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Taenia Solium




Enviado por cesar1



    INTRODUCCION

    Al ser la teniosis, cisticercosis y neurocisticercosis
    las enfermedades parasitarias
    más frecuentes que afectan al sistema nervioso central,
    ocasionadas por Taenia solium consideramos de suma importancia su
    estudio epidemiológico de diagnostico y tratamiento, ya que
    la epidemiología estudia los mecanismos de transmisión,
    desarrollo y distribución de la
    enfermedad.

    Tomando en cuenta los factores tanto internos (edad,
    sexo, nutrición, inmunidad, color), externos (temperatura, humedad, altura,
    alimentación, alojamiento) y
    causales (vehículos y vectores).

    En este trabajo pretendemos dar un enfoque general sobre
    Taenia solium analizando algunos de los parámetros
    importantes como son su mortalidad, letalidad, incidencia,
    frecuencia, etc. Para conocer de esta forma el tipo de
    diagnostico que se debe realizar y la forma mas adecuada de
    seguir un tratamiento.

    GENERALIDADES

    El cestodo de Taenia solium es un gusano plano y
    segmentado que vive adherido por medio de las ventosas de su
    cabeza, a la mucosa de la parte proximal del intestino delgado
    del hombre.

    Este cestodo mide unos 3 metros de largo y vive más
    de 25 años, esta compuesto por una cabeza armada con 4
    ventosas y una doble corona de ganchos, un cuello angosto y un
    cuerpo elongado que consiste en varios cientos de proglotidos
    hermafroditas.

    El conocimiento del ciclo de vida de la Taenia
    solium es esencial para entender mejor la enfermedad. Una
    persona adquiere la teniosis
    intestinal por la ingestión de carne de cerdo
    inadecuadamente cocida con las fases larvarias de la Taenia
    solium conocida como cisticerco. Alrededor de los 2 meses
    después de la infestión la Taenia se ha desarrollado y
    libera diariamente en las heces del portador segmentos que
    contienen alrededor de 50 000 huevos cada uno.

    CARACTERÍSTICAS DE LOS
    CISTICERCOS:

    Los cisticercos son vesículas llenas de
    líquido que contienen en su interior un escolex invaginado.
    La pared de la vesícula es una estructura membranosa
    compuesta de tres capas, cuticular o externa, celular o media y
    reticular o interna. El escolex presenta una estructura similar a la de la
    T. solium adulta, con una cabeza o rostelo que presenta
    ventosas y ganchos y un rudimento de cuerpo, que incluye al canal
    espiral. Algunas de las proteínas de los cisticercos
    tienen propiedades antigénicas y estimulan la producción de
    antígenos específicos [54,55]. Sin embargo, estos
    antígenos no tienen mayor efecto en la protección
    contra la enfermedad ya que los cisticercos desarrollan una serie
    de mecanismo evasores que le permiten sobrevivir al ataque
    inmunológico del huésped. Entre esos mecanismos
    destacan el mimetismo molecular y la depresión de la inmunidad
    celular, la cual puede condicionar una serie de complicaciones en
    enfermos con cisticercosis.

    El aspecto macroscópico de los cisticercos
    varía dependiendo de su localización en el neuroeje.
    Los cisticercos parenquimatosos suelen ser pequeños y se
    localizan de preferencia en la corteza cerebral y en los
    gánglios básales debido a la gran vascularidad de estas
    áreas. Estos quistes rara vez miden más de 10mm de
    diámetro ya que la presión que ejerce el
    parénquima cerebral impide su crecimiento. Los cisticercos
    subaracnoideos pueden ser pequeños si se localizan en la
    profundidad de los surcos corticales o pueden alcanzar
    tamaños mayores de 5cm si están a nivel de las
    cisternas de LCR en la base del cráneo [58]. Los cisticercos
    ventriculares pueden ser pequeños o grandes, usualmente son
    únicos y se localizan e preferencia en el IV
    ventrículo; estos parásitos pueden estar adheridos a la
    capa ependimaria o encontrarse frotando libremente en las
    cavidades ventriculares. Los cisticercos espinales se localizan
    en el espacio subaracnoideo o en el parénquima medular y su
    aspecto macroscópico es similar al de los quistes
    localizados en el cerebro.

    EPIDEMIOLOGIA

    La teniosis y la cisticercosis ocasionadas por Taenia
    solium
    son problemas de salud pública que prevalecen tanto en
    áreas urbanas como rurales, donde se asocian a las
    prácticas tradicionales de crianza de cerdos, malas
    condiciones sanitarias e higiénicas, ignorancia y
    pobreza. La neurocisticercosis es la enfermedad
    parasitaria más frecuente del sistema nervioso central,
    representando una patología neurológica común,
    así como un serio problema de salud pública en diferentes países
    de América Latina, Africa y Asia Por otra parte, el aumento
    reciente en el turismo, los grandes movimientos de
    refugiados y la imigración masiva de individuos provenientes
    de áreas endémicas, ha condicionado un aumento en la
    frecuencia de la neurocisticercosis en países desarrollados,
    donde esta entidad era considerada una rareza en las últimas
    décadas. La prevalecía exacta de la neurocisticercosis
    es muy difícil de determinar en vista de la inespecificidad
    de sus manifestaciones clínicas y de la falta de una prueba
    completamente confiable y segura, que pueda ser utilizada en
    estudios epidemiológicos a gran escala.

    A finales del siglo pasado, la cisticercosis era
    prevalente en varios países Europeos; sin embargo, mejoras
    en los sistemas de salud pública produjeron una
    reducción considerable en su prevalecía . Luego de
    la segunda guerra mundial, debido
    al regreso masivo de tropas, se notó un incremento
    transitorio en la prevalecía de la cisticercosis en Alemania y Francia. De igual manera, el
    regreso de soldados provenientes de la India condicionó un
    incremento en el número de casos de cisticercosis en
    Inglaterra. Nuevamente, la
    implementación de medidas sanitarias redujo dicha
    prevalecía y en la actualidad, la cisticercosis es rara en
    dichas naciones. Por el contrario, esta entidad continúa
    endémica en ciertos países de Europa del este, así como en
    España y
    Portugal.

    La cisticercosis era una enfermedad rara en Los Estados Unidos de América, con menos de 150
    casos reportados hasta 1979. En la última década, la
    entrada masiva de imigrantes provenientes de América Latina ha
    condicionado un incremento importante de casos en dicho
    país, especialmente en los estados del suroeste, incluyendo
    Texas y California. Por otra parte, también se han reportado
    casos de neurocisticercosis en ciudadanos estadounidenses que
    nunca han estado en áreas
    endémicas ; en la mayoría de esos casos la fuente de
    infección ha sido un contacto portador asintomático de
    T. solium .

    En Africa y Asia, la naturaleza endémica de la
    taeniosis/cisticercosis se encuentra directamente relacionada con
    la tendencia religiosa y los hábitos alimenticios de sus
    habitantes. Debido a que el Koran prohibe el consumo de carne de cerdo,
    estas enfermedades son
    prácticamente inexistentes entre los Musulmanes. Por el
    contrario, la taeniosis y la cisticercosis son endémicas en
    países de Africa central, en la India y en el sudeste de
    Asia, donde la carne de cerdo
    es consumida sin control higiénico
    adecuado

    De igual manera, la cisticercosis en endémica en
    varios países de América Latina. En México, estudios de autopsia
    han demostrado que el 2,5% al 3,6% de la población tiene
    neurocisticercosis . La enfermedad es más prevalente en la
    zona geográfica denominada "El Bajío", lugar donde
    extensas plantaciones de frutas y vegetales alternan con grandes
    ranchos de ganado porcino. Por otra parte, diversos estudios
    revelan que la neurocisticercosis es causa importante de
    admisiones hospitalarias y de procedimientos
    neuroquirúrgicos en México.

    La cisticercosis también es endémica en
    Sudamérica, principalmente en Brasil, Colombia , Ecuador y Perú ; en dichos
    países, la neurocisticercosis es causa importante de
    epilepsia de inicio tardío . Al igual que en Asia y Africa, la endemia de la
    taeniosis/cisticercosis en América Latina se debe a las
    pobres condiciones socio-económicas de la mayoría de
    sus habitantes, así como al desconocimiento de la naturaleza de esta enfermedad y
    de su forma de adquisición .

    La contribución que tiene la cisticercosis humana
    en las tasas de morbilidad y mortalidad es resultado del desarrollo del cisticerco en
    el sistema nervioso central (SNC) .
    La prevalencia de cisticercosis es muy variable, depende
    fundamentalmente de factores socioeconómicos y culturales.
    No obstante, en las áreas endémicas la enfermedad
    comúnmente afecta a comunidades rurales y urbanas con
    patrones higiénicos bajos, aunque también puede
    encontrarse entre las clases medias y altas urbanas

    Para facilitar la comprensión de los mecanismos de
    transmisión, actualmente se han identificado secuencias de
    ADN en el genoma de la T.
    solium
    que pueden ser utilizadas para determinar relaciones
    filiales de cisticercos individuales por pruebas de amplificación
    aleatoria del ADN polimórfico (Random
    Amplification Polymorfic DNA ­RAPD) y por secuencias de
    microsatélites

    Cisticercosis

    La cisticercosis ha sido estudiada en el hombre, en el cerdo y en
    varios modelos, como se ha hecho con
    la Taenia crassiceps en ratones.19 Los metacéstodos
    presentan alrededor de ellos una reacción inflamatoria
    abundante y sobreviven durante largos periodos en su hospedero,
    probablemente porque los parásitos pueden estar regulando la
    respuesta inmune por medio de mecanismos de evasión, entre
    los que se han propuesto: la inactivación del

    complemento; la depresión de linfocitos; la
    liberación de factores lícitos para diferentes estirpes
    celulares (eosinófilos, macrófagos); factores
    inhibitorios de inflamación, y la presencia de un receptor
    para el fragmento Fc de las inmunoglobulinas.

    Se han realizado estudios histopatológicos de la
    reacción tisular en músculo y encéfalo de los
    cerdos infectados tanto natural como experimentalmente. Se ha
    encontrado que los metacéstodos permanecen viables por
    más tiempo en el encéfalo que en
    los músculos. En cerdos sacrificados entre los cuatro y seis
    meses, la reacción inflamatoria en músculos es
    granulomatosa y muchos cisticercos presentan grados variables de destrucción,
    mientras que en el tejido nervioso se conservan en forma
    vesicular con reacción inflamatoria leve.

    Los estudios sobre la inmunidad, su duración y la
    posibilidad de reinfección en el cerdo han mostrado que,
    después de retar a cerdos sanos con huevos de T.
    solium
    sus anticuerpos ­detectados por una técnica
    de ensayo inmunoenzimático
    (ELISA) e inmunoelectrotransferencia (IET)­ se elevan
    inmediatamente y comienzan a disminuir después de los tres
    meses de la infección; es decir, durante este tiempo el cerdo está
    protegido contra una nueva exposición. En cambio, en los cerdos con
    metacéstodos viables, los anticuerpos permanenecen
    moderadamente elevados y disminuyen a los nueve meses. Esto
    probablemente indica que durante el tiempo que dura la respuesta
    inflamatoria, los anticuerpos permenecen elevados, y disminuyen
    cuando la inflamación ha terminado.

    Las frecuencias de infecciones con T. solium
    informadas en México provienen de dos
    fuentes: la primera de ellas
    se refiere a las publicaciones científicas, donde las
    frecuencias varían de 0.2 a 3.4%.La segunda fuente proviene
    de las estadísticas oficiales,
    donde, de 1986 a 1990, se notificaron alrededor de 13 000 casos
    anuales. A partir de 1991 la notificación ha sido menor,
    pues se reportaron alrededor de 8 000 casos anuales
    de< > Taenia sp.

    Las estadísticas oficiales
    informan que las frecuencias más altas para Taenia
    sp
    . se presentan en el grupo de 5 a 14 años
    (35.3%), seguido por el de 1 a 4 años de edad, sin
    diferencias significativas por sexo; En cambio, los estudios
    epidemiológicos informan que el parásito adulto se
    presenta en todas las edades y que alcanza su pico en grupos de 16 a 45 años (edad
    económicamente productiva); asimismo, que las personas de
    sexo femenino son las que
    más frecuentemente presentan este parásito. Las
    diferencias encontradas se deben a que en las estadísticas oficiales
    sólo se refleja la demanda de servicios de salud, y en los estudios
    epidemiológicos se obtienen datos representativos del
    sexo y de todos los grupos de edad.

    Los primeros estudios para conocer la frecuencia de
    neurocisticercosis se realizaron en hospitales y en series de
    necropsias. En los estudios hospitalarios, México informó
    frecuencias de hasta 8.6 x 100 hospitaliza dos, y en las series
    de necropsias, de hasta 2 453 por 100 000 habitantes, y se
    señala que hasta 43.3% de los casos eran asintomáticos,
    y 80% fueron hallazgo de autopsia. Actualmente las estadísticas oficiales
    informan un promedio anual de 500 casos de cisticercosis, con una
    tasa nacional cruda de 0.6 por 100 000 habitantes. No existen
    diferencias por sexo y el grupo más afectado es el
    de 1 5 a 44 años de edad.

    Las prevalencias estimadas a partir de las cifras de
    cerdos que llegan a los rastros, indicador válido sólo
    para las explotaciones pecuarias tecnificadas y que no refleja el
    número de animales criados r&uacu
    te;sticamente y sacrificados de manera clandestina ­que son
    la mayor proporción­, informan una tasa cruda anual de
    0.22 x 100 cerdos (1991), pero los estudios al respecto exponen
    frecuencias que van de 1.4 a 4.0% por inspección de lengua, y de 4.1 a 7.0% por
    IET.

    Los estudios epidemiológicos de la cisticercosis
    porcina han mostrado que a mayor edad, mayor tasa de
    cisticercosis, con un pico máximo a los 11 meses,
    probablemente como consecuencia de la mayor exposición al
    parra acute;sitio, aunque se ha demostrado que a partir de los
    dos meses ya se encuentran metacéstodos en hígado, y de
    los cuatro a seis meses de edad, en músculo. Se ha
    encontrado que un mayor número de lechones de dos meses se
    infecta en la época de sequía cuando hace mucho
    calor. Este hecho se
    podría explicar si se conocieran las características del comportamiento de los cerdos,
    lo que a su vez sería útil para planear una
    campaña de prevención.

    Las condiciones sociales, económicas y culturales
    están intrínsecamente vinculadas con esta zoonosis, ya
    que en cada uno de los momentos del ciclo de vida del
    parásito existen actividades humanas involucradas en su
    reproducción. En primer lugar, puesto que la teniosis es una
    enfermedad exclusiva del humano, éste es el único
    responsable de la dispersión de los huevos del
    parásito; así, la defecación al aire libre y/o la inadecuada
    eliminación de excretas es la primera práctica de
    riesgo. En segundo lugar, una
    crianza de los cerdos que tolere o promueva el contacto de
    éstos con el excremento humano permite la infección del
    cerdo. La falta de control sanitario de la carne de
    cerdo, su manejo y los hábitos de alimentación que incluyen el consumo de esta carne en forma
    poco cocida o cruda, también son prácticas que
    contribuyen a la infección.

    La falta de higiene personal ­especialmente los
    hábitos relacionados con el lavado de manos antes de comer y
    después de ir al baño, el consumo de agua sin hervir y de alimentos sin lavar, así
    como su exposición a agentes que dispersan los huevos son
    prácticas que posibilitan la ingestión de éstos
    por el humano.

    El pleomorfismo clínico de la neurocisticercosis se
    debe, en gran parte, a la multiplicidad de lesiones que se
    producen en el sistema nervioso. Hemos descrito
    la diversidad de localización y aspecto de los cisticercos
    en el neuroeje. Por otra parte, la reacción inflamatoria
    desencadena una serie de cambios en el parénquima cerebral,
    el espacio subaracnoideo, las cavidades ventriculares y la
    médula espinal. Dicha reacción inflamatoria se
    encuentra constituída principalmente por linfocitos,
    células plasmáticas
    y eosinófilos, se asocia con diversos grados de edema y
    gliosis reactiva y varía dependiendo del grado de
    involución de los cisticercos.

    Los cisticercos localizados en el espacio subaracnoideo
    desencadenan una intensa reacción inflamatoria perilesional,
    con formación de un denso exudado compuesto por fibras
    colágenas, linfocitos, células gigantes
    multinucleadas, eosinófilos y membranas parasitarias
    hialinizadas. Esto condiciona engrosamiento anormal de las
    leptomeninges en la base del cráneo, el cual puede
    extenderse desde la región optoquiasmática hasta el
    agujero magno. El quiasma óptico, así como los
    demás nervios craneales que atraviesan el espacio
    subaracnoideo, se encuentran atrapados en este denso exudado. De
    igual manera, los agujeros de Luschka y Magendie pueden ocluirse
    con el subsecuente desarrollo de hidrocefalia.
    Los vasos sanguíneos que forman el polígono de Willis
    también se afectan por esta reacción y las paredes de
    las pequeñas arterias son invadidas por células inflamatorias, lo
    cual induce el desarrollo de endarteritis
    proliferativa con oclusión de la luz arterial.

    Los cisticercos ventriculares desencadenan una
    reacción inflamatoria localizada si se encuentran adheridos
    a los plexos coroideos o a la pared ventricular. En esos casos,
    las células ependimarias
    protruyen hacia el interior de las cavidades ventriculares y
    pueden bloquear la normal circulación de LCR a nivel del
    acueducto de Silvio o de los agujeros de Monro; este proceso, que suele
    acompañarse de hidrocefalia, se denomina ependimitis
    granular . Los cisticercos espinales también pueden
    desencadenar cambios inflamatorios y desmielinizantes a nivel de
    las raíces nerviosas ventrales y dorsales al igual que los
    cisticercos intracraneales lo hacen con los nervios craneales. De
    igual manera, los cambios que se producen en el parénquima
    medular son similares a los observados en el parénquima
    cerebral.

    La cisticercosis es una enfermedad pleomórfica.
    Dicho pleomorfismo se debe a diferencias individuales en el
    número y localización de los parásitos, así
    como a la amplia variación que existe en la respuesta inmune
    del huésped frente al parásito. La epilepsia es la
    manifestación clínica más frecuente de la
    neurocisticercosis, observándosela en el 50% a 80% de los
    casos, particularmente en pacientes con compromiso de
    parénquima cerebral. En regiones donde la cisticercosis es
    endémica, la presencia de crisis convulsivas de inicio
    reciente en sujetos mayores de 25 años de edad (epilepsia de
    inicio tardío), es altamente sugestiva de
    neurocisticercosis. La mayoría de estos enfermos tienen un
    examen neurológico normal y se presentan con crisis convulsivas
    tónico-clónicas generalizadas; por lo tanto, la
    práctica de estudios de neuroimagen es de fundamental
    importancia en todo paciente con epilepsia de inicio tardío
    con el objeto de confirmar o descartar la sospecha clínica
    de neurocisticercosis.

    Se han descrito una gran variedad de signos
    neurológicos focales en enfermos con neurocisticercosis,
    particularmente en aquellos con quistes localizados en áreas
    cerebrales elocuentes. Los signos más frecuentes incluyen:
    deficit motor, signos de liberación
    piramidal, ataxia cerebelosa, signos de disfunción de tallo
    cerebral y movimientos involuntarios. Estas manifestaciones
    usualmente siguen un curso progresivo, por lo que es difícil
    el diagnóstico diferencial
    con neoplasias o con otros procesos infecciosos del
    sistema nervioso. En algunos
    casos los signos focales aparecen en forma súbita,
    especialmente cuando se relacionan con infartos cerebrales
    secundarios a angeitis cisticercosa .

    Algunos enfermos presentan evidencia clínica de
    hipertensión endocraneal, la cual puede o no asociarse con
    crisis convulsivas, con signos
    focales o con alteraciones mentales. La causa más frecuente
    de este síndrome es la hidrocefalia, la cual puede ser
    secundaria a aracnoiditis cisticercosa, ependimitis granular o
    quistes ventriculares. En la mayoría de los casos la
    hipertensión endocraneal sigue un curso lentamente
    progresivo, el cual puede interrumpirse por episodios
    súbitos de pérdida de conciencia relacionados con
    movimientos de la cabeza (síndrome de Bruns), cuando la
    causa de la hidrocefalia es un cisticerco en el IV
    ventrículo. Otras formas de neurocisticercosis que se
    asocian con hipertensión endocraneal son los quistes
    subaracnoideos gigantes y la encefalitis cisticercosa. Esta
    última es una forma particularmente grave de
    neurocisticercosis que ocurre como resultado de la infección
    masiva de cisticercos al parénquima cerebral con la
    subsecuente intensa reacción inflamatoria del huésped;
    la encefalitis cisticercosa es más frecuente en niños y
    mujeres jóvenes y se caracteriza por deterioro de conciencia, crisis convulsivas,
    disminución de agudeza visual, cefalea, vómitos y papiledema.

    Las manifestaciones clínicas de la
    neurocisticercosis espinal también son inespecíficas.
    La aracnoiditis se manifiesta por dolor radicular asociado con
    debilidad muscular, la cual sigue un patrón de distribución sugestivo de
    afección de múltiples raíces nerviosas. Los
    quistes parenquimatosos suelen condicionar un cuadro de mielitis
    transversa, con trastornos esfinterianos así como
    alteraciones motoras y sensitivas por debajo del sitio de la
    lesión.

    DIAGNOSTICO

    La teniosis generalmente es asintomática, ya que
    produce daño mínimo en la mucosa intestinal. El
    diagnóstico se realiza
    por la identificación de proglótidos expulsados en el
    excremento, los cuales deben ser observados al microscopio para la
    identificación de la especie, o bien, por el análisis de los huevos
    mediante técnicas coproparasitoscópicas de
    sedimentación y flotación, cuya sensibilidad no es
    mayor de 60%.

    Con la finalidad de desarrollar pruebas rápidas,
    sensibles y específicas que permitan detectar a los
    portadores de Taenia sp. Aún en etapa prepatente de
    la infección, se ha estandarizado un ELISA de captura de
    antígenos de tenia en heces de personas infectadas y de
    animales infectados
    experimentalmente,37 con alta sensibilidad (100%) y especificidad
    (94%); pero esta técnica no permite distinguir entre T.
    solium
    y T. saginata .

    Cisticercosis humana

    El periodo entre la infección inicial y la
    aparición de los síntomas es muy variable; éste
    puede ser de algunos meses o de varios años. En los
    países latinoamericanos la ubicación principal de los
    cisticercos es el SNC. La expresión clínica de la
    cisticercosis es polimórfica; la enfermedad puede ser desde
    asintomática hasta incapacitante y en ocasiones mortal. El
    cuadro clínico depende de si la cisticercosis es
    subcutánea, muscular u ocular. Cuando afecta al SNC las
    manifestaciones dependen del número, localización y
    estado evolutivo del
    parásito; las más comunes son epilepsia de inicio
    tardío y cefalea. Su localización más común
    es la subaracnoidea, seguida de la parenquimatosa. Actualmente el
    diagnóstico se debe
    apoyar con estudios de imágenes: la tomografía
    computarizada (TC), así como la resonancia magnética
    (RM). Esta última es considerada como la técnica de
    elección en la práctica clínica, ya que es
    más sensible que la TC para diagnóstico de
    neurocisticercosis activa. Desafortunadamente estas técnicas
    de imagen no son accesibles para
    la mayor parte de la población que padece la
    enfermedad; por ello se están desarrollando pruebas diagnósticas,
    económicas y prácticas, orientadas a la
    identificación oacute;n de anticuerpos del cisticerco. La
    técnica que actualmente ha mostrado mayor sensibilidad (99%)
    y especificidad (99%) es una basada en la IET. Si la prueba es
    utilizada en líquido cefalorraquídeo existe la certeza
    de que se trata de neurocisticercosis, pero si se realiza en
    suero, un resultado positivo no necesariamente indica la
    enfermedad, sino el contacto con el parásito; por ello se
    están evaluando ensayos que determinan la
    presencia de antígeno parasitario para distinguir entre las
    infecciones activas y las inactivas o la exposición al
    parásito.

    Cisticercosis porcina

    El diagnóstico se puede
    realizar antemortem (en pie) o posmortem (en la
    canal). El diagnóstico antemortem se lleva a cabo con
    un examen visual y con la palpación de la lengua en búsqueda de
    cisticercos. Con este método sólo puede ser
    detectado un pequeño número de animales afectados. En el
    último quinquenio, se han estudiado pruebas diagnósticas como
    el ELISA y la IET, y se ha encontrado que esta última tiene
    una sensibilidad y especificidad de hasta 100%.45 El
    diagnóstico posmortem se realiza generalmente en
    rastros, para lo que se hacen cortes en los músculos y
    vísceras en búsqueda de cisticercos ; aun cuando se
    realiza la inspección en forma esmerada, algunas infecciones
    leves llegan a pasar desapercibidas, generalmente cuando hay
    menos de 10 cisticercos.

    La Tomografía Axial Computada (TAC) y la Resonancia
    Magnética (RM) son ambos métodos de diagnóstico
    capaces de detectar los hallazgos característicos o altamente
    sugestivos de neurocisticercosis y, además, son muy
    útiles en el seguimiento de la respuesta al
    tratamiento.

    Sin embargo, la eficiencia de cada método depende del estadio y
    ubicación anatómica de la enfermedad. Así, la TAC
    y la RM son equivalentes para la detección de la
    mayoría de los quistes parenquimatosos y granulomas. La
    Resonancia Magnética es mejor para la documentación de
    lesiones quísticas ubicadas en la fosa posterior, el tallo
    cerebral, el espacio subracnoideo supratentorial o dentro de los
    ventrículos cerebrales, las cuales son áreas
    comúnmente silentes en la TAC. Las lesiones calcificadas
    sólo son evidenciables en la Tomografía Axial
    Computarizada, e incluso en algunos casos es posible diferenciar
    los granulomas cisticercósicos de otros tipos de
    granulomas.

    El diagnóstico diferencial de la neurocisticercosis
    incluye a todas aquellas entidades que frecuentemente se asocian
    con manifestaciones del tipo de meningitis crónica,
    hidrocefalia, lesiones ocupantes de espacio parenquimatosas o la
    combinación de cualquiera de ellas.

    Unicamente la interpretación correcta de los
    exámenes de neuroimagen e inmunológicos permite el
    diagnóstico de la cisticercosis. Por otra parte, la
    presencia de cisticercosis extracerebral facilita
    considerablemente el diagnóstico de esta entidad en
    pacientes con manifestaciones neurológicas y hallazgos de
    neuroimagen sugestivos más no concluyentes. Fuera del
    neuroeje, los cisticercos pueden localizarse en el globo ocular
    donde son visualizados mediante examen oftalmoscópico o en
    los músculos esqueléticos o el tejido celular
    subcutáneo, donde pueden identificarse mediante
    radiografías simples o incluso a la palpación. Es
    importante recordar, sin embargo, que no todos los nódulos
    subcutáneos palpables son cisticercos (aún en areas
    donde esta enfermedad es endémica).

    Estudios de neuroimagen:

    Tanto la TC como la IRM facilitan el diagnóstico de
    la neurocisticercosis ya que permiten visualizar el número y
    localización de los parásitos así como su
    estadío evolutivo. De hecho, los hallazgos de TC e IRM en la
    neurocisticercosis parenquimatosa dependen fundamentalmente del
    grado de viabilidad de los cisticercos. De estos hallazgos, los
    más característicos son las
    lesiones quísticas bien definidas en las que es posible
    identificar el escolex en su interior y las calcificaciones
    puntiformes múltiples. Por el contrario, las lesiones
    anulares (únicas o múltiples) no son específicas y
    representan un problema diagnóstico). Diversas entidades,
    incluyendo abscesos cerebrales, tuberculomas y neoplasias
    primarias o secundarias del sistema nervioso pueden cursar
    con lesiones similares en TC o IRM. En algunos de estos casos, ni
    siquiera la práctica de otros exámenes complementarios
    tales como angiografía o estudio de LCR permiten un
    diagnóstico certero. Como se describirá más
    adelante, un ensayo terapéutico con
    drogas anticisticercosas es de
    gran utilidad en estos casos y
    representa una alternativa intermedia entre la actitud nihilistica
    frente a estas lesions, propuesta por algunos autores, y la
    biopsia rutinaria, sugerida por otros.

    La TC y la IRM en pacientes con neurocisticercosis
    meníngea suelen revelar hidrocefalia, captación anormal
    del contraste en las leptomeninges basales, quistes
    subaracnoideos e infartos cerebrales. En los pacientes con
    infarto, la angiografía puede mostrar estenosis segmentaria
    u oclusión de arterias intracraneales de mediano calibre.
    Con excepción de las lesiones quísticas, la
    mayoría de los hallazgos de neuroimagen en la
    neurocisticercosis meníngea no son específicos y pueden
    observarse en otro tipo de infecciones del sistema nervioso. En estos casos,
    el análisis citoquímico
    del LCR es de fundamental importancia para el diagnóstico
    correcto; los niveles de glucosa en LCR suelen ser normales en
    pacientes con neurocisticercosis a diferencia de lo observado en
    pacientes con meningitis tuberculosa o micótica, en los que
    usualmente existe hipoglucorraquia. De igual manera, las pruebas inmunológicas
    destinadas a la detección de anticuerpos anticisticerco son
    de gran utilidad en el diagnóstico
    de la neurocisticercosis meníngea.

    Los cisticercos ventriculares se visualizan como
    lesiones quísticas que distorcionan el sistema ventricular y producen
    hidrocefalia asimétrica. Estos quistes suelen ser isodensos
    con el LCR y no se aprecian bien con TC, por lo que suele ser
    necesaria la administración de medio
    de contraste intratecal para confirmar el diagnóstico . La
    IRM permite una mejor visualización de estas lesiones ya que
    el escolex puede ser identificado y la señal del
    líquido vesicular suele ser distinta a la del LCR en los
    cortes potenciados en T2 .

    En términos generales, la IRM es mejor que la TC
    para el diagnóstico de la neurocisticercosis, especialmente
    en pacientes con lesiones quísticas en la base del
    cráneo, tallo cerebral, cavidades ventriculares y
    médula espinal. Sin embargo, una limitación importante
    de la IRM es su mala resolución para detectar pequeñas
    calcificaciones parenquimatosas. Debido a que muchos pacientes
    con epilepsia y neurocisticercosis presentan calcificaciones como
    única evidencia de la enfermedad, la práctica exclusiva
    de IRM puede condicionar errores diagnósticos. La TC es el
    método de imagen de elección para el
    estudio de pacientes con probable neurocisticercosis; la IRM debe
    reservarse para aquellos casos con TC normal o en los que el
    aspecto tomográfico de las lesiones no sea
    concluyente.

    Pruebas
    inmunológicas
    :

    Existen varias pruebas destinadas a la detección de
    anticuerpos anticisticerco en sangre, saliva y LCR, entre las
    que destacan la reacción de fijación de complemento,
    el ensayo inmunoabsorbente
    ligado a enzimas (ELISA) y el inmunoblot.
    Estas pruebas son un complemento importante de los estudios de
    neuroimagen, pero nunca deben ser utilizadas en forma aislada
    para confirmar o descatar el diagnóstico de
    neurocisticercosis debido al elevado porcentaje de resultados
    falso-positivos y falso-negativos. De las pruebas
    serológicas, la más fidedigna es el inmunoblot. A pesar
    que se ha sugerido que el inmunoblot es 100% específico y
    98% sensible para el diagnóstico de neurocisticercosis, es
    importante recordar que los pacientes con taeniosis o aquellos
    que tienen cisticercos musculares presentan resultados positivos
    en sangre, sin que eso signifique
    que tengan neurocisticercosis. Algo similar ocurre con el ELISA,
    cuya certeza diagnóstica en suero es
    decepcionante.

    La práctica de pruebas inmunológicas en LCR
    suele ser más confiable que en suero; sin embargo, la
    positividad de dichas pruebas se relaciona directamente con la
    viabilidad y la localización de los cisticercos. Tanto la
    reacción de fijación de complemento como el ELISA son
    muy sensibles en la neurocisticercosis meníngea; esta
    sensibilidad declina considerablemente en la neurocisticercosis
    parenquimatosa, particularmente si las lesiones se encuentran
    calcificadas .

    Para el desarrollo de mejores métodos de diagnóstico
    inmunológico de la teniosis se está estudiando la
    relación hospedero-parásito en el hamster dorado;
    así se ha demostrado que el hospedero desarrolla una
    respuesta inmune humoral sistémica contra la tenia, y en el
    intestino, los anticuerpos de clase IgG aumentan al momento en
    que la tenia es expulsada. Aún no se ha logrado el
    desarrollo de tenias grávidas, es decir, productoras de
    huevos, por lo que se están empleando otros modelos experimentales como
    jerbos y monos Maccacus rhesus

    Exámenes de laboratorio:

    Hemoleucograma y sedimentación.

    Eosinofilia periférica 12-60%.

    Coprológico.

    Teniasis 33% directo.

    ELISA suero para cisticercosis.

    Títulos superiores 1:64

    Punción lumbar.

    Citoquímico LCR: pleocitosis
    linfocítica.

    ELISA para cisticercosis. ( Títulos superiores
    1:8)

    Western blot para cisticercosis.

    Sensible 87%, específico 100%.

    AYUDAS DIAGNÓSTICAS:

    TC Simple y contrastado:

    • Determina:
    • Tamaño, localización y número de
      lesiones.
    • Captación del medio de contraste.
    • Calcificaciones.
    • Presencia de hidrocefalia concomitante.

    RM :

    • Mayor sensibilidad y especificidad
    • Evalúa compromiso subaracnoideo, ventricular o
      espinal.

    CLASIFICACIÓN POR ESTADÍO:

    a. Estado
    encefalítico.

    b. Estado quístico
    (cellulosae)

    Parenquimatoso 60%

    Subaracnoideo 40%

    Ventricular 10%

    Mixto 50%

    Espinal 1%

    c. Estado racemoso
    cisternal.

    d. Estado parcialmente degenerado.

    e. Estado totalmente degenerado ó
    calcificado.

    TRATAMIENTO

    MANEJO:

    1. Esteroides: Dexametasona 16 mg/día.

      Albendazol: 15 mg/kg./día 2 semanas.

      Anticonvulsivantes: Epamín 300
      mg/día.

    2. Estado encefalítico agudo:

      Unico o múltiple: Albendazol.

      Unico 2 cm. Produciendo focalización:
      Qx.

      Racemoso cisternal: Qx.

      Ventricular: Ocasional repuesta al tratamiento
      médico, casi siempre requieren cirugía ó
      neuroendoscopia según la localización.

    3. Estado quístico:

      Albendazol.

    4. Estado parcialmente
      degenerado:
    5. Estado totalmente degenerado:

    No tratar, anticonvulsivante sólo en presencia de
    convulsiones.

    Las indicaciones para el manejo quirúrgico en
    general son:

    • Quiste Mayor 2 cm. que produce síntoma
      focal.
    • Hidrocefalia.
    • Compresión espinal.
    • Neurocisticercosis racemosa.

     

    TRATAMIENTO DE TENIASIS

    Comprimidos

    COMPOSICION

    Cada comprimido contiene:

    Praziquantel ………………… 150 mg

    PROPIEDADES

    CESOL, penetra rápidamente en el parásito, el
    cual es capaz de concentrarlo en su organismo, sin conseguir
    metabolizarlo. A los pocos segundos y con bajas
    concentraciones, el verme adulto presenta una parálisis
    espástica, debida a la interferencia de la droga con los mecanismos
    reguladores de la contractibilidad.

    CESOL, produce un rápido aumento del pasaje de Ca++
    al interior de las células del parásito,
    acarreando una hipertonía muscular. También inhibe la
    captación de glucosa por el parásito, forzándolo
    a consumir sus propias reservas de glucógeno.

    POSOLOGIA

    La dosificación recomendada es de 10 mg/kg para
    teniasis y 20 mg/kg para himenolepiasis, de acuerdo a la
    siguiente tabla:

    DOSIS

    TENNIA

    HIMENOLEPIASIS

    NIÑOS 2 A 10
    AÑOS

    1 COMPRIMIDO

    2 COMPRIMIDOS

    NIÑOS 6 A 12
    AÑOS

    2 COMPRIMIDOS

    4 COMPRIMIDOS

    ADULTOS

    4 COMPRIMIDOS

    8 COMPRIMIDOS

     

    Hipersensibilidad al medicamento. Cisticercosis ocular.
    Debe administrarse con precaución durante el embarazo y en insuficiencia
    hepática o renal severas. Cesol no debe usarse en el
    tratamiento de la neurocisticercosis. En esta indicación
    deberá usarse .

    EFECTOS SECUNDARIOS

    Tras la ingestión de CESOL pueden presentarse
    ocasionalmente trastornos abdominales, dolor de cabeza,
    náuseas y en casos raros, reacciones alérgicas.
    Estas molestias son generalmente pasajeras y no requieren
    tratamiento específico.

    Los primeros resultados de este ensayo fueron publicados en
    1993 en la revista American Journal of
    Tropical Medicine and Hygiene
    , en el volumen 49(4):502-512 (Molinari
    et al.). En esta publicación, se reporta que el uso
    sistemático (inmunización de cerdos cada 4 meses
    durante un año con una dósis única de 250
    µg/cerdo por vía intramuscular) en dos de las
    poblaciones con una incidencia media del 5.1+/-0.3% de
    cisticercosis porcina al inicio del trabajo, condujo al
    término de la investigación a la
    declinación de la prevalecía a 0%. En una segunda
    prueba, con una dósis única menor (150 µg/cerdo
    por vía intramuscular) cada año durante tres años,
    en cuatro de las 12 poblaciones estudiadas declinó la
    prevalecía media inicial del 2.4% al 0.45% al término
    del trabajo (Molinari et al. Veterinary Parasitology en
    prensa).

    Se pretende que un esfuerzo de esta magnitud genere
    centros de producción de la vacuna
    en los laboratorios de las Universidades estatales y fomentar su
    aplicación en las zonas endémicas de cisticercosis
    cercanas. En consecuencia, se intenta instrumentar una importante
    medida en el control de la cisticercosis en
    nuestro país.

    Teniosis

    La droga de elección es la
    niclosamida, que actúa directamente sobre los
    proglótidos, haciéndolos susceptibles a la acción
    de las enzimas proteolíticas del
    huésped. No tiene acción contra los huevos ni contra
    los cisticercos. Se ha sugerido que el medicamento puede exponer
    al paciente al riesgo de contraer cisticercosis,
    pues destruye los proglótidos y libera los huevos dentro de
    la luz intestinal, por lo que la
    administración de un
    laxante una o dos horas después del tratamiento es obligada,
    así como la disposición adecuada de excretas. Esta
    droga no existe en el mercado mexicano.

    El praziquantel es la segunda droga de elección. No se
    conoce bien su mecanismo de acción; se sugiere que lesiona
    el tegumento del parásito adulto y de la larva interfiriendo
    con los canales iónicos principal mente del calcio. Es bien
    tolerada, tiene una toxicidad baja y mínimos efectos
    secundarios, con una eficacia del 100%. En un estudio
    realizado en México, donde se
    ofreció tratamiento masivo con esta droga, se observó que 3
    .2% de los 5 723 individuos tratados desarrollaron algún
    síntoma secundario (dolor abdominal, náusea,
    mito o cefalea). Existe la
    posibilidad de que la neurocistecercosis se active en enfermos
    aparentemente asintomáticos; esto se presentó en una
    niña de 12 años con antecedentes de cefalea
    esporádica y problemas del comportamiento quien, al tomar
    el medicamento en una dosis 150 veces menor a la recomendada para
    neurocisticercosis, tuvo exacerbación de la cefalea por tres
    días consecutivos. Una RM mostró un gran número de
    cisticercos viables pequeños, pero actualmente se encuentra
    sana. Este medicamento está disponible en el mercado.

    El albendazol es la tercera droga de elección,
    sobre todo en menores de cinco años de edad. Es bien
    tolerada y produce efectos secundarios mínimos. La ventaja
    de este medicamento es que no sólo actúa contra la
    Taenia sp., sino también contra la mayor parte de
    otros helmintos y nemátodos frecuentes. Su desventaja es que
    debe administrarse durante tres días
    consecutivos.

    CONCLUSIONES

    Es importante el conocimiento de los
    cuidados que se deben de tomar en cuenta para evitar la
    infecciòn con Taenia solium ya que es causante de
    neurocisticercosis que afectan principalmente el sistema nervioso
    central.

    Es adecuado tener conocimientos sobre el ciclo biologico
    que tiene la Tenia solium ya que es de esta forma donde se lleva
    a cabo la parasitosis

    El empleo de procedimientos de diagnosticos
    especializados y avanzados nos permiter disminuir uno de los
    parametros inportantes como es la mortalidad.

    De los tratamientos mencionados el màs eficaz , de
    facìl administraciòn y adecuado es el
    prazicuantel

    Se sigue estudiando màs sobre la Taenia solium . El
    INSP esta realizando un proyecto cuyo objetivo principal es
    estimular los efectos de la educaciòn para la salud y el tratamiento masivo.

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      No.4
    21. Quimioterapia de la cisticercosis. Clemente
      Robles, Noe Vargas. Gac Mèd. Mèx. Vol 133
      No.2
    22. Neurocisticercosis de localizaciòn en el
      cuarto ventriculo. Alfonso Escobar. Rosalba Vega. Gac Mèd.
      Mèx. Vol 134 No.3

     

     

    Autor:

    Cesar Arizmendi

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