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Algunas consideraciones acerca de los piercings orales (página 2)




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Partes: 1, 2

tido puramente
estético (1,12). En el antiguo Egipto un pendiente en el
ombligo signifi- caba formar parte de la realeza. En la
época romana los centuriones llevaban piercings en el
pezón como símbolo de virilidad y coraje. En los
templos Mayas y Aztecas los sacerdotes se colocaban un piercing
en la lengua como signo de comunicación con los dio- ses.
Los esquimales y los Aleuts colocaban piercings en el labio
inferior de las niñas recién nacidas como parte de
un ritual de purificación y en los varones adolescentes
como ritual de tránsito hacia la puber- tad. Los
materiales empleados podian ser piedras, huesos o el marfil
(1,5). En Norteamérica también formaba parte de la
tradición de la cultura Sioux (1,13) .Sin embargo, estas
prácticas fueron cayendo en desuso con las influencias del
cristianismo Europeo y Americano (1,5). Todavía en la
actualidad en algunas zonas del Tercer Mundo se utilizan
piercings orales por razones reli- giosas, tribales, sexuales o
maritales. Como ejem- plos, la tribu Surma de Etiopía se
coloca grandes platos en el labio inferior y en igual
ubicación una tribu brasileña, los Suya, lucen
discos de madera (14) . Algunos pueblos del sur de la India se
perforan la lengua con una broca para mantener un voto de
silencio (1). En países del Primer Mundo y hacia los
años 80 estas tendencias fueron aumentando de forma verti-
ginosa entre la juventud debido a diferentes factores: grupos de
música de rock, la moda de la exagera- ción, la
anormalidad, lo monstruoso, los modelos sociales… Una encuesta
realizada en el año 2001 en la Universidad de Pace en
Pleasentville (Nueva York) desvelaba que un 51% de los
estudiantes llevaban algún tipo de piercing (excluyendo
los del lóbulo de 260/AVANCES EN
ODONTOESTOMATOLOGÍA

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La alta prevalencia de las perforaciones ha converti- do en arte
la originalidad, llegándose a perforar zonas muy poco
convencionales. Los piercings intra- orales y periorales pueden
colocarse en (1,20): – La lengua: es la zona más
usual. Se pueden hacer dos tipos de perforaciones: dorsoventral o
dorsola- teral. En la zona dorsoventral, la perforación se
rea- liza en esta dirección, normalmente es central y
suelen colocarse barbells; en partes más laterales de la
lengua y en la punta se colocan sobretodo anillos. La lengua
puede ser objeto de varias perfo- raciones en diferentes zonas
(Fig.4). En las perfo- raciones centrales, respecto a las
laterales, hay menos riesgo de sangrado si se evitan los vasos
sanguíneos mayores (1). La lengua, seguida del De Urbiola
Alís I, Viñals Iglesias H Algunas consideraciones
acerca de los piercings orales – Barbell: es una barra
limitada por dos esferas, una en cada extremo, siendo una de
ellas el cierre (1,12) (Fig. 3); las barras pueden ser rectas o
cur- vas. Normalmente se colocan en la lengua (5). Inicialmente
se mantienen con un tallo más largo y a las dos semanas
–aproximadamente- se reem- plazan por otros con el tallo
más corto (4). – Anillos: Normalmente se colocan en
los labios y menos a menudo en zonas laterales de la lengua (5).
LOCALIZACIONES ORALES Labrette Barbell Anillo Fig. 1. Tipos de
piercings. Fig. 2. Labrette. Fig. 4. Perforación
múltiple lingual. AVANCES EN
ODONTOESTOMATOLOGÍA/261 Fig. 3. Barbell.

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AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA Vol. 21 – Núm. 5 –
2005 Fig. 5. Perforación múltiple labial. labio
inferior es la zona oral donde se colocan más piercings,
con una prevalencia en Estados Unidos del 81 y 38,1%
respectivamente (6,7,21,22). El tiempo promedio de
curación de la zona perforada es de unas 4 semanas (5,32).
– El labio: puede perforarse en cualquier punto de su
perímetro alrededor del borde bermellón (1,5)
(Fig.5). Es posible encontrar anillos cerca de la comisura labial
o en el centro del labio inferior (6), pero en éste
normalmente se colocan labrettes. Las perforaciones se realizan
desde fuera hacia el interior de la cavidad oral (1).El tiempo
promedio de curación de la herida tras la
perforación es de unas 5 semanas (5). – Las mejillas
(conocidos como dimples): es una región poco utilizada
(22). La perforación llega hasta la mucosa yugal y el
piercing es externo. – El frenillo lingual: son muy poco
comunes (22). Se denominan “Web” piercing. – La
úvula: son muy raros por el elevado riesgo de
complicaciones y por la dificultad de perforarla (22); muchos
“pierciers” se niegan a colocarlos. CLÍNICA
ASOCIADA A LAS COMPLICACIONES La clínica de las
complicaciones puede presentarse durante la colocación del
piercing, poco tiempo des- 262/AVANCES EN
ODONTOESTOMATOLOGÍA TABLA 1.- COMPLICACIONES DE LOS
PIERCINGS ­ Lesiones vasculares. ­ Inflamación.
­ Dolor. ­ Lesiones nerviosas. ­ Infecciones: •
Locales. • Bacteriemia. • Transmisión de
enfermedades. • Endocarditis. • Angina de Ludwig. ­
Alergias a los metales. ­ Traumatismos y fracturas dentarias.
­ Alteraciones periodontales. ­ Acúmulo de placa
bacteriana y cálculo. ­ Malposiciones dentarias. ­
Aspiraciones-ingestiones. ­ Sialorrea. ­ Corrientes
galvánicas. ­ Alteraciones del
habla/masticación/deglución. ­ Lesiones
hiperplásticas y epitelizacion de la superficie del
piercing. pués o a largo plazo (1). Comentaremos las
princi- pales complicaciones enunciadas en la Tabla 1: 1.-
Lesiones vasculares Las hemorragias son una complicación
posible durante la perforación especialmente en un
órgano tan vascularizado como es la lengua, que contiene
la arteria y la vena lingual con sus diferentes vasos. Si la
aguja traspasa alguna estructura vascular, la hemo- rragia se
controla -en general- eficazmente, no obs- tante pueden
producirse sangrados extremos que precisen atención
sanitaria inmediata (1,8,10,12). 2.- Inflamación A las 6-8
horas tras una perforación lingual los teji- dos
circundantes empiezan a inflamarse, incremen- tándose el
proceso durante los 3-4 días siguientes. Los ganglios
submentonianos y submandibulares también pueden agrandarse
por el proceso inflama- torio. Estos efectos pueden prolongarse
algunas semanas (1).

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De Urbiola Alís I, Viñals Iglesias H Algunas
consideraciones acerca de los piercings orales so vendrá
determinado por el continuo movimiento del piercing sobre el
diente que puede provocar una fractura que ocasione finalmente
una pulpitis (1, 12). 5.- Infecciones 5.1.- Infecciones locales:
entre un 10 y un 20% de todos los piercings se infectan
localmente. Los agen- tes causales más frecuentes son los
estafilococos aureus, los estreptococos del grupo A y las pseudo-
monas (2). 5.2. Bacteriemia: Tras una colocación reciente,
se deberá solicitar atención sanitaria si aparecen
sínto- mas de bacteriemia como fiebre, escalofríos,
tem- blores y un enrojecimiento circundante a la perfora-
ción (1). 5.3.- Transmisión de enfermedades: Se han
descrito un reducido número de casos de hepatitis
fulminan- te tras la colocación de piercings (2); sin
embargo hay pocos estudios que constaten el riesgo de trans-
misión de enfermedades relacionadas con esta prác-
tica. Potencialmente la infección podría deberse a
una mala higiene, a instrumentos mal esterilizados o a un mal
aislamiento del campo local, en centros donde normalmente
también se realizan tatuajes. Podrían transmitirse
virus como el HIV, la hepatitis B, C y delta, el herpes simple,
el Epstein-Barr, infeccio- nes por cándidas o bacterias
como el tétanos, las pseudomonas, los estafilococos
aureus, los estrepto- cocos, etc..(1,2,8,10,12,24). 5.4.-
Endocarditis bacteriana: los piercings pueden provocar una grave
infección del endocardio valvular en personas que sufren
alteraciones cardíacas pre- vias (6). 5.5.- Angina de
Ludwig: es una infección bacteriana debida principalmente
a un estreptococo hemolítico. Puede presentarse
inmediatamente después de la perforación intraoral,
provocando una celulitis difusa del suelo de la boca y de la
región suprahioidea que afecta al tejido conectivo y se
extiende rápidamente a la región submadibular,
submental y sublingual. Esta infección puede dificultar el
habla la deglución y la respiración llegando a
comprometer la vida del paciente, por lo que es imprescindible un
tratamien- to urgente (1,8,12). AVANCES EN
ODONTOESTOMATOLOGÍA/263 Fig. 6. Ulceración de la
base del labrette. Una lengua edematosa debida a la
perforación con un objeto metálico, puede
dificultar la alimentación, comprometer el habla o incluso
la respiración, por la obstrucción de la vía
aérea en el caso de formarse una angina de Ludwig,
requiriendo una rápida aten- ción del profesional
(1,8,12,13,23). Los labios igual- mente pueden inflamarse tras la
colocación de un piercing. 3.- Dolor Los tejidos que
rodean la herida causada por el pier- cing, debido a la
inflamación o a la ulceración, pro- vocan dolor
(Fig.6). La inflamación y el dolor son –de hecho-
las complicaciones más frecuentes (10). El tiempo
necesario para que remitan totalmente los síntomas tras
una perforación lingual se calcula entre 3 y 5 semanas
(5). 4. Lesiones nerviosas La lengua es un órgano inervado
por diferentes pares craneales como el nervio trigémino,
el facial, el hipogloso y el glosofaríngeo. Existe el
riesgo de lesionar algún nervio durante la
colocación de pier- cing, pudiéndose alterar el
sentido del gusto o la función motora -en forma de
parestesia- según el nervio afectado. Este tipo de
lesiones son más fre- cuentes con los piercing
dorsolaterales que con los dorsoventrales, pero pueden suceder
con ambos (1,8,12). La pulpa dentaria también puede
afectarse. El proce-

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AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA Vol. 21 – Núm. 5 –
2005 6.- Alergias a los metales En función del tipo de
material del piercing puede aumentar el riesgo de irritaciones
crónicas o de hipersensibilidad al metal. Es importante
una ade- cuada elección del tipo de material para evitar
posi- bles complicaciones y una sustancia a evitar es el
níquel. Un estudio realizado por Lhotka et al. (23)
presentó una hipersensibilidad al níquel en el 18%
de hombres y en el 23% de mujeres junto con elevados
índices de hipersensibilidades a otras sustancias como el
cromo que hasta entonces formaban parte de la mayoría de
los piercings. Diversos autores con- sideran como la
reacción alérgica más común la der-
matitis de contacto, dónde el níquel y cobalto
juegan un papel importante (23,25). Según una directiva de
la Unión Europea, a media- dos de la década de los
noventa, se restringió el uso de níquel en todos
los productos que estuvieran en contacto directo con los tejidos
humanos (23). Las sustancias metálicas más inertes
y menos tóxicas ini- cialmente recomendadas para formar
parte de los piercings eran el oro de 14K o 18K, el niobium, el
acero inoxidable y el titanio (2). El acero inoxidable ha
demostrado una buena biocompatibilidad, pero una de sus
principales limitaciones en el uso clínico es su tendencia
a la corrosión por su contenido en cromo y niquel,
elementos bien conocidos por sus efectos tóxicos y
carcinogenéticos. Sin embargo el acero inoxidable conserva
aún un importante lugar en la fabricación de
piercings con un baño dorado. El oro es un material bien
aceptado al tener una escasa o nula toxicidad, sin embargo
algunos com- ponentes pueden presentar cierta alergia o toxicidad
en determinadas personas. Especialmente el titanio no presenta
citotoxicidad y tiene una elevada resis- tencia a la
corrosión en contacto con los fluidos orgánicos,
siendo un material recomendable en la fabricación de los
piercings (25). 7.- Traumatismos y fracturas dentarias Son las
lesiones más frecuentes descritas por el uso de los
piercings intraorales (5,22). El hábito de empujar y jugar
con el pendiente contra los dientes o, simplemente, el hecho de
tener un objeto extraño en la boca puede ocasionar
fracturas, fisuras, abra- siones o desprendimientos de
espículas de esmalte (chipping) provocando
–sobretodo si existe implica- 264/AVANCES EN
ODONTOESTOMATOLOGÍA Fig. 7. Fracturas dentarias
múltiples. ción pulpar- sensibilidades a
substancias frías o dul- ces y la aparición de
dolor al ejercer una presión en el diente afectado
(1,8,13,22) (Fig. 7). De Moore et al. (12) registraron en un 80%
de pacientes con un piercing lingual alguna pérdida en su
estructura den- taria. Las complicaciones dentarias son
más habi- tuales en los portadores de barbells linguales
(en la zona de molares e incisivos inferiores) que en los
piercings labiales (4,5). En los portadores de coronas de
porcelana o con hábitos parafuncionales como el bruxismo,
aumen- ta mucho el riesgo de fracturas o desgastes (12,13). 8.-
Alteraciones periodontales La acción reiterada del
traumatismo metálico contra el periodonto puede causar una
leve, moderada o severa recesión gingival junto a traumas
en los teji- dos vecinos (1,4,6,7,12,21,26,27) (Fig. 8). Las
lesio- nes periodontales se relacionan en un 64.3% de casos con
el uso de piercings linguales y en un 35.7% con los colocados en
el labio inferior (22). En el estudio de Brooks et al.(22) se
describen una serie de casos de recesión gingival por
piercings; los colo- cados en la lengua provocaban la
recesión en la cara lingual de los incisivos
antero-inferiores junto con un aumento en la profundidad de las
bolsas periodonta- les; los piercings colocados en el labio
inferior pro- vocaron recesiones en la cara vestibular de los
incisi- vos inferiores sin aumentar la profundidad de las bol-
sas periodontales. El desarrollo de las recesiones en

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De Urbiola Alís I, Viñals Iglesias H Algunas
consideraciones acerca de los piercings orales Fig. 8.
Recesión periodontal. la cara vestibular de los incisivos
inferiores puede desarrollarse entre los 6 meses y los dos
años tras la colocación del piercing (4). Campbell
et al. (26) establecieron una correlación entre el
número de recesiones, la longitud del tallo del barbell y
la dura- ción del uso del piercing. La recesión
gingival -a parte de problemas de índole estético-
puede provo- car una abrasión de la superficie radicular
con un aumento de la sensibilidad (4) y una predisposición
a la caries en la zona expuesta (27).En ocasiones puede aparecer
una hiperplasia de los tejidos afecta- dos con edema y dolor como
consecuencia de la lesión. 9.- Acúmulo de placa
bacteriana y formación de cálculo Kretchmer et al.
(26) describen que la perforación lingual con un barbell
puede provocar acúmulos de placa y cálculo supra y
subgingival en dientes ante- roinferiores debido a que la esfera
inferior del pier- cing contacta continuamente con los dientes.
10. Malposición dentaria En la Fig. 9 observamos una
linguoversión de dos incisivos de la arcada inferior
debido al trauma con- tinuado del labrette sobre la superficie
dentaria. La malposición se explica por un desequilibrio
de las fuerzas musculares de la lengua frente al orbicular de los
labios y el anillo del bucinador. En nuestra revi- sión de
la literatura consultada no hemos encontra- do descrita esta
alteración. Fig. 9. Malposición dentaria por trauma
continuado. 11.- Aspiraciones e ingestiones La mala
fijación del piercing puede provocar su aspi-
ración o deglución, ocasionando lesiones en el apa-
rato respiratorio o digestivo. Éstas también pueden
deberse a la manipulación durante la colocación o a
movimientos en los que se ejerce gran presión, por ejemplo
en las comidas (1). 12.- Sialorrea El contacto de un artefacto
metálico en la boca puede estimular la producción
de saliva, que incluso puede ser más fluida (12,26). El
efecto de estimula- ción salival fue descrito en 8 de 51
individuos en un estudio californiano (5). 13.- Corrientes
galvánicas Los pacientes pueden mostrar una
hipersensibilidad en las restauraciones de amalgama en contacto
con el metal del piercing (1,10,12). 14.- Alteraciones del habla,
masticación o deglución El piercing puede
obstaculizar el habla al interferir los movimientos normales de
la boca provocando defectos en la pronunciación.
También la mastica- ción y la deglución
puede estar comprometidas debi- do a la interposición del
objeto (8,12,13,26). 15.- Lesiones hiperplásicas y
epitelizaciones del piercing AVANCES EN
ODONTOESTOMATOLOGÍA/265

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tamientos alternativos a los usuarios de los mismos. Si el
portador de un piercing consulta por una infla- mación o
un dolor grave, deberemos retirar el pier- cing y prescribir un
colutorio o un gel de clorhexidi- na, un antinflamatorio
sistémico, en algunos casos dar una terapia
antibiótica, y realizar un seguimiento posterior (8). Los
efectos de la inflamación inmedia- ta tras la
colocación de un piercing pueden ser palia- dos con
enjuagues de suero salino o con los trata- 266/AVANCES EN
ODONTOESTOMATOLOGÍA AVANCES EN ODONTOESTOMATOLOGÍA
Vol. 21 – Núm. 5 – 2005 Fig. 10. Epitelización de
la superficie del piercing. La perforación de los tejidos
blandos puede cicatri- zar de forma hiperplásica (1,8). Un
factor que puede contribuir a las lesiones hiperplásicas
es el movi- miento continuado del piercing en el tejido sobre el
que se inserta (5). La herida causada por la colocación
del piercing puede evolucionar -tras varios meses- con el recu-
brimiento epitelial del mismo (Fig.10), lo que supo- ne una
complicación en el momento en que se desea retirarlo
(2,4,10). DISCUSIÓN Los dentistas deben conocer los
posibles riesgos de la colocación y el mantenimiento de
los piercings intraorales para informar a sus pacientes
(1,2,4,6,10,11,13). No obstante, no podemos igno- rar que la
población portadora de tales ornamentos es en muchas
ocasiones reacia a quitárselos (7), por lo que
también deberemos recomendar y ofrecer tra- mientos
anteriormente descritos (1).Los piercings labiales respecto a los
linguales parecen ser menos agresivos si consideramos el
número de infecciones postoperatorias tras su
colocación (5). En los casos en que la inflamación
de la lengua sea generalizada, afecte a la faringe o comprometa a
la deglución o a la vía aérea, el
tratamiento será urgente con la admi- nistración de
antibióticos y corticoides sistémicos (29). Ante
una Angina de Ludwig el tratamiento debe ser hospitalario,
enérgico y multidisciplinario, con anti- bioticoterapia
intensa acompañada de ciertas medi- das -según la
gravedad- como es el desbridamiento profiláctico de todos
los espacios afectados y el con- trol del grado de dificultad
respiratoria. Es importante pautar las medidas
profilácticas frente a la endocarditis bacteriana (Tabla
2) en aquellas per- sonas que quieran realizarse una
perforación y pre- senten alguna alteración
cardíaca susceptible (6,30). Para evitar las fracturas y
los desgastes dentarios lo ideal es recomendar al paciente la
retirada del pier- cing o como alternativa el uso de barbells
linguales de tallo más corto (5); el tratamiento
conservador deberá restaurar la superficie afectada y
realizar una endodoncia si hay afectación pulpar; tras la
restaura- ción dentaria, la fractura puede recidivar en
poco TABLA 2.- PAUTA PROFILÁCTICA FRENTE A LA ENDOCARDITIS
BACTERIANA EN ADULTOS (American Heart Association, 1997) 15 ­
Pauta estándar: Amoxicilina 2 gr, por vía oral, 1
h. antes de la intervención. ­ Alérgicos a la
Penicilina: Clindamicina 600 mg., o Cefalexina/Cefadroxilo 2 gr o
Azitromicina/Claritromicina 500 mg por vía oral 1 h.
antes. ­ Intolerancia a la vía oral: Ampicilina 2 gr,
por vía i.m. o e.v., 30 min. antes. ­ Alérgicos
a la Penicilina con intolerancia a la vía oral:
Clindamicina 600 mg por vía e.v. 30 min. antes; o
Cefazolina 1 gr im o ev. 30 min. antes.

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tiempo si no se retira el piercing o si persiste el hábi-
to de golpear y jugar con él ; es importante advertir a
los pacientes de tal posibilidad (9); en estos casos están
indicados los protectores dentales. Este con- sejo también
debe darse a los atletas usuarios de piercings intraorales (4).
Tal y como describen diversos autores (21,32), uno de los
problemas del paciente que acude al odontó- logo reside en
que no siempre lleva puesto el pier- cing que usa normalmente y
podemos encontrarnos con desgastes, roturas del esmalte de
incisivos o de molares o recesiones gingivales de difícil
explicación si no reconocemos el antecedente. Ante la
presencia de un acúmulo de placa bacteria- na,
cálculo supra o subgingival, recesiones gingiva- les y/
movilidad dentaria, deberemos aconsejar tam- bién la
retirada del piercing; además daremos ins- trucciones de
higiene oral, realizaremos una profila- xis y un raspaje y
alisado radicular en la región afec- tada con el fin de
reducir la inflamación, el sangrado gingival y la posible
pérdida de soporte óseo (31). La progresión
de la recesión gingival se detiene con la retirada del
piercing, aunque el tratamiento definitivo puede implicar la
cirugía del defecto tisular y el pos- terior control del
paciente (4,5,6,21,27). Es preciso realizar radiografías
periapicales para valorar un posi- ble ensanchamiento del espacio
del ligamento perio- dontal y/o un adelgazamiento de la
lámina dura (7). Los pocos casos en que se presente un
posible gal- vanismo, deben tratarse sustituyendo la
obturación de amalgama por una resina como el composite;
otra posibilidad es substituir el piercing metálico por
otro material, ya sean sólo las esferas o los cierres o
también la barra (12). La presencia de un piercing en la
cavidad oral puede interferir la práctica
odontológica en diferentes momentos: – Ante una
exploración radiográfica puede ser nece- sario
retirarlo ya que si es metálico representa un artefacto
radiográfico que puede impedir la visuali- zación
de algunas estructuras. Si se trata de una radiografía
panorámica debe retirarse cualquier objeto metálico
situado por encima del cuello. Los piercings de la mejilla o del
labio deben ser retira- De Urbiola Alís I, Viñals
Iglesias H Algunas consideraciones acerca de los piercings orales
dos antes de realizar radiografías periapicales o de aleta
de mordida. Frente a un artefacto radiopaco en la
radiografía deberemos plantearnos el diag- nóstico
diferencial con un piercing intraoral (1,5,12). – La
necesidad o no de retirar el piercing para una anestesia local
dependerá del criterio de cada pro- fesional. En las
anestesias tronculares -al afectar la lengua- se incrementa el
riesgo de fractura denta- ria hasta la total desaparición
de la misma. Si se requiere anestesia general para una
intervención quirúrgica existe la controversia
sobre la necesidad o no de retirar el piercing (sobretodo los
lingua- les);durante la anestesia el piercing podría ser
aspirado, traumatizar los tejidos o ser un obstácu- lo en
la intubación. Al retirarlo, un método simple para
evitar que la perforación se cierre, es la colo-
cación de un hilo de nylon o un catéter epidural
muy fino a modo de anillo (1,31,32, 33). AGRADECIMIENTOS Al Dr.
Dan Grauer Amir, por su inestimable ayuda. BIBLIOGRAFÍA
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