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Primeros Auxilios




Enviado por emiro



    Introducción :

    Nadie es muy valiente para negar los primeros
    auxilios. Cada año miles de cortadas pequeñas y
    rasguños llegan a infectarse, se tienen que tratar en el
    hospital y resultan en incapacidad permanente.

    Mantenga estos elementos a la mente para evitar las
    infecciones:

    1. Sepa donde obtener primeros
      auxilios.
    2. Tome el tiempo para
      obtener tratamiento. Minutos breves de precaución pueden
      ahorrar muchos días en el hospital.
    3. No se preocupe por lo que otros digan de su
      tratamiento o su venda.
    4. No piense que una cortadita no es importante de
      curarse o ponerle atención.
    5. Nunca piense que todas las cortadas son
      iguales.
    6. No se preocupe que su nombre vaya a salir en un
      reporte de accidente.
    7. No se preocupe que vaya a perder días de
      trabajo por caso de su accidente.
    8. No use"remedios caseros" para resolver el
      problema.

    Sin mas preámbulos, proseguimos con
    el
    trabajo…

    El siguiente material se presenta con la finalidad de
    que tengamos una noción de lo que son los Primeros
    Auxilios:

    Primeros Auxilios

    RECIBA ATENCION
    MEDICA POR TODAS LAS LESIONES

    Es muy importante que Ud. reciba tratamiento
    médico inmediatamente al lesionarse, sin importar que tan
    pequeña piensa Ud. que sea la lesión. Se han
    informado de muchos casos en que ha sucedido una lesión de
    poca importancia tal como una lesión de una astilla;
    Luego, puede resultar una infección que amenace la
    salud o una parte
    del organismo. Hasta un pequeño rasguño es
    suficientemente grande para que los gérmenes peligrosos
    entren al cuerpo, y en moretones muy grandes o cortadas muy
    profundas, los gérmenes entran por millones. La
    examinación y tratamiento inmediatos son necesarios para
    cada lesión.

    ¿Que son los Primeros
    Auxilios? Son simplemente aquella cosas que Ud. puede hacer
    por la víctima antes de que llegue ayuda médica.
    Los procedimientos
    más importantes se describen a
    continuación:

    Controle la Hemorragia con
    Presión

    De todas las lesiones, las hemorragicas son las mas
    visibles; Cada uno de nosotros tenemos entre cinco y seis cuartos
    de sangre en nuestro
    cuerpo. La mayoría de la gente puede perder una
    pequeña cantidad de sangre sin
    problema, pero si un cuarto o más se pierde
    rápidamente,puede llegar a causar el choque y/o la muerte. Uno
    de los mejores modos de tratar la hemorragia es colocar una tela
    limpia en la herida y aplicar presión con la palma de su
    mano hasta que pare de sangrar. También debería de
    elevar la herida más alto que el nivel del corazón de
    la victima, si es posible para detener el ritmo de sangre de la
    herida. Cuando haya dejado de sangrar, no trate de retirar la
    tela que está en la herida abierta, por que puede
    perturbar la coagulación de sangre y
    reiniciar la hemorragia. Si la hemorragia es muy seria, aplique
    presión en el punto de presión mayor más
    cercano, localizado en el interior del brazo superior entre el
    hombro y el codo, o en el área del ingle donde la pierna
    se une al cuerpo. Presión directa es mejor que un punto de
    presión o un torniquete, porque la presión directa
    para la circulación de sangre solamente
    es en la herida. Solamente utilice los puntos de presión
    si elevación y presión directa no han controlado la
    hemorragia. Nunca utilice un torniquete (un dispositivo, tal como
    una venda que se tuerza y se aprieta con un palo, para controlar
    el flujo de sangre) a menos que sea una emergencia extrema, tal
    como un brazo o pierna separada. Los torniquetes pueden
    dañar nervios y conductos sanguíneos y pueden hacer
    que la víctima pierda un brazo o una pierna.

    Trate el choque físico
    rapidamente

    El choque puede amenazar la vida de la víctima si
    no es tratada rapidamente. El choque ocurre cuando las funciones
    importantes del cuerpo están amenazada de no obtener
    suficiente sangre o cuando los organos y tejidos mayores
    no reciben suficiente oxígeno.

    Aunque la lesión no provoca la muerte
    directamente, la victima puede entrar en choque y morir. Algunos
    de los sintomas de choque son un color de piel
    pálido o azulado y frio al tocar,vómito, ojos
    soñolientos y sumidos, y sed inusual. El choque requiere
    tratamiento médico para ser invertido. Así que lo
    único que Ud. puede hacer es evitar que se empeore. Puede
    mantener una ventilación abierta para respirar, controlar
    cualquier hemorragia, elevar las piernas cerca de 12 pulgadas a
    menos que una lesión lo haga imposible. También
    puede evitar la perdida de calor del
    cuerpo cubriendo a la víctima (arriba y abajo) con
    cobijas. No le dé nada de comer o tomar a la
    víctima porque esto puede provocar el vómito.
    Generalmente mantenga a la víctima acostada boca arriba en
    el piso. Una víctima que esta inconsciente ( sangrando de
    la boca debaería estar acostada de lado asi la respiración es más fácil.
    Permanezca con la víctima hasta que llegue ayuda
    médica.

    Mueva a la persona Lesionada
    solamente cuando sea absolutamente necesario.

    Nunca mueva a una persona lesionada
    a menos que haya fuego o peligro de explosión. La mayor
    preocupación de mover a una persona lesionada
    es de empeorar la lesión.Especialmente cuando se trata de
    una lesión espina dorsal. Si tiene que mover a una
    persona
    lesionada, trate de arrastrarla tomandole de la ropa alrededor
    del cuello u hombro. Si es posible, arrastre a la persona en una
    cobija o tela grande.

    Desempeñe la maniobra del Heimlich en
    víctimas que se están ahogando

    Si hay obtrucción de la vía respiratoria,
    pídale a la víctima que tosa, hable o respire. Si
    la víctima no puede hacer ninguno de los tres,
    párese detrás de la víctima y localice la
    costilla mas baja con su mano. Mueva la mano a través del
    abdomen al área sobre el centro del ombligo, luego haga un
    puño. Coloque el dedo pulgar hacia el estómago,
    coloque su otra mano sobre el puño y ponga presión
    en el estómago de la víctima en dirección hacia arriba de manera
    rápida. Empuje hasta que se salga lo que esté
    atorado en la garganta.

    Inmediatamente lave las quemadas con
    agua

    Hay muchos tipos de quemadas diferentes. Pueden ser
    quemadas térmicas, quemadas químicas, quemadas
    eléctricas o quemadas de contacto. Cada una de las
    quemadas pueden ocurrir de un modo diferente, pero el tratamiento
    para ellas es muy similar. Para quemadas térmicas, de
    contacto o productos
    químicos, el primer paso es de correr agua
    fría sobre la quemada por un mínimo de 30 minutos.
    Si la quemadura es lo suficientemente pequeña, mantegala
    completamente bajo agua. Lavar la
    quemadura toma prioridad sobre llamar por ayuda. Láve la
    quemadura PRIMERO, Si la ropa de la víctima está
    pegada a la quemadura, no intente quitársela.
    Quítele la ropa que no este pegada a la quemadura
    cortandola o rompiendola. Cubra la quemadura con una tela limpia.
    Si no tiene tela limpia, no cubra la quemadura con nada. No talle
    la quemadura y no aplique ningún jabón,
    ünguento, ni remedio casero. También, no le ofrezca a
    la víctima quemada nada de tomar ni comer, pero
    manténgala cubierta con una cobija para mantener una
    temperatura de
    cuerpo normal hasta que llegue ayuda médica.

    Si la víctima ha recibido una quemadura
    eléctrica, el tratamiento es un poco diferente. No toque a
    una víctima que ha tenido contacto con electricidad a
    menos que esté libre de la corriente eléctrica. Si
    la víctima aún está en contacto con la
    corriente eléctrica, la electricidad
    viajará a través del cuerpo de la víctima y
    le eletrificará a Ud. Una vez que la víctima
    esté libre de la corriente eléctrica su prioridad
    es de revisar que no haya obtrucción de aire, que haya
    circulación de sangre.

    Administre Resucitación Cardiopulmonar (RCP) si
    es necesario. Una vez que la condición de la
    víctima se estabilice, empiece a correr agua
    fría sobre las quemaduras por un mínimo de 30
    minutos. No mueva a la víctima y no talle las quemaduras o
    apliquen ningún jabón, ungüento, ni remedio
    casero. Después de lavar la quemadura, aplique una tela
    limpia sobre la quemadura, si no hay no coloque nada, mantenga a
    la víctima abrigada y quieta e intente mantener una
    temperatura de
    cuerpo normal hasta que llegue ayuda Médica.

    El agotamiento por el calor o la
    insolación requieren tratamiento refrescante

    El agotamiento por el calor y la
    insolación son dos cosas diferentes, aunque son
    confundidos comúnmente como la misma condición.
    Agotamiento por el calor puede
    ocurrir en cualquier parte donde haya mala circulación de
    aire, por
    ejemplo, alrededor de un horno abierto, maquinaria pesada, o si
    la persona no está acostumbrada a temperaturas muy altas.
    El cuerpo reacciona con incrementar los latidos del corazón y
    hacer la circulación de sangre más fuerte. El
    agotamiento por el calor simple
    puede ocurrir debido a la pérdida de fluidos y sales del
    cuerpo. Los síntomas son generalmente fatiga excesiva,
    mareos y desorientación, la piel de
    temperatura
    normal pero sudorosa y pegajosa. Para tratar agotamiento por el
    calor, mueva a la víctima a un lugar fresco y
    anímela a que tome agua fresca y
    descanse.

    La insolación es mucho más seria y ocurre
    cuando las glándulas transpirantes del cuerpo se han
    cerrado. Algunos síntomas de insolación son la
    fiebre, manchas secas en la piel. Una
    víctima de insolación morirá pronto,
    así que no espere que llegue ayuda médica,
    actúe inmediatamente. Lo primero que Ud. debe hacer, es
    mover a la víctima a un lugar fresco fuera del sol y
    empiece a echar agua fresca
    sobre la víctima. Ventile a la víctima para proveer
    buena circulación de aire hasta que
    llegue ayuda médica.

    El envenenamiento puede tomar muchas
    formas

    Lo primero que debe hacer es retirar a la víctima
    del veneno. Si el veneno está en forma sólida tales
    como píldoras, retírelas de la boca de la
    víctima utilizando los dedos envueltos en una tela limpia.
    No intente esto con niños porque puede forzar el veneno
    más abajo a su garganta. Si el veneno es un gas, puede
    necesitar un respirador para protegerse Ud. mismo. Después
    de haber revisado primero el área, por su seguridad; retire
    a la víctima, llévela aun lugar fresco. Si el
    veneno es corrosivo para la piel, quite la
    ropa del área afectada y lávela con agua por 30
    minutos. Llévese el envase o etiqueta del veneno con Ud.
    cuando busque ayuda médica, porque va a necesitar
    responder preguntas sobre la víctima. Trate de permanecer
    calmado y seguir las instrucciones que se le dan. Si el veneno
    esta en contacto con los ojos lávele los ojos con agua
    limpia durante 15 minutos.

    Primeros auxilios,

    Medidas terapéuticas urgentes que se aplican a
    las víctimas de accidentes o
    enfermedades
    repentinas hasta disponer de tratamiento especializado. El
    propósito de los primeros
    auxilios es aliviar el dolor y la ansiedad del herido o
    enfermo y evitar el agravamiento de su estado. En
    casos extremos estas primeras medidas son necesarias para evitar
    la muerte
    hasta que se consigue asistencia médica.

    Los primeros auxilios varían según las
    necesidades de la víctima y según los conocimientos
    del socorrista. Saber lo que no se debe hacer es tan importante
    como saber qué hacer, porque una medida terapéutica
    mal aplicada puede producir complicaciones graves. Por ejemplo,
    en una apendicitis aguda un laxante suave puede poner en peligro
    la vida del paciente.

    En todos los pacientes, sea cual sea su lesión,
    deben aplicarse una serie de normas generales.
    Siempre hay que evitar el pánico y la
    precipitación. A no ser que la colocación de la
    víctima lo exponga a lesiones adicionales, deben evitarse
    los cambios de posición hasta que se determine la naturaleza del
    proceso. Un
    socorrista entrenado ha de examinar al accidentado para valorar
    las heridas, quemaduras y fracturas. Se tranquiliza a la
    víctima explicándole que ya ha sido solicitada
    ayuda médica. La cabeza debe mantenerse al mismo nivel que
    el tronco excepto cuando exista dificultad respiratoria. En
    ausencia de lesiones craneales o cervicales se pueden elevar
    ligeramente los hombros y la cabeza para mayor comodidad. Si se
    producen náuseas o vómitos debe
    girarse la cabeza hacia un lado para evitar aspiraciones. Nunca
    se deben administrar alimentos o
    bebidas (si el paciente va a requerir cirugía hay que
    esperar hasta que se vacíe el estómago), y mucho
    menos en el paciente inconsciente. La primera actuación,
    más inmediata, debe ser procurar al paciente una respiración aceptable: conseguir la
    permeabilidad de la vía aérea para evitar la
    asfixia, extrayendo los cuerpos extraños -sólidos o
    líquidos- y retirando la lengua
    caída hacia atrás. Si el paciente no respira por
    sí sólo habrá que ventilarlo desde el
    exterior mediante respiración boca a boca hasta disponer de
    un dispositivo mecánico.

    Cualesquiera que sean las lesiones, el segundo aspecto a
    corregir es el referente al sistema
    circulatorio, para evitar el shock. Se deben valorar la
    frecuencia cardiaca y la tensión arterial. Una
    valoración inicial se obtiene mediante el pulso: permite
    valorar la frecuencia y ritmo cardiaco, y su "fortaleza" o "pulso
    lleno" nos indican una adecuada tensión arterial. El shock
    supone la depresión
    de muchas funciones
    orgánicas debido al defecto de perfusión de sangre
    (por insuficiente tensión arterial). Los signos característicos del shock son la piel
    fría y húmeda, los labios cianóticos
    (azulados), la taquicardia y la hipotensión arterial
    (pulso débil y rápido), la respiración superficial y las
    náuseas. Estos síntomas no son inmediatos; el shock
    puede desarrollarse varias horas después del accidente.
    Para evitarlo debe mantenerse abrigado al paciente e iniciar lo
    antes posible la perfusión de líquidos y
    electrolitos por vía intravenosa. Está prohibido
    administrar fármacos estimulantes y alcohol.

    Las urgencias que requieren primeros auxilios con
    más frecuencia son los accidentes en
    los que se produce asfixia, parada e infarto cardiacos, sangrado
    grave, envenenamiento, quemaduras, golpe de calor e
    insolación, desvanecimiento, coma, esguinces, fracturas y
    mordeduras de animales.

    Asfixia

    En la asfixia, el aire no puede
    entrar en los pulmones y el oxígeno no llega a la sangre
    circulante. Entre las causas de asfixia se encuentran el
    ahogamiento, el envenenamiento por gases, la
    sobredosis de narcóticos, la electrocución, la
    obstrucción de la vía aérea por cuerpos
    extraños y la estrangulación. Para evitar un
    daño cerebral irreparable al detenerse la
    oxigenación tisular, se debe instaurar inmediatamente
    algún tipo de respiración artificial. La mayoría
    de las personas mueren tras 4 o 6 minutos de parada respiratoria
    si no se les ventila de forma artificial.

    Se han diseñado muchas formas de
    respiración artificial. La más práctica para
    la reanimación de urgencia es el procedimiento
    boca a boca: el reanimador sopla aire a
    presión en la boca de la víctima para llenarle los
    pulmones. Antes de ello, debe retirarse cualquier cuerpo
    extraño que se encuentre en la vía aérea. La
    cabeza de la víctima debe ser inclinada hacia atrás
    para evitar que la caída de la lengua
    obstruya la laringe; para ello se tira hacia arriba de la
    barbilla con una mano mientras con la otra se empuja hacia
    atrás la frente. El reanimador obtura los orificios
    nasales pinzándolos con los dedos, inspira profundamente,
    aplica su boca a la de la víctima, y sopla con fuerza hasta
    ver llenarse el tórax; después retira su boca y
    comprueba cómo la víctima exhala el aire. Este
    proceso se
    repite 12 veces por minuto en un adulto y 20 veces por minuto en
    un niño.

    Si la vía aérea no está despejada,
    debe comprobarse la posición de la cabeza de la
    víctima. Si todavía no se consigue permeabilidad se
    rota el cuerpo hacia la posición de decúbito
    lateral y se golpea entre los omóplatos para desatascar
    los bronquios. Después se vuelve a la respiración
    boca a boca. Si todavía no se consigue, se realiza la
    maniobra de Heimlich ("abrazo del oso") con la víctima en
    decúbito.

    Una vez iniciada, la respiración artificial no
    debe suspenderse hasta que el enfermo empiece a respirar por
    sí solo o un médico diagnostique la muerte del
    paciente. Cuando empieza a respirar espontáneamente no
    debe ser desatendido: puede detenerse de nuevo la
    respiración de forma súbita o presentarse
    irregularidades respiratorias. En casos de ahogamiento siempre
    hay que intentar la respiración artificial, incluso aunque
    el paciente haya presentado signos de muerte durante
    varios minutos. Se han descrito varios casos de pacientes
    sumergidos durante más de media hora, cianóticos y
    sin posibilidades de reanimación, que respondieron a los
    primeros intentos del socorrista. Una respuesta refleja, el
    llamado "reflejo de zambullida de los mamíferos"; es la
    explicación.

    En los últimos años se ha desarrollado una
    técnica para tratar a los pacientes con vía
    aérea obstruida por un cuerpo extraño. Inventada
    por el médico estadounidense Henry Jay Heimlich, se llama
    maniobra de Heimlich o abrazo de oso, y consiste en la
    aplicación súbita de una presión sobre el
    abdomen de la víctima. El aumento de presión
    abdominal comprime el diafragma, éste a los pulmones, que
    expulsan aire a alta velocidad y
    presión, despejando la vía aérea.

    La maniobra se realiza situándose tras el
    paciente, rodeando su cintura con los brazos y entrelazando las
    manos, situando éstas entre el ombligo y el reborde
    torácico, y presionando fuerte y de forma brusca hacia
    atrás y arriba. Si la víctima está en
    posición horizontal, se presiona sobre el abdomen con el
    "talón" de una mano. Debe evitarse presionar sobre las
    costillas, pues se pueden romper, sobre todo en niños y
    ancianos.

    Reanimación cardiopulmonar

    La reanimación del paciente con parada cardiaca
    está muy relacionada con la reanimación
    respiratoria. Ha de aplicarse masaje cardiaco externo para
    mantener el flujo sanguíneo y combinarlo con las
    técnicas descritas de respiración artificial. Se
    sitúa a la víctima sobre una superficie firme y se
    confirma la permeabilidad de su vía aérea. El
    reanimador sitúa sus manos sobre el esternón del
    paciente; éste se deprime 5 cm, por lo que se comprime el
    corazón
    y fuerza a la
    sangre a salir por las arterias. Cuando se afloja la
    presión, el corazón se
    expande y vuelve a llenarse de sangre procedente de las venas. El
    masaje se aplica en forma de compresiones cortas y
    rítmicas de 1 segundo de duración. Se aplica una
    respiración boca a boca cada cinco golpes cardiacos. Para
    esta operación son ideales dos reanimadores. Si
    sólo hay uno se aplican dos respiraciones boca a boca cada
    15 compresiones cardiacas. El procedimiento
    debe aplicarse, aunque no haya signos de vida, hasta conseguir
    ayuda médica.

    Hemorragia

    El sangrado "en surtidor", "a chorro" o "a golpes" es
    signo inequívoco de hemorragia grave. La simple presencia
    de sangre sobre una superficie corporal grande no es signo de
    hemorragia. Puede haber salido sangre de múltiples heridas
    pequeñas, o puede haberse extendido. La cantidad de sangre
    que se pierde por una herida depende del tamaño y clase de
    los vasos lesionados. La lesión de una arteria produce
    sangre roja brillante que fluye a borbotones, mientras que la
    lesión de una vena produce un flujo continuo de sangre
    roja oscura. Si se rompe una arteria principal, el paciente puede
    morir desangrado en un minuto. Las lesiones de arterias de
    calibre medio y las lesiones venosas son menos críticas,
    pero si no se tratan también pueden ser fatales. Una
    complicación grave de la hemorragia es el shock
    hipovolémico, que debe ser prevenido y tratado lo antes
    posible.

    El procedimiento a
    utilizar para detener la hemorragia (hemostasia) depende del
    tamaño de la herida y de la disponibilidad de material
    sanitario. El mejor método es
    la aplicación de presión sobre la herida y la
    elevación del miembro. Esto es suficiente en lesiones de
    vasos de calibre medio. Lo ideal es utilizar compresas
    quirúrgicas estériles, o en su defecto ropas
    limpias, sobre la herida y aplicar encima un vendaje compresivo.
    Cuando este apósito se empapa de sangre no debe ser
    retirado: se aplican sobre él más compresas y
    más vendaje compresivo. Si el sangrado de una extremidad
    es muy abundante se puede aplicar presión sobre el tronco
    arterial principal para comprimirlo sobre el hueso y detener la
    hemorragia.

    La arteria braquial, que irriga la extremidad superior,
    debe ser comprimida en una zona intermedia entre el codo y la
    axila en la cara medial (interna) del brazo. La arteria femoral,
    que irriga la extremidad inferior, puede ser comprimida en el
    centro del pliegue inguinal, donde la arteria cruza sobre el
    hueso pélvico.

    Envenenamiento

    Una sustancia venenosa por vía oral produce
    náuseas, vómitos y
    calambres abdominales. Los venenos ingeridos por accidente o con
    fines suicidas incluyen: medicaciones a dosis tóxicas,
    herbicidas, insecticidas, matarratas y desinfectantes
    domésticos.

    Para atender a una persona envenenada es primordial la
    identificación del tóxico, preguntando a la
    víctima o buscando indicios como, por ejemplo, envases
    vacíos; muchos envases mencionan la lista de
    antídotos en su etiqueta. Las quemaduras, las manchas o un
    olor característico también pueden servir
    para identificar el veneno.

    La primera medida es diluir la sustancia tóxica
    haciendo beber a la víctima una gran cantidad de leche, agua o
    ambas. La dilución retrasa la absorción y la
    difusión del veneno a los órganos
    vitales.

    Excepto en los casos de ácidos o bases fuertes,
    estricnina o queroseno, la medida siguiente es inducir el
    vómito para
    eliminar la mayor cantidad posible de tóxico antes de que
    se absorba. Se puede inducir haciendo beber a la víctima
    una mezcla de medio vaso de agua y varias cucharadas de
    bicarbonato de sodio o magnesia, o introduciendo los dedos o una
    cuchara hasta estimular el velo del paladar y conseguir la
    regurgitación. Se debe repetir este procedimiento
    hasta vaciar el estómago. Después conviene
    administrar un laxante suave.

    El veneno se debe contrarrestar con un antídoto.
    Algunos de ellos aíslan la sustancia tóxica de las
    mucosas sensibles; otros reaccionan químicamente con el
    veneno y lo transforman; otros estimulan al organismo a
    contrarrestar la acción del tóxico. Si el
    antídoto específico no está disponible se
    utiliza uno universal que contrarresta la mayoría de los
    venenos. Un antídoto universal sencillo se puede obtener
    mezclando una parte de té fuerte, una parte de magnesia y
    dos partes de polvillo de pan quemado. Este antídoto
    también está disponible en los
    comercios.

    Cuando el veneno es un ácido corrosivo
    (clorhídrico, nítrico, sulfúrico), una base
    fuerte (sosa cáustica) o amoníaco, no se debe
    estimular el vómito, pues se
    dañarían más aún los tejidos de la
    boca, faringe y esófago. Para intoxicaciones por
    ácidos se puede utilizar como antídoto una base
    débil, como la magnesia o el bicarbonato de sodio. Para
    intoxicaciones por bases son útiles los ácidos
    débiles, como el limón o el vinagre diluido. Tras
    su ingestión debe administrarse aceite de oliva o clara de
    huevo. En intoxicaciones por estricnina o queroseno se debe
    ingerir abundante agua o leche y
    después aceite de oliva o clara de huevo, sin provocar el
    vómito.

    Quemaduras

    Se producen por exposición a la llama del fuego,
    a metales
    calientes, a radiación, a sustancias químicas
    cáusticas o a la electricidad. Las
    quemaduras se clasifican según la profundidad del tejido
    dañado y según la extensión del área
    afectada. Una quemadura de primer grado, que sólo afecta a
    la capa superficial de la piel, se caracteriza por el
    enrojecimiento. Una quemadura de segundo grado presenta
    formación de flictenas (ampollas), y una de tercer grado
    afecta al tejido subcutáneo, músculo y hueso
    produciendo una necrosis. La gravedad de una quemadura
    también depende de su extensión. Ésta se
    mide en porcentajes de la superficie corporal. Las quemaduras
    graves producen shock y gran pérdida de líquidos.
    Un paciente con quemaduras de tercer grado que ocupen más
    del 10% de la superficie corporal debe ser hospitalizado lo antes
    posible.

    La finalidad de los primeros auxilios en los quemados es
    prevenir el shock, la contaminación de las zonas lesionadas y el
    dolor. La aplicación de bolsas de hielo o la
    inmersión en agua helada disminuye el dolor.
    Después se ha de cubrir la zona con un apósito
    grueso que evite la contaminación. No se deben utilizar curas
    húmedas, pomadas o ungüentos, y hay que acudir al
    especialista médico inmediatamente.

    Las quemaduras del sol pueden ser de primer o de segundo
    grado. Sus casos leves se pueden tratar con una crema fría
    o un aceite vegetal. Los casos graves conviene que sean atendidos
    por un especialista. Las quemaduras químicas deben ser
    lavadas inmediata y profusamente para diluir al máximo la
    sustancia corrosiva. Las lesiones dérmicas de las
    quemaduras eléctricas se tratan como las de
    exposición a la llama y, además, deben ser
    controladas en un centro hospitalario para valorar posibles
    lesiones cardiacas o nerviosas.

    Golpe de calor y deshidratación por
    calor

    El golpe de calor y la deshidratación por el
    calor están causados por un exceso de calor, pero sus
    síntomas son tan dispares que es muy difícil
    confundirlos. El golpe de calor, producido por un mal
    funcionamiento de los centros reguladores del calor, es una
    patología más grave que afecta principalmente a los
    ancianos. Sus síntomas son la piel caliente y enrojecida,
    la ausencia de sudoración, el pulso fuerte y contundente,
    la respiración dificultosa, las pupilas dilatadas y la
    temperatura
    corporal extremadamente alta. El paciente se encuentra mareado y
    puede perder la consciencia. La deshidratación por calor
    se debe a una pérdida excesiva de líquidos y
    electrolitos en el organismo. La piel está pálida y
    húmeda, la sudoración es profusa, el pulso
    débil y la respiración superficial, pero las
    pupilas y la temperatura
    corporal son normales. Pueden producirse cefaleas y
    vómitos.

    Los primeros auxilios necesarios para el golpe de calor
    y para la deshidratación por el calor también
    difieren. La víctima de un golpe de calor debe ser
    transportada a un lugar fresco a la sombra, y allí debe
    guardar reposo con la cabeza elevada. Se debe humedecer el cuerpo
    con alcohol o agua
    fría para bajar la temperatura. Debe ser trasladado a un
    hospital de inmediato. El paciente con deshidratación por
    el calor también debe guardar reposo, pero con la cabeza
    más baja que el cuerpo; conviene proporcionarle abrigo o
    calor. Al principio puede presentar náuseas, pero tras un
    tiempo de
    descanso puede ingerir líquidos: se ha de beber 4 vasos de
    agua con una tableta o media cucharadita de sal diluidas, a
    intervalos de 15 minutos. Después debería beber
    zumos (jugos) de frutas para recuperar otros electrolitos. Si se
    produce una postración importante conviene buscar ayuda
    médica.

    Lipotimia y coma

    La sudoración fría y la palidez son
    típicas de la lipotimia, desmayo o desvanecimiento. Se
    produce por un aporte insuficiente de sangre al cerebro y es
    temporal. Para restaurar la circulación cerebral se elevan
    los miembros inferiores o se sitúa la cabeza más
    baja que el corazón.
    Es necesario evitar que la víctima se enfríe. Tras
    la reanimación conviene que tome té o café
    caliente.

    El coma es un estado de
    falta de respuesta a estímulos externos. Viene provocado
    por una enfermedad o un traumatismo. El paciente comatoso
    sólo responde a determinados estímulos intensos; en
    el coma profundo no responde siquiera al dolor. Puede ser debido
    a un fallo cardiaco, a una hemorragia cerebral, a una epilepsia,
    a una descompensación diabética, a una fractura
    craneal, o a muchas otras situaciones urgentes. Los primeros
    auxilios se deben limitar a mantener tranquilo y cómodo al
    enfermo, aflojándole sus vestimentas y buscando ayuda
    médica. Si la cara enrojece, se pueden elevar ligeramente
    la cabeza y los hombros, y si palidece se pueden elevar los
    miembros inferiores. En la epilepsia hay que evitar las
    autolesiones (mordeduras de lengua) y los
    traumatismos. Si por cualquier motivo cesa la respiración
    se debe aplicar respiración artificial. Los
    diabéticos a menudo portan tarjetas de
    identificación que permiten identificar la posible causa
    del coma.

    Esguinces y fracturas

    Tanto el esguince como la fractura se acompañan
    de gran dolor e inflamación, pero la impotencia funcional
    (incapacidad para mover la zona afectada) y la deformidad son
    propias de las lesiones óseas. Hasta que se descarte una
    fractura, los esguinces graves se deben tratar como lesiones
    óseas; sólo la radiografía puede confirmar
    el diagnóstico.

    En la fractura, el hueso absorbe la energía del
    traumatismo, perdiendo su integridad estructural. En el esguince
    el traumatismo es absorbido por una articulación,
    distendiéndose o rompiéndose las fibras de un
    ligamento o la cápsula articular. Como un movimiento muy
    leve produce dolor intenso, no se debe manipular la extremidad
    afectada ni intentar "enderezarla" ni corregir la deformidad.
    Esto, además, puede aumentar la lesión de partes
    blandas, producidas por los extremos óseos fracturados al
    moverse; este fenómeno cobra especial importancia en el
    caso de los vasos y los nervios. La incorrecta
    manipulación de un miembro fracturado puede hacer que los
    picos y biseles de la fractura desgarren arterias, venas o
    nervios. Sólo se debe inmovilizar el miembro en la
    posición en que se encuentra, preferiblemente con
    férulas. Éstas se pueden improvisar con tablas o
    cartón y afianzarlas al miembro con tiras de
    tela.

    Si la cabeza o el tronco de la víctima se
    encuentran doblados o torsionados en posición antinatural
    se debe sospechar inmediatamente de una fractura o
    luxación de la columna vertebral. De ningún modo se
    debe intentar corregir la deformidad o mover el tronco. Otros
    síntomas de lesión vertebral son el dolor agudo en
    la espalda o el cuello y la parálisis en las extremidades
    inferiores. Todo accidentado sospechoso de presentar una
    lesión vertebral debe ser manejado en estricta
    inmovilidad, transportado "en tabla", preferiblemente por varios
    socorristas, y mejor aún sobre una superficie dura y plana
    (una puerta, una banqueta trasera de coche,…).

    Mordeduras

    Las mordeduras más frecuentes son de perros, gatos,
    serpientes y pequeños roedores como las ratas y las
    ardillas. También se ven en ocasiones mordeduras
    humanas.

    Las mordeduras de serpientes no venenosas no requieren
    más que el tratamiento habitual de las mordeduras: no
    suturarlas, limpieza e irrigación, aplicación de
    antisépticos, profilaxis antitetánica y la
    vigilancia de la herida. Como cualquier mordedura puede
    infectarse, es recomendable en ellas la profilaxis
    antibiótica. Las mordeduras de serpientes venenosas
    requieren primeros auxilios y atención hospitalaria de la
    máxima urgencia.

    Los síntomas de una mordedura de serpiente
    venenosa dependen de la especie del reptil. Los crótalos,
    la Agkistrodon contortis y la Agkistrodon piscivorus, inyectan un
    veneno que destruye los vasos sanguíneos; la herida
    desarrolla inmediatamente un dolor intenso e inflamación.
    Si la cantidad de veneno es grande la hinchazón llega a
    ser tan pronunciada que rompe la piel. La decoloración de
    los tejidos
    circundantes es un signo patognomónico de mordedura por
    estas serpientes. El paciente se siente mareado y con
    náuseas y puede desarrollar un shock. La mordedura de las
    serpientes del género Micrurus no causa dolor inmediato,
    pero su veneno ataca el sistema nervioso
    central paralizando órganos vitales como los pulmones.
    La identificación del tipo de serpiente es muy útil
    para administrar la antitoxina o suero anti-mordedura
    correspondiente.

    El objetivo del
    socorrista es evitar la difusión del veneno. Es necesario
    mantener inmóvil al paciente para evitar el aumento de la
    circulación local o sistémica. Si la mordedura se
    halla en una extremidad, se debe aplicar un torniquete de 5 a 8
    cm por encima de la mordedura. Este torniquete no debe ser
    demasiado compresivo, pues es importante que la sangre siga
    manando de la mordedura en pequeñas cantidades.

    Otro método
    para retardar la circulación del veneno es mantener en
    declive la parte mordida. Para aliviar el dolor se puede aplicar
    sobre la herida hielo o agua fría. La herida debe lavarse
    con abundante agua y jabón y secarse con mucho cuidado.
    Después debe aplicarse un apósito estéril o,
    en su defecto, limpio. Lo ideal es la inyección precoz de
    la antitoxina correspondiente.

     

     

    Autor:

    José Emiro Vela

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