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Promoción del turismo sostenible en la comarca de Valdeorras, Galicia, España



  1. Introducción
  2. Del vino:
  3. De los vestigios mineros y la arqueología industrial
  4. De la naturaleza
  5. Actuaciones que se precisarían para llevar a cabo un plan de desarrollo turístico de la zona

INTRODUCCIÓN

Por medio de este trabajo se pretende analizar y justificar razones para la promoción turística de una comarca gallega, en este caso Valdeorras, como fuente generadora de recursos de una cierta importancia, abordado de una forma integral.

Valdeorras es una comarca situada en el extremo oriental de Galicia, lindando con la provincia de León, caracterizada por un microclima peculiar, benigno, que posibilita una flora y una vegetación típicamente mediterráneas. Está bañada por el Sil, su principal arteria, que cruza el valle que le da nombre a la comarca, de este a oeste, con multitud de afluentes que fueron en su día fuente de prosperidad agrícola. Actualmente posee buenas infraestructuras viarias tanto de comunicación interna como con el exterior, al tiempo de disponer de ferrocarril. Está compuesta por nueve Ayuntamientos agrupados en una entidad comarcal propia, administrativamente hablando, que corresponde a dos comarcas naturales diferentes: parte de O Bolo e integramente Valdeorras. Desde los movimientos migratorios a Europa en los años 50, el descenso demográfico fue paulatino. Hoy en día es de las comarcas gallegas que inicia una inusual recuperación en este campo, fundamentalmente debido a la riqueza económica que genera el sector de las rocas ornamentales: la pizarra, principal recurso comarcal –alrededor de tres mil puestos de trabajo directossobre la que pivota un importante entarimado subsidiario, tambien generador de gran número de puestos de trabajo. Los centros productores están situados en los Ayuntamientos de la franja norte y naciente de Valdeorras, de forma principal en Carballeda. Hoy superamos los 28.000 habitantes1. En menor medida el sector vinícola también es importante, al igual que otras pequeñas industrias, entre las que sobresale una de conversión de calizas que está en torno a los cien trabajadores.

La invasión romana ha dejado innumerables huellas en la comarca, y, a partir de sus indagaciones y explotaciones mineras, posteriormente, han sido otros pueblos y los lugareños, los que han desarrollado esta actividad, fuente de riqueza de la comarca en todo tiempo hasta la actualidad. De la misma forma el vino ha sido desde tiempo inmemorial, y es, una de las producciones más importantes que esta comarca ofrece. Si a esto unimos las posibilidades naturales de la Sierra de Trevinca, con montañas en torno a los 2.000 metros de altura, y su gran extensión, nos encontramos con los tres grandes ejes, o centros de interés, que van a ser el sostén justificativo del objetivo fijado: las posibilidades de desarrollo turístico de la comarca de Valdeorras, sin que despreciemos otros de menor importancia, pero también con entidad propia como pueden ser la gastronomía, el arte y la etnografía.

1 Valdeorras (1993). Ed. Xunta de Galicia. Col. Plans de comarcalización. Santiago. Pág. 23.

Aunque metodológicamente vamos a realizar una exposición por itinerarios globales centrando y explicando cada punto de interés –haremos esto con posterioridad-, creemos importante resaltar las peculiaridades de cada uno de los tres grandes ejes citados: el vino, la arqueología industrial y los vestigios mineros, y la naturaleza.

Del vino:

Independientemente que en otoño la vistosidad de nuestros viñedos adquiera unos tonos y unos matices inigualables dentro de la escala cromáticopaisajística, diremos que gran parte de la que en otro tiempo fuera la principal, y casi única, fuente de subsistencia de la comarca, el viñedo, aún hoy se mantiene y está en un franco ascenso extensivo, dadas las cotas de calidad y cualidad que el vino está alcanzando en los mercados y a las posibilidades de desarrollo y crecimiento que esta comarca tiene tanto en uva autóctona como foránea. Sería a raíz de la invasión filoxérica de finales del siglo pasado cuando los viniviticultores valdeorreses se prepararon para superar esta crisis investigando y creando viveros propios con replanteo de vides americanas como portainjertos, lo que posibilitó que no desaparecieran las principales especies vinícolas del país.

Desde no hace mucho tiempo, y a raíz de la aparición de cooperativas y de algunos viniviticultores privados, con ayuda de enólogos, se realizaron importantes cambios en el cuidado de la vinificación y en la separación de variedades que hoy se pueden degustar y que compiten en el mercado con las viníferas foráneas, ocupando un lugar de consideración entre los vinos españoles de calidad. Desde hace mucho tiempo los canales de comercialización del vino de Valdeorras eran muy amplios, llegando incluso al extranjero: Francia y Latinoamérica, en el siglo pasado. El líquido elemento valdeorrés cosechó importantes premios en muchas exposiciones internacionales.Tras una gran recesión que duró cerca de 70 años, hoy el vino es uno de los reclamos que nuestra comarca ofrece, y uno de los elementos esenciales por lo que es conocida. A la exquisitez de los caldos se puede añadir el tiempo de recogida de la uva y de las primeros labores para la confección del vino: la vendimia, en otro tiempo una de las épocas más importantes del año para todos: propietarios y trabajadores. Hasta no hace mucho tiempo el vino era uno de los productos del campo de más consideración que todo el mundo cultivaba para consumo propio. La vendimia se realiza a finales del mes de septiembre y primeros de octubre, que es cuando los viñedos adquieren ese colorido tan característico y que contrasta con la amplia gama de amarillos, verdes y ocres que ofrecen otras especies arbóreas como el chopo y el castaño. Por esto consideramos este tiempo como de obligada cita en Valdeorras.

La producción del vino lleva anexo el poder contemplar aún hoy cuevas centenarias para la conservación del vino, excavadas en roca y en terrenos arcillosos de indudable belleza. En estos lugares se puede catar el vino nuevo, al tiempo de ser estancia para conversar y divertirse. Se hace hoy más que nunca indispensable en nuestra tierra un museo que recoja el viejo utillaje que aún se conserva, al tiempo de poder explicar en este hipotético centro las labores de vinificación y las diferentes tareas de cultivo de las viñas, que desde hace tanto tiempo se vienen realizando sin grandes modificaciones en nuestra comarca. Podemos citar, entre otras, las cuevas que hay en: Éntoma, Vilanova, O Castro, Vilamartín, Portela, Córgomo… siempre ligadas a las zonas de más tradición vinícola de la comarca, sin despreciar a otras.

Por ser el vino un complemento gastronómico de vital importancia, encuadramos en este apartado las exquisiteces del buen yantar valdeorrés, que en nuestro caso adquiere especial relevancia. Queremos recordar que en Valdeorras el cerdo ofrece unas posibilidades culinarias de gran envergadura, tanto la condimentación y la confección de especiales productos: la androlla, el botelo, el pigureiro, junto con los insuperables chorizos; y como el especial aprovechamiento de sustancias como la sangre, para la realización de las filloas. El límite impuesto para la realización de este trabajo nos impide que expliquemos más a fondo cada uno de los productos citados. No podemos dejar de citar el famoso cocido en el que se aprovechan prácticamente todas las partes del cerdo, acompañado de las ricas verduras de la huerta valdeorresa.

También merecen atención los asados de cabrito, criado en los lugares de altura, así como las múltiples variedades de empanada: de costillas de cerdo, de cabrito, de conejo, simplemente de carne, de maravallas (acelgas), de anguilas,etc.

Ligada a la alimentación, también queremos recordar que hasta no hace mucho tiempo el aceite también se cultivó en Valdeorras, precisamente por la bonanza del clima que antes comentamos. Es raro el pueblo valdeorrés que no tenga su o sus olivos, indicativo de la importancia que este árbol tuvo en su tiempo. Todavía se pueden contemplar pequeños bosques de olivos en Freixido. Asimismo no sería dificil encontrar restos de almazaras como las que existen en las localidades vecinas del valle de Quiroga, que serían un complemento etnográfico de indudable valor.

Igualmente sería importante recoger los vestigios que aún existen de los útiles de las labores ceralísticas que se realizaban: siega, malla, trilla…, para integrarlos en el museo etnográfico que hemos propuesto.

En el apartado etnográfico habría que resaltar algunas ferias, romerías y fiestas religiosas de interés que se festejan en Valdeorras: O Padre Eterno (Lardeira), As Ermitas (O Bolo), Procesión dos Caracoles (O Castro)…

De los vestigios mineros y la arqueología industrial

Como hemos dicho, las diferentes técnicas de explotación aurífera que los romanos efectuaron en la antiguedad, son hoy visibles en Valdeorras. Desde los grandes socavones que realizaron para lavar terrenos aluviales por el procedimiento "ruina-montium", de los que son prueba visible, entre otras, las grandes explotaciones de A Medua (Sobradelo), tres en Éntoma –A Raia, As Covas e o Forroxaly O Covallón (Córgomo), a la red de canales de agua para servir a estas explotaciones, que están diseminados por todo Valdeorras, pasando por otros procedimientos, como es el caso del yacimiento primario de A Cova de Arcos, en roca. Todos ellos de grandes proporciones y observables con facilidad. También de esta época se pueden ver vestigios de la infraestructura viaria que realizaron los romanos, fundamentalmente ligados a las explotaciones mineras. De esta forma aún hay restos visibles de la Vía XVIII, de Antonino, a su paso por la Sierra de la Encina de La Lastra, así como diferentes señales de puentes de un arco:Arcos,Vilamartín, Calabagueiros (O Barco), A Medua… También se pueden observar los restos de tres pilares del puente de la Pontóriga, que cruzaba el Sil después de Sobradelo, en dirección a Las Médulas. Esta última explotación citada es el buque insignia de las explotaciones auríferas romanas en el noroeste español. Precisamente por la proximidad con Valdeorras se puede uno desplazar sin dificultad, al tiempo de visitar la comarca de El Bierzo, de indudable belleza y riqueza patrimonial. Entendemos que de similares características que la que es sujeto de este trabajo, ahora bien con más abundancia de edificios artísticos, y que proponemos también visitar, lo mismo que otros lugares limítrofes con nuestra comarca, que por su importancia y proximidad complementan una visita a Valdeorras.

Otro punto de interés minero son los restos de las ferrerías, o fábricas para la obtención de hierro, que desde la edad moderna funcionaron en Valdeorras, hasta principios de este siglo. Están localizados en las cuencas de los ríos Leira y Casoio. En el Leira se puede contemplar un mazo, o ferrería menor, la llamada O Mazuqueiro, prácticamente con todos sus artilugios de funcionamiento, excepto el mazo y los hornos; habría que invertir cierta cantidad de dinero para ponerlo en marcha, al tiempo de reparar el molino anexo y las casas complementarias del ingenio. Está intacta, tanto la canalización de agua que movía estos artilugios, como la presa de toma de aguas, por lo que la inversión para la recuperación no sería cuantiosa. Habría que realizar una gestión para comprar este pequeño complejo industrial, hoy de varios propietarios. Entendemos que debería ser de propiedad pública y bien pudiera hacerse mediante la Mancomunidad de Ayuntamientos de Valdeorras. Sería importante que una entidad supramunicipal se fuese haciendo cargo paulatinamente de los centros de interés patrimonial para de esta forma abordar una oferta turística de forma global e interdisciplinar.

En este mismo núcleo también podemos contemplar los restos de la que fué una de las más importantes ferrerías del noroeste, la de San Vicente de Leira, propiedad en su tiempo de los monjes benedictinos del Monasterio de Samos. De ésta prácticamente sólo quedan las paredes de la inmensa casa rectoral, partes y sitio de la presa para el agua, antigua canalización y poco más, como el primitivo banzadillo -una de las partes de la ferrería-. Sería un sitio idóneo, aprovechando los restos de construcción antigua, para la construcción de un albergue para senderistas ya que está enclavado en una de las rutas más importantes y de más tradición: la de los ferreiros, que unía las ferrerías valdeorresas con los principales yacimientos de la vecina "Serra do Caurel", por el cual transportaban en caballerías el mineral de hierro. También era aprovechada por los valdeorreses para ruta comercial de ganado y vino con destino a diferentes lugares de la provincia de Lugo.

En esta misma rama industrial está la ferrería de Riodolas (Carballeda) que, al igual que la anterioriormente citada del Mazuqueiro, se encuentra en bastante buen estado de conservación y es privada.Tanto en un paraje como en el otro, el impacto ambiental producto de las explotaciones pizarreras es patente, se necesitarían actuaciones políticas para que la extracción de este material no afectase de forma tan notoria y devastadora al entorno medioambiental. No impedir su explotación sino racionalizarla y recuperar los territorios y ríos más dañados con un plan especial, fundamentalmente para las escombreras y las viejas zonas de extracción.

De menor entidad, en cuanto a restos o vestigios, están las antiguas explotaciones de cobre del Carballal y el Seixo, en Petín. Estuvieron en plena ebullición hasta 1750, eran regidas por compañías extranjeras. Tan sólo quedan escombreras y algún horno pequeño de calcinado. El grueso de los hornos está sumergido por un embalse.

Nos quedaría el complejo minero del wolfram de Valborrás, sito en Casaio (Carballeda). Ya hay iniciativas por parte del Ayuntamiento de Carballeda para intentar recuperarlo. Se iniciarían las explotaciones de este mineral a principios de este siglo por una compañía belga. Después serían los alemanes los que la explotaron durante la Segunda Guerra Mundial. Respondiendo a la demanda que este mineral suponía en épocas de conflicto bélico, pues sirve para hacer aleaciones con el acero, para endurecerlo y así fabricar armas. Hubo en estas instalaciones más de quinientos trabajadores y trabajadoras hasta los años 50. Muestra de ello son los grandes barracones, restos de las cocinas, de almacenes, de chalets, de talleres, además de las bocaminas, lavaderos, grupo electrógeno, tolvas y otro tipo de maquinaria que se encuentran en un estado de deterioro grande, pero aún aprovechables para hacer un centro que pudiera acoger una aula minera y una aula de naturaleza, que al mismo tiempo alojase también a montañeros y naturistas pues el enclave es ideal como portal de la Sierra del Eje, Calva, Campo Romo, Segundera y Cabrera. Estas sierras forman el macizo montañoso de Trevinca del que hablaremos a continuación, en el apartado siguiente.

Complementariamente se podrían hacer rutas en función de la variación de minerales que el subsuelo valdeorrés ofrece, en diferentes formas: hierro, antimonio, cobre, wolframio, plomo… también de manantiales de aguas con propiedades medicinales2. Al tiempo de poder ver la recuperación del bateo de pepitas auríferas extraídas de las arenas del río Sil, labor que las valdeorresas llevaron a cabo desde antes de la romanización hasta los años 50 de este siglo, y que ahora se recupera por medio de una asociación madrileña que opera en las orillas del Sil desde hace poco tiempo.

También existen viejos hornos para la fabricación de cal en O Mazo y Portela (Vilamartín), en buen estado de conservación y de una cierta importancia histórica.

Ligado a la riqueza del subsuelo, el nivel técnico actual de las explotaciones de pizarra sería un elemento importante para conocimiento de foráneos, mostrando las diferentes fases o procesos por los que pasa esta roca ornamental, antes de la comercialización. Son interesantes la fase extractiva en las canteras, y la transformación en las naves.

También tiene una cierta relevancia en nuestra comarca la piedra roja de conglomerado de arenisca, material de construcción característico de Valdeorras. Los grandes edificios eclesiásticos, las casas solariegas, y también su empleo en muros y otras construcciones menores, son, entre otros, sus usos. En menor medida el mármol que se extrajo en Biobra, también forma parte de grandes edificios valdeorreses: Palacio de Arriba de Arcos, CEDIE, fachadas de bancos

2 Ver GURRIARÁN, Ricardo (2.000): Da prerromanización ao wolfram: apuntamentos históricos da minería en Valdeorras. Ed.Tórculo, Santiago; págs. 124 y 125.

De la naturaleza

El valle de Valdeorras, al norte, está limitado por la Sierra de La Encina de la Lastra, una formación caliza que recorre un amplio territorio. Nos ofrece grandes posibilidades para la realización de deportes como la escalada y la espeleleología, además de ser un paraje de excepcional belleza para hacer senderismo. Abundan la encina y el alcornoque entre la rica vegetación existente. Actualmente su integridad está siendo amenazada por proyectos intensivos de explotación de piedra caliza, por medio de canteras.

Al sureste Valdeorras limita con el Macizo de Trevinca, la sierra gallega de cumbres más elevadas. Dada su altitud, en el invierno se pueden realizar deportes como el esquí –existe infraestructura modesta para realizar este deportey la escalada en hielo. En el resto de las estaciones las posibilidades que ofrecen estas montañas son múltiples: senderismo, deportes acuáticos, caza y pesca, parapente…

El macizo está compuesto de varios valles glaciares –Circo del Tera, del Lago de La Baña, Foio Castañoy lagos, también de origen glaciar, de indudable valor geológico: Ocelo, Marmiñeira, A Culebra, La Baña, Lacillo, Los Peces… Especies de animales en peligro de extinción pueblan sus cumbres, como el águila real. En otro tiempo no muy lejano, los osos, urogallos, cabras montesas, rebecos y ciervos formaban parte de su fauna.Actualmente corzos, jabalís, lobos y zorros, entre otros, pueblan sus bosques y su monte bajo, además de la perdíz –rubia y "charrela"-, el conejo y la liebre. En sus lagos es característica la trucha de carne rosada –asalmonadaque reside en el Lago de La Baña y en el de Lacillo.Aquí, en otro tiempo abundaban los patos salvajes y otras aves migratorias. Son de gran estima arbórea las "fragas" del Teixadal y del Castaño: tejo, aliso, avellano, abedul, roble, serbal, acebo, muérdago, entre otras, son especies que crecen en estos bosques. Y la genciana, el enebro y el regaliz abundan en la zona alta de la sierra. En otro tiempo, sus raíces eran recogidas por lugareños para su venta a laboratorios y destilerías.

La gran extensión de terreno que abarcan estas sierras permite realizar marchas de montaña de más de una jornada, incluso con la posibilidad de escoger grado de dificultad por su orografía variable. Cumbres de altura, ríos, lagos y lagunas hacen más llevaderas estas actividades. En este enclave está la cima más elevada de Galicia, Peña Trevinca Sur, con 2.124 metros de altitud.

Actuaciones que se precisarían para llevar a cabo un plan de desarrollo turístico de la zona

q Un plan especial de actuación contra la degradación medioambiental por impacto de las explotaciones mineras, constituyéndose para este menester una mesa coordinadora formada por los agentes sociales de la comarca. Centraría su cometido en tratar de recuperar montes y ríos afectados por las explotaciones pizarreras. Y en tratar de salvaguardar la riqueza natural de especial interés. Fundamentalmente tendría que velar por el cumplimiento legal a este particular –conservación del entorno-, cuestión hoy difícil de llevar a cabo por la cantidad de intereses que el sector tiene con el respaldo político de la administración

q Iniciar la recuperación de viejos caminos y sendas. Primeramente buscando los antiguos itinerarios y luego limpiándolos para a continuación señalizarlos debidamente.

q Crear una red de casas rurales, para las que se pueden adecuar viejas construcciones fidalgas existentes en la zona –ya existen algunas adecuadas para este fin, y otra de casas de labranza para el mismo menester ofreciendo una solución de alojamiento más barata. Se precisaría que los interesados se acogiesen a las ayudas institucionales para este tipo de adecuaciones, mas sería conveniente que la citada entidad supramunicipal coordinase las actuaciones, fundamentalmente para que no exista concentración de oferta, y que esta responda a una planificación previa diversificada.

q Habría que tratar de recuperar casas o pueblos abandonados que están en enclaves paisajísticos relevantes o centros de interés importantes como es el caso de Fiais, Reporicelo, la casa de Puxeiros, la casa de los Mancebos. En este caso entrarían los lugares ya citados del Mazuqueiro, Ferrería de San Vicente de Leira o las Minas de Valborrás… por iniciativa de la Mancomunidad, ya mencionada.

q Se tendría que realizar una propuesta conjunta integrada de oferta turística contando con las comarcas limítrofes: El Bierzo, Quiroga-O Caurel, Viana do Bolo, Trives…

q Habría que elaborar una guía de itinerarios de importancia de la comarca que contuviera breves explicaciones de los puntos de interés a visitar, por zonas geográficas. Cada Ayuntamiento haría una propuesta de dos o tres rutas de su jurisdicción. Al tiempo hacer una cartografía específica global de la comarca.

q También se tendría que confeccionar un catálogo de monumentos importantes de la comarca: As Ermitas, Xaguaza, Santa María de Mones, Santa María de Rubiá, Correxais, Santa Mariña, San Estebo da Rúa, Casoio…, entre otros. Tendría que descender al terreno del detalle dada la entidad que tiene el patrimonio citado.

q Suscribir un convenio con las principales empresas de pizarra para divulgar las diferentes tareas que se realizan en la extracción, elaboración y acabado de este material. Pudiendo ser explicado por expertos en los diferentes puntos donde este material se trabaja.

q Creación de un museo etnográfico-histórico comarcal que al tiempo sea un centro de investigación y de divulgación. Sería un punto de recolección de diferentes elementos –desde testimonios orales a útiles de todo tipoque conforman la etnografía y la historia de la comarca.

q Realizar un plan de actuación coordinado con las administraciones que tienen competencia sobre el Macizo de Trevinca y el de La Encina de La Lastra (Xunta de Galicia y Junta de Castilla y León) para preservar estos parajes naturales mediante las medidas precisas para conservar espacios de indudable valor ambiental como pueden ser O Teixadal, Lago de La Baña, Lacillo, Circo del Tera, Foio Castaño, Río Casoio… al tiempo de realizar una repoblación de animales que en estos lugares habitaron hace menos de un siglo: osos, ciervos, urogallos, cabras montesas, rebecos… y lo mismo con especies arbóreas que antes ocupaban grandes superficies y que hoy se reducen a pequeños espacios. Lo mismo habría que hacer con especies piscícolas, realizando sueltas en todos los ríos y arroyos serranos.

 

 

Autor:

Ricardo Gurriarán

IES Xelmírez I Santiago de Compostela

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