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¿Qué podemos hacer para acelerar la revolución integral de la conciencia social? (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4

La principal es de naturaleza holística (ver Cap. 1) que en el caso de la agropecuaria significa que la línea directriz no pasará por objetivos crudamente inmediatistas e individualistas que caracterizan la reduccionista "agricultura moderna" (agroquímica) y sí por un abordaje de conjunto, inter y transdisciplinario.

La agricultura ecológica tiene, como punto focal, una tríada constituida por el hombre que trabaja la tierra, por la tierra misma (considerando aquí el suelo, el medio ambiente, las plantas y animales) y por la necesidad humana de alimentos y otros productos.

En esta conceptuación, la armonización con la Naturaleza (no de un modo bucólico y sí racional), pasa a ser un elemento clave.

La palabra racional(*) significa explotar económicamente la Amazonia en la medida – y sólo en la medida – en que el conocimiento científico de su ecosistema complejo permita. Racional es no eliminar – entre otros productos de la alimentación humana – la cáscara y el germen del trigo, portadores de insustituíbles vitaminas y minerales. Racional es – cuando la presión demográfica lo exige – sustituír vegetación nativa por un nuevo ecosistema que no sea muy diferente del anterior, a través de policulturas.

Racional deformado, o realmente irracional, es lo que ocurre hoy en día. La Naturaleza es considerada una esclava y violada por el interés económico, con el apoyo abierto de la ciencia y la tecnología, madrinas de la "agricultura moderna". Es interesante reflexionar, que sin el apoyo de estas madrinas, ¿cómo podría el poder económico por sí solo, utilizar poderosas máquinas surgidas de la creatividad humana para derribar bosques, instalar monoculturas e impregnarlas de fertilizantes químicos solubles y de agrotóxicos, cada vez más caros, sofisticados y agresivos? ¿como podría destruir tan rápidamente los suelos, haciendo avanzar peligrosamente la desertificación?

La agricultura ecológica propone una nueva vía, a través de la creación de técnicas más baratas, más simples, más funcionales, más humanas y más armoniosas, de modo que no exijan grandes inversiones (generalmente de material importado). La sofisticación debe ser sustituida por la simplicidad, por la sencillez.

Si los científicos y tecnólogos se preocupasen más con la armonización con la Naturaleza, seguramente irían a aprender, poco a poco, los secretos que ésta – considerada ya no más como esclava y sí como hermana o madre – guarda en su seno amoroso.

2. Bases tecnológicas y bioecológicas. Los aspectos más básicos son:

a) Diversificación de la producción y continuidad del flujo productivo.

La diversificación (rotaciones, consorciaciones, sistemas silvo agropecuarios, plantas compañeras) permite al productor rural disponer de alimentos variados para su propia subsistencia. Además, ella es importante tanto desde el punto de vista técnico (mejor aprovechamiento del área, mejor conservación del suelo, mejor protección contra plagas y pestes), como del económico (defensa contra las oscilaciones de precios).

b) Mejoría de la capacidad productiva del suelo

Para esto es necesario un conocimiento adecuado de las leyes biológicas que rigen las complejas interrelaciones suelo/plantas/animales/medio ambiente y sobre todo, respetarlas y aplicarlas para mantener y aumentar la potencia del flujo productivo. Especial atención debe ser dada al desarrollo de una rica micro fauna y microflora del suelo, así como a la estructura y aireación del mismo y al contenido de materia orgánica.

La fina capa superficial del suelo, es la mayor fuente conocida de alimentos para la Humanidad. La filosofía extractivista de la "agricultura moderna" no se preocupa mayormente con ella. Su pérdida gradual significa para la especie humana – y para las otras – un peligro mayor que cualquier otro. Sólo para fines ilustrativos, debemos informar que Bouillene estima que todos los años se pierden por desertificación, ¡más de ocho millones de hectáreas! en el mundo (o sea la mitad del Uruguay). En Brasil, sólo con producción de soja en monocultivo, se perdieron en 2004 ¡300 millones de toneladas de suelo!

c) Aspectos nutricionales

El desequilibrio nutricional producido en las plantas por los fertilizantes químicos solubles, se debe a que ellos son absorbidos directamente por aquellas (como ocurriría con un niño devorando dulces y chocolates). Se alteran así las leyes naturales de la fisiología vegetal y en consecuencia, se modifica profundamente el metabolismo. Por otro lado, los mencionados fertilizantes aumentan dramáticamente la presión osmótica en el suelo, inhibiendo el desarrollo de microorganismos en él contenido y que son vitales para un desarrollo sano de las plantas.

Estos microorganismos han sido creados por la Naturaleza, con el objetivo de actuar como intermediarios en los procesos nutritivos, transformando elementos insolubles en substancias asimilables por las plantas. De esta forma, la agricultura ecológica sólo recomienda fertilizantes de origen orgánica o minerales, siempre que insolubles.

d) Aspectos fitosanitarios.

La "agricultura moderna" tenta controlar las plagas a través de los agrotóxicos, productos químicos con elevado grado de toxicidad. Es interesante comentar que en no menos de cien oportunidades (cursos, conferencias, seminarios), el autor ha preguntado a la platea(*) si alguien sabe cuantos miligramos (o gramos) de agrotóxicos ingerimos por día. La respuesta es un ominoso silencio. (También nosotros no sabemos ese valor, porque está cuidadosamente oculto).

La agricultura ecológica, por su parte, tiene como propósito básico el desarrollo de resistencia natural de las plantas a los ataques de plagas y pestes. La utilización de fertilizantes orgánicos y minerales poco solubles, proporciona una dieta equilibrada para las plantas, lo que induce a un notable aumento de la vitalidad de éstas, de modo que resisten en alto grado al ataque de las mencionadas plagas.

e) Calidad biológica de los alimentos

El modelo agroquímico ha generado otra variable negativa – muy poco estudiada, porque no interesa al sistema – denominado desnaturación.

Debido al uso de fertilizantes químicos de fácil absorción, ésta ocurre de forma desequilibrada y no en la forma gradual, propia de la Naturaleza. La consecuencia es que los productos agrícolas acaban teniendo exceso de agua(**), alto contenido de nitrógeno, fósforo y/o potasio, pero con contenidos subnormales de magnesio, cobre, boro, manganeso y otros nutrientes. De este modo, estos productos quedan empobrecidos en su valor nutritivo (desnaturados) debido al desequilibrio producido. Esto puede ser percibido hasta organolépticamente, de forma cualitativa, debido a cambios acentuados o hasta pérdida de sabor, aroma, color y textura de los productos naturales.

f) Balance energético.

El modelo ecológico, presupone la utilización de todo tipo de residuos, tanto vegetales como animales, capaces de reciclar las pérdidas de suelos. En el modelo agroquímico, ese reciclaje casi no existe. Según Castanho y Chabaribery (7), de la energía utilizada, solo 20% es finalmente aprovechable (a través de los respectivos productos agrícolas). Mientras tanto, 80% de ese flujo de energía es perdido.

En el modelo ecológico se actúa en forma opuesta: uso de tecnologías leves, baratas, no contaminantes y en lo posible autóctonas. La consecuencia es que el balance energético puede ser hasta tres veces superior al modelo agroquímico.

3. Las bases socioeconómicas

Los principales factores socio-económicos son: rentabilidad y estabilidad social. La rentabilidad puede ser consultada en Bonilla (6). Aquí comentaremos rápidamente la condición previa: estabilidad.

El modelo ecológico se presenta como una forma eficiente de asegurar la permanencia del hombre en el medio ambiente rural, en contraposición al modelo actual en el que las ciudades están literalmente hinchadas, no soportando más el éxodo rural. Aquel se aplica, con mayor probabilidad de suceso en un esquema de pequeño (o medio) productor rural, con estructura familiar, oligofamiliar o comunitaria.

El modelo ecológico, pretende mudar radicalmente el sentido de la producción agrícola, transformando la explotación actual en una colaboración entre el hombre, las plantas, los animales, el suelo y toda la Naturaleza.

Esta diferenciación entre explotación y colaboración no tiene un sentido lírico; ella surge de la naturaleza esencial de aquel modelo: aumento del bienestar de la comunidad, lo que es incompatible con una agricultura que sólo se preocupa con el lucro, ignorando un enfoque holístico, capaz de dar estabilidad y sustentabilidad al productor rural.

Así, la palabra clave, desde el punto de vista de vida socioeconómico será equilibrio. Más que en óptimos económicos y rendimientos máximos, estaremos interesados en una producción continua, equilibrada, diversificada, sana y suficientemente productiva.

4. Bases académicas: La necesidad de reformular la enseñanza y la investigación agropecuaria.

a) Enseñanza. Fuera de aspectos relacionados con Holística y con Educación para la Vida es necesario reformular el currículo técnico-científico, que ahora deberá estar centrado en el modelo ecológico, sustituyendo el modelo agroquímico.

b) Investigación. Precisa ser totalmente reformulada para responder – por lo menos – a las siguientes preguntas:

  • ¿Cual deberá ser el volumen de la producción agrícola, cultivo por cultivo, crianza por crianza, para que se pueda atender las necesidades alimenticias de la población? (Plan Maestro, ver más adelante).

  • ¿Cuáles deberán ser los niveles de calidad exigibles de los productos agropecuarios en términos de tolerancias a la toxicidad?

  • ¿Cuáles deberán ser las tolerancias por la desnaturación?

  • ¿Qué procesos permiten asegurar un flujo constante y sustentable de la producción agropecuaria? Recordar que la capacidad productiva del suelo pertenece a la comunidad. Los propietarios tienen apenas derecho legal de uso de aquel, nunca de despilfarro de aquella capacidad.

  • ¿Cómo se podrá mejorar la estabilidad social del campo?

  • ¿Producir alimentos es apenas un problema económico y tecnológico? ¿O es también ecológico y social?

  • ¿Para quién pesquisar? Para el sistema económico o para la población?

  • ¿Cómo evaluar si las investigaciones realizadas son direccionadas para el poder económico o para el bienestar de las comunidades respectivas? Una respuesta elaborada a esta pregunta puede ser consultada en Bonilla (8,9).

El Plan Maestro de Alimentación

( Consideraciones generales

La primera necesidad del ser humano es la alimentación. Sin ella, no podrá sobrevivir más que unos pocos días. También ella debe ser oportuna, pues la subnutrición durante la infancia acaba produciendo problemas irreversibles.

Según Peliano (10), "Se comprometen las potencialidades de desarrollo de la propia sociedad", si no se atendieren sus necesidades básicas, ya que al ser negadas las necesidades biológicas a un organismo, se frustra su desarrollo, sobre todo en los más jóvenes, pues:

  • a) Se favorece la incidencia de infecciones y otras enfermedades, aumentando la morbilidad y la mortalidad.

  • b) Se causa una interrupción en el desarrollo físico, afectando el vigor y reduciendo la estatura;

  • c) Se perjudica el rendimiento cognitivo, o sea, se compromete el desarrollo intelectual;

  • d) Se generan tensiones sociales al frustrarse una de las necesidades más vitales del ser humano.

Las consecuencias del déficit nutricional pueden ser ilustradas con referencia a ciertos determinismos biológicos de crecimiento. Excepto en casos de privación extrema de la madre durante la gestación, los niños de cualquier raza o de cualquier origen social nacen con alturas y pesos muy parecidos. Las condiciones sucesivas de salud y alimentación pasan, enseguida después del nacimiento, a ser fuertes determinantes del crecimiento. Es en el comienzo del destete que comienzan a aparecer, de forma dramática, las diferencias entre los pobres y los ricos. En el Brasil, estas se muestran en su mayor intensidad en la faja etária de 5 a 6 años, donde el desfasaje de los pobres representa 16% en relación a la altura, y 20% en relación al peso de los niños ricos".

Aún en un enfoque psicológico como el de Maslow (11), es absolutamente claro que las necesidades humanas presentan un esquema jerárquico, pues a medida que ellas van siendo satisfechas, nuevas necesidades que estaban latentes, pasan a actuar como estímulos para el comportamiento del hombre. Pero en la base de las necesidades humanas se encuentran las "fisiológicas o vegetativas" y dentro de ellas, en primer lugar, la alimentación. Sólo después que ellas sean medianamente satisfechas, las otras comenzarán a emergir en un proceso envolvente (las necesidades de seguridad en segundo lugar, las sociales en tercero, las de auto-estima en cuarto y las auto-realización en quinto; todo esto según la percepción de Maslow).

En consecuencia, hasta las Fuerzas Armadas, dentro de su doctrina de "seguridad nacional" deberían incluir el factor "alimentación" como una variable básica, ya que una nación que tiene una considerable parcela de su propia población en estado de subnutrición nunca podría sentirse segura. Por lo tanto, es absolutamente obvio que cualquier comunidad, país o región que desee progresar en el marco de la civilización actual debe, en forma imprescindible dar un énfasis total al problema alimenticio de su población. Problema que en parte podrá ser resuelto por el uso de técnicas agropecuarias realmente apropiadas y en parte, por una administración correcta de los recursos existentes, orientados en el sentido de la dignidad humana.

( Justificativa

En sus comienzos, la Revolución Verde fue la promesa de las grandes multinacionales de la agroquímica para acabar con el hambre en el Tercer Mundo. Pero, haciendo un balance de lo ocurrido en los últimos cincuenta años, ¿qué se puede decir?

En primer lugar, el hambre en lugar de disminuir, aumentó considerablemente. Por ejemplo, en el Brasil, en 1960, 50% de la población presentaba déficit alimenticio; en 1975 esa proporción pasó para 67% y en 1995, para 75%. Y todos sabemos que esa situación es bien parecida en el resto da América Latina.

Junto con la subnutrición de las capas más bajas de la población, se desarrolló una agropecuaria "industrial" poderosa, que hoy en día está sustentando la economía brasileña (y de otros países), apoyada – precisamente – en la Revolución Verde. Que significa esto?

Significa que la Revolución Verde fue – y es – muy interesante para captar divisas en el extranjero… en gran parte derrochadas con importaciones superfluas como los celulares (¡hay más de 200 millones de ellos en el Brasil!). O sea, ella ha proporcionado grandes lucros a las multinacionales de la agropecuaria y a las grandes empresas del ramo.

En particular, la investigación científica fue priorizada para atender los cultivos de exportación (café, caña de azúcar, naranja, soja, cacao), en detrimento de aquellos de consumo interno (porotos, arroz, mandioca). En Brasil, la proporción de artículos científicos publicados fue de cinco para los primeros, contra uno de los segundos.

Como consecuencia, los rendimientos fueron bien diferenciados: por ejemplo, la productividad de los porotos (principal fuente proteínica en el Brasil, indispensable para la población más pobre) llegó a casi a una tonelada en la lejana década del 30. Sin embargo, en 1980, en pleno desarrollo de la Revolución Verde cayó a menos de 500 (!!!). En 2000, recuperó algo, pero no llegó a 800 kg/há.

Con más bocas para comer y con menor productividad, obviamente la consecuencia es el hambre y la desnutrición. En particular, las carencias proteínicas son irreversibles si ocurren en la infancia y es así que se desperdicia impunemente la potencialidad humana de nuestros niños, afectados por aumentos de la tasa de morbilidad; por interrupción del desarrollo físico, lo que afecta el vigor y reduce la estatura; se perjudica en forma hasta irreversible el desarrollo de las capacidades cognitivas, o sea se compromete el desarrollo intelectual a un grado insoportable.

Fallas en el atendimiento nutricional, especialmente de los niños, significarán enormes derroches de potencialidad humana y de marginalización, que serán un potente caldo de cultivo para la violencia y la criminalidad, como lamentablemente bien lo sabemos, porque lo estamos experimentando diariamente.

El hecho es que América Latina en general no se puede dar el lujo de derrochar un bien tan fundamental. ¿Cuánto costará este desperdicio? Los economistas ciegos, que hoy predominan, parecen no percibir este costo, porque no afectan – visiblemente – los flujos de caja. Pero este derroche, que es nuestro talón de Aquiles, precisa ser atacado y resuelto, sin lo cual no podremos crear verdaderamente una patria como aquella que querían Artigas, Bolívar y otros héroes.

Se habla mucho de "explosión demográfica", entendiéndose como tal – en general – un supuesto exceso de la población mundial en relación con la disponibilidad de alimentos. Pero, no falta alimento en el mundo (ver Moore-Lappé y Collins, 12). Lo que falta es capacidad de compra para la mayoría de la población, así como falta de voluntad política para atacar el problema.

América Latina en general, dispone de condiciones naturales, así como conocimiento tecnológico y científico más que suficiente. Por otro lado, existe una gran necesidad alimenticia. En ese marco referencial, es necesario desarrollar planes que posibiliten a todos sus ciudadanos alimentarse razonablemente, alcanzando – aunque más no sea – los valores mínimos determinados por organismos internacionales competentes, como la FAO y la OMS.

Sin embargo, esto no ocurrirá automáticamente, siendo necesario estructurar esos planes, de modo que ellos puedan atender de forma cuantitativa pero también cualitativa, las necesidades alimenticias de nuestra población y después ejecutarlos con la correspondiente transparencia, competencia y eficiencia.

Para esto es imprescindible, volvemos a insistir: voluntad política. Creemos que la nueva zafra de gobiernos latinoamericanos podrá tenerla y por lo menos comenzará abordar este asunto vital, aunque – reconocemos – bastante complejo, debido a los numerosos y poderosos intereses que se contraponen a estos enfoques.

( Objetivos

– Detectar los obstáculos que impiden a gran parte de la población latinoamericana, alcanzar – por lo menos – los niveles nutritivos mínimos.

– Proponer y ejecutar las medidas apropiadas para que aquellas metas sean alcanzadas.

( Plan de Acción

a) Definir la demanda de proteínas, calorías, vitaminas, sales minerales y otros nutrientes necesarios para una alimentación satisfactoria de la población

b) Traducir en términos de volúmenes de productos agropecuarios, las demandas definidas anteriormente, eligiendo las combinaciones más significativas.

c) Graficar detalladamente la producción agropecuaria de los últimos 20 años, con énfasis en los productos agropecuarios de consumo interno, determinando sus tendencias más marcantes, así como las posibles causas de éstas.

d) Determinar la potencialidad de la producción de alimentos en el país, sobre todo para consumo interno, en función de las áreas disponibles para cada producto y de su productividad probable, discriminando aquí las posibles tecnologías a ser utilizadas.

e) Detectar los obstáculos que en el pasado impidieron que la potencialidad anteriormente expuesta, pudiese transformarse en realidad.

f) Establecer un plan de producción mínima para los principales productos de consumo interno.

g) Analizar el problema de la distribución de los alimentos durante los últimos 20 años, determinando sus tendencias durante ese periodo, tanto de los alimentos para consumo interno como para exportación.

h) Analizar las tecnologías agropecuarias utilizadas actualmente en la producción de alimentos, así como las tecnologías alternativas, no apenas en lo relativo a la cantidad bruta de producto, y sí principalmente a otros aspectos, tales como: sanidad, calidad nutritiva, balance energético, aspectos sociales, conservación del recurso tierra, mejoría de la capacidad productiva del suelo, etc.

i) Analizar los impactos de la demanda, producción y distribución de alimentos en un perfil temporal de 20 años y examinar cuidadosamente las consecuencias emergentes.

j) Formular un Plan Maestro que incluya:

  • Utilizar la Gestión de la Calidad (Agrocalidad) como instrumento fundamental para alcanzar los objetivos establecidos.

  • Definir las metas de producción agropecuaria para cada cultivo y cada crianza, coherente con una satisfacción razonable de las necesidades alimenticias de la población.

  • Definir estrategias que posibiliten alcanzar aquellas metas. Entre ellas, se requiere estudiar la posibilidad de subsidiar productos alimenticios básicos para la población de baja renta; esto incluye una amplia campaña educacional. También una reforma tributaria, donde la producción de alimentos para consumo interno tenga impuestos más bajos y los de consumo externo, más altos.

  • Elaborar un Plan de Acción específico, haciendo "rodar el Ciclo PDCA" (Ver Bonilla, 13).

  • Formular un plan de difusión de los resultados, de modo que la opinión pública en general, así como los diferentes sectores e instituciones de la sociedad, sean bien informados acerca de los avances del proyecto, sus obstáculos y sus eventuales desdoblamientos.

  • Preparar un número suficiente de profesionales, capaces de informar y asesorar la población acerca de la calidad nutritiva, las características organolépticas y las condiciones sanitarias (especialmente toxicidad) de los diversos productos (naturales e industrializados) ofrecidos para su venta.

Expectativas a ser alcanzadas

  • Aumentar la cantidad de alimentos disponibles, a través de:

– Aumentar la productividad de los principales cultivos y crianzas.

– Reducir las pérdidas en la cosecha, transporte, almacenamiento y comercialización.

(Estudios hechos en Brasil, muestran que estas pérdidas pueden llegar a 40% de lo producido).

  • Aumentar la calidad de los alimentos, a través de:

– Mejorar la calidad nutritiva de los productos agropecuarios.

– Mejorar la calidad organoléptica (sabor, aroma) de los alimentos.

Reducir en forma drástica los residuos tóxicos (oriundos de la Revolución Verde).

  • Posibilitar la efectivación del desarrollo sustentado, a través de una política de protección que permita la utilización de los recursos disponibles durante muchas generaciones.

  • Desarrollar acciones tendientes a satisfacer personas, básicamente:

Ciudadanos, especialmente de baja renta, permitiendo un desarrollo normal de los niños y adolescentes, así como razonable de los jóvenes y adultos.

Trabajadores rurales, a través de su motivación, participación y valorización.

  • Reducción global de costos, a través de:

– Gestión eficiente y bien orientada de los recursos disponibles.

  • Utilización de metodologías agropecuarias más leves, menos contaminantes y más naturales, o sea, tecnologías socialmente apropiadas. Por ejemplo, dando prioridad a la aplicación de lo ya conocido y al desarrollo de nuevos conocimientos, relativos a los microorganismos del suelo, que están allí para ser utilizados en beneficio del ser humano. Mientras tanto, hoy están en gran parte sofocados y hasta exterminados por la utilización maciza de los fertilizantes químicos, especialmente los solubles y de los agrotóxicos.

O sea, en definitiva, la aplicación correcta y consciente de la Gestión de la Calidad en la agropecuaria (Agrocalidad), permitirá mejorías significativas en la calidad de vida de las personas. Ese es, en verdad, su objetivo final. Las técnicas, tales como el Ciclo PDCA (y otras) son apenas instrumentos, herramientas, o sea simples medios para alcanzar aquella elevada finalidad.

Para su pleno suceso, este plan precisa de la convergencia de tres factores básicos:

a) Visión y voluntad política de justicia social ¿Para quién hacer?

b) Conocimientos técnico-científicos profundos en el área agropecuaria (¿Cómo hacer?)

c) Orientación filosófica bien definida, acerca del significado de la vida humana (¿para qué hacer y por qué hacer?).

Comunicación, consumo y consumismo

COMUNICACIÓN

La falta total de respeto e interés que el sistema económico prevaleciente siente por lo que podemos denominar "desarrollo humano", expresado a través de la difusión y expansión de la calidad de vida, puede ser percibido con total plenitud, observando el uso que se viene haciendo de ese maravilloso invento denominado televisión.(*)

Decimos maravilloso, porque si fuese prioritariamente utilizado para vehicular la Educación para la Vida, con seguridad habríamos favorecido notablemente aquel "desarrollo humano".

Sin embargo, lo que se ve a través de las imágenes presentadas por la pantalla, son programas de bajo (y bajísimo) nivel, tal vez interesantes para niños de seis u ocho años, saturados de dosis anestésicas de publicidad, en gran parte deshonesta y mentirosa, escabullándose del tratamiento de los grandes problemas, los conflictos, las interrogantes acerca de la vida humana, de su relación con el planeta, etc. El objetivo de los medios de comunicación, en general es el de inducir comportamientos estandarizados, consumismo, análisis superficiales de los acontecimientos, comodismo, egoísmo y analfabetismo social (en el sentido de que no se transmite la percepción de que vivimos en una sociedad y no en una jaula individual).

O sea, como dice Garaudy (1): "el universo cotidiano de la televisión está en función inversa de los problemas reales de la vida". Y esto no hace más que confirmar la decadencia ideológica en el que el hombre está sumergido, siendo que el mismo modelo se practica no solo en Occidente y sí, ahora, también en el Oriente.

La televisión, administrada por poderosas corporaciones mediáticas que viven de la publicidad, se destacan por la apología (implícita ou explícita) de un modo de vista perdulario, consumista y derrochador, como si el medio ambiente y los recursos naturales estuvieran eternamente disponibles para una orgía de despilfarro.

Algunos efectos gravemente negativos sobre la sociedad, relativos a la impunidad que gozan los medios de comunicación en general, son comentados a seguir:

Publicidad mentirosa

Independiente de sus características de gendarme mundial, los Estados Unidos son reconocidos como un país serio, en lo que se refiere al tratamiento dado a sus ciudadanos. ¿Será cierto?

Ralph Nader se transformó en un famoso abogado por su lucha a favor de los consumidores. Inicialmente fue considerado por el propio gobierno americano como un "Don Quijote que lucha contra los molinos de viento".

Sin embargo, su esforzada lucha contra lo que podemos llamar de publicidad mentirosa, llevó en la década de 70 al propio Presidente Nixon a ordenar que fueran analizados los peligros de los productos ofrecidos, así como las mentiras contenidas en anuncios propagandísticas.

Una investigación realizada en la época, mostró que sólo un tercio de los ejecutivos creían en la veracidad de la publicidad (precisamente porque ellos conocían muy bien la filosofía relativa a la fabricación de los productos). Ante esos hechos, la Comisión Federal de Comercio fue incumbida por Nixon de investigar el asunto en unas cien de las más importantes empresas.

En particular, la industria siderúrgica sobresalió sobre la otras, siendo que los fiscales quedaron estupefactos, entre otros, con un anuncio de la Ford que decía ser uno de sus modelos "!700% más silencioso!". Ya la General Motors afirmaba que los autos Chevrolet tenían "!109 ventajas". Tanto es así, que el Presidente de la Comisión, Miles Kilpatrick, dijo a un grupo de ejecutivos de publicidad una cosa tan fuerte como esta: "Muchos anuncios me causan repugnancia, son insultos al sentido común y a la decencia".

Naturalmente, algunas medidas paliativas fueron tomadas para calmar la ira presidencial, pero de acuerdo con la filosofía económica lucrativista, acabó sofisticándose más la forma de engañar al público.

La presión de la venta de cualquier forma

Cuenta Lutzenberger (14) que una gran empresa alemana(*), fabricante de un herbicida excelente para la remolacha azucarera, quería introducir este producto (principal principio activo = pirazona) en África del Norte. El técnico local comunicó que por razones sociales y técnicas, el producto no interesaría en la región.

El argumento social era que la sustitución del desmalezado manual por el químico, llevaría a millares de personas a pasar hambre total, con el consiguiente riesgo de disturbios. Obviamente, ese argumento no fue considerado.

El argumento técnico era, en verdad, irrebatible, pues las malezas existentes en los cultivos azucareros europeos son del grupo de las dicotiledóneas, muy bien controladas por la pirazona. Sin embargo, en el Norte de África, las malezas que compiten con la remolacha, pertenecen al grupo de las gramíneas, las cuales podrían ser combatidas por un gramicida barato como el TCA.

La solución encontrada por los genios de la empresa, de cualquier manera y publicitada abundantemente, fue preparar una fórmula muy cara debido al precio de la pirazona, la cual era colocada como adorno junto a cierta dosis de TCA, que era realmente el único producto activo. La consecuencia fue, pues, un encarecimiento brutal e innecesario, así como contaminación por la pirazona. Todo eso en nombre del Dios moderno: lucros de cualquier manera.

La deformación de los sentimientos humanos

Una conocida marca de artículos electrodomésticos colocó en un diario de Belo Horizonte (Brasil), un aviso bastante grande (un cuarto de página) en el cual aparecía la foto de una señora de por lo menos 40 años, diciendo: "Televisión es como casamiento… una se enamora de una porción y al final se elige el mejor para casar. Yo casé con un… (Aquí va la marca)… "Hoy tengo un… y soy enteramente fiel a él. Tan fiel cuanto él es conmigo"… "Es… que me hace feliz".

Como se puede percibir, ya no se trata de apenas identificar la televidente con la heroína de las novelas. Estamos en presencia de una escalada de la deformación absurda, En efecto, la televidente (sea casada, soltera, viuda, separada o divorciada) tiene su problema afectivo resuelto, porque allá en el fondo de su corazón, ella se casó con un… al cual es enteramente fiel, y el a ella, ¡y la hace feliz! !Qué maravilla!

Sabemos perfectamente que millares de personas (especialmente mujeres) leyeron el aviso y pocas repararon en el fondo del mensaje, porque mensajes absurdos, mentirosos y maquiavélicos nos hieren todos los días procurando penetrar en nuestros puntos más débiles.

Justamente este es el gran objetivo de la publicidad anestésica, masacrante y subliminal: dejar pasar desapercibido su contenido consciente, pero entrar profundamente en el inconsciente. Para esto, "brillantes" genios de la psicología, de la comunicación y del marketing proporcionan sus contribuciones "científicas".

En esta escalada perniciosa, ya no se trata apenas de obtener "porciones" de felicidad a través de la adquisición de tales y tales productos. Ahora el amor, la fidelidad y la felicidad – todo junto, empaquetado – pueden ser comprados de una única vez. Y seguramente esos tesoros maravillosos son vendidos en mensualidades suaves. Entonces ¿ya no estamos cerca del Paraíso?

O del infierno, porque aunque ya hayan sido inventadas mujeres de goma(**) para todo uso masculino imaginable, infelizmente para las cuarentonas insatisfechas aún no fue inventado un televisor (u otro aparato) con ojos para verlas, boca para besarlas y declararles su amor, manos para acariciarlas, corazón para amarlas), etc., etc. Esa es la otra y triste cara de la moneda.

La vuelta de tuerca.

En los últimos años, nuevas estrellas publicitarias fueron lanzadas, básicamente: Internet de alta velocidad, TV cabo y … ¡telefonía celular!. Solo consideremos el celular.

Brasil es un país pobre, subnutrido, con grandes problemas en el sistema de salud. Sin embargo, en junio de 2006 ya existían más de ¡90 millones de celulares!, lo que implica en gastos próximos a ¡30 mil millones de reales! (unos 13 mil millones de dólares), casi tanto como el país gasta con planos de salud.

Alves (15) informa que un estudio realizado por el Estado de Minas, a partir de datos del IBGE, de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones de Brasil (ANATEL) y de las Naciones Unidas, arrojó los resultados siguientes:

  • En las familias que ganan entre 1000 y 2000 reales (440 a 880 dólares) el tratamiento dentario – entre otros gastos – queda en segundo plano en relación al celular.

  • Cuando la renta está entre 2000 y 4000 reales (880 a 1750 dólares), los celulares consumen bastante más dinero que la mensualidad de la Universidad(*).

  • Si la familia tuviese dos hijos pre-adolescentes, de 10 a 18% del presupuesto familiar es dedicado a las nuevas tecnologías que así concurren con cuentas de luz y agua, supermercado y mensualidades escolares.

  • En las familias más pobres, la alimentación cayó de 30% del presupuesto para 20%.

Al respecto, el Profesor Luiz Carlos Edward de la Fundación Getulio Vargas (Rio de Janeiro) dice: "Es preciso pensar dos veces antes de usar el celular, que es el mayor devorador del presupuesto… debemos recordar que una llamada de un pré-pago cuesta 40 veces más que si fuese hecho de un teléfono monedero". Hoy día, los precios han sido reducidos, pero se necesita tener el último modelo, que puede costar 1000 dólares (para cada miembro de la familia). De lo contrario, podemos ser considerados antropoides o lo sumo aborígenes de Nueva Guinea.

Se podría escribir un libro entero sobre estos asuntos, pero el espacio disponible en este texto no lo permite. Pero es evidente que si estamos interesados en mejorar la calidad de vida de la comunidad, cambios bastante profundos deberán ocurrir en los medios de comunicación, especialmente en la televisión.

Inmediatamente vamos a exponer algunas ideas interesantes, relacionadas con acciones que pueden ser desarrolladas dentro del espíritu de la Revolución Integral de las Conciencias:

a) Creación de consejos administrativos para dirigir medios de comunicación, integrados por el Estado, las empresas, los representantes de la comunidad (regional o nacional) , los usuarios de aquellos servicios (asociaciones barriales, sindicatos, entidades civiles, universidades, asociaciones profesionales, etc), así como por creadores (artistas, escritores, etc.).

Esto sería una forma muy madura de enfrentar y resolver de una buena vez el bajo nivel general de los programas. Garaudy (1) comenta: "uno de los males actuales es que se crearon, a nivel de la dirección de los canales, verdaderas dinastías de déspotas petrificados, encerrados en formas arcaicas, copiadas de los métodos de la televisión americana de hace 20 años, explotando indefinidamente las mismas recetas "infalibles" para la fabricación en serie de variedades, juegos y shows, así como practicando una discriminación política y artística en relación a realizadores y artistas creativos".

De esta forma, los magnates de los medios de comunicación, imponen una cultura falluta, norteamericanizada, despreciando las riquezas de nuestra cultura auténtica, latinoamericana. Por otra parte, las banalidades que ofrecen, bloquean el crecimiento de las personas, transformándolas en seres dispersivos, superficiales, comodistas y sólo interesados en beneficio personal.

Sin embargo, con el apoyo y la participación de la comunidad, concientizada por programas de Educación para la Vida, nuevas propuestas, realmente formativas podrían ser desarrollados, jerarquizando los medios de comunicación.

Por ejemplo, y aprovechando que las tele-novelas son, en general, apreciadas por el público (a pesar de su nivel, muchas veces bajo), podrían ser creados nuevos argumentos a partir de autores inspirados e integralmente concientizados. Esas nuevas tramas, serían interpretadas por los mejores actores, llevando al público nuevos enfoques, vivencias y experiencias relacionadas con una vida mejor, más digna y más humana: la Gran Utopía (ver Bonilla, 2). Así, sería promovida una vida de más calidad, donde los rasgos auténticamente humanos de armonía, de afectividad, de solidaridad, de comprensión holística y de desarrollo espiritual serían expuestos con relevancia especial.

Del mismo modo, en lo que se refiere a noticiarios y documentales, es necesario mudar el énfasis en lo grotesco, lo insólito, lo chocante, lo sangriento y lo destructivo para su polo opuesto, privilegiando los buenos sentimientos, la protección ambiental, el trabajo honesto, las diversiones sanas, el cuidado de la salud y la infinita búsqueda humana por paz, amor y felicidad. En lugar de cultuar lo negativo y lo anti-humano, subrayar lo positivo y lo constructivo, lo que debe ser extendido a la música, con énfasis para aquellas de cuño popular, cuya esencia sea un canto a la vida. (Un arquetipo de ésta representado por la conocida canción de la poetisa chilena Violeta Parra, titulada: "Gracias a la Vida").

b) Participación activa de las comunidades en la elaboración de los respectivos materiales mediáticos.

En análisis anterior, relativo a la creación de consejos administrativos para dirigir los medios de comunicación, es un punto de partida, no una línea de llegada, para efectivar la democratización genuina de aquellos.

Un segundo paso se refiere a la participación activa de la comunidad en la elaboración de las comunicaciones. Supongamos un grupo cualquiera: los estudiantes de Agronomía, los pescadores de cierta región o los trabajadores de una determinada empresa textil. Ellos son una parte viva de la comunidad; unos y otros sólo pueden expresarse hoy día, si fueran llamados a intervenir en algún programa esterilizado, dirigido y manipulado por personal profesional que muestra apenas aquello que le interesa, o sea lo insólito, lo chocante o lo anecdótico, en lugar de aquello más vital, más global, más humano, o sea la lucha, el esfuerzo por superar las dificultades de la vida y llegar a concretizar sus sueños y sus esperanzas.

En lugar de eso, en el nuevo enfoque, estos aspectos – pulidos, es claro, por cierto refinamiento técnico – pueden ser presentados a los espectadores, a veces como una información aislada, otras veces integrando un panel. En efecto, los diferentes componentes de una comunidad humana podrán presentar sus visiones particulares, de un gran tema general, que es vivir y de un objetivo que es compartido por todos: la paz, el bienestar y la felicidad. A través de la composición artística de los sentimientos y los puntos de vista expuestos por los protagonistas, se podrá estructurar un trabajo magnífico, un verdadero seriado televisivo, donde las angustias y las alegrías de todo un pueblo estarán expresadas con todo su vigor original.

La experiencia, a la vez material, emocional, mental y espiritual, de la vida humana, desarrollándose en sus múltiples formas, creciendo gracias a la comprensión, la armonía y la buena voluntad; forjándose a través de la lucha y el sufrimiento; deleitándose a través del amor y la alegría, podrá así constituirse en un documento impresionante, que será capaz de enseñarnos cada vez más, haciéndonos más sabios y más verdaderamente humanos, en lugar de – como ahora – más insensibles, más consumistas y más incapaces de abordar de forma creativa y holística los grandes problemas que nos afligen.

El enfoque holístico se manifiesta aquí, a través de la participación del esfuerzo conjunto, de la comprensión acerca de la naturaleza colectiva de muchos problemas humanos y sobre todo, entender que el principio auto-afirmativo, generalmente con tendencia a degenerar en aislamiento, egoísmo e interés personal, se debe combinar con su opuesto complementario, el principio integrativo, pleno de solidaridad, compañerismo e ideales compartidos.

Es obvio que dentro del contexto anteriormente esbozado, la publicidad actual, pesadamente consumística no tendrá ningún sentido. Será necesario entonces, que aquellos consejos administrativos, ya sea directamente o por delegación de poder, desarrollen mecanismos capaces de controlar los abusos que hoy en día son tan abundantes. Tanto los aspectos éticos de la publicidad como las verdaderas características del producto, sus condiciones de comercialización, etc, deberán ser considerados en forma estricta. Entre las funciones de los consejos, estará la de tener relaciones estrechas con los comités de Defensa del Consumidor (ver en el ítem siguiente).

Consumo y consumismo

Este es un asunto que necesitaría un libro entero para ser desarrollado, por lo que somos obligados a resumir bastante.

Fromm (16), en su brillante libro "¿Ter ou Ser?" (¿"Tener o Ser"?, en español), dice que existen dos tendencias en el ser humano. La de tener o poseer, que adquiere su fuerza – en última instancia – en el factor biológico correspondiente al instinto de sobrevivencia; en verdad, representa el principio auto-afirmativo del paradigma holístico y la de ser o participar, darse, sacrificarse, la que obtiene su fuerza de la naturaleza interior humana, que lleva a la necesidad de superar su aislamiento, a través de la identificación con los otros; esta tendencia representa el principio integrativo de la Holística.

De estas dos tendencias opuestas, pero a partir de cierto punto, complementarias, se levanta toda la estructura social humana con sus normas y valores. En la sociedad actual, como fue largamente explicado, predomina netamente el modo tener. Con todo, existe una modalidad del tener que Fromm denomina tener existencial, que se compatibiliza plenamente con el modo ser. Este tener existencial se refiere a lo que podemos llamar de "consumo básico", que exige que tengamos, conservemos, cuidemos y utilicemos ciertas cosas a fin de sobrevivir y crecer como auténticos seres humanos: alimentos, habitación, vestuario y productos necesarios para satisfacer nuestras necesidades reales.

En nuestra moderna sociedad occidental, existe un modo de pensar – un verdadero paradigma – que implica en reconocer que el modo tener es inherente a la naturaleza humana; por lo tanto, desear tener, sería algo completamente natural.

Otro modo de pensar, también considerado como un verdadero dogma o verdad indiscutible es que las personas son pasivas por naturaleza y que sólo trabajan o hacen cosas por obligación: hambre, castigo o recompensa material. Sin embargo, si estudiásemos un poco de Antropología, veríamos que el concepto de egoísmo e indolencia innatos, parecería absurdo a innúmeras sociedades humanas del pasado y aún del presente.

En realidad, el ser humano tiene en sí tanto la potencialidad ser como la tener. Es cierto que el egoísmo y la indolencia son características humanas, pero también tenemos las opuestas, ancladas en el modo ser, tales como: la auto-expresión, la creatividad, la solidaridad. Hebb (17) muestra con pruebas muy variadas que el verdadero problema comportamental es explicar la inactividad, no la actividad. (Una de ellas se refiere a que niños y adolescentes son indolentes al aprendizaje cuando éste es presentado de manera árida e inerte; apartada la presión y la monotonía, mostrando el material en forma viva, aparecen actividad e iniciativa notables).

La necesidad de ser (darse, participar, sacrificarse) se percibe ampliamente durante los conflictos bélicos, como en el caso de la Segunda Guerra Mundial en cuyo comienzo, Churchill advirtió a los ingleses que ella exigiría "sangre, sudor y lágrimas". Esto no los desanimó, por el contrario: aumentó su instinto natural de participación y sacrificio; y esto ocurrió también con los otros países, tales como Alemania y Rusia, en los cuales la población era masacrada por bombardeos indiscriminados.

Pero no sólo en épocas de guerra, el hombre manifiesta esta faceta de su personalidad. Los heroicos sacrificios de millares y millares de trabajadores a lo largo de estos dos últimos siglos han permitido mejoras importantes, no apenas de salarios y sí de condiciones de trabajo. Por otro lado, personas pertenecientes a familias riquísimas han rechazado este modo de vida (tener) por uno más verdadero (ser).

Y esto ocurrió a través de todo el transcurso de la Historia humana, desde el príncipe Sidarta Gautama (el Buda), que abandonó el lujo y la molicie por una vida asceta; los jóvenes romanos que abandonaron la hedonista vida de la aristocracia por otra, signada por la pobreza pero enaltecida por el amor y que acabó llevándolos a ser despedazados por las fieras; San Francisco de Assis, hijo de un rico mercader, abandonó todo en procura de una vida santa; los nobles rusos (los "narodniki"), entre ellos el Príncipe Kropotkin, autor de un libro magnífico titulado "Apoyo Mutuo" (el cual precisamente dá abundantes pruebas no sólo en el hombre y sí en la Naturaleza toda, acerca de la existencia y actividad de lo que ahora podemos llamar de principio integrativo), que en la segunda mitad del siglo pasado se dedicaron a luchar por la justicia social; hasta los jóvenes modernos (hippies o no) que se desembarazan de su fardo tener, en procura de la "leveza del ser". (Esto incluye también a personas no jóvenes). Según Capra (1) en EEUU ya eran cuatro millones de personas las que decidieron apartarse de la estructura prevaleciente, privilegiando el consumo frugal, la armonización con la Naturaleza y el desarrollo interior.

Estas consideraciones son tejidas para mostrar – aunque muy rápidamente – que otra de las tantas falsedades que las personas son compelidas a aceptar como verdad, es la idea de que el deseo de consumir es innato en el hombre y que él vive en función del mismo. Esto puede ser parcialmente verdadero, después que el ser humano es bombardeado científicamente a través de una publicidad anestesiante. Y es esto exactamente lo que ocurre en nuestra sociedad en este momento. Pero es indudable que no nacimos ni vivimos para consumir; la verdad es que apenas precisamos consumir para vivir. Y estamos desperdiciando nuestras vidas, dentro de aquellas montañas de superfluos si podemos comprarlos, o por el sufrimiento de no poder satisfacernos con ellos, si no los podemos comprar.

El poder económico, fuera de su publicidad deformada, se destaca por la creación de un nuevo concepto: la obsolescencia planificada, sea en relación con calidad o con atractivo (ver detalles en Bonilla, 2).

El papel clave del consumismo que surge de aquellos recursos realmente inhumanos, es aplacar el sentimiento de infelicidad (que es la causa principal, entre otros problemas, de la obesidad y de cosas peores, como las drogas) y sustituirlo mágicamente por la euforia que fluye del nuevo artefacto o producto, poseedor de bellos colores y modelos, así como cada vez más aerodinámico.

Esta situación de euforia aparente y hedonismo generalizado, también se extiende a las camadas más pobres (las que deslumbradas con la pose de nuevos artículos, como los celulares, pasan un poco más de hambre para pagarlos y así ostentar un "status" absurdo).

Esto nos recuerda culturas antiguas que se derrumbaron porque redujeron sus preocupaciones a los placeres, las poses y las trivialidades (por ejemplo el decadente imperio romano, Luis XVI y María Antonieta, los zares de Rusia, etc).

Solamente la concientización creciente de las personas, acompañada por las acciones correspondientes tendrá la fuerza necesaria para hacer recuperar la salud a la sociedad moderna, gravemente enferma según la conceptuación de Marcuse (4).

Esa es, precisamente la idea básica que queremos transmitir con este texto, la que reforzamos a través de algunas propuestas específicas de naturaleza preliminar.

El boicot del consumidor

Cuando alguna industria (o comercio) pretende vender sus productos a precios excesivos o de calidad menor al padrón establecido, la comunidad, a través de los Grupos de Trabajo actuando inteligentemente en defensa de sí mismos, podrá utilizar un recurso ideal, hasta ahora poco usado: el boicot a esos productos (o servicios).

El boicot a los productos caros, de baja calidad y sin garantías en cuanto a su toxicidad, o dañinos para la Naturaleza, es una herramienta de valor imponderable en manos de personas lúcidas. Es claro que un puñado de personas absteniéndose de comprar un producto determinado, no podrán colocar en jaque a las grandes industrias, pero si se trata de millares y millares de individuos, la situación cambia de figura. ¿Por qué aceptar marcas de autos, cocinas, heladeras y televisores que comienzan a despedazarse pocos años después de haber sido comprados? ¿Por qué comprar ropas o zapatos a precios altísimos sólo porque tienen la marca X?

Es claro que no podremos boicotear todos los productos de una única vez. Pero si por una semana decidimos no comer tomates, su precio tendrá que reducirse a niveles razonables, o se podrirán en los mercados. Lo mismo acontece con la carne. Todos los productos perecibles pueden ser fácilmente boicoteados por el consumidor, siempre que haya un acuerdo mutuo a ser firmemente mantenido entre sus integrantes. Una vez más: la UNION HACE LA FUERZA. Del mismo modo que hay una frase que dice: "trabajador unido, jamás será vencido", el consumidor unido podrá derrotar las imposiciones del sistema.

Es así imprescindible, en la caminada de la Anti-Vida para la Pró-Vida, permanecer firmes y hacer entender a los grandes comerciantes, industriales, agricultores e intermediarios poderosos, que dejamos de ser niños y de ahora en adelante, solo compraremos productos suficientemente buenos, útiles y económicos. Con los restantes, podrán hacer lo que quieran, inclusive chatarra. Aquellos más inteligentes, más perspicaces y realmente más modernos, percibirán entonces los nuevos rumbos de la sociedad y seguramente utilizarán su poder, su organización, su capital y sus técnicos para reformular los productos a las nuevas necesidades. Aún así, podrán tener lucros muy buenos y sentirse realizados, ahorrando recursos naturales agotables y contribuyendo para una vida mejor. Aquellos que no saben leer los presagios, ni captar los vientos de los cambios, quedarán por el camino, extinguiéndose como los dinosaurios sedientos de la Era Terciaria.

Este "boicot" siempre potencial del consumidor, debe ser cada vez más osado. Él debe amenazar también a los medios de comunicación y por su intermedio a las agencias de publicidad.

Un excelente artículo de Perry Mander publicado en la revista Penthouse muestra claramente como la televisión hoy día, es usada no con propósitos educativos y sí con el objetivo principal de hipnotizar y anestesiar a las personas, encadenándolas cada vez más al cautiverio de los bienes de consumo ofrecidos, así como a los mensajes ideológicos encubiertos bajo las noticias, las historietas, las novelas y los seriales.

Los principales argumentos expuestos por Mander son los siguientes:

a) "Los espectadores quedan muy impresionados por el poder de la TV; ella proporciona imágenes de los bosques de Borneo, así como los más famosos ballets europeos; del mismo modo alunizajes hechos por los astronautas, discos voladores, la caída del Xa de Persia, la invasión de Kuwait o el abrazo de Walesa y Reagan. Ellos tienen la impresión de estar viviendo aquellas realidades, cuando en realidad apenas están vivenciando la realidad de estar sentados en una sala semi-oscura, con el cuerpo casi inmóvil, los ojos febrilmente fijos en la pantalla, mirándola pasivamente como en un trance hipnótico. Mientras tanto, la pantalla difunde imágenes que ha sido cortadas, re-arregladas, montadas, deformadas, reducidas, mezcladas, filtradas, combinadas y estandarizadas". "Con sus rostros blancos y sus mentes inoperantes ¿cuándo el pueblo despertará?"

b) "Ver y creer". En ese viejo refrán se asienta toda la fuerza de la televisión. En efecto, a lo largo de millares (tal vez millones) de años, el hombre a través de todo su proceso de evolución psico-biológica, identificó las imágenes que él percibía en el mundo físico con la realidad. Por lo tanto, la mente humana no fue preparada para comprender las diferencias existentes entre las imágenes de la realidad física, de aquellas artificiales, creadas en los laboratorios y por lo tanto, separadas de su contexto y sus fuentes, reelaboradas y empaquetadas. De acuerdo con varios estudios hechos, muchos televidentes confunden abiertamente ciertas seriales con la realidad. Por ejemplo, un bien conocido personaje ficticio de la televisión americana, el doctor Marcus Welby ha recibido ¡250.000 pedidos de consulta médica! (en un año).

c) Si las imágenes de la Naturaleza son deturpadas y disfrazadas completamente, no sólo por las dificultades técnicas involucradas y sí y sobre todo por un esfuerzo deliberado, es evidente que el público cautivo y preso a aquellas imágenes, perderá su capacidad natural de captar sus ritmos y su belleza, quedando así cada vez más indiferente a su destrucción y contaminación.

d) En su estudio fascinante hecho por Merrelyn y Fred Emery del Centro de Educación Continua (Universidad Nacional de Australia, Canberra), se llegó a la conclusión que la televisión no solo destruye la capacidad de comprensión del televidente, si no que – a través de un complejo de trayectorias neuronales, directas e indirectas – reduce la vigilancia, o sea aquel estado mediante el cual el organismo se prepara para la acción, cuando su atención es despertada para un estímulo específico. Así, una persona puede estar mirando para el televisor – con o sin interés – pero él no puede actuar sobre el aparato en el sentido de completar el contenido del mensaje. La continua fijación en la pantalla no sería atención y sí apenas distracción.

En otras palabras, esto significaría que el hábito ante estímulos luminosos repetitivos como los producidos por el televisor, conducen a la parálisis intelectual. Suprimida la vigilancia del Consciente, las imágenes entran sin filtro ninguno, depositándose directamente en los bancos de la memoria, donde actuarán impunemente sobre el Subconsciente, haciéndonos compradores a pesar de que racionalmente no concordemos. Es la fuerza de la emoción manipulada por los mercaderes, sobreponiéndose a la famosa razón tan endiosada (teóricamente) por el sistema.

e) Perry Mander agrega 22 objeciones más al uso del televisor como es conducido actualmente, pero aquí solo presentaremos la última de ellas: "La televisión prefiere la Muerte antes que la Vida. Muerte es más fácil que Vida. Aquella es específica, focalizada, fácilmente perceptible, resuelta y tiene significado fuera de contexto. Vida, por otra parte, es fluida, ambigua, compleja, multidimensional, sensorial, intuitiva". Las palabras utilizadas por Mander son coincidentes con conceptos ya expuestos en este texto; solo cambia la terminología. Sería necesario sustituir Muerte por Anti-Vida y Vida por Pró-Vida.

Por su parte, según el doctor Saul Robinson, Presidente de la Academia Norteamericana de Pediatría, un niño medio norteamericano presencia actualmente por lo menos 20.000 avisos publicitarios por año – muchos de ellos repetidos insistentemente – sin estar capacitado, debido a su corta edad, para discernir y evaluar adecuadamente las demandas hechas a su imaginación. Esto provoca la enfermedad de: "cómprame esto", "cómprame aquello". En aquel país ya fue iniciada una campaña por parte de padres y profesores, procurando llegar a conseguir una prohibición gubernamental a estos avisos, tan perjudiciales para el buen desarrollo de los niños.

No tenemos duda de que una prohibición gubernamental a estos avisos deformadores sería realmente un avance positivo. Pero sería un beneficio muy parcial y en verdad, la televisión como principal órgano de difusión y comunicación en el mundo de hoy, necesita otra cosa, una verdadera reformulación general, la cual debería ser una tarea esencial a ser abordada por la comunidad, a través de los Grupos de Trabajo.

En efecto, si lo que deseamos es una sociedad sana, justa, pacífica, libre y armoniosa, los hombres que la integran deberán caracterizarse por su sentido común, por su lucidez, por su espíritu analítico, por la fuerza de su personalidad, por su autonomía, por su generosidad y por su espiritualidad.

Justamente y de acuerdo al análisis hecho anteriormente, esos atributos son poco o nada estimulados por el uso actual de la televisión. Por el contrario, la inmensa mayoría de los programas estimula la pereza, la inercia, el comodismo, la pasividad, la simplificación deformada de la Naturaleza y de los problemas humanos y así sucesivamente.

Como consecuencia, el florecimiento de la Pró-Vida es incompatible con el mantenimiento de muchos programas elaborados para un nivel mental de ocho o diez años – de acuerdo con pesquisas científicas realizadas – caracterizadas por mensajes subliminales deformantes, con contenidos implícitos, estimulando la pasividad y el hedonismo, con anuncios publicitarios insoportables. Por lo tanto, los Grupos de Trabajo tendrán un campo magnífico para actuar, tentando un cambio significativo de los padrones actualmente en vigor.

Obviamente, el problema no se limita a la televisión, siendo igualmente válido para radio, revistas y diarios. Sólo una sociedad Anti-Vida puede concordar – por ejemplo – con titulares sensacionalistas sobre robos, asesinatos y violaciones. Si los ciudadanos de una nación – cualquiera que ella sea – tuviesen un mínimo de conciencia, no podrían admitir que millares de hectáreas de florestas fuesen devastadas para proporcionar papel cuyo uso básico es la publicidad, estimulando un consumo irracional de noticias deformadas e impregnando la mente humana con una mezcla ambigua de sadismo, horror y emociones enfermizas. Apenas para dar una idea cuantitativa, la edición de un número cotidiano (no dominical) del New York Times representa el corte de 6 hectáreas de bosque . Esta masa de papel es mucho mayor que la necesaria – según Garaudy – para editar todos los manuales escolares de Camerún (país tres veces mayor que Uruguay en superficie y con seis millones de habitantes).

Es claro que no todo es ruin en el área de los medios de comunicación. Apenas estamos hablando en general, dando énfasis en los aspectos negativos que es necesario corregir, tales como la manipulación de las noticias, la deturpación de las informaciones, la concentración del poder fabuloso de estos medios en pocas manos. Creemos realmente que existen brillantes periodistas, locutores de radio y animadores de programas de televisión, así como excelentes escritores. Lo que aquí se reivindica es una re-orientación de las comunicaciones, pasando del estado actual en el cual funcionan como estimulantes de la Anti-Vida para un estado futuro en el cual sean estimulantes de la Pró-Vida.

¿Cómo procesar esta re-orientación? En verdad, casi todos somos consumidores de comunicaciones: compramos diarios y revistas, escuchamos la radio y miramos la televisión. Pero si encontramos ruines, inadecuados a anestesiantes algunos de estos órganos, o parte de ellos ¿por qué soportarlos?

Ejemplifiquemos con la televisión. Si después de un análisis sereno llegamos a la conclusión lúcida de que una cierta programación o toda la programación de un cierto canal o las programaciones de todos los canales son inservibles ¿por qué no tomar la única actitud viable? Si los ejecutivos de la televisión creen que tenemos una mente subnormal, aunque no fuese más que por amor propio, les deberíamos dar una respuesta digna.

¿Y cuál sería esta actitud digna? Muy simple: negarnos a mirar todo aquello que sea considerado como inadecuado para nuestro desarrollo y nuestros objetivos de vida plena y auto-realizada, por el tiempo que sea preciso – hasta siempre si fuera necesario – firmemente apoyados en una labor eficiente de los Grupos de Trabajo. Pero antes de llegar al "para siempre" seguramente los ejecutivos de la televisión comenzarán a hacer cambios en la programación. Porque cuando millares… (millones) de televisores comenzaren a quedar permanentemente desligados o por lo menos ciertos programas abandonados, los índices de audiencia irán a caer radicalmente y el pavor se esparcirá por todos lados.

Y será un pavor que habrán ganado en buena ley. Años y años jugando con las personas como si fuesen muñecos o robots, deberán tener su castigo, no por resentimiento y sí apenas por el propio efecto de las leyes naturales.

La propuesta básica aquí es establecer comunicaciones bilaterales y no como las actuales: alguien comunica (pésimamente) y alguien recibe el mensaje (pasivamente). El pasaje de la unilateralidad para la bilateralidad implica en que los comunicados (los consumidores de las comunicaciones, los ciudadanos comunes) participen de la comunicación. ¿Cómo? Formando parte de los consejos de programación, con derecho a clasificación y hasta vetos, tanto de los programas como de los avisos publicitarios.

El rumbo que los Grupos de Trabajo deberán fijarse es aceptar solamente programas creativos y formativos, con fuerte contenido humano. Aseguramos a los propietarios de los canales, que no se arrepentirán de una transacción de esta naturaleza, porque talentos hasta ahora ocultos surgirán, dando a la televisión una fuerza y un poder realmente comunicativo, una solidez que hasta ahora está lejos de tener. Y todos podremos salir ganando, porque habremos avanzado velozmente en el proceso de humanización que estamos tentando dinamizar.

La creación de un Centro de Defensa del Consumidor

La defensa del consumidor no puede ser dejada totalmente en las manos del Estado. La comunidad, constituida por consumidores, deberá tener una dinámica participación en este asunto.

Este trabajo debe ser coordinado por la Universidad pública, en sociedad con los órganos de gobierno respectivos y con los consumidores. Hay aquí un espacio inmenso para la Extensión, desarrollada con un verdadero enfoque transdisciplinario,(Bonilla 2) abarcando Cursos, Departamentos, Facultades y Universidades, así como no sólo las ciencias biológicas, exactas y humanas, y sí otras áreas de conocimiento, como arte, filosofía, ética, sabiduría popular y espiritualidad auténtica.

La meta fundamental de este Centro de Defensa del Consumidor es de educar a las personas a comprender cuales son las necesidades reales de la Humanidad y cuales son las artificiales, de modo que el consumo de productos y servicios se oriente en dirección a las primeras, en detrimento de las segundas (exactamente al revés de lo que ocurre actualmente).

Por ejemplo: los Profesores de Economía orientarán sus alumnos a pesquisar la estructura de los precios ofrecidos en el mercado (costos de materia prima, de procesamiento, de transporte y comercialización), los de Agronomía se concentrarán en los residuos tóxicos de alimentos in natura y en la calidad nutritiva de los mismos; los de Medicina, en los efectos de todos los productos industriales sobre la salud ; los de Biología y otras ciencias en las consecuencias sobre el medio ambiente; ya los de Administración colocarán énfasis en las técnicas gerenciales sobre todo en las áreas de marketing y producción; los de Ingeniería, Química y áreas correlacionadas, estudiarán la durabilidad, la calidad y la composición de los productos.

Un papel importantísimo cabrá a los Profesores y estudiantes de Comunicaciones, Psicología y Sociología, en lo relativo a la actuación específica de las agencias de publicidad, involucrando la naturaleza de los anuncios, la dirección de las fuerzas en ellos contenidos y los objetivos particulares que se pretenden alcanzar con cada tipo de anuncio; de esta forma la ética publicitaria y la propaganda honesta tendrán un amplio camino por donde desarrollarse, con perjuicio total para los anuncios anti-éticos y deshonestos, que serán colocados en una vitrina bien visible: la conciencia de cada consumidor.

Por su vez, los Profesores y alumnos de áreas como Matemáticas, Estadística, Computación y Procesamiento de Datos, a través de estudios de muestreos de diferente naturaleza, incluyendo encuestas de opinión pública, mantendrán la comunidad permanente informada, como si fuera una radiografía continua de lo que está ocurriendo.

Es claro que éstas son ideas muy generales, que será necesario desarrollar. Pero su germen, su núcleo, posee una vitalidad extraordinaria, ya que permitiría acercar de una manera fundamental dos ingredientes holísticos de la mayor importancia: la Universidad, con su carga de saber y con su extraordinaria energía estudiantil, que hoy día no están – ni una ni otra – convenientemente aprovechadas desde un punto de vista social, y por otro, el conglomerado de consumidores, o sea la propia comunidad.

La integración de una Universidad popular, progresista, con la comunidad a la que pertenece, es siempre un deber de aquella, aunque más no sea para justificar el precio que ésta paga para mantenerla. La actual década precisa ser la década de reencuentro de la Universidad con el pueblo; en este proceso, la energía, el idealismo y la combatividad de los estudiantes – bastante apagados en los días de hoy – podrá volver a encenderse como en los tiempos gloriosos en que ellos eran los abanderados de la libertad y de la justicia. La defensa del consumidor – en toda su extensión – es capaz de dar la motivación suficiente para que la chispa salte y la luz se encienda en las conciencias humanas, tanto en las personas comunes como en aquellas que también siendo comunes, tienen el privilegio de formar parte de una Universidad.

Es esta una idea nueva que necesitamos desarrollar, para el bien de todos.

Es claro que muchas otras sugerencias o propuestas pueden ser hechas. El autor no tiene la mínima intención de querer agotarlas ni de establecer un listado de las mismas. Si las personas se convencen de la necesidad de comenzar a circular velozmente por este camino, ellas mismas encontrarán soluciones, pues éstas se refieren a su propio bienestar.

El auténtico socialismo, el socialismo del Tercer Milenio(*) deberá pasar – necesariamente – por aquí, aunque es oportuno recordar que la defensa del consumidor no es ninguna panacea. El objetivo mayor es la sensibilización primero, la concientización después y finalmente la acción para transformar este mundo – en todos sus niveles: físico, emocional, intelectual y espiritual – en algo mejor, respondiendo básicamente a los criterios de integración, de solidaridad y de apoyo mutuos, que nos permitan vivenciar aquello que tanto deseamos: "plenitud, armonía y auto-realización".

El trabajo propuesto – por tratarse de algo absolutamente concreto – satisface las exigencias de muchas personas que dicen no interesarse en cosas "aéreas" o "especulativas". Con todo, la propia marcha de los acontecimientos, acabará tocando sus niveles emocionales y espirituales, lo que los llevará a comprender que somos una unidad no apenas como personas y sí como Humanidad y como Planeta. Todos estamos interrelacionados y somos interdependientes, todos precisamos consumir ciertas cosas y todas ellas son procesadas por la Humanidad y están confinadas en este pequeño planeta.

De esta manera, la nueva consigna, la consigna del Siglo XXI, podrá ser: "Consumidores uníos, no os dejéis explotar más. Consumid para vivir, pero jamás viváis para consumir".

Para finalizar este ítem, vamos a cerrar con una "joya" de Frei Betto (19):

"El "Financial Times" de Londres divulgó la lista de las diez marcas más reconocidas (Coca-Cola, Disney, Nike, BMW, Porsche, Mercedes-Benz, Adidas, Rolls-Royce, Calvin Klein y Rolex). Ellas constituyen la nueva religión. Las personas se vuelven para ellas en busca de sentido"… "Esto haría a un Descartes neoliberal proclamar: "Consumo, luego existo". Fuera del mercado no hay salvación, alertan los nuevos sacerdotes de la idolatría consumista".

"La apropiación religiosa es evidente en los "shoppings centers". Allí, todo evoca el paraíso: no hay mendigos, infanto-juveniles, pobreza o miseria. Con mirada devota, el consumidor contempla los venerables objetos de consumo, acariciados por bellas sacerdotisas. Quien puede pagar se siente en el cielo; quien recorre al cheque especial o a la tarjeta de crédito, está en el purgatorio; quien no dispone de recursos, en el infierno. En la salida, sin embargo, todos se hermanan en la mesa "eucarística" del Mc. Donald"s.

"El pecado original de esa nueva "religión" es que, al contrario de las tradicionales, no es altruista; es egoísta. No favorece la solidaridad y sí la competencia; no hace de la vida un don, y sí una pose. Y lo que es peor ofrece el paraíso en la Tierra. De la "religión" de consumo no escapa ni el consumo de la propia religión. Mientras tanto "Él tiene hambre y no le dan de comer". (Mateo 15, 31-40).

Medio ambiente físico y social

La sociedad como un ecosistema sustentable

De acuerdo con la definición original hecha por Tamsley en 1935, ecosistema es "un retículo de especies animales y vegetales en equilibrio, en una determinada región del globo, interactuando entre sí y con el medio ambiente no-vivo".

Este equilibrio de los ecosistemas, es mantenido a través de un proceso auto-regulador, conocido como homeostasis (o equilibrio biológico). La interferencia humana en estos sistemas naturales tiende a degradarlos, debido a la disminución del equilibrio (por ejemplo, devastación de la Amazonia) o hasta desaparecimiento completo (desertificación).

Aquí, utilizamos el concepto biológico de ecosistema en forma direccionada al sistema social humano. En este sentido, la visión ecosistémica de la sociedad, representaría una nueva moldura, un ideal a seguir, o aún, una utopía. Sin embargo, utopía no significa sueño irrealizable y sí idea que tiene dificultad en ser concretada actualmente, debido a bloqueos (generalmente irracionales) que son impuestos al pensamiento humano (ver Bonilla, 2).

Por lo tanto, las utopías (como el avión, el auto o los vuelos espaciales) son pre-figuraciones de la realidad. Si ellas estuvieran bien fundamentadas y acompañadas de dedicación, perseverancia y fuerza interna, necesariamente dejarán los niveles intangibles para presentarse como manifestaciones físicas bien reconocibles.

En ese sentido, la visión ecosistémica de la sociedad involucra una nueva concepción de las relaciones sociales existentes en las comunidades humanas, apoyada en la idea de que para entender la naturaleza de los principales problemas de nuestra época, tenemos que dirigir el enfoque al sistema general de los fenómenos que nos rodean. O sea, tenemos que explicitar cual es la visión del mundo y de las cosas.

Como bien sabemos, la visión prevaleciente es crudamente mecanicista y reduccionista. La Holística, nos enseña, sin embargo, que el ser humano es una entidad, donde los cuatro componentes (físico, mental, afectivo y espiritual) interactúan a través de dos principios opuestos, pero complementarios: el integrativo (tiene como función la coherencia, la unificación, la funcionalidad y el equilibrio del conjunto) y el auto-afirmativo (que procura preservar y desarrollar las partes).

El principio integrativo es la luz en el fondo del túnel, es aquello que permitirá a la Humanidad evolucionar, superando sus miedos, sus errores y su egoísmo. Pero él no caerá del Cielo(*), debiendo ser conquistado por el esfuerzo y por la verdadera inteligencia humana. La opinión pública – aunque sea inconscientemente – batallará cada vez más por aquel principio, obligando las instituciones en general y en particular a las empresas, a colaborar en su crecimiento y expansión.

Con todo, es fundamental la formación de nuevos líderes, a través de la Educación para la Vida (ver Bonilla, 2), que el futuro (inmediato) ya está necesitando. Estos líderes tienen un gran desafío: ¿cómo conseguir cambiar la mentalidad de los miembros de la organización y por donde (o sea por quien comenzar)? Más aún: el mayor desafío es comenzar el proceso de cambio en nosotros mismos. El punto esencial de este proceso es comprender que los fenómenos manifiestos no contienen todas las explicaciones posibles; en lugar de aquellos, el foco debe ser dirigido para los flujos de energía, para las transformaciones y para la naturaleza interior humana.

Esta Monografía fue estructurada, pensando en personas como usted, interesadas en el galardón que significa asumir la responsabilidad de ser representante de los nuevos tiempos. La edad cronológica no es aquí importante y sí la "edad espiritual". En efecto, un profundo pensador ya dijo: "la evolución positiva del mundo se debe al esfuerzo de algunos viejos (cronológicamente, pero espiritualmente jóvenes) y de muchos jóvenes, contra la resistencia de muchos viejos (cronológica y espiritualmente) y de algunos jóvenes (cronológicamente, pero espiritualmente viejos)".

En estos nuevos tiempos, tan próximos, tendremos oportunidad de asistir a cosas inimaginables hace algunos años; así la magnificencia del espíritu(**) podrá ser conducida a canales de acción práctica, concreta, tangible, en beneficio de la sociedad humana.

Pero esa magnificencia del espíritu sólo podrá brotar cuando la coherencia, la transparencia y la autenticidad habiten en nuestro corazón, acompañando el conocimiento técnico-científico que ya son dominio de la mente. Cuando esos dos caminos sean convergentes, la visión ecosistémica de la sociedad, habrá dejado de pertenecer al reino de la Utopía, para transformarse en fascinante Realidad (ver Bonilla, 2).

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