En la teoría evolucionista biológica,
algunos autores definen el "atavismo", o la "regresión
filogenética", como la reaparición, en organismos
actuales o pretéritos, de características
morfológicas y/o funcionales propias de supuestos
antecesores evolutivos. Aquí el término
"regresión" es sinónimo de "retrocesión" o
"retroceso" y quiere significar una vuelta hacia atrás en
cuanto al surgimiento de rasgos evolucionarios, es decir, la
antítesis del "progreso, progresión o avance"
filogenético. No debe confundirse, el concepto de
"atavismo", con los conceptos de "estructura vestigial" y
"conducta vestigial".
NOTA:
Las nociones de ATAVISMO, CONDUCTA
VESTIGIAL Y ESTRUCTURA VESTIGIAL son puramente evolucionistas, de
manera que fuera del ámbito de la teoría evolutiva
estos conceptos carecen de significado. Por un lado, los llamados
"órganos vestigiales" se conciben como restos de
estructuras morfológicas que alguna vez fueron
útiles en los ancestros de una especie y que sin embargo
persisten visiblemente atrofiados, en mayor o menor medida, en
todos los individuos de la especie en cuestión; un
típico órgano vestigial, según los
evolucionistas, es el cóccix, presente en todos los seres
humanos normales (ver artículo G074, "hipótesis
vestigial", páginas 9 y 10). En la misma línea, se
entiende por "conductavestigial" al residuo notoriamente mermado
de un mecanismo funcional que se dio plenamente en una o
más especies de ancestros de la especie considerada, la
cual presenta el vestigio en todos sus individuos; un ejemplo,
muy esgrimido por los evolucionistas, es el fenómeno
denominado "carnedegallina", igualmente común a todos los
humanos normales (ver artículo G074, "hipótesis
vestigial", páginas 17 a 20).
Por otro lado, los "atavismos" (morfológicos y/o
funcionales) son, según los evolucionistas,
características de especies ancestrales que aparecen de
forma esporádica en algunos individuos de especies
derivadas posteriores cuando se reactivan genes que supuestamente
estaban dormidos y consecuentemente no presentaban
manifestaciones genotípicas. Como ejemplos de estos tipos
de vestigios incidentales se citan anomalías
congénitas tales como el rostro peludo en el hombre, la
cola vestigial en el hombre y las mamas vestigiales
igualmente en el hombre; empero también hay muchas otras
referencias a diferentes especies de animales, no sólo en
el hombre. El denominador común de todos estos vestigios
denominados "atavismos" es que son raros en la especie que se
considere, y sólo se manifiestan en un número
ínfimo de individuos de la especie en
cuestión.
Filogenia.
La Filogenia o Filogenética es la parte de la
biología que estudia la supuesta evolución de las
especies de forma global, en contraposición a la
Ontogenia, que estudia la hipotética evolución a
nivel de individuo. Por consiguiente, esta disciplina, al
ampararse en el supuesto evolutivo, queda completamente
vacía de contenido (o caída en el absurdo) dentro
del paradigma creacionista no evolutivo. El desarrollo de los
conocimientos en el campo de la genética ha permitido
estudiar las diferencias y similitudes en las cadenas de ADN de
las diferentes especies, y la Filogenética se ha apoderado
de estos estudios comparativos para fabricar sus argumentos
evolucionarios. Como consecuencia, la actual ciencia materialista
supone que las especies evolucionan debido a mutaciones del ADN y
que los individuos mutantes pueden ser inviables para sobrevivir
o bien pueden ser capaces de desarrollarse e incluso de adaptarse
mejor al medio que la especie de la que proceden.
NOTA:
Las moléculas de ADN son agrupaciones complejas
de muchísimos átomos, que contienen las
instrucciones para el ensamblaje de cada individuo vivo. Algunos
aspectos o fenómenos relacionados con el ADN han sido
interpretados por la ciencia materialista como evidencias a favor
de la evolución de las especies. Así, por ejemplo,
las mutaciones, que inevitablemente se producen en dichas
macromoléculas, y las similitudes genéticas
(analogías), que sin falta pueden detectarse
subjetivamente entre las cadenas de los ácidos nucleicos
(ADN y ARN) pertenecientes a diferentes especies,
han hecho que los evolucionistas se apresuren y envalentonen
simplistamente en cuanto a proclamar a los cuatro vientos las
supuestas "pruebas inequívocas" de sus
creencias.
La Filogenia ha bebido con presteza el caldo procedente
de esas "pruebas inequívocas" y ha "refinado" (en base a
ellas) su mapa ficticio de la genealogía de la vida o
"árbol filogenético", que conecta a unos seres con
otros según las supuestas relaciones de "especie-madre" a
"especie-hija", o viceversa, que se derivan de las
hipótesis evolucionarias. El sostén de la
teoría filogenética proviene fundamentalmente de la
interpretación evolutiva del fenómeno de las
mutaciones, de las supuestas "homologías"
fenotípicas (similitudes morfológicas
macroscópicas) y genotípicas (similitudes
morfológicas microscópicas o del ADN
interespecífico), del concepto erróneo de
ADNbasura y de la burda atribución
evolucionaria que se ha hecho del papel biológico que
juegan los pseudogenes.
Árbol
filogenético.
De acuerdo a la figura superior, un "árbol
filogenético" es un esquema arborescente que muestra las
supuestas relaciones evolutivas entre varias especies u otras
entidades que se cree que tienen una ascendencia común. A
diferencia de los árboles genealógicos, en los que
se utiliza información proporcionada por los familiares o
por documentos que se tienen por fidedignos, para los
árboles filogenéticos los evolucionistas se valen
de su peculiar interpretación del registro fósil,
así como de la comparación estructural
(macroscópica) y molecular (microscópica) de los
organismos.
Tanto los árboles
genealógicos como los filogenéticos tienen un
tronco y ramas, pero en los últimos se
muestran las hipotéticas relaciones evolutivas entre
especies y no entre individuos. Los árboles
filogenéticos se construyen, pues, tomando la
teoría de la evolución como un hecho
científico indiscutible; dando por verdadero que todos los
organismos son descendientes de un ancestro común: la
"protocélula". Así, para los evolucionistas
filogenéticos, todos los organismos, ya sean vivos o
extintos, se encuentran emparentados de algún modo a
través del árbol filogenético.
La teoría filogenética se
sostiene básicamente por medio de la interpretación
evolutiva del fenómeno de las mutaciones
biológicas, de la creación del concepto de
"homologías"fenotípicas (interpretación
evolucionaria de las similitudes morfológicas
macroscópicas) y genotípicas (ídem con
respecto a las similitudes morfológicas
microscópicas o del ADN interespecífico), a la
introducción de la noción errónea de
ADN-basura y a la burda atribución
evolucionaria que se ha hecho del papel biológico que
juegan los pseudogenes.
La refutación de esas 4
tergiversaciones de la realidad biológica supone erradicar
a la filogenia evolutiva del ámbito de la
ciencia fidedigna, y eso es precisamente de lo que nos ocuparemos
a continuación.
Mutación
biológica.
En el "Diccionario de la lengua española"
(Vigésima segunda edición; Real Academia
Española, 2003; Espasa Calpe, SA, 2003; Edición
electrónica, Versión 1.0) encontramos que las
palabras MUDAR y MUTAR son sinónimas y ambas provienen del
vocablo latino "mutare", el cual tiene muchas acepciones; pero
las definiciones que más nos interesan son las siguientes:
"Dar o tomar otro ser o naturaleza, otro estado, forma, lugar,
etc. Variar, cambiar. Dejar el modo de vida o el afecto que antes
se tenía, trocándolo por otro".
En el mismo diccionario se define la palabra
MUTACIÓN como "Acción y efecto de mudar o mudarse.
Alteración producida en la estructura o en el
número de los genes o de los cromosomas de un organismo,
transmisible por herencia.
Fenotipo producido por aquellas alteraciones". Estas
últimas acepciones se refieren, evidentemente, al concepto
de MUTACIÓN BIOLÓGICA: Alteración producida
en la estructura o en el número de los genes o de los
cromosomas de un organismo, transmisible por herencia. Fenotipo
(aspecto corporal a simple vista) producido por aquellas
alteraciones".
En Genética y Biología, una
"mutación" es una alteración o cambio en la
información genética de un ser vivo, que se
presenta súbita y espontáneamente y que se puede
transmitir o heredar, o no, a la descendencia. Dicha
alteración genética produce un cambio en una o
varias características del individuo, las cuales son
más o menos ostensibles a simple vista (repercusión
sobre el Fenotipo). La unidad genética capaz de mutar es
el "gen", el elemento básico de información
hereditaria, que forma parte del ADN. En los seres
multicelulares, las mutaciones sólo pueden ser heredadas
cuando afectan a las células reproductivas.
Históricamente hablando, la noción de
"mutación" se barruntaba entre los agricultores y
ganaderos, quienes observaron que de vez en cuando se
producían algunos fenómenos extraños
relacionados con la procreación de determinados ejemplares
de su posesión. Se percataron de que ciertos individuos
(animales o vegetales) presentaban manifestaciones distintas a
las esperadas en alguno de sus caracteres, y aprovecharon esta
circunstancia para mejorar las razas de animales
domésticos o sacar el mejor partido de las plantas
cultivadas.
NOTA:
El hecho de que algunas de las aparentes mutaciones o
variaciones observadas por agricultores y ganaderos en sus
especímenes vegetales o animales pudieran ser usadas para
el beneficio humano, merced a una actuación artificial que
favoreciera la incorporación de nuevas
características convenientes, confundió a Darwin,
quien tuvo como primera escuela la vida rural, entre animales
domésticos, granjeros, campos de cultivo, perros y
caballos. A sus 8 años de edad, justo después de la
muerte de su madre, ingresó oficialmente en su primer
centro de estudios infantil. La autobiografía de Darwin
recuerda esta etapa, caracterizada por la aparente lentitud para
el aprendizaje, en contraste con el interés por conocer
los detalles de la variabilidad de las plantas que poblaban los
jardines de su escuela y de su casa. De hecho, fueron las plantas
los primeros motivos de la imaginación de Charles; y en
cierta ocasión le aseguró a otro niño que
él podía producir plantas de diversos colores
regándolas tan sólo con líquidos de distinto
color.
Habiendo rehusado la carrera de médico y de
clérigo, con el consiguiente disgusto paterno,
CharlesDarwin medró como coleccionista de plantas e
insectos y fue adquiriendo cada vez más relevancia como
científico naturalista en los círculos
intelectuales de Inglaterra. Cuando contaba 22 años de
edad, su reputación era notable.
El 29 de agosto de 1831, Darwin se encontró en su
domicilio familiar con un paquete enviado desde Londres que
contenía una noticia impactante; había sido
recomendado al almirantazgo para ocupar el cargo oficial de
naturalista y compañero del capitán Fitz Roy en un
viaje científico de dos años a la Tierra del Fuego,
para luego regresar por el Oriente. El barco, el "Beagle",
zarparía a finales de septiembre de 1831 y el puesto de
naturalista no incluía salario, pero si todas las
facilidades durante el viaje y un nombramiento oficial. Darwin
obtuvo el dinero para el viaje de su padre, a instancias de su
tío.
Por complicaciones imprevistas, el barco finalmente
zarpó el 27 de diciembre de 1831, desde Devonport. La
misión principal del viaje, como el mismo Darwin
narró, era completar el estudio de las costas de la
Patagonia y de la Tierra del Fuego (estudio comenzado bajo las
ordenes del capitán King, de 1826 a 1830); levantar los
planos de las costas de Chile, Perú y de algunas islas del
Pacifico; y por último, hacer una serie de observaciones
cronométricas alrededor del mundo. El viaje fue proyectado
para dos años, pero duró cinco.
En Junio de 1834, el Beagle navegó en el
Pacífico y subió por la costa oeste de
América del Sur. Darwin tenía mucho tiempo para
leer y el hacerlo le ayudó a soportar los largos lapsos de
inactividad a bordo, pero, por otra parte, cayó bajo la
influencia de libros de autores que atacaban las viejas creencias
y de intelectuales materialistas, así como de expertos en
ciencias naturales que profesaban el escepticismo, como Lyell, de
quien devoró ávidamente la nueva edición de
los "Principios de Geología". Precisamente, tiempo
después, escribió que los "Principios de
geología" de Lyell habían cambiado su forma de
mirar el mundo, siendo una inspiración fundamental para
"El origen de las especies".
Charles tuvo la oportunidad de adentrarse
hacia los Andes y descubrir bosques petrificados a una altitud
de 3600 metros sobre el nivel del mar, así
como una inmensa capa de conchas marinas fosilizadas. Para
él, esto era una evidencia clara de que la
superficie terrestre cambiaba en el tiempo. Pensó que
fósiles y estratos dejaban ver claramente que toda la
vida, así como la estructura misma de la tierra, cambiaba
constantemente.
Después de cartografiar la costa chilena por casi
un año, Fitz Roy anunció que el Beagle
navegaría hacia el oeste, a través de los
océanos Pacífico e Índico. Esto significaba
que Darwin estaba por encontrarse con un inimaginado mundo
natural, probablemente el más espectacular de cuantos
había visto, el lugar adonde habría de
cambiar su destino como naturalista y concebir una nueva
biología: las Islas Galápagos. La última
carta enviada por Darwin desde Lima, a su primo
William, anticipaba: "tengo más interés por las
islas Galápagos que por ninguna otra parte del
viaje".
Las Islas Galápagos, descubiertas en 1535, fueron
originalmente llamadas "Las Encantadas" por los españoles,
ya que consideraban que flotaban en el mar. De hecho, las islas
emergieron en el Océano Pacífico como consecuencia
de la actividad volcánica. El archipiélago de las
Galápagos es un pequeño grupo de islas al oeste del
Ecuador, que se extienden desde las 600 millas marinas (la
más cercana al continente americano) a las 750 millas (la
más lejana al continente). Darwin arribó primero a
la Isla Chatman, parecida a una fábrica con hornos debido
a sus numerosos cráteres y su tierra caliente; la
presencia de las tortugas gigantes contrastaba con la tremenda
aridez lugar, y el naturalista inglés comentó:
"estos inmensos reptiles, rodeados de lava negra, arbustos y
cactus de grandes dimensiones me parecieron verdaderos animales
antediluvianos".
Durante los 36 días de estancia en las islas, del
17 de septiembre al 20 de Octubre de 1835, Charles colectó
y observó, como nunca antes y como nunca después,
no sólo la intrigante geología de un lugar
volcánico en medio del mar sino también el
comportamiento de una cantidad enorme de animales, tanto como los
que se podrían ver en la selva, pero en un escenario muy
diferente: un mar que competía por el azul del cielo, un
terreno que era árido y ardiente, aunque tranquilo y
extraño, lleno de una maravillosa diversidad de vida
animal, al alcance fácil de la observación
minuciosa de un naturalista y de la mano hábil de un
colector cuidadoso; un escenario digno, según Darwin, para
desvelar "misterios de misterios" o la aparición de nuevos
organismos en la tierra.
Iguanas terrestres y marinas, tortugas de
distintos tamaños y características, peces nunca
antes descritos, cormoranes únicos con las
alas atrofiadas, pingüinos ecuatoriales, focas,
pájaros bobos de pico blanco y patas azules, leones
marinos, cangrejos de color escarlata, una enorme variedad de
pinzones con sus diferentes e intrigantes picos, albatros,
alcatraces, conchas marinas, cientos de especies de plantas y
muchas con flores; todo ello en un escenario donde las distancias
separaban a las islas tan sólo 50 ó 60 millas; pero
la diversidad de formas de organismos similares resultaba en
variaciones muy alejadas unas de otras.
Ahí, en ese escenario de maravillas
naturales, ante esa "grandiosa visión de la vida", Darwin
seguramente decidió que la inmutabilidad de las especies
era insostenible ante un mundo orgánico en constante
cambio. Para él, ahora, el bello relato bíblico del
Génesis dejaría de ser creíble, al menos
literalmente. El mundo lleno de organismos tan diversos, que se
revelaba ante sus ojos y que sólo existía
ahí, no le parecía que pudiera haber sido hecho en
un solo acto de creación. Desde este momento, el origen de
las especies era una pregunta abierta en la cual pensaría,
estudiaría y resolvería, a su manera, en los
próximos 22 años.
Darwin mismo escribió sobre su breve
estancia en las Galápagos: "fue el origen de todas mis
visiones". El Beagle se había convertido, por tanto, en el
arca de un nuevo Noé darwiniano, pues en su camarote, y
mas allá del mismo (sobre la cubierta),
apenas cabían los cientos, y miles, de especímenes
colectados. El Beagle zarpó de las Galápagos el 20
de Octubre, en un viaje de 3200 millas con rumbo a Tahití
y Nueva Zelanda. Recién comenzado el año de 1836,
Darwin llegó a Sydney y vio que "era uno de los ejemplos
más claros del poder de la nación inglesa. En
veinte años, y en un país con menos recursos que
América del sur, se ha hecho mucho más de lo que se
hizo en tierras sudamericanas en veinte siglos". No obstante,
añadió una observación completamente
diferente a la anterior, al percatarse de que la población
aborigen disminuía de forma alarmante como resultado de
las enfermedades traídas por los marinos europeos, el
excesivo consumo de alcohol y la extinción de la fauna
silvestre. Charles apuntó hacia una interpretación
que posteriormente daría pábulo ideológico a
la aplastadora maquinaria del nazismo: "el más fuerte
destruye al más débil, así en la vida animal
como en la humana".
En definitiva, Darwin vio a animales y plantas de granja
y se dio cuenta de que el hombre había favorecido
características y había manipulado algunas especies
para su propia ventaja. Al ver muchas especies distintas en la
tierra y al ver semejanzas entre éstas, postuló que
la naturaleza maneja a los individuos de la misma manera que el
hombre a los animales de granja. Supuso que así como el
hombre realiza una selecciónartificial con los cultivos y
con los animales domésticos, la naturaleza hace lo mismo
mediante la denominada " selección natural". Este
simplismo en las apreciaciones, y el confundir la realidad con la
apariencia, ha sido, y es, un sarampión intelectual de
difícil erradicación, el cual, en el caso de
Darwin, se ha materializado en la "teoría de la
evolución de las especies biológicas", con un
instrumento moldeador basado en la hipotética
"selección natural" (el fuerte destruye al
débil).
El "Atlas de la Creación" de Harun
Yahya, de junio de 2007, edición española, explica,
en sus páginas 636 y 637: «Cuando
Darwin hizo conocer sus conjeturas, las disciplinas de la
genética, microbiología y bioquímica no
existían aún. Si hubiesen estado presentes, se
habría dado cuenta fácilmente que su teoría
era totalmente anticientífica y posiblemente no hubiera
presentado esos supuestos carentes de sentido. La
información que determina las especies ya existe en los
genes de éstas y es imposible que la selección
natural produzca nuevas especies a través de la
alteración de los mismos. Además, el mundo de la
ciencia de aquellos días tenía una
comprensión muy somera e imperfecta de la estructura y
funciones de la célula. Si Darwin hubiese tenido la
posibilidad de ver la célula con un microscopio
electrónico habría testimoniado la gran complejidad
y la estructura extraordinaria de sus orgánulos.
Habría contemplado con sus propios ojos que un
mínimo de variaciones en ese sistema tan complejo e
intrincado impediría su concreción,
cristalización o materialización. Si hubiese
conocido las biomatemáticas, se habría dado cuenta
que ni siquiera una simple molécula de proteína, y
muchísimo menos toda una célula, podría
haber pasado a existir de manera casual.
El avistamiento de la información
genética, arrojó la teoría de la
evolución a una gran crisis. La razón era la
increíble complejidad de la vida y la invalidez
simplista de los mecanismos evolucionistas propuestos por Darwin.
Esos cambios deberían haber arrojado la teoría de
Darwin en el basurero de la historia. Sin embargo, no
sucedió eso porque ciertos círculos materialistas
insistieron en revisarla, renovarla y elevarla a un plano
científico. Estos esfuerzos tienen sentido solamente
cuando se comprueba que por detrás de la teoría se
ubican intenciones ideológicas, antes que preocupaciones
científicas.
El estudio pormenorizado de la
célula fue solamente posible después de la
invención del microscopio electrónico.
Con los microscopios primitivos de la época de Darwin,
solamente podía observarse la superficie exterior de la
célula.
La célula es una maravilla de la
creación que asombra a los
científicos. Al ser examinada con un microscopio
electrónico, se puede observar en su interior una
estructura muy activa, semejante a la que se ve en las colmenas.
Los millones de células que mueren todos los días
en el cuerpo son reemplazadas por nuevas. Y miles de millones de
ellas trabajan permanentemente en unión y armonía
para mantener la condición vital del organismo.
Sería algo sin sentido considerar que las células
adoptaron esa actividad organizada por sí solas. Es Dios
quien creó la perfección y el orden en las
células, cuyo interior no se puede observar sin la ayuda
de un microscopio electrónico. En cada detalle de la vida
resulta demasiado evidente la creación incomparable y el
conocimiento infinito de nuestro Creador, como para que alguien
lo oculte con éxito.
La teoría de Darwin se
tambaleó debido al descubrimiento de las leyes de la
genética en el primer cuarto del siglo XX.
Independientemente de ello, un grupo de científicos, que
estaba determinado a permanecer leal a Darwin, se
esforzó por presentarse con soluciones. Confluyeron en una
reunión organizada por la Sociedad de Geología
Norteamericana en 1941. Genetistas como G. Ledyard Stebbins y
Theodosius Dobzhansky, zoólogos como Ernst Mayr y
Julián Huxley, paleontólogos como George Gaylord
Simpson y Glenn L. Jepsen y matemáticos genetistas como
Ronald Fisher y Sewall Right, después de largas
discusiones, acordaron la manera de "remendar" el
darwinismo.
Este cuadro científico se
centró en la cuestión del origen de las variaciones
provechosas o útiles que supuestamente
hacían que los organismos vivos evolucionaran,
cuestión que el propio Darwin fue incapaz de explicar,
dejándola simplemente a un lado al apoyarse en Lamarck.
Pero la idea que se presentaba ahora era la de "mutaciones
azarosas y beneficiosas". A esta nueva componenda la denominaron
" Teoría de la Evolución Sintética Moderna",
la cual es el producto de agregar el concepto de
"mutación" a la tesis de la "selección natural" de
Darwin. En corto tiempo, dicha teoría pasó a ser
conocida como "Neodarwinismo".
En las décadas siguientes, se
harían desesperados intentos por demostrar el
neodarwinismo. Ya se tenía constancia de que las
mutaciones, o "accidentes genómicos", que ocurren en los
genes de los organismos vivientes siempre habían resultado
experimentalmente dañinos. Los neodarwinistas
habían intentado establecer al menos un caso de
"mutación útil" por medio de miles de experimentos,
y todos ellos finalizaron en un completo fracaso. Por otra parte,
buscaban probar que los primeros organismos vivientes
podrían haberse originado azarosamente, bajo unas
condiciones terrestres primitivas "propuestas" por la
teoría, pero también dichos experimentos culminaron
en fracaso. La frustración era el resultado de todos estos
ensayos, que intentaban demostrar que la vida pudo generarse por
casualidad. Los cálculos de probabilidad demostraban que
ni siquiera pudo haberse formado así una sola
proteína (el "ladrillo" con el que se edifica la vida). Y
la célula –que supuestamente emergió por
casualidad bajo condiciones terrestres primitivas no controladas,
según los evolucionistas– no pudo ser sintetizada ni
siquiera por los laboratorios más sofisticados del siglo
XX.
La teoría neodarwinista
también es derrotada por los registros fósiles.
Nunca se ha encontrado en ninguna parte del mundo alguna "forma
transitoria" que supuestamente pudiera exhibir prueba de una
evolución gradual de los organismos vivos –de
especies primitivas a especies avanzadas– como
pretendían los neodarwinistas. Al mismo tiempo, la
anatomía comparada revelaba cada vez más que las
especies que se supusieron que evolucionaron una de otra, en
realidad tenían rasgos anatómicos tan distintos que
por tal motivo nunca pudieron ser antecesores o descendientes una
de otra.
Todo esto indica que el neodarwinismo de
ninguna manera ha sido una teoría científica sino,
más bien, un dogma ideológico o una
especie de "religión falsa". Michael Ruse, filósofo
científico canadiense y firme evolucionista,
confesó en una reunión: "Por cierto, no hay ninguna
duda acerca de que en el pasado –y pienso que
también en la actualidad– la evolución ha
funcionado para muchos darwinistas como algo con elementos que
son, digámoslo, análogos a una religión
secular… A mí me parece que está muy claro que en
algún nivel muy básico el evolucionismo, como
teoría científica, se encierra en un tipo de
naturalismo…". A esto se debe que los paladines de la
teoría de la evolución aún la sigan
defendiendo, a pesar de todas las evidencias en contra. Sin
embargo, una cosa en la que parece que no se ponen de acuerdo es
en cuál de los distintos modelos propuestos para la
"evolución" es el "correcto"».
El libro "La vida… ¿cómo se
presentó aquí? ¿Por evolución, o por
creación?", reeditado por la Sociedad Watchtower Bible And
Tract en 2006, páginas 99-113, explica:
«Las mutaciones… ¿[son] base
para la evolución? La teoría de la evolución
se halla ante otra dificultad. ¿Precisamente cómo
se supone que haya sucedido la evolución?
¿Cuál es un mecanismo básico o fundamental
que supuestamente haya hecho posible que un tipo de organismo
vivo haya evolucionado hasta formar otro? Los evolucionistas
dicen que diversos cambios dentro del núcleo de la
célula desempeñan su parte en esto. Y entre estos
cambios descuellan los cambios "accidentales" conocidos como
mutaciones. Se cree que las partes particulares implicadas en
estos cambios por mutación son los genes y los cromosomas
de las células sexuales, puesto que las mutaciones que
tienen lugar en ellos pueden ser pasadas a los descendientes del
organismo implicado.
"Las mutaciones […] son la base de la
evolución", declara The World Book Encyclopedia. De manera
similar, el paleontólogo Steven Stanley llamó las
mutaciones "la materia prima" de la evolución. Y el
genetista P. C. Koller declaró que las mutaciones "son
necesarias para el progreso evolutivo".
Sin embargo, lo que la evolución
requiere no es sólo cualquier clase de
mutación. Robert Jastrow señaló que se
necesita "una lenta acumulación de mutaciones favorables".
Y Carl Sagan añadió: "Las mutaciones —cambios
súbitos en la herencia— se propagan.
Suministran la materia prima de la evolución. El ambiente
selecciona las pocas mutaciones que favorecen la
supervivencia, y el resultado es una serie de lentas
transformaciones de una forma de vida en otra, el origen de
nuevas especies".
También se ha dicho que las mutaciones pueden ser
una clave del cambio rápido que exige la teoría del
"equilibrio puntuado". En la revista Science Digest, John
Gliedman escribió: "Los revisionistas de la
evolución creen que las mutaciones en genes regulativos
clave pueden ser precisamente los "martillos neumáticos"
genéticos que su teoría de saltos significativos
exige". Sin embargo, el zoólogo británico Colin
Patterson declaró: "El razonamiento superficial anda sin
restricción. No sabemos nada acerca de estos genes
maestros regulativos". Pero aparte de tales razonamientos con
poco fundamento, por lo general se acepta que las mutaciones que
supuestamente están implicadas en la evolución son
cambios accidentales menores que se acumulan a través de
un largo espacio de tiempo.
¿Qué origen tienen las mutaciones? Se cree
que la mayoría de ellas ocurren en el proceso normal de la
reproducción celular. Pero los experimentos han demostrado
que también pueden ser causadas por agentes externos tales
como la radiación y ciertas sustancias químicas.
¿Y con cuánta frecuencia suceden? La
reproducción del material genético de la
célula es sorprendentemente consecuente. Hablando en
sentido relativo, cuando se considera la cantidad de
células que se dividen en un organismo, las mutaciones no
ocurren con gran frecuencia. Como señaló un
comentario de la Encyclopedia Americana, la reproducción
"de las cadenas de ADN que componen un gen es notablemente
exacta. Los "errores de imprenta" o errores al copiar son
accidentes de poca frecuencia".
¿Son útiles, o dañinas? Si las
mutaciones provechosas son una base de la evolución,
¿qué proporción de las mutaciones son
provechosas? Entre los evolucionistas se manifiesta amplio
acuerdo sobre este punto. Por ejemplo, Carl Sagan declara: "La
mayoría de ellas son dañinas o mortíferas".
P. C. Koller declara: "La mayor proporción de las
mutaciones son perjudiciales al individuo que lleva el gen
mutado. En experimentos se halló que, por cada
mutación de éxito o útil, hay muchos miles
que son perjudiciales". Entonces, sin contar cualesquiera
mutaciones "neutrales", las dañinas sobrepasan a las que
supuestamente son provechosas en la
proporción de miles contra una. "Resultados como
éstos se han de esperar de cambios accidentales que
ocurran en cualquier organización complicada", declara la
Encyclopædia Britannica. Por eso se dice que las mutaciones
son responsables de centenares de enfermedades cuya base
está en los genes.
Debido a la naturaleza dañina de las
mutaciones, la Encyclopedia Americana reconoce lo
siguiente:
"El hecho de que la mayoría de las mutaciones son
dañinas al organismo parece difícil de conciliar
con el punto de vista de que la mutación sea la fuente de
materia prima para la evolución. Ciertamente los mutantes
que se ilustran en los libros de texto de biología son una
colección de fenómenos y monstruosidades, y la
mutación parece ser un proceso destructivo, más
bien que constructivo". Cuando mutantes de insectos fueron
colocados en competencia con insectos normales, el resultado
siempre fue el mismo. Como declaró G. Ledyard Stebbins:
"Después de una cantidad mayor o menor de generaciones,
los mutantes son eliminados". No podían competir, porque
no eran formas mejoradas, sino degeneradas y en
desventaja.
En su libro The Wellsprings of Life (Las
fuentes de la vida), Isaac Asimov, escritor sobre asuntos
científicos, confesó: "La mayoría de las
mutaciones llevan a peor condición". No obstante, entonces
aseguró: "Sin embargo, al cabo las mutaciones hacen que el
curso de la evolución adelante y vaya en ascenso". Pero
¿es cierto que hacen esto? ¿Habría de
considerarse beneficioso cualquier proceso que resultara en
daño más de 999 veces de cada 1000? Si usted
quisiera construir una casa, ¿contrataría para ello
a un constructor que, por cada trabajo correcto, presentara miles
defectuosos? Si el conductor de un automóvil tomara miles
de malas decisiones por cada buena decisión al viajar,
¿desearía usted viajar con esa persona? Si un
cirujano hiciera miles de movimientos equivocados por cada
movimiento acertado al operar, ¿quisiera
usted que ese cirujano le hiciera una
operación?
El genetista Dobzhansky dijo en cierta
ocasión: "Difícilmente se puede esperar que un
accidente —un cambio al azar— en un mecanismo
delicado lo mejore. Rara vez puede suceder que el meter un
palillo en la maquinaria del reloj pulsera de uno, o meter un
palo en el radiorreceptor de uno, haga que el aparato funcione
mejor". Por eso, pregúntese: ¿Parece razonable que
todas las células y los órganos, extremidades y
procesos tan sorprendentemente complejos que existen en los
organismos vivos fueran construidos por un procedimiento que
destruye?
¿Producen algo nuevo las mutaciones?
Aunque todas las mutaciones fueran provechosas,
¿podrían producir un organismo nuevo?
No; no podrían hacer eso. Una mutación sólo
podría resultar en la variación de una
característica que ya estuviera en el organismo.
Suministra variedad, pero nunca produce nada nuevo.
The World Book Encyclopedia da un ejemplo de lo que
pudiera suceder cuando hay una mutación provechosa: "Una
planta que estuviera en un área seca pudiera tener un gen
mutante que le diera raíces mayores y más firmes.
La planta tendría mejor probabilidad de sobrevivir que
otras de su propia especie porque sus raíces
podrían absorber más agua". Pero ¿ha
aparecido algo nuevo? No; todavía es la misma planta. No
está evolucionando para formar otra cosa.
Las mutaciones pudieran cambiar el color o
la textura del pelo de alguien. Pero el pelo siempre
será pelo. Nunca se transformará en
plumas. Las mutaciones pudieran alterar la mano de una persona.
La persona pudiera tener dedos anormales. A veces hasta pudiera
haber una mano con seis dedos o con otra malformación.
Pero la mano siempre es mano. Nunca se transforma en otra cosa.
Nada nuevo está llegando a existir, ni puede jamás
llegar a existir.
Los experimentos con la mosca del vinagre [son
devastadores para la teoría evolucionista]. Pocos
experimentos relacionados con la mutación pudieran igualar
los muchos que se han efectuado con la común
mosca del vinagre, drosofila o drosófila (Drosophila
melanogaster). Desde principios del siglo XX, los
científicos han expuesto millones de estas moscas a la
acción de los rayos X. Esto aumentó la frecuencia
de las mutaciones a más de cien veces lo que
era normal.
Después de todas esas
décadas, ¿qué mostraron los
experimentos? Dobzhansky reveló un resultado: "Los
mutantes patentes de drosofila, con los cuales se efectuó
parte tan grande de la investigación clásica en
genética, son casi sin excepción inferiores a las
moscas de tipo silvestre en viabilidad, fertilidad, longevidad".
Otro resultado fue que las mutaciones jamás produjeron
algún organismo nuevo. Las moscas del vinagre
tenían alas, patas y cuerpos mal formados, y otras
distorsiones, pero siempre siguieron siendo moscas del vinagre. Y
cuando las moscas mutantes fueron combinadas unas
con otras para reproducción, se halló que
después de algunas generaciones comenzaron a surgir
algunas moscas normales. De haberse dejado en su estado natural,
estas moscas normales con el tiempo habrían llegado a ser
las sobrevivientes, en vez de que sobrevivieran las mutantes, que
eran más débiles, y se conservaría la mosca
del vinagre en la forma en que originalmente había
existido.
El código hereditario, el ADN, es notable por la
manera como puede reparar las lesiones genéticas que haya
recibido. Esto ayuda a conservar el tipo o género de
organismo para la cual está codificado. La revista
Investigación y Ciencia relata que "la vida de un
organismo y su continuidad de generación en
generación" son conservadas "por enzimas que continuamente
reparan" las lesiones genéticas. Esta publicación
declara: "En concreto, las lesiones importantes de la
molécula del ADN pueden inducir una respuesta de
emergencia mediante la cual se sintetizan mayores cantidades de
enzimas reparadores".
Así, pues, en el libro Darwin Retried (Darwin
bajo nuevo juicio) el autor relata lo siguiente acerca de Richard
Goldschmidt, respetado genetista que falleció
recientemente: "Después de muchos años de observar
mutaciones en moscas del vinagre, Goldschmidt cayó en la
desesperación. Los cambios —se lamentó
él— eran tan irremediablemente micros
[pequeños] que si en un solo espécimen se
combinaran mil mutaciones, todavía no habría una
nueva especie".
[¿Qué hay de la]
Geómetra del abedul[?]. En la literatura evolucionista
suele hacerse referencia a una mariposa nocturna llamada
"geómetra del abedul" como ejemplo moderno de la
evolución en progreso. The International Wildlife
Encyclopedia, una enciclopedia sobre la vida animal,
declaró: "Éste es el más sorprendente cambio
evolutivo de que el hombre ha sido testigo". Después de
declarar que Darwin se sintió molesto por no poder
demostrar la evolución de siquiera una especie, Jastrow,
en su libro Red Giants and White Dwarfs (Gigantes rojas y enanas
blancas), añadió: "Si él lo hubiera sabido,
había disponible un ejemplo que le habría
suministrado la prueba que necesitaba. El caso era uno
extremadamente raro". Por supuesto, el caso era el de la
geómetra del abedul.
¿Qué le sucedió,
precisamente, a esta mariposa? Al principio, la forma clara de
esta mariposa era más común que la
forma oscura. Este tipo más claro de la mariposa se
confundía bien con los troncos de color claro de los
árboles, y por eso tenía mayor protección
del ataque de los pájaros. Pero después, debido a
años de contaminación procedente de las
áreas industriales, los troncos de los árboles se
oscurecieron. Ahora el color claro de las mariposas les fue un
factor adverso, puesto que los pájaros podían
notarlas más fácilmente, y se las comían.
Por consiguiente, la variedad más oscura de esta mariposa,
de la cual se dice que es una forma mutante, sobrevivió
mejor debido a que para los pájaros era difícil
verla contra los árboles cuya superficie había sido
ennegrecida por el humo. Rápidamente, la variedad oscura
llegó a ser el tipo dominante.
Pero ¿estaba evolucionando esta mariposa para
transformarse en otro tipo de insecto? No; todavía era
exactamente la misma geómetra del abedul, excepto que
tenía coloración diferente. Por eso, la
publicación médica inglesa On Call (De guardia) se
refirió al empleo de este ejemplo para tratar de probar la
evolución como un uso "de fama indeseable".
Declaró: "Ésta es una excelente demostración
de la función del camuflaje, pero, puesto que
empieza y termina con geómetras del abedul y no se forma
ninguna especie nueva, es completamente irrelevante
como prueba para la evolución".
La afirmación desacertada de que esta mariposa
nocturna está evolucionando es similar a varios otros
ejemplos. Como ilustración: Puesto que algunos
gérmenes han resultado resistentes a los
antibióticos, se alega que está aconteciendo
evolución. Pero los gérmenes más resistentes
todavía son el mismo tipo de organismo, y no están
evolucionando para ser otro. Y hasta se reconoce que el cambio
quizás no se deba a mutaciones, sino al hecho de que
algunos gérmenes eran inmunes desde el principio. Cuando
los otros fueron matados por las drogas, los inmunes se
multiplicaron y se hicieron dominantes. Como dice Evolution From
Space (Evolución desde el espacio): "Sin embargo, dudamos
que en estos casos haya implicado algo que no sea la
selección de genes ya existentes".
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