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Importancia del Trabajo Colaborativo en el Docente desde la Socioformación




Enviado por Nayeli Becerra



  1. Introducción
  2. Metodología
  3. Conclusión
  4. Referencias

Introducción

En la actualidad, la labor del docente es clave, los viejos sistemas de enseñanza tradicional han quedado desplazados, la sociedad del conocimiento demanda la formación de ciudadanos capaces de trabajar de manera colaborativa para resolver problemas del contexto manteniendo una visión global con sentido crítico (Tobón, González, Nambo & Vázquez, 2015). Esto constituye un reto en el perfil del docente por lo cual la capacitación y la formación de los educadores debe desarrollar indiscutiblemente competencias esenciales como es la colaboración.

La colaboración de los docentes resulta un aspecto dinamizador que promueve el aprendizaje en los alumnos (Rodríguez-Araya y Fontana-Hernández, 2014), resultaría imposible llegar a desarrollar esta competencia en los alumnos careciendo de ella el propio docente, por ello, los espacios escolares, las comunidades educativas y los ambientes laborales educativos deben promover la colaboración como eje prioritario.

Maldonado y Sánchez (2012) afirman que los procesos de cambio en las instituciones educativas están asociados con la idea de colectividad y colaboración, se necesita puntualizar con claridad los componentes de la colaboración entre docentes, los medios que la facilitan y entender su impacto en los procesos formativos de los alumnos, para ello se presentará dentro del presente artículo un mapa conceptual entendido de acuerdo a Pontes, Serrano, Muños y López (2011) como una "red de proposiciones entre conceptos, unidos mediante frases breves o palabras de enlace" (p.137), donde se abordará el trabajo colaborativo docente.

El objetivo del presente artículo es presentar argumentos a favor del desarrollo de la colaboración en el docente además de ideas precisas que ayuden a conseguirlo, la colaboración queda comprendida dentro del perfil del docente de hoy y es justificada desde el enfoque de la socioformación, el trabajo colaborativo requiere de contextos organizacionales que promuevan el inter-aprendizaje de manera sinérgica entre docentes (Silvano, Tobón y Vázquez, 2015) por lo cual será labor de directivos y líderes favorecerla como un aspecto prioritario de la escuela. Las sugerencias concretas ayudarán a las instituciones educativas a tener medios precisos para abonar al desarrollo de la competencia en docentes y luego entonces, conseguirla en los alumnos.

Metodología

Para la elaboración del presente artículo se empleó la herramienta digital CmapTools con la cual se presenta un mapa conceptual que desglosa el trabajo colaborativo del docente, la técnica de estudio utilizada fue el análisis documental que consiste en partir de la definición de metas específicas, formulación precisa de un problema o necesidad existente e indagación en artículos documentales que permitan aportar nuevas aproximaciones desde bases teóricas conceptuales (Arias, F.G., 2012). El análisis documental supone ahondar críticamente en conceptos y propuestas teóricas para llegar a aportaciones que cubran una necesidad nueva a abordar a través del organizador gráfico elegido.

El mapa conceptual ayudará a relacionar conceptos desde su jerarquía, una definición útil de mapa conceptual nos la da González-García (1992), "un mapa conceptual puede ser considerado como una representación visual de la jerarquía y las relaciones entre conceptos contenidas en la mente" (p.150). Partiendo del mapa se desglosará la información de manera textual para abordar las especificaciones y detalles del tema.

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Figura 1. Mapa conceptual Trabajo Colaborativo Docente.

El trabajo colaborativo ha sido una aportación estudiada con mayor énfasis por la Socioformación donde se busca organizar, comprender, adaptar y/o crear conocimientos que permitan la resolución de problemas del contexto (Tobón, González, Nambo y Vázquez, 2015), el docente debe ser capaz de entender su realidad escolar y ver a su alumno con visión global y sentido crítico para luego entonces, trabajar colaborativamente con los demás actores educativos en función de un mismo objetivo que es la formación del alumno como ciudadano dentro de la sociedad del conocimiento.

La responsabilidad del docente demanda procesos continuos de formación y ambientes abiertos a la colaboración ya que resulta esencial para la gestión del conocimiento dentro del enfoque de la socioformación (Ortega-Carbajal, Hernández-Mosqueda y Tobón-Tobón, 2015) donde se mira con especial importancia la formación integral del alumno.

El trabajo colaborativo se entiende como "el proceso mediante el cual varias personas comparten ideas, recursos y competencias para alcanzar una meta que han acordado, uniendo sus fortalezas y trabajando con comunicación asertiva" (Tobón, 2013 en Silvano, Tobón y Vázquez, 2015, p.116). En instituciones educativas, el equipo de docentes debe orientar sus esfuerzos a trabajar de ésta forma, sólo así estarán habilitados para lograr resolver los problemas que se presentan día a día con alumnos en las aulas. El desarrollo y la formación de los estudiantes implica estar capacitado para conseguir modelar y ser ejemplo de aquello que el alumno demanda, así pues, un docente con la competencia de la colaboración, podrá desarrollar en su alumno la misma competencia.

El trabajo colaborativo implica un reto pues es erróneo suponer que ya se sabe hacer y confiar suceda dentro de la institución de forma espontánea (Hernández, González y Muñoz, 2014), no siendo así, implicará para los directores escolares partir de una planeación cuidada donde se contemplen acciones y estrategias específicas a asignar entre los distintos miembros de la comunidad educativa. Silvano, Tobón y Vázquez (2015) sugieren establecer roles y actividades cuidando reconocer en el proceso, los logros obtenidos y así, generar entre los docentes, motivación y sinergía para lograr el alcance de las metas de manera efectiva.

El trabajo colaborativo implica partir de un objetivo común para luego organizar el contexto, definir roles y responsabilidades siempre cuidando el respeto a la diversidad docente y estudiantil (Gross-Martínez y Stiller-González, 2014). Dentro de una escuela la organización para el trabajo colaborativo implicará necesariamente atreverse a asumir la incertidumbre y falta del control total por parte de los directivos, lo mismo experimentan los docentes en su trabajo dentro del aula al vivir el trabajo colaborativo con sus alumnos (Navarro, González, López y Botella, 2015), por tal razón, conviene el ambiente escolar sea en sí mismo colaborativo.

La responsabilidad del director escolar como líder, radicará en asegurar el trabajo colaborativo para el logro de las metas de la institución, esto implicará apoyar a los docentes en su actuar integral contando con valores sólidos (Silvano, Tobón y Vázquez, 2015), lo primero es por tanto saber escuchar, crear una cultura de puerta abierta pues los docentes necesitan saberse escuchados con empatía, comprensión y saberse apoyados en su trabajo cotidiano. Mantener espacios de tiempo para escuchar con calma a cada docente en lo individual puede resultar complicado pero conviene ser creativos en facilitar el diálogo privado, sin prisa y natural.

Es necesario implicar a todos los miembros de la comunidad bajo un mismo objetivo común, este objetivo debe ser claro y ser comunicado a todos los implicados, también se debe transmitir el tipo de interacción esperada así como las tareas que a cada uno corresponderán, trabajar bajo un mismo objetivo es imprescindible (Hernández, González y Muñoz, 2014) para avanzar efectivamente y tener probabilidades de éxito. Se sugiere tener el objetivo a la vista de todos, comunicarlo en reuniones, recordarlo continuamente y abordarlo en diálogos cotidiandos, en la medida que todos los actores tengan conciencia de lo que se espera de ellos, será más fácil avanzar en el rumbo correcto.

El valor del ambiente escolar es grande y debe ser construido en el día a día favoreciendo siempre el intercambio, acciones concretas como; crear espacios para compartir, tener salas para dialogar, permitir momentos para intercambiar ideas, contar con momentos de planear en conjunto, facilitar las discusiones en temas laborales y profesionales, contar con plataformas que permitan charlar de forma sincrónica y asincróncia fuera del horario escolar y otras iniciativas para el docente, ayudarán a generar un ambiente abierto a la colaboración.

Los docentes aprenden mejor de forma colaborativa, dentro de sus capacitaciones se deben incluir estrategias que favorezcan la interacción entre ellos, permitan el debate y el consenso de ideas pues así se multiplican las aportaciones de cada uno y se favorece su integración (Pontes, Serrano, Muñoz y López, 2011). La interactividad entre docentes es necesaria y puede ser favorecida a través de los programas de formación donde aprendan a trabajar en equipo bajo un mismo objetivo, el mismo docente debe experimentar y apreciar las ventajas de aprender uno del otro, buscar la colaboración por encima de la competencia y atreverse a incluir actividades colaborativas con sus alumnos.

La toma de decisiones en la institución educativa debe permitir la negociación, al docente hay que invitarlo a opinar y aportar, estructuras abiertas a la colaboración transmiten mucho pues apuestan por procesos de construcción participativa, liderazgo autoorganizativo, dialógico y recursivo (Hernández-Mosqueda, Tobón y Vázquez-Antonio, 2014). La colaboración "implica resolver las dificultades y conflictos con diálogo, actitud positiva y responsabilidad frente al logro de los compromisos adquiridos" (Hernández-Mosqueda, Tobón y Vázquez-Antonio, 2014, p.93).

El docente puede desarrollar sus propias competencias, la apuesta por mejorar en colaboración responde al perfil del docente de hoy quien debe contar tanto con conocimientos propios de su disciplina, conocimientos sobre pedagogía y además, tener buenas cualidades personales (Salinas, De Benito y Lizana, 2014) traducidas en competencias para la vida. En la sociedad actual, cobran especial importancia las competencias relacionadas con el trabajo en equipo pues permiten construir aprendizajes compartiendo el protagonismo y la responsabilidad (Navarro, González, López y Botella, 2015). La colaboración es pues, indispensable en el perfil del docente hoy en día.

Conclusión

El trabajo colaborativo supone un reto diario no sólo para el docente, sino para todo director escolar o líder educativo. Comprender el valor de la colaboración como competencia esencial dentro de la sociedad del conocimiento ayuda más no garantiza el éxito, es conveniente trazar líneas de acción en cada institución educativa donde se plasmen acciones, estrategias e indicadores para vivir la colaboración entre docentes.

El valor y esfuerzo del docente es clave para llegar a cooperar e innovar en sus prácticas pedagógicas (Maldonado y Sánchez, 2012) dentro de una institución, el trabajo colaborativo implica que cada uno confíe en el otro, trabajen bajo un mismo objetivo, respeten las diferencias, eviten competir en exceso y resuelvan conflictos de manera coordinada, todo esto depende en cierta medida de la actitud del docente pero es definitivamente promovida por el ambiente escolar, por los espacios y por las acciones que el director escolar emprende.

La planificación y la organización de equipos es necesaria y para ello conviene que cada miembro de la institución aumente sus habilidades sociales (Maldonado y Sánchez, 2012), así se lograrán grandes resultados. Cada director debe tener claridad del trabajo colaborativo docente, conocer sus implicaciones y las mejores prácticas para conseguirlo, la transformación sucederá entonces trayendo grandes beneficios sociales.

Referencias

Arias, F.G. (2012). El proyecto de investigación. Introducción a la metodología científica (6a ed.). Caracas: Episteme.

González-García, F. (1992). Los mapas conceptuales de J.D. Novak como instrumentos para la investigación en didáctica de las ciencias experimentales. Revista Enseñanza de las Ciencias, 10(2). 148-158. Recuperado de: https://goo.gl/WFpgYW.

Gross-Martínez, M., & Stiller-González, L. (2014). Experiencia de trabajo colaborativo: Formación del personal docente universitario para la diversidad. Revista de Ciencias Sociales, 1(143), 31-41. Recuperada de: https://goo.gl/8MaEoV.

Hernández-Mosqueda, J., Tobón, S., & Vázquez-Antonio, J. (2014). Estudio conceptual de la docencia socioformativa. Revista Ra Ximhai, 10(5), 89-101. Recuperado de: https://goo.gl/x4R7tN.

Hernández, N., González, M., & Muñoz, P. (2014). La planificación del aprendizaje colaborativo en entornos virtuales. Grupo Comunicar, 21(42), 25-33. Recuperado de: https://goo.gl/NvookM.

Maldonado, M. & Sánchez, T. (2012). Trabajo colaborativo en el aula: experiencias desde la formación docente. Revista educare, 16(2), 93-118. Recuperado de: https://goo.gl/iUoH6h

Navarro-Soria, I., González-Gómez, C., López-Monsalve, B., & Botella-Pérez, P. (2015). Aprendizaje de contenidos académicos y desarrollo de competencias profesionales mediante prácticas didácticas centradas en el trabajo cooperativo y relaciones multidisciplinares. Revista de Investigación Educativa, 33(1), 99-117. DOI: http://dx.doi.org/10.6018/rie.33.1.183971.

Ortega-Carbajal, M., Hernández-Mosqueda, J., & Tobón-Tobón, S. (2015). Análisis documental de la gestión del conocimiento mediante la cartografía conceptual. Revista Ra Ximhai, 11(4), 141.160. Recuperado de: https://goo.gl/cYP1Jx.

Pontes, A., Serrano, R., Muñoz, J., & López, I. (2011). Innovación educativa sobre aprendizaje colaborativo en Cmaptools en la formación inicial docente. Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa, 4(2), 137-154. Recuperado de: https://goo.gl/K13BbL.

Rodríguez-Araya, M., & Fontana-Hernández, A. (2014). La estrategia de trabajo colaborativo del proyecto UNA Educación de Calidad de la Universidad Nacional de Costa Rica: Experiencia de la modalidad de talleres. Revista Electrónica Educare, 18(1), 193-218. Recuperado de: https://goo.gl/tuZ85K.

Salinas, J., De Benito, B., & Lizana, A. (2014). Competencias docentes para los nuevos escenarios de aprendizaje. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 28(1), 145-163. Recuperado de: https://goo.gl/jePMRN.

Silvano, J., Tobón, S., & Vázquez, J. (2015). Estudio del liderazgo socioformativo mediante la cartografía conceptual. Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa, 8(2), 105-128. Recuperado de: https://goo.gl/1UUVZZ.

Tobón, S., González, L., Nambo, J., & Vázquez, J. (2015). La socioformación: un estudio conceptual. Revista Paradigma, 36(1), 7-29. Recuperado de: https://goo.gl/1oTm9c.

Centro Universitario CIFE.

 

 

 

Autor:

Nayelli Becerra-Pérez.

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