedo de fracasar, miedo de no ser amado, miedo de todo. Pero si reservamos un momento de paz en nuestros corazones y tentamos percibir la verdadera Realidad, desarrollando la sabiduría auténtica, sentiremos que todas las dificultades que enfrentamos son pasajeras, son lecciones a aprender, son pruebas por la cuales nuestra alma debe pasar, si es que queremos graduarnos en las Escuela de la Felicidad.

Y recuerde que el Director de esta Escuela es el Altísimo. Tentemos, pues, armonizarnos con Él, a través de un flujo incesante de amor a desbordar nuestros corazones. Derramemos amor en el mundo como homenaje a nuestro excelso Maestro. "Amaos los unos a los otros". Seamos representantes del Cielo en la Tierra.

Ejercicio de aplicación

En nuestra sociedad, las personas tienen – en general y casi exclusivamente – vivencias concretas, relacionadas con el mundo material que las rodea. Ellas viven ocupadas y preocupadas con saldo bancario, con los colores con los cuales van a pintar la casa, con la tasa de rendimientos que van a recibir de dinero aplicado (si lo tienen), con el aumento del alquiler o de la cuota de la casa propia, con la distribución del tiempo para cumplir todas las tareas del día, con el paladar de la comida, con el sonido – suave o insoportable-o de la música y con una multitud de cosas de este tipo.

Cuando ellas se sienten afectadas por otro tipo de sensaciones – emocionales, por ejemplo – muestran generalmente un abanico impresionante de variaciones, que van desde el profundo sentimiento de vacío hasta una acentuada euforia, Pero, generalmente estas percepciones vienen del exterior, quedando fuera del alcance autónomo de la persona. Parece como si una cierta noticia o hecho negativo golpease directamente en el corazón humano, ocurriendo la misma cosa con un acontecimiento favorable. O sea, un observador imparcial llegaría a la conclusión de que las circunstancias operarían de forma directa sobre el corazón humano, saturándolo de felicidad o de infelicidad, según sea el caso.

Pero esto no es necesariamente así. Las personas que se preocupan con su desarrollo interior, consiguen restablecer un proceso que existe naturalmente, pero que la masificación social atrofió. Este proceso permite dirigir el tráfico, dejando circular por la avenida principal solamente aquello que es bueno, positivo, constructivo y desviando para afuera, todos los acontecimientos negativos y, por lo tanto, sus consecuencias.

Para desarrollar este proceso, efectuar los pasos siguientes:

Ejercicio no 5

Analice cuales son las circunstancias que parecen incidir negativamente sobre su vida. Por ejemplo: ¿cuáles de ellas aparentan ser las responsables por su cansancio, su angustia, su depresión, su envidia, su resentimiento, su miedo?

  • a) Complemente este análisis a través de la auto-observación. Perciba cuál es su comportamiento real. En esta fase, no se censure si hace algo errado. Simplemente observe.

  • b) Póngase lo más calmo posible y atento a la voz interior, que podrá dar respuestas a sus problemas, si hubiese hecho el silencio interno necesario.

  • c) Repita lentamente, como una canción de cuna, la frase siguiente: "Mi alma está impregnada de purísima paz, saturada de luminosa armonía e inundada de bellísimos sentimientos de amor. Gracias, Señor".

  • d) Una vez terminada esta oración, coloque su mente en blanco, adopte una actitud pasiva y deje que la luz divina lo ilumine. Quédese así durante cinco minutos (No se preocupe si no recibe alguna indicación o mensaje durante su meditación; el contacto fue hecho. Los resultados vendrán en el momento oportuno).

Observación: Las Monografías de este Gran Tema (Afectividad Humana), deben ser consideradas como un estímulo, una inyección de luz y esperanza para las personas que sufren de problemas afectivos. El autor, dentro de sus posibilidades, está dispuesto a enviarles, de forma totalmente gratuita, el libro completo, titulado "El Arte de Amar y Ser Amado", a todos aquellos y aquellas, que demuestren interés en los mensajes ofrecidos, a través de comentarios simples, enviados directamente a:

 

 

 

Autor:

Prof. José A. Bonilla.

(Universidad de la República, Uruguay; Universidad Nacional de Tucumán, Argentina , Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil)

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