Biobibliografía del poeta cubano Raúl Hernández Novás (1948-1993)
APUNTES
BIOGRÁFICOS
RAÚL HERNÁNDEZ NOVÁS nació
en la Ciudad de La Habana, el 1 de agosto de 1948 Ciudad de La
Habana y falleció en la misma ciudad el 12 de
junio de 1993. Hijo de Berta Novás
García (1917-1985) y de Restituto
Hernández Pérez (1915-1994), a pesar de ser un
niño tranquilo que poseía una excelente
educación, su infancia fue muy triste, debido a que a los
cinco años le fue descubierta una comunicación
interauricular, producto de una cardiopatía
congénita que marco definitivamente al
individuo y al poeta.1
Sobreprotegido por sus padres que temían por su
vida, Raúl desarrollo tempranamente su capacidad
intelectual. A los cinco años aprendió
a leer y comenzó a ser aficionado de los juegos de mesa,
sobre todo de aquellos en los que debía
pensar mucho para encontrar soluciones.
Rápidamente aprendió el inglés,
llegando a hacer algunas traducciones poéticas y se
convirtió en un verdadero apasionado de la
astronomía, ciencia que despertó su interés
y lo llevo a coleccionar varios volúmenes relacionados con
estos temas.
Junto a su hermana Ana María curso estudios
primarios en la escuela particular "Enrique José Varona",
donde trabajaban cuatro maestras hermanas: Eva, Victoria,
Margarita y Amanda Monreal Valdivieso, procedentes de
Camagüey.
Dueño de una singular inteligencia, el
niño se destacaba por su subrayado interés por las
diversas asignaturas impartidas, siendo elogiado por sus
resultados académicos, incluso en la asignatura de
Religión que era obligatorio cursar y aprobar.
Las maestras, profundamente religiosas y patriotas,
inculcaron a Raúl sus ideales acerca del amor religioso y
del amor patrio; s in embargo, al concluir el sexto grado, un
desagradable episodio relacionado con sus maestras y la naciente
Revolución, llevo a Raúl a decidir no continuar sus
estudios en la escuela.
Posteriormente hizo la secundaria y el preuniversitario
en la escuela "J esús Menéndez" del municipio Playa
y en el I nstituto de Marianao, respectivamente.
Operado –según la hermanadel corazón
a los 17 años, Raúl quedó
psíquicamente afectado para la realización de
actividades físicas y este tema, como el del niño
que vio morir en el hospital en los días de la
operación, también se convirtió en una
obsesión en su vida y en su obra.
La vocación literaria de Raúl
comenzó en la infancia. En 1959, a la edad de once
años escribió sus primeros poemas que, en su
mayoría, estaban relacionados con acontecimientos
revolucionarios, a través de los cuales se ejercitaba en
el aprendizaje de la métrica y de la rima. Según su
hermana, Raúl escribió un extenso poema dedicado a
Alemania que Nicolás Guillen publicó en su columna
del periódico Hoy y, por ese motivo,
recibió la visita de un funcionario de la embajada de la
entonces R.D.A que le obsequió algunos libros. Raúl
sólo tenía 12 años y ya su
texto mostraba verdaderas inquietudes poéticas de un
niño que había comenzado su aventura
literaria a través de los cuentos de Perrault y las
aventuras de Julio Verne. También cuando la familia
visitaba a Benito Novás, el adolescente Raúl
tenía la oportunidad de conocer a los clásicos de
la literatura universal en la bien nutrida biblioteca del
tío, vis iblemente entusiasmado por las cualidades y el
interés de su sobrino poeta.
Su hermana y otras personas describen al Raúl
adulto como un individuo extremadamente callado y tímido,
con marcada tendencia hacia la melancolía y los estados
depresivos, hasta el punto de tener que recurrir al uso
permanente de los psicofármacos, pero todos coinciden e su
agudo sentido del humor, su nobleza y su capacidad para perdonar
a los que le hacían daño.
En 1966 comenzó los estudios universitarios en la
especialidad de matemática, llegando a aprobar
satisfactoriamente el primer año, pero al cabo de ese
tiempo decidió cambiar la carrera, situación que
alarmó a los padres que llegaron a pensar que su hijo
perdería los estudios. No obstante, pudo ingresar en la
especialidad de Letras, graduándose en 1972 como
Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas en la
Universidad de La Habana.
Después de graduado, comenzó a trabajar en
el Centro de I nvestigaciones Literarias de la Casa de las
Américas (1972), institución donde se mantuvo hasta
sus últimos días y que sólo abandonó
durante unos meses debido a la enfermedad de su padre. En esta
institución y por su arduo y valioso trabajo como
investigador y ensayista alcanzó la categoría
científica de investigador auxiliar.
En 1982 recibió el Premio de poesía
convocado por el periódico Juventud Rebelde
por Los ríos de la mañana.
Al principio renuente a dar a conocer sus textos en
libros, los poemas escritos durante su período
universitario (1967-1971) los reunió en Enigma de las
aguas y fueron publicados gracias a su gran amigo Emilio de
Armas quien poseía una copia del cuaderno y lo
envió al concurso 13 de Marzo de la Universidad de La
Habana donde resultó premiado por un jurado integrado por
Cintio Vitier, Jesús Orta Ruíz y Omar
González. El original, que contenía los poemas
escritos entre los 19 y los 22 años, había sido
quemado por Raúl.
Elogiado por Cintio, quien vio en la obra del poeta al
gran creador que sería posteriormente, Enigma…
fue publicado en 1983, muchos años después de haber
sido escrito cuando la poesía recorría otros
caminos. Además, apareció después su segundo
libro: Da Capo, que vio la luz en 1982 y había
recibido la Primera Mención en el concurso UNEAC de
1978.
A éste le siguieron Embajador en el
horizonte (1984), Al más cercano
amigo (1987, Primera Mención UNEAC en
1981), Animal civil (1987, finalista en el
año 1986 del Certamen Literario
Latinoamericano de la Editorial Universitaria
Centroamericana (EDUCA) de Costa Rica, Premio Julián
del Casal de la UNEAC 1985 y Premio de la Critica
1987), Sonetos a Gelsomina (1991, Premio de la Critica
de ese año) y el poema "Atlas Salta" (Revista Casa de
las Américas # 188, jul.-sept., 1992, pp. 83-109),
publicado como libro en 1994 por la Colección La Rueda
Dentada de las Ediciones Unión y la Editorial Letras
Cubanas.
Por su trabajo como crítico literario en 1989 y
1990 recibió el Premio Mirta Aguirre. También por
su trabajo en la edición crítica de la
Poesía completa de César Vallejo el
Ministerio de Cultura le otorgó el Diploma como
científico más destacado del quinquenio
1986-19902.
Hacia 1992 su padre, arrastrado por la avanzada
arteriosclerosis que padecía, intentó suicidarse
cortándose las venas, nueva circunstancia que
sacudió las sensibles y deterioradas entrañas de
Raúl quien, en una hora próxima al
crepúsculo actitud muy típica de los
románticosdel sábado 12 de junio de
1993, después de tres intentos fallidos,
según pudieron comprobar los peritos, puso fin al Gran
Viaje de su vida con un disparo de revólver.
Su muerte no sólo segó un brillante
destino poético sino que estremeció las
sólidas columnas de la poesía insular,
arrebatándonos a uno de los pocos autores de su
generación capaces de reunir magistralmente en su obra el
profundo drama del hombre finisecular y un amplio conocimiento
lírico y estrófico, inusual en la literatura cubana
de los 70, 80 y 90.
Fue autor de la selección Tres poetas
centroamericanos, publicada en 1987 por la Casa
de las Américas.
Textos suyos aparecieron en las revistas Casa de las
Américas, La Gaceta de Cuba, Letras Cubanas, Unión,
Revolución y Cultura, Imagen (Caracas), El
Caimán Barbudo, entre otras y en las
antologías El Salvador en armas (Ed. Casa de las
Américas, 1984), Usted es la culpable (Ed. Abril,
1985), Anuario de poesía (Eds. Unión,
1994) y La isla poética (Eds. Unión,
1998).
Algunas de sus décimas aparecieron incluidas en
Amnios, en la antología El Salvador en
Armas publicada por la Casa de las Américas y en la
revista Cuba en el ballet.
Como Casal, Raúl se fue a dormir con los
pequeños, llevándose consigo la cruz de su estirpe.
Solamente poetas como Zenea, la Zambrana, Martí y el autor
de "Nihilismo", pulsaron como el las desgarradoras cuerdas de la
más elevada poesía. Sus libros Animal
civil y Sonetos a Gelsomina, se encuentran entre
los de mayor aliento escritos por los poetas cubanos de todas las
épocas.
NOTAS
PUNTUALES
Poeta medular, Raúl Hernández Novás
(1948-1993), transformado en mito por sus exégetas y por
los valores intrínsecos de su obra, es uno de los poetas
cubanos que mayor comunión estableció con las
esencias líricas y espirituales que envuelven nuestra I
sla. Su poesía y sus ensayos rebasan lo puramente
idealista, metafísico o materialista y se convierten en
símbolos de nuestra cubanía que va más
allá de confitados mirabeles, voluptuosos fruteríos
y alucinantes paisajes del trópico para ser una actitud
muy nuestra de asumir e interpretar la realidad y el espacio
físico que nos toca.
Hernández Novás, como uno de los
pináculos de la catedral poética nacional,
padeció la poesía, concibió su obra como una
poética del padecimiento y la enfrentó al reto de
la posteridad, sin embargo, muy poco conocemos del individuo
capaz de escribir poemas como "Sobre el nido del cuco", "Los
ríos de la mañana" y verdaderos sonetos
antológicos.
HISTORIA DE UNA
RELIQUIA FAMILIAR
Juana Pérez Estévez y Plácido
Hernández Rivero, ciudadanos de Tenerife, integraron los
numerosos grupos de emigrantes europeos que llegaron a Cuba entre
finales del siglo XI X y principios del XX.
Plácido era un hombre de elevado espíritu
y deseos de trabajar que transitó por
diversos oficios en la capital del país antes y
después de conocer en La Habana a su esposa Juana,
matrimonio del cual nacieron dos varones: Restituto y
Plácido.
Debido a los avatares económicos de la familia,
en medio de una oscura época nacional, Plácido
(padre) se vio obligado a trabajar como policía durante
algunos años del período republicano y, al concluir
sus servicios, no le fue reclamado el revólver con el que
recorría las calles habaneras para justificar su
mínimo salario, de ahí que el siniestro artefacto
se convirtió en una especie de símbolo
demoníaco que pasó de generación en
generación hasta que fue patrimonio de un gran poeta
atormentado como aquellos Casal, Zenea, Luisa Pérez y
Heredia del romanticismo y el modernismo cubanos.
Restituto, luchador clandestino contra la tiranía
de Fulgencio Batista, en una oportunidad se vio
obligado a deshacerse del arma por temor a ser delatado por uno
de sus compañeros de lucha que cayó en manos del
régimen, y le pidió a su esposa Berta
Novás que sacara el revólver de la casa. La esposa,
sin consultar a Restituto, acudió a una amiga de la
infancia que estaba casada con un alto funcionario batistiano
para que se encargara de guardar la reliquia pero, ante la
negativa que recibió como respuesta, colocó el arma
dentro de un cartucho y lo arrojó bajo un árbol
hasta que fue recuperado por Berta cuando pasó el peligro.
¡Solamente el destino puede explicar por qué nadie
encontró el revólver que estuvo todos esos
días en un lugar visible y transitado!
Al triunfar la Revolución en 1959, Restituto
comenzó a utilizar el arma para realizar
disparos al aire todos los 31 de diciembre a manera de
celebración del histórico acontecimiento que
cambió la vida del país. Muy pronto fue prohibido
este ritual debido a los riesgos que entrañaba y las
autoridades confiscaron las armas pero, el hijo de Placido
Hernández oculto su herencia que posteriormente
pasó a ser custodiada por su esposa y, con la enfermedad
de ambos, por su hijo Raúl, el joven alto y encorvado que
escribía versos, veía películas
antológicas y escuchaba música en su viejo
tocadiscos como un poseído por el fatum
griego.
CARNE DEL
MUNDO
Sólo
he venido a decir que hace el mar en la
costa
desde antiguo, y en que carroza se va
camino al sol.
R.H.N: "Sólo he venido"+
Raúl Hernández Novas nació en
Ciudad de La Habana el primero de agosto de 1948.
Hijo de Berta Novas García (1917 -1985) y de Restituto
Hernández Pérez (1915-1994), a pesar de ser un
niño tranquilo que poseía una excelente
educación, su infancia fue muy triste, debido a que a los
cinco años le fue descubierta una comunicación
interauricular, producto de una cardiopatía
congénita que marco definitivamente al individuo y al
poeta.
Sobreprotegido por sus padres que temían por su
vida, Raúl desarrollo tempranamente su
capacidad intelectual. A los cinco años aprendió a
leer y comenzó a ser aficionado de los juegos de mesa,
sobre todo de aquellos en los que debía pensar mucho para
encontrar soluciones. Rápidamente aprendió el
inglés, llegando a hacer algunas traducciones
poéticas y se convirtió en un verdadero apasionado
de la astronomía, ciencia que despertó su
interés y lo llevo a coleccionar varios volúmenes
relacionados con estos temas.
Junto a su hermana Ana María cursó
estudios primarios en la escuela particular "Enrique
José Varona", donde trabajaban cuatro maestras hermanas:
Eva, Victoria, Margarita y Amanda Monreal Valdivieso, procedentes
de Camagüey. Dueño de una singular inteligencia, el
niño se destacaba por su subrayado interés por las
diversas asignaturas impartidas, siendo elogiado por sus
resultados académicos, incluso en la asignatura de
Religión que era obligatorio cursar y aprobar.
Las maestras, profundamente religiosas y patriotas,
inculcaron a Raúl sus ideales acerca del amor
religioso y del amor patrio; sin embargo, al concluir el sexto
grado, un desagradable episodio relacionado con sus maestras y
la naciente Revolución, llevo a Raúl a
decidir no continuar sus estudios en la escuela.
Posteriormente hizo la secundaria y el preuniversitario
en la escuela "Jesús Menéndez" del
municipio Playa y en el I nstituto de Marianao, respectivamente.
Solitario y aterrorizado ante la presencia humana (como
escribió en uno de sus magníficos textos de
Sonetos a Gelsomina) desde pequeño tuvo pocos
amigos. Aproximadamente hasta 1960 los jimaguas Heriberto y Jorge
Méndez, de los que no volvió a saber
después, fueron los compañeros de juegos de los
hermanos Hernández Novas, amistad que fue muy importante
en la niñez de ambos. Hasta los 23 años, aunque ya
de manera esporádica, Raúl se relacionaba con
Ramón Rodríguez, otro de los amigos de la
infancia.
Operado del corazón a los 17 años,
Raúl quedo psíquicamente afectado para la
realización de actividades físicas y este
tema, como el del niño que vio morir en el hospital en los
días de la operación, también se
convirtió en una obsesión en su vida y en su
obra.
Severos perros han
mordido
mi corazón. Contrarios perros se
disputan mi corazón como una presa.
"El cráneo azteca", parte I I ,
Enigma de las aguas, p. 46.
y te aplaca una memoria los brincos
inconstantes
del corazón
pero en cualquier momento el
hilo
puede romperse.
"Da Capo", fragm. I V, Da Capo, p.
73.
Te has rodeado
de un corazón o una coraza
prodiga, espinosa.
"Coraza, corazón", Animal
civil, p. 18.
La vocación literaria de Raúl
comenzó en la infancia. A los once años
escribió sus primeros poemas que, en su mayoría,
estaban relacionados con acontecimientos revolucionarios, a
través de los cuales se ejercitaba en el aprendizaje de la
métrica y de la rima. Según su hermana, Raúl
escribió un extenso poema dedicado a Alemania que
Nicolás Guillen publicó en su columna del
periódico Hoy y, por ese motivo, recibió
la visita de un funcionario de la embajada de la entonces R.D.A
que le obsequió algunos libros. Raúl sólo
tenía 12 años y ya su texto mostraba
verdaderas inquietudes poéticas de un niño
que había comenzado su aventura literaria a
través de los cuentos de Perrault y las aventuras de Julio
Verne. También cuando la familia visitaba a Benito
Novás, el adolescente Raúl tenía la
oportunidad de conocer a los clásicos de la literatura
universal en la bien nutrida biblioteca del tío,
visiblemente entusiasmado por las cualidades y el interés
de su sobrino poeta.
Refiriéndose a estos años de
iniciación literaria el propio Raúl escribió
en una entrevista publicada en El Caimán
Barbudo:
Empecé a escribir en 1959 con la
Revolución triunfante, poemas políticos y
patrióticos. Me influyó mucho la poesía
popular y revolucionaria del I ndio Naborí, cuya "Marcha
triunfal del Ejército Rebelde" nos sabíamos de
memoria. Escribía formas tradicionales: décimas,
sonetos y romances […] leí por entonces La paloma de
vuelo popular, Elegías, Edición Losada, que me
impresionó mucho. Otra impresión muy grande la
recibí al leer Canción de gesta, de Neruda.
Empecé a escribir romances endecasílabos como los
que forman ese libro. 3
Desde su adolescencia, Raúl comenzó a
mostrar un tic nervioso en los ojos que, sumado a su
miopía y a su considerable estatura (en la adultez
llegó a medir un metro y noventa y cinco
centímetros) acentúo sus complejos y su baja
autoestima, apreciable en su obra lírica
posterior.
Su hermana y otras personas describen al Raúl
adulto como un individuo extremadamente callado y
tímido, con marcada tendencia hacia la melancolía y
los estados depresivos, hasta el punto de tener que recurrir al
uso permanente de los psicofármacos, pero todos coinciden
en su agudo sentido del humor, su nobleza y su capacidad para
perdonar a los que le hacían daño.
En 1966 comenzó los estudios universitarios en la
especialidad de matemática, llegando a aprobar
satisfactoriamente el primer año, pero al cabo de ese
tiempo decidió cambiar la carrera, situación que
alarmó a los padres que llegaron a pensar que su hijo
perdería los estudios. No obstante, pudo ingresar en la
especialidad de Letras, graduándose en 1972 como
Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas
en la Universidad de La Habana.
Al concluir la carrera Raúl se enamoró de
una licenciada en Física: I sabel Ferro Ramos, con la que
contrajo matrimonio y vivió un leve período, porque
su relación resulto, al decir de un amigo suyo, realmente
desastrosa y concluyó con el inmediato
divorcio.
Esta tormentosa experiencia marcó para siempre el
alma del poeta que no sólo la
describió en un conmovedor poema de su libro Da
Capo (pp. 50-51) sino que constantemente la recordó
como "la noche vacía de sus bodas" y contribuyó a
acentuar su tragedia personal al no poder concretar el amoroso
acto íntimo.
De piel blanca, espesa barba, pelo y ojos
castaños, cabellos abundantes y ondulados,
Raúl caminaba encorvado, lo cual lo hacía parecer
de menor estatura y su permanente silencio convertía en
una dificultad la comunicación con otras personas, excepto
con algunos compañeros universitarios y sus amigos Emilio
de Armas, Aramís Quintero y Ramón Cabrera Salort,
poetas como él.
Después de graduado, comenzó a trabajar en
el Centro de I nvestigaciones Literarias de la Casa
de las Américas, institución donde se mantuvo hasta
sus últimos días y que sólo abandonó
durante unos mes es debido a la enfermedad de su
padre.
Al principio renuente a dar a conocer sus textos, los
poemas escritos durante su período
universitario (1967-1971) los reunió en Enigma de las
aguas y fueron publicados gracias a su gran amigo Emilio
quien poseía una copia del cuaderno y lo envió al
concurso 13 de Marzo de la Universidad de La Habana donde
resultó premiado por un jurado integrado por Cintio
Vitier, Jesús Orta Ruíz y Omar González. El
original, que contenía los poemas escritos entre los 19 y
los 22 años, había sido quemado por
Raúl.
Elogiado por Cintio, quien vio en la obra del poeta al
gran creador que sería posteriormente, Enigma…
fue publicado en 1983, muchos años después de haber
sido escrito cuando la poesía recorría otros
caminos. Además, apareció después su segundo
libro: Da Capo, que vio la luz en 1982 y había
recibido la Primera Mención en el concurso UNEAC de
1978.
A éste le siguieron Embajador en el
horizonte (1984), Al más cercano
amigo (1987, Primera Mención UNEAC en
1981), Animal civil (1987, Premio Julián del
Casal de la UNEAC en 1985 y Premio de la Critica 1987),
Sonetos a Gelsomina (1991, Premio de la Critica de ese
año) y el poema "Atlas Salta" ( Revista Casa de las
Américas # 188, jul.-sept., 1992, pp. 83-109)
publicado como libro en
1994 por la Colección La Rueda
Dentada de la Editorial Letras Cubanas. Totalmente dependiente de
su madre, que falleció el 28 de julio de 1985, Raúl
perdió prácticamente todos sus asideros a la
existencia y las ideas suicidas que venía explicitando
desde su primer libro ("y nacer fue entonces el comienzo del
exilio | entonces, ¿para qué quiero esta dura
tierra | siempre bajo mis pies…? (p. 17) "Como el equilibrista,
que sabe que va a morir joven | o como Akileo frente al mar,
mirando a su madre por última vez" (p. 80) fueron entonces
su única obsesión. La enfermedad de su padre, su
incapacidad para enfrentar la situación económica
de la década final del siglo XX en nuestro país,
sus continuas desilusiones amorosas, transformaron negativamente
la personalidad del poeta que, a partir de entonces,
escribió muy poco y dejó de refugiarse en sus
grandes pasiones: la literatura, la música y el
cine.
Después de la muerte de la madre su hermana Ana
María, acompañada por su esposo y sus
dos hijos, pasó a vivir al apartamento del municipio
Playa, donde Raúl acariciaba sus fantasmas y
rumiaba su aplastante soledad interior y física y su
aislamiento.
Hacia 1992 su padre, arrastrado por la avanzada
arteriosclerosis que padecía, intentó
suicidarse cortándose las venas, nueva circunstancia que
sacudió las sensibles y deterioradas entrañas de
Raúl quien, en una hora próxima al
crepúsculo actitud muy típica de los
románticosdel sábado 12 de junio de
1993, después de tres intentos fallidos según
pudieron comprobar los p eritos, puso fin al Gran Viaje de su
vida con un disparo de aquella mortífera reliquia familiar
que no sólo segó un brillante destino
poético sino que estremeció las sólidas
columnas de la poesía insular, arrebatándonos a uno
de los pocos autores de su generación capaces de reunir
magistralmente en su obra el profundo drama del hombre
finisecular y un amplio conocimiento lírico y
estrófico, inusual en la literatura cubana de los 70, 80 y
90.
Como Casal, Raúl se fue a dormir con los
pequeños, llevándose cons igo la cruz
de su estirpe. Solamente poetas como Zenea, la Zambrana,
Martí y el autor de "Nihilismo", pulsaron como el las
desgarradoras cuerdas de la más elevada
poesía.
Nueve meses después de su muerte, el 29 de marzo
de 1994, falleció su padre.
CODA
Considerado injustamente por algunos "abatidos por ajeno
empeño" como un epígono de los poetas de
Orígenes, Raúl Hernández Novas pasará
a la historia literaria insular no como el gran postmoderno que
pudiera parecer sino como uno de los poetas más intensos
de los últimos años en Cuba, mérito que
no podrán quitarle sus detractores, aunque se
empeñen en urdir un cuerpo ensayístico que anule
las virtudes del autor de Animal civil y de los
Sonetos a Gelsomina, fundamentales libros que ya
están al lado de En la Calzada de Jesús del
Monte, Dador y Los Puentes durante muchas
lluvias.
EL
INTÉRPRETE; ALGUNAS INFLUENCIAS
RECONOCIBLES.
There is no end, but
addition.
Eliot
Y si yo soy el traductor de las
olas
Paz también sobre
mí.
Vicente Huidobro
El estilo es un concepto agónico. Un poeta lo
busca durante toda su vida y al final descubre que esa es su
camisa de fuerza, su muro infranqueable. El punzón de los
clásicos, al llegar la madurez, se vuelve contra el que lo
utiliza, para gloria suya o para provocarle una herida
mortal.
Es tarea ardua, émula del buscador del pajar
donde puede ocultarse su aguja perdida, realizar la
disección de una manera de escribir poesía, para
definir y estudiar objetivamente las partículas que la
integran. Sin embargo, es una experiencia sumamente interesante
intentar el estudio de la "relación dialéctica
(transferencia, repetición, error, comunicación)
con otro u otros poetas" 4
en la que, según Harold Bloom, está atrapado
todo poeta.
No se trata, por supuesto, de cazar influencias para
exhibirlas en intemporales tablillas de arcilla o para acusar a
un gran poeta de haber fundido en su ecléctica marmita
ingredientes ajenos y distantes entre sí; se pretende
meditar acerca del período fundacional del poeta como
creador, o sea, del ciclo "formación del estilo –
vida fértil del estilo – aportes del estilo a la
cultura de un espacio físico y espiritual, atendiendo a
criterios de una entidad que puede o no haber experimentado las
bondades y miserias de un modo personal de entender el universo
y, dentro de él, la Poesía.
Los hombres que han concebido grandes poemas como se
sabe no provienen de la Nada. Antes hubo poderosos
resortes líricos que posteriormente fueron pulsados por la
nueva sensibilidad de la época.
A las cualidades especiales que posee un creador hay que
sumar el influjo que las generaciones
poéticas ejercen sobre él, los implacables dictados
de la historia y de su realidad social y la dictadura de sus
preferencias que conforman, a la larga, su estilo.
En realidad no sólo en la etapa de
formación del poeta existen influencias muy fuertes sobre
él. En su vitalidad creativa caen, como solitarias y
misteriosas gotas, múltiples presencias que consolidan la
gruta dinámica y en constante transformación que es
la personalidad poética. La diferencia respecto al estado
iniciático de nombrar como si se fuera el primer hombre
sobre la tierra es que en el "limbo" prácticamente
hermético de la madurez, las influencias no operan con
idénticas fuerzas ni fines, porque llega el día en
que el Poeta se vuelve un tanto hosco respecto a la
emanación que trata de envolverlo. Ya el creador es un
individuo próximo a la plenitud (sería un eufemismo
hablar de plenitud alcanzada) y por lo tanto se considera lo que
Harold Bloom llama "poeta fuerte" y lo es, o cree
serlo y estoy nuevamente en el principio porque su estilo se
transmuta en agónica camisa de fuerza, cruz de la que es
prácticamente imposible descender.
Quizás algo parecido le sucedió a
Raúl Hernández Novás, quien después
de haber conformado un sólido rumbo
poético descubrió que ese laberinto no tenía
salida como su propia existencia. La escritura tal vez se le fue
convirtiendo en un círculo en rotación alrededor de
un punto invariable, y como esta era una de sus escasas defensas
frente a los horrores del físico mundo, intentó
regresar a la matria, al apeiron, a una estancia
anterior de suprema inocencia.
Hernández Novás era un hombre muy culto
cuyo talento manifestó en múltiples
ensayos sobre poesía y narrativa y en su propia obra
poética. Licenciado en Lengua y Literatura
Hispánicas, desde temprano dejó entrever su honda
capacidad lírica y su intuición para el estudio de
la literatura, situac ión que fue favorecida por su
incorporación como investigador al Centro de I
nvestigaciones Literarias (CI L) de la Casa de las
Américas, donde se mantuvo hasta su muerte.
Conocedor de la poesía y con una adecuada
orientación, Hernández Novás conformó
su estilo a partir del conocimiento del cine y de la
música, de la tradición literaria hispanoamericana,
de su cercanía espiritual con otras culturas, pero con un
trasfondo individual al que le confirió dramáticas
dimensiones. Diríase que asimiló símbolos
culturales, sobre todo literarios, y los asoció con su
propia vida, lo que sería en el lenguaje de los
postmodernos una apropiación consciente, hasta el punto de
establecer una especie de comensalismo simbólico, una
unidad indisoluble.
No quisiera argüir elementos –que
estánpara defender esta poética desde un punto de
vista postmoderno que me desviarían del centro del
estudio. Me limitaré a mencionar la presencia constante de
intertextualidades en la obra de R.H.N y de variantes como la
parodia y la autoparodia5, el contrapunto que se establece en
muchos de sus textos (véase, por ejemplo, "Sobre el nido
del cuco") entre referencias a otras obras de origen diverso, y
una marcada tendencia hacia lo sobreabundante, por supuesto que
con fines muy distintos de los del autor de Paradiso.
Rasgos que pudieran ser esgrimidos para justificar una posible
voluntad postmoderna, no descartada, en la poesía de
Hernández Novás, como cualidad de su
estilo.
II
Resulta prácticamente imposible definir
cómo se conforma esa manera peculiar, en este caso de
escribir poesía, de un autor. Por eso este estudio
será muy discutible y por lo tanto debe verse como
aproximación o intento de comprender los sedimentos que
hicieron posible la existencia de R.H.N en la lírica
cubana.
¿En qué orden y con qué intensidad
aparecen los progenitores del estilo poético?
¿Cuándo se puede afirmar que existe un modo
singular y maduro de erigir la arquitectura verbal en un creador?
Son preguntas bien difíciles para alguien que emprende el
estudio de una obra con escasas referencias fuera de ella misma,
no obstante, es un fértil ejercicio intelectual indagar
acerca de los orígenes de un sólido
modo de escribir poesía como fue el de R.H.N quien, al
decir de Jorge Luis Arcos, […] se convierte en un
poeta – síntesis de disímiles vertientes
poéticas. Asimila creadoramente lo mejor del
conversacionalismo, acentúa la veta existencial, incluso
asume características francamente neorrománticas, o
propias del intimismo lírico, a la vez que explaya un
discurso mitopoético y un trascendentalismo afines con el
origenismo, así como se nutre de motivos gratos a la
poesía pura, y desenvuelve una poesía de intenso
simbolismo y densidad tropológica y no le es ajeno el
poema de profunda proyección social.
6
Hernández Novás interpretó
disímiles estilos e influencias que incorporó a su
personalidad poética. Convirtió versos, fragmentos,
personajes y símbolos en parte inseparable de su obra; de
modo que no fue un pasivo intérprete de la poesía
anterior sino alguien que transformó en poética las
fuentes donde bebió y su sentido trágico del mundo.
Logró, como Darío, hallar "la palabra que huye", la
palabra asentada en la tradición y trasladó al
texto "la carne y sangre de su propio espíritu" como
pedía Antonio Machado en sus reflexiones sobre la
lírica. Para decirlo con una paráfrasis de un
párrafo de Joyce en el Ulises: el arte de
Raúl nos reveló esencias espirituales sin
forma porque fue muy sensible la profundidad de vida de la
que emergió.
Del peruano universal César Vallejo,
poesía que estudió profundamente y
prologó en 1988, H.N. no sólo adquirió
su espíritu y tono confesional sino versos que citó
explícitamente en varias oportunidades y que
parodió o usó como intertextualidades
implícitas en numerosas ocasiones.
EL PRESENTE TEXTO ES SOLO UNA SELECCION DEL TRABAJO
ORIGINAL.
PARA CONSULTAR LA MONOGRAFIA COMPLETA SELECCIONAR LA OPCION
DESCARGAR DEL MENU SUPERIOR.