¿Por y para qué seguir con la misma esfera de la educacion en el siglo XXI?
EJES EDUCACIONALES
DEL DESARROLLO
SUSTENTABLE
DR: ALEJANDRO BARBA
CARRAZCO
PONENTE CONFERENCISTA
PRIMER CONGRESO DE EDUCACIÓN
AMBIENTAL PARA EL DESARROLLO SUSTENTABLE
DE LA REPÚBLICA
MEXICANA
Mayo, 2007 Los pinos México .D
.F.
Quizá lo primero sea entender ampliamente el
significado de la Educación Ambiental. Estas dos palabras
nos tienen reunidos aquí. De gran utilidad será,
dedicarnos a explorarlas.
La educación, ¿qué es?
Comenzaré considerando la educación como una
condición sin la cual no existe lo humano. Una de las
diferencias básicas de lo humano con respecto a lo
ecosistémico, es la educación. El humano depende
por completo de su proceso educativo. Esto ha sido así en
cualquier época, tiempo y circunstancia. La fauna posee un
componente de conocimiento genético, y por ende una
raíz de su actuar, que no tiene el ser humano. No todo
conocimiento de la fauna es genético, aunque sí una
parte considerable. Lo importante consiste en que la estructura
gnoseológica de la fauna es genética. Por el
contrario, ningún conocimiento humano es genético y
su estructura gnoseológica es cultural. Los humanos somos
educación.
La Educación Formal, es decir el proceso
institucionalizado del aprendizaje, no existe sola, no es un acto
in vitro. Incluso la Educación Formal ha ido
perdiendo paulatinamente, no a gusto sino a regañadientes,
su preponderancia en los valores que adoptan los educandos.
Cuando el educando aprende algo en la escuela o en la
universidad, eso que aprende está mediado por
múltiples conocimientos adquiridos en otros escenarios,
como el hogar, los amigos, los medios de comunicación,
etc. En muchos casos, el acompañamiento institucionalizado
al proceso del aprendizaje está impedido por esta
circunstancia. Es decir, por la dicotomía entre lo que el
educando aprende en la Educación Formal y lo que aprende
de otras fuentes. No se trata sólo de que los profesores
enseñen sino, y prevalentemente, de que los educandos
interioricen esos aprendizajes institucionalizados. Quizá
la única alternativa real, seria y presente en la mesa de
las opciones de esta época, sea la Educación
Ambiental. No sólo la urgencia de la crisis ambiental, no
sólo la certidumbre epistémico, sino, igualmente,
la emoción que produce el retorno a la Tierra, son
atributos que difícilmente acompañan a propuestas
pedagógicas distintas a la ambiental. La coherencia del
regreso a la Tierra asegura la fruición.
De tal manera que el concepto adecuado para acercarse a
la Educación Ambiental se sugiere a sí mismo
más amplio. En mi sentir, se parece más a lo que un
griego anterior a Platón entendería por la palabra
Paideia, que le significaría precisamente
"educación". La Educación Ambiental ha de
asimilarse más al concepto griego de Paideia, uno de cuyos
componentes es la Educación Formal, que sólo cumple
su función social si actúa en correspondencia con
otros medios para adquirir aprendizaje. Lo importante dentro del
concepto de Paideia es la imbricación, la
compenetración, entre la Educación Formal y el
aprendizaje adquirido en el contorno social. La Paideia exige una
retroalimentación y una complementariedad entre la
Educación Formal y la época.
Vale decir que la Educación Ambiental ha de ser
una Paideia que atraviese no sólo los contornos
académicos sino, igualmente, los disímiles
ámbitos sociales, tales como la familia, los amigos, la
recreación, el uso de los recursos eco sistémicos,
la adecuación propicia de los espacios laborales y
públicos, el transporte urbano, la reflexión
personal, etc.. El aprendizaje ha de traducirse, pues, en una
actitud de época. Una nueva actitud hacia el ecosistema y,
por ende, hacia los demás seres humanos. Quizá sea
más preciso decir que se trata de una nueva actitud de
cada quien consigo mismo.
A diferencia de la Educación Formal, que no
siempre es así, la Paideia es de época. Lo es en la
forma de generarla y en la elección de los contenidos. Es
decir, en su intencionalidad pedagógica. O sea, en el
núcleo que la constituye como propósito de
época. Estos aspectos son raizalmente interdependientes.
Por Educación de Época entiendo lugar, tiempo y
circunstancia donde se desarrolla el proceso de aprendizaje. No
es lo mismo aprender si se ha nacido en el Siglo XII, que si se
ha llegado a este mundo en Mexico.
Si consideramos que la Paideia es el hilo con el cual
los humanos tejemos nuestra convivencia, es oportuno preguntarnos
sobre qué trata; es decir, al respecto de cuáles
aspectos establece su preponderancia. Nuestra mirada
estará pendiente de cuánto de ambiental hay en
ello. Hablo no ya de los aspectos puntuales, como lo
específico, en cuanto a lo académico, de
enseñar matemáticas o física o esta o
aquella materia y, en cuanto a los aspectos sociales, en sus
determinabilidades derivadas de los procesos familiares, de
amistad, de trabajo, de recreación, de vivienda, de
transporte, etc…
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