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La formacion integral de la personalidad



  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Desarrollo
  4. Aspectos funcionales de la personalidad
  5. Conclusiones
  6. Bibliografia

Resumen

Con el desarrollo del tema pretendemos:

Caracterizar la personalidad como categoría psicológica por la importancia que tiene este conocimiento para la dirección del proceso docente educativo en la enseñanza superior y valorar el problema de la formación integral de la personalidad en nuestro contexto, para lo que desarrollaremos los siguientes aspectos: Importancia de la subjetivación en la comprensión de los procesos sociales de desarrollo de la personalidad, la comprensión marxista de la personalidad, el problema de la formación integral de la personalidad, los enfoques que intentan rescatar el protagonismo de las personas y apelan a su participación democrática y comprometida en los procesos de transformación productiva y socia, los niveles funcionales y la formación de las dimensiones propias de la personalidad.

Palabras claves: categoría psicológica, personalidad, transformación productiva,

Introducción

En el siglo XXI, florecen enfoques que intentan rescatar el protagonismo de las personas y apelan a su participación democrática y comprometida en los procesos de transformación productiva y social; estas visiones trascienden las explicaciones economicistas y reduccionistas de la vida social y el desarrollo, y apuestan por modelos centrados en el ser humano y en los más elevados valores universales, como la equidad, la solidaridad, el respeto a la vida y a la diversidad, la justicia y la paz.

A partir del análisis unilateral de los factores objetivos, al margen de los hombres y las mujeres que, como personalidades autodeterminadas, son los sujetos conscientes de la historia humana y de su propia historia individual, observamos que la categoría personalidad se convierte cada vez más en un espacio de reflexión donde confluyen diversos campos como la filosofía, la economía, la sociología, la etnografía, la psicología, la pedagogía y otros, que tienen en común el estudio del ser humano en sociedad y la búsqueda de su mejoramiento.

Por todo ello se hace indispensable en la labor docente de cualquier profesional el conocimiento de los fundamentos básicos en relación con la personalidad y en particular con las cuestiones referidas al papel del profesor en la consecución de los objetivos educativos trazados para una formación integral de la personalidad.

Desarrollo

Importancia de la subjetivación en la comprensión de los procesos sociales de desarrollo de la personalidad

Partiendo de lo propuesto por la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI, auspiciada por la UNESCO, los grandes desafíos de nuestra civilización giran en torno al logro de un desarrollo sostenible y la construcción de una cultura de paz y democracia.

Todo esto representa un proyecto de futuro para la integración de la sociedad planetaria sobre las bases de un globalización de la solidaridad – tal como defiende nuestro país – en lugar de una globalización hegemónica del capitalismo. Consecuentemente, implican profundas transformaciones estructurales en las sociedades donde imperan las desigualdades y exclusiones, con la finalidad de lograr una cobertura social que asegure espacios para una verdadera participación popular en todas las esferas de la vida, por lo que el marco prospectivo apunta, como señalamos previamente, a un cambio en la subjetividad individual y social, de modo que se redimensione la personalidad desde su protagonismo en la toma de decisiones, la responsabilidad ciudadana, la autonomía solidaria, el respeto a la diversidad y la apropiación de una ética basada en la justicia y la equidad.

En el camino hacia el futuro, las ciencias sociales han de desempeñar un importante papel, tanto por su aporte en el orden teórico-cognoscitivo como por su imprescindible penetración en la práctica histórica.

Al mismo tiempo, los problemas de la formación y desarrollo de la personalidad constituyen un ámbito prioritario, por la complejidad de las interrogantes que se plantean hoy: ¿qué tipo de personalidad demanda la nueva sociedad planetaria que se avecina?, ¿cómo contribuir a formar personas integrales, en armonía con los más elevados valores universales, preparadas para vivir en el siglo XXI, ser felices, realizarse y participar en la obra común, sin perder sus raíces y sin enajenar sus propias necesidades, capacidades y esperanzas?

Es importante considerar que el modelo de ser humano secularmente dominante entra en franca contradicción con las demandas de los nuevos contextos. La libertad, la autonomía y la autorrealización desde lo personal, en escenarios marcados por la propiedad privada, el consumismo desenfrenado, la valorización del tener, la competitividad y la rivalidad descarnadas. El relieve de lo individual, del "yo", se ha venido realizando con frecuencia desde una perspectiva desarticulada de los intereses sociales compartidos, de la identidad colectiva representada en el "nosotros".

Paralelamente, se estimulan de modo extrínseco el esfuerzo individual y la competencia mediante diversos tipos de refuerzos (premios, recompensas y castigos) que van estableciendo una sutil conexión del comportamiento con lo material, con el tener.

En la actualidad, los problemas relacionados con la formación de la personalidad tienen que ser examinados desde múltiples aristas, teniendo en cuenta los escenarios, donde emergen nuevos determinantes que no estaban presentes en los seres humanos de otras épocas. Así, es notoria la influencia de la planetarización de la cultura en la configuración de la subjetividad; éste fenómeno conduce a que muchas personas pertenecientes a pueblos, clases y grupos apartados de los polos de poder experimenten un singular sentido de desarraigo, de pérdida de sus referentes culturales, históricos e individuales, aplastados por los modelos hegemónicos que se imponen a través de los medios de comunicación e información universalizados y por las gigantescas redes telemáticas mundiales.

Es objeto también de especial interés el estudio de las representaciones de las personas acerca del papel de las transformaciones tecnológicas en sus vidas y en el destino de la sociedad. Resulta significativo que para muchos, en especial aquellos que viven en los países menos desarrollados, los logros de la ciencia son percibidos como reales amenazas, por cuanto no tienen acceso a los códigos de la modernidad y se sienten enajenados en un mundo que no pueden comprender.

Sin dudas en estos fenómenos sociales inciden los conflictos vinculados con la desigualdad de oportunidades, que marcan como nunca antes todos los ámbitos de la subjetividad y la vida social, como sucede por ejemplo en el caso de los procesos de aprendizaje.

Sabemos que en la sociedad contemporánea se está produciendo una verdadera revolución en los aprendizajes; los cambios acelerados en la ciencia y la tecnología apuntan a la necesidad de que las personas desarrollen una nueva cultura del aprendizaje, bajo el signo de la informática, que se convierte, junto a la familia y al maestro, en un nuevo agente mediador en la construcción del conocimiento. Estas circunstancias conducen al imperativo de estudiar las nuevas formas de mediación a través de las cuales las personas se apropian de la cultura en la sociedad de la información, examinando sus efectos en la calidad de los aprendizajes y en la formación integral de la personalidad.

Finalmente, es importante recordar que los desafíos actuales a las ciencias sociales en el ámbito del estudio de la personalidad son diversos; nos hemos limitado a comentar solamente algunos, con el ánimo de poner el acento en la importancia creciente de los factores subjetivos en el mundo contemporáneo, así como en la necesidad de su comprensión multilateral con vistas a construir un cuadro vivo de la sociedad y su protagonista principal: el ser humano como personalidad.

Aquí la necesidad de la comunicación en el amplio sentido para conjugar los elementos de la personalidad y contribuir a su integralidad.

Solo así se contribuye a lograr comunicaciones claras, abiertas y afectivas, evitando barreras que obstaculizan la correcta comunicación, el aprendizaje y la caracterización de la personalidad.

El Doctor Juan Virgilio López Palacio (1998) asevera ¨… para lograr una comunicación didáctica efectiva docentes y discentes permitirán ser receptores y generadores de mensajes que correspondan a los propósitos de aquello que se aprende, y que la comunicación potencialice los mensajes. El plantea además ¨… la comunicación didáctica es un camino que se hace al andar.¨

Lo planteado por el doctor nos corrobora que todo ello contribuye a la formación de la personalidad del individuo.

Podemos expresar que aquí radica la importancia del Proceso de Enseñanza y Aprendizaje ya que es un proceso de información, de comunicación y de aprendizaje. Solo así podemos afirmar que la comunicación es una categoría y una condición básica de la educación.

La educación, la enseñanza, la instrucción y el aprendizaje, contribuyen a la formación del desarrollo de la personalidad integral del educando como parte integrante del proceso pedagógico.

Resulta importante que tanto en el Proceso de Enseñanza y Aprendizaje como en la vida diaria de todos los seres humanos que habitamos en este mundo, y que por ende interactuamos de una u otra forma en nuestras relaciones sociales, establezcamos comunicaciones coherentes en el discurso verbal y no verbal, claras, y sin ambivalencias, abiertas, francas, democráticas y respetuosas, con nosotros mismos y con los demás. Esto representa salud física, y psíquica para todo ser humano.

Solo así, podemos ser creíbles en nuestras interacciones en todos los contextos y contribuir a la formación de la personalidad caracterizada por la diversidad de caracteres que la ubiquen en la integralidad.

Es necesario analizar algunas posiciones en torno a la conceptualizacion, estructura y funcionamiento de la personalidad, así como precisar la importancia que estos elementos tienen en la labor del docente para contribuir a la formación integral de esa personalidad.

Concepción marxista de la personalidad.

La categoría personalidad ha sido objeto de estudio de diferentes escuelas y posiciones psicológicas. En el momento que aparece esta categoría su estudio se orienta al estudio de las funciones psíquicas mediante la psicología general.

El carácter regulador de la psiquis es logrado gracias a que la vida psíquica del sujeto se expresa con un determinado nivel de integridad, es decir la regulación de la actividad no se logra por el accionar de cada fenómeno psíquico de forma aislada, sino por la integración de todos ellos.

La psicología necesita estudiar no solo las funciones psíquicas aisladas, sino en su complejidad e interacción y esto es lo que ha llevado al estudio de la personalidad.

Analicemos: ¿Qué relación existe entre individuo y personalidad?

El hombre nace individuo, es decir como ser biológicamente condicionado para enfrentar y adaptarse a las condiciones del medio, por lo tanto los animales también son individuos, es decir, tiene una formación genotípica.

El individuo es una formación genotípica cuyo desarrollo continúa durante su vida mediante la integración de cualidades adquiridas congénitas, las cuales permiten la adaptación al medio. Sin embargo, la personalidad significa no solo adaptarse al medio y actuar sobre él sino también influir de manera activa sobre el medio transformándolo y en la misma medida influir sobre sí mismo y transformándose.

El hombre nace como individuo y solo mediante un proceso de desarrollo condicionado socialmente, gracias a la actividad y la comunicación deviene en personalidad.

Toda personalidad es un individuo, pero no todo individuo es personalidad.

Ser personalidad significa haber aprendido a actuar, a conducirse con respecto a las demás personas y a los objetos del medio circundante, de manera apropiada al desarrollo histórico social alcanzado por la humanidad.

Individuo responde a la experiencia individual.

Personalidad responde a la experiencia histórico – social.

La personalidad se forma y se desarrolla como reflejo de las relaciones sociales; solo el hombre puede llegar a adquirir personalidad.

La concepción de la personalidad es vista por diversos autores comol Dr. Fernando González Rey al conceptualizarla de la siguiente forma.

Personalidad: Organización estable y sistémica de los contenidos y funciones psicológicas que caracterizan la expresión integral del sujeto, en sus funciones reguladoras y autorreguladoras del comportamiento. (Fernando González Rey). A partir de esta definición pudiéramos precisar los siguientes elementos esenciales:

  • La personalidad es inherente al ser humano.

  • No nace, se forma.

  • Permite la regulación del comportamiento.

  • Tiene como función contribuir a la dimensión futura del sujeto, sobre la que se regula el comportamiento en el presente.

  • Está en proceso continuo de desarrollo a partir de su funcionamiento.

Las características generales de la personalidad.

En la personalidad podemos distinguir un grupo de características generales dentro de las que se encuentran:

Individualidad: Se expresa en aquellas características de la personalidad que la diferencian de los demás.

Integridad: Tendencia de la personalidad a que su configuración psicológica sea lo más armónica posible, sin grandes antagonismos internos y externos.

Estabilidad: Tendencia de la personalidad a que su configuración psicológica permanezca a pesar de los cambios tanto internos como externos que confronta el sujeto.

Función reguladora: La personalidad constituye el nivel regulador superior de la actividad del individuo, posee un carácter activo, se expresa en la unidad de lo cognitivo y lo afectivo.

Estructura: Constituye un sistema integral que tiene una determinada composición, una organización en la que es posible reconocer regularidades, leyes, principios de funcionamiento.

Estructura y funcionamiento de la personalidad.

¿Qué significa que la personalidad posee una estructura como una de sus características esenciales?

Se entiende por estructura de la personalidad la organización particular que adoptan sus componentes en un sujeto. Estos componentes son: Los aspectos de contenidos y los aspectos funcionales.

Ambos aspectos están estrechamente vinculados y su interacción determina el funcionamiento psicológico de la personalidad del sujeto.

¿Qué entendemos por contenidos psicológicos de la personalidad?

¿Y qué papel desempeñan en su estructura?

Contenidos psicológicos de la personalidad son aquellos que son esenciales para el individuo que resultan significativos en su vida.

Todo contenido de la personalidad representa un determinado nivel de unidad de lo cognitivo y lo afectivo.

¿Cómo se expresan los diversos contenidos psicológicos de la personalidad?

Fernando González Rey ha definido tres niveles de integración de los contenidos psicológicos de la personalidad.

-1er nivel: Unidades psicológicas primarias, las cuales define como "una interacción cognitivo – afectiva relativamente estable que actúa de manera inmediata sobre el comportamiento ante situaciones vinculadas a su acción reguladora.

Entre las unidades psicológicas primarias tenemos: Los motivos, las actitudes, los estereotipos, los rasgos, o cualidades de la personalidad, las normas y los valores.

-:2do. Nivel: Formaciones psicológicas: Este expresa una integración de unidades psicológicas primarias que se diferencian de estas, no solo por su mayor nivel de integración, sino además por su naturaleza más compleja.

Este contenido siempre aparece elaborado por el sujeto, mediante una profunda reflexión en la que las operaciones cognitivas intelectuales juegan un papel fundamental, es altamente significativo para el sujeto, por lo que adquiere un carácter muy personal dada por la elaboración que ha hecho de él.

Ejemplo de formaciones psicológicas: las intenciones profesionales, los intereses, la autovaloración, los ideales, las convicciones, la concepción del mundo.

-3er. Nivel: La síntesis reguladora: Está dado por la integración de formaciones psicológicas en un nivel superior, que constituyen un producto cualitativamente diferente a cualquiera de sus elementos tomados por separados.

Ejemplo de síntesis reguladora: Relación ideal – autovaloración, sistema de objetivos y capacidad de anticipación, autovaloración y nivel de aspiración del sujeto:

¿Cuáles son los aspectos funcionales de la personalidad?

¿Cómo podemos conocer la forma en que funciona un individuo?

Aspectos funcionales de la personalidad

Los aspectos funcionales son la forma, el cómo un contenido psicológico se manifiesta en las funciones reguladoras y autorreguladoras de la personalidad.

Fernando González Rey plante una serie de indicadores que permiten valorar el funcionamiento de la personalidad, estos son:

Flexibilidad: Es la capacidad para cambiar y reorganizar las decisiones, proyectos y readecuarlos a las nuevas exigencias y situaciones que pueden presentarse, así como a cambiar alternativas y estrategias de comportamiento concreto, sin aferrarse a un mismo camino o vía de acción. Su opuesto es la rigidez.

Proyección futura: Capacidad para proyectar, plantearse objetivos y aspiraciones con dimensión futura, mediata que resulten efectivos en la regulación del comportamiento.

Capacidad de estructurar el campo de acción: Capacidad de organizar alternativas diversas de comportamiento ante situaciones nuevas y ambiguas.

Esfuerzo consciente y estable orientado a explicar sus interrelaciones con la realidad: El sujeto realiza esfuerzos volitivos estables para comprender y explicar sus vivencias, estados y conflictos, así como para la consecución de las metas propuestas

El problema de la formación integral de la personalidad.

En la actualidad los problemas de la formación del hombre son, objeto de estudio e investigación por diferentes especialistas, lo que origina la existencia de diferentes tendencias y concepciones al respecto

El hombre se forma y se desarrolla bajo la influencia de fuerzas externas e internas, sociales y naturales, organizadas y espontaneas, sistemáticas y asistemáticas, con todo aquello con lo que interactúa.

La formación del hombre es el objetivo de la educación en su concepción más amplia y la Pedagogía es la ciencia general que estudia las regularidades y las particularidades del proceso educativo a través del cual se forma esa personalidad.

En la Pedagogía Cubana la formación del hombre se concibe, como el resultado de un conjunto de actividades organizadas de modo sistemático y coherente que le permiten poder actuar consciente y creadoramente. Formar al hombre es prepararlo para vivir en la etapa histórica concreta en que se desarrolla su vida.

La dialéctica del proceso educativo tiene su base en las contradicciones internas que actúan como fuerzas motrices en la formación y el desarrollo de la personalidad. En ello, el educador ocupa un lugar fundamental en su tarea de dirección, ya que mediante la actividad del educando, deben revelarse las contradicciones objetivas existentes y formar parte de su conciencia constituyéndose en fuerzas impulsoras para lograr niveles superiores de desarrollo

Lo anteriormente planteado impone un reto a los educadores, lo que los lleva a profundizar en la problemática planteada, desde una óptica educacional.

En el trabajo del educador debe analizarse aspectos fundamentales de la personalidad no de forma aislada, sino concebidas como representantes o unidades integradoras de su funcionamiento y de las tendencias de su desarrollo.

Analizar el problema de la formación de la personalidad y el papel de la educación y por ende del educador en este proceso nos lleva a precisar su alcance en estas aspiraciones.

¿Qué personalidad se desea formar de acuerdo a la idea de hombre en nuestra sociedad?

El hombre a formar nos plantea como objetivo la formación integral de la personalidad refiriéndonos en este caso a la formación de la personalidad desde todos los ángulos, expresándose lo anterior en la formación en 5 dimensiones esenciales. Estas son:

  • 1. La dimensión espiritual. El ser

  • 2. La dimensión cognitiva. El saber.

  • 3. La dimensión socio-afectiva. El sentir

  • 4. La dimensión técnico-profesional. El saber hacer.

  • 5. La dimensión comunicativa. El saber expresarse.

Formar la personalidad integralmente, significa que todos los agentes socializadores y formativos y en particular la institución escolar en cualquier nivel de enseñanza y de manera singular en el nivel superior, diseñe un proceso docente – educativo donde se optimice el uso de todas las potencialidades educativas que tienen los diferentes escenarios de formación del estudiante.

El desarrollo integral de la personalidad implica potenciar el desarrollo de los más altos valores humanos, característicos del ideal de hombre que queremos formar, donde prevalezcan el humanismo, el patriotismo, la solidaridad, la honestidad, la justeza, la responsabilidad entre otros valores y cualidades humanas esenciales.

El ser , implica potenciar el desarrollo cognoscitivo del estudiante, utilizando métodos y medios que contribuyan al desarrollo sensoperceptual, a la memoria lógica, al pensamiento lógico y creador a la creatividad en su imaginación.

El saber, implica desarrollar como mediador del resto de las dimensiones, profundos sentimientos humanos, una fuerte motivación profesional, elevados intereses intelectuales y en general profesionales.

El sentir, implica que no solo posea altos valores, conocimientos y sentimientos sino que además sea capaz de aplicar consecuentemente con ello, todo lo que sabe a través del desarrollo de un sistema de hábitos, habilidades y capacidades que se traduzcan en un profesional competente.

Saber hacer, implica por último que todo lo anterior pueda ser socializado a través del uso adecuado de todos los recursos del lenguaje en su sentido más amplio, logrando la competencia comunicativa necesaria a un profesional de nuestros tiempos.

Es aquí que podemos afirmar que el profesional es formado en competencia y con la personalidad adecuada para resolver tanto los problemas individuales como colectivo-sociales

¿Qué papel le corresponde al profesor en esta formación integral de la personalidad?

Al profesor para cumplir con esta tarea no le basta solo con poseer amplios conocimientos de la disciplina que explica, sino que es necesario que ejerza conscientemente una influencia educativa con sus alumnos y para ello es necesario conocer algunas cuestiones generales de la personalidad de los mismos.

La creación de cualquier sistema de influencias educativas por parte del profesor debe apoyarse en las necesidades y motivos específicos de los estudiantes de las particularidades de su edad.

El profesor en su labor deberá contribuir al desarrollo de hábitos y habilidades profesionales para ello deberá lograr una adecuada planificación estructuración y dirección del proceso docente educativo.

Para desarrollar la actividad cognoscitiva, comenzara por vincular el contenido de la enseñanza en cada disciplina a los hechos de la vida y de la profesión..

El educador deberá orientar su labor para que con su ejemplo y la creación de un adecuado sistema de actividades, sitúe a los estudiantes en condiciones que propician la formación y el desarrollo de necesidades y motivos en sus distintas formas de manifestación con contenidos socialmente valiosos: profundos sentimientos morales, estéticos intelectuales y prácticos, cualidades volitivas de la personalidad, etc.

Conclusiones

Los desafíos actuales en el ámbito del estudio de la personalidad son diversos; no obstante resulta de importancia vital poner el acento en la importancia creciente de los factores subjetivos en el mundo contemporáneo.

La personalidad se forma y se desarrolla como reflejo de las relaciones sociales, entendiéndose la misma como la organización estable y sistémica de los contenidos y funciones psicológicas que caracterizan la expresión integral del sujeto, en sus funciones reguladoras y autorreguladoras del comportamiento.

Formar la personalidad integralmente, significa que todos los agentes socializadores y formativos y en particular la institución escolar en cualquier nivel de enseñanza y de manera singular en el nivel superior, diseñe un proceso docente – educativo donde se optimice el uso de todas las potencialidades educativas que tienen los diferentes escenarios de formación del estudiante.

Bibliografía

    > González Rey, F. (1985). Psicología de la personalidad. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
  • > González Rey, F. (1995). Acerca de lo social y lo subjetivo en el socialismo. La Habana: RevistaTemas No. 3, Julio-Septiembre. P. 93-101.

  • > González Rey, F. (1997). Epistemología cualitativa y subjetividad. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.

  • González Maura Viviana y Colectivo de autores. Psicología para Educadores. Edit. Pueblo y Educación. Habana.1995.

Institución: C U M: Quemado de Güines

País: Cuba. 2017

 

 

 

Autor:

MSc. Adalberto Ismael Hernández Prieto.

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