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La guerra cultural. Una afrenta contra la juventud (Cuba) (página 2)



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La guerra encubierta o no convencional por parte del Imperio conjuga una red de think tanks, fundaciones, fondos, y demás organizaciones que están detrás de la desestabilización abierta de naciones soberanas. Sus narrativas en las políticas públicas o para el consumo público son engañosas y persuasivas. Su función es cooptar a los pensadores progresistas, medios de comunicación y activistas. El fin es casi invariablemente un post-moderno golpe de Estado.

La participación de organizaciones de derechos humanos y las Naciones Unidas son claves. Las tácticas pueden ser sutiles, a veces tanto, que son difíciles de comprender. Sin embargo, por sutiles que sean, el mensaje dirigido por el gobierno por Estados Unidos es, invariablemente: "irse o desaparecer".

Los ejemplos más irrefutables de este nuevo enfoque están presentes en el conflicto ucraniano y la escalada contrarrevolucionaria que pretende derrotar la Revolución Bolivariana en Venezuela e instalar en el poder a la derecha reaccionaria y fascista, servil a los macabros dictados imperiales.

Está documentado que organizaciones como la USAID, la Fundación Nacional para la Democracia y la CIA operan desde hace mucho tiempo arropando económicamente a la oposición venezolana para una campaña de desgaste al gobierno legítimo de Venezuela liderado por Hugo Chávez o por Nicolás Maduro en la actualidad.

WikiLeaks destapó la evidencia de, que hubo un apoyo progresivo desde 2005 a pequeños sectores de la juventud venezolana. Así mismo, hay constancia de un apoyo económico en millones de dólares a distintas organizaciones mampara y soporte programático a los grupos juveniles para la insurgencia entre 2010 y 2012.

Las declaraciones de Barack Obama, Jonh Kerry, Jonh McCain y otros del gobierno u organizaciones de la ultraderecha tensan el clima de la guerra psicológica y mediática que son corolario o están explícitamente referidas en la Circular de la Guerra no Convencional.

Un poder excesivo sobre los medios internacionales en franca guerra comunicacional conducen a una prensa sumamente favorable a la derecha fascista, dando la imagen de unos "muchachos" que demandan un futuro mejor, con todas las connotaciones positivas que implica la juventud: rebeldía, libertad, fe, generosidad… Todo combinado a una articulación con las redes sociales también a favor de las protestas violentas y desproporcionadas.

A partir de la manipulación en las manifestaciones, la polarización de la población, los disturbios y las insurgencias armadas que requieren la acción de las fuerzas de seguridad, y la guerra psicológica a través de los medios de comunicación, está moldeada una secuencia lógica, para una guerra a gran escala, basada en supuestos principios humanitarios y el pretexto de llevar la democracia y la libertad.

Ello queda evidenciado al definir la (Guerra no Convencional) como las actividades llevadas a cabo para permitir un movimiento de resistencia o insurgencia para coaccionar, perturbar o derrocar un gobierno o potencia ocupante al operar a través o con una fuerza subterránea, auxiliar y de guerrilla en una zona inaccesible. Asimismo, se constata en las siete fases combinadas dirigidas a agencias del gobierno de EE.UU. y sus contratistas.

Las acciones se dirigen a debilitar y subvertir la "voluntad de la población", o a cómo identificar el activismo del gobierno a favor y en contra, desacreditar, debilitar, provocar y asesinar a las fuerzas pro-gubernamentales, y fortalecer las fuerzas contra el gobierno mediante la capacitación, organización, financiamiento, armamento y si es necesario, el apoyo militar directo en forma de unidades de operaciones especiales en el terreno. También queda explicado cómo un país poco a poco puede ser manipulado en una subversión con éxito, o posterior golpe de Estado.

El manual militar estadounidense, confirma lo enunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz: "Ahora usan nuevos métodos de desgaste más sutiles y enmascarados, sin renunciar a la violencia, para quebrar la paz y el orden interno e impedir a los gobiernos concentrarse en la lucha por el desarrollo económico y social, si no logran derribarlos".[19]

También Raúl nos llamó a la reflexión sobre que no pocas analogías pueden encontrarse en los manuales de guerra no convencionales, aplicados en varios países de nuestra región latinoamericana y caribeña, como hoy sucede en Venezuela y, con matices similares, se ha evidenciado en otros continentes, con anterioridad en Libia y actualmente en Siria y Ucrania.

Recientemente el Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció que el ejército pasará de tener unos 520 mil soldados a contar con entre 440 mil y 450 mil, con lo cual quedará reducido a un mínimo histórico desde tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Eso constituye otra señal de que la "Guerra no Convencional" podría convertirse en la norma.

Como era de esperar, alentados por los sucesos que han acontecido en Ucrania, Siria y Venezuela, los ideólogos imperialistas han tratado de impostar una convocatoria para movilizar sus exiguos mercenarios en Cuba a realizar actos de desobediencia civil. Mafiosos miamenses, la CIA, la USAID, la SINA y otros sujetos de la ultraderecha norteamericana están involucrados en las nuevas provocaciones.

Estas conspiraciones cuentan con la aceptación de algunos grupúsculos contrrrevolucionarios que tratan enseguida de armar un show mediático que les permita vender la falsa versión del supuesto inicio de un levantamiento"popular" contra el gobierno cubano.

El uso de bufones desprestigiados, para enarbolar quiméricas y risibles campañas movilizadoras, está destinado al fracaso. Nuestro pueblo y esta juventud están debidamente preparados para dar respuesta a cualquier provocación que trate de gestarse.

Cada país tiene sus propias características y contextos diferentes. Cuba no es Siria, ni Ucrania, ni es igual a ninguna otra nación del mundo. Aquí el pueblo apoya mayoritariamente a su revolución y comparte genuinamente el deseo de solucionar los problemas de la patria de hoy, con vistas a lograr el perfeccionamiento de nuestro modelo económico y social, de manera que sea más inclusivo y eficiente, sin apartarnos jamás del socialismo.

En Cuba el pueblo ama y respeta a su democracia participativa, real y humanista; muy diferente a la hipócrita "democracia" representativa de occidente, caracterizada por la exclusión social, la violación de los derechos humanos de las mayorías, el asesinato de la cultura e identidad de los pueblos, y la entrega de las soberanías nacionales. Nuestra nación, como nos enseñó Fidel, sabe que ante el fascismo, la subversión y la mentira, lo primero que hay que salvar es la cultura.

EL ENIGMA CULTURAL NAZI-FASCISTA.

Como se conoce el nazi- fascismo alemán se caracterizó por los brutales asesinatos contra poblaciones de judíos indefensos, a quienes enviaban al terrible holocausto de los campos de concentración; también invadió a países vecinos con divisiones acorazadas y reprimió conspiraciones masónicas y bolcheviques en el seno de su propio pueblo. Sin embargo, lo que no se ha divulgado suficiente todavía es el extraordinariamente eficiente y sofisticado sistema cultural y educacional que implantaron para garantizar el adoctrinamiento de las nuevas generaciones y la promoción de su ideología.

Testimonio innegable de ello lo constituye la literatura escrita por los más importantes jerarcas nazis vinculados con la cultura, la propaganda, la educación y las artes, como por ejemplo, el doctor Goebbels, Walter Funk, Otto Dietrich, Hans Hinkel, el doctor Robert Ley, Alfred Ronsenberg, Bernhardt Rust, Baldur von Schirach, Robert Scholz, Albert Speer, Julius Streicher, Wilhem Weiss y Adolf y Hans Ziegler, entre otros.

Los ideólogos del sistema derivaron sus puntos de vista de los documentos programáticos del NSDAP, los cuales muchas veces contribuyeron a redactar, y también los lineamientos e ideas formuladas por el propio Adolf Hitler. En "Mein Kampf", por ejemplo, Hitler definió exactamente cómo debía ser la propaganda nazi, y a qué rasgos de la psicología popular debía apelar: "La facultad perceptiva de la gran masa es muy limitada: su inteligencia es mínima y pronto se le olvidan las cosas. Debido a esto, cualquier propaganda eficiente ha de limitarse a muy pocos asuntos y tiene que repetirlos, formulados a la manera de lemas, hasta que se esté seguro de que aun el ser más inferior pueda entender nuestra palabra en el sentido que nos convenga (…)".[20]

Los que crearon la política cultural nazi no olvidaron tampoco el desprecio que el fundador del Movimiento sentía por las facultades intelectuales del pueblo al que decía predestinado a conducir a la conquista del resto del mundo:

"La amplia masa de un pueblo no está constituida por profesores ni diplomáticos. El escaso y abstracto conocimiento que posee dirige sus sentimientos más bien a lo emocional (…). Por otra parte, su opinión emocional es extraordinariamente estable: la fe resulta menos destructible que el saber, el amor es menos cambiable que la estimación, el odio persiste más que la antipatía (…), no le es afín a los conocimientos científicos, sino al fanatismo y, tal vez, a una histeria que sí hace marchar a las masas.

El que quiera conquistar a las amplias masas, ha de tener la llave que abra la puerta de sus corazones; y esta llave no es objetividad, o sea debilidad, sino voluntad y fuerza (…)".[21]

El 30 de enero de 1933 Hitler se convirtió en canciller del Reich. A partir de ese momento comenzó, a escala nacional, la puesta en práctica de los planes previstos para iniciar el mayor experimento de transformación cultural que jamás hubiese tenido lugar en una nación. El antisemitismo se convirtió en la política oficial del Estado alemán. De inmediato, "(…) los nazis celebraron su victoria con atropellos y ataques antijudíos, siendo sobre todo las víctimas de la agresión, personas que integraban los círculos intelectuales".[22]

Los decretos del 4 y 6 de febrero restringían el derecho de reunión y la libertad de prensa. El 28 de febrero la Ley para la Defensa del Pueblo y el Estado limitaba las libertades personales, de expresión, el secreto epistolar y la inviolabilidad de domicilios. El 23 de marzo el Reichstag legalizaba la dictadura absoluta del NSDAP. Al día siguiente se otorgaron plenos poderes a Hitler. El 1ro de abril fue declarado un boicot contra los judíos alemanes, alentado por la prédica de Julius Streicher, y garantizados por piquetes de las SA y las SS. El 10 de mayo, apenas tres meses después del ascenso de Hitler al poder, tuvo lugar uno de los actos "culturales" más bárbaros de toda la historia nazi: la quema de libros "judíos" en Berlín, preludio de la "nueva cultura".

Desde el 6 de abril, la Oficina de Prensa y Propaganda de la Asociación Alemana de Estudiantes había convocado una campaña nacional "Contra el espíritu no- alemán", que consistía en la purga de libros indeseables mediante el fuego. A partir de ese momento, importantes figuras del NSDAP publicaron artículos y utilizaron la radio para exacerbar los ánimos. El 8 de abril la Asociación emitió una declaración con doce tesis, que evocaban las de Lutero, reclamando el rescate de la pureza del lenguaje y la cultura alemana ante los efectos del "intelectualismo judío", y proclamando a las universidades como centros del nacionalismo.

La quema de 25 000 libros que tuvo lugar el 10 de mayo en la Opernplatz de Berlín fue la etapa inicial de una práctica aberrante que se prolongó durante un mes, teniendo como escenario a otras 34 ciudades del país. En cada una de estas "ceremonias" se efectuaron marchas de antorchas y las autoridades nazis pronunciaron discursos.

Para ser leído durante cada quema de libros, la Asociación de Estudiantes envió a las universidades el llamado Juramento del Fuego, el cual pautaba el orden en que se debían lanzar a las hogueras las obras escogidas.

Una lista de 110 autores de todo el mundo cuyas obras fueron quemadas incluye, entre otros, a Carlos Marx, Ernest Hemingway, Stefan Zweig, Emile Zola, H. G. Weiss, Marcel Proust, Sinclair Lewis, Lenin, Heinrich Heine, Albert Einstein, Jack London, Bertolt Brecht, Henri Barbusse, Sigmund Freud, Frank Kafka, Thomas Mann y Robert Musil.[23] No en vano uno de ellos, Heine, había vaticinado: "Allí donde se empieza quemando libros, se termina quemando hombres".

Las bibliotecas y librerías alemanas, a partir de este momento, son sometidas a un control constante y a purgas radicales. Un importante grupo de escritores, periodistas, artistas, maestros y científicos alemanes, de primer nivel, se vio obligado a huir del régimen que a tan bárbaras restricciones sometía la libertad de creación e investigación en su país.

La llamada "reforma universitaria", proceso mediante el cual se depuró a todos los profesores y estudiantes "indeseables" por razones políticas, ideológicas o raciales, fue otro instrumento en manos de Hitler y los nazis para consolidar la dictadura, en el terreno de la cultura y las ideas.

A este sistema de censura nazi y represión bárbara contra la cultura y los creadores debe sumarse el uso que del lenguaje hicieron Hitler, Goebbels y otros líderes del frente cultural y de la propaganda del Tercer Reich. Así lo definió Lukács, citado por Pere Bonnin en el libro "Así hablan los nazis": "Según Lukács, la originalidad de Hitler consistió en haber sido el primero a quien se le ocurrió aplicar la técnica de la publicidad norteamericana a la política y propaganda alemanas, proponiéndose con ello aturdir y seducir a las masas. Hitler utilizó la manipulación lingüística para disolver la realidad en su propia voluntad del poder. El falseamiento de la realidad funcionaba como soporte indispensable de su éxito político. El lenguaje nacional socialista dejó de ser un medio de comunicación y de entontamiento de las masas. Las palabras perdieron la propiedad conceptual para adquirir cualidades mágicas al tiempo que el nivel intelectual del lenguaje se iba degradando hacia un primitivismo instintivo".[24]

Conceptos como "sistema" o "filosofía" en la jerga de la propaganda nazi se redujeron a designar peyorativamente, el primero, al sistema parlamentario "decadente" de la República de Weimar, y el segundo para ser sustituido por la germanización de la ideología, entendida como una serie de dogmas a los cuales se somete el individuo para alcanzar determinados fines, a partir de la voluntad de acción. La misma suerte corrió el concepto de "nación", sustituido por el de raza.

El lenguaje de los nazis implicaba la militarización de muchos términos de la vida cotidiana para familiarizar a las masas con la agresividad del régimen. También el empobrecimiento de la lengua, incorporándole términos frívolos e incluso deportivos para designar situaciones trágicas, y el uso de insultos y calumnias contra sus oponentes y enemigos como recurso habitual de su discurso político. Ampliamente utilizada por ellos fue la "monumentalidad idiomática" gigantismo, para exaltar el sentimiento chovinista, y la seudolegitimación científica e histórica, para lo cual se apeló al uso de conceptos del léxico alemán arcaico y la glorificación de los campesinos, la exaltación de la vida patriarcal, uso de antiguas leyendas, mitos y romances históricos, así como de nombres germánicos y de la grafía gótica. Además emplearon conceptos de la esfera religiosa y comparaciones entre las obras redentoras de Hitler y Jesucristo, entre otros.

En el terreno de las artes plásticas el nazismo implantó un sistema cerrado de temas que se representarían o abordarían, los cuales tenían como punto de partida la cuidadosa exclusión de todas las formas precedentes de arte, a las que consideraba "decadentes" o "degeneradas".

La concepción de que el arte aprobado debía servir como un arma al servicio del movimiento nazi penetró en todas su expresiones, desde la literatura a la escultura, pasando por el planeamiento de las ciudades, la arquitectura, la música y el cine. Todo lo que quedó fuera de dicha a probación y estímulo, en especial el arte moderno, fue calificado como "arte decadente" o "degenerado", y en consecuencia, prohibido y perseguido sin piedad.

Por fin, y tras algunas confusiones y hasta simpatías iniciales con las consignas nazis y fascistas, los campos se habían deslindado para la mayoría de los intelectuales de la época. Antes de que se disparase el primer cañonazo de la Segunda Guerra Mundial, como suele ocurrir, estallaba de esta manera la guerra cultural.

El fascismo fue sumamente hábil a la hora de usar para sus fines todas las herramientas de propaganda, que eran primitivas comparadas con las que existen actualmente para desinformar.

En resumen, tres ejemplos de aquellos momentos, de aquel fascismo de Hitler: el uso de conceptos como nacionalsocialismo, para definir a su partido, precisamente, siendo un partido de la burguesía que lo que pretendía era frenar el avance del socialismo y del comunismo en Europa y en el mundo; el uso del negro y el rojo entre sus emblemas, que eran colores usualmente empleados como símbolos en la lucha de los obreros, y las palabras "compañero" y "camarada" para tratarse los fascistas entre sí.

EL SUICIDIO DEL SOCIALISMO EUROPEO Y SUS ENSEÑANZAS.

El golpe anonadante.

El 17 de noviembre de 2005 desde la histórica Aula Magna de la Universidad de la Habana, en un campanazo de alerta a todos los cubanos, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz reflexionaba sobre el futuro de la Revolución y la responsabilidad de las nuevas generaciones en preservarla; teniendo en cuenta las experiencias históricas del derrumbe del socialismo en el este europeo compartió las siguientes interrogantes:

"¿Es que las revoluciones están llamadas a derrumbarse, o es que los hombres pueden hacer que las revoluciones se derrumben? ¿Pueden o no impedir los hombres, puede o no impedir la sociedad que las revoluciones se derrumben? Podría añadirle otra pregunta de inmediato ¿Creen ustedes que este proceso revolucionario, socialista, puede o no derrumbarse? ¿Lo han pensado alguna vez? ¿Lo pensaron en profundidad?"

"(…) Les hice una pregunta, compañeros estudiantes, que no he olvidado, ni mucho menos, y pretendo que ustedes no la olviden nunca, pero es la pregunta que dejo ahí ante las experiencias históricas que se han conocido, y les pido a todos, sin excepción que reflexionen: ¿Puede ser o no irreversible un proceso revolucionario? Cuando los que fueron de los primeros, los veteranos, vayan desapareciendo y dando lugar a nuevas generaciones de líderes, ¿qué hacer y cómo hacerlo? Si nosotros al fin y al cabo, hemos sido testigos de muchos errores, y ni cuenta nos dimos".[25]

No era la primera vez que el máximo Líder de nuestra Revolución profundizaba al respecto. Es por ello que he querido, de alguna manera, sintetizar las Reflexiones de Fidel en la entrevista concedida al Comandante de la Revolución Nicaragüense Tomás Borge, publicada en el maravilloso libro "Un grano de maíz", y que aconteciera entre los días 18 y 20 de abril de 1992.

Por su importancia, vigencia y trascendencia política para el presente y el futuro de la humanidad las expongo textualmente. En ellas se resumen importantes análisis sobre las causas y consecuencias del derrumbe y su impacto para los demás pueblos del mundo. Ideas de Fidel Castro Ruz. [26]

"Era útil que se perfeccionara el socialismo en la Unión Soviética, no que desapareciera el socialismo en la Unión Soviética o que se destruyera ese poderoso estado, que tenía un importantísimo papel en el equilibrio de las fuerzas en el mundo, y cumplía un papel fundamental para todos los países del Tercer Mundo y para todo el mundo, desde el momento en que era el único poder que podía enfrentarse, y se enfrentaba, al otro poder, el poder del imperialismo norteamericano".

"Se cometieron enormes errores y desataron procesos que fueron autodestructivos para el socialismo y para la Unión Soviética, porque si se desata un proceso en que todos los valores de un país empiezan a ser destruidos, ese proceso es muy negativo. Las consecuencias de un proceso que destruya todos los valores sobre los cuales se ha cimentado un país, son sumamente negativos y terribles".

"Se desata un proceso de destrucción de la autoridad del partido, y destruir la autoridad del partido era destruir uno de los pilares de la existencia del socialismo y de la existencia de la Unión Soviética, porque el Partido fundado por Lenin fue el pilar fundamental, el cemento de la creación de la Unión Soviética, que fue una extraordinaria proeza histórica, una proeza sin precedentes y un mérito sin precedente de los pueblos soviéticos que lograron eso".

"No se trataba de destruir los valores, ni de destruir al partido, ni de destruir el Estado (…), pero ha venido a ser resultado final de todo el proceso que se inició a raíz de la perestroika[27]de lo que se trataba era de superar las deficiencias del socialismo, perfeccionar el socialismo, consolidar los valores del socialismo y la historia de ese país".

"Uno de los procesos negativos que se desatan es el proceso de destrucción de la historia de la Unión Soviética. No se trataba del análisis de los problemas, de las críticas de los problemas, sino de la destrucción y la negación de todos los valores, de todos los méritos y de toda la historia de la Unión Soviética."

"Sí digo que cometieron grandes errores al no ser capaces de prever las consecuencias, al no saber llevar adelante el proceso adecuado para conseguir los fines y los objetivos que se proclamaron, que eran objetivos, desde luego, necesarios, eran objetivos justos."

"Incluso en Occidente se cambió la terminología y se empezó a llamar conservadores a todos los que eran partidarios de defender la Unión Soviética, de defender el socialismo, de defender el comunismo, y los que eran partidarios del capitalismo (…), los que eran partidarios del neoliberalismo y los que eran partidarios de que desapareciera incluso la Unión Soviética, eran calificados de gente progresista, gente de izquierda. Se tergiversaron deliberadamente todos los conceptos".

"La Unión Soviética no hubiera podido ser desintegrada, el imperialismo no habría podido desintegrar a la Unión Soviética, si los propios soviéticos no se hubieran autodestruido, si los responsables de la estrategia y la táctica, y de la dirección política y estatal del país, no hubieran destruido el país, que es lo que ha ocurrido. Es decir que el socialismo no muere de muerte natural: se produce un suicidio, se produce el asesinato del socialismo.

"…ya se sabe cómo todo ese proceso de desintegración del campo socialista del Este de Europa fue planeado y elaborado".

Las terribles consecuencias.

"Esto no quiere decir que la historia allí terminó, porque en este momento, desgraciadamente, se vive en una incertidumbre tan grande y estamos presenciando un proceso tan duro de conflictos, de problemas, de divisiones, que duele ver, se amarga uno al pensar que todavía no puede haber llegado a fondo ese fenómeno de desintegración que se ha producido allí. No sé realmente cómo es que van a sobrevivir esas naciones si destruyen los vínculos económicos que existían entre ellos".

"… al desaparecer la Unión Soviética se crean condiciones absolutamente nuevas en el mundo y empiezan las rivalidades entre las grandes potencias económicas capitalistas, se inicia otra historia".

"… pero la Unión Soviética que nosotros conocimos fue una Unión Soviética riquísima, con enormes recursos económicos, recursos en materias primas, recursos industriales, recursos científicos; es decir; lo que se conoció fue una superpotencia".

"… pero la verdad después de haber recibido un Estado tan poderoso y haberlo derrotado en unos pocos años, haber hecho en unos pocos años lo que no pudo hacer Hitler, lo que no pudo hacer la reacción mundial, y haber desintegrado un país tan poderoso, que no habían podido desintegrar ni siquiera matando a más de 20 millones de ciudadanos, es una gran responsabilidad que la historia se encargará de señalar con justicia, que el imperialismo haya logrado esos objetivos sin disparar un tiro".

"Sin embargo, tuvo lugar una revolución con muchos errores y muchos aciertos (…), que desempeñó un papel trascendente en el mundo, porque la existencia de la Unión Soviética y las luchas de la Unión Soviética aceleraron el proceso revolucionario en el mundo: evitaron que la humanidad cayera bajo el dominio fascista, aceleraron el proceso revolucionario en China, un acontecimiento de singular importancia, ayudaron al movimiento de liberación en África y en todas partes, y nos dieron un espacio a los demás pueblos para vivir en un mundo que conoció los antagonismos de dos grandes potencias, que para todos aquellos que no querían caer bajo el yugo del imperialismo yanqui significó una enorme ventaja que se perdió al desaparecer la Unión Soviética".

Causas del derrumbe.

  • Extrapolación al interior del Partido de métodos administrativos de gestión, llevando a la pasividad e inercia de la militancia.

  • Se fueron arraigando el burocratismo y el formalismo, ambiente propicio por el autoritarismo y los intereses de grupo.

  • Descuidaron la labor política ideológica, es decir, argumentar, convencer y ganar a las masas, dando por hecho que el desarrollo socioeconómico y el aumento del nivel de vida eran argumentos suficientes para convencer de la justeza de la política aplicada.

  • Las masas fueron apartándose cada vez más de los ideales del socialismo, entre los cuales la solidaridad humana es el más importante. Se fueron olvidando de los valores reales del socialismo y se le fue dando cada vez más importancia a las cuestiones materiales.

  • Las organizaciones sociales y de masas perdieron su identidad e independencia, y se convirtieron en simples apéndices del Partido.

  • El Estado asumió un carácter acentuadamente paternalista. Los trabajadores fueron perdiendo la capacidad de generar iniciativas en su actividad laboral.

  • Utilización de mecanismos capitalistas de desarrollo, sin control estatal socialista.

  • Pasividad para enfrentar la política de desestabilización y destrucción del socialismo, con el uso de los medios de comunicación y a través de la guerra cultural impuesta por EE.UU. y las potencias occidentales.

  • Disminución de los ritmos de desarrollo económico motivado, fundamentalmente, por el creciente atraso científico y técnico.

  • Entre los errores cometidos está el haber caído en la trampa de que el pluripartidismo era sinónimo de democracia. Esto debilitó la cohesión interna, confundió a las masas y abrió las puertas para la penetración enemiga.

Como ya hemos señalado, a fines de la década del 80 se produjo el derrumbe del campo socialista y la desintegración de la URSS, lo que cambió la correlación de fuerzas entre el movimiento progresista mundial y el capitalismo, y dio un carácter dramático a la década de los 90.

– Este acontecimiento no representó la derrota del marxismo-leninismo como guía de nuestra acción. Sí significó el desmoronamiento de un tipo de marxismo dogmático, que en esos países alcanzó fuerza de teoría oficial, enterrando muchos principios cardinales de los clásicos fundadores de esta ciencia e ideología.

– Los clásicos no diseñaron un esquema de la sociedad socialista, ellos elaboraron tesis fundamentales. El socialismo que sucumbió, se había alejado del ideal socialista concebido por Marx, Engels y otros marxistas verdaderos.

– La desaparición del socialismo en Europa del Este y la URSS no puede interpretarse como un hecho casual, la clave para comprender este fenómeno histórico está en la actuación interrelacionada de un conjunto de causas de diversa naturaleza, entre los que se destacaron esencialmente:

  • La construcción del socialismo en las naciones de Europa del Este se inició en condiciones muy difíciles, sin que existieran todas las premisas objetivas y subjetivas. La causa fundamental de su desplome fue la ausencia de una verdadera y auténtica revolución.

  • En los países de Europa del Este se produjo una copia mecánica de la experiencia soviética ajena a la realidad nacional de cada lugar. Se perdió el carácter creador en la aplicación de los principios de la construcción socialista.

  • Se produce una errónea comprensión del papel dirigente del Partido, expresado en el deterioro del principio del centralismo democrático, llegando al aislamiento entre los organismos de base y los organismos de dirección.

  • El partido fue desplazado, primero del control de los medios de comunicación y después de la dirección de la sociedad.

  • Con los medios de difusión en sus manos, la contrarrevolución comenzó a destruir la historia y los valores creados por el pueblo soviético durante más de 70 años de conquistas revolucionarias.

  • El imperialismo internacional liderado por los EE.UU. nunca dejó de financiar y llevar a cabo una feroz campaña por todas las vías posibles contra el proceso que se desarrollaba en estos países.

Consecuencias de la transición al capitalismo.

  • El crecimiento económico se paralizó bruscamente, cayó el Producto Interno Bruto (PIB) y en su lugar apareció la recesión.

  • En todos los países hizo acto de presencia el flagelo de la inflación. Se produce la rápida caída de los salarios y la reducción sustancial de los gastos sociales en educación y salud así como la eliminación de los subsidios.

  • El surgimiento de la pobreza y las desigualdades sociales cada vez en mayor ascenso provocados fundamentalmente por el rápido y desigual reducción de los ingresos.

  • El desempleo constituye quizás, uno de los problemas más graves que enfrentan estos países como resultado de la transición al capitalismo.

  • Con respecto a la seguridad o protección social existe un serio descontrol de esta actividad al desentenderse el Estado de la gestión social, mientras que las grandes empresas que aún subsisten dejaron de asegurar servicios sociales a sus trabajadores.

  • A los elevados costos sociales impuestos por la transición al capitalismo ya tratados se le debe añadir la criminalidad, la amplia corrupción que se ha desatado y otros negativos fenómenos como la prostitución y las drogas, lacras sociales que forman parte en la actualidad de la realidad cotidiana en estos países.

  • Estos países retrocedieron sensiblemente en aspectos tan importantes como el desarrollo humano, la salud y la educación.

  • En el aspecto ideológico una de las consecuencias más significativas fue la ruptura del ideal socialista en amplios sectores de la población.

  • Las consecuencias sociales de la transición al capitalismo se han manifestado de forma dramática en los más amplios sectores de la población en estos países, pero de manera muy particular en la mujer, la infancia y la juventud.

  • La juventud se enfrenta a dos aspectos fundamentales que la golpean de manera sensible como consecuencia del derrumbe de socialismo: el colapso del sistema educacional antes existente y el desempleo.

La historia del socialismo europeo constituye una experiencia de enorme trascendencia, de la cual podemos extraer múltiples enseñanzas por parte de las fuerzas progresistas y revolucionarias del mundo. Estos fenómenos requieren en la actualidad de una mayor elaboración y reflexión teórica, que enriquezcan con nuestras concepciones sobre el socialismo, pero ya hoy se nos revelan algunas consideraciones esenciales, tales como:

  • 1. Que no existen modelos únicos para construir el socialismo. Es un error copiar, trasladar mecánicamente hechos y realidades de una revolución a otra. Cada país debe partir de sus particularidades y condiciones para construir el socialismo.

  • 2. Es necesario conservar la disciplina, la unidad y cohesión del Partido, vinculados estrechamente con las masas, junto al ejemplo de sus cuadros.

  • 3. Ningún error cometido por un proceso revolucionario puede servir de pretexto para destruir la historia y el sistema de valores de un pueblo. Destruir el pasado es destruir el presente y el futuro. Destruir sus valores es destruir su ser mismo, su espiritualidad, su cultura.

No obstante, también debemos significar que, si bien entre las consecuencias que se derivaron del derrumbe del socialismo en Europa está el cambio de mapa político del mundo actual, así como la reafirmación de la tendencia a la unipolaridad mundial, es necesario subrayar que en el orden teórico y práctico del derrumbe para la construcción de la sociedad socialista deben tenerse en cuenta las siguientes consideraciones:

  • El derrumbe significó el fracaso del modelo europeo de socialismo, con sus consecuencias, pero no de los núcleos de la teoría científica marxista-leninista, los que preservan su vigencia.

  • Los errores que condujeron al derrumbe se debieron en alguna medida al alejamiento de la teoría e ideología marxista- leninista y de los principios sobre los que descansa la práctica de la construcción del socialismo.

  • Se abre una nueva etapa de escepticismo e incertidumbre en la izquierda a nivel mundial ante la supuesta "desaparición" de las condiciones para edificar una nueva sociedad. Esto explica, entre otros elementos, que a pesar de que actualmente se manifiesta cierta recuperación de la izquierda, se imponga un discurso ideopolítico fabricado desde los centros de poder hacia el tercer mundo.

Podemos resumir como lo ha señalado Fidel; que: "En los países socialistas europeos, la causa fundamental de su desplome fue la ausencia de una auténtica y verdadera revolución, a lo que se unen, a mi juicio, infinidad de errores de dirección, un divorcio grande entre la dirección y las masas, entre la dirección y el pueblo…"

"Estos procesos fueron víctimas también de sus debilidades ideológicas, de sus descuidos ideológicos; fueron víctimas estos procesos de la utilización de mecanismos capitalistas para el desarrollo…"

"Yo diría que influyó no poco el hecho de que se fue idealizando el concepto de las sociedades de consumo, que en estos países el consumo se convirtió casi en el objetivo fundamental; se apartaron de sus banderas revolucionarias, de sus banderas políticas, se apartaron de los principios y convirtieron el consumo prácticamente en el gran objetivo de la sociedad".

"Iban también desarrollándose situaciones de gran desigualdad social; la influencia ideológica de Occidente, a través de sus sociedades de consumo y a través de sus medios publicitarios, era cada vez mayor. Este conjunto de factores fueron debilitando, socavando y creando las condiciones para que el imperialismo pudiera alcanzar su objetivo de minar por dentro, que fue la estrategia proclamada por ellos".

Lo que dio al traste con los países socialistas de Europa no fue la falta de democracia, sino la falta de conciencia revolucionaria, la falta de principios revolucionarios y la falta de métodos verdaderamente revolucionarios.

EL NEOFASCISMO DEL SIGLO XXI.

El 9 de mayo de 1945 millones de personas estallaron de alegría ante una noticia que estremeció a todos, por su extraordinaria significación al representar el triunfo de los mejores valores universales, la condición humana: el fascismo había sido derrotado.

No debe olvidarse por un instante que: "El fascismo surge en el mundo precisamente después de la Revolución de Octubre; el fascismo surge en el mundo como un instrumento contra el marxismo- leninismo. Fueron los países capitalistas y los países imperialistas los que crearon las condiciones para el surgimiento del fascismo en el mundo; y toda la campaña de los fascistas, desde que surgieron en Europa, se encaminaba hacia el anticomunismo, hacia el exterminio de los comunistas y hacia la destrucción de la Unión Soviética. Una vez derrotada la primera intervención contra la Revolución de Octubre, comenzó a surgir con fuerza esta nefasta corriente política en Europa. El fascismo era la expresión más acabada del pensamiento reaccionario burgués e imperialista; y desde que Hitler salió a la palestra pública declaró sus propósitos de agredir un día a la Unión Soviética, proclamó sus doctrinas racistas y sus ideas acerca del exterminio de pueblos enteros, de la esclavización de decenas de millones de hombres y de las conquistas de nuevos territorios.[28]

La historia recoge la intervención fascista en España, en 1936, que constituyó el preludio de la II Guerra Mundial. En aquellos días aciagos, el fascismo probó sus armas de exterminio en sitios como Guernica e inició una larga escalada que culminaría en la invasión a Polonia y en una contienda que costó 50 millones de vidas y la destrucción y ruinas de continentes enteros.

Estamos hoy ante un peligro mucho más grave porque este retorno del fascismo a escala universal no tiene, como entonces, opositores armados ni muro de contención alguno, y su maquinaria bélica alcanza un poder devastador, capaz de destruir cualquier país en cuestión de minutos.[29]

Se impone un criterio intervencionista que viola los acuerdos en materia de derecho internacional y pretende arrasar con los principios irrenunciables de soberanía y autodeterminación de los pueblos. También en su momento, con fines similares, la Alemania Nazi, abandonó la Liga de las Naciones. Se trata de la sustitución fatídica del imperio de la ley por la ley del imperio.

En esta agresión a la paz mundial, observamos, perfectamente articuladas, las teorías fascistas de la guerra preventiva y la guerra relámpago, a las que se añade un poderoso sistema de propaganda y desinformación. Sin duda, el legado de Goebbels también está presente en el neofascismo.

Como se define en la "Declaración de los intelectuales y artistas cubanos contra el fascismo (2003)": "Su maquinaria propagandística repite acusaciones de forma deliberada, sin exhibir jamás ninguna prueba; presenta a las fuerzas del imperio como "liberadoras" y como "coalición"; anuncia el carácter "democrático" de la administración colonial que se impondrá; utiliza de forma repugnante la llamada "ayuda humanitaria" y se propone dejar sin rostro, sin cultura o moral a las víctimas, mostrando una imagen aséptica de la masacre con el bloqueo sistemático de la información, de modo que la sangre, la muerte de miles de civiles, las propias bajas de los atacantes y la resistencia a la invasión no sean visibles ni juzgables por el pueblo norteamericano y la opinión pública mundial.

La manipulación informativa se nutre de aberraciones teóricas como las del supuesto choque de civilizaciones, y el esquema de civilización contra barbarie, máscaras del racismo que han acompañado desde sus inicios a las guerras de conquista y colonización.

Esta maquinaria inunda el planeta cotidianamente con un reiterado mensaje sobre la superioridad de los Estados Unidos y el papel mesiánico, de salvadores de la humanidad, que les atribuye, complementándolo con una visión caricaturesca y xenófoba del otro y en especial del Tercer Mundo. Al propio tiempo insiste con énfasis particular en la manipulación de la historia, evidente, por ejemplo, en los intentos de borrar el llamado síndrome de Vietnam de la memoria de los norteamericanos.

Los trágicos y repudiables sucesos del 11 de septiembre de 2001 han sido convertidos en pretexto para implantar una política preconcebida de dominación y saqueo universales. La supuesta lucha contra el terrorismo ha facilitado un despliegue sin precedentes en armas y recursos, un espléndido negocio que fue siempre el sueño del complejo militar industrial.

Asistimos al siniestro propósito de imponer una tiranía mundial neofascista que garantice a la superpotencia imperial el control de los mercados, materias primas, fuentes energéticas, industrias y servicios fundamentales del planeta.

Anclado en las doctrinas imperiales que proclama abiertamente el papel de Estados Unidos como imperio llamado a moldear los destinos del mundo, inspirado en el más tenebroso pensamiento de Hitler y su camarilla fascista, impulsada por un mesianismo que revive "el destino manifiesto", se ha pretendido implantar una tiranía fascista mundial.

La invasión militar a Iraq, a Libia y las amenazas actuales contra Siria y otras naciones, son expresión brutal de la doctrina de ataque preventivo, proclamado ayer por Hitler, retomado por Bush, y continuado durante la administración Obama.

En momentos dramáticos y en extremo peligrosos para la humanidad, cuando el fascismo resurge con la pretensión de ejercer su brutal dominio sobre el planeta, valiéndose de la maquinaria propagandística que se ha desatado, es decir, la fuerza mediática, se hace necesario el desarrollo de un pensamiento crítico y una cultura de la resistencia frente al pensamiento único y la cultura de dominación del imperialismo.

Esta maquinaria, como se conoce, desborda diariamente el planeta, insistiendo en el mensaje de superioridad de Estados Unidos y el papel mesiánico que se les atribuye. Se complementa, desde luego, con una visión que convierte a los pueblos del Tercer Mundo, a todo lo que no es Estados Unidos, al otro, en una caricatura. Realmente es parte de ese engendro neofascista, que se ha ido desatando.

Estamos ante un despojo de los recursos del mundo, de las riquezas de los pueblos; pero aún peor que en la época colonial, porque las armas son más sofisticadas y están en manos de la mayor potencia imperial de la historia. No se trata solo de la denuncia de la globalización neoliberal en el terreno económico sino en el desmontaje del pensamiento de ultraderecha y las doctrinas neofascistas.

Nuestras reflexiones deben imponerse y desbrozar el camino para seguir consolidando un frente antifascista y antimperialista a escala universal. Tenemos que movilizar el talento, las ideas y el pensamiento. Cuentan que un connotado nazi en el año 1936, hizo una bestial afirmación: "Cuando oigo la palabra cultura, desenfundo mi revólver", esta frase sería replicada 32 años más tarde por el destacado intelectual cubano Roberto Fernández Retamar, con una declaración humanista para todos los tiempos: "Cuando oigo la palabra fascismo, desenfundo mi cultura".[30]

Habría qué preguntarse qué es lo que subyace tras la guerra y tras el brote del fascismo en el presente siglo. Hay un documento del 3 de junio de 1997, que se titula "Programa para un Nuevo Siglo Americano". Se trata de un programa redactado por un grupo de halcones, de lo que sería "el partido de la guerra", que llevó a su país a la guerra de Iraq y que está detrás de las agresiones que se van a producir, entre ellos Elliott Abrahms, William Bennett, Jeb Bush, Dick Cheeney, Francis Fukujama, el de El fin de la historia; Dan Quayle, Donald Rumsfeld y Paul Wolfowitz.

Este documento es la plataforma ideológica de lo que estamos viendo sobre el actuar de Estados Unidos a escala mundial, y esta guerra es su brazo amado; pero el pensamiento, la reflexión que sostiene lo ocurrido parte de plantear que la doctrina de seguridad nacional de este país está en una etapa de decadencia y que hace falta adoptar vigorosas medidas para garantizar el futuro siglo americano, quiere decir, el que vivimos actualmente.

En esta plataforma del proyecto "Por un nuevo Siglo Americano" hay conceptos que son realmente muy demostrativos. Por ejemplo se repiten una y otra vez concepciones escalofriantes: "defensa preventiva, liderazgo global, aprovechar retos y oportunidades, estamos indefensos ante las amenazas globales, hay que promover los principios americanos; hay que tener prudencia en la forma en que se ejerce el poder, pero no debemos dejar de ejercer temiendo los costos que nos puede acarrear; es vital para Estados Unidos mantener un rol activo en la defensa de la paz del mundo".[31]

"Hay que golpear antes que surjan las crisis, hay que fortalecer los nexos con los aliados democráticos"; "hay que desafiar a los regímenes hostiles a los intereses y valores de los Estados Unidos"; "hay que promover la causa de la libertad política y económica"; "hay que extender un orden favorable a la seguridad, prosperidad y principios de los Estados Unidos", y terminan con una cita muy diáfana que revela su carácter imperialista: "Tal política reaganista de fortalecimiento militar y calidad moral puede que hoy no esté de moda, pero es necesaria para que los Estados Unidos mantengan los éxitos del pasado siglo y amplíen nuestra seguridad y grandeza en el próximo".

Así realmente hablan los imperios, no los pueblos. El imperialismo es la anticultura; odia la cultura porque sabe que en ella radica la única emancipación verdadera. Terribles son nuestros recuerdos de lo ocurrido en Bagdad, por ejemplo, como secuela de la guerra, la destrucción y el saqueo. La hecatombe de esa ciudad milenaria, las escenas dantescas que allí se produjeron conmovieron la sensibilidad humana en todo el planeta y, sobre todo, a los intelectuales y artistas del mundo entero; fueron saqueados 174 000 objetos patrimoniales, la memoria de más de 7 000 años de Iraq: el Museo Nacional, el Museo Arqueológico, el Teatro de Bagdad, el saqueo de la Biblioteca Nacional, todo esto con una extraña complicidad del ocupante militar, con una engañosa pasividad. Eso no se puede olvidar. La historia nos da lecciones y ejemplos.

Como se mostrara en un material audiovisual del Sistema Informativo de la Televisión Cubana en el año 2003[32]tras desatarse la guerra en Iraq, allí la contienda se emprendió contra los valores sagrados de la cultura universal:

"El nonagenario escritor argentino Ernesto Sábato, premio Cervantes de Literatura, lloró frente a miles de niños pidiendo que no se destruya a un país, a una historia.

Sabe, como muchos otros en el mundo, que este será un crimen de lesa humanidad; pero también conoce que no es Iraq, como creen Bush y sus aliados, un oscuro rincón del mundo, sino la mayor parte de lo que fuera la antigua Mesopotamia, cuna de la civilización humana.

Además de las víctimas inocentes, ¿qué puede morir en Iraq con esta guerra? Pues nada menos que uno de los vestigios artísticos y arquitectónicos más antiguos de la humanidad, fechados 9 000 años antes de nuestra era.

En Iraq pueden morir, por ejemplo, las huellas de la civilización sumeria, que inventó los primeros signos de la escritura cuneiforme, considerada el gran aporte de Mesopotamia a la humanidad. Desarrollaron también un sistema propio de irrigación por primera vez en la historia, inventaron la siembra en surcos, un sistema de alcantarillado y la arquitectura como arte.

Así debió ser 4000 años antes de nuestra era la ciudad sumeria de Ur. De este esplendor hoy quedan huellas, ahora en peligro de ser exterminadas.

También podría destruir Bush los vestigios del imperio asirio, a 500 kilómetros de Bagdad, que, entre otros valores, creó una gran biblioteca, cuyas tablillas de escritura cuneiforme han permitido entender en mucho los orígenes de la civilización.

¿Conocerá Bush que en este sitio, a solo 90 kilómetros de Bagdad, floreció la ciudad de Babilonia? Puede que el genocida del siglo XXI nunca haya oído hablar de los jardines colgantes que mandó a construir el rey Nabucodonosor hacia el año 600, antes de nuestra era, y que después fueron considerados como una de las siete maravillas del mundo, o de la mítica Torre de Babel que se supone se levantó a orillas del río Éufrates.

¿Acaso es esta una guerra contra las historias de Las mil y una noches, nacidas posiblemente en Bagdad, ciudad que se edificó en el año 762, después de Cristo? Muchos de los valores creados por las sucesivas civilizaciones de Mesopotamia, como la Puerta de Istar, están hoy fuera de Iraq, esparcidas en museos del mundo; pero otras tantas se conservan en el Museo iraquí de Bagdad. ¿Será destruido por los misiles de esta despiadada guerra?

Según Bush, el uso de la fuerza es sólo para desarmar al régimen iraquí, ¿pero quién se lo hace entender al escritor Ernesto Sábato, de 92 años, que llora por Iraq? ¿Quién le hace entender que las aguas de los ríos Tigris y Éufrates, que vieron nacer y crecer la civilización, serán ahora testigos de la barbarie que llega del mundo moderno?

En el sepulcro de la princesa asiria Java, descubierto en el año 1989, cerca de Bagdad, una inscripción sentencia: "¡Malditos por siempre aquellos que allanen la tumba y roben el tesoro!" Hoy la princesa parece decirnos con su milenaria voz: "¡Malditos por siempre los que destruyen la vida y el tesoro de la humanidad!"

Existen muchos antecedentes de esto; por ejemplo, en la primera ocupación militar norteamericana en Santiago de Cuba, en el año 1898[33]saquearon, destruyeron, robaron, trajeron especialistas de la Biblioteca del Congreso a cargar los libros que despojaban; cargaron reliquias religiosas, se llevaron obras de arte, cambiaron por alimentos valores patrimoniales de la población hambrienta, se llevaron souvenirs. Como hicieron con la estatua de Saddam en Iraq, en Santiago de Cuba lo hicieron con el Árbol de la Paz.

Es innegable que estamos en presencia de una filosofía profunda del despojo y de la mentira, por lo que debemos permanecer activos y vigilantes, "con el pañuelo en la cabeza y las armas de almohada", como diría José Martí. En Estados Unidos cambian las administraciones pero no los objetivos del imperio. Todo hombre y mujer sensibles del planeta deben estar alertas, como estuvieron los pueblos a partir del Congreso de París en 1935, o el de Valencia en 1937, ante la barbarie, que no es otra cosa que esta nueva filosofía del imperialismo norteamericano y sus aliados.

Este hegemonismo tiene una expresión concreta en la pretendida supremacía cultural que desde Estados Unidos se desea imponer al resto del mundo. Una hegemonía que tiene su plataforma en ese poder mediático que ostenta actualmente Estados Unidos, y que se suma a su poderío tecnológico y militar, pero que tiene un mecanismo mucho más amplio en el aspecto cultural. Todo ello forma parte de los objetivos del neofascismo norteamericano.

Como vaticinara Lincoln, el insigne patriota de la nación norteamericana, "no se puede engañar al mundo todo el tiempo", pero los pueblos tienen que dar la batalla, elaborar sus planes, ir a la ofensiva en esta colosal lucha de ideas y de valores que se libra en el mundo actual; conociendo de antemano que el imperio tiene ese gran poder mediático, para distorsionar nuestra propia imagen, para arrebatarnos los conceptos, para quitarnos el derecho a ser nosotros mismos los verdaderos creadores.

Quizás la embarazosa interrogante de Brecht habrá que repetirla hoy en todos los rincones de la tierra: "¿De qué sirve estar contra el fascismo- que se condena- si no se dice nada contra el capitalismo que lo origina?"[34]

EL CLUB BILDERBERG.[35]

Al realizar una lectura exhaustiva del libro de Daniel Estulin "Los Secretos del Club Bilderberg" nos motiva inmediatamente a la reflexión necesaria sobre la falaz guerra cultural imperialista que tiene lugar en el presente Siglo XXI. Por lo que quisiera en apretada síntesis exponer directamente con palabras del propio autor algunos argumentos, para al final extraer nuestras conclusiones, valoraciones y consideraciones.

Según Estulin: En 1954, muchos de los hombres más poderosos del mundo se reunieron por primera vez bajo el patrocinio de la familia real de Holanda y la familia Rockefeller en el lujoso Hotel Bilderberg, en la pequeña población de Ooesterbeck. Durante un fin de semana debatieron sobre el futuro del mundo. Al acabar las sesiones, decidieron reunirse todos los años con el fin de intercambiar ideas y analizar la evolución internacional. Se bautizaron a sí mismos como Club Bilderberg[36]y, desde entonces, año tras año se reúnen durante un fin de semana en algún hotel del mundo para decidir el futuro de la humanidad. Entre los miembros actuales de este selecto club se encuentran Bill Clinton, Paul Wolfowitz, Henry Kissinger, David Rockefeller, Angela Merkel, Jacques Chirac, Donald Rumsfeld, Tony Blair y George Soros, además de muchos otros jefes de gobierno, empresarios, políticos, banqueros, periodistas y españoles de primer nivel como Rodrigo Rato, Matías Rodríguez Inciarte, Juan Luis Cebrián, Joaquín Almudia, Pedro Solbes, Loyola de Palacio, Joseph Borrell, Jaime Carvajal de Urquijo y Javier Solana..

El Club Bilderberg no es una sociedad secreta. Tampoco se trata de una nueva teoría conspirativa sobre el dominio del mundo. El Club Bilderberg es algo totalmente real y tangible. Existe como institución oficial y se han publicado algunos artículos sobre él.

Sin embargo, en más de cincuenta años de reuniones en las que el poder y el dinero se han concentrado en un mismo momento y en un solo lugar, jamás se ha filtrado ninguna clase de información sobre lo que se debate en el Club Bilderberg. La prensa nunca ha podido entrar a las deliberaciones ni ha emitido ningún comunicado sobre las conclusiones a las que han llegado los asistentes. Tampoco ha hecho pública ninguna acta con el orden del día.

El 11 de septiembre de 2001, el Club Bilderberg, según subraya Daniel Estulin en su libro, inició una guerra que «no tendrá fin mientras vivamos». Esa guerra no se libra en aras de la justicia, sino que su único fin es el petróleo. Quien la gane controlará los últimos vestigios de las reservas de petróleo y gas natural de la Tierra. La raza humana libre está en peligro de extinción y los bilderbergers lo saben muy bien. De ahí las «guerras sin fin» en Afganistán, Irak, Sudán e Irán; las que se libran en el mar Caspio y las que se librarán contra Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Siria y Venezuela dentro de muy poco tiempo. Todo forma parte de un conflicto global cuyo fin es controlar la Humanidad. Quienes controlan el petróleo controlan la Tierra. Y el Gobierno Mundial Único Nuevo Orden Mundial se aprovecha de todos los recursos tecnológicos disponibles para dominar al reticente mundo.

El objetivo final de esta pesadilla sería un futuro que transformará la Tierra en un planeta prisión mediante un mercado globalizado, controlado por un Gobierno Mundial Único, vigilado por un Ejército Mundial Unido, regulado económicamente por un Banco Mundial y habitado por una población controlada por microchips y cuyas necesidades vitales se habrán reducido al materialismo y la supervivencia: trabajar, comprar, procrear, dormir, todo conectado a un ordenador global que supervisará cada uno de nuestros movimientos.

No debería sorprendernos que durante los últimos cuarenta años el principal medio de lavado de cerebro haya sido una tecnología de imágenes en movimiento y grabación de sonido (televisión, películas, música grabada) capaz de cambiar nuestro propio concepto de verdad. En 1956, un hombre llamado Theodor Adorno[37]en Television and the Patterns of Mass Culture (La televisión y las pautas de la cultura de masas), explicó que la «televisión es un medio de condicionamiento y control psicológico como nunca se ha soñado». Para Adorno y sus colaboradores, escribe Harley Schlanger, la «televisión suponía un medio ideal para crear una cultura homogénea, una cultura de masas, a través de la cual se pudiera controlar y conformar la opinión pública de modo que todo el mundo en el país acabara pensando lo mismo».

«La manipulación inteligente y consciente de los hábitos y opiniones organizadas de las masas es un elemento importante en una sociedad. Aquellos que saben manipular este mecanismo oculto [es decir, la televisión y la publicidad y, como consecuencia directa, la opinión pública] de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el que realmente manda en nuestro país.» Así empieza Propaganda, una descarada apología de un Gobierno Mundial Único que en 1928 publicó Edgard Bernays, sobrino de Sigmund Freud, y en la que también afirma lo siguiente: «Conforme la civilización se vuelve más compleja, y conforme la necesidad de un gobierno invisible se hace más patente, se han inventado y desarrollado medios capaces de reglamentar la opinión pública.».

Una vez que los controladores –científicos sociales en las principales instituciones de lavado de cerebro del mundo– comprendieron que el ciudadano no tiende tanto a comprar ideas como a adquirir sicológicamente un ideal inalcanzable, en seguida tuvieron a su disposición las herramientas necesarias para cambiar el perfil moral y la conciencia de la sociedad (lo que los freudianos denominan «superyó»). Para la gente del CFR (Council on Foreign Relations) y para los bilderbergers, controlar la mente de las personas era una cuestión clave.

Directivos del propio Club Bilderberg han afirmado que esa discreción es necesaria para que quienes participan en los debates puedan hablar con libertad sin ver reflejadas sus declaraciones en los periódicos. Esa discreción, sin duda, permite que el Club Bilderberg delibere con mayor libertad. Pero eso, sin embargo, no corresponde a la pregunta fundamental: ¿sobre qué hablan los más poderosos del mundo en esas reuniones?

En cualquier democracia moderna se protege el derecho a la intimidad. ¿Pero el público no tiene derecho a saber de qué hablan los más importantes presidentes, primeros ministros, reyes y reinas de todas las casas europeas cuando se reúnen con los empresarios y banqueros más ricos de sus respectivos países? ¿Qué garantías tienen los ciudadanos de que el Club Bilderberg no es un centro de tráfico de influencias y de cabildeo si no se les permite conocer de qué hablan allí sus representantes? ¿Por qué el foro de Davos y las reuniones del G8 aparecen en las portadas de todos los periódicos y se permite el ingreso de miles y miles de periodistas? ¿Por qué nadie cubre las reuniones del Club Bilderberg, a pesar de que a ellas asisten regularmente los presidentes de entidades financieras como el Fondo Monetario Internacional, el banco Mundial, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, presidentes de las empresas más poderosas del mundo como DaimlerChrysler, Coca Cola, PepsiCo, Ford, General Motors, Novartis, AstraZeneca, British Petroleum, Shell, Chase Manhattan Bank, UBS Warburg, Soros Fund Management, Kissinger Associates, Nokia, Motorota, Ericsson, American Express, France Telecom, German Telecom, British Telecom, Goldman Sachs, Lazard Frères, Deutsche Bank, JP Morgan, Xerox, Microsoft, Oracle, EADS, secretarios de Defensa y vicepresidentes de Estados Unidos, representantes de comités nacionales democráticos y republicanos estadounidenses, directores de la CIA y del FBI, secretarios generales de la OTAN, todos los comisarios europeos, senadores y congresistas estadounidenses, primeros ministros europeos y líderes de los partidos de la oposición, gobernadores de todos los bancos centrales de todos los países europeos, los principales editores y los directores de los periódicos más importantes del mundo?

Resulta sorprendente que pocos medios consideren que una concentración de personalidades así no sea noticia cuando, en cambio, cualquier viaje de algunos de ellos en solitario suele llegar a los titulares de las noticias en televisión.

Yo me hice esas preguntas hace casi quince años. Empecé entonces una investigación que con el tiempo me absorbería por completo y se convertiría en el trabajo de mi vida.

Lentamente, traspasé una a una todas las capas del secretismo del Club Bilderberg. A través de medios que recuerdan las tácticas de espionaje de la Guerra Fría, y en ocasiones poniendo en juego mi propia vida, conseguí lo que nadie había conseguido: conocer qué se decía tras las puertas cerradas de los lujosos hoteles en los que el Club Bilderberg se reunía.

Y lo que descubrí me puso los pelos de punta. Más allá de ser un centro de influencia, el Club Bilderberg es el Gobierno Mundial en la sombra: es el que decide, con un secretismo total en sus reuniones anuales, cómo se llevarán a cabo sus planes.

Los secretos del Club Bilderberg se adentra en las reuniones confidenciales y explica por qué un grupo formado por políticos, empresarios, banqueros e individuos poderosos formaron la sociedad secreta con más poder en el mundo. Los Secretos del Club Bilderberg incluye fotografías y documentos inéditos de las reuniones y, además, detalla las acciones pasadas, presentes y futuras de sus miembros. Como escribió en su novela Coningsby el primer ministro de Inglaterra Bejamin Disraeli: «El mundo está gobernado por personajes que no pueden ni imaginar aquellos cuyos ojos no penetran entre los bastidores». El 11 de septiembre de 2001, el Club Bilderberg, como demostraré inequívocamente en este libro, inició una guerra que «no tendrá fin mientras vivamos». Esa guerra no se libra en aras de la justicia, sino que su único fin es el petróleo. Quien la gane controlará los últimos vestigios de las reservas de petróleo y gas natural de la Tierra. La raza humana libre está en peligro de extinción y los bilderbergers lo saben muy bien. De ahí las «guerras sin fin» en Afganistán, Irak, Sudán e Irán; las que se libran en el mar Caspio y las que se librarán contra Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Siria y Venezuela dentro de muy poco tiempo. Todo forma parte de un conflicto global cuyo fin es controlar la Humanidad. Quienes controlan el petróleo controlan la Tierra. Y el Gobierno Mundial Único Nuevo Orden Mundial se aprovecha de todos los recursos tecnológicos disponibles para dominar al reticente mundo.

En este inminente e incierto futuro, el pueblo cree que algo malvado está al acecho, en las sombras, esperando la oportunidad de abalanzarse, aguardando el momento oportuno. Podemos sentir su escalofriante presencia. A la mayoría de la gente le gustaría ignorarlo, pero ya no puede hacerlo. Ese «algo» se ha introducido lentamente de manera sigilosa y forzada en nuestra conciencia y en nuestra psique colectiva. En este libro demuestro qué es ese «algo» y revelo sus planes apocalípticos.

También nos han dicho que Osama bin Laden y sus terroristas de Al Qaeda fueron quienes perpetraron los atentados del 11S. Como el mundo estaba horrorizado, nosotros quisimos creer en otra mentira. El 11S, tal como pongo de manifiesto en el penúltimo capítulo, guardó relación con el negocio del petróleo, o más bien con su falta, como un requisito previo y necesario para una Guerra Total que nos llevará a la Esclavitud Total que nos espera con los brazos abiertos.

Los Beatles, los Rolling Stones, Monterrey, Woodstock, la emisora Top 40 y MTV son metáforas de un lavado de cerebro devastador, cortesía del Instituto Tavistock de Comportamiento Humano. Creíamos que habíamos «descubierto» a los Beatles, a los Rolling Stones, a los Animals y a los Mamas & the Papas. Sin embargo, cruel y previsoramente, a las órdenes del Tavistock, los investigadores sociales más brillantes del planeta nos implantaron esos grupos. Formaban parte de un experimento humano de alto secreto de efectividad devastadora, que pretendía degradar al individuo y reducir su esfera de influencia espiritual. Combinados con los experimentos con LSD financiados por la CIA y los experimentos supersecretos de narcohipnosis MKULTRA, realizados con el fin de crear un asesino humano perfecto el «Candidato Manchú», en el primer capítulo muestro las devastadoras consecuencias de lo que, en efecto, ha sido un esfuerzo continuo durante el siglo pasado: degradar al hombre hasta dejarlo al nivel de la bestia, el sueño de Friedrich Nietzsche de hombre bestia visto a través de los ojos del Club Bilderberg, su extrema locura..

Sin embargo, a escala mundial está despertándose la conciencia general, dado que el pueblo está empezando a vislumbrar su irracionalidad; esta concienciación está empezando a capacitar nuestro aprendizaje y nuestra comprensión colectiva. Verás, nos han dicho que, para alguien que no es un entendido en la materia, los acontecimientos mundiales son demasiado difíciles de comprender. ¡Mentían! Nos han dicho que los secretos nacionales deben protegerse celosamente. ¡Claro que sí! Ningún gobierno desea que sus ciudadanos descubran que los mejores y más brillantes compatriotas se dedican al tráfico de drogas, participan en saqueos masivos del planeta, en secuestros y asesinatos. Yo lo hago por ellos.

Una vez más, nos encontramos ante una encrucijada. El Bilderberg está a punto de celebrar su «fiesta de presentación global». Los puntos de tensión han empezado a romperse en cada rincón del planeta y la gente ha comenzado a tomar partido. Los caminos que sigamos ahora determinarán el futuro de la Humanidad si atravesamos el siglo XXI como un Estado policial electrónico global o como seres humanos libres a causa de una concienciación masiva que tenga lugar en Estados Unidos, y en el resto del mundo libre, ante las actividades criminales de la élite global.

Se pudiera estar de acuerdo en todo o en parte con Daniel Estulin, pero lo más terrible es que lo anteriormente expuesto no es mera cuestión del pasado siglo, ni ha sido extraído de un filme de ciencia- ficción, se ensaya cotidianamente hoy en países y regiones enteras, de las cuales son las primeras víctimas los niños, adolescentes y jóvenes que habitan nuestro maravilloso Planeta. Como nos enseñó el pequeño Príncipe: "Lo esencial es invisible a los ojos".

PARTE II:

Globalización

LA TIRANÍA DE LA SEDUCCIÓN.

Hoy la globalización, como proceso histórico, objetivo e inevitable se presenta ante nosotros, solo que la misma está signada por la filosofía del imperialismo y el neoliberalismo. Esta ideología capitalista se manifiesta con fuerza en tres escenarios principales: el escenario económico, el militar, y el menos visible: el escenario ideológico. Es decir, como señala Ignacio Ramonet, evidentemente toda la maquinaria de manipulación de mentes, de manipulación de almas; toda la maquinaria ideológica que trata de convencernos de que la globalización y el neoliberalismo abren un paraíso terrenal.[38]

Se trata de artilugios de violencia simbólica que precisamente se ponen en marcha para hacernos creer que somos felices cuando estamos siendo dominados. Se domina mucho mejor si el subyugado no tiene conciencia de ello. Los colonizados y sus colonizadores saben que la relación de dominación no se basa en la supremacía de la fuerza, sino en el control de las mentes. Todo imperio que desea perdurar tiene como principal objetivo refrenar las almas y los corazones de quienes se les oponen.

Pero la hegemonía de un imperio en el contexto contemporáneo, ya no solo se mide por los triunfos militares, los Estados Unidos por ejemplo, se han asegurado del dominio científico, y roban cada año, decenas de miles de cerebros (estudiantes, investigadores, graduados universitarios) del resto del mundo que van a sus universidades, a sus laboratorios, o a sus empresas.

Existe una inobjetable brecha digital y del conocimiento. La actividad científica y de innovación está altamente desbalanceada. Cada año se publican dos millones de artículos científicos, se depositan un millón de patentes y hay más de mil millones de usuarios en Internet. Pero el 85 por ciento de las publicaciones, el 90 por ciento de las patentes y el 75 por ciento de los usuarios de Internet corresponden a los países industrializados.

Hoy, en lugar de "robo de cerebros", se trata de acuñar el término "libre circulación de cerebros", eufemismo que enmascara la emigración masiva hacia el Primer Mundo de graduados universitarios y profesionales de alta calificación que nunca retornan a sus países de origen. O sea, no solo se trata de que se produce el acaparamiento y la exclusividad del conocimiento, sino de que operan las viejas y nuevas formas de expropiación del conocimiento de los países subdesarrollados por parte del mundo industrializado, de las que el "robo de cerebros" constituye una clara manifestación y una práctica muy rentable de apropiarse de mano de obra calificada a un bajo costo.

La realidad del mundo parece haber sido diseñada para sembrar el egoísmo, el individualismo y la deshumanización del hombre.

Ese continuo saqueo de cerebros en los países del Sur desarticula y debilita los programas de formación de Capital Humano, un recurso necesario para salir a flote del subdesarrollo. No se trata solo de las transferencias de capitales, sino de la importación de la materia gris, cortando de raíz la inteligencia y el futuro de los pueblos.[39]

Los Estados Unidos constituyen también un gendarme de la ciberpotencia. Controlan las innovaciones tecnológicas, las industrias digitales, las extensiones y los proyectos (materiales e inmateriales) de todo tipo. Es el país de la Web, de Internet, de las autopistas de la comunicación, de la "Nueva Economía", de los gigantes de la informática, capaces de espiar a todos en cualquier parte, hasta sus propios aliados. Valdría la pena preguntarse por qué si el imperialismo ejerce una supremacía militar, económica y tecnológica a escala global no encuentra una mayor resistencia y pensamiento crítico para enfrentarlo; sencillamente porque el imperialismo despliega una intensa hegemonía en el campo cultural e ideológico.

Como apunta Ignacio Ramonet, al apoyarse en el poder de la información y de las tecnologías, los Estados Unidos establecen así, con la mayor complicidad masiva de los dominados, lo que se podría llamar una opresión afable o un delicioso despotismo; sobre todo cuando ese poder va acompañado del control de las industrias culturales y de la dominación de nuestro imaginario.[40]

El imperialismo, bajo la tiranía de la seducción, llena nuestros sueños con una multitud de héroes mediatizados. Caballos de Troya del opresor en el interior de nuestros cerebros. Así se inunda el mundo con las producciones cinematográficas de Hollywood y películas para la televisión, dibujos animados, vídeo- clips, etcétera, sin hablar de los patrones vestuario, urbanísticos o alimentarios.

El capitalismo rinde culto al mercado, santuario sagrado de la frivolidad, la desigualdad y el consumismo, diseñado para exacerbar el impulso comprador fraguado mediante diseños, logos, estrellas, canciones, ídolos, marcas, objetos, carteles, fiestas, y cuantas producciones simbólicas necesite. Todo esto se acompaña por una retórica seductora de libre opción y libertad del consumidor, remarcada por una publicidad obsesiva y omnipresente. Ramonet lo resume expresando que: Así es como se fabrican nuestros deseos más íntimos. Gracias a la utilización de la publicidad y a sus técnicas de seducción. [41]

La publicidad promete siempre lo mismo: la prosperidad, el confort, la eficacia, la felicidad y el éxito. Acaricia con una promesa de satisfacción. Vende el sueño, propone senderos simbólicos para lograr un rápido ascenso social. Fabrica deseos y exhibe un mundo en perpetuas vacaciones, relajado, sonriente y despreocupado, poblado de personajes felices y que poseen, finalmente, el producto milagroso que los hará bellos, limpios, libres, sanos, deseados modernos. La publicidad vende todo a todos vagamente, como si en la sociedad humana no existieran las clases sociales ni la lucha de clases. Hasta el cansancio las publicidades redundan y certifican los grandes mitos de nuestra época: juventud, modernidad, felicidad, recreación, entretenimiento y abundancia.

La publicidad ofrece una visión abreviada, reducida y simple de la vida. Se auxilia fácilmente de estereotipos para dictarnos nuestros deseos, y hace que accedamos sin resistencia ni cuestionamientos a nuestra propia sumisión.

El imperialismo y los centros de poder global se han erigido en los señores de los símbolos, en los tiranos de la seducción, del encantamiento, del entretenimiento, de las distracciones, de las enajenaciones, con el objetivo de penetrar en nuestros pensamientos y en nuestros modos de actuación e incrustar ideas y comportamientos que no son nuestros.

Coincidiendo con Ramonet, en 1931, el libro "Un mundo feliz" de Aldous Huxley al parecer nos develó tempranamente la colosal Guerra Cultural del Siglo XXI: "En una época de tecnología avanzada, el mayor peligro para las ideas, la cultura y el espíritu puede provenir más de un enemigo con rostro sonriente que de un adversario que inspira el terror y el odio".[42]

HAY QUE VER MÁS ALLÁ DE LOS OJOS.

Vivimos en un mundo signado por el capitalismo, lo cual no quiere decir que todos los seres humanos estén obligados a viajar hacia él. Las sociedades de consumo requieren de seres consumistas, con expectativas al compás del mercado, sobre la base de la libre e incontrolable competencia, no para satisfacer las necesidades del ser humano, sino de un ser que se diseña para satisfacer las necesidades del mercado.

Frivolidad, banalidad y ostentación son presupuestos de esa "cultura masiva" que tiene como objetivo inventar una especie de felicidad asociada y dependiente de marcas y etiquetas. Es seudocultura, pues responde a los intereses del mercado y no del ser humano.[43] Es cultura de la incultura, pues en lugar de promover la evolución espiritual, persigue la involución del hombre, limitar su mentalidad a la ambición material, es decir, como lo vio Martí: "…mucha tienda y poca alma". Es contra- cultura, ya que se opone a la poesía, al arte profundo, y no por azar sino por esencia. Un ser humano culto es el cadalso del mercado.

En plena coincidencia con Fidel Díaz: "la realidad de esta época no es que el hombre no quiera pensar, es que no lo dejan, que le han inculcado el "hábito" de digerir esa seudocultura que lo acosa por todos lados reduciendo- casi hasta la nulidad- su disposición hacia la reflexión; no lo pueden dejar pensar, porque de pensar comenzaría a escaparse de las redes del "tener o no tener" hacia el "ser o no ser" y dejaría su estado de homo de consumo".[44]

La globalización neoliberal nos circunda como preludio de la invasión de su mercado; la nueva colonización no viaja en carabelas- llega por vía satélite desde el ciberespacio y lo grandes medios de comunicación. Debemos permanecer alertas para enfrentar ese enemigo que es el seudoarte, de los que no dicen nada, el de modas y vidrieras paradisíacas, el del entretenimiento superficial y hueco, el del mimetismo norteño, el del populismo banal que brota de mentes mediocres. Nuestra principal coraza es el amor espontáneo y profundo, el del trance impasible, el del pensar audaz, el del arte que lucha por la humanidad toda, su libertad y sus utopías.

Un juicio, por ejemplo, que permita ver en la película, como señala Marshall McLuhan: "…una ciudad fantasma poblada de falsas apariencias"[45], la representación grácil de astucia, de artimaña, de propaganda se desenvuelve con suficiente poesía y habilidad para que detrás de la fachada, emerja aquello de lo que substancialmente se trata: la ideología.

Las imágenes de los medios de difusión masiva audiovisuales son máquinas insistentes hechas para que florezcan y triunfen, estúpidos y soberbios, los estereotipos ideológicos. La angustia que estas imágenes suscitan nace de su misma abundancia, de su vehemente carácter de mercancías, multiplicadas por las industrias culturales contra las que debemos permanecer alertas.

La desconfianza con respecto a la industria cultural y de su silenciosa propaganda se basa fundamentalmente en tres evidencias:

  • 1. Reduce a los seres humanos al estado de masa y obstaculiza la estructuración de individuos emancipados, capaces de discernir y decidir libremente.

  • 2. Reemplaza en la mente de los ciudadanos, la legítima aspiración a la autonomía y a la toma de conciencia sustituyéndola por un conformismo y una pasividad peligrosamente regresivos.

  • 3. En suma, confirma la idea de que los hombres desean ser fascinados, extraviados y embaucados en la confusa esperanza de que alguna peculiar satisfacción hipnótica les llevará olvidar, por un instante el mundo absurdo, cruel y trágico en el que viven.

Este desengaño encuentra hoy más que nunca plena justificación, en la época de Internet y de la revolución numérica; sobre todo por lo que atañe a las imágenes de cine y televisión. Para nadie es un secreto que los medios masivos de difusión audiovisuales son controlados por las grandes transnacionales planetarias, muy vinculadas a Internet, a la telefonía, a la informática, a la energía, a la publicidad, al deporte, a los bancos, etcétera.

Estos colosales grupos no sólo producen películas y programas de televisión sino que también editan libros, revistas, periódicos, discos compactos, videocasetes, casetes de juegos y DVD, entre otros soportes gráficos. Poseen a la vez, en el mundo entero, licencias telefónicas, sellos discográficos musicales, cadenas de televisión, equipos de fútbol, estudios cinematográficos, pórticos de acceso a Internet, agencias publicitarias, además de las publicaciones en papel, casas editoras y emisoras de radio.[46]

Los nuevos y gigantescos conglomerados culturales disponen ahora de enormes medios en materia de investigaciones y estudios de mercado, de equipamiento tecnológico para la producción de efectos especiales, lo que les sirven para fabricar imágenes calibradas exactamente en función de la demanda más universal que exista.

Al integrar a los relatos filmados cierto número de criterios culturales y teniendo en cuenta determinados mecanismos psicosociológicos muy precisos, estos nuevos conglomerados culturales determinan de antemano el grado de aceptación de sus producciones en el mercado mundial.

La americanización de la mentes, según plantea Ignacio Ramonet, ha progresado tanto que para algunos denunciarla parece cada vez más inaceptable. Para hacerlo, habría que estar dispuesto a prescindir de una buena parte de las prácticas culturales (de vestuario, deportivas, lúdicas, de entretenimiento, lingüísticas, alimentarias, etcétera) que han sido adoptadas desde la infancia y que no cesan de asediar; muchos ciudadanos en el mundo son una especie de seres "transculturales", híbridos incompatibles, que poseen un cuerpo natural de un país determinado con una mentalidad norteamericana.

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