La enorme integración de los mercados globales
ha traído consigo una gran interdependencia que ha probado
ser un grave peligro a las economías internacionales. A
fines de 1994 México
experimentó una crisis
cambiaría que prendió por primera vez la luz de alerta. El
llamado efecto tequila trajo a la luz numerosos
problemas
económicos dentro de los llamados mercados
emergentes. En foros internacionales se empezó a plantear
el problema de la excesiva integración económica y sus posibles
consecuencias. Sin embargo a mediados de 1997 problemas de
tipo de cambio
afectaron a la región, conocida por una mítica
fortaleza económica, del Sudeste Asiático. La
crisis
cambiaría se desarrollo
principalmente en Malasia, Tailandia e Indonesia (que contaban
con tipos de cambio fijos o
semifijos de bandas), afectando también a algunas
economías Sudamericanas como Brasil
(razón por la que se le dio el nombre de efecto samba) y
Argentina. Su
sistema de
tipo de cambio
utiliza un consejo monetario (sistema utilizado
solamente por Hong Kong y Argentina). La
fijación de la paridad fue determinada para ayudar a la
estabilidad después de la grave crisis
cambiaría precipitada por las negociaciones de 1983 para
determinar el futuro de Hong Kong. Después que Taiwan y
Corea del Sur dejaran deslizar sus monedas, apenas una semana
antes, Hong Kong tenía la última de las monedas
Asiáticas mayores sólidas desde que la
región fuera víctima de devaluaciones comenzando en
Tailandia en julio. Fuera de Japón, muchos inversionistas
consideraban a Hong Kong como el mercado
más líquido y abierto de Asia. El hecho de
que su moneda este fija por tanto tiempo al
dólar estadounidense hizo pensar que era bastante
sólida. El dólar de Hong Kong estuvo bajo presiones
desde el efecto tequila, pero desde la decisión de
Tailandia de flotar el baht el 2 de julio se desató una
crisis
cambiaría en los mercados
Asiáticos que afectó la Rupia de Indonesia, el
Ringgit malayo, el peso filipino, el nuevo dólar
taiwanés y al won coreano.
La
Gestación
El lunes 20 de octubre de 1997 se
cumplió el décimo aniversario del crash
bursátil norteamericano con caídas pronunciadas en
los mercados
asiáticos. Las ventas se
extendieron a todo el mundo pero en menor intensidad. El Indice
Mundial Dow Jones aumentó un 0.19%; Tokio cayó 1.1%
por las expectativas de que el paquete económico que se
pretendía anunciar ese día desilusionaría;
Londres perdió 1.1% después de los comentarios
acerca del abandono a la unidad monetaria Europea. En Taiwan el
Indice Ponderado cerró 307 puntos abajo, terminando en los
7316.78 puntos, un mínimo en 37 semanas, debido a la
debilidad cambiaría (el nuevo dólar taiwanés
cayó un 2.3% en contra del dólar norteamericano, un
mínimo de diez años mientras que el Banco Central de
Taiwan dejó flotar la moneda por tercer día
consecutivo) y el problema relativo a las acciones
tecnológicas. En Corea del Sur, que también
sufrió pérdidas en la fortaleza de su moneda, el
Indice KOSPI perdió un 3.3% debido principalmente a la
venta, por parte
de los extranjeros de acciones
blue-chips. En Tailandia, el mercado
accionario perdió 3.1% debido principalmente a la
incertidumbre política
después que el ministro de finanzas
renunció a causa de la dificultad en la administración económico. En Malasia
el Indice blue-chip Composite se redujo 3.4% como señal de
la desaprobación del presupuesto
anunciado para 1998. Por su parte el Indice Hang Seng de Hong
Kong cerro 4.6% abajo, al situarse en los 12970.88 puntos, por
primera vez por debajo de los 13000 puntos desde abril. Mientras
que la caída del viernes anterior en Wall Street y tasas
de interés
domésticas a la alza presionaron las preocupaciones del
tipo de
cambio. Las acciones con
más perdidas fueron las del sistema bancario,
debido a la decisión de aumentar las tasas de interés
hipotecarias y el sector conocido como red-chips, de empresas con
respaldo de China
continental, que cayó 6.5% debido a la lenta
inyección de capital a las
empresas de la
isla.
El día siguiente, martes 22, el
mercado de Hong
Kong recibió otro golpe al caer 4.4% (otro mínimo
desde abril 15) al seguir la reciente debilidad cambiaría
de Taiwan y Corea del Sur, pues muchos inversionistas temen que
el dólar de Hong Kong sea la próxima moneda
asiática en caer. Con el aumentó en las tasas
interbancarias y en los intereses hipotecarios los inversionistas
están preocupados de que las utilidades corporativas se
encojan.
Los inversionistas empezaron a abandonar
rápidamente Hong Kong el miércoles 22 mandando el
Indice Hang Seng 6.2% a la baja debido a especulaciones acerca de
la fortaleza del sistema
cambiario. El efecto acumulado en la semana sobre el Indice Hang
Seng – el principal indicados de las acciones
blue-chips – era ya de 14.4 puntos porcentuales perdidos. A pesar
de contar con enormes reservas para defender la moneda, la
pregunta era la disposición del gobierno a
hacerlo. Aumentado los rumores de una posible devaluación
se escucharon comentarios de personas importantes en la comunidad de
negocios, a
pesar de que oficiales del gobierno
intentaron aumentar la confianza en la moneda aunque los mercados
contaban otra historia. Las tasas de
interés
se dispararon aumentando la tasa interbancaria (Hibor) de 6.25% a
los 9 puntos porcentuales. Empero el aumento en los
réditos internos el dólar de Hong Kong
perdió fuerza en
contra de la divisa norteamericana debido a fuertes ventas de
acciones y de
monedas por parte de los inversionistas. En el resto del mundo el
comportamiento
de los mercados fue mixto con una tendencia mundial
alcista.
El Terremoto
La crisis se
desató propiamente el jueves 23. El mercado
accionario accionario de Hong Kong se derrumbo un 10.4% lo que
sacudió los mercados desde el epicentro en Asia hasta
Europa y Nueva
York. La pérdida acumulada de los cuatro días
sumaba ya 23.3% y los inversionistas continuaban abandonando el
mercado con un
miedo creciente de que el dólar de Hong Kong se devaluara.
La tasa Hibor alcanzó los 300 puntos porcentuales durante
el día para cerrar en 150% con el fin de defender la
moneda – durante previos ataques a la moneda local las tasas de
interés
habían alcanzado de 30 a 40 puntos porcentuales solamente
-. El Hang Seng rompió barrera tras barrera, en un punto
del día perdió 16% situándose por debajo de
los 10000 puntos para colocarse en los 9766.22 puntos. En
general, el Indice había perdido 37% desde el 7 de agosto,
fecha en la que había alcanzado su máximo del
año. Las acciones red-chips tuvieron su mayor
golpe al perder cerca de un 30 por ciento para recuperarse y
cerrar el día con una pérdida cercana al 10%
solamente. Oficiales del gobierno y de la
autoridad
monetaria continuaban afirmando sus intenciones de conservar la
paridad. El comportamiento
de los mercados mundiales fue a la baja. Otras monedas
asiáticas tuvieron un día difícil
también; el dólar de Singapur, el Ringgit de
Malasia y la Rupia de Indonesia cerraron a la alza, sin embargo
eso no ayudo a sus mercados de capitales que perdieron 4.7%, 3.4%
y 2.2% respectivamente. China
continental por su parte perdió 5.7%, Japón 3%,
Alemania 4.7%,
Francia 3.2% y
Londres 3.1%. La caída no era tan severa para cuando
abrió el mercado norteamericano, pero fue un día
ajetreado: el Indice Industrial Dow Jones eventualmente
cayó 186.66 puntos, lo equivalente a un
2.3%.
Para el viernes 24, la venta era masiva.
La posición corta se volvió la obsesión de
Wall Street. El Indice Industrial Dow Jones, que sufrió
una de las pérdidas mínimas en el mundo el
día anterior, vivió una de las mayores
pérdidas el viernes cuando cayó 132.36 o 1.7% para
acumula una pérdida acumulada durante los dos días
de 319.24 puntos, la caída más grande desde el
crash del 87, para caer en un nivel mínimo desde el 29 de
agosto. Mientras que los participantes en el mercado de Hong Kong
están acostumbrados a grandes ajustes, casi del 10% en
cuestión de días, el mercado norteamericano no ha
experimentado correcciones de 10 puntos porcentuales en
años.
Los grandes inversionistas vendieron
acciones de empresas que
consideraban con alta exposición asiática,
principalmente de alta tecnología. El miedo
se propago al sector bancario que podía tener perdidas por
sobregiros en el mercado de divisas. El pánico se
propagó hasta transformarse en decisiones viscerales. Una
parte de los capitales se transfirió al mercado de
bonos; el
rendimiento del bono del tesoro con madurez a 30 años, que
se mueve en dirección opuesta a su precio,
disminuyó a 6.269%. Sin embargo, a pesar de los reveses
los inversionistas norteamericanos todavía tenían
utilidades saludables; a pesar del desplome, el Indice Industrial
tenía un 20.71% por arriba de su nivel a principios de
año, mientras que el Indice Standard & Poor's 500
conservaba un 21.12% y el Indice Nasdaq Composite tenía
una ganancia en 1997 por un 21.97%. Irónicamente, el
tratar de conservar las ganancias posiblemente contribuyó
a las ventas
posteriores.
Durante la semana, los investigadores
elaboraron listas de valores
"seguros"
exentos de exposición asiática. El oro,
notablemente, estaba ausente de éstas listas y tuvo su
precio
más bajo en más de diez años, cayendo 16
dólares en un momento del viernes; probablemente se
debió por la posibilidad de que la demanda
asiática por el metal se esfumara. Por su parte las
acciones tecnológicas sufrieron pérdidas severas
también debido a que empresas de
éste giro se han apoyado en los mercados asiáticos
para aumentar sus ventas, a
pesar de tener operaciones
manufactureras en la región lo que compensaría una
baja en los ingresos con un
descenso en los costos.
A pesar que Hong Kong tuvo un rebote alcista el viernes, ganando
6.9 puntos porcentuales (debido a la baja de los réditos
bancarios desde sus niveles estratosféricos), la
mayoría de los mercados mundiales cayeron. En Londres y el
resto de Europa, las
tempranas ganancias, debido al cierre positivo de Hong Kong y al
cierre con 1.2% a favor en el mercado japonés, se esfumaron debido al fracaso en
responder de Wall Street. Londres cayó 0.4%, Francia
perdió 0.3% y el Indice IBIS DAX de Alemania, que
monitorea el comportamiento
de acciones del sector electrónico, disminuyó en
0.1%. Por su parte, los mercados emergentes latinoamericanos
continuaron cayendo el viernes perdiendo 4.2% Argentina, 3%
Brasil y 2.7%
México.
En Asia, aunque
algunos economistas regionales ajustaban sus pronósticos
de crecimiento a la baja para la mayoría de las
economías del Sudeste Asiático, otros analistas de
mercados creían que el fondo podía estar cerca
debido a la magnitud de algunos descensos. Regresando a Hong
Kong, la alza vio surgir a las acciones red-chips entre otras. El
Indice Red-Chip
aumentó en un 12.8%. El Indice NIKKEI 225 del mercado de
Tokio disminuyó inicialmente, pero cerró el
día 1.2 puntos porcentuales arriba. El mercado
doméstico de Japón ya estaba deprimido por las
desaceleraciones en el crecimiento
económico del Sudeste Asiático. La reciente
crisis en Hong Kong acrecentó los temores de la
exposición de Japón al mercado de Hong Kong,
así como de la disminución en la demanda de
importaciones
japonesas a Hong Kong. En Corea del Sur, el Indice Composite
cayó un 5.5%. Tailandia, cuyo mercado permaneció
cerrado el jueves durante lo peor del tifón financiero,
cayó un 3.4% al reabrirse el viernes. Para una
región que alguna vez había sido sinónimo de
alto crecimiento, esto significaba un drástico
revés de la fortuna. Ahora, aparte de vigilar la
disminución del crecimiento de las ganancias corporativas,
los inversionistas deberán considerar también el
aumento en el riesgo
político puesto que las crisis financieras empiezan a
afectar seriamente a los pobres y a las clases
medias.
El lunes 27 de octubre, el mercado
norteamericano alcanzó un récord que nadie
quería lograr. El Indice Industrial Dow Jones se
derrumbó 554.26 puntos para situarse en 7161.15, lo
equivalente a una caída del 7.18 por ciento, la mayor en
su historia en
puntos pero la doceava en términos de porcentaje. El
Indice de las llamadas blue-chips terminó el día en
su nivel más bajo desde el 8 de mayo. Los mercados de
acciones y de opciones suspendieron sus operaciones por
30 minutos para dar oportunidad a los participantes de calmarse,
analizar la información y aminorar sus deseos de
venta. Sin
embargo la estrategia
fracasó: Wall Street cerró uno de sus días
más sangrientos al activarse el mecanismo de emergencia al
caer el Indice Industrial más de 550 puntos. La venta masiva, que
tenía al mercado 13.29% por debajo de su máximo
registrado en agosto, no se confinó solo a las acciones
blue-chips. El Standard & Poor's 500 bajó 64.65 puntos
para colocarse en los 876.99 puntos, mientras que el Indice
Nasdaq Composite, fuertemente expuesto al maltratado sector
tecnológico se hundió 115.83 puntos al cerrar en
1525.09.
La caída de Nueva York
había sido precedida por una nueva caída en Hong
Kong por 5.8 puntos porcentuales, causada a su vez por la
pérdida del viernes anterior en Wall Street. El Indice
Hang Seng de acciones blue-chip perdió 646.14 puntos
situándose así en 10498.20 puntos. Las acciones
bancarias y las de propiedad
iniciaron las presiones de venta debido a
los temores de que el impacto de las tasas de interés en
los precios de
propiedad y en
las utilidades corporativas. En Tokio, las acciones cayeron 1.9%
debido a los problemas del
mercado de propiedad de
Hong Kong y a temores de futuras caídas de acciones de
Estados
Unidos. El Indice NIKKEI 225 disminuyó 325.38 puntos
hasta los 17038.36 puntos, su nivel más bajo en más
de dos años, guiado por el sector bancario y el de
electrónicos. En Corea del Sur el Indice KOSPI cayó
3.3% para terminar en un mínimo de cinco años en
530.47 atendiendo a una pronunciada pérdida del won
coreano en contra del dólar americano. Las acciones del
sector financiero se derrumbaron debido a temores por una crisis
financiera, mientras que las grandes acciones blue-chip
también tuvieron descensos pronunciados. Australia
cerró perdiendo 3.4%. Por su parte, Europa despertaba
con noticias alarmantes. Londres perdió 2.6%, Alemania,
Francia e
Italia perdieron
2.8% y entre los mercados pequeños, Finlandia cayó
5.7% y España
4.1%. Los analistas europeos explicaron que las ventas no
fueron exclusivas de las acciones con sabor asiático. En
los débiles mercados latinoamericanos tuvieron lugar las
pérdidas más severas puesto que los inversionistas
decidieron retirar las generosas utilidades registradas en esos
mercados. El Indice Brasileño BOVESPA cerró casi un
15% abajo al caer en 9816 puntos; el Indice MERVAL argentino
perdió 13.7%; el IPC mexicano cayó 13.3%; en
Chile, el
Indice IPSA se amortiguó por los controles de corto plazo
sobre los capitales extranjeros y solo disminuyó en un
5.1%; El Indice Merinvest Composite venezolano se redujo 8.6%; y
el Indice General de Perú se hundió un 6.4%. Las
pérdidas latinoamericanas mayores fueron para empresas
cotizadas en Nueva York, de los sectores telecomunicaciones y manufacturero
principalmente.
El Aparente
Final
El suspiro de alivio llegó el
martes 29. La recuperación fue la más grande que el
mercado norteamericano alguna vez vio. El Indice Industrial Dow
Jones aumentó 337.17 puntos para cerrar en 7498.32, su
asenso mayor en puntos en su historia, pero solo el
setentavo en términos de porcentajes. Cuando el día
comenzaba nadie sospechaba lo que sucedería, es mas,
algunos hasta suponían otro retroceso debido a las bajas
del día anterior que habían obligado un cierre del
mercado temprano. Los mercados asiáticos y europeos
habían sufrido más pérdidas. Pero la
magnitud de las ventas del lunes combinado con un ambiente
positivo por parte de las analistas, ayudaron a revertir la
tendencia. Los analistas pensaban que el mercado estaba sobre
vendido y empezaron a elaborar listas de inversiones
atractivas, compañías con exposición al
mercado asiático relativamente pequeña pero con
fundamentales sólidos. En todo el mundo, los precios de las
acciones, en términos de dólares empezaron a subir.
El Indice Accionario Mundial Dow Jones aumentó 0.86 puntos
para llegar a 160.86. 1.19 mil millones de acciones se
comerciaron, mientras 1,805 acciones aumentaron de precio, 1,307
disminuyeron. El bono a 30 años del Tesoro cayó 2
6/32 puntos, el rendimiento aumentó hasta 6.28%. En
operaciones
tardías en Nueva York, el dólar cayó hasta
los 1.7415 marcos y 120.39 yenes comparado con los 1.7515 marcos
y 121.70 yenes cotizados al final del lunes.
Uno por uno, el martes los mercados
continuaban cayendo. Sin embargo la reacción positiva del
mercado norteamericano cambió todo. El caos y la
confusión reinaban. El mercado de Londres, por ejemplo,
amplió la banda de fluctuación del valor de una
sola acción de 10 a 25% antes de detener diez minutos sus
operaciones.
En Madrid, la avalancha de ordenes de compra – y las ordenes de
cancelar ventas – obligaron a abrir una sesión especial de
media hora, una hora después del cierre
normal.
Nueva Zelanda, de los primeros mercados
en abrir, perdió un 12%. En Asia, Hong Kong
perdió ante los persistentes temores del sostenimiento del
tipo de
cambio. El Hang Seng perdió 13.7%, su caída
más severa en un solo día en términos de
puntos durante su historia y la tercera
más fuerte en términos porcentuales, y
desató la caída de mercados de capitales por toda
la región. El Indice NIKKEI 225 de Tokio cayó
4.26%, su nivel mínimo desde el25 de julio de 1995. En
Londres el Indice FT-SE 100 llegó a caer 457.9 puntos
antes de rebotar para terminar el día solo 1.8% abajo en
el orden de los 4755.4 puntos. Algunas acciones hasta terminaron
en terreno positivo. En Francia las
acciones de France Telecom cerraron perdiendo solo 3.4%
después de haber estado
perdiendo 8.6%. Latinoamérica inició operaciones a la
baja, pero siguió a Wall Street en el repunte. El Indice
BOVESPA brasileño ganó 6.4% después de la
caída de 15% del lunes anterior; con la empresa
blue-chip de telecomunicaciones TELEBRAS aumentando 9%hasta los
127 reales por cada mil acciones.
La Amenaza
Latente
Se puede decir que para la magnitud del
llamado efecto dragón la recuperación fue
rápida. Sin embargo esta ha sido la tercera llamada de
atención a los mercados globales acerca de los riesgos
implícitos en la integración mundial y el vertiginoso
desarrollo de
las tecnologías de la información. Hasta ahora las
economías que han propiciado las tormentas han sido
relativamente pequeñas – tomando en cuenta que Hong Kong
es una economía predominantemente de servicios y
con pocos nexos comerciales reales con el resto del mundo -. Sin
embargo la situación ha puesto a flote algunos problemas
económicos del mundo. ¿Qué pasaría si
por alguna razón alguna economía líder
en el mundo, con grandes flujos comerciales (y por consiguiente
con mayores pretextos y motivos racionales para desatar una
crisis) fuera la siguiente? El efecto sería realmente
desastroso. Aunque resulta difícil pensar en un futuro
efecto bávaro, sajón o simplemente un efecto
hamburguesa, recientemente existen todavía dos
economías que no se han estabilizado después del
efecto dragón: Brasil y
Japón.
Debemos estar alertas de una renovada
versión del efecto samba o de un probablemente desastroso
efecto samurai. ¿Hasta dónde podrán soportar
los mercados?, ¿qué medidas se deberán
tomar?. La respuesta es difícil, pero
urge.
REPERCUSIONES EN LA POLÍTICA FINANCIERA Y
EN EL MERCADO MEXICANO DE VALORES
Antecedentes
Después de que estalló en
México la
primera crisis de la
globalización con el llamado "efecto tequila", el
FMI
trabajó en el diseño
de medidas para evitar las crisis financieras internacionales.
Sin embargo, en julio de 1997 se volvieron a presentar, ahora en
Tailandia, depreciaciones aceleradas del tipo de cambio
y volatilidad del mercado de
valores que, hacia octubre del mismo año, se
extenderían a otros países de la región
asiática.
Recordemos que en los últimos
años la región del este asiático ha sido la
de crecimiento crecimiento en el mundo, sin embargo a partir del
surgimiento de la crisis y hasta mediados de noviembre de 1997,
según datos de la
revista
Fortune: …los mercados de acciones asiáticos han
perdido colectivamente 400 mil millones de dólares en
valor.
Como resultado de la caída de los mercados
financieros y de la devaluación de sus monedas, la
perspectiva de esos países es la reducción del
ritmo de crecimiento, pues de tasas de alrededor del 8% en 1997,
se pasará a tasas de 5% o menos para
1998.
Unos días antes del estallido
financiero en el sureste asiático, Stanley Fischer, alto
funcionario del FMI,
presentó un documento titulado "Cómo evadir crisis
financieras internacionales y el papel del
Fondo Monetario
Internacional", en el que planteaba:
Mientras que los beneficios a largo plazo
de la liberalización financiera y la
globalización no están en duda, el incremento
del volumen y la
volatilidad de los flujos de capital han
expuesto vulnerabilidades en los países en desarrollo
receptores que los han conducido a la mayor crisis financiera en
los últimos tres años en México y
Tailandia, con efectos contagiosos que ampliaron la crisis a
otros países en América
Latina y el Sureste de Asia
respectivamente.
En su documento el funcionario citado se
preguntaba qué puede hacerse para reducir la probabilidad de
crisis futuras. Para evadir crisis, recomienda que un
país necesita sólidas políticas
macroeconómicas que promueven crecimiento, mantienen baja
inflación, pequeños déficit presupuestales y
cuenta corriente sostenible; también se requiere un fuerte
sistema
financiero.
Fischer reconoce la dificultad que
generan los flujos de capital de
corto plazo que responden a altas tasas de interés
domésticas y aunque considera que no hay una respuesta
fácil a este problema considera que …una
estrecha política
fiscal es la primer línea de defensa. Una segunda
respuesta es incrementar la flexibilidad del tipo de cambio. En el
mismo sentido, recomienda que para fortalecer el sistema
financiero es necesario mejorar la supervisión, tener reglas prudenciales,
provisiones para malos préstamos, límites a los
créditos, información financiera
pública.
De acuerdo con Fischer, una de las muchas
lecciones de la crisis mexicana de1994-1995 fue que
empeoró por la pobre calidad de la
información financiera, por lo cual el
FMI
estableció en 1996 el Special Data Dissemination
Standard. Sin embargo, desde mi punto de vista, al observar
la virulencia con que se ha presentado la crisis financiera del
sureste asiático, concluiríamos que tal sistema
informativo no dio los resultados esperados. Podemos adelantar
que las instituciones
financieras desarrollarán mecanismos para evadir los
más adelantados esquemas de supervisión, o bien, las autoridades de
inspección y vigilancia no ejercerán estrictamente
lo estipulado por la ley.
Después de cada crisis siempre se ha concluido con lo
mismo y la historia vuelve a
repetirse.
A mi juicio, el papel del
FMI ha sido
cuestionado por los acontecimientos y rebasado por la realidad,
pues las crisis tienden a ser cada vez más generales,
así que su función de estabilizar el sistema
financiero internacional a través de la
prevención y de medidas para mitigar las crisis no se ha
logrado, además que sus programas de
ajuste presentan altos costos
sociales.
Unos días después de la
crisis financiera de octubre de 1997 en algunos países de
Asia, el director gerente del
FMI, Michel
Camdessus, expresaba: En estos días de mercados
globales y turbulencia de mercados, la discusión de la
economía
internacional […? necesariamente gira sobre los efectos de
la
globalización . Después de reconocer los
supuestos beneficios de este proceso que se
traducen en aumentos en la inversión, creación de empleos,
fuerte crecimiento, amplio rango de oportunidades de inversión, altos retornos sobre los
ahorros, mas eficiente asignación de recursos a
escala mundial,
reconoce que:
También hay aprehensión
acerca de los muy serios riesgos
asociados con la
globalización. Realmente hoy los países son
mas vulnerables a los cambios en las percepciones de mercado
considerando su situación económica y política. Los
cambios en las percepciones del mercado pueden disparar cambios
masivos del capital que
pueden precipitar la crisis del sector bancario y tener serios
efectos de sobre extenderse en otras economías.
Además, algunos países no están bien
equipados para tomar ventaja de la expansión del
comercio
mundial y los flujos de capital
[…? Los presentes desarrollos en el sureste de Asia
muestran que estos riesgos son
significantes. Pero podría ser un error concluir que son
insuperables o que obscurecen los beneficios de la
globalización.
Camdessus señala también
que las dificultades en la región del sureste
asiático se iniciaron en Tailandia, donde emergieron
signos de problemas
macroeconómicos, incluyendo la pérdida de la
competitividad
externa, lo cual muestra las
debilidades de la economía, y
agrega:
incluyendo un frágil y
sobreexpuesto sistema
financiero, un mercado de la propiedad
inflado y altos niveles de préstamos de corto plazo para
el sector privado. Finalmente, en ausencia de suficientes
medidas de política la crisis
estalla. La inquietud de los mercados se extiende a otros
países de la región y, mas recientemente, a
mercados
financieros de cualquier lugar del mundo.
Desde mi punto de vista, y a pesar del
discurso
triunfalista del FMI respecto a los resultados de sus políticas
de ajuste, es incontrovertible que las medidas aplicadas
presentan serias limitaciones de acuerdo con los resultados
obtenidos: De ahí que en febrero pasado, en la conferencia anual
de Bretton Woods, Camdessus diseñara los lineamientos de
la nueva arquitectura
financiera que estarían basados en siete
pilares:
- Transparencia y estandarización
de las estadísticas
económicas-financieras - Supervisión regional […?
del desempeño de las economías
nacionales - Reglamentación para una
supervisión y previsión de los
sistemas
financieros - Reorganización jurídica
de mecanismos de endeudamiento y bancarrota a nivel
mundial - Avance ordenado en los procesos de
liberalización financiera, fortaleciendo previamente los
sistemas
bancarios - Lucha contra la corrupción y prácticas
fraudulentas - Fortalecimiento de los organismos
financieros internacionales.
Obsérvese cómo se hace
hincapié en acentuar la supervisión de los países y en
modificar los esquemas de vigilancia de los sistemas
financieros. Llama la atención el planteamiento de un
avance ordenado en los procesos de
liberalización financiera, dado que seguramente se
reconocen realidades como la mexicana, cuya apertura abrupta
significó emisiones de títulos en moneda extranjera
que posteriormente no pudieron sustentarse. La lucha contra la
corrupción
y prácticas fraudulentas llegarían muy tarde, pues
en el caso de México una
revisión exhaustiva de la operación del FOBAPROA
nos llevaría a descubrir múltiples irregularidades.
Sin embargo, hay ausencias notables en el análisis realizado por el FMI, pues no se
trata simplemente de establecer controles de administración
financiera; el verdadero peligro que no se aborda,
quizá por razones obvias, está en el modus
operandi del capital financiero, ya que la globalización financiera le ha permitido
moverse de país en país y de región en
región en una función de saqueo de altos niveles de
ganancia en los distintos mercados de valores,
hundiendo a los países al huir hacia los nuevos
paraísos que les permitirán, nuevamente, altas
ganancias de tipo especulativo.
Por otra parte, Paul Krugman en una
versión que considero más avanzada presentada en el
documento "¿Qué pasó en Asia?", nos alerta
acerca de las diversas predicciones que se habían
elaborado, señalando que:
Lo que actualmente estamos viendo es
algo mas complejo y mas drástico: colapsos en los
mercados de acciones domésticos, extensas fallas
bancarias, bancarrota de muchas firmas y que pareciera ser
mucho mas severa la caída que la mas negativa
predicción.
Las condiciones económicas de los
países asiáticos son desiguales; la vulnerabilidad
de algunos fue mayor que otros al contagio de la crisis. Para
Krugman es entendible que se extendiera hacia Malasia, Indonesia
y Tailandia por sus vínculos directos y lo extenso de la
competencia en
productos de
exportación, pero aclara
que:
Corea del sur está muy lejos del
sureste asiático -con menores vínculos
económicos directos- y estructuralmente bastante
diferentes", sin embargo agrega que: "en todos los
países en problemas hubo un auge en el mercado de
activos que
precedió la crisis monetaria: los precios de
acciones y de la tierra se
elevaron, posteriormente se hundieron (aunque después de
la crisis se hundieron aun mas).
El común denominador con
relación a las compañías financieras y
bancos fueron
los préstamos a corto plazo, incluso en dólares, a
inversionistas especulativos del mercado accionario y de bienes
raíces. Incluso en el caso de Corea del Sur, Krugman
destaca que los bancos tomaron
deudas de corto plazo y prestaron para financiar inversiones
muy especulativas a corporaciones altamente endeudadas.
Obsérvese que Krugman sí destaca como una de las
causas el funcionamiento operativo del capital
especulativo.
La interpretación del FMI y sus
seguidores plantea que la crisis se inicia por factores
macroeconómicos, como el déficit fiscal, lo que
puede ser puesto en duda frente a otros análisis que sitúan la causa en
aspectos financieros, tal como lo plantea Krugman: …la
historia de Asia es realmente sobre una burbuja y el consecuente
colapso del valor de los
activos en
general, la crisis monetaria es mas un síntoma que una
causa. El proceso a
través del cual se desarrolló la crisis
asiática, tuvo de acuerdo con Krugman, los siguientes
pasos.
- El problema se inicia con los
intermediarios financieros, los cuales tienen un
implícito apoyo gubernamental, desregulados y sujetos a
severos problemas de daño moral. - Los préstamos de riesgo excesivo
crearon inflación de los precios de
los activos.
- El sobreprecio de los activos se
sostuvo en parte por un tipo de proceso
circular, en el cual la proliferación de los
préstamos riesgosos empujaban al alza los precios de
los activos,
haciendo que la condición financiera de los
intermediarios pareciera mas sólida de lo que
era. - La burbuja estalla, el proceso
circular se realiza en reversa: caen los precios de los activos
y se hace visible la insolvencia de los intermediarios. Esta
situación descrita por Krugman fue analizada en el caso
mexicano por diversos autores en 1995 en un proceso
similar cuando estalló la crisis bancaria y se
llegó a la quiebra
técnica de los bancos en el
mes de febrero del mismo año.
A juicio de Krugman, la circularidad
descrita explica la severidad de la crisis y la aparente
vulnerabilidad de las economías asiáticas y nos
ayuda a entender el fenómeno de contagio entre
economías con pocos vínculos económicos
visibles, aunque aclara que, seguramente, ésta no es la
historia completa de la crisis asiática ya que hay otros
posibles aspectos, pero el daño moral y la
burbuja de activos parecen tener un fuerte papel.
Preguntándonos acerca del
resultado del proceso anteriormente descrito, es decir,
quiénes resultaron beneficiados y quiénes no,
consideramos que las pérdidas no han sido para todos; el
capital financiero se ha retirado con ganancias de Asia y se ha
dirigido a otros mercados, y temporalmente, a otro tipo de
instrumentos de inversión. Al respecto, el analista
León Opalin, fundamenta nuestro punto de vista, pues
señalaba que:
la crisis asiática ha
traído beneficios de corto plazo a diferentes
países industrializados de Europa y a
Estados
Unidos, debido a que sus mercados de bonos se han
convertido en el principal refugio de los capitales que huyen
de las depreciadas monedas asiáticas y de los
volátiles mercados de esa región (Opalin,
1998-1).
Lejos de considerar que el efecto
dragón ha sido superado, muchos planteamos la hipótesis de que con la globalización nos encaminamos a crisis
financieras cada vez más generalizadas, que ponen en duda
no sólo las insuficientes medidas preventivas y de ajuste
del FMI, sino el contenido del propio modelo
económico. Al respecto de la crisis asiática,
Opalin considera que:
La extensa gama de circunstancias que
convergen en la crisis asiática dificultan la evaluación de su profundidad y su futura
trayectoria en el tiempo y en el
espacio y por el momento no es previsible saber cuándo
podría observarse el inicio de una recuperación,
sobre todo si se tiene presente que la enorme carga financiera
de varias naciones de la región, con vencimientos a
corto plazo, ha creado una peligrosa incertidumbre hacia el
futuro.
Las lecciones de la crisis
asiática deben ser estudiadas minuciosamente; como
señalan múltiples analistas, los problemas que la
originaron –al igual que la de México– ya
estaban presentes con el surgimiento de la apertura comercial y
financiera, amen de otros de tipo estructural, Benito
Solís Mendoza recomienda extraer las siguientes
enseñanzas para nuestro país:
- Excesivos desequilibrios de la balanza
externa terminan perjudicando al sector productivo de los
distintos países. Además, su financiamiento por medio de mayor deuda externa
tiene que ser finalmente pagada por alguien. 2. La
expansión del crédito interno que es avalada por el
gobierno, es
una forma de disfrazar el aumento del gasto público
[…? 3. La sobrevaluación del tipo de cambio
termina perjudicando a los países, incluso a los
asiáticos.
Algunos de estos factores vuelven a
reactivarse en la economía mexicana; a
lo largo del presente año tenderán a aumentar los
desequilibrios de la balanza
comercial, la deuda interna se incrementará al
convertir el FOBAPROA en pasivos públicos y, aunque el
peso se ha ido ajustando, se ha mantenido en
sobrevaluación. De acuerdo a David Márquez
Ayala:
A los tigres asiáticos, las
economías emergentes mas pujantes del mundo, les ha
tocado ahora comprobar los filos del sistema y la peligrosidad
de la apertura financiera indiscriminada. La crisis que les han
orquestado los capitales especulativos los han colocado en
manos del FMI, el Banco
Mundial y sus acreedores, y ahora habrán de tomar
medidas amargas y dolorosas pero necesarias para
‘reestructurar’ sus economía al gusto del
capital transnacional.
México vivió plenamente
esta experiencia en la crisis de 1995. Sin embargo, el "efecto
dragón" también ha dejado secuelas en América
Latina, el analista de la firma ING Baring de Nueva York,
Arturo Porzecanski mencionaba entre otras: menores ingresos por
concepto de
exportaciones,
caída en el precio de
materias primas y menores flujos de capital, inversión foránea directa y
préstamos bancarios. Paradójicamente, los
mercados menos afectados han sido los de Europa y de
Estados
Unidos, muchos de los flujos salientes de Asia y América
Latina encuentran inmediato refugio en otras alternativas de
inversión en los países
desarrollados, como los bonos del tesoro
estaunidense.
De esta forma, por los resultados enunciados anteriormente, el
FMI se ha convertido en el garante del capital financiero, pues,
como señala Bernardo Jiménez:
Los que están ganando con la
crisis asiática son los países que cuentan con
exceso de recursos
monetarios, ya que reciben una mayor tasa de interés de
las economías emergentes que, a través del FMI,
las obliga a mejorar la garantía de los préstamos
otorgados. El FMI está funcionando como el organismo
coercitivo con el que no contaban los ahorradores
internacionales europeos, norteamericanos, árabes y
japoneses.
Como una conclusión previa,
podemos considerar que los modelos
tradicionales de control
financiero del FMI han resultado fallidos e insuficientes y que
las crisis financieras tienen cada vez efectos más
generales, por lo cual dicho organismo ha resultado incapaz para
prevenirlas y enfrentarlas.
En sus análisis deja de lado el papel de la
hiperconcentración financiera que tiene un efecto
determinante en el surgimiento de las mencionadas crisis al
desarrollar gran especulación en los mercados
bursátiles y cambiarios. Los resultados nos muestran
fallas estructurales del modelo de
desarrollo que
se pretende imponer, ya que las crisis sistémicas tienden
a generalizarse ante la obsolescencia de las estrategias del
FMI.
No puede dejarse de lado que
después de la crisis financiera se aplican los
tradicionales programas de
ajuste que afectan la estructura
productiva y se entra de lleno a la suspensión de pagos,
renegociación de créditos, quiebra masiva
de empresas, venta de los activos bancarios e industriales al
capital corporativo por debajo de su valor, entrega
de los recursos del
país para pagar los paquetes de ayuda y, finalmente,
entrega del país. Los gobiernos nacionales se convierten
en una especie de "ntendencia", quizá por eso la
insistencia en revisar el concepto de
soberanía a la luz de la
globalización.
A pesar de todas las declaraciones, el
desarrollo
social en el marco de la globalización se vuelve una variable
prescindible, ya no importa el crecimiento de la
desocupación y la marginación que dejan fuera del
mercado a millones de personas como resultado de los elevados
costos sociales,
la agudización de los conflictos
tiende a resolverse por la fuerza
mientras intenta generarse un marco democrático que,
supuestamente, es la clave de ingreso a las organizaciones
comerciales mundiales.
El efecto dragón en México
Se ha puesto a nuestro país como
el ejemplo a seguir para que los países asiáticos
salgan de la crisis, sobre todo, de la supuesta efectividad del
programa de
ajuste que instrumenta el FMI. En una entrevista,
Michel Camdessus dijo que:
el modelo
mexicano es el mejor ejemplo de lo que puede ocurrir en los
países asiáticos si aplican los programas
necesarios para salir de la crisis…En México
encontramos los medios y
el dinero
necesario para calmar a los mercados y poner a ese país
en un sendero de crecimiento. Ahora se beneficia del
crecimiento más alto de su historia. Lo que tratamos de
hacer en Asia es reproducir ese modelo.
Sin embargo, subsisten problemas
derivados de la crisis mexicana de 1994-1995, como el crediticio,
que se ha convertido en el talón de Aquiles de la
reactivación y que de nuevo se ha agravado con el efecto
dragón, debido, sustancialmente, al aumento de las tasas
de interés. Al respecto, algunos analistas consideran
que:
El sector más expuesto en el
sistema
financiero nacional ante una crisis como la ocurrida en Asia,
sería la banca comercial,
que aún no ejerce su función primordial de
captación y préstamos, ya que las estrictas
condiciones impuestas por las autoridades para otorgar
créditos y su elevada cartera vencida por 138 mil millones
de pesos la mantienen inestable.
De acuerdo con datos del
Banco de
México, el financiamiento
interno total que ha otorgado la banca comercial a
empresas, particulares e intermediarios financieros no bancarios
se había contraído en términos reales en
–27.5% durante el periodo julio de 1996 a julio de 1997.
Los datos anteriores
muestran que los problemas para la reactivación crediticia
continuaban y continuarán con el efecto dragón, y
llevan a pensar que el sistema financiero no está
cumpliendo su función de financiamiento
del desarrollo, y
que no lo podrá hacer antes del año
2000.
Al respecto, el Banco de
México esboza algunas de las causas que provocaron la
contracción crediticia:
- el nivel de endeudamiento de un
número significativo de personas y empresas es
todavía elevado, lo cual ha limitado su capacidad para
asumir compromisos crediticios adicionales - el bajo nivel de salario
real, a pesar de algunas recuperaciones en
1997. - las tasas activas de la banca del
país continúan siendo altas, a pesar de que han
venido disminuyendo. A estas razones debe agregarse que la
abundante liquidez existente en los mercados
financieros internacionales, combinada con el elevado nivel
de las tasas activas, han generado incentivos para
que múltiples empresas, sobre todo grandes y medianas,
contraten deuda en el exterior.
Obsérvese cómo la no
reactivación crediticia en México, en fechas
previas a la crisis de los países del sureste
asiático, provocó la dependencia del crédito
externo para el crecimiento de la economía mexicana, con
todos los riesgos para los
usuarios de ese tipo de crédito
ante la devaluación del peso de octubre de 1997. El peso
continuaría deslizándose en el primer bimestre de
1998, pues se repitió el crecimiento del endeudamiento
externo de las empresas, situación que agravó la
crisis iniciada en 1994.
La advertencia fue hecha por la
Standard and Poor’s, según comenta el
columnista Samuel García acerca de la peligrosa
acumulación de deuda externa de
corto plazo por parte del sector privado mexicano, que
podría alcanzar los 37 mil millones de dólares
Estos hechos niegan los propósitos establecidos en el
PRONAFIDE (1997-2000), de basar el crecimiento en el ahorro
interno.
Adicionalmente, el aumento de las tasas
de interés como respuesta a la inestabilidad financiera de
fines de octubre de 1997 –entre 3.6 y 5.5 puntos–
como medida para retener los capitales, afectaron a los deudores
y contraerán más los niveles crediticios, y por
tanto, reducen las perspectivas de
recuperación.
Al respecto Jorge Marín
Santillán, presidente de la CONCAMIN, consideró que
el sistema financiero …constituye uno de los puntos
más débiles de la economía y todavía
no ha podido recuperarse de las crisis que lo llevó a
niveles de cartera vencida […? aun no están dadas
las condiciones para decir que el financiamiento
está fluyendo.
Tanto el secretario de Hacienda como el
gobernador del Banco de
México recomendaban a los banqueros en torno a una
eventual expansión del crédito
que procedan con prudencia y cautela en la asunción de
riesgos de
crédito
y de mercado, tomando en cuenta la volatilidad y difícil
coyuntura por la que atraviesa la economía
global.
La baja en los precios del petróleo
fue producto de
una nueva fase del efecto dragón, debido a la
reducción de los ritmos de crecimiento provocados en la
economía de los países asiáticos y su
influencia en la economía mundial. En el caso de
México tuvieron que ajustarse los pronósticos y
establecer nuevas perspectivas más acordes con los
cambios, además de llevar a recortes del gasto
público, aún cuando la caída de los precios
se detenga por la reducción de la oferta
derivada de acuerdos de países petroleros, porque en
última instancia los ingresos de
divisas finalmente también se
reducirán.
Se iniciaba la segunda fase del efecto
dragón, que sigue afectando el sistema financiero y se ha
trasladado a la estructura
productiva al provocar la citada reducción de los precios
del petróleo
debido al desaceleramiento de la economía mundial. El
analista Herminio Rebollo reseñaba lo que denominó
como "vuelco en expectativas económicas", expresaba
que:
Hoy los expertos indican que por el menor
crecimiento de la economía en el mundo –sobre todo
en EU–, así como por la agresividad de los
asiáticos con sus monedas ya devaluadas, más la
caída en el precio del
petróleo,
el déficit en cuenta corriente podría acercarse a
los 15 mil millones de dólares, lejos de los diez mil 800
aprobados en la estrategia
oficial de diciembre.
El mismo presidente Zedillo ha
señalado que se avizora una competencia
más difícil en los mercados internacionales durante
los próximos meses a las mercancías mexicanas,
debido ala débil situación económica
mundial.
En el mismo sentido se pronunció
el presidente de la Asociación Nacional de Importadores y
Exportadores de la República Mexicana, al exponer que la
devaluación que han experimentado las monedas de la
región Asiática fortalecerá su competitividad
y sus productos
entrarán con mayor facilidad a los mercados en los que
México compite, especialmente Estados
Unidos.
Pese a que el modelo
neoliberal ha demostrado su inefectividad para lograr un
desarrollo sostenido y una distribución del ingreso menos desigual,
los representantes de diversos grupos
empresariales no consideran ni siquiera necesario discutir
alternativas, mucho menos realizar reformas, sino más bien
seguir adelante con la llamada segunda generación de
reformas diseñadas por el FMI. Por ejemplo, Eduardo Bours,
del Consejo Coordinador Empresarial, declaró que el
gobierno debe
mantener el esquema de privatizaciones, sobre todo de
petroquímica, para allegarse de recursos que
compensen la pérdida de ingresos y
continuar con el camino de liberalización de la
economía.
El escenario que se fue construyendo era
de una política
monetaria restrictiva por parte del Banco de
México, con lo cual se ha presiona al alza las tasas de
interés que pueden atraer recursos externos
de corto plazo, frenar el crecimiento y, por lo tanto, reducir
las importaciones, lo
que se complementaría con mayores deslizamientos del tipo
de cambio
tendiendo a ajustarse a su valor
teórico, después de alcanzar una
sobrevaluación de alrededor del 14% hasta septiembre de
1997, por la entrada masiva de capital en cartera. A este
respecto, de no corregirse oportunamente existiría peligro
de acuerdo a analistas del Grupo
Santander
el riesgo radica
en la posibilidad de que el peso se fortalezca excesivamente y
que eso coloque al país de nueva cuenta en una
situación muy vulnerable, más considerando la
posibilidad de que se produzcan choques externos adicionales en
la primera mitad del año.
Inversión extranjera en
cartera
En cuanto al ingreso masivo de capital en
cartera, se empezó a generar la burbuja especulativa que
tiene diversas interpretaciones según quién las
haga; para las autoridades financieras y cúpulas
empresariales es signo de confianza en el país. Desde mi
punto de vista, es el preludio de una nueva crisis y tiende a
distorsionar el valor real del tipo de cambio, que
tarde o temprano se ha debido a ajustar a su valor
teórico.
Seguramente las autoridades financieras
no fueron ajenas a este fenómeno ya que no se observaron
medidas de fondo para su control. La
política
de regulación de dólares por parte del Banco de
México, de hecho quedó rebasada por los
acontecimientos de fines de octubre. Los efectos provocados,
además de la citada sobrevaluación del tipo de
cambio, fueron la sobrevaluación del precio de las
acciones en la bolsa y altos intereses reales en el mercado de
dinero.
La entrada de capital externo destinada a
fines especulativos durante los primeros nueve meses de 1997, fue
en ascenso. Si analizamos el ingreso de capital a la bolsa de valores
durante ese periodo, encontramos un foco rojo, pues habían
ingresado al mercado de
capitales la cantidad de 22,407 mdd. es decir, un incremento
del 72.3% con respecto a diciembre de 1996, como podemos verlo en
el cuadro 1.
CUADRO 1
Inversión
extranjera en el mercado de capitales
(millones de
dólares)
Periodo | Inversión | Variación | Variación |
Dic. | 30,978 |
|
|
|
|
|
|
Sep. | 53,385 | 22,407 | 72.3 |
Oct. | 43,331 | -10,054 | -18.8 |
Nov. | 47,409 | 4,078 | 9.4 |
Dic. | 48,967 | 1,558 | 3.2 |
|
|
|
|
Ene. | 43,751 | 5,216 | -10.6 |
Feb. | 44,758 | 1,007 | 2.3 |
Sep. 1997- Feb. |
| -8,627 | -16.1 |
Se observa también la volatilidad
inducida por el efecto dragón, pues en octubre de 1997, el
mes de la caída de los mercados asiáticos, la
inversión extranjera cayó en 18.8%; en enero de
1998 se sufrió nuevamente una reducción del 10.6% y
durante todo el periodo de septiembre 1997 a febrero de 1998 hubo
una disminución del 16.1% de la inversión
extranjera en el mercado de
capitales.
La inversión extranjera en el
mercado de dinero no ha
vuelto a alcanzar la magnitud que tuvo en diciembre de 1994, que
con el "episodio" de los tesobonos llegó en ese entonces a
alrededor de 17 mil mdd. Sin embargo, aunque cuantitativamente no
tiene la magnitud del mercado de
capitales, también ha resentido los embates del efecto
dragón, tal como lo podemos observar en el cuadro
2.
CUADRO 2
Inversión
extranjera en el mercado de dinero
valores
gubernamentales
(millones de
dólares)
Periodo | Inversión | Variación | Variación |
Dic. | 3,394 |
|
|
|
|
|
|
Sep. | 3,999 | 605 | 17.8 |
Oct. | 3,090 | -909 | -22.7 |
Nov. | 2,847 | -243 | -7.8 |
Dic. | 3,320 | 473 | 16.6 |
|
|
|
|
Ene. | 3,087 | -233 | -7.0 |
Feb. | 3,326 | 239 | 7.7 |
Sep. 1997 – Feb. |
| -673 | -16.8 |
Este mercado ha manifestado volatilidad,
con una reducción del 22.7 en el mes de octubre de 1997,
una disminución en enero de 1998 de 7% y, para el periodo
septiembre-febrero, de –16.8%. Para tener una referencia
del volumen de
dólares que ingresaron y su relación con las
divisas detentadas por el Banco de México para hacer
frente a una salida abrupta de capitales externos, tenemos que el
total de inversión extranjera en cartera en el mercado de
dinero y
capitales hasta fines del mes de julio de 1997 fue de 53,394
mdd., cantidad que supera los 21,730 mdd., que el Banco de
México reportó como saldo de las reservas
internacionales netas al 30 de junio de 1997, y al valor de los
activos internacionales netos que para la misma fecha
alcanzó 14,254 mdd., (Banco de México, 1997), por
lo que estas magnitudes resultarían insuficientes en una
retirada masiva del capital extranjero
especulativo.
Obsérvese que la inversión
en cartera en el mercado de
valores supera la previsión de inversión
extranjera directa para 1998, pues el secretario de Comercio
estimó que se captarán alrededor de 11 mil
millones de dólares de capitales externos. Para el
capital externo la incertidumbre continúa, sobre todo por
la tendencia a la reducción de los precios del petróleo.
El acuerdo entre diversos países petroleros, entre ellos
México, para reducir la oferta y
tratar de estabilizar los precios, ha conducido al segundo ajuste
presupuestal del año. Esta situación de
reducción de los flujos externos era previsible desde
principios de
1998, pues a fines de enero señalaba la periodista Leonor
Flores que:
El cumulo de expectativas positivas
para los mercados
financieros que se estimaban para inicios de 1998 se ha
visto afectado por diversos factores a nivel interno y externo,
por lo que la inversión foránea no está
fluyendo en la bolsa de
valores a la velocidad
esperada".
Comportamiento del mercado de
capitales
El fenómeno anterior de
crecimiento de la inversión extranjera en cartera se
reflejó en los indicadores
del mercado de
capitales, pues en diciembre de 1996 el Índice de
Precios y Cotizaciones alcanzó 3,361 puntos, mientras que
para el martes 21 de octubre de 1997 llegó a 5,369 puntos,
lo que representó un incremento en términos reales,
descontando la inflación de alrededor del 45.7%, lo cual
difícilmente podría obtenerse en negocios
productivos. Los títulos se sobrevaluaron peligrosamente,
si tomamos como referencia el indicador de precio de
mercado/valor en libros, que
indica a cómo se compra cada peso de activos reales,
encontramos que al 30 de septiembre de 1997, dicha
relación promedio de la bolsa fue de 2.54, es decir, la
mencionada sobrevaluación era más del
doble.
En el caso de las empresas más
sobrevaluadas, por ejemplo, para la fecha del 21 de octubre,
previa al inicio de la caída, la relación
precio/valor en libros era la
siguiente: en el caso de Kimber cada peso de activos reales
costaría 6 pesos, la de Cifra B 6.58, la de Gvideo 5.22,
la de Visa en 3.71, Elektra 4.85 y GCarso costaría 4.98.
Ante esta situación excesiva, en un ajuste a la baja, los
precios de mercado de las acciones tenderían a ajustarse a
su valor en libros, la
proporción se acercaría a la unidad o pudiera
situarse por abajo de la misma ante la salida masiva de capitales
de la bolsa.
La caída de la bolsa mexicana se
inició desde el miércoles 22 y continuó
hasta el llamado "lunes negro", y acumuló en ese periodo
una pérdida de alrededor de 20.5%. Si consideramos que el
valor del mercado accionario fue el equivalente a 164.5 miles de
millones de dólares, la pérdida sufrida en esos
días por la Bolsa ascendió a un equivalente de
alrededor de 33.7 miles de mdd. Esta magnitud, de no haberse dado
la reactivación inmediata del martes 28, seguramente
habría empujado desde esa fecha el tipo de cambio arriba
de los 9 pesos por dólar.
El efecto dragón provocó
también que el valor de capitalización en
dólares del mercado accionario se haya reducido, tanto
como resultado de la baja de precios de las acciones, como por el
deslizamiento cambiario, tal como podemos observarlo en el cuadro
No. 3
CUADRO 3
Valor de
capitalización del mercado accionario
(miles de millones de
dólares)
Periodo | Valor de |
Sep. 97 | 164 |
Oct. | 139 |
Dic. | 156 |
Feb. 98 | 134 |
La reducción en el valor del
mercado accionario en el periodo septiembre-febrero, fue del
18.2%. El Índice de Precios y Cotizaciones
manifestó también el efecto de la volatilidad, tal
como lo observamos en el siguiente cuadro:
CUADRO 4
Índice de precios y
cotizaciones
Periodo | Valor del | Variación |
Dic. 1996 | 3,361 |
|
Sep. 1997 | 5,321 | 58.3 |
Oct. | 4,647 | -12.6 |
Nov. | 4,974 | 7.0 |
Dic. | 5,229 | 5.1 |
Ene. 1998 | 4,569 | -12.6 |
Feb. | 4,784 | 4.7 |
Mzo. (24) | 5,004 | 4.5 |
Las reducciones se presentaron en los
meses de octubre de 1997 y enero de 1998, alcanzando el 12.6%. El
efecto dragón vino a romper una tendencia marcadamente
alcista; obsérvese cómo, de diciembre de 1996 a
septiembre de 1997, el Índice de Precios y Cotizaciones
había tenido un incremento de 58.6%, y para el 24 de marzo
la incertidumbre no permitió alcanzar el nivel existente
al estallar la crisis.
Tipo de cambio
Como ya se mencionó, la
sobrevaluación del tipo de cambio derivada de la entrada
masiva de capital extranjero de corto plazo, se había
constituido en un foco de alerta del sistema financiero.
Teóricamente, el tipo de cambio con el dólar se
determina por los diferenciales de inflación entre
Estados Unidos
y México; en este sentido, su valor teórico para
fines de septiembre de 1997 fue de 8.83 pesos por dólar,
mientras que la cotización de mercado para la misma fecha
fue de $7.78, lo que representó una sobrevaluación
de 13.54%. La caída del lunes 27 de octubre simplemente
tendió a ajustar al peso a su valor real, dado que se
incrementó la demanda de
dólares. La política de corto instrumentada por el
banco de México ha tenido por objeto reducir el
deslizamiento del tipo de cambio. Sin embargo, desde septiembre
de 1997 en que el tipo de cambio fue de 7.78, hasta el 24 de
marzo de 1998 que había alcanzado 8.65, representa una
variación de 11.2% en el periodo mencionado. Sin embargo,
según estimaciones el valor teórico para el fin de
febrero era de 9.34, frente al valor real de 8.50, por lo cual el
peso se mantuvo en una sobrevaluación del
8.29%.
A pesar de la profunda crisis financiera
y productiva de 1994-1995, en el sistema financiero
rápidamente se reprodujeron condiciones que nos vuelven
vulnerables, semejantes a los factores que estuvieron presentes
en los países asiáticos, tales como el reinicio de
la configuración de una burbuja especulativa en el mercado
accionario, provocada por un acelerado ingreso de capital
externo; también un fuerte endeudamiento de las empresas
en el extranjero y la sobrevaluación del tipo de
cambio.
El modus operandi del capital
financiero especulativo de corto plazo -no nos referimos a la
inversión extranjera directa- y su consecuente
desencadenamiento de las crisis debe llevarnos a la
reflexión y al debate sobre
las acciones a tomar, pues existen posiciones que van desde la
del secretario de Hacienda, Ángel Gurría, que
declara que es peligroso e inútil imponer candados al
capital extranjero, hasta las de gobierno chileno que utiliza
mecanismos de control
dependiendo del plazo de permanencia del capital. Considero que
no podemos esperar que las supuestas fuerzas libres del mercado
financiero gobernado por unos cuantos grandes consorcios
corporativos nos vuelvan a hundir como nación; en ese
sentido sugiero, que el Congreso de la Unión realice un
debate sobre
los movimientos especulativos del capital y sus efectos
desestabilizadores en la sociedad mexicana
y, de ser necesario, que se le impongan mecanismos de control.
Las propuestas del FMI y de las
autoridades financieras mexicanas para fortalecer los mecanismos
de supervisión y de regulación no son
nuevas; de hecho, después de cada crisis se han planteado
e introducido reformas a la legislación de los mercados
financieros. De acuerdo con esa tendencia, las instituciones
financieras buscarán evadir las medidas de control a fin de
obtener ganancias extraordinarias y, en caso de registrar
pérdidas, que las absorba la sociedad, como el
caso actual de FOBAPROA.
Es necesario abandonar los modelos
ideologizados impuestos por el
FMI, con sus mecanismos de prevención y rescate
inoperantes y de alto costo social.
Asimismo, que a través de la ciencia
económica iniciemos un proceso de diagnóstico reflexivo y crítico de
los resultados del modelos
neoliberal y comencemos a diseñar uno alternativo, en
donde el eje del funcionamiento deje de ser el capital financiero
y el hombre
vuelva a ocupar el papel
central.
Introduccion
La interpretación de las causas y
repercusiones del llamado efecto dragón se encuentra en
etapa de elaboración, dado que estamos todavía en
el filo de los acontecimientos y observamos que obedeció a
situaciones de gran complejidad. Se genera en los países
de la región asiática, cada uno con distinta
problemática y condiciones de desarrollo diferente; en su
etapa inicial se extiende hacia los países del área
y, posteriormente, afecta en diverso grado los mercados
financieros y la estructura
productiva de América
Latina y desde luego a México.
El Fondo Monetario
Internacional ha elaborado su interpretación y
diseñado los paquetes de ayuda y los consabidos programas de
ajuste que también se aplicaron en nuestro país a
raíz de la crisis de 1994-1995. El presente
artículo tiene como propósito hacer una
revisión crítica de esa visión y medir sus
efectos en el mercado de
valores en el caso de México, a efecto de que pueda
inferirse el grado de riesgo en que nos
encontramos y obtener algunas conclusiones del fenómeno
estudiado.
De entrada podemos señalar que la acelerada apertura de
los mercados financieros y la internacionalización del
capital financiero como efectos de la globalización, han contribuido a la llamada
crisis asiática y a la aplicación acrítica
de las recetas que el FMI ensayó en México en 1995
con los programas de
ajuste que hemos padecido.
Autor:
JORGE IGNACIO AGUILAR
HERNÁNDEZ
LIC. ADMINISTRACIÓN FINANCIERA