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La Libertad




Enviado por latiniando



      

    INTRODUCCION

    El presente trabajo pretende abarcar de una forma
    amplia – en los parámetros pedidos para el desarrollo del
    ensayo– los
    enunciados que establecen dos importantes corrientes de la
    historia sobre su
    manera de ver la dicotomía entre el derecho y la libertad
    Las corrientes que estudiaremos -hubiera querido que fuera a
    fondo, pero debido al espacio, sólo se hará una
    presentación general- son: el anarquismo, cuyos
    planteamientos son calificados muchas veces como utópicos
    o falsos y cuyos propios representantes se han encargado de
    desmitificar; y el utilitarismo, corriente que para algunos, como
    Sabine, posee argumentos sobre los que se funda la
    concepción de una sociedad
    liberal.

    ¿Por qué hago este ensayo basado
    en la concepción que poseen estas dos corrientes? Primero,
    porque son casi simultáneas en el tiempo; segundo,
    porque se desarrollan con la Revolución
    Francesa y se nutren de sus hechos y sus postulados; tercero,
    son corrientes ideológicas que, a pesar de lo anterior, se
    contraponen en sus concepciones; cuarto, ambas tienen cierta
    influencia sobre la historia colombiana : Las
    ideas anarquistas nutrieron a algunos de los movimientos rebeldes
    y Bentham influyó de alguna manera en el
    constitucionalismo colombiano (como que fue amigo de Santander y
    Miranda).

    En el transcurso de mi disertación
    expositiva trataré, además de mostrar el pensamiento de
    varios representantes de cada movimiento, de
    hacer pequeñas reseñas biográficas de la
    corriente y de sus representantes; para mayor ilustración, agregaré frases
    representativas de cada línea de pensamiento,
    tratando de citar las fuentes de
    donde provienen las afirmaciones transcritas.

    VISION
    ANARQUISTA:

    EL DERECHO RESTRINGE
    LA LIBERTAD

    El policía me detuvo en nombre de la
    ley

    y yo le golpeé en nombre de la
    libertad.

    Clemente Duval.

    Para comenzar a desarrollar la visión que
    poseen los anarquistas del concepto de
    libertad,
    determinaremos, primeramente, qué es el anarquismo, para
    después proceder a escribir apropiadamente sobre su
    concepción de la libertad y el derecho. Según
    Joll(1), el anarquismo, aunque constituye un fenómeno
    propio del siglo pasado y de la mitad de éste, el tipo de
    revuelta que propugna tiene más lejanos antecedentes. Se
    considera que Zenón y los estoicos, los heresiarcas
    gnósticos y los anabaptistas son los padres del moderno
    movimiento
    anarquista y que realmente y hasta cierto punto se puede hablar
    en sentido preciso de pensamiento y
    acción anarquista en el seno de aquellos movimientos
    matizados por una revuelta o convulsión religiosa y
    social. En los anarquistas coexiste la fe en la posibilidad de
    una transformación súbita y violenta de la sociedad, con la
    confianza en el buen juicio de los hombres y su aptitud para
    llegar a un estado de
    mejora y perfección. Son, por un lado, los herederos de
    aquellos utópicos movimientos religiosos milenarios que,
    convencidos de la inminencia del fin del universo,
    esperaban confiados la admonición de que
    ´sonarán las trompetas y en un solo instante, en un
    abrir y cerrar de ojos, todo cambiará´; herejes que
    postulan un alejamiento del mundo terreno y que supone una
    crítica a los valores
    que priman en este mundo. Por otro lado, aparecen también
    como los hijos de la Era de la Razón. (En cierta
    ocasión Metternich llamó a Proudhom hijo
    ilegítimo de la Ilustración). El anarquismo es, en un mismo
    tiempo, fe
    religiosa y filosofía racional. Se trata de individuos que
    sitúan la fe en la razón, el progreso y la
    persuasión amistosa, dentro de los límites que la
    lógica
    señala. Las anomalías que se presentan en su
    interior son consecuencia del choque entre ambos caracteres y de
    la colisión de tensiones dimanates de los diversos
    temperamentos que representan.

    1. James Joll en el libro LOS
    ANARQUISTAS -ver bibliografía

    El movimiento
    anarquista es un producto del
    siglo XIX; en buena medida, es el resultado del impacto que las
    máquinas y la industria
    produjeron en una sociedad
    fundamentalmente campesina y artesana. Si bien medró al
    amparo del
    mito de la
    revolución, tal y como ésta se
    desarrolló a partir de 1789, lo que llevó a los
    anarquistas a combatir los medios y los
    objetivos de
    los mismos revolucionarios fue la impotencia de las revoluciones
    políticas y las

    reformas constitucionales para satisfacer las
    necesidades sociales y económicas. Los valores
    que los anarquistas intentaron demoler eran los de un Estado cada
    vez más centralizado e industrializado, modelo que las
    sociedades de
    los siglos XIX y XX parece que insistentemente tratan de emular.
    Los anarquistas tuvieron siempre que batirse, como mínimo
    y simultáneamente, en dos frentes, pues poseían dos
    enemigos: Los terratenientes y sacerdotes del antiguo orden, a
    quienes se le sumaban los tiranos y burócratas
    revolucionarios fruto de los movimientos que pretendían
    erigirse en forjadores de la nueva sociedad.

    Entrando ya de lleno al tema que nos interesa – la
    concepción anarquista de la dicotomía Derecho –
    Libertad – podemos partir del supuesto anarquista de que
    ´las personas deben buscar sus fines sin concentrar su
    atención en situaciones estatales, satisfaciendo sus
    necesidades restringidos solamente por los parámetros
    morales. Algunos anarquistas han afirmado no sólo que
    estaríamos mejor sin un Estado, sino
    que cualquier Estado, con
    sus ordenamientos, viola necesariamente los derechos morales de los
    individuos y, por lo tanto, es intrínsecamente
    inmoral´(2) .

    Con la anterior concepción, los anarquistas
    consideran que toda norma de derecho que regule alguna de las
    garantías de las personas, está restringiendo de
    manera clara la libertad del ser humano y está coartando
    sus posibilidades de actuar; según ellos, los
    límites a la libertad individual sólo deben estar
    contenidos en la concepción moral que cada
    uno tenga.

    Según Nozick, el anarquista ´sostiene
    que cuando el Estado
    monopoliza el uso de la fuerza en un
    territorio y castiga a otros que violan este monopolio y
    cuando da protección a otros forzando a algunos a comprar
    protección para otros, viola las restricciones indirectas
    sobre cómo deben ser tratados los
    individuos… El Estado
    concede que en ciertas circunstancias es
    legítimo

    (2).Denuncia de sus opositores mencheviques que
    hizo Trotsky en octubre de 1917

    castigar a las personas que violan los derechos de otros, puesto
    que él mismo lo hace así.¿Cómo es
    que, entonces, se arroga para sí el derecho de prohibir la
    exigencia privada de justicia por
    parte de otros individuos no agresivos, cuyos derechos han sido violados?
    ¿Qué derecho viola el particular que reclama
    justicia, que
    no sea violado también por el Estado
    cuando éste castiga?. Proudhon nos entrega una
    visión más completa de lo que somos nosotros,
    nuestro sistema, nuestro
    Estado, y
    también ofrece un importante acercamiento al tema que
    estamos tratando cuando dice : ¨Ser gobernado es ser
    observado, inspeccionado, espiado, dirigido,
    jurídicamente conducido, numerado, regulado,
    enrolado, endoctrinado, predicado, controlado, vigilado,
    ponderado, evaluado, censurado, ordenado, por criaturas que no
    tienen el derecho, la sabiduría ni la virtud de hacerlo.
    Ser gobernado significa estar en toda operación, en toda
    transacción, anotado, registrado, contabilizado, tasado,
    timbrado, medido, numerado, valorado, licenciado, autorizado,
    amonestado, advertido, prohibido, reformado, corregido,
    castigado, juzgado. Con el pretexto de utilidad
    pública y en nombre del interés
    general se es puesto bajo contribución, se es reclutado,
    despojado, monopolizado, oprimido, exprimido, mofado, robado,
    entonces, ante la más leve resistencia, a la
    primera palabra de queja, se es reprimido, multado, difamado,
    masacrado, casado, abusado, aporreado, desarmado, atado,
    traumado, hecho prisionero, juzgado, condenado, fusilado,
    deportado, sacrificado, vendido, y para coronar todo esto,
    burlado, ridiculizado, afrentado, ultrajado, deshonrado. Este es
    el gobierno;
    ésta es su justicia;
    ésta es su moral´
    (3). Esta concepción del gobierno nos
    invita a meternos de una vez al pensamiento
    anarquista en lo que refiere a la dicotomía mencionada
    anteriormente.

    Nos concentraremos en analizar la ideología
    de figuras representativas como Godwin, el ya citado Proudhon,
    Bakunín y el mismo príncipe Kropotkin, pues figuras
    que forjaban la ideología anarquista anteriormente – como
    Meslier o el misterioso Morelly, de quien se dice es una
    invención de Diderot – se ocupan casi que exclusivamente
    del tema de la propiedad, y
    sus trabajos abandonan – si no lo abandonan, lo tratan muy
    superficialmente- el tema que nos interesa.

    Hay un autor inglés
    que partiendo de los lugares comunes utilizados por los
    postulados filosóficos del siglo XVIII, elaboró el
    cuerpo de anarquismo

    (3) P.J. Prouhdon, General Idea of the
    Revolution in the Nineteenth Century,
    citado por
    Nozick..

    racional más perfecto y acabado de cuantos
    se hayan podido jamás dilucidar; su nombre era William
    Godwin, nacido en 1756 y quien murió a los ochenta
    años. Godwin afirmó que los sistemas
    políticos, sociales, jurídicos y económicos
    sólo sirven para mantener al hombre
    ignorante de sus intereses y encadenarle a sus vicios. Godwin
    propone abolir la propiedad para
    que el hombre
    pueda conseguir la libertad. La independencia
    natural de voluntad es suficiente para que los acuerdos de los
    hombres sean válidos y no necesiten de ordenamientos
    jurídicos ni de leyes.

    Se reafirma el postulado anarquista de la no
    existencia del Estado para que la libertad no sea restringida;
    así mismo, se reitera el rechazo a toda norma
    jurídica, por cuanto consideran que su sola existencia
    limita la libertad que debe tener toda persona para
    actuar conforme con su voluntad.

    La generación que siguió a la
    revolución
    francesa -cuyo desenlace dejó flameante las palabras
    LIBERTAD, IGUALDAD,
    FRATERNIDAD que fueron ideales cercanos al anarquismo –
    desarrolló nuevas utopías visionarias que
    sacudieron el panorama de lo establecido-. De los hijos
    anarquistas de esta revolución
    el más destacado -sin lugar a dudas- es el francés
    Proudhon – célebre por la frase ´¿qué
    es la propiedad?, la
    propiedad es
    un robo´, quien es quizás el personaje que mejor
    define la posición de los anarquistas frente al objeto de
    este ensayo.

    Proudhon rechaza cualquier reorganización
    de la sociedad que
    consista en un simple ordenamiento a sus componentes aunque su
    violento carácter y su poca argumentación le hace
    contradecir, en momentos, sus propias afirmaciones, pues se
    manifiesta radicalmente opuesto al derecho de la sociedad a
    sancionar a sus integrantes, otras veces pide la pena de muerte
    e incluso, en ocasiones extraordinarias, la tortura. Afirma que
    el gobierno del
    hombre por
    el hombre,
    cualquiera que sea su manifestación, siempre significa
    opresión y que su función es coartar la
    libertad(4), esto lo ilustra con su expresión:
    ´Voté contra la Constitución no porque contenga cosas que
    yo desapruebe o porque no contenga las que yo favorezco. Si
    voté en contra es, precisamente, porque se trata de una
    constitución´. Concibe a la justicia de
    una manera particular, la considera una facultad del alma, propia
    del

    (4) James Joll: Los anarquistas. Segunda
    parte.

    individuo; afirma que cuando se desarrolle el
    sentido propio de la justicia no se
    necesitarán controles externos y que la noción de
    la misma será espontánea e individual. La
    diferencia esencial entre Proudhon y Godwin es la carencia de
    coherencia en el primero, mientras el segundo siempre sigue una
    estructura
    racional coherente en sus planteamientos.

    El ruso Bakunín se destaca entre los
    anarquistas por la puesta en práctica de sus ideales y su
    creencia de la eficacia de la
    violencia y su
    confianza en el terrorismo;
    odiaba la restricción de la libertad y era, según
    descripción de Vissarion Belinsky, un hombre
    arrogante, falto de escrúpulos, salvaje, atractivo, pero
    sus exigencias y falsía, hacían imposible la
    amistad con
    él. Amaba las ideas, pero no a los hombres. Miguel Bakunin
    detestaba lo impuesto, las
    leyes y las
    obligaciones
    impuestas por una sociedad ilegítimamente constituida; sus
    revolucionarias ideas sirvieron como base para terroristas como
    Emile Henry quien tenía la convicción de que el
    orden existente no era bueno y poseía el propósito
    de acabar con él. Henry ocasionó la muerte a
    una persona e
    hirió a 20 al dejar una bomba en el Café Terminus;
    por esto fue condenado a muerte.

    Kropotkin, quien ha sido el más
    estructurado de todos los anarquistas, afirmaba que las
    únicas limitaciones a la libertad son las que el propio
    individuo se dictamina y que el Estado
    tiene como función proteger al hombre, pero
    que en la realidad lo coarta y lo reprime y que sus leyes son
    inmorales porque violan la libertad individual.

    La visión de los anarquistas sobre la
    libertad nunca pudo imponerse; sin embargo, sus representantes no
    sólo nos dejaron una crítica que es interesante
    reflexionar, también nos dejaron soluciones,
    como la de Fourier que afirma que se debe adaptar al mundo a las
    condiciones y necesidades humanas, que se deben establecer
    leyes dictadas
    por cada quien para el beneficio de los demás y que debe
    haber concientización primero para que se vean los
    resultados después.

    Los anarquistas han sufrido más que
    cualquier otra minoría… Jamás salieron
    victoriosos de ninguna revolución, sus teorías
    políticas abundan en juicios
    erróneos y presunciones falsas, las simpatías
    despertadas por una determinada doctrina anarquista han quedado
    siempre invalidadas por la violencia y el
    terrorismo
    implacables y demoledores esgrimidos como bandera por otra
    escuela o
    práctica anarquista. A pesar de esto, la denuncia:
    ´No son ustedes más que unos pobres tipos
    completamente aislados. Están acabados y han terminado ya
    con el papel que les
    correspondía. Regresen al lugar que pertenecen, al
    montón de polvo de la historia´(5) no tiene
    cabida para calificar a los anarquistas; no obstante, la teoría
    y la práctica anarquistas de los últimos cien
    años han planteado un buen número de cuestiones en
    torno a la
    naturaleza de
    la sociedad industrial, suministrando el necesario material para
    una crítica continuada y determinante del moderno concepto de
    Estado y librando batalla con las presunciones de la mayor parte
    de las escuelas del pensamiento
    político contemporáneo. En muchas oportunidades,
    han arremetido de manera brutal y directa contra los valores y
    las instituciones
    del orden moral y social
    establecido. En su conjunto, casi todas las iniciativas
    anarquistas han tenido un desenlace cercano a la esterilidad, con
    ribetes de falsa unas veces y de tragedia otras tantas. A pesar
    de todo, las protestas formuladas por el movimiento
    anarquista correspondían a una necesidad sicológica
    reiterada, necesidad que en modo alguno ha desaparecido,
    después de que, en apariencia al menos, el anarquismo ha
    fracasado como fuerza
    política y
    como fuerza
    social.

    Ofreced flores a los rebeldes que
    fracasaron

    Vanzetti

    (5). Denuncia de sus opositores mencheviques que
    hizo Trotsky en octubre de 1917

    VISION DEL
    UTILITARISMO

    Un buen ordenamiento debe ser
    aquel que permita la libertad y la forma de vidas libres
    MILL
    (6)

    La moral
    utilitaria, desarrollada primero por Jeremías Bentham
    (1748-1832) y luego, sobre todo, por John Stuart Mill
    (1806-1873), encuentra que el fin de las aspiraciones es el
    placer, y que lo bueno es lo que es útil y nos lo
    proporciona -el placer-. Pero esta ética no
    es egoísta, sino que tiene un carácter social: lo
    que busca es la mayor felicidad del mayor número de
    personas (Utilitarianism, On Liberty). La época
    burguesa, capitalista e industrial de mediados de siglo XIX
    encuentra una expresión clarísima en la moral
    utilitaria.

    Miraremos primero los antecedentes de esta
    corriente para luego iniciar nuestra disertación sobre el
    tema que nos ocupa. Comenzaremos afirmando que el bosquejo
    general del pensamiento utilitario, se anunciaba en la primera
    obra de Bentham, el Fragment on Government, que
    publicó en 1776. Se trataba de una crítica a los
    Commentaries de Blackstone y, a través de ella,
    contenía un ataque a la profesión legal y a la
    concepción whig del gobierno inglés.
    Bentham declaraba así su mayor interés en
    la causa de las reformas legales, y presentaba
    esquemáticamente la concepción que habría de
    desarrollar en una larga serie de libros de
    jurisprudencia. La verdadera función de la
    jurisprudencia
    es la censura, la crítica del sistema legal con
    vista a su mejoramiento. Para esta crítica hace falta una
    norma de valores y
    sólo el principio de utilidad puede
    aportarla. ´La medida de lo

    bueno y de lo malo es la mayor felicidad del mayor
    número´. Se puede considerar que la teoría
    de Bentham se basaba un poco en Hobbes y
    Hume(7). ´Con el Fragment on Government estableció
    los principios que
    seguirían sus

    (6) Citado por Sabine en el libro Historia de la Teoría
    Política
    en la pág. 518

    (7). Bentham afirmaba que cuando leyó por
    primera vez las obras éticas de Hume sintió como si
    le hubieran caído escamas de los ojos.

    ideales: La soberanía legal como presupuesto
    necesario de la reforma mediante un proceso
    legislativo, el principio de la mayor felicidad como medida de
    valor y una
    jurisprudencia
    dedicada al análisis y censura de la ley a la luz de su
    contribución a la felicidad
    general´(8)

    El inspirador de Bentham – es decir, Hume-
    afirmaba que la base del sistema no era el
    contrato social
    sino la necesidad humana, por lo tanto las decisiones del
    gobierno
    deberían ir dirigidas a satisfacer a sus
    gobernados.

    Bentham consideraba que el gobernante debe ser
    responsable de sus actos y estos deben ser justificados en la
    necesidad de aquellos a quienes eran dirigidos. La función
    del legislador es fundamental en esta búsqueda general de
    la felicidad, pues con él, según Bentham
    ´puede fabricar el tejido de la felicidad a través
    de la razón y el derecho´. No puede haber
    limitaciones a la libertad, la sociedad y la naturaleza no
    pueden admitir limitaciones legales. Estas limitaciones eran
    concebidas por Bentham como sicológicas, ya que este
    consideraba la costumbre y las instituciones
    como simples hábitos.

    Sin embargo, Bentham sostenía que aunque se
    podía reconocer que el derecho, el sistema y el
    gobierno eran malos, que no cumplían sus objetivos, que
    no conseguían la felicidad de los integrantes de la
    sociedad y que la libertad no era un concepto que
    tuviera especial sitial en el ordenamiento, el remedio racional a
    esta problemática era mejorar la ley, más
    no debilitar a los tribunales. El ideal de Bentham era que
    ´cada hombre fuera
    su propio abogado´; en los procesos las
    partes se presentarían ante un árbitro y
    conseguirían una conciliación pacífica. A
    pesar de esto, según Sabine, la concepción de esta
    connotación de la jurisprudencia
    de Bentham, dio como resultado un sentido falso de la libertad,
    debido a la extensión de la libertad de contrato al mayor
    número de relaciones privadas.

    Mill, por su parte, comenzó aceptando
    aparentemente in toto el principio de la mayor felicidad
    como había sido formulado por Bentham. El deseo del mayor
    placer es el único motivo que guía al individuo y
    la mayor felicidad

    (8) George Sabine en Historia de la Teoría
    Política.
    Pág 494. 1992. Fondo de Cultura
    Económica.

    de todos es, a su vez, la norma del bien social y
    el objeto de toda acción moral.

    El carácter distintivo del utilitarismo de
    Jhon Stuart Mill era que trataba de expresar una
    concepción de carácter moral en consonancia con su
    propio idealismo
    personal. Mill
    no quería aceptar el principio de la mayor felicidad de
    Bentham por lo que era en efecto, es decir, un criterio
    aproximado y preestablecido para juzgar la utilidad de la
    legislación. La ética de
    Mill es importante porque, en efecto, abandonó el
    egoísmo, supuso que el bienestar social concierne a todos
    los hombres de buena voluntad y consideró la libertad, la
    integridad, el respeto a la
    persona y la
    distinción personal como
    bienes
    intrínsecos aparte de su contribución a la
    felicidad. Convicciones morales de este tipo fundan toda la
    concepción de una sociedad liberal de
    Mill.

    La contribución de Mill, más
    característica y más duradera al
    pensamiento político está contenida en el ensayo
    On Liberty (1859), que constituyó una nota
    definitivamente nueva en la literatura utilitarista.
    Este ensayo fue un
    llamado para lograr una opinión pública
    auténticamente tolerante, que valorara las diferencias de
    puntos de vista, que limitara la medida de acuerdo, que exija y
    acoja las nuevas ideas como fuente de
    descubrimiento.

    Sin embargo, Mill nunca cayó en el
    argumento de Bentham de que los derechos son creados por la
    ley y los
    individuos sólo gozan de la libertad que les concede
    el Estado. Sin
    embargo, a veces sostuvo la concepción tradicional
    derivada de Bentham de que cualquier imposición
    jurídica, e incluso social es un recorte a la libertad
    individual. Nunca supuso, a pesar de todo, que pudiera darse una
    libertad significativa sin la ley y cuando identificaba libertad
    con civilización no imaginaba que pudiera haber
    civilización sin sociedad.

    La falta de claridad del criterio de Mill para
    definir límites propios de la legislación se hacia
    evidente cuando analizaba casos reales. Sus conclusiones no se
    ajustaban a ninguna regla sino que dependían de
    hábitos de juicio absolutamente subjetivos. La
    máxima de Bentham de que la legislación es un mal
    en sí mismo y que debe reducirse al mínimo en
    beneficio de la libertad había perdido la
    connotación original para Mill.

    Descartó el dogma del liberalismo de
    que la mayor libertad coincide con la falta de legislación
    y aceptó el evidente hecho de que hay muchas formas de
    imposición diversas de la ejercida por la ley. El liberalismo de
    Mill aceptaba la libertad política y social
    como un bien en sí, no porque contribuyera a un fin
    ulterior sino porque la libertad es la condición propia de
    un ser humano responsable. Vivir su propia vida, desarrollar los
    propios rasgos y características personales no son medios para
    alcanzar la felicidad es, literalmente, una parte esencial de la
    felicidad. Un buen ordenamiento debe ser aquel que permita la
    libertad y la oportunidad de formas de vida libres y
    satisfactorias. La libertad no sólo es un bien individual
    sino que también es un bien social.

    La libertad no debe implicar sólamente
    una posibilidad legal, debe implicar un
    bien.

    Spencer.

    EN QUE SE PARECEN Y EN QUE SE
    DIFERENCIAN LAS CONCEPCIONES UTILITARISTA Y ANARQUISTA DE LA
    LIBERTAD?

    DIFERENCIAS

    – Mientras que para el anarquismo la libertad
    sólo debe ser restringida por la concepción moral
    que cada uno tenga -no por el Estado ni el Derecho-, para el
    utilitarismo la libertad debe ser restringida por el
    Derecho.

    – Para el anarquismo la libertad individual debe
    ser absoluta, sin restricciones, para que cada individuo pueda
    satisfacer sus propias necesidades; para el utilitarismo, la
    libertad debe ser restringida por el derecho, mejorado por la
    jurisprudencia, para lograr la felicidad social,
    esto es, la del mayor número posible de
    personas.

    – Mientras el anarquismo propugna por la no
    existencia del Estado ni del Derecho -Restringen la libertad,
    reprimen y son inmorales-, el utilitarismo considera al Estado y
    al Derecho como un "mal necesario" para alcanzar el bien
    común, el bien social.

    – El anarquismo induce al desconocimiento de la
    norma jurídica -Aún más, generó
    violencia y
    terrorismo-;
    el utilitarismo exige acatamiento de la ley para lograr la
    felicidad social.

    – Los anarquistas consideran que las restricciones
    que el derecho establece para la libertad son violaciones a los
    derechos de los
    individuos; los utilitaristas consideran que dichas restricciones
    son la contribución de los individuos para la felicidad
    social.

    – Mientras para el anarquismo la justicia y la
    libertad está en cada individuo y son espontáneas
    en cada uno de ellos, para el utilitarismo están dadas por
    el bien social, que es lo que guía la acción moral
    de cada individuo, regulada por el derecho.

    SEMEJANZAS

    – Las dos concepciones estudiadas son
    enfáticas en considerar la libertad como el más
    preciado de los derechos
    humanos.

    – Tanto el anarquismo como el utilitarismo
    rechazan las limitaciones que el derecho pueda imponer para
    afectar la libertad individual, con la diferencia que para la
    segunda de las concepciones citadas, las restricciones son
    necesarias para la vida en sociedad. Pero ello, se reitera, no le
    impide rechazar las limitaciones que se
    establezcan.

    Trabajo realizado por Cesar Camilo
    Cermeño C.

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