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Danzas españolas




Enviado por latiniando



    INTRODUCCIÓN

    Sin duda alguna España ha
    sido el país que más ha cultivado el baile desde la
    antigüedad más remota. De ello hay testimonios en los
    autores del mundo clásico y en los de la Edad Media.
    Los romanos tenían a nuestras bailarinas gaditanas por las
    más bellas y elegantes del mundo. Fue el Renacimiento
    el que rehabilitó los bailes populares, dándoles
    tono y llevándolos muchas veces a los salones elegantes.
    Resultó entonces que en el transcurso del tiempo se
    habían ido perdiendo o confundiendo unos con otros, sin
    que por eso dejaran de advertirse dos grandes grupos: de un
    lado, las danzas de ritos guerreros o conmemorativos de grandes
    batallas, antiquísimos; y de otro, las danzas rituales
    religiosas, más propias de la Edad
    Media.

    LA DIVERSIDAD DE LAS DANZAS
    ESPAÑOLAS

    Posiblemente haya en España un
    millar de danzas o bailes distintos. Sólo en
    Cataluña se bailaban hace cien años más de
    dos centenares. En la región del Panadés, por
    ejemplo, llegó a recoger un erudito veinticinco bailes
    diferentes.

    Sabemos que el baile ha sido desde la Edad de
    Piedra un signo representativo del grado de cultura o
    civilización de un pueblo. Los hombres han expresado a
    través de sus danzas sus sentimientos religiosos, sus
    costumbres sociales y políticas,
    sus afanes agrícolas y guerreros, sus amores y pasiones,
    sus emociones nobles
    y felices. En la historia de la danza, como
    expresión humana de sentimientos, España ha
    ocupado siempre un lugar preeminente.

    La más antigua representación de
    hombres entregados a la danza que ha
    aparecido en Europa
    está en las pinturas rupestres de la cueva de Cogull, en
    la provincia de Lérida. Parece evidente que estas pinturas
    y otras aparecidas en la misma comarca pertenecen a los primeros
    tiempos del Neolítico, lo cual da a tales danzas una
    antigüedad impresionante. Resulta curioso observar
    cómo, en líneas generales, las danzas del mundo
    oriental son femeninas, mientras que las del mundo occidental
    tienen un indudable signo masculino. Bastaría tener en
    cuenta las danzas astronómicas egipcias, las
    báquicas, las pánicas, las cretenses, las
    pírricas o las de las antorchas en las
    Galias.

    Con las naturales limitaciones que ha de tener una
    afirmación semjante, podría decirse que las danzas
    del Este de España son
    ceremoniosas y delicadas; las del Mediodía, vivas y
    valientes; las del Norte, en particular las conservadas desde el
    Ebro hasta los Pirineos, de aire guerrero y
    militar. Los especialistas tienen a estas danzas como herencias
    de las primitivas propias de las civilizaciones ibérica y
    griega, y supervivencias de danzas ancestrales bailadas dentro
    del total de un rito en homenaje a los guerreros muertos. Y en
    las de sabor religioso hay siempre un aire primitivo
    que las liga con antiquísimos y desaparecidos cultos a
    poderosos dioses paganos.

    En Asturias y Galicia los bailes populares se
    acompañan con tamboril y gaita. En Andalucía, con
    castañuelas. En Vizcaya, con pandero y txistu. En
    Valencia, con dulzaina. En cataluña, con la cobla,
    orquesta elemental con tiples, tenores, flaviol y tamboril. Y en
    gran parte de España,
    con la guitarra, instrumento nacional, con categoría de
    universalidad.

    ANDALUCÍA

    Andalucía es el gran enigma, la esfinge que
    sorprende a los poetas, que enloquece a los pintores, que
    martiriza a los músicos, incapaces todos y cada uno de
    interpretarla a fondo.

    Y toda ella está en sus
    danzas…

    SEVILLANAS

    Las sevillanas se cantan y se bailan. Su copla
    es una seguidilla que quiere expresar en su temario todo cuanto
    de alegre, bonito y bueno puede ofrecer la Andalucía del
    Guadalquivir a la imaginación de los poetas. Cante y
    baile propios de ferias y romerías, que casi exige un
    paisaje con jacas enjaezadas, mujeres ataviadas con el vestido
    de faralaes, hombres con chaquetilla corta y calzón de
    montar. Las más famosas son las que se cantan y bailan
    en Sevilla y Córdoba, Málaga y Lucena, Montilla y
    El Alosno.

    ALEGRÍAS
    (Cádiz)

    El cante y el baile por alegrías son
    pilares fundamentales del folklore
    gaditano. Las alegrías son a las soleares, por ejemplo,
    lo que el cascabeleo de un tronco o de unas buenas mulas camino
    de la feria, respecto del majestuoso sonar de las campanas
    catedrálicas. Es curioso lo dicho por Rodríguez
    Marín, según el cual, entre las alegrías y
    las muñeiras, hay cierta semejanza. En su
    temática, las coplas son siempre alegres, festivas,
    piropos llenos de gracia. No es un baile gitano, pero los
    gitanos le ponen una gracia especial, un duende, un toque de
    luz.

    "EL ROBAO" (Fandango de
    Baza-Granada)

    Es un fandango barroco,
    complicado, como si los pies de los danzantes se
    empeñaran en dibujar las más bellas y
    difíciles grecas que fueron creadas hace siglos por los
    artistas granadinos que labraron de su mano las maravillas de
    la Alhambra. Característico de la comarca de Baza, la
    noche anterior al día del baile acuden a la ciudad los
    vecinos de los pueblos inmediatos, alumbrándose con
    candelas. "El robao" se acompaña con guitarras y
    bandurrias, y la indumentaria de los danzantes -mujeres y
    hombres- es de una extrordinaria riqueza
    plástica.

    JOTILLA DE VILLANUEVA DE
    CORDOBA

    ¿Quién bautizaría a este
    baile cordobés con ese nombre de "jotilla", si se
    está viendo a leguas que es un fandango y de los buenos?
    Acaso el que lo bautizó no anduvo descaminado, porque
    son muchos los que creen que la jota no es más que un
    fandango, o su prima hermana, con raíces en antiguos
    bailes gitanos no andaluces. Por eso, quizás, no hay
    jotas en Andalucía "flamenca" y las hay en Aragón
    y en Valencia, en Cataluña y Navarra, en Baleares y en
    Extremadura… Y a extremeña huele la jotilla de
    Villanueva que al finalizar la recolección de la
    aceituna baila el manijero con la más guapa de las
    mozas, mientras todos y todas cantan y jalean, al son de
    guitarras y bandurrias, ruidos de cántaro vacío y
    palmas, para acabar bailando en corro y por
    parejas.

    VERDIALES VELEÑOS
    (Málaga)

    Este de los verdiales veleños es un baile
    campero, nocturnal y antiguo. En la noche de
    Vélez-Málaga, cuando el nuevo amanecer ha de
    trernos la alegría de la fetividad de Nuestra
    Señora de la Victoria,los verdiales veleños
    sirven de enlace y de compás entre la popular algazara
    del fin de la vendimia y la también popular
    devoción a la Virgen María. Las viñas se
    han quedado viudas de sus racimos, los aperos inútiles
    han sido destruidos y la voz de un mozo saluda al nuevo
    día con la copia tradicional, que canta las tres gracias
    de la costa malagueña: "las viñas y los parrales,
    -la gracia de las veleñas- y el baile de los
    verdiales…"

    PAÍS VASCO

    En el Norte de España, en el vértice
    del golfo de Vizcaya, están las provincias vascas:
    Álava, Guipúcoa y Vizcaya. Los caminos y las
    poblaciones tienen la constante nostalgia de una sonata
    épica de don Ramón del
    Valle Inclán. Todo el folklore vasco
    es como un arcoiris que recogiese en la música, la
    canción y la danza las
    grandes virtudes de un pueblo tan singular.

    ROMERÍA
    VASCA

    No hay camino en el País Vasco que no sea
    algún día del año camino de
    romería. Es entonces cuando el txistu y el tamboril
    -¡curiosa coincidencia con el tamboril y la flauta de la
    romería andaluza!- acompañan una rica mescolanza
    de jotas vascas, en la que hombres y mujeres compiten en
    alegría y destreza. La indumentaria de los danzantes es
    muy sencilla, pero con una belleza extraordinaria colorista y
    campesina de gran fuerza
    expresiva. Contribuye a la plástica de esta danza la
    singular geografía, los paisajes altos, verdes,
    arbolados y a veces rematados por un pico pétreo que
    parece una lanza que buscara el cielo para clavarse en
    él.

    SAN MIGUEL DE ARRETXINAGA (San
    Sebastián)

    Al Arcángel San Miguel, príncipe
    de la milicias celestiales, está dedicada desde tiempo
    inmemorial la Ermita de Arretxinaga. En el atrio, en las
    festividades del Corpus y de San Miguel, un grupo de
    danzantes interpreta plásticamente lo que pudo ser en el
    gran momento la lucha tremenda y decisiva, la rebelión
    de los ángeles y su derrota por los leales capitaneados
    por el Arcángel. El Príncipe de la Luz y El
    Príncipe de las tinieblas frente a frente. El blanco de
    la indumentaria de los danzantes -mujeres y hombres- se quema
    con el brochazo violento de las fajas de color y -como
    siempre el el País Vasco- el txistu y el tamboril
    acompañan esta danza
    religiosa, una de las más antiguas y bellas de
    España.

    ARIÑ ARIÑ…
    (Bilbao)

    Antigua, bella, emocionante y popular, esta
    danza vasca es interpretada espontáneamente por todos
    los hombres y mujeres que acuden a las romerías. Por
    parejas, forman un círculo, con avances y retrocesos que
    ponen a prueba la fortaleza física, la gracia
    danzante, la alegría natural y el viejo sentido del
    ritmo, características del pueblo vasco. El
    "ariñ ariñ…" es una verdadera danza de
    romería, sin complicaciones, sin otro significado que no
    sea el eterno, desde que el hombre es
    hombre, de
    divertirse al aire libre, con
    la Naturaleza por
    testigo.

    GALICIA

    Durante siglos, Santiago de Compostela ha sido
    vértice de un triángulo que asentaba su base en
    Jerusalén y Roma. Por eso
    toda Galicia está cruzada de caminos de
    peregrinación, que han sido pisados por gente llegada de
    todos los confines del mundo. Gente peregrina, y pícaros
    que nunca faltan. La tierra
    gallega tiene huellas de las cabalgadas celtas, de la administración romana, de las devastaciones
    bárbaras, de suevos, visigodos, árabes, napoleones.
    Y de todo hay eco en la música, la danza y la
    canción gallegas.

    MUIÑEIRA MARIÑANA (La
    Coruña)

    Sobre su origen hay muchas teorías, aunque todas estén de
    acuerdo en asignarle reminiscencias de danzas rituales griegas,
    si bien hay muchos folkloristas que piensan si los griegos no
    asimilarían a su vez antiquísimas danzas celtas,
    y se basan para pensar esto, en que también en Irlanda
    se baila el "trivanau" de evidente origen céltico, y muy
    semejante a la muiñeira. "Muiñeira" es la
    versión gallega del vocablo castellano
    "molinera". El baile se acompaña con gaita, por
    supuesto, y de vez en vez se rompe la copla con los
    aturuxos, gritos de alegría que animan el baile.
    La muiñeira se baila al compás de seis por ocho,
    en tiempo de
    rigodón.

    DANZA DE DAMAS Y GALANES (La
    Coruña)

    He aquí una danza de indudable origen
    religioso. Un grupo
    integrado por cuatro damas, ocho galanes y un guía son
    los intérpretes. Como es natural, les acompañan
    la gaita y el tamboril. En la festividad de la Asunción
    de la Virgen, el pueblecito gallego de Santa Cristina de
    Lavadores es el escenario de esta curiosa y bellísima
    danza. Damas y galanes, con el guía, salen del templo de
    espaldas, es decir, cara al altar, y una vez en el atrio
    interpretan el baile. Hay en la mímica de los danzantes
    una serie de reverencias y saludos, que hacen que el conjunto
    alcance matices de majestuosidad. No es un baile de
    alegría, sino de respeto, de
    serenidad, de oración sin duda. A la belleza
    plástica de esta danza contribuyen la gaita y el
    tamboril, con la indumentaria de los danzantes, severa y
    honesta como corresponde a quien baila para la Madre de Dios en
    su tránsito a la Eternidad.

    CANARIAS

    El folklore de
    las islas Canarias es riquísimo, sugestivo, inquietante en
    ocasiones. En todos los rincones del archipiélago hay
    alguien que canta, baila o toca la guitarra, el timple, el
    guitarrillo. El canario tiene una especial sensibilidad para la
    melodía, para el ritmo, para la canción y el baile.
    El guanche primitivo, el español que llegó luego,
    la inminencia de América
    a partir del descubrimiento y la conquista, todos tienen en el
    folklore
    canario un eco, un recuerdo, una nostalgia. Las folías,
    las isas, el tango
    herreño, la danza antigua de Hermigua, todas las
    expresiones populares de las islas, tienen siempre en el
    horizonte la silueta terrible y entrañable al mismo
    tiempo del
    pico del Teide, dios poderoso que durante siglos ha representado
    para los canarios el fuego y la destrucción, sí;
    pero también el símbolo eterno de la eterna
    Canarias.

    ISAS CANARIAS

    De gran belleza, languidez y melancolía,
    acompañada por el timple, pequeño gitarrillo de
    sonido muy
    particular, la isa es una danza canaria, que alguien ha llamado
    "la jota del Atlántico". La riqueza de figuras y
    evoluciones es mucha, y las coplas con que el baile se anima
    tienen letras candorosas que siempre hablan de amor. La
    rica policromía de la indumentaria femenina y el severo
    color de la
    masculina acrecientan el encanto de esta danza. Es característica de todas las islas del
    archipiélago y puede decirse que con la folía, es
    la isa, el cante y el baile populares que más universal
    resonancia han alcanzado de cuantos tiene el rico folklore
    canario.

    DANZA ANTIGUA DE
    HERMIGUA

    Hermigua, uno de los parajes más hermosos
    de la isla de Gomera, del archipiélago canario, ofrece
    esta danza antigua y misteriosa, de indudable origen religioso
    y guerrero, acompañada de tambor y del repiqueteo
    característico de las chácaras,
    especie de castañuela grande, propia del folklore
    gomero. La danza tiene el brío, la fuerza y la
    belleza de todos los bailes canarios, incrementado aquí
    con la delicada alegría de la indumentaria
    femenina.

    TANGO HERREÑO (Isla de Hierro)

    La isla de Hierro
    pertenece a la provincia de Santa Cruz de Tenerife. En su
    folklore destaca este tango
    herreño por su antigüedad, su tipismo, la
    extraña salida del acompañamiento y su
    dificilísima ejecución. Su origen se remonta a
    los primitivos guanches, que se acompañaban con tambores
    pequeños y flautas de caña, o sencillamente, con
    el rítmico sonido que
    conseguían con la boca y las manos. Los movimientos son
    rápidos y cortos, y en la danza el hombre
    trata de cautivar a su pareja femenina haciendo alardes de su
    destreza y gallardía. Mientras baila, la mujer no
    levanta la vista del suelo, en
    prueba de modestia y honestidad.

    BALEARES

    Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera, Cabrera,
    Dragonera, Conejera… y un centenar de islotes sin más
    habitantes que los pájaros: éstas son las islas
    Baleares. Desde siempre, el archipiélago ha sido
    considerado como islas de los pinos (Ibiza y Formentera), las
    "pithiusas" griegas, y las "gimnesias" o islas de los hombres
    desnudos (Mallorca y Menorca). Hoy la fama de estas islas es
    universal. Junto a todas sus bellezas, que son innumerables,
    tiene un lugar destacado su folklore, con sabor de viejas danzas
    ancestrales, de ritos milenarios, de inquietantes
    interpretaciones del amor y de
    la muerte.
    Sencilla y bella es la indumentaria de las mujeres baleares, y
    como un símbolo mediterráneo, la guitarra
    está presente en las fiestas y las
    romerías.

    BOLERO VIEJO O PARADO
    (Valldemosa)

    El bolero es una derivación lenta de la
    seguidilla. El mallorquín es mundialmente famoso. Este
    bolero de Valldemosa es quizás el más popular en
    las islas Baleares, y su denominación de "parado" le
    viene del final brusco, que contrasta con la suave cadencia de
    su ritmo. Se acompaña con violines, guitarras,
    castañuelas y el peculiar triángulo, instrumento
    tan elemental como popular en España. El bolero de
    Valldemosa tiene un aire
    señorial y distinguido, distinto de otros boleros
    más cercanos a los ritmos populares.

    S’A LLARGA Y S’A CURTA
    (Ibiza)

    Estas son las dos danzas típicas de la
    isla de Ibiza. Sus nombres tienen una facilísima
    traducción castellana: la larga y la corta, diferencia
    que consiste en la mayor o menor vivacidad del ritmo. El
    acompañamiento se hace con tamboril, flauta y
    castañuelas, instrumentos todos, especialmente el
    último, de nobles raíces mediterráneas. La
    característica fundamental de estas
    danzas está en el simbolismo de las actitudes
    que adoptan el hombre y
    la mujer.
    Ésta baila con recato, con suavidad, casi sin moverse,
    mientras el hombre se
    esfuerza en demostrar su gallardía, su agilidad, su
    destreza, siempre de cara a su pareja, sin darle la espalda,
    sin perderle la vista, como si en cada instante pudiera
    producirse la maravilla esperada, que sin duda ha de ser -en el
    simbolismo del baile- la mirada de ella que transmite el
    rendimiento y la pleitesía, el amor y la
    voluntad de ser amada. Estas dos danzas son propias de las
    fiestas mayores y de los acontecimientos familiares,
    principalmente las bodas, suprema fiesta
    siempre.

    S’ESCANDALARI
    (Ibiza)

    Esta danza tiene un clarísimo origen
    campesino, de viejo rito labrador. Antiguamente servía
    para expresar con garbo y alegría el fervor de los
    labriegos al final de las faenas de labranza y
    recolección: la siega, la vendimia, la recogida de la
    aceituna… En castellano
    su nombre es tanto como "escandaloso", tomando el
    escándalo no en sentido peyorativo, sino en el bueno de
    bulla y jolgorio sano y popular. Posiblemente sea una de las
    danzas más antiguas del acervo folklórico
    español, y de las más alegres, vistosas y
    coloristas.

    CASTILLA – LA
    MANCHA

    El primer y más característico rasgo
    geográfico de Castilla – La Mancha es la alternancia, y
    confluencia a la vez, de elementos físicos y humanos que
    delimitan una región de caracteres geográficos
    imprecisos. Así, desde un punto de vista físico,
    Castilla – La Mancha ocupa la submeseta meridional, pero no toda,
    pues excluye a Madrid y Extremadura. Desde un punto de vista
    histórico se corresponde con "Castilla la Nueva", pero sin
    Madrid y con Albacete, provincia ésta que una erudita
    tradición del XIX integró en el "reino de Murcia".
    Y desde un punto de vista geográfico en general, la
    región se articula en torno a La
    Mancha, la gran llanura meseteña, de grandes pueblos y
    acusada personalidad,
    a la que se ha añadido una Guadalajara excéntrica,
    de alcarrias, sierras y altos páramos, y de escasa
    población repartida en pequeños
    pueblos.

    DANZANTES Y PECADOS (Camuñas
    (Toledo))

    Danza eucarística típica de
    Camuñas (Toledo). Posiblemente se trate de la
    supervivencia de una antiquísima danza pagana, que al
    correr de los siglos fue asimilada por el cristianismo. Los danzantes acuden ante la
    Eucaristía, portando los símbolos e instrumentos
    de la Pasión del Señor, y tapadas las caras con
    unas extrañas caretas. Uno de los penitentes golpea con
    una especie de mazo en una madera y
    produce un rítmico sonar al que acompasa la danza.
    Alguien ha querido ver en la coraza que cubre uno de los
    pecados y en el gran manto que cubre a otro, simbólicas
    representaciones del judaísmo y la herejía como
    pecados fundamentales de un tiempo
    indeterminado en que la danza antigua y pagana se acercó
    sumisa y devota a la Santa Eucaristía. Es danza de gran
    vistosidad y de mucho colorido. En líneas generales,
    puede decirse que toda la fuerza de
    estos "danzantes y pecados", de Camuñas, está en
    el simbolismo de sus atavíos y sus figuras de baile,
    dignas de ser estudiadas y aquilatadas.

    DANZA DEL PALOTEO Y EL CORDÓN A LA
    VIRGEN DE LA PIEDAD

    He aquí un baile interesantísimo
    de La Mancha toledana, típico y tradicional de este
    pueblo, que se viene celebrando desde hace muchísimos
    años, como aseguran los viejecitos de la
    localidad.

    Para bailar esta danza se precisan ocho
    danzantes y un muchacho, llamado el rabozorra, quien va
    danzando en medio de todos con un látigo en la mano.
    Esta danza se baila de la forma siguiente:

    Se colocan los danzantes en dos filas, de
    frente, y al compás de la melodía, bailan la
    danza del paloteo, marcando el ritmo con las
    castañetas y con los golpes de los palillos.
    Durante la misma, se cambian de paso, una fila con otra,
    haciendo diversos ejercicios rítmicos, siempre al
    compás del tambor y la dulzaina.

    Terminada esta danza, sigue otra vez la de
    carrera, por diversas calles del pueblo, hasta el
    momento en que tiene lugar la típica danza del
    cordón, que consiste en poner un palo en el
    centro, con ocho cintas de colores, unidas
    al dedo corazón
    de la mano de los danzantes, los cuales, mudándose unos
    con otros, van tejiendo un cordón, de donde
    proviene la danza del mismo nombre.

    Finalizada esta danza, recogen el palo y siguen
    bailando, por las callejuelas y plazas del pueblo, la danza de
    la carrera.

    DANZA DEL CORDÓN, DE LA CARRERA Y
    DEL PALOTEO AL CRISTO DE LA VIGA (Villacañas
    (Toledo))

    Esta danza, o danzas, pues son varias las que
    tienen lugar en el pueblo de Villacañas (Toledo) en
    honor del Cristo de la Viga, es la más típica y
    original entre todas las que se celebran en La Mancha toledana.
    Empiezan el día 27 de abril, para continuarlas el 28,29
    y 1º. de mayo. Los tres orimeros días tienen lugar
    ante las puertas del mayordomo, que sostiene en sus manos un
    cetro con el Cristo de la Viga, al cual hacen una reverencia
    arrodillados todos los danzantes, diciéndole a
    continuación todos los dichos o
    súplicas.

    El día 30 por la mañana
    también actúan frente a la ermita de la
    Purísima Concepción, y por la tarde recorren las
    calles y plazuelas del pueblo, tomando el típico
    refresco y danzando en casa de los tres
    oficiales.

    Sin embargo, la fiesta mayor tiene lugar
    el día 1º. de mayo. A las diez de la mañana,
    durante la Santa Misa, que se celebra en la Iglesia
    Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, los
    danzantes bailan ante el Cristo de la Viga la danza que tiene
    su mismo nombre. Finalizada la Misa, hacen lo propio ante el
    edificio del Ayuntamiento, en presencia de todas las
    autoridades.

    Los danzantes son ocho, más el de la
    porra o director. Van vestidos con una enagua
    blanca, bordada, rodeada de una banda encarnada, y turbante en
    la cabeza, con zapatillas blancas, adornadas, y medias
    también blancas, llevando en las manos las
    castañetas. El de la porra lleva
    pantalón corto, estrecho, encarnado, y chaleco
    también estrecho, con turbante en la cabeza y en la mano
    una muñeca de medio metro vestida con el color de la
    ropa que lleva el Cristo. Siempre va el primero y por eso le
    llaman el director de la danza.

    La danza del cordón al Cristo de
    la Viga consiste en poner un palo clavado, o sujeto en el
    suelo por un
    hombre, con
    ocho cintas de distinco color. Cada
    danzante, al compás de la melodía, coge una de
    ellas y se cruza con el siguiente, haciendo puente. Al
    terminar, como se han cruzado ya todos los danzantes, queda
    hecho en el palo un dibujo de la
    forma de un cordón, quedando cubierto el palo con
    todas las cintas.

    Finalizada la danza del cordón,
    los danzantes siguen interpretando por las calles la danza de
    la carrera, hasta dejar el Cristo en la Parroquia, sin
    dejar de bailar, ante el altar mayor, la danza del
    paloteo. Esta danza consiste en ir brincando ante el
    Cristo, al compás de la música,
    con acompañamiento de la gaita y tamboril, durante la
    cual los danzantes siguen marcando el mismo ritmo con los
    palillos.

    DANZA DE LOS DIABLOS EN HUETE
    (Cuenca)

    Según testimonios de varios viejecillos
    de Huete (Cuenca), y a juzgar por los datos que posee
    el Ayuntamiento, el historial de esta danza es
    antiquísimo.

    La danza de los diablos se inicia, generalmente,
    con tres parejas de cuatro mujeres u hombres, vestidos con
    refajos de colores, blusa
    blanca, pañuelo o mantón pequeño y
    delantal negro, con pañoleta blanca sobre la cabeza,
    llevando media también blanca, basta, con dibujos,
    alpargata blanca con cintas encarnadas, y colocándose
    las danzantes de frente, ostentando palos y cadenas. El traje
    de diablo es de lienzo color
    caña, con unas culebras pintadas, faja colorada y una
    canana o cinto de cuero bordado; lleva la chaqueta igual que
    los pantalones y en dragón con una cabeza pintada,
    pañoleta de tul blanca en los hombros y el pico
    atrás, poniéndose encima de la cabeza una montera
    con flores y relicarios, lazos y cintas de adorno y sostenido
    el palo en la mano derecha, para sujetar la cadena, que lleva
    colgada en la canana, con la mano izquierda.

    La danza consta de un tiempo con diferentes
    formas coreográficas. Primeramente hacen el
    pasacalle, y a continuación el paloteo,
    que consiste en palotear con la compañera de enfrente al
    ritmo de la música
    y, al cambiarse de posición, palotea con la de la
    izquierda, siempre en esta dirección y en fila recta. Seguidamente
    se dejan los palos en el suelo, dando
    una vuelta, y cogen las cadenas unas de las otras, con lo cual
    se inicia la danza de los diablos. La que hace de
    cabeza, conocida por el diablo (que lleva la cadena
    más grande que las demás danzantas), coge una
    cadena a su compañera y da la suya a la que tiene a su
    izquierda, alzando los brazos y pasando las dos filas por
    debajo de cada brazo suyo, quedándose siempre en el
    centro. De esta forma se dan tres vueltas, colocándose
    cada danzanta en su sitio, para que el diablo empiece a
    tejer su cadena con la de las danzantas, pasando por cada
    cadena dos veces: una por arriba y otra por debajo. Una vez
    tejida la cadena, el diablo queda al final de las filas,
    dando tres vueltas todas las danzantas con las cadenas tejidas.
    A continuación, para destejerla, va el diablo en
    forma contraria, saliendo de cada fila una danzanta y
    cogiéndose las cadenas unas de las otras, dando tres
    vueltas encadenadas y quedándose en su sitio. Prodiguen
    haciéndose los arcos, pasando unas cadenas por debajo y
    otras por encima, volviendo a dar otras tres vueltas para
    quedarse en su sitio, saliendo después, en corro, unas
    tras otras; hincándose de rodillas el diablo en
    el centro, a quien echan las danzantas sus cadenas al cuello,
    que recoge el diablo con las manos. Una vez que se han
    arrodillado todas, se levantan, dando otras tres vueltas,
    alzando el diablo los brazos con todas las cadenas,
    momento que aprovecha él para escaparse por algún
    sitio, persiguiéndole después todas las danzantas
    alrededor, quedándose en el lugar en que se
    inició la danza. Cada danzanta recoge su cadena,
    enlazándose los dedos de la mano derecha con los de su
    compañera y con la izquierda sostiene el refajo,
    desapareciendo todas de la escena y finalizando así esta
    danza antiquísima, que llama poderosamente la
    atención en toda la comarca de Huete.

    A continuación tienen lugar las Loas
    de los diablos
    , en honor de San Juan Bautista,
    Patrón del barrio de Atienza.

    PROVINCIA DE CIUDAD
    REAL

    La provincia de Ciudad Real es un espacio
    geográfico surcado por los más diversos caminos
    de España. Tierra
    fronteriza con Andalucía y Extremadura, su historia y tradiciones
    rememoran un pasado inmerso en la pluralidad de los avatares y
    culturas que la han ido configurando y fortaleciendo. Desde los
    antiguos tiempos oretanos hasta el siglo XX, Ciudad Real ha
    intentado labrar sus propias señas de identidad,
    haciendo emerger en cada época lo mejor de sí
    misma. Se ha dicho que la historia es como un tren
    que pasa una sola vez por un determinado paisaje y que no hay
    más opción que tomarlo y seguir hacia delante si
    no queremos quedar postergados para siempre, lección
    bien aprendida por las gentes de esta provincia, para quienes
    el deseo de superarse continuamente ha sido su blasón
    principal.

    BAILES EN LA
    PROVINCIA

    Los bailes característicos de las
    distintas áreas geográficas tienen su
    expresión en aquellos movimientos rítmicos que
    aún se conservan. Entre otros: las seguidillas
    manchegas, las torrás, jotillas, fandangos y
    boleros.

    Las seguidillas tienen diferentes formas de
    expresión. Según la opinión
    generalizada, donde mejor y con más gracia se bailan
    es en Ciudad Real y La Solana. El movimiento
    del baile de las seguidillas manchegas es de gran viveza en
    cuanto al ritmo que toma el cuerpo, brazos y pies. Estos
    últimos se mueven en alternancia rápida,
    pisando de tacón y puntillas.

    El fandango manchego (que tiene sus variantes
    en las rondeñas y malagueñas) es muy similar al
    fandango bailado en Andalucía. Los fandangos manchegos
    se suelen bailar por varias parejas próximas unas a
    otras, colocándose los hombres junto a las
    mujeres.

    Las torrás se bailan en algunos pueblos
    de la provincia (Ciudad Real, Daimiel, Villahermosa…). Es
    en sí una variante de la seguilla, pero más
    animada, alegre y graciosa. Los bailarines se han de colocar
    en filas. Las torrás tienen su desarrollo
    dividido en tres tercios.

    El bolero es un baile de gran riqueza
    lírica y plástica. Posee tres tiempos y se
    baila generalmente en conjunto, formado por ocho parejas,
    hombres y mujeres.

    Las jotillas o jotas manchegas tienen
    diferentes estilos o "aires", según las comarcas y las
    disposiciones de los ejecutantes. Generalmente se colocan los
    bailadores de frente, mirando uno al derecho y otro al
    izquierdo, con el brazo extendido hacia abajo y el izquierdo
    apoyado en la cintura.

    Eminentes musicólogos, como el profesor
    García Matos y otros, están de acuerdo al
    relacionar nuestra jota como derivación de la
    aragonesa, siendo un baile que se extendió y
    popularizó por Castilla, además de otras
    regiones, hacia el siglo XVII.

    Musicalmente, su estructura
    está formada por una sucesión de coplas y
    estribillos. Cada copla, a su vez, está compuesta por
    siete elementos melódicos, no excesivamente diferentes
    unos de otros, e incluso a veces repetidos, de cuatro
    compases de suración cada uno, separados entre
    sí, aunque no siempre. El texto lo
    forman cuatro versos octosílabos (aunque se ha
    recogido alguna excepción), de carácter
    variopinto, unas veces gracioso, socarrón, picaresco,
    otras de sentencioso, de halago, etc., de tradición, y
    en muchas ocasiones improvisado según el
    caso.

    La jota solía comenzar con cuatro
    acordes rasgueados en la guitarra, sobre la tónica, a
    lo que seguía una frase melódica instrumental
    alegre, de ocho compases, que podía repetirse, para
    dar paso después a una sucesión en
    número variable de copla y estribillos, "…hasta que
    se casaban".

    Los danzantes, una o diferentes parejas
    sueltas, se movían con soltura y alegría,
    acompañándose de castañuelas o pitos,
    con los dedos, cuyo sonido
    apagaban para que la copla fuera escuchada.

    Como instrumentos de acompañamiento a
    la guitarra solían estar, además de las
    castañuelas, los platillos o el almirez, y a falta de
    éstos las cucharas entrechocadas, el caldero o simples
    rasgueos en la botella labrada.

    La jota se cantaba y bailaba en cualquier
    reunión o fiesta familiar, romerías, en el
    campo o quintería, después de la jornada de
    recollección, etc. El comienzo no era difícil,
    bastaba con rasguear los primeros acordes en la guitarra para
    que viejos y jóvenes de uno y otro sexo se
    levantaran al animado baile.

    Son también de destacar las danzas del
    Corpus Christi de Villanueva de la Fuente y Porzuna, donde
    los danzantes bailan avanzando de espaldas dando siempre
    vistas al Señor. También sobresale la danza de
    ánimas de Albadalejo, en Carnaval.

    JOTA DE LA VENDIMIA (Ciudad
    Real)

    Típica de Ciudad Real. Su
    característica fundamental está en que tiene su
    lugar y su tiempo en la vendimia, con lo que prueba su
    indudable origen antiquísimo de danza ritual
    labradora. El dueño de la viña vendimiada
    regala a los vendimiadores y vendimiadoras un cordero para
    que sea sacrificado y guisado, y es en la comida cuando se
    celebra la fiesta y se baila la jota. Intervienen con la
    guitarra y la bandurrria, instrumentos indispensables, un
    coro de instrumentos elementales y populares: el almirez, el
    caldero, la paleta, la sartén… Lo popular de la
    danza no admite dudas, y la indumentaria de los danzantes se
    ajusta a época y a la faena de la vendimia, incluidos
    los sombreros de paja campesinos con que las mujeres se
    defienden del sol. Por supuesto es un baile alegre, divertido
    y que gusta del aire libre y
    del olor inequívoco de la uva
    madura.

    SEGUIDILLAS

    Dentro de la región manchega, el baile
    de las seguidillas tiene diferentes variantes. Sin embargo,
    puede decirse que hoy La Solana y Ciudad Real son las dos
    poblaciones donde mejor se bailan, sin que por esto olvidemos
    a muchos pueblos de esta región, donde hemos visto
    vibrar, en toda su pureza y desnudez, esta clase de
    baile.

    Pues bien, en La Solana, pueblo
    conocidísimo por la zarzuela La rosa del
    azafrán
    , cuyas melodías folklóricas
    recopiló allí el maestro Guerrero, las
    seguidillas se hablan de la siguiente
    manera:

    Dicho baile tiene tres tercios, con sus nueve
    coplillas o cantares. Cada tercio consta de tres pases de
    ocho compases seguidos de música
    y otros cuatro o cinco, indistintamente según las
    comarcas, de toque de guitarras y
    mandurrias.

    La posición de los bailarines, antes de
    comenzar el baile, es esta: Los mozos, puestas las manos en
    las caderas, se colocan frente a las mozas, mientras
    éstas, sujetando las castañetas en las
    manos, con las cuales marcan los movimientos, permanecen con
    la mano derecha en la cadera y colgando la izquierda,
    quedando de esta forma preparados hasta que preludia la
    rondella, compuesta generalmente de guitarras,
    mandurrias, panderetas, platillos y el típico
    tiplillo, que en algunas comarcas tiene el nombre de
    requinto.

    Seguidamente, los cantores hacen la salida
    o introducción
    , que consiste en lanzar un
    ¡ay…! muy prolongado, o en cantar el primer
    hemistiquio de cualquier seguidilla, con lo cual puede
    decirse que se inicia ya el baile de las manchegas,
    terminando dicha salida o introducción con una
    ligera inflexión de los bailadores, que se arrodillan
    hasta tocar en tierra,
    con la pierna derecha.

    MELONERAS

    Las boleras (como se llaman el La Solana) o
    meloneras (en Daimiel), son una variante de las seguidillas
    manchegas y suelen bailarse más lentamente que
    éstas, con la diferencia de que no se cantan. Pueden
    bailarse indistintamente con dos o con cuatro parejas.
    Éstas se colocan de frente, con posturas de brazo en
    cintura (mano derecha) y el otro bajo, teniendo en ambas
    manos sus correspondientes
    castañetas.

    Los bailadores empiezan el baile al ejecutar
    la rondalla el quinto compás de la melodía. Las
    boleras constan de tres fases distintas en su forma de
    bailar, pero la melodía es la misma. En la primera se
    dan ocho pasos, siendo el último acompañado de
    la vuelta; la segunda fase se baila exactamente igual, y en
    la tercera se dan tres pasos hacia delante y otros tres hacia
    atrás, seguidos de una vuelta y haciendo el corte del
    baile, siendo de ritual que quede el pie derecho avanzado
    hacia la parte izquierda.

    FANDANGO

    El fandango manchego, juntamente con sus
    variantes, como las rondeñas y las
    malagueñas, es muy parecido en el fondo y
    formas musicales al andaluz, que tiene muchos admiradores en
    esta región entre la gente avanzada en años,
    pues la juventud
    entera está detrás del nuevo folklore
    estilizado
    que llevan a los teatros de La Mancha Juanito
    Valderrama (ídolo de las comarcas de Alcázar,
    Tomelloso, Manzanares y Valdepeñas), Marchena, La
    Niña de la Puebla y otros muchos cantaores de
    fandanguillos… extraños a nuestro propio
    temperamento nacional, dentro del verdadero
    folklore
    .

    Sin embargo, todavía perdura entre los
    viejos este típico y tradicional baile, que tiene su
    mejor manifestación en Ciudad Real, Tomelloso, La
    Solana, Alcázar, Villarrubia de los Ojos, Herencia y
    otros muchos pueblos.

    Veamos cómo se baila en La Solana.
    Suelen bailarlo varias parejas juntas, las cuales se colocan
    de frente. Los hombres, con los brazos en las caderas, y las
    mujeres, con castañetas para marcar los
    movimientos, la derecha en la cadera y la otra
    colgando.

    En este baile se cantan las coplas que uno
    quiere. Su primer cantar, llamado paseo, tiene tres
    pasos; el segundo, llamado la arrastrá, cinco
    pasos; el tercero, llamado la cruz, cuatro pasos; el
    cuarto denominado arratrá doble, diez pasos; y
    el quinto, conocido por arratrá con doble
    vuelta
    , tiene 16 pasos.

    Suele acompañarse con guitarras,
    mandurrias y
    castañetas.

    LAS
    TORRÁS

    Este baile manchego, muy típico y
    tradicional, es mucho menos conocido que las seguidillas y
    hoy día se practica en muy pocos pueblos, a
    excepción de La Solana, Daimiel, Villahermosa, Torre
    de Juan Abad y la capital de
    la Provincia. Es una variante de las seguidillas, aunque de
    un movimiento
    más animado y más alegre, cuyo compás es
    de tres tiempos, y de un ritmo musical diferente, parecido a
    las segudillas sevillanas.

    Las parejas, mozos y mozas, se colocan en
    fila. La posición del cuerpo y de los brazos es
    idéntica al de las manchegas. Al romper a tocar
    la rondalla, y una vez que se ha preludiado la salida
    o introducción, salen a bailar primeramente las
    mozas, con vuelta de al revés, mientras tanto,
    los mozos, al mismo tiempo, dan otra vuelta de la misma
    forma, quedando las parejas de frente, con corte de rodilla
    derecha hasta pisar tierra.

    Las torrás tienen también tres
    tercios, todos ellos diferentes, con nueve coplillas o
    cantares, siendo la salida de cada tercio siempre la
    misma música.

    En La Solana, se conserva todavía, en
    toda su pureza y desnudez, el folklore manchego, en
    sus más distintas modalidades, a través de sus
    bailes y danzas.

    BOLERO

    El baile del bolero simboliza la
    esencia pura del folklore manchego, impregnado de una
    gran riqueza lírica, capaz de enmudecer a
    cualquiera.

    Por regla general, suelen bailarlo ocho
    parejas, hombres y mujeres. Éstas se visten con faldas
    de vuelo, largas hasta el tobillo, blusa floja de lunarillo y
    satenes negros, adornados con agremán de seda,
    lentejuela y cuentecillas. Llevan botas de cartera con
    botones abrochados al lado de afuera o zapato abotinado y
    medias de diversos colores y
    labores; mantoncillo de manila pequeño de talle y
    tocas de lana con flecos, sujetando los palillos o
    castañetas con las manos. Los hombres llevan
    pantalón largo y estrecho, sin volver y sin vuelo,
    ajustado al tobillo, chaqueta corta, chaleco bordado y faja
    de varios colores,
    con camisa blanca y muchos plieguecillos, tapa de pechera de
    dos dedos de anchura y sombrero cordobés,
    acompañándose con los dedos que hacen de
    palillos.

    Este baile tiene tres tiempos
    diferentes.

    DANZA DE LAS
    ÁNIMAS

    Esta danza es muy tradicional y
    antiquísima en el pueblo de Albaladejo, del partido de
    Infantes, donde se conserva en su forma más virginal
    el folklore manchego. Los danzantes, en número de
    siete, más el tocador y el capitán,
    visten trtajes típicos, llevando cada uno una espada,
    y tienen las siguientes prendas: pañuelo de seda,
    tapando la cabeza y colgando los picos, dos bandas de
    pañuelos de manila atravesando los hombros y otro
    atado por la cadera, haciendo pico hacia adelante. Usan
    chaleco de colores y
    americana negra, con calzón corto, adornado con una
    botonadura por la pierna, medias blancas de algodón,
    con calzos, adornadas con cintas de colores,
    madroños y alpargate blanco.

    La danza, o función de ánimas,
    consiste en vestir una vara de cuatro metros con ocho cintas,
    tantas como danzantes. El tocador, acompañado de un
    tiplillo o requinto (instrumento parecido a la guitarra, pero
    mucho más pequeño), interpreta la parte musical
    de esta danza, mientras los danzantes, al compás de
    dicha melodía, visten y desnudan la vara, haciendo un
    tejido de cuadros, en la forma siguiente:

    De los ocho danzantes, cuatro tejen la vara
    danzando hacia la derecha y los otros cuatro hacia la
    izquierda; y para destejerla, al contrario. A
    continuación, los danzantes ahorcan al
    capitán, poniendo cada uno su espada encima de
    sus hombros, rodeándole el cuello, sin dejar de
    danzar.

    Esta danza se celebraba durante los tres
    días de Carnaval (la última vez que se
    celebró este acto fue a raíz de la
    Liberación), cuyo último día se decicaba
    a las ánimas, y de ahí el título
    de la presente danza. Durante la Santa Misa in
    memoriam
    de las ánimas benditas del Purgatorio,
    los danzantes la interpretaban durante el ofectorium
    hasta el alzar a ver a Dios o sea hasta la
    consagración, y al final de la Misa se dirigían
    danzando hasta el cementerio, donde se decía un
    Responso, regresando otra vez a la Iglesia,
    sin parar de danzar, dando siempre los danzantes la cara al
    cementerio.

    Esta danza, según costumbre
    tradicional, se bailaba en la Iglesia
    durante tres días seguidos y el último en el
    cementerio.

    EXTREMADURA

    Todo el folklore extremeño hay que verlo en
    función de una circunstancia que justifica su variedad: la
    existencia de tres Extremaduras, la Alta, la Central y la
    Meridional. Aquélla cruzada por los valles de Plasencia,
    de la Vera, de Gata, de Eljas y de Val de Arrago, con las Hurdes.
    La Central con las sierras de Guadalupe, de Montánchez y
    de San Pedro, el Tajo y las comarcas de las Villuercas, la
    Siberia extremeña y los bosques de robles, encinas y
    alcornoques. La Meridional, al sur del Guadiana, con los valles
    de La Serena, la tierra de
    Barros, las llanuras y sus rebaños trashumantes. Corona de
    toda Extremadura, el Monasterio de Guadalupe,
    hispánicamente universal. Hay por todo ello un sabor
    bucólico, pastoril, montaraz en determinadas danzas y
    canciones populares, mientras en otras el ritmo y hasta la
    indumentaria de hombres y mujeres tienen un indudable matiz de
    fiesta campesina tradicional, al pie de la era, del camino o de
    la viña. Trashumantes los pastores y viajeros hasta
    confines lejanos, los botijeros típicos de la tierra de
    Barros, el folklore extremeño de la montaña y de la
    llanura presenta a veces inesperadas semejanzas con otros
    folklores de lejanas tierras.

    DANZAS DE
    MONTEHERMOSO

    Tres son las danzas típicas de este bello
    pueblo de la provincia de Cáceres: el "Quita y pon", el
    "Son brincao" y "La punta y el pie". Son bailes muy vivos, pero
    con una característica curiosa que los distingue de
    otros también populares, incluso de la misma
    región, y es que los brazos de los danzantes adoptan
    posturas que dan al cuerpo cierta apariencia de rigidez. Por
    supuesto, la ocasión del baile es cualquier día
    de fiesta o cualquier circunstancia alegre familiar, pero
    principalmente la festividad del Patrono, San Bartolomé.
    El aire de candor de estas danzas, interesantísimas
    desde todos los puntos de vista, se acentúa con la
    preocupación constante de las muchachas de sujetarse el
    refajo con las manos para que no se levante en las
    vueltas.

    BAILE DEL CANDIL
    (Olivenza)

    Típico en Olivenza, de la provincia de
    Badajoz. Tierra
    fronteriza aquélla, los especialistas creen encontrar en
    el "Baile del candil" influencias del folklore
    portugués. Todos los presentes en la fiesta acompasan el
    baile con palmas y golpes. Las parejas forman círculos
    mientras bailan, y el ritmo se va haciendo más vivo,
    hasta el final que se adorna con un alegre taconeo, que tanto
    tiene de recuerdo del taconeo andaluz como del taconeo
    ultramarino de Centroamérica, acaso porque el parentesco
    entre ellos sea más profundo de lo que pueda parecer a
    primera vista. El nombre de "Baile del candil" tiene un origen
    claro en la primitiva circunstancia de que se bailara a
    cubierto, alumbrada la fiesta por un candil, aunque la
    explicación no acabe de convencer a los folkloristas
    exigentes.

    ARAGÓN

    En líneas generales, Aragón es un
    amplio valle rodeado de agrestes montañas; el Ebro sirve
    de eje a este valle, desde Cortes a Fayón. Desde las altas
    montañas pirenaicas bajan los grandes valles de
    Aragón: Benasque, Bujaruelo, Gistain, Bielsa, Tena,
    Canfranc, Ansó, Hecho… Las cordilleras aragonesas tienen
    picos famosos: la Maladeta y el Aneto, por ejemplo, y algunas
    comarcas son universalmente conocidas: Los Llanos de la Violada,
    Las Cinco Villas, Las Bárdenas, Los Monegros, Desierto de
    Calanda, Caspe… Hay un Alto Aragón y un Bajo
    Aragón, con tierras ricas, menos ricas y hasta pobres… Y
    en todas partes, de arriba hasta abajo, desde la huerta a la
    montaña pelada, donde quiera haya un aragonés,
    mejor dicho, un aragonés y una aragonesa, allí
    está la jota, la copla y el baile, la guitarra y las
    castañuelas, la gracia, la reciedumbre, la fortaleza
    espiritual y física de
    Aragón, alegría de España.

    LA JOTA
    (Aragón)

    La jota es una de las danzas populares de
    España más originales y atractivas. Es
    también, al mismo tiempo, la que mayor difusión
    alcanza en la Península, siendo rara la región en
    donde no se baile, asumiendo formas que de zona a zona
    varían más o menos.

    Nada concreto o
    seguro se
    sabe respecto de su origen; los documentos
    históricos más firmes que de la jota hacen
    mención datan del siglo XVII, pudiéndose creer,
    por lo tanto, que fuese hacia los comienzos de ese siglo, o no
    mucho más antes, cuando cristalizase en la forma,
    siquiera aproximada, con que hoy la
    conocemos.

    CANTABRIA

    Cantabria es un territorio montañoso
    asomado al mar. La contraposición entre el borde del mar
    Cantábrico y el interior constituye un elemento mayor de
    la caracterización física de esta
    Comunidad. Una
    estrecha faja de tierras costeras, cuya altitud no suele
    sobrepasar los 200 m, con una anchura inferior a los 10 km, forma
    la fachada marítima de la provincia: La Marina. Hacia el
    sur, separadas de La Marina por una larga, abrupta y constante
    barrera, se extienden las montañas. La mayor parte de
    Cantabria corresponde a este interior montañoso, que se se
    resuelve en un conjunto de valles profundos.

    Con sus 5.289 km2 y 534.690 hab. es una
    de las de menor extensión y población.

    ROMANCE DEL CONDE DE LARA
    (Santander)

    Danza interensantísima. Según don
    Ramón
    Menéndez Pidal, se trata de una supervivencia de alguna
    danza cortesana mediaval. Su ejecución es muy
    ceremoniosa. Los varones van ridiéndose al paso de las
    mujeres, las cuales se mueven con una impresionante mesura y
    honestidad.
    No parece de origen popular, sino erudito, de salón, de
    cortesanía. Desarrollado en forma mixta, con movimientos
    y giros de suma elegancia, no puede ocultar este baile su
    origen cortesano. El pueblo ha sabido recoger ese ambiente y
    conservarlo. Por supuesto, el propio pueblo ha incorporado a la
    danza modalidades y transformaciones de indudable origen
    popular, que no hacen sino confirmar la sutil facilidad de
    adaptación del medio popular castellano a
    la cortesanía medieval. En cuanto a las
    características del modo instrumental las
    melodías son claras y el optimismo de sus
    melodías es evidente. Los mozos danzan vivamente un paso
    de picayo de mucha agilidad, inclinándose con
    reverencia al paso de las mozas.

    CATALUÑA

    Entre Aragón y el Mediterráneo con
    los Pirineos al norte, está Cataluña. Una y
    múltiple, la tierra
    catalana refleja en su folklore tanto la unida como la variedad.
    Desde la Costa Brava, por ejemplo, hasta la Sierra de Cadí
    hay más de dos mil quinientos metros de diferencia en
    altura, y el paisaje arriba es por supuesto muy diferente del
    paisaje mediterráneo, y también son diferentes los
    bailes y las canciones. Como son distintas en la montaña y
    en las llanuras hermosas y fértiles del Panadés,
    Vich o el Ampurdán. Dicen los especialistas que todo el
    folklore catalán tiene un denominador común: su
    origen cortesano, culto. Y el instrumental: la cobla, conjunto
    musical con sus tenoras y su flaviol. Hay en las danzas catalanas
    un tono general de galanteria y una belleza suave y luminosa, que
    se acrecienta con el bello colorido de la indumentaria,
    especialmente la femenina.

    LA SARDANA

    Es uno de los grandes bailes españoles,
    oriundo del Ampurdán y extendido por toda
    Cataluña. Se baila en círculo por hembras y
    varones. Todos los tratadistas coinciden en que se trata de un
    baile antiquisimo, tal vez de origen griego, como casi todos
    los bailes catalanes. Algunos se remontan hasta los tiempos
    megaliticos, y creen que la sardana es reminiscencia de
    antiquisimas danzas de un culto al Sol, propio de los hombres
    prehistoricos de aquellas tierras. No todas las sardanas que se
    bailan en la actualidad son identicas, variando, aunque no en
    lo fundamental, de una a otra comarca. Antiguamente habia una
    denominada corta o ampurdanesa, que ahora esta casi olvidada.
    Su ejecución es muy dificil, porque el bailarin a de
    moverse y medir sus pasos, teniendo en la memoria
    la melodia que antes de comenzar el baile le ha facilitado el
    acompañamiento musical. El comienzo lo anuncia el
    caramillo, que recuerda el canto del gallo anunciador del nuevo
    día; a continución, los tiempos cortos simbolizan
    las horas de la noche; toda la melodia tiene un aire
    nostalgico, casi triste a veces; y los tiempos largos finales
    recuerdan la alegria y la luz del
    amanecer.

    LA MOIXIGANGA
    (Sitges)

    Es una danza ritual, sin duda. Más que
    una danza propiamente dicha, es una serie de cuadros plasticos,
    representativos de diversos misterios de la Pasión del
    Señor, fundamentalmente cuatro dolorosos: la
    Coronación de Espinas, el Calvario, el Descendimiento
    (Mare de Deu) y el Sepulcro (Sant Sepulcre). Los danzantes
    figuran cuando bailan y cuando componen los cuadros plasticos a
    los personajes de la Pasión: sayones, ladrones
    crucificados junto a Jesús, la Virgen, San Juan.
    Antiguamente esta representación tenía lugar en
    la Fiesta Mayor, y como en todo el folklore catalán, a
    sus peculiares caracteristicas de sabor religioso une las
    tradicionales de la elegancia y la dulzura en los movimientos.
    La indumentaria es muy singular, y en algunos cuadros y
    movimientos vuelven a aparecer la agilidad lindante con la
    acrobacia, que tanto se halla en el folklore
    catalán.

    JOTA FOGUEADA
    (Tarragona)

    Baile típico en las fiestas de San
    Antón, San Jaime y la que llaman Mayor. Varones y
    hembras entran en la plaza por parejas. Lo de fogueada
    tiene su razón y su explicación: los muchachos
    llevan en la faja cohetes, que llaman truenos, y
    encendiéndoles la mecha los dejan escapar por el
    suelo, con
    el consiguiente susto de las muchachas, que llevan las faldas
    mojadas para que no se les quemen. Como en todas las
    manifestaciones folklóricas en que la pólvora
    tiene papel
    importante, hay que pensar en el origen árabe de esta
    jota. Antiguamente, en el centro de la plaza se colocaba un
    tronco de árbol y en él ardian las antorchas que
    iluminaban la fiesta. Lo del árbol, alrededor del cual
    se baila, sugiere un primer origen fálico, ritual y
    campesino. La indumentaria es sencilla, pero muy vistosa y muy
    sugestiva. El acompañamiento se hace con gaita y
    tamboril, y los bailarines necesitan poseer unas excepcionales
    condiciones físicas, que, en algunos virtuosos de la
    jota fogueada, linda con lo acrobatico, como un alarde de
    posibilidades y de ingenio coreografico, especialmente en los
    varones.

    ASTURIAS

    Asturias se abre al mar, pero una cadena
    montañosa, aspera y elevada, la separa del resto de la
    Peninsula. Su topografia es enmarañada, las
    montañas alcanzan más de dos mil metros de altitud,
    las comunicaciones
    son difíciles a través de ellas, y los que viajan
    conocen los puertos montañeros de Leitariegos, de Pajares,
    de Piedrafita, de San Isidro y muchos más, que en los
    grandes temporales de nieve cierran el paso a los caminantes.
    Entre la alta montaña y la costa ¡qué
    diferencias! Lógicamente, el folklore las acusa tambien.
    No es la misma una fiesta popular en Castropol, Navia, Luarca o
    Pravia, que en Peña Vieja y en Naranco de Bulnes, ni en
    Llanes, Villaviciosa o Avilés, y las aldeas lejanas donde
    los campesinos todavia se hablan de amor en una
    lengua
    venerable: el bable. Dicen los folkloristas que en Asturias se
    hallan más danzas y canciones de indudable origen en
    primitivas canciones y danzas que en otras regiones
    españolas, acaso porque los puertos de montaña
    hallan sido durante siglos una barrera infranqueable y defensora
    contra novedades y mixtificaciones.

    EL CORRI-CORRI

    Por razones cordiales, por intuición,
    cualquiera esta dispuesto a creer que estamos ante una danza
    antiquisima, autenticamente primitiva, de origen tribal. Seis u
    ocho doncellas son cortejadas por un solo hombre, el
    bailin. Suavemente, la cabeza inclinada, el busto
    erguido a veces, con un ramo de oliva en la mano, las mozas se
    dejan querer. Alardeando de facultades físicas, con
    pasos complicados, acrobaticos si se quiere, el hombre
    baila y baila hasta que se decide por una de las muchachas y la
    elige, y con la elección acaba el baile. Seguramente el
    bailin representa al jefe de la tribu, acaso al guerrero
    victorioso, a quien se le concede el privilegio de elegir la
    más hermosa de las mujeres del poblado. La rama de oliva
    seria el simbolo de la fecundidad femenina, el aviso de que la
    elegida no defraudaria la esperanza de la
    maternidad.

    EL PERICOTE

    Originario de Llanes, éste es uno de los
    bailes más antiguos de España. Hay quien hace
    descender este baile directamente de antiquísimas danzas
    del periodo Neolítico. Bailan cuatro varones con ocho
    muchachas. Ellos con pasos muy complicados, trenzando los pies,
    avanzan como cortejando, mientras ellas giran
    rítmicamente a derecha e izquierda como si coquetearean.
    Este juego del
    quiero y no quiero se repite dos veces, y a la tercera, cuando
    los hombres avanzan, las mujeres ceden al requerimiento y
    empieza el baile propiamente dicho. Es muy espectacular. Y la
    indumentaria de los varones, muy pintoresca. Algunos
    investigadores señalan la vivencia de otra que los
    celtas interpretaban con sentido ritual, acaso suplicando la
    fecundidad y el amor,
    ante la Peña Tú, ídolo de piedra que
    recibía culto en la religión mil
    años antes de Jesucristo. Por supuesto, aquella danza
    primitiva ha llegado hasta nosotros, en el caso de que se trate
    de la misma, modificada a lo largo de tantos
    siglos.

    MURCIA

    Todo el folklore murciano, especialmente las
    danzas y las canciones, tienen el brillo, la luz y la
    alegría del ambiente
    geográfico y del humano carácter de la provincia.
    En una palabra, todo en Murcia tiene un aire mediterráneo,
    un aire inconfundible de proximidad al Mar Nuestro, al Mare
    Nostrum de siempre. La indumentaria es de una belleza
    sorprendente, sin ostentosas exageraciones, dentro de una
    línea de gracia muy meridional. Por supuesto, la Comunidad
    Valenciana, Castilla – La Mancha y Andalucía, que se tocan
    con Murcia, han influido en sus danzas y en sus canciones, pero
    por la misma razón, Murcia ha influido en las de las
    comarcas vecinas. Es curioso que los andaluces vean andalucismo
    en el folklore murciano, y los castellanos vean algo familiar en
    los bailes, y los valencianos sientan llamadas cordiales cuando
    escuchan las canciones de Murcia. Y es que la tierra
    murciana tiene el poder, a veces
    asombroso por lo eficaz e ineludible, de conservar algunas de las
    más bellas y tradicionales virtudes de los viejos reinos
    musulmanes peninsulares.

    LA PARRANDA
    (Murcia)

    Baile típico y popular de la huerta
    murciana. Es elegante, alegre y vistoso, capaz de hacer que se
    sienta optimista el hombre
    más preocupado. Es danza de ritmo ternario, y las hay de
    varias y diferentes características, aunque en
    definitiva, sean todas una misma cosa y se llamen lo mismo: del
    medio, del uno, del tres y del campo. Consta de tres coplas y
    un estribillo, acabando con lo que llaman retal o cadencia
    final. Se acompaña con castañuelas o pitos, es
    decir, chasqueando los dedos pulgar y corazón
    de cada mano, y se acompasa con guitarras, bandurrias y hasta
    violines. Comienza la fiesta con una especie de pantomima o
    invitación, mientras cada hombre busca
    su pareja entre las mujeres. Cuando todos la han hallado
    empieza la parranda propiamente dicha, es decir, la fiesta de
    verdad, el jolgorio, en el que acaban tomando parte tanto los
    bailarines como los curiosos espectadores de la primera
    parte.

    COMUNIDAD
    VALENCIANA

    Mundialmente famosa, Valencia es el símbolo
    de la España mediterránea, por el esplendor de su
    paisaje, la fertilidad de sus tierras, la luz de su sol
    maravilloso y la dorada alegría de sus naranjas, sus
    limones y sus palmeras. Tierra
    generalmente llana, está salpicada de picos, como
    torreones vigilantes: Tosal del Rey, Muela de Ares o Altana.
    Siglos de dominación musulmana han dejado sus huellas en
    el folklore valenciano, en particular en la indumentaria de sus
    músicos y danzarines, rica y de sin par belleza. Litoral
    abierto desde siempre a todas las culturas que en la
    Península tuvieron asiento procedentes del
    Mediterráneo. Griegos y romanos también dejaron sus
    huellas en las danzas y las canciones valencianas, todas ellas
    sugestivas, armoniosas y elegantes. Todas las danzas,
    especialmente en las mujeres, tienen cierto aire de majestad y
    dulzura, que contrasta a veces con la pompa rítmica e
    instrumental de sus coplas.

    EL UNO Y EL DOS
    (Valencia)

    Baile muy popular en la tierra valenciana y en y
    todo Levante. Propio de festividades populares y de ocasiones
    familiares en que triunfa el buen humor y la alegría. Se
    baila por parejas, formando rueda, quedando los hombres dentro
    del círculo, dándose la espalda. La música
    tiene un ritmo vibrante y rápido. Los pasos son
    complicados y vistosos y durante los estribillos hacen los
    bailarines evoluciones llenas de gracia y teatralidad. Los
    especialistas consideran este baile como incluido en el
    grupo de los
    llamados mímicos. La indumentaria presta al baile luz y
    colorido, y las guitarras ponen en la danza y en la copla el
    inconfundible destello de su españolísimo rigor
    musical.

    JOTA DE JIJONA
    (Alicante)

    Es una jota levantina, acaso la más
    representativa de ellas. Tiene el mérito,
    folklórico y también humano, de que parece
    conservar casi en su prístina pureza toda la
    autenticidad de sus tiempos más antiguos. No falta nunca
    en las fiestas populares y en los acontecimientos familiares, y
    se caracteriza por la soltura airosa de las mujeres y la
    arrogancia y majeza de los hombres. Por supuesto, se
    acompaña con guitarras y bandurrias.

    NAVARRA

    Todo el territorio navarro está afectado
    por una topografía muy heterogénea. Al
    norte, la zona montañosa de los Pirineos, con los valles
    del Roncal, el Baztán y Roncesvalles, que se prolonga
    hacia el oeste por los montes vasconavarros; en el centro, la
    cuenca de Pamplona y las Bárdenas; al sur, la Ribera…
    Muchos de los nombres de todo el territorio ocupan un lugar
    preferente en las páginas de la mejor historia de España.
    El folklore tiene todas las características de la raza
    eúskara, durante siglos viviendo en las montañas
    dedicada al pastoreo y en las industrias
    derivadas de la
    agricultura.
    Encuentran los especialistas indudables influencias
    folkóricas riojanas, aragonesas y vascas, aunque la recia
    personalidad
    de los navarros ha asimilado todo de tal manera que ha creado un
    folklore propio, lleno de belleza y de fuerza
    expresiva. Su situación fronteriza, cara siempre a todas
    las invasiones que por el Pirineo se realizaron o se intentaron,
    no deja de reflejarse también en sus danzas y en sus
    coplas.

    TXUN-TXUN DE
    USTARROZ

    Baile típico del valle del Roncal,
    antiquísimo, supervivencia indudable de un folklore
    navarro muy primitivo. El ritmo, el movimiento,
    el aire de sus pasos, todo contribuye a resaltar su evidente
    sabor de antigüedad. Se acompaña de txistu y
    tamboril, y su música es sencilla, acaso monótona
    para oídos no acostumbrados a ella, pero de una belleza
    extraordinaria. Sus características se realzan con la
    vistosidad y atractivo del traje
    roncalés.

    DANZA DE LAS MANZANAS (Valle de
    Caytan)

    En vascuence: sagardantza. Es curiosa su
    coincidencia, en el nombre, con otra danza de las
    manzanas
    , muy popular en la tierra lagarterana, y que con
    pocas variaciones suele encontrarse en otras regiones
    españolas. Se trata de un danza de marcado sabor
    campesino, con origen en antiquísimas danzas rituales,
    posiblemente epitalámicas, de ronda y de boda. La
    denominación puede que tenga su razón en que la
    época de recolección de las manzanas es la
    más propia para esta fiesta popular. Las bailarinas
    juegan, mientras danzan, con la jugosa fruta, poniéndola
    sobre su cabeza, echándola al aire, entre risas y pasos
    de baile, de sugestiva perfección y
    belleza.

    CASTILLA Y
    LEÓN

    El conocimiento e
    interpretación de la
    personalidad geográfica de Castilla y León
    deben partir, en principio, de la variedad de matices que se
    derivan del considerable tamaño físico de esta
    Comunidad
    Autónoma. Pues, ciertamente, el hecho de que su superficie
    abarque un total de 94.147 km2 le confiere sin duda
    una entidad singular y compleja, en la medida en que,
    tratándose al propio tiempo de la región más
    extensa de la Comunidad
    Económica Europea, representa casi la quinta parte del
    territorio español, dentro del cual ocupa además
    una situación crucial de primer orden como espacio surcado
    por los grandes ejes que conectan la capital del
    país con las regiones de la España
    atlántica, lo que ratifica su relevante posición de
    encrucijada en el sistema de flujos
    e intercambios desarrollados en la mitad septentrional de la
    península Ibérica. Sin embargo, pese a la
    importancia de su dimensión superficial y
    estratégica, es evidente que el peso adquirido por la
    región en las grandes magnitudes españolas se
    sitúa en umbrales sensiblemente
    inferiores.

    DANZA DE LA ROSCA
    (Salamanca)

    Baile salmantino, propio de la gente charra.
    Como muchas danzas de religión, es propia
    de las bodas y los bautizos, es decir, en las ocasiones
    solemnes de familia. Lo
    curioso, y hasta cierto punto inquietante, de esta danza es que
    mientras dura hay en la mesa una rosca de pan y una jarra
    talaverana con vino, lo que da cierto matiz litúrgico y
    eucarístico a la ocasión. Primero baila el
    hombre, luego le acompaña la mujer.
    Antes, ella ha estado
    esperando junto a la mesa que el acabe su introducción
    coreográfica, concluida la cual y como si se dejara
    querer, conquistar, llevar, los dos inician la danza
    propiamente dicha, que es en conjunto muy viva y muy
    graciosa.

    BOLERO DE ALGODRE
    (Zamora)

    Este bolero, típico del pueblo de
    Algodre, tiene su origen en viejísimas danzas
    árabes, y su música y sus pasos así lo
    declaran. Los folkloristas señalan el el siglo X el
    nacimiento de esta danza en la tierra leonesa, porque fue
    entonces cuando los árabes llegaron a la comarca, pero
    fue en el siglo XII cuando adquirió la danza su actual
    compostura y se hizo más suave de movimientos y de
    ritmo. Cuando se fundó la cofradía de Santa
    Águeda, el bolero pasó a ser baile
    característico de la fiesta de la Santa, y ante la
    imagen lo
    interpretaban las mozas y los mozos. En el baile intervienen
    grupos de tres
    personas: un hombre en el centro, dos mujeres a los lados. De
    rato en rato el baile se interrumpe para que el mayordomo
    reparta entre los bailarines un pedazo de bollo, lo que llaman
    la migaja. Se acompasa con
    castañuelas.

    LA PEREGRINA
    (Astorga)

    Típica en la maragatería, en
    Astorga, ésta es una de las danzas más sugestivas
    del folklore español. La indumentaria de los maragatos
    -¡y de las maragatas!- refleja antiquísimas
    herencias, sugieren costumbres y tradiciones de hace muchos
    siglos. Es por otra parte una indumentaria más que
    conocida en el mundo entero. "La peregrina" es una danza de
    boda indudablemente, y en las bodas sigue siendo elemento
    principal de la fiesta. La danza se centra principalmente en el
    hombre, que baila a la vez con dos mujeres. Un punto
    difícil del baile es la zapatera, un salto en que con
    los pies juntos se dibuja en el aire una pirueta pintoresca,
    ágil y sorprendente. Se acompaña con la
    música de dulzaina.

    BAILE DEL CÁNTARO
    (Valladolid)

    Es una danza encantadora. De indudable
    raíz popular, refleja el eterno problema del amor, la
    eterna cuestión del hombre que quiere enamorar a una
    mujer. Las
    mozas van a la fuente, con sus cántaros, a recoger
    el agua,
    cuando la fuente del pueblo era lugar de cita, de ronda y de
    enamoramiento. En la danza se representa la llegada de las
    mozas, el seguimiento de los mozos, la ronda, la conquista,
    hasta que el mozo queda victorioso y la moza rendida. Entonces
    la mujer es
    requebrada, y moza y mozo bailan con alegría algo que es
    una jota con todas sus consecuencias. Una jota castellana, por
    supuesto. ¿Antigua? ¿Quién lo duda?
    ¿Puede haber algo más antiguo que una moza que
    baja a la fuente con agua con su
    cántaro, y un mozo que la quiere, y que la sigue y la
    requiebra, y por fin consigue que se le rinda y le acepte y le
    de promesa de boda y alegría?

    JOTA DE LA PIÑA
    (Segovia)

    ¿Por qué de la piña? Muy
    sencillo… Porque se bailaba en el Domingo de Piñata.
    ¿Y qué es la piñata? Todo el mundo lo
    sabe: es una olla llena de dulces, que en el baile del primer
    Domingo de Cuaresma suele colgarse de un techo para que los
    concurrentes, con los ojos vendados, le acierten con un palo o
    bastón y la rompan. En el caso de esta danza
    típica de Segovia, los mozos y mozas bailan alrededor de
    una enorme piñata de la que cuelgan una serie de cintas
    que los varones van arrancando para ofrecerlas a las muchachas,
    sin dejar de bailar. Por lo tanto, su origen tiene bastante de
    pagano, con todas las reservas que queramos aplicarle.
    ¿Una jota en Segovia? ¿Por qué no, si la
    jota es un baile nacional que con variantes más o menos
    acusadas se interpreta en muchísimas regiones
    españolas, como el fandango? Por algo Segovia es
    Castilla, y Castilla es como una España en
    clave.

    DANZA DE LA ROMERÍA DE SANTO
    TORIBIO (Palencia)

    Este es un baile palentino típico y
    popular en la romería del Santo. Su origen religioso es
    indudable, no sólo por la ocasión en que se
    baila, sino porque los bailarines van en procesión y los
    movimientos son rítmicos y airosos, con sabor ritual
    indudable. Una alcaldesa preside a los danzantes, de uno y otro
    sexo,
    durante el camino a la romería y en la procesión
    alrededor del Santo, y luego, en la danza propiamente dicha,
    hasta que ésta termina. Entonces, la alcaldesa tiene el
    derecho y el deber de apedrear -el verbo es típico y
    popular- a los trozos de pan y de queso desde los balcones de
    la ermita. Dice la leyenda que allá por el año
    1200 existía en Palencia una secta de priscianistas que
    eran contrarios al matrimonio, a
    lo que el obispo Santo Toribio se opuso, por lo que fue
    apedreado. Cuando consiguió hallar refugio en la cueva
    del Cristo de Lotero pidió que se desbordasen las aguas
    del río Carrión, y las gentes, viéndose en
    peligro de morir ahogadas, buscaron refugio allí mismo.
    Las mujeres palentinas, agradecidas al Santo por su defensa del
    matrimonio,
    bailan todos los años esta danza con señal de
    gratitud.

    LA RIOJA

    La Rioja, nombre utilizado para denominar
    tradicionalmente una comarca, cuyo territorio lo formaban las
    provincias de Álava y Logroño preferentemente, se
    identifica hoy como una región uniprovincial, que abarca
    la totalidad de la provincia de Logroño citada. Integrada
    históricamente en la gran región de Castilla la
    Vieja, con la configuración del Estado de las
    Autonomías se segregó de ella y se alzó con
    autonomía propia, constituyendo una región
    semejante a Cantabria o Murcia.

    DANZA DE LA VIRGEN BLANCA
    (Logroño)

    Típica en Ventosa, de la provincia de
    Logroño. Los danzantes acompañan a la Virgen
    durante su recorrido en procesión. Sin perder la cara la
    Virgen los bailarines no descansan, y el derecho de bailar se
    hereda de padres a hijos. La leyenda dice que en cierta
    ocasión, el enemigo -¿los mozos?-
    consiguió entrar en Ventosa y quiso llevarse a la
    Virgen, pero la imagen se hizo
    tan pesada que les fue imposible moverla. Abandonada por ellos,
    los naturales del pueblo la tomaron sobre sus hombros y la
    llevaron con absoluta normalidad a su iglesia. En
    señal de alegría, cada año se celebra esta
    fiesta el día 2 de julio. Estamos, pues, ante una danza
    popular con origen en un suceso milagroso, cosa frecuente en el
    folklore nacional español.

    BIBLIOGRAFÍA

    -CANCIONES Y DANZAS DE ESPAÑA.
    Sección femenina de F.E.T. y de la
    J.O.N.S.

    -MÚSICA Y TRADICIONES POPULARES.
    Antonio Vallejo Cisneros. Área de cultura.
    Excma. Diputación Provincial. Primera edición.
    1990.

    -CIUDAD REAL. Varios autores. Editorial
    Mediterráneo. 1992.

    -ATLAS DE ESPAÑA. Tomo II. Servicio de
    Estudios del Departamento Cartográfico de Aguilar.
    Aguilar, S.A. de Ediciones, 1993.

    -TRATADO DE BAILES. José Otero.
    Asociación Manuel Pareja-Obregón. Madrid,
    1987.

    -CANCIONERO MUSICAL MANCHEGO. Ciudad Real,
    1984.

    OPINIÓN
    PERSONAL

    Los bailes y danzas populares son muy variados. La
    mayoría tienen en común el celebrarse en una
    determinada época del año para celebrar un
    acontecimiento importante para el pueblo, ya sea religioso o
    profano. Debido a su antiguedad transmiten hasta nuestros
    días un saber popular originario de varios siglos
    atrás. Por eso, creo oportuno que este saber y estas
    danzas queden reflejados en libros para
    que con el tiempo no se pierdan. Estas costumbres rurales que han
    perdurado durante muchos años, desaparecerán pronto
    en esta cultura
    moderna que mira principalmente a lo práctico. No
    estaría de más incluir algunos datos sobre estas
    danzas en los libros de
    enseñanza, para que desde pequeño se tenga conocimiento
    de su existencia y su significado. Reflejan la cultura de un
    pueblo, y es necesario una mayor difusión de las
    mismas.

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