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Geografía Económica (página 4)



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Como vimos en el primer capítulo la ortodoxia propone que si una economía se abre al mundo puede acceder a una variedad de bienes y servicios mucho mayor a menor costo debido a las mejores condiciones competitivas de los socios comerciales y del país mismo que se ha podido especializar mucho más. Además, el acceso a los mercados externos permite el aprovechamiento de economías de escala, principalmente en países con un mercado interno limitado.

Sin embargo, las cosas fueron muy distintas cuando los países, sobre todo en los "90, se abrieron al mundo. En primer lugar, muchos terminaron especializados en la explotación de recursos naturales, estimulados por los precios internacionales y eso generó estructuras productivas y sociales simples y poco equitativas.

La historia viene demostrando que lo que vale es la capacidad de competir, no el grado de apertura. Sólo que varios países se han abierto una vez que se sintieron capaces de hacerlo sin arriesgar su propio tejido productivo.

LA CONSOLIDACIÓN DE LOS BLOQUES REGIONALES

Existen distintos tipos y grados de integración comercial, de manera tal que se pueden desagregar de la siguiente forma:

Un acuerdo comercial preferencial es cualquier compromiso que permita la importación de bienes desde el país signatario a tasas arancelarias menores de las que son impuestas desde los países terceros. Un acuerdo preferencial puede ser parcial o total, tanto con respecto a la cantidad de reducción como a la cobertura del bien del acuerdo.

Un acuerdo de libre comercio es un acuerdo preferencial en el cual las tasas de los aranceles entre los países miembros son cero, a pesar de que los aranceles externos pueden establecerse a diferentes tasas para cada uno de los países miembros con un país tercero.

La unión aduanera es un acuerdo en el cual no hay aranceles en las importaciones de bienes y servicios entre los países miembros y existe un arancel externo común.

En un grado de integración más profundo, se encuentra el mercado común, en el cual no sólo los movimientos de bienes y servicios, sino también de los factores productivos, circulan de manera relativamente libre entre los países miembros.

Por último, el mercado único, en el cual todos los productores y consumidores dentro del acuerdo son gobernados por las mismas reglas.

UNIDAD V

TRANSFORMACIONES DE LA ECONOMÍA MUNDIAL Y SU INCIDENCIA EN LA ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO GEOGRÁFICO.

TERRITORIOS COMPETITIVOS, ESTRATÉGICOS Y MARGINALES. BLOQUES ECONÓMICOS: UNIÓN EUROPEA, NAFTA Y MERCOSUR.
CLASIFICACIÓN DE PAÍSES Y CIUDADES SEGÚN SU INSERCIÓN EN LA ECONOMÍA GLOBAL. ESTUDIOS DE CASO: BRASIL, RUSIA, INDIA, CHINA Y SUDÁFRICA(BRICS). CIUDADES ALFA, BETA Y GAMMA (GAWC, UNIVERSIDAD DE LOUGHBOROUGH, LONDRES).

FACTORES DE INESTABILIDAD: POBREZA, DESIGUALDAD, MOVIMIENTOS MIGRATORIOS Y DETERIORO AMBIENTAL.

TRANSCRIPCIÓN DE BLOQUES ECONÓMICOS: UE, NAFTA Y MERCOSUR

DEFINICIÓN.

Es una comunidad política de derecho constituida en régimen de organización internacional, nacida para propiciar y acoger la integración de los estados de Europa. Compuesta por 28 estados europeos, y su unión fue establecida con la entrada a vigor del Tratado de la Unión Europea, el 1 de noviembre de 1993.

Son acuerdos o convenidos multinacionales que establecen normas de tratamiento profesional en las relaciones comerciales entre los países financieros.

Agrupamiento de varios países de una región que tiene como objetivo promover modelos de vinculación económica y entendimiento, orientados a impulsar el desarrollo, la integración económica y la liberación comercial. 

AMÉRICA DEL NORTE Y EL NAFTA

La región representaba en 2009 una tercera parte del PBI mundial y 16,6% del comercio mundial, ocupando el tercer lugar luego de Europa y Asia. Es el destino del 48% de las exportaciones mundiales, porcentaje sólo superado por Europa y Asia, sus principales socios. Como se ve en el cuadro adjunto, el resto de las regiones mundiales influyen muy poco en el comercio de América del Norte.

La estructura exportadora de América del Norte se concentra en las manufacturas, que representan el 74% de lo exportado por los países de la región en el período 2007-2009, tanto intra como interregionalmente. La maquinaria y equipo de transporte es el principal rubro (con un 43,3% de las exportaciones totales), dentro del cual el principal componente es la producción de equipos de transporte y la producción automotriz. Este comercio se lleva a cabo mayoritariamente a nivel intrabloque y es consecuencia de la localización en México de terminales automotrices de las principales compañías estadounidenses. Los químicos son otra de las manufacturas de relevancia dentro de la estructura exportadora de los países de América del Norte. La exportación de productos agrícolas es el 10,9% del total exportado, la mayor parte de productos elaborados. Los combustibles y otras industrias extractivas (fundamentalmente desde México) representan el 15,7%.

En cuanto a las importaciones, el 73% también está constituido por manufacturas, con una composición similar; vuelve a cobrar relevancia el comercio intrarregional, específicamente el caso mencionado del complejo automotriz. Se observa, en líneas generales, que la estructura de exportación intrabloque no es demasiado diferente de la que corresponde al comercio total del bloque.

En relación al saldo comercial, América del Norte observa un superávit de balanza comercial en productos agrícola y un déficit en combustibles y manufacturas, debido a la importancia del saldo de los Estados Unidos en el total.

La fuerte concentración intrabloque se explica por el proceso de integración. Efectivamente, en enero de 1994, Canadá, Estados Unidos y México firmaron el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que establece una progresiva eliminación de obstáculos al comercio, y facilita la circulación de bienes y servicios entre los territorios de los Estados parte. Todos los restantes derechos y restricciones cuantitativas fueron eliminados, como estaba previsto, en el año 2008.

Desde la perspectiva de Estados Unidos, y teniendo en cuenta su cercanía geográfica, México se ha constituido un engranaje fundamental en el contexto de la hegemonía norteamericana, como lugar de la descentralización productiva y como mercado.

Esto se ve claramente cuando se analiza que el comercio entre Estados Unidos y sus socios del TLCAN se ha disparado desde que el acuerdo entró en vigor, en 1994. En ese mismo período, las exportaciones de bienes de Estados Unidos a Canadá crecieron un 117,7% y las importaciones un 116,2%. Respecto a México las exportaciones norteamericanas de bienes aumentaron un 221,5% y las importaciones un 364,5%. Las exportaciones de Estados Unidos al TLC fueron del 32,2% del total de las exportaciones en 2010 (Office of the United States Trade Representative, 2011).

Las importaciones de Estados Unidos aumentaron un 238% entre 1993 y 2010. Las importaciones de este país desde el NAFTA representaron el 26,5% del total en 2010. El déficit comercial de bienes de Estados Unidos con el TLCAN fue US$ 100,2 billones en 2010, y tuvo un superávit comercial de servicios reales de US$ 28,3 billones.

Las principales categorías de exportación norteamericanas fueron productos químicos, equipos de transporte, productos informáticos y eléctricos, las importaciones han sido fundamentalmente combustibles minerales equipos de transporte, lo que implica una fuerte especialización dentro del bloque.

Parece evidente que en los últimos años México ha sufrido un proceso de primarización, al tiempo que su actividad industrial se hizo más dependiente de los Estados Unidos. Sin embargo, junto con su ingreso al TLCAN, México vivió un profundo proceso de desregulación y apertura, siendo difícil discriminar las causas del perfil productivo actual. Lo cierto es que en términos de impacto en relación al empleo, a los salarios y a las condiciones de vida, no hubo condiciones positivas para los habitantes debido fundamentalmente a la concentración en empresas monopólicas de capital intensivas, especialmente las situadas en el norte del país. La falta de políticas sectoriales obró en igual sentido.

Las frustraciones de México por el NAFTA

Para la economía mexicana, la cercanía a los Estados Unidos, representó siempre una gran oportunidad de crecimiento. Es por este motivo que la celebración de un TLC con el país del norte y con Canadá, generaba grandes expectativas para un país que no lograba salir del subdesarrollo y que esperaba de la ayuda de un gigante económico como lo es su vecino país. El TLCAN venía acompañado para México de la promesa de mejoras en la competitividad, en el fortalecimiento de las inversiones principalmente de largo plazo, el derrame tecnológico, en la creación de empleos estables más productivos y mejor remunerados, y el aumento de los ingresos reales de los trabajadores. Con la firma del TLCAN, México implementó una serie de reformas para hacer atractivo el país a la inversión extranjera, principalmente estadounidense. Ello generó resultados positivos en términos del estímulo de la instalación de compañías norteamericanas que decidieron deslocalizar parte de su producción para aprovechar los bajos costos laborales y las ventajas impositivas ofrecidas por México.

Sin embargo, el derrame ha sido escaso; más del 50% de la industria se encuentra concentrada en el complejo automotriz y de equipo y aparatos eléctricos y electrónicos y la mayor parte de los componentes de dicha producción es importada, por lo cual el valor agregado es limitado. Ni siquiera esto ha tenido efectos territoriales, ya que la actividad se desarrolla en las maquiladoras ubicadas en zonas francas industriales, sobre todo de la frontera, y comandadas principalmente por compañías extranjeras que ensamblan insumos importados libres de aranceles. Un modelo poco útil para construir un territorio activo. Además, México sólo logra un superávit comercial bilateral con Estados Unidos gracias a las ventas petroleras, que no se rigen por las normas del TLCAN. Y finalmente: las reformas fueron muy negativas en el plano social ya que implicaron la decisión de suprimir paulatinamente muchas leyes que preservaban derechos fundamentales de los trabajadores y campesinos en México, afectando su nivel de bienestar con consecuencias en los indicadores de pobreza del país (el porcentaje de población mexicana por debajo de la línea de pobreza en 1994, año de la firma del tratado, era del 41,2%, mientras que a 2010 dicho porcentaje ascendía al 45,5%).

México se ha dado cuenta tarde de que sus ilusiones con el NAFTA eran vanas. Desde Estados Unidos no se demostró voluntad de contribuir a través de dicho tratado con el desarrollo de la economía mexicana sino por el contrario, de utilizarlo exclusivamente en beneficio propio.

A lo expuesto se debe agregar la dependencia de las exportaciones con los Estados Unidos (el 90% de las exportaciones mexicanas tienen este destino) y el continuo saldo negativo de las cuentas comerciales totales debido a la influencia de la importación de bienes intermedios. También hay un saldo negativo de servicios financieros, tanto de deuda como por remesas de dividendos (Calderón Salazar, 2008).

Moreno-Brid, Santamaría y Rivas y Valdivia (2006) aclaran bastante el panorama: reconocen el boom exportador pero plantean que este fenómeno se concentró en algunas industrias que han ido relocalizándose, como la de motores y partes automotrices, automóviles, computación y equipo electrónico diverso, que explican 58% de las exportaciones. Además, el 70% de dicho boom corresponde a las maquiladoras y otro tipo de ensambladoras capital intensivo. La apreciación cambiaria encarecía los salarios y hacía poco competitivos a sectores basados en más mano de obra. Estas actividades pugnan por el aumento de las importaciones y explican el déficit existente.

En relación al sector agropecuario, el TLCAN ha provocado polémicas desde el inicio de las negociaciones. La visión oficial mexicana ha sido que el libre comercio, así como las reformas internas en materia agropecuaria iniciadas a fines de los ochenta transformarían el sector y aumentarían el ingreso de los mexicanos. Por su parte, los críticos argumentan que el TLCAN ha provocado la dependencia alimentaria, una emigración rural masiva y el aumento de la pobreza (Yunez-Naude y Paredes, 2004). Por otro lado, Estados Unidos ha demorado la apertura de sus mercados en algunos de sectores, en particular el agrícola.

En paralelo, Estados Unidos y Canadá han firmado una cantidad enorme de TLC individuales. Los mismos están sujetos a la aprobación, por el congreso americano, del Trade Promotion Authority (TPA), o "fast track" (Rodrigues, 2006).

El TPA establece reglas especiales que deben cumplir los negociadores con relación a los productos agroalimentarios considerados sensibles, es decir, aquellos que se benefician de los programas de apoyo al sector. Estos productos (carne bovina, tabaco, algodón, maní, azúcar y lácteos) representan 35% de las 1.570 líneas arancelarias estadounidenses (Gibson y otros, 2001). Cualquier decisión acerca de una liberalización adicional en el marco de los TLC debe ser precedida por consultas a los respectivos Comités Agrícolas -de la Cámara y del Senado- y respaldada por estudios de impacto (Hathaway, 2003).

Las disposiciones específicas para el tratamiento de los productos sensibles en las negociaciones comerciales, incorporadas en el último fast track, afectan a varios rubros agroalimentarios de interés para los países latinoamericanos.

América Latina

América del sur y América Central explicaban en 2009 en conjunto, el 3,6% del comercio internacional, si bien el mayor volumen del comercio se realiza dentro de la región (26,1%), la participación de América del Norte como destino de las exportaciones es semejante (25%) mientras que las ventas externas a Asia y Europa, son el 20,8% y 19,6%, respectivamente.

La región presenta una estructura exportadora en la que combustibles y productos de la industria extractiva constituyen el principal rubro con el 42,4%. Le siguen las manufacturas que explican el 29,8% de las exportaciones -un 30% de este porcentaje corresponde a autos– y luego, los productos agrícolas, que representan el 27,8% del total de las exportaciones para el período 2007-2009.

Las importaciones de los países de la región se componen mayoritariamente por manufacturas, las cuales explican alrededor del 70,1% del total importado, maquinaria y equipo de transporte refiere el 51,7%, también influyen las compras de productos químicos y combustibles.

En este sentido, existe la preocupación acerca de una tendencia manifiesta hacia la reprimarización de las exportaciones latinoamericanas, debido a la influencia comercial de socios con alto poder de negociación, entre los que se destaca China, de reciente surgimiento, que presiona sobre las economías con su demanda de alimentos, limitando su capacidad de generación de valor agregado (Sevares, 2007; Álvarez y Claro, 2008; Papa, 2009; Ferrer, 2010).

El comercio intrarregional de América Latina, excluido México, ha aumentado de manera significativa desde finales de los años ochenta hasta alcanzar cerca del 30% del comercio total en la actualidad. En este comercio hay una mayor participación de las manufacturas (46,5%) y un menor peso de los productos agrícolas (18,9%) y extractivos (30,5%).

En relación al saldo comercial, América del Sur y Central es superavitaria en productos agrícolas y combustibles y en industrias extractivas, mientras que es deficitaria en el sector manufacturero, con fuertes resultados negativos en el segmento de maquinaria y equipo de transporte, otras maquinarias y en productos químicos.

El creciente atractivo de Latinoamérica como objetivo de un TLC

En la última década, las economías Latinoamericanas han experimentado un fuerte crecimiento económico que ha resultado histórico, con un comportamiento macroeconómico consistente que incluye equilibrio tanto fiscal como externo y la mejora en la situación socioeconómica de la población que ha transformado a la región dotándola de una demanda doméstica fuerte.

Latinoamérica se ha transformado en un gran negocio por la disponibilidad de recursos claves para el crecimiento y por la fuerza creciente de su demanda interna. Por eso, gran cantidad de países posen sus miradas en la región y se muestran interesados en la concreción de acuerdos comerciales. Es así que a lo largo de esta década se ha observado un crecimiento explosivo de TLC entre países y bloques regionales de Latinoamérica y el exterior, los países asiáticos, y principalmente China, han observado un rol protagónico. Así por ejemplo, Chile cuenta con veinticuatro acuerdos comerciales vigentes (doce de los cuales se concretaron a partir de 2005), tres acuerdos comerciales concluidos y otros cuatro en negociación. Colombia tiene nueve acuerdos comerciales vigentes, dos suscriptos y otras cuatro negociaciones en curso. Perú por su parte, tiene concretados trece acuerdos comerciales -once de los cuales se concretaron a partir de 2005-.

Desde los gobiernos latinoamericanos, el desafío pasará por aprovechar el interés del mundo por integrarse comercialmente a la región, para poder desarrollar sus cadenas de valor y evitar caer en una reprimarización de sus aparatos productivos.

ALADI, Comunidad Andina, ALCA, ALBA y UNASUR

En los últimos cuarenta años, ha habido diversos proyectos de integración que hoy tienen distintos grados de avance. La Comunidad Andina (CAN) ha sido uno de los primeros intentos que han logrado constituirse. Se inició con la suscripción del Acuerdo de Cartagena en 1969 pero tiene plenas funciones desde 1997 y está conformada por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú. Se organiza a través del Sistema Andino de Integración (SAI). El eje de su plataforma es la Zona de Libre Comercio andina (ZLCA), que tiene hoy todo su sistema arancelario liberado.

Por su parte, la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) es el mayor grupo latinoamericano de integración. Está compuesto por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. La ALADI se establece mediante el Tratado de Montevideo de 1980 propiciando la creación de un área de preferencias económicas, con el objetivo final de lograr un mercado común latinoamericano. Se constituyó desde su apertura a la adhesión de cualquier país de la región. En su organización admite la preferencia arancelaria regional que se aplica a productos originarios de los países miembros frente a los aranceles vigentes para terceros países, los acuerdos de alcance regional (comunes a la totalidad de los países miembros) y los acuerdos de alcance parcial, con la participación de dos o más países del área. Los países calificados de menor desarrollo económico relativo de la región -Bolivia, Ecuador y Paraguay- gozan de un sistema preferencial.

En cuanto a proyectos de integración regional más recientes, el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), ha sido y es un proyecto polémico. En 1994 surge con el objeto de extender el TLCAN hacia Sudamérica. Una vez constituido y operando, el ALCA debía desarrollarse como una etapa superior del regionalismo abierto de América Latina y el Caribe (Assael, 2004).

Los esfuerzos para unir las economías de las Américas en una sola área de libre comercio se iniciaron en la Cumbre de las Américas de Miami. Allí se acordó la eliminación progresiva de las barreras al comercio y a la inversión y se resolvió que las negociaciones con miras a lograr el acuerdo finalizarían a más tardar en el año 2005. Durante la fase preparatoria (1994-1998), se establecieron doce grupos de trabajo y se celebraron cuatro reuniones ministeriales. Las negociaciones concretas se iniciaron formalmente en abril de 1998 durante la Segunda Cumbre de las Américas en Santiago de Chile. Y en la reunión de 1999 se aprobaron varias medidas de facilitación de negocios.

En la sexta Reunión Ministerial, celebrada en Buenos Aires en abril de 2001, se creó el Comité Técnico de Asuntos Institucionales. Ese mismo año, en la Tercera Cumbre de las Américas que se llevó a cabo en la ciudad de Quebec, se pusieron fechas límite para la implementación del Acuerdo. En 2002 se avanzó con un conjunto de normas de comercio y con Programa de Cooperación Hemisférica (PCH). En su octava reunión, del 2003 se produjeron avances similares.

Como se ve, las negociaciones han resultado más complejas de lo que se esperaba por lo que su puesta en marcha se vio postergada. No ha sido fácil conjugar intereses dispares en una agenda compleja que incluye temas tales como acceso a mercados, agricultura, servicios, inversiones, propiedad intelectual, subsidios, política industrial y economías pequeñas. El eje de esa discordia ha estado sobre todo entre Brasil y Estados Unidos: agricultura, inversiones y protección a los derechos de propiedad intelectual. Esto ha llevado a suspender las negociaciones (Terra, 2006).

Uno de los beneficios potenciales de la liberalización comercial en el contexto del ALCA era mejorar el acceso a los mercados, entre los cuales el estadounidense es el más atractivo. Sin embargo, si se analiza la experiencia mexicana en el NAFTA las dudas son grandes. Por otro lado, en lo que al sector agroalimentario se refiere, si tomamos en consideración los TLC recientemente firmados por Estados Unidos, surge con claridad los largos plazos de desgravación arancelaria para los productos más sensibles a partir del mencionado Fast Track, lo que terminaría por limitar los beneficios potenciales para los sectores productivos latinoamericanos de la potencial concreción del acuerdo (Assael, 2004). Un análisis similar se puede aplicar a la IED.

Luego de la primera ráfaga neoliberal, la resistencia se desarrolló y a finales del 2005 en la Cumbre de las Américas en Mar del Plata una parte importante de los países -Argentina, Brasil y Venezuela a la cabeza- se negaron a retomar las negociaciones estancadas sobre el ALCA. Esta cumbre marcó un giro importante en la política latinoamericana contemporánea. Mientras hasta ese entonces sólo había habido acciones defensivas para impedir el ALCA, a partir de entonces, se podrían desarrollar nuevos modelos propios de integración (Fritz, 2007).

La resistencia al ALCA se fundamentó en las fuertes asimetrías existentes entre los supuestos potenciales socios. Por otro lado, el MERCOSUR es un mercado bastante más protegido que Estados Unidos o Canadá. Un acuerdo como el ALCA, modificado todo el sistema de protección efectiva del MERCOSUR y deterioraría las preferencias vigentes (Latin American Newsletters, 2004;Rodrigues, 2006).

En la práctica, hoy en día el acuerdo hemisférico enfrenta muchos obstáculos, de modo que Estados Unidos sólo les queda la estrategia de progresar en los acuerdos bilaterales. Uno de los países más interesados en la suscripción de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos fue Chile. También ha firmado tratados con Colombia, República Dominicana, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, y Perú.

Chávez en Mar del Plata

"Aquí en Mar del Plata está la tumba del ALCA", afirmaba un exultante Hugo Chávez en el discurso de cierre de la Cumbre de los Pueblos, una especie de contra Cumbre.

La cumbre celebrada en noviembre de 2005 en Mar del Plata representó un claro freno al avance estadounidense, que participaba de la cumbre con intenciones de reflotar las discusiones sobre la creación de un área de libre comercio en la región.

El presidente venezolano Hugo Chávez, encabezó la resistencia, y sin utilizar grandes recursos diplomáticos para expresar su parecer, elaboró la siguiente frase que se hizo famosa y aun hoy recorre el mundo "ALCA, Al carajo!" La dijo ante un estadio colmado que recibió lo dicho con una algarabía desbordante.

Ya en 2001 Venezuela había sido el único país en resistirse al ALCA, en Mar del Plata ya contaba con apoyos que antes no tenía, principalmente el del anfitrión, Néstor Kirchner.

El resto de los países se muestran reacios a acordar TLCs con Estados Unidos, y es por eso que en oposición Cuba y Venezuela han promovido la creación del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), un proyecto de colaboración y complementación política, social y económica entre países de América Latina y el Caribe. Actualmente el ALBA está conformado por nueve países: Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Dominicana, Honduras, Ecuador, San Vicente y Las Granadinas y Antigua y Barbados.

La propuesta en sí no contiene un programa, sino más bien una serie de principios diversos a las integraciones existentes (Fritz, 2007; Malamud y García Calvo, 2009; Linares, 2007). Las medidas concretas, como los llamados "fondos de convergencia estructural" o el sistema de Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) aún están en discusión. Cuba y Venezuela sí han avanzado, pero bilateralmente. También lo han hecho con Bolivia.

En los últimos años, varios de estos intentos se han conjugado en la UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas), organismo supranacional integrado por doce países sudamericanos: Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Argentina, Chile, Venezuela, Brasil, Paraguay, Uruguay, Guyana y Surinam. Fundada en 2005, se ha conformado en torno a tres pilares (Pereira Lima, 2010): la concertación política, la integración física-energética y la aproximación entre la CAN y el Mercosur. Cuenta con una Secretaría General y funciona fundamentalmente a través del Consejo de Presidentes o de Ministros. Ha comenzado a tener una injerencia importante en determinados momentos de la coyuntura internacional.

MERCOSUR

Junto al NAFTA, se trata del acuerdo comercial más influyente de la región, surge mediante el Tratado de Asunción de 1991 con la firma de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, con el objeto de crear el Mercado Común del Sur, MERCOSUR.

Su objetivo central consistió en ampliar las dimensiones de los respectivos mercados nacionales a través de la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos. Para ello el fin era el establecimiento de un Arancel Externo Común (AEC) y la adopción de una política comercial común, se planteaba además la coordinación de políticas macroeconómicas y sectoriales y la armonización de legislaciones en las áreas pertinentes.

En la Cumbre de Presidentes de Ouro Preto de 1994, se aprobó un Protocolo Adicional al Tratado de Asunción por el que se establece la estructura institucional y se lo dota de personalidad jurídica internacional. A fin de mejorar el vínculo con los países vecinos se estableció además con Bolivia y Chile, un "Mecanismo de Consulta y Concertación Política". Ya en diciembre de 1994 la inmensa mayoría de los productos se exportaban con tarifa cero dentro del área. El Arancel Externo Común (AEC) fue adoptado ese mismo año junto con un sistema de certificación de origen.

Luego entró en vigencia la eliminación del doble cobro, que fijó las directrices para el proceso de transición hacia el pleno funcionamiento de la Unión Aduanera, en 2005. En 2009 a su vez se unificaron todas las normas referidas al Régimen de Origen MERCOSUR. En paralelo se avanzó en la agilización de los trámites en frontera, en la adopción de criterios para la distribución de la renta aduanera, y las negociaciones vinculadas al relacionamiento externo del bloque con otros países.

Por otra parte, desde el año 2006, los Estados partes han reafirmado el carácter prioritario del tratamiento de las asimetrías, en línea con estos objetivos se enmarca la creación del Fondo para la Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM) al que contribuyen con los siguientes porcentajes: Argentina 27%, Brasil 70%, Paraguay 1% y Uruguay 2%. La distribución de los recursos se realiza de modo inversamente proporcional al monto de los aportes realizados: Paraguay 48%, Uruguay 32%, Argentina 10% y Brasil 10%. También se creó el "Grupo de Integración Productiva" (GIP), dependiente del Grupo Mercado Común, que realiza el seguimiento de los problemas sectoriales.

En 2004 se habían fijado las condiciones para la asociación de los Países Miembros de la ALADI al MERCOSUR y se reglamenta su participación en las reuniones de los órganos de la estructura institucional del bloque. En la actualidad los Estados Asociados al MERCOSUR son Bolivia, Chile, Perú, Ecuador y Colombia. Aún falta la aprobación del ingreso de Venezuela por parte del congreso paraguayo.

Inicialmente el acuerdo comprendía unos nueve mil ítems con alícuotas desde cero al 20%. Se estableció una lista de excepciones. Desde entonces ha habido diversas modificaciones. También se ha operado con el sistema de situaciones contingentes.

Al mismo tiempo, el MERCOSUR ha tenido una intensa tarea de celebración de acuerdos comerciales con otros países y regiones. Uno de los primeros acuerdos fue con India, luego con la Unión Aduanera de África Austral (SACU), con Egipto en 2004, con el Consejo de Cooperación del Golfo en 2006, Israel en 2007, con Jordania y Turquía en 2008, y con Cuba en 2009.

Asimismo, debe destacarse un Acuerdo de Complementación Económica con Chile, firmado en 1996, y ampliado en 2008. Por el acuerdo, casi la totalidad de los productos negociados entre Chile y los países del MERCOSUR, tienen plena desgravación arancelaria. Con México, se cuenta con un Acuerdo de Complementación Económica, firmado en 2002, y que tenía por objeto crear un Área de Libre Comercio. En este marco se aprueban cupos de comercio automotriz.

Se encuentran en tratativas Acuerdos comerciales con Corea del Sur, Siria, y los Territorios Palestinos. Con la UE las negociaciones van muy lentas.

Un capítulo aparte merece el Régimen Automotriz. Es que en paralelo, ya en 1991 se estableció en Argentina un "acuerdo sectorial" entre el gobierno, las terminales, los fabricantes de piezas, las concesionarias y los sindicatos que implicaba una reducción del 33% del precio final para los automóviles producidos en Argentina. En ese mismo año, se fijaron cupos para la importación de automóviles y un sistema de compensación de importaciones y exportaciones para las terminales instaladas en el país con una alícuota del 2% para las importaciones compensadas con exportaciones (Tigre et al, 1999).

Hacia fines de 1994, se estableció que las autopartes fabricadas en los países del MERCOSUR, siempre que fueran compensadas con exportaciones para dichos países, serían consideradas como de origen nacional. Por su parte, las exportaciones argentinas de autopartes dirigidas a Brasil se multiplicaban por un coeficiente de 1.2 a efectos de la compensación de las autopartes importadas desde ese país.

A fines de 1996 el gobierno brasileño anunció una nueva medida por la cual se ofrecían incentivos fiscales y arancelarios a terminales automotrices que se radicaran en las regiones norte, nordeste y centro oeste antes de marzo de 1997. Esta medida provocó la reacción de las autoridades argentinas dado que estos beneficios no sólo desnivelaban el campo de juego sino que, además, podían extenderse más allá de la fecha planteada para la entrada en vigor del régimen común. Este conflicto complicó las tareas de la armonización de los regímenes nacionales y lo tuvo parado dos años.

A fines de 1998 se firma un Acta para llevar a cabo una transición hacia el libre comercio con el resto del mundo, pero las negociaciones no avanzaron debido a la dificultad de reducir la preferencia arancelaria del 35% respecto de extrazona. En el año 2001 se determinó un contenido local mínimo que iría reduciéndose y una forma diferente de medir el mismo, considerando sólo el porcentaje de piezas nacionales netas de piezas importadas sobre el total de piezas. Ambos Estados convinieron que tanto uno como el otro tendrían derecho a venderle al otro país, libres de aranceles, dos dólares en productos del sector automotor por cada dólar que importen.

La principal ventaja del régimen es el margen de preferencia es del 100% (0% de tarifa ad valorem intrazona), siempre que satisfagan los requisitos de origen y balance, estipulados hasta el 31 de diciembre de 2006, momento en el cual comenzó a regir el libre comercio. A comienzos del año 2008 se negoció un nuevo acuerdo automotriz que sustituyó las disposiciones del anterior y extendió su vigencia hasta el 30 de junio de 2014.

Todo el proceso de integración, sobre todo hasta 1998 generó un aumento de las exportaciones intrarregionales y además un patrón de especialización mucho más diversificado que las exportaciones extra zona (Bekerman y Rikap, 2010). También hubo aunque con menor intensidad, un aumento de las importaciones extra-zona, aunque tomado como un todo, el riesgo de reprimarización del bloque subsiste. Se sigue discutiendo hoy si la especialización lograda es eficiente (Laird, 1998; Nagarajan, 1998; Ríos, 2003; Amsden, 1997 y Rodrik, 1995).

El problema fundamental que se aduce es la asimetría del comercio. Para el período 1997-1998 y 2005-2006, las importaciones argentinas –sobre todo industriales- desde Brasil se han acrecentado y en la mayoría de los casos esto coincide con una reducción de aquellas provenientes del resto del mundo. Esto significa que Brasil logró consolidar sus ventajas comparativas a nivel regional, y el MERCOSUR contribuyó a que Argentina priorice las compras a ese país, en detrimento de terceros mercados (Bekerman y Rikap, 2010). El resultado ha sido un fuerte déficit comercial industrial de Argentina.

Dentro del intercambio comercial entre Argentina y Brasil, el complejo automotriz representa el principal encadenamiento: el 43,3% de las exportaciones argentinas a Brasil y el 34,8% de las importaciones que Argentina realizó provenientes de Brasil. En el cuadro siguiente se expone el intercambio en 2010 del complejo según sus principales partidas. El complejo automotriz cobra gran relevancia explicando una alta proporción de las importaciones y exportaciones de Argentina con Brasil, también es clave ver los diferenciales de complejidad, revelada a través de las compras netas argentinas de autopartes.

Los subsidios para la radicación de industrias en el nordeste brasilero

Los países latinoamericanos se han caracterizado históricamente por la existencia de importantes desequilibrios en el desarrollo regional. Ante ello, los gobiernos han experimentado con diferentes tipos de políticas de desarrollo con éxito dispar.

Brasil, a fin de reducir estas asimetrías ha llevado en la década del "90, al desarrollo de una política industrial tanto desde el Gobierno Federal como de los gobiernos estaduales, orientada al desarrollo de las regiones menos adelantadas con importantes beneficios fiscales. Específicamente en diciembre de 1996, el presidente brasileño Cardoso, en el marco del denominado "régimen especial de incentivos", firmó varios decretos ofreciendo una amplia gama de facilidades impositivas a las automotrices que se instalen en el norte y nordeste brasileños. Entre los beneficios del régimen se contemplaban rebaja del 90% en el arancel que grava las importaciones de autopartes, eximición del pago de derechos de importación para las máquinas y equipos que se utilicen en las plantas a construir en esos estados, y eximiciones impositivas varias.

Si bien los cuatro países del bloque habían firmado una resolución que era más bien declarativa pero que reafirmaba el compromiso de los socios de evitar la aplicación de incentivos o subsidios que generen distorsiones sobre la inversión extranjera en el sector automotriz, Brasil continuó con las mencionadas políticas de estímulo bajo el argumento de ser incentivos concedidos a una región poco favorecida.

Respecto al saldo del sector, que explica una parte del saldo general, puede verse que fue positivo para Argentina en el período 1995-2002, a partir del aumento de la apertura, se ve que pasa a ser negativo hasta la crisis.

Si el encadenamiento no ha tenido resultados positivos en términos de reducción de las asimetrías internas, tampoco los ha tenido en términos de los resultados respecto al resto del mundo. El saldo comercial del sector automotriz del MERCOSUR es negativo y absorbe junto con los químicos, casi la totalidad del superávit logrado a través de los productos alimenticios y animales vivos. Lo mismo debe decirse del resto de las manufacturas de origen industrial, sin autos. Argentina es deficitaria con Brasil, y el MERCOSUR lo es con el mundo.

La fragilidad interna del MERCOSUR

Desde su puesta en marcha, en 1991 con el Tratado de Asunción, el MERCOSUR ha prometido más de lo que ha concretado en función de la integración de las economías que integran el acuerdo.

Las cuatro economías que conforman actualmente el bloque y al que se pretende integrar Venezuela, han enfrentado a lo largo de la breve historia del Tratado, varios desencuentros y disputas, con crisis económicas en el medio que han atentado contra el proceso integrador.

La remoción de las barreras no fronterizas al comercio, la armonización y/o supervisión de las políticas internas que distorsionan la competencia y la creación de mecanismos efectivos para garantizar la aplicación de las políticas comerciales comunes (Bouzas, 2010), han sido y son aspectos conflictivos entre los países miembros.

A pesar de su nombre, el MERCOSUR no conforma aún un mercado común para los países miembros, sino que apenas alcanza a ser una unión aduanera imperfecta en donde la liberalización del comercio intrazonal resulta incompleta, con un alto nivel de excepciones en la imposición del arancel externo común.

Por otra parte, las políticas de incentivos productivos implementados por los países miembros, que en muchos casos han sido consecuencia de lobbies sectoriales, han emergido como un obstáculo adicional al proceso (Quijano, 2011). Las políticas comunes de coordinación macro aún son escasas.

El futuro del MERCOSUR está fuertemente relacionado con la estrategia geopolítica de Brasil, ésta parece hasta ahora claramente orientada a la construcción de un sólido polo político y económico sudamericano, lo que explica la oposición al ALCA, el intento de incorporación al Consejo de Seguridad de la ONU, en calidad de miembro permanente, en estrecha coordinación con Argentina; el acercamiento con China e India y China, sobre todo en el área de desarrollos tecnológicos vinculados a la defensa y el desarrollo de la industria militar (Zibechi, 2010, Cervo, 2000, Bernal-Meza, 2006).

La figura de Lula da Silva (2002) ha sido central en estos objetivos. Él aspiraba a una fuerte articulación de políticas industriales, agrícolas, comerciales, sociales, educacionales, de ciencia y tecnología, incluso a la coordinación macroeconómica con instituciones comunes, como un Banco Central único y hasta incluso una moneda común. De todos modos las diferencias estructurales de Brasil y Argentina, así como las tensiones que esa heterogeneidad genera, han limitado las posibilidades de profundización del MERCOSUR.

EUROPA Y LA UNIÓN EUROPEA (UE)

Europa es la región de mayor importancia en el comercio mundial. En 2009 recibió el 41,9% del total. El mayor volumen (72%) se produce dentro de la región.

La estructura de exportaciones se apoya mayoritariamente en las manufacturas (79,3%), especialmente el sector automotriz (9,6% del total de exportaciones), industria química (17,6%). Las exportaciones de productos agrícolas, por su parte, son el 10,8% del total exportado, mientras que las exportaciones de combustibles y productos de las industrias extractivas explican sólo un 9,9%.

Las importaciones de Europa también muestran un claro predominio en las manufacturas y dentro de ellas, la estructura es similar a las ventas externas. Lo mismo sucede con el comercio intra-bloque. El comercio intrafirma explica esta tendencia.

En relación al saldo de balance comercial para Europa se observa que la región en su conjunto es deficitaria en productos agrícolas y energéticos, mientras que muestra superávit en manufacturas. Los limitados recursos energéticos de los países de la región son el origen de una gran parte del déficit de balanza comercial. En relación a las manufacturas, los productos químicos, la maquinaria y equipos de transporte y otras maquinarias, son los principales sectores superavitarios. Existen sectores manufactureros deficitarios tales como el de equipo para oficina y de telecomunicaciones y el de prendas de vestir, por ejemplo. Lo planteado puede describirse de otro modo: sectores estratégicos para el desarrollo regional como lo es la industria química y automotriz, observan un mayor flujo comercial de aprovisionamiento desde dentro del bloque, mientras que hacia fuera del mismo, estos sectores son exportadores netos.

La región es a menudo considerada la más acabada experiencia de coordinación en lo que respecta a políticas comerciales. Se trata de lo que hoy constituye la Unión Europea, que primero fue un mercado único, es decir, una unión aduanera y una zona de libre comercio y desde el año 2000 mercado único.

El funcionamiento de las instituciones de la UE

El Consejo Europeo reúne a los líderes nacionales y europeos, establece las prioridades generales de la UE y marca la dirección política general de la UE, pero no tiene poder para aprobar leyes. Se reúne durante dos o tres días cada seis meses como mínimo, con su Presidente a la cabeza, y está compuesto por los Jefes de Estado o de Gobierno nacionales, y el Presidente de la Comisión. Los Estados miembros comparten la Presidencia del Consejo con carácter rotatorio.

El Consejo coordina las diversas políticas económicas de los países de la UE, firma acuerdos entre la UE y otros países, aprueba (conjuntamente con los diputados del Parlamento) el presupuesto anual de la UE, desarrolla las políticas exterior y de defensa de la UE y coordina la cooperación entre los tribunales y las policías de los países miembros.

Se decide por consenso, salvo que los Tratados determinen otra cosa. El Presidente del Consejo y de la Comisión y el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad no votan.

La mencionada Comisión Europea se conforma con miembros nombrados por los gobiernos nacionales, elabora propuestas de nueva legislación europea y gestiona la labor cotidiana de poner en práctica las políticas y hacer uso de los fondos europeos. Está compuesto por veintisiete comisarios uno por cada país de la UE, y su mandato dura cinco años. El personal se organiza en Direcciones Generales. Los diputados del Parlamento Europeo, representan a los ciudadanos europeos, y son elegidos directamente por ellos. Los diputados al Parlamento Europeo se agrupan por afinidades políticas, a través de "europartidos". Su función es debatir y aprobar, junto con el Consejo, la legislación de la UE. Además, se requiere la aprobación del Parlamento para determinadas decisiones importantes, como permitir que nuevos países entren a formar parte de la UE. También ejerce un control institucional.

La UE cuenta, además, con otras instituciones y organismos interinstitucionales que desempeñan funciones especializadas: el Comité Económico y Social Europeo, que representa a la sociedad civil, la patronal y los asalariados, el Banco Europeo de Inversiones, que financia proyectos de inversión de la UE y ayuda a las pequeñas empresas a través del Fondo Europeo de Inversiones, el Banco Central Europeo, responsable de la política monetaria europea, entre otros.

En los años "50, se concibe el primer antecedente: la Comunidad Europea del Carbón y del Acero compuesta por Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos. En 1957 se firmó el Tratado de Roma, mediante el cual se constituyó la Comunidad Económica Europea (CEE), un mercado común regional.

En 1973 se sumarían Dinamarca, Irlanda y el Reino Unido y al año se fundaría el Fondo de desarrollo Regional. Grecia se sumaría en 1981, España y Portugal en 1986.

En 1962 comenzó la Política Agrícola Común (PAC) que dio a los Estados miembros un control compartido de la producción alimentaria, uniformando precios y políticas. Seis años después se produjo la supresión de los derechos de aduana y la aplicación de un arancel externo común. En paralelo surgió el proyecto de la creación de una moneda única.

El Tratado de la Unión Europea firmado en Maastricht en 1992 es uno de los hitos fundamentales ya que allí se crearon condiciones explícitas para conformar una futura moneda única y la política exterior. La Unión Europea sustituyó oficialmente a la Comunidad Europea. Luego, en los tres años sucesivos se sumaron Austria, Finlandia y Suecia. En 1999 once países (a los que se unió Grecia en 2001) adoptaron el euro para sus transacciones comerciales y financieras: Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos y Portugal. Dinamarca, Reino Unido y Suecia deciden mantenerse al margen. En 2002, comenzaron a circular monedas y billetes en euros.

El último bloque de países se incorpora en 2004: República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania y Polonia. Adhieren Chipre y Malta. En 2007 ingresó Bulgaria, sumando veintisiete Estados miembros. Para esta época la EU inició tratativas para firmar TLC, como lo hizo con Colombia, Perú, Chile y México. Con el MERCOSUR continúan las negociaciones para un Área de Libre Comercio biregional, iniciadas en el año 2000 aun sin resolución.

Uno de los puntos que despertó mayores controversias giró en torno al sector agrícola, dado que al menos diez países de la Unión Europea, encabezados por España y Francia, han levantado objeciones por el avance de este acuerdo que, ha afectado a miles de productores agropecuarios. Al mismo tiempo, los países sudamericanos productores y exportadores de productos primarios, han levantado sus quejas por considerar que los países europeos mantienen políticas proteccionistas que afectan al sector agrícola de los países periféricos.

También la UE ha firmado acuerdos comerciales con el Consejo de Cooperación de los Estados del Golfo (GCC) y varios países asiáticos entre los que se encuentran Corea, India y está negociando nuevos acuerdos con los países miembros del ASEAN. Respecto a China, han abierto un diálogo permanente, iniciado en 2006 en el marco de la adhesión China a la OMC.

A fin de evaluar lo sucedido con la UE se debe entender cómo es hoy la balanza comercial europea en términos de especialización, con un importante desarrollo manufacturero en industrias consideradas estratégicas por los efectos que tienen sobre el resto de los sectores productivos como lo es la industria automotriz, química y farmacia y maquinaria.

A pesar de los esfuerzos, las asimetrías dentro de la UE son enormes, medidas según diferentes variables. Por un lado, la disparidad en los estándares de poder adquisitivo per cápita sigue siendo muy amplio. Si bien se había contraído hasta 2008, la crisis volvió a incrementar la brecha en la mayoría de los países, aunque algunos de ellos mostraron una convergencia más duradera, ayudados por el auge de las economías emergentes y en transición de los últimos años (Krueger, 2011). En 2008, el PBI per cápita más alto de la región fue más del doble que el más bajo en trece de los veintiún Estados miembros. Este grupo incluye seis de los siete que son los nuevos Estados miembros, pero sólo seis de los catorce que son Estados miembros de la UE-15.

Estas diferencias también se ven, según Figueira y Hussain (2006), en la cuenta corriente. Si se analizan los países, Luxemburgo, Irlanda y Estonia registraban en 2004 superávit; Francia, Chipre y el Reino Unido, por el contrario, han tenido déficits.

Alemania es la economía especializada en productos industriales complejos siendo una adecuada manera de analizar la heterogeneidad de la balanza comercial, estudiando montos y composición de exportaciones, importaciones y saldo de este país con el resto de la UE. En 2010 la Unión Europea explicó el 56,5% de las importaciones totales de Alemania, mientras que fue el destino del 60,3% de las exportaciones totales del país germano. En dicho año, el saldo de balanza comercial germana arrojó un superávit de 153.300 millones de euros, del cual más del 42% es explicado por el comercio con países de la UE.

A nivel subnacional, aún hoy las regiones con más alto PBI per cápita se encuentran en el sur de Alemania, el sur del Reino Unido, el norte de Italia y Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Austria, Irlanda y Escandinavia. Las regiones alrededor de ciertas capitales, Madrid, París, Praga y Bratislava, también pertenecen a esta categoría. Las regiones más débiles se concentran en periferia de la Unión al sur, suroeste y sureste, en el este de Alemania y sobre todo, en los nuevos Estados miembros que tienen un PBI per cápita inferior al 75% de la media de la UE-27.

La Comunidad de Estados Independientes

La Comunidad de Estados Independientes (CEI) es una organización supranacional compuesta por diez de las quince ex repúblicas soviéticas: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán (asociado) y Uzbekistán.

Puede caracterizarse como un acuerdo parcial, dado que, más allá de un Tratado general existente, su ordenamiento jurídico se articula en derredor de acuerdos bilaterales o multilaterales, con participación en muchos o, parte de sus miembros. Es un acuerdo asimétrico en función de las desigualdades existente entre los participantes, completado con el predominio de Rusia por sobre el resto, formando un núcleo duro sobre el que se organiza el bloque. No funciona como una confederación formal, ya que no cuenta con órganos comunes a nivel legislativo, económico, ni fiscal (Lamsdorff, 2003; Blanc, 2004).

Actualmente el comercio de estos países representa el 3,8% de las exportaciones mundiales. El principal destino de las ventas externas no se destina al interior del mismo (18,6% del total en 2010), sino hacia Europa (con el 52,9%). Asia sigue como región de importancia con el 13,9% y luego está América del Norte con apenas el 5,2%.

Su matriz exportadora se focaliza en combustibles, este rubro explica el 66,7%, las manufacturas representan el 25,5% y las exportaciones de productos agrícolas dan cuenta del restante 7,7%. Las importaciones en el período 2007-2009 se componían en un 11,7% por productos agrícolas, un 12,1% en combustibles y productos de la industria extractiva, y el restante 76,2% es explicado por las manufacturas. El elevado saldo en el rubro combustibles le permite sostener un superávit global de balanza comercial. En manufacturas, los países de la CEI presentan un déficit significativo que en el período 2007-2009 promedió los US$ 169.300 millones.

Esta estructura no del todo formalizada, surge a partir de la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en el año 1991, al producirse la división de todo su territorio en distintos países independientes. Inicialmente, Bielorrusia, Ucrania y Rusia constituyeron la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Ese mismo año, los líderes de once de las quince ex repúblicas soviéticas se reunieron en Kazajistán y firmaron el tratado: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Ucrania.

Los tres Estados bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) no firmaron el tratado, y lo mismo ocurrió con Georgia: los cuatro países argumentaban que habían sido incorporados a la fuerza a la Unión Soviética. En diciembre de 1993, Georgia finalmente se unió a la CEI; mientras que en agosto de 2005 Turkmenistán abandonó su calidad de miembro directo para convertirse únicamente en miembro asociado. En 2008 Georgia anuncia que se retira de la CEI tras la Guerra de Osetia del Sur (conflicto entre Georgia y las repúblicas pro-rusas de Osetia del Sur y Abjasia más Rusia, luego extendido a otras regiones de Georgia y al Mar Negro). En la década del "90 se propuso convertir la comunidad en una unión económica inspirada en la Unión Europea, pero la oposición de Azerbaiyán y Turkmenistán, ambos exportadores de recursos energéticos, impidió avanzar en este sentido. Sin embargo, desde 2003 Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Kazajstán, las cuatro repúblicas con las economías más sólida, intentan crear un espacio a parte.

La especialización productiva de cada uno de los países de la CEI facilitó la cooperación inicial en el nuevo bloque (Sidorenko, 2003). Con el correr de los años se ha producido un proceso de desintegración del mismo, con una reorientación de los países que lo conforman hacia las economías desarrolladas, y una gran heterogeneidad.

Por otro lado, a partir de los primeros años se firmaron diversos acuerdos: con la Unión de Eurasia, con las repúblicas del sur, con China, etc. Ninguno de estos acuerdos regionales ha tenido mucho impacto sobre el comercio de la región.

Petróleo y gas en Kazajstán

La producción de petróleo y gas representa una de las principales actividades económicas de Kazajstán y la principal fuente de divisas de su economía (las mismas son más del 60% de los ingresos por exportaciones y representan el 24% de su PBI). La actividad y características del sector de petróleo y gas en Kazajstán se pueden resumir en los siguientes aspectos:

– Reservas de petróleo localizadas: 39,8 mil millones de barriles, el 3,2% de las reservas de petróleo del mundo.

– Producción de petróleo: 1,49 millones barriles diarios.

– Reservas de gas localizadas: 67,20 millones de pies cúbicos, el 1,1% de las reservas mundiales.

– Producción de gas natural: 2,6 millones de pies cúbicos diarios.

– Sitios donde se ubican las mayores reservas: Tengiz, Kashagan y Karachaganak.

– Reservas alternativas: Kurmangazy, Tyub-Karagan, Nursultan (off-shore). ? Uzan, Kumkol (on-shore).

– Grandes refinerías: Atyrau, Pavlodar y Shimkent.

– Grandes oleoductos son: Caspian Pipeline Consortium (CPC), Uzen-Atyrau

– Samara (UAS), Kenkiyak-Atyrau, Omsk-Pavlodar-Shymkent, Kumkol – Atasu.

– Alashankou.

– Grandes gasoductos: Central Asia – Center (CAC), Bukhara-Ural, Bukhara.

– Principal puerto marítimo: Aktau.

El petróleo puede resultar un elemento estratégico para el futuro desarrollo de Kazajstán, incluso le puede otorgar mayor independencia respecto de Rusia. Por ejemplo, en 2005 se inauguró un oleoducto de novecientos sesenta kilómetros entre Kazajstán y China financiado en parte por ésta última. Si se observa un mapa, los principales campos de petróleo de Kazajstán están cercanos a la frontera con el gran país asiático.

La cuestión central ha sido, una vez más, la fuerte heterogeneidad existente. Es que la mayor parte de las repúblicas asiáticas tuvieron una muy mala década del "90. Desde el año 2000, las economías de Rusia, Kazajstán, Uzbekistán y Turkmenistán, especializadas en petróleo y gas, crecieron gracias a la espectacular suba del precio de los recursos naturales. Kazajstán podría llegar a ubicarse en 2015 entre los diez principales países productores de petróleo del mundo si se cumplen las previsiones de expansión de la producción y desarrollo de nuevos campos petrolíferos.

En esa lógica comercial de la región Rusia es superavitaria respecto a sus socios y su balanza positiva explica el 18% del superávit comercial total del bloque. Se trata fundamentalmente de petróleo y productos de petróleo, madera y productos de madera y químicos. Como en todo el bloque, los principales socios comerciales de Rusia no se encuentran en la CEI.

En el caso de Ucrania, su situación económica general ha sido precaria desde la salida del país del régimen soviético y hasta el fin de siglo, con crecimiento negativo, aunque decreciente, hasta 1999 inclusive (IMF, 2011). A partir del año 2000, la economía inicia un sendero de crecimiento positivo con una especialización en productos minerales ferrosos y no ferrosos, pero también maquinaria y equipo de transporte, alimentos, químicos y productos petrolíferos (CIA, 2011). Pero el país es dependiente de la energía proveniente de Rusia (petróleo y gas), lo cual la hace vulnerable a los shocks externos. El rojo comercial de Ucrania se explica en buena medida por las importaciones de energía.

La economía de Bielorrusia tuvo mayor fortuna, ya que sólo mostró un crecimiento negativo entre 1993 y 1995, para luego observar una expansión del 7,1% promedio anual hasta el 2010. Bielorrusia tiene una especialización similar a la ucraniana: exporta fundamentalmente maquinaria y equipo, productos minerales, químicos, metales, textiles y alimentos e importa productos minerales, productos químicos y alimentos. Las importaciones provenientes de Rusia representan el 51,8% de las totales y las exportaciones hacia Rusia, explican el 38,9%. Este país ha observado un déficit constante en su balanza comercial a lo largo de la última década, tanto intra como extra-bloque.

En las nuevas economías de mercado de Asia Central la pobreza ha aumentado (COSUDE, 2011 y Pomfret, 2003). Entre éstas figuran Tayikistán y la República de Kirguistán, considerados los "países sin tierra" aunque la última poseedora de yacimientos auríferos.

ASIA

Asia ocupa el segundo lugar como región de relevancia en el mundo del comercio con el 26,3% del total de los flujos, El comercio intrarregional es el principal elemento explicativo de las ventas externas de los países asiáticos, con el 51,6% del total. En lo relativo al comercio extrarregional, el principal destino de las ventas es Europa y América del Norte (18% cada una).

Si se analiza la estructura exportadora, se reconoce el mayor peso de las manufacturas (82,3% de las exportaciones totales), dentro de las que se destacan los equipos para oficina y de telecomunicaciones (23%). Las exportaciones de combustibles y productos de las industrias extractivas, por su parte, representan el 11,1% del total, los productos agrícolas tan sólo un 6,5%. El sector textiles (3,2%) y prendas de vestir (4,8%) han perdido peso relativo.

Las compras del exterior de los países de la región repiten algunos de los rubros mencionados, pero las importaciones de combustibles, al igual que lo observado para Europa, explican alrededor del 20%. El comercio intrabloque está algo más primarizado. El continente es fuertemente superavitario en manufacturas y deficitario tanto en combustibles y productos de las industrias extractivas, como en los productos agrícolas. En relación a las manufacturas, los mayores superávits se observan en equipos para telecomunicaciones y en el sector automotriz.

Dentro del subcontinente, la estructura de comercio entre China, Japón y Corea, y entre Corea y Japón está basada en manufacturas. El comercio de productos agrícolas, extractivas y combustibles ocupa un lugar limitado.

Se observa que la relación comercial entre Japón y Corea en 2010, resulta positiva para la primera economía, la cual observa superávit bilateral en la mayor parte de los sectores productivos. En un contexto de aumento de los intercambios, se observa que mientras China y Corea han sido durante casi todo el período superavitarias respecto a Japón, China ha sido deficitaria respecto a Corea.

Respecto a la relación comercial entre China e India, la misma resulta de relevancia principalmente para la primera. India es el 8,1% del destino de las exportaciones chinas, el tercer socio en importancia, y el 12,4% del origen de sus importaciones (primer socio comercial en importancia).

La estrategia de crecimiento de las economías de China e India han apuntado hacia el sector externo tanto mediante el aliento a la sustitución de importaciones como el estímulo al crecimiento de las exportaciones, a partir de la escala, los salarios bajos y un aumento gradual de incorporación de tecnología. Al mismo tiempo, luego de lograr su ingreso a la OMC en 2001 y ser reconocida como economía de mercado, profundizó la firma de acuerdos comerciales bilaterales para diversificar su crecimiento externo y vincularse con países proveedores de recursos estratégicos.

Entre ambas en lo relativo a la orientación de comercio exterior, existe un bajo nivel de solapamiento: mientras las exportaciones de China se concentran en buena medida en productos electrónicos e informáticos (superando sus exportaciones textiles y de confección, primeras en importancia hace dos décadas), India vende en el exterior productos textiles y de confección y metalmecánica (Bustelo Gómez, 2007). Algo parecido sucede entre el grupo de países conocidos como los Tigres asiáticos, Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur, los cuales, aprovechando su mano de obra educada y altamente calificada, se han especializado en áreas donde tenían ventaja competitiva (Beato, 2010). Por otro lado, Singapur y Hong Kong se convirtieron en líderes mundiales de los centros financieros internacionales; Taiwán y Corea del Sur se convirtieron en líderes en tecnología de la información a nivel mundial.

Por eso, en su morfología, el continente asiático como bloque presenta una fuerte presencia de comercio intraindustrial, con una clara integración vertical de las cadenas de valor y con una amplia presencia de empresas multinacionales. El otro tema clave es la histórica rivalidad de China y Japón, cuya puja económica adquiere una renovada notoriedad a partir de la pérdida de poder de la economía japonesa a fines de los ochenta y el crecimiento chino de los últimos años.

El acceso de China a la OMC lo forzó país a tomar ciertas medidas de liberalización de mercado, y a firmar acuerdos bilaterales y regionales. De este modo, entre 1976 y 2006 se han firmado más de ciento cincuenta acuerdos comerciales en Asia, y en dicha zona todos los países excepto Mongolia participan en al menos uno de ellos.

Hasta ese momento existía la APEC (Asia Pacific Economic Cooperation). Esta experiencia fue fundada en 1989. Los miembros fundadores fueron: Australia, Brunei, Darussalam, Indonesia, Japón, Corea, Malasia, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia. También estaban Canadá y Estados Unidos. China, Hong Kong, el Taipei chino se unieron en 1991. México, Papúa y Nueva Guinea, lo hicieron en 1993. Chile se adhirió en 1994. Y en 1998, Perú, Rusia y Viet Nam. Hoy son veintiún miembros. En 1994 la APEC estableció las metas de Bogor de comercio y la inversión libres en la región de Asia-Pacífico para el año 2010 para las economías desarrolladas, y para 2020 para las economías en desarrollo. Un año más tarde se adoptó el Programa de Acción de Osaka, que proporcionó un marco para el cumplimiento de los objetivos de Bogor de liberalización general. Recién en 1998 se definieron los primeros nueve sectores para la apertura. En los "90 fue un importante actor a favor de la liberalización en la Ronda de Doha. En 2008, el 50 % del comercio entró en el régimen libre de impuestos. No hay arancel externo común.

Por otro lado, está la antigua Asociación de Naciones del Sureste Asiático, organización subregional integrada por diez países, Malasia, Indonesia, Brunei, Filipinas, Singapur y Tailandia, Laos, Vietnam, Camboya y Birmania, que se firma en 1961(Rubiolo, 2006). Un conflicto entre Filipinas y Malasia por el territorio de Sabah hizo fracasar el intento.

Unos años más tarde, en 1967 Tailandia, Malasia, Indonesia, Singapur y Filipinas, firmaron la declaración de Bangkok, que marcó el inicio de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Junto a Brunei forman el ASEAN-6. En 1976 se firmó el Tratado de Amistad y Cooperación en el Sudeste Asiático, sin definiciones comerciales claras. En 1979 se creó el Consejo Económico Japón – ASEAN.

Recién en 1992 se firmó el compromiso de marchar hacia la eliminación de tarifas dentro de la construcción de un área exclusiva de libre comercio. Desde 1995 se integraron Vietnam, Myanmar, Laos y Camboya. El Acuerdo sobre el Arancel Preferencial Efectivo Común (CEPT) para el Área de Libre Comercio de la ASEAN (AFTA) exige que los aranceles aplicables a una amplia gama de productos que se comercializan dentro de la región se reduzca a no más del 5% y hay un sistema de reducciones graduales. Los países del ASEAN-6 (Brunei Darussalam, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur y Tailandia) han eliminado todas las tarifas de importación del resto de los países del ASEAN, mientras que los restantes cuatro mantienen hasta el momento tarifas que en todos los casos alcanzan como máximo al 5% (ASEAN Annual Report, 2010-2011).

En 2010, el 25,1% de las mercancías exportadas por los países de la ASEAN y el 24,6% de sus importaciones, fundamentalmente manufacturas, se realizaron de manera intrabloque debido a un aumento en el período 2000-2010 del 170% del comercio. El intercambio intrabloque creció alrededor de 140%.

En los siguientes cuadros se presenta la estructura comercial de los principales países del bloque para 2007. Se puede apreciar la gran diversificación de los intercambios ya que los balances de comercio en maquinaria y equipos así como en combustibles, son relativamente equilibrados, lo que se debe al fuerte intercambio intra-firma.

Fuera de ese intercambio intrabloque, se ve que países importantes de Asia y Oceanía como Australia, Nueva Zelanda e India, observan déficit permanentemente con las economías del ASEAN, aunque en niveles similares a sus cuentas globales, Corea y China son en cambio superavitarias; Japón en los últimos años ha perdido el superávit que mantenía.

La importancia del comercio intrabloque revela que, mientras que APEC involucra grandes heterogeneidades y termina siendo un espacio difícil de coordinar, el ASEAN avanza decidida y complementariamente.

Uno de los temas centrales es la relación con China, con quien se firmó el Acuerdo Marco sobre Cooperación Económica Global en noviembre de 2002 para establecer el Área de Libre Comercio13, que dio lugar al Acuerdo de Comercio de Servicios y el Acuerdo de Inversión en el Acuerdo Marco de Cooperación Económica Integral. En 2010 se creó el Comité Conjunto del TLC de la ASEAN China. Un TLC se firmó específicamente con ASEAN-6 y así se redujeron los aranceles de siete mil productos. Mientras tanto, se prevee un trato flexible hasta 2015 para Camboya, Laos, Myanmar y Vietnam (Odarda, 2008).

Las inversiones de China en Camboya

Camboya es una pequeña economía del sudeste de Asia, que cuenta con apenas catorce millones de habitantes. Dado su tamaño, cualquier vinculación con otras economías tiene un potencial para generar importantes beneficios tanto a través del acceso a mercados más grandes como en términos de recepción de IED.

En los últimos años, el acercamiento de esta pequeña economía con China ha generado importantes inversiones desde el gigante asiático que, paradójicamente, visto desde la óptica de China resultan insignificantes.

En 2010 la Inversión Extranjera Directa que Camboya recibió desde China alcanzó los US$ 600 millones, volumen que no alcanza siquiera el 1% del total de inversiones generadas en el exterior por China. Sin embargo, con este volumen de IED China representa para Camboya el principal proveedor de IED.

Si bien es cierto que Camboya tiene políticas favorables a la atracción de IED, lo que genera mayor seducción de China es que las exportaciones se encuentran libres de impuestos y sin restricciones de cuotas a mercados desarrollados como los de Canadá, Japón y Australia, al tiempo que los textiles camboyanos tienen un trato preferencial por parte de la UE y bajas cuotas por parte de Estados Unidos.

Otro aspecto favorable para la IED en Camboya son sus salarios, que resultan inferiores a los observados en China. En 2001, según la última información disponible, los salarios de la industria manufacturera ascendían a US$ 62,3 mensuales, mientras que en China los salarios manufactureros eran en promedio US$ 98,4 mensuales. Desde entonces, la dinámica salarial en China se aceleró tanto por el aumento de los salarios en yuanes como por la apreciación del tipo de cambio nominal, llevando los salarios promedios en las manufacturas a US$ 311,8 mensuales e incrementando la brecha salarial con Camboya.

Si bien China se muestra como "benefactor" de Camboya, ya que este país no representa un socio comercial de relevancia, la estrategia del gigante asiático es utilizar a esta pequeña economía, al igual que lo hace con otros países, para saltear las restricciones que les son impuestas en el exterior.

Así, lo que puede aparecer en un principio como una estrategia cooperativa por parte de China, tal cual lo muestra también en el caso de su relación comercial con las economías latinoamericanas, es en realidad una estrategia de extracción del máximo beneficio de las relaciones internacionales. Camboya es sólo un ejemplo.

Desde entonces el flujo de comercio bilateral entre China y ASEAN se ha incrementado a un promedio del 20% anual. Los productos mecánicos y eléctricos representaron el 53,7% del total de las importaciones de China proveniente de los países del bloque, mientras que las exportaciones de China al ASEAN se componen de tejidos, manufacturas intensivas en mano de obra y productos farmacéuticos. La ASEAN fue cuarto socio comercial más grande de China (con un 9,8%), después de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón. En este intercambio, como vimos, China es normalmente superavitaria, pero todo el tipo de relación es equilibrada.

Es interesante el análisis de la evolución de esta relación entre China y los países del ASEAN. Por ejemplo, durante la crisis financiera mundial en 2009, China estableció un préstamo de U$S 15 mil millones a los Estados miembros de la ASEAN. El préstamo se ha utilizado principalmente para actividades de construcción relacionadas con la conectividad. China también invierte en Filipinas, Camboya y Tailandia a través del Fondo de Inversión de Cooperación de China-ASEAN. Una operación similar se lleva adelante a través del Memorando de Entendimiento sobre la Cooperación de Transporte. En este esquema China parece querer convertirse en una especie de instrumento anticíclico en estas economías.

ÁFRICA

África tiene una participación mínima en el comercio internacional, con el 3,3% en las exportaciones mundiales y también del 3,3% en el total de las importaciones mundiales. Europa es el principal destino de sus ventas, el 38,8% en 2009, seguida por Asia con el 22,2% y América del Norte con el 17,1%. Luego aparece el comercio intrarregional que apenas representa el 11,7%. La estructura exportadora está basada en combustibles y productos de las industrias extractivas un 68,5%, las manufacturas representan el 20,5% y las exportaciones agrícolas un 10,2%. Las importaciones son en casi un 70% de manufacturas (maquinarias y equipos de transporte, productos químicos), pero también, productos agrícolas, que suman un 15%.

Son claros los problemas en la generación de valor y baja industrialización. Estas economías no han logrado nunca una autonomía alimentaria razonable. El elevado superávit que el continente observa en combustibles y productos de industrias extractivas no alcanza para redondear una balanza comercial superavitaria.

En términos de países, el principal exportador e importador del continente es Sudáfrica, con algo más del 17% del total, en términos de exportaciones le siguen Argelia, Nigeria, Libia, Marruecos y Túnez, todos superando el 8%, y totalizan el 70% de las exportaciones africanas. Los mismos países se repiten en importaciones, aunque a estos debe sumarse Egipto, que exporta el 4% del total.

La economía de los países africanos se encuentra basada mayormente en la agricultura y en la explotación de los recursos naturales. Se puede apreciar la existencia conjunta de dos modelos de economías: la economía de subsistencia -más tradicional en el territorio- y la economía más capitalista la cual se orienta mayormente hacia el comercio exterior, en donde los recursos naturales son su principal fuente.

La actividad agrícola ganadera en algunos países de África alcanza a explicar una porción más que representativa de su PBI, tal como se observa en el cuadro inferior. Así por ejemplo, en países como Sierra Leona y Somalía, la agricultura supera el 60% del PBI.

La minería y la silvicultura son dos actividades extractivas de importancia económica con destino a la exportación. Dichas actividades se encuentran mayormente controladas por grandes empresas. Entre los elementos que se extraen de la actividad minera en África se encuentran hierro, manganeso, cobre, petróleo, gas natural, bauxita, uranio, oro y los diamantes. En la actividad forestal se explotan principalmente árboles de maderas tropicales exóticas.

En el caso de la actividad industrial, la misma es muy poco desarrollada y en gran medida se encuentra orientada a la producción de bienes de poco valor añadido.

En el siguiente cuadro se expone la estructura general de las economías africanas según la última información disponible. En el mismo se aprecia el bajo peso de las manufacturas dentro de la estructura económica en la mayor parte de los países africanos.

La explotación y exportación de diamantes

El negocio mundial de diamantes genera unos US$ 12.000 millones anuales de ventas y Bostwana es el principal productor mundial, mientras que Sudáfrica ocupa el tercer lugar detrás de Rusia. Pero lo más destacado en torno a los diamantes tiene que ver con el tráfico ilegal de los mismos en varios países de África.

Los países africanos se caracterizan por una elevada inestabilidad política, asociada a factores diversos, entre los que se cuenta la circulación de esta piedra preciosa. En este contexto, varios grupos para-estatales han tomado control del negocio financiando a su vez sus operaciones políticas con los ingresos provenientes de estas ventas. A su vez, en este negocio intervienen grandes corporaciones que actúan financiando y estimulando estos conflictos.

Las crónicas de Sierra Leona, El Congo, Angola, Ghana, Liberia y Costa de Marfil hablan de estos problemas en estos países, donde ha habido varias denuncias internacionales (Naciones Unidas, 2001). Existen miles de personas que bajo un estado de semi-esclavitud, principalmente en Angola, Sierra Leona y el Congo que realizan tareas extractivas en las minas.

Para frenar el comercio ilegal de diamantes se introdujo en 2002 el denominado "Proceso de Kimberley", diseñado por las Naciones Unidas, a través del cual se les requiere a los países productores de diamantes que provean pruebas de que el dinero que hacen de la venta de diamantes no es usado para financiar actividades criminales o "revolucionarias". Esta medida ha tenido un efecto reducido en la limitación del tráfico ilegal de diamantes.

En los países de África, también se produjo un incremento en los intercambios intrabloques, aunque éstos siguen siendo inferiores al 10%. En ese comercio, naturalmente, el componente "combustibles y productos de las industrias extractivas", alcanza al 31,5% (es el 68,5% de las exportaciones totales). Ganan importancia las exportaciones de productos agrícolas y las manufacturas.

En África existen múltiples bloques de integración y los países africanos frecuentemente pertenecen a más de uno. Estos acuerdos han demostrado ser poco estables, tal vez debido a la inestabilidad de cada país, por problemas económicos y sociales que a veces adoptan la forma de conflictos étnicos. Todo hace que se diluyan los esfuerzos de fortalecimiento de muchos procesos. Según la visión de Kabunda (2009) el continente carece de ciertas condiciones esenciales para la integración regional, entre las que se pueden mencionar: la transferencia de soberanía a los órganos centrales, los mecanismos de prevención y gestión de conflictos, la convergencia de intereses económicos, los mecanismos de superación de las rivalidades y de los antagonismos políticos, la creación de una moneda y de infraestructuras regionales, con una previa integración regional encabezada por un Estado fuerte en colaboración con la sociedad civil.

A continuación se analizan los bloques de integración más relevantes:

UNIÓN SUDAFRICANA (SACU)

Una de las organizaciones más sólidas es la Unión Aduanera Sudafricana (SACU), creada en 1910. Se trata de un grupo compuesto por los países de Sudáfrica, Botswana, Namibia, Lesotho y Swazilandia. Por entonces se definió un arancel externo común en todos los bienes importados a la Unión desde el resto del mundo; un pool común de derechos de aduana de acuerdo con el volumen total del comercio exterior; y los impuestos especiales sobre la base de la producción total y el consumo de bienes sujetos a impuestos especiales. Además, se estableció la libre circulación de productos manufacturados dentro de la SACU, sin ningún tipo de derechos o restricciones cuantitativas y una fórmula de participación de ingresos para la distribución de los ingresos aduaneros y los impuestos especiales recogidos por la unión.

Bajo el régimen del Apartheid, Sudáfrica era el único administrador del pool común de ingresos estableciendo los derechos de importación de la SACU. Recién en 1969 se estableció un multiplicador en la fórmula de participación de ingresos, que aumentó los ingresos de Botswana, Lesotho y Suazilandia. Sin embargo, al igual que en el acuerdo de 1910, Sudáfrica mantuvo el poder de toma de decisiones sobre las políticas aduaneras y los impuestos especiales. También conservó el libre acceso al mercado de Botswana, Lesotho y Suazilandia. Con ello, se lograron efectos de desvío de comercio que beneficiaron a los fabricantes de Sudáfrica.

Con la independencia de Namibia en 1990 y el fin del Apartheid en Sudáfrica en 1994, los miembros de la SACU llevaron a cabo nuevas negociaciones en noviembre de 1994, que culminaron en un nuevo acuerdo en 2002. Se estableció una Secretaría Administrativa, un Consejo de Ministros, una Comisión de la Unión Aduanera, los Comités Técnicos de Enlace, un Tribunal y una Junta de Aranceles y hay una nueva fórmula de reparto de ingresos.

Varias revisiones fueron impulsadas por las naciones menores que veían que el acuerdo beneficiaba en demasía a Sudáfrica, pero el poder de esa economía es muy superior al del resto (Lesedi et al, 2010). En la actualidad, el debate en la misma Sudáfrica podría llevar a romper el proceso (Draper et al, 2009). Del otro lado, recientemente Botswana, Lesotho y Suazilandia (BLS) han firmado el Acuerdo de Asociación Económica interino (IEPA) con la UE, buscando de reducir la dependencia de Sudáfrica, aumentando los aranceles externos con esa economía.

Existen grandes diferencias entre el desempeño económico de los países de la SACU. Sudáfrica es la economía más grande del África subsahariana, con más alto PBI per capita, eje de la mayoría de los intercambios y mantiene superávit comercial con el resto. Además ha sostenido siempre una política comercial de acciones no acordadas (Jenkins, 2001). Un dato interesante es que Sudáfrica le vende a los vecinos bienes y servicios de consumo mientras que al resto del mundo le vende sólo recursos naturales (Aziakpono, 2003).

Entre las otras economías también hay diferencias. Botswana tiene un PBI per cápita alto debido a sus exportaciones de diamantes, cobre y níquel, mientras que Lesotho, por su parte, ha registrado una tasa de crecimiento bajo y tiene ingresos medios pobres. Lesotho y Suazilandia siguen siendo de los países de más bajos ingresos per cápita del mundo.

La Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC)

La Conferencia de Coordinación para el Desarrollo del Sur (SADCC) se formó en 1980 con la adopción de la Declaración de Lusaka (África del Sur: hacia la liberación económica) con la participación de Angola, Botswana, Lesotho, Mozambique, Suazilandia, República Unida de Tanzanía y Zambia.

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