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Concentración




Enviado por rhona




    El hombre
    necesita de varios elementos para realizar una tarea eficazmente,
    desde aprender una canción a dominar disciplinas
    teóricas y físicas. Entre estos elementos el
    más importante, después de tener la voluntad
    necesaria, está la concentración, ya que sin ella
    no se logra una utilización al máximo de nuestras
    capacidades mentales. Es por esto que es de gran importancia
    desarrollar el hábito de la concentración para
    lograr un mejor resultado en nuestras acciones y en
    el menor tiempo
    posible.

    En este trabajo se habla de la importancia de la
    concentración, así como también se explica
    alguno de los ejercicios que se pueden realizar para lograr una
    mayor concentración.

    Para el logro de sus aspiraciones, para el buen
    éxito en todo lo que persigue, el hombre
    necesita de algo vital en todo momento y lugar: la
    concentración de propósito, de pensamiento,
    de sentimiento y acción.

    Mediante la concentración, la mente y el cuerpo
    aprenden a actuar juntos, sin malgastar energía física o mental. Este
    es el estado
    ideal que permite el vaticinio de un seguro
    éxito.

    Debemos practicar una extrema temperancia en todas las
    cosas cultivando un estado
    ecuánime y sereno de la mente; los pensamientos deben ser
    puros, manteniendo el cuerpo en estricta sujeción al alma,
    y la mente adiestrada para ocuparse en nobles y elevados
    propósitos.

    Con una práctica perseverante aprenderemos a
    dominar nuestra mente de modo de poder
    manternerla fija algún tiempo, en una
    misma línea de pensamiento.
    Fijar la mente en un solo punto, sin vagar y sin entregarse a
    distracciones que causan los objetos externos, la actividad de
    los sentidos o
    la mente misma; esto es concentración.

    Concentrarse en una idea o cosa, es colocarla ante
    nuestra atención y contemplarla, en todo y en parte,
    sacando de ella hasta los menores detalles. Concentrarse es un
    acto, es sincronizar el pensamiento
    con la acción evitando todo derroche de energías
    físicas o mentales.

    Debemos practicar la concentracion a fin de estalbecer
    una disposición o tendencia preponderante, de modo que
    todas nuestras ideas se polaricen por ella. Así llegamos
    al convencimiento de que todos los pensamientos que constituyen
    nuestra base mental, tienen mucha más importancia que
    aquellos pensamientos esforzados que sostenemos en los momentos
    en que tratamos asuntos que requieren especial
    atención.

    El curso o flujo del pensamiento
    sigue una determina disposición o tendencia. Esto nos dice
    a las claras que el triunfo en la consecución de un objeto
    estriba en que sepamos establecer una disposición
    permanente en la correspondiente dirección. Una vez logrado esto, hasta el
    suceso mas adverso como el más trivial, serán
    asimilados en favor de la conquista de nuestros fines.

    La voluntad dirige el pensamiento y
    crea la disposición necesaria a un período de
    tiempo o a una
    empresa
    determinada. Entendido esto, usted también puede
    convertirse en una persona de
    vigorosa concentración.

    En la prácitca diaria de los actos más
    simples reside el principio de su aprendizaje.
    Desde hoy comience a reparar en todas las pequeñas cosas
    sin malgastar sus poderes en ociosos pensamientos, emociones o
    acciones. No
    haga ninguna cosa mientras esté pensando en otra,
    recordando siempre que el pensamiento y la acción deben ir
    unidos, tan estrechamente que no dejen cabida a interferencia
    alguna.

    Evite toda acción inútil o
    superflua
    así como también todo pensamiento
    ocioso.

    En lo corporal, los pequeños malos hábitos
    como entrechocar las rodillas, apretarse los dedos para hacerlos
    crujir, etc., deben ser desterrados por usted.

    Las grandes actividades perjudiciales también
    deben proscribirse, algunas de ellas son: el quedarse hasta tarde
    en la cama por la mañana, el malgastar tiempo en la
    noche, el comer más de lo necesario, el luchar por
    conseguir algo que no necesita, etc. Igualmente debe evitar en lo
    posible toda excitación corporal y toda tensión
    nerviosa o muscular. Poco a poco, y con el aumento progresivo del
    tiempo
    dedicado a ello, esto malos hábitos difíciles de
    extirpar de golpe, irán desapareciendo condenados a un
    saludable olvido.

    A continuación encontrará algunos
    ejercicios que deberá practicar a diario y que
    constituirán un valioso aporte a su desarrollo
    mental y físico. Busque para ellos un lugar apropiado de
    su casa. Su cuerpo es un disco emocional que registra sus propias
    creencias e impresiones, ordénele relajamiento y él
    le obedecerá. En cuanto a su mente, líbrela de la
    irritabilidad de la vida diaria, será un gran aporte a su
    mejor concentración.

    Ejercicios de
    Concentración

    1er. Ejercicio

    En un lugar apropiado, donde nadie lo moleste, tome un
    reloj y colóquelo tan lejos de su oído, como le
    permita seguir oyendo el tic-tac de su máquina.

    Cierre los ojos y concéntrese en este ruido todo el
    tiempo que pueda, 50 segundos, 1 minuto, 2 minutos, tal vez no le
    sea posible al principio pero gradualmente irá aumentando
    su poder de
    concentración. Piense en el reloj y no lo aparte un
    instante de su mente, piense en su configuración exterior,
    vaya luego a la constitución de su maquinaria, vea las
    piezas moverse, sin perderlo un momento. Practique por lo menos
    una vez al día este ejercicio.

    2do. Ejercicio

    Antes de iniciar la práctica de este ejercicio,
    debe elegir cuidadosamente cuál será el objeto de
    su concentración y por cuánto tiempo se propone
    sostenerla. Hecho esto dígase: "Voy a fijar la mente sobre
    tal o cual cosa durante diez minutos y en todo ese tiempo no
    tendré nada que ver con ninguna otra cosa".

    Le daremos un ejemplo de este ejercicio: Supongamos
    haber decidido concentrarnos en un perro, muy conocido para
    nosotros, ya que este es un factor primordial. Tratando en lo
    posible de seguir un orden de cosas, pensando todo lo que
    queremos y podamos relacionarlo con él; sin perder en
    ningún momento la imagen de nuestro
    perro.

    A fin de servir mejor a nuestro propósito, a
    través de este ejemplo, observaremos rigurosamente las
    tres leyes del
    pensamiento.

    Objeto y clase: Este perro es un animal,
    pertenece a los vertebrados, es cuadrúpedo,
    mamífero, pilífero, etc. Otros miembros de su
    especie son: la jirafa, la vaca, la oveja, el caballo, el conejo,
    el burro, el elefante, y así sucesivamente establecemos
    mentalmente todos los animales que se
    asemejen a nuestro perro, sin sentirnos satisfechos hasta haber
    podido extraer todo posible pensamiento en cuanto a semejanza y
    diferencias con los otros animales que
    desfilan por nuestra mente.

    Pasamos enseguida a otra vía del pensamiento:
    El todo con la Parte. Teniendo a nuestro perro siempre
    presente en la imaginación, tomamos una parte de su
    cuerpo; la cabeza, luego las patas delanteras, etc. Concentremos
    nuestra atención en sus ojos, pensamos en la forma, el
    marco formado por los párpados, los distintos colores que lo
    componen, etc. Tendremos especial cuidado en no inventar lo
    desconocido, tratando solamente de ahondar con nuestra
    imaginación lo conocido.

    Así por ejemplo; si nunca nos detuvimos a
    observar cuánto dedos tiene el perro en sus patas
    delanteras, no pensaremos caprichosamente en una cifra
    cualquiera. Continuaremos con sus forma, color, características de sus movimientos,
    etc.

    Cualidad y familiaridad: Esta ley está
    relaiconada a las más notables experiencias que nos son
    familiares, y tiene más que hacer con la
    imaginación que con la observación lógica.
    Así nuestro perro es fiel, es nuestro mejor amigo. Su casa
    está pintada de colorado y blanco, la conserva en orden y
    aseada. Cuando el gato del vecino lo ataca en mi presencia rehuye
    la pelea, él sabe que me disgusta. Llego del trabajo y lo
    encuentro esperándome en la puerta, juguetea a mi
    alrededor y a veces me ensucia la ropa. Aún no he
    conseguido enseñarle a no ladrar a los automóviles
    que pasan, corre al lado de ellos como si quisiera espantarlos de
    sus dominios, etc., etc.

    3er. Ejercicio

    Siéntese tranquilo en su cuarto y observe
    cuidadosamente. En riguroso orden mire lo que tiene al frente. De
    izquierda a dercha, observe atentamente los objetos adheridos a
    la pared, los muebles y los objetos que se encuentran entre ello.
    Mírelos con atención uno por uno sacando el
    máximo de detalles en cuanto a: formas, colores,
    contornos, ubicación, etc. Ahora cierre los ojos y
    describa con la mayor cantidad de detalles cada una de las cosas
    vistas.

    Pase ahora a la pared de la derecha y haga la misma
    operación, luego a la otra, y después a la otra. El
    techo y el piso serán más fáciles pero no
    por ello dejará de prestarles atención.

    Ahora salga de su cuarto. Concéntrese nuevamente
    en el mismo orden en que las vio repase todas las cosas que se
    encuentran allí dentro.

    Practique a menudo este ejercicio por ser de especial
    utilidad. En
    la oficina
    hágalo con las cosas que se encuentran en su escritorio.
    Cuando se dirige a ella toma las casas o negocios que
    se encuentran en una cuadra y descríbalas mentalmente
    después.

    4to. Ejercicio

    Esta vez ejercitará con cosas abstractas, hechos
    vividos por usted mismo. Tome por ejemplo el día de ayer y
    recuerde imaginativamente toda la experiencia vivida desde que se
    despertó por la mañana. Siga paso a paso todos los
    incidentes, tratando de vivirlos otra vez con todos sus detalles
    de la manera más perfecta que le sea posible.
    Concéntrese totalmentes, y si su mente se desviara en
    algún momento por efectos de una distracción,
    comience de nuevo desde el principio.

    Permanezca sereno y flemático, no dé
    muestras de impaciencia o descontento y resista todo derivativo
    externo del pensamiento.

    5to. Ejercicio.

    Reconstruya de memoria y enel
    orden en que son expuestas, las secuencias de un libro que haya
    leído recientemente. Cuando haya terminado lo referente a
    un capítulo, léalo nuevamente en su libro y luego
    comience de nuevo a recordarlo, llenando esta vez las lagunas y
    rectificando simultáneamente las inexactitudes. Por fin,
    después de haber dividido el capítulo en secciones,
    ensaya recordarlo lo más preciso que pueda. Proceda de
    esta manera con todos los capítulos de su libro. No lo
    olvidará jamás.

    Ejercicios corporales

    Flexiones: En la posición de pie
    naturalmente a los costados de su cuerpo con las palmas de las
    manos hacia adentro. Levante nuevamente los brazos sin doblarlos
    hasta que las manos se toquen por el dorso encima de la
    cabeza.

    Vuelva a la posición inicial. Ahora
    inclínese lentamente a un lado hasta que la mano pase
    más abajo de la rodilla mientras la otra se doble hasta
    entrar debajo de la axila. Vuelva a la posición inicial y
    haga el ejercicio hacia el otro lado cuidando siempre de estirar
    el cuerpo lo más posible. Repita varias veces esta
    combinaición de ejercicios.

    Siempre de pie, con los talones juntos levante las manos
    sobre las cabeza e inclínese hacia adelante hasta tocar
    los pies sin doblar las rodillas. Repita ejercicio.

    Finalmente levante un pie flexionando la rodilla hasta
    hacer un ángulo de 90 grados con su pierna. Baje este pie
    y alce el otro. Aumente el ritmo hasta correr sin morvese del
    mismo lugar.

    Respiración: Estos ejerciicos
    tienene por finalidad dar alegría y vigor al
    cuerpo.

    Siéntese en la posición acostumbrada. El
    cuerpo derecho y la cabeza ergida. Inspira en forma igual y lenta
    por ambas fosas nasales, mientras mentalmente cuenta hasta ocho
    segundos. Retenga el aire en los
    pulmones por ochos segundos. Luego comience a expulsarlo
    lentamente contando también los ocho segundos. Repita
    varias veces este ejercicio.

    Durante el ejercicio y alternativamente debe llenar de
    aire la parte
    superiror de los pulmones encogiendo el abdomen, en el siguiente
    llenará la parte inferior de éstos extendiendo los
    músculos del pecho hacia abajo del diafragma.

    Nervios: Extienda su mano hacia adelante
    con los dedos algo abiertos. Notará que se mueven un poco.
    Continúe en esta posición, empezará a sentir
    un especie de crujidos en las conyunturas. Con un esfuerzo de
    voluntad trate de mantener los dedos quietos. En unos pocos
    minutos comenzará a hormiguear y sentirá una
    filtración en las puntas, como si algo se escapara de
    ellos. Lentamente mediante la voluntad y la mirada haga
    rotroceder esta sensación al brazo, y de éste al
    cuerpo.

    Ahora siéntese de espaldas a la luz, elija un
    mueble grande, mírelo. Recórralo con los ojos
    lentamente, sin dar saltos, por todos sus contornos. Si mover la
    cabeza recórralo por sus líneas más
    prominentes, hasta volver al punto de partida.

    Practique movimientos uniformemente acelerados con todas
    las parte del cuerpo. Lenta, muy lentamente mueva la pierna hasta
    un punto determinado. Comience después el recorrido de
    vuelta. Haga lo mismo con los brazos, la cabeza, etc.

    Relajamiento: Esta técnica conduce
    por medio de su práctica a la eliminación de todas
    la tensiones del cuerpo, proporcionando estabilidad emocional,
    autoconfianza y liberación de la voluntad. Intente estos
    ejercicios que le darán la pauta de cómo ejercer la
    relajación de cualquier parte del cuerpo.

    Levante el codo izquierdo por encima del hombro
    colocando la mano sobre el pecho. Con el codo en su
    posicón natural, levante la mano derecha hasta el pecho de
    modo de tormar sus dedos con los de la mano izquierda. Retire
    lentamente toda energía del brazo derecho hasta que no
    sienta vida en él, esto es que esté completamente
    relajado. Conseguida esa sensación, abra de repente la
    mano izquierda soltando la derecha. Si ésta cae sin vida
    habrá logrado el relajamiento.

    Los ojos a menudo manifiestan cansancio y es bueno
    incluir el método
    para lograr su relación y descanso.

    Al principio estos ejercicios le harán lagrimear
    o arder los ojos. No se preocupe por esto pues es necesario que
    durante los primeros dias los realice teniéndolos
    abiertos, una vez adquirida la técnica podrá
    realizar los ejercicios con los ojos cerrados y
    experimentará así la verdadera
    relajación.

    Cierre suavemente los ojos duratne un minutos
    aproximadamente. Sin abrirlos en ningún momento,
    ciérrelos fuertemente durante dos minutos. Afloje ahora
    toda tensión y manténgalos cerrados tres minutos.
    Repita varias veces este ejercicio.

    Sin mover la cabeza, mire hacia arriba durante un
    minuto. Obseve la tensión de los músculos de los
    ojos y transcurrido este período mantenga los
    párpados suevamente cerrados durante dos minustos. Repita
    luego esta operación mirando hacia abajo, derecha e
    izquierda, siempre con sus períodos de descanso. Hasta que
    en el último movimiento se
    tomará cinco minutos de negativización. Practique
    asiduamente este ejercicio ampliando estos períodos que
    son los iniciales, una vez adquirida la práctica
    hágalo sin abrir los ojos hasta terminar la
    sesión.

    Sentado: Sin duda nos resulta muy
    fácil sentarnos, sobre todo porque se trata de una
    posición de descanso. Pero a los efectos del estudio y de
    la concentraicón debemos adoptar la postura correcta que
    nos permita un mayor rendimientos en nuestro trabajo.

    El asiento elegido no deberá se ni demasiado
    mullido que invite a la modorra, ni desmasiado duro que nos haga
    sentir incómodos.

    Haga ahora el siguiente ejercicio que repetirá
    todos los días por espacio de cinco a diez
    minutos.

    Siéntese en el asiento por usted elegido. Las
    piernas bien flexionadas haciendo un ángulo de 90 grados,
    las palmas de las manos hacias abajo puestas sobre los muslos. El
    cuerpo derecho y la cabeza erguida mirando al frente.

    Ahora concéntrese con el pensamiento fijo en una
    cosa sacando todos los detalles de ella. Si desea cerrar los
    ojos, ciérrelos, pero su cuerpo deberá continuar
    rígido, completamente quieto como quizá nunca lo
    estuvo.

    Notará su cuerpo no es tan obediente como le
    parecía. Pero usted es su amo y por lo tanto está
    en condiciones de hacerle acatar sus órdenes. "Yo quiero"
    dígase cuando se sienta atacado por alguna
    asociación perturbadora. Así, obediente y
    adiestrado su cuerpo será su mejor servidor.

    De pie: Quieto, derecho y atento,
    permanecerá durante cinco minutos delante de un espejo. No
    permita que su cuerpo se ladee, que sus músculos se muevan
    ni sus dedos se crispen.

    Su mente puede ocuparse mientras tanto en pensar por
    turno en todas las diferentes partes de su cuerpo y sus funciones.

    Le dolerán los hombros, los dedos o cualquier
    otra parte del cuerpo. No les preste atención y rechace
    esta asociación preturbadora aumentando su
    concentración.

    Practique estos ejercicios cuantas veces le sea posible,
    obsevará que rápidamente irá adquiriendo el
    dominio de su
    cuerpo y de sus actos, ignorando a voluntad los sucesos
    exteriores.

     

     

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