La Religión Crística a la luz de las enseñanzas originales de Jesús El Cristo (Parte I)
- Introducción
- La religión cósmica y la religión crística
- Las religiones ¿son tan diferentes en su esencia?
- Otras religiones antiguas
- Palestina en la época del nacimiento de Jesús
- La religión crística
- Bibliografía
Introducción
Dedicamos estos textos a todas las personas que habitan este planeta, sean seguidores de la Religión Cósmica, de las Religiones Cristianas o de otras religiones, así como también a los materialistas y ateos, a quienes dedicamos especialmente la Monografía II.
Algunos, con tendencias religiosas, no consiguen comprender como los "buenos" parecen sufrir más que los "malos". .Tampoco comprender como la sangre del Cristo, que dicen venía a salvarnos de nuestros pecados, parece no haber tenido ningún resultado, visto el actual predominio del egoísmo, la licenciosidad y el desprecio por los auténticos valores humanos.
Otros, sumergidos en un materialismo feroz, dicen no creer en "los cuentos de hadas", que las religiones han creado a través de los tiempos para sojuzgar a los seres humanos.
El mundo se ha transformado en un caleidoscopio donde existen centenas de religiones, conflictivas entre ellas, cada una pretendiendo ser la verdadera. Pero aún los ateos más materialistas, claman a Dios cuando algo ruin les ocurre.
La Religión Cósmica es un nombre moderno para la Sabiduría Eterna. Ella viene de épocas muy antiguas, como Luz que El Creador ha enviado a los hombres para guiarlos en sus tinieblas que se arrastran desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días. Esa Luz se manifestó en la China, en la India, en Persia, en Egipto, en Grecia y otros países, alcanzando su máximo esplendor hace 2000 años en Palestina.
Las enseñanzas de Jesús el Cristo son las más avanzadas que hemos recibido, pero ellas no podrían haber sido proclamadas, ni el propio Maestro habría existido, si no tuviera atrás todo un trabajo anterior. Del mismo modo, un joven no se recibe de Ingeniero o Médico sin haber estudiado por lo menos 17 años.
Para las personas que no acompañaron el esfuerzo de ese estudiante, puede parecer que consiguió ese título, como haría un mago sacando un conejo de una galera. Pero hubo mucho sacrificio – ignorado por la mayoría – para poder recibir el preciado diploma.
La Religión Cósmica es la base espiritual de la Humanidad y su versión más actualizada es la ofrecida por Jesús el Cristo. Es por eso que hablamos de "Religión Crística" (diferente de
cristiana).
En ese sentido, queremos reiterar que todas las enseñanzas del Maestro tienen una clave fundamental: Nuestro único contacto auténtico con El Creador y el Cristo Cósmico es nuestro Cristo Interno, nuestra Presencia Divina.
El autor, Profesor jubilado de la Universidad Federal de Minas Gerais en áreas técnico-científicas, especialmente Estadística y Gestión de la Calidad, fue – con el paso del tiempo – incursionando en el área humanística y en el área espiritual.
No es, pues, teólogo ni erudito en libros sagrados.
Sin embargo, durante más de 30 años estudió con dedicación y mucho esfuerzo, la temática relativa a desarrollo espiritual, a través de una literatura muy variada, sin seguir ninguna línea religiosa. Nacido en una familia atea, o por lo menos indiferente a lo espiritual, tuvo la suerte de no ser contaminado en la juventud por el dogmatismo eclesiástico, tan difundido hoy en día.
Con el pasar del tiempo, surgieron preguntas sobre la Vida que no tenían respuesta. Expresiones como "paraíso", "infierno", "Dios castiga" y otras similares – aceptadas por muchas personas – siempre le fueron refractarias. Las primeras lecturas espirituales no dogmáticas le comenzaron a ofrecer algunas luces, como si fueran algunas piezas de un gigantesco y misterioso rompecabezas. Tal vez eso ya haya acontecido, o aún esté aconteciendo con el lector.
El rompecabezas, a pesar de los más de 30 años transcurridos, no está completo, aunque un diseño bastante comprensible ha comenzado a dibujarse recientemente.
Estas Monografías, escritas con la modestia de aprendiz, representa el estado actual de nuestra comprensión de asuntos tan elevados, como desconsiderados por la mayoría de las personas.
En ese contexto, después de un amplio análisis sobre la Sabiduría Eterna (o Religión Cósmica, ver Bonilla, 1), estamos ofreciendo una versión sintética y modernizada de la misma, con base en las enseñanzas de Jesús El Cristo. A esto denominamos de Religión Crística.
Algunas personas, con seguridad, recibirán con extrañeza la nomenclatura de Religión Crística, cuando hay en boga otra similar desde hace milenios, la Religión Cristiana. Sin embargo, independiente del hecho de que la Religión Cristiana es practicada en forma muy diferente entre sus diversas modalidades, hay varios aspectos – todos ellos importantes – en que la Religión Crística difiere de cualquiera de estas variantes del llamado Cristianismo.
En los diversos capítulos del texto, esta situación será suficientemente detallada, sin embargo, algunos puntos básicos serán ligeramente analizados ahora.
1. La enseñanza fundamental que Jesús El Cristo nos trajo no fue "la salvación de los seres humanos a través de su sangre vertida en la Cruz" y sí el concepto de que "El Reino de los Cielos" está dentro de nosotros. Sin embargo, "Reino de los Cielos" es una metáfora. Lo que está dentro de nosotros es una Chispa o Partícula Divina que nos acompaña desde que nos materializamos en un cuerpo físico.
El drama humano consiste en el hecho de que debido a nuestra necesidad de sobrevivir en el mundo físico, fue necesario cubrir con un velo ese Ser Cristico. Pero hace 2000 años y como una semilla colocada en el suelo, que debe aguardar para germinar, crecer, florecer y fructificar, el Maestro nos trajo sus mensajes, que tan poco ha comprendido la Humanidad.
Sin embargo, los relojes cósmicos avanzan y hoy en el inicio del Tercer Milenio, lo encubierto se hará visible. O sea, el ser humano, gradualmente, reconocerá el Ser Crístico que vive en su interior e integrándose con él, conducirá a la Humanidad y a los otros reinos de la Naturaleza a su plenitud.
2. La situación de Palestina hace 2000 años era propicia a la llegada de un Mesías, capaz de conducir al pueblo judío a derribar el yugo romano. Pero no era esa la misión de Jesús y por eso no se envolvió con los rebeldes que veían un líder nato en él.
La misión de Jesús era otra y había sido preparada mucho tiempo atrás: servir de receptáculo físico para un Principio Cósmico que hizo carne en él, durante el bautismo del Jordán: El Cristo.
O sea, Jesús no era un aerolito que cayó de repente en Palestina y que no tenía nada que ver con la Sabiduría Eterna, divulgada entre otros, por los Grandes Avatares, como Krishna, Buda, Moisés, Zoroastro o Hermes. Él como representante de la Religión Cósmica, proporcionaría el cuerpo terreno para que el Cristo divulgase el Principio del Amor y el reconocimiento de la Chispa Divina dentro de cualquier ser humano.
3. Esa "Sabiduría Eterna" o Religión Cósmica era, por su vez, el receptáculo donde los seres humanos más desarrollados de todas las épocas y de todos los pueblos, después de haber contactado con las frecuencias vibratorias más elevadas, propias de los Mundos Superiores, registraban en pergaminos o aún en piedras, sus excelsas experiencias.
Naturalmente, esa Sabiduría no estaba dispersa; ella se concentraba en templos y grutas, bajo la orientación de una entidad llamada "La Gran Fraternidad Blanca", siendo que el adjetivo "blanca" nada tenía que ver con color de la piel y sí con pureza.
Uno de los grupos de esta Fraternidad, vivía en Palestina en la época de Jesús; eran los esenios. Él mismo era un esenio.
Es sorprendente que en ningún lugar de la Biblia, tan detallada en historias extrañas del Viejo Testamento, se mencione esta comunidad. Sin embargo, independiente de otros documentos, los papiros del Mar Muerto, confirman la existencia de este pueblo.
4. Jesús el Cristo no trajo una doctrina para ser enseñada de forma uniforme a la población. Frases como: "A vosotros os es dado saber el misterio del Reino de Dios, pero los que están afuera, por parábolas todas las cosas" (Marcos 4:11); "Sin parábolas no les hablaba, aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo" (Marcos 4:34) muestran que Él seguía el método de la Sabiduría Antigua: dar nutrición espiritual graduada a aquellos que se hacían merecedores.
En efecto, la Sabiduría Antigua, disponía de un círculo interno, constituido por los que tenían un nivel espiritual bien más desarrollado que la gran masa, que constituía el círculo exterior. En Egipto, por ejemplo, el populacho adoraba dioses con cabeza de animal (Ver Bonilla, 1) pero los altos sacerdotes sabían que esos eran apenas símbolos, como posteriormente, el Cordero simbolizó el propio Jesús.
5. Otra enseñanza que Jesús el Cristo confirmó y que ya era de conocimiento de la Gran Fraternidad Blanca es la del renacimiento, también conocido como reencarnación, a través de la Ley de Compensación. (Este asunto es exhaustivamente tratado en Bonilla 1).
Aquí hay una enorme diferencia entre la Religión Crística y la llamada Cristiana, que no reconoce en ninguna de sus modalidades, la existencia de vidas sucesivas.
Sin embargo, como está documentado en Bonilla (1), los Padres Primitivos de la Iglesia, concordaban con aquella doctrina y escribían sobre ella. Sólo en el año 553, la reencarnación fue eliminada de las creencias cristianas en un concilio espurio, el de Constantinopla.
Personalmente hemos tentado explicaciones razonables para la exclusión de esta doctrina, que puede ser encontrada en los Evangelios, pero sin éxito.
Una de las respuestas más absurdas nos fue dada por un docto jesuita, posteriormente Rector de una Universidad Católica. Nos dijo que esas eran creencias orientales sin fundamento alguno. Y remató su "respuesta" manifestando que "en la India cuando moría un hombre, la mujer era enterrada con él", lo que desvalorizaría cualquier cosa venida de aquel país.
Dejo al lector los comentarios de este hecho infeliz. Retornaremos ese asunto en el Capítulos siguientes y veremos que posicionamiento sobre el tema adoptó Jesús en su ministerio.
6. La Biblia consta de 66 libros y más de 50 autores, que escribieron ella durante ¡13 siglos! Este hecho en sí llevó a numerosas contradicciones entre sus autores. A esto debe agregarse el hecho de que no se dispone en la actualidad de ninguna copia original. Centenas de traductores han hecho su trabajo con interpolaciones propias de sus interpretaciones personales; en muchos casos, además, había palabras muy difíciles de traducir para los que no tenían una instrucción mística.
Otro asunto crucial fue que la cantidad de material sobre los Evangelios era muy grande (se conocen más de 60 de ellos). La mayoría fueron eliminados como apócrifos a lo largo de Concilios que duraron varios siglos. ¿Cuáles criterios fueron utilizados para seleccionar cuatro de ellos y eliminar la inmensa mayoría? Uno de los Padres de la Iglesia, San Irineo, se limitó a responder a esta pregunta así: "porque cuatro son los pontos cardenales" (!)
Sólo para tocar un punto crucial: gran parte de la Doctrina Cristiana actual, en sus diversas modalidades, se apoya en la doctrina del "pecado original", una de las doctrinas más tenebrosas que ha azotado la Humanidad. Sin embargo, la verdad, sin duda embarazosa para la autodenominada Iglesia Cristiana es que ella no es mencionada en los Evangelios por Jesús, ni por los Profetas, ni en los Salmos, ni en otros libros del Viejo Testamento.
Esa doctrina fue introducida por San Pablo (Romanos, 5:12). Por lo tanto es una doctrina "pabliana", ni si quiera cristiana, y mucho menos crística.
En los próximos capítulos se hará un desarrollo más profundo de toda esta temática, expuesta aquí en forma preliminar.
La religión cósmica y la religión crística
== LA RELIGIÓN CÓSMICA
. INTRODUCCIÓN
"La Religión Cósmica", corresponde a esa expresión, acuñada por el mayor científico de todos los tiempos, Albert Einstein, en su libro "Como veo el mundo", escrito en Zurich en 1953.
Este concepto, nos intrigó durante mucho tiempo,
visto que él fue poco analizado después, nada en comparación
al suceso obtenido por la Teoría de la Relatividad y sus otras contribuciones
para la Física subatómica, que fueron muy importantes, porque
cambiaron radicalmente la concepción del mundo y por las cuales fue reverenciado.
Es verdad que los trabajos científicos de Einstein son de una genialidad
no superada, Sin embargo, según nuestra forma de ver las cosas, si bien
ellos permitieron avances científicos y tecnológicos increíbles,
resta el hecho de que su idea acerca de la Religión Cósmica,
nos parece ser aún más importante,
En efecto, si bien los conocimientos científicos y tecnológicos pueden ser útiles para el progreso material de la Humanidad, ellos son ambiguos, pues son apenas instrumentos. El problema está en su uso. Por ejemplo, un instrumento, digamos un cuchillo, puede ser muy útil para cortar la carne, pero también puede ser mal usado si es utilizado para matar una persona.
El hecho real es que el concepto de Religión
Cósmica de Einstein, no fue profundizado, quedando mascarado por
su brillante esplendor científico. Ahora es necesario rescatar toda la
grandeza allí encerrada.
En este texto, estamos recuperando aquella expresión
de Einstein y poco a poco, percibiremos que su importancia es mayor que la suma
de todos los conocimientos tecnológicos y científicas que el gran
maestro enseñó.
En realidad, la idea de Religión Cósmica
nos da la clave para la creación de un mundo mejor, de una nueva
sociedad, que llamamos de la Gran Utopia en un libro de nuestra autoria
(Bonilla, 3).
" Sobre esa Religión Cósmica,
Einstein (2), nos dice
("Podemos alcanzar la religión en su grado
más elevado, raramente accesible en su pureza total. Doy a esto, el nombre
de Religiosidad Cósmica y no puedo hablar de ella con facilidad,
porque se trata de una noción muy nueva"
("Algunos ejemplos de ella aparecen en los Salmos
de David o en algunos Profetas
En grado bien más elevado, el budismo
organiza los datos del Cosmos, que los maravillosos textos de Schopenhauer nos
enseñan a descifrar
Ella no tiene dogmas, ni Dios concebido a la imagen
del Hombre"
("Por lo tanto, ninguna Iglesia enseña la Religión
Cósmica
También tengo la impresión de que los herejes
de todos los tiempos se nutrían con esa forma superior de Religión".
("Yo afirmo con todo vigor que la Religión
Cósmica es el más poderoso y más generoso objetivo de la
pesquisa científica"
("El espíritu científico,
fuertemente armado con su método, no existe sin la Religión Cósmica.
Ella se distingue de las creencias de las multitudes ingenuas que consideran
Dios un Ser de quien esperan benignidad y del cual temen el castigo"
("La religiosidad del sabio consiste
en extasiarse frente a la armonía de las Leyes de la Naturaleza, revelando
una Inteligencia tan Superior, que todos los pensamientos humanos y todo su
ingenio, no pueden desvendar delante de ella, a no ser su nada irrisorio".
En momentos en que la sociedad humana se debate penosamente
con el cambio climático, la contaminación ambiental, el terrorismo
(especialmente económico), el consumismo exacerbado, las drogas, la injusticia
y la explotación, las palabras de Einstein deben ser analizadas con mucha
seriedad.
El hecho es que podemos hacer maravillas con la materia
física, pero ¿dónde la Humanidad habrá perdido su
corazón?
Creemos realmente que la contribución de Einstein al ofrecernos el concepto de Religión Cósmica, merece una atención bien mayor a la que fue dada hasta ahora y especialmente, su profundización debe ser hecha hasta agotar todos los recursos disponibles.
Después de haber realizado estudios exhaustivos
y meditaciones profundas, tenemos el gran placer de presentar nuestras reflexiones
sobre el asunto, que tal vez sean chocantes para los religiosos más dogmáticos,
inspiradoras para las personas de cabeza abierta y quien sabe no llevarán
a repensar a muchos materialistas su visión sobre los misterios espirituales,
sobre todo llevando en cuenta que la fuente de donde ellos emanan son del científico
más reverenciado, Albert Einstein y no de tiendas religiosas,
Nuestra esperanza es que cada vez más y más
personas comiencen a comprender que un impulso cósmico ya está
en marcha y que él será capaz, si lo encarnamos en nuestro corazón,
de conducirnos a la Gran Utopía, o sea: la Nueva Sociedad que
casi todos soñamos: más justa, más digna, más humana,
más culta, más amorosa y
más feliz!
Einstein abrió el camino para la comprensión de la Religión Cósmica. Sin embargo, él se expresó en forma muy sintética sobre ella. Llegó el tiempo (sesenta años después), de expandir aquel concepto y eso es lo que haremos a continuación, abordando temas cruciales para las personas que no se conforman con respuestas estandarizadas acerca del significado y el sentido de la vida humana, por ejemplo: ¿quién somos?, ¿de dónde venimos?, ¿para dónde vamos?
Einstein nos ofreció una luz, que fue desconsiderada
en el medio científico. Ya pasamos de la hora en que aquella brasa debe
renacer y se transforme en un fuego que ilumine nuestros corazones. Por nuestra
parte, modestamente tentamos expandir la llama a través de este texto.
Las religiones ¿son tan diferentes en su esencia?
Schuré (4) en un párrafo impregnado de grandiosa inspiración dice: "Al considerar las grandes religiones de la India, del Egipto, de la Grecia y de la Judea, por el lado exterior, no se ve otra cosa que discordia, superstición y caos. Pero sondead los símbolos, interrogad a los misterios, buscad la doctrina madre de los fundadores y de los profetas y la armonía se hará en la luz. Por diversos caminos, con frecuencia tortuosos, se llegará al mismo punto; de suerte que penetrar en el arcano de una de esas religiones, es también penetrar en el de las otras".
"Entonces se produce un fenómeno extraño. Poco a poco, pero en una esfera creciente, se ve brillar la Doctrina de los Iniciados en el centro de las religiones, como un sol que disipa su nebulosa. Cada religión aparece como un planeta distinto. Con cada una de ellas cambiamos de atmósfera y de orientación celeste, pero siempre el mismo Sol nos ilumina. Hay una palabra especial para designar estos fundadores de religiones, estos Grandes Iniciados; esta palabra es Avatar".
Si las magníficas palabras del sabio Schuré, fueran comprendidas, asimiladas y aplicadas por la Humanidad, habríamos avanzado raudamente como civilización y estaríamos, con seguridad, en una etapa de evolución bien superior a la actual.
En Bonilla (1) hicimos un análisis razonablemente amplio sobre tres religiones antiguas: la egipcia, la indiana (en las formas del vedismo, brahmanismo, hinduismo y budismo) y la judaica. También fue presentado el cristianismo en dos versiones (la primitiva de naturaleza mística y la moderna de naturaleza más apagada).
Ahora, haremos una revisión muy rápida de religiones anteriores a Jesús el Cristo. Los principales guías de esta exposición son Schuré (4) y Challaye (5).
Religión egipcia
Hay una figura toda especial en la vida del Egipto antiguo: Hermes (de él se deriva la palabra hermético que significa "completamente cerrado, de manera que no deje penetrar el aire"; esto da una excelente idea acerca del secreto y la reserva con que eran administradas las enseñanzas espirituales en la época, generalmente en el seno de las Grandes Pirámides).
Hermes Trismegisto nació en Tebas en 1399 A.C. "Trismegisto" significa Tres Veces Grande. Schuré (3) dice que este nombre se debe a que él era considerado como rey, legislador y sacerdote. Se dice que Hermes fue el inventor de la ciencia de los números – o sea la matemática – así como de la escritura demótica (similar a la usada actualmente) que sustituyó al antiguo sistema de jeroglíficos, basado en imágenes. Para los que piensen que la religión egipcia, como todas las otras anteriores al cristianismo era primitiva y atrasada, veamos algunas enseñanzas de Hermes, anteriores al nacimiento del propio Moisés, por lo tanto más antiguas que el Génesis.
O sea, un siglo antes que la primera línea de la Biblia fuese escrita, Hermes instruía a sus discípulos diciendo: "Ninguno de nuestros pensamientos puede concebir a Dios, ni lengua alguna puede definirle. Lo que es incorpóreo, invisible, sin forma, no puede ser percibido por nuestros sentidos; lo que es eterno, no puede ser medido por la corta regla del tiempo: Dios es, pues, inefable. Dios puede, es verdad, comunicar a algunos elegidos la facultad de elevarse sobre las cosas naturales para percibir alguna radiación de su perfección suprema; pero esos elegidos no encuentran palabras para traducir en lenguaje vulgar la Visión inmaterial que les ha hecho estremecer". Estas palabras, aún hoy día, transcurridos 33 ó 34 siglos, exteriorizan un altísimo desarrollo espiritual.
Dice un historiador erudito, Maspero (6): "La teología sabia, esotérica es monoteísta desde los tiempos del Antiguo Imperio Egipcio. Dios es el Uno Único, el que existe por esencia, el Solo que vive su sustancia, el Solo engendrador en el Cielo y en la Tierra que no haya sido engendrado. A la vez Padre, Madre e Hijo, él engendra, concibe y es perpetuamente y esas tres personas, lejos de dividir la Unidad de la Naturaleza Divina, concurren a su infinita perfección.".
A través de estas informaciones, se puede percibir el tenue hilo de la Luz recorriendo la Historia humana: Melquisedec ("sin padre, sin madre, sin genealogía") llegando al Egipto tal vez en la época del Rey Menés (¡hace 54 siglos!) y difundiendo la Luz por medio de la Escuela de Misterios de la Gran Fraternidad Blanca, que llegará a su apogeo veinte siglos después con la presencia de Hermes Trismegisto.
Pero no se termina aquí la gloria de la religión egipcia; por el contrario está por acontecer el hecho que la llevó a su máximo esplendor. En efecto, bajo la 18ª Dinastía, durante el siglo XIV antes de Cristo, un joven faraón, Amenhotep IV realiza una hazaña impar en la historia de la Humanidad: en un mundo completamente politeísta, establece la primera religión monoteísta del mundo. Según ciertos historiadores, él es "la primera personalidad de la Historia humana". Y esto no aconteció por la brillantez de su acción al frente del poderoso imperio egipcio de la época y sí por crear una serie de situaciones de largo alcance, apenas por intermedio de su fuerza mental.
Así Amenhotep IV cambia su nombre por el de Aquenaton ("devoto de Aton") y transforma Aton, uno de los numerosos dioses existentes, que personificaba el disco solar y la propia luz del sol, en Dios Único. Sólo que Aton no representa ahora apenas el cuerpo solar y la luz física que emana de él. Aton ahora es la energía creativa que está por detrás del astro-rey. Aquenaton declaró que Dios era una inteligencia vital, que existía como una divinidad única, de la cual dependían todas las cosas del Universo, siendo que las fuerzas creativas de ese Dios se irradiaban a través del sol.
En Tell-Amarna reunió los hombres y mujeres más cultos y espiritualizados de la época, creando alrededor de 1353 A.C. una gran fraternidad, como base de una Escuela de Misterios, cuyas enseñanzas e ideales debían diseminarse por toda la Tierra. Esta congregación era una rama de la Gran Fraternidad Blanca y es importante informar que ella subsiste con gran vigor en la actualidad, aunque-naturalmente-adaptada a las condiciones específicas de la vida moderna en lo relativo a su formulación exterior, pero siguiendo rigurosamente las orientaciones básicas de la Sabiduría Antigua.
Aquenaton – obviamente – no era un OVNI caído del cielo. Él procedía de la Dinastía egipcia más gloriosa, la XVIII; era hijo del faraón Amenothep III, a cuya sombra el gran Hermes Trismegisto conducía el desarrollo espiritual de los más elevados hombres de la época. El propio Hermes fue el iniciador de Aquenaton, quien entonces dio un paso decisivo en la ampliación y en la difusión de la Luz: por un lado ensanchó y consolidó el circulo interior de adeptos, creando una nueva y poderosa Fraternidad; por otro, llevó la Luz a las grandes masas, o sea al círculo exterior, inundándolo con el esplendor de un nuevo y deslumbrante concepto: el del Dios Único.
Aquenaton murió joven, con menos de treinta años. Al poco tiempo los sacerdotes recuperan su poder, arrasando Tell-el-Amarna, borrando el nombre de Aton y restableciendo el de Amon. Pero la Fraternidad resiste porque ella es indestructible, prolongándose hasta nuestros días.
La corta historia de Akuenaton y Tell-el-Amarna, mirada desde nuestra época a través de la perspectiva del tiempo, parece como el fugaz momento necesario para sembrar una semilla. A corto plazo (un siglo), la semilla germina y nos trae a Moisés, que implanta la primera religión monoteísta victoriosa; a medio plazo (cerca de trece siglos), de la religión mosaica brota una flor maravillosa, las enseñanzas del Cristo; y a largo plazo (veinte siglos) la flor se transforma en un magnífico fruto.
Es este fruto, aún verde-pero en estado acelerado de maduración – que deberá estar pronto en el Nuevo Milenio que ya comenzó. Pero esta maduración no acontecerá apenas por la gracia del sol amarniano, y sí por el reflejo que aquel produce en el corazón humano.
Es, pues, grande y a la vez gloriosa responsabilidad de cada ser humano, exteriorizar en nuestras acciones, conductas, comportamientos, pensamientos y sentimientos, cada vez más, un poco de esa espiritualidad que el Ser Supremo nos concedió en el acto de creación, para que fuésemos sus representantes en el mundo terreno.
De cualquier modo, el rápido relato aquí hecho, muestra una cosa bien profunda e importante: las raíces ocultas de la Religión Cósmica, que tuvo un formidable desarrollo durante el reinado del Rey-Sol (Aquenaton). Detalles completos sobre su vida pueden ser consultados en Savitri Devi (7)
Religiones de la India
No se puede hablar seriamente de religión si no consideramos los tesoros espirituales de la India, país donde el desarrollo metafísico alcanzado hace treinta siglos no ha sido igualado hasta hoy en ninguna parte del mundo. Cualquier estudioso de misticismo sabe perfectamente que ningún idioma moderno (o antiguo) tiene la riqueza de vocabulario que el sánscrito posee para expresar conceptos elevados.
Cualquier de nuestros idiomas necesita una media docena de palabras para explicar medianamente una única palabra sánscrita, tal como Carma, Kundalini, Atma, Manas, Budhi, Prana, Purusha, etc y siempre acaba perdiéndose bastante del significado original. De este modo, la traducción de las Escrituras Sagradas hindúes empobrece – generalmente – su riquísimo contenido original. A través de los tiempos, varias religiones importantes se desarrollaron en la India; las principales son las siguientes, según Söderblom (8):
== VEDISMO. El llamado vedismo es la religión más antigua de la India, de origen ario. Su héroe legendario es Rama, a veces conocido como Yima y sus Escrituras Sagradas son los Vedas. La parte más antigua es el Rig-Veda, que contiene un millar de himnos compuestos durante unos cinco siglos e iniciado tal vez alrededor de 1500 A.C.; por esto Söderblom (8) dice que se trata de "la Biblia más antigua de la Humanidad".
Loa himnos védicos contienen cuadros grandiosos, con una pléyade de seres divinos entre los que sobresalen al principio Indra, Mitra y Varuna, así como Surya, Manu etc. Pero poco a poco estos dioses disminuyen su importancia, pasando para el primer plano, Agni y Soma. Agni es el fuego divino, el agente cósmico, el principio universal por excelencia. El engendra a los dioses, crea y organiza el mundo, produce y conserva la vida universal, es por lo tanto la potencia cosmogónica, el principio masculino. Soma es, en cambio, el principio femenino. Ambos forman un par inseparable: "esta pareja ha encendido el sol y las estrellas". Corresponde a lo que hoy, modernamente llamamos en el enfoque holístico, de principio auto-afirmativo y principio integrativo. (Bonilla 2,9),
La idea del Dios Único puede ser perfectamente captada en algunos fragmentos de los himnos védicos, tales como el siguiente: "El que es el único dios, por encima de todos los dioses ¿quién es ese dios que veneramos por los sacrificios?" La respuesta es contenida en otro himno que dice: "Los sabios designan el Ser Único de varias maneras: lo llaman de Agni, Mitra, Varuna…"
Por lo tanto el Vedismo se presenta, como es propio de todas las Escrituras Sagradas, en por lo menos dos niveles. O sea las enseñanzas de la Gran Fraternidad Blanca se encuentran veladas para el gran público a través de un politeísmo profuso; pero en su médula contienen la idea básica e insustituible del Dios Único. Esto es inevitable, porque ninguno de los fundadores de las grandes religiones, pudo haber desempeñado este papel sin ser un alto iniciado de aquella Fraternidad, que siempre reunió entre sus adeptos la flor más escogida de la Humanidad en lo relativo a su desarrollo espiritual.
== BRAHMANISMO. Sus libros sagrados son los Brahmanas (compuestos entre 800 y 600 A.C.) y los Upanishads (compuestos entre 600 y 300 A.C.). Ellos son llamados de Vedanta, o sea conclusión de los Vedas.
La diferencia fundamental entre el brahmanismo y el vedismo, es que el énfasis en la salvación por el sacrificio tan arraigado en esta última religión, fue sustituido por el énfasis en la salvación por el conocimiento.
Dos aspectos muy nítidos en el brahmanismo son, por un lado la identificación última entre Brahman (principio fundamental del Universo, Ser Supremo) y Atman (Yo Interior); por otro la reencarnación del alma condicionada a circunstancias relacionadas con los actos de existencias anteriores (carma).
La concepción grandiosa de Brahman puede ser captada a través del texto siguiente: "En el comienzo solo existía el Brahman: fue él que creó los dioses. En verdad el inmortal Brahman está en todos los lugares: en el frente, atrás, a la derecha, a la izquierda, en el zenit, en el nadir… El es Aquel en quien son urdidos el cielo, la tierra, la atmósfera, el espíritu y todos los sentidos… Espumas, ondas, todos los aspectos, todas las apariencias del mar no difieren del mar. Ninguna diferencia existe entre el Universo y el Brahman. En verdad, todo es Brahman"
Así, descubierta la esencia del mundo exterior, los pensadores se volvieron para el interior, para la propia naturaleza humana y allí encontraron que "el Atman es mi alma en el fondo de mi corazón, menor que un grano de arroz, pero más vasto que la Tierra, más vasto que la atmósfera, más vasto que los cielos y todo este mundo infinito".
Como coronación, acaba identificándose Brahman con Atman, o sea el principio fundamental del Universo con el Yo interior humano (que en este texto llamamos de Ser Crístico). Para llegar a esta conclusión hace 25 siglos, es necesario aceptar que hay aquí un altísimo nivel de desarrollo espiritual, que inclusive es raro encontrar aún en los grupos, sectas o iglesias modernas más avanzadas. La identificación de Brahman y Atman equivale, en lenguaje moderno, al reconocimiento de la doble naturaleza del Ser Supremo, como Dios Trascendente y como Dios Inmanente, hecho que fue traído a conocimiento del público contemporáneo a través de la literatura mística y no por enseñanza de las religiones prevalecientes. Esto implica en un profundo respeto por una religión "no cristiana" pero – de cualquier manera – profundamente "crística".
El segundo aspecto que el brahmanismo refuerza es el de la inmortalidad a través de las reencarnaciones sucesivas. Cada una de éstas es determinada por circunstancias compensatorias – positivas y negativas, en diversos grados – vinculadas con los actos realizados en las existencias anteriores; este saldo cósmico es llamado de carma. Así el carma negativo rodará de encarnación en encarnación, creciendo o disminuyendo según nuestro comportamiento. Cada reencarnación implica en nuevos sufrimientos, ¿habrá pues alguna forma de escapar de esta rueda penosa?
El brahmanismo enseña – como ya fue dicho – que "la salvación" solo puede ocurrir a través del conocimiento y el conocimiento supremo es la comprensión íntima de la identidad de Brahman y Atman, o sea la unión mística entre el Alma individualizada y el Ser Universal. Alcanzado este punto y compensado el carma negativo, la rueda de las encarnaciones deja de girar para aquel individuo, que deja de ser un individuo para disolverse definitivamente en Brahman en ocasión de su muerte.
== HINDUÍSMO. Los brahmanes, igual que los sacerdotes más modernos, eran los detentores del conocimiento que se necesitaría para la "salvación"; así siendo, acaban ejerciendo sobre toda la sociedad hindú una dominación bastante pesada. Esto lleva a antagonismos representados por nuevas filosofías religiosas como el Hinduismo y sobre todo el Budismo, creadas alrededor de 500 A.C. Así los sacerdotes manteniendo los textos sagrados clásicos – Vedas, Brahmanas y Upanishads – agregan otros nuevos: los Puranas, el Mahabarata, cuya parte más conocida y más bella es el Bhagavad-Gita (El Canto del Señor) que celebra al dios Krishna, y el Ramayana.
El Hinduismo nos trae en lugar de Brahman, el principio fundamental del Universo, una tríada de dioses, o mejor dicho el Uno dividiéndose en tres, o sea la Trinidad, compuesta por Brahma (el Padre), Vishnu (el Hijo) y Shiva (la Naturaleza, la Madre Divina). Pero esto que expresamos no surge con claridad, más bien está escondido en fábulas, leyendas y símbolos extraños. El observador superficial al percibir esto piensa que se trata de una religión atrasada o degenerada, pero esto son apenas concesiones a las creencias populares, siendo esta una de las religiones donde el contraste entre los círculos externo e interno son más impresionantes.
En efecto, junto con cultos populares de bajo nivel, el Hinduismo escrito, contenido en aquellos libros maravillosos muestra un altísimo nivel espiritual, difícil de superar. De esta manera consigue mantenerse vivo y amado, tanto por las élites espiritualizadas como por los humildes, las mujeres y los parias, a los cuales el brahmanismo no había dejado lugar. La salvación no acontecerá por el conocimiento y sí por el Amor; así la devoción pasa a ser el elemento básico. Se debe tener fe y amar ese salvador divino.
A este respecto, la similitud del Hinduismo con los principios cristianos es notable. Debe recordarse, por ejemplo que el Bhagavad-Gita fue escrito apenas 200 años antes de la llegada del Cristo y en cierta forma parece ser una anticipación – por lo menos – conceptual de la misma.
Vishnu – el Hijo – según el Hinduismo encarnó varias veces para salvar al mundo. La más popular de sus encarnaciones es Krishna, amado por los humildes y por los poderosos. Él es Dios hecho carne para salvar a la Humanidad por amor, ya no por el sacrificio (vedismo) ni por el conocimiento (brahmanismo). Esto es un lenguaje que nos es familiar, sólo que fue escrito antes que el Maestro Jesús desarrollara su misión.
Por otra parte, hay una serie aparentemente desconcertante de coincidencias, no sólo en los nombres de las encarnaciones de la Segunda Persona de la Trinidad (Khrisna, Cristo) y sí en las leyendas relativas al nacimiento de ambos, como es contada en los libros sagrados. En efecto: Krishna – según se cuenta – nació en un establo, de una virgen llamada Devaki ("Virgen y madre, un hijo nacerá de ti, que será el salvador del mundo"… "Iluminada por el Espíritu de los mundos, perdió el conocimiento y en el olvido de la tierra, en una felicidad sin límites, concibió al niño divino").
También Krishna fue perseguido por un rey malvado, Kansa, su propio tío, que para hacerlo desaparecer masacra gran cantidad de niños; salvado por casualidad, en vez de carpintero fue un simple cuidador de animales; con todo, un día al ser llevado al templo espanta a los brahmanes con su profunda sabiduría
Otro detalle impresionante es su muerte. Krishna dice: "Es preciso que el hijo de Mahadeva (Dios) muera atravesado por una flecha, para que el mundo crea en su palabra". Así él se deja capturar, y que lo maten a flechazos.
== BUDISMO. Buda nació como el príncipe Sidarta Gautama alrededor de 550 A.C. en el sur del Nepal. Insatisfecho con el formalismo de la religión brahmánica y dispuesto a encontrar una explicación para el sufrimiento humano, abandonó el palacio real y su familia, viviendo como ermitaño durante siete años, al cabo de los cuales y después de siete semanas de meditación bajo un árbol de bo (una especie de higuera sagrada) recibió la Iluminación, cuyo mensaje básico era el de que el sufrimiento es debido al apego que tenemos por las cosas del mundo y que puede ser superado a través de disciplina mental firme y correcta forma de vida, transitando el "camino del medio". Son también fundamentales "las cuatro verdades" y los "ocho caminos".
En verdad, las enseñanzas budistas se asemejan más a una escuela ética y filosófica que a una nueva religión, pues no hay una figura divina para adorar. El propio Buda ni sus discípulos directos nunca lo proclamaron como un ser divino; él era solo un hombre, con todo era un hombre impregnado de grandeza y excelsitud pues era "el Iluminado". Esto no significa que Buda negase la existencia de Dios, y sí que su filosofía estaba centrada exclusivamente en el comportamiento del hombre sobre la Tierra y su procura de felicidad, escapando al sufrimiento.
Ahora bien, el Nirvana, la meta ideal, no puede ser alcanzada en un abrir y cerrar de ojos. Una vida no es suficiente para la inmensa mayoría de las personas; es pues necesario vivir varias veces, por lo que aquí se vuelve a una idea central en las religiones antiguas más desarrolladas: la doctrina de la reencarnación. Esto es inevitable, porque la Sabiduría Antigua, enseñada por la Gran Fraternidad Blanca a sus adeptos en sus templos secretos durante milenios, tiene como una de sus piedras angulares básicas a esta doctrina.
De este modo, la ley del Carma o de Compensación (Ver Bonilla, 4) pasa a ser un eje fundamental de la doctrina budista: cuanto más recta sea nuestra vida, menos encarnaciones tendremos que vivir y en ellas sufrir hasta alcanzar el Nirvana, liberándonos así de la "rueda de la vida (material)" definitivamente.
Agrega Schuré (3): "Varias contradicciones indican la debilidad del budismo como sistema cósmico, pero aun así ha ejercido profunda influencia sobre Occidente. Esta fuerza le proviene del hecho que fue Buda el primero en divulgar la doctrina que los brahmanes pronunciaban a media voz en el velado secreto de sus templos. Esta doctrina es el verdadero misterio de la India, el arcano de su sabiduría: es la doctrina de la pluralidad de las existencias y el misterio de la reencarnación".
Es importante saber que el Rey Asoka, protector del budismo, envió alrededor de 250 A.C. misionarios a Grecia, Siria y Egipto, por lo que influencias budistas se derramaron sobre aquellas culturas, incluyendo la Fraternidad de los esenios. Y los esenios fueron los instructores de Jesús. Por aquí se pueden ver los canales secretos de la Religión Cósmica.
Religión Judaica
El libro sagrado básico de la religión judaica es el Antiguo Testamento, primera parte de la Biblia. Muchas personas aceptan el dogma de que la Biblia es "la palabra de Dios". Otros, admiten que ella por lo menos es originada por una "inspiración divina". En verdad, ambas ideas son muy diferentes: "palabra de Dios" implica en la verdad pura y absoluta; "inspiración divina" significa que sus varios autores, al escribirla, recibieron inspiración desde lo Alto. Sólo que esa supuesta inspiración debió pasar por los canales humanos representados por la mente de cada uno de aquellos, colocados en posiciones bien diferentes de evolución espiritual (y esto sin contar los errores de los traductores y las manipulaciones de los concilios).
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