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Aztecas: cultura mexicana




Enviado por rod28



    Cultura Mexicana

    Antecedentes:

    Para poder hablar
    de los Aztecas, debemos
    remontarnos un poco de tiempo
    atrás de ellos, de tal forma que, al menos, encontremos
    algunas de sus raíces. No es posible establecer nada
    seguro acerca
    de estos antecedentes, pero nos podrá dar una idea clara y
    una perspectiva de que la historia, aún cuando
    existen diferentes opiniones en las fuentes de
    información, únicamente difieren en
    fechas y pequeños acontecimientos que realmente no son de
    gran trascendencia comparados con lo que sucedió
    después de la fundación de la gran
    Tenochtitlan.

    Cholula estuvo habitada, aproximadamente hasta el
    año 800 d. C., por gente teotihuacana que fue desalojada
    de allí por los Olmecas (de origen popolocamixteco) que
    dominó durante unos 500 años y que pronto
    extendió su influencia hasta el centro de Veracruz; bajo
    su empuje cayeron la provincia cultural de Cerro de las Mesas y
    la región de los Tuztlas. Los habitantes nahuas de ambos
    lugares junto con los teotihuacanos (recientemente expulsados de
    Cholula), iniciaron una migración
    en masa, llamada de los pipiles, y se establecieron en la
    región chiapaneca del Soconusco, de donde más tarde
    se movieron hacía Centroamérica, quedándose
    la mayoría en Guatemala, El
    Salvador, Honduras y Nicaragua; pequeños grupos radicaron
    en Costa Rica y
    Panamá.
    Algo antes del año 900, una parte de los pipiles
    inició un movimiento
    migratorio hacía el norte y llegó a Tula, donde,
    bajo el nombre de nonoalca colaboró con los
    tolteca-chichimeca en la formación del imperio
    tolteca.

    Hacía 900 d. C., se produjeron cambios en el
    clima de la
    región donde floreció la cultura
    proto-tolteca, cuyo centro fue probablemente La Quemada, al sur
    de Zacatecas, y esto originó la invasión de las
    tribus tolteca-chichimecas al Valle de México, se
    apoderó de Acolman y Teotihuacán y
    estableció su capital en el
    Cerro de la Estrella (cerca de Iztapalapa). Desde ahí
    realizó conquistas como la de las Siete Cuevas
    (Chicomóztoc), región situada entre Tula y
    Jilotépec, (antes propiedad de
    los otomíes) quizá a la caída de
    Teotihuacán. Esos tolteca-chichimecas que dominaron a los
    otomíes y se mezclaron con ellos constituyeron más
    tarde el imperio tolteca.

    Un señor (rey) llamado Topiltzin
    decidió cambiar la capital de su
    imperio (tal vez a causa de la presión que desde Cholula
    ejercían los Olmecas), primero temporalmente, a Tulancingo
    y después a Tula, sitio estratégico que le
    permitía dominar los valles del Mezquital y de México y
    que por su proximidad a la frontera con los indios
    bárbaros, le facilitaba detener sus
    incursiones.

    Topiltzin tuvo un reinado muy próspero;
    fomentó la cultura y las
    artes, desterró los sacrificios humanos y trató de
    afianzar en su pueblo el culto a su dios "Quetzalcóatl"
    (Serpiente emplumada), pero esto disgustó a los
    tolteca-chichimecas que veneraban a Tezcatlipoca, deidad que
    exigía sacrificios.

    Al producirse el colapso de Tula, bandas de
    bárbaros irrumpieron desde el sur de Texas hasta entrar al
    Valle de México en
    el siglo XIII, y sólo se detuvo ante la barrera
    montañosa del Ajusco, que vino a ser la nueva frontera
    mesoamericana entre los sedentarios y los nómadas,
    entonces los toltecas fueron desplazados del centro de México y
    se diseminaron.

    Poco después los acolhuas fundaron el
    señorío de Huejotzingo, se fortalecieron y
    derrotaron a Cholula, fundaron la "República de Tlaxcala"
    (no el estado,
    sino el conjunto de cuatro señoríos:
    Tepetícpan, Ocotelolco, Tizatlán y Quiahuiztlan).
    Mientras tanto, los chichimecas fundaban un señorío
    en la región tetzcocana, donde la civilización
    aumentó, tomando el idioma nahua y se volvieron
    sedentarios. Todo lo anterior, nos da una gran idea de lo que
    sucedía en el valle de México
    antes de la llegada de los Aztecas.

    Los mexicas, nacimiento de los Aztecas y su
    viaje:

    Los mexicas procedían, según parece, de un
    lugar llamado Aztatlan o Aztlán, que según varias
    leyendas
    significa "lugar de garzas", por lo cual, se les conoce mejor
    bajo el nombre de aztatecas o aztecas,
    aún cuando ellos preferían denominarse
    culhuas-mexicas.

    Se dice que Aztatlan estaba situado en una isla de la
    laguna de Mexcaltitlan en la costa de Nayarit y que el grupo
    salió de ahí entre el año 890 y el 1111,
    atravesaron primero algunas regiones del norte de Jalisco y
    después, siguiendo el curso del río Lerma, partes
    de Guanajuato y Michoacán.

    Los mexicas eran, atlacachichimeca, es decir,
    "pescadores y cazadores", y no es posible reconstruir en detalle
    el itinerario que habían seguido hasta que llegaron a las
    inmediaciones de San Juan del Río, desde donde se cuenta
    con mas información hasta su llegada al Valle de
    México. Tenían por costumbre encender cada 52
    años (duración de un ciclo en su calendario), un
    fuego nuevo; el primero celebrado después de iniciada su
    peregrinación fue el de Coatépec, en la
    región nor-oriental del Valle de México, en el
    año 2 caña (1163). Allí nació,
    según un mito, el dios
    Huitzillopochtli (Colibrí del Sur), hijo de Coatlicue que
    era un hechicero que rendía culto a Tezcatlipoca, era su
    caudillo y su dios más venerado. Después de
    él tuvieron otros caudillos-sacerdotes hasta
    Ténoch, el último, quien auspició la
    fundación de Tenochtitlan y quién le dio su nombre;
    aunque también recibió el nombre de México,
    en honor de Huitzillopochtli o también conocido como
    Mexitlí.

    A raíz de encender el fuego nuevo de 1163, los
    mexicas se trasladaron a Tula, y posteriormente se desplazaron a
    Apazco, por donde celebraron el siguiente fuego nuevo en 1215.
    Penetraron otra vez al Valle de México y se establecieron
    temporalmente en diversos sitios como Zumpango y Cuauhtitlan.
    Continuando su peregrinación llegaron a Ecatépec,
    bordearon el sur de la sierra de Guadalupe y arribaron a
    Tecpayocan, el actual cerro de Santa Isabel, cerca de los "Indios
    Verdes", en donde encendieron su tercer fuego nuevo en 1267. De
    allí, penetraron a tierras del señorío de
    Azcapotzalco, gobernado entonces por Acolnahuacatzin, quien les
    permitió avecindarse en sus dominios como tributarios,
    hasta que, cuando les gobernaba su primer rey Huitzilihuitl,
    entre 1273 y 1276, se establecieron en
    Chapultépec.

    En realidad, desde su salida de Tula hasta su llegada a
    Chapultépec, los mexicas sólo permanecían,
    en calidad de
    "paracaidistas", unos años en cada lugar por donde
    pasaban, pues todas las tierras estaban ocupadas y nadie les
    quería como vecinos por ser muy pendencieros, practicar
    formas crueles de sacrificios humanos, y tener la costumbre de
    robarse a las mujeres casadas. En Chapultépec, sitio
    estratégico de fácil defensa, se sintieron al fin
    seguros y
    desde allí comenzaron a merodear por los lugares
    próximos, haciéndose, como siempre, odiosos a sus
    vecinos. Estos, cansados de soportarlos, formaron una
    coalición con casi todos los señoríos del
    Valle de México, encabezados por el de Xaltocan y, en
    1319, lograron derrotarlos gracias a una estratagema urdida por
    los tepanecas: éstos les hicieron creer que necesitaban su
    ayuda militar para combatir a los de Culhuacán. Así
    lograron que salieran de Chapultépec todos los guerreros
    quedando sólo los ancianos, las mujeres y los
    niños, a quienes fácilmente pudieron aprisionar.
    Desmoralizados los mexicas fueron vencidos por los culhuas y
    quedaron como sus cautivos o siervos, confinados en Tizapan,
    lugar poblado de serpientes. Los de Culhuacán esperaban
    que éstas hiciesen perecer a muchos de los prisioneros,
    pero resultó que los mexicas consiguieron
    exterminarlas.

    Más tarde, los culhuas, que sostenían una
    ardua lucha contra los xochimilcas, utilizaron a los mexicas como
    soldados mercenarios para vencer a sus enemigos y les ofrecieron
    la libertad a
    cambio de 8000
    prisioneros xochimilcas. Por ser reducido el grupo mexica y
    no poder conducir
    hasta Culhuacán a los 8000 prisioneros, se contentaron con
    cortarles las orejas y llevar éstas, en sacos, a
    Coxcoxtli, señor de Culhuacán, el cual,
    horrorizado, les concedió la libertad y les
    permitió establecerse en Mexícatzingo. Edificaron
    allí de inmediato un templo en honor a Huitzillopochtli y
    pidieron a Coxcoxtli una hija "para tenerla como una reina y
    venerarla como una diosa
    ". Sin saber que los mexicas se
    proponían desollarla accedió el señor
    culhua, e incluso aceptó la invitación que le
    hicieron para que él mismo fuera a reverenciarla. Cuando
    se percató de lo que habían hecho se
    enfureció e hizo que sus súbditos persiguiesen sin
    tregua a los mexicas y los arrojaran a los carrizales que
    había a orillas del lago, en donde encontraron refugio en
    un islote abandonado.

    Fundación de
    Tenochtitlan:

    En aquel islote fue donde, según la historia, vieron la
    señal expuesta por Huitzillopochtli: el águila
    devorando una serpiente sobre un nopal y empezaron a edificar
    Tenochtitlan en 1345. Doce años después otro
    grupo mexica
    se estableció en un islote contiguo, fundando Tlatelolco
    en 1357. Tenochcas y tlatelolcas quedaron sometidos al
    señor de Azcapotzalco, pagando en los primeros años
    tributos muy
    onerosos.

    Ténoch conservó la suprema autoridad
    hasta su muerte en
    1369. Dos años antes, en 1367, los mexicas conquistaron
    Culhuacán en provecho de Tezozómoc (señor
    Tepaneca, vecino de Huejotzingo y Tlaxcala), y los señores
    que allí reinaban encontraron asilo en Coatlichan. A
    la muerte de
    Ténoch, algunos nobles mexicanos fueron a solicitar a
    Coatlichan que un príncipe culhua, llamado Acamapichtli,
    viniese a residir en México, aunque todavía no con
    la calidad de rey,
    que sólo tuvo a partir del año de 1376.

    Tezozómoc estimó conveniente convertir a
    los mexicas de soldados mercenarios en socios de sus empresas de
    conquista. Así, después que los Tenochcas
    conquistaron Culhuacán en 1367 y los tlatelolcas Tenayuca
    en 1371, alcanzaron el rango de señoríos Tlatelolco
    y Tenochtitlan: el primero, en 1375, con Cuacuahpitzáhuac
    como rey, hijo de Tezozómoc, quien gobernó hasta
    1409 o 1418; el segundo, en 1376, cuando subió al trono
    Acamapichtli, descendiente de los antiguos señores
    toltecas de Culhuacán, lo cual habría de inducir a
    los Tenochcas a considerarse corno herederos de las posesiones
    que habían pertenecido al imperio de Tula.

    Gracias a las conquistas de Acarnapichtl;
    -Xochímilco (1376), Mizquic (1378) y Cuitláhuac
    (1393)- quedó en poder de
    Tezozómoc el sur del Valle de México, excepto el
    señorío de Amecameca, aliado suyo. El último
    terreno que cayó en manos del señor tenochca fue el
    importante y extenso señorío de Cuernavaca, que se
    prolongaba hacia el sur, probablemente hasta el río
    Balsas, en el que abundaba el algodón, que ahora
    afluyó al Valle de México, utilizándosele
    para la fabricación de telas.

    Acamapichtli falleció en 1396; le sucedió
    su hijo Huitzilihuitl (1397-1417), quien engendró un
    vástago, Moteczuma llhuicamina, con la hija del
    señor de Cuernavaca, en 1398.

    Huitzilíhuitl derrotó a los xaltocameca en
    1400, a los de Chalco-Atenco en 1410 y combatió a los de
    Texcoco en compañía del señor de Tlatelolco
    y de otros vasallos de Tezozómoc. Se convirtió en
    un auxiliar tan valioso para Tezozómoc, que éste le
    dio en matrimonio una
    hija suya, unión de la que nació Chimalpopoca,
    quien sucedió a su padre en el trono de Tenochtitlan en
    1417, cuando apenas tenía 12 años.

    A medida que Tezozómoc asoció más
    estrechamente en sus empresas a sus
    vasallos mexicas, fueron disminuyendo los onerosos tributos que
    al comienzo les impuso hasta que, cuando Chimalpopoca
    subió al trono, por afecto a él, suprimió
    esas cargas y permitió que los Tenochcas gozaran de una
    situación de privilegio, cosa que disgustó a una
    parte considerable de los tepanecas.

    En 1418 Tezozómoc y sus aliados mexicas
    conquistaron Texcoco, ciudad que entregó aquél dos
    años después a Chimalpopoca. El tirano de
    Azcapotzalco, que murió en 1427, parece haber escogido
    como sucesor a su hijo Tayatzin, pero un hermano mayor de
    éste, Maxtla, le usurpó el trono. Poco
    después, al saber el usurpador que Chimalpopoca
    conspiraba, junto con otros señores, para derrocarlo y
    restablecer a Tayatzin, mandó encarcelarlo.
    Consideró esto el señor de Tenochtitlan como una
    terrible afrenta que lo indujo a darse la muerte.
    Entonces los Tenochcas eligieron rey a Itzcóatl, hijo de
    Acamapichtli y medio hermano de Huitzilihuitl.

    Mientras tanto, Nezahualcóyotl que, tras la
    pérdida de su trono de Texcoco en 1418, había
    vivido exiliado entre los huejotzingas y tlaxcaltecas, con cuyos
    señores trabó amistad,
    consiguió ayuda militar de ellos y celebró una
    alianza con ltzcóatl. Luego, aprovechando el resentimiento
    que guardaban los Tenochcas por los agravios que Maxtla
    infirió a Chimalpopoca, emprendió una lucha contra
    Maxtla en 1427. Logró, con sus aliados, vencer a
    Azcapotzalco en 1428, merced a la ocupación previa de
    Tacuba que sirvió como "cabeza de playa" para el ataque de
    la capital
    tepaneca. Entonces parece que Maxtla huyó a
    Coyoacán, lugar donde había gobernado antes de
    convertirse en señor de Azcapotzalco, luego a
    Cuauhximalpan y después a Tasco, sitio en que murió
    en 143l.

    Aunque había caído la capital de los
    tepanecas, Nezahualcóyotl e ltzcóatl, aliados ahora
    con el señor tepaneca de Tacuba, tuvieron que continuar
    luchando contra varios señoríos que habían
    formado parte de aquel imperio, y por eso les fue preciso llevar
    al cabo numerosas conquistas como la de Xochimilco en 1430 y la
    de Texcoco en 1431. En este año recuperó
    Nezahualcóyotl su trono y tres años más
    tarde se constituyo la Triple Alianza integrado por los
    señores de Texcoco, de Tenochtitlan y de Tacuba que, de
    común acuerdo, se repartieron los territorios hasta
    entonces sojuzgados y establecieron además el convenio de
    que los señoríos que posteriormente dominasen
    deberían pagarles tributo: dos quintas partes a Texcoco,
    otras tantas a Tenochtitlan y sólo una a
    Tacuba.

    Las guerras
    Floridas:

    Después de sojuzgado Azcapotzalco, los
    señoríos más poderosos del Valle de
    México fueron Tenochtitlan y Texcoco, gobernados por
    Itzcóatl y Nezahualcóyotl, respectivamente. Ambos
    emprendieron, en colaboración, una serie de conquistas.
    Ante todo prosiguieron la lucha contra los pequeños
    señoríos que habían dependido de
    Azcapotzalco y después ltzcóatl concentró
    sus esfuerzos en dominar las regiones occidental y meridional del
    Valle de México, gran parte del de Morelos y las tierras
    guerrerenses situadas al norte del Balsas, sometiendo a Tasco,
    Iguala y Tepecuacuilco.

    Al apoderarse de Cuahuacan, quedó Itzcóatl
    dueño de la sierra de Monte Alto y tuvo el camino abierto
    hacia Xilotépec. Aunque el poderío
    de los tlatelolca había disminuido, realizaron aún
    conquistas como la de Cuauhtinchan, al sur de Cholula, en 1438.
    Nezahualcóyotl por su parte, se ocupaba en recuperar todos
    los territorios que habían pertenecido al
    señorío de Texcoco y en colaborar con
    Izcóatl en las conquistas que éste hacía en
    los Estados de Morelos y Puebla, como, por ejemplo, la de la
    región que se halla entre Cuauhltla y Huaquechula, y que
    le permitieron extender sus dominios hasta Izúcar. Ambos
    soberanos fueron los forjadores de la grandeza de Texcoco y
    Tenochtitlan y establecieron las pautas políticas
    y sociales que habrían de seguirse.

    Muerto
    ltzcóatl en 1440, le sucedió Moteczuma Ilhuicamina,
    quien continuó la conquista, iniciada por su antecesor,
    del señorío de Xilotépec que se
    extendía a través del valle del Mezquital hasta
    Zimapan. De esta manera el río Moctezuma, límite
    actual de los Estados de Hidalgo y Querétaro, fue la
    frontera septentrional del imperio mexica y como tal quedó
    hasta la llegada de los españoles. Moteczuma
    también consolidó el dominio de las
    comarcas conquistadas por ltzcóatl en Morelos y Guerrero
    y, tras varios años de lucha, sujetó a los de
    Chalco-Arnecameca en 1465.

    En 1450 Nezahualcóyotl emprendió una
    campaña siguiendo el trazo de la actual carretera que va
    de Pachuca a Tuxpan, lo que le permitió introducir una
    cuña que separó a los huastecos de los totonacos,
    impidiendo así una posible y peligrosa alianza de
    ambos.

    Todo parecía sonreír a los tetzcocanos y
    Tenochcas cuando precisamente en ese año de 1450,
    comenzó una terrible hambre, provocada quizá por
    prolongadas sequías y cierta probable inexperiencia en las
    técnicas agrícolas, que los orilló a adoptar
    medidas desesperadas: la introducción de los sacrificios
    humanos en gran escala. Muchos
    mexicas se vendieron como esclavos a mercaderes totonacos por
    sólo 20 mazorcas.

    Estimando los sacerdotes que tan terrible crisis se
    debía a que la tierra
    desfallecía porque le faltaba vigor para producir frutos y
    que el sol tampoco
    era capaz de infundirle vida, decidieron que ambos no estaban
    debidamente fortalecidos con la especie de vino generoso que era
    la sangre humana y
    que, en consecuencia, había que derramar ésta con
    mayor profusión multiplicando el número de
    víctimas.

    Como los mexicas y tetzcocanos tenían un
    calendario según el cual el año constaba de 18
    meses de 20 días y en cada veintena debía
    celebrarse por lo menos una fiesta en que se hiciesen sacrificios
    humanos, era necesario asegurar el abastecimiento oportuno de
    víctimas, por lo general prisioneros obtenidos en
    campañas, y éstas podían ya sólo
    emprenderse contra señoríos relativamente alejados
    del Valle de México porque éste y las comarcas
    circunvecinas habían sido ya conquistadas. Para evitar el
    peligro de que no las hubiese ni a tiempo ni en el
    número requerido, se llegó a un acuerdo con los
    señoríos de Huejotzingo y Tlaxcala, también
    azotados por el hambre, mediante el cual se establecía la
    "Guerra
    Florida" (xochiyáoyotl), que no tendría como fin la
    conquista de territorios al enemigo, sino sólo la lucha
    contra él, en lugares y tiempos determinados, con objeto
    de obtener prisioneros que unos y otros contendientes
    sacrificasen a sus respectivos dioses. No existía, pues,
    entonces, una enemistad real entre ambos grupos, sino un
    pacto cuyos resultados creían mutuamente benéficos.
    Sin embargo, esas luchas periódicas llegaron a producir la
    rivalidad definitiva entre ellos, sobre todo después que
    Moteczuma I venció a los chalcas en 1465 y extendió
    sus dominios hasta la Sierra Nevada, en donde empezaban los de
    los huejotzinga.

    Como sí se hubiese acertado con la
    solución verdadera, en 1455 hubo frecuentes lluvias y
    cosechas abundantes. Los mexicas se sintieron más fuertes
    que nunca y se arrojaron impetuosos sobre las tierras más
    fértiles como si quisieran asegurar la obtención de
    tributos y
    evitar otra crisis como la
    sufrida.

    Desde Izúcar se lanzó Moteczuma I, a
    través de Acatlan y Huajuapan, contra el poderoso
    señorío de Coixtlahuaca, habitado por nahuas,
    mixtecos y chocho-popolocas y gobernado por Atónal,
    último soberano de una dinastía de origen tolteca
    establecida allí después de la ruina de Tula. Este
    señorío se extendía hasta Tuxtépec y
    la costa al norte del Papaloapan. La pelea, que fue muy
    reñida, empezó en 1458 y terminó en 1461 con
    la victoria de los mexicas. Con ella y con la extensión
    previa de Nezahualcóyotl hasta Tuxpan, quedaron cercados
    los territorios dominados por los huejotzinga y los que
    tenían los totonacas en el norte de Veracruz. Desde
    Tuxtépec y Cozamaloapan fue fácil para los mexicas
    conquistar en 1463 la provincia de Cotaxtla, que llegaba hasta
    Chalchiuhcueyehcan (el actual puerto de Veracruz), y no
    tardó en caer en sus manos Cuauhtochco (Santiago Huatusco,
    cerca de Cotaxtla).

    Cuando al fin Moteczuma I, tras dos décadas de
    lucha, sometió a Chalco-Amecameca, surgió una
    cierta hostilidad entre Tenochtitlan y Huejotzingo que quedaban
    convertidos en estados vecinos, y se agudizó cuando los
    Tenochcas sometieron en 1466 al señorío de Tepeaca,
    el más fiel aliado de los huejotzinga. Atacando desde
    aquí y desde Cuauhtochco, se apoderaron los mexicas de
    Orizaba, estrechando aún más el cerco que rodeaba a
    huejotzingas y totonacas.

    Las conquistas realizadas por Moteczuma le convirtieron
    en un soberano muy poderoso que recibía toda clase de
    tributos de
    los pueblos avasallados, entre ellos oro, jades, turquesas y
    ricas plumas, principalmente de la provincia de Tuxtépec,
    importante encrucijada comercial a donde llegaban desde el
    sudeste productos
    quizá hasta entonces casi desconocidos por los mexicas,
    como el cacao.

    Moteczuma tuvo especial predilección por el valle
    de Morelos y escogió Huaxtépec como lugar de
    recreo. Aclimató ahí toda clase de árboles y
    arbustos traídos del centro y sur de Veracruz. En las
    peñas de Chapultépec hizo grabar su efigie,
    costumbre continuado por sus sucesores. llhuicamina dio al
    estado
    tenochca su forma política definitiva y
    bajo su reinado debió surgir el arte característicamente mexica cuyos mejores
    logros fueron de índole escultórica.

    Al morir Moteczuma en 1469 fue elegido para sucederle
    Axayácatl, el primero de tres hermanos que reinaron uno
    tras otro. Ya éste se había distinguido al final
    del gobierno de
    Ilhuicamina en las campañas hechas en las comarcas de
    Cotaxtla Y Orizaba. Habiéndose sublevado esta
    última región, Axayácatl la
    reconquistó imponiendo un duro castigo a los
    rebeldes.

    Esplendor del Imperio Azteca:

    En 1473 tuvo una guerra con
    Moquíhulx, último soberano de Tlatelolco, quien
    había estado
    conspirando para formar una coalición contra los Tenochcas
    integrado por varios señores de los valles de
    México y Toluca. Denunció el complot a
    Axayácatl una hermana suya casada con Moquíhuix,
    ofendida por el abandono en que éste la tenía a
    causa de la preferencia que daba a otras mujeres. Sabedor de lo
    que contra él se tramaba, el rey tenochca atacó de
    improviso a los tlatelolcas, que se defendieron obstinadamente en
    su último reducto, el templo mayor. Moquíhuix
    pereció en la lucha y los tlatelolca quedaron sin soberano
    propio, obedeciendo desde entonces al de Tenochtitlan, hasta que
    se restauró la monarquía tlatelolca en 1515 con
    Cuauhtémoc, quien, años después,
    gobernó también en Tenochtitlan.

    Resentido Axayácatl, por haber conspirado con
    Moquíhuix algunos de los señoríos
    independientes matlatzincas, otomíes y mazahuas del valle
    de Toluca, corno los de Toluca, Xocotitlan y Xiquipílco,
    los atacó y conquisto tras ardua contienda en 1480.
    Enseguida se enfrentó a los tarascos en los confines de
    los Estados de México y Michoacán, pero
    éstos acometieron con tal ímpetu desde las
    fortificaciones hechas de madera que
    tenían en Tajimaroa (Ciudad Hidalgo), que derrotaron al
    ejército mexica. Por primera vez encontraban los Tenochcas
    un enemigo irreductible. Para atajar la expansión de los
    tarascos en Guerrero, que ocupaban ya las tierras bajas de
    Michoacán y de la cuenca del Balsas, se
    adueñó Axayácatl de Oztuma en el noroeste de
    dicho Estado y
    estableció allí una guarnición.
    Realizó también otras conquistas de regiones
    situadas al norte del Balsas, cuya subyugación, iniciada
    por ltzcóatl, había sido proseguida por
    Moteczuma.

    Aunque alguna fuente histórica atribuye a
    Axayácatl la conquista de Oaxaca, en realidad esta
    codiciada prenda cayó en poder de los
    mexicas bajo el reinado de Ahuízotl.

    En 1479 se dedicó la "Piedra del Sol" o
    "Calendario Azteca", porque en ese año, equivalente en la
    cuenta indígena a 13 ácatl, se conmemoraba la
    creación del quinto sol, ocurrida en ese mismo
    signo.

    Dos años después falleció
    Axayácatl y le sucedió su hermano Tizoc quien
    sólo gobernó cinco años, ya que murió
    envenenado en 1486. A pesar de que se le ha pintado como un rey
    cobarde, emprendió conquistas importantes, como la de la
    región de Nauhtla, Veracruz, efectuada coordinadamente con
    Nezahualpilli, hijo y sucesor de Nezahualcóyotl y
    también la reconquista de Yanhuitlan, Oaxaca.
    Además, en la "Piedra de Tízoc" aparecen otras
    victorias suyas, solo que en su lugar, como vencedor, figura el
    dios Tezcatlipoca.

    Bajo Ahuízotl, sucesor y hermano de los
    anteriores, alcanzó el imperio mexica su máxima
    expansión. Como después de la gran hambre de
    1450-54 cada nuevo soberano tenochca, al ascender al trono,
    iniciaba una campaña contra señoríos
    aún sin someter, para agregar más territorios al
    imperio y obtener suficientes cautivos con qué propiciar a
    los dioses, y como se acercaba además la dedicación
    del Templo Mayor, erigido en honor a Huitzillopochtli, se
    requerían numerosas víctimas. Para obtenerlas
    Ahuízotl hizo la guerra a los
    huastecos de la provincia de Xiuhcóac o Tziuhcóac
    (llamado por los españoles "Cicoaque"), y después a
    los zapotecas, logrando conquistar todo el valle de Oaxaca. De
    ambos sitios obtuvo innumerables prisioneros. Con el holocausto
    de no menos de 20,000 se solemnizó en 1487 la
    dedicación del Templo Mayor de Tenochtitlan. Aterrorizados
    ante el relato de esta hazaña inaudita, los habitantes de
    los más remotos confines de Mesoamérica, temblaron
    ante la posibilidad de que de entre ellos se reclutasen las
    próximas víctimas y el nombre del fiero monarca
    tenochca inspiró un pavor tal que todavía hoy se
    llama "ahuizote" a alguien a quien se teme constantemente o que
    produce una molestia continua.

    Ahuízotl se lanzó de nuevo sobre los
    paraísos veracruzanos arrasando y diezmando pueblos que se
    habían rebelado. A las provincias asoladas se llevaron
    colonias mexicas que reforzaron el predominio de la lengua nahua.
    Sojuzgó también este rey la mayor parte del
    Estado de
    Guerrero, extendiendo los dominios de su imperio hasta la
    desembocadura del Balsas.

    En 1486 las huestes mexicas se apoderaron del valle de
    Oaxaca y, siguiendo la ruta de la actual carretera, sometieron a
    Tehuantépec en 1498. Continuaron su marcha victoriosa por
    la costa del Soconusco hasta apoderarse de la actual población guatemalteco de Ayutla. La
    penetración de los "pochtecas" o comerciantes por tierras
    centroamericanas es prueba de que preparaban una próxima
    agresión, y es seguro que el
    sucesor de Ahuízotl se proponía conquistar a los
    quichés y cakohíqueles cuando llegaron los
    españoles. Un golpe en la cabeza contra un dintel de
    piedra al tratar de escapar de una inundación que se
    produjo en Tenochtitlan en 1502 causó la muerte al
    más temible conquistador mexica. Con él
    terminó la etapa de los grandes caudillos militares y se
    inició la de un monarca a punto de ser
    divinizado.

    Le sucedió Moteczuma II Xocoyotzin, originalmente
    sacerdote modesto y humilde muy versado en su religión, a quien el
    poder ensoberbeció pronto y convirtió en una
    especie de sátrapa oriental. A él tocó
    sofocar serias rebeliones en La Míxteca y conquistar
    allí regiones que nunca antes habían sido
    sometidas. También bajo su reinado disminuyó
    aún más el poder de Texcoco que había
    empezado a declinar a la muerte de
    Nezahualcóyotl. El hijo de éste, Nezahualpilli, que
    heredó el trono a los ocho años de edad,
    quedó bajo la tutela de Axayácatl, y desde entonces
    los Tenochcas se consideraron como tutores de los tetzcocanos.
    Cuando llegó el momento de elegir sucesor, Moteczuma
    impuso a Cacamatzin, en 1516.

    Moteczuma murió en 1520. Su imperio abarcó
    casi todo Veracruz, Puebla, Hidalgo, México, Morelos, gran
    parte de Guerrero y Oaxaca y las costas de Chiapas. Todo este
    territorio -más el reino tarasco- constituyó el
    núcleo de lo que fue la Nueva España y
    es hoy la República Mexicana. Dentro de aquél
    estaban enclavados, como señoríos independientes,
    Tlaxcala, Meztítlan, Yopitzingo y
    Tututépc.

    Cuauhtemoc ante Hernán
    Cortés

    Moctezuma

    El Calendario Azteca:

    El Calendario es evidencia de los conocimientos de
    Matemáticas y Astrología que los
    Aztecas
    tenían, el calendario contiene las figuras o imágenes
    de sus Días, Meses y Soles (ciclos
    Cósmicos).

    El calendario es 3.6 metros de diámetro y pesa al
    rededor de 24 toneladas métricas, tomo 52 años para
    completarlo de 1427-1479; se cree que este periodo duró
    debido al uso de herramientas
    de piedra. El calendario Azteca es 103 años más
    viejo que el Calendario Gregoriano, que es usado en el
    ámbito mundial hoy. El calendario estaba colocado en el
    tope del Templo Principal en Tenochitlan, Capital del
    Imperio Azteca. El Calendario estaba colocado al Sur en
    posición vertical y estaba pintado en rojo vibrante, Azul,
    Amarillo y blanco.

    El calendario fue enterrado por los Españoles
    cuando Conquistaron Tenochitlan, el calendario estuvo perdido por
    250 años; hasta diciembre de 1790 cuando fue encontrado
    por accidente cuando se realizaban reparaciones a la Catedral
    (que se encuentra asentada en el lugar que antes fuera la Capital
    de Imperio Azteca en el centro de Tenochitlan). Hoy se encuentra
    en el Museo Nacional de Antropología en México. La Cara de
    Tonatiuh esta en el centro del calendario, al rededor de la cara
    se encuentran cuatro cuadros que representan los cuatro
    Movimientos (conocidos también como los Cuatro Soles, o
    Cuatro Mundos), que representan los diferentes Fines (la Forma en
    que los Mundos terminaron), primero por Animales
    salvajes, después por Vientos, por Fuego y por ultimo por
    Inundaciones. Los Aztecas creían que vivan en el
    último Mundo.

    El siguiente círculo muestra Veinte
    recuadros, cada uno contiene el nombre de los Veinte días
    del mes Azteca:

    Coatl , Cuetzpallin, Calli, Ehecatl,
    Cipactli, Xochitl, Quiahuatl, Tecpatl, Ollin, Cozcacuauhtli,
    Cuauhtle, Ocelotl, Acatl, Malinalli, Ozomantli, Itzquintli, Atl,
    Tochtli, Mazatl, Miquiztli

    Calendario Azteca

    El Año azteca consiste de 18 meses, cada uno
    contiene 20 días, y cada mes tenia un nombre propio;
    así que esto cubre los 360 días (18*20). Cinco
    puntos fueron adheridos al circulo, que son conocidos como:
    Nemontemi y que son los días de
    Sacrificio.

    El siguiente círculo esta compuesto de cuadros o
    secciones con Cinco puntos, probablemente representan las Semanas
    con Cinco días. Después hay ocho Angulos que
    dividen el calendario en Ocho partes, que representan los Rayos
    del Sol orientados hacia los puntos Cardinales. En la parte baja
    del Calendario, dos enormes Serpientes encierran el Calendario y
    se encuentran Cara a Cara. Sus cuerpos son divididos en secciones
    donde están marcados los Ciclos de 52 anos. Un cuadrado
    esta tallado entre las colas de las Serpientes, en el cual se
    encuentra la Fecha 13 Acatl. Esto corresponde a 1479, el
    Año que el Calendario fue terminado. Ocho hoyos aparecen
    esparcidos igualmente en la orilla del Calendario. En el cual los
    Aztecas colocaban palos en estos hoyos para que la sombra cayera
    sobre las figuras del calendario, esto hace creer que se usaba
    también para determinar el tiempo
    Solar.

    Dioses:

    • Huitzilopochtli:

    Etimológicamente quiere decir pájaro mosca
    izquierdo. Debe tenerse en cuenta que el lado izquierdo, en la
    concepción cósmica de los aztecas
    correspondía al Sur. Sin duda, además
    Huitzilopochtli era una forma del sol, puesto que cuando se le
    sacrificaban víctimas los corazones eran expuestos al
    sol.

    Lo de pájaro mosca venía de la siguiente
    leyenda, la cual parece indicar que antes de llegar a ser el dios
    de la guerra fue un
    dios totémico, un colibrí:

    Huitzilopochtli había sido concebido por la
    Virgen – Madre Coatlicue (la del traje tejido con serpientes),
    que era ya madre de una hija y de numerosos hijos, llamados los
    Centzon-Huitznahuas (los cuatrocientos meridionales). Coatlicue,
    estando un día orando en el templo del Sol, recibió
    del Cielo una corona de plumas de colibrí. La puso sobre
    su seno y quedó encinta del dios de la guerra. La
    hija, furiosa, pues creía deshonrada a su madre,
    instigó a los Cuatrocientos Meridionales (es decir, las
    estrellas meridionales, enemigas del Sol) para que la matasen.
    Pero Cuatlicue pudo librarse de ellos y dar a luz a
    Huitzilopochtli, que por cierto, nació enteramente armado,
    como la Atena griega; revestido con una armadura azul, con la
    cabeza y la pierna izquierda adornadas con plumas de
    colibrí y una jabalina azul también en la diestra
    (signo de habilidad).

    Al punto, precipitándose sobre su hermana, la
    mató; luego y sirviéndose de Xiuhcoaltl, la
    serpiente de fuego, su atributo distintivo, exterminó a
    los Centzon-Huitznahuas y a cuantos habían complotado
    contra su madre.

    Se solía representar a este dios como un guerrero
    con la parte alta de la cara pintada de negro, cubierto con una
    armadura de plumas y llevando en la mano izquierda un escudo y en
    la derecha el xiuhcoaltl. En su calidad de dios
    tribal, le estaba dedicado el templo de México. Los
    corazones de las víctimas que eran sacrificadas en su
    honor, eran puestos en recipientes de piedra llamados
    quanhxicalli, recipientes del águila,
    alusión a una de las formas del dios. Tal vez una
    divinidad más antigua que él (cuyo hermano era
    Tezcatlipoca, espejo brillante, dios del invierno y no se
    sabe el porqué, también de la justicia) era
    sin duda Quetzalcoaltl, la serpiente emplumada, que los aztecas
    debieron de encontrar ya al conquistar México.

    Se decía que esta serpiente había tenido
    que retirarse ante el ataque de los aztecas, acabando por
    embarcarse para ir hacia los países del Este, al otro lado
    del Atlántico. Pero que un día volvería a
    tomar el desquite. Esta antigua creencia no dejó de ayudar
    mucho a Cortés, que al tener noticia de la
    tradición, la empleó y la explotó para sus
    alianzas con las tribus enemigas de Moctezuma cuando su
    prodigiosa conquista de México.

    La religión siempre ha
    sido un factor muy importante en las culturas de
    Mesoamérica

    • Tezcatlipoca (espejo humeante):

    Era el dios del Sol; personificaba el sol del
    verano, que madura las cosechas, pero que trae también la
    sequedad y la esterilidad. Como dios de la tarde, era asimilado a
    la Luna. Recibía diversos nombres, según las
    fiestas en que era invocado, algunas de las cuales le estaban
    consagradas en su calidad de dios
    de la música
    y de la danza. Era
    invisible e impalpable, apareciendo, a veces, a los hombres, bajo
    la forma de una sombra fugitiva, de un monstruo espantoso o de un
    jaguar.

    Según una leyenda, Tezcatlipoca erraba por las
    noches bajo la forma de un gigante, envuelto en un velo
    ceniciento y llevando su cabeza en la mano. Cuando los temerosos
    le veían morían, pero el hombre
    bravo le agarraba y le decía que no le soltaría
    hasta por la mañana. El gigante suplicaba que le soltase y
    maldecía. Si el hombre
    conseguía retener al monstruo hasta el alba, éste
    entonces cambiaba de humor, le ofrecía riquezas y poderes
    invencibles con tal de que le dejase partir antes del amanecer.
    El hombre
    victorioso recibía entonces, del vencido cuatro espinas
    como prenda de su victoria. Luego el hombre
    valiente le arrancaba el corazón y
    se lo llevaba a su casa. Pero al desdoblar la tela en que lo
    había metido no encontraba sino plumas blancas o una
    espina, o ceniza, o harapos. Los aztecas le temían
    más que a todo otro dios y le ofrecían
    también sacrificios sangrientos. Cada año, el
    más hermoso de entre los jóvenes cautivos era
    escogido para personificarle. Le enseñaban a cantar, a
    tocar la flauta, a llevar flores y a fumar. Le vestían
    suntuosamente y ponían ocho pajes a su servicio.
    Durante todo el año le prodigaban toda clase de honores y
    placeres. Veinte días antes de la fecha dispuesta para el
    sacrificio le daban como mujeres a cuatro jóvenes, que
    personificaban a cuatro diosas. Luego empezaban una serie de
    fiestas y danzas. Llegado el día fatal, el joven dios era
    conducido con gran pompa fuera de la ciudad y sacrificado en la
    última plataforma del templo. De un solo golpe con un
    cuchillo de obsidiana, el sacerdote le abría el pecho y le
    sacaba el corazón
    palpitante, que ofrecía al Sol.

    Tezcatlipoca era el gran enemigo de Quetzalcoatl, cuyo
    mito parece
    evocar una gran lucha étnica. Tezcatlipoca no pensaba sino
    en la destrucción de los de Tula, es decir, de los
    toltecas, de los que Quetzalcoatl era el dios más
    importante antes de llegar a ser, luego de la caída de los
    toltecas, una de las principales divinidades aztecas.

    Un día los de Tula vieron entrar en la ciudad
    tres brujos, uno de los cuales no era otro que Tezcatlipoca bajo
    la apariencia de un hermoso joven. Este consiguió seducir
    a la sobrina de Quetzalcoatl, hija del rey Uemac, lo que le
    permitió extender el Tula el gusto a la desobediencia a
    las leyes y el vicio.
    En una gran fiesta bailó y entonó un cántico
    mágico. Pronto fue imitado por un gran número de
    toltecas, a los que condujo a un puente, que hundiéndose
    bajo su peso, hizo caer a la mayor parte al río, donde
    fueron convertidos en piedras. Poco después se
    mostró a los toltecas haciendo bailar mágicamente
    en su mano a un muñeco. Maravillados se amontonaron de tal
    modo para ver mejor el espectáculo prodigioso, que muchos
    murieron asfixiados. Entonces les dijo que debían matarle
    por los males que había ocasionado. Le mataron, en efecto,
    mas al punto su cuerpo empezó a exhalar tal olor, que
    muchísimos de los toltecas morían. En fin, tras
    muchas pérdidas, consiguieron sacarle fuera de la ciudad
    cuando ya casi la había arruinado.

    Tezcatlipoca era representado con cabeza de oso y ojos
    muy brillantes. Llevaba en la cara rayas amarillas y negras. Su
    cuerpo era negro también y sus tobillos estaban llenos de
    campanillas, provocaba discordias y la guerra. Pero
    también era dispensador de riquezas. Los aztecas le
    atribuían el poder de destruir el Mundo si le
    placía. Como la mayor parte de los otros dioses,
    resucitó y volvió del cielo a la
    tierra.

    • Quetzalcoatl (El dios el Viento):

    Quetzalcoatl fue conocido desde tiempos anteriores y era
    considerado como una divinidad del Viento, en la leyenda Tolteca
    se le dio una mezcla de características humanas y sobrenaturales. Y
    su nombre fue usado por Reyes y Sacerdotes, por ello se deben
    hacer distinciones precisas. En la Leyenda Tolteca Quetzalcoatl
    fue un reformador religioso que predico con una conducta
    diferente, por lo cual entro en choque con el Sacerdocio de
    Tezcatlipoca, el cual lo venció y lo expulso de
    Tula.

    Se cree también que esta lucha se produjo por las
    diferencias que existían entre el mismo pueblo, las
    diferencias se cree que eran sociales y económicas; ya que
    los Olmecas eran quienes poseían la mejor situación
    y cultura,
    mientras que los Nahuas eran más pobres y su
    tradición religiosa era más primitiva. Se supone
    que Quetzalcoatl se marcho de Tula en compañía de
    sus discípulos y prometio según la Leyenda que
    algún día regresaría por el Oriente.
    Llegando a la costa se convirtió en la Estrella matutina.
    Otra leyenda mas cuenta que al retorno del mismo (en la cual se
    decía Blanco y Barbado) influyo en la mentalidad
    después al tiempo de la
    Conquista, ya que decía que Cortes era la
    reencarnación de Quetzalcoatl.

    Después que un pequeño grupo de
    Toltecas emigraron hacia el sudeste y su influencia se registro en el
    área Maya, en donde Quetzalcoatl fue nombrado con el
    nombre de Kukulcan. Pero no solo fue este el nombre con el cual
    se le conoció, si no que es solo uno de los nombres que se
    le dieron con el paso de el tiempo y las
    culturas que lo adoraban.

    Entre los nombres que se le atribuyen
    están:

    Dios del Viento, Dios de la Vida, El planeta Venus y el
    Dios de los Gemelos, Quetzalcoatl, Ehecatl, Tlahuizcalpantecuhtli
    y Ce Acatl

    La Formación del Matrimonio:

    En la sociedad Azteca
    la formación de la Familia
    estaba formada primero por el matrimonio en el
    cual el Varón solo podía tener una esposa, que era
    la legitima y era llamada Cihuatlantli, con quien se
    casaba con todo el ritual correspondiente, pero podía
    tener tantas Concubinas como pudiera sostener, esto quiere decir
    que tantas como pudiera mantener; pero con estas no se realizaba
    el ritual matrimonial. Se dice que Moctezuma II tenia 150
    Concubinas, lo que producía que los Señores y altos
    Jefes tuvieran muchas concubinas y cuando un Indio común
    se quería casar, apenas encontraba mujer,
    había poco de donde escoger. La edad ordinaria para
    contraer matrimonio era
    entre los 20 y los 22 años mas o menos, no podía
    casarse padres con hijos, ni padrastros y entenados, ni hermanos
    entre sí. Para casarse el joven necesitaba el permiso de
    sus maestros del Calmecac o del Telpochcalli, esto se
    obtenía cuando los padres ofrecían un Banquete de
    acuerdo a sus recursos. Mas
    tarde, los padres del novio se dirigiera a los padres de la novia
    a través de unas Ancianas, quienes llevaban la
    petición. Era la costumbre que la primera vez se negara la
    petición, y más tarde se contestaba con la
    aceptación o la negativa formal. Pero entre los Plebeyos
    se hacia mas frecuente la unión libre, y después de
    tener los recursos
    adecuados; se efectuaba la ceremonia.

    desde los principios
    la mujer ha
    tenido un papel de
    sumisión , que afortunadamente ha ido cambiando

    En la ceremonia nupcial, los Novios se sentaban uno
    frente al otro (situados junto al fuego), donde intercambiaban
    vestidos y se daban de comer entre sí, como símbolo
    de ayuda mutua para el futuro. El divorcio era
    conocido para los Aztecas, pero para que fuera valido tenia que
    haber sentencia judicial, por medio de este; los contrayentes
    podían volver a casarse.

    El juego de
    pelota Tlachtli:

    El juego de
    pelota, tlachtlí, se jugaba en un patio que tenia
    forma de "H" acostada. A ambos lados del travesaño de la H
    se extendían los muros y en el medio de cada uno se
    insertaba verticalmente un anillo de piedra o de madera, a
    diferencia de la posición horizontal del aro en el
    juego del
    baloncesto que
    hoy conocemos. Los jugadores trataban de pasar a través de
    este anillo una pelota de hule macizo, a la cual sólo le
    podían pegar con los codos, las caderas o las piernas.
    Debe de haber habido otros métodos de
    señalar los puntos además del antes mencionado,
    pues éstos, naturalmente, raras veces se lograban; tan es
    así que cuando tal sucedía los jugadores y sus
    partidarios tenían el derecho de despojar de sus ropas a
    los contrarios.

    Este deporte se jugaba por todas
    partes, pues se han encontrado lugares donde se practicaba desde
    la república de Honduras hasta el sudeste de Arizona; y
    tiene un interés
    especial para todos nosotros por que la primera
    descripción del hule, tan importante en nuestra economía moderna, fue
    hecha cuando Oviedo escribió en el siglo XVI acerca del
    juego y de la
    pelota que se empleaba en sus practicas.

    Filosofía:

    Las concepciones de los aztecas, relativas al Universo
    reflejaban sus gustos trágicos y su inclinación a
    los sacrificios y prácticas sangrientas. La
    creación del Mundo había empezado por el sacrificio
    voluntario del dios Nanahutzin (dios de la sífilis, como
    Amimitl lo era de la disentería), que se arrojó a
    una hoguera. Quetzalcoatl había sacrificado a su hijo, que
    tras ello tornóse en Sol. Cuatro edades o soles se
    habían sucedido, cada una de ellas terminaba por un
    cataclismo. Al final de la primera los hombres habían sido
    destruidos por los jaguares. La segunda, por el viento. La
    tercera acabó mediante una lluvia de fuego. La cuarta, en
    diluvio.

    Nuestra Era, colocada bajo el signo de Nahui
    Ollín (Cuatro Movimientos), perecerá mediante
    temblores de tierra. Los
    primeros sacrificios los habían hecho los dioses para
    alimentar al Sol con sangre de
    corazón.

    El mundo subterráneo comprendía nueve
    pisos; los cielos, trece, superpuestos. En fin, práctica
    esencial en la religión de los
    aztecas era, como ya he indicado varias veces, los sacrificios
    humanos, costumbre que fue en aumento a medida que la
    civilización progresaba. Esto, la abundancia de dioses y
    su complicado ritual dio nacimiento a un cuerpo sacerdotal muy
    numeroso, a cuya cabeza estaban dos grandes sacerdotes, que
    llevaban el nombre de Quetzalcóatl. A sus órdenes
    se escalonaban una jerarquía complicada y una escuela encargada
    de la formación de novicios. Había, además,
    brujos y magos que, mediante remuneración,
    predecían el porvenir, curaban las enfermedades y hacían
    otros servicios
    análogos.

    Los Aztecas creían en la Creación del
    Hombre basados
    en los Dioses Ometecutli y Omecihuatl creadores de la vida e
    inicio de todo, los cuales a su vez tuvieron cuatro hijos:
    Tezcatlipoca, Xipe totec,Quetzalcoatl y Hutzilopochtli. Los
    Aztecas creían que el mundo estaba destinado a ser creado
    y destruido Cinco veces, así que los Aztecas que Cortes
    encontró creían que estaban viviendo en el Quinto y
    final periodo de creación. Los Aztecas no tenían
    nada que se refiriera a la Eternidad, no tenían
    noción de la misma. Las edades que los Aztecas denotaban
    eran de la siguiente forma:

    Naui Ocelot:

    La primera edad que estaba precedida por Tezcatlipoca,
    en la cual vivían Gigantes que fueron eventualmente
    devorados por Jaguares, en esta edad se creía que el Sol estaba
    solo a la mitad de su Brillo. Esta edad duró 676
    Años.

    Naui Ehecatl:

    La Segunda edad precedida por Quetzatlcoatl, el mundo
    estaba habitado por humanos que se alimentaban de comida de un
    Mezquite; que a su vez fueron convertidos en Monos para
    sobrevivir ante los grandes vientos que eran ocasionados por
    Huracanes que destruyeron el mundo. El Sol fue
    también destruido por estos vientos, esta edad duró
    364 Años.

    Naui Quihuitl:

    La tercera edad precedida por Tlaloc, el mundo estaba
    habitado por humanos que se alimentaban de Semillas
    Acuáticas. Los Humanos fueron convertidos en Perros,
    Guajolotes(pavos), Pájaros y Mariposas, que fueron
    destruidos por lluvias Volcánicas caídas del Cielo.
    Esta edad duró 312 Años.

    Naui Atl:

    Precedida por Chalchiuhtlicue, los Humanos se
    alimentaban de Semillas Salvajes y fueron trasformados en
    Peces; esta
    edad fue destruida por grandes Inundaciones y el Cielo se
    despedazo. Esta edad duró 676 Años.

    Los Sacrificios:

    Un elemento fundamental en el culto religioso eran los
    sacrificios humanos, que para los Aztecas eran una especie de
    compensación o pago que los hombres daban a los dioses.
    Huitzilopochtli y todas las demás deidades,
    recibían su parte en la vida del pueblo:

    "Como dios que es, desdeña los alimentos
    groseros de los hombres y solo puede mantenerse con la vida
    misma, la substancia mágica que se encuentra en la
    sangre del
    hombre.
    Así, la guerra, la conquista y el sometimiento de otros
    pueblos, tenían motivos económicos y
    políticos, pero también razones religiosas de
    búsqueda de prisioneros para su
    Inmolación".

    El sacrificio más común consistía
    en arrancar el corazón a
    la víctima, ofreciéndolo enseguida al Dios, para
    ello, cuatro Sacerdotes sujetaban al sacrificado, que colocado
    sobre una piedra (llamada Techcath) por sus extremidades,
    y un quinto Sacerdote ejecutaba la operación con un
    cuchillo de pedernal, con el que le daba un golpe en el pecho
    para arrancarle el Corazón;
    que era después, ofrecido a los dioses. La sangre era dada a
    gustar a los Idolos, la carne, tenida por divina, era comida y el
    corazón era depositado en un recipiente llamado:
    Cuauxicalli. En otras ocasiones, durante la fiesta en
    honor a Xiutecuchtlil, dios del Fuego, la víctima era
    arrojada con intervalos sobre un montón de brasas. Otras
    formas de sacrificio consistían en tener al prisionero
    atado en un sitio para después lanzarle flechas hasta que
    este muriese, y la sangre que
    caía a la tierra se
    suponía la hacia fértil. En honor de la tierra y de
    Xipe, a la víctima se le desollaba después de
    matarla y el sacerdote se vestía con la piel de
    aquella. Y no dejaba de haber, para algún valiente
    Guerrero enemigo, antes de aplicársele la muerte
    común, sobre todo en la fiesta del "Tlacaxipehualiztli"
    que era el simulacro de un combate contra varios guerreros
    Aztecas mejor armados. Este sacrificio fue después
    llamado: Gladiatorio. Había meses consagrados al
    sacrificio de niños que eran llevados a las cumbres de los
    montes, adornados con plumajes y guirnaldas; sus sacrificadores
    los acompañaban tañendo instrumentos
    musicales, cantando y bailando. La ceremonia de
    inmolación tenia como objeto el pedir lluvias, y si los
    niños lloraban era un buen Signo. El corazón les
    era arrancado como parte final del acto. En la fiesta del
    Toxcatl se sacrificaba a un mancebo (imagen de
    Tezcatlipoca), a quien durante todo un año se le agasajaba
    con fiestas y regalos, preparándosele para la muerte. Los
    ritos exigían que hubiese también ofrendas y
    oraciones, sahumerios con copal y otros actos. Las calaveras de los
    sacrificados se conservaban en el Tzompantli, o
    gradería de cal y piedra. El de Tenochitlan tenia no menos
    de 136,000 de ellas al tiempo de la
    Conquista.

    Bibliografía:
    Historia
    Universal; López Reyes, Alfonso; ed CECSA,
    México 1974
    Historia
    Universal; Navas, Macedonio; ed Herrero; México
    1957
    Curso de Historia General; Alvear
    Acevedo, ed Jus; México 1980
    Enciclopedia Temática Planta; Tomo:Arte y
    filosofía; ed Planta; España 1996
    Enciclopedia Temática Planta; Tomo:Historia; ed Planta;
    España 1996
    Enciclopedia británica en linea: http://www.serch.ups.com
    Enciclopedia Multimedia Salvat
    1998
    Biblioteca
    multimedia en
    internet http://www.icarito.com

     

     

    Autor:

    Uriel Rodrigo Nava

    20 años

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