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El EURO II




Enviado por canaves



    Introducción:

    El presente trabajo recorre los caminos
    transitados desde el fin de la Segunda Guerra
    Mundial con dirección hacia la Unificación de
    Europa, llegar a
    nuestros días y relacionar la historia con lo que pueda
    llegar a suceder en el 2002 cuando se concrete el proyecto de la
    Unificación de la Moneda Europea en el
    EURO.

    Desarrollo:

    La II Guerra Mundial
    (1939-1945) devastó la economía del
    continente. Algunos europeos esperaban que la
    reconstrucción de Europa occidental
    llevaría a un acuerdo para crear un Estado europeo
    unificado. Pero la idea de una Europa unida se
    quebró con el comienzo de la guerra
    fría y la desconfianza que todavía inspiraba
    Alemania
    Occidental (hoy parte de la unificada República Federal de
    Alemania).

    Guerra Fría y sus consecuencias en la
    UE.

    En los párrafos que siguen me basaré
    en algunos aspectos de la Guerra
    Fría en las interpretaciones de Anne Deighton en su
    publicación "La Guerra
    Fría y los Orígenes de la Integración Europea" (revista de
    Ciencias
    Sociales 114-115 de 1993.).

    El proceso de
    formación de bloques en Europa
    comenzó cuando quedó claro que las adquisiciones
    bélicas de los soviéticos en Europa Oriental
    formarían el límite de su nueva esfera de
    influencia. El mismo se caracterizó por una Alemania
    dividida y una Europa dividida. Los soviéticos ganaron en
    Europa oriental tras la separación de Alemania, pero
    fue en Alemania donde
    la división emergente se puso más de manifiesto. La
    posición geoestratégica de Alemania, su potencial
    industrial y su significativa población indicaban que se
    encontraría en el centro de cualquier posible
    reconstrucción europea, estuviese o no dividida. El
    control sobre
    Alemania se convirtió entonces en el "premio gordo" de
    Europa tras la contienda, pero tácitamente todos los
    antiguos aliados de la guerra
    prefirieron la continuación de la tradicional
    división de zonas acordada en Postdam en agosto de 1945.
    Cualquier cosa antes de permitir que Alemania cayera bajo tutela
    rival. La perspectiva de una Alemania unida e independiente
    continuaba planteándose como una amenaza para todos los
    aliados. Francia
    prefirió una Alemania rota porque aún
    permanecía vivo el recuerdo de las invasiones alemanas, un
    miedo este que fue rápidamente percibido por los EE.UU.
    Para Gran Bretaña, una Alemania dividida con los EE.UU:
    impulsando una intensa reconstrucción de su parte
    occidental provocaba un equilibrio de
    poder
    favorable hacia Europa en su lucha contra la Unión
    Soviética mientras, al mismo tiempo
    restringía la capacidad de las Alemanias para actuar
    independientemente. Así Alemania Occidental y Oriental se
    convirtieron en hijos gemelos de la Guerra
    Fría.

    EE.UU. era una fuerza
    ocupante en Alemania (y Austria), con tropas todavía sobre
    los territorios y con responsabilidades en la supervivencia de
    las poblaciones bajo su control. Pero los
    intereses estadounidenses iban más allá de los
    límites puramente administrativos. La política emergente de
    contención requería una Europa occidental segura y
    próspera, pero la experiencia de 1945-47 había
    mostrado que los torrentes de dinero
    enviados sin alguna clase de estructura
    planificada no eran efectivos. Para cercenar el poder
    soviético en el era esencial una economía fuerte e
    integrada, y el mismo modelo
    americano proporcionaba un ejemplo convincente.como establece el
    Acta de Seguridad Mutua
    de 1952: "el Congreso da la bienvenida al nuevo progreso en la
    federación política, la integración militar y la
    unificación económica de Europa
    y reafirma su
    creencia en la necesidad de un esfuerzo más vigoroso hacia
    éstos fines como un medio para la construcción intensa, el establecimiento de
    la seguridad y el
    mantenimiento
    de la paz en la zona del Atlántico Norte". Por este
    motivo, los estadounidenses dieron además un apoyo militar
    y psicológico crucial a Europa Occidental mediante la OTAN
    (Organización Tratado Atlántico
    Norte), mediante la presencia de tropas americanas en Europa
    Occidental, y con el paraguas nuclear, así como mediante
    el estímulo diplomático dado a los esfuerzos
    europeos para la integración. El fin del modelo
    tradicional de aislacionismo norteamericano es una de las
    características más obvias del
    período de la Guerra
    Fría.

    Para estadounidenses y europeos occidentales la
    amenaza del comunismo en la
    Unión Soviética, la presencia de partidos
    comunistas en Europa Occidental, fueron incentivos
    continuos para los gobiernos en su afán de reconstruir y
    fortalecer la economía en el Oeste
    de Europa.

    Jean Monnet – francés, funcionario
    público – sostuvo que esta nueva configuración
    acerca del problema alemán fue la cuestión clave en
    Europa. El peligro ya no era la fuerza
    alemana, sino que Alemania ahora estaba siendo tratada como un
    bastión en el juego del
    poder entre
    Estados.

    Tratado de la Comunidad del
    Carbón y del Acero.

    Jean Monnet,, y Robert Schuman, – francés,
    ministro de Asuntos Exteriores— creían que Francia y
    Alemania podrían dejar de lado su viejo antagonismo si
    existían incentivos
    económicos para la cooperación. En mayo de 1950
    Schuman propuso la creación de una autoridad
    común para regular la industria del
    carbón y del acero en Alemania
    Occidental y en Francia; la
    oferta se
    extendía también a otros países de Europa
    occidental. La idea fue bien recibida por el Gobierno de
    Alemania Occidental y por los de Bélgica, Italia,
    Luxemburgo y Holanda. Junto con Francia, estos
    cinco países firmaron en 1951, el Tratado de París
    y se creó la Comunidad
    Económica del Carbón y del Acero (CECA) en
    agosto de 1952. El Gobierno
    británico rechazó el carácter supranacional
    de la CECA y optó por no unirse a esta organización.

    Comunidad Económica Europea. Tratado de
    Roma.

    En junio de 1955 los ministros de Asuntos
    Exteriores de las seis naciones de la CECA decidieron estudiar
    las posibilidades para una mayor integración económica. Este nuevo
    esfuerzo desembocó en los dos Tratados de
    Roma de marzo de
    1957, por los que se crearon la Comunidad
    Económica Europea (CEE) y la Comisión Europea de
    Energía Atómica (Euratom). Esta última
    resultó tener poca importancia ya que cada gobierno nacional
    mantuvo el control sobre su
    programa de
    energía
    nuclear.

    En el Tratado de la Comunidad
    Económica Europea (CEE), también conocida como
    Mercado
    Común, favorecía la unión económica
    de los países europeos occidentales firmantes. Los
    primeros en hacerlo fueron Francia,
    Bélgica, Luxemburgo, Países Bajos, Italia y la
    República Federal de Alemania. En enero de 1973 se
    adhirieron el Reino Unido, Dinamarca e Irlanda. Tras la
    restauración del régimen democrático fueron
    admitidos en la CEE Grecia en
    1981, y en 1986 España y
    Portugal.

    Los objetivos
    originales del Tratado de Roma eran: la
    supresión de las barreras comerciales entre los
    países miembros; el establecimiento de una política comercial
    común con respecto a terceros países, no
    pertenecientes a la Comunidad; la
    coordinación de las políticas
    agrícolas, económicas y de transportes; la
    eliminación de aquellas medidas, públicas o
    privadas, que restringieran la libre competencia, y
    asegurar la libertad de
    movimiento de
    capitales, trabajo y mano de obra entre los países
    firmantes.

    El Tratado de Roma entró
    en vigencia el 1 de enero de 1958. La CEE consta de cuatro
    organismos fundamentales creados por el Tratado de Bruselas
    (1965):

    1. La Comisión,
    2. El Consejo de Ministros,
    3. El Tribunal de Justicia
      y
    4. El Parlamento Europeo.

    Estos dos últimos ya estaban presentes en
    la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) y en
    la Comunidad Europea de la Energía Atómica
    (Euratom). El Tratado de Bruselas integró a la
    Comisión y el Consejo de Ministros con los organismos de
    la CECA y el Euratom. El Tratado de Roma
    establecía un periodo de transición (antes de la
    plena unión económica) que fue fijado el 31 de
    diciembre de 1969. La política
    agrícola quedó establecida en 1962: la Política Agraria
    Común (PAC) establecía un sistema de
    precios
    comunes garantizados para proteger la producción comunitaria contra las importaciones
    procedentes de mercados con
    costes más bajos y, de este modo, asegurar el nivel de
    vida de los agricultores comunitarios. Pero este costoso sistema, por el
    cual los sectores industriales sufragan de hecho una agricultura
    poco productiva, ha sido tema de constantes discusiones desde
    entonces.

    Como resultado de las disposiciones generales del
    Tratado de Roma para lograr la unión económica, se
    decidió implantar en 1967 un impuesto
    común: el impuesto sobre el
    valor
    añadido (IVA), que
    empezó a aplicarse en 1972.

    A lo largo de 1994 Suecia, Finlandia y Austria
    celebraron referendos populares que aprobaron su integración en la Unión
    Europea, que en 1995 se hizo efectiva.

    Entre los nuevos candidatos para integrarse en los
    próximos años en la Unión Europea
    están Turquía y la mayor parte de los países
    que antiguamente formaron parte del bloque comunista del Este. En
    1994 Noruega celebró un segundo referéndum que
    rechazó su ingreso.

    En términos económicos, el Tratado
    de la CEE estableció un plazo de doce años para la
    eliminación de las barreras comerciales entre los
    miembros, la implantación de un arancel común para
    las importaciones del
    resto del mundo y la creación de una política
    agrícola conjunta. Políticamente, el tratado
    otorgó a los gobiernos nacionales un papel mayor
    que el del Tratado de la CECA, aunque también
    determinó que la CEE fuera más supranacional
    conforme progresaba la integración
    económica.

    Como respuesta a la CE, Gran Bretaña y
    otros seis países no comunitarios formaron la
    Asociación Europea de Libre Comercio
    (EFTA) en 1960. En 1961, tras el evidente éxito
    económico de la CEE, Gran Bretaña inició
    negociaciones para su ingreso. Pero en enero de 1963, el
    presidente francés Charles de Gaulle vetó la
    candidatura británica, especialmente por sus estrechos
    lazos con Estados Unidos.
    De Gaulle volvió a vetar la entrada británica en
    1967.

    Las características económicas
    básicas del Tratado de la CEE se fueron cumpliendo
    gradualmente y las tres comunidades (la CEE, la CECA y el
    Euratom) se unieron en julio de 1967 en la Comunidad Europea. Sin
    embargo, no se hizo ningún progreso sobre
    ampliación o cualquier otra propuesta hasta que De Gaulle
    hubo dimitido como presidente de Francia en mayo de 1969. El
    siguiente presidente francés, George Pompidou estaba
    más abierto a nuevas iniciativas dentro de la
    CE.

    Reunión de Líderes de los Estados
    Miembros 1969.

    En diciembre de 1969 y a propuesta de Francia, se
    celebró una reunión de los líderes de los
    Estados miembros en La Haya, Holanda. Esta cumbre preparó
    el terreno para la creación de una forma de
    financiación permanente de la CE, el desarrollo de
    un marco de cooperación en política exterior y la
    apertura de negociaciones para el ingreso de Gran Bretaña,
    Irlanda, Dinamarca y Noruega.

    Tratados de
    Adhesión

    En enero 1972, casi después de dos
    años de negociaciones, se firmaron los tratados para la
    adhesión de los cuatro países aspirantes el 1 de
    enero 1973. Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca se
    adhirieron como estaba previsto; sin embargo, en un
    referéndum los noruegos votaron en contra del
    ingreso.

    En Gran Bretaña continuó la
    oposición a la pertenencia a la CE. Después de que
    el Partido Laborista volviera a detentar el poder en 1974,
    llevó a cabo su promesa electoral de renegociar las
    condiciones de la pertenencia británica (especialmente las
    financieras); la renegociación acabó en cambios
    marginales, pero creó un periodo de incertidumbre en el
    interior de la CE. Un gobierno
    laborista dividido confirmó la pertenencia a la CE y
    convocó un referéndum nacional sobre el tema en
    junio de 1975. A pesar de la fuerte oposición de algunos
    grupos, el
    pueblo británico votó a favor de la
    permanencia.

    En 1979 y 1980, el Gobierno
    británico, que afirmaba que el valor de su
    contribución superaba con mucho el valor de los
    beneficios recibidos, intentó una vez más cambiar
    los términos de su pertenencia. El conflicto se
    resolvió en la primavera de 1980 cuando varios
    países miembros aceptaron pagar una mayor
    contribución a los costes de la CE. En 1984 se
    acordó que Gran Bretaña recibiría una
    disminución parcial de su contribución anual neta a
    la CE, comenzando con una rebaja de 800 millones de
    dólares para ese año.

    Grecia ingresó en la CE en 1981 y, tras
    ocho años de negociaciones, en 1986 se adhirieron España y
    Portugal. Otros acontecimientos importantes en los años
    setenta y ochenta fueron la ampliación de la ayuda de la
    CE a países menos desarrollados (especialmente a antiguas
    colonias de los países miembros) la institución del
    Sistema Monetario
    Europeos para dar una cierta estabilidad a las relaciones entre
    las monedas de los Estados miembros y los avances para eliminar
    las barreras comerciales interiores y el establecimiento de un
    mercado
    único.

    EL ECU

    Los planes iniciales para alcanzar la total UEM en
    1980 habían sido demasiado optimistas; las monedas de los
    Estados miembros fluctuaban unas contra otras, y la
    devaluación de algunas limitaba el crecimiento
    económico y favorecía una subida de la
    inflación. El SME establecido en marzo de 1919,
    pretendía estabilizar los tipos de cambio y
    frenar la inflación al limitar el margen de
    fluctuación de cada moneda miembro en una pequeña
    desviación desde un tipo de cambio
    central. Se introdujo una unidad de cuenta europea
    común (ECU) mediante la cual se podía establecer el
    tipo de cambio
    central. El ECU se compone de todas las monedas de la CE con un
    peso acorde con la importancia económica de cada
    país
    .

    EL SME también exige a los gobiernos que
    adopten políticas
    económicas apropiadas para prevenir la continua
    desviación del tipo de cambio
    central. El SME ayudó a mantener tasas de inflación
    más bajas en la CE y aligeró el impacto
    económico de las fluctuaciones monetarias durante los
    años ochenta.

    Mercado Unico Europeo.

    El avance más significativo en la CE
    durante los años ochenta fue la marcha hacia la puesta en
    práctica de un mercado único europeo. La
    campaña hacia el mercado
    único fue promovida por Jacques Delors, ex Ministro de
    Finanzas
    Francés, que se convirtió en presidente de la
    Comisión Europea en 1985. En la cumbre de Milán la
    Comisión propuso un plazo de siete años para
    eliminar prácticamente todas las barreras comerciales que
    aún existían entre los Estados miembros. El Consejo
    Europeo aprobó el plan y el
    propósito de alcanzar un mercado
    único europeo el 31 de diciembre de 1993 aceleró
    las reformas en la CE e incrementó la cooperación y
    la integración entre los Estados miembros. Finalmente,
    todo ello llevó a la formación de la Unión
    Europea.

    Un obstáculo para la total
    integración económica era la Política
    Agraria Común (PAC). Durante los años ochenta la
    PAC recibía las dos terceras partes del desembolso anual
    de la CE (los ingresos se
    obtenían de impuestos sobre
    las importaciones por
    encima del 2% de la tasa sobre el valor
    añadido recaudado por los Estados miembros). La PAC
    alentaba la producción de grandes excedentes de algunos
    productos que
    la CE tenía el compromiso de comprar, lo que era un modo
    de conceder subsidios para unos países a expensas de
    otros. En una cumbre de emergencia celebrada en 1988, los
    líderes de la CE establecieron unos mecanismos para
    limitar esos pagos; en el presupuesto de
    1989 y por primera vez desde los años sesenta las ayudas a
    la agricultura
    representaron menos del 60 % del gasto total de la
    CE.

    El calendario fijado para alcanzar el mercado
    único puso al descubierto la necesidad de un poder mayor de
    la CE para resolver las cuestiones ajenas a la eliminación
    de las barreras comerciales antes de la fecha tope. El Consejo de
    Ministros tenía que alcanzar acuerdos unánimes
    sobre cada decisión, con lo que, de hecho, se daba a los
    Estados miembros poder de veto y se demoraba el proceso
    político.

    El Acta Unica.

    El Acta Única Europea, introducida en
    diciembre de 1985 y aprobada por los doce miembros en julio de
    1987, introdujo los mayores cambios en la estructura de
    la CE desde los Tratados de Roma
    de 1957. Entre las modificaciones figuró la
    introducción del sistema de
    mayoría calificada que ayudó a acelerar el proceso de
    creación del mercado único.

    El Acta Única Europea introdujo
    también otros cambios importantes, el Consejo Europeo, que
    había aportado el impulso principal para la
    consecución del mercado único, consiguió
    personalidad
    jurídica; el Parlamento Europeo logró tener mayor
    voz e influencia, y los Estados miembros acordaron unificar
    normas
    fiscales, sanitarias y del medio
    ambiente. Además, se estableció el Tribunal de
    Primera Instancia para atender las apelaciones a las decisiones
    de la CE que presentaran personas, organizaciones o
    empresas; y
    cada Estado miembro
    decidió alinear su política
    económica y monetaria con la de sus vecinos,
    utilizando el SME como modelo.

    Tratado de la Unión
    Europea o Tratado de Maastrich.

    Los partidarios de una unión
    económica y monetaria argumentaban que no habría
    mercado único mientras que las restricciones sobre las
    transferencias de dinero y las
    primas de cambio
    limitaran el flujo libre de capitales. Se sugirió un
    plan en tres
    etapas para alcanzar la unión económica y monetaria
    (UEM). Al mismo tiempo la
    Comisión Europea propuso una carta social
    sobre derechos humanos.
    Gran Bretaña se opuso a ambas propuestas, manifestando su
    preocupación de que su soberanía se vería amenazada si se
    incrementaba el poder de la CE. Sin embargo, se sumó al
    proyecto de la
    UEM cuando los cambios operados por toda Europa provocaron la
    necesidad de una respuesta rápida unida de la
    CE.

    Cuando el comunismo se
    desplomó en Europa del Este, muchos de los países
    de su órbita buscaron en la CE ayuda política y
    económica. La CE aceptó concertar acuerdos de ayuda
    militar y de asociación con muchos de esos países
    pero descartó adhesiones inmediatas. Una cumbre de
    emergencia, en abril de 1990, hizo una excepción con la
    Alemania oriental permitiendo que este país fuera
    automáticamente incorporado a la CE tras la
    reunificación alemana. En la misma cumbre, la
    República Federal alemana y Francia propusieron una
    conferencia
    intergubernamental para conseguir alcanzar una mayor unidad
    europea después de los grandes cambios políticos
    sobrevenidos. La primera ministra británica Margaret
    Thatcher se opuso a una mayor unidad, pero en 1990 John Major se
    convirtió en primer ministro y adoptó una actitud
    más conciliadora hacia la idea de la unidad europea. La
    Conferencia
    Intergubernamental, junto con una conferencia
    similar que preparaba la Unión Económica y
    Monetaria, comenzó a trabajar en una serie de acuerdos que
    desembocaron en el Tratado de la Unión
    Europea.

    Representantes de cada país de la CE
    negociaron el Tratado de la Unión
    Europea en 1991, y en diciembre el Consejo Europeo se
    reunió en Maastricht, Holanda, para examinar un borrador.
    Tras intensas negociaciones entre los miembros, el tratado final
    fue firmado por el Consejo Europeo el 7 de febrero 1992. Una
    disposición del tratado establecía que los
    electores de cada Estado miembro
    tenían que aprobar la Unión Europea por
    referéndum; el tratado fue ratificado en octubre de 1993.
    La Unión Europea se estableció el 1 de noviembre,
    cuando el tratado entró en vigor.

    El Tratado estableció una política
    exterior y otra monetaria comunes, y proyectó la
    creación de un banco central
    para el año 1999. En general reflejó la
    intención de la Unión Europea de ampliar la
    escala de la
    unión económica y monetaria y de iniciar una seria
    consideración sobre unas políticas
    comunes de defensa, de ciudadanía y de protección
    del medio
    ambiente. Pero antes de que fuera plenamente efectivo, el
    Tratado tenía que ser ratificado por todos los estados
    miembros.

    Maastricht representa un gran desarrollo y,
    a la vez, una modificación del Tratado de Roma, por lo que
    se refiere a la estructura
    organizativa de la Unión Europea; su aprobación
    originó numerosos conflictos
    económicos y políticos dentro de los estados de la
    Unión Europea así como entre unos y
    otros.

    Algunos países se mostraron muy poco
    dispuestos a renunciar al control nacional
    de sus respectivas políticas
    monetarias, en especial Dinamarca y el Reino Unido en 1992. Como
    consecuencia, se reconsideraron los objetivos
    más ambiciosos del Tratado y se amplió la fecha
    límite para la unión monetaria

    La Unión Económica y Monetaria
    (UEM)

    La Unión Económica y Monetaria
    Europea (UEM) fue el proceso de
    integración económica que pretende crear una
    única unidad monetaria y un único banco central en
    la Unión Europea (UE). La UEM constituye un paso esencial
    en el proceso de
    integración económica y política en
    Europa.

    La idea de crear una Unión Económica
    y Monetaria se formuló por primera vez en el Informe Werner,
    (1970) que proponía la integración monetaria antes
    de 1980.

    Poco a poco, se fueron reduciendo los
    márgenes de intervención de los gobiernos pero el
    proceso se detuvo a causa del aumento de los precios del
    petróleo y
    de la inflación mundial que tuvo lugar desde mediados de
    la década de los setenta y provocó una divergencia
    de los tipos de cambio.

    El mecanismo de tipos de cambio del
    Sistema Monetario
    Europeo se creó en 1979 pero guardaba poca relación
    con el objetivo de la
    integración económica y monetaria, al menos al
    principio, ya que permitía el reajuste de los tipos de
    cambio. Las
    propuestas tendientes a crear una unión monetaria
    reaparecieron en 1988 y fueron avanzando.

    El informe Delors,
    (1989), del entonces presidente de la Comunidad Europea (CE)
    Jacques Delors, incluía un plan detallado
    para alcanzar la unión monetaria.

    Con algunas modificaciones, los 12 países
    miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE) aceptaron
    este plan al firmar el
    Tratado de Maastricht en marzo de 1992. Sin embargo, Dinamarca y
    Gran Bretaña lograron una prerrogativa para posponer su
    adhesión a la unión monetaria.

    El Tratado de Maastricht establecía un
    proceso en tres etapas para alcanzar la plena integración
    económica y monetaria, que implicaba una creciente
    convergencia de las economías de todos los países
    miembros.

    1. En la primera etapa había que fortalecer
      la cooperación económica y monetaria entre los
      Estados miembros, en el marco de las instituciones existentes.
    2. La segunda etapa, que empezó, tal y como
      se había acordado, el uno de enero de 1994, implicaba
      reforzar la cooperación lograda durante la primera para
      lo que se fundaría un Instituto Monetario Europeo (IME)
      que sería el embrión del futuro Banco Central
      Europeo (BCE) y que se encargaría de coordinar la
      cooperación en materia de
      política
      monetaria de los gobernadores de cada banco central,
      aunque cada uno de ellos seguiría diseñando la
      política
      monetaria de su país respectivo.
    3. En la tercera etapa se congelarían de
      forma irrevocable los tipos de cambio de cada moneda, el BCE se
      haría cargo de controlar la cantidad de dinero de
      todos los países y llevaría a cabo una
      única política
      monetaria que afectara a toda la Unión Europea
      (EURO).

    El principal objetivo del
    Banco Central
    Europeo será el control de la
    estabilidad de precios en los
    países miembros, y se constituirá como una
    institución independiente de cualquier poder
    político. El Consejo de Administración del BCE estará
    formado por todos los gobernadores de los antiguos bancos centrales
    y de un Consejo Ejecutivo cuyos miembros serán nombrados
    por los países de la Unión. Sin embargo, el BCE
    compartirá con el Consejo de Ministros de Economía de la
    Unión Europea la responsabilidad de determinar el tipo de cambio
    de la nueva moneda, denominada euro, con el resto de divisas.
    Como la política
    monetaria está vinculada a la política de tipos
    de cambio, algunos analistas piensan que esta cooperación
    creará tensiones entre ambos organismos. Otro de los
    aspectos esenciales del Tratado de Maastricht es que no
    sólo prevé una única política
    monetaria, sino que también limita y vigila las
    distintas políticas
    fiscales. Los tres principios
    básicos que controlan la política
    fiscal son los siguientes:

    1. No se podrá incurrir en déficits
      fiscales excesivos,
    2. No se podrá financiar desde una
      perspectiva monetaria el déficit fiscal
      y
    3. No se podrán subvencionar los
      déficits acudiendo a préstamos de otros gobiernos
      o de organismos públicos.

    Hay que destacar que el paso a la tercera etapa no
    se produce de manera automática. El tratado cita de manera
    muy concreta los criterios de convergencia para que un
    país pueda pasar a formar parte de la Moneda
    Única:

    1. Durante al menos los dos años anteriores
      a la unión monetaria no se podrá cambiar el
      tipo de
      cambio de la moneda sobrepasando los márgenes de
      fluctuación establecidos en el Sistema Monetario Europeo
      (SME);
    2. La inflación no podrá sobrepasar
      en más de 1,5 puntos porcentuales la media de los tres
      países con menor índice;
    3. El tipo de interés
      medio a largo plazo no podrá superar la media de los
      tres países también con menores
      índices;
    4. No se podrá tener un déficit
      fiscal
      superior al 3% del producto
      interior bruto (PIB) ni la
      deuda pública podrá sobrepasar el 60% del
      mismo.

    En Maastricht se acordó que la unión
    monetaria, es decir, la tercera etapa, empezaría, para
    aquellos países que cumplieran con las condiciones de
    convergencia, el uno de enero de 1999. Pero, si una
    mayoría de países hubieran cumplido los requisitos,
    se podría haber iniciado el uno de enero de 1997 para los
    países que cumplan las condiciones, y los demás
    podrían acceder a la moneda única cuando reunieran
    todas las condiciones necesarias.

    Cuando se firmó el Tratado de Maastricht
    parecía probable poder alcanzar la tercera etapa en enero
    de 1999 e incluso antes, aunque en este caso era casi seguro que no
    podrían participar todos los miembros de la Unión.
    Pero tras la crisis
    especulativa en los mercados
    financieros que se produjo entre mediados de 1992 y mediados
    de 1993, que obligó a ampliar las bandas de
    fluctuación de las monedas al 15%, parece difícil
    que se pueda iniciar antes del siglo XXI. La conveniencia de esta
    unión plantea serias discrepancias.

    Los defensores resaltan las ventajas de la
    estabilidad del tipo de cambio y afirman que mejorará el
    comercio, la
    inversión y las entradas de capital. Pero
    la mayor ventaja, dicen, se deberá a la estabilidad de los
    precios, ya
    que la fijación de un único tipo de cambio
    servirá de freno a la inflación. Países como
    Italia y el Reino
    Unido reconocen que es una buena forma de controlar las
    reivindicaciones salariales en el mercado de trabajo, en parte
    debido a que la unión monetaria reduce el margen de
    maniobra de las autoridades monetarias y políticas
    nacionales. Sin embargo, los países con menor
    inflación, como Alemania, temen que el Banco Central
    Europeo no pueda continuar con la línea conservadora que
    siguen sus bancos centrales
    respecto a la política monetaria. Los que se oponen a la
    unión destacan los enormes costes que habrá que
    pagar para alcanzar la Moneda Única y mantener la
    política cambiaria. Estos costos son
    mayores cuando las diferentes economías no están en
    la misma fase del ciclo económico, o cuando las
    fluctuaciones de la actividad económica mundial les
    afectan de maneras diversas. Una economía en
    recesión, o una economía perjudicada por una
    fluctuación económica externa tendría que
    ajustarse reduciendo los salarios
    monetarios y los precios. Si
    éstos no son flexibles, el proceso de ajuste sería
    más largo y costoso, y crecería el desempleo. En
    esta situación, una variación del tipo de cambio
    facilitaría el proceso de ajuste, medida de política
    económica que no se podría aplicar si se
    pertenece a la unión monetaria. Estas opiniones llevan
    implícito el optimismo respecto a la posibilidad de
    garantizar el control
    interno de la inflación.

    El Sistema Monetario
    Europeo.

    El Sistema Monetario Europeo (SME) aspira a
    facilitar la cooperación financiera y la estabilidad
    monetaria en la Unión Europea (UE). Entró en
    vigencia en marzo de 1979 como respuesta a las alteraciones
    causadas en las economías europeas por la
    fluctuación de los tipos de cambio en la crisis del
    petróleo a
    principios de
    1974. Su objetivo era
    triple: conseguir la estabilidad económica, superar las
    repercusiones de la interdependencia de las economías de
    la UE y ayudar al proceso a largo plazo de la integración
    monetaria europea.

    El componente central del SME es el mecanismo de
    tipos de cambio (en inglés,
    ERM), un sistema voluntario de tipos de cambio semi-fijos, basado
    en la unidad monetaria europea (ECU), la unidad monetaria tipo
    adoptada en la creación del SME y basada en una
    valoración cualificada de las monedas de los Estados
    miembros. Bajo el ERM, las monedas participantes están
    autorizadas a fluctuar en relación con cada una de las
    otras y el ECU solamente dentro de una banda fija de valores. El
    ERM es un instrumento clave de los planes para lograr una moneda
    europea única administrada por un Banco Central de la UE:
    el objetivo final
    del SME, y parte central del Tratado de la Unión Europea
    de 1992 (Tratado de Maastricht). Fijada en principio la fecha del
    1 de enero de 1999, se supone ahora que la unión monetaria
    completa será un proceso mucho más largo y
    más complejo. No todos los miembros de la UE pertenecen al
    ERM; Grecia tiene
    todavía que unirse, mientras el Reino Unido (que se
    había adherido en 1990) e Italia fueron
    forzados por presiones especulativas a renunciar a su
    condición de integrantes, en septiembre de 1992. Para
    evitar que otros países se vieran obligados a desligarse
    de su compromiso, en 1993 la banda del ERM fue ampliada para
    todas las monedas, excepto el florín holandés y el
    marco alemán, quedando únicamente Holanda y
    Alemania dentro del 2,25% de la banda que es una de las
    condiciones para la adopción
    de la moneda única. En abril de 1994, Bélgica,
    Dinamarca, Francia, Irlanda y Luxemburgo volvieron dentro del
    2,25% de la banda, pero España y
    Portugal permanecían bajo una gran presión
    económica, en marzo de 1995 ambos fueron forzados a
    depreciar sus monedas frente al ECU.

    El EURO

    En la reunión del Consejo Europeo concluida
    en Madrid el 15 de diciembre de 1995, los quince países
    miembros acordaron que la moneda única se
    denominará Euro. una vez que se haya finalizado el proceso
    de integración económica dentro de la Unión
    Europea (UE). Esta moneda sustituirá al ECU, unidad de
    cuenta europea utilizada en todas las transacciones
    económicas realizadas dentro y por la UE. Se ha
    establecido el calendario de la unión monetaria, en el que
    el 1 de Enero de 1999 será la fecha de inicio de la misma.
    Los Jefes de Estado
    decidirán en 1998 basándose en las estadísticas de 1997, qué estados
    miembros tomarán parte en la tercera fase de la
    unión económica y monetaria. El cumplimiento de
    condiciones de convergencia económica establecidas en el
    Tratado de Maastricht será la clave del hecho de la
    unión.

    _ En los párrafos que siguen se intenta
    explicar el discurso de
    Xavier Eiffel – Jefe del Gabinete EURO – sacado de InternetMéxico).

    A partir del momento en que empiece a circular el
    Euro, las emisiones de deuda negociable se lanzarán en
    Euros. Ese será asimismo el momento en que empiece a
    funcionar el Banco Central Europeo, encargado de la política
    económica y monetaria común. La
    introducción del euro en enero de 1999 implicará la
    fijación irrevocable de los tipos de cambio entre las
    monedas de los países participantes. Los nuevos billetes
    de euros comenzarán a circular el uno de enero del
    año 2002, coexistiendo con los nacionales como
    máximo, durante un plazo de seis meses

    Coincidiendo con esa reunión se firmó el
    Acuerdo Marco de cooperación económica entre la
    Unión Europea y Mercosur como
    "preparación de las condiciones para una Asociación
    Interregional". El acuerdo tiene prevista la conclusión de
    un Protocolo de
    Cooperación Aduanera y sienta las bases de
    cooperación "en materias de propiedad
    intelectual, económica, empresarial, fomento de inversiones,
    cooperación energética, transporte,
    ciencia y
    tecnología, telecomunicaciones, medio ambiente
    y lucha contra el narcotráfico". En lo que atañe a un
    acuerdo con Chile y
    México,
    los Quince declararon que el objetivo es
    "una liberalización progresiva y recíproca de
    intercambios comerciales"

    El Euro será la moneda de los países
    participantes en la Unión Monetaria Europea y
    reemplazará a las monedas nacionales de estos
    países.

    A comienzos de 1998, los gobiernos de los Estados
    integrantes de la Unión Europea, de acuerdo con la
    opinión de las Instituciones
    Europeas, decidirán qué países
    participarán en la Unión Monetaria
    Europea.

    El uso de una moneda única hará
    más fácil viajar y comprar en el extranjero.
    Habrá únicamente una moneda y no habrá tipo
    de cambio entre los países del EURO.

    Una moneda única fomentará la
    establidad en los precios y reducirá la
    especulación financiera y contribuirá en el
    mantenimiento
    de la estabilidad económica de los países del Euro
    respecto a otras zonas fuera del Euro. La moneda única
    tiende también a reducir los tipos de interés y
    el coste de los préstamos siempre que los gobiernos
    adopten políticas económicas de
    estabilización y/o reducción de la
    inflación, la deuda pública, los tipos de cambio y
    los tipos de interés a
    largo plazo.

    El propósito de una moneda única es,
    asimismo, reforzar la economía europea e incrementar su
    capacidad de competir internacionalmente.

    A partir de 1999, el Banco Central Europeo, los
    bancos
    centrales de los Estados miembros y el sistema
    financiero comenzarán a operar en Euros. Sin embargo,
    muy probablemente, hasta el año 2002 el Euro no
    circulará entre el público en forma de billetes y
    monedas. Será entonces cuando reemplazará a los
    billetes y monedas nacionales de los países
    participantes.

    Desde 1999 el Euro existirá en forma de
    anotaciones en cuenta, pero no estará materializado en
    billetes y monedas.

    La mayoría de los ciudadanos no
    necesitarán una cuenta en Euros en ese momento porque
    podrán realizar y recibir todos los pagos en su moneda
    nacional. Las empresas y los
    comerciantes, por contra, tendrán que tener en cuenta el
    volumen de sus
    exportaciones e
    importaciones
    antes de tomar una decisión sobre este
    asunto.

    Las transacciones entre las instituciones
    financieras y sus clientes
    podrán ser efectuadas en moneda nacional. Cualquier
    cliente que entre
    1999 y 2002 desee abrir una cuenta en Euros, podrá
    hacerlo.

    Hasta el 2002 no se producirá ningún
    cambio en la vida económica y financiera diaria. No
    obstante, tendrá lugar un hecho relevante en materia
    financiera, la fijación irrevocable de los tipos de
    conversión entre las monedas de los países
    participantes y el Euro._

    (Datos sacados del
    discurso de
    Xavier Eiffel – Jefe del Gabinete Euro – México-
    Internet.)

    Se mantienen opiniones dispares sobre la fecha
    idónea para introducir el Euro. La Comisión
    todavía no ha alcanzado una posición formal acerca
    de la fecha para la introducción de billetes y monedas en
    euros, pero está recibiendo las sugerencias de una serie
    de grupos que ven
    diferentes ventajas y desventajas respecto a las diversas fechas
    sugeridas. Muchos agentes económicos, han expresado que el
    1 de enero es un momento poco adecuado para cambiar y que
    preferirían un período comercial más
    tranquilo, de menor circulación de efectivo, otros
    grupos
    consideran que el 1 de enero es la fecha más sencilla para
    la introducción de billetes y monedas, ya que así
    se evitan los problemas de
    introducirlos en una fecha diferente al cambio legal, o de variar
    la fecha de éste.

    Pero a pesar de que la Comisión escucha
    sugerencias está previsto (por ahora) que a principios del
    2002, el Euro comenzará a circular en forma de billetes y
    monedas. Durante unos meses, el público tendrá que
    acostumbrarse a la nueva moneda y dejar progresivamente de
    recalcular los precios.

    Una de las primeras ventajas para los ciudadanos
    de los países del Euro será la facilidad para
    comparar precios, salarios e
    impuestos
    dentro del área del Euro. Viajar, negociar en el
    extranjero, o con otros europeos será mucho más
    fácil y menos caro dentro de la nueva zona del
    Euro.

    Los principales inconvenientes en la vida diaria
    será el aprendizaje de
    nuevos precios y acostumbrarse a los redondeos. No obstante,
    está previsto que los gobiernos, las asociaciones de
    consumidores y las Cajas de Ahorros apoyen al público a
    los largo del período de
    transición.

    El Euro tendrá dos decimales, y su
    denominación será idéntica en todos los
    países de la Unión Europea
    "CENT".

    El cambio no ocurrirá en un día
    específico. Habrá un período de varios meses
    durante el cual los billetes y las monedas se cambiarán
    con la colaboración de todas las entidades
    financieras.

    En un principió está previsto que,
    como máximo, el 1 de julio del año 2002 finalice la
    consideración como moneda de curso legal de las monedas
    nacionales participantes. A partir de esta fecha serán
    reemplazadas por el Euro.

    La introducción del Euro no cambiará
    el valor de las
    inversiones.

    La estabilidad del Euro estará garantizada
    por la combinación de una serie de factores entre los que
    destacan:

    1. El respeto de
      los países participantes a la estabilidad de los
      precios, el déficit del Estado, el
      control de los tipos de interés,
      la tendencia de los tipos de cambio.
    2. La independencia del Banco Central Europeo (BCE)
      respecto a todas las fuerzas políticas, Instituciones Europeas (Consejo, Comisión
      y Parlamento) y los gobiernos nacionales.
    3. El papel
      estabilizador del Banco Central Europeo. El objetivo principal
      del BCE es mantener la estabilidad de los precios y por tanto
      conservar la solidez del Euro; este papel
      está definido claramente en sus
      estatutos.

    El Euro no es como el ECU. El ECU es una cesta de
    monedas que inicialmente incluía las 12 monedas de la
    Unión Europea, de acuerdo, en su origen, con el peso
    económico del país
    correspondiente.

    Por su parte, el Euro será la moneda
    única utilizada en los países que hayan alcanzado
    una cierta armonía (convergencia) en el desarrollo
    económico y/o mejoras en términos de
    inflación, déficit presupuestario, deuda
    pública, tipo de cambio y tipos de interés a
    largo plazo.

    Además, el Euro reemplazará a las
    monedas de los países participantes en la Unión
    Monetaria Europea.

    CALENDARIO DEL EURO

     

    AÑO

    ACONTECIMIENTO

    1957

    El tratado de la CEE promueve la
    coordinación de las políticas nacionales
    económicas y monetarias. Los Estados miembros de la
    CE prometen considerar los tipos de cambio como un asunto
    de interés común.

    1959

    Creación de la convertibilidad de la
    totalidad de las monedas en diversos Estados
    europeo.

    1970

    Se propone el "Plan
    Werner" que promueve la aproximación paso a paso
    hasta alcanzar la unión económica y monetaria
    con una moneda única en 1980. Sin embargo, la enorme
    inestabilidad de la moneda a comienzos de los años
    70, así como las políticas económicas
    divergentes debidas a la primera crisis
    del petróleo, impide su
    realización

    1972

    Como consecuencia de la evolución del sistema Bretton-Woods,
    el Consejo de Ministros de la Comunidad Europea decide
    limitar la banda de fluctuación entre las seis
    monedas de la Comunidad Europea a +/- 2.25%. El Reino
    Unido, Irlanda y Dinamarca acuerdan formar parte de la
    "serpiente monetaria" anticipándose a su ingreso en
    la Comunidad Europea en 1973. Sin embargo, la libra
    irlandesa, el franco francés y la lira italiana
    pronto se retiran.

    1979

    El Sistema Monetario Europeo (SME) se crea
    por una iniciativa germano-francesa. Sus elementos
    principales son mecanismos de tipos de cambio, de
    intervención y de crédito. Con la excepción del
    Reino Unido, los ocho Estados miembros participan en el
    Mecanismo de Tipo de Cambio del Sistema Monetario Europeo
    con tipos de cambio fijo pero flexibles.

    1987

    El Acta Única Europea para la
    creación del Mercado Único Europeo entra en
    vigor el 1 de julio. El objetivo de la unión
    monetaria es fijado por primera vez en el Tratado de la
    Comunidad Europea.

    1989

    En la reunión de Junio en Madrid, el
    Consejo Europeo aprueba el informe
    Delors que perfila un plan en tres etapas para el
    establecimiento de la Unión Económica y
    Monetaria.

    1990

    El 1 de Julio, la UEM entra en la primera
    fase. En Octubre el Reino Unido ingresa en el Mecanismo de
    Tipo de Cambio con una banda de fluctuación
    ampliada.

    1991

    En diciembre los Jefes de Estado y de
    gobierno de la CE deciden en Maastricht crear la
    Unión Económica y Monetaria no más
    tarde de 1999.

    1992

    En Abril el escudo portugués ingresa
    en el Mecanismo de Tipo de Cambio con una amplia banda de
    fluctuación, 6%. En Septiembre, la libra inglesa y
    la lira italiana se retiran del Mecanismo de Tipo de
    Cambio.

    1993

    Como consecuencia de la crisis
    monetaria en el SME, los miembros de Finanzas
    y los presidentes de bancos
    centrales de la UE deciden en Agosto ampliar las bandas de
    fluctuación de este sistema al 15%
    (excepción: el marco alemán y el
    florín holandés continúan en el
    2.25%)

    1994

    El 1 de Enero comienza la segunda etapa de
    la UME. El Instituto Monetario Europeo (IME) se crea como
    precursor del Banco Central Europeo
    (BCE).

    1995

    Austria se une al Mecanismo de Tipo de
    Cambio a comienzos del año. Como consecuencia de la
    debilidad del dólar americano, en Febrero y Marzo
    muchas monedas europeas se encuentran bajo la
    presión del bloque del marco alemán. En
    Marzo, la peseta y el escudo son devaluados en el
    SME.

    1996

    El Consejo Europeo de Ministros de
    Economía y Finanzas
    adopta formalmente las decisiones de la Cumbre de Madrid.
    Todos los Estados miembros comienzan campañas de
    información a continuación de
    la Mesa
    Redonda celebrada en Enero y de la consiguiente puesta
    en marcha, en el ámbito nacional, de los acuerdos
    alcanzados en la misma.

    El IME tendrá que especificar antes
    de que acabe el año la regulación y estructura logística y organizativa necesarias
    para que el BCE lleve a cabo su cometido en la tercera fase
    de la UME. La CE propondrá la legislación
    necesaria para el cambio de las monedas nacionales al
    Euro.Los Estados miembros tratarán de hacer
    convergente su desarrollo
    económico al objeto de alcanzar los criterios
    durante el crucial año de 1997.

    1997

    Fecha económica decisiva para que los
    Estados miembros alcancen los cinco criterios de
    convergencia (inflación, tipo de cambio, tipo de
    interés, déficit público y deuda
    pública)

    1998

    "Tan pronto como sea posible", pero no mas
    tarde del 1 de Julio, El Consejo Europeo decidirá
    los Estados miembros participantes. Estos nombrarán
    el Comité Ejecutivo del BCE (mínimo 4
    miembros, máximo 6) por ocho años no
    renovables. Asimismo fijarán el día para la
    introducción de los billetes y monedas en Euros. El
    Sistema Europeo de Bancos
    centrales comenzará la fabricación de
    billetes en Euros (5,10,20,50,100,200 y 500 Euros). El
    Consejo Europeo y los Estados participantes
    comenzarán la fabricación de monedas en Euros
    (0,01;0,02;0,05;0,1;0,5;1 y 2 Euros). El BCE será
    creado y tendrá que definir su política
    monetaria. El Consejo Europeo tiene que adoptar la
    legislación secundaria (pautas para la
    suscripción de capital
    propio del BCE, recogida de información estadística, reservas mínimas,
    consultas del BCE). El 31 de Diciembre concluirá la
    segunda fase de la UEM

    1999-2001

    El 1 de Enero de 1999 comenzará la
    tercera fase de la UME. Fijación irrevocable de los
    tipos de conversión entre monedas participantes y el
    Euro. Un ECU se convertirá en un Euro. Las monedas
    nacionales de los miembros participantes continúan
    en circulación como moneda de curso legal. Entrada
    en vigor de un nuevo status (pendiente de definir) para las
    monedas de los países de la UE no participantes. El
    establecimiento por el BCE de la política monetaria,
    operaciones
    de cambio exterior, sistema de pago interbancario (TARGET),
    y medidas de nueva deuda pública negociable en
    Euros. Últimos preparativos de las economías
    nacionales con vistas al inicio de las operaciones
    del sector privado y la administración.

    2002

    Los billetes y monedas en Euros
    comenzarán a circular a principios
    de año. Comienza la retirada de los billetes y
    monedas nacionales participantes. El conjunto de cuentas
    bancarias será transformado en Euros. Finaliza la
    consideración como moneda de curso legal de las
    monedas nacionales participantes (no mas tarde del 1 de
    Julio). Cambio completo de la administración
    pública.

    Conclusión:

    La UE representa la institucionalización de
    la cooperación económica entre Estados europeos
    soberanos.

    A través de una cooperación y un
    crecimiento mayores la UE puede convertirse en un gran rival
    económico para Norteamérica y Asia. Sin
    embargo, el objetivo a largo plazo de un único Estado
    federal europeo, como imaginaron los primeros postuladores de la
    cooperación económica europea, ha sido ya en gran
    parte rechazado.

    La creación de una moneda única en
    Europa podrá tener consecuencias positivas incluso fuera
    de sus fronteras. Además el Euro contribuirá a
    crear nuevas oportunidades de inversión en Europa.

    En este momento hay países que no cumplen
    los rigurosos requisitos fijados para adoptar la moneda
    única, incluso entre ellos se encuentra la misma Alemania;
    hay otros que a pesar de cumplirlos, no desean ingresar en el
    año 1999, como por ejemplo Suecia y, finalmente existen
    algunos dudosos como el Reino Unido que vacila entre los cortos
    plazos fijados por la Unión Europea o, Francia que entre
    las circunstancias nuevas antepone el empleo a la
    moneda única ya que duda que éste vaya a
    disminuir.

    Los Gobiernos Europeos sostienen que la
    estabilidad monetaria es la clave del desarrollo
    exitoso de una política efectiva de
    empleos.

    Tal vez, los europeos a diferencia de los
    latinoamericanos no experimentaron, al menos no en esta
    generación, períodos de fuerte inestabilidad de sus
    monedas.

    La Unión Económica y Monetaria
    será problablemente, si se lleva efectivamente a buen
    término, el acontecimiento de mayor importancia para la
    Unión desde la creación de la Comunidad. Hasta el
    punto de que un eventual fracaso en la realización de la
    UEM traería consigo un retroceso de fatales consecuencias
    para la construcción de la Unión
    Europea.

    Desde el punto de vista político, la UEM es
    una cuestión capital.
    Supone la renuncia formal a la soberanía respecto de uno de sus elementos
    o signos capitales. Aunque con la
    globalización de las relaciones económicas esa
    soberanía se encuentra seriamente limitada,
    en la práctica, la cuestión sigue teniendo una
    carga política muy grande. De hecho las instituciones
    políticas que apoyan la UEM son las mismas que sostuvieron
    e impulsaron los principales avances en la construcción europea, desde el propio
    Tratado de Roma al Acta Única. Un similar paralelismo
    puede establecerse entre quienes se oponen a la UEM del mismo
    modo estuvieron en contra del proceso de construcción europea desde su momento
    fundacional y en cada una de las posteriores fases de
    impulso.

    En los próximos meses se va a decidir
    quiénes son los países que participarán
    desde el comienzo en la Unión Monetaria. Este es el
    primero de una serie de pasos trascendentales que van a marcar en
    los años venideros las características de la Europa del siglo
    XXI.

    Pensar qué consecuencias tendría su
    fracaso supondría una victoria para las tesis
    neoliberales y escépticas que defienden una Europa que se
    limite a ser mercado. Pero incluso esto no estaría
    garantizado, pues el fracaso de la Unión Monetaria no
    dejaría las cosas como están, sino que
    podría generar rupturas en el mercado único y en
    las políticas comunes.

    El EURO como moneda común y única y,
    a pesar de acercarse la fecha, aún está lejos de
    conquistar a todos los necios socios de la Unión
    Europea.

    " Es necesario prepararse para su
    llegada."

    BIBLIOGRAFIA

    • EL UNIVERSAL – El Gran Diario de México (Artículos : – Fuerte
      respaldo a la moneda única europea, manifiestan los
      franceses, – Rechazan moneda única europea tanto
      alemanes como británicos)
    • EL NACIONAL – Periodico Mexicano del Junio
      de 1997 (Artículo: La moneda única europea y el
      empleo)-
    • El Cronista – Diario Argentino – 28 de
      noviembre de 1997 – Acortar el período transitorio
      previsto para la implantación de la moneda
      única.
    • Revista Sistema 114-115 – La Unión
      Europea.
    • Páginas Euro – Sumario Ejecutivo –
      Internet.
    • La Moneda Europea – Un Proyecto
      Europeo de Progreso – Internet.
    • Enciclopedia Encarta.
    • Enciclopedia Siglo XX de
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    Autor:

    Liliana Canaves

    canaves[arroba]inti.gov.ar

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