- Principios de la evolución
- Evolución de organismos y origen de las especies
- Historia de la vida en la Tierra
- Referencias
"En tanto este planeta ha seguido girando conforme a la inmutable ley de la gravedad, a partir de un inicio tan simple, han evolucionado, y continúan evolucionando, interminables formas a cuál más hermosas y espléndidas."
Charles Darwin, On the Origin of Species (1859)
Principios de la evolución
15.1 Evolución: La teoría unificadora de la biología
La evolución es la teoría de que los organismos modernos descendieron, con modificaciones, de formas de vida preexistentes. La evolución es consecuencia de: (1) la variación genética entre los miembros de una población, causada por mutaciones; (2) herencia de esas variaciones por parte de la progenie; (3) selección natural de las variaciones que mejor adaptan a un organismo a su ambiente.
Históricamente, la explicación más común del origen de las especies ha sido la Creación divina de cada especie en su forma actual. A partir de mediados del siglo XIX, los científicos llegaron a la conclusión de que las especies tienen su origen en el cumplimiento de leyes naturales, como resultado de cambios en la constitución genética de las poblaciones de organismos. Este proceso recibe el nombre de evolución.
Los británicos Charles Darwin y Alfred Russel Wallace propusieron de forma independiente la teoría de la evolución por selección natural. En la actualidad, esta teoría está contenida en el célebre tratado de Darwin El origen de las especies, publicado en 1859. Darwin extrajo la mayor parte del material que utilizó para su teoría de las experiencias en un viaje de cinco años alrededor del mundo a bordo del HMS Beagle.
Tabla 15.1 Flujo del razonamiento evolucionista
Observaciones | Conclusión |
Observación 1: Potencial de reproducción rápida Observación 2: Recursos y tamaño de población relativamente constantes al paso del tiempo | Conclusión 1: Competencia para sobrevivir y reproducirse |
Observación 3: Variabilidad de estructuras y comportamientos | Conclusión 2: En promedio, los organismos más aptos dejan más descendientes (Selección natural) |
Observación 4: Algunas variaciones se heredan | Conclusión 3: La constitución genética de la población cambia al paso del tiempo debido a la selección natural (Evolución) |
15.2 El registro de la evolución
Son muchas las líneas de prueba que indican que ha habido evolución:
Los fósiles de especies antiguas tienden a ser más simples en cuanto a forma que las especies modernas. Se han descubierto series de fósiles que muestran una sucesión escalonada de cambios de forma. Estos hechos serían de esperar si las especies modernas evolucionaron a partir de otras más antiguas.
Las especies que se consideran emparentadas por evolución a partir de un antepasado común muestran estructuras anatómicas similares. Las estructuras pueden ser homólogas (similares en estructura o en función), análogas (similar en función pero no en estructura), o vestigiales (cuando están reducidas en cuanto a su función).
Las etapas del desarrollo embrionario muestran gran similitud entre tipos diferentes de vertebrados. La presencia de agallas y cola en los embriones de todo vertebrado, indica que los acuáticos que respiran por branquias precedieron a los terrestres.
Las diferencias en cuanto a estructura cromosómica, secuencias de aminoácidos en las proteínas y composición del ADN apoyan la noción de que las especies emparentadas descienden por evolución de antepasados comunes.
15.3 Las poblaciones y la evolución por selección natural
La selección natural se traduce en el distinto éxito que alcanzan los organismos en la supervivencia y reproducción. Esto es importante debido a las consecuencias que supone para la supervivencia de los genes en el conjunto genético. La selección natural es el principal mecanismo que origina los cambios de características de las especies al paso del tiempo; dos de esas líneas son las siguientes:
Se han producido cambios rápidos y hereditarios en plantas y animales domésticos reproduciendo selectivamente los organismos que poseen las características deseadas (selección artificial). Las inmensas variaciones que se han producido en las especies en pocos miles de años de selección artificial por los seres humanos hacen pensar que cambios de magnitud mayor pudieron producirse por efecto de cientos de millones de años de selección natural.
La evolución se observa hoy en día. Las actividades tanto naturales como humanas modifican drásticamente el ambiente al cabo de lapsos breves. Se han observado cambios significativos en las características de las especies en respuesta a estos cambios ambientales.
15.4 Darwinismo y neodarwinismo
Los estudios de Mendel, retomados a finales del siglo XIX, confirmaron la idea darwiniana que la herencia es particular, no combinada. Un individuo hereda o no un gen específico de uno de sus padres, abuelos o bisabuelos; ete argumento puede ser aplicado repetidamente a un número indefinido de generaciones. Los genes no desaparecen del conjunto de genes; si lo hacen será debido a la selección natural (porque algo relativo a dichos genes influye en la probabilidad de que los individuos que los posean sobrevivan y se reproduzcan). La versión moderna del darwinismo está basada en esta idea. Fue elaborada entre 1920 y 1930 por los genetistas Fisher, Haldane y Wright, y consolidada posteriormente en la década de los cuarenta en la síntesis conocida como neodarwinismo. La biología molecular iniciada en la década de los años cincuenta, la ha reforzado y confirmado.
La microevolución estudia el cambio genético en las poblaciones naturales, las cuales contienen enormes cantidades de variación.
La macroevolución estudia el cambio evolutivo en una escala geológica de tiempo, basándose en tasas de especiación, extinción, y cambios en la diversidad a través del tiempo.
La teoría genética moderna de la evolución por selección natural se resume en lo siguiente. Los genes de una población organismos que se entrecruzan sexualmente constituyen un banco genético. El banco genético mantiene una frecuencia alélica, al pasar los genes de los progenitores a sus descendientes. Si se mantiene la frecuencia alélica la población y su descendencia está en equilibrio genético. Cualquier gen nuevo que se origine (bien sea por mutación, inmigración, emigración) puede extenderse a través del conjunto genético por medio de la mezcla sexual. Cuando se dan estas alteraciones en el equilibrio genético sobreviene la evolución.
Evolución de organismos y origen de las especies
16.1 Relación entre poblaciones, genes y evolución
La poza génica de una población es el total de todos los alelos de todos los genes que tienen los integrantes de esa población. Las fuentes de variabilidad genética en una población son la mutación, que produce nuevos genes y alelos, y la recombinación durante la reproducción sexual. En su sentido más amplio, la evolución es un cambio en las frecuencias de alelos de la poza génica de una población, debido a que los individuos que poseen ciertos alelos se reproducen más.
Las frecuencias de alelos de una población permanecerán constantes al paso de las generaciones sólo cuando se satisfacen las condiciones siguientes: (1) no hay mutaciones; (2) no hay flujo de genes, es decir, no hay una migración neta de genes al interior o hacia afuera de la población; (3) la población es muy grande; (4) todo apareamiento es aleatorio; (5) todos los genotipos se reproducen por igual (no hay selección natural). Estas condiciones rara vez o nunca se satisfacen en la naturaleza.
16.2 Evolución de organismos en una población
Las mutaciones son cambios aleatorios, no dirigidos, de composición del ADN. Aunque la mayoría son neutras o perjudiciales, algunas resultan ventajosas en ciertos ambientes. Las mutaciones son poco frecuentes y modifican en escasa medida las frecuencias de alelos, pero aportan materia prima para la evolución.
En el flujo de genes entre poblaciones, si los alelos de un emigrante son diferentes de los que existen en la población de donde proviene o hacia donde migra, las frecuencias de alelos cambian.
En toda población ocurren sucesos fortuitos que matan algunos individuos o impiden su reproducción. Si la población es pequeña, los sucesos fortuitos podrían eliminar un número desproporcionado de individuos poseedores de un alelo determinado, con lo cual se produciría un cambio considerable en la frecuencia de alelos. Este cambio recibe el nombre de deriva genética.
Dos tipos de deriva genética, el cuello de botella poblacional y el efecto fundador, ilustran las consecuencias que un tamaño de población reducido tiene en la frecuencia de alelos. Muchos organismos no se aparean al azar. Si sólo ciertos miembros de una población se aparean, entonces la siguiente generación de organismos de la población descenderá en su totalidad de este grupo selecto, cuyas frecuencias de alelos quizá difieran de las de la población en conjunto.
En la supervivencia y reproducción de los organismos influye su fenotipo. Debido a que el fenotipo depende al menos en parte del genotipo, la selección natural tiende a favorecer la reproducción de ciertos alelos a expensas de otros.
16.3 Funcionamiento de la selección natural
La selección natural actúa sobre el fenotipo de los organismos. Puede modificar la composición genética de una población en un sentido favorable para un ambiente determinado. Al paso del tiempo, la selección natural influye en una población de tres modos:
Selección direccional. Los individuos con características que difieren del promedio en un sentido (ejemplo: tamaño menor) resultan favorecidos en comparación con los individuos promedio y los individuos que difieren del promedio en el sentido opuesto.
Selección estabilizante. Los individuos que presentan el "valor" promedio de una característica resultan favorecidos en comparación con los individuos con valores extremos.
Selección disociadora. Los individuos que presentan valores extremos de una característica resultan favorecidos en comparación con los individuos con valores promedio.
La selección natural es resultado de las interacciones de los organismos con las partes tanto bióticas (animadas) como abióticas (inanimadas) de su ambiente. Dentro de una especie, la selección sexual y el altruismo son dos tipos de selección natural. Cuando dos o más especies interactúan extensamente, al grado de ejercer presiones ambientales mutuas unas sobre otras durante periodos prolongados, ambas evolucionan en respuesta a esta circunstancia. Este tipo de coevolución puede ser consecuencia de cualquier tipo de relación entre los organismos, como, por ejemplo, competencia, conductas predatorias y simbiosis.
16.4 El origen de las especies
Según el concepto de especie biológica, se define una especie como todas las poblaciones de organismos que son potencialmente capaces de cruzarse en condiciones naturales y que están aisladas reproductivamente de otras poblaciones, ocupando un papel o nicho específico en la naturaleza.
La especiación, esto es, la formación de especies nuevas, tiene como requisitos que dos poblaciones estén aisladas en cuanto al flujo de genes entre ellas y desarrollen una divergencia genética significativa.
La especiación alopátrica se debe al aislamiento geográfico y a la posterior divergencia de las poblaciones separadas por deriva genética o selección natural.
La especiación simpátrica ocurre por aislamiento geográfico y posterior divergencia, o por cambios cromosómicos rápidos, como la alopodiploidia, en la cual un individuo poliploide (con más de dos conjuntos de cromosomas) proviene de dos especies distintas.
Las especies fósiles deben ser definidas normalmente sólo en función de su anatomía, pues no es posible recuperar de ellos información sobre su situación reproductiva.
16.5 Conservación del aislamiento reproductivo entre especies
El aislamiento reproductivo entre especies se conserva mediante uno o varios mecanismos, conocidos en conjunto como mecanismos de aislamiento, que pueden ser anteriores o posteriores al apareamiento. Entre los primeros se cuentan el aislamiento geográfico, aislamiento ecológico, aislamiento temporal, aislamiento de comportamiento e incompatibilidad mecánica. Los mecanismos de aislamiento posteriores al apareamiento incluyen la incompatibilidad gamética, la inviabilidad del híbrido y la infertilidad del híbrido.
Tabla 16.1 Mecanismos de aislamiento reproductivo
Tabla 16.2 Algunos animales en peligro de extinción
Especie | Ubicación | Motivos de su disminución | ||
Guepardo (Acinonyx jubatus) | Desde África hasta India | Destrucción del hábitat, tráfico de pieles | ||
Dugón (vaca marina) (Dugong dugon) | Océanos | Caza (para la obtención de carne y cuero) | ||
Elefante asiático (Elephas maximus) | Asia meridional y Sureste asiático | Destrucción del hábitat (desarrollo agrícola) | ||
Gorila (Gorilla gorilla) | África central y occidental | Destrucción del hábitat, captura de los ejemplares jóvenes, caza furtiva | ||
Leopardo (Panthera pardus) | África, India, Sureste asiático | Destrucción del hábitat, tráfico de pieles | ||
León asiático (Panthera leo persica) | India | Destrucción del hábitat; exceso de caza por deporte | ||
Mono araña (Ateles geofroyi) | Costa Rica, Nicaragua, Panamá | Destrucción del hábitat | ||
Orangután (Pongo pygmaeus) | Borneo, Sumatra | Destrucción del hábitat, exceso de captura de ejemplares jóvenes para zoológicos | ||
Panda gigante(Ailuropoda melanoleuca) | China | Restricción de su hábitat | ||
Perrito de las praderas (Cynomys parvidens) | Oeste de EEUU | Destrucción del hábitat, envenenamiento | ||
Rinoceronte negro(Diceros bicornis) | Al sur del Sahara en África | Destrucción del hábitat, exceso de caza para la obtención de su cuerno | ||
Rinoceronte blanco (Ceratotherium simum) | África central y oriental | Caza furtiva para obtener su cuerno | ||
Tigre (Panthera tigris) | Asia templada y tropical | Destrucción del hábitat, caza deportiva | ||
Lobo rojo (Canis rufus) | Sureste de EEUU hasta Texas central | Destrucción del hábitat; caza, trampas y envenenamiento | ||
Cóndor de California (Gymnogyps californianus) | California | Destrucción del hábitat, ausencia de carroñas, baja tasa de reproducción | ||
Águila imperial ibérica (Aquila adalberti) | Sur de la península Ibérica | Destrucción del hábitat, persecución ilegal, electrocución en tendidos eléctricos | ||
Papagayo imperial (Amazona imperiali) | Antillas, Dominica | Destrucción del hábitat; captura ilegal para el marcado de mascotas | ||
Pelícano pardo (Pelecanus occidentalis) | Desde Carolina del Norte hasta Texas, California, Antillas, costas de Centro y Sudamérica | Contaminación de sus alimentos con pesticidas | ||
Pájaro carpintero de cresta roja (Picoides borealis) | Centro y este del sur de EEUU | Destrucción del hábitat de sus nidos (tala) | ||
Yacaré de hocico ancho (Caiman latirostris) | Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay | Caza para la obtención de su piel | ||
Cocodrilo amarillo (Crocodylus acutus) | Florida, México, Centro y Sudamérica, islas del Caribe | Caza para la obtención de su piel, destrucción del hábitat | ||
Dragón de Komodo (Varanus komodoensis) | Indonesia | Competencia por las fuentes de alimentos | ||
Tortuga laúd (Dermochelys coriacea) | Mares y océanos templados y tropicales | Caza, recogida de huevos para alimentación |
16.6 La extinción de las especies
Dos factores aumentan la probabilidad de extinción, la muerte de todos los integrantes de una especie, son la distribución localizada y la especialización excesiva. Los factores que concretamente provocan extinciones incluyen: (1) la competencia entre especies, (2) la introducción de nuevos depredadores o parásitos, (3) la destrucción del hábitat. Cuando las especies se extinguen, las zonas adaptativas que ocupaban quedan vacantes, lo cual permite que nuevas especies evolucionen y las ocupen.
La extinción de especies tiene interés general, pues la destrucción actual de hábitats puede generar hoy en día extinciones masivas. El número de hábitats desaparecidos es más elevado en las zonas tropicales donde la diversidad de especies es también mayor. La cantidad de especies amenazadas está creciendo con rapidez en casi todas las partes del mundo, y el ritmo de extinción es probable que se eleve de forma importante, al mismo tiempo que aumenta la población humana. Cuando se habla de especies amenazadas de extinción se consideran aquéllas que se incluyen en las categorías: En Peligro Crítico, En Peligro y Vulnerable.
Historia de la vida en la Tierra
17.1 Teorías sobre el origen de la vida
Durante mucho tiempo, la investigación de los orígenes de la vida no fue más que un debate basado en la metafísica y las creencias religiosas. La creencia generalizada atribuye a la vida orígenes divinos.
La teoría de la generación espontánea, que afirma que los seres vivos nacen de la tierra o cualquier otro medio inerte, no fue rebatida hasta el siglo XVII. El italiano Francesco Redi demostró en 1660 que los gusanos que colonizan la carne nacen en realidad de huevos depositados por moscas; así demostró que, al menos para los animales visibles, la generación espontánea era falsa.
Louis Pasteur refutó definitivamente la generación espontánea, y resumió sus experimentos en el libro Sobre las partículas organizadas que existen en el aire (1862). En caldos de cultivo estériles, que él dejaba expuestos al aire, en uno o dos días proliferaban los microorganismos vivos, pero si no quedaban expuestos, los microorganismos no se presentaban. La biogénesis, el concepto de que los organismos vivos provienen sólo de otros organismos vivos, se convirtió en piedra angular de la biología.
En el siglo XIX surgió la idea de que la vida tenía un origen extraterrestre: los meteoritos que chocan contra nuestro planeta habrían depositado gérmenes procedentes de otro. En 1906, el sueco Svante Arrhenius propuso la hipótesis de que los gérmenes habían sido transportados por la radiación luminosa. Esto fue refutado años más tarde por Paul Becquerel, quien señaló que ningún ser viviente podría atravesar el espacio y resistir las rigurosas condiciones que reinan en el vacío.
17.2 Inicios de la vida: el caldo primordial
La geología ha demostrado que la Tierra se formó hace unos 4.600 millones de años. Cerca de 1.000 millones de años más tarde ya albergaba seres vivos. Inicialmente la actividad volcánica era intensa y los gases liberados por las erupciones eran la fuente de la atmósfera primitiva, compuesta de vapor de agua, dióxido de carbono (CO2), nitrógeno, amoníaco (NH3), sulfuro de hidrógeno (H2S) y metano (CH4) y carente de oxígeno. El enfriamiento paulatino determinó la condensación del vapor y la formación de un océano primitivo que recubría gran parte del planeta.
La primera teoría coherente que explica el origen de la vida la propuso en 1924 el ruso Alexandr Oparin. Antes de que surgiera la vida, las tormentas eléctricas, la luz ultravioleta y el calor provocaron la formación de moléculas orgánicas a partir de agua y de los componentes de la atmósfera de la Tierra primigenia. Estas moléculas incluían probablemente ácidos nucleicos, aminoácidos, proteínas cortas y lípidos. Según Oparin, estas moléculas prebióticas quedarían atrapadas en las charcas de aguas poco profundas y al concentrarse, continuaron evolucionando y diversificándose.
En 1953 a los estadounidenses Stanley Miller y Harold Urey recrearon en un balón de vidrio la supuesta atmósfera terrestre de hace unos 4.000 millones de años (mezclando CH4, NH3, H, H2S y vapor de agua). Sometieron la mezcla a descargas eléctricas de 60.000 V que simulaban tormentas. Después una semana, identificaron en el balón varios compuestos orgánicos, en particular aminoácidos, urea, ácido acético, formol, y hasta azúcares, lípidos y alcoholes, moléculas complejas que había postulado Oparin. Por azar, algunas moléculas de ARN pudieron haber tenido propiedades enzimáticas y catalizar por tanto la formación de copias de sí mismas a partir de los nucleótidos de las aguas del planeta. Estas moléculas pudieron haber sido las precursoras de la vida. Unas microesferas de proteínas y lípidos que encerraban estas moléculas de ARN pudieron haber constituido las primeras estructuras semejantes a células: las protocélulas, que son capaces de reproducirse por división.
Tabla 17.1 Historia de la vida en la Tierra
Tomado del Museo de Paleontología de la Universidad de California, abril del 2000
17.3 Los primeros organismos
Las primeras células fósiles se encuentran en rocas de alrededor de 3500 millones de años de antigüedad. Estas células eran procariotas quimiosíntéticas que se alimentaban absorbiendo las moléculas orgánicas en el medio. Debido a que en esa época no había oxígeno atmosférico, el metabolismo energético debe haber sido anaeróbico. Al multiplicarse las células, agotaron las moléculas orgánicas, y algunas adquirieron la capacidad de sintetizar sus propias moléculas alimentarias a partir de moléculas inorgánicas simples y energía de la luz solar. Estas primeras células fotosintéticas fueron probablemente los antepasados de las cianobacterias actuales.
La fotosíntesis permitió fijar el dióxido de carbono abundante en la atmósfera y liberar oxígeno. Pero éste no se quedaba en la atmósfera, pues era absorbido por las rocas ricas en hierro. Hace 2200 millones de años, cuando se oxidó todo el hierro de las rocas, el oxígeno pudo empezar a acumularse en la atmósfera. El metabolismo aeróbico, que genera más energía celular que el metabolismo anaeróbico, surgió probablemente por esta época.
La concentración de oxígeno fue aumentando en las capas altas de la atmósfera y los relámpagos lo transformaron en ozono, el cual tiene la propiedad de filtrar los rayos ultravioleta nocivos para los seres vivos. Cuando la capa de ozono alcanzó un espesor suficiente, los animales y vegetales pudieron abandonar la protección que proporcionaba el medio acuático y colonizar tierra firme. Las células eucarióticas evolucionaron hace alrededor de 1800 millones de años, las primeras surgieron probablemente como asociaciones simbióticas entre células procarióticas depredadoras y bacterias. Las mitocondrias pudieron haber evolucionado a partir de bacterias aeróbicas englobadas por células depredadoras. De forma análoga, los cloroplastos evolucionaron probablemente a partir de cianobacterias fotosintéticas.
17.4 Surgimiento de la multicelularidad
Los organismos multicelulares evolucionaron a partir de células eucarióticas y aparecieron hace alrededor de 1000 millones de años. La multicelularidad ofrece ventajas, entre ellas mayor rapidez de locomoción y un tamaño más grande. Los primeros organismos multicelulares surgieron en el mar. En las plantas, el mayor ofrecía cierta protección contra la depredación. La especialización de las células permitió a las plantas fijarse en las aguas bien iluminadas y ricas en nutrimentos de la costa. En el caso de los animales, la multicelularidad hizo posible comportamientos predatorios más eficientes y permitió escapar con más facilidad de los depredadores. Éstos, a su vez crearon presiones ambientales que promovían una locomoción más rápida, mejores sentidos e inteligencia.
17.5 La vida invade la tierra
Los primeros organismos terrestres fueron probablemente algas. Las primeras plantas multicelulares terrestres aparecieron hace alrededor de 400 millones de años. Aunque la vida terrestre exigía adaptaciones en términos de sostén del cuerpo, reproducción y adquisición de humedad, la tierra también ofrecía luz solar en abundancia y protección contra herbívoros acuáticos. Poco después de la evolución de plantas terrestres, los artrópodos invadieron la tierra. La ausencia de depredadores y la abundancia de plantas terrestres que servían de alimento facilitó la invasión de la tierra por los animales.
Se piensa que los primeros vertebrados terrestres evolucionaron a partir de peces de aleta lobular, que tenían aletas parecidas a patas y un pulmón primitivo. Un grupo de estos peces evolucionó hasta dar origen a los anfibios hace alrededor de 350 millones de años. Los reptiles evolucionaron a partir de los anfibios, con varias adaptaciones para la vida en tierra: fecundación interna, huevos y piel impermeable, y mejores pulmones. Las aves y mamíferos evolucionaron de forma independiente a partir de grupos diferentes de reptiles. Los adelantos principales fueron una temperatura corporal constante y el aislamiento de la superficie corporal.
La historia de la vida se caracteriza por una rotación constante de especies a medida que unas se extinguen y otras toman su lugar. Las extinciones en masa se debieron probablemente a alguna combinación de cambios climáticos y sucesos catastróficos, como erupciones volcánicas e impactos de meteoritos, por ejemplo.
17.6 Evolución de los primates
Los primates de vida arbórea evolucionaron a partir de un grupo de mamíferos del tipo de la musaraña. Los primates presentan varias adaptaciones favorables: ojos dirigidos al frente que confieren visión binocular, visión cromática, manos prensiles y un cerebro relativamente grande. Los primates se dividen en dos semiórdenes, estrepsirrinos, que incluyen los lémures, y haplorrinos, que comprende tarseros y antropoides (monos, simios y seres humanos). El origen del ser humano moderno tiene dos hipótesis opuestas, la africana y la multiregional. Datos moleculares comparativos favorecen el origen africano.
Alrededor de 20 a 30 millones de años atrás, algunos primates descendieron de los árboles. Los australopitecinos surgieron en África hace alrededor de 4 millones de años. Un grupo de australopitecinos dio origen a un linaje de homínidos del género Homo, del cual surgieron a su vez los simios y los seres humanos modernos. Estos homínidos caminaban erguidos, tenían un cerebro más grande que sus antepasados y elaboraban herramientas primitivas.
Homo hábilis es el primer homínido primitivo conocido con algunas características humanas que carecían los australopitecinos, incluyendo un encéfalo ligeramente mayor. H. habilis elaboró herramientas toscas de piedra.
Homo erectus tenía el encéfalo más grande que H. habilis, hacía herramientas más elaboradas y es posible que haya confeccionado ropa, encendido fuego y vivido en cavernas u otros refugios.
Homo sapiens arcaico vivió en África, Asia y Europa desde hace unos 80 000 hasta hace 100 000 años. El hombre de Neandertal existió desde hace unos 230 000 hasta hace 30 000 años. Tenía baja estatura, constitución fuerte, notables bordes supraorbitarios y huesos mandibulares. Muchos científicos consideran que el hombre de Neandertal era una especie separada, Homo neanderthalensis, mientras que otros piensan que era una raza de seres humanos modernos.
La desaparición del hombre de Neandertal es un misterio. Hace 100 000 años ya existían seres humanos anatómicamente modernos (Homo sapiens). La cultura de Cro-Magnon, que existió en Francia y España hace unos 35 000 años, ejemplifica a los seres humanos modernos.
Referencias
De entre las varias fuentes de información consultadas para la elaboración de este recopilatorio, cito a enciclopedias como Encarta, Santillana, y autores como Solomon, Berg, Martin, Fajardo, Torres, Biggs, Kapicka, Lundgren, y, de manera especial, a Audesirk y Byers. Sin el aporte investigativo de sus textos no hubiese sido posible realizar esta labor. ¡Para todos ellos mi perpetua gratitud!
Autor:
Allan Alvarado Aguayo, MSc