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El psicópata (página 2)




Enviado por Marcos Neumann Ruiz


Partes: 1, 2

Inmodificables Otra característica del psicópata que se debe tener en cuenta es su impermeabilidad a las modificaciones. El psicópata es una persona que puede tolerar mucha presión, puede aguantar castigos, y aun así mantenerse en una posición. Esto obliga al complementario a doblegarse, porque la posición del otro es irreductible; lo pone en la opción de: "es esto o nada"; "tómalo o déjalo… si puedes". El complementario termina luchando, no contra el psicópata, que es inmodificable, sino contra sí mismo, contra su conciencia del propio valor. Y se obliga a doblegarse. Este obligarse a hacer, en el que ve menoscabada su persona, es altamente doloroso. Pero es mayor el sufrimiento que provoca la no presencia del psicópata, esto hace que el complementario pague la factura y continúe con la relación.

La regla de oro que mantiene este vínculo es la fórmula: "con él estoy mal, pero sin él estoy peor". Entre 'mal' y 'peor', está el disfrute.

Códigos propios Si se conversa en profundidad con estas personas, se verá que entre el psicópata y su complementario se establecen códigos propios, señas, gestos, que hacen que modifique la conducta del otro. Una paciente me decía: "mi padre me mira de 'esa forma' y yo ya sé lo que debo hacer". Otra paciente decía: "yo lo seguía por detrás, no quería que estuviera a su lado para no comprometerse; sin embargo, por su forma de caminar yo sabía si tenía que pararme o si tenía que estar a un costado o donde sea".

Autoestima socavada El complementario tiene la autoestima socavada. Uso el término "socavada" porque la erosión que hace el psicópata sobre el complementario no suele ser una acción grotesca y brutal, sino que, al contrario, puede ser muy por debajo y sutil; va descalificando, desmereciendo, creándole inseguridades (es un juego de un "premio y tres castigos", en donde no se sabe cuando llega el premio y cuando el castigo, ni por qué) hasta que la autoestima del complementario termina socavada. Decía una consultante: "Yo antes no era así de insegura. Tenía trabajo, proyectos, iniciativa; me manejaba sola. Ahora necesito preguntar todo, hasta las pavadas. Él, a todos mis planes y posturas, le encontraba un pero, un motivo de crítica, un lado negativo. No era agresivo, me hacía razonar, y al final terminaba adoptando su criterio y pensando que mi forma de encarar las cosas era la de una tonta".

El psicópata no se pasa pensando qué hacer para que el complementario haga tal cosa o tal otra, o qué hacer para descalificarlo y bajar su autoestima. Ni se lo plantea; no es un estratega ni un diseñador de conductas. Es como es. Le sale espontáneamente ese tipo de conducta que finalmente termina haciendo sentir desvalorizado al complementario.

Asimetría intolerable Se establece una marcada asimetría en cuanto a la consideración del otro. El psicópata ve al otro como una cosa de su pertenencia, a su disposición y sin necesidad de una lógica que fundamente esta postura. Debe ser así y punto. El complementario se considera a sí mismo y a su pareja, como persona. No sabe que está con un psicópata. Pueden parecerle raras algunas conductas, pero no puede salir fuera del sistema para evaluar y concluir: "es un psicópata". Por considerarlo un igual es que hace el razonamiento equivocado: "no entiendo por qué hizo esto, yo en su lugar…". Y sufre pensando en un error o esperando una disculpa; quiere ser considerado por el psicópata como una persona, lo cual es una ilusión, algo imposible de lograr. No se puede comprender, empáticamente, la mente de un psicópata.

Contacto cero ¿Cuál es nuestro rol, como terapeutas, en este tipo de relaciones? Cuando el anclaje es fuerte no se puede hacer nada. Cuando se rompe el vínculo generalmente es porque el psicópata deja a su pareja, siendo ésta la posibilidad que tiene el complementario de salir del sistema. De lo contrario es muy difícil. La otra forma es cuando el hartazgo es muy fuerte en el complementario, o sea que el sufrimiento supera ampliamente a los beneficios que obtiene de su psicópata. Aquí es cuando el complementario pide ayuda. La intervención del terapeuta en este caso, al ser un tipo de relación atípica, debe ser también atípica. No se puede tratar de manera estándar un vínculo que no lo es.

La regla básica cuando se quiere mantener la separación entre un psicópata y un complementario es el "contacto cero", dado que el anclaje es irracional y apenas se avistan se vuelve a rearmar el circuito psicopático. El terapeuta debe ser creativo y ocupar un papel más activo que el standard para ampliar las posibilidades del complementario.

El límite de las palabras Ni las palabras, ni las argumentaciones, sirven, ya que el psicópata es buen manejador de las palabras, un mentiroso, y suele ser muy convincente, sobre todo con alguien que desea fuertemente ser convencido, como es el complementario.

Algunas indicaciones que pueden dar resultados son: hacer docencia, que la persona logre entender las características del psicópata; levantar la autoestima, lograr el contacto cero, fortificar lo afectivo con antidepresivos y ansiolíticos (separarse del psicópata produce algo paradójico: alivio y muchísima angustia a la vez).

La manipulación por el agobio Si el complementario trata de salir del circuito psicopático, como "la cosa" le pertenece al psicópata, éste la persigue psicopáticamente. Por ejemplo, contaba una consultante: "Iba al trabajo y al mirar por la ventana, lo veía en la calle; trataba de hacer una 'salida' nocturna y en el mismo lugar 'aparecía' él; o al llegar a la madrugada lo encontraba en la puerta esperándome". El temor a encontrárselo en cualquier parte, a cualquier hora, terminó confinándola en su casa, y aun así la atormentaba por teléfono y con cartas. Es un agobio y presión de tal naturaleza, que genera mucha angustia, por lo cual se utilizan recursos que fueron motivo de charlas anteriores.

El después ¿Qué pasa una vez que el complementario se desliga del psicópata? La experiencia muestra que no vuelve a ser la misma persona después de haber pasado por un psicópata. Una vez que se separa, se trata de que forme nuevos contactos. Pero éstos, si son normales, resultan aburridos, insulsos, poco estimulantes. Puede pasar mucho tiempo antes de conseguir una nueva pareja. Esto dificulta el distanciamiento con el psicópata. A veces logran armar otra pareja con armonía inicial que luego resulta ser otro psicópata. Por lo tanto, una persona que pasó por la experiencia de un psicópata nunca vuelve a ser como antes y sus gustos tampoco serán los mismos. ¿Qué se puede esperar después de haber satisfecho necesidades profundas? ¿La sed, el recuerdo?

Notas al pie:

1 Conferencia presentada en el 7º Congreso Internacional de Psiquiatría organizado por la AAP el 18 de octubre de 2000. Mesa Redonda: "Psicopatía". Este tema puede ser complementado con la lectura de dos artículos anteriores: 1) Personalidades psicopáticas, revista Alcmeon 27, noviembre 1998 y 2) Descriptor de psicopatía, Alcmeon 31, noviembre de 1999; que pueden ser bajados de Internet del sitio www.alcmeon.com.ar o www.marietan.com 2 Médico Psiquiatra del Hospital Borda; Docente Adscripto de la Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires. , Argentina. E-mail:marietanweb@gmail.com Internet: www.marietan.com 3 Esto del "chichón" viene de lo siguiente: una de mis pacientes que era reiteradamente golpeada en la cabeza, (no le pegaba en otras partes del cuerpo para no dejarle marcas) me decía inclinando su cabeza y separando mechones de pelo: "¿ve, doctor, el chichón que me dejó?" FIN TERCERA PARTE

¿Cómo es la sexualidad psicopática?

PijamaSurf A pesar de que una personalidad psicopática puede irradiar numerosos vínculos con la sexualidad, curiosamente pocas veces nos encontramos con información en torno al sexo entre psicópatas. ¿Cómo es la sexualidad entre las personas que tienen este perfil? ¿Qué excita a un psicópata? ¿En realidad viven el sexo de una manera muy distinta al resto?

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Uno de los principales atributos de un psicópata es su incapacidad para establecer lazos emocionales con otra persona. Esto, por obvias razones, aplica de manera tajante en su vida sexual. Por otro lado, los psicópatas muestran un particular apego por el poder o el control, otra característica que encuentra en la arena sexual un escenario más que propicio para desenvolverse.

En un artículo publicado el año pasado en Psychology Today el doctor Seth Meyers, quien ha tratado con múltiples psicópatas como parte de sus labores en el LA County Department of Mental Health, se propuso delinear algunas de las condiciones más significativas en la sexualidad de un psicópata. Llama la atención que muchas de estas características están presentes en la sexualidad ordinaria, algunas de ellas ligadas a la cultura macho, otras simplemente son figuras cotidianas en la vida de millones de personas.

A) El sexo con un psicópata jamás es una experiencia mutuamente emocional. Generalmente la experiencia, al menos de su lado, estará plenamente calculada de acuerdo a objetivos puntuales.

B) Pueden ser extremadamente seductores e incluso tener un gran desempeño en la cama. Esto básicamente nos remite a que los psicópatas son muy buenos en casi cualquier cosa que se propongan. El proceso para lograr lo que se proponen es por lo general impecablemente ejecutado (incluido el dar sexo memorable).

C) Lo más excitante para un psicópata es la relación de poder implícita en el acto sexual. Ellos siempre preferirán mantener el control de la dinámica o, en su caso, obtener algo que buscan (incluso si ello implica someterse como parte del proceso).

D) El psicópata, en sintonía con las características anteriores, tiende a la objetificación de sus parejas (¿le suena familiar a alguien?). La imposibilidad de comulgar emocionalmente con las otras personas obviamente favorece está condición.

E) Promiscuidad sistemática y múltiple, pero siempre relaciones cortas es otro distintivo de la sexualidad psicopática.

Y tras haber repasado brevemente cómo vive el sexo un psicópata, entonces solo resta responder esta sencilla pregunta para saber si calificas como uno o una… sigue este enlace.

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FIN DE LA CUARTA PARTE

 

 

Autor:

Marcos Neumann Ruiz

Partes: 1, 2
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