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La medicina y su contexto sociopolítico actual




Enviado por mfischer



    Introducción

    En los últimos años se produce un
    cambio
    cultural profundo en la sociedad argentina. A la
    modificación de modelos de
    representación y de acción colectiva se le suman el
    cambio en el
    conjunto de actitudes,
    comportamientos y creencias relativa a lo público y al
    Estado.
    Podría decirse que desde la segunda mitad del siglo XX, el
    médico ha necesitado al Estado cada
    vez más como empleador para concretar su trabajo y ejercer
    profesionalmente

    Las constantes recesiones y la
    fragmentación social llevan a una transformación
    decisiva de las significaciones culturales relacionadas con
    el Estado y
    actores sociales que se relacionan directamente con él.
    Este es el caso de los médicos, para quienes los cambios
    económicos globales de las últimas décadas
    han ocasionado una fuerte transformación en la medicina, y a la
    par se producen cambios que parecen ser definitivos en la
    actividad del médico.

    En este momento de cambios se cuestionan formas de
    ejercicio técnico y valores y
    atributos característicos de la práctica
    médica. El poder se
    redimensiona; la autoridad
    técnica se reorienta y las competencias
    técnicas se redistribuyen. Se trasforman las relaciones
    del médico con el saber y su uso tecnológico,
    así como las relaciones con el paciente y con el equipo de
    trabajo.

    Se puede caracterizar la práctica
    médica actual en dos modelos
    principales: un modelo liberal
    o privado y un modelo
    asistencial socioepidemiológico y con fines de cobertura
    fuertemente influenciado por el uso de
    aparatología.

    A pesar de existir dos grandes modelos de
    médico, la mayoría de los médicos se
    identifican con un modelo
    médico de práctica liberal basado en la
    atención curativa realizado en un consultorio privado en
    las tardes y en las mañanas en un hospital o centro de
    atención del mayor nivel de complejidad que tenga una alta
    concentración de tecnología de
    punta.

    Se presenta una contradicción: los
    profesionales médicos siguen apegados a viejas
    fórmulas relacionadas con la práctica "liberal" de
    su profesión, cuando todos los indicios marcan un quiebre
    en esta situación. Se está produciendo un giro
    hacia una medicina
    fuertemente tecnologizada, mediada por organizaciones
    que se interponen entre el paciente y médico, que
    conllevan consecuencias tales como la desaparición del
    "ojo clínico" tan caro al médico tradicional, y el
    redimensionamiento de la relación médico
    paciente.

    El objeto de este trabajo es intentar puntualizar
    algunos de los factores más importantes que han reforzado
    el rol del médico como un "componedor de cuerpos" que no
    reconoce en el paciente a una persona.

    A la par de la transformaciones en lo que
    actualmente se entiende como medicina y
    médico se produce otro cambio. El
    poder que
    ejercía la corporación médica a
    través de su autoridad y
    conocimientos se les escapa de las manos.

    En este punto se puede plantear como interrogante
    si esta "licuación" del poder de la
    corporación médica respondería a una
    "proletarización" de una gran sector de los
    médicos; o respondería a una suerte de
    "democratización del poder" ,
    haciéndolo fuir de extremos a otros, o a una lógica
    interna de un proceso de
    entropía donde todo ordenamiento está condenado a
    disolverse en un caos de sentido. Estos son interrogantes que son
    difícilmente posibles de dilucidar, pero vale el intento
    de otorgarle sentido -o aumentar su carencia.

    1. Medicina
    Liberal

    La medicina liberal en su surgimiento como
    ejercicio moderno y, por lo tanto, Como técnica de
    carácter científico, se ha estructurado en una
    organización social de producción de servicios con
    base en el pequeño productor privado. Por ende la consulta
    medica se constituye en su unidad de trabajo y previsión,
    a la vez que, a través de la
    organización capitalista de la producción social, otros trabajos se
    colectivizan bajo la forma empresarial de producir.

    Así cada medico apoyaba su decisión
    técnica en esa dimensión del saber como principal
    medio de trabajo. Sin embargo se respaldaba en un saber que
    sobrepasaba la lo aprendido durante su estancia en la universidad y
    sobre todo que se adquiría con la vivencia de un hacer una
    experiencia personal e
    intransferible consolidada en una historia de aciertos y de
    errores. Se trata de un saber hacer lleno de tentativas que se
    lanzaron y de hechos heroicos; de ahí que hubiera falta de
    certeza y de ahí que la complejidad del juicio y la falta
    de certidumbre parecieran ser todavía
    mayores.

    Desde el punto de vista público esta era
    una herramienta relativamente frágil en la sociedad. El
    carácter subjetivo del "saber" como instrumento y el
    carácter privado de su uso terminaron por exigir una
    disciplina
    moral
    cuidadosa en el ejercicio de la profesión que se
    constituyo en la conjugación tecnico – ética de
    la acción: una intervención con la eficacia de la
    técnica científica, cuyo valor se basa
    en su objetividad, esto es, en su capacidad de ser neutral,
    desapasionada en la acción, y simultáneamente
    restringida por un riguroso código de ética.
    Esto define adecuadamente la inscripción de la
    subjetividad del medico como una persona dotada de
    sentimientos que solo puede emitir un apasionado juicio de
    valor ante la
    situación del enfermo: aquél que hace
    consubstancial sus posibilidades técnicas con la defensa
    de la vida del paciente.

    Dado que el medico le tiene que dar una
    objetividad patológica a las quejas subjetivas que le trae
    el paciente, no tiene otra alternativa tecnológica mas que
    la de "invadir" la intimidad de los contextos de la vida personal y social
    en la que radica la enfermedad. Por esto, en consonancia con su
    condición tecnológica de trabajo, la anamnesis
    (hacer la historia de vida del
    paciente) y el examen físico serán sus procedimientos
    más valioso para el reconocimiento del
    enfermo.

    La inscripción de la subjetividad del
    medico sigue cierta disciplina de
    adecuación y ciertas normas de
    desempeño, tanto en el sentido de eximir al enfermo de su
    responsabilidad ante la situación en la que
    se encuentra, como evitando desvíos en el rigor diagnóstico; mientras que lo opuesto es
    responsabilizarlo de la ejecución de una estrategia
    terapéutica dada, para poder
    delegarle a el y a su familia parte de
    la asistencia. En el caso de que nada de esto ocurriese en la
    "dosis cierta", la intervención correcta del medico se
    podría comprometer y se pondría en riesgo la
    profesión. Es por lo ello que el secreto medico, la
    privacidad de la relación interpersonal, el aislamiento de
    la consulta médica y la autonomía de cada acto de
    intervención fueron los factores estructuradores de la
    practica.

    Desde la perspectiva asistencial en la producción de los servicios,
    este conjunto de especificaciones, combinado con el hecho de
    organizarse en base al consultorio particular del medico,
    convierte a la medicina en una profesión de
    carácter "consultora", desencadenándose en el trabajo la
    demanda
    espontánea del paciente a partir de una solicitud
    exterior. Por eso la asistencia medica también se
    estructuró en un conjunto difuso e informal de relaciones.
    Esta característica permeó la
    relación de los usuarios con la
    organización prestadora del servicio
    definiendo la forma de acceso de la población a la asistencia, y la
    composición de los trabajos especializados de
    variación restringida con el objetivo de
    completar el cuidado necesario para la satisfacción global
    de cada caso.

    A partir de todos esos calificativos de medicina
    liberal en términos de ideal de trabajo y de asistencia,
    se crea una imagen de
    libertad y de
    maleabilidad, desde la captación de la clientela hasta el
    levantamiento de una "red" articulada de servicios;
    así como también desde las relaciones del medico
    con el paciente hasta las relaciones de los médicos entre
    sí. Así como la disciplina
    moral era un
    requisito para el desempeño técnico, el compromiso
    personal del
    médico con su accionar en términos de su producto
    asistencial fue una contrapartida de esta libertad, que
    definió el interior de la maleabilidad de las relaciones y
    las formas estables y reiteradas de las relaciones entre si; el
    paciente se somete a la autoridad del
    médico y los médicos se relacionan como si fuesen
    iguales.

    El compromiso personal
    también dio coherencia a las relaciones tan
    "frías", que componen actuaciones mucho más
    interrelacionadas de lo que se puede suponer a primera vista. El
    hilo que unió los diversos actos médicos
    permitió también que se constituyeran redes asistenciales en la
    medicina liberal, que esta lejos de ser una organización institucional bien
    estructurada y que hoy en día formaliza contrato de
    prestación de servicios como
    el de un acuerdo tácito, intersubjetivo, basado sobre todo
    en un juicio de valor, la
    confianza personal, los
    eslabones de aquella cadena asistencial.

    No era necesario que la red no fuera visible, dado
    que en ese acuerdo intersubjetivo, en el que hay pertenencia
    mutua ("mi medico, mi paciente"), el médico se compromete
    con las dos dimensiones de la atención medica: la
    restauración del cuerpo del enfermo por medio de la
    terapéutica que trata, y el restableci-miento del enfermo
    por la asistencia que ampara al sujeto y transforma su
    sufrimiento. Por esto se establecie-ron principalmente las
    redes
    asistenciales alrededor del medico, así como
    también se estableció la organiza-ción
    tecnológica del trabajo principalmente sobre su
    desempeño personal.

    1.1 Acto médico

    El acto medico es esencialmente un servicio de
    naturaleza
    personal que exige un contacto inmediato entre el prestador y el
    consumidor de esa
    forma particular de trabajo. Para que ese encuentro se
    efectúe, prestador y consumidor deben
    movilizarse para que ese servicio sea
    brindado. En la Antigüedad Clásica los médicos
    deambulaban por las ciudades e iban de casa en casa ofreciendo
    sus servicios en
    terapéutica interna, cirugía y dietética. El
    tiempo hizo
    que se superara esa modalidad de oferta de
    servicios y desde muchas décadas atrás podemos
    reconocer tres formas de movilización para el acto
    medico:

    1. el medico va al domicilio del paciente cuando
      su presencia es expresamente solicitada.
    2. el paciente busca el lugar especifico de
      trabajo del medico, su consultorio.
    3. los dos se encuentran en un ambiente
      colectivo y técnicamente diferenciado: hospital o
      clínica.

    1.3. Antecedentes
    históricos

    La medicina conocida como "liberal", como forma
    histórica social de la Medicina, combina esos tres lugares
    de practica técnica pero establece una nítida
    hegemonía el trabajo en
    el consultorio. Tal hegemonía se traduce además del
    plano económico también en el político
    ideológico, pues en el consultorio aparecen las
    condiciones supuestamente ideales para un fecundo encuentro y
    dialogo singular
    entre el medico y el paciente.

    El medico "liberal" típico, que surge como
    preeminente en el escenario social durante las primeras
    décadas de esto siglo es habitualmente un profesional con
    múltiples actividades. El medico visita a sus pacientes en
    sus domicilios, trabaja en un "hospital filantrópico" o en
    un centro de salud publica,
    hace docencia en colegios secundarios o en cátedras
    universitarias, en líneas generales. Pero, sobre todo,
    atiende sus pacientes en el consultorio privado. Esta es su forma
    especifica de trabajo, de donde extrae sus recursos
    económicos en forma mayor y a partir de donde elabora su
    visión del mundo.

    La posibilidad de hacer de la atención en
    consultorio la base primordial de una ocupación presupone
    una serie de desarrollos histórico – sociales que se
    mencionan a continuación:

    a) los individuos en condiciones de pagar por los
    servicios médicos viven en una misma comunidad o en
    una próxima, pero siempre dentro de un contexto
    urbano.

    1. los medios de
      transporte
      crecieron en numero y frecuencia de servicios, tanto como en
      confort y nuevas rutas, facilitando el desplazamiento de las
      personas.
    2. igualmente ocurre con los medios de
      comunicación. Favorecen la
      organización del trabajo medico (agenda: turnos por
      teléfono, consultas por emergencias, derivaciones,
      interconsultas).

    1.4.Beneficio de la actividad
    médica

    La medicina liberal presupone que la sociedad ya
    está inmersa en una amplia red de relaciones
    mercantiles, esto es, que una circulación de
    mercancías y la venta de
    servicios en sus distintas formas se ha generalizado. La consulta
    medica aparece entonces como un caso particular de cambio
    sistemático de bienes y
    servicios por su equivalente monetario, que, se da en toda
    sociedad. Se
    da una especie de homogeneiza-ción del producto del
    trabajo medico, tanto en su aspecto de valor de uso
    como en el valor de
    cambio. La
    consulta expresa precisamente esa unidad de valor de uso/valor de
    cambio. La consulta incluye, en primer lugar un cierto
    patrón de utilización del tiempo de trabajo
    medico; hay una tendencia general a fijar una medida de tiempo asignado a
    la atención de cada paciente. Por otro lado, esas
    fracciones de tiempo de
    disponibilidad del trabajo medico tienden también a asumir
    un precio
    promedio entre el conjunto de los prestadores de ese servicio
    (atención medica consulta, visita domiciliaria,
    interconsulta, intervenciones quirúrgicas. etc.). Referido
    a la consulta especial y específicamente, es claro que el
    precio de ella
    (como manifestación del "valor de cambio" depende de
    varios factores entre ellos: calificación especial del
    medico, fama, aceptación por los indicadores de
    la moda,
    especialidad, relaciones familiares y de ubicación en la
    estructura
    social).

    La primacía del consultorio alcanzado por
    la medicina liberal, proporciona una entrada definitiva de los
    servicios médicos a un mercado
    competitivo. Es la primera vez que en una larga trayectoria de
    compra y venta de esos
    servicios que el mercado pasa a
    tener un efecto realmente regulador de las unidades de trabajo
    del valor de la fuerza de
    trabajo que le da origen. Frecuentemente el arancel u "honorario"
    era cobrado según el tipo de relación interpersonal
    entre medico y paciente. La medicina liberal de consultorio
    "desperso-naliza" la relación mercantil y
    simultáneamente "personaliza" la relación
    técnica Eso no elimina la posibilidad de desarrollar una
    dimensión complementaria, personalizada, también en
    el plano financiero, a través de un circulo de familias
    que atiende como "clientela cautiva". El medico liberal de
    consultorio es también un "medico de familia", pero
    esta relación que le asegura renombre y posición
    junto a los estratos sociales mas elevados no es un canal tan
    fundamental de su crecimiento
    económico. Además el realiza una serie de
    actividades socialmente valoradas, de las cuales puede obtener
    una entrada suplementaria al producido del consultorio.
    Ningún medico liberal de renombre, en cualquier latitud,
    jamas dejo de dedicar una parte de su precioso tiempo a la
    atención de indigentes en el hospital filantrópico
    como también a la enseñanza de la medicina en la
    cátedra. La retribución era, comúnmente, mas
    honorífica que en dinero. Todos
    estos trabajos de beneficencia eran la compensación de la
    perdida de la "aureola" ocasionada por el sistema
    mercantilista del consultorio. Es menester mencionar que la idea
    de "mercantilizacion de la Medicina" es algo rechazado por el
    código de ética
    liberal. Según éste lo que el medico debe recibir
    nada mas es un "honorario", una "justa compensación por
    sus inestimables servicios, una recompensa por sus servicios de
    un valor inestimable". En este particular, la medicina liberal
    trata de establecer una gama de alternativas que garanticen la
    libre concurrencia de pequeños productores, denunciando
    como desvirtuaciones del sistema tanto la
    tendencia al trabajo asalariado como a convertir las actividades
    medicas en actividades con características empresariales" Por lo
    tanto, la practica privada de consultorio era ciertamente y casi
    excluyente, y con frecuencia se le sumaban actividades variadas
    que perseguían el aumento de "fama y prestigio" al
    realizarlas sin grandes beneficios económicos pero
    sí de reconocimiento social.

    La medicina liberal a lo largo de toda su evolución jamás logró equipar
    la asistencia individual de los que podían pagarla con las
    poblaciones carecientes o de trabajadores. Por eso cuando la
    seguridad
    social surge y se afianza, los conflictos son
    constantes entre la Medicina privada y los sistemas
    solidarios. La medicina actual tiene un papel de
    complemento a las actividades que los entes estatales y las
    grandes y medianas empresas de
    atención de la salud en casi todos los
    lugares. Aferradas a los valores de
    "autonomía y libre elección", las diversas
    variantes de la medicina liberal manifiestan características económicas e
    ideológicas de difícil compatibilización con
    los preceptos de cobertura universal que poco a poco se han ido
    consagrando, en todos los países, con avances y retrocesos
    según la ideología imperante en la
    conducción de los piases y de las políticas
    de salud
    consecuentes con ella.

    Los cambios en la medicina y en la imagen del medico
    son profundos y de serias consecuencias. Ha cambiado la imagen del
    medico": hoy es un hombre como
    los demás, sin privilegios. Antes, aun cuando se le
    trataba amistosamente, se le distinguía con un titulo
    dignatario de uso exclusivo para su profesión. No se lo
    llamaba señor, lo llamaba "doctor". Y muchas veces, cuando
    ciertas personas se le dirigían llamándole
    "señor", de inmediato se rectificaban y le decían
    "doctor". Esto hoy no sucede, doctores hay en cada esquina
    y en la imagen del medico
    actual no se encuentra nada que justifique el monopolio de
    su tratamiento doctoral. Su imagen se ha
    desdibujado al tiempo que subieron las de otras profesiones que
    cumplen maestrías y doctorados con igual dignidad. Es un
    hombre como
    los demás, ha perdido los privilegios. No es intocable en
    cuanto a responsabilidad profesional; cobra y paga como
    todos. Ha perdido el rango sacerdotal, y debe rendir cuenta de
    sus errores -juicios de mala praxis- . y no se puede escudar en
    el secreto profesional. Los niños de ahora ya no juegan a
    ser doctores. En los tiempos que el medico tenia los privilegios
    que le concedía su labor profesional, Ios niños
    imitaban la imagen del medico asistencial, y jugaban al doctor y
    se divertían. Esto es ahora sólo un recuerdo de la
    infancia.

    1.5. Estatuto médico
    liberal

    La noción de profesión liberal,
    "profesión de carácter intelectual que se ejerce
    libremente o únicamen-te bajo control de una
    organización profesional", aunque parezca
    desligadas de controles, no lo está de los controles de la
    seguridad
    social. La representación colectiva de la medicina
    liberal, su significación en la mentalidad de la
    mayoría de los médicos y de los no médicos
    es a menudo imprecisa, y muchos de los que utilizan
    frecuentemente el término "medicina liberal" se
    verían en un grave apuro si se les preguntara qué
    entienden por ello. Entonces, con el objeto de definirla de
    manera acotada se dirá que la medicina liberal es la
    medicina cuyo ejercicio obedece a los siguientes principios:

    – libre elección del médico por el
    enfermo

    – libertad de
    prescripción por parte del médico

    – acuerdo directo entre enfermo y médico en
    materia de
    honorarios.

    – pago directo de los honorarios por el enfermo al
    médico (no hay organización mediadora)

    2. Factores socioeconómicos
    intervinientes en el cambio de tipo de
    medicina

    Las causas que producen los cambios en la medicina
    están estrechamente relacionadas a los cambios que se
    estaban gestando desde la década de los 70’s en todo
    el mundo, aunque hagan eclosión durante la década
    de los 80’s. Esto se puede observar también en los
    datos
    recogidos a través de dos encuestas
    realizadas durante 1994-95 , una de ellas realizada a los
    médicos de Mendoza, y la otra a la población en general, en la que consignaban
    que la mayoría de los cambios profundos en su
    profesión se habían dado durante la mencionada
    década, y con un incremento sostenido -aunque menor- en la
    década de los 90’s.

    La reconstitución del poder estructural
    del capital, que
    comienza a darse claramente a mediados del los 70’s se
    relaciona con el cambio de producción capitalista a nivel mundial y
    con la forma que esta transformación afecta a este
    país.

    En los 80’s se cierra un círculo
    determinado por la lógica
    del crecimiento mercado en toda
    América
    latina, y por lo tanto, los actores sociales asociados al
    mismo se ven obligados a modificar sus comportamien-tos. A la par
    de alterar la economía utilizando
    en esta tarea todo el potencial regulativo del viejo modelo
    esta-tal, las coaliciones de los sectores dominantes que
    controlan el aparato del Estado, en los
    70’s en casi toda América
    Latina, dejaron a éste en una situación de
    profunda crisis
    fiscal,
    tornándose así inmanejable para el estado su
    intervención en la economía y su
    intervención social como agente redistributivo. Inmersos
    en pro-fundas crisis
    financieras, vaciados de recursos,
    endeudados, deconstruidas sus relaciones funcionales con la
    sociedad,
    pasan de ser un poderoso instrumento en la disputa social a un
    aparato problemático en sí mismo.

    Junto a estas dificultades tácticas que los
    estados posteriores a las dictaduras militares han adquirido, se
    encuentra su problema estructural, que es la nueva modalidad del
    régimen capitalista que empieza a surgir, y que es el
    imperante en la actualidad.

    El objetivo de
    los golpes militares no fue sólo el derrocamiento de un
    determinado gobierno, sino
    más que eso: establecer la fundación de un nuevo
    orden a través de la implantación de un modelo
    económico totalmente distinto que en ese momento si
    siquiera se soñaba con que pudiera llegarse a implantar
    durante un gobierno
    democrático. Se buscaba imponer una nueva
    normatividad.

    Para corroborar la asociación entre poder
    económico y fuerzas militares se puede tomar como ejemplo
    el poder de los laboratorios de fármacos en Chile. En este
    país, un médico y también estadista,
    trató de limitar radicalmente la importación de
    fármacos. Durante su breve presidencia el Dr. Salvador
    Allende movilizó con éxito a los pobres para
    identificar sus propias necesidades en cuestión de
    salud. Propuso la
    prohibición de medicamentos que no hubieran sido probados
    en EEUU o Europa durante el
    tiempo cubierto por la protección de la patente, con lo
    cual se oponía a utilizar a la población chilena como conejillos de indias
    para la experimentación con fármacos en desarrollo. Es
    notorio que a menos de una semana del golpe militar del 11 de
    septiembre de 1973, muchos de los más activos
    proponentes de una medicina chilena basada en la acción de
    la comunidad
    más que en la importación y el consumo de
    medicamentos, habían sido asesinados.

    Volviendo a nuestro país, el análisis de las motivaciones básicas
    que sustentaron al régimen militar de 1976 revela la
    persistencia de un objetivo
    fundamental: refundar estructuralmente la sociedad argentina tanto
    en términos económicos como políticos y
    sociales, consolidando un nuevo proyecto
    dominante. Para su consecución se implementaron
    iniciativas de diferente contenido que se fueron redefiniendo en
    el tiempo, en un contexto externo signado por una economía en crisis en la
    cual predominaba la valorización financiera del capital y una
    situación interna donde el proyecto
    "desarrollista" había alcanzado, al parecer, sus
    máximas posibilidades de
    expansión.

    "El objetivo
    implicaba:

    1)agredir una estructura
    económico-social constituida a lo largo de varias
    décadas en el marco de las diferentes etapas de la
    industrialización sustitutiva.

    2)Por la propia solidez de la estructura
    económico-social de la Argentina, las
    propias contradicciones y necesidades de la economía capitalista
    esta reestructuración tenía que producirse
    necesariamente a través de una crisis y no
    mediante una fase de expansión económica, que
    lograse así la marginación de ciertos sectores
    sociales, la redefinición de otros y finalmente el
    predominio de los restantes

    3)Los cambios producidos en los pilares
    fundamentales desde la industrialización sustitutiva y los
    rasgos del nuevo patrón de acumulación
    deberían volverse irreversibles, en tanto no se buscaba
    pasar de una variante de industrialización
    "distribucionista" a otra "concentrada" de los ingresos, sino de
    remover las propias bases económicas y sociales de
    aquél modelo."(1)

    La reconstitución de las condiciones de
    dominación social avanzó mediante una acentuada
    caída del salario real y
    una creciente dispersión del mismo entre las diferentes
    categorías de los asalariados y las actividades
    económicas. Esta política se pudo
    concretar por la intervención a las entidades sindicales y
    la supresión de las convenciones colectivas -respecto del
    salario y del
    derecho de huelga.

    La derrota política y social de
    la dictadura militar
    no debe oscurecer los resultados de las redefiniciones producidas
    en el proceso de
    acumulación que, considerada desde la perspectiva de
    cualquier proyecto
    progresista, constituyen restricciones de una profundidad y
    envergaduras inéditas. El sólo enunciado de ellas
    impide confeccionar una larga lista sobre los problemas
    actuales: la magnitud de la deuda, la margi-nación social,
    desocupación, nivel de los ingresos
    populares, destrucción del aparato
    productivo.

    Como producto de un
    proyecto y una
    política
    acentuadamente centralizadores, excluyentes y marginados se
    produjo la emergencia de un nuevo poder económico
    constituido por capitales de antigua existencia en el país
    pero que hoy ocupan el centro del proceso de
    acumulación (grupos
    económicos/ETD), deviniendo su centralidad de sus actos en
    el país y de sus inversiones
    financieras en el exterior que los capacita para condicionar por
    lo menos, el proceso
    económico global.

    El proceso de
    liberalización de la economía -empezado en
    los 70’s en todo el mundo- fue retardado en Argentina por la
    aparición del 1°gobierno
    democrático en 1983, quien asume las demandas sociales
    silenciadas por los gobiernos militares. Sin embargo éste
    no puede compatibilizar la situación de los mercados
    internacionales con las obligaciones
    del entonces vigente Estado de
    Bienestar. Después de 1990, mediante la
    Desregulación, la asimilación de la economía
    internacional es total. En el centro del proceso económico
    se instala un nuevo "bloque social" constituido por capitales
    nacionales y extranjeros; los grupos
    económicos y las empresas
    transnacionales.

    Se produce un cambio en el tipo de Estado: del
    Estado de Bienestar se pasa a un Estado más excluyente. El
    ajuste produce una escisión en las clases medias,
    produciendo una pauperización creciente.

    "Es un cambio político cultural que se
    produce en 3 etapas. Con la dictadura se
    impone el discurso de la
    sociedad de libre mercado, mediante
    una resocialización autoritaria. Es la ruptura del
    estatismo, "la soberanía del consumidor". En
    los sistemas de
    salud se va
    perfilando un sujeto que reemplazará al concepto de
    paciente: es el concepto de
    cliente
    institucional, cambio que va asociado a la concepción de
    la sociedad, la cual no se presenta tanto como una comunidad de
    sentido, sino como una comunidad de
    servicios, de intercambios más pragmáticos y
    competitivos. En el nuevo modelo en individuo pasa a ser central;
    está menos vinculado a la suerte de actores colectivos,
    más orientado al mercado, al
    cálculo
    costo-beneficio y
    dentro de una lógica
    ganadores-perdedores."(2)

    La creciente influencia del mercado orienta a la
    competencia y a
    la ganancia, exponenciando la profundización de una
    racionalidad instrumental en términos estrictos de
    costo-beneficio.

    A partir de la configuración del modelo
    empresarial (lógica
    eficiencia/eficacia) en
    la
    organización del trabajo en el campo de la salud, es que se presentan
    varios focos de problematización: los gastos de
    consumo de
    asistencia medica; la disociación entre los grados de
    especialización del trabajo deseables o los
    técnicamente indicados y los institucionalmente posibles;
    las variantes interinstitucionales de la eficacia del acto
    medico; la capacidad del sistema como un
    todo para cumplir por igual con la demanda del
    consumo, y
    también las formas y la velocidad de
    las transformaciones tecnológicas dentro de los
    servicios.

    Con esto, el capital
    privado, la empresa
    pública y las políticas
    de salud regularán cada vez mas la inserción del
    profesional en el mercado de trabajo, tanto en lo que respecta a
    las prácticas especializadas efectivamente absorbidas como
    en cuanto a los tipos de vínculo entre el médico y
    la institución y entre el medico y el paciente. Una
    polarización de tendencias entre las practicas mas
    generales y Ias ultraespecializa-ciones, de la misma forma que la
    polarización entre el asalariamiento y la propiedad,
    está permeada de situaciones de trabajo muy diversas entre
    sí: en el carácter más o menos rutinario del
    trabajo; en la mayor o menor intensificación de la jornada
    de trabajo; en las formas y el valor de la remuneración,
    estableciéndose importantes diferenciales de renta en el
    interior de la categoría.

    Mediante la producción institucionalizada y con las
    modalidades empresariales que responden a un mercado "libre" o
    neoliberal, hubo una repartición clara a de los derechos y los deberes
    relacionados con la atención médica y se
    instituyeron segmentos de población con acceso exclusivo a las
    calidades asistenciales y a Ias terapéuticas
    diferenciadas, además de no permitir la correspondencia
    directa entre una calidad y la
    otra. La base de regulación del contrato
    será el poder de compra de cada clientela; que es
    estimulada en forma incesante por el propio modelo
    tecnológico actual de intervención y es elitizada
    en forma progresiva por varios componentes del modelo, como por
    ejemplo el costo de la
    asistencia. Será a través de la capacidad de
    consumo
    permitida por la renta del consumidor, que
    se delimitarán aquellas mismas
    calidades.

    Se podría aseverar que América
    Latina no terminado de transitar su difícil camino de
    reconstrucción democrática. Las conquistas políticas
    y sociales obtenidas están siendo amenazadas por una larga
    crisis
    económica y por las políticas
    de ajuste que uniformemente se ejecutan en la mayoría de
    los países. El modelo de desarrollo
    vigente no puede hacer compatibles los objetivos de
    estabilidad y crecimiento
    económico con los requerimientos sociales de
    bienestar. Es así que la constitución del mercado como fuerza
    dominante de la dinámica económico-social y su
    expansión universal, consolida el proceso de globalización de la economía,
    reconstruyendo los bloques económicos y de poder a nivel
    mundial. Se puede constatar una progresiva disminución del
    papel del
    Estado en el desarrollo
    social, especialmente en los campos de salud y educación, con una
    tendencia a transferir responsabilidades fundamentales al sector
    privado sin la garantía necesaria de equidad en la
    oferta de los
    servicios .

    En términos institucionales, desde hace 40
    años el Estado es
    el gran empleador de la fuerza de
    trabajo médica: la mayoría de los médicos
    trabaja en alguna institución estatal, aspecto de gran
    importancia en el contexto de las políticas
    neoliberales que actualmente se siguen en el país
    según las cuales se implementó la Reforma del
    Estado algunos años atrás y ahora la segunda
    Reforma Del Estado. Hasta este momento la política que se ha
    seguido en relación con el personal que trabaja en las
    instituciones
    estatales ha sido la de incentivar las renuncias voluntarias a
    través del aumento e la indemnización. Esto ha
    logrado que los recursos
    humanos más calificados, especialmente médicos
    y enfermeras, renuncien a su trabajo en el sector público,
    especialmente en los hospitales. Por lo general, los
    médicos que se han retirado son aquellos de mayor
    calificación, de niveles jerárquicos superiores y
    con práctica privada establecida.

    En el país la privatización de los
    servicios de salud es un punto todavía no definido. Hasta
    el momento la indicación es que los servicios de salud
    deben buscar "autogestionarse" (autofinanciarse). Esto significa
    que el Estado no
    va a aumentar, sino a disminuir su aporte y que cada unidad debe
    buscar "formas creativas de buscar financiamiento". Esto ha sido entendido así
    por los funcionarios de los servicios de salud, especialmen-te en
    los hospitales donde han aumentado las tarifas por
    atención, buscando así incrementar la
    participación porcentual del rubro "ingresos propios"
    dentro del presupuesto.

    Se suma a esto un marcado deterioro en los
    ya insuficientes servicios de salud con la correspondiente
    disminución en la accesibilidad a los servicios de salud
    de grandes sectores de la población. Este impacto ha sido mucho mayor
    por el dominio de un
    modelo de atención de salud centrado en la enfermedad y el
    individuo, y con la aplicación de tecnologías de
    alto costo, sin una
    racionalidad básica que favorezca la utilización
    equitativa de los servicios. Simultáneamente se evidencia
    un significativo incremento de la participación de
    diversas fuerzas sociales en la defensa de sus derechos ciudadanos, lo cual
    plantea a un reto al sistema
    político tradicional a fin de articular a sus procesos de
    gestión
    la acción de la sociedad
    civil.

    3. De medicina liberal a medicina
    tecnológica

    Simultáneamente, la convergencia del
    desarrollo
    tecnológico con las presiones del mercado -en especial de
    instrumentos y medicamentos- y las demandas de ciertos sectores
    sociales, han establecido altos patrones de incorporación
    tecnológica aun en los mas simples procedimientos
    médicos. Esto genera requerimientos de mayor capacitación y disponibilidad
    tecnológica y mayores costos en los
    procedimientos, y se ajusta a la hipótesis de que el especialista o
    ultraespecialista que trabaja en instituciones
    privadas, con múltiples y complejas tecnologías
    auxiliares y atendiendo a los sectores de mas altos recursos
    económicos, es hoy el modelo que tiende a imitar y
    reproducir las nuevas generaciones de estudiantes de
    medicina.

    Las especializaciones tienen una larga historia en la medicina pero
    recientemente se han diversificado aún más, y se ha
    llegado a una etapa de ultraespecialización. Se ha
    incrementado la presión profesional y social hacia la
    necesidad de especializarse con el consiguiente deterioro de la
    valoración y reconocimiento social al médico en
    general.

    Debe señalarse el impacto del desarrollo
    económico y tecnológico sobre la medicina. La
    medicina liberal, en la que el médico y el paciente en su
    relación singular decidían autónomamente
    sobre el tipo y los costos de los
    servicios, está desde hace tiempo superada a causa de
    mediación de la
    organización de asistencia de salud.

    Debido a la innovación tecnológica asociada al
    desarrollo,
    que promovió una progresiva disponibilidad de nuevos
    medios de
    diagnóstico y tratamiento, en los
    últimos años se hicieron intensas y profundas
    modificaciones de la actividad laboral del
    médico. Debido a su lógica
    particular, la organización institucionalizada d la
    medicina subordina el acto médico de dos formas
    diferentes:

    • sujeta el proceso de trabajo a normas externas
      a la relación médico paciente y hace que este
      deje de ser atribución exclusiva del
      profesional
    • impide que el acceso a los servicios
      médicos sea una elección de los propios clientes,
      debido a la segmentación social de los usuarios que
      están bajo distintos y diferentes sistemas
      asistenciales.

    No es infrecuente que un mismo médico en
    múltiples inserciones institucionales practique diversos
    tipos de medicina de acuerdo con el poder de compra y el nivel de
    exigencia de cada uno de sus clientes
    individuales y colectivos. En este marco de la medicina
    tecnológica se pueden señalar sucintamente las
    siguientes características del ejercicio profesional
    del médico:

    • Se realiza como trabajo independiente de la
      cooperación de otras especialidades y profesiones, es
      decir, integra un "trabajador colectivo".
    • Se encuentra progresivamente subordinado a
      instancias de decisión fuera de su ámbito
      individual o corporativo, ya que, al integrarse como un
      trabajador colectivo y en el escenario de servicios
      institucionalizados, su autonomía se reduce,
      produciéndose lo que algunos llaman
      "proletarización de la actividad
      médica".
    • Se estructura
      en función de los diferentes patrones económicos
      y tecnológicos de organización de los servicios
      médicos, es decir el desempeño profesional se
      inserta en los diferentes "segmentos" asistenciales y de
      mercados
      laborales.
    • Se trasforman los criterios de la ética
      profesional como consecuencia de la aparición de un
      cliente
      institucional y de la mayor distancia entre médico y
      paciente debido a los cambios institucionales,
      económicos e ideológicos de la medicina
      tecnológica.
    • La búsqueda de altos niveles de
      complejidad en la atención médica a costa de una
      progresiva incorporación de tecnología de punta ha elevado el
      costo de la
      atención y reducido la accesibilidad de estos servicios
      a la población, con evidente deterioro de la
      equidad.

    El cambio en las significaciones culturales
    relacionadas a la actividad médica que acompañan
    las grandes transformaciones económico – sociales en este
    sector, se pueden inscribir en lo que Raymond Williams designa
    como estructuras
    del sentir. "Son tipos sentimiento y pensamiento
    efectivamente social y material, aunque en fase de
    transformación en un conjunto articulado de
    significaciones" (3). La medicina y el médico actual – a
    los que se les puede llamar, aunque imprecisamente-
    "tecnológicos" son experiencias que se hallan
    todavía en proceso, son vividas dentro de la esfera de lo
    privado, no alcanzando hasta el momento una significación
    social. Cuando las relaciones que producen la emergencia de la
    forma de médico "tecnoló-gico" se formalicen
    habrá comenzado a formarse una nueva estructura
    social, suplantando las significaciones culturales de la medicina
    liberal, con las cuales actualmente cohabita.

    3.1. Las consecuencias del
    cambio

    Actualmente es común la utilización
    de términos como "desprofesionalización" y
    "proletarización" de la medicina para definir desde esta
    perspectiva negativa las transformaciones que han tenido lugar.
    El primer término pone el acento sobre la pérdida
    de la soberanía profesional sobre el consumidor, y el
    segundo sobre una pérdida idéntica de parte del
    poder de la dirección de los servicios. En la medicina
    tecnológica de estos días, el trabajo
    médico varió las bases tecnológicas de la
    intervención de manera tal que reorientó la antigua
    autonomía de sus agentes, ya sea en la conformación
    institucional de los servicios médicos o en la
    organización de la acción
    técnica.

    Uno de los primeros aspectos contrastantes que
    podemos señalar al comparar la medicina tecnológica
    con la liberal, es el que se relaciona con la forma más
    inmediata por la que se perciben los servicios. En la medicina
    liberal, la característica que nos llama más la
    atención es la constatación de las conformaciones
    institucionales, la uniformidad de los procedimientos
    dentro de la diversidad de las acciones
    técnicas. El establecimiento de la medicina
    tecnológica instaura diferenciaciones de todo tipo:
    extiende los servicios ampliando la asistencia para la
    población, pero simultáneamente formaliza
    mecanismos de diversificación en la producción de
    servicios, legilitimizando la constitución de prácticas que no
    solamente son técnicamente diversas, sino que son
    cualitativamente desiguales en su capacidad de satisfacer las
    necesidades asistenciales. Lo peculiar del actual modelo no esta
    en haber cambiado el patrón de practica y de asistencia,
    sino en haberlo hecho por medio de la institucionalización
    de las diferencias.

    Por una parte, el contenido técnico del
    trabajo individual se multiplica en las especialidades
    médicas con una incorporación sólida y
    simultánea de los equipos terapéuticos y de
    diagnostico al acto técnico. Por otra parte, la
    organización de estos trabajos (ahora cada vez más
    interdependientes entre sí), se transforma de unidades de
    servicio) cuya
    base fue el trabajo mas
    aislado e independiente del consultorio privado, a unidades de
    servicio que se fundan en el trabajo
    típicamente cooperativo, como el hospitalario o el de las
    clínicas ambulatorias. Se trata del trabajo colectivizado,
    cuya composición, en términos de trabajos
    parciales, cualitativa y cuantitativamente, se diferencian por
    los diversos patrones sociales y técnicos en la
    dependencia de la organización empresarial de las instituciones.

    En el plan de
    organización tecnológica del trabajo, la
    incorporación compacta de equipos de diagnóstico y terapéuticos
    hará migrar de la historia de la vida,
    rescatada por la anamnesis, la base de apoyo para la
    decisión clínica, y el "ojo clínico" tan
    característico de la formación tradicional del
    médico, dejarán de ser la base de apoyo para la
    decisión clínica, limitándose a ésta
    a la verificación de los análisis.

    De este modo, definida por medio de un contrato
    jurídico y en dependencia de la capacidad de consumo de
    cada uno como consumidor privado, esta nueva
    característica de asistencia medica hace que la
    organización medie como variable adicional para la
    adecuación entre la producción de los cuidados y
    las necesidades de salud que existen socialmente. Se trata no
    solo de conocer la naturaleza de
    esta mediación que es totalmente diferente a la
    mediación del modelo anterior de médico, sino que
    se trata asimismo de desarrollar en la actuación
    profesional los métodos de
    escoger la forma de mediación mas adecuada. El nuevo modo
    de trabajar invierte la proporción aparente de la
    presencia de sus partes objetivas, las de carácter
    científico y las de carácter ético. Crecen
    los dispositivos diagnósticos y terapéuticos y
    hacen que disminuya la dependencia, anteriormente casi exclusiva
    del raciocinio clínico y de la decisión
    médica en lo relativo al saber, y se amplía la base
    científica del conocimiento
    que informa la intervención. Por otra parte, se contrajo
    sensiblemente la base subjetiva, que implicaba el juicio personal
    del médico y cuya viabilidad y control
    exigían una relación exclusivamente interpersonal,
    con excepción de un comportamiento
    moral dado.
    Esta base encontró sustitutos que no siempre eran los
    adecuados, como fueron los mecanismos institucionales que crearon
    una clientela con patrones, con una pauta explícita de
    derechos y
    deberes acordados legalmente.

    1. El caso mendocino

    El objeto de incluir parte de las encuestas
    llevadas a cabo dentro del marco de la investigación sobre Poder y Salud, responde
    a la necesidad de localizar indicadores
    empíricos que sean el correlato de este desarrollo
    teórico y las hipótesis propuestas en este
    trabajo.

    4.1.Encuesta a los
    médicos de Mendoza

    La encuesta a
    profesionales médicos fue realizada durante los meses de
    julio a noviembre de 1994. Se tomó como universo el
    único registro
    existente (hasta ese momento, ya que el censo de profesiones no
    se había terminado) de los profesionales médicos,
    el de los círculos médicos de la provincia de
    Mendoza. Se tomó como muestra un total
    de 296 médicos, de los cuales 80 son mujeres y 216 son
    hombres.

    Dada la extensión de la totalidad de la
    encuesta, y
    debido a que incluye aspectos no relacionados directamente con el
    objeto de este trabajo es que sólo se ha tomado los
    aspectos de directa implicancia.

    4.1.1.Cambio del trato del paciente hacia el
    médico

    El 62% de los médicos entrevistados
    coinciden en que el trato que le da el paciente ha cambiado. El
    37% restante considera que no han habido cambios significativos.
    Los que perciben un cambio hacen referencia a que el cambio en el
    trato hacia el médico se da respecto de una "falta de
    respeto" entre
    paciente y médico, lo que deriva en una falta de
    obediencia y creencia en sus saberes, que es percibido como una
    total falta de respeto. Esta
    opinión que sustentan los médicos es
    sintomática de los cambios que se están produciendo
    en su profesión. Los cambios que se han producido en la
    relación médico-paciente han hecho que esta
    relación sea menos asimétrica, y los médicos
    se resienten de ello.

    Los médicos plantean que los pacientes
    creen portar un conocimiento
    similar al del médico -en cuanto a su afección- a
    tal punto de que no es infrecuente que los pacientes indiquen a
    su médico determinados medicamentos para ser recetados. Se
    produce además otra situación en la que el paciente
    va armado de exigencias que superan las posibilidades del
    médico. Que aparte de curarlo, lo haga "estar bien". Lo
    último es sintomático del estado de la cultura
    actual, ya que el individuo busca en el médico una cura
    para la desestructuración de su persona (algo que
    por su formación el médico no le puede
    ofrecer).

    4.1.2. Desde cuándo ha cambiado el
    trato

    El 38% considera que ha habido un cambio sostenido
    desde la década del 80, y un 28% pone el acento durante la
    década del 90. Estas respuestas están en directa
    relación con los cambios producidos a partir de los
    80’s en la Argentina,
    aspectos expuestos con mayor profundidad en el capítulo
    acerca de los factores que han afectado la actividad
    médica.

    4.1.3. Acerca de la "palabra santa" del
    médico

    El 69% de los profesionales encuestados sienten
    que las opiniones de los médicos no son "palabra santa"
    sobre cuestiones de salud. La "santidad" de la palabra del
    médico se refiere a la carga de verdad que la
    opinión del médico contiene. Se pone de manifiesto
    que la mayoría de los médicos entrevistados
    perciben una pérdida de ascendiente en su
    profesión. La opinión del médico es
    relativizada.

    4.1.4. Médico especialista/médico
    generalista

    El 76% de los médicos entrevistados percibe
    que los pacientes confían mucho más en la
    opinión del especialista que en la del generalista. Como
    sucede en el caso anterior, el ascendiente del médico
    sobre el paciente se relativiza. Sólo el 22% percibe que
    este desplazamiento es circunstancial.

    Este resultado implica que el tipo de
    médico llamado "de cabecera, o de familia" -que es
    un generalista-, está en vías de extinción.
    Esto provocaría trastornos importantes en la
    relación médico paciente. Uno de ellos es que
    desaparecería una cierta relación afectiva que se
    produce entre el paciente y su médico, otro
    es
    que se refuerza la segmentación en la
    concepción de la medicina.

    4.1.5. La especialización
    produciría una reducción del ascendiente del
    médico generalista sobre la población en
    general

    El 79% de los médicos entrevistados
    consideran que la especialización ha traído una
    reducción del ascendiente del médico no
    especializado, mientras que el 19% de los entrevistado consideran
    que este desplazamiento no ha sido
    significativo.

    4.1.6.La existencia de una pluralidad de
    especialidades tiene como consecuencia disminución del
    n° de médicos de cabecera

    El 85% de los médicos entrevistados
    considera que la existencia de muchas especialidades ha
    traído como consecuencia una fuerte disminución del
    número de médicos de cabecera, mientras que el 11%
    de ellos considera que este fenómeno ha afectado muy poco
    en la disminución del n° de médicos de
    cabecera.

    Los valores que
    presenta la distribución revelan claramente como
    está relacionada la aparición de una multitud de
    especialidades médicas con la aparición de un
    modelo tecnológico de medicina y de médico, muy
    diferentes al modelo de la medicina liberal, más
    relacionado éste con la práctica
    generalista.

    4.1.7.Valor social del rol del
    médico

    El 77% de los entrevistados, cuando eligió
    la carrera consideraba el valor social del rol del médico
    como alto, mientras que el 21% lo consideraba medio y el 1% como
    bajo. La valoración más alta responde a la
    valoración social otorgada al médico liberal,
    modelo imperante (y único) décadas atrás,
    quien concentraba en sí tres características
    fundamentales: poder, prestigio y privilegio. En la actualidad en
    médico no concentra esas tres características: el
    14% de los médicos entrevistados considera el valor social
    del rol del médico como alto, un 63% lo considera medio, y
    el 22% restante lo considera bajo.

    Respecto de las causas de la reducción del
    valor social del rol del médico, del conjunto de opciones
    brindadas se desprende como principal causa, en un 65% de los
    entrevistados la reducción de la capacidad adquisitiva; un
    13% cree que esta causa ha influido poco en la reducción
    de valor social del rol del medico, y un 22% no sabe o prefiere
    no contestar.

    En segundo lugar aparece como posible causa de
    este fenómeno el incremento en la matrícula de
    profesionales médicos: el 64% de los entrevistados
    atribuye a dicha causa la caída del rol social del
    médico, y el 14% percibe que esta causa ha influido
    poco.

    En tercer lugar aparece como causa de la
    reducción de valor social del rol del médico la
    socialización de los conocimientos médicos a
    través de los medios de
    comunicación, mientras que el 34% percibe como mucha
    la influencia de dicha causa, un 33% la percibe como
    escasa.

    En cuarto lugar aparece como causa el avance de
    las terapias alternativas: el 29% de los entrevistados percibe
    como mucha la influencia del avance de las terapias alternativas
    a la medicina institucionalizada en la perdida del rol social del
    médico, y un 49% considera escasa la influencia de esta
    causa.

    Se pueden observar como causas más
    influyentes la reducción de la capacidad adquisitiva,
    relacionada con los cambios económicos producidos en los
    últimos años y la socialización de los
    conocimientos a través de los medios de
    comunicación, efecto producido por la
    complejización de las redes de información y el adelanto
    tecnológico.

    4.1.8.Estudios auxiliares

    El 61% de los encuestados considera que las
    solicitudes de estudios auxiliares son excesivas. En definitiva,
    los médicos afirman que le solicitan al paciente
    demasiados estudios.

    Causas de este exceso:

    El 25% de los encuestados cree que la
    irresponsabilidad por solicitar "batería de pruebas" es
    mucha.

    Otra de las causas del exceso de solicitudes es la
    formación del médico, que se apoya en gran medida
    en estudios auxiliares como forma de sustitución del "ojo
    clínico" del médico de
    antaño.

    4.1.9. Pérdida de valor monetario de la
    consulta médica

    El descenso en los ingresos de los
    médicos está directamente relacionado con el
    incremento de los ingresos del
    sector fármacos. La tendencia muestra que los
    laboratorios están percibiendo la parte de los ingresos
    que anteriormente correspondían a la corporación
    médica. Por un lado este se debe a que los pacientes,
    cuando tienen que elegir entre pagar la consulta o comprar los
    medicamentos, optan por lo segundo. Por el otro la tendencia a la
    automedicación se refuerza con los medicamentos de
    venta libre y
    los autotests.

    El 91% de los médicos entrevistados
    considera que la retribución económica por
    consultas ha bajado mucho en su participación efectiva,
    respecto de los gastos globales
    del sistema de
    salud.

    El 50% de los entrevistados cree que esto se
    produce desde la década del ’80, mientras que el 20%
    cree que esto se produce desde los ‘90s, y 20% restante lo
    ubica en la década del ’70.

    4.1.10. Desplazamiento de los beneficios
    financieros producidos por la actividad
    médica

    a)desplazamiento hacia el sector
    fármacos: el 84% de los médicos encuestados
    cree que mucho del desplazamiento en los gastos globales
    del sistema de salud se ha producido en favor del sector
    fármacos.

    b)exámenes por tecnología
    instrumental: el 72% de los médicos entrevistados
    considera que este sector del sistema de salud también se
    ha visto favorecido con el desplazamiento producido en los
    gastos globales
    del sistema.

    4.2. Encuesta a la población en
    general

    4.2.1.El paciente consulta a más de un
    médico

    El 39% de la población encuestada
    manifiesta que nunca consulta a más de un médico.
    El 31% sólo lo hace circunstancialmente, lo que
    está dado de esta manera porque se produce sólo en
    patologías graves; y el 29% restante siempre consulta a
    más de un médico.

    1. El trato del médico es más
      impersonal

    El 61% de la población encuestada cree que
    el trato del médico no es más impersonal.
    Sólo el 29% cree que el trato se ha tornado más
    impersonal. En este punto existen grandes diferencias entre
    los valores
    dados por los médicos y los aquí
    presentes.

    1. La opinión del médico no es
      más "palabra santa"

    EL 56% de la población encuestada
    considera que la opinión del médico no es
    más "palabra santa". El 40% restante cree lo contrario. En
    las 2 encuestas se
    dan valores
    parecidos. Tanto la población como los profesionales
    perciben la pérdida de ascendiente del médico sobre
    los pacientes.

    4.2.4.
    Especialista/generalista

    El 70% de los encuestados confía
    más en la opinión del especialista que en la del
    generalista. Sólo el 27% cree lo contrario. Los valores
    observados son similares a los dados en la encuesta a los
    médicos.

    El uso de aparatología refuerza esta
    pérdida de confianza en el generalista. Se podría
    aventurar que el paciente mismo está consustanciado con
    esta percepción
    al fragmentarse en una diversidad de médicos a lo que
    considera que debe visitar. El propio médico refuerza esta
    percepción al derivar permanentemente por
    cada parte del cuerpo del paciente a un especialista
    diferente.

    1. Cambio en la consideración del
      paciente hacia el médico

    Para los encuestados, el cambio en la
    consideración del paciente hacia el médico se da en
    la década del ’80. El 33% de los encuestados hace
    referencia a esta década como la década en la que
    la consideración cambia, y la tendencia se ha mantenido ya
    que un 27% considera que los cambios se han dado durante la
    década del ‘90.

    Es necesario mencionar que el 35% de los
    encuestados no sabe cuando se ha dado este cambio, aunque
    está seguro que ha
    habido un cambio. El descrédito hacia el médico se
    ve reforzado por no poder ubicar temporalmente cuando se produce
    este cambio.

    1. Reducción del valor social del rol
      del médico
    1. a causa del incremento en la
      matrícula: a diferencia de los médicos, la
      población no considera que el aumento de la
      matrícula sea una variable a considerar en la
      pérdida de valor del rol social del médico. El
      26% de los encuestados cree el aumento en la cantidad de
      médicos ha influido en el deterioro de la imagen del
      médico, mientras que el 47% de los encuestados no lo
      cree así. El 27% desconoce si esta variable está
      relacionada con la problemática.
    2. a causa de la socialización de los
      conocimientos: el 49% de los encuestados cree que el valor
      social del médico no se ha reducido a causa de la
      socialización de los conocimientos médicos a
      través de los diversos medios de
      comunicación. Sólo un 22% cree que la
      reducción se debe a esta causa.
    3. a causa de la reducción en la
      capacidad adquisitiva: el 53% de la población
      encuestada cree que esta es la causa del deterioro en la imagen
      del médico. El 24% cree que esta no es la causa.
      Concuerdan los valores
      presentes con los valores
      dados en la encuesta a
      los médicos. La tendencia a interpretar a la medicina
      como una actividad empresarial es reforzada por las
      concepciones y significaciones culturales del mercado, lo que
      claramente conlleva a una desacralización de la
      profesión médica. Es una profesión como
      cualquier otra.

    Si la causa de deterioro de la imagen del
    médico es predominantemente económica, la salud es
    interpretada como un factor más dentro del ámbito
    de bienes y
    servicios. La salud se convierte en un beneficio de
    apropiación individual, situación claramente
    diferente a la del modelo de Estado de Bienestar, donde aquella
    tenía una función social. De tal manera se la
    considera actualmente como un instrumento de uso particular -en
    base a un interés
    privado- por oposición a un interés
    público en el anterior modelo de Estado.

    1. Solicitudes de estudios
      auxiliares

    El 49% de la población encuestada cree que
    las solicitudes de estudios que hacen los médicos son
    razonables. El 33% cree que son suficientes y sólo el 4%
    cree que son insuficientes.

    Los legos en medicina tienen una opinión
    similar a la de los profesionales, aunque éstos son un
    poco más categóricos en sus afirmaciones. La
    percepción resultante deviene en que las
    solicitudes que realizan los médicos para diagnóstico o exámenes, rozan el
    límite de lo aceptable.

    1. Causa del exceso de solicitudes de estudios
      auxiliares

    El 11% de la población, quienes consideran
    que estos son excesivos colocan como principal variable
    responsable a la irresponsabilidad de los médicos.
    Haciendo que el paciente se haga una gran cantidad de estudios,
    el médico logra que su trabajo sea más sencillo -el
    diagnóstico es más fácil-, y
    el tiempo estimado de consulta por paciente se reduce
    posibilitando la atención de un número mayor de
    pacientes por día. Estos no son ajenos a esta percepción, y es una de las causas de
    descrédito de la profesión.

    1. Desde cuando se ha empezado a gastar menos
      en consulta

    El 36% de loa población encuestada responde
    lo ha hecho a partir de la década del ’90. Es
    necesario aclarar que el 19% de los encuestado considera que esta
    situación se remonta a la década del ’90.
    Comparando los valores
    relativos a la década del ’70 (3%) y los que
    corresponden a la década del ‘80 (19%) se pude
    inferir que entre estas dos décadas se produce el cambio,
    el cual se sostiene y se hace ampliamente manifiesto durante los
    ‘90s.

    1. Descenso de gasto en consulta favorece al
      sector fármacos

    El 82% de las población encuestada cree que
    el descenso de gasto en consulta médica ha favorecido al
    sector fármacos. El 15% restante cree que este sector no
    se ha visto favorecido por el descenso del gasto en
    consulta.

    Se puede inferir al respecto que claramente los
    laboratorios se están quedando con parte de los ingresos
    que anteriormente les pertenecían a los
    médicos.

    Existen varias causas que explican esta
    situación: la socialización de los conocimientos
    médicos y de los nombres de los productos
    farmacéuticos a través de los medios de
    comunicación. Asimismo, la cada vez mayor variedad de
    medicamentos de venta libre en
    farmacias perjudica los ingresos de los médicos, ya que el
    paciente en vez de gastar en consulta y fármacos
    sólo lo hace en lo segundo, con el consiguiente beneficio
    exclusivo de los laboratorios.

    Conclusiones

    Se puede decir que la característica del
    ejercicio de la medicina es la de ser una práctica
    difícil no sólo por la complejidad de los juicios
    sino también por la carencia de certeza que se presenta
    cuando se atraviesa por todas estas dificultades.
    Históricamente los médicos aprendieron a lidiar con
    este orden de dificultades construyendo un saber operatorio en su
    trabajo en el que, al aplicar los conocimientos
    científicos al caso, necesariamente lo reinterpretaban a
    través del saber de su experiencia clínica persona. El
    éxito de la profesión se asentó en dos
    posibilidades de libertad
    interpretativa del medico: con referencia a lo social, al tratar
    de curar al enfermo desde plano científicamente
    objetivado; con referencia a la ciencia, al
    valerse de su "arte" anterior,
    de su capacidad técnica de negar la objetividad
    genérica para favorecer la singularidad individual del
    paciente. Así se construyó durante la medicina
    liberal, la mejor inserción del médico en su
    proceso de trabajo, definiéndole una posición de
    autonomía profesional personal relativa al saber, a los
    instrumentos y a la clientela. Y la práctica que ha
    sucedido bien permitió construir este ideal de
    acción en que, si en el proceso de trabajo la
    autonomía representó cierta independencia
    frente al saber científico y frente a las interferencias
    sociales en su acto, desde el punto de vista de la
    estructuración del servicio el médico, se
    insertó como un agente directo que al mismo tiempo asume
    la organización directiva del trabajo, reteniendo para
    sí la capacidad de evaluarlo o de regularlo, y
    todavía más, el control de su
    disposición en el mercado.

    Con todo, si el éxito hizo erigir una
    hegemonía cultural en la sociedad, en lo relativo al
    trabajo de medico como trabajo correspondiente a Ias necesidades
    de salud, del lado del profesional este mismo éxito le
    hizo creer en ciertos patrones de desempeño, así
    como en patrones óptimos de realización
    técnica. También existe, por tanto, una cultura
    profesional hegemonica. Y dentro de esta cultura de
    "cómo actuar", exactamente en razón de su libertad de
    decisión, los valores
    ideológicos que el médico tiene acerca de lo que
    representa vivir en la sociedad o vivir sin enfermedades, se inscriben
    ampliamente en su práctica
    técnica.

    La característica mas tipica del trabajo
    médico es que este se asienta en bases técnicas y
    éticas conjuntas y necesarias al mismo tiempo. La
    técnica representa su parte de intervención
    reparadora y mantiene las condiciones vitales ampliamente
    deseadas de parte de la sociedad. Ello se refiere, por lo tanto,
    a la capacidad transformadora de la acción operante:
    manual directa
    o instrumentalizada, pero que es siempre una acción. Con
    respecto a esto existe un saber: la técnica se vincula a
    la ciencia
    como dominio de la
    biología y
    los conocimientos afines que situarán a esta acción
    en la esfera del "mundo natural" y de sus cuestiones. Aunque esta
    no sea la única característica del lado
    técnico de este trabajo, su valor social la hace recubrir
    otros sentidos de la técnica. El ideal de esta se
    identifica con la y acción que deriva en el
    conocimiento del mundo natural sin que sufra otras
    interferencias. En el caso contrario estaríamos, dentro de
    esta concepción, en una situación de crisis, de un
    deber ser frustrado. Mientras tanto, la exclusiva
    vinculación de la técnica con la ciencia no
    solo reducía los aspectos técnicos del mundo
    natural, sino que, en relación con las "condiciones
    vitales deseadas en la sociedad", hizo olvidar que la
    técnica puede discriminar dónde intervenir, es
    decir que la técnica médica es inmediatamente
    ética
    en cuanto a su definición de objetivos.

    La reducción de la dimensión
    ética
    de la relación entre seres humanos hace olvidar, como
    efecto de ciertas posibilidades técnicas, que la
    ética médica puede establecer como adecuados
    ciertos objetivos de
    los procedimientos
    desde el punto de vista moral. El
    trabajo medico, por lo tanto tiene que ser especificado como un
    trabajo en el que la ética y la técnica dependen
    una de la otra como las caras de una misma moneda y que esta
    dependencia es necesaria. La coexistencia de esas dos
    especificaciones de medicina, por lo tanto, no puede ser algo muy
    simple. Ellas se disputan la soberanía de la práctica
    médica pero sin que la una pueda abandonar a la otra. Hoy
    en día la técnica se ha convertido en algo
    sumamente importante, lo que hace que se presente como si fuese
    independiente del ejercicio de ética. La moral
    parece ser más una mera circunstancia con recurso
    adicional al puesto de acción tecnica, que
    parte de la propia sustancia del ejercicio. En vez de una
    "técnica moralmente dependiente", el ejercicio de la
    medicina tiene que tomarse como si fuera una técnica
    moralmente modelada. Esta dependencia fue la señal de la
    medicina liberal, en la cual se dio la constitución de la ética como
    verdadera herramienta tecnológica de la práctica
    médica. La ética correspondió a la construcción de la autonomía
    profesional, y se constituyó en el sólido apoyo de
    la posición de la autonomía profesionalmente
    lograda.

    La crisis de la medicina

    Desde hace varias décadas se esta viendo
    surgir lo que se califica como crisis de la medicina mecanicista,
    científico-natural y supertecnologizada. En la
    concepción tradicional, la tecnología medica
    formaba parte de la medicina misma. Hoy, por el contrario tiene
    un sentido distinto: es externa la atención, se ha
    liberado de sus amos, a quien supuestamente la ciencia iba
    a servir. Esta trastocación de la ciencia en
    un monstruo de Frankenstein (en la obra de M.Shelley el monstruo
    no es otra cosa que la ciencia
    moderna) aparece dirigiendo el proceso de la atención
    médica. Su uso corriente opone la tecnología a una
    medicina humanística, como si fuesen fatalmente
    excluyentes, cuando en realidad la clave del problema reside en
    su adecuada utilización en la atención de la
    salud.

    Resulta innegable que la tecnología se ha
    aplicado más al tratamiento individual de los pacientes en
    grandes hospitales, a través de una instrumentación
    intensiva que facilita el desarrollo intensivo de proyectos que
    provean al médico del apoyo necesario para el tratamiento
    ambulatorio y preventivo de las grandes afecciones de nuestro
    tiempo.

    Así, en gran medida la atención
    médica está en manos de técnicos
    especializados en la manipulación de aparatos y sensibles
    a su funcionamiento, pero para quienes los pacientes son la
    materia prima
    con la cual estos instrumentos funcionan pero de ninguna manera
    su razón de ser.

    El problema se encuentra en el modelo que la
    medicina incorporó para su desenvolvimiento
    científico, adoptando el de las ciencias
    naturales que le permitió adquisiciones de innegable
    valor y el desarrollo de un cuerpo de conocimientos que
    constituyen el orgullo de la atención de la salud de hoy.
    Con la seguridad de que
    este modelo le proporcionaba, el médico del siglo XX se
    sintió hombre de
    ciencia,
    olvidando que carecía de una teoría
    filosófica propia y que el natural avance de la ciencia pronto
    superaría las concepciones que constituían su
    modelo.

    A pesar de que la práctica médica
    está sometida a un proceso de progresiva
    institucionalización, el modelo de ejercicio liberal de la
    profesión médica continúa siendo la imagen
    dominante del futuro médico y de sus docentes. Lo poco que
    queda de la práctica médica liberal típica
    en el mercado de servicios de salud (no hospital) corresponde a
    la practica de algunos docentes de medicina. Esto ejerce una
    influencia ideológica sobre los estudiantes de medicina,
    que siguen aspirando a una práctica autónoma ya
    superada que está en contradicción con el modelo
    que les presentará la realidad: la medicina
    tecnológica, institucionalizada y segmentada. Asimismo la
    tradición médica es una fuerza
    activamente configurativa del presente, en
    cuanto

    La superespecialización, la perdida de la
    relación médico-paciente, la burocratización
    de la atención y su centralización en hospitales
    monstruos saturados de tecnología, la búsqueda
    ansiosa por parte del paciente de una atención
    personalizada es corleado de una medicina que por vía de
    una tecnologización creciente ha terminado por
    deshumanizarse, alejándose de las necesidades profundas
    del individuo, reemplazando la clínica por el laboratorio y
    los monitores,
    revelándose incapaz de hacer frente a la compleja
    patología de nuestra sociedad actual y sumando
    iaytrogenias.

    Tanto el sistema de atención de la salud
    como la medicina están en crisis. Los conceptos mismos e
    enfermedad, salud, medicina, ciencia y
    aún de "hombre"
    están en discusión. Inclusive está en
    cuestión la disciplina
    médica como arte de curar.
    Tal es así que la medicina ha continuado aferrada a su
    viejo modelo cuando las disciplinas que lo inspiraban hace
    décadas lo han abandonado. Esto se puede constatar con
    sólo ver el programa de
    estudios de cualquier carrera de medicina, sobre todo con la de
    la UNC. La medicina persiste así en el estudio de los
    hechos y los fenómenos como ajenos al hombre. La
    consideración del organismo como máquina permanece
    implícita en la medicina hoy prevalente: el mecanicismo, a
    pesar de todo, sigue constituyendo para el médico, la
    imagen internalizada con la que visualiza el individuo y su
    patología.

    Tal vez sea materia de
    estudio analizar las razones que llevan a la medicina a persistir
    en un enfoque que considera como científico, cuando el
    mismo ha sido abandonado por aquellas disciplinas que le
    servían de modelo y que hace aparecer a la medicina,
    frente al resto de las disciplinas como un islote con "atraso
    cultural". Es así que el enfoque del organismo como una
    máquina no parece el más apropiado para el
    tratamiento de las patologías actuales más
    comunes.

    La crisis de la medicina podría permitir al
    lego reclamar en forma efectiva su propio control sobre la
    percepción, clasificación y toma de
    decisiones médicas. La "laicización del templo
    de Esculapio" podría llevar a deslegitimar los dogmas
    religiosos de la medicina moderna, a los que las sociedades
    continúan adhiriendo.

    La tecnología no es la única
    posibilidad de que de dispone para una mejor atención
    médica; la organización es mas importante que ella,
    ya que no sólo la incluye sino que atiende también
    a los aspectos institucionales y sociales

    La imponente tecnología médica se
    une a la defensa de la igualdad de
    derechos creando
    la impresión de que la medicina contemporánea es
    sumamente eficaz. Sin embargo, la mayoría de los enormes
    gastos
    médicos actuales en rápido aumento se destinan a
    diagnósticos y tratamientos cuya eficacia es en el
    menor de los casos dudosa, pero que sobrecargan el nivel de
    prestaciones
    de las Obras Sociales, con los posteriores efectos ya conocidos
    (sobreprestación, incremento del uso de
    aparatología y desvío de fondos para subvencionar
    el uso de los aparatos: esta es una de las formas de fundir una
    obra social).

    La medicina iatrogénica -la que no cura-
    refuerza una sociedad morbosa sonde el control social de
    la población por parte del sistema médico se erige
    como actividad económica primordial. Cataloga a los
    impedidos como ineptos y genera una tras otra nuevas
    categorías de pacientes.

    La incidencia de la incorporación
    tecnológica en la práctica médica exige una
    reorientación educativa. se redefine a través de
    sus contenidos, agentes, espacios y de una determinada cultura
    institucional, así como de la disposición y la
    proporción de las experiencias de enseñanza y
    aprendizaje.

    La subordinación institucional y la
    práctica tecnológica colectivizada alteran la
    relación médico-paciente, a lo que acompaña
    una reducción de la autonomía y responsabilidad del
    médico.

    Además de esto, todo el proceso se traduce
    para la población en una tendencia hacia la
    universalización del derecho al consumo de Ios servicios,
    al mismo tiempo que sin embargo, los diversos tipos de asistencia
    ya tienen una disposición diferente para los distintos
    segmentos sociales.

    De ese modo, las transformaciones sufridas por la
    medicina tecnológica originan tensiones de diverso orden
    entre el medico, como individuo, y su categoría; entre la
    población y los servicios; entre el trabajador directo y
    la organización de la producción de los
    servicios.

    El argumento que sostenido por Iván Illich
    en "Némesis médica" es que el lego (en medicina) y
    no el médico tiene la perspectiva potencial y el poder
    efectivo para cuidar de su salud. El poder que en la
    antigüedad fue otorgado al chamán – antecesor del
    médico – le es reclamado ahora por quienes lo
    delegaron.

    La demanda por
    mejores condiciones de salud ha sido parte de un largo proceso de
    lucha en América
    latina. En los últimos años, un mayor
    protagonismo de diferentes fuerzas sociales, en la defensa de sus
    derechos con
    especial referencia a la salud, ha sido evidente. Un mayor
    conocimiento
    de lo que el desarrollo científico y tecnológico
    está en condiciones de ofrecer a la solución de los
    problemas de
    salud, también es evidente. A esto se añaden las
    demandas inducidas por el complejo médico – industrial,
    todo lo cual genera en la población expectativas cada vez
    más crecientes de que es posible una mejor salud para la
    población. Sin embargo estas expectativas se enfrentan a
    la gran problemática de la "crisis médica" que se
    manifiesta cada vez con mayor fuerza. Crisis
    de cobertura, crisis en la calidad de la
    atención, frente a un progresivo deterioro de las
    condiciones de vida de la población. Igualmente se
    cuestiona desde distintas perspectivas la validez de la educación y
    práctica médicas frente a las exigencias sociales.
    Se manifiesta la inconformidad de la sociedad frente a una
    profesión médica que trata a los individuos como
    objetos, reduciéndoles a la condición de
    máquina biológica. El ser humano se enajena frente
    a las decisiones que tienen que ver con su salud. La creencia
    común que sólo llamando al médico puede
    enfrentarse a la enfermedad hace más daño a la
    salud del que los médicos podrían jamás
    lograr imponiendo sus servicios a la ciudadanía. El poder
    sindical en el sector de la salud es un obstáculo para una
    distribución de recursos que
    favorezca los intereses de los enfermos más que los de sus
    cuidadores.

    La práctica médica cambia
    rápidamente en las últimas décadas de una
    modalidad autónoma y liberal a una práctica
    colectiva e institucionalmente intermediada. El vertiginoso
    desarrollo científico y tecnológico promueve la
    sucesiva e incesante división técnica y social del
    trabajo médico y el cuidado es atomizado entre distintos
    trabajadores, lo que hace que frecuentemente ninguno de ellos
    tenga una visión holística del paciente en cuanto
    ser integral y social. En términos de la división
    social del trabajo, la medicina considerada el prototipo de una
    profesión, pasa a segmentarse para atender a diferentes
    estratos de la sociedad que presentan posibilidades diferenciales
    de consumir servicios de salud.

    La presión que generan los desarrollos
    tecnológicos y científicos, ha llegado a establecer
    culturas institucionales y currículas de estudio que no
    pocas veces definen la formación médica como
    aplicación de tecnologías en le práctica
    clínica y no como investigación para la generación y
    adopción
    crítica de conocimientos para resolver problemas de
    salud.

    Se pueden sintetizar las problemáticas
    actuales respecto de la medicina de esta
    manera:

    • un amplio proceso de democratización y
      construcción de
      Ciudadanía;
    • Ia aparente superación de la crisis
      económica con la adopción
      de las políticas de ajuste
      estructural;
    • Ia reducción del Estado con impacto
      desfavorable en los sectores sociales;
    • el énfasis en el derecho a la salud y la
      reformulación sectorial;,
    • una significativa incorporación
      tecnológica y aumento incontrolable del costo de la
      atención a la salud;
    • la colectivización del trabajo medico en
      reemplazo progresivo de la práctica
      liberal;
    • amplia experimentación de innovaciones
      educativas enfocadas a la transformación del perfil
      profesional y al perfeccionamiento didáctico
      pedagógico.

    Se puede aventurar como hipótesis que el actual momento
    histórico la medicina enfrenta un nuevo pasaje. Se trata
    de una transición de esta medicina tecnológica con
    su división técnica y social del trabajo hacia una
    muy diferente. Todavía no sabemos cómo
    madurará en cuento a
    modelo de intervención, pero ya podemos vislumbrar
    cómo madurará en cuanto a la finalidad social de la
    ación médica. También podemos vislumbrar que
    la segmentación tripartita en medicina clínica,
    quirúrgica y diagnóstico-terapéutica,
    tradicional en la medicina tecnológica pero impensable en
    la medicina liberal, no conseguirá mantenerse inalterada,
    ya sea en términos d la repartición técnica
    del las tareas, o en sus respectivos valores para la
    sociedad

    Si el objetivo de la
    medicina: no es curar sino procurar salud, lograr una
    situación jurídica que permita prescindir de la
    misericordia y asegure a los desheredados su único
    patrimonio: la
    salud.. Entonces es comprensible Ia necesidad de generar un nuevo
    modelo científico biomédico y social que proyecte y
    fundamente un nuevo paradigma
    educativo en función del individuo y de la
    sociedad;

    La fabulosa medicina actual es teóricamente
    insuficiente porque frente a muchas dolencias los médicos
    no puedan hacer nada, y asistencialmente inmadura, porque todos
    los sistemas de
    colectivización exigen reformas importantes y
    profesionalmente injusta, porque no son pocos los países
    en que las diferencias económicas entre los médicos
    rebasan los lo tolerable, y científicamente
    insatisfactoria, porque todavía los médicos no son
    capaces de articular de manera aceptable lo que del hombre
    enfermo saben, viéndole por un lado como simple organismo
    vivo y mirándole por otro como auténtica persona.

    La reorientación de la autoridad
    técnica, el redimensionamiento del poder de
    decisión, la redistribución de las competencias en
    las evaluaciones técnicas que recalifican las relaciones
    del médico con el saber y su uso tecnológico en el
    trabajo, así como las relaciones del médico con el
    paciente y todo su equipo de trabajo, son algunas de las
    cuestiones éticas ya colocadas en el ámbito de la
    práctica profesional, y que aguardan como desafío
    actual las proposiciones propias de la esfera
    educacional.

    las enfermedades de otros
    tiempos y la noción de enfermo

    Todos los análisis actuales del enfermo hablan de una
    realidad de la enfermedad como forma de vida. Ser un enfermo no
    designa solamente un estado biológico, sino que define
    también la pertenencia a un status. Ser un "enfermo" es
    también ser un "atendido" es decir entrar en
    relación con una de las instituciones
    mas importantes de nuestra sociedad: la medicina. Hoy se puede
    vivir enfermo durante varios anos sin inquietar el entorno, y
    conservando una actividad Y una vida so al La enferÄnedad
    tiende entonces mas y mas frecuenteÄnente a devenir una
    identidad que
    debe ser asumida, adquirida e impuesta a los otros, y es en las
    ias relaciones con la medicina que esta identidad se
    constituye.

    Esta realidad de la enfermedad como forma de vida
    y del enfermo como actor social esta bien lejos de lo que fueron
    durante siglos las epidemias; fenomeno colectivo y social que
    encarno largo tiempo el mal absoluto, pero que paradojamente
    fueron "enferrnedades sin enfermos"

    El enfermo es pues un condenadodominado por un mal
    extraniero, un destino que sufre en su brutalidad y su caracter
    irremediable. Frente al horror de ese destino, la lucha
    individual no es solo ineficaz sino tambien insensata: el enfermo
    no puede mas que esperar la muerte.
    Sucede incluso que el mismo la llame

    los procesos de la
    construccion social del status de enfermo

    Lo que se considera en estos días un
    "enfermo" no es lo mismo que se consideraba en sociedades
    anteriores, y se puede entonces considerar de qué manera
    se cosntuyó soialemnte el enfermo de hoy

    de que manera las concepciones ae la enfermedad y
    del enFermo se afirman en la conjunción de un cierto
    estado de la patología, de los universos simbólicos
    predominantes en una sociedad, de los conocimientos
    médicos y de su eficacia, es
    decir del sistema de instituciones
    que se hace cargo de la enfermedad.

    Durante todos los siglos domiandos por la epidemia
    como imagen típica de la enfermedad y regulados por la
    visión religiosa del mal, se pueden observar numerosos
    moribundos y muertos, pero no entraban en la definición
    contemporánea de "enfermo". Durante siglos, la enfermedad
    es ante todo el preludio de muertes colectivas, la causa del
    desorden social . Pero no es, como devino la enfermedad moderna,
    el fundamento de un modo de vida y de integracion social
    particular

    Por supuesto existieron otras enfermedades ademas de las
    epidemias: enfermedades individuales de
    las que no se muere de golpe y con las cuales es necesario vivir.
    Pero estos males e infecciones no tenian la importancia simbblica
    de la epidemia y no estructuraban la imagen de la "enfermedad"
    Ellas describían una figura del "hombre enfermo",
    consustancial con la naturaleza
    humana, no enunciaban un status
    específico.

    Para que apareciera lo que llamamos hov el
    enfermo, numerosos elementos jugaron un rol y fueron puestos
    progresivamente en su lugar. Primero fue necesario que la
    enfermedad dejara de ser un fenomeno colectivo y que constituyera
    una forma de vida mas que una forma de muerte. Luego
    la medicina debió ser capaz de intervenir eficazmente
    sobre la enfermedad v de sustituir la visión y respuesta
    religiosa. Finalmente, por intermedio del desarrollo de las
    leyes
    sociales, las nociones de enfermedad y salud se encontraron
    ligadas al trabajo, y el enfermo se definió por su lugar
    en el proceso de producción.

    Los dos primeros elementos muestran que la
    enfermedad se individualiza y pierde su carácter
    colectivo. Pero, por su relación con el trabajo y bajo la
    respuesta medica, la enfermedad se convierte
    simultáneamente para el individuo en condición
    social y nueva estructuración de sus relaciones con el
    conjunto social.

    La mayor parte de estas evoluciones tuvieron lugar
    a lo largo del siglo XIX. Particularmente, la percepción
    de la enfermedad como una condición individual, asociada
    con un modo de vida específico, durante un período
    eventualmente largo, nos parece correlativa con la afeccion que
    durante un siglo, luego de la epidemia, cristalizo las angustias
    colectivas: la tuberculosis.

    Si bien la tuberculosis mata
    masivamente no ocasiona como la epidemia la muerte
    colectiva y brutal en la cual el hombre se
    hunde. Se muere individual y bastante lentamente de tuberculosis:
    ella deja percibir al enfermo, su condicion, la imagen que tiene
    de sl~ mismo, v la que los otros tienen de el. Ademas, por su
    duracibn, la enfermedad se convierte en una forma de vida mas que
    una forma de muerte. La
    "cura'', el viaje, la estadía en el sanatorio, que
    constituyeron durante tanto tiempo los unicos tratamientos
    verdaderos de la tuberculosis, dan
    al enfermo un status especlfico: la figura del enfermo no es mas
    que un valor existencial, se define por un modo oe vida y un
    lugar en la sociedad.

    Cuando en el siglo XIX se desarrolla la creencia
    en la ciencia V se
    opera, acornpariado o no de eficacia. el ascenso de la
    intervencion medica, el medico y Äel enfermo cle~an oe
    sentlrse dominados por la volu~taa alvma. ~e piensan enfrentados
    a procesos
    organicos que pueden ser conocidos y regulados. Como dijo
    Foucault: "La
    enfermer~ao se aparta de la me~aflslca del mal a la cual durante
    slglos estuvo emparentada" (38).

    Ies, ias noclones ae entermedad y salud se
    enÄ La enfermedad se encarna en estados de contraron ligadas
    al trabajo~ y el enfermo de cuerpos legibles para la ciencia. Con
    la chni~niob por su lugar en el proceso de produccÄ ca, la
    con~cepcion religiosa del mal desapareció definitivamente:
    los sintomas permiten leer la naturaleza de la
    enfermedad y son organizados en un saber sistemático.
    Debido a esta nueva racionalidad comienza tambien a aparecer la
    homogeneidad del status de enfermo que resulta idéntico a
    pesar de las diferentes formas de
    padecimientos.

    A partir del siglo XIX la enfermedad adquiere
    tambien su sentido con relaclbn al traba~ Con el desarrollo
    industrial y el asalariamiento cue o acompaha, se impone la
    necesidad de te ner una mano de obra que responda a las exi genc
    as de la produccibn. La salud se asimila a la capacidad de
    trabajo y la enfermedad a la incapacidad En tal contexto importa
    pues encon

    trar os medios de
    conservar v restaurar la salud cuando es amenazada. Un desarrollo
    del mismo brden tuvo lugar, pero de una manera mas precoz, en la
    ma yorla ae los palses occlaentales. L~esae entonÄ ces todo
    asalariado con motivo de su actividad profesionai es un
    "asegurado que, en caso oe enfermedad, tiene acceso a las
    atenciones meÄ dicas y derecho a dejar de trabajar A su vez,
    la enfermedad misma es transformada: se ins crlbe en nuevos lazos
    con la coiectividad y el enfermo aparece como un personaje nuevo
    sobre la escena social. Las transformaciones ~oe la patologla,
    como lo muestran la tuberculosis y
    mas aun la enfermedad cronica de hoy, contribuyeron a la
    emergencia de una figura individualizada del enfermo. En lo
    sucesivo se le reconocio un status de individuo inactivo liberado
    de los deberes de la produccion y aceptado como tal. Nuevos
    derechos Y deberes asl como un modo de relacibn oriqin~l con el
    conjunto social van a definirlo.

    Las concepciones profanas actuales de la
    enfermedad, la imagen que en nuestros d~as el enfermo tjene de s~
    mismo y la que se tiene de el se estructuran alrededor de estos
    elementos y estan profundamente arraigadas en esta realidad
    social (39). Hoy, para todos nosotros, _r_nfermo es una condicibn
    individu~Ll~o no se piensa fuera de las relaciones que se
    manÄ tienen no solo con la medicina y los medicos Smo
    tambien con la familia, el
    entorno, el tra bajo y las diferentes instituciones social s. La
    concepcibn del enfermo sobre 5U enfermedad es tambien concepcibn
    de su relacibn con los otros y con la sociedad en su coniunto. A
    traves del discurso sobre
    la enfermedad se expresa un discurso sobre
    la sociedad entera.

    . Ademas, si la enfermedad esta hoY de hecho entre
    las manos de la medicina, sigue siendo, en su realic ad y en la
    imagen que se forma de ella, un fenomeno que la desborda en todas
    direcciones. A su ~ la medicina como saber, como practic~ v como
    institución. no es independiente del discurso
    colectivo de una época y de su estructura
    social.

    El surgimiento de una profesión
    conglomerada de la salud ha hecho infinitamente elástica
    la función de paciente.

    La certificación médica del enfermo
    ha sido sustituida por la presunción burocrática
    del administrador de
    la salud que clasifica a las personas según el grado y
    clase de sus ncesidades terapéuticas. La autoridad
    médica se ha extendido a la asistencia supervisada de la
    salud, la detección precoz, tartamientos preventivos ycada
    vez más al tarameinto de los incurables. Anteriormente la
    medicina moderna sólo controlaba un mercado limitado; en
    la actualidad ese mercado ha perdido toda frontera. El resultado
    es una sociedad morbosa que exige la medicalización
    universal y una institución médica que certifica la
    morbidez universal.

    La educación sanitaria,
    el asesoramiento higiénico, los exámenes y las
    actividaes de mantenimiento
    de la salud, a lo largo de toda la vida, pasan a ser parte
    inherente de las rutinas de la fábrica y de la oficina. Las
    relacioes terapeuticas se filtran en las relaciones de
    producción y les dan forma. El homo sapiens, que
    desoertó al mito en una
    tribu y creció a través de la política como
    ciudadano, se encieraa ahora para purgar cadena perpetua en un
    mundo posindistrial. La medicalización de la sociedad
    industrial lleva su carácter imperialsita a la
    exponenciación.

    La construcción de la medicina como
    ciencia

    A partir de la filosofía cartesiana, por
    sucesivos aditamentos y golpes de timón a través de
    los últimos 3 siglos, hemos ido estrechando nuestra
    visión del hombre y la base
    científico-filosófica con ue se encara el proceso
    salud – enfermedad, para desembocar en la medicina hoy
    prevalente.

    La separación drástica entre
    el universo el
    pensamiento y
    el de las cosas tangibles marcó una escisión
    básica en la visualización del hombre como unidad,
    por lo cual la medicina científica restringió su
    campo al estudio de los fenómenos corporales; a ello se
    agregó la consideración del organismo como una
    máquina, en un enfoque mecaniscista que asoció el
    desenvolvimiento de la medicina con el de las ciencias
    exactas y naturales. El reduccionismo, en su afán de
    estudiar el funcionamiento de la máquina humana a
    través del conocimiento
    de partes cada vez más pequeñas para
    desentrañar su estructura íntima, sumó otra
    vuelta de tuerca a esta concepción, potenciada con el
    creciente avance de la tecnología en el último
    siglo y llevando a la medicina a la superespecialización
    que hoy observamos. De la separación entre cuerpo y alma
    pasamos a la compartamentalización del organismo y al
    estudio del funcionamiento de cada pieza, cuanto más
    íntimo e ínfimo mejor, para restablecer la marcha
    regular de la máquina, en caso de
    alteraciónes.

    Sobre esta concepción de la medicina, la
    tecnología actuó como catalizador y su
    utilización ha sido prácticamente ilimitada,
    aplicando al máximo todas sus posibilidades, estimulando
    esta medicina orientada hacia la enfermedad, centrada en el
    diagnóstico, organizada según especialidades y
    subespecialidades, mirando al paciente como una máquina en
    la cual alguna pieza debe ser arreglada, eliminada o sustituida y
    tratando de hacer frente a una patología de no
    fácil encuadrameinto en la gnosología tradicional.
    Este fue el camino de la medicina como ciencia, con adelantos
    casi increíbles que llevaron a concretar alrededor de ella
    un poder complejo que no sólo es expresión de una
    de las más influyentes industrias
    actuales sino que también representa una de las más
    absorbentes y poderosas corrientes del pensamiento de
    nuestra cultura.

    Relación
    médico-paciente

    Al respecto de este predominio de la
    tecnología se puede afirmar que la observación y el razonamiento clinicos , en
    lugar de haberse agudizado y perfecciónado, han sido
    degradados. Los médicos tienden a utilizar la información clínica principalmente
    como una guía para establecer qué procedimeintos
    diagnósticos ordenar. El razonamiento clínico ha
    quedado reducido a una simple selección de pruebas. El
    proceso de razonamiento se ha delegado a equipos automatizados
    programados para proveer respuestas también
    automatizadas.

    La relación con los pacientes está
    desdibujada y distorsionada, ya que los médicos
    están demasiado pendientes de los datos que
    registran fuentes
    extrañas a ambos. El tiempo está
    desproporcionadamente dedicado a esperar y evaluar los datos de laboratorio en
    lugar de interactúa con el paciente. Para éste, el
    médico está reemplazado por el poder sublime del
    laboratorio.

    Para responder la los problemas que
    le presentan sus pacientes, el médico de hoy no puede
    hacer más que sugerir mayor cantidad de test
    diagnósticos

    La medicina de hoy reproduce drásticamente
    la perdida de la imagen del hombre que caracteriza a la sociedad
    moderna.

    La relación médico paciente ha
    perdido su sentido; es cada vez más superficial,
    más mecánica: son dos seres humanos que se
    necesitan mutuamente pero que ni siquiera alcanzan a comunicarse.
    Ambos forman parte de la sociedad tecnológica, consumen
    tecnología medica. Los 2 son productores y consumidores en
    el mercado

    En este marco se ha redefinido la relación
    entre las dimensiónes técnica y ética de la
    acción tradiciónal del médico. Se pueden
    señalar dos alteraciónes básicas: en el
    nivel de las actividades de diagnóstico la
    tecnología ha cambiado la base de apoyo de la
    decisión tecnica donde sa
    hace cada vez menor la importancia de la historia de vida y la
    amnamnesis; en el nivel del plan asistencial,
    debido a la colectivización del trabajo y la
    organziación empresarial, se ha producido una
    disociación de las dimensiónes médicas del
    tratar y del asistir. Se ha configurado la neuva relación,
    mediada por lo instituciónak entre prestadores y
    consumidres en sustitución del médico y su
    paciente. Además ambos pertencen ahora a un tercero: los
    servicios, ya sean públicos, de uan empresa
    médica o de un seguro de
    salud.

    En ese acelerado desarrollo científico y
    tecnológico se ha vogorizado la raciónalidad y la
    lógica de las disciplinas biónaturales como el
    únio modelo valido y eficaz en el campo de la salud.
    Además se ha intensificado dos procesos
    interdependientes: la expansión tecnológica y el
    especialización.

    También se diversifican el vínculo y
    la permanencia de cada medico en una rnisma situación de
    trabajo, lo que significa relaciónes inestables y
    variadascon la clientela. El médico tiene que convivir no
    solo con los patrones cambiantes de trabajo, que’ es
    consecuencia del desarrollo científico y
    tecnológico, sino también con una gran variabilidad
    de los patrones simultáneos de trabajo en su ejercicio ,
    vale decir con un ejercicio profesiónal heterogéneo
    como sello de su desempeño individual.

    Con todo esto, el médico enfrenta
    posibilidades diversas de control efectivo sobre el proceso de
    trabajo tanto desde el punto de vista de su autonomía en
    el acto creador que proyecta una intervención dada sobre
    el enfermo, cuya mejor estimación es la
    conformación de su "decisión clínica", como
    tambien desde el punto de vista de la autonomia de
    ejecución, en la que se altera el antiguo poder
    autorregulador del ejercicio con el surgimiento de la dirección institucional que normatiza y
    evalua su trabajo. Por lo tanto, el medico pierde su libertad
    individual para decidir las politicas de salud, las politicas
    públicas de administración directa, o las politicas
    empresariales del capital
    privado.

    De un lado vamos a tener grupos de
    población gue, por la pauta común de haber sido
    contratados, se unen en cuanto a los derechos y deberes relativos
    a la prestación de servicios. Por otro lado, los
    médicos también se unen según las
    instituciones en (que trabajan Y si eso pasa a configurar el
    medico "del" convenio, el médico "del" seguro de salud,
    el medico "del" hospital particular, entre otros, en
    sustitución de "mi" medico, I lo mismo ocurrirá con
    el paciente. I

    La despersonificación que ahora se produce
    no se reduce por la perdida de la antigua forma de
    aproximación entre el medico y su, paciente, que
    parecía mas humana por ser mas íntima. Aquí
    .se producen también cambios del abordaje de la necesidad
    individual, que será ahora imputada al grupo, y
    aprehendida(la colectivamente. examinaremos mejor como se procesa
    esto en la organización tecnológica del trabajo);
    sin dejar: de advertir que si la reducción del individuo
    al grupo es capaz
    de operar: en forma tecnológica y ética durante un
    cierto tiempo, no converge ni siquiera con los valores
    históricos del liberalismo.

    Tomemos el procedimiento
    más .significativo en el modo de-. intervención
    anterior, símbolo de humanización de la
    práctica médica o de la autonomía del
    profesional: la anamnesis. La anamnesis fue casi eliminada,
    reorientada, casi extinta precisamente en el momento en que,
    por)r la presencia de los recursos mas
    objetivizadores del raciocinio médico(-(:), el paciente
    podía tener mayor participación en sus decisiones.
    Este "robo" del tiempo de conversación en la medicina
    tecnológico, la imagen de la asistencia despersonalizada
    no se puede inscribir sino como una posibilidad (l abierta por la
    existencia de sustitutos tecnológicos equivalentes; hay
    otros medios para
    que el medico(~ pueda obtener, desde el punto de vista que ahora
    le exige una acción técnica, los datos que antes
    solo le podía( suministrar- la anamnesis. Hay que notar
    que esta equivalencia se reduce a la (dimensión
    técnica de la práctica; en la dimensión
    ética eI valor no puede ser el mismo.

    Como ilustración de lo anterior, en la
    asistencia, médica, la vida social y hasta cierto punto la
    vida individual de las personas: que siguen un cierto
    patrón institucional al que se insertan en forma
    colectiva, pasan a ser estimadas según esa
    inserción. Esta estimación parece ser suficiente
    para el acto técnico, que se sigue produciendo como
    consulta individual. De esta manera, cada individuo del grupo
    institucionalizado es . considerado según su
    condición de vida y según el grupo de
    consumidores a que pertenece, que crea estereotipos fijos
    adheridos al colectivo de las personas representado como
    situación institucional

    Poder médico

    la asistencia en hospitales ha superado con mucho
    el alza en los honorarios médicos. El costo general de la
    asistencia médica ha subido con mayor rapidez que el ocsto
    medios de
    todos los bienes y
    servicios en el índice de precios al
    consumidor.

    Parte de esto ha enriquecido a los médicos,
    que hasta la Revolución
    Francesa se ganaban la vida como artesanos. Ahora los
    médicos han llegado a la cumbre. Sin embargo sería
    incorrecto atribuir la inflación en la medicina a la
    codocia de la profesión médica. El costo de la
    atención médica se ha elevado a causa de la gran
    red de organizaciones
    que median entre paciente y médicoy al creciente costo de
    la aparatología.

    . Muchas creencias religiosas subyacen la
    organización sociald e la medicina tecnológica, que
    a su vez ritualiza y celebra el ideal de progreso del
    s.XIX.

    Una de las más importantes funciones no
    técncias de la medicina se deba que es más
    ética que mágica. La medicina puede organziarse de
    modo que motive a la comunidad a
    tratar al frágil, al minusválido, al
    decrépito, del depresivo y al maníaco de una manera
    más o menos personal. El enfermo como construcción social va ser tratado
    más adelante.

    Volviendo al médico, ningún nombre
    común que se aproximara a la gama semántica
    abarcada por el concepto actual
    de médico existía en Europa antes del
    s. XIV. La 1° ocupación en monopolizar la sistencia de
    la salud es la del médico de mediados del siglo XX
    .

    Paradógicamente, cuanta mayor
    atracción se concentra en el dominio
    técnico de la enfermedad, mayor se hace la función
    simbólica no técnica ejecutada por la
    tecnología médica.

    Cuando el médico instaló su tienda
    por 1° vez fuera de los templos de Gracia, India y
    China, dejaron
    de ser curanderos. Cuando reclamaron un poder racional sobre la
    enfermedad, la sociedad perdió el sentido de este
    personaje compeljo y de su poder de curación integrada que
    el curandero había proporcionado.

    El médico moderno es totalmente diferente
    al curandero. Los curanderos se dedicaban a la ocupación
    de curar y ejercían el arte de
    distinguir a los espíritus malignos entre sí. No
    eran profesionales ni tenían poder para inventar nuevos
    demonios, poder que sí tiene la
    medicina.

    El médico ha abandonado cada vez más
    su papel de
    moralista para asumir el de iluinado empresario
    científico. La función del médico se ha
    vuelto confusa. Las profesiones de la salud han llegado a
    amalgamar los servicios clínicos, la ingeniería de salud pública y la
    medicina científica.

    El médico tarta con clientes que
    simultáneamente desempeñan diversos papeles durante
    cada uno de sus contactos con la istitución
    sanitaria.

    La salud ha dejado de ser un don innato que se
    supone en posesión de todo ser humano mientras no se
    demuesrtre que está enfermo y se ha convertido en una meta
    cada vez más distante a la que uno tiene derecho en
    viertud a la justicia
    social.

    La medicina es una empresa moral y por
    ello da inevitablemente contenido al bien y al mal. En cada
    sociedad , la medicina, como la ley y la religión, define lo
    que es normal, propio o deseable. La medicina tiene autoridad
    para catalogar como enfermedad genuina la dolencia de alguien,
    para declarar enfermo (mental o físico) a otro aunque
    éste no se queje, y para rehusar a un tercero el
    conocimiento social de su dolor, su incapacidad e incluso su
    muerte. La
    medicina es la que determina como "meramente subjetivo"
    algún dolor, como fingimeinto a alguna lisiadura y como
    suicidio a
    algunas muertes. El sacerdote declara que es sagrado y
    quién rompió un tabú. El médico
    decide qué es un síntoma y quién se
    encuentra enfermo. Es un empresario moral, investido con poderes
    inquisitoriales para descubrir ciertos entuertos a enderezar.
    La moral se
    halla tan implícita en la enfermedad como en el crimen o
    en el pecado.

    En las sociedades
    primitivas resulta obvio que el reconocimiento del poder moral
    está implícito ebn el ejercicio de la aptitud
    médica. En las sociedades
    modernas la medicina es ejercida por especialsitas de tiempo
    completo que controlan grandes poblaciones por medio de
    organizaciónes burocráticas. Estos especialistas
    forman profesiones que ejercen un tipo único de control
    sobre su propio trabajo. La profesión médica es una
    manifestación, en un sector particular, del control sobre
    la estructura del poder de clase que han adquirido las
    élites universitarias. Sólo los médicos
    "saben" qué constituye una enfermedad, quién
    está enfermo y que habr´ña de hacerse con los
    enfermos y con aquellas "poblaciónes de riesgo".

    En algunas sociedades la
    etiquetación social se ha medicalizado hasta tener el
    punto en que toda desviación ha de tener una etiqueta
    médica. El eclipse del componente moarl explícito
    en el diagnóstico médico ha dotado así de
    poder totalitario a la autoridad médica.

    En la medicina liberal el trabajo médico se
    estableció como una profesión noble, un trabajo de
    elite al cual correspondió una gran soberanía
    profesiónal.

    En el plano social más general , al
    médico le correspondió un gran prestigio y poder
    por el respeto, la
    confianza y la aceptación social de su autoridad
    técnica. En realidad dir´ñiamos que, en
    conjunto, operando como una empresa cerrada y
    bien estructurada, los médicos obtuvieron la
    valización de las ciencias
    médicas y la legitimación de sus
    aplciaciónes técnológicas y adquirireron el
    status de profesión noble en el concenso
    social.

    En el plano más específico de su
    acción, como intervención en la vida social que
    recupera a los enfermos y más adelante se torna hacia la
    salud, esta sietuación privilegiada en la sociedad le
    permitió al médico retener por más de un
    siglo el control total de su ejercicio: los monopolios del saber,
    de la enseñanza, de la ejecución técnica y
    de la evaluación
    de su desempeño. Una profesión
    autorregulada.

    Una vez que se volvió profesión, la
    medicina tambiñen se desarrolló como parte del
    movimiento
    propio de la sociedad en que se aceleró radicalmente una
    producción en escala de
    bienes y
    servicios; se redefinió la repartición del trabajo social,
    se modificaron los patrones de vida u se trasformaron los
    estratos sociales. En este proceso de desarrollo, la medicina
    amplió, diversificó y alteró de tal modo la
    configuración de su ejercicio que para muchos "se
    perdió" en la complejidad que
    creó.

    4. Poder Médico

    El médico, por el mero hecho de serlo,
    cualquiera sea su especialidad, le corresponde actuar con el
    dualismo "salud/enfermedad", y por lo tanto puede extendieres al
    de "vida/muerte". La
    medicina, desde tiempos antiguos ha sido envuelta en una especie
    de misterio, secreta, con conocimientos inaccesibles incluso por
    el empleo de una
    jerga desconocida para los no iniciados.

    La ciencia medica tiene como
    características:

    -es una técnica difícil de adquirir
    por su complejidad.

    -es una ciencia en constante
    evolución

    -sirve para resolver problemas de
    muerte e
    impotencia.

    Esto le da poder a la medicina (y al
    médico). Es así que no es de extrañarse que
    en rededor de la medicina se haya creado un círculo
    cerrado y se la considere como uno de los grandes poderes que ha
    habido a lo largo de la historia.

    Uno de los elementos distintivos y
    característicos de su poder es la liturgia médica,
    formada por la bata blanca (lo diferencia de los demás
    mortales); el vocabulario (los hace incomprensibles para el no
    iniciado) y la escritura
    ilegible, tan típica de ellos.

    En todas las sociedades distintos actores han
    pugnado por hacerse con el poder del médico. El poder del
    médico es grande: puede mandar al hospital
    psiquiátrico, puede "legalizar" una muerte, y puede mandar
    a alguien a 2 metros bajo tierra…

    5. Jaque a los
    médicos

    La corporación médica está
    al tanto de los cambios y los resiste.

    En diferentes publicaciones se recoge la
    sensación de que los médicos se ven descentrados de
    su papel
    habitual. Desde su interpretación, ahora se los ataca,
    algo sin precedentes que pondría en riesgo
    todo el sistema de salud.

    Respecto de las publicaciones médicas, a
    parte de las periodísticas habituales,
    aparecen

    otras que aconsejan al médico cómo
    articular sus acciones en
    posibles juicios de mala praxis (no a
    evitarlos).

    Según los médicos "se está
    juzgando cada vez con más rigor el accionar médico"
    (¿Será que antes no se los juzgaba -a pesar de las
    estrictas leyes?-). Reflejo
    del estado de desconfianza del médico: el médico no
    debe hacer concesiones. Aconsejan no atender a un paciente que
    haya recibido un disparo. Por un lado está el lado penal
    del asunto, pero… el médico no debe curar a los
    enfermos? (Revista
    Defensa Médica- Mayo 1995)

    Comentarios aparecidos en otra publicación
    (Revista
    Consultor de Salud) son similares.

    Según los médicos los médicos
    estos juicios: "provocarán un mayor deterioro, por no
    decir la destrucción del sistema hospitalario, en
    razón del aumento masivo del costo de la atención.
    Es decir, el médico, para cubrirse exigirá toda una
    serie de estudios, recaudos y participación
    tecnológica, que ningún establecimiento asistencial
    está en condiciones de cumplir."

    "la justicia exige
    un modelo de eficacia y de excelencia que en otros países
    es algo cotidiano, pero en nuestro país es algo imposible
    de lograr-."( Revista
    Consultor de Salud; septiembre de 1991). El médico se
    está "alertando", y sucederá que el profesional
    deberá trabajar con una "espada de Damocles" que le
    penderá de su cabeza y lo coaccionará para actuar,
    y en lugar de trabajar sin presiones, trabajará con el
    Código Civil y el Código Penal a mano: 1º
    leerá las leyes y
    después actuará. Se piensa que provocará un
    gran descuido de un área de la población de alto
    riesgo ya que
    ningún médico querrá arriesgarse a un juicio
    cada vez que se le muera un paciente.

    El crecimiento de los juicios en todo el
    país es muy alto, los médicos temen ser el
    "alimento de los abogados". Existe una grave preocupación
    entre los médicos acerca de temas puntuales. El
    profesional trata de ser más cuidadoso, arbitrar los
    mejores medios a su alcance.

    "en la población está desapareciendo
    esa idea de que al médico sólo le cabía el
    reproche moral. Esto no es así. En la gente cunde la idea
    clara de que un error por parte del profesional, un fracaso, la
    gente lo asimilará automáticamente con un obrar
    descuidado y a partir de allí actúan las querellas
    correspondientes".( Revista
    Consultor de Salud; septiembre de 1991).

     

     

    Autor:

    Mariano Fischer

    Lic. en Sociología Universidad
    Nacional de Cuyo

    Argentina

    Mfischer[arroba]topmail.com

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