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¿Qué es el Bajo Cauca?




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    INTRODUCCIÓN

    ¿Qué es el Bajo Cauca?
    Aparentemente es una inocente pregunta que se puede responder
    coloquialmente, o de manera sencilla, sin tener que profundizar
    en detalles históricos, sociales, económicos,
    jurídicos, políticos y otros como cohesión
    social y marketing territorial.

    Pues bien, el texto que usted, amigo lector, tiene en
    sus manos, ha sido trabajado con aproximaciones en algunos de los
    detalles arriba mencionados, sin profundizar en auscultaciones,
    sin hacer las veces de un riguroso investigador, y sin la
    petulancia de ser un escritor de altos quilates
    intelectuales.

    Simplemente, este trabajo tomó forma a partir del
    Diplomado en Políticas Públicas y Desarrollo Local
    para la Cohesión Social, ofrecido a los participantes del
    Bajo Cauca en la elaboración del Plan Estratégico
    Subregional (PESUB), Diplomado que fue auspiciado por el
    Comité Internacional para el Desarrollo de los pueblos
    (CISP) sigla en Italiano, en convenio con la Universidad
    Pontificia Bolivariana -UPB- cuyo inicio fue en el 2010, con sede
    en la Cámara de Comercio, agencia de Caucasia.

    La participación en el proceso de
    construcción del Plan Estratégico Subregional del
    Bajo Cauca y el aprendizaje en el Diplomado, fueron dos
    circunstancias que paralelamente, introdujeron en la mente de
    quien esto escribe, una especie de expectación
    territorial, pues en la medida como en la construcción del
    PESUB, se tocaban temas como visión subregional,
    escenarios de futuro probable, factores de cambio, ejes
    direccionadores, entre otros; en el Diplomado se debatían
    temas como gobernabilidad, gobernanza, marketing territorial,
    cohesión social, capital social, integración
    subregional, desarrollo local, compras a escala, también
    entre otros. En medio de esa tormenta de ideas y
    enseñanzas, surgió la pregunta,
    ¿Qué es el Bajo Cauca?

    Como todo aficionado, empecé a escribir,
    soportado en algunos documentos que ya había leído
    y consulté otros intencionalmente, y otros fueron
    apareciendo en la medida como escribía.

    Pretendiendo ser participativo, y crear un documento con
    aportes colectivos de mis compañeros de Diplomado,
    compartí con todos ellos las primeras 12 páginas
    escritas, esperando correcciones, orientaciones, sugerencias,
    debates y cualquier otra cosa que enriqueciera el texto, con el
    aviso de incluir sus nombres como coautores, pero ninguno
    respondió, es más, no sé si alguno lo
    leyó, lo cierto es que me sentí solo en el intento,
    pero en lugar de amilanarme, pensé que solo también
    podía hacerlo.

    Fue así como, me tracé la meta, de colocar
    en sus manos, lo que tuvo inicio en el 2010, un texto, que aunque
    incompleto e imperfecto, servirá como pionero en la
    literatura socio-integracionista del Bajo Cauca.

    El escrito aquí presentado, es un
    documento no terminado, que requiere profundidad
    e información veraz y verificable. Si usted, amable lector
    está dispuesto a corregir, desmentir y/o mejorar esta
    iniciativa, hágalo con toda confianza, que no le
    reclamaré derechos de autor.

    Las referencias bibliográficas que asumen el Bajo
    Cauca, como tema central, son pocas, en su mayor parte escritos,
    por la U de A, Planeación Departamental, la
    Corporación Antioquia Siglo 21, el Plan Estratégico
    de Antioquia (PLANEA), Corantioquia, la Fundación
    Oleoductos de Colombia y los Visionarios del Bajo Cauca, es
    decir, hubo que indagar mucho en la bibliografía externa,
    tratando de interpretar sus enfoques, para darle forma
    consistente a este trabajo. Precisamente, esa insuficiencia
    bibliográfica subregional, es la que ha motivado que
    aparezca el libro que hoy está en sus manos, buscando con
    ello, que el lector pueda tener acceso global, en términos
    relativos, al conocimiento de esta área territorial de
    Antioquia y Colombia.

    Seguramente, quien se detenga a estudiar toda o gran
    parte de la bibliografía local de cada municipio,
    estará sobrado en información particular, para
    aportarle al conocimiento de la subregión. Esa es una
    buena tarea para los estudiosos del Bajo Cauca.

    Para algunos éste será un libro
    más, para otros, será un libro que les
    servirá como documento de consulta y estudio, para estar
    al tanto de lo que en realidad es el Bajo Cauca, como territorio,
    como población en crecimiento, como eje de convivencia,
    como espacio de emprendimientos sociales y
    productivos.

    Independientemente del sentido que le dé el
    común de los ciudadanos, este texto está dirigido a
    profesionales, empresarios, comerciantes, estudiantes de
    educación superior, a líderes sociales y
    comunitarios, a la institucionalidad y a los seres humanos
    habitantes de la subregión, inquietos e interesados, en
    saber qué significados holísticos tiene el Bajo
    Cauca.

    Es de aclarar que aunque la información es
    fidedigna y las fuentes están citadas para su
    verificación, este libro no tiene ninguna rigurosidad
    científica ni es producto de un trabajo investigativo, no
    obstante, es producto de la lectura y acopio de
    información secundaria, seria y fehaciente, por lo tanto
    toda la información aquí plasmada, responde al
    sentir del autor, a sus percepciones diagnósticas, gracias
    a la participación activa que durante 20 años lleva
    compartiendo en el Bajo Cauca, como pensador abierto a los
    aconteceres mundiales y a las coincidencias en temas comunes y
    prospectivos.

    El proceso de estructuración, formación y
    desarrollo de este libro, inicia con unas Aproximaciones
    Conceptuales, contenidas en el Capítulo 1, en el cual se
    intenta responder las preguntas ¿Qué es el Bajo
    Cauca? y ¿Qué es una subregión?

    En el Capítulo 2, se trabaja las Generalidades
    geográficas, demográficas, sociales y singulares
    del territorio. Es decir, se hace una contextualización
    territorial (generalidades y características) que permiten
    vislumbrar los espacios del territorio.

    En el Capítulo 3, titulado Territorio de
    Visiones, pretendemos demostrar que en trece (13) años, la
    subregión ha formulado cinco (5) visiones, y hacemos 5
    preguntas con referencia a la cantidad y la velocidad con las que
    han sido tratadas.

    El Capítulo 4, trata de la Perspectiva de
    Desarrollo Cultural, cuya diversidad tiene raíces en las
    prácticas económicas y de supervivencia de los
    buscadores de yacimientos auríferos; en la
    instalación de viviendas temporales y en las retiradas
    frecuentes de las áreas mineras.

    En el Capítulo 5 se presenta un resumen de la
    complejidad problemática de la subregión, dejando
    claro que toda sociedad organizada o en proceso de
    organización tiene problemas, en la medida como la
    supervivencia siempre está en construcción. Los
    problemas más mencionados, entre otros, están
    referidos a la violencia, los bajos niveles educativos, el
    débil Sentido de Pertenencia Territorial, la ausencia de
    Cultura Turística, la deficiente Infraestructura, la
    frágil Economía, la baja gestión ambiental,
    la prostitución, la poca sostenibilidad, los vicios
    políticos y la baja participación
    ciudadana.

    El 6º Capítulo, considera que el Aporte a la
    Construcción de Tejido Social, es propio del ser humano,
    desde su mismo origen, por lo tanto es un comportamiento
    histórico, con tradición arraigada en grupos
    dominantes y vulnerables. Argumento confirmado por la amplia gama
    de comunidades organizadas de acuerdo a las causas, motivaciones,
    peticiones, gestiones, objetivos y acciones que las inducen a
    trabajar conjuntamente y en formas disímiles en cobertura,
    cometido y representación.

    En el 7º Capítulo, quedan planteados algunos
    baluartes inocultables, previo reconocimiento de la existencia
    del territorio y su espacio, en el que habitan más de
    270.000 seres humanos, provenientes de diferentes lugares
    geográficos de Colombia, con diferentes culturas y con
    diversos objetivos, en cuya cotidianidad desempeñan
    múltiples acciones generadoras de riqueza. Esos baluartes
    inocultables, están enmarcados en dos grandes variables,
    como son las Ventajas Comparativas y la Prospectiva
    Subregional.

    Como parte final de este trabajo, se entrega al lector
    un corolario, con la propuesta de construir una esperanza
    motivadora de futuro, en lugar de sentarnos a esperar que otros
    construyan por nosotros. Esa propuesta se resume en constituir
    una entidad adscrita a las Gobernaciones, cuyo nombre
    podría ser Consejo de Enlace Intergubernamental (CEI), con
    la cual se pueda salvaguardar las disposiciones y estrategias
    incorporadas al proceso de descentralización en forma
    conjunta.

    CAPÍTULO 1.-

    APROXIMACIONES
    CONCEPTUALES

    Si nos preguntáramos ¿Qué es una
    subregión? Tendríamos que respondernos, en el marco
    de la globalización, que es una entidad territorial, con
    estructura económica y administrativa, articulada por
    factores culturales, históricos, ambientales, y
    económicos, los cuales son consubstanciales a su
    diversidad patrimonial, tanto en lo natural, como en la
    relación social y la interacción
    institucional.

    Otra pregunta pertinente sería
    ¿Cómo se conforma una subregión? La
    Constitución Política colombiana de 1991, plantea,
    en términos de región, que debe haber
    integración o fusión de dos o más
    territorios limítrofes, que mediante el sufragio, sea
    aprobada por las localidades implicadas, en el marco de una
    propuesta de beneficio común.

    Si lo hasta aquí planteado, sucediera,
    tendríamos claridad sobre la importancia del ordenamiento
    territorial, con un desarrollo territorial adecuado a las
    exigencias de la globalización, ejerciendo competencias y
    funciones gubernamentales, y siendo oportunos en la
    provisión de bienes y servicios, favorecedores de las
    potencialidades territoriales y optimizando la superación
    en equidad, avanzando en políticas públicas
    incluyentes e innovando en el progreso sustentable el
    territorio.

    En la búsqueda de respuesta al interrogante
    ¿Qué es el Bajo Cauca?, se ha encontrado que en
    diferentes fechas, espacios y documentos, han sido esbozados,
    términos claves que sirven de soporte a la respuesta que
    la pregunta exige. Por ejemplo en noviembre de 1984, se
    realizó en El Bagre un foro de desarrollo regional,
    titulado, Plan de Desarrollo de Antioquia y la zona minera. De
    ese foro, quedó escrito parte de la respuesta que estamos
    buscando:

    "…la regionalización considerada,
    comprende los municipios de Caucasia, Cáceres,
    Nechí y Tarazá, como sub-región A, y
    Zaragoza y El Bagre como sub- región B"

    1

    No aparece escrito ningún término
    conceptual ni factor fundamental que soporte esa dualidad.
    Tampoco se ha encontrado ningún argumento ni preciso ni
    impreciso, que permita reflexionar acerca de lo, arriba, entre
    comillas anotado.

    Esta caracterización dual o bi-subregional,
    aplicada en 1984, era nueva, y poco divulgada, pues socialmente
    se ha aceptado que la subregión del Bajo Cauca, es una
    sola, constituida por los seis municipios que arriba se
    mencionan. Digo que era nueva, porque 16 años más
    tarde, la Cámara de Comercio de Medellín para
    Antioquia, en su descentralización, estableció una
    sede en Caucasia, para el Bajo Cauca, con radio de acción
    en Caucasia, Cáceres y Tarazá, excluyendo a El
    Bagre, Zaragoza y Nechí, municipios que deben gestionar
    sus trámites en Puerto Berrío (Magdalena Medio),
    según lo establece el artículo 31 del
    Decreto

    622 del año 2000.

    Luego aparece una cuarta delimitación
    territorial, en lo que respecta a la integralidad del Bajo Cauca,
    presentada por Corantioquia, Subregión Panzenú;
    literalmente se lee: "…siete municipios conforman esta
    subregión…"2 incluyendo
    a Valdivia, según lo dice más adelante.

    La sectorización que hace la Cámara de
    Comercio, rescinde las subregiones A y B, definidas
    en el foro "Plan de Desarrollo de Antioquia y la zona
    minera"

    ¿Cómo saber, entonces, cuáles son
    los municipios que conforman el Bajo
    Cauca?

    En concordancia con la información acopiada,
    existen cuatro (4) diferentes delimitaciones del Bajo
    Cauca:

    Subregión A, Caucasia, Cáceres,
    Nechí y Tarazá. Plan de Desarrollo de
    Antioquia y la zona minera de El Bagre 19843

    Subregión B, Zaragoza y El
    Bagre4

    Subregión C, Caucasia, Cáceres y
    Tarazá5

    Subregión D. Caucasia, Cáceres y
    Tarazá, El Bagre, Nechí, Valdivia y
    Zaragoza6

    ¿Cómo entender esta multiplicidad de
    delimitaciones en un territorio?

    No obstante esa anfibología, algo en común
    tienen los seis municipios, en lo relacionado con el clima, las
    lluvias, las costumbres, los aspectos migratorios y las
    tendencias productivas.

    "El clima y precipitación son uniformes. Sus
    costumbres, aspectos migratorios y las tendencias productivas son
    también características similares para toda la
    región"
    7

    "La topografía va desde zonas planas
    inundables (15% aproximadamente del área
    total)"
    8 Es de suponer que ese
    15% inundable, hace parte de la subregión A, debido que El
    Bagre y Zaragoza, (subregión B) tienen límites con
    tierras andinas, como son las Serranías de Ayapel y San
    Lucas, que los exoneran de las inundaciones.

    "La producción de oro representa el 78% del
    total departamental…"
    9
    Sin temor a equívocos, la minería es la
    vocación económica del Bajo Cauca, pues su
    condición de territorio minero, ha definido su
    aptitud empresarial. No obstante ha
    desempeñado otras actividades, como la ganadería,
    la pesca, la extracción forestal y la agricultura, las
    cuales no han sido asumidas como alternativas importantes de
    desarrollo subregional.

    Esa característica histórica de tener una
    economía definida, podría ser un argumento
    útil para determinar por qué el Bajo Cauca es una
    subregión, máxime si se tiene en cuenta que en la
    actualidad, la base de la economía del Bajo Cauca
    está sustentada en actividades de minería,
    ganadería y comercio; también, aunque marginalmente
    y con poco poder económico, se trabaja la pesca, la
    agricultura y la extracción de madera.

    Las digresiones y los cuestionamientos, aquí
    planteados, no son para subestimar lo documentado en el referido
    foro, sino para indicar que todavía no está
    claramente definido por qué el Bajo Cauca es una
    subregión, cuál es su médula estructurante y
    cómo evidenciarlo.

    Uno de los tres criterios que se discuten en el marco de
    la conceptualización y perspectiva de la
    descentralización, es que existan "…entidades
    territoriales para administrar"
    Así planteado, no
    cabe duda que el Bajo Cauca sea un territorio, pero ¿Acaso
    está definido como entidad territorial, con gobierno
    propio, con responsabilidades de gasto público y
    recaudación de tributos? Aquí se incorporan los
    otros dos principios de la descentralización,
    "Elección de Líderes locales y Capacidad de
    autofinanciamiento"
    En lo referente a la elección de
    líderes locales, hay que decir, que no existe, legalmente,
    una estructura subregional corporativa o unipersonal, con
    competencias de autoridad estatal. Es más, la LOOT lo
    prohíbe a futuro: "En ningún caso las
    Provincias administrativas y de planificación
    podrán constituir circunscripción electoral
    especial dentro de la división
    político-administrativa territorial del
    país"
    10 Y en lo
    concerniente a la Capacidad de autofinanciamiento, estamos frente
    a una gran contradicción, pues mientras el director
    nacional de la ESAP plantea que "La descentralización
    funcional por su parte, se refiere a la transferencia de
    responsabilidades políticas y de poderes de gasto y
    recaudación de
    impuestos"
    11, la LOOT,
    también a futuro, impide que haya autonomía
    financiera territorial, cuando establece que "Los municipios
    que conformen la PAP deberán tener en cuenta para su
    financiación y funcionamiento los parámetros
    establecidos en la Ley 617 de 2000 y 819 de

    2003 para los municipios que la conformen"
    12

    Así las cosas, si hoy se cuestiona la
    autosostenibilidad de los municipios que constitucional y
    legalmente, están debidamente facultados para administrar
    recursos propios ¿Qué podría esperarse de la
    subregión Bajo Cauca, que ni siquiera es una sumatoria de
    seis municipios, sino una división de los mismos
    seis?

    Al adentrarnos en el concepto de Ordenamiento
    Territorial, encontramos que el espíritu del proyecto de
    Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial (LOOT)
    "…persigue la generación de ventajas
    competitivas desde la base de los entes territoriales (…)
    con la creación de herramientas como los Fondos
    de

    Compensación Regional. (…) Esta
    ley…le entrega a los ordenadores del gasto el instrumento
    perfecto para que puedan concertar con sus homólogos de
    otros municipios y departamentos, los proyectos que le convienen
    a la región y ejecutarlos de manera conjunta"

    13

    Interpretando literal y contextualmente, tenemos que
    afirmar que en la Ley Orgánica, definitivamente, no
    aparecen las subregiones, y ni siquiera las regiones figuran como
    entes territoriales, según se desprende de la siguiente
    cita: "Esta Ley no crea las regiones como entidades
    territoriales, sino que concibe a las regiones como instancias de
    planificación"
    14

    En 1992, el Secretario General de la Comisión de
    ordenamiento territorial, Orlando Fals Borda argumentaba que:
    "… la actual división es en gran medida
    arbitraria y disfuncional, pues ya no responde a las necesidades
    de los pueblos para los cuales se había diseñado, a
    veces desde los tiempos
    coloniales"
    15

    En consecuencia, a los habitantes del Bajo Cauca, nos
    toca, después de 21 años de mandato constitucional,
    resignarnos con el menos peor de dos males, pues si las regiones
    no van a ser reconocidas como entidades territoriales,

    ¿Qué esperar para las subregiones?
    Sólo tener paciencia e ir al encuentro del pragmatismo y
    la maleabilidad que la LOOT da a los departamentos y municipios,
    como ordenadores del gasto, para ejecutar acciones de
    conveniencia común y transferir competencias, previa
    concertación.

    Con base en lo anterior, pregonar que el Bajo Cauca es
    una subregión, se convierte en un asunto
    socio-integracionista, en términos de solidaridad y
    sentido de pertenencia, suplicante de la voluntad política
    de gobernadores y alcaldes para la planeación
    interdepartamental e intermunicipal.

    En ese contexto y con mentalidad temeraria, se puede
    argumentar que el Bajo Cauca sí es una subregión,
    por cuanto su vocación económica, está
    definida, pues su condición de territorio minero, ha
    determinado, históricamente su aptitud empresarial, no
    obstante desempeñar otras actividades como la
    ganadería, la pesca, la extracción forestal y la
    agricultura, las cuales no han sido asumidas como alternativas
    importantes de desarrollo subregional16

    Si se considera que la subregión del Bajo Cauca
    es un territorio organizado, con capacidad de respuesta a la
    globalización, desde lo local, tendremos que anticipar la
    frustración, pues no hay, en términos reales (de
    pronto sí potenciales), factores de desarrollo, con
    independencia y autonomía.

    En consecuencia, el Bajo Cauca, no es una unidad
    territorial socioeconómica autónoma, que pueda
    garantizar su supervivencia como espacio geográfico, en
    tanto carece de competencia para el acceso a recursos, por cuanto
    el escenario no está preparado para cumplir tareas de
    manufactura, ni de comercialización de los insumos y
    productos, que demanda la sociedad de consumo; tampoco se
    vislumbra, en el mediano plazo que haya acciones de
    integración que apunten al aprovechamiento de las
    tendencias de la economía global.

    Esa percepción diagnóstica, (no gratuita)
    del Bajo Cauca, induce a repensar el concepto de subregión
    y a renovar el discurso del desarrollo territorial, en el
    entendido de, no solamente hacerlo atractivo a los
    inversionistas, sino de establecer organizaciones con estructura
    socioempresarial, que avalen el acomodo de los territorios al
    entorno competitivo, aplicando acciones estratégicas en el
    ámbito económico y político que estén
    en condiciones de conectarse al proyecto la Gran Mojana y a los
    territorios subnacionales, si es que en verdad hay
    vocación competitiva, en todos los términos que
    ésta involucra.

    El anterior planteamiento, lo apoyamos en el concepto de
    lo territorial, atribuido al IICA: "…el territorio es
    considerado como un producto social e histórico –lo
    que le confiere un tejido social único-, (…) el
    enfoque territorial busca fundamentalmente, la integración
    de espacios, agentes, mercados y políticas públicas
    de intervención…"
    17

    De no ser así, continuaremos siendo una comarca
    sustentada en el desarrollo paternalista que permita el
    asistencialismo estatal, y esperanzada en las benévolas
    posibilidades de las coyunturas circunstanciales y
    politiqueras.

    En buena hora, Ambacán (Asociación de
    Municipios del Bajo Cauca), la Cámara de Comercio, el
    Consejo de Competitividad Subregional, el Centro Antioquia "E"
    Bajo Cauca, la Fundación Bavaria en convenio con otras
    entidades e instituciones, con su programa Destapa Fututo en tu
    región, Lineamientos de Ordenación Territorial de
    Antioquia (LOTA), y Adra, (Agencia para el Desarrollo Regional de
    Antioquia) aunque tímidamente, están promoviendo un
    nuevo quehacer de carácter socio-empresarial, pretendiendo
    fortalecer la institucionalidad y la promoción de la
    competitividad subregional, con énfasis en el desarrollo
    local.

    Por su parte, la Unidad de Desarrollo Social y
    Comunitario, de Caucasia, desde septiembre del año 2008,
    ha estado coordinando, sin logros considerables, con los
    responsables de Desarrollo de la Comunidad de los otros 5
    municipios del Bajo Cauca, un trabajo en equipo, en
    búsqueda de la integración subregional, mediante la
    cual, se espera, a mediano plazo, adelantar acciones conjuntas
    que generen liderazgo en la cohesión social e inyecten
    dinámica en el emprendimiento comunitario.

    En consecuencia, el 26 del mes mencionado, se
    firmó en Caucasia, un documento con la presencia de cuatro
    de los seis responsables de las Oficinas Municipales de
    Desarrollo Comunitario del Bajo Cauca, siendo ellos Briller
    Ochoa, de El Bagre; John Farid Macea Martínez, de
    Cáceres; Leonor Pulgar Benítez, de Zaragoza y
    William Cuevas Amaya, de Caucasia.

    El contenido del documento fue:

    1. Unificación de criterios,
    para el acompañamiento a procesos interinstitucionales e
    intrainstitucionales, con la finalidad de:

    a) Solicitar a las entidades departamentales y
    nacionales, contribuir con el normal desarrollo planeado de las
    Oficinas de Desarrollo Social y Comunitario, remitiendo su
    cronograma de actividades con anticipación, para no
    entorpecer las actividades ya agendadas, excepto asuntos de
    fuerza mayor. (Se incluye Estrategia Juntos, Laboratorio de Paz,
    Consejo Subregional de Planeación, Secretarías de
    la Gobernación de Antioquia, hospitales de primer y
    segundo grado, Cooperación Internacional entre
    otras)

    b) Coordinar con los alcaldes y jefes de dependencia, la
    determinación de un día cada mes, para reunirse, en
    espacio público, con todas las organizaciones e
    instituciones que tienen asentamiento en cada municipio del Bajo
    Cauca, con la finalidad de escuchar inquietudes, plantear
    soluciones y adquirir compromisos. (Compos, indígenas,
    negritudes, Cooperativas, Grupos de mujeres, Dapard, JACs y
    demás) esa reunión facilitará el
    conocimiento amplio de las acontecimientos locales, la
    ejecución de tareas y medición de
    logros.

    c) Gestionar ante los Alcaldes y Concejos municipales,
    la definición uniforme del nombre de las oficinas
    municipales que tienen la tarea del Desarrollo
    Comunitario.

    d) Celebrar conjuntamente, el último viernes de
    noviembre de 2008, en Caucasia, los 50 años de la
    institucionalización de la Acción Comunal en
    Colombia.

    e) Caracterizar las formas organizacionales de la
    subregión, para establecer prioridades y
    metodología de trabajo social y comunitario.

    f) Optimizar los recursos existentes y
    presupuestar, objetivamente, la Inversión
    Social para el año 2009

    g) Plantear ante el Congreso de la República, que
    mediante ley, sean los municipios o el municipio eje de cada
    zona, los que concedan los autos de reconocimiento a las JACs,
    premien, sancionen, orienten y dirijan toda la plataforma
    organizacional de éstas, pues son los municipios los
    conocedores de sus juntas de acción comunal y sus
    circunstancias, para evitar con ello, la tramitomanía
    departamental, los altos costos y las tardanzas en la
    solución de los problemas comunes de estas
    organizaciones.

    2. Mecanismo ágil y permanente de
    comunicación

    Para que no se disipe el liderazgo de cada oficina de
    Desarrollo Comunitario Municipal por trabajar en forma aislada y
    descoordinada y elaborar agenda conjunta, con vigor subregional,
    para la gestión ante las entidades departamentales,
    nacionales e internacionales.

    3. Liderar la institucionalización del
    Encuentro Subregional de LÍDERES Y DIRIGENTES del Bajo
    Cauca.
    Se presentó la iniciativa a los respectivos
    alcaldes, para conocer su intención de apoyo, pero no
    trascendió

    4. Promover una feria subregional de
    exposición comunitaria y social (EXPOCOMUNAL)

    Debería ser realizada cada año, previa
    planeación del Comité Subregional de Directores de
    Desarrollo Social y Comunitario, no hubo respaldo
    institucional.

    5. Motivar la creación del
    Boletín Comunal Subregional

    Los asistentes se comprometieron a darle vida a esta
    propuesta, sensibilizando las organizaciones comunitarias y
    sociales de sus municipios. Sólo Caucasia y El Bagre lo
    intentaron.

    Aunque los funcionarios hicimos hasta lo imposible, en
    divulgación propositiva, fue visible la falta de voluntad
    política de los primeros mandatarios locales del
    período 2008-2011 y de la Gobernación de Antioquia,
    aunque hubo apoyos aislados. Y no nos digamos mentiras, nos
    faltó verraquera (Perdón por la palabra coloquial)
    Ya hemos tocado las puertas de los nuevos responsables, en cada
    municipio, del Desarrollo Comunitario, durante el período
    2012-2015, y se percibe un ambiente positivo. Eso motiva a seguir
    trabajando con insistencia en ese proyecto.

    El Bajo Cauca, como todas las subregiones y zonas de
    Antioquia y Colombia, está inmerso en el modelo universal
    de la Apertura Económica; situación que demanda
    liderazgo en el desarrollo subregional; exige idoneidad en la
    orientación de capitales propios y extranjeros; reclama
    capacidad competitiva para ser autosostenible; demanda idoneidad
    en la aplicación de estrategias que lo integren y
    articulen territorialmente y reclama Pedagogía y
    Andragogía en aspectos formativos de capital social y
    económico, gubernamentales y administrativos; de tal
    manera que llegue a convertirse en una subregión o zona
    equilibrada. A este respecto, el extinto gobernador Guillermo
    Gaviria

    Correa, decía: "…resulta urgente
    potenciar las regiones, hacerlas competitivas, según sus
    vocaciones y que lleguen a actuar directamente con el mundo
    globalizado…"

    Pero lo que para Guillermo Gaviria Correa, como
    gobernador, era "urgente", para otros gobernadores, no lo era, ni
    siquiera para quien lo reemplazó después de su
    secuestro y trágica muerte, el hoy senador Eugenio Prieto
    Mesa, ni para su hermano, quien asumió la
    gobernación en el año 2004. Sólo en el
    período del gobernador Luis Alfredo Ramos Botero, la
    Dirección Departamental de Planeación,
    tímidamente, intentó realizar el Plan
    Estratégico del Bajo Cauca, mediante formatos enviados a
    supuestos "expertos" por ser personas que habitaban la zona y
    aparecían en los listados de asistencia a jornadas de
    capacitación que desde la gobernación de Antioquia
    brindaban en la subregión, para que después de
    diligenciados los enviaran a Medellín.

    Por fortuna, la Secretaría Técnica del
    Consejo Subregional de Planeación del Bajo Cauca,
    conformado en el año 2008, se dio cuenta de este absurdo
    proceder y mediante intervenciones escritas se logró que
    planeación Departamental se trasladara al Bajo Cauca,
    previa convocatoria ampliada a líderes, para hacer un
    trabajo in sito y participativo.

    Por iniciativa de la Fundación Oleoductos de
    Colombia y los alcaldes del período 2008-2011, liderados
    por Víctor Darío Perlaza Hinestrosa, alcalde de
    Zaragoza y presidente de Ambacán, en el Bajo Cauca, fue
    constituido el Consejo Subregional de Planeación,
    instalado el 12 de diciembre/08, en la Cámara de Comercio
    de Medellín para Antioquia, subsede del Bajo Cauca,
    soportado en el espíritu de la Ordenanza 34 de
    noviembre/06, pero sin la intervención de la
    Administración Departamental, pues en esa fecha no
    habían sido decretadas las funciones ni su
    composición, y en mayo del 2012, cuando escribimos estas
    notas, no se conoce que haya decreto alguno en esta
    materia.

    Si el gobernador Aníbal Gaviria, promotor de la
    Ordenanza 34 en el 2006, no decretó las funciones ni la
    composición de los consejos subregionales de
    concertación y unidades técnicas de
    planeación zonales y subregionales; si el gobernador Luis
    Alfredo Ramos, quien lideró los planes estratégicos
    subregionales, tampoco lo hizo, ¿qué argumentos
    pueden hacernos creer que el gobernador Sergio Fajardo sí
    lo va a hacer? Y así pasarán períodos, y
    más gobernadores, y más alcaldes y más
    concejales, sin que el decreto exista, a lo menos en el papel,
    porque, políticamente, nadie puede garantizar que los seis
    alcaldes y los seis concejos se pongan de acuerdo para apoyar
    clara, libre y abiertamente la Ordenanza y aplicar el decreto, en
    concordancia con ella.

    Lo curioso es que la Ordenanza 34 de noviembre de 2006,
    en el párrafo dos del artículo 2º plantea
    "… propiciando la coherencia y articulación
    necesaria entre los nuevos espacios (subregionales y zonales) y
    los organismos e instancias vigentes en los ámbitos
    municipal y departamental"
    Se infiere, entonces, que hay
    instancias vigentes departamentales y municipales y nuevos
    espacios subregionales y zonales no vigentes. ¿Acaso esas
    últimas son la realidad del Bajo Cauca? ¿De
    qué estamos hablando?, es decir, el Bajo Cauca, hasta
    ahora es visualizado como un espacio nuevo, pero ¿es
    subregión o es zona? ¿Qué organismos o
    instancias lo estructuran?

    Además, la misma Ordenanza establece que la
    coherencia y la articulación son "…necesarias
    entre los nuevos espacios (subregionales y zonales)"
    Es
    pertinente reconocer que aunque tardíamente, se ha
    iniciado el proceso de darle importancia a la coherencia y a la
    articulación.

    Considera el autor, de estas digresiones, que mientras
    la subregión o la zona, tenga que estar supeditada a
    "…la refrendación o validación formal,
    tanto de los cabildos locales como de los alcaldes de los
    municipios respectivos",
    según lo determina el
    parágrafo del artículo 2º, de la Ordenanza
    34/06, no habrá ni subregión ni zona vigentes, pues
    no existe norma jurídica ni administrativa que
    constriña a concejales y alcaldes a vincularse por mandato
    a un proyecto subregional o zonal o provincial, máxime
    cuando la misma Ordenanza establece que el Sistema Departamental
    de Planeación "…debe estar precedido y
    acompañado de una clara, libre y abierta
    determinación de apoyo de los gobiernos
    locales…"

    Todo lo anterior implica que la voluntad política
    de los seis alcaldes sea unívoca, como también la
    de los seis concejos. ¡Pobre Bajo Cauca! Si los seis
    alcaldes, no se ponen de acuerdo para darle sostenibilidad a la
    Asociación de Municipios, menos van a hacerlo para darle
    vigencia a la subregión, pues son varios partidos los
    representados en esos alcaldes; partidos que trazan línea
    con base en sus propios intereses, más los intereses
    particulares de los primeros mandatarios locales. Si seis
    alcaldes no logran ponerse de acuerdo,

    ¿Cómo creer que se van a poner de acuerdo
    seis concejos municipales, cuando la diversidad de intereses y
    compromisos políticos son múltiples?
    Entiéndase que no es difidencia de quien esto escribe,
    pues ya lo había dicho premonitoriamente, el
    sociólogo Orlando Fals Borda "Las provincias se
    constituirán (…) mediante la asociación de
    municipios afines y circunvecinos en un departamento. Se crean
    por ordenanza a iniciativa del gobernador, de los alcaldes o de
    un número determinado de ciudadanos. (…)
    Además incluye las reacciones de la clase política
    cuyos intereses pueden verse afectados por el proceso, pues
    tienen algo que perder o ganar con los cambios
    realizados"
    18

    ¿Dónde está el liderazgo de los
    políticos locales? ¿Por qué no se ha
    trabajado esa iniciativa entre mandatarios locales?
    ¿Qué pasa con los pobladores que no han hecho uso
    de los derechos de participación para promover siquiera la
    constitución de la Provincia del Bajo Cauca y lograr que
    la Asamblea Departamental la legitime mediante
    Ordenanza?

    Podría pensarse que el autor es
    pesimista y/o aguafiestas, lo cual no es cierto, pero para
    demostrarlo, basta con leer lo que afirma un estudio de la U de
    A, para conocer esa problemática: "…no existe
    conciencia clara de región (…), y faltan dirigentes
    con arraigo territorial que piensen su desarrollo
    socioeconómico"
    19

    También, la prensa antioqueña, soportada
    en un estudio del Banco Mundial y Planeación Nacional
    sobre el "Sistema de ciudades: una visión del caso
    colombiano",
    corrobora la idea que sacude nuestro
    pensamiento, cuando afirma:

    "No sólo tenemos un país desconectado
    entre sí, sino que no hemos podido ni siquiera
    desembotellar nuestros pequeños territorios locales
    (…), se ha pensado desde el centro, de Bogotá hacia
    las regiones, de las capitales hacia los municipios y desde
    éstos hacia sus zonas rurales, sin un eje que los articule
    y propicie la competitividad del
    país"20

    El artículo 6º de la Ordenanza 34 de
    noviembre de 2006, establece que habrá consejos
    subregionales de concertación, en los ámbitos
    subregional y zonal, y también unidades técnicas de
    planeación zonales y subregionales, instancias que
    serán definidas mediante decreto de la
    Administración Departamental.

    En consecuencia, si no hay decreto Departamental, no
    puede haber consejo de concertación subregional ni zonal,
    Es decir, siempre estaremos en contravía a lo planteado
    por Guillermo Gaviria Correa, quien categóricamente
    afirmaba: "El centralismo, con todos sus requisitos formales
    y burocráticos impide que la nación se inserte en
    la aldea global…"

    Esa sentencia del inmolado gobernador, nos indica que la
    integración subregional, aunque debe ir en yunta con el
    Estado en la descentralización, sin eximirlo del ejercicio
    de sus responsabilidades constitucionales y sociales,
    también debe trascender las habituales prácticas
    del centralismo y del asistencialismo, mediante una efectiva
    autogestión, que abra el espacio para una libertad
    territorial de nuevo estilo, en la que resalte la visión
    que el Bajo Cauca tiene acerca de su propio destino.

    Cuando afirmamos que el Bajo Cauca es una porción
    terrestre del departamento, estamos aseverando, entre otras
    cosas, que es una sociedad, que potencialmente, puede compartir
    valores, creencias y costumbres; además, es posible
    cultivar en ella el arraigo y la identidad territorial, con
    intercambio económico, (ya existente), pero que aún
    carece de un régimen subregional estructurado. Todos esos
    componentes, expresados, indican que nos estamos refiriendo a una
    sociedad dinámica e interactuante, convocada a trascender,
    en términos jurídicos y administrativos, la
    noción de una porción terrestre delimitada. Eso es
    lo que puede inferirse de las citas que aparecen a
    continuación:

    "…lo territorial es un referente para la
    definición de intereses y proyectos
    comunes…"
    21

    "El territorio es entendido (…) como una
    construcción social en un espacio donde múltiples
    actores establecen relaciones económicas, sociales,
    culturales, políticas e institucionales, condicionadas por
    determinadas estructuras de poder y por las identidades de
    aquellos actores. Además del área geográfica
    se trata de las interacciones entre actores, instituciones y
    estructuras de poder"
    22

    Claro que en el Bajo Cauca existen relaciones
    económicas, sociales, culturales, políticas e
    institucionales, pero ¿cuáles son las estructuras
    de poder que le dan vida al Bajo Cauca como subregión? En
    este territorio no existe interdependencia, sino dependencia
    absoluta. Dependencia absoluta de las estructuras de poder
    nacionales y departamentales. Se preguntará el
    lector

    ¿Cómo se demuestra semejante
    afirmación tan categórica? ¿De dónde
    sale tan espinoso exabrupto?

    No veo motivos para que usted, amigo lector, se
    sorprenda, pues sólo basta con leer la siguiente
    transcripción textual para darse por enterado: "…,
    el territorio es considerado como un producto social e
    histórico –lo que le confiere un tejido social
    único-, dotado de una determinada base de recursos
    naturales, ciertas formas de producción, consumo e
    intercambio, y una red de instituciones y formas de
    organización que se encargan de darle cohesión al
    resto de los elementos"
    23

    Está claro que no hay Ordenamiento espacial,
    social ni jurídico subregional. Existe la
    Asociación de Municipios, la cual fue creada para
    converger en asuntos de carácter
    político-administrativo, pero se quedó sólo
    en el nombre, pues nunca ha funcionado como Corporación
    con sentido de pertenencia, ni ha asumido la política como
    asunto público, ni fomentado la responsabilidad
    cívica, ni promovido debates ciudadanos para considerar
    alternativas de solución a los problemas conjuntos de los
    municipios representados en ella;

    Aunque el concepto de cohesión territorial,
    todavía está en debate, podríamos afirmar
    que cohesión territorial, es un proyecto de
    política pública que a futuro se ocupará de
    asuntos como el mejoramiento de las condiciones de vida en
    territorios locales, el fomento de municipios competitivos y
    sostenibles a nivel global, un proyecto que enfrentará la
    marginación social en veredas y centros urbanos; un
    proyecto que propenderá por el mejoramiento del acceso a
    la educación, de la asistencia en salud y la
    prestación de servicios básicos en territorios con
    características geográficas específicas que
    presentan dificultades. De tal magnitud es el alcance de la
    cohesión territorial, que podría ser considerada un
    elemento metodológico, para hacer que la compleja
    diversidad de la pluriculturalidad, se convierta en un activo
    social, que contribuya al desarrollo sostenible de la
    subregión. Eso es lo que alcanzo a percibir de la lectura
    que hago del siguiente enunciado:

    "La cohesión territorial consiste en
    garantizar un armonioso desarrollo de todos esos lugares y lograr
    que sus habitantes puedan aprovechar al máximo sus
    características
    inherentes"
    24

    Es de esperar, entonces, que desde la perspectiva de la
    interacción efectiva, el Bajo Cauca, alcance, más
    temprano que tarde, la presencia activa de un Capital Social que
    construya confianza ciudadana, que promueva procesos
    indestructibles de cambio armónico en el desarrollo humano
    y social, que contribuya en el mejoramiento de la calidad de vida
    de sus pobladores, que aporte al fortalecimiento de la
    cohesión social, que construya escenarios favorecedores
    del desarrollo sistémico, que sea exigente en el leal
    cumplimiento colectivo del Contrato Social, que haga
    acompañamiento solidario de la economía subregional
    y que ayude a conservar el equilibrio institucional..

    El Bajo Cauca demanda la apremiante
    reconstrucción de su tejido social, apoyándose en
    las políticas departamentales de "Antioquia un hogar para
    la vida"; "Antioquia la más educada," en la
    política de Seguridad Democrática; en los procesos
    exitosos de reinserción, respaldados por la Ley de
    Justicia y Paz; en el proyecto de la Empresa subregional de
    acueducto; en proyectos del Agro Ingreso Seguro; desde la
    perspectiva de la sustitución de cultivos ilícitos,
    como: Cordón cauchero y cacaotero, Centros provinciales,
    Programa de palma de aceite; Antioquia potencia forestal,
    Caña (agroindustria panelera) y del Plan

    Estratégico de la ganadería colombiana
    2019. Este último plantea que "En las regiones
    productoras, la urdimbre hoy rota del tejido social se
    habrá reconstruido alrededor de la cultura ganadera y del
    bienestar que genera una actividad económica pujante. Y
    para ello, la responsabilidad social será una nueva
    impronta de la ganadería colombiana, a través de su
    formalización empresarial y del cumplimiento de sus
    compromisos y obligaciones con la
    sociedad
    y con la naturaleza, a la cual le habrá devuelto diez
    millones de hectáreas no aptas para la actividad ganadera
    tradicional, al tiempo que la producción se habrá
    ceñido a los más estrictos
    estándares"
    25

    Partes: 1, 2

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