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Las habilidades motrices básicas




Enviado por jarteaga



     

    • Introducción
    • Exposición.
    • Clasificación
    • Locomotrices
    • Marcha
    • Correr
    • Salto
    • No locomotrices
    • Equilibrio
    • Proyección/recepción
    • Lanzar
    • Coger
    • Golpear
    • Patear
    • Bibliografía

    Introducción

    Las habilidades motoras básicas son las
    actividades motoras, las habilidades generales, que asientan las
    bases de actividades motoras más avanzadas y especificas,
    como son las deportivas. Correr, saltar, lanzar, coger, dar
    patadas a un balón, escalar, saltar a la cuerda y correr a
    gran velocidad son
    ejemplos típicos de las consideradas actividades motoras
    generales, incluidas en la categoría de habilidades
    básicas. El patrón motor maduro de
    una habilidad básica no se relaciona con la edad, error en
    el que se podría caer fácilmente debido al
    término "maduro" (que dentro del contexto del desarrollo de
    patrones

    motores quiere decir completamente desarrollado), sino
    con la habilidad. Por otra parte también se podría
    hablar de patrón motor evolutivo
    que se define como todo patrón de movimiento
    utilizado en la ejecución de una habilidad básica
    que cumple los requisitos mínimos de dicha habilidad, pero
    que, en cambio, no
    llega a ser un patrón maduro. Por tanto los patrones
    evolutivos son relativamente inmaduros y no alcanzan la forma
    perfecta. Los cambios en la eficacia de los
    movimientos y la sincronización de patrones evolutivos
    sucesivos simbolizan el progreso hacia la adquisición de
    patrones maduros. Así pues, cada vez es más
    evidente que el desarrollo de
    las habilidades motoras es un proceso largo
    y complicado. Al nacer, la capacidad estructural y funcional que
    el niño posee sólo le permite movimientos
    rudimentarios, carece de patrones motores generales
    demostrables, uniendo varios movimientos simples para formar
    combinaciones sencillas. El ritmo de progreso en el desarrollo
    motor viene dado
    por la influencia conjunta de los procesos de
    maduración, de aprendizaje y las
    influencias externas. Por tanto, hay que estudiar dichos procesos e
    influencias para explicar cómo se producen cambios
    observables en la conducta motora,
    y además hay que prestar más atención, si
    cabe, a la investigación de los mecanismos subyacentes
    de la misma. De todas formas, si no añadimos al interés
    por la descripción de lo que tiene lugar en el desarrollo de
    habilidades la visión del descubrimiento de cómo
    ocurre, el proceso
    continuará siendo incompleto y desequilibrado. Más
    tarde, se tratará cómo ha ido evolucionando el
    movimiento en
    el niño desde el mismo momento de nacer hasta una edad en
    la que el niño ya va dominando el movimiento a
    su antojo (aunque aún se pueden desarrollar más las
    habilidades motrices básicas hasta llegar a la "madurez"
    de la que hemos hablado anteriormente).

    El movimiento es
    algo intrínseco a la vida desde que ésta aparece.
    Desde que el niño nace aparece el movimiento en
    él. Como señala Schilling : "El movimiento es
    la primera forma, y la más básica, de comunicación humana con el medio". La ciencia que
    estudia y examina las fuerzas internas y externas que
    actúan sobre el cuerpo humano,
    y los efectos que producen es la biomecánica, en otras
    palabras, es la mecánica (rama de la física que estudia el
    movimiento y el efecto de las fuerzas en los cuerpos) aplicada al
    estudio del movimiento humano. Es comprensible que el estudio
    biomecánico se haya vuelto imprescindible para el estudio
    del desarrollo
    motor, ya que las
    leyes de la
    mecánica proporcionan una base firme y
    lógica
    para analizar y evaluar el movimiento. Además, sirven como
    norma para medir la validez del movimiento humano y permiten la
    comprensión del desarrollo motor por encima
    de un nivel puramente descriptivo. Los patrones motores se suelen
    evaluar por su calidad
    biomecánica ; el paso de un estadio evolutivo al
    siguiente se caracteriza por movimientos que son mas eficaces
    desde ese punto de vista biomecánico. Otra de las
    utilidades del enfoque biomecánico se encuentra a la hora
    de aclarar la importancia de la fuerza
    muscular en el desarrollo de patrones motores. Todos
    sabemos que para que se produzca movimiento es necesario aplicar
    una fuerza, cuya
    fuente en el cuerpo humano
    es la fuerza
    muscular. Por eso las adquisiciones motóricas del
    niño se producen gradualmente, o sea, en un proceso
    continuo a medida de que el niño vaya adquiriendo la
    fuerza
    muscular mínima para poder realizar
    un movimiento determinado. Así podríamos decir que
    el desarrollo motor que se produce en la infancia es la
    base de lo que sería un proceso
    abierto. Conocer lo que ocurre en este primer periodo es esencial
    para comprender el concepto de
    desarrollo motor a lo largo de la vida. El desarrollo motor tiene
    una gran influencia en el desarrollo general del niño
    sobre todo en este periodo inicial de su vida. Durante "la edad
    bebé", o sea, durante su primer año y medio de
    vida, aproximadamente, los movimientos del bebé, en su
    origen, son masivos y globales ; pueden ser activados o
    inhibidos por las diferentes estimulaciones externas. Estos
    movimientos son incoordinados. El proceso de la
    adquisición de la coordinación y de la
    combinación de los diferentes movimientos se
    realizará progresivamente durante su primer año de
    vida : boca-ojos, cabeza-cuello-hombros,
    tronco-brazos-manos, extremidades-lengua-dedos-piernas-pies. Hacia los cuatro meses
    todo lo que la mano coge es llevado a la boca y chupado por ser
    el lugar por el que él siente. Además como se ha
    apuntado anteriormente la boca y los ojos son los primeros
    órganos que adquieren en el niño una
    coordinación. Hacia los cinco meses todo lo visto se coge,
    y todo lo que se coge es mirado. Cuando, más o menos, a
    los doce meses el niño puede mantenerse en pie sin ayuda,
    aunque su equilibrio no
    sea perfecto, se produce una ampliación del campo
    visual : El niño busca objetos, se mueve, empieza a
    ser propiamente activo. Así pues, al principio
    serán movimientos reflejos, incoordinados, inconscientes.
    Poco a poco el niño a través de las experiencias,
    sobre todo por imitación, tiende a hacer suyas dichas
    experiencias, tiende hacia una conciencia y
    coordinación de sus actos. Mas tarde , se podría
    hablar de un periodo de expansión subjetiva. En este
    periodo se podría delimitar la edad del niño en de
    uno a tres años La adquisición de la marcha asegura
    al niño una movilidad que le libera del parasitismo motor
    inicial y le confiere un principio de independencia
    . Con esa movilidad cada vez amplia mas su campo de experiencias,
    el mundo concreto que
    conocía se le hace cada vez mas grande. Así el
    niño se caracteriza por una continua exploración
    del mundo que le rodea y que esta empezando a conocer realmente.
    Más o menos a los dieciocho meses el niño comienza
    a corretear : los pasos se alargan y la separación de
    los pies se reduce ; pero las vueltas son aún muy
    torpes. A esta edad ya empieza a subir una escalera, aunque
    sostenido, y a encaramarse a "cualquier"  objeto. A los
    veinte meses adquiere regularidad en los pasos y estabilidad en
    la marcha. La actitud
    emprendedora del niño le hace marcase retos
    personales : "Ya que sé andar…" En esta edad el
    reto que se marca es la
    carrera. A los dos años el niño camina con total
    soltura, incluso en las escaleras. De los dos a los tres
    años progresa el automatismo de la marcha. Debido a la
    actitud
    emprendedora del niño, que ya he citado antes, éste
    tiende a intentar proezas superiores a sus posibilidades :
    transporte de
    objetos pesados o voluminosos, una gran evolución en el "dominio" de la
    escalera, y el correr. Entre los tres y los cuatro años
    tanto la marcha como la carrera están perfectamente
    controladas. Entonces aparecen la marcha de puntillas y el salto,
    que señalan los progresos obvios del equilibrio.

    Durante todo este periodo también son destacables
    los progresos de la prensión y de la manipulación.
    Los movimientos se afinan, se diferencian, se coordinan y se
    lateralizan. El niño esta constantemente en
    movimiento : inventa, descubre, imita, repite, mejora sus
    gestos…De ahí surgen infinidad de juegos
    motores de muy
    diversa índole : salta, corre, abre y cierra cosas,
    lleva, tira, empuja, lanza ,juega a la pelota…. La actividad
    motórica de los niños de tres a seis años
    aproximadamente se caracteriza por la libertad, la
    soltura, y espontaneidad de la movilidad infantil, que pierde ese
    carácter brusco e incoordinados y gana una extraordinaria
    armonía. El niño observa los movimientos de los
    demás y es capaz de imitarlos, sin análisis previo, con una total
    desenvoltura. A los tres años el niño sabe correr,
    girar, montar en triciclo, echar el balón. A los cuatro
    años salta a la pata coja, trepa, se puede vestir y
    desnudarse solo, atarse los zapatos , abotonarse por
    delante…Los avances "manuales"
    también son destacables : uso de tijeras, mayor
    habilidad en el dibujo… A
    los cinco años gana más aún en
    soltura :patina, escala, salta
    desde alturas, salta a la comba… Entre los cinco y los seis
    años se puede decir que el niño puede hacer
    físicamente lo que quiere, dentro siempre de sus fuerzas y
    posibilidades. Hacia los seis años esa espontaneidad, de
    la que ha hecho gala el niño hasta esta edad, se
    desvanece. Ahora lo que pretende es demostrar sus habilidades,
    medirse, hacerse valer, en resumen, afirmarse. Se podría
    decir que en este punto el proceso de adquisición o
    formación de las habilidades motrices básicas
    tocaría su fin pues como se ha dicho las habilidades
    motrices básicas ponen las bases a los movimientos
    más complejos y complementados (ahí
    estaríamos hablando ya de habilidades deportivas). Pero de
    todos modos parece interesante tratar brevemente cómo
    continúa evolucionando éste aspecto en el
    niño para así hacerse una idea más amplia
    sobre dicha evolución motórica en el
    niño. Para este fin se va a citar el estadio siguiente,
    que comprende las edades entre seis y nueve años
    aproximadamente y que se caracteriza , motóricamente
    hablando, por una actividad desbordante, por una intensa
    expansión motriz, por un movimiento continuo, siempre
    más fino, más diferenciado, más orientado y
    controlado que en las etapas precedentes. En esta etapa la
    fuerza y la
    coordinación crecen de un modo regular. Después, el
    desarrollo proseguirá en el sentido de la precisión
    y de la resistencia. Los
    juegos de
    equipo y las competiciones organizadas son las prácticas
    más comunes entre los niños a partir de esta
    etapa.

    Este proceso continuo de desarrollo de las habilidades
    motoras como hemos visto, parecen producirse en diversos grados.
    El progreso, que se produce a lo largo de los meses y
    años, se puede explicar por el aumento de capacidad que
    acompaña al crecimiento y al desarrollo y en parte por ese
    proceso natural, no dirigido, que se produce por
    imitación, ensayo y error
    y libertad de
    movimiento. Ese progreso es más o menos independiente a la
    actitud,
    facilitadora o de impedimento. De todas formas una actitud
    facilitadora , según demuestran gran cantidad de pruebas, que,
    se supone, proporciona de aprender la oportunidad de aprender
    habilidades motoras antes de lo habitual en condiciones
    suficientemente estimulantes, suele dar un resultado
    óptimo, o sea, suele responder desarrollando un nivel de
    habilidad motora superior a la normal con respecto a su edad.
    Así pues, es muy importante un apoyo a este proceso
    natural porque si no se corre el peligro de perder la oportunidad
    de progresos de orden superior al no haberse realizado un
    desarrollo óptimo de habilidades motrices. Esa
    manipulación y control de las
    circunstancias que influyen en el desarrollo motor y en la
    adquisición de las habilidades motoras es lo que se puede
    llamar "intervención". El objetivo
    principal es evitar el retraso de dichas habilidades motoras
    intentando ajustar el progreso al momento justo en el que el
    niño es capaz de mejorar, basándose en su
    desarrollo (que aunque se "marquen" unas etapas o estadios dentro
    del desarrollo del niño varían según cada
    niño en concreto). El
    problema principal de la intervención y el enriquecimiento
    consiste en determinar qué estímulos, en qué
    proporción y qué momento de sería el
    propicio para ofrecerlos con el objetivo de un
    desarrollo motor óptimo. El concepto de
    desarrollo óptimo de habilidades es amplio y depende del
    enfoque que cada uno utilice al estudiar el
    movimiento.

    El desarrollo motor, concepto que
    hemos estado citando
    desde el comienzo de la exposición, son los cambios
    producidos con el tiempo en la
    conducta motora
    que reflejan la interacción del organismo humano con el
    medio. Éste forma parte del proceso total del desarrollo
    humano., que no ha acabado aún al llegar a la madurez.
    Y es que desde la infancia el
    niño va experimentando y descubriendo, progresivamente,
    habilidades sencillas e individuales. Con el paso de las
    diferentes etapas por la que atraviesa un niño,
    éste tiende a mecanizarlas, a combinarlas y a modificarlas
    hasta llegar a un punto en el que ya no deberíamos hablar
    de habilidades motrices básicas sino de una habilidades
    deportivas. La mayoría de las habilidades que se dan en el
    deporte , por no
    decir todas, tienen su origen y fundamento en las habilidades
    físicas básicas, como son : andar, correr,
    saltar, equilibrio,
    volteos, balanceos, lanzar, patear, etc…

    Clasificación :

    Estas habilidades físicas básicas se
    pueden clasificar en: locomotrices, no locomotrices y de
    proyección/recepción.

    –Locomotrices : Andar, correr, saltar, variaciones
    del salto, galopar, deslizarse, rodar, pararse, botar, esquivar,
    caer, trepar, subir, bajar, etc…

    –No locomotrices : Su característica principal es el manejo y
    dominio del
    cuerpo en el espacio : balancearse, inclinarse, estirarse
    doblarse, girar, retorcerse, empujar, levantar, tracciones,
    colgarse, equilibrarse, etc…

    –De proyección/recepción : Se
    caracterizan por la proyección, manipulación y
    recepción de móviles y objetos : recepciones,
    lanzar, golpear, batear, atrapar, rodar, driblar,
    etc…

    Ahora se va a realizar unos apuntes sobre algunas de las
    habilidades motrices básicas de las que ya hemos hablado
    anteriormente en el breve estudio de la evolución motriz a lo largo de los primeros
    años de vida :.

    Locomotrices :

    La marcha :

    Andar es una forma natural de locomoción
    vertical. Su patrón motor esta caracterizado por una
    acción alternativa y progresiva de las piernas y un
    contacto continuo con la superficie de apoyo. El ciclo completo
    del patrón motor, un paso, consiste en una fase de
    suspensión y otra de apoyo o contacto con cada pierna. A
    mediados del siglo XX, Shirley definió la marcha 
    como "la fase del desarrollo motor más espectacular y,
    probablemente más importante". Y es que la
    adquisición de la locomoción vertical bípeda
    se considera un hecho evolutivo de primer orden. Y es que hasta
    que el niño no sabe andar solo, su medio se encuentra
    seriamente limitado. No se puede mover sin ayuda en
    posición vertical hasta haber desarrollado suficiente
    fuerza muscular, reflejos antigravitatorios adecuados y
    mecanismos de equilibrio
    mínimamente eficaces. Por tanto, no podrá andar de
    un modo eficaz hasta que el sistema nervioso
    sea capaz de controlar y coordinar su actividad muscular. El
    niño pasa de arrastrarse a andar a gatas, de ahí a
    andar con ayuda o a trompicones, hasta llegar a hacerlo de un
    modo normal.

    Correr :

    Correr es un ampliación natural de la habilidad
    física de
    andar. De hecho se diferencia de la marcha por la llamada "fase
    aérea". Para Slocum y James, "correr es en realidad, una
    serie de saltos muy bien coordinados, en los que el peso del
    cuerpo, primero se sostiene en un pie, luego lo hace en el
    aire,
    después vuelve a sostenerse en el pie contrario, para
    volver a hacerlo en el aire". Correr es
    una parte del desarrollo locomotor humano que aparece a temprana
    edad. Antes de aprender a correr, el niño aprende a
    caminar sin ayuda y adquiere las capacidades adicionales
    necesarias para enfrentarse a las exigencias de la nueva
    habilidad. El niño ha de tener fuerza suficiente para
    impulsarse hacia arriba y hacia delante con una pierna, entrando
    en la fase de vuelo o de suspensión, así como la
    capacidad de coordinar los movimientos rápidos que se
    requieren para dar la zancada al correr y la de mantener el
    equilibrio en
    el proceso.

    Saltar :

    Saltar es una habilidad motora en la que el cuerpo se
    suspende en el aire debido al
    impulso de una o ambas pierna y cae sobre uno o ambos pies. El
    salto requiere complicadas modificaciones de la marcha y carrera,
    entrando en acción factores como la fuerza, equilibrio y
    coordinación. Tanto la dirección como el tipo de salto son
    importantes dentro del desarrollo de la habilidad física de salto.
    Éste puede ser hacia arriba, hacia abajo, hacia delante,
    hacia detrás o lateral, con un pie y caer sobre el otro,
    salto con los uno o dos pies y caída sobre uno o dos pies,
    salto a la pata coja… La capacidad física necesaria para
    saltar se adquiere al desarrollar la habilidad de correr. Sin
    duda el salto es una habilidad más difícil que la
    carrera, porque implica movimientos más vigorosos, en los
    que el tiempo de
    suspensión es mayor.

    No locomotrices :

    Equilibrio :

    El equilibrio es un factor de la motricidad infantil que
    evoluciona con la edad y que está estrechamente ligado a
    la maduración del SNC (Sistema Nervioso
    Central).

    Hacia los dos años el niño es capaz de
    mantenerse sobre un apoyo aunque durante un muy breve tiempo. Hacia los
    tres años se puede observar un equilibrio estático
    sobre un pie de tres a cuatro segundos, y un equilibrio
    dinámico sobre unas líneas trazadas en el suelo. A los
    cuatro años es capaz de que ese equilibrio dinámico
    se amplíe a líneas curvas marcadas en el suelo. Hasta los
    siete años no consigue mantenerse en equilibrio con los
    ojos cerrados.

    Factores como la base, altura del centro de gravedad,
    número de apoyos, elevación sobre el suelo,
    estabilidad de la propia base, dinamismo del ejercicio, etc…,
    pueden variar la dificultad de las tareas
    equilibratorias.

    Proyección/recepción :

    Lanzar :

    El desarrollo de la habilidad de lanzar ha sido un tema
    muy estudiado durante décadas. La forma, precisión,
    distancia y la velocidad en
    el momento de soltar el objeto se han empleado como criterios
    para evaluar la capacidad de lanzamiento de los niños.
    Ante diversidad de lanzamientos y ante la imposibilidad de
    explicar todos brevemente se citarán las clases de
    lanzamientos que podemos observar : lanzamientos que emplean
    los niños nada más adquirir la habilidad y
    difícilmente clasificables en otras formas de lanzamiento,
    lanzamiento por encima del hombro, lanzamiento lateral,
    lanzamiento de atrás a delante.

    Coger :

    Coger, como habilidad básica, supone el uso de
    una o ambas manos y/o de otras partes del cuerpo para parar y
    controlar una pelota u objeto aéreo. El modelo de la
    forma madura de esta habilidad es la recepción con las
    manos. En este caso, cuando otras partes del cuerpo se emplean
    junto con las manos, la acción se convertiría en
    una forma de parar.

    El dominio de la
    habilidad de coger se desarrolla a ritmo lento en
    comparación con otras habilidades porque necesita de la
    sincronización de las propias acciones con
    las acciones del
    móvil, exigiendo unos ajustes perceptivo-motores
    complejos. Los brazos han de perder la rigidez de las primeras
    edades, dos a tres años, para hacerse más
    flexibles, localizándose junto al cuerpo, cuatro
    años. Hacia los cinco años la mayoría, al
    menos el cincuenta por ciento, de los niños están
    capacitados para recepcionar al vuelo una pelota. Pero a la hora
    de desarrollar esta habilidad debemos tener en
    consideración aspectos tan importantes como el
    tamaño y la velocidad del
    móvil.

    Golpear :

    Golpear es la acción de balancear los brazos y
    dar a un objeto. Las habilidades de golpear se llevan a cabo en
    diversos planos y muy distintas circunstancias : por encima
    del hombro, laterales, de atrás adelante, con la mano, con
    la cabeza, con el pie, con un bate, con una raqueta, con un palo
    de golf, con un palo de hockey… El éxito del golpe
    dependerá del tamaño, peso, adaptación a la
    mano del objeto que golpea y de las características del móvil a golpear.
    Dicho éxito viene, además, condicionado por la
    posición del cuerpo y sus miembros antes y durante la fase
    de golpeo.

    Dar patadas a un balón :

    Dar una patada es una forma única de
    golpear, en la que se usa el pie para dar fuerza a una pelota. Es
    la habilidad que requiere del niño el equilibrio sobre un
    apoyo necesario para dejar una pierna liberada para golpear.
    Ésta habilidad mejora cuando el niño progresa en la
    participación de las extremidades superiores, el balanceo
    de la pierna de golpeo y el equilibrio sobre el apoyo.

    BIBLIOGRAFÍA

    — Defontaine, J. : "Manual de
    reeducación psicomotriz (Tercer año)"
    .
    Editorial Medica y Técnica S.A, 1981.

    — Guilman E. y G. : "Evolución psicomotriz desde el nacimiento
    hasta los 12 años"
    . Editorial Medica y Técnica
    S.A , 1981.

    — Ortega. E y Blazquez. D. : " La actividad
    motriz en el niño de 3 a 6 años".
    Editorial
    cincel, 1984.

    — Ortega. E y Blazquez. D. : "La actividad
    motriz, en el niño de 6 a 8 años"
    . Editorial
    cincel, 1985.

    — Osterrieth P.A. : "Psicología
    infantil"
    . Ediciones Morata, 1993

    — Rigal, Robert : "Motricidad humana.
    Fundamentos y aplicaciones pedagógicas"
    . Editorial
    Pila Teleña S.A, 1987.

    — Wickstrom. Ralph. L. : "Patrones motores
    básicos".
    Alianza Deporte, 1990.

    — Zarco Resal, J. A. : "Desarrollo infantil y
    Educación
    Física".
    Ediciones Aljibe, 1992.

     

     

    Autor:

    Arteaga

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