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Las Guerras Mundiales




Enviado por ricardor



    Entre 1914 y 1918 se desarrolló en Europa la mayor
    conflagración hasta entonces conocida. Motivada por
    conflictos
    imperialistas entre las potencias europeas, la "gran guerra", como
    se denominó originalmente a la primera guerra
    mundial, implicó a toda la población de los
    estados contendientes, así como a la de sus colonias
    respectivas.

    La causa inmediata que provocó el estallido
    de la primera guerra
    mundial fue el asesinato del archiduque de
    Austria-Hungría, Francisco Fernando, en Sarajevo, Servia
    (posterior Yugoslavia), el 28 de junio de 1914. Austria
    presentó un ultimátum a Servia y el 28 de julio de
    declaró la guerra. El
    sistema de
    alianzas militares creado en los años precedentes
    entró entonces en funcionamiento. Rusia ordenó la
    movilización de sus ejércitos contra Austria, por
    afinidad con sus hermanos eslavos. Alemania,
    aliada del imperio austro-húngaro, pidió a Rusia
    que detuviera sus maniobras contra Francia, en la
    que se concentraría el máximo de fuerzas
    disponibles para lograr rápidamente una victoria que
    permitiera al ejército dirigirse contra Rusia. El plan fue
    ejecutado por el general Helmuth von Moltke, que dejó al
    ejército austríaco encargado de contener a los
    rusos en el frente oriental y dirigió la mayor parte de
    sus tropas contra Francia. El
    ejército francés, al mando del general
    Joseph-Jacques-Césaire Joffre, se dispuso a su vez a
    aplicar el plan XVII,
    contraataque centrado en el Marne.

    Los alemanes iniciaron su ofensiva occidental con
    la toma de Leija el 16 de agosto de 1914. El 20 de agosto de este
    año entraron en Bruselas y tomaron Namur. La defensa
    francesa fue arrollada, pero en septiembre, cuando la balanza
    parecía inclinarse del lado alemán, el
    ejército de Joffre consiguió rechazar la ofensiva
    alemana en la primer batalla del Marne. El general alemán
    Erich von Falkenhaynm que sucedió a Moltke como jefe del
    estado mayor
    del ejército, hizo frente a una nueva ofensiva
    anglo-francesa. Tras las batallas de Yser e Ypres se
    estabilizó un frente que iba desde el canal de la Mancha
    hasta Suiza.

    En el frente oriental, el ejército ruso se
    dirigió al este de Prusia. Allí los generales A.V.
    Samsonov y P.K. Rennenkampf derrotaron al ejército
    austríaco. Los generales alemanes Paul von Hindenburg y
    Erich Ludendorff lograron sin embargo una gran victoria sobre el
    ejército ruso en las batallas de Tannenberg (26 de agosto
    de 1914) y de los lagos Masurianos (febrero de 1915). Rusia
    dirigió entonces una operación masiva contra
    Silicia, pero los resultados no fueron favorables a ninguno de
    los dos bandos y el frente oriental quedó también
    estabilizado.

    El imperio Otomano (Turquía) entró
    en la guerra el 10
    de agosto de 1914, al acoger en sus aguas territoriales a dos
    barcos de guerra
    alemanes.

    En esta primera fase, la guerra en el mar se
    libró entre el Reino Unido y Alemania. Los
    británicos tenían una neta superioridad
    numérica en flota de superficie, mientras que Alemania
    dedicó su esfuerzo sobre todo a la guerra submarina, En el
    ataque a las islas Malvinas,
    efectuado el 8 de diciembre de 1914, los alemanes sufrieron una
    terrible derrota que supuso el principio del fin de sus operaciones en
    alta mar. Inició entonces el Segundo Reich alemán
    una campaña de bloqueo comercial submarino que
    conmovió a la opinión mundial, cuando el 7 de mayo
    de 1915 fue hundido el transatlántico británico
    "Lusitania", con dos mil pasajeros a bordo.

    Los años de
    estabilización

    A comienzos de 1915, los rusos, amenazados por los
    turcos en el Cáucaso, pidieron a los británicos una
    acción rápida contra Turquía. En el Reino
    Unido, y poco después en Francia, se
    aprobó el plan de ataque de
    Winston Churchill. En febrero, una expedición naval
    tomó las fortalezas situadas en la entrada de los
    Dardanelos. Sin embargo, los turcos resistieron en el interior,
    con lo que también aquí se estabilizó el
    frente.

    Desde fines de 1914, demostrada la inviabilidad
    del plan de
    Schlieffen, Falkenhayn vio la conveniencia de desarrollar las
    operaciones en
    el frente oriental. Los alemanes se mantuvieron en general a la
    defensiva en el frente occidental y concentraron sus esfuerzos
    contra los rusos, a quienes derrotaron rompiendo su frente y
    obligándolos a retirarse en una línea que iba desde
    el mar Báltico hasta Chernovtsi, en la frontera
    rumana.

    En 1915, Italia
    declaró la guerra a Austria. El avance italiano hacia el
    este pronto fue detenido, lo que supuso el inicio de una guerra
    de trincheras en torno al
    río Isonzo. En septiembre, los imperios centrales firmaron
    un tratado con Bulgaria y ocuparon Servia. Los aliados enviaron
    ayuda a través de Tesalónica, pero no consiguieron
    llegar hasta los servicios.

    Durante el invierno de 1915-1916, Falkenhayn
    dirigió su acción contra Francia en una
    ofensiva de desgaste que se inició el 21 de febrero de
    1916 en Verdún, cuya defensa fue confiada al general
    francés Philippe Pétain. Pero la ofensiva de los
    aliados en el Somme distrajo la atención de los alemanes,
    que perdieron así su gran oportunidad. En el verano de
    1916 tuvo también lugar la confrontación entre la
    flota alemana y al británica en la batalla naval de
    Jutlandia, en el mar del Norte, que ambos contendientes
    consideraron como una victoria.

    En el frente oriental, en 1916 los rusos iniciaron
    una importante operación de ataque, dirigida por A.A.
    Brúsilov, que tuvo como resultado indirecto la entrada de
    Rumania en la guerra a favor de los aliados.

    De enero a mayo de 1917, la estrategia aliada
    en el frente occidental consistía en que el
    ejército británico hiciese ataques preparatorios,
    reservándose a los franceses una ofensiva mayor en la
    región de Champagne. La batalla de Arrás, con la
    que se inició la ofensiva británica el 9 de abril
    de 1917, fracasó totalmente, y los aliados adoptaron una
    estrategia
    defensiva elaborada por Pétain.

    El hundimiento de tres barcos mercantes
    estadounidenses por los submarinos alemanes provocó la
    declaración de guerra de los Estados Unidos a
    Alemania el 6
    de abril de 1917.

    En el frente oriental, la revolución rusa
    supuso un respiro para los imperios centrales. El armisticio
    firmado en Brest-Litovsk el 15 de diciembre de 1917
    benefició a Alemania, que
    quería la paz en el este para transferir tropas al frente
    occidental, así como al partido bolchevique ruso, que la
    deseaba para consolidar su régimen.

    En el frente occidental, los británicos
    iniciaron de junio a diciembre de 1917 una ofensiva en Flandes
    que se cerró con una operación de gran significado
    para el futuro: la batalla de Cambrai, donde se utilizaron por
    primera vez carros de combate.

    Entre mayo de 1917 y septiembre de 1918 se
    iniciaron movimientos de paz por parte del emperador
    austríaco Carlos I y del papa Benedicto XV. A lo largo de
    1918, el presidente Woodrow Wilson formuló sus famosos
    "catorce puntos", donde definía las bases de la paz,
    indicando soluciones
    para los problemas
    originados por la guerra.

    Las últimas ofensivas y la victoria
    aliada

    En el frente occidental, de marzo a septiembre de
    1918, el mayor problema de los aliados era cómo hacer
    frente a una inminente ofensiva alemana antes de la llegada de
    refuerzos de los Estados Unidos.
    Ludendorff decidió atacar, aprovechando la ventaja
    derivada de la transferencia de tropas del frente oriental.
    Lanzó una serie de ofensivas que culminaron en la segunda
    batalla del Marne, pero los aliados recuperaron la iniciativa con
    la llegada de fuerzas estadounidenses al mando del general John
    J. Pershing. Ludendorff se convenció de la necesidad
    urgente de la paz negociada. En todos los demás frentes,
    los aliados iniciaron ofensivas que contribuyeron a minar la
    fuerzas alemanas y austro-húngaras. En Italia, las
    fuerzas austríacas se amotinaron a fines de octubre de
    1918, y el alto mando ordenó la retirada
    general.

    El imperio austro-húngaro comenzó a
    desmoronarse. Sus diversas nacionalidades (eslavos del sur,
    checos y polacos) proclamaron la independencia,
    con lo que los territorios de Austria y Hungría quedaron
    muy mermados.

    La ofensiva final en el frente occidental
    consistió por parte de los aliados en ataques convergentes
    contra las posiciones alemanas al oeste de la línea que
    iba de Ypres a Verdún. El 3 de octubre de 1918, el
    canciller alemán, el príncipe Maximiliano de
    Badén, envió una nota a Wilson en la que
    pedía el armisticio y el establecimiento de negociaciones
    de paz. El 27 de octubre, Alemania consintió en aceptar
    las condiciones de Wilson para el armisticio, el cual
    debía formularse unilateralmente por los Estados Unidos y
    los aliados. Las negociaciones se entablarían con un
    gobierno
    representativo del pueblo alemán y los términos
    deberían hacer a Alemania incapaz de reanudar las
    hostilidades.

    El 9 de noviembre, Guillermo II decidió
    abdicar al tiempo que se
    extendía por Alemania una revolución proletaria que
    sería finalmente sofocada por grupos
    contrarrevolucionarios y militares. En Europa comenzaron
    los preparativos para la conferencia de
    paz de Versalles.

    La guerra mundial
    había causado cerca de diez millones de muertos y varios
    millones más de heridos, en su mayoría
    jóvenes, principalmente de Rusia, Alemania, Francia y el
    Reino Unido. Las pérdidas materiales
    fueron también cuantiosas en los países
    beligerantes. Por otra parte, la contienda había generado
    un intenso desarrollo de
    los instrumentos y técnicas de guerra: por primera vez
    participaron de forma activa en el combate los fusiles de
    repetición, las ametralladoras, los gases
    asfixiantes, los tanques, los dirigibles y los aviones, y
    también por primera vez se practicaron la guerra de
    posiciones y los bombardeos de ciudades. La exacerbación
    del patriotismo y la movilización de la sociedad civil
    fueron otras novedades de la primera guerra
    mundial.

    El período entre
    guerras

    Las frustraciones ocurridas después de la
    Gran Guerra, sumadas a los profundos problemas
    sociales y económicos, destruyeron las frágiles
    democracias de algunos países europeos,
    sustituyéndolas por regímenes totalitarios de
    extrema derecha como el fascismo italiano
    y el nazismo
    alemán. En la Unión Soviética se
    desarrolló una dictadura de
    extrema izquierda representada por el
    stalinismo.

    En el plano económico, tuvo lugar una
    profunda crisis que
    puso a prueba el sistema
    capitalista: la crisis de 1929
    que, iniciada en los Estados Unidos,
    se extendió prácticamente por todo el
    mundo.

    Se puede dividir la etapa que separa el final de
    la primera guerra
    mundial del comienzo de la segunda en dos grandes
    períodos: entre 1919 y 1929, tras unos pocos años
    de crisis y
    reordenamientos, las relaciones entre las potencias europeas y la
    situación general mejoraron considerablemente; a partir de
    1929 una crisis
    económica generó nuevos conflictos y
    se entró en una etapa que condujo a un nuevo estallido
    bélico.

    La Sociedad de las Naciones, creada por el
    tratado de Versalles, era una entidad que tenía su sede en
    Ginebra (Suiza). En su estructura
    pronto aparecieron fisuras: los Estados Unidos no
    participaron en ella, pues el Senado norteamericano no
    aceptó los compromisos adquiridos por el presidente Wilson
    y el nuevo gobierno,
    encabezado por el presidente Harding inició una
    política de aislamiento. Alemania fue aceptada como
    estado miembro
    en 1925, pero -a igual que Japón e Italia- se
    retiró de ella al iniciar una política
    expansionista en la década siguiente.

    La Sociedad de las
    Naciones no pudo evitar el estallido de nuevos conflictos
    internacionales ni cumplir la misión pacificadora para la
    que había sido concebida.

    Los estallidos
    totalitarios

    Ideologías totalitarias de distinto signo
    se impusieron en tres naciones europeas: Rusia, Italia y
    Alemania. Con profundas diferencias entre ellos, estos sistemas tuvieron
    como denominador común la supresión de la libertad
    política y el papel de
    preponderante del Estado
    controlado por un solo partido.

    El fascismo

    Italia después de la
    guerra

    La primera guerra
    mundial acentuó el nacionalismo
    de los italianos en la medida en que sus reivindicaciones
    territoriales no fueron satisfechas por el tratado de Versalles.
    La región de Fiume, por ejemplo, que los italianos
    reclamaban, le fue entregada a Yugoslavia. Además, las
    potencias de la Entente no reconocieron los esfuerzos de Italia en la
    guerra en la que había perdido 650.000 combatientes y
    sufrido la devastación de Venecia y otras regiones. El
    frustrado pueblo italiano achacó al gobierno liberal
    italiano su debilidad frente a Francia e Inglaterra
    culpándolo además de la generalizada crisis
    económica del país que afectaba principalmente a
    obreros y campesinos. Las rebeliones rurales y urbanas se
    generalizaron, produciéndose saqueos de comercios y
    ocupación de fábricas alentados por los partidos de
    izquierda: Socialista y Comunista.

    El principio esencial de la doctrina fascista es
    la concepción del Estado. Para
    el fascismo,
    el Estado no
    es lo absoluto, ante el cual los individuos y los grupos no son
    sino lo relativo. El estado
    fascista es una voluntad de poder y de
    dominación. Para el fascismo, la
    aspiración al Imperio, es decir, a la expansión de
    las naciones, es una manifestación de vitalidad; s u
    contrario, el espíritu casero, es un signo de decadencia.
    Loa pueblos que nacen o que resucitan, son imperialistas, los
    pueblos que mueren son los que renuncian. El imperio exige la
    disciplina, la
    coordinación de esfuerzos, el deber y el
    sacrificio.

    En este momento más que nunca, los pueblos
    tienen sed de autoridad, de
    dirección y de orden. Si cada siglo tiene su doctrina, mil
    indicios muestran que la de este siglo fue el fascismo.

    Los fascistas en el
    poder

    El partido fascista fue creado por Benito
    Musscolini, a poco de terminar la guerra. Agrupó
    inicialmente a individuos partidarios de detener la
    expansión izquierdista que se venía operando en
    Italia y para lo cual no vacilaban en propiciar el uso de la
    violencia. El
    fascismo fue
    ganando el apoyo de sectores vinculados con los militares, la
    burguesía y la clase media italianos, quienes alarmados
    por el auge de los izquierdistas, vieron en esta fuerza un
    medio para detener las agitaciones sociales.

    Ante lo que calificaban de pasividad del gobierno,
    grupos
    fascistas armados realizaron frecuentes atentados contra
    líderes socialistas y comunistas así como en las
    sedes de esos partidos y de sindicatos.

    En octubre de 1922, cincuenta mil fascistas, los
    llamados camisas negras (fasci de combatimento, distinguidos
    precisamente, por vestir camisas negras), realizaron una marcha
    sobre Roma y exigieron
    al rey Victor Manuel II la formación de un nuevo gobierno liderado
    por Musscolini. El rey cedió y los fascistas llegaron al
    poder.

    Musscolini instauró una dictadura que
    no vaciló en recurrir a todos los medios
    coercitivos, aún el secuestro y el
    asesinato de destacados líderes opositores. Fue declarado
    Duce (guía, conductor, caudillo) y todo el poder se
    concentró en él.

    Con el fascismo en el poder, se
    terminaron las libertades públicas en Italia. Se
    disolvieron los partidos políticos y todas las organizaciones
    hostiles al gobierno; sólo subsistió el Partido
    Fascista; toda oposición fue destruida.

    Desde el gobierno se propició un nacionalismo
    extremo que derivó hacia prédicas militaristas e
    imperialistas, creándose un fuerte ejército y una
    poderosa escuadra.

    Con la intención de poner fin a los
    enfrentamientos entre empresarios y trabajadores, los fascistas
    concibieron un Estado
    corporativo basado en las corporaciones (representaciones mixtas
    de patrones y obreros).

    En el orden económico se apoyó la
    iniciativa privada y se planteó una política de
    pleno empleo
    propiciándose grandes obras públicas y
    estimulándose la producción de la agricultura y
    de la industria. Las
    reservas del Banco de Italia
    se incrementaron y la lira (moneda italiana), aumentó su
    valor.

    Bajo el lema "Creer, obedecer, combatir", se
    estructuró un Estado que se fundamentó en la
    Cámara de los Fascios y las Corporaciones, ambas
    convertidas en instrumentos incondicionales del gobierno. El
    fascismo afirmó la primacía del Estado, encarnado
    en el Duce, jefe todopoderoso. La expresión "il duche ha
    siempre razione" (el Duce siempre tiene razón)
    envolvió a Musscolini con un hálito de
    infalibilidad indiscutible.

    En 1929, Musscolini llegó a un acuerdo con
    el Papado con quien firmó el Tratado de Letrán, por
    el cual se reconoció al Papa su soberanía sobre la
    pequeña región del Vaticano.

    Invasión de Italia: Se hunde el
    fascismo

    En 1943, los aliados invadieron el sur de Italia y
    se apoderaron de Sicilia. Entre las fuerzas armadas italianas
    tomaron fuerza los
    partidarios de la paz: Mussolini fue depuesto y encarcelado y el
    nuevo gobierno se rindió a los aliados. Los alemanes no
    aceptaron esta capitulación; siguieron la lucha, liberaron
    a Mussolini (quien se instaló en Milán al frente de
    un gobierno débil) y se hicieron fuertes en Roma.

    Para esa época tomó fuerza la
    resistencia
    italiana integrada por partisanos que enfrentaron a alemanes y
    fascistas. Mientras tanto proseguía el avance de los
    aliados que entraron triunfalmente en Roma. Mussolini
    intentó huir pero, sorprendido por miembros de la resistencia
    italiana, fue fusilado.

    El nazismo

    Nacionalismo, racismo e
    imperialismo

    Luego de la guerra, los alemanes depusieron al
    Kaiser y proclamaron la República de
    Weimar.

    En 1919, el país conducido por los
    social-demócratas debió firmar el Tratado de
    Versalles -en muchos aspectos humillante para Alemania- que
    obligó a este país a pagar una enorme deuda de
    guerra en parte solventada por créditos
    norteamericanos.

    Alemania atravesaba por un período
    crítico: inflación, desempleo,
    miseria, enfrentamientos sociales que el gobierno fue incapaz de
    resolver. Las oposiciones crecían y la prédica de
    socialistas y comunistas alentaba las agitaciones sociales. Los
    militares, por su parte, trataban de justificar la derrota
    alegando que "Alemania había sido apuñalada por la
    espalda" por marxistas y judíos.

    En ese año, en la ciudad de Munich,
    Adolfo Hitler,
    un ex-cabo que había participado en la guerra, creó
    el Partido Nacional Socialista de los Trabajadores Alemanes, cuya
    abreviatura originó el término nazi con que
    se lo conoció. Esta nueva agrupación intentó
    sin éxito apoderarse del gobierno de Munich (1923), por
    tal razón Hitler fue
    encarcelado por unos meses. En la prisión escribió
    un libroMi
    lucha
    – en el que sintetizaría las bases de la doctrina
    nazi. En esta obra Hitler defiende
    la idea de la superioridad de la raza aria de la cual el pueblo
    alemán sería el más puro
    representante.

    Los Nazis en el
    poder

    Los nazis, con su prédica antimarxista,
    fueron logrando el apoyo de los sectores que veían
    alarmados el crecimiento de los partidos de izquierda. Las
    elecciones presidenciales de 1932 confirmaron en el gobierno al
    anciano mariscal Hindenburg, pero Hitler obtuvo una
    considerable cantidad de votos. Ningún partido
    logró la mayoría como para dominar el Reichtag
    (Parlamento) y constituir un gobierno. Hindenburg entonces,
    llamó a Hitler para
    ocupar el cargo de canciller en un gabinete de coalición
    en el que figuraban nazis y conservadores
    (1933).

    En 1934 fue incendiado el Reichtag. Hitler
    acusó a los comunistas: fue el pretexto para disolver el
    Partido Comunista. Al morir el presidente Hindenburg (1934) el
    Parlamento dio plenos poderes a Hitler, quien se convirtió
    en el Führer (término parecido al de Duce) del pueblo
    alemán: comenzó entonces la terrible dictadura
    nazi.

    Se exacerbó el militarismo y el imperialismo y
    se acentuó el carácter racista del movimiento:
    los judíos fueron perseguidos y confinados en campos de
    concentración donde fueron asesinado en masa. La
    oposición fue destruida. Una gran cantidad de
    intelectuales y científicos debió exiliarse y en la
    noche del 10 de mayo de 1933, se alzó en Berlín una
    enorme pila de libros para
    ser quemados públicamente argumentando que
    "subvertían el pensamiento
    alemán": Thomas Mann, Stefan Zweig, Eric Maria, Remarque,
    Albert
    Einstein, Freud, etc.,
    fueron algunos autores cuyas obras terminaron devoradas por el
    fuego.

    El nazismo
    montó un extraordinario aparato publicitario destinado a
    popularizar la doctrina oficial. Los SA (milicias del partido)
    actuaban como grupo de
    choque, en tanto que la Gestapo (policía política)
    lo vigilaba todo.

    Se implantó un rígido control del
    Estado sobre la economía y al desconocerse las
    determinaciones del Tratado de Versalles que prohibían el
    rearme alemán, se propició la producción
    industrial principalmente aplicada a la industria
    bélica y química. Era evidente que el Tercer Reich,
    tal el nombre dado por los nazis al nuevo régimen, se
    preparaba para la guerra.

    El Stalinismo en la Unión
    Soviética

    Una cruel dictadura
    personal

    Terminada la guerra civil con el triunfo de los
    comunistas (1921), Lenin dirigió férreamente los
    destinos de la Unión de Repúblicas Socialistas
    Soviéticas (denominación oficial de Rusia a partir
    de 1922). Se instauró la dictadura del
    proletariado y se planificó la economía en medio de
    grandes dificultades que amenazaban con provocar un caos
    económico.

    Con la muerte de
    Lenin (1924) y tras una tremenda lucha por el poder entre
    Stalin y Trotski, asumió el primero. Trotski y sus
    seguidores debieron exiliarse. Radicado en México, fue
    asesinado en 1940 por orden de Stalin.

    El stalinismo pasó a ser sinónimo de
    intolerancia y persecución. Stalin instauró una
    dictadura que suprimió toda forma de oposición. El
    Partido y la sociedad fueron
    sometidos a sangrientas purgas que terminaron con las
    disidencias.

    La URSS aspiraba a convertirse en potencia
    industrial: la acción del Estado Soviético se
    aplicó a ese fin y las masas obreras fueron sometidas a
    ingentes sacrificios. Desapareció la propiedad
    privada y toda la producción industrial y agrícola
    quedó en manos del Estado.

    El Estado
    soviético fue reorganizado: por la Constitución de
    1936 se crearon el Soviet Supremo encargado de legislar, el
    Cosejo de Comisarios del Pueblo y un Presidium. Sin embargo, en
    los hechos, todo era controlado por la dictadura personal de
    Stalin.

    La política internacional soviética
    se orientó hacia la recuperación de los territorios
    perdidos después de la revolución,
    planteándose como necesidad geopolítica gravitar
    con su influencia sobre Europa
    oriental.

    De los triunfos del Eje a la contundencia de
    los Aliados

    En el inicio del año 1942, Alemania
    controlaba gran parte de Europa y sus
    ejércitos continuaban cercando los grandes centros
    soviéticos y avanzando en el norte de África en
    dirección a Egipto, con la
    finalidad de dominar el Canal de Suez. En el Extremo Oriente,
    Japón tenía sometidas a Filipinas, Malasia,
    Birmania, Indonesia, y amenazaba a Australia y la India.

    Sin embargo, por ese mismo año, el
    poderío japonés comenzaba a flaquear con la derrota
    sufrida en las batallas navales de Midway y Mar del Coral. Los
    ejércitos alemanes del norte de África comandados
    por Rommel fueron vencidos por las tropas británicas de
    Montgomery al tiempo que la
    marina anglo-norteamericana estaba superando el poder de los
    submarinos alemanes. Hacia el final del año se
    inició la batalla de Stalingrado, una gran ofensiva rusa
    que culminó con la derrota alemana (febrero de 1943) y con
    el avance del ya poderoso ejército soviético en
    dirección a Alemania.

    La Segunda Guerra
    Mundial

    De forma activa o pasiva, países de todos
    los continentes se vieron implicados o afectados por la segunda guerra
    mundial, una contientda en la que naciones con siglos de
    civilización se enfrentaron en una escala
    destructiva sin precedentes.

    La segunda guerra
    mundial fue un conflicto
    armado que se extendió prácticamente por todo el
    mundo entre los años 1939 y 1945. Los principales
    beligerantes fueron, de un lado, Alemania, Italia y Japón,
    llamadas las potencias del Eje, y del otro, las potencias
    aliadas, Francia, el Reino Unido, los Estados Unidos, la
    Unión Soviética y, en menor medida, la China. La
    guerra fue en muchos aspectos una consecuencia, tras un
    difícil paréntesis de veinte años, de las
    graves disputas que la primera guerra mundial
    había dejado sin resolver. La frustración alemana
    después de la derrota y los duros términos del
    Tratado de Vasalles, junto con la intranquilidad política
    y la inestabilidad social que afectaron crecientemente a la
    república de Weimar, tuvieron como resultado una
    radicalización del nacionalismo
    alemán. De esta forma se produjo el advenimiento al poder
    de Adolf Hitler, jefe del Partido Obrero Alemán Nacional
    Socialista (NSDAP), o partido nazi, de ideología
    totalitaria, ultranacionalista y antisemita.

    Después de hacerse otorgar plenos poderes
    en 1933, Hitler, que había asumido el título de
    Führer o caudillo del Tercer Reich, impulsó el rearme
    secreto de Alemania. Aprovechó la falta de decisión
    de las potencias europeas para oponerse activamente a sus
    designios y ordenó la ocupación militar de Renania
    en marzo de 1936, desición que contravenía
    unilateralmente el Tratado de Versalles.

    En ese mismo año, Benito Mussolini, el
    dictador fascista de Italia, que ya se había embarcado en
    una agresión a Abisinia (Etiopía), firmó con
    Hitler un acuerdo secreto germano-italiano que daría lugar
    al establecimiento del Eje Roma-Berlín. Al año siguiente,
    Italia se unió al pacto que Alemania y Japón
    habían firmado en 1936. Fue el llamado pacto
    tripartito.Alemania e Italia intervinieron, en nombre del
    anticomunismo, en la guerra civil española iniciada en
    1936.

    La ofensiva alemana

    En marzo de 1938, Hitler envió tropas
    alemanas para ocupar Austria, que pronto fue incorporada por
    plebiscito al Tercer Reich (el Anschluss). En una hábil
    combinación de presiones internas y externas, logró
    la anexión o neutralización del territorio
    checoslovaco en marzo de 1939. En abril del mismo año,
    Italia se anexionó Albania. En agosto se firmó un
    pacto de no agresión entre Alemania y la Unión
    Soviética, en el que se establecía una
    cláusula secreta sobre la división de Polonia y el
    establecimiento de esferas de influencia soviéticas y
    alemanas en los estados bálticos y en Finlandia. Tras este
    atrevido acuerdo, que dejó atónitos a los
    gobernantes del resto de Europa, Hitler
    ordenó iniciar la invasión de Polonia el 1 de
    septiembre de 1939. El Reino Unido y Francia declararon la guerra
    a Alemania dos días después. El 17 de septiembre,
    tropas soviéticas penetraron en la parte oriental de
    Polonia, que de esta forma quedó dividida entre Alemania y
    la Unión Soviética. A finales de 1939 se
    firmó un nuevo pacto por el que Alemania recibía
    toda la parte situada al oeste del río Bug y los
    soviéticos obtenían Lituania dentro de su esfera de
    influencia.

    La Unión Soviética, aprovechando su
    entendimiento con Alemania, obligó a Estonia, Letonia y
    Lituania a admitir guarniciones militares en su territorio.
    Finlandia se negó a obedecer y fue atacada por tropas
    soviéticas en noviembre de 1939. Inicialmente, el
    pequeño país finés contuvo el ataque
    soviético, lo que despertó las simpatías de
    todo el mundo. La Unión Soviética no había
    valorado en su justa medida la voluntad de Finlandia para
    resistir ni los obstáculos naturales construidos por los
    numerosos lagos y bosques del país. No obstante, en marzo
    de 1940 Finlandia hubo de pedir la paz, después de un
    ataque masivo de las fuerzas soviéticas que obligó
    a los finlandeses a replegarse.

    Durante el inicio de 1939, las principales
    actividades alemanas se desarrollaron en el mar, incluyendo una
    campaña submarina muy activa contra buques mercantes con
    rumbo al Reino Unido. En cambio, en la
    guerra naval de superficie los británicos fueron en
    conjunto más afortunados que los
    alemanes.

    En abril de 1940, Hitler puso en práctica
    la táctica de la "guerra relámpago" al ordenar la
    invasión de Noruega y la ocupación de sus
    principales puertos. Un batallón de paracaidistas
    tomó los campos de aviación de Oslo y Stavanger. Al
    mismo tiempo, los
    alemanes enviaron barcos de guerra al puerto de Copenhague y se
    introdujeron en la península de Jutlandia. La
    ocupación de Dinamarca era necesaria para la seguridad de las
    comunicaciones
    alemanas con Noruega.

    Los acontecimientos en los países
    nórdicos se convirtieron en un problema de menor
    importancia para las potencias occidentales cuando el 10 de mayo
    de 1940 se vieron sorprendidas ante el ataque fulminante de
    Hitler a través de los Países Bajos y de
    Bélgica. En este último país, la
    cooperación de la Luftwaffle o fuerza
    aérea alemana con las unidades acorazadas fue decisiva
    para romper las líneas de defensa. El 12 de mayo, los
    alemanes cruzaron la frontera franco-belga, y el 22 de junio,
    tres quintas partes de Francia, incluyendo París, estaban
    ocupadas. Sin embargo, buena parte de las tropas
    británicas en Francia, así como otros grupos de
    diversas nacionalidades, lograron escapar por el puerto de
    Dunquerque. Se firmó entonces un armisticio entre Alemania
    y Francia, representada ésta por el mariscal Philippe
    Pétain, héroe francés de la primera guerra mundial. A
    partir de entonces, los alemanes ocuparon todo el norte de
    Francia, desde la frontera suiza al canal de la Mancha y el
    Atlántico, y una franja de la costa atlántica desde
    el bajo Loira al extremo oriental de los Pirineos. El gobierno
    francés, con sede en Vichy, conservaba el control de dos
    quintas partes de Francia y de la armada y la fuerza
    aérea, que, sin embargo, habían de mantenerse
    neutrales. Mientras tanto, el general Charles de Gualle, desde
    Londres, radiaba proclamas invitando a los franceses a continuar
    la resistencia
    contra los invasores alemanes.

    Durante agosto y septiembre de 1940, la Luftwaffe
    alemana lanzó un bombardeo aéreo masivo sobre el
    Reino Unido en un intento de debilitar al país para una
    invasión posterior a través del canal. Los
    británicos tenían a su favor un sistema de
    detección por radar y un tipo de caza, el "Spitfire",
    superior a cualquier avión
    alemán.

    En la batalla de Inglaterra se fue
    imponiendo finalmente la Royal Air Force británica, y
    Hitler pospuso indefinidamente la invasión. Por primera
    vez, el avance alemán había sido frenado, lo que
    tuvo un enorme valor
    simbólico

    Después del fracasado intento de
    invasión de Gracia por parte de Italia en noviembre de
    1940, Hitler incorporó sucesivamente a Hungría,
    Rumania y Eslovaquia al Eje. Bulgaria se unió en marzo de
    1941. En abril, Alemania atacó a Yugoslavia y Grecia, que
    fueron invadidas a finales del mes. El estado
    yugoslavo se disolvió completamente, y Grecia fue
    ocupada por los italianos, excepto Atenas, Tesalónica y
    Demótica, en Tracia, así como las islas de
    Quíos, Lesbos, Samos, Melos y Creta, que se reservaron los
    alemanes para sí.

    En junio de 1941, Hitler rompió el pacto de
    no agresión de 1939 y atacó a la Unión
    Soviética. La amistad de este
    país, sin la que las victorias de 1939-1940 hubieran sido
    imposibles, ya no le era necesaria a Alemania. Unidades armadas
    alemanas entraron en territorio soviético y en diciembre
    habían llegado a los alrededores de Moscú, antes de
    que los contraataques y los rigores del invierno paralizaran la
    ofensiva.

    La guerra en el Pacífico y las primeras
    victorias aliadas

    Cuando la guerra se inició en Europa en
    septiembre de 1939, los japoneses, a pesar de su continuado
    avance en China, no
    veían el final de un conflicto que
    se les antojaba largo y estéril. La declaración de
    guerra del Reino Unido y Francia contra Alemania abrió al
    japón la perspectiva de apoderarse de colonias europeas en
    el sudeste de Asia y en el
    Pacífico. A finales de 1940, Japón había
    decidido que en caso de iniciar una ofensiva, ésta
    tendría como objetivo las
    posiciones de los Estados Unidos, su principal adversario en el
    Pacífico.

    Entre el 7 y el 8 de diciembre de 1941, los
    japoneses bombardearon las instalaciones estadounidenses en Pearl
    Harbor, hawaii, y en las Filipinas. A continuación, los
    Estados Unidos declararon la guerra a las potencias del
    Eje.

    A pesar de la ventaja inicial obtenida por medio
    del ataque sorpresa, Japón perdió las batallas
    navales decisivas del mar del Coral y de Midway en mayo y junio
    de 1942. En este momento, la guerra en el Pacífico
    cambió de signo. Japón había perdido sus
    portaaviones de primera línea y la mayoría de sus
    mejores pilotos. En lo sucesivo, las fuerzas navales de los
    japoneses y de los aliados quedaron igualadas. La estrategia
    estadounidense en el Pacífico consistía en utilizar
    fuerzas navales y anfibias para avanzar por las cadenas de islas
    hacia japón, mientras que fuerzas terrestres en menor
    escala cooperaban
    con los chinos y los británicos en el continente
    asiático.

    En el norte de África, los
    británicos, que en 1940-1941 habían eliminado
    fuerzas italianas mucho mayores, entablaron batalla con el Afrika
    Korps alemán dirigido por el mariscal Erwin Rommel. En
    julio de 1942, la ofensiva alemana contra Egipto fue
    detenida en la batalla de El-Alemein. En ese momento terminaron
    las esperanzas de Alemania de conseguir una victoria
    rápida en África. Las tropas de Rommel se
    encontraban exhaustas y sometidas además al acoso de los
    británicos. A mediados de octubre de 1942 llegaron
    refuerzos aliados al norte de África. La superioridad
    numérica sobre las tropas alemanas fue en aquél
    momento tan fuerte que en noviembre Rommel carecía de
    fuerza para resistir y ordenó la retirada. Las tropas
    alemanas se replegaron gradualmente hacia Túnez, hasta que
    capitularon en mayo de 1943.

    La derrota del Eje

    En julio de aquel año, fuerzas aliadas
    desembarcaron en Sicilia desde el norte de África. La
    invasión representaba una amenaza directa para Italia.
    Cuando Mussolni reveló al Gran Consejo Fascista que los
    alemanes estaban proyectando la evacuación de la mitad sur
    de Italia, la mayoría del consejo votó una
    resolución en contra de Mussolini, que dimitió y
    fue arrestado el 25 de julio.

    El rey Victor Manuel III ordenó entonces la
    formación de un nuevo gobierno, a cuyo frente se puso
    Pietro Badoglio. Desde Sicilia, los aliados pasaron a Italia con
    el desembarco en Salerno en septiembre de 1943. Los alemanes
    reforzaron sus defensas en el norte y centro de Italia y
    continuaron luchando duramente contra las tropas aliadas durante
    el resto de la guerra.

    En el frente oriental, desde agosto de 1942 a
    febrero de 1943, los alemanes llevaron a cabo un asedio de
    Stalingrado (posteriormente Volgogrado) que chocó con una
    dura oposición y que finalmente no tuvo éxito. Las
    fuerzas alemanas en la Unión Soviética perdieron
    ímpetu. Mientras las bajas humanas y de equipo obligaban a
    los alemanes a abandonar su proyectada ofensiva, el
    ejército rojo mejoraba continuamente la calidad de su
    mando y aumentaba su fuerza recurriendo a sus enormes reservas de
    hombres. En el verano de 1943 tenía una superioridad
    numérica de cuatro a uno sobre los alemanes, que
    comenzaron a retroceder.

    A partir de 1944, las fuerzas alemanas
    habían iniciado una retirada parcial del este con el fin
    de prepararse para contener la invasión aliada que
    esperaba en el oeste de Europa. No se sabía, sin embargo,
    dónde tendría lugar. La misión había
    sido confiada al general Dwight Eisenhower, y recibió el
    nombre de "operación Overlord". El 6 de junio de 1944 (que
    se conocería como Día D), 156.000 hombres
    desembarcaron en las playas de Normandía, procedentes del
    sur de la Gran Bretaña. las fuerzas invasoras estaban
    compuestas por soldados británicos, canadienses y
    estadounidenses, y pequeños grupos de otras
    nacionalidades. Los aliados hicieron rápidos progresos en
    el norte de Francia gracias a su fuerza aérea, capaz de
    interferir decisivamente el movimiento de
    las reservas alemanas.

    Comenzaron también en este momento las
    dudas y las disensiones por parte de los mismos
    alemanes.

    Aparte del progreso de los aliados, un
    acontecimiento desmoralizó a los mandos alemanes: el
    fracaso y las consecuencias de una conspiración contra
    Hitler.

    El curso desastroso que había tomado la
    guerra y la alarma ante los crímenes del régimen
    nazi, llevaron a cierto número de civiles y de oficiales a
    formar una oposición secreta que decidió finalmente
    matar al Führer. El complot fracasó y la
    reacción nazi fue salvaje: 200 conspiradores implicados y
    otras cinco mil personas más remotamente relacionadas con
    el complot fueron condenados a muerte.

    Hitler y sus fanáticos partidarios, cada
    vez más alejados de su pueblo, tenían
    todavía la esperanza de inclinar la balanza a su favor
    mediante el empleo de
    armas nuevas
    que los científicos alemanes estaban perfeccionando. Pero
    la realidad era que la superioridad aliada hacía ya
    completamente infructuosos los esfuerzos de Alemania. Los aliados
    consolidaron rápidamente su dominio de
    Francia y comenzaron un avance hacia el este que
    finalizaría con la ocupación de Alemania entre
    marzo y abril de 1945. Hitler ordenó la
    movilización de todos los hombres de edades comprendidas
    entre los 16 y los 60 años en un intento desesperado de
    defender el Tercer Reich. Mientras tanto, el ejército
    soviético avanzó hacia el oeste y ocupó la
    mitad oriental de Alemania. Antes de que sus tropas estuviesen
    listas para el asalto final, los aliados intensificaron sus
    bombardeos aéreos. Esta ofensiva culminó el 13 de
    febrero de 1945 con una serie de cinco ataques sobre Dresde, que
    quedó completamente destruida.

    En el momento más crítico del
    colapso alemán, con Berlín rodeado de tropas
    soviéticas, Hitler, aislado y presa de la
    desesperación, se suicidó el 30 de abril de 1945.
    la rendición definitiva de las fuerzas alemanas se
    firmó el 8 de mayo. La guerra había terminado
    oficialmente en Europa.

    En el Pacífico, el general estadounidense
    Douglas MacArthut aniquiló prácticamente a la
    armada japonesa en la batalla naval del golfo de Leyte y
    abrió el camino a los Estados Unidos para la
    ocupación de las Filipinas, objetivo
    primordial de la campaña. En marzo de 1944, Manila se
    rindió, y en marzo y junio del año siguiente los
    Estados Unidos capturaron las islas de iwo Jima y Okinawa
    después de una encarnizada lucha con los japoneses.
    Quedaba entonces libre el camino para un bombardeo masivo del
    Japón e incluso una posible invasión. Se estaba
    preparando, sin embargo, algo mucho más
    contundente.

    En efecto, los Estados Unidos, a partir de
    experimentos
    alemanes, habían elaborado una bomba atómica. Harry
    S. Truman, quien asumió la presidencia estadounidense tras
    la muerte de
    Franklin D. Rooselvelt, había estimado que la bomba
    atómica podía utilizarse para derrotar a
    Japón de tal forma que costaría menos bajas a
    Estados Unidos que una invasión tradicional. El 6 de
    agosto fue lanzada la primera bomba atómica sobre la
    ciudad de Hiroshima.

    Ochenta mil personas murieron abrasadas o a
    consecuencia de la radiación, y otras setenta mil quedaron
    gravemente afectadas. Dos días después, la
    Unión Soviética declaró la guerra a
    Japón, y el 9 de agosto, los estadounidenses lanzaron una
    segunda bomba nuclear sobre Nagasaki. Los japoneses, ante esta
    demostración de fuerza, se rindieron formalmente el 2 de
    septiembre de 1945.

    La segunda guerra
    mundial arrojó un balance de entre 35 y 60 millones de
    muertos, de ellos gran número de civiles. Los bombarderos
    masivos de ciudades e instalaciones industriales generaron
    asimismo enormes pérdidas materiales. La
    capacidad ofensiva de las nuevas armas y
    tácticas de guerra (transportes y bombardeos
    aéreos, portaaviones, unidades de paracaidistas, tanques
    con potentes cañones, bombas
    autopulsadoras y bombas
    atómicas) explica las grandes destrucciones y matanzas
    producidas, sobre todo, en la Unión Soviética,
    Alemania, Japón, Francia y el Reino
    Unido.

    Las conferencias de paz de Teherán (1943),
    Yalta y Potsdam (ambas en 1945) cambiaron el mapa del mundo y
    sentaron las bases de un nuevo período histórico en
    el que la vieja Europa cedió su hegemonía a las dos
    nuevas superpotencias que se consolidaron durante y tras la
    guerra: los Estados Unidos y la Unión
    Soviética.

    HECHOS DE LA SEGUNDA GUERRA
    MUNDIAL

    (1939-1945)

    Dado los antecedentes que produjeron que la
    situación se fuera agravando, Alemania acentuó su
    presión, Polonia siguió negándose a ceder,
    Inglaterra y
    Francia continuaron apoyándola, aunque tratando de lograr
    un apaciguamiento. No tardó en estallar el conflicto.

    El 1 de Septiembre, La Gran Bretaña se
    consideraría en guerra con Alemania. La guerra entre las
    potencias occidentales y Alemania había comenzado. Contra
    lo esperado y lo previsto en el tratado germano-italiano, Italia
    no entraba en la guerra; pero no declaraba , sin embargo, la
    neutralidad.

    La guerra, en su primera fase, fue una
    típica guerra europea; Esta primera coalición es
    poco numerosa; en ella figuran solo Inglaterra,
    Francia y Polonia. Hitler comenzó por someter a
    Polonia.

    Esto era relativamente fácil para los
    Alemanes, ya que contaban con una superioridad numérica,
    de material, mandos y preparación. Además, la
    situación estratégica era absolutamente favorable a
    Alemania: sus territorios, desde Prusia Oriental a Silesia y
    Eslovaquia, rodeaban al territorio Polaco.

    Así pues comenzó Hitler con toda
    tranquilidad, la labor de destruir el ejército polaco. El
    1 de Septiembre, comenzó la invasión de Polonia y
    la aviación alemana inició el sistema de
    grandes bombardeos contra la retaguardia. El 9 comenzaba la
    batalla por Varsovia, mientras los polacos eran derrotados por
    todos los sectores. La ciudad de Varsovia, destruida casi
    totalmente por la aviación alemana, caía en las
    manos de las fuerzas de Hitler.

    Liquidada Polonia, Hitler pronunció un
    discurso
    ofreciendo la paz a los occidentales, quienes rechazaron la
    propuesta. Entonces comenzó una curiosa guerra: la guerra
    sin guerra. Los ejércitos adversarios, el
    franco-británico y alemán, se encontraban con las
    armas al
    hombro sin realizar operación alguna.

    La "guerra relámpago" estalló en
    Occidente, sin que ningún síntoma aparente lo
    hiciera sospechar, el 9 de Abril de 1940 las tropas alemanas
    invadían Dinamarca y desembarcaban a todo lo largo de las
    costas noruegas. La invasión a Dinamarca se
    completó en una sola noche.

    Se inició, la invasión de
    Bélgica, Holanda y Luxemburgo, en la madrugada del 10 de
    Mayo, Alemania desencadenaba un ataque violentísimo con
    intervención de sus armas conocidas y
    temibles: aviación y tanques, poniendo en juego un
    sistema nuevo:
    los paracaidistas, soldados escogidos, armados e instruidos
    especialmente para ser arrojados en la retaguardia enemiga, y las
    fuerzas aerotransportadas en aviones dispuestos a
    propósito.

    Todos estos acontecimientos pusieron en
    situación desesperada a los franco-británicos
    cercados. Tanto que se dispuso su evacuación, realizada lo
    mejor que se podía en dichas circunstancias,
    salvándose más de trescientos mil hombres el 3 de
    Julio de 1940, además Italia el 10 declaró la
    guerra a Inglaterra y
    Francia.

    El 5 los alemanes desencadenan una nueva ofensiva
    en el Soma, el 14 entran en París y firman el armisticio:
    Hitler acude a la firma, que por su expresa decisión, se
    efectúa en el bosque de Compiégne, en el mismo
    lugar donde, en Noviembre de 1918, Alemania sufrió la
    misma humillación.

    La derrota de Francia hubiera podido significar el
    fin de la guerra, lo creyó mucha gente a través del
    mundo, pero no era así. Al discurso que
    pronunció Hitler ofreciendo la paz, contestó
    Churchill:

    "Inglaterra no quiere la paz ni tolera que se
    hable de ella. No pide que se le tenga lástima. Nos
    defenderemos en cada aldea, en cada ciudad, en cada calle y
    preferimos ver a Londres convertido en escombros y ruinas que
    esclavizada".

    Quedaban frente a frente los elementos esenciales
    de la guerra: Alemania con la más poderosa fuerza
    terrestre e Inglaterra con la primera flota de los
    Océanos. Se produjo una espera durante la cual el mundo
    aguardó la decisión que tomarían. La orden
    no llegó porque se produjo la batalla de Inglaterra, o
    sea, los grandes combates aéreos en los cuales la
    aviación inglesa, aunque muy inferior en número,
    logró a fuerza de valor y
    patriotismo desbaratar los planes del adversario
    destruyéndole muchos más aparatos de los que
    contaba perder y reduciendo notablemente su superioridad
    aérea.

    Churchill, refiriéndose a aquella lucha,
    pronunció una de sus famosas frases, referida a la
    gratitud debida por los ingleses a los pilotos británicos
    de aquella lucha:

    "Nunca tantos debieron tanto a tan
    pocos"

    Alemania, Italia y el Japón subscribieron
    un pacto Tripartito, en el cual se hacia el mantenimiento
    de la paz. Sólo se resistieron dos estados
    balcánicos: Grecia y
    Yugoslavia. Pero los alemanes habían penetrado en Bulgaria
    y desde allí, el 6 de abril atacaban a ambos
    países. El 9 era ocupada Salónica y Yugoslavia se
    hundía también. Este hecho convertía a
    Alemania de una potencia
    meramente europea en una potencia mundial:
    instalada en Francia, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Noruega
    y los Balcanes, aliada de Italia, lo cual le permitía una
    acción mediterránea y africana, su posición
    era fortísima.

    Posteriormente, a fines del año 1940 y
    principios de
    1941, los italianos habían sido arrojados del desierto
    costero de Egipto y los
    ingleses, pasando a la contraofensiva, penetraron en Libia y
    ocuparon toda la Cirenaica después de una violenta
    batalla. Pero el 24 de febrero de 1941 entró en
    acción el "Africa Korps",
    unidad alemana especialmente preparada para la lucha en el
    desierto.

    En el verano de 1942 Hitler continuaba al frente
    de Europa la guerra se acercaba al final del tercer año.
    La administración y el gobierno de los países
    ocupados comenzó a constituir un problema para los nazis.
    El llamado "nuevo orden" de Hitler estribaba en utilizar todos
    los recursos
    económicos de los países ocupados y forzar a los
    obreros en trabajar duramente en la producción de materiales de
    guerra.

    Los habitantes de los países ocupados
    sufrían un gobierno despótico sin derechos ni libertades. Al
    principio la población civil parecía resignada a su
    situación; sin embargo, al darse cuenta de la
    explotación sistemática a que se hallaba reducida,
    despertó pronto de su apatía. Pequeños y
    decididos grupos de patriotas franceses comenzaron a dinamitar
    trenes alemanes y a arrojar bombas en los
    cuarteles. Atacaron no sólo a los nazis, sino a los
    propios franceses que colaboraban con el
    enemigo.

    Mientras tanto en las prisiones de Belsen y
    Buchenwald fueron exterminados millares de penados en las
    cámaras de gases.

    Hitler concentró concentró unas 200
    divisiones en el frente ruso auxiliadas por otras muchas que
    proporcionaron Finlandia, Rumania, Hungría, Italia, etc.
    Su objetivo
    principal fue la región petrolífera del
    Cáucaso, no sólo para abastecer a sus
    ejércitos sino para privar de combustible a los
    Rusos.

    Los tres grandes: Roosevelt, Churchill y Stalin se
    reunierón en Teherán, que estaba ocupado por los
    rusos, por haberse negado, y Stalin tubo que apartarse de
    territorios ocupados por sus fuerzas, esto ocurrió a fines
    de Noviembre de 1943.

    Los seis primeros meses de 1944 la aviación
    castigaba terriblemente las ciudades alemanas y los territorios
    ocupados, imposibiltando el trabajo,
    aniquilando industrias de
    guerra y desorganizando la red de comunicaciones.

    El 12 de febrero los tres grandes formaron la
    conferencia de
    Yalta, en donde se determinó "eliminar par siempre
    el estado
    mayor Alemán, transportar y destruir todo el equipo
    militar Alemán, eliminar o controlar toda la industria
    alemana que pudiera ser utilizada para la producción
    militar y castigo a los criminales de guerra entre otras
    cosas".

    En 1945 cuando culminó la guerra con la
    liberación de todo los prisioneros, las bajas militares no
    dan una idea exacta de la magnitud de la catástrofe. Las
    pérdidas de vidas en los campos de concentracíon,
    las causadas por las migraciones forzadas, los heridos,
    invàlidos y parcialmente incapacitados deben ser tomados
    en cuenta en el cálculo total de la
    masacre.

    Otra consecuencia de suma importancia en esta
    guerra fue el consumo
    exorbitante de recursos
    naturales empleados en el conflicto.

    Al ser derrotados los países del eje, las
    potencias victoriosas crearon una organización
    internacional para la preservación de la paz (ONU).

    Orígenes de la Segunda
    Guerra Mundial

    Conflicto
    armado entre las grandes potencias y la mayoría de los
    países del mundo, durá desde 1939 hasta 1945. En el
    mismo perecieron más de 15.500.000
    personas.

    Campaña del Norte de
    África

    La Primera Guerra Mundial
    terminó en 1918, y el año siguiente se firmó
    el Tratado de Versalles. La paz de Versalles procuro restablecer
    el equilibrio
    eurepeo tal como existía antes de la guerra
    franco-prusiana de 1870. Se intentó conferir a Francia la
    hegemonía política en el continente y contener la
    posibilidad de una agresión alemana mediante una serie de
    alianzas defensivas. Los estadísta aliados esperaban
    mantener la paz apoyados en cuatro factores: el militar, el
    político, el económico y la moral de la
    opinión pública

    Con la conquista, por parte de Adolfo Hitler,
    del poder político en Alemania (1933), comenzó la
    rápida desintegración del equilibrio
    europeo. En 1933, Alemania se separó de la Sociedad de
    Naciones y en violación del Tratado de Versalles,
    comenzó a armarse. En 1934, Hitler trató de
    anexarse a Austria, a pesar de las protestas de Francia e
    Inglaterra. El plan no tiene
    éxito, porque Italia moviliza cuatro divisiones de su
    frontera.

    El siguiente paso hacia el desequilibrio europeo
    lo dio Italia. Desde su ascenso al poder en 1922, Mussolini
    había seguido una política agresiva y militarista.
    En 1926 logró establecer un protectorado sobre Albania que
    colocó a Italia en una posición privilegiada en el
    mar Adriático. Con la conquista de Libia(1928), Mussolini
    logró amenazar los intereses franceses e ingleses en el
    Norte de África.

    No fue, sin embargo, sino hasta Octubre de 1935
    cuando se lanza a la gran aventura colonial, la conquista de
    Etiopía. Hitler se mantubo neutral oficialmente, pero
    privadamente, envía materiales de
    guerra a Italia. Los pequeños estados de la Sociedad de
    Naciones lograrón que éstos establecieran sanciones
    económicas contra Italia. Dichas sanciones, sin embargo,
    no dieron los resultados que se deseaban, porque entre los
    productos
    prohibidos no se incluyò el petróleo, que era el
    único material de guerra que Italia necesitaba en su
    campaña militar. Etiopía fácilmente
    derrotada, y el efecto moral
    producido por su conquista, resultaron desastrosos para la
    paz.

    La guerra de Etiopía facilitó la
    formación del denominado eje Roma-Berlín. Hitler concedió a
    Mussolini manos libres en el área del Mediterráneo,
    a cambio de lo
    cual Italia no se opondría a la dominación alemana
    de Austria. La Sociedad de
    Naciones resultó ineficaz para proteger a una
    nación pobre e impotente, y esto le hizo perder casi todo
    el prestigio que le quedaba.

    El ambiente,
    tensión y crisis no quedó limitado solo al teatro europeo.
    Desde hacía varios años Japón tenía
    designios imperialistas en Asia. La
    invasión Japonesa de Manchuria comenzó en
    Septiembre de 1931, y China
    protestó ante la Sociedad de Naciones, la cual se
    limitó a designar una comisión
    investigadora.

    En Julio de 1936 ocurrió una
    sublevación militar en España contra el gobierno
    republicano. Hitler y Mussolini apoyaron abiertamente a los
    rebeldes y les enviaron armas, pertrechos
    y soldados.

    Francia, Inglaterra y Los Estados Unidos optaron
    por la neutralidad, temerosos de que el conflicto se transformara
    en una guerra
    mundial.

    De acuerdo con su táctica de actuar durante
    la crisis, Hitler se anexó a Austria cuando la
    atención de las potencias se concentraba en España.
    Conocedor de que Francia no actuaría sola, obtuvo de
    Inglaterra la promesa de que no intervendría en asuntos de
    la Europa central. Italia, que había visto frustrados sus
    planes en 1934, era una aliada fiel. En Febrero de 1938
    presentó Hitler demandas inaceptables al gobierno
    austriaco. En seguida sobrevino una intervención militar
    y, en Marzo del propio año, Austria quedó bajo el
    dominio
    nazi.

    Hitler inició una activa propaganda en
    favor de la libre determinación de las Naciones Invadidas
    o Dominadas por Alemania

    HECHOS SIGNIFICATIVOS DE
    LA

    PRIMERA
    GUERRA

    (1914-1918)

    Hay muchos factores que considerar en los
    orígenes y causas de la I Guerra Mundial: ninguno de ellos
    es suficiente, y todos son contaminantes. Uno es la
    continuación histórica de de los grandes conflictos de
    finales del siglo XVIII y principios del
    siglo XIX en donde potencias centrales en torno a Alemania
    se encontraban frente a aliados en torno a Rusia,
    Francia y Gran Bretaña. Otro, un poco dudoso, es el
    enfrentamiento de democracias y autoritarismo.

    Un factor clave es la lucha imperialista por el
    reparto del Mundo, ya que en efecto, en 1914 Europa dominaba el
    mundo, salvo por los Estados Unidos y el Japón, y las
    riquezas estaban irregularmente distribuidas. Además,
    algunos

    países veían en la guerra la
    posiblidad de resolver sus conflictos
    internos.

    Sus principales protagonistas: el emperador de
    Austria Francisco José, el zar Nicolás II de Rusia
    y el Kaiser Guillermo II de Alemania

    La Gran Guerra duró cuatro años, que
    los tratadistas militares dividen en tres períodos: En los
    primeros meses, guerra de movimientos; en los tres años
    siguientes guerra de posiciones o trincheras y el período
    de ofensiva alemana y contraofensiva aliada que en un plazo de
    catorce semanas y gracias a la intervención de los Estados
    Unidos, terminó con las potencias centrales y las redujo a
    un estado de postración. De este estado de
    postración y de los tratados de paz
    subsiguientes iba a salir el fenómeno del nazismo.

    Los tratados de paz
    no fueron fáciles: las potencias vencedoras no estaban de
    acuerdo entre sí sobre el reparto de los territorios de
    los perdedores y sobre el destino de Alemania. Francia
    pretendía el desmembramiento de su enemiga y por su parte
    Gran Bretaña y Estados Unidos veían ya la necesidad
    de conservarla como nación fuerte para el comunismo,
    tesis que se
    repetiría al final de la II Guerra
    Mundial

    Finalmente el Tratado de Versalles decidió
    el reparto de territorios y colonias de Alemania, la
    reducción de su ejército a 10.000 hombres y la
    obligación germana de pagar indemnizaciones de guerra por
    las reparaciones a los daños hechos a los
    aliados.

    Los cambios que produjo esta guerra fueron: la
    revolución blochevique (comunista) en Rusia, la entrada de
    los Estados Unidos en Europa y, por supuesto, las bases para la
    II Guerra Mundial. Una vez más, una guerra de enorme
    envergadura no había acabado las contradicciones, sino
    que, además de aumentarlas, creó otras
    nuevas.

    TRATADO DE
    VERSALLES

    Con este tratado se dio fin a la Primera Guerra
    Mundial de 1914-1918. Cuatro estadistas lo confirieron: Wilson
    presidente de los Estados Unidos, Lloyd George por Inglaterra,
    Clemenceau por Francia y Orlando por Italia, representando a las
    potencias más importantes.

    Este tratado fue el resultado de un armisticio que
    solicito Alemania, al ver agotados todos sus recursos, pero
    que en realidad, fue una verdadera rendición. Las
    condiciones finales se discutieron en París en un congreso
    de delegados de todas las naciones que directa o indirectamente
    habían participado en la guerra, todos excepto los
    vencidos. Estos tuvieron que aceptar los tratados que se
    habían redactado por los vencedores, sin poder participar
    en las discusiones. Fue un juicio que condenó a los
    criminales (los vencidos) sin concederles el derecho de defensa.
    Los alemánes lo llaman el Diktat, lo que quiere
    decír "condena".

    El tratado de Versalles fue jusgado severamente,
    he aquí lo que The World comentaba en aquellos
    días: "En toda la historia de la diplomacia no
    existe un tratado que pueda calificarse con más justicia de
    crimen internacional, como ese estrafalario documento que se
    quiere hacer firmar a los alemánes". Muchos autores jusgan
    que éste tratado es el que da orígen a la
    catastrófica Segunda Guerra
    Mundial del siglo XX debido a sus deficiencias y
    errores.

    BENITO
    MUSSOLINI

    1883-1945

    Llamado "El Duce", nacido en 1883 en la Romagna,
    militante socialista primero, dejó la carrera de maestro
    de escuela que iba
    muy mal a su temperamento, para huir al extranjero. Se hizo
    periodista, trabajó especialmente en Treno, en territorio
    austríaco y después al frente de Avanti, el gran
    periódico socialista. Hizo la guerra y fue herido. Asiduo
    lector de libros y de
    artículos, se convirtió en un fanático
    nacionalista. Fundó el primer fascio de Milán. Crea
    un partido fascita en Mayo de 1921. Además poseía
    las características físicas e intelectuales propias
    de un gran orador, con lo cual seducía a miles de s eres
    que le escuchaban.

    En 1922 escaló el puesto de primer ministro
    de Italia. Se jactaba de que haría del país una
    nación poderosa, próspera y comercial. Su habilidad
    oratoria fue del
    agrado de sus compatriotas. Sin embargo, los 21 años de su
    gobierno dejaron arruinada a su patria.

    Tras los años que siguieron a la
    terminación de la Primera Guerra Mundial, las condiciones
    que prevalecían en Italia eran pésimas. Mucha gente
    carecía de trabajo y las huelgas se sucedían en
    todo el país. El gobierno era demasiado débil para
    poner fin al malestar. Aprovechando esta confusión,
    Mussolini formó el partido político llamado los
    fascistas, a los que solía llamar también "camisas
    negras". Los fascistas ayudaron a romper huelgas. Iban armados y
    asesinaron a muchos líderes de los partidos contrarios.
    Mussolini renunció por completo a sus ideas socialistas en
    1922, y juró apoyar al rey, con lo que se ganó las
    simpatías de muchos jefes militares e
    industriales.

    Cuando se desencadenó la Segunda Guerra
    Mundial permaneció al margen hasta que los
    ejécitos franceses se derrumbaron. Entoces decidió
    participar en la contienda al lado de Hitler de quien vino a ser
    casi lacayo. Para el 25 de Julio de 1943 había perdido
    Italia todas sus colonias en Africa,
    así como Sicilia.

    Renunció Mussolini la jefatura del gobierno
    el 25 de julio de 1943. El mariscal Pedro Badoglio, su sucesor,
    lo puso preso, pero fue rescatado por tropas alemanas. Hitler
    confirió a Mussolini la jefatura de la parte de Italia
    todavía en poder de Alemania. Cunado se avecinaba el fin
    de la guerra en Europa, en abril de 1945, patriotas italianos lo
    aprehendieron en las afueras del pueblo italiano de Dongo, y
    después de un somero "juicio", lo
    ejecutaron.

    GENOCIDIO
    JUDÍO

    A principios de
    1933 sonó la hora que dirigía a Alemania hacia el
    más bajo envelecimiento y manchar su nombre con el
    más monstruoso crimen de la historia de la Humanidad: el
    30 de enero de aquel año Hitler fue nombrado Canciller.
    Después de quince años de intentos para vivir
    siguiendo el modelo y las
    reglas de un sistema democrÁtico, llegó el final de
    la Alemania que reconocía los principios
    morales, la religión y el derecho.

    Con la toma del poder, el camino estaba libre para
    convertir en un hecho lo que en el proyecto de su
    programa de su
    partido figuraba ya como objetivo desde
    hacía largo tiempo: evitar
    cualquier influencia judía (tanto en la politica, la
    cultura y la
    economía) y proceder a una expulsión de los
    judíos del estado nacionalista. El "espíritu ario"
    no tenía que ser amenazado por más tiempo por el
    "fermento de descomposición". A través de la
    Prensa y de
    la Radio se
    puso en práctica una intensiva campaña difamatoria.
    En todas las escuelas se introdujo como asignatura obligatoria la
    "ciencia de la
    raza", asignatura seudocientìfica que se instituyó
    en todas las facultades. En particular la juventud fue
    especialmente educada en el sentido de considerar los principios del
    antisemitismo como una sólida base para una Gran Alemania
    futura.

    No se levanto ninguna protesta cuando el 1 de
    abril de 1933 se provocó en todas las ciudades un boicot
    contra los comerciantes judíos. Pocos días
    después de esta primera prueba, el 7 de abril de 1933, fue
    aclamado por los nacionalista alemanes el "Decreto para la
    reorganización de los funcionarios", decreto que
    disponía de la jubilación de todos los empleados de
    ascendencia no aria.

    Había empezado una serie de leyes de
    excepción antijudías. Dos años
    después, el 15 de septiembre de 1935, Hitler
    promulgó las llamadas "Leyes de
    Nuremberg" para la protección de la sangre y el honor
    alemán en la ciudad que ya se había distinguido en
    la edad Media
    como semillero de ideas antijudìas. Estas leyes degradaron
    oficialmente a los judíos alemanes a la categoría
    de ciudadanos de segunda clase y les robaron para siempre la
    ciudadanía alemana. Fueron prohibidos los enlaces
    matrimoniales, así como las relaciones sexuales
    extramatrimoniales entre "arios"y judíos; los
    judíos perdieron el derecho al voto, tanto activo como
    pasivo, y ninguno de ellos podía desempeñar un
    cargo público.

    No obstante, la Alemania culta calló. No se
    levantó la indignación de la burguesía ni
    los profesores de las escuelas superiores protestaron cuando, de
    la noche a la mañana, fueron expulsados de sus
    cátedras los colegas judíos.

    En marzo de 1941 fue decidida la
    exterminación biológica de los judíos,
    decisión que fue guardada en el mayor secreto.
    Tenía que ser llevada a cabo por tropas de asalto de la
    SS.

    El 20 de enero de 1942 la SS, Gruppenffuhrer
    Heydrich, representante de Hitler y jefe del servicio de
    seguridad, dio a
    conocer en una conferencia
    secreta en Berlín la "solución final". La tesis para la
    destrucción masiva de todos los judíos de Europa
    era: muerte
    inmedita para todos los incapacitados para el trabajo,
    trabajos forzados para los aptos, bajo condiciones mínimas
    de vida hasta llegar a su muerte por
    agotamineto. Para la "liquidación inmediata se
    ordenó la utilización del gas en los campos
    de exterminio, y los fusilamientos en masa.

    Los campos de exterminio se encontraban en
    Auschwitz, Belzec, Treblink, Mauthausen, Majdanek, Sobibor e
    Izbica.

    En los primeros tiempos las víctimas fueron
    aniquiladas con muchos sufrimientos, con los gases de
    escape de un motor Diesel.
    Más tarde el asesinato masivo se perfeccionó: la
    firma DEGESCH suministró el gas Cyklon B, de
    efectos muy rápidos. Con él los judíos
    fueron muertos con un procedimiento
    racionalizado, en vagones de tren acondicionados o en salas que
    estaban camufladas como duchas. A los condenados al
    aniquilamiento, se les conducía desnudos a la
    cámara de gas. Todo lo que
    todavía poseían, vestidos, zapatos, anillos y
    recuerdos, se les había quitado anteriormente. Pero esto
    no era aún suficiente: a los cadáveres les quitaban
    las muelas de oro antes de lanzarlos al horno
    crematorio.

    En verdaderas hecatombes, las cámaras
    empezaron a engullir hombres indefensos, cuyo único
    "crimen" era el haber nacido de padres judíos y pertenecer
    al pueblo que había transmitido al mundo la Biblia y los
    diez mandamientos, el quinto de los cuales ordena: "!No
    matarás!"

    La magnitud y la crueldad del infierno al que se
    llego por orden de los gobernantes nazis, seres civilizados en
    apariencia, supera toda descripción. Sólo en las
    cámaras de gas de Auschwitz
    y Birkenau fueron asesinados en dos años más de un
    millón setecientos cincuenta mil judíos, en
    Majdanek casi un millón y medio, y en el territorio de
    Kamientoz-Podolski fueron fusilados treinta y un
    mil.

    En todo el tiempo que duró la guerra se
    mataron aproximadamente 6 millones de judíos y unos 3
    millones entre otras minorías.

    ADOLFO
    HITLER

    1889-1945

    Adolfo Hitler "El
    Fuhrer", hijo de un aduanero austríaco, nació en
    1889 en una villa austríaca cercana a Baviera, cerca de la
    frontera; no quizo ser funcionario como su padre. Se creyó
    predestinado para lograr el Anschluss o incorporación de
    Austria al Reich Alemán. Tenía ambiciones
    artísticas, pero fracasó lamentablemente. Desde
    entonces llevo una vida oscura y miserable en Viena y
    después en Munisch, leyendo con pasión y de modo
    desordenado, maldiciendo a Habsburgo porque impedían la
    unidad del pueblo alemán, y aprendiendo, por razones
    misteriosas, a odiar a los judíos que corrompían la
    sangre pura
    del pueblo elegido e introducían la traición en su
    política. Fue soldado y después cabo del
    ejército alemán. Amaba la guerra, se convirtio
    pronto en el jefe indiscutible del partido al que dio su nuevo
    nombre "Partido nacional-socialista alemán del trabajo",
    trató de tomar el poder el 9 de Noviembre de 1923, pero
    fracasó y fue a parar a la cárcel, donde escribio
    su célebre libro-programa "Mein
    Kampf", sin saber lo que en él se profetizaba. La
    originalidad de Hitler esta en la combinación de una fe
    absoluta en su doctrina y en su carácter sin fisuras.
    Cumplirá todo cuanto ha dicho, incluso, aunque llegue al
    desastre.

    El 20 de Julio de 1944 ocurrió un atentado
    cotra Hitler. Este se hallaba en su Cuartel General, cuando
    estalló un explosivo de una gran fuerza colocado junto a
    él por un alto oficial del ejército. El Fuhrer
    quedò herido levemente y murieron varios de sus
    compañeros. Se adoptaron precauciones y se dictaron
    condenas a muerte de
    varios militares de alta graduación. Aunque no
    tenía el físico con las características de
    un gran orador: su figura, su actitud y el
    timbre de su voz desilusionaban a quién por primera vez le
    veía aparecer en la tribuna; en realidad si lo era, ya que
    poco a poco, la voz le cambiaba, animaba de modo singular su
    semblante vulgar, su fuerza magnética la trasmitía
    al auditorio, gritaba su odio o su fe y se aseguraba triunfos
    formidables, nadie imaginaba las consecuencias de su
    exaltación convulsiva, propiciando el entusiasmo, el
    sacrificio por la raza, el odio, la violencia y
    la muerte si
    es preciso. Hitler se suicido al finalizar la guerra, cuando no
    vió otro escape.

    Sociedad de Naciones,
    La Segunda Guerra
    Mundial y sus consecuencias

    El que Hitler en un primer momento también
    pudiera imponer casisin resistencia los
    objetivos de
    su política exterior fortalecióadicionalmente su
    posición: en 1935 el Sarre, que hasta entonceshabía
    estado bajo la administración de la Sociedad de
    Naciones,fue reintegrado a Alemania y en el mismo año el
    Reich recuperóla soberanía en el plano militar; en
    1936 las tropas alemanasinvadieron Renania, que había sido
    desmilitarizada en 1919; en1938 Austria fue anexionada al Reich y
    las potenciasoccidentales permitieron a Hitler la anexión
    de los Sudetes.

    Todo esto le facilitó la realización
    de sus demás metas, auncuando en todos los estratos de la
    población hubo personas quevalientemente ofrecieron
    resistencia a la
    dictadura. Inmediatamente después de la toma del poder, el
    régimen habíacomenzado a llevar a la
    práctica su programa de
    antisemitismo.

    Poco a poco se privó a los judíos de
    todos los derechos humanosy civiles.
    Quien pudo, procuró escapar a estas vejacioneshuyendo al
    extranjero.

    La persecución de los adversarios
    políticos y la opresión de lalibertad de
    opinión empujaron también a miles de personas
    fueradel país. Muchos de los intelectuales, artistas y
    científicosalemanes más ilustres
    emigraron.

    La Segunda Guerra
    Mundial y sus consecuencias. Sin embargo,Hitler quería
    más. Desde el comienzo realizó los preparativospara
    una guerra que estaba dispuesto a llevar a cabo a fin delograr la
    dominación de Europa. Esto ya se patentizó en marzo
    de1939, cuando hizo entrar a sus tropas en Checoslovaquia. El 1
    deseptiembre de 1939, con la invasión de Polonia,
    desencadenó laSegunda Guerra Mundial, que duró
    cinco años y medio, asoló granparte de Europa y les
    costó la vida a 55 millones de personas.

    Al principio, las tropas alemanas vencieron a
    Polonia,Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica, Luxemburgo,
    Francia,Yugoslavia y Grecia; en la
    Unión Soviética avanzaron hasta cercade
    Moscú y en el Norte de Africa amenazaron
    el Canal de Suez. Enlos países conquistados se
    estableció un duro régimen deocupación
    frente al que se alzaron los movimientos deresistencia. En 1942
    el régimen comenzó con la "solución finalde
    la cuestión judía": todos los judíos que
    pudieronserdetenidos fueron conducidos a los campos de
    concentración yasesinados. Se calcula que el número
    total de victimas alcanzalos seis millones. En el mismo
    año en que se iniciaba estecrimen inconcebible, se
    producía también un viraje en la guerra;a partir de
    entonces comenzaron las derrotas en todos losfrentes. El terror
    del régimen y las derrotas militares reforzaron
    laresistencia interna contra Hitler. Sus representantes
    procedíande todos los sectores de la población. Una
    rebelión conducidaprincipalmente por oficiales del
    ejército fracasó el 20 de juliode 1944. Hitler
    sobrevivió a un atentado con bomba en su cuartelgeneral y
    se vengó sanguinariamente. Más de cuatro mil
    personasde todos los estratos sociales que habían
    participado en laresistencia fueron ejecutadas en los meses
    siguientes. Comofiguras destacadas de la resistencia baste
    mencionar aquí, enrepresentación de todas las
    víctimas, al capitán general LudwigBeck, al coronel
    Conde Stauffenberg, al ex alcalde de LeipzigCarl Goerdeler y al
    líder socialdemócrata Julius
    Leber.

    La guerra continuó. A costa de una inmensa
    cantidad de víctimas,Hitler prosiguió la lucha
    hasta que todo el territorio del Reichestuvo ocupado por los
    Aliados; el 30 de abril de 1945 eldictador se suicidó. El
    sucesor a quien designara en sutestamento, el almirante
    Dönitz, firmaba ocho días más tarde
    larendición incondicional.

    FASCISMO Y
    NAZISMO

    CARÁCTER
    RACISTA

    Fascismo

    Este movimiento
    nació a causa de la necesidad de autoridad,
    ultranacionalismo y extensas ambiciones nacionales. Benito
    Musollini creó el 21 de Marzo de 1919, en Milán, el
    "fascio milanés de combate", con un programa de
    reformas sociales, conquistas y la voluntad de crear un gobierno
    fuerte, para eliminar a los partidos responsables de todos los
    males.

    Los fascios eran "activistas", es decír,
    que actuaban por la violencia, en
    especial contra los comunistas, los socialistas y los sindicatos. Se
    manifiestan en expediciones de castigo: incendio de locales,
    destrucción de las imprentas de periódicos de
    izquierda, represalias individuales y
    asesinatos.

    Nazismo

    Doctrina de Hitler que aunque simple resultaba
    emanar de algunos escritores racistas, entre ellos Chamberlain,
    ésta puede resumirse así: Las razas son desiguales.
    La raza superior es la de los grandes arios rubios
    doliocéfalos (indo-europeos), mejor preservada en Alemania
    que en cualquier parte del mundo. El pueblo Alemán, es
    pues, un pueblo superior. Es preciso depurarlo con más
    perfección, y para ello eliminar a los judíos.
    Más tarde se tratara de eliminación física.
    Puesto que el pueblo superior ha sido indignamente humillado por
    pueblos inferiores, hay que romper la argolla de desigualdad del
    Tratado de Versalles.

    continuación hay que reagrupar a todos los
    alemánes , y sólo a ellos, en un "gran Reich". Y,
    finalmente, hay que lograr que este pueblo tenga un Lebensraum,
    un "espacio vital".

    El resto de la "nueva Europa" será
    subyugado; se firmarón alianzas, por lo demás
    desiguales, con los pueblos cuya raza no está demasiado
    mezclada: escandinavos, neerlandeses, flamencos e incluso
    británicos, los que hablen lenguas germánicas,
    serán los aliados selectos. Los húngaros, los
    griegos y los latinos ocuparan un rango inferior. Y por debajo de
    todos los eslavos.

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