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El efecto Dragón en los mercados globales




Enviado por jrg1



    La enorme integración de los mercados globales
    ha traído consigo una gran interdependencia que ha probado
    ser un grave peligro a las economías internacionales. A
    fines de 1994 México
    experimentó una crisis
    cambiaría que prendió por primera vez la luz de alerta. El
    llamado efecto tequila trajo a la luz numerosos
    problemas
    económicos dentro de los llamados mercados
    emergentes. En foros internacionales se empezó a plantear
    el problema de la excesiva integración económica y sus posibles
    consecuencias. Sin embargo a mediados de 1997 problemas de
    tipo de cambio
    afectaron a la región, conocida por una mítica
    fortaleza económica, del Sudeste Asiático. La
    crisis
    cambiaría se desarrollo
    principalmente en Malasia, Tailandia e Indonesia (que contaban
    con tipos de cambio fijos o
    semifijos de bandas), afectando también a algunas
    economías Sudamericanas como Brasil
    (razón por la que se le dio el nombre de efecto samba) y
    Argentina. Su
    sistema de
    tipo de cambio
    utiliza un consejo monetario (sistema utilizado
    solamente por Hong Kong y Argentina). La
    fijación de la paridad fue determinada para ayudar a la
    estabilidad después de la grave crisis
    cambiaría precipitada por las negociaciones de 1983 para
    determinar el futuro de Hong Kong. Después que Taiwan y
    Corea del Sur dejaran deslizar sus monedas, apenas una semana
    antes, Hong Kong tenía la última de las monedas
    Asiáticas mayores sólidas desde que la
    región fuera víctima de devaluaciones comenzando en
    Tailandia en julio. Fuera de Japón, muchos inversionistas
    consideraban a Hong Kong como el mercado
    más líquido y abierto de Asia. El hecho de
    que su moneda este fija por tanto tiempo al
    dólar estadounidense hizo pensar que era bastante
    sólida. El dólar de Hong Kong estuvo bajo presiones
    desde el efecto tequila, pero desde la decisión de
    Tailandia de flotar el baht el 2 de julio se desató una
    crisis
    cambiaría en los mercados
    Asiáticos que afectó la Rupia de Indonesia, el
    Ringgit malayo, el peso filipino, el nuevo dólar
    taiwanés y al won coreano.

     

    La
    Gestación

    El lunes 20 de octubre de 1997 se
    cumplió el décimo aniversario del crash
    bursátil norteamericano con caídas pronunciadas en
    los mercados
    asiáticos. Las ventas se
    extendieron a todo el mundo pero en menor intensidad. El Indice
    Mundial Dow Jones aumentó un 0.19%; Tokio cayó 1.1%
    por las expectativas de que el paquete económico que se
    pretendía anunciar ese día desilusionaría;
    Londres perdió 1.1% después de los comentarios
    acerca del abandono a la unidad monetaria Europea. En Taiwan el
    Indice Ponderado cerró 307 puntos abajo, terminando en los
    7316.78 puntos, un mínimo en 37 semanas, debido a la
    debilidad cambiaría (el nuevo dólar taiwanés
    cayó un 2.3% en contra del dólar norteamericano, un
    mínimo de diez años mientras que el Banco Central de
    Taiwan dejó flotar la moneda por tercer día
    consecutivo) y el problema relativo a las acciones
    tecnológicas. En Corea del Sur, que también
    sufrió pérdidas en la fortaleza de su moneda, el
    Indice KOSPI perdió un 3.3% debido principalmente a la
    venta, por parte
    de los extranjeros de acciones
    blue-chips. En Tailandia, el mercado
    accionario perdió 3.1% debido principalmente a la
    incertidumbre política
    después que el ministro de finanzas
    renunció a causa de la dificultad en la administración económico. En Malasia
    el Indice blue-chip Composite se redujo 3.4% como señal de
    la desaprobación del presupuesto
    anunciado para 1998. Por su parte el Indice Hang Seng de Hong
    Kong cerro 4.6% abajo, al situarse en los 12970.88 puntos, por
    primera vez por debajo de los 13000 puntos desde abril. Mientras
    que la caída del viernes anterior en Wall Street y tasas
    de interés
    domésticas a la alza presionaron las preocupaciones del
    tipo de
    cambio. Las acciones con
    más perdidas fueron las del sistema bancario,
    debido a la decisión de aumentar las tasas de interés
    hipotecarias y el sector conocido como red-chips, de empresas con
    respaldo de China
    continental, que cayó 6.5% debido a la lenta
    inyección de capital a las
    empresas de la
    isla.

    El día siguiente, martes 22, el
    mercado de Hong
    Kong recibió otro golpe al caer 4.4% (otro mínimo
    desde abril 15) al seguir la reciente debilidad cambiaría
    de Taiwan y Corea del Sur, pues muchos inversionistas temen que
    el dólar de Hong Kong sea la próxima moneda
    asiática en caer. Con el aumentó en las tasas
    interbancarias y en los intereses hipotecarios los inversionistas
    están preocupados de que las utilidades corporativas se
    encojan.

    Los inversionistas empezaron a abandonar
    rápidamente Hong Kong el miércoles 22 mandando el
    Indice Hang Seng 6.2% a la baja debido a especulaciones acerca de
    la fortaleza del sistema
    cambiario. El efecto acumulado en la semana sobre el Indice Hang
    Seng – el principal indicados de las acciones
    blue-chips – era ya de 14.4 puntos porcentuales perdidos. A pesar
    de contar con enormes reservas para defender la moneda, la
    pregunta era la disposición del gobierno a
    hacerlo. Aumentado los rumores de una posible devaluación
    se escucharon comentarios de personas importantes en la comunidad de
    negocios, a
    pesar de que oficiales del gobierno
    intentaron aumentar la confianza en la moneda aunque los mercados
    contaban otra historia. Las tasas de
    interés
    se dispararon aumentando la tasa interbancaria (Hibor) de 6.25% a
    los 9 puntos porcentuales. Empero el aumento en los
    réditos internos el dólar de Hong Kong
    perdió fuerza en
    contra de la divisa norteamericana debido a fuertes ventas de
    acciones y de
    monedas por parte de los inversionistas. En el resto del mundo el
    comportamiento
    de los mercados fue mixto con una tendencia mundial
    alcista.

     

    El Terremoto

    La crisis se
    desató propiamente el jueves 23. El mercado
    accionario accionario de Hong Kong se derrumbo un 10.4% lo que
    sacudió los mercados desde el epicentro en Asia hasta
    Europa y Nueva
    York. La pérdida acumulada de los cuatro días
    sumaba ya 23.3% y los inversionistas continuaban abandonando el
    mercado con un
    miedo creciente de que el dólar de Hong Kong se devaluara.
    La tasa Hibor alcanzó los 300 puntos porcentuales durante
    el día para cerrar en 150% con el fin de defender la
    moneda – durante previos ataques a la moneda local las tasas de
    interés
    habían alcanzado de 30 a 40 puntos porcentuales solamente
    -. El Hang Seng rompió barrera tras barrera, en un punto
    del día perdió 16% situándose por debajo de
    los 10000 puntos para colocarse en los 9766.22 puntos. En
    general, el Indice había perdido 37% desde el 7 de agosto,
    fecha en la que había alcanzado su máximo del
    año. Las acciones red-chips tuvieron su mayor
    golpe al perder cerca de un 30 por ciento para recuperarse y
    cerrar el día con una pérdida cercana al 10%
    solamente. Oficiales del gobierno y de la
    autoridad
    monetaria continuaban afirmando sus intenciones de conservar la
    paridad. El comportamiento
    de los mercados mundiales fue a la baja. Otras monedas
    asiáticas tuvieron un día difícil
    también; el dólar de Singapur, el Ringgit de
    Malasia y la Rupia de Indonesia cerraron a la alza, sin embargo
    eso no ayudo a sus mercados de capitales que perdieron 4.7%, 3.4%
    y 2.2% respectivamente. China
    continental por su parte perdió 5.7%, Japón 3%,
    Alemania 4.7%,
    Francia 3.2% y
    Londres 3.1%. La caída no era tan severa para cuando
    abrió el mercado norteamericano, pero fue un día
    ajetreado: el Indice Industrial Dow Jones eventualmente
    cayó 186.66 puntos, lo equivalente a un
    2.3%.

    Para el viernes 24, la venta era masiva.
    La posición corta se volvió la obsesión de
    Wall Street. El Indice Industrial Dow Jones, que sufrió
    una de las pérdidas mínimas en el mundo el
    día anterior, vivió una de las mayores
    pérdidas el viernes cuando cayó 132.36 o 1.7% para
    acumula una pérdida acumulada durante los dos días
    de 319.24 puntos, la caída más grande desde el
    crash del 87, para caer en un nivel mínimo desde el 29 de
    agosto. Mientras que los participantes en el mercado de Hong Kong
    están acostumbrados a grandes ajustes, casi del 10% en
    cuestión de días, el mercado norteamericano no ha
    experimentado correcciones de 10 puntos porcentuales en
    años.

    Los grandes inversionistas vendieron
    acciones de empresas que
    consideraban con alta exposición asiática,
    principalmente de alta tecnología. El miedo
    se propago al sector bancario que podía tener perdidas por
    sobregiros en el mercado de divisas. El pánico se
    propagó hasta transformarse en decisiones viscerales. Una
    parte de los capitales se transfirió al mercado de
    bonos; el
    rendimiento del bono del tesoro con madurez a 30 años, que
    se mueve en dirección opuesta a su precio,
    disminuyó a 6.269%. Sin embargo, a pesar de los reveses
    los inversionistas norteamericanos todavía tenían
    utilidades saludables; a pesar del desplome, el Indice Industrial
    tenía un 20.71% por arriba de su nivel a principios de
    año, mientras que el Indice Standard & Poor's 500
    conservaba un 21.12% y el Indice Nasdaq Composite tenía
    una ganancia en 1997 por un 21.97%. Irónicamente, el
    tratar de conservar las ganancias posiblemente contribuyó
    a las ventas
    posteriores.

    Durante la semana, los investigadores
    elaboraron listas de valores
    "seguros"
    exentos de exposición asiática. El oro,
    notablemente, estaba ausente de éstas listas y tuvo su
    precio
    más bajo en más de diez años, cayendo 16
    dólares en un momento del viernes; probablemente se
    debió por la posibilidad de que la demanda
    asiática por el metal se esfumara. Por su parte las
    acciones tecnológicas sufrieron pérdidas severas
    también debido a que empresas de
    éste giro se han apoyado en los mercados asiáticos
    para aumentar sus ventas, a
    pesar de tener operaciones
    manufactureras en la región lo que compensaría una
    baja en los ingresos con un
    descenso en los costos.
    A pesar que Hong Kong tuvo un rebote alcista el viernes, ganando
    6.9 puntos porcentuales (debido a la baja de los réditos
    bancarios desde sus niveles estratosféricos), la
    mayoría de los mercados mundiales cayeron. En Londres y el
    resto de Europa, las
    tempranas ganancias, debido al cierre positivo de Hong Kong y al
    cierre con 1.2% a favor en el mercado japonés, se esfumaron debido al fracaso en
    responder de Wall Street. Londres cayó 0.4%, Francia
    perdió 0.3% y el Indice IBIS DAX de Alemania, que
    monitorea el comportamiento
    de acciones del sector electrónico, disminuyó en
    0.1%. Por su parte, los mercados emergentes latinoamericanos
    continuaron cayendo el viernes perdiendo 4.2% Argentina, 3%
    Brasil y 2.7%
    México.

    En Asia, aunque
    algunos economistas regionales ajustaban sus pronósticos
    de crecimiento a la baja para la mayoría de las
    economías del Sudeste Asiático, otros analistas de
    mercados creían que el fondo podía estar cerca
    debido a la magnitud de algunos descensos. Regresando a Hong
    Kong, la alza vio surgir a las acciones red-chips entre otras. El
    Indice Red-Chip
    aumentó en un 12.8%. El Indice NIKKEI 225 del mercado de
    Tokio disminuyó inicialmente, pero cerró el
    día 1.2 puntos porcentuales arriba. El mercado
    doméstico de Japón ya estaba deprimido por las
    desaceleraciones en el crecimiento
    económico del Sudeste Asiático. La reciente
    crisis en Hong Kong acrecentó los temores de la
    exposición de Japón al mercado de Hong Kong,
    así como de la disminución en la demanda de
    importaciones
    japonesas a Hong Kong. En Corea del Sur, el Indice Composite
    cayó un 5.5%. Tailandia, cuyo mercado permaneció
    cerrado el jueves durante lo peor del tifón financiero,
    cayó un 3.4% al reabrirse el viernes. Para una
    región que alguna vez había sido sinónimo de
    alto crecimiento, esto significaba un drástico
    revés de la fortuna. Ahora, aparte de vigilar la
    disminución del crecimiento de las ganancias corporativas,
    los inversionistas deberán considerar también el
    aumento en el riesgo
    político puesto que las crisis financieras empiezan a
    afectar seriamente a los pobres y a las clases
    medias.

    El lunes 27 de octubre, el mercado
    norteamericano alcanzó un récord que nadie
    quería lograr. El Indice Industrial Dow Jones se
    derrumbó 554.26 puntos para situarse en 7161.15, lo
    equivalente a una caída del 7.18 por ciento, la mayor en
    su historia en
    puntos pero la doceava en términos de porcentaje. El
    Indice de las llamadas blue-chips terminó el día en
    su nivel más bajo desde el 8 de mayo. Los mercados de
    acciones y de opciones suspendieron sus operaciones por
    30 minutos para dar oportunidad a los participantes de calmarse,
    analizar la información y aminorar sus deseos de
    venta. Sin
    embargo la estrategia
    fracasó: Wall Street cerró uno de sus días
    más sangrientos al activarse el mecanismo de emergencia al
    caer el Indice Industrial más de 550 puntos. La venta masiva, que
    tenía al mercado 13.29% por debajo de su máximo
    registrado en agosto, no se confinó solo a las acciones
    blue-chips. El Standard & Poor's 500 bajó 64.65 puntos
    para colocarse en los 876.99 puntos, mientras que el Indice
    Nasdaq Composite, fuertemente expuesto al maltratado sector
    tecnológico se hundió 115.83 puntos al cerrar en
    1525.09.

    La caída de Nueva York
    había sido precedida por una nueva caída en Hong
    Kong por 5.8 puntos porcentuales, causada a su vez por la
    pérdida del viernes anterior en Wall Street. El Indice
    Hang Seng de acciones blue-chip perdió 646.14 puntos
    situándose así en 10498.20 puntos. Las acciones
    bancarias y las de propiedad
    iniciaron las presiones de venta debido a
    los temores de que el impacto de las tasas de interés en
    los precios de
    propiedad y en
    las utilidades corporativas. En Tokio, las acciones cayeron 1.9%
    debido a los problemas del
    mercado de propiedad de
    Hong Kong y a temores de futuras caídas de acciones de
    Estados
    Unidos. El Indice NIKKEI 225 disminuyó 325.38 puntos
    hasta los 17038.36 puntos, su nivel más bajo en más
    de dos años, guiado por el sector bancario y el de
    electrónicos. En Corea del Sur el Indice KOSPI cayó
    3.3% para terminar en un mínimo de cinco años en
    530.47 atendiendo a una pronunciada pérdida del won
    coreano en contra del dólar americano. Las acciones del
    sector financiero se derrumbaron debido a temores por una crisis
    financiera, mientras que las grandes acciones blue-chip
    también tuvieron descensos pronunciados. Australia
    cerró perdiendo 3.4%. Por su parte, Europa despertaba
    con noticias alarmantes. Londres perdió 2.6%, Alemania,
    Francia e
    Italia perdieron
    2.8% y entre los mercados pequeños, Finlandia cayó
    5.7% y España
    4.1%. Los analistas europeos explicaron que las ventas no
    fueron exclusivas de las acciones con sabor asiático. En
    los débiles mercados latinoamericanos tuvieron lugar las
    pérdidas más severas puesto que los inversionistas
    decidieron retirar las generosas utilidades registradas en esos
    mercados. El Indice Brasileño BOVESPA cerró casi un
    15% abajo al caer en 9816 puntos; el Indice MERVAL argentino
    perdió 13.7%; el IPC mexicano cayó 13.3%; en
    Chile, el
    Indice IPSA se amortiguó por los controles de corto plazo
    sobre los capitales extranjeros y solo disminuyó en un
    5.1%; El Indice Merinvest Composite venezolano se redujo 8.6%; y
    el Indice General de Perú se hundió un 6.4%. Las
    pérdidas latinoamericanas mayores fueron para empresas
    cotizadas en Nueva York, de los sectores telecomunicaciones y manufacturero
    principalmente.

    El Aparente
    Final

    El suspiro de alivio llegó el
    martes 29. La recuperación fue la más grande que el
    mercado norteamericano alguna vez vio. El Indice Industrial Dow
    Jones aumentó 337.17 puntos para cerrar en 7498.32, su
    asenso mayor en puntos en su historia, pero solo el
    setentavo en términos de porcentajes. Cuando el día
    comenzaba nadie sospechaba lo que sucedería, es mas,
    algunos hasta suponían otro retroceso debido a las bajas
    del día anterior que habían obligado un cierre del
    mercado temprano. Los mercados asiáticos y europeos
    habían sufrido más pérdidas. Pero la
    magnitud de las ventas del lunes combinado con un ambiente
    positivo por parte de las analistas, ayudaron a revertir la
    tendencia. Los analistas pensaban que el mercado estaba sobre
    vendido y empezaron a elaborar listas de inversiones
    atractivas, compañías con exposición al
    mercado asiático relativamente pequeña pero con
    fundamentales sólidos. En todo el mundo, los precios de las
    acciones, en términos de dólares empezaron a subir.
    El Indice Accionario Mundial Dow Jones aumentó 0.86 puntos
    para llegar a 160.86. 1.19 mil millones de acciones se
    comerciaron, mientras 1,805 acciones aumentaron de precio, 1,307
    disminuyeron. El bono a 30 años del Tesoro cayó 2
    6/32 puntos, el rendimiento aumentó hasta 6.28%. En
    operaciones
    tardías en Nueva York, el dólar cayó hasta
    los 1.7415 marcos y 120.39 yenes comparado con los 1.7515 marcos
    y 121.70 yenes cotizados al final del lunes.

    Uno por uno, el martes los mercados
    continuaban cayendo. Sin embargo la reacción positiva del
    mercado norteamericano cambió todo. El caos y la
    confusión reinaban. El mercado de Londres, por ejemplo,
    amplió la banda de fluctuación del valor de una
    sola acción de 10 a 25% antes de detener diez minutos sus
    operaciones.
    En Madrid, la avalancha de ordenes de compra – y las ordenes de
    cancelar ventas – obligaron a abrir una sesión especial de
    media hora, una hora después del cierre
    normal.

    Nueva Zelanda, de los primeros mercados
    en abrir, perdió un 12%. En Asia, Hong Kong
    perdió ante los persistentes temores del sostenimiento del
    tipo de
    cambio. El Hang Seng perdió 13.7%, su caída
    más severa en un solo día en términos de
    puntos durante su historia y la tercera
    más fuerte en términos porcentuales, y
    desató la caída de mercados de capitales por toda
    la región. El Indice NIKKEI 225 de Tokio cayó
    4.26%, su nivel mínimo desde el25 de julio de 1995. En
    Londres el Indice FT-SE 100 llegó a caer 457.9 puntos
    antes de rebotar para terminar el día solo 1.8% abajo en
    el orden de los 4755.4 puntos. Algunas acciones hasta terminaron
    en terreno positivo. En Francia las
    acciones de France Telecom cerraron perdiendo solo 3.4%
    después de haber estado
    perdiendo 8.6%. Latinoamérica inició operaciones a la
    baja, pero siguió a Wall Street en el repunte. El Indice
    BOVESPA brasileño ganó 6.4% después de la
    caída de 15% del lunes anterior; con la empresa
    blue-chip de telecomunicaciones TELEBRAS aumentando 9%hasta los
    127 reales por cada mil acciones.

     

    La Amenaza
    Latente

    Se puede decir que para la magnitud del
    llamado efecto dragón la recuperación fue
    rápida. Sin embargo esta ha sido la tercera llamada de
    atención a los mercados globales acerca de los riesgos
    implícitos en la integración mundial y el vertiginoso
    desarrollo de
    las tecnologías de la información. Hasta ahora las
    economías que han propiciado las tormentas han sido
    relativamente pequeñas – tomando en cuenta que Hong Kong
    es una economía predominantemente de servicios y
    con pocos nexos comerciales reales con el resto del mundo -. Sin
    embargo la situación ha puesto a flote algunos problemas
    económicos del mundo. ¿Qué pasaría si
    por alguna razón alguna economía líder
    en el mundo, con grandes flujos comerciales (y por consiguiente
    con mayores pretextos y motivos racionales para desatar una
    crisis) fuera la siguiente? El efecto sería realmente
    desastroso. Aunque resulta difícil pensar en un futuro
    efecto bávaro, sajón o simplemente un efecto
    hamburguesa, recientemente existen todavía dos
    economías que no se han estabilizado después del
    efecto dragón: Brasil y
    Japón.

    Debemos estar alertas de una renovada
    versión del efecto samba o de un probablemente desastroso
    efecto samurai. ¿Hasta dónde podrán soportar
    los mercados?, ¿qué medidas se deberán
    tomar?. La respuesta es difícil, pero
    urge.

    REPERCUSIONES EN LA POLÍTICA FINANCIERA Y
    EN EL MERCADO MEXICANO DE VALORES

    Antecedentes

    Después de que estalló en
    México la
    primera crisis de la
    globalización con el llamado "efecto tequila", el
    FMI
    trabajó en el diseño
    de medidas para evitar las crisis financieras internacionales.
    Sin embargo, en julio de 1997 se volvieron a presentar, ahora en
    Tailandia, depreciaciones aceleradas del tipo de cambio
    y volatilidad del mercado de
    valores que, hacia octubre del mismo año, se
    extenderían a otros países de la región
    asiática.

    Recordemos que en los últimos
    años la región del este asiático ha sido la
    de crecimiento crecimiento en el mundo, sin embargo a partir del
    surgimiento de la crisis y hasta mediados de noviembre de 1997,
    según datos de la
    revista
    Fortune: …los mercados de acciones asiáticos han
    perdido colectivamente 400 mil millones de dólares en
    valor.

    Como resultado de la caída de los mercados
    financieros y de la devaluación de sus monedas, la
    perspectiva de esos países es la reducción del
    ritmo de crecimiento, pues de tasas de alrededor del 8% en 1997,
    se pasará a tasas de 5% o menos para
    1998.

    Unos días antes del estallido
    financiero en el sureste asiático, Stanley Fischer, alto
    funcionario del FMI,
    presentó un documento titulado "Cómo evadir crisis
    financieras internacionales y el papel del
    Fondo Monetario
    Internacional", en el que planteaba:

    Mientras que los beneficios a largo plazo
    de la liberalización financiera y la
    globalización no están en duda, el incremento
    del volumen y la
    volatilidad de los flujos de capital han
    expuesto vulnerabilidades en los países en desarrollo
    receptores que los han conducido a la mayor crisis financiera en
    los últimos tres años en México y
    Tailandia, con efectos contagiosos que ampliaron la crisis a
    otros países en América
    Latina y el Sureste de Asia
    respectivamente.

    En su documento el funcionario citado se
    preguntaba qué puede hacerse para reducir la probabilidad de
    crisis futuras
    . Para evadir crisis, recomienda que un
    país necesita sólidas políticas
    macroeconómicas que promueven crecimiento, mantienen baja
    inflación, pequeños déficit presupuestales y
    cuenta corriente sostenible; también se requiere un fuerte
    sistema
    financiero.

    Fischer reconoce la dificultad que
    generan los flujos de capital de
    corto plazo que responden a altas tasas de interés
    domésticas y aunque considera que no hay una respuesta
    fácil a este problema considera que …una
    estrecha política
    fiscal es la primer línea de defensa
    . Una segunda
    respuesta es incrementar la flexibilidad del tipo de cambio. En el
    mismo sentido, recomienda que para fortalecer el sistema
    financiero es necesario mejorar la supervisión, tener reglas prudenciales,
    provisiones para malos préstamos, límites a los
    créditos, información financiera
    pública.

    De acuerdo con Fischer, una de las muchas
    lecciones de la crisis mexicana de1994-1995 fue que
    empeoró por la pobre calidad de la
    información financiera, por lo cual el
    FMI
    estableció en 1996 el Special Data Dissemination
    Standard
    . Sin embargo, desde mi punto de vista, al observar
    la virulencia con que se ha presentado la crisis financiera del
    sureste asiático, concluiríamos que tal sistema
    informativo no dio los resultados esperados. Podemos adelantar
    que las instituciones
    financieras desarrollarán mecanismos para evadir los
    más adelantados esquemas de supervisión, o bien, las autoridades de
    inspección y vigilancia no ejercerán estrictamente
    lo estipulado por la ley.
    Después de cada crisis siempre se ha concluido con lo
    mismo y la historia vuelve a
    repetirse.

    A mi juicio, el papel del
    FMI ha sido
    cuestionado por los acontecimientos y rebasado por la realidad,
    pues las crisis tienden a ser cada vez más generales,
    así que su función de estabilizar el sistema
    financiero internacional a través de la
    prevención y de medidas para mitigar las crisis no se ha
    logrado, además que sus programas de
    ajuste presentan altos costos
    sociales.

    Unos días después de la
    crisis financiera de octubre de 1997 en algunos países de
    Asia, el director gerente del
    FMI, Michel
    Camdessus, expresaba: En estos días de mercados
    globales y turbulencia de mercados, la discusión de la
    economía
    internacional […? necesariamente gira sobre los efectos de
    la
    globalización
    . Después de reconocer los
    supuestos beneficios de este proceso que se
    traducen en aumentos en la inversión, creación de empleos,
    fuerte crecimiento, amplio rango de oportunidades de inversión, altos retornos sobre los
    ahorros, mas eficiente asignación de recursos a
    escala mundial,
    reconoce que:

    También hay aprehensión
    acerca de los muy serios riesgos
    asociados con la
    globalización. Realmente hoy los países son
    mas vulnerables a los cambios en las percepciones de mercado
    considerando su situación económica y política. Los
    cambios en las percepciones del mercado pueden disparar cambios
    masivos del capital que
    pueden precipitar la crisis del sector bancario y tener serios
    efectos de sobre extenderse en otras economías.
    Además, algunos países no están bien
    equipados para tomar ventaja de la expansión del
    comercio
    mundial y los flujos de capital
    […? Los presentes desarrollos en el sureste de Asia
    muestran que estos riesgos son
    significantes. Pero podría ser un error concluir que son
    insuperables o que obscurecen los beneficios de la
    globalización.

    Camdessus señala también
    que las dificultades en la región del sureste
    asiático se iniciaron en Tailandia, donde emergieron
    signos de problemas
    macroeconómicos, incluyendo la pérdida de la
    competitividad
    externa, lo cual muestra las
    debilidades de la economía, y
    agrega:

    incluyendo un frágil y
    sobreexpuesto sistema
    financiero, un mercado de la propiedad
    inflado y altos niveles de préstamos de corto plazo para
    el sector privado. Finalmente, en ausencia de suficientes
    medidas de política la crisis
    estalla. La inquietud de los mercados se extiende a otros
    países de la región y, mas recientemente, a
    mercados
    financieros de cualquier lugar del mundo.

    Desde mi punto de vista, y a pesar del
    discurso
    triunfalista del FMI respecto a los resultados de sus políticas
    de ajuste, es incontrovertible que las medidas aplicadas
    presentan serias limitaciones de acuerdo con los resultados
    obtenidos: De ahí que en febrero pasado, en la conferencia anual
    de Bretton Woods, Camdessus diseñara los lineamientos de
    la nueva arquitectura
    financiera que estarían basados en siete
    pilares:

    1. Transparencia y estandarización
      de las estadísticas
      económicas-financieras
    2. Supervisión regional […?
      del desempeño de las economías
      nacionales
    3. Reglamentación para una
      supervisión y previsión de los
      sistemas
      financieros
    4. Reorganización jurídica
      de mecanismos de endeudamiento y bancarrota a nivel
      mundial
    5. Avance ordenado en los procesos de
      liberalización financiera, fortaleciendo previamente los
      sistemas
      bancarios
    6. Lucha contra la corrupción y prácticas
      fraudulentas
    7. Fortalecimiento de los organismos
      financieros internacionales.

    Obsérvese cómo se hace
    hincapié en acentuar la supervisión de los países y en
    modificar los esquemas de vigilancia de los sistemas
    financieros. Llama la atención el planteamiento de un
    avance ordenado en los procesos de
    liberalización financiera, dado que seguramente se
    reconocen realidades como la mexicana, cuya apertura abrupta
    significó emisiones de títulos en moneda extranjera
    que posteriormente no pudieron sustentarse. La lucha contra la
    corrupción
    y prácticas fraudulentas llegarían muy tarde, pues
    en el caso de México una
    revisión exhaustiva de la operación del FOBAPROA
    nos llevaría a descubrir múltiples irregularidades.
    Sin embargo, hay ausencias notables en el análisis realizado por el FMI, pues no se
    trata simplemente de establecer controles de administración
    financiera; el verdadero peligro que no se aborda,
    quizá por razones obvias, está en el modus
    operandi
    del capital financiero, ya que la globalización financiera le ha permitido
    moverse de país en país y de región en
    región en una función de saqueo de altos niveles de
    ganancia en los distintos mercados de valores,
    hundiendo a los países al huir hacia los nuevos
    paraísos que les permitirán, nuevamente, altas
    ganancias de tipo especulativo.

    Por otra parte, Paul Krugman en una
    versión que considero más avanzada presentada en el
    documento "¿Qué pasó en Asia?", nos alerta
    acerca de las diversas predicciones que se habían
    elaborado, señalando que:

    Lo que actualmente estamos viendo es
    algo mas complejo y mas drástico: colapsos en los
    mercados de acciones domésticos, extensas fallas
    bancarias, bancarrota de muchas firmas y que pareciera ser
    mucho mas severa la caída que la mas negativa
    predicción.

    Las condiciones económicas de los
    países asiáticos son desiguales; la vulnerabilidad
    de algunos fue mayor que otros al contagio de la crisis. Para
    Krugman es entendible que se extendiera hacia Malasia, Indonesia
    y Tailandia por sus vínculos directos y lo extenso de la
    competencia en
    productos de
    exportación, pero aclara
    que:

    Corea del sur está muy lejos del
    sureste asiático -con menores vínculos
    económicos directos- y estructuralmente bastante
    diferentes", sin embargo agrega que: "en todos los
    países en problemas hubo un auge en el mercado de
    activos que
    precedió la crisis monetaria: los precios de
    acciones y de la tierra se
    elevaron, posteriormente se hundieron (aunque después de
    la crisis se hundieron aun mas).

    El común denominador con
    relación a las compañías financieras y
    bancos fueron
    los préstamos a corto plazo, incluso en dólares, a
    inversionistas especulativos del mercado accionario y de bienes
    raíces. Incluso en el caso de Corea del Sur, Krugman
    destaca que los bancos tomaron
    deudas de corto plazo y prestaron para financiar inversiones
    muy especulativas a corporaciones altamente endeudadas.
    Obsérvese que Krugman sí destaca como una de las
    causas el funcionamiento operativo del capital
    especulativo.

    La interpretación del FMI y sus
    seguidores plantea que la crisis se inicia por factores
    macroeconómicos, como el déficit fiscal, lo que
    puede ser puesto en duda frente a otros análisis que sitúan la causa en
    aspectos financieros, tal como lo plantea Krugman: …la
    historia de Asia es realmente sobre una burbuja y el consecuente
    colapso del valor de los
    activos en
    general, la crisis monetaria es mas un síntoma que una
    causa.
    El proceso a
    través del cual se desarrolló la crisis
    asiática, tuvo de acuerdo con Krugman, los siguientes
    pasos.

    • El problema se inicia con los
      intermediarios financieros, los cuales tienen un
      implícito apoyo gubernamental, desregulados y sujetos a
      severos problemas de daño moral.
    • Los préstamos de riesgo excesivo
      crearon inflación de los precios de
      los activos.
    • El sobreprecio de los activos se
      sostuvo en parte por un tipo de proceso
      circular, en el cual la proliferación de los
      préstamos riesgosos empujaban al alza los precios de
      los activos,
      haciendo que la condición financiera de los
      intermediarios pareciera mas sólida de lo que
      era.
    • La burbuja estalla, el proceso
      circular se realiza en reversa: caen los precios de los activos
      y se hace visible la insolvencia de los intermediarios. Esta
      situación descrita por Krugman fue analizada en el caso
      mexicano por diversos autores en 1995 en un proceso
      similar cuando estalló la crisis bancaria y se
      llegó a la quiebra
      técnica de los bancos en el
      mes de febrero del mismo año.

    A juicio de Krugman, la circularidad
    descrita explica la severidad de la crisis y la aparente
    vulnerabilidad de las economías asiáticas y nos
    ayuda a entender el fenómeno de contagio entre
    economías con pocos vínculos económicos
    visibles, aunque aclara que, seguramente, ésta no es la
    historia completa de la crisis asiática ya que hay otros
    posibles aspectos, pero el daño moral y la
    burbuja de activos parecen tener un fuerte papel.

    Preguntándonos acerca del
    resultado del proceso anteriormente descrito, es decir,
    quiénes resultaron beneficiados y quiénes no,
    consideramos que las pérdidas no han sido para todos; el
    capital financiero se ha retirado con ganancias de Asia y se ha
    dirigido a otros mercados, y temporalmente, a otro tipo de
    instrumentos de inversión. Al respecto, el analista
    León Opalin, fundamenta nuestro punto de vista, pues
    señalaba que:

    la crisis asiática ha
    traído beneficios de corto plazo a diferentes
    países industrializados de Europa y a
    Estados
    Unidos, debido a que sus mercados de bonos se han
    convertido en el principal refugio de los capitales que huyen
    de las depreciadas monedas asiáticas y de los
    volátiles mercados de esa región (Opalin,
    1998-1).

    Lejos de considerar que el efecto
    dragón ha sido superado, muchos planteamos la hipótesis de que con la globalización nos encaminamos a crisis
    financieras cada vez más generalizadas, que ponen en duda
    no sólo las insuficientes medidas preventivas y de ajuste
    del FMI, sino el contenido del propio modelo
    económico. Al respecto de la crisis asiática,
    Opalin considera que:

    La extensa gama de circunstancias que
    convergen en la crisis asiática dificultan la evaluación de su profundidad y su futura
    trayectoria en el tiempo y en el
    espacio y por el momento no es previsible saber cuándo
    podría observarse el inicio de una recuperación,
    sobre todo si se tiene presente que la enorme carga financiera
    de varias naciones de la región, con vencimientos a
    corto plazo, ha creado una peligrosa incertidumbre hacia el
    futuro.

    Las lecciones de la crisis
    asiática deben ser estudiadas minuciosamente; como
    señalan múltiples analistas, los problemas que la
    originaron –al igual que la de México– ya
    estaban presentes con el surgimiento de la apertura comercial y
    financiera, amen de otros de tipo estructural, Benito
    Solís Mendoza recomienda extraer las siguientes
    enseñanzas para nuestro país:

    1. Excesivos desequilibrios de la balanza
      externa terminan perjudicando al sector productivo de los
      distintos países. Además, su financiamiento por medio de mayor deuda externa
      tiene que ser finalmente pagada por alguien. 2. La
      expansión del crédito interno que es avalada por el
      gobierno, es
      una forma de disfrazar el aumento del gasto público
      […? 3. La sobrevaluación del tipo de cambio
      termina perjudicando a los países, incluso a los
      asiáticos.

    Algunos de estos factores vuelven a
    reactivarse en la economía mexicana; a
    lo largo del presente año tenderán a aumentar los
    desequilibrios de la balanza
    comercial, la deuda interna se incrementará al
    convertir el FOBAPROA en pasivos públicos y, aunque el
    peso se ha ido ajustando, se ha mantenido en
    sobrevaluación. De acuerdo a David Márquez
    Ayala:

    A los tigres asiáticos, las
    economías emergentes mas pujantes del mundo, les ha
    tocado ahora comprobar los filos del sistema y la peligrosidad
    de la apertura financiera indiscriminada. La crisis que les han
    orquestado los capitales especulativos los han colocado en
    manos del FMI, el Banco
    Mundial y sus acreedores, y ahora habrán de tomar
    medidas amargas y dolorosas pero necesarias para
    ‘reestructurar’ sus economía al gusto del
    capital transnacional.

    México vivió plenamente
    esta experiencia en la crisis de 1995. Sin embargo, el "efecto
    dragón" también ha dejado secuelas en América
    Latina, el analista de la firma ING Baring de Nueva York,
    Arturo Porzecanski mencionaba entre otras: menores ingresos por
    concepto de
    exportaciones,
    caída en el precio de
    materias primas y menores flujos de capital, inversión foránea directa y
    préstamos bancarios
    . Paradójicamente, los
    mercados menos afectados han sido los de Europa y de
    Estados
    Unidos, muchos de los flujos salientes de Asia y América
    Latina encuentran inmediato refugio en otras alternativas de
    inversión en los países
    desarrollados, como los bonos del tesoro
    estaunidense.

    De esta forma, por los resultados enunciados anteriormente, el
    FMI se ha convertido en el garante del capital financiero, pues,
    como señala Bernardo Jiménez:

    Los que están ganando con la
    crisis asiática son los países que cuentan con
    exceso de recursos
    monetarios, ya que reciben una mayor tasa de interés de
    las economías emergentes que, a través del FMI,
    las obliga a mejorar la garantía de los préstamos
    otorgados. El FMI está funcionando como el organismo
    coercitivo con el que no contaban los ahorradores
    internacionales europeos, norteamericanos, árabes y
    japoneses.

    Como una conclusión previa,
    podemos considerar que los modelos
    tradicionales de control
    financiero del FMI han resultado fallidos e insuficientes y que
    las crisis financieras tienen cada vez efectos más
    generales, por lo cual dicho organismo ha resultado incapaz para
    prevenirlas y enfrentarlas.

    En sus análisis deja de lado el papel de la
    hiperconcentración financiera que tiene un efecto
    determinante en el surgimiento de las mencionadas crisis al
    desarrollar gran especulación en los mercados
    bursátiles y cambiarios. Los resultados nos muestran
    fallas estructurales del modelo de
    desarrollo que
    se pretende imponer, ya que las crisis sistémicas tienden
    a generalizarse ante la obsolescencia de las estrategias del
    FMI.

    No puede dejarse de lado que
    después de la crisis financiera se aplican los
    tradicionales programas de
    ajuste que afectan la estructura
    productiva y se entra de lleno a la suspensión de pagos,
    renegociación de créditos, quiebra masiva
    de empresas, venta de los activos bancarios e industriales al
    capital corporativo por debajo de su valor, entrega
    de los recursos del
    país para pagar los paquetes de ayuda y, finalmente,
    entrega del país. Los gobiernos nacionales se convierten
    en una especie de "ntendencia", quizá por eso la
    insistencia en revisar el concepto de
    soberanía a la luz de la
    globalización.

    A pesar de todas las declaraciones, el
    desarrollo
    social en el marco de la globalización se vuelve una variable
    prescindible, ya no importa el crecimiento de la
    desocupación y la marginación que dejan fuera del
    mercado a millones de personas como resultado de los elevados
    costos sociales,
    la agudización de los conflictos
    tiende a resolverse por la fuerza
    mientras intenta generarse un marco democrático que,
    supuestamente, es la clave de ingreso a las organizaciones
    comerciales mundiales.

    El efecto dragón en México

    Se ha puesto a nuestro país como
    el ejemplo a seguir para que los países asiáticos
    salgan de la crisis, sobre todo, de la supuesta efectividad del
    programa de
    ajuste que instrumenta el FMI. En una entrevista,
    Michel Camdessus dijo que:

    el modelo
    mexicano es el mejor ejemplo de lo que puede ocurrir en los
    países asiáticos si aplican los programas
    necesarios para salir de la crisis…En México
    encontramos los medios y
    el dinero
    necesario para calmar a los mercados y poner a ese país
    en un sendero de crecimiento. Ahora se beneficia del
    crecimiento más alto de su historia. Lo que tratamos de
    hacer en Asia es reproducir ese modelo.

    Sin embargo, subsisten problemas
    derivados de la crisis mexicana de 1994-1995, como el crediticio,
    que se ha convertido en el talón de Aquiles de la
    reactivación y que de nuevo se ha agravado con el efecto
    dragón, debido, sustancialmente, al aumento de las tasas
    de interés. Al respecto, algunos analistas consideran
    que:

    El sector más expuesto en el
    sistema
    financiero nacional ante una crisis como la ocurrida en Asia,
    sería la banca comercial,
    que aún no ejerce su función primordial de
    captación y préstamos, ya que las estrictas
    condiciones impuestas por las autoridades para otorgar
    créditos y su elevada cartera vencida por 138 mil millones
    de pesos la mantienen inestable.

    De acuerdo con datos del
    Banco de
    México, el financiamiento
    interno total que ha otorgado la banca comercial a
    empresas, particulares e intermediarios financieros no bancarios
    se había contraído en términos reales en
    –27.5% durante el periodo julio de 1996 a julio de 1997.
    Los datos anteriores
    muestran que los problemas para la reactivación crediticia
    continuaban y continuarán con el efecto dragón, y
    llevan a pensar que el sistema financiero no está
    cumpliendo su función de financiamiento
    del desarrollo, y
    que no lo podrá hacer antes del año
    2000.

    Al respecto, el Banco de
    México esboza algunas de las causas que provocaron la
    contracción crediticia:

    1. el nivel de endeudamiento de un
      número significativo de personas y empresas es
      todavía elevado, lo cual ha limitado su capacidad para
      asumir compromisos crediticios adicionales
    2. el bajo nivel de salario
      real, a pesar de algunas recuperaciones en
      1997.
    3. las tasas activas de la banca del
      país continúan siendo altas, a pesar de que han
      venido disminuyendo. A estas razones debe agregarse que la
      abundante liquidez existente en los mercados
      financieros internacionales, combinada con el elevado nivel
      de las tasas activas, han generado incentivos para
      que múltiples empresas, sobre todo grandes y medianas,
      contraten deuda en el exterior.

    Obsérvese cómo la no
    reactivación crediticia en México, en fechas
    previas a la crisis de los países del sureste
    asiático, provocó la dependencia del crédito
    externo para el crecimiento de la economía mexicana, con
    todos los riesgos para los
    usuarios de ese tipo de crédito
    ante la devaluación del peso de octubre de 1997. El peso
    continuaría deslizándose en el primer bimestre de
    1998, pues se repitió el crecimiento del endeudamiento
    externo de las empresas, situación que agravó la
    crisis iniciada en 1994.

    La advertencia fue hecha por la
    Standard and Poor’s, según comenta el
    columnista Samuel García acerca de la peligrosa
    acumulación de deuda externa de
    corto plazo por parte del sector privado mexicano, que
    podría alcanzar los 37 mil millones de dólares

    Estos hechos niegan los propósitos establecidos en el
    PRONAFIDE (1997-2000), de basar el crecimiento en el ahorro
    interno.

    Adicionalmente, el aumento de las tasas
    de interés como respuesta a la inestabilidad financiera de
    fines de octubre de 1997 –entre 3.6 y 5.5 puntos–
    como medida para retener los capitales, afectaron a los deudores
    y contraerán más los niveles crediticios, y por
    tanto, reducen las perspectivas de
    recuperación.

    Al respecto Jorge Marín
    Santillán, presidente de la CONCAMIN, consideró que
    el sistema financiero …constituye uno de los puntos
    más débiles de la economía y todavía
    no ha podido recuperarse de las crisis que lo llevó a
    niveles de cartera vencida […? aun no están dadas
    las condiciones para decir que el financiamiento
    está fluyendo.

    Tanto el secretario de Hacienda como el
    gobernador del Banco de
    México recomendaban a los banqueros en torno a una
    eventual expansión del crédito
    que procedan con prudencia y cautela en la asunción de
    riesgos de
    crédito
    y de mercado, tomando en cuenta la volatilidad y difícil
    coyuntura por la que atraviesa la economía
    global
    .

    La baja en los precios del petróleo
    fue producto de
    una nueva fase del efecto dragón, debido a la
    reducción de los ritmos de crecimiento provocados en la
    economía de los países asiáticos y su
    influencia en la economía mundial. En el caso de
    México tuvieron que ajustarse los pronósticos y
    establecer nuevas perspectivas más acordes con los
    cambios, además de llevar a recortes del gasto
    público, aún cuando la caída de los precios
    se detenga por la reducción de la oferta
    derivada de acuerdos de países petroleros, porque en
    última instancia los ingresos de
    divisas finalmente también se
    reducirán.

    Se iniciaba la segunda fase del efecto
    dragón, que sigue afectando el sistema financiero y se ha
    trasladado a la estructura
    productiva al provocar la citada reducción de los precios
    del petróleo
    debido al desaceleramiento de la economía mundial. El
    analista Herminio Rebollo reseñaba lo que denominó
    como "vuelco en expectativas económicas", expresaba
    que:

    Hoy los expertos indican que por el menor
    crecimiento de la economía en el mundo –sobre todo
    en EU–, así como por la agresividad de los
    asiáticos con sus monedas ya devaluadas, más la
    caída en el precio del
    petróleo,
    el déficit en cuenta corriente podría acercarse a
    los 15 mil millones de dólares, lejos de los diez mil 800
    aprobados en la estrategia
    oficial de diciembre.

    El mismo presidente Zedillo ha
    señalado que se avizora una competencia
    más difícil en los mercados internacionales durante
    los próximos meses a las mercancías mexicanas,
    debido ala débil situación económica
    mundial.

    En el mismo sentido se pronunció
    el presidente de la Asociación Nacional de Importadores y
    Exportadores de la República Mexicana, al exponer que la
    devaluación que han experimentado las monedas de la
    región Asiática fortalecerá su competitividad
    y sus productos
    entrarán con mayor facilidad a los mercados en los que
    México compite, especialmente Estados
    Unidos.

    Pese a que el modelo
    neoliberal ha demostrado su inefectividad para lograr un
    desarrollo sostenido y una distribución del ingreso menos desigual,
    los representantes de diversos grupos
    empresariales no consideran ni siquiera necesario discutir
    alternativas, mucho menos realizar reformas, sino más bien
    seguir adelante con la llamada segunda generación de
    reformas diseñadas por el FMI. Por ejemplo, Eduardo Bours,
    del Consejo Coordinador Empresarial, declaró que el
    gobierno debe
    mantener el esquema de privatizaciones, sobre todo de
    petroquímica, para allegarse de recursos que
    compensen la pérdida de ingresos y
    continuar con el camino de liberalización de la
    economía
    .

    El escenario que se fue construyendo era
    de una política
    monetaria restrictiva por parte del Banco de
    México, con lo cual se ha presiona al alza las tasas de
    interés que pueden atraer recursos externos
    de corto plazo, frenar el crecimiento y, por lo tanto, reducir
    las importaciones, lo
    que se complementaría con mayores deslizamientos del tipo
    de cambio
    tendiendo a ajustarse a su valor
    teórico, después de alcanzar una
    sobrevaluación de alrededor del 14% hasta septiembre de
    1997, por la entrada masiva de capital en cartera. A este
    respecto, de no corregirse oportunamente existiría peligro
    de acuerdo a analistas del Grupo
    Santander

    el riesgo radica
    en la posibilidad de que el peso se fortalezca excesivamente y
    que eso coloque al país de nueva cuenta en una
    situación muy vulnerable, más considerando la
    posibilidad de que se produzcan choques externos adicionales en
    la primera mitad del año.

    Inversión extranjera en
    cartera

    En cuanto al ingreso masivo de capital en
    cartera, se empezó a generar la burbuja especulativa que
    tiene diversas interpretaciones según quién las
    haga; para las autoridades financieras y cúpulas
    empresariales es signo de confianza en el país. Desde mi
    punto de vista, es el preludio de una nueva crisis y tiende a
    distorsionar el valor real del tipo de cambio, que
    tarde o temprano se ha debido a ajustar a su valor
    teórico.

    Seguramente las autoridades financieras
    no fueron ajenas a este fenómeno ya que no se observaron
    medidas de fondo para su control. La
    política
    de regulación de dólares por parte del Banco de
    México, de hecho quedó rebasada por los
    acontecimientos de fines de octubre. Los efectos provocados,
    además de la citada sobrevaluación del tipo de
    cambio, fueron la sobrevaluación del precio de las
    acciones en la bolsa y altos intereses reales en el mercado de
    dinero.

    La entrada de capital externo destinada a
    fines especulativos durante los primeros nueve meses de 1997, fue
    en ascenso. Si analizamos el ingreso de capital a la bolsa de valores
    durante ese periodo, encontramos un foco rojo, pues habían
    ingresado al mercado de
    capitales la cantidad de 22,407 mdd. es decir, un incremento
    del 72.3% con respecto a diciembre de 1996, como podemos verlo en
    el cuadro 1.

    CUADRO 1

    Inversión
    extranjera en el mercado de capitales

    (millones de
    dólares)

    Periodo

    Inversión

    Variación
    Absoluta

    Variación
    Porcentual

    Dic.
    1996

    30,978

     

     

     

     

     

     

    Sep.
    1997

    53,385

    22,407

    72.3

    Oct.

    43,331

    -10,054

    -18.8

    Nov.

    47,409

    4,078

    9.4

    Dic.

    48,967

    1,558

    3.2

     

     

     

     

    Ene.
    1998

    43,751

    5,216

    -10.6

    Feb.

    44,758

    1,007

    2.3

    Sep. 1997- Feb.
    1998

     

    -8,627

    -16.1

    Se observa también la volatilidad
    inducida por el efecto dragón, pues en octubre de 1997, el
    mes de la caída de los mercados asiáticos, la
    inversión extranjera cayó en 18.8%; en enero de
    1998 se sufrió nuevamente una reducción del 10.6% y
    durante todo el periodo de septiembre 1997 a febrero de 1998 hubo
    una disminución del 16.1% de la inversión
    extranjera en el mercado de
    capitales.

    La inversión extranjera en el
    mercado de dinero no ha
    vuelto a alcanzar la magnitud que tuvo en diciembre de 1994, que
    con el "episodio" de los tesobonos llegó en ese entonces a
    alrededor de 17 mil mdd. Sin embargo, aunque cuantitativamente no
    tiene la magnitud del mercado de
    capitales, también ha resentido los embates del efecto
    dragón, tal como lo podemos observar en el cuadro
    2.

    CUADRO 2

    Inversión
    extranjera en el mercado de dinero

    valores
    gubernamentales

    (millones de
    dólares)

    Periodo

    Inversión

    Variación
    Absoluta

    Variación
    Porcentual

    Dic.
    1996

    3,394

     

     

     

     

     

     

    Sep.
    1997

    3,999

    605

    17.8

    Oct.

    3,090

    -909

    -22.7

    Nov.

    2,847

    -243

    -7.8

    Dic.

    3,320

    473

    16.6

     

     

     

     

    Ene.
    1998

    3,087

    -233

    -7.0

    Feb.

    3,326

    239

    7.7

    Sep. 1997 – Feb.
    1998

     

    -673

    -16.8

    Este mercado ha manifestado volatilidad,
    con una reducción del 22.7 en el mes de octubre de 1997,
    una disminución en enero de 1998 de 7% y, para el periodo
    septiembre-febrero, de –16.8%. Para tener una referencia
    del volumen de
    dólares que ingresaron y su relación con las
    divisas detentadas por el Banco de México para hacer
    frente a una salida abrupta de capitales externos, tenemos que el
    total de inversión extranjera en cartera en el mercado de
    dinero y
    capitales hasta fines del mes de julio de 1997 fue de 53,394
    mdd., cantidad que supera los 21,730 mdd., que el Banco de
    México reportó como saldo de las reservas
    internacionales netas al 30 de junio de 1997, y al valor de los
    activos internacionales netos que para la misma fecha
    alcanzó 14,254 mdd., (Banco de México, 1997), por
    lo que estas magnitudes resultarían insuficientes en una
    retirada masiva del capital extranjero
    especulativo.

    Obsérvese que la inversión
    en cartera en el mercado de
    valores supera la previsión de inversión
    extranjera directa para 1998, pues el secretario de Comercio
    estimó que se captarán alrededor de 11 mil
    millones de dólares de capitales externos
    . Para el
    capital externo la incertidumbre continúa, sobre todo por
    la tendencia a la reducción de los precios del petróleo.
    El acuerdo entre diversos países petroleros, entre ellos
    México, para reducir la oferta y
    tratar de estabilizar los precios, ha conducido al segundo ajuste
    presupuestal del año. Esta situación de
    reducción de los flujos externos era previsible desde
    principios de
    1998, pues a fines de enero señalaba la periodista Leonor
    Flores que:

    El cumulo de expectativas positivas
    para los mercados
    financieros que se estimaban para inicios de 1998 se ha
    visto afectado por diversos factores a nivel interno y externo,
    por lo que la inversión foránea no está
    fluyendo en la bolsa de
    valores a la velocidad
    esperada".

    Comportamiento del mercado de
    capitales

    El fenómeno anterior de
    crecimiento de la inversión extranjera en cartera se
    reflejó en los indicadores
    del mercado de
    capitales, pues en diciembre de 1996 el Índice de
    Precios y Cotizaciones alcanzó 3,361 puntos, mientras que
    para el martes 21 de octubre de 1997 llegó a 5,369 puntos,
    lo que representó un incremento en términos reales,
    descontando la inflación de alrededor del 45.7%, lo cual
    difícilmente podría obtenerse en negocios
    productivos. Los títulos se sobrevaluaron peligrosamente,
    si tomamos como referencia el indicador de precio de
    mercado/valor en libros, que
    indica a cómo se compra cada peso de activos reales,
    encontramos que al 30 de septiembre de 1997, dicha
    relación promedio de la bolsa fue de 2.54, es decir, la
    mencionada sobrevaluación era más del
    doble.

    En el caso de las empresas más
    sobrevaluadas, por ejemplo, para la fecha del 21 de octubre,
    previa al inicio de la caída, la relación
    precio/valor en libros era la
    siguiente: en el caso de Kimber cada peso de activos reales
    costaría 6 pesos, la de Cifra B 6.58, la de Gvideo 5.22,
    la de Visa en 3.71, Elektra 4.85 y GCarso costaría 4.98.
    Ante esta situación excesiva, en un ajuste a la baja, los
    precios de mercado de las acciones tenderían a ajustarse a
    su valor en libros, la
    proporción se acercaría a la unidad o pudiera
    situarse por abajo de la misma ante la salida masiva de capitales
    de la bolsa.

    La caída de la bolsa mexicana se
    inició desde el miércoles 22 y continuó
    hasta el llamado "lunes negro", y acumuló en ese periodo
    una pérdida de alrededor de 20.5%. Si consideramos que el
    valor del mercado accionario fue el equivalente a 164.5 miles de
    millones de dólares, la pérdida sufrida en esos
    días por la Bolsa ascendió a un equivalente de
    alrededor de 33.7 miles de mdd. Esta magnitud, de no haberse dado
    la reactivación inmediata del martes 28, seguramente
    habría empujado desde esa fecha el tipo de cambio arriba
    de los 9 pesos por dólar.

    El efecto dragón provocó
    también que el valor de capitalización en
    dólares del mercado accionario se haya reducido, tanto
    como resultado de la baja de precios de las acciones, como por el
    deslizamiento cambiario, tal como podemos observarlo en el cuadro
    No. 3

    CUADRO 3

    Valor de
    capitalización del mercado accionario

    (miles de millones de
    dólares)

    Periodo

    Valor de
    capitalización

    Sep. 97

    164

    Oct.

    139

    Dic.

    156

    Feb. 98

    134

    La reducción en el valor del
    mercado accionario en el periodo septiembre-febrero, fue del
    18.2%. El Índice de Precios y Cotizaciones
    manifestó también el efecto de la volatilidad, tal
    como lo observamos en el siguiente cuadro:

    CUADRO 4

    Índice de precios y
    cotizaciones

    Periodo

    Valor del
    índice

    Variación
    %

    Dic. 1996

    3,361

     

    Sep. 1997

    5,321

    58.3

    Oct.

    4,647

    -12.6

    Nov.

    4,974

    7.0

    Dic.

    5,229

    5.1

    Ene. 1998

    4,569

    -12.6

    Feb.

    4,784

    4.7

    Mzo. (24)

    5,004

    4.5

    Las reducciones se presentaron en los
    meses de octubre de 1997 y enero de 1998, alcanzando el 12.6%. El
    efecto dragón vino a romper una tendencia marcadamente
    alcista; obsérvese cómo, de diciembre de 1996 a
    septiembre de 1997, el Índice de Precios y Cotizaciones
    había tenido un incremento de 58.6%, y para el 24 de marzo
    la incertidumbre no permitió alcanzar el nivel existente
    al estallar la crisis.

    Tipo de cambio

    Como ya se mencionó, la
    sobrevaluación del tipo de cambio derivada de la entrada
    masiva de capital extranjero de corto plazo, se había
    constituido en un foco de alerta del sistema financiero.
    Teóricamente, el tipo de cambio con el dólar se
    determina por los diferenciales de inflación entre
    Estados Unidos
    y México; en este sentido, su valor teórico para
    fines de septiembre de 1997 fue de 8.83 pesos por dólar,
    mientras que la cotización de mercado para la misma fecha
    fue de $7.78, lo que representó una sobrevaluación
    de 13.54%. La caída del lunes 27 de octubre simplemente
    tendió a ajustar al peso a su valor real, dado que se
    incrementó la demanda de
    dólares. La política de corto instrumentada por el
    banco de México ha tenido por objeto reducir el
    deslizamiento del tipo de cambio. Sin embargo, desde septiembre
    de 1997 en que el tipo de cambio fue de 7.78, hasta el 24 de
    marzo de 1998 que había alcanzado 8.65, representa una
    variación de 11.2% en el periodo mencionado. Sin embargo,
    según estimaciones el valor teórico para el fin de
    febrero era de 9.34, frente al valor real de 8.50, por lo cual el
    peso se mantuvo en una sobrevaluación del
    8.29%.

    A pesar de la profunda crisis financiera
    y productiva de 1994-1995, en el sistema financiero
    rápidamente se reprodujeron condiciones que nos vuelven
    vulnerables, semejantes a los factores que estuvieron presentes
    en los países asiáticos, tales como el reinicio de
    la configuración de una burbuja especulativa en el mercado
    accionario, provocada por un acelerado ingreso de capital
    externo; también un fuerte endeudamiento de las empresas
    en el extranjero y la sobrevaluación del tipo de
    cambio.

    El modus operandi del capital
    financiero especulativo de corto plazo -no nos referimos a la
    inversión extranjera directa- y su consecuente
    desencadenamiento de las crisis debe llevarnos a la
    reflexión y al debate sobre
    las acciones a tomar, pues existen posiciones que van desde la
    del secretario de Hacienda, Ángel Gurría, que
    declara que es peligroso e inútil imponer candados al
    capital extranjero
    , hasta las de gobierno chileno que utiliza
    mecanismos de control
    dependiendo del plazo de permanencia del capital. Considero que
    no podemos esperar que las supuestas fuerzas libres del mercado
    financiero gobernado por unos cuantos grandes consorcios
    corporativos nos vuelvan a hundir como nación; en ese
    sentido sugiero, que el Congreso de la Unión realice un
    debate sobre
    los movimientos especulativos del capital y sus efectos
    desestabilizadores en la sociedad mexicana
    y, de ser necesario, que se le impongan mecanismos de control.

    Las propuestas del FMI y de las
    autoridades financieras mexicanas para fortalecer los mecanismos
    de supervisión y de regulación no son
    nuevas; de hecho, después de cada crisis se han planteado
    e introducido reformas a la legislación de los mercados
    financieros. De acuerdo con esa tendencia, las instituciones
    financieras buscarán evadir las medidas de control a fin de
    obtener ganancias extraordinarias y, en caso de registrar
    pérdidas, que las absorba la sociedad, como el
    caso actual de FOBAPROA.

    Es necesario abandonar los modelos
    ideologizados impuestos por el
    FMI, con sus mecanismos de prevención y rescate
    inoperantes y de alto costo social.
    Asimismo, que a través de la ciencia
    económica iniciemos un proceso de diagnóstico reflexivo y crítico de
    los resultados del modelos
    neoliberal y comencemos a diseñar uno alternativo, en
    donde el eje del funcionamiento deje de ser el capital financiero
    y el hombre
    vuelva a ocupar el papel
    central.

    Introduccion

    La interpretación de las causas y
    repercusiones del llamado efecto dragón se encuentra en
    etapa de elaboración, dado que estamos todavía en
    el filo de los acontecimientos y observamos que obedeció a
    situaciones de gran complejidad. Se genera en los países
    de la región asiática, cada uno con distinta
    problemática y condiciones de desarrollo diferente; en su
    etapa inicial se extiende hacia los países del área
    y, posteriormente, afecta en diverso grado los mercados
    financieros y la estructura
    productiva de América
    Latina y desde luego a México.

    El Fondo Monetario
    Internacional ha elaborado su interpretación y
    diseñado los paquetes de ayuda y los consabidos programas de
    ajuste que también se aplicaron en nuestro país a
    raíz de la crisis de 1994-1995. El presente
    artículo tiene como propósito hacer una
    revisión crítica de esa visión y medir sus
    efectos en el mercado de
    valores en el caso de México, a efecto de que pueda
    inferirse el grado de riesgo en que nos
    encontramos y obtener algunas conclusiones del fenómeno
    estudiado.
    De entrada podemos señalar que la acelerada apertura de
    los mercados financieros y la internacionalización del
    capital financiero como efectos de la globalización, han contribuido a la llamada
    crisis asiática y a la aplicación acrítica
    de las recetas que el FMI ensayó en México en 1995
    con los programas de
    ajuste que hemos padecido.

     

     

    Autor:

    JORGE IGNACIO AGUILAR
    HERNÁNDEZ

    LIC. ADMINISTRACIÓN FINANCIERA

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