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Evolución estelar




Enviado por pablohsn6



     

     
      Nacimiento de una
    Estrella

      La Transformación
    de Hidrógeno en Helio

      Reacciones Nucleares: la
    extinción
    : 
    Estrellas Nuevas

     

    La evolución de una estrella y la
    duración de su vida depende de su masa y su
    composición química. Sin embargo,
    se puede afirmar que, en general, las diferentes fases de
    evolución son casi las mismas para todas
    las  estrellas, mientras que cambia  la
    duración  de cada  uno de los estadios en cuanto
    que la vida es mucho más breve para una estrella de gran
    masa  que para una pequeña. Etapas en la vida de dos
    estrellas de masa diferente. Ambas se forman a partir de una
    nebulosa (superior izquierda) que se compone de partículas
    de polvo e hidrógeno gas. La gravedad
    une este material en glóbulos, cuyos centros se calientan
    hasta que el hidrógeno comienza a convertirse en helio por
    reacciones nucleares. Después de decenas de miles de
    años, la estrella central, con más masa, empieza a
    agotar su combustible nuclear y explota como una supernova,
    dejando tras ella un púlsar. Después de unos diez
    mil millones de años, la otra, con menos masa, comienza
    también a llegar al final de su vida. Este núcleo
    se desploma, formando una nebulosa planetaria (inferior
    derecha).

    Protoestrellas

        Conviene aclarar que es
    improbable que las estrellas se formen aisladamente; es mucho
    más verosímil que nazcan en asociaciones o familias
    de decenas o centenares de miembros, como ocurre en los
    conglomerados. Una nube grande, fría y muy tenue de polvo
    y gases se
    contrae hasta hacerse inestable y dividirse en partes cada vez
    más pequeñas y densas. Por último, los
    fragmentos que quedan, al contraerse, recalientan los gases que los
    componen y se convierten en protoestrellas.

        Cuando numerosas estrellas
    nacen juntas, cabría esperar que se formasen a poca
    distancia entre sí, debido a una atracción mutua,
    como ocurre con las estrellas binarias y múltiples. Sin
    embargo, hay estrellas jóvenes y aisladas que se mueven a
    gran velocidad,
    como si huyeran de la familia en
    la que han nacido. Probablemente son estrellas expulsadas del
    grupo,
    quizá por una explosión, como las tres veloces
    estrellas observadas en Orión.

        Una protoestrella, que al
    principio tuviera un diámetro de varios años
    luz, en un
    periodo de tiempo que va
    desde decenas a centenares de millones de años, se contrae
    hasta reducirse a un diámetro millones de veces menor. Es
    decir: sufre una contracción gravitacional que hace subir
    la temperatura,
    tanto más cuanto mayores son la densidad y la
    opacidad del gas. Sin embargo,
    en esta fase la protoestrella es siempre un débil objeto
    apenas perceptible o invisible. Por lo tanto desde el momento en
    que la estrella comienza a brillar, emite ya
    radioondas. 

    Nacimiento de una
    Estrella

        Al contraerse, la protoestrella
    alcanza temperaturas cada vez más elevadas hasta que en su
    núcleo la temperatura
    alcanza 10-12 millones de grados centígrados, necesarios
    para fomentar las reacciones nucleares. Desde este momento, el
    empuje gravitacional hacia el centro es exactamente compensado
    por la presión interna, y es entonces cuando la estrella
    comienza su larga vida como consumidora de hidrógeno. En
    efecto, todas las estrellas emplean el hidrógeno como
    combustible, transformándolo en helio. Mientras dure el
    hidrógeno del núcleo, la temperatura y
    la luminosidad no variarán. 
      Una estrella comienza la vida como una masa de
    gas,
    relativamente fría y grande, parte de una nebulosa como la
    gran nebulosa de Orión (izquierda). Como la gravedad hace
    que se contraiga el gas, su temperatura
    aumenta, haciéndose tan elevada que provoca una
    reacción nuclear en sus átomos. El brillo de una
    estrella de secuencia principal (centro) se debe a la
    energía producida en la fusión de
    los núcleos de hidrógeno para formar núcleos
    de helio. Se cree que la fase de secuencia principal de una
    estrella de tamaño medio dura 10.000 millones de
    años (se considera que nuestro Sol tiene 5.000 millones de
    años). Finalmente el suministro de energía se
    acaba. Las estrellas del tamaño del Sol acaban su vida
    como enanas blancas, que son extremadamente pequeñas,
    densas y cálidas. Las estrellas mayores acaban en
    explosiones espectaculares llamadas supernovas, causadas por el
    choque violento de las estrellas.

     

    La
    Transformación de Hidrógeno en
    Helio

        Cabe decir que cuanto
    más grande es la masa de una estrella, mayor es la
    presión interna necesaria para equilibrar el empuje
    gravitacional, pero, dado que mayor presión significa
    temperatura
    más elevada, una estrella de mayor masa tendrá
    también una mayor temperatura interna. Por esto, las
    reacciones se efectuarán más rápidamente y
    la producción de energía será
    mayor. La consecuencia es que cuanto más compacta sea una
    estrella, más caliente y luminosa será. Por
    ejemplo, una estrella 10 veces más compacta que el Sol es unas 10
    000 veces más luminosa y consumirá el combustible
    nuclear en un tiempo
    directamente proporcional a la masa e inversamente proporcional a
    la luminosidad: por consiguiente, tendrá una vida de unas
    10/10 000 veces la del Sol (unos 10 millones de años, en
    lugar de 10 000 millones). Cuando todo el hidrógeno del
    núcleo se haya transformado en helio, las reacciones
    nucleares continuarán en las capas próximas, hasta
    que el núcleo se haya convertido en el 12 %  de la
    masa total. En este punto el núcleo se contrae y la
    energía liberada provoca la expansión del
    envoltorio externo de la estrella, que aumenta en luminosidad y
    se enfría, convirtiéndose en una  gigante
    roja.

    Reacciones
    Nucleares: la extinción

     

        Cuando la temperatura del
    núcleo, como consecuencia de la contracción, ha
    alcanzado los 100 millones de grados centígrados, se
    originan otras reacciones nucleares, con transformación
    del helio en elementos más pesados. Entonces la estrella
    comienza a contraerse de nuevo, disminuye su luminosidad, aumenta
    de temperatura y comienza a pulsar. Después, la evolución se orienta hacia la fase de enana
    blanca, y culmina con frecuencia, pero no necesariamente, en una
    explosión, como ocurre con las novas o supernovas, para
    terminar en una enana blanca, que sin más fuente de
    energía irradia sólo en cuanto que es un cuerpo muy
    caliente que se enfría lentamente. Así, se conocen
    enanas blancas que en realidad son ya anaranjadas o rojas, en
    vías de convertirse en enanas negras, ahora estrellas
    apagadas.

    Estrellas Compactas:

    Enanas rojas, enanas blancas, estrellas de
    neutrones, agujeros negros: esta es una lista de objetos en la
    que cada uno es más pequeño, más denso y
    más extremado en sus condiciones físicas que el
    anterior. La compactación es el resultado de la familiar
    fuerza de la
    gravedad, pero las condensadas estrellas que resultan
    están más allá de nuestra experiencia
    normal. Un pedazo del tamaño de una caja de
    fósforos del material de una enana blanca
    contendría la misma masa que un barco de guerra,
    mientras que la misma masa del material de una estrella de
    neutrones ocuparía el espacio de una cabeza de alfiler. Un
    agujero negro está tan colapsado, que tamaño y
    densidad ya no
    tienen significado alguno.

    Una enana blanca, que es una estrella de un
    tamaño cercano al de la Tierra,
    pero con una masa similar a la del Sol, está impedida de
    encogerse más por la 'presión degenerada de
    electrones' — los electrones libres no pueden empacarse
    más juntos. En algunas estrellas, usualmente más
    masivas que las enanas blancas, esta barrera es vencida por la
    combinación de electrones con protones para formar
    neutrones, que se empacan aún mas apretadamente,
    resultando en una estrella de neutrones. Una estrella de
    neutrones tiene una masa cercana a la del Sol, pero tiene
    sólo unos 30 Km de diámetro. Una estrella tan
    diminuta tiene una muy pequeña área superficial, y
    no puede emitir mucha de la radiación térmica que
    hace brillar a las estrellas normales; aún así,
    algunas estrellas de neutrones pueden ser observadas a grandes
    distancias debido a un tipo completamente diferente de
    radiación, una señal de radio pulsando
    regularmente. Estas son las pulsares.

    Qué Son Pulsares?

    Las pulsares fueron descubiertas en 1967 por
    Anthony Hewish y Jocelyn Bell en el observatorio de radio astronomía (ahora el Nuffield Radio Astronomy
    Observatory) en Cambridge. Su emisión de radio característica es una serie uniforme de
    pulsos, separados con gran precisión, con períodos
    entre unos pocos milisegundos y varios segundos. Se conocen
    más de 300, pero sólo dos, la Pulsar del Cangrejo,
    y la Pulsar de la Vela, emiten pulsos visibles detectables. Se
    sabe que estas dos también emiten pulsos de rayos gamma, y
    una, la del Cangrejo, también emite pulsos de
    rayos-X.

    La regularidad de los pulsos es fenomenal: los
    observadores pueden ahora predecir los tiempos de llegada de los
    pulsos con antelación de un año, con una
    precisión mejor que un milisegundo.
    Cómo puede una estrella comportarse como un reloj tan
    preciso?
    La única posibilidad para una repetición tan
    rápida y precisa, es que la estrella esté rotando
    rápidamente, y emitiendo un haz de radiación que
    barre alrededor del cielo como un faro, apuntando hacia el
    observador una vez por cada rotación. El único tipo
    de estrella que puede rotar suficientemente rápido sin
    estallar debido a su propia fuerza
    centrífuga, es una estrella de
    neutrones.

    Las pulsares son estrellas de neutrones
    fuertemente magnetizadas, con campos de intensidad que alcanza
    los 100 millones de Tesla (1 millón de millones de Gauss,
    comparado con menos de 1 Gauss para el campo magnético de
    la Tierra). La
    rápida rotación, por tanto, las hace poderosos
    generadores eléctricos, capaces de acelerar las
    partículas cargadas hasta energías de mil millones
    de millones de Voltios. Estas partículas cargadas son, en
    alguna forma aún desconocida, responsables por el haz de
    radiación en radio, luz, rayos-X, y
    rayos gamma. Su energía proviene de la rotación de
    la estrella, que tiene por tanto que estar bajando de velocidad.
    Esta disminución de velocidad
    puede ser detectada como un alargamiento del período de
    los pulsos. Típicamente, la rata de rotación de una
    pulsar disminuye en una parte por millón cada año:
    la Pulsar del Cangrejo, que es la más joven, y la
    más energética conocida, disminuye en una parte en
    dos mil cada año.

    Cuántos Pulsares Hay En Nuestra
    Galaxia?

    Los pulsares se han encontrado principalmente en
    la Vía Láctea, dentro de cerca de unos 500
    años-luz del plano de
    la Galaxia. Un escrutinio completo de los pulsares en la Galaxia
    es imposible, puesto que los pulsares débiles solo pueden
    ser detectados si están cercanos. Los sondeos de radio ya
    han cubierto casi todo el cielo, y más de 300 pulsares han
    sido localizados. Sus distancias pueden medirse a partir de un
    retardo en los tiempos de llegada de los pulsos observados en
    lafrecuencias bajas; el retardo depende de la densidad de los
    electrones en el gas interestelar,
    y de la distancia recorrida. Extrapolando a partir de esta
    pequeña muestra de
    pulsares detectables, se estima que hay al menos 200.000 pulsares
    en toda nuestra Galaxia. Considerando aquellos pulsares cuyos
    haces de faro no barren en nuestra dirección, la población total debería alcanzar un
    millón.

    Cada pulsar emite durante cerca de cuatro millones
    de años; después de este tiempo ha perdido
    tanta energía rotacional que no puede producir pulsos de
    radio detectables. Si conocemos la población total (1.000.000), y el tiempo de vida
    (4.000.000 de años), podemos deducir que un nuevo pulsar
    debe nacer cada cuatro años (asumiendo que la población permanece
    estable).

    Muy recientemente se han encontrado pulsares en
    cúmulos globulares. Se piensa que han sido formados
    allí por la acreción de materia en
    estrellas enanas blancas en sistemas
    binarios. Otros pulsares nacen en explosiones de supernovas. Si
    todos los pulsares fuesen nacidos en explosiones de supernovas,
    podríamos predecir que debería haber una supernova
    en nuestra Galaxia cada cuatro años. Estas son eventos
    espectaculares, y esperaríamos ver más de ellos, si
    uno ocurre cada cuatro años. La última supernova
    observada directamente en nuestra Galaxia, fue la supernova de
    Kepler en el año 1604, pero sabemos que ocurren otras que
    son menos espectaculares, o que son ocultadas de nosotros por
    nubes de polvo interestelares. No está todavía
    claro, si la rata de nacimiento de las pulsares y la rata de
    aparición de las supernovas pueden ser completamente
    reconciliadas, o cuántas pulsares pudieran formarse fuera
    de los cúmulos globulares, en sistemas
    binarios.

    Agujeros Negros

    Los agujeros negros son objetos peculiares con
    muchas extrañas propiedades, pero la mayoría de los
    libros y
    artículos han enfatizado sus aspectos exóticos, y
    opacado su naturaleza
    fundamentalmente simple. La descripción dada más
    abajo fue hecha primero por el matemático Francés
    Pierre Laplace en 1796, de modo que ni siquiera son un invento
    moderno!
    Antes de discutir los agujeros negros mismos, deberíamos
    primero considerar brevemente la gravedad.

    Qué es un Agujero Negro?

    Si se lanza hacia arriba una bola de hierro, desde
    la superficie de la tierra,
    alcanza cierta altura, y luego cae de regreso. Al lanzarla con
    más fuerza,
    alcanza mayor altura. Laplace calculó la altura que
    alcanzaría para una velocidad
    inicial dada. Encontró que la altura aumentaba más
    rápidamente que la velocidad, de
    modo que la altura se hacía muy grande para una velocidad
    no demasiado grande. A una velocidad de 40.000 Km/h (sólo
    unas 20 veces más veloz que el Concorde) la altura se hace
    realmente muy grande – tiende a ser infinita, como dirían
    los matemáticos. Esta velocidad es llamada la 'velocidad
    de escape' desde la superficie de la Tierra, y
    es la velocidad que debe alcanzarse si una nave espacial ha de
    llegar a la Luna o a cualquiera de los planetas.
    Siendo un matemático, Laplace resolvió el problema
    para todos los cuerpos esféricos, no sólo para
    la
    Tierra.

    Él encontró una fórmula muy
    simple, que nos dice que la velocidad de escape, V, está
    dada por, V=(2GM/R)1/2, donde G es una constante que
    define qué tan fuerte es la gravedad, M es la masa, o
    cantidad de material en el cuerpo, y R es su radio. Esta
    fórmula dice que objetos pequeños pero masivos (o
    sea, R pequeña y M grande), tienen velocidades de escape
    grandes.
    Esta sorprendentemente simple fórmula produce exactamente
    la misma respuesta que la obtenida usando la teoría
    de la relatividad.

    La luz viaja a algo
    más de 1.000 millones de Km/h, y en 1905 Albert
    Einstein demostró que nada puede viajar más
    rápido que la luz. La
    fórmula de arriba puede ser despejada para mostrar
    qué radio debe tener un objeto para que la velocidad de
    escape desde su superficie sea la velocidad de la luz. La
    respuesta es, R=(2G/c2)M, donde c es la velocidad de
    la luz.
    Este radio en particular, R, es llamado el 'radio de
    Schwarzschild', en honor del astrónomo Alemán que
    primero lo derivó a partir de la teoría
    de la relatividad de Einstein. La fórmula nos dice que el
    radio de Schwarzschild para la Tierra es de
    menos de un centímetro, comparado con su radio de 6.357
    Km.
    Los valores
    para algunos otros objetos astronómicos se dan en la tabla
    de abajo.

    Radio De Schwarzschild Para Algunos Objetos
    Astronómicos

    Objeto

    Masa del Objeto
    (Masas Solares)

    Radio
    (Km)

    Velocidad de Escape
    (Km/seg)

    Radio de
    Schwarzschild

    Tierra

    0,00000304

    6.357

    11,3

    9,0 mm

    Sol

    1,0

    696.000

    617

    2,95 Km

    Enana Blanca

    0,8

    10.000

    5.000

    2,4 Km

    Estrella de Neutrones

    2

    8

    250.000

    5,9 Km

    Núcleo de una
    Galaxia

    50.000.000

    ?

    ?

    147.500.000 Km

    Podría parecer sorprendente que la luz pueda concebirse
    como comportándose como un cohete o una bola de
    billar!
    Fue Einstein quien demostró que la luz puede ser
    considerada como una colección de partículas,
    llamadas fotones, que tienen masa, o más correctamente,
    energía, por virtud de la fórmula E=Mc2,
    que relaciona la energía E con la masa M.
    Los fotones siempre viajan a la misma velocidad, la velocidad de
    la luz, pero cuando se alejan de un objeto con gravedad pierden
    energía, y para un observador externo, parecen ser
    más rojos. Es este 'corrimiento hacia el rojo' lo que
    implica que los fotones que parten de un agujero negro
    ultimadamente pierden toda su energía y se hacen
    completamente invisibles.

    Si ni siquiera la energía de la luz viaja
    lo suficientemente rápido como para escapar (y nada puede
    viajar más rápido), entonces ninguna señal
    de ningún tipo puede escapar, y el objeto sería
    'negro'. La única indicación de la presencia de tal
    objeto es su atracción gravitacional. Lejos de su
    superficie es como si un objeto ordinario de la misma masa
    estuviera allí.
    La presencia de su gravedad significa que otros objetos pueden
    caer en él, de allí el nombre de
    'agujero'.

    Y así, un agujero negro es un objeto tan
    compacto que la velocidad de escape desde su superficie es mayor
    que la velocidad de la luz.

    La velocidad de la luz es de 299.800 Km/seg.
    11 Km/seg es equivalente a 40.000 Km/hr.
    147.000.000 Km es casi igual al radio de la órbita de la
    Tierra
    alrededor del Sol.

    La Pulsar Binaria y la Relatividad General:

    Muchas estrellas son miembros de sistemas
    binarios, en los que dos estrellas orbitan una alrededor de la
    otra, con períodos de algunos días o años.
    Si una de estas estrellas es una estrella de neutrones, el par
    puede orbitar tan cercanamente que la atracción
    gravitacional entre ellas es muy grande, y pueden observarse
    algunos efectos poco usuales. Se conocen varios sistemas binarios
    en los que la otra estrella es una gigante; en estos casos la
    estrella de neutrones puede atraer gas de las regiones exteriores
    de su compañera, y una corriente de gas cae con gran
    energía sobre la superficie de la estrella de neutrones.
    Estos sistemas se
    observan como fuentes de
    rayos-X. Algunas de las fuentes de
    rayos-X muestran variaciones periódicas al rotar la
    estrella de neutrones: estos son las llamadas 'pulsares de
    rayos-X'.

    Un sistema
    binario, conocido como PSR 1913+16, consiste de dos estrellas
    de neutrones, tan juntas que su período orbital es de
    sólo 775 horas. No hay corrientes de gas entre estas
    estrellas, que interactúan sólo por su mutua
    atracción gravitacional. La órbita de una de ellas
    puede ser descrita en gran detalle, debido a que es una
    pulsar.
    El período de esta pulsar es de 59 milisegundos, y produce
    una muy estable serie de pulsos con una rata de
    deceleración inusualmente baja. Es, de hecho, un preciso
    reloj moviéndose muy rápidamente en un fuerte campo
    gravitatorio, que es la clásica situación requerida
    para una comprobación de la Teoría
    General de la Relatividad de Einstein.

    Según la teoría
    dinámica no-relativista, o Newtoniana, las
    órbitas de ambas estrellas deberían ser elipses con
    una orientación fija, y el período orbital
    debería ser constante. Las mediciones de los tiempos de
    llegada de los pulsos han mostrados diferencias significativas
    con las simples órbitas Newtonianas. La más obvia
    es que la órbita precesa por 42 grados al año.
    Hay también un pequeño, pero muy importante, efecto
    sobre el período orbital, que se sabe está
    reduciéndose en 89 nanosegundos (menos de una
    diez-millonésima de segundo) en cada
    órbita.

    El período orbital en reducción
    representa una pérdida de energía, la que
    sólo puede descontarse por medio de radiación
    gravitacional. Aún cuando la radiación
    gravitacional en sí misma nunca ha sido observada
    directamente, las observaciones de la PSR 1913+16 han provisto
    buena prueba de su existencia. Es apropiado que este
    descubrimiento, que es una confirmación adicional de las
    predicciones de la Teoría
    General de la Relatividad, fuera anunciado en 1979, que fue el
    centenario del nacimiento de Einstein.

    Estrellas Nuevas
     

        En todas las fases de la
    evolución estelar, una estrella pierde
    más o menos materia en el
    espacio. En efecto, si es verdad que una estrella nace de la
    condensación de materia
    interestelar, y si es cierto que algunas estrellas al pasar a
    través de una nube particularmente densa pueden adquirir
    otro material, sucede también el fenómeno opuesto:
    las estrellas pierden, del mismo modo cierta cantidad de la
    materia que
    las ha formado.

        Se trata de un fenómeno
    intrínseco a la evolución de cada estrella. Al principio de
    su vida, cuando la estrella es todavía una protoestrella,
    parte del gas de las capas periféricas se dispersa,
    barrido por la energía proveniente del centro de la nube.
    Cuando una estrella se convierte en adulta, continúa
    perdiendo materia de
    varias maneras, ya sea como el Sol con sus
    erupciones y por el viento solar, a causa de la proximidad de una
    compañera que la perturba, o bien por rotación
    rápida. Cuando la estrella se ensancha y se transforma en
    una gigante roja, la gravedad superficial se reduce y los
    gases huyen
    más fácilmente. Luego, mientras la estrella
    atraviesa sus últimas fases, puede ocurrir la
    explosión. A través de este proceso las
    estrellas restituyen una materia distinta a la de la nube que las
    originó, pero es un material que ha sufrido reacciones
    nucleares y por tanto resulta enriquecido de elementos pesados
    elaborados en los núcleos. Es una materia rica en cenizas
    que, al mezclarse con la de las nubes interestelares, constituye
    las nuevas estrellas.

        Estas nuevas estrellas
    serán más diferentes de las estrellas más
    viejas cuanto más enriquecidas de elementos más
    pesadas que el hidrógeno estén las nubes. El Sol es una
    estrella de segunda o tercera generación, formada por
    materiales
    utilizados en parte por estrellas de generaciones
    precedentes.

     

     

    Autor:

    Pablo Correa

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