Monografias.com > Otros
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Factores que dañan museos y las piezas que atesoran




Enviado por miguel ritacco




    Análisis y manejo de factores abióticos y bióticos que alteran los museos – Monografias.com

    Análisis y manejo de factores abióticos
    y bióticos que alteran los museos
    y el acebo cultural
    que atesoran

    Reducida presentación, recomendaciones ligeras y algunos tips esenciales

    Desde hace algo más de 30 años, la química, la física y la biología, junto a algunas especialidades de la ingeniería y la arquitectura, aportan su conocimiento a otras disciplinas con el fin de sumar experiencias para resolver diversas adversidades. Se busca desde estas "ciencias duras", aportar su conocimiento para resolver problemas concretos o para prevenirse de ellos.

    La contribución desde las ciencias biológicas, en este caso, recae en la identificación de dificultades generadas dentro de éste área y su resolución, como así también asesorar, capacitar y difundir el conocimiento.

    Respecto del acervo cultural, estas acciones pretenden complementar las actividades de bibliotecarios, archivistas, cartógrafos, museólogos, luthiers, coleccionistas y otros, con el fin de procurar la remediación de cuestiones relacionadas con este campo del saber.

    Según la mitología griega museion (en latín musaeum) era la casa de las musas, 9 divinidades que habitaban en el Parnaso o en el Helicón tuteladas por Apolo. Todas ellas eran hermanas y personificaban las artes y las ciencias. Así, Calíope lo era de la Poesía Épica, Clío de la HistoriaErato de la Poesía Lírica, Euterpe de la MúsicaMelpómene de la Tragedia, Polimnia de la Pantomima, Talía de la Comedia, Terpsícore de la DanzaUrania de la Astronomía. Su principal razón de ser era la protección de las artes mencionadas y la inspiración a los artistas.

    Hoy reconocemos a un museo como una institución pública o privada, permanente, abierta al público, con o sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y su desarrollo, que comunica, conserva, investiga, expone o exhibe, para el estudio y la educación, colecciones de arte, científicas, etc. con un valor cultural (Consejo Internacional de Museos [ICOM]).

    Para la prevención del daño, lo primero que hay que examinar es el lugar donde está ubicada la pieza.

    La implementación de medidas preventivas nos ayuda a garantizar el buen estado de los edificios y de los objetos que reúnen: se pretende evitar su deterioro no natural antes que se inicie este proceso dañoso.

    Factores abióticos: filtraciones de aire y agua, polvo, hollín, ceniza, gases contaminantes (ozono, amoníaco y ácido sulfhídrico, monóxido y dióxido de carbono, fluoruros, dióxido sulfuroso, óxido y dióxido de nitrógeno, etc.), radiaciones, golpes accidentales, vibraciones y otros problemas edilicios, terremotos, erupciones volcánicas, incendio, inundación, hielo, nieve, huracanes, tornados, lluvias, granizo. Su proyección hacia los objetos y edificios es muy importante y pueden ocasionar daños significativos.

    En el caso de las pinturas, la humedad (alta o baja) es la variable de daño más importante porque incide en la tela, la que puede sufrir cambios en sus dimensiones. A continuación, se observarán lesiones en la capa pictórica lo que lleva a craqueladuras, fragilidad y otras alteraciones. Cuando el soporte de la pintura es madera, ocurre lo mismo.

    El alto porcentaje de humedad facilita la aparición de hongos y bacterias, que lleva al advenimiento de manchas y a la posible destrucción de los muy higroscópicos materiales de naturaleza orgánica.

    N. del A. Humedad relativa: es la relación entre el agua presente en una unidad de volumen y la que dicha unidad debería albergar para estar saturada, por eso se expresa en porcentajes (%).

    Fotodaño (perjuicio producido por la luminiscencia): toda luz es dañina, principalmente la que emite también radiación ultravioleta e infrarroja. La energía de la luz es absorbida por todas las moléculas que componen un objeto dado y las fragmenta produciendo en estos oxidación, decoloración y oscurecimiento, se desintegran los materiales orgánicos y aparecen nuevos subproductos, generándose un tipo de daño que es acumulativo e irreversible.

    Niveles de intensidad de luz para materiales fotosensibles: < 55 lux, < 50 mil horas-lux/año. Materiales menos sensibles: 165 lux. Evitar efecto acumulativo: bajos niveles por mucho tiempo = altos niveles por poco tiempo.

    El deterioro es un fenómeno complejo que implica el cambio no deseado e irreversible de las propiedades físico-químicas y mecánicas de los materiales que componen una obra y su estética. Por actividad biológica, que ocurre cuando se presentan condiciones ambientales propiciantes, se manifiesta el biodeterioro, es decir ese escenario abiótico favorece la llegada de microorganismos (hongos y bacterias) y de organismos vertebrados (aves, murciélagos, roedores) e invertebrados (insectos y otros artrópodos). Pero cuando las condiciones en el lugar se presentan óptimas, aquellos se asentarán colonizando el edificio, las piezas y el medio en general, por lo tanto no debe alarmar la llegada de un animal potencialmente perjudicial al lugar o al objeto, el problema se inicia al establecerse o sea cuando lo coloniza.

    Biodegradación: es la destrucción o descomposición de un material dado ocasionado por la actividad de los organismos vivos. Por ejemplo, los hongos hidrolizan la hemicelulosa y se nutren de la celulosa y lignina deteriorando las obras de origen vegetal, manifestándose manchas oscuras, transformaciones en la estructura de las pinturas, acidificación, liberación de ácidos y decoloración de tintas.

    Respecto de las piezas, los sustratos susceptibles son todos de origen animal y vegetal, con los cuales se elabora mobiliario, carruajes, uniformes militares, cuadros, estatuas, …..

    Intemperismo: es un fenómeno corrosivo visible en las piezas colocadas a la intemperie y que soportan la actividad perniciosa de los factores abióticos.

    Observar las condiciones del lugar antes de establecer un museo (terrenos inundables, zonas sísmicas o con vibraciones, vegetación natural circundante, usos de esa tierra, medios de comunicación, valor de los impuestos, etc.); luego decidir.

    Evitar fluctuaciones bruscas de temperatura y humedad en salas y depósito: mantener entre 20 y 22º C (+/- 2°) y 50% (+/-5%) todo el año, día y noche.

    Los cambios de temperatura promueven agrietamientos y aparición de microorganismos. Muchas veces la gran afluencia de público, incrementa la temperatura y la humedad del lugar, por lo tanto esta situación debe regularizarse por medio de equipos de aire acondicionado.

    No pueden resolverse los problemas atendiendo sólo los valores de temperatura y humedad en el lugar.

    Los microorganismos (seres vivos microscópicos) y artrópodos (animales invertebrados con su cuerpo articulado), constituyen un conjunto de especies frecuentes que se encuentran los museos.

    Los agentes perjudiciales del reino animal no encuentran su alimento en plásticos, vidrio, metal y otros productos inorgánicos, salvo que localicen sobre esos sustratos restos materia orgánica (derrame de comestibles o bebidas azucaradas, etc.).

    Las bacterias, son entidades unicelulares, se encuentran en un rango de humedad más amplio (aproximadamente hasta el 98%; hongos: 85%), en un medio con pH entre 7 y 8 y respecto de la temperatura, ambos grupos viven aprox. entre 0° (psicrófilos) y 65° C (termófilos). Hay especies anaerobias que viven en ambientes con escaso o nulo oxígeno y son más resistentes y dañinas que los hongos.

    N. del A. El pH se expresa en una escala numérica comprendida entre 0 y 14. Se usa para determinar acidez y alcalinidad (= basicidad) de una sustancia: 1 a 6.9: ácido; 7.1 a 14, alcalino; 7.0: neutro.

    Las bacterias desarrollan una película sobre el material en el que prosperan alterando las características originales de la obra, produciendo además el fenómeno de "bioensuciamiento".

    La temperatura óptima para el desarrollo de hongos filamentosos oscila entre los 20 y 30° C, la humedad en el orden del 65% ó más y el pH 5.5. Viven en un medio con pH ácido (7).

    La humedad relativa alta en la superficie de una pieza, permite la germinación de esporas. Cuando se desarrollan producen agua metabólica que aumenta humedad y favorece la proliferación de microorganismos.

    N. del A.: el agua metabólica, que es una fuente adicional de agua que los organismos la obtienen por oxidación a partir del metabolismo de las proteínas, grasas y carbohidratos, juega un rol importante en los períodos de escasa cantidad de agua o en ambientes muy secos.

    Circunstancias que facilitan la llegada de microorganismos: temperatura < 50º C, humedad > 50 %, poca o nula circulación de aire, filtraciones de humedad y aire desde el exterior. Luego estas variables favorecen la colonización del objeto, auspiciándose la llegada de insectos y otros artrópodos que complejizan el problema. Las especies artropódicas responden a diferentes condiciones abióticas, por lo tanto y también por esto, es importante el manejo del clima interno.

    Luego de la colonización, la actividad de hongos y bacterias se ve favorecida por los siguientes factores: humedad relativa alta, fluctuaciones de temperatura y luz, naturaleza de los nutrientes del soporte, contenido de humedad del mismo, las propiedades físicas de la superficie del objeto, el pH, presencia de polvo, movimiento del aire ambiental y su grado de penetración en el objeto y las concentraciones de oxígeno y dióxido de carbono en el sitio (sala, vitrina, depósito).

    Ambos grupos de microorganismos producen enzimas (celulasas, proteasas, etc.) y ácidos orgánicos (oxálico, fumárico, acético, láctico, glucónico, glucurónico, etc.) que modifican las condiciones físico-químicas de los soportes, pigmentos, colas, etc. Los cambios de temperatura, humedad, luminosidad, naturaleza del aire y concentración de CO2, favorecen su actividad.

    Principales modalidades de detección rápida: inspección frecuente del edificio y su entorno, revisión periódica de todo su contenido, "olor a humedad" y manchas superficiales.

    Hongo activo: se observa suave y cubierto de pelusa. Al deslizar un objeto rígido sobre él, queda la superficie de la pieza manchada por el lamparón fúngico extendido.

    Hongo muerto: se observa seco y polvoso. Al pasar un cuerpo resistente arriba de él, no queda mancha en el objeto colonizado.

    Micotoxinas: son metabolitos secundarios, muy tóxicos, que engendran algunas especies de hongos y que afectan a las plantas y animales (incluidos humanos); se excluyen bacterias y otros microorganismos.

    Limpieza: utilizar paños desechables y no lavarlos cuando estén
    sucios, sino depositarlos en lugar seguro para luego quemarlos. Al limpiar un material
    poroso con hongos, asegurarnos de no dejar resto alguno en sus intersticios
    ya que a partir de un mínimo remanente, puede desarrollarse el microorganismo
    toda vez que las condiciones ambientales sean favorables.

    Fumigación preventiva no existe (contradictio in terminis): las aplicaciones se realizan para matar, por tal motivo se emplean plaguicidas (plagui, de plaga y cida, de matar: cucarachicida, raticida, fungicida, acaricida, etc.). La prevención recae en adoptar medidas (ambientales, higiénicas, etc.) que no favorecerán la aparición de hongos, insectos y otros agentes dañinos.

    Factores antrópicos (accidentales y deliberados): manipulación incorrecta de las piezas, sobrecargas de red eléctrica, desplome de los objetos, psicopáticos (robo, hurto), terrorismo (daños indiscriminados), vandalismo (daños selectivos), bajo nivel de preocupación por el cuidado, sabotajes.

    Peculiaridades de las aves (palomas, gorriones): utilizan hilos, restos
    de madera y textiles, etc. para la construcción de sus nidos; el revoloteo
    dentro de las salas produce turbulencias en el aire, dispersión de polvo
    y de ectoparásitos; son vectores de patógenos; sus deyecciones
    son muy ácidas.

    Particularidades de los roedores (ratas, ratones): alta capacidad de reproducción, se alimentan de materia orgánica y/o la utilizan para la construcción de sus nidos, al morir constituyen un importante foco de infección y son importantes vectores de gran diversidad de especies de patógenos.

    Características de los murciélagos: únicos mamíferos voladores con las patas anteriores transformadas en alas, el 70% de las especies locales son insectívoras, tienen hábitos nocturnos, pueden transportar ectoparásitos en sus pelos y en la materia fecal pueden encontrase peligrosos patógenos, mientras que la orina es muy corrosiva.

    N. del A. Plaga: desde una posición antropocéntrica, se la define como una situación en la que una población numerosa de animales (insectos, aves, roedores) ocasiona daños a los variados intereses de las personas (salud, pantas cultivadas, animales criados, recursos culturales). La denominación inicial proviene del vocablo anglosajón "pest" pero al castellanizarlo, se argumentó que la palabra resultante (peste) recordaba a las grandes catástrofes de la historia, por lo tanto se concibió esta nueva palabra plaga.

    La presencia de microorganismos favorece la llegada de insectos que contribuyen a aumentar la magnitud del problema. Las diferentes especies de insectos responden a diversas condiciones abióticas, por lo tanto también por esto, es importante el manejo del clima.

    Otras condiciones que benefician la afluencia de insectos dañinos y otros artrópodos nocivos (ácaros, ciempiés, milpiés): objetos de origen orgánico, no cuarentenar las piezas, falta de higiene, temperatura en el lugar: desde – 5 hasta 60º C, humedad ambiente: desde 18 hasta 95 %, oscuridad o penumbra, poco o ningún movimiento de personas y objetos.

    Insectos que pueden generar daños en museos y en las piezas: cucarachas, hormigas y avispas, coleópteros, grillos, moscas, lepismas, termitas y otros.

    Los insectos que dañan madera y sus derivados (llamados "celulófagos"), no requieren los nutrientes que presentan los materiales de origen animal. Lo mismo ocurre en el caso inverso.

    Los muebles y otros insumos de madera, no se "apolillan" (no son atacados por polillas). Cuando experimentan deterioro por insectos, están "carcomidos" (atacados por carcomas). Los agujeros que se encuentran en las piezas, indican el lugar por donde salió el insecto adulto, por lo tanto el daño ya fue cometido por esa larva antes de llegar al estado adulto. Salvo el agujero de salida, los gorgojos y escarabajos adultos no generan daños en este tipo de sustrato.

    Las larvas de carcoma emite sonidos que puede percibir el oído humano, al destrozar las fibras de madera y masticarla; las termitas, en cambio, no emiten sonidos perceptibles directamente.

    Las larvas de carcomas describen en la madera un derrotero serpenteado independiente. Las termitas viven en colonias por lo tanto las galerías que trazan son rectas y más sucias debido a la presencia de un tipo de "barro seco" que se ha formado por restos de madera, excrementos y cementado con la saliva que utilizan para ayudarse en la digestión de las fibras de madera. La carcoma mantiene sus galerías limpias, ya que solo se observan restos de aserrín con sus heces, complejo que expulsan al exterior y se acumulan bajo la pieza.

    Ciempiés, milpiés, bicho bolita, alacranes y arañas son carnívoros (se nutren de insectos y otros artrópodos vivos o no), por lo tanto de algún modo son nuestros aliados ya que no sólo los combaten naturalmente sino no afectan a las piezas exhibidas en el museo. Sin embargo, también, su presencia debe impulsarnos a buscar algún foco de humedad porque estos aparecen cuando esos guarismos son elevados.

    Arañas y alacranes, sólo atacan (se defienden, en realidad) a las personas o animales cuando se sienten agredidos por ellos. Son carnívoros: comen insectos y pequeños invertebrados.

    Monitoreo abiótico: se implementa para obtener información del estado ambiental de las salas, vitrinas, depósito, oficinas, baños y otros ámbitos del interior del edificio. Para esto se enciende una vela en cada sector para observar la quietud o el movimiento de la llama, caso que indicaría la ocurrencia de corrientes de aire; además contar con luxómetro, termómetro máxima-mínima, higrómetro y medidor de vibraciones, al menos.

    Para determinar presencia/ausencia de organismos animales, abundancia, dinámica de poblaciones, períodos de ataque, densidad de poblaciones y otros parámetros, se implementa el monitoreo biológico. Consiste en la instalación de trampas con atrayentes (trampeo) dentro de un perímetro y de observar el estado de los objetos, soportes, etc., para definir su situación (muestreo). A partir de esta información, el personal responsable adoptará las medidas correctivas más convenientes.

    Gestión biológica o natural (antes llamada "control biológico" de insectos dañinos y luego "manejo biológico") realizado por: artrópodos predadores (arañas y escorpiones, ciempiés, milpiés, algunos coleópteros que comen a otros insectos), insectos parasitoides (pequeñas avispas que ponen huevos en los cuerpos de otros insectos) y entomopatógenos (hongos, bacterias, nematodos, virus y otros microorganismos que enferman a insectos). Si bien es un método que puede ser usado con relativo éxito, no se aconseja su empleo en museos porque los artrópodos que se liberen pueden causar repulsión en las personas.

    Procedimientos químicos (antes "control químico"). Historia resumida: 1867, arsénico + plomo; 1882, caldo bordelés (sulfato de cobre + cal); 1939 dicloro difenil tricloroetano, un organoclorado (lleva cloro en su composición) sintetizado en 1874; 1945, otros organoclorados; 1950, organofosforados (ésteres fosforados derivados del ácido fosfórico); 1969, carbamatos (ésteres del ácido carbámico); 1970, piretroides (ésteres de los ácidos crisantémico y piretrico); biorracionales: inhibidores de la respiración y de la transmisión nerviosa, reguladores de crecimiento (IRC: AM e IQ), rianodina, antialimentarios, feromonas, otros.

    El dicloro difenil tricloroetano fue sintetizado por el empleado de Geigy y científico austriaco Othmar Zeidler en 1874. Sin embargo Paul Müller fue el químico suizo, quien cumpliendo directivas de la misma empresa, descubrió las propiedades del DDT para el control de mosquitos vectores de patógenos que producían malaria, fiebre amarilla y otras enfermedades, acción que significó que en 1948 se le otorgara el Premio Nobel de Medicina. Prohibición del DDT: con la aparición del libro "Primavera silenciosa" en 1962 y cuya autoría pertenece a Rachel Carson, quedaron expuestas las primeras evidencias sobre los efectos nocivos de este plaguicida: se acumula en los tejidos grasos, es soluble en disolventes orgánicos, casi insoluble en agua y su descomposición le demanda excesivo tiempo. El uso del DDT fue denegado en 1972.

    Ventajas de la lucha química (uso de plaguicidas químicos sintéticos): es el procedimiento de combate que, dentro de este grupo y bien aplicado, más rápidamente produce la muerte del existente agente causal del daño.

    Inconvenientes: peligroso para la salud del aplicador (por incorrecto empleo) y siempre para la integridad de la pieza, actúa luego de impactar sobre el animal, pueden encontrarse residuos en objetos, contamina el ambiente, su uso generalizado enmascara otros problemas, no son específicos, estimulan la aparición de otras poblaciones o plagas secundarias, en general no se respeta la distancia boquilla del equipo aplicador – objeto, alto costo económico del producto y de la aplicación (sólo por personas capacitadas y autorizadas), no se considera el tiempo de decaimiento del principio activo.

    Uso correcto: identificar la plaga, selección del producto terápico y dosis a aplicar, empleo oportuno, condiciones ambientales favorables, equipo y forma de aplicación, entre otras amedidas.

    Uso correcto de fungicidas y bactericidas químicos: localizar
    todos los objetos afectados, usar aspiradora para remover microorganismos remanentes
    antes de su aplicación y no intervenir sobre los mismos para evitar la
    diseminación de esporas, aislar las piezas atacadas y colocarlas dentro
    de bolsas de plástico, buscar la fuente de la humedad y solucionar el
    problema, las personas entrenadas y autorizadas para su aplicación deberán
    respetar las instrucciones citadas en la etiqueta del envase del producto y
    el prospecto, evitar su inhalación (usar mascara, guantes y otros elementos
    de seguridad antes y durante la aplicación), el mal uso puede generar
    enfermedades en personas sensibles, evitar abusos, dejar el producto en su recipiente
    original (no trasvasar) con su etiqueta original, almacenar en lugar seguro,
    recipientes vacíos: enjuagar 3 veces y luego destruir o producirle agujeros
    para no reutilizar; como algunos fungicidas y bactericidas están formulados
    a base de solventes, hay que tener cuidado con las piezas del museo; agregar
    datos curativos a la historia del material tratado; en caso de inundación,
    secar el ambiente con ventiladores que den al exterior y frizar las piezas;
    nunca calefaccionar.

    Insecticidas vegetales: sus principios activos se obtienen de las plantas como el aceite de neem (o nim o margosa: se obtiene de la planta Azadirachta indica), que si bien puede ser usado con relativo éxito contra varias especies, no se aconseja su uso en museos por su propiedad oleosa; otros productos de este origen son: nicotina, pelitre, cebadilla, rotenona, piretina o piretro, azadirachtina, etc.

    Insecticidas minerales: son polvos inorgánicos (tierra de diatomeas, caolín, alúmina nanoestructurada, etc) y otros.

    Insecticidas naturales u otras medidas ("manejo cultural"):

    Cucarachicidas: 1) ácido bórico con harina blanca o azúcar o fécula o leche condensada (1:3); 2) azúcar y bicarbonato de sodio; 3) derramar agua hirviendo en tuberías y desagües con frecuencia.

    Contra insectos voladores: cortar una botella de plástico por el medio. Colocar agua caliente (no muy caliente porque el plástico no lo tolera) y azúcar en la parte inferior. Cuando el agua se enfrió, agregar (sin mezclar) levadura de cerveza fresca. Luego insertar la mitad superior de la botella dentro la inferior. Envolver la parte subyacente de la botella con un paño oscuro y el dióxido de carbono producido atraerá a los insectos voladores quienes podrán entrar fácilmente, pero resultará muy dificultosa la salida.

    Contra lepismas (pez de plata, rapaz de fuego): 1) enrollar una hoja de diario; humedecerla y dejarla durante la noche en sitios donde hemos detectado la presencia de lepismas para que ingresen a tal cilindro. A la mañana siguiente tomar ese rollo, comprimirlo en los extremos y quemarlo. 2) Esparcir viruta de cedro por lugares donde se los ve deambulando (por ej. contra las paredes). 3) Pulverizar con jugo de limón o lavanda. Siempre sellar grietas de las paredes o zócalos.

    Contra hormigas: 1) pulverizar con detergente + bicarbonato de sodio o con aceites esenciales (de limón, de menta, de eucalipto, de lavanda, de cedro) o con vinagre blanco mezclado con agua (1:1). 2) Colocar jugo de limón en los bordes exteriores del edificio. 3) Trampas con pegamento. 4) Barrer con frecuencia. 5) Crear barreras (líneas de carbón en polvo, tiza molida, cúrcuma, canela, aceite de frutas cítricas, pimienta negra, vaselina, talco para bebés, polvo limpiador; tierra de diatomeas). 6) Colocar café molido o arroz partido en las puertas de los hormigueros.

    Repelentes naturales: laurel, lavanda, clavo de olor, alcanfor, menta. Elegir alguno y disponer en bolsitas permeables; renovar cada 10 días.

    Contra los hongos: mantener temperatura y humedad bajas + limpieza + revisiones (1 vez/semana). Cuando el aire está en movimiento, se dificulta la colonización, por lo tanto hay que establecer pautas respecto de la cantidad de veces/día que se debe ventilar una sala, vitrina o depósito.

    El vinagre (producto de la fermentación del vino aunque puede proceder también de la malta, frutas y el arroz) es bastante efectivo a la hora de quitar el moho de una superficie no porosa. Estos productos deshidratan los hongos y desnaturalizan sus proteínas. Trabajar con prudencia para proteger las piezas del museo.

    Los insecticidas en aerosol que se venden el mercado, matan a todos los insectos y, además, a otros artrópodos. No es técnicamente cierto que los que indican en su rótulo que sirven para matar una determinada especie, no maten a otras. Por lo tanto, esta información obedece a un fin comercial.

    Procedimientos físicos: radiación infrarroja, ultravioleta,
    ionizante, microondas, ultrasonido, anoxia, insecticidas eléctricos.
    Si bien son procedimientos viables en muchos casos, habrá que estudiar
    detenidamente cada situación (tipo de daño, estado del material,
    etc.) antes de aplicar. Recordemos que este material está atacado y dañado,
    por tal motivo hay que proceder. Esta situación de debilidad los hace
    entonces, más vulnerables a cualquier medida que se aplique. Consultar
    a idóneos en estos campos antes de decidir.

    Métodos de secado: al aire, por congelación, por congelación al vacío. Consultar a idóneos en esta área antes de decidir.

    La temperatura alta para secado produce: descomposición progresiva de materia orgánica, desintegración de papel ácido, fotos color y películas de acetato, alteración de colores en telas, migración de grasas y aceites de un componente untuoso a otros, daño químico y físico acumulativo.

    Control de la luminosidad proveniente del exterior: instalar cortinas americanas (PVC o aluminio) y/o adherir láminas de film poliéster a los vidrios (absorbe las radiaciones ultravioleta remanentes y las disipa en forma de calor).

    En caso de inundación, el agua se presenta muy contaminada por lo tanto esas impurezas se fijarán en el material del museo y en el edificio; cuando ocurre un incendio, el efecto es muy parecido, porque se suma a la suciedad (aunque sea mínima) del lugar y de las piezas.

    Instalar carteles de seguridad y extintores de incendio en el edificio según protocolos municipales. Disponer de botiquín para primeros auxilios. Entrenar algunas personas del plantel en procedimientos de reanimación cardiopulmonar (RCP) y otros.

    Acciones generales: no comer en interior del edificio; no disponer de plantas (vivas o muertas) ni mascotas; colocar tela mosquitera en rejillas de pisos, paredes y techos; alfombra antiestática en la entrada del edificio; control de espacios puerta-piso, puerta-puerta, puerta-marco, etc. y cerrar con burletes; usar iluminación LED (Light-Emitting-Diode): la radiación ultravioleta y la infrarroja no son necesarias para ver y son muy dañinas; no descuidar los depósitos; capacitación permanente de todo el personal del museo; monitoreo constante; no usar ventiladores de techo; no colocar estanterías con piezas próximas a paredes que dan al exterior o con caños en su interior; retirar los caños (en uso o no) que se encuentran dentro de las paredes; no acumular residuos inorgánicos ni orgánicos; no baldear para evitar encharcamientos; limpieza seca y no violenta de las piezas con paños antiestáticos, aspiradora con microfiltro, con filtros HEPA (Higt Efficiency Particle Arresting) o con trampa de agua; revisión rigurosa de las piezas antes de ingresarlas por primera vez al museo, limpiarlas con aspiradora orientada hacia el exterior y depositarlas en una sala vacía destinada exclusivamente para cuarentena: guardar allí el material a 25° C y oscuridad, luego ingresar 1 vez/semana y durante 4 semanas para buscar insectos adultos que pudieran haber emergido del material en paredes, piso o sobre el mismo. Cuando el resultado sea positivo, aplicar algún método correctivo adecuado (consultar a idóneos) y si es negativo, puede ser ingresado sin riesgos biológicos a la sala. Colocar las trampas con pegamento en lugares estratégicos; emplazar bolsitas de tela permeable con silicagel o cal hidrófila en pequeños recipientes en vitrinas; instalar doble puerta (3 metros entre ambas, con alfombra) en ingresos al edificio; considerar colocar "cortina de viento"; no dejar restos de comida dentro del edificio. Ideal: no comer dentro del museo y trasladar el comedor del personal fuera de ese ámbito; fomentar el uso de contenedores herméticos; limpiar rápidamente todos y cualquier tipo de derrames; visitantes: terminantemente prohibido comer y beber en el museo; evitar la luz solar sobre las piezas; los acondicionadores de aire (2 por sala) deberán permanecer en funcionamiento constante las 24 horas y alternadamente (esto reemplaza a ventiladores), además tener en cuenta cortes de energía eléctrica y otras interrupciones accidentales o programadas; limpieza diaria de los filtros de equipos de aire acondicionado; eliminar o sellar grietas; no descuidar los depósitos; no emplear solventes.

    Otras operaciones: identificar y corregir los puntos débiles; identificar las emergencias probables, planificar las respuestas e indicar al personal cómo proceder ante la ocurrencia; individualizar las zonas de riesgo: perímetro externo y zonas internas; el edificio debe contar con una sala de alta seguridad para objetos valiosos y limitar estrictamente su ingreso; instalar rejas en ventanas y puertas; cerrojos y bisagras resistentes; todas las personas entrarán y saldrán del edificio sólo por 1 puerta, siempre vigilada; cuando el edificio tenga fácil acceso, colocar las colecciones valiosas en una sala cerrada con llave, sin ventanas, con una puerta sólida que abra hacia fuera y limitar el ingreso de visitantes; colocar un sistema de seguridad en las puertas (ej. campanillas, "llamadores de ángeles"); personal de seguridad debe hacer recorridas no regulares (no a horas fijas) después del cierre; impedir el retiro de llaves o sus copias; cambiar periódicamente y de modo inesperado las combinaciones; hacer participar a todo el personal de las planificaciones y consultarlos a cerca de mejoras en el sistema; el supervisor de la sala no debe permanecer sentado sino caminar para vigilar y asistir al público; cuando se sospeche de una persona visitante, el jefe de seguridad le pedirá que pase a una oficina para conversar sobre la preocupación, no acusar ni forzar respuestas, mientras tanto dar aviso a la policía; en el caso del personal, observar las señales sospechosas (cambio de vida, adopción de hábitos no acordes con sus propios recursos); el edificio debe contar con 3 condiciones básicas: solidez, seguridad y comodidad; el depósito es el sitio más vulnerable, por lo tanto requiere mayor atención; la limpieza (que es una de las bases de la conservación) es una tarea sistemática y metódica que abarca todo el entorno del edificio, el inmueble en sí mismo (techos, paredes, estanterías, vitrinas, depósitos) y su contenido; las pequeñas piezas (transportables) se limpian en lugares ventilados y lejos del sitio de exhibición y usar guantes, antiparras, barbijos, guardapolvo cerrado; estanterías: limpiar desde arriba hacia abajo iniciando desde el estante superior, luego la primera repisa para lo cual hay que retirar los materiales allí apoyados, colocarlos en un lugar seguro sin alterar el orden original; adoptar las medidas preventivas (dentro y fuera del edificio) también después de las horas de trabajo; instalar alarmas de movimiento y verificar periódicamente su funcionamiento, cámaras de seguridad en sitios estratégicos y detectores de humo; puertas de emergencia; todas se abren hacia fuera; baños para visitas en lugares seguros; realizar inventarios periódicamente; según lleguen las piezas al museo, identificar, separar las valiosas de las no tanto y las primeras habrá que almacenarlas en una zona segura; los usuarios no deben tener acceso a las colecciones no inventariadas; el personal debe tener buen trato con los usuarios, no obstante siempre aplicarán las reglas; en caso de inundación u otro desastre, cambiar las condiciones del lugar e iniciar recuperación de las piezas antes de las primeras 32 horas; prevención de desastres: estudiar riesgos y enmendar situaciones riesgosas (internas y externas); planificación de desastres: buscar ayuda de especialistas, evaluar el edificio y el contexto, identificar peligros potenciales y existentes y reducirlos, determinar prioridades y elaborar un plan. Plan de prevención de 4 etapas tutelado por la máxima autoridad del mueso: monitoreo, diagnóstico, implementación de medidas correctivas y mantenimiento.

    Gestionar el apoyo desde el más alto nivel y requerir un compromiso a largo plazo.

    En síntesis: nuestra propuesta consiste en determinar ciertamente las situaciones que afectan los museos y el material que contienen. A continuación, cambiar el escenario ambiental que propicia o propiciaría la llegada de agentes nocivos (microorganismos, insectos, roedores, etc.) para evitar la colonización del sitio, es decir crear un ambiente tal como para que no puedan desarrollar sus funciones vitales y abandonen el lugar; al mismo tiempo estas nuevas medidas no dañarán las piezas ni el edificio y apoyan los postulados del confort humano. Fomentar la creación de equipos multidisciplinarios para evaluaciones técnicas.

    Mientras tanto para reducir y suprimir la presencia de agentes dañinos, a partir del estudio de su comportamiento en laboratorio y según la bibliografía confiable, hemos propuesto aquí una serie de medidas sustentables para lograr este cometido. Invitamos a aplicar esta opción amigable con el ambiente, no tóxica, muy económica, holística, de muy fácil implementación y que además no daña a los objetos del museo ni al edificio.

    Información detallada producida por este autor en www.monografias.com:

    • a) Factores ambientales que alteran los recursos culturales en museos, bibliotecas y depósitos.

    • b) Microorganismos que alteran recursos culturales en bibliotecas y archivos.

    • c) Insectos y otros artrópodos que alteran los recursos culturales en museos y bibliotecas.

    • d) El éxito de los insectos.

    • e) Animales vertebrados que dañan los recursos culturales en museos y bibliotecas.

    • f) Actividades humanas que pueden generar perjuicios en museos y bibliotecas.

    • g) Ciencia y Tecnología de las Radiaciones

    • h) Manejo del biodeterioro de recursos culturales mediante la aplicación de radiaciones ionizantes.

    • i) Biodeterioro de soporte papel y las limitaciones para su radiotratamiento.

    Radiobiología aplicada: estudios en diferentes especies artropódicas

    • j) Daño biológico de árboles y madera y su manejo

    Autor:

    Miguel Ritacco

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter