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Politica de Chile




Enviado por latiniando



    "…… En una economía
    pequeña y abierta sin duda uno de los elementos centrales
    de la politica economica sera siempre la politica cambiaria. Esta
    representa el vinculo comercial y financiero con el exterior y su
    manejo tendra siempre importantes repercusiones con respecto a la
    estabilidad global del sistema y en
    relacion con la creacion de las condiciones que faciliten una
    adecuada asignacion de recursos entre
    los sectores
    productivos…………"

    "…… La estrategia de
    crecimiento escogido por nuestro país durante la
    última decada y media ha sido una estrategia
    denominada de desarrollo
    hacia afuera, abriendo nuestra economía al comercio
    internacional para así fomentar el desarrollo
    tanto del sector exportador como del sector que sustituye
    importaciones.

    En el logro de dicho objetivo la
    politica de fijación de un tipo de cambio
    real "alto", entre otras ha jugado un rol
    preponderante…….."

    INTRODUCCIÓN

    El presente trabajo tiene por finalidad presentar los
    principales aspectos de la política cambiaria en
    Chile entre
    los años 1974-1995. Para ello hemos separado nuestro
    trabajo en dos secciones. Antes de esto mostramos una
    pequeña referencia teórica para explicar los
    principales determinantes del tipo de cambio
    y su incidencia en este. La primera sección analiza lo
    sucedido en el período 1974-1982. En ella expondremos las
    políticas adoptadas por la autoridad de
    la época frente al caos economico heredado del gobierno de la
    Unidad Popular, para depués hacer frente a las crisis
    internacionales ( como la crisis del
    petroleo ) y las politicas acordes al nuevo modelo
    economico que se implantaba en nuestro pais. Además se
    explican las razones que motivaron a la autoridad
    económica a fijar el tipo de cambio
    en 1979, con sus respectivas consecuencias, y las condiciones que
    hicieron necesario devaluar el peso en junio de 1982.

    En la segunda sección presentamos el periodo
    1983-1995. En el se analizan los dilemas que debieron enfrentar
    las autoridades con respecto a la crisis de la
    balanza de pagos sufrida en el periodo anterior, para despues
    pasar a un periodo en que se abre la cuenta de capitales y la
    abundancia de divisas se vuelve el principal problema de la
    politica cambiaria.

    MARCO TEORICO

    Las divisas no son un bien o activo que en general
    generen utilidad a su
    poseedor, por ello su demanda ( y
    oferta )
    tienen un caracter
    diferente al de otros bienes,
    servicios o
    activos. La
    divisa se demanda ( y se
    ofrece ) a cambio de otra
    moneda por las transacciones que se puedan realizar con esta
    última, y que no se pueden realizar con la moneda original
    por ejemplo para la compra de productos en
    el exterior ( importación ); y su contraparte, el cambio a
    moneda nacional de pagos ( ventas )
    realizados por extranjeros en el exterior (exportaciones
    ).

    Es una demanda
    derivada, porque depende de las transacciones que se hacen en el
    mercado de
    bienes y
    servicios que
    se transan con el resto del mundo, esto quiere decir que cada
    transacción en este mercado tendra
    como contrapartida una transacción en la demanda ( y
    oferta ) de
    divisas.

    Ademas cabe señalar que al demandar una divisa (
    moneda extranjera ), se ofrece moneda nacional a cambio. Por
    ende, la funcion de
    demanda de
    divisas es la otra cara de la funcion de
    oferta de la
    moneda nacional.

    El tipo de cambio
    se define como el valor de una
    moneda ( divisa ) en terminos de otra moneda. Para efectos de
    esta investigacion, y en aras de la simplicidad, definiremos el
    tipo de cambio
    como la cantidad de pesos chilenos necesarios para adquirir un
    dolar estadounidense, en un periodo de tiempo.
    Definiremos ademas una apreciacion o revaluacion como una
    disminucion del tipo de cambio,
    producto de
    las fuerzas del mercado, o de una
    decision administrativa respectivamente y una depreciacion o
    devaluacion
    como un aumento del tipo de cambio,
    producto de
    las fuerzas del mercado, o de una
    decision administrativa, respectivamente.

    El mercado cambiario
    es donde se transan las divisas y se fija el tipo de cambio
    vigente para el periodo. En el caso de un sistema cambiario
    libre el tipo de cambio de equilibrio se
    determinara por la oferta y demanda
    de divisas, en el punto de equilibrio
    entre la cantidad ofrecida y la cantidad demandada. Si el mercado
    cambiario es libre y eficiente y se ajusta rápido a
    perturbaciones, uno podrá esperar que el tipo de cambio se
    encuentre, en general,en equilibrio.

    La demanda de divisas la podemos representar en la
    siguiente ecuación:

    D = D[ M(Y, P*/P) , SC(r/r*)]

    M1 > 0 ; M2 < 0 ; SC1 > 0

    donde:

    D: demanda de divisas.

    M: demanda de importaciones.

    P: nivel de precios.

    r: tasa de interés

    SC: colocación de capitales en el exterior y un
    asterisco(*) denota las variables del
    resto del mundo.

    La oferta de
    divisas la podemos definir de la siguiente forma:

    O= O[ X(Y*,P*/P) , EC(r/r*) ]

    X1 > 0 ; X2 > 0 ; EC1 < 0

    donde:

    O: oferta de
    divisas.

    X: exportaciones.

    EC: es la entrada de capitales del resto del
    mundo.

    Las variables con
    subíndice denotan las derivadas
    parciales de la función respecto de las variables
    correspondientes. En esta relación se ha especificado el
    carácter derivado de la demanda por divisas. El componente
    endógeno de ésta proviene de la demanda por
    importaciones
    y colocación de capitales en el exterior.

    Cuando el tipo de cambio es fijado administrativamente
    por las autoridades el análisis precedente cambia en cierta
    medida. Si bien los determinantes del tipo de cambio son los
    mismos, y siguen operando de igual forma, lo que varía es
    la intervención que realiza la autoridad
    monetaria en el mercado cambiario para mantener la paridad de la
    divisa. Si la autoridad
    desea mantener el tipo de cambio fijo debe ofrecer cambiar (
    comprar o vender ), al precio
    prefijado, cantidades ilimitadas de divisas. Para ello,
    naturalmente, la autoridad debe
    mantener una reserva de divisas suficiente para cubrir cualquier
    eventualidad.

    Al abrirse la cuenta de capitales la tasa de interés
    doméstica juega un papel
    fundamental. Esto es así, dada la rentabilidad
    que obtendrían las inversiones
    extranjeras al existir un diferencial entre la tasa de interés
    doméstica e internacional. Al ser la tasa de interés
    domestica mayor que la internacional la rentabilidad
    obtenida en nuestro país sería mayor que la
    obtenida en el extranjero, lo cual atraería flujos de
    capitales aumentando la oferta de divisas presionando a la
    diminución del tipo de cambio. A su vez al ser la tasa de
    interés
    domestica menor que la internacional la rentabilidad
    obtenida lo cual disminuiría los flujos de capitales
    disminuyendo la oferta de divisas presionando a un aumento del
    tipo de cambio.

    PERIODO 1973-1980

    Situación cambiaria vigente a
    septiembre de 1973.

    Desde 1930 a 1973 la economía Chilena se
    caracterizo por la escasa importancia asignada al sector externo
    como factor para su desarrollo.

    El análisis de las causas que condujeron
    finalmente a la situación cambiaria imponente en
    septiembre de 1973 requiere conocer el contexto en que esta
    política
    se desarrollo a
    partir de la "gran crisis de
    1930".

    Hasta entonces la estrategia de
    crecimiento del país se basaba en su sector
    exportador.

    Frente a las fuertes oscilaciones que presentaba la
    economía
    mundial, se postulo la creación de un sector industrial
    que permitiese sustentar un ritmo de crecimiento más
    estable. El desarrollo de
    este sector se apoyaría esencialmente en la existencia de
    una demanda interna que hasta entonces era satisfecha con
    importaciones.

    En materia
    cambiaria, la política
    prácticamente invariable desde 1932 hasta 1956,
    consistió en el establecimiento de una amplia gama de
    tipos de cambio, tanto para los retornos de las exportaciones
    como para las importaciones.

    En 1956 se intento efectuar una simplificación de
    las normas de
    operación en materia de
    comercio exterior
    y una reestructuración del sistema de
    cambios múltiples, dejando un tipo de cambio para las
    mercaderías y otro para turismo y transacciones de
    capital. Lo
    anterior propendía a una mayor apertura de la economía al exterior
    y a una revitalización del sector privado como elementos
    claves para el crecimiento
    económico del país, pues se estimaba que la
    estrategia de
    desarrollo hacia adentro o de industrialización lanzada se
    había agotado. Hasta fines de la década del 60, se
    actúa en el sentido de cambiar la acción del
    estado y la
    del sector privado como forma de impulsar el crecimiento
    económico, provocando, además, una expresión
    del mercado interno a través de la creación de
    acuerdos de integración regional.

    Para ello se requería efectuar algunas
    modificaciones en materia de
    política
    cambiaria y arancelaria. Así se establece un tipo de
    cambio de devaluaciones programadas, de modo de mantener un
    cierto nivel del tipo de cambio real.

    Durante el periodo 1971-1973 el país
    comenzó a experimentar un acelerado proceso de
    estatización y un retorno a la idea de crecimiento hacia
    adentro que vino a condensar todos los problemas que
    ya se habían presentado. A esto se agrego además un
    quiebre del sistema
    institucional y un desajuste generalizado de los mercados, entre
    ellos el sector externo, con tipos de cambios múltiples
    dependiendo de los productos que
    se exportaban o importaban.

    Esta política
    determinó que a septiembre de 1973 hubiere un mercado
    bancario-comprador con un tipo de cambio de Eº 85 por
    dólar y uno vendedor con seis "listas" en que el tipo de
    cambio abarcaba desde Eº 25 por dólar hasta Eº
    1300 por dólar.

    De lo anterior se desprende que el acceso al mercado de
    divisas estaba muy reglamentado y, en consecuencia,
    existían trabas para operar en forma fluida. Esta
    situación, unida al hecho de la sobrevaluación del
    peso, genero un
    creciente exceso de demanda de divisas y provoco la existencia de
    un fuerte mercado rojo, lo cual vino a agudizar la
    situación recién descrita provocando desajustes
    cada vez mas importantes.

    I) Evolución del régimen cambiario
    desde 1973 a 1979

    Características básicas del
    régimen cambiario 1973-1979

    El marco económico inicial de esta experiencia
    cambiaria se caracterizaba por severos problemas de
    desequilibrio en la balanza de pagos,
    agotamiento de los recursos
    internacionales (ver cuadro 5), elevados servicios de
    deuda externa,
    proliferación de restricciones no arancelarias y tasas de
    inflación altas y fluctuantes.

    Al Banco Central la
    correspondió desempeñar un rol fundamental como
    operador y ejecutor de la nueva política cambiaria, la
    implementación de esta en conjunto con la política
    de rebaja gradual de aranceles fue
    el requisito previo que permitió al país abandonar
    los moldes ya tradicionales de economía cerrada,
    iniciando, a su vez, el proceso de
    integración comercial en el
    exterior.

    La función del tipo de cambio fue
    básicamente la de servir como instrumento regulador del
    nivel del comercio
    exterior, pero lo cual adoptó una política
    cambiaria de minidevaluacines, efectuadas por el Banco Central.
    Este procedimiento
    permitió en el corto plazo, mantener un tipo de cambio
    acorde con las condiciones económicas
    impuestas.

    En el periodo 73-79 se distinguen, básicamente,
    tres grandes etapas caracterizadas por frecuentes ajustes; la
    primera etapa concluye en 1976, la segunda corresponde al periodo
    junio 1976 a febrero de 1978, la tercera abarca hasta mediados de
    1979, que se establece un valor fijo
    para el tipo de cambio nominal.

    Primera etapa:

    Tipo de cambio reptante, periodo enero
    1973-junio 1976

    Tipo de cambio reptante:
    Consiste en devaluar ( o revaluar ), en forma periodica y
    con ajustes pequeños, el tipo de cambio de acuerdo a la
    diferencia entrre las tasas de inflacion
    domestica y externa relevantes.

    a) Medidas iniciales en el periodo
    septiembre-diciembre 1973

    "Las condiciones vigentes (sept. de 1973) no
    hacían posible pensar siquiera en la posibilidad de
    implantar una política de tipo de cambio fijo o una de
    tipo de cambio flotante. La primera debido a que la
    situación de déficit fiscal
    crónico financiado por el Banco Central
    había implicado una perdida de reservas insostenible; la
    segunda, debido a que una condición necesaria para lograr
    un sistema de tipo
    de cambio flexible, estable, es que el Banco Central,
    además de no intervenir en transacciones de divisas,
    conduzca su política
    monetaria en forma también estable, a fin de que los
    especuladores pueden pronosticar el comportamiento
    del mercado".

    "Con esas condiciones, una política de tipo de
    cambio reptante pareció ser la mas adecuada. Esta
    permitió mantener un tipo de cambio congruente con el
    proceso
    inflacionario que vivía el país en aquella
    época. En esta forma, se logro minimizar los efectos de la
    inflación sobre los precios
    relativos de bienes
    transables y no transables y así incentivar en forma
    importante el comercio
    exterior, especialmente las exportaciones no
    tradicionales. Asimismo se evitaron los riesgos de
    variaciones bruscas en el valor del tipo
    de cambio". (Párrafos extractados del discurso
    inagural del Sr. Alvaro Bardón, enero de 1980.
    Boletín del Banco Central
    nº 625 marzo de 1980)

    A groso modo el tipo de cambio fue utilizado como
    instrumento de incentivos al
    sector exportador; como instrumento que permita reflejar
    verdaderamente la relación entre los precios
    internos y los internacionales; como medio para lograr en un
    plazo prudente el equilibrio de
    la balanza de pagos;
    como forma para estabilizar las expectativas inflacionarias al
    otorgar certidumbre acerca de la evolución de los costos de los
    insumos importados y de los retornos elevados de las exportaciones;
    para complementar la política de rebajas arancelarias
    implementada posteriormente; y por definición, para servir
    como elemento de apoyo en el proceso de
    apertura comercial y financiera al exterior. (Exposición
    de los ministros de economía y hacienda Sres. Fernando
    Ceriz y Lorenzo Gotuzzo, 13 de junio de 1974).

    Además, a base de la estrategia de
    apertura de la economía implementada a partir de sept.
    1973, se determino la necesidad de efectuar, en primer termino,
    una reducción de los niveles arancelarios vigentes. Es
    así como la primera etapa de la reforma arancelaria tenia
    por objeto alcanzar una estructura
    arancelaria en que la tasa nominal máxima fuera de 35% y
    la mínima de 10%, meta que debía alcanzarse durante
    el primer semestre de 1978, haciendo aproximaciones a
    través de ajustes arancelarios semestrales. Es así
    como a partir de una situación de arancel nominal promedio
    de 94%, con una tasa máxima superior al 500% existente en
    el segundo semestre de 1973, se llego a una tasa arancelaria de
    10%.

    Para llevar a cabo las medidas de ajuste cambiarias el
    1º de octubre de 1973 se redujeron los mercados
    cambiarios a tres: de corredores, bancarios y para los retornos
    del cobre.

    El mercado bancario y el mercado de corredores se
    utilizaron para efectuar todas las operaciones de
    comercio
    exterior, a un tipo de cambio equivalente a 280 Eº por
    dólar, o su equivalencia en otras monedas. Como
    excepción a esta regla general y dado el carácter
    especial que tenían las operaciones
    corrientes de las exportaciones de la minería el
    cobre, el
    Banco Central adquiriría las divisas provenientes de los
    retornos de sus exportaciones en un tipo de cambio de 110 Eº
    por dólar. Por otra parte, en el mercado de corredores se
    efectuarían las operaciones
    derivadas del
    turismo a un tipo
    de cambio equivalente a 850 Eº por dólar.

    b) Medidas desarrolladas durante
    1974.

    Durante 1974 se elimino el tipo de cambio diferenciado
    para los retornos del cobre
    (agosto), el tipo de cambio para el mercado de corredores, es
    decir, el tipo de cambio aplicado a los costos de viaje
    se mantuvo. Inicialmente hubo dos revaluaciones del orden del 2%
    y posteriormente hubo 15 devaluaciones del orden del
    7,1%.

    Por su parte el tipo de cambio para el mercado bancario,
    el tipo de cambio aplicado a importaciones y exportaciones, fue
    periódicamente devaluado para evitar que el valor del tipo
    de cambio se deteriorara al modificarse la relación de
    precios
    internos y externos. Con ello se logro, por un lado, fomentar las
    exportaciones y por otro, regular automáticamente la
    demanda por importaciones. Esto abría la posibilidad de
    lograr en un plazo prudente el equivalente de la balanza de
    pagos.

    c) Decisiones tomadas en el periodo enero
    1975 a junio de 1976.

    Durante 1975 se mantuvo vigente la política
    cambiaria, arancelaria y de fomento de exportaciones, que
    permitió duplicarles en un año, excluyendo el
    cobre. Las
    políticas cambiarias y arancelarias mas la
    política
    monetaria interna, permitieron al país reconstruir sus
    reservas internacionales lo que a su vez produjo una lógica
    consecuencia, una mejor imagen del
    país frente a los organismos financieros externos, tanto
    publico como privado.

    La política cambiaria consistió en
    devaluaciones pequeñas y periódicas del tipo de
    cambio, con el objetivo de ir
    adecuándolo a la variación de los precios
    internos y externos, por un lado, y a las condiciones de balanza de pagos,
    por otro.

    Durante 1975 el mercado de corredores y el bancario
    empiezan a converger las hasta que el 26 de agosto de 1975 se
    llego a un mismo tipo de cambio para ambos mercados, de 6000
    Eº por dólar.

    El tipo de cambio continuo siendo el principal
    instrumento empleado para alcanzar el equilibrio en
    la balanza de pagos. Para 1975 se preveía un
    déficit en balanza de pagos del orden de los 1200 millones
    de dólares, pero se concluyó con un déficit
    de 285 millones. A su vez en los primeros cinco mese de 1976 se
    logro un superávit de alrededor de 250 millones.
    Según Jorge Cauas (ministro de hacienda) "este cambio
    espectacular era el fruto de la política
    económica general y particularmente del fuerte
    mejoramiento del tipo de cambio".

    Desde enero de 1976 hasta el 29 de junio del mismo
    año el tipo de cambio experimento 64
    devaluaciones.

    El 29 de junio de 1976, el ministro de hacienda anuncio
    el nuevo tipo de cambio que regiría a contar del
    día siguiente, el cual seria de 12,50 por dólar y
    crecería 5% durante el mes de julio hasta el 4 de agosto.
    A partir de dicho mes, el tipo de cambio comenzó a
    anunciarse por intermedio de la publicación de una tabla
    el día 4 del mes siguiente. La variacion del tipo de
    cambio en dicho periodo debía ser igual a la
    variación del IPC del mes anterior.

    En 1976, como resultado de un incremento en las
    exportaciones, especialmente las no tradicionales, la balanza de
    pagos reflejo un superávit de balanza
    comercial de 460,6 millones de dólares y un aumento de
    las reservas internacionales de 450,2 millones de
    dólares.

    Segunda etapa:

    Revaluaciones y devaluaciones 1977 a febrero
    de 1978.

    El 4 de marzo de 1977 se procedió a revaluar el
    peso en 10% por lo que el dólar estaba a $19,75
    pasó a valer $17,77; entre el 5 de marzo y el 4 de abril
    el tipo de cambio aumento en un 4% y entre el 5 de abril y el 4
    de mayo en un 3%. Para los periodos siguientes el reajuste del
    tipo de cambio se hizo en la forma ya habitual, que era la
    correspondiente a la tasa de variación del IPC habido en
    el mes anterior.

    "… Esta medida significo una baja importante en el
    costo de las
    importaciones, tanto de los insumos como de bienes
    finales, y por lo tanto ocasiono una baja de costos de
    producción de numerosos productos; a
    su vez significo un freno natural a las posibilidades de alzar
    los precios internos por parte de las distintos productores
    nacionales. Abarato también el precio interno
    de todos los productos
    exportables. Durante 1977 hubo una rebaja general de aranceles que
    fue acompañada, simultáneamente, de un aumento de
    un 6% del tipo de cambio. Según Sergio de Castro "al
    crearse una verdadera situación de competencia
    externa se estableció una mas estrecha relación
    entre el nivel del arancel y el tipo de cambio. En estas
    condiciones, una medida por la cual se rebajan aranceles
    corresponda con la devaluación simultánea, tiene el
    efecto de mantener la protección promedio a la industria que
    vende en el mercado interno y de aumentar la protección a
    las actividades exportadoras. Además, se estimo que dados
    los niveles arancelarios actuales y la situación de
    equilibrio en que se encuentra la balanza comercial, una discriminación en el arancel debe ir
    acompañado de un alza compensativa en el tipo de
    cambio".

    "En consecuencia, la anticipación de la rebaja
    arancelaria no tiene por finalidad aumentar la competencia de
    las importaciones, sino que se lleva a cabo para mejorar la
    eficiencia, a
    través de una mejor clasificación de las reglas del
    juego. Para
    los periodos siguientes, el reajuste del tipo de cambio se
    hará en la forma ya habitual y corresponderá a la
    inflación habida en el mes anterior."

    El gobierno Chileno
    estaba consciente de que para un país pequeño como
    Chile el
    desarrollo de las exportaciones era uno de los factores
    dinámicos mas relevantes.

    Tercera etapa:

    Hacia el tipo de cambio fijo, febrero 1978-
    junio 1979

    En febrero de 1978 el gobierno anuncio
    un cambio de política cambiaria, que consultaba tasas
    decrecientes de devaluación. Estas equivalían,
    aproximadamente a la inflación mensual registrada en el
    mes anterior. Se patió con una tasa decreciente de 2,5%,
    para llegar en diciembre a 0,7%.

    En febrero de 1978 el ministro de hacienda planteo que
    se mantendría esta política durante el año
    siguiente, teniendo como meta la mantención del tipo de
    cambio real que, por un lado, garantizase a los exportadores,
    especialmente a los no tradicionales, una adecuada rentabilidad
    en su gestión
    y, por otra, que permitiese traer al país los productos que
    se requieren del extranjero a precios razonables.

    II) Tipo de cambio fijo: junio 1979-junio
    1982

    A continuación nos referiremos al periodo de tipo
    de cambio fijo en nuestro país, haciendo una reseña
    de las causas que posibilitaron la fijación del tipo de
    cambio en 1979 y de las condiciones que llevan a su
    devaluación en junio de 1982.

    a) Las condiciones que posibilitaron la
    fijación del tipo de cambio en junio de
    1979.

    El 29 de junio de 1979 el ministro de hacienda, Sr.
    Sergio de Castro, se dirigió al país para anunciar
    un conjunto de medidas económicas. Entre estas garantizaba
    que el presupuesto
    fiscal
    consolidado para 1979 cerraría sin déficit alguno,
    o con un pequeño superávit, de manera que se
    estaría eliminando un factor inflacionario. De hecho en
    1979 se logro un superávit en el presupuesto
    fiscal
    equivalente al 7,2% del gasto gubernamental y por otra parte la
    tasa inflacionaria medida por la variación del IPC se
    redujo de 375,9% en 1974 a 38,9% en 1979.

    Además, se considero fundamentalmente un manejo
    de reservas internacionales que inspirara confianza en la
    responsabilidad de la política
    económica y en la solvencia del país. En
    diciembre de 1979 el nivel de reservas internacionales del Banco
    Central había llegado a US$2300 millones. Este aumento en
    las reservas internacionales fue consecuencia de un
    superávit de la balanza de pagos
    producido a raíz de tres hechos:

    1) La adopción
    de un tipo de cambio reptante, lo cual permitió que el
    tipo de cambio fuera congruente con el proceso
    inflacionario, al tiempo que
    promovía un clima de
    estabilidad para las transacciones internacionales, tanto
    financieras como comerciales.

    2) El segundo hecho fue la reforma financiera cuyo
    objetivo era
    lograr un eficiente mercado de
    capitales mediante la liberación de la tasa de
    interés
    interna, la eliminación de trabas de carácter
    institucional y una paulatina integración financiera con el exterior.
    Entre diciembre de 1973 y diciembre de 1979, los créditos
    financieros externos ingresados al sector privado aumentaron 6,7
    veces.

    3) La apertura comercial del país como
    consecuencia de la reforma arancelaria antes expuesta. Mientras
    en el primer semestre de 1974 la tasa arancelaria promedio
    alcanzaba a 85% y la máxima (excluyendo al sector
    automotriz) a 750%, en julio de 1979, mes en que se concluyo el
    programa de
    desgravación, la tasa promedio fue de 10% pero todas las
    importaciones, con excepción de algunos rubros
    menores.

    La progresiva apertura comercial permitió el
    aumento en el volumen del
    comercio
    (importaciones mas exportaciones) desde US$3945 millones a
    US$8025 millones en 1979, es decir, experimento un aumento de
    103%. Entre 1974 y 1978, la balanza
    comercial fue superavitaria, lo que contribuyo a generar el
    superávit global de la balanza de pagos
    en el periodo y, por lo tanto, la acumulación de reservas
    internacionales.

    Controlado el déficit del sector publico
    y estructurado un nivel adecuado de reservas, el gobierno anticipo
    la adopción
    de una política conducente a una mayor estabilidad
    cambiaria.

    A partir del 30 de junio de 1979, se procedió a
    fijar el tipo de cambio a un valor de $39
    por dólar, que era prácticamente, el que
    correspondió al programado al 31 de diciembre de 1979 de
    acuerdo a la tabla de devaluaciones diarias.

    Con esta medida se obtuvo, indudablemente, una mayor
    estabilidad en el sector externo, sin poner en peligro un
    razonable equilibrio en la balanza de pagos.

    Desde el punto d vista inflacionario, se esperaba que se
    produjera un freno a las alzas de los precios que iban mas
    allá de lo estrictamente necesario, puesto que los
    costos de
    importación ya no se veían afectados por la
    devaluación interna. Esta situación
    reduciría las expectativas de inflación, reforzando
    el avance hacia la estabilidad de precios.

    b) Evolución de la economía Chilena
    entre 1979 y el tercer trimestre de
    1981.

    Este periodo se caracterizo por un desarrollo acelerado
    y estable en todas las áreas de la
    economía.

    El PGB real creció 8,3% en 1979 y 7,5% en 1980 y
    8,3% promedio de los nueve meses de 1981 con relación a
    igual lapso de 1980. La formación bruta de capital fijo
    creció a tasas de 16,8% en 1979, 22,4% en 1980 y 19,4%
    como promedio de los primeros trimestres de 1981 con respecto a
    igual periodo de 1980. En cuanto a la participación de la
    inversión en el PGB, esta alcanzo -como
    promedio- a 14,5% en 1978 y 19,5% en 1981.

    El aumento de la inversión fue el resultado de una
    combinación de factores, entre los que pueden destacarse:
    el desarrollo financiero, que logro incrementar la disponibilidad
    de fondos tanto internos como externos; el reforzamiento de los
    mecanismos de la competencia, que
    permitieron al país asignar mas eficientemente sus
    recursos
    productivos; y por ultimo, la apertura comercial, que impulso el
    desarrollo de nuevos mercados en el
    extranjero mediante la creación de un sector exportador
    moderno y dinámico, al tiempo que el
    sector de sustitución de importaciones era estimulado a
    mejorar sus niveles de eficiencia.

    La apertura comercial y financiera del país,
    unida a la estabilidad en las transacciones que garantizaba el
    tipo de cambio fijo, llevo a que el volumen del
    comercio
    (exportaciones mas importaciones), que en 1979 alcanzo a US$8025
    millones, aumentara a US$10476,1 millones en 1981, lo que
    significo un incremento del 30% entre ambos periodos. Asimismo,
    se diversifico notablemente la estructura de
    las exportaciones y de las importaciones, permitiendo al
    país llegar con sus productos a nuevos mercados
    extranjeros, como también disponer a su vez de una mayor
    cantidad y calidad de
    bienes
    importados.

    c) El ajuste
    contractivo

    A partir del cuarto trimestre de 1981, la
    economía entro en un proceso contractivo, el que
    tendió a agravarse en los meses siguientes. La producción, las inversiones y
    el empleo cayeron
    violentamente, al igual que disminuía la tasa de
    inflación. Al mismo tiempo, la
    balanza de pagos se hizo deficitaria, ocasionando una
    reducción significativa de las reservas internacionales
    del país.

    No existe aun consenso acerca de las principales causas
    que han originado el proceso recesivo, como tampoco acerca de su
    magnitud y duración.

    En el presente trabajo se intenta una
    interpretación, estableciendo diferencias entre los
    factores de orden externo y aquellos de naturaleza
    interna.

    1) Factores
    externos:

    A mediados de 1981, la economía mundial entro en
    una etapa recesiva debido, fundamentalmente, a los intentos de
    las naciones industrializadas por estabilizar sus
    economías mediante la aplicación de políticas
    monetarias restrictivas.

    Es así como la tasa de crecimiento anual del
    dinero en los
    países industrializados se redujo persistentemente entre
    1979 y 1982. En 1979, el dinero
    creció 9,7%; 6,7% en 1980 y 5,9% en 1981.
    Simultáneamente, la tasa de inflación, que en 1980
    alcanzo a 11,9%, se redujo a 10% en 1981 y a 8,5% (en doce meses)
    en el primer trimestre de 1982 respecto al primer trimestre de
    1981.

    Por otra parte, las tasas de interés
    internacionales aumentaron de 12% como promedio de 1979, a 14% en
    1980 y a 16,8% en 1981 (Tasa Libo).

    Con referencia al promedio de 1980, el dólar
    estadounidense se revaluó en 1981 un 24,3% con
    relación al marco alemán; un 14,7% con
    relación a la libra esterlina, y se devalúo un 2,7%
    con respecto al yen japonés. Durante el primer trimestre de
    1982, y en comparación con el promedio de 1980, el
    dólar se revaluó en 29,1%, 25,9% y 3,0%, con
    respecto al marco, a la libra y al yen,
    respectivamante.

    La revaluación del dólar constituye el
    resultado de la política
    monetaria fuertemente contractiva aplicada por Estados Unidos,
    en comparación con la adoptada por otros países
    desarrollados, particularmente los europeos.

    El crecimiento promedio del PNB real en Alemania y
    Estados Unidos
    alcanzo a 3,7% en 1979, fue de 0,8% en 1980 y de 0,9% en
    1981.

    El desempleo para el
    conjunto de países de la OECD, que en 1980 alcanzaba a5,8%
    de la fuerza de
    trabajo, aumento a 6,8% en 1981 y a 7,5% en el primer semestre de
    1982.

    Según unas estimaciones del Fondo Monetario
    Internacional, los precios de productos básicos -como
    resultado de la contracción económica mundial-
    bajaron en 14,7% en 1981 en comparación con los niveles de
    1980 y en 21.3% durante el primer trimestre de 1982 con respecto
    a igual periodo de 1981.

    Efectos en Chile.

    La condición de economía abierta
    permitió que Chile fuera
    particularmente sencible a las contingencias de la
    recesión internacional.

    La revaluación del dólar en los mercados
    internacionales motivo que el peso Chileno, al estar asociado a
    la moneda norteamericana, se revaluara en igual medida. Esto se
    tradujo en una importante perdida de competitividad
    de la industria
    nacional de bienes transables. Valorizadas en monedas distintas
    al dólar estadounidense, las exportaciones se hicieron mas
    caras y las importaciones mas baratas, lo cual desincentivo a las
    primeras e incentivo a las segundas. En relación con el
    valor promedio de 1980, el peso Chileno se revalúo en 1981
    en 12,1% con respecto al del marco, la libra y el yen,
    considerados en conjunto. Durante el primer trimestre de 1982, la
    revaluación del peso con respecto al promedio de 1980 fue
    de 19,3%, es decir, similar a la del dólar.

    Por otra parte, los precios internacionales de los
    principales productos de exportación de Chile experimentaron una
    brusca caída a partir de 1981. Considerados los precios de
    los productos mineros, agropecuarios y del mar e industriales en
    conjunto, su baja alcanzo a 15,3% en 1981 con respecto al
    promedio de 1980, y a 14% en el primer semestre de 1982 en
    comparación con igual periodo de 1981. El precio
    internacional del cobre
    -producto que
    genera aproximadamente el 40% de las exportaciones totales- bajo
    desde 81,98 centavos de dólar la libra en enero de 1981 a
    65,23 centavos en mayo de 1982.

    Las cantidades exportadas de los productos considerados
    mostraron aumentos de 1,3% y de 17% en el primer semestre de 1982
    con respecto al volumen exportado
    en el primer semestre de 1981.

    El efecto combinado de precios y cantidades de exportación derivo en una reducción
    del valor total exportado por el país. Mientras en 1980
    las exportaciones alcanzaron a US$4705 millones (FOB), en 1981
    fueron de US$3959,8 millones, es decir, cayeron en 16%. Durante
    el primer semestre de 1982, las exportaciones alcanzaron a
    US$1963,3 millones, monto ·% inferior a los US$2022
    millones registrados durante el primer semestre de
    1981.

    Contribuyo al deterioro de la posición comercial
    del país la implantación de barreras
    proteccionistas y la puesta en practica de diversas formas de
    subsidios a las exportaciones por parte de algunos países,
    como una forma de corregir sus balanzas de pagos deficitarias y
    sus latas tasas de desempleo.

    Las importaciones totales crecieron substancialmente en
    1981 con respecto a 1980. Mientras en 1980 el valor total
    importado ascendía a US$5469 millones, en 1981 esta cifra
    se elevo a US$6516,9 millones, es decir, se incremento en 19%
    (Este fue el resultado combinado de dos factores: la
    revaluación del peso, que abarato las importaciones, y el
    alto endeudamiento del país durante 1981, que motivo un
    mayor gasto y en particular un mayor volumen de
    importaciones). Sin embargo, como resultado de la
    contracción del gasto agregado del país, en 1982
    las importaciones declinaron sensiblemente. En el primer semestre
    del presente año, las importaciones cayeron un 35%
    respecto a igual periodo de 1981.

    La caída de las exportaciones, unida al aumento
    de las importaciones, permitió que el déficit
    comercial del país, que en 1980 ascendía a US$764
    millones, aumentara a US$2571,1 millones en 1981, es decir,
    subió en 237%. A raíz de la caída en las
    importaciones en el primer semestre de 1982, el déficit
    comercial acumulado fue de US$94,2 millones, frente a los
    US$1157,1 millones del primer semestre de 1981.

    El alza de las tasas de interés internacionales
    significó para el país un mayor costo por
    servicios
    financieros. Por cada punto adicional de incremento en la tasa de
    interés, el país debió cancelar
    aproximadamente US$140 millones en 1981.

    Los mayores pagos por servicios
    financieros, sumados al déficit comercial de 1981,
    significaron que el déficit en cuenta corriente creciera
    desde US$1971 millones en 1980 hasta US$4814 millones en 1981, es
    decir, ascendió en 2,4 veces.

    El creciente déficit en cuenta corriente, el
    elevado endeudamiento del país, la quiebra de
    algunas empresas
    importantes y la intervención de algunas instituciones
    financieras a fines de 1981 ( El 2 de Noviembre se intervino el
    primer grupo de
    Bancos:
    Español, Talca, De Fomento de Valparaíso, Regional
    de Linares y las financieras Cash, General Financiera, Finansur y
    Financiera de Capitales. El estado tuvo
    que aportar mas de US$1000 millones para evitar su quiebra.),
    provocaron un cambio de actitud en la
    banca
    internacional con respecto a su política crediticia hacia
    Chile. Este cambio se produjo en una mayor cautela en el
    otorgamiento de créditos, razón por la cual los
    ingresos de
    capitales se redujeron a partir de 1982. Así, el total de
    créditos ingresados durante el primer semestre de 1982,
    fueron en 48,5% menores con respecto a los ingresados en igual
    periodo de 1981.

    Como resultado de lo anteriormente expuesto, la balanza
    de pagos global comenzó a ser deficitaria a partir del
    cuarto trimestre de 1981. Al mismo tiempo, las
    reservas internacionales del Banco Central, que en diciembre de
    1980 alcanzaban a US$4073,9 millones, se habían reducido
    en US$754,7 millones a junio de 1982, totalizando US$3319
    millones en esta ultima fecha.

    El proceso de
    ajuste

    Como consecuencia de la adopción
    del régimen de tipo de cambio fijo, la perdida de reservas
    internacionales del Banco Central produjo una contracción
    en la base monetaria. La emisión nominal como promedio
    mensual cayo un 13% entre enero de 1981 y enero de 1982, y un 11%
    entre junio de 1981 y junio de 1982. Al mismo tiempo, la
    emisión real como promedio mensual declino también
    en ambos periodos en 20% y 15% respectivamente.

    La reducción de los saldos monetarios indujo a
    los agentes económicos a ajustar los saldos monetarios
    deseados a los efectivos, principalmente por la vía de la
    disminución del gasto agregado en consumo e
    inversión. La alternativa de equilibrar el
    mercado monetario a través de un movimiento de
    capitales externos resulto poco viable, por cuanto el país
    enfrentaba dificultades en la obtención de créditos
    externos de mediano y largo plazo. Además, la existencia
    de una cuenta de capitales de corto plazo cerrada dificultaba aun
    mas el flujo rápido de fondos externos. Por ello, el
    retorno del mercado monetario a una posición de equilibrio
    se inicio con gran lentitud. Esta situación motivo que la
    tasa de interés interna se incrementara considerablemente,
    reforzando con ello la caída en el gasto, particularmente
    en inversión.

    La perdida de ingreso real causada por el desequilibrio
    externo, unida a la contracción monetaria, impuso una
    presión adicional sobre el gasto para que este se ajustara
    a los menores niveles de ingreso.

    El exceso de gasto de un país equivale al
    déficit en su cuenta corriente. Este déficit era
    bastante significativo en Chile; por ello, el esfuerzo de ajuste
    que debió hacer el país fue considerablemente alto.
    El exceso de gasto sobre el ingreso alcanzo su punto
    máximo durante el tercer trimestre de 1981, periodo en el
    cual llego a 24%. En el segundo trimestre de 1982, esta cifra se
    había reducido a 3% (cifra estimada).

    Contrariamente a lo esperado, la contracción de
    la base monetaria y del gasto agregado no tuvo un efecto notorio
    sobre los precios de los bienes no transables internacionales.
    Estos precios mostraron resistencia a
    bajar y algunos de ellos, como los salarios reales,
    aumentaron significativamente durante 1981 y en el primer
    semestre de 1982.

    Por otra parte, los precios de los bienes transables
    (especialmente los importables) mostraron una importante
    caída, debido principalmente a la revaluación del
    dólar estadounidense (y del peso) en los mercados
    cambiarios internacionales. Este hecho contribuyo decididamente a
    que la tasa de inflación interna cayera abruptamente
    durante 1981 y en el primer semestre de 1982.

    La evolución de los precios de los bienes
    transables y no transables impidió un cambio en los
    precios relativos internos que facilitara el ajuste. En vez de
    mejorar, el tipo de cambio real, medido como un cuociente entre
    los índices de precios de bienes transables y de bienes no
    transables, bajo en 23% entre el ultimo trimestre de 1982 e igual
    periodo de 1981. La caída en el tipo de cambio real
    continuo hasta junio de 1982.

    2) Factores
    internos

    Pueden destacarse principalmente dos elementos de orden
    interno que tendieron a demorar y a hacer rígido el
    proceso de ajuste impuesto a la
    economía nacional como consecuencia del desequilibrio
    externo: la rigidez en los salarios reales y
    el alto costo del
    crédito.

    Salarios reales.

    La rigidez a la baja de los salarios reales
    impuso a su vez una rigidez a la baja de los bienes no
    transables, provocando con ello un deterioro en el tipo de cambio
    real.

    La rígida manteción de los salarios se
    constituyo en el segundo factor (el primero había sido la
    revaluación del peso) que restaba competitividad
    a la industria
    nacional de bienes transables, al impedir que los costos de esta
    actividad se redujeran en forma consistente con los precios de
    los productos.

    Los salarios reales
    en vez de bajar aumentaron en 10% entre diciembre de 1980 y
    diciembre de 1981. Entre junio de 1981 y junio de 1982, se
    incrementaron nuevamente en 6,8%.

    La principal causa del persistente aumento de los
    salarios reales provino de los salarios nominales que se
    encontraban por ley indexados al
    IPC rezagado. Como resultado de ello, una caída en la tasa
    de inflación, como la ocurrida durante 1981, motivo que
    los salarios reales se incrementaran en forma continua durante
    1981 y parte de 1982.

    Cabe destacar que la política de salarios
    indexados introdujo un segundo numerario en la economía,
    el que no causo mayores problemas,
    mientras la inflación de origen externo que afectaba a los
    bienes no transables era del orden del 30% anual; pero la
    caída de la inflación durante 1981, principalmente
    la del componente de transables, permitió que los
    numerarios dólar fijo y salarios reales rígidos
    entraran en una inconsistencia provocando con ello efectos reales
    de consideración, haciendo cada vez menos competitivos a
    los productos Chilenos.

    Costo real del
    crédito

    Entre 1981 y 1982, se produjo una violenta alza en el
    costo real del
    crédito
    interno, introduciendo un tercer elemento que le restaba competitividad
    a la industria de
    bienes transables, obligándola a operar con un costo financiero
    real excesivamente alto.

    Para el crédito
    en moneda nacional, el costo real -que en 1980 fue de 13,24%
    anual- aumento a 39,72% en 1981 y a 62,22% en febrero de 1982,
    fecha en que alcanzo el máximo nivel. En junio de 1982, el
    costo real se redujo levemente, llegando a 45,89%
    anual.

    Parte del aumento en el costo del crédito
    en pesos se debió al alza experimentada por las tasas
    internacionales de interés. El costo real del crédito
    en moneda extranjera vario en la forma siguiente: -10,12% en
    1980, +10,73% en 1981, +22,66% en febrero de 1982 y +14,14% en
    junio de 1982. En una serie mas larga y mas completa de tasas de
    interés, puede observarse una correlación positiva
    entre el costo del crédito en moneda nacional y el
    equivalente en moneda extranjera.

    Además del argumento anterior, la violenta
    caída no esperada en la tasa de inflación interna
    contribuyo notablemente a incrementar el costo real del
    crédito al no producirse un ajuste simultáneo en la
    tasa de interés nominal; sin embargo, lo que debe
    explicarse con mayor detalle es le alto spread existente entre la
    tasa de interés en pesos y la tasa de interés en
    dólares.

    En un estudio realizado por Sjaastad, se observa que,
    desde la fijación del dólar en 1979, el spread se
    mantuvo estable en 1,5 % mensual. En dicho estudio se concluye
    que la apertura creciente de la cuenta de capitales ha tenido un
    efecto leve en la reducción del spread; que las
    expectativas de devaluación no han afectado sensiblemente
    la magnitud del diferencial, y que la explicación hay que
    encontrarla principalmente en los altos costos de arbitraje.

    Con relación a la apertura de las cuentas de
    capitales, deben mencionarse dos aspectos. El primero de ellos se
    refiere a que la apertura total de la cuenta de capitales,
    incluso aquel segmento que prohibía el endeudamiento de
    corto plazo, se efectúo recién en el segundo
    trimestre de 1982. En otras palabras, la cuenta de capitales se
    mantuvo solo parcialmente abierta durante la casi totalidad del
    periodo de fijación, por lo que los desequilibrios
    monetarios tendieron siempre a corregirse con considerables
    retrasos y en forma poco fluida.

    El segundo aspecto alude a que cuando se abrió la
    cuenta de capitales de corto plazo, la situación
    económica y particularmente la posición financiera
    de la banca nacional se
    encontraban deterioradas, razón por la cual se observo una
    reducción en el flujo neto de capitales externos
    contrariamente a lo que se hubiera esperado.

    En suma, puede inferirse que la persistencia de una
    cuenta de capitales segmentada y entreabierta, durante
    prácticamente todo el periodo de fijación,
    constituye una causa de la mantención de los spread a
    altos niveles.

    Obviamente, esta explicación requiere de un mayor
    análisis que permita obtener una
    conclusión definitiva al respecto.

    El argumento de los costos de arbitraje aporta
    otra valiosa explicación al problema de los spread. A los
    bancos
    comerciales en Chile no se les permitía arbitrar en
    monedas directamente; por ejemplo, tomar un crédito en
    dólares en el extranjero y prestarlo en pesos en Chile.
    Esta situación implicaba para los bancos elevados
    costos de transacción que bien pueden haber constituido
    una causa de los marcados diferenciales existentes en el periodo
    de análisis.

    Finalmente, debe mencionarse que los argumentos de la
    cuenta de capitales entreabierta y de los costos de arbitraje deben
    ser considerados sólo como proposiciones sujetas a
    confirmación, luego de un estudio mas
    riguroso.

    3) Efectos macroeconómicos del
    ajuste

    El ajuste del exceso de gasto hacia menores niveles de
    ingreso real imprimió una dinámica recesiva a la economía
    nacional. La rigidez salarial y el alto costo real del
    crédito fueron elementos decisivos que provocaron un
    agravamiento en el costo del ajuste.

    Con todo, el PGB promedio de 1981 creció en 5,3%
    en términos reales. Sin embargo, a partir del ultimo
    trimestre de 1981, el PGB comenzó a declinar
    persistentemente. Así, en el segundo trimestre de 1982, el
    PGB real bajo en 13% (cifra estimada), con respecto a igual
    periodo del año anterior.

    El producto del
    sector transable cayo en 11% en el segundo trimestre de 198/2
    comparado con igual periodo de 1981. En el mismo lapso, el
    producto del
    sector de no transables bajo un 8% real. LA mayor caída
    observada en el sector de transables es consistente con la
    perdida de competitividad
    de este sector por las causa ya expuestas: deterioro en el
    precio de
    transables, rigidez salarial y altas tasas reales de
    interés.

    El desempleo
    creció significativamente en el periodo. Al considerar el
    periodo 1979-1982, el nivel de desempleo mas
    bajo correspondió a junio de 1981. A partir de dicho mes,
    la tasa de desocupación aumento persistentemente hasta
    llegar a 23,1% en agosto de 1982.

    El aumento del desempleo es
    consecuencia de dos factores: el aumento continuo en los salarios
    reales en circunstancias recesivas y la caída de la
    demanda agregada
    que afecto a la totalidad de los sectores económicos del
    país.

    La contracción económica global causo
    problemas de
    insolvencia en algunas instituciones
    financieras. La relación colocaciones vencidas sobre
    capital y
    reservas de dichas instituciones
    creció de 10,5% en diciembre de 1980 a 22,4% en diciembre
    de 1981 y a 56,1 en junio de 1982.

    La difícil situación de las finanzas en
    empresas,
    bancos y
    financieras provoco una actitud
    cautelosa de la banca extranjera,
    lo que significo para el país recibir menos crédito
    externo. Esto, a su vez, agravo el desequilibrio
    externo.

    Frente a la situación descrita, las autoridades
    decidieron incorporar una mayor flexibilidad al mecanismo de
    ajuste, al mismo tiempo que iniciar políticas
    reactivadoras. Por ello, el 14 de junio de 1982, el peso fue
    devaluado en 18%, aproximadamente, finalizando con esto la
    vigencia de tipo de cambio fijo iniciado en junio de
    1979.

    Frente a la devaluación de junio de 1982, el
    aumento en la deuda externa de
    alrededor de US$4000 millones en 1974 a casi US$14000 millones en
    1982, y los altos costos de endeudamiento el sistema finaciero
    colapso, debido xxx xxxxx la banca nacional el
    13 de enero de 1983.

    EL PERIODO
    1983-1989.

    Este período comienza con una total
    confusión que refleja la crisis total
    en que se encontraba la economia nacional asi como el profundo
    desconcierto que al respecto existia en las autoridades. Asi, en
    conjunto con la devaluacion del
    14 de junio de 1982, el tipo de cambio se liga a una canasta de
    monedas el tipo de cambio se liga a una canasta de monedas
    integradas por el dolar norteamericano, el yen japones, el marco
    aleman, la libra esterlina y el franco frances. Dicha canasta
    ademas se reajustaba diariamente un 0,2%. En agosto (recordemos
    que en junio de ese año se habia reajustado un 18% pasando
    de 39 a 46 pesos), se inicia un breve periodo de tipo de cambio
    libre que finaliza un mes despues con un tipo de cambio fijado en
    $66 por dolar ( es decir, se elimina la canasta ), reajustado
    diariamente de acuerdo a la inflacion del mes
    anterior menos un 1% mensual. El 23 de enero de 1983, tras la
    intervencion de la banca en enero
    del mismo año, se devalua nuevamente el peso para dejarlo
    en $73,3 por dolar, el que se reajustaria de acuerdo a la
    inflacion sin
    descuento alguno. A mediados de diciembre del mismo año se
    sube el tipo de cambio a $87,2 por dolar y se establece que se
    reajustaria de acuerdo a la inflacion interna
    menos un porcentaje equivalente a la inflacion externa
    relevante. Finalmente el primero de agosto de 1984 se acordo
    imponer una banda de fluctuacion para el valor del dolar en
    aproximadamente el 0,5%.

    Cabe destacar que este esquema cambiario, es decir, el
    de una paridad central reajustada diariamente segun la inflacion
    del mes previo menos la inflacion extrena relevante, inserta
    dentro de una banda de fluctuacion, es el esquema que en terminos
    generales se ha mantenido hasta la actualidad.

    La crisis externa generada en el período anterior
    obligaba a las autoridades a generar recursos externos
    para hacer frente a la escasez de divisas en que se encontraba el
    país. En ese momento la única alternativa
    disponible, además de renegociar la deuda externa, lo
    que obviamente se hizo, era generar una fuerte devaluación
    en la moneda. Pero el temor de las autoridades era que esta
    devaluación produjera presiones inflacionarias ( por
    ejemplo: un aumento en los costos de los insumos importados ), lo
    que haría peligrar los logros experimentados en esta
    materia desde
    1974. Sin embargo, en los años anteriores la
    economía había sufrido una fuerte recesión,
    habiendo una disminución de la demanda agregada,
    lo que trajo consigo una tendencia hacia la disminución
    del precio de los
    no transables (véase cuadro N°XX) lo que
    contrarrestó las presiones al alza de las fuertes
    devaluaciones que tuvieron lugar esos
    años.(completar)

    Aparte de las devaluaciones se implementa una
    política de significativo ajuste del gasto público,
    para que de este modo se le pueda dar un mayor espacio a la
    devaluación sin producir presiones inflacionarias.
    Así podemos observar que entre junio de 1982 y 1989 la
    moneda doméstica se devaluó en términos
    reales en más de un 100% (ver gráfico N°XX),
    sin que esto haya contribuido a un mayor aumento en la
    inflación, situándose esta con algunos altibajos en
    torno al 20% (ver
    cuadro N°XX).

    El objetivo
    primordial en esta época era hacer frente a la
    restricción externa (nula apertura de capitales), que
    atravesaba el país, por lo que la inflación
    pasó a ser un objetivo
    secundario. Así que cada vez que por consideraciones
    externas se evaluó que era recomendable una
    devaluación, las autoridades optaron por tomar esta,
    aunque generaran efectos inflacionarios, los cuales se
    consideraron un mal que había que aceptar. La razón
    de esto es que en un plano donde hay escasez de divisas no
    cabía otra alternativa. Sin embargo, estos brotes fueron
    contrarrestados en gran medida por el ajuste que hubo en el
    gasto. La banda de flotación se amplió en sucesivas
    ocasiones durante este período.Comenzó con un 0,5%
    en 1984, lo que era visto como un precio razonable entre los
    precios de compra y venta. En junio
    de 1985 se amplió cerca del 2%, en enero de 1988 a cerca
    del 3% y en junio de 1989 a casi el 5%.

    En la última etapa del período fue
    frecuente modificar la regla de indización del
    dólar acuerdo por considerarse excesivas las variaciones
    del IPC (en 1988 se modificó 3 veces).

    Cabe destacar que entre junio de 1989 y el primer
    trimestre de 1990 el tipo de cambio se mantuvo pegado al limite
    superior de la banda de flotación. Esto se puede explicar
    por lo bajos que eran los flujos de capital,
    además se estaba concluyendo la normalización de la crisis de la deuda y
    existía incertidumbre de los cambios políticos (
    traspaso a un sistema de gobierno
    democrático ) que se acercaban los que hicieron temer a
    muchas personas por un eventual cambio en la política
    económica, lo que los llevó a aumentar la
    demanda de divisas para cubrirse ante cualquier
    eventualidad.

    EL PERIODO
    1990-1995

    En 1990, Chile vuelve a los mercados de capitales
    voluntarios, lo que mejora sustancialmente la restricción
    externa predominante hasta ese momento. Es más, el
    país se vuelve atractivo para los inversionistas
    extranjeros, esto se explica por la política
    monetaria restrictiva del momento que hizo subir en forma
    significativa las tasas domésticas de interés
    (aumentando así el diferencial de tasas de interés
    nacional-internacional ). Así se pasa de un período
    en donde había escasez de divisas a uno en donde hay
    abundancia de estas. También esto se veía reforzado
    por el hecho de que devaluaciones anteriores produjeron un
    notable crecimiento del sector transable de la economía,
    traduciéndose esto en que la cuenta corriente mostraba una
    significativa mejoría.

    A fines de 1989 el Banco Central pasa a ser
    independiente del Gobierno, con el objetivo de mantener la
    estabilidad de precios y regular el normal funcionamiento de los
    pagos internos y externos. Para hacer cumplir esos objetivos los
    instrumentos que la ley le entrega
    son el manejo de la política cambiaria y
    monetaria.

    Ahora en este nuevo contexto el objetivo
    antinflacionario pasa gradualmente a ser el principal objetivo de
    la política macroeconómica. El Banco Central pone
    gran esfuerzo en esta materia, al
    mismo tiempo que con los abundantes flujos de capital y las
    mejores condiciones externas se traduce en que el objetivo de un
    tipo de cambio real alto seguido hasta ese entonces, pierda
    fuerza en
    favor de un objetivo de tipo de cambio real que pasa a
    denominarse de equilibrio de mediano y largo plazo. Es así
    como a mediados de 1990 se empiezan a producir presiones hacia la
    apreciación de la moneda, las que con ciertos altibajos se
    han mantenido hasta la fecha. Podemos apreciar que entre 1990 y
    (1994) el tipo de cambio real se ha apreciado en torno a un
    15%,(REVISAR) llegando a un nivel similar al que tenía en
    1986, aunque muy superior al comienzo de la década de los
    80.

    Podemos apreciar observando el Gráfico XX, que a
    comienzos de 1989 y hasta finales del primer semestre de 1990 el
    tipo de cambio se encontraba en el techo de la banda para
    después pasar en poco tiempo al piso de la banda. Luego de
    un año y medio en que este estuvo en la parte baja de la
    banda y en el cual el Banco Central adquirió gran cantidad
    de reservas internacionales, las cuales aumentaron de US$3.000
    millones en 1989 a US$9.000 millones en 1992, se decide revaluar
    el dólar acuerdo en un 5% y aumentar la banda de
    flotación de un %5 a un 10% aproximadamente. Esto produce
    una nueva disminución del tipo de cambio real, el cual se
    ha mantenido relativamente estable con una leve tendencia a la
    apreciación.

     

    EL OBJETIVO DE LA POLÍTICA
    CAMBIARIA

    El objetivo cambiario después de la crisis y
    hasta fines de los años 80 fue el de un tipo de cambio
    real alto, el cual permitiera hacer frente a la
    restricción externa que enfrentaba el país por esos
    años.

    Después cuando la crisis se dio superada, o sea,
    comenzaron a llegar al país gran cantidad de flujos de
    capital lo cual provocó presiones para que la moneda
    nacional se apreciara, fue necesario replantearse el tema. El
    país recordaba con angustia la crisis sufrida
    anteriormente, por lo que una apreciación demasiado alta
    de la moneda es mirada con desconfianza, ya que no se
    quería vivir de nuevo la situación de una
    restricción externa. Es más, a pesar de que el tipo
    de cambio estuvo pegado al piso de la banda de flotación y
    que las señales de apreciación de la moneda eran
    muy claras, la revaluación no se llevó a cabo sino
    hasta enero de 1992, es decir, año y medio después
    que comenzaran las presiones para que se revaluara el tipo de
    cambio; sin embargo anteriormente, en 1991, había habido
    una pequeña revaluación del tipo de cambio acuerdo
    de un 2%, pero su objetivo había sido más bien
    compensar las ganancias del sector exportador como consecuencia
    de la disminución de aranceles que
    en esa misma fecha bajaron de un 15 a un 11%, (ver cuadro
    estadístico). Lo importante aquí es que se quiso
    estar totalmente seguro de que las
    presiones eran un fenómeno de carácter estructural
    y no algo transitorio que se pueda revertir en cualquier
    momento.

    En este nuevo contexto el objetivo de la política
    cambiaria fue el de promover un ahorro externo
    razonable. Razonable entendido como aquel ahorro externo
    necesario en un país en vías de desarrollo para
    financiar parte de su inversión doméstica pero no tan alto
    para significar una acumulación de deuda externa tal
    que la economía pase a ser vulnerable ante cualquier shock
    externo, luego no podemos pretender que sea nulo o negativo,
    sabiendo que Chile es un país que requiere de esta para
    financiar sus altas tasas de inversión. Como tampoco esta
    se podría llevar a niveles tales que llevaran al
    país a una situación de endeudamiento externo
    similar al de los años 80. En conclusión la
    inversión externa es necesaria, pero no se puede depender
    de ella. En rigor esta fue la manera como se interpreto el
    objetivo de normal funcionamiento de los pagos externos
    establecidos en la ley de
    autonomía del Banco Central.

    La forma de operacionalizar este objetivo fue establecer
    que en el mediano y largo plazo la economía Chilena
    debería tener déficits en cuenta corriente de entre
    3% y 4% del PIB. Esto ya
    que por un lado se estima que el producto potencial crece en
    torno al 6% al
    año y suponiendo una inflación internacional de
    aprox. 2%, se tiene que el producto en dólares ( para
    permitir una comparación ) con tipo de cambio real
    constante, crece un 8% al año. Por otro lado la deuda externa es
    aprox. un 50% del PIB, luego un
    déficit en cuenta corriente de un 4% del PIB significa
    que la razón deuda externa a PIB se
    mantiene constante ( la tasa de crecimiento de la deuda es aprox.
    igual a la mitad de la tasa de crecimiento del PIB, luego la
    razón del 50% permanece constante en el largo plazo
    ). El rango que se quiere mantener es entre el 3 y el 4 por
    ciento, lo que significa que no se quiere pasar el limite de 50%
    del PIB de endeudamiento externo. Por el contrario se estima
    prudente disminuirlo gradualmente. Además es un porcentaje
    considerado razonable en términos de financiamiento
    externo a la inversión doméstica.

    El rango de 3 a 4 por ciento del PIB no es rígida
    en el corto plazo, luego no es fuente de preocupación si
    un año por algún motivo se esta por debajo o por
    arriba de este limite, siempre y cuando las estimaciones de
    mediano y largo plazo estén en el rango mencionado. Un
    ejemplo de esto es lo ocurrido en 1991 y 1992, en que el
    déficit en cuenta corriente fue muy inferior a dicho
    rango, debido a la apertura de la cuenta de capitales y a la
    certidumbre del proceso político. Luego de un tiempo se
    estimo que se estaba frente a un fenómeno de
    carácter permanente (nótese la importancia de esta
    implicación), lo que se tradujo en la revaluación
    de principios de
    1992. Mientras que en 1993 un shock negativo de términos
    de intercambio ( el precio del cobre cayo cerca de un 17%, la
    celulosa un 28% y la harina de pescado un 22% ), se tradujo en un
    déficit en cuenta corriente de 5% del PIB. Este episodio
    se estimo como de carácter transitorio por lo que no se
    llevo a cabo ninguna acción especial. Mas aún la
    reversión de esta situación en el primer semestre
    de 1994 confirmo que se trataba de un evento esencialmente
    transitorio, ( el precio del cobre subió un 22%, la
    celulosa un 47% y la harina de pescado se mantuvo relativamente
    constante )(ver anexo XX).

    En Chile círculos vinculados a la economía
    nacional cuestionan, esta forma de mirar las cuentas externas
    y la política cambiaria, es decir, mantener en orden al
    3-4 % el déficit externo, bajo el argumento que la
    magnitud del déficit en cuenta corriente no importa
    siempre y cuando financie una mayor inversión.
    Según este argumento la mayor inversión genera en
    el futuro los recursos
    necesarios para hacer frente al mayor endeudamiento externo. Si,
    por el contrario el mayor ahorro externo
    financia solo un mayor consumo y no
    una mayor inversión, entonces sí es motivo de
    preocupación. Este es el típico argumento que han
    sostenido autoridades de algunos pises de América
    Latina cuando se les a criticado por la apreciación
    cambiaria y los déficits externos que han experimentado
    últimamente. También fue el argumento común
    en Chile a fines de los años 70 y comienzos de los 80,
    cuando el déficit en cuenta corriente subió a
    cifras de dos dígitos del PIB (en 1981 fue de un
    13,9%).

    Si bien sería absurdo negar que es preferible que
    el déficit en cuenta corriente financie mayor
    inversión versus menor ahorro interno
    mayor consumo), la
    opción actual de política cambiaria en Chile sigue
    sosteniendo que la magnitud del déficit en cuenta
    corriente es importante, esto básicamente por dos
    razones:

    a) Las crisis externas, cuando vienen son por lo general
    muy rápidas, en el sentido que no dejan tiempo para que la
    inversión en sector transable rinda sus frutos.

    b) En periodos como el actual de flujos masivos de
    capital, la inversión se produce por lo general en
    sectores no transables, cuyos productos suben significativamente
    de precios. En efecto es común por ejemplo ver
    booms tanto de producción como de precios en la construcción y en los servicios. Luego la
    nueva inversión no es la requerida para afectar una
    eventual crisis externa.

    Además de lo anterior no es extraño ver en
    estos periodos alzas importantes de los salarios y del consumo.
    Así el mayor ahorro interno
    no solo financia mayor inversión sino también mayor
    consumo. Este
    fue precisamente el caso Chileno de principios de los
    años 80 cuando el ahorro interno cayo notoriamente.
    Además aunque así hubo un aumento en la
    inversión este se oriento básicamente a la construcción.

    Aun aceptando los fundamentos de la política
    cambiaria en Chile en la actualidad queda pendiente un punto.
    Este tiene que ver con el porque los agentes toman sus decisiones
    de inversión dando demasiada importancia al tipo de cambio
    spot. En otras palabras, es muy probable que una
    apreciación significativa de la moneda no sea sostenible
    en el mediano plazo ¿porqué a pesar de eso se sigue
    concentrando la inversión en el sector no transable? O
    incluso un paso previo a eso, ¿Porqué el tipo de
    cambio se llega a apreciar hasta un nivel reconocido como
    insostenible en el mediano plazo? Para explicar porque el tipo de
    cambio, o el precio de cualquier activo, puede alejarse de sus
    determinantes fundamentales, puede recurrirse a argumentos
    fundamentales, puede recurrirse a argumentos que asumen
    irracionalidad de los agentes.

    Todo lo anterior no significa que necesariamente la
    ocurrencia de fuertes déficits en cuenta corriente tenga
    que ser sucedida por crisis de la balanza de pagos. Es evidente
    que si dichos déficits han sido orientados a mayor
    inversión, si la inversión se ha orientado
    mayoritariamente al sector transable, y si este sector es
    rápido en responder, entonces las probabilidades de
    enfrentar con éxito un cambio en las condiciones de la
    economía mundial o en las percepciones de los
    inversionistas extranjeros son mejores. Sin embargo es evidente
    que si el endeudamiento externo se mantiene a un nivel razonable,
    la vulnerabilidad de la economía ante shocks externos
    será menor. Y esto es especialmente relevante para
    economías como las de América
    Latina, donde la norma ha sido sufrir constantes shocks
    provenientes de la economía mundial.

    DILEMAS DE LA POLÍTICA
    CAMBIARIA

    Teniendo en cuenta el objetivo de la política
    cambiaria descrito anteriormente, es necesario abocarse ahora a
    que tipo de política cambiaria satisface mejor dicho
    objetivo. Es decir, cuales son, bajo esta óptica,
    los beneficios y los costos de una política de tipo de
    cambio fijo, de tipo de cambio flexible o de bandas de
    fluctuación y porque Chile opto por esta ultima
    opción.

    Además discutiremos la política monetaria
    que acompaño a esta política cambiaria.Bajo la
    óptica
    que hay una especie de tipo de cambio real de equilibrio de
    mediano y largo plazo, que alejarse de el podría producir
    desequilibrios mayores en la economía y que el mercado en
    ciertas ocasiones puede tender a un tipo de cambio
    considerablemente alejado de este concepto de tipo
    de cambio real de equilibrio, un esquema de tipo de cambio fijo o
    semifijo parece ser lo mas conveniente. Sin embargo, dado que es
    imposible conocer con exactitud el tipo de cambio real de
    equilibrio, dado que es además un concepto
    dinámico y dado que un tipo de cambio fijo implica una
    fuerte limitación a la política monetaria, es
    importante darle cierta flexibilidad.

    Los argumentos anteriores han convencido a las
    autoridades Chilenas de seguir una política cambiaria de
    paridad central con bandas de fluctuación. La paridad
    central, como ya se menciono, se reajusta diariamente por la
    inflación del mes previo menos una estimación de la
    inflación internacional que ha fluctuado en el tiempo en
    torno al 2%. Esta
    paridad central esta ligada a una canasta de monedas que incluye
    el dólar norteamericano, el marco alemán y el yen
    japonés. Así, la paridad central
    para la canasta se anuncia con un mes de anticipación para
    todos los días del mes siguiente, mientras que la paridad
    central entre peso/dólar o peso/cualquier otra moneda se
    anuncia diariamente en la medida que se conocen las paridades de
    las distintas monedas en los mercados internacionales.

    La banda de fluctuación tal como ya se ha
    mencionado, se ha ido ampliando con el tiempo. Desde enero de
    1992, esta tiene una amplitud de aprox. el 10%. Se ha favorecido
    una banda amplia sobre la base del hecho que es necesario un
    grado razonable de manejo de la política
    monetaria para la consecución del objetivo
    inflacionario. Esto es aún mas importante en un contexto
    globalizado como el actual, con gran movilidad de capitales,
    donde la política monetaria pierde grados de libertad.

    Se ha discutido mucho también en el caso de Chile
    sobre la necesidad de una política
    fiscal mas flexible, que ayude a la política monetaria
    en su rol de estabilidad de precios, para que así no se
    produzcan fuertes fluctuaciones en el tipo de cambio en un
    contexto de amplia movilidad de capitales. Ha sido propuesto, por
    ejemplo, darle al Ejecutivo un manejo restringido de la tasa del
    IVA.

    Además de lo anterior el Banco Central tiene la
    facultad para intervenir al interior de la banda de
    fluctuación, en lo que se denomina la flotación
    sucia.

    Luego, si estima que en un periodo determinado hay
    escasez o abundancia transitoria de divisas que esté
    significando fluctuaciones indeseadas en su precio, puede salir a
    vender o comprar dichas divisas. El objetivo de la
    flotación sucia nunca ha sido pretender quebrar tendencias
    sino mas bien atenuar fluctuaciones transitorias del tipo de
    cambio. Por lo mismo que las intervenciones del Banco Central en
    este campo han sido menores.

    En cuanto a la política monetaria, desde hace una
    década en Chile se ha implementado una política de
    tasas reales de interés de corto plazo. Así, el
    Banco Central fija la tasa de interés real de sus
    instrumentos de corto plazo (90 días) dejando libertad al
    mercado para que adquiera la cantidad que desee de estos
    instrumentos. Esta tasa de interés tiene una influencia
    decisiva sobre la tasa de interés de mercado del mismo
    plazo. Los instrumentos del Banco Central de mas largo plazo
    (hasta 20 años) son licitados en volúmenes
    predeterminados, siendo el mercado el que determina su tasa de
    interés.

    En este contexto la esterilización de los efectos
    monetarios del influjo de divisa es instantáneo. En
    efecto, ante un influjo masivo de divisas el Banco Central las
    adquiere para evitar que el tipo de cambio se aprecie mas
    allá del piso de la banda de fluctuación. Dado que
    el Banco Central sostiene la tasa de interés de corto
    plazo, la cantidad de dinero que se
    emite se absorbe mediante la adquisición de los
    instrumentos de corto plazo del instituto emisor.

    Una critica que ha recibido la combinación de las
    políticas monetaria y cambiaria que ha
    seguido al Banco Central de Chile es que se persiguen dos
    objetivos,
    tasa de interés real y tipo de cambio real, que pueden ser
    mutuamente inconsistentes. En otras palabras, se argumenta que
    por consideraciones inflacionarias internas es necesario un
    ajuste monetario reflejado en mayores tasas de interés,
    esto puede significar un tipo de cambio real inconsistente con
    los objetivos de
    la política cambiaria.

    Si es así y si el Banco Central insiste en
    mantener la banda cambiaria, se producirá un influjo
    masivo de capitales que deberá comprar para mantener la
    paridad cambiaria. Para esterilizar dicho efecto monetario y
    así mantener la tasa de interés consistente con su
    política monetaria, deberá emitir deuda interna a
    una tasa de interés que es mayor que la tasa de
    interés internacional (ceteris paribus), por lo que se
    producirán perdidas cuasifiscales. Si este proceso
    continua por un periodo prolongado el costo cuasifiscal puede
    llegar a ser de tal magnitud que ponga en peligro el equilibrio
    macroeconómico.

    En rigor, la critica es valida solo a partir de 1990 ya
    que antes de esas fecha para efectos prácticos la cuenta
    de capitales estaba cerrada para Chile. Así por muy alta
    que fuera la tasa de interés difícilmente iban a
    entrar capitales en forma significativa, a partir de ese
    año, Chile vuelve a los mercados voluntarios de
    crédito externo, lo que en conjunto con una
    economía internacional cada vez mas globalizada, tanto en
    su comercio como
    en los movimientos de capital, hace que la política
    monetaria pierda grados de libertad.

    Debe destacarse, en todo caso, que este periodo ha
    estado
    caracterizado por un hecho bastante inusual en los mercados
    internacionales, que es el referido a las históricamente
    bajas tasas de interés de corto plazo que han prevalecido
    en los Estados Unidos,
    lo que aumenta el diferencial entre tasas de interés
    interna y externa. Esto ha significado un volumen
    importante de flujos de capital de corto plazo que ha complicado
    aun mas la política monetaria doméstica ya que el
    Banco Central ha tenido que aumentar sus reservas. El Banco
    Central ha implementado una serie de medidas para hacer frente a
    la perdida de control de la
    política monetaria. Algunas de estas medidas se describen
    a continuación:

    a) Revaluación discreta en conjunto
    con una devaluación continua

    Una primera medida, que se aplico a comienzos de 1991,
    cuando aun no estaba claro si esto era un fenómeno muy
    coyuntural o si efectivamente había un cambio permanente
    en las condiciones externas que Chile enfrentaba, fue aumentar la
    pendiente de la banda de flotación, pero con una
    revaluación compensatoria. En términos de la
    ecuación de arbitraje:

    i = i* + Et(dev) + p

    i = tasa nominal de interés interna

    i* = tasa de interés internacional

    Et(dev) = expectativas de devaluación en
    términos porcentuales en el periodo t

    p = medida del riesgo-pais

    Dado que se estaba produciendo un gran influjo de
    capitales ya que el lado izquierdo de esta ecuación era
    superior al lado derecho, se aumento la tasa de
    devaluación diaria del peso (el termino Et(dev) ). Sin
    embargo, dado que la presión era hacia la
    revaluación, por lo que devaluar era ir totalmente en
    contra del mercado, esto se implemento con una revaluación
    inicial. Así, se decidió que por 2 meses el
    descuento de inflación externa que se hacia a la paridad
    central de la banda iba a ser inferior a la verdadera
    inflación internacional, pero que la consecuente
    devaluación que se iba a producir durante esos 2 meses,
    seria compensada con una devaluación inicial sorpresiva
    del mismo monto. Esta misma operación se realizo dos veces
    consecutivas.

    El problema con este tipo de medidas es que sus efectos
    son básicamente de corto plazo. los agentes inmediatamente
    internalizan este comportamiento
    del Banco Central y en sus decisiones consideran tanto la
    revaluación inicial como la revaluación gradual
    posterior, por lo que en la práctica no los afecta en
    absoluto. Además, aun mas importante, cuando las
    expectativas son a una revaluación y persisten por un
    periodo prolongado, la banda de flotación se hace no
    creíble y los agentes especulan en contra de ella
    independientemente si su pendiente es mayor o menor. Por ultimo,
    cerca del fin del periodo que duraba est medida, las expectativas
    que esta se repitiera y, por lo tanto, sobreviniera una
    revaluación discreta, constituían un fuerte
    incentivo a entrar capitales.

    b) El encaje

    A mediados de 1991 se decidió tomar una medida
    que atacara mas frontalmente el problema consistente en un encaje
    a los créditos externos de menos de un año. Aunque
    ha habido cambios menores en la operatoria de este encaje, la
    idea es que los créditos externos que ingresan al
    país deben constituir un encaje no remunerado de 30% del
    monto ingresado al Banco Central. Así el encaje
    actúa como un impuesto que
    encarece el costo de endeudarse en el exterior. En
    términos de nuestra ecuación de arbitraje:

    i = i* ( 1 + h ) + Et(dev) +
    p

    donde h representa la tasa de encaje al financiamiento
    externo. La idea es que h sea tal que ambos lados de la
    ecuación tiendan a igualarse, bajo el supuesto de tipo de
    cambio real constante.

    El encaje a los créditos externos solo los afecta
    durante el primer año. El objetivo es gravar mas
    fuertemente a los créditos de mas corto plazo bajo el
    supuesto de que estos están mas asociados a flujos
    transitorios que se pueden revertir en cualquier momento. La
    razón por la cual a estos créditos de largo plazo
    se les aplica de igual forma el encaje durante el primer
    año es el temor que las excepciones, de este o de
    cualquier otro tipo terminen restando eficiencia al
    encaje en cuanto facilitan su evasión.

    De hecho hay que destacar que, a pesar de los poco
    optimistas pronósticos en relación a la efectividad
    del encaje los montos de este que se han constituido en el Banco
    Central son de tal magnitud que sugieren que la evasión ha
    sido menor a lo que algunos pensaron originalmente en base a
    experiencias de otros países (rellenar). Por otro lado
    otros indirectamente corroboran la efectividad del encaje al
    demostrar que la inclusión de este mejora el poder
    explicativo de una regresión sobre flujos de capital de
    corto plazo al país. en todo caso, el tema del encaje no
    ha estado exento
    de controversias. Diversos analistas lo critican como una medida
    suboptima para mantener el poder de la
    política monetaria (siendo lo optimo un ajuste de tipo
    fiscal).
    Sostienen que significan una mala asignación de recursos,
    por cuanto no permite utilizar fondos externos mas baratos.
    Asimismo, se dice que puede llevar a inequidades en tanto los
    agentes mas sofisticados y menos regulados pueden evadirlo,
    mientras que los menos sofisticados y los mas regulados no pueden
    hacerlo.

    La respuesta del Banco Central a estas criticas ha sido
    que no desconoce los costos a nivel microeconómico que
    estas medidas producen, pero que sus beneficios a nivel
    macroeconómico en términos de un mayor poder de la
    política monetaria en un contexto de estabilidad cambiaria
    los superan.

    También se ha dado la posibilidad a los que
    ingresan créditos externos de pagar el costo financiero
    del encaje al momento de ingresar el crédito en vez de
    enterar el monto del mismo. De esta manera se evita el que estos
    agentes se tengan que endeudar en el exterior por un monto
    superior a sus verdaderas necesidades, con el fin de enterar el
    encaje.

    c) Revaluación y ampliación de
    la banda de fluctuación

    En lo que siguió de 1991 los flujos de capital
    continuaron ingresando en forma masiva al país. La
    razón básica estribo en que, a pesar del encaje, se
    fue haciendo cada vez mas evidente que el peso estaba
    sobrevaluado y por lo tanto era inminente una revaluación.
    El déficit en cuenta corriente durante los años
    previos fue muy bajo (bastante inferior al 3% del PIB mencionado
    anteriormente) por lo que era claro que el país no estaba
    utilizando en forma optima el ahorro externo disponible. De
    hecho, desde 1988 el déficit en cuenta corriente se
    mantenía en niveles inferiores a esa cifra, y si antes no
    había producido presiones devaluatorias era simplemente
    porque en al practica Chile no tenia acceso a créditos
    externos. Apenas estos empiezan a llegar, las presiones
    revaluatorias comienzan a tomar fuerza. En
    nuestra ecuación (#$) el termino E(dev) se hizo muy
    negativo con lo que contrarrestaba ampliamente los otros
    términos del lado derecho de la ecuación, haciendo
    muy atractivo el ingreso de capitales al país y su
    conversión en moneda local.

    Hubo inicialmente una resistencia de
    las autoridades a aceptar una revaluación del peso mas
    allá del piso de la banda de flotación. Para
    entender esta resistencia hay
    que tener en cuenta el trauma que había significado la
    crisis de los años 80. Se quería estar
    completamente seguro que se
    estaba asistiendo a un cambio estructural de las condiciones
    externas de la economía Chilena (acceso a capitales
    internacionales y mejoría de las cuentas externas)
    antes de tomar una medida que en la practica significaba aceptar
    esa nueva realidad. A comienzos de 1992 ya no cabían dudas
    al respecto, por lo que se procedió a revaluar la paridad
    central de la banda en un 5%. Adicionalmente y dado lo
    difícil que estaba siendo el manejo de la política
    monetaria en este nuevo contexto de movilidad de capital, se
    decidió, tal como se menciono anteriormente, ampliar el
    ancho de la banda de aproximadamente un 5% a un 10%. Aunque
    inicialmente el tipo de cambio se acerco bastante al piso de la
    nueva banda no ha llegado a pegarse a este desde entonces (
    aunque estuvo bastante cerca de hacerlo a principio de 1993
    ).

    En síntesis, se le dio mayor flexibilidad a la
    política cambiaria con una banda amplia que, si bien su
    paridad central da señales en términos de tipo de
    cambio de mediano y largo plazo, esta lejos de representar un
    tipo de cambio fijo esto ha significado disponer de un manejo
    monetario mas autónomo.

    d) La canasta

    Tal como se mencionó anteriormente uno de los
    elementos que mas ha complicado el manejo monetario durante estos
    años han sido las inusualmente bajas tasas de
    interés que han prevalecido en Estados Unidos.
    Dado que la política cambiaria en Chile estaba ligada al
    dólar norteamericano, la tasa de interés externa
    relevante para motivos de arbitraje era la tasa en
    dólares. Es así que, para aminorar este efecto el
    Banco Central de Chile decidió, a partir del 6 julio 1992,
    modificar la regla cambiaria, a objeto de lograr una mayor
    independencia
    relativa en el manejo de su política monetaria. En efecto,
    la creciente integración de la economía Chilena a
    los mercados internacionales de capitales había provocado
    una mayor interrelación entre las políticas
    monetarias y cambiarias internas y la situación financiera
    internacional, mientras que la modalidad cambiaria prevaleciente
    hasta esa fecha hacia excesiva la dependencia de la
    política monetaria de Chile con la de los Estados Unidos.
    En la nueva modalidad la regla cambiaria vincula la
    política monetaria doméstica a las políticas
    monetarias de los estados unidos, Alemania y
    Japón, y, por tanto, la independiza de cada una de ellas n
    particular.

    La nueva regla cambiaria liga la cotización del
    peso Chileno al valor de una canasta de monedas integrada en un
    50% por el dólar de los Estados Unidos de
    Norteamérica, un 30% por el marco Alemán y un 20%
    por el Yen Japonés. Las ponderaciones de cada moneda
    dentro de la canasta se derivan de la importancia relativa de las
    distintas áreas monetarias en nuestro comercio
    internacional. Esta nueva modalidad cambiaria opera sobre la
    base de las paridades dólar/marco y dólar/yen las
    que conjuntamente con el valor de la paridad central de la banda
    de fluctuación del día 3 de julio de 1992 fijaron
    el valor inicial de la canasta cambiaria para ese día en
    $271,41. de esta forma la canasta quedo compuesta por 0,3497
    dólares, 0,3182 marcos y 17,45 yenes. A partir de dicho
    valor inicial, el valor de la canasta se reajusta diariamente
    conforme a la variación de la inflación,
    descontando la inflación externa relevante para nuestro
    país. esta ultima se ha estimado en 2,4% anual.

    La naturaleza de
    esta regla cambiaria hace que el costo del financiamiento
    externo que enfrenta la economía Chilena no sea el de los
    Estados Unidos, Alemania o
    Japón en particular, sino que dependa, además, de
    la variación que experimentan las paridades de la moneda
    de estos países en los mercados internacionales. Por un
    agente que se endeude en dólares, marcos y yenes en igual
    proporción a la contenida en la canasta referencial, dicho
    costo de endeudamiento corresponde al promedio ponderado del
    costo de endeudamiento en esos 3 países.

    Por supuesto el ligar el tipo de cambio a una canasta
    con porcentajes representativos del comercio exterior
    tiene además la evidente ventaja, dentro del esquema
    Chileno, que al menos teóricamente estabiliza en forma mas
    perfecta el tipo de cambio real de la paridad central. En efecto,
    dado que el tipo de cambio real se mide en relación a los
    países con que Chile comercia, el ligar el tipo de cambio
    a una canasta de las monedas de estos países aísla
    el efecto que cambios en las paridades internacionales puedan
    tener sobre el tipo de cambio real.

    CONCLUSION

    La caotica situación económica en que el
    gobierno militar debió hacerse cargo del país,
    hacia impresindible adoptar una politica cambiaria destinada a
    mejorar la situacion de la balanza de pagos que permitiera
    aumentar el crecimiento de nuestro pais, basandolo en un
    desarrollo hacia afuera abriendo la economia al comercio
    internacional, de modo de hacer eficiente nuestra
    economia.

    Fue así, como las politicas, tanto cambiarias
    como arancelarias, llevaron a un mejoramiento de nuestra economia
    permitiendo en 1979 fijar el tipo de cambio, dada la gran
    cantidad de reservas internacionales que ostentaba el Banco
    Central y la estabilidad que buscaba mantener el
    gobierno.

    La politica cambiaria en Chile durante el periodo 83-95
    ha consistido en una paridad central que se reajusta de acuerdo a
    la inflación pasada, descontando una estimacion de la
    inflación internacional, es decir, una de tipo de cambio
    real constante. Junto con esto ha existido una banda de
    fluctuacion que se ha ido ampliando con el tiempo de modo de
    darle mayor autonomia a la politica monetaria. Se han producido,
    dentro de este esquema , devaluaciones y revaluaciones discretas.
    Asi mismo, ha habido ataques en contra de los limites de la
    banda. El más notable fue, quizás, el que termino
    en enero de 1992 con una revaluacion de la banda, conforme a las
    presiones revaluatorias.

    A pesar de que en el esquema de la politica cambiaria se
    ha mantenido mas o menos inalterado durante la ultima decada en
    estudio, las distintas herramientas
    que se han usado han dependido de la situacion y circunstancias a
    las que ha estado sujeta
    la economia. Mientras que en los años 83-89, se
    buscó un tipo de cambio real alto para hacer frente a la
    restricción externa, en los años venideros el
    objetivo fue evitar que la inevitable apreciación,
    producto del reingreso del país a los mercados
    internacionales de capital, llegará a niveles que pudieran
    hacerse insostenibles en el mediano plazo.

    El desarrollo del sector exportador es una prueba de que
    la politica cambiaria, al menos desde esta perspectiva, ha sido
    exitosa. Cabe destacar que este sector ha seguido experimentando
    tasas de crecimiento muy superiores a las de la economía
    como un todo, incluso durante el período de
    apreciación de la moneda. en cuanto al objetivo de moderar
    la apreciación de la moneda durante el período de
    influjo masivo de capitales, también podemos decir que se
    ha logrado, no sin algunos inconvenientes, los que han sido
    bastantes inferiores a las de otros países de la regiones
    en la situación descrita.

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