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Bandas juveniles




Enviado por discriminatrix



Partes: 1, 2

     

    Indice
    1.
    Violencia juvenil

    2. Transición
    moral

    3. El medio y la función
    policial la problemática argentina.

    4. La violencia en las
    escuelas

    5.
    Conclusión

    6.
    Bibliografía

    1. Violencia
    juvenil

    Al enfocar el tema sobre la violencia
    juvenil conviene mencionar: que la agresividad del hombre es algo
    innegable. La agresividad es uno de los componentes afectivos
    humanos, se manifiesta mas o menos veladamente.
    Durante largo tiempo se
    pensó que el niño era una criatura blanda y pura y
    se minimizaron sus reacciones agresivas. En nuestro tiempo o en la
    actualidad sabemos que desde muy temprano se manifiestan sus
    pulsiones agresivas.
    La agresividad puede considerarse como un periodo pasajero o como
    parte de la evolución de la persona, sin
    embargo vemos que el ambiente tiene
    importancia ya que influye en el comportamiento
    agresivo.
    Los delitos de
    violencia parecen haber aumentado en niños y
    adolescentes
    en gran proporción dada que la tasa de frecuencia de la
    delincuencia
    juvenil son a veces demasiado elevadas en el mundo
    entero.
    Según algunos investigadores este alto y severo incremento
    de la delincuencia y
    violencia juvenil coinciden sobre todo con los primeros
    años de las posguerras. La violencia va íntimamente
    unida a la delincuencia
    juvenil y para comprender este problema tenemos que
    considerar los factores sociales, el ambiente
    familiar y la
    organización propia del delincuente. Al hablar de
    delincuencia
    juvenil estamos mencionando un subgrupo de jóvenes cuya
    conducta no se
    guía por unos cauces socialmente aceptados ni sigue la
    misma pauta de integración de la mayoría sino que
    por el contrario da lugar a un tipo de actividades que los
    sitúa en franca oposición con la legalidad. Estas
    actividades o delitos mayores
    son los asaltos, homicidios, violaciones, drogadicción, etc. o delitos menores por
    robos, apropiación de vehículos, etc.
    La conducta
    delictiva juvenil suele comenzar hacia los 13 o 14 años y
    alcanza su punto culminante entre los 17 y 19 años. Que la
    delincuencia continua ligada a la miseria, su practica se ha
    extendido últimamente a los grupos
    socioeconómicos medios y
    altos.
    Sabemos que los jóvenes se sienten atraídos por las
    masas porque al integrarse al grupo afirman
    su personalidad a
    través de las acciones del
    grupo y
    además logran conseguir lo que quiere ya que en las masas,
    confluyen la violencia organizada de los miembros y la actividad
    delictiva mas o menos planificada y dirigida a un fin.
    Esta labor con los jóvenes es realmente difícil ya
    que la reinserción no será eficaz si en ella no
    colaboran todos los estamentos sociales que puedan aportar ayuda
    y facilitar la incorporación del joven a la vida
    publica.

    2. Transición
    moral

    Introducción
    Al adolescente se le plantea la independencia
    como algo que debe conquistar para poder entrar a
    formar parte del mundo de los adultos y dejar atrás la
    etapa infantil. Un adulto toma sus propias decisiones, elige su
    vestuario, decide que quiere comer, cuando ha de dormir y que va
    a comprar. El adolescente se preocupa por conseguir que estas
    conductas independientes pasen a formar parte de su propio
    repertorio, con la esperanza de que le aseguren una
    posición en el mundo de los mayores.
    Dos son las principales fuentes de
    esta poderosa motivación
    que le inspira la búsqueda de la independencia:
    por una parte, las presiones sociales, y por otra parte, la
    identificación con la independencia que observa en los
    modelos
    adultos. Pero sus demandas chocan fuertemente con la arraigada
    conducta de dependencia propia del estado
    infantil, convirtiéndose en motivo de permanentes conflictos que
    hacen que los jóvenes se sientan inseguros y confundidos
    ante tan anhelada libertad.
    Así pues, aunque la desean fervientemente, no desean menos
    conservar la seguridad y la
    falta de responsabilidad que va ligada a la
    situación dependiente (pero ciertamente confortable en
    otros aspectos) del niño.
    Tres son las libertades básicas que los adolescentes
    exigen a sus padres: libertad de
    salidas y horarios, libertad para adoptar y defender una ideología propia y libertad para elegir y
    vivir un amor y una
    profesión.
    Estas libertades que los adolescentes anhelan dependen de los
    limites que los padres establezcan con sus hijos, de
    lasrelaciones padre- hijo. Que tendrán consecuencias en el
    desarrollo de
    los adolescentes ya sean positivas o negativas de acuerdo al tipo
    de limites impuestos.

    Objetivos generales:
    Analizar la importancia de los limites en la adolescencia.
    Analizar la influencia de la familia,
    amigos, y la sociedad en
    general en el desarrollo del
    adolescente.
    Reconocer la importancia de los valores
    que se le trasmiten al adolescente para un comportamiento
    adecuado en la sociedad.

    Objetivos específicos:
    Conocer el significado de moralidad
    Conocer la función de
    la disciplina en
    el desarrollo moral
    Conocer las causas de la delincuencia juvenil
    Moralidad, valores y
    dirección propia
    La formación de estos tres componentes tiene las
    siguientes características:
    El adolescente pone a prueba las reglas y los limites.
    Aumenta su capacidad para pensar en manera abstracta.
    Desarrolla sus ideales y selecciona modelos de
    comportamiento.
    Tiene mas conciencia de sus
    actos y de los demás.
    Se experimenta con el sexo y
    las drogas
    como el alcohol,
    cigarrillos y marihuana.
    Los adolescentes varían muy poco con relación a lo
    anteriormente descrito, pero las emociones y el
    comportamiento descrito antes son, en general, considerados
    normales para cada fase de la adolescencia.

    Significado de moralidad
    Moralidad deriva de la palabra latina moralis; Quiere decir
    "costumbre, maneras o pautas de conducta que se conforman a las
    normas del
    grupo".
    En toda edad, se juzga al individuo por el grado en que se
    aproxima a las normas del grupo;
    la mayor o menor conformidad hace que se lo tilde de "moral" o
    "inmoral". Las expectativas del grupo están definidas en
    sus reglas y leyes; ambas de
    basan en las costumbres que prevalecen en el grupo.
    Si el adolescente se conforma a las reglas y leyes de la
    sociedad, el medio lo considera una persona moral. Incluso
    cuando esta en desacuerdo con tales prescripciones, a menudo se
    adecua a ellas porque se da cuenta que es la actitud
    más cuerda.
    La persona inmoral es aquella que deja de conformarse a las
    costumbres, reglas y leyes del grupo porque no está de
    acuerdo con los estándares de este o porque se siente poco
    obligada a su respecto.

    Principios de la transición a la moralidad
    adulta:
    La moralidad se desarrollo y puede ser controlada y dirigida de
    manera que el individuo adquiera la capacidad de conformarse a
    las expectativas de su grupo.
    Para alcanzar la moralidad adulta se requiere de dos hechos
    esenciales: primero, el adolescente debe cambiar las actitudes y
    valores que
    componen sus conceptos morales de manera que satisfagan las
    exigencias mas maduras de una sociedad adulta. Y segundo,
    él mismo, debe asumir el control de su
    conducta.

    Cambios en los conceptos morales:
    De sus padres, de los adolescente y de otras personas revestidas
    de autoridad el
    niño aprende lo que se considera correcto y lo que se
    tiene por incorrecto. Los adultos interpretan para él los
    códigos morales de la comunidad y le
    aplican castigos cuando los viola. Los principales cimientos de
    los códigos morales se echan en el hogar, si bien la
    escuela y la
    iglesia
    también contribuyen.
    No importa cómo se forman los códigos morales del
    niño – en el hogar, la escuela, en la
    iglesia o en
    los cursos
    dominicales -, ellos no son adecuados para satisfacer las
    necesidades mas maduras del adolescente. Deben ser revisados para
    conformarse a los códigos que guían las vidas de
    los miembros adultos de la comunidad. Esto
    es especialmente cierto en lo que respecta a los códigos
    morales que tienen fundamentos religiosos. Por ejemplo: el
    niño aprendió que Dios lo observa y le dice que
    hacer y que no hacer, y que luego lo recompensa si obedece sus
    directivas y lo castigo si las desobedece, ya no aceptara este
    concepto
    cuando comience a dudar de sus creencias religiosas
    infantiles.

    Clases de cambio:
    Los conceptos morales de la infancia deben
    modificarse de muchas maneras para adecuarse a las necesidades
    del adolescente. Entre otras cosas, se espera que el joven
    generalice sus primeros conceptos.
    La generalización de conceptos morales específicos
    y su incorporación a un código
    practicable de uso en cualquier situación es un proceso
    gradual que continua durante los años de la
    adolescencia.
    Cuando el adolescente evalúa diferentes clases de conducta
    en función
    de conceptos morales, es probable que para él algunos
    tipos sean menos desagradables que otros. Las cosas que eran
    malas en sus días infantiles ya no lo son tanto.
    Ahora atribuyen grados de importancia a diferentes acciones;
    algunas de las cosas, que cuando era niño, aprendió
    a ver como incorrectas, las ve ahora con mayor tolerancia.
    Finalmente, los conceptos morales deben cambiar si han de
    adecuarse a las necesidades adolescentes en el sentido de que
    debe haber una mayor preocupación por los motivos que
    impulsan a una acción. Los niños
    tienden a considerar un acto como bueno o malo sin tener en
    cuenta a que razón obedece. Ejemplo: Si creen que mentir
    es reprobable condenan todas las mentiras y se niegan a reconocer
    que en ciertas ocasiones podría justificarse no decir la
    verdad.

    Control interno de la conducta:
    El adolescente debe asumir el control de su
    propia conducta de modo tal que la disciplina
    externa ya no sea necesaria.
    Este cambio redunda
    en beneficios del individuo y también beneficia al grupo
    social. Cuando llegue al estado adulto,
    el adolescente será considerado responsable de sus actos;
    Ya no contara con padres y docentes para que le digan que hacer y
    que no hacer. Habrá de decidir por si mismo y luego actuar
    de conformidad con su decisión.

    El difícil control de la crisis
    adolescente.
    La crisis es,
    ante todo un periodo de inseguridad,
    una encrucijada que pone al sujeto en la necesidad de decidirse
    para una dirección u otra.
    El adolescente vive esta crisis que empieza con una serie de
    conflictos,
    con los padres. No soporta mas que se le trate como a un
    niño, que no se le tenga confianza, que no se le dé
    dinero y
    libertad. No soporta, sobre todo, que se le controlen sus
    amistades, sus lecturas, sus diversiones, su tiempo libre.
    Los padres que quieren prolongar su niñez con actitudes
    educativas hiperprotectoras y paternalistas, se encuentran frente
    a una resistencia. En
    realidad, se ponen en contra de una exigencia de espacio libre.
    El adolescente siente que tiene que tomar él las
    decisiones sobre su porvenir. La fuerza que le
    impide esta libertad aumenta su rebeldía que
    terminará por romper las relaciones de sumisión y
    dependencia.
    Estos adolescentes, a los que no se ayuda a superar un tipo de
    vida hedonista y se les abandona a sí mismos cuando
    todavía son incapaces de auto controlarse, un día,
    al enfrentarse con la seriedad de la vida, serán incapaces
    de aceptar autoridades o tendrán tendencias irracionales
    hacia los demás, y obraran como si no existieran normas
    morales.
    En los dos casos en adolescente no podrá sostenerse y
    crecer. La pandorga a la que no se le concede el hilo que pide
    según el viento que la lleva, empezara a colear y
    caerá a pique en el suelo. Si por el
    contrario, se le da demasiado hilo, se aflojara incapaz de
    sostenerse. Hay que concederle solamente el hilo que necesita de
    manera que, sosteniéndola en su empuje, se le permita
    ganar altura según el viento.

    Función de la disciplina en el desarrollo
    moral:
    Disciplina quiere decir enseñanza o instrucción, y su
    principal objeto es enseñar al individuo a conformarse a
    las expectativas sociales hasta un grado razonable.
    Además, le enseña que el mundo responde a sus
    acciones personales de una manera ordenada, que ciertos
    comportamientos siempre son seguidos de castigos y que otros son
    elogiados por la sociedad.
    La disciplina ayuda a los adolescentes a controlarse y dirigirse
    con el objeto de tomar decisiones prudentes.

    Elementos esenciales de la disciplina:
    Si el adolescente tiene que aprender lo que la sociedad espera de
    él, y sentirse motivado a controlar su conducta para
    conformarla con las expectativas, la disciplina tiene que incluir
    cuatro elementos esenciales: enseñanza de los conceptos morales,
    recompensa por la conducta aprobada socialmente, castigo por
    actos perversos intencionales y coherencia de las expectativas
    sociales.

    Enseñanza de los conceptos morales:
    Muchos adolescentes creen, que cuando uno llega a la adolescencia
    ya ha aprendido lo que el correcto e incorrecto y que no necesita
    una preparación moral adicional. Esta opinión esta
    muy alejada de la verdad. A medida que los horizontes sociales
    del adolescente se amplían, los adolescentes deben conocer
    cuales son los limites en muchas nuevas situaciones y hasta donde
    llega la tolerancia de la
    sociedad. La función de las reglas y leyes es la de
    instruir al adolescente acerca de esos limites, no solo la de
    restringir una conducta indeseable.
    Si el adolescente aprende que no se puede fumar dentro de la
    escuela, que esta obligado a llegar a su casa antes de las 11
    cuando va a la escuela nocturna y que hay cierto limite de
    velocidad para
    conducir un auto dentro de la ciudad, sabe entonces que es lo que
    se espera de él. Es posible que no este de acuerdo con
    estas normas legales y que intente violarlas, pero es consciente
    de que va a tener que enfrentar algunas consecuencias si lo
    hace.

    Recompensa por la conducta socialmente aprobada:
    Las recompensas tienen dos fines: son instructivas, porque
    informan al adolescente que su conducta ha tenido la
    aprobación social y que se la considera "buena"; y afirman
    el yo porque estimulan al adolescente para que continué
    actuando de la misma manera.
    Algunos adultos creen que las recompensas hacen sentir vanidosos
    y otros piensan que las amenazas de castigo, mas bien que los
    premios, son una motivación
    más poderosa para el mantenimiento
    de la buena conducta.
    Pero de acuerdo con las evidencias, las recompensas no traen
    malas consecuencias, por el contrario, proporcionan una fuerte
    motivación para conformarse alas expectativas de la
    sociedad. Sin embargo, las recompensas deben ser adecuadas a la
    etapa evolutiva.
    Las recompensas materiales
    (ropa, dinero,
    música,
    etc) son aceptables en general para el adolescente si tienen un
    valor
    prestigioso para el grupo de pares. La mejor recompensa para los
    adolescentes es el elogio. Muchas veces los comentarios de los
    padres y adultos sobre los adolescentes son mas críticos,
    por lo tanto, una actitud amable
    es un alivio para el adolescente. La alabanza no solo afirma al
    yo sino que tiene un gran valor
    educacional.

    Castigo de las malas acciones:
    El castigo tiene dos funciones
    principales: disuade de repetir acciones socialmente indeseables
    y muestra al
    adolescente que es lo que el grupo social considera una mala
    acción. Si el castigo ha de incitar al adolescente a
    evitar una conducta que la sociedad no aprueba, el debe
    considerar el castigo como justo y merecido. De otro manera, su
    resentimiento debilitara su deseo de no reincidir en el futuro.
    La severidad del castigo, debe ser coherente con la gravedad de
    la mala acción, por ejemplo, el castigo no debe ser tan
    severo por llegar tarde a clase como por cometer fraude.
    Con demasiada frecuencia, el castigo es impuesto por un
    adulto que esta enojado por la acción del adolescente. En
    tal caso, la severidad de la pena refleja mas el estado
    emocional del adulto que la gravedad de la acción.
    Además, los adultos suelen juzgar las malas acciones en
    función de sus propios valores (no de los del grupo de
    pares) y aplican castigos de conformidad con ellos.
    Si se desea que el castigo ayude al individuo a obtener el
    autocontrol, entonces debe reunir determinadas características:
    Debe tener relación con la mala acción.
    Ha de ser cierto y coherente.
    Ha de ser limpio y justo a juicio del adolescente.
    Debe ser impersonal.
    Tiene que ser constructivo y llevar al control
    interno.
    Debe ser demorado hasta que se comprenda el motivo del
    infractor.
    No debe suscitar un indebido acceso de temor.
    No debe significar la imposición de trabajos
    extraordinarios no relacionados con el acto que provoca el
    castigo.
    El castigo se aplica con menor frecuencia a medida que los
    adolescentes se acercan a la madurez legal. Los varones de toda
    edad sufren mas castigos que las chicas y también tienden
    a ser más rebeldes que estas respecto de las normas
    legales y los reglamentos.
    Cuando el adolescente piensa que el castigo es justo y merecido
    tienden a aceptarlo y no guarda rencor ni interpreta que el
    correctivo es una señal de desamor por parte de sus
    mayores, tampoco busca vengarse aunque muchas veces el
    adolescente rebelde e inmaduro mientras más se le castigo
    más desobediente es.

    Coherencia de las expectativas sociales:
    La importancia de la coherencia en la disciplina reside en que el
    adolescente se informa cuales son sus limites y libertades.
    Proporciona al adolescente una sensación de seguridad y
    elimina la confusión. Le enseña que existe un
    ordenamiento moral en el mundo.
    La falta de coherencia hace que el joven pierda el respeto tanto a
    quienes lo disciplina como a sus reglas.

    Métodos disciplinarios:
    Los métodos
    para el control de la conducta juvenil pueden ser distribuidos en
    tres sistemas
    generales: el autoritario, el democrático, el
    permisivo.
    Difieren por la forma en que tratan de controlar la conducta y
    actúan de manera distinta sobre el adolescente.
    La elección de algunos de los sistemas de
    control depende en gran parte del empleado cuando el
    adolescente era un niño. Ejemplo: Si sus padres estuvieron
    convencidos de que el control autoritario era el mejor método
    para educar a los niños o también si
    concurrió a una escuela donde las normas eran severas, hay
    probabilidades de que sea sometido a un control análogo
    como adolescente.
    Los métodos
    disciplinarios varían según el lugar de residencia
    de la familia, su
    composición, su status socioeconómico y muchos
    otros factores.

    a)Disciplina autoritaria:
    Poco o ningún intento se hace de explicar al adolescente
    el fundamento de la regla que debe obedecer.
    Se supone que la violación de reglas es intencional y que
    el adolescente no tiene oportunidad de explicar su conducta.
    El castigo es casi siempre corporal, a menudo riguroso y a veces
    cruel.
    No se dan recompensas (ni siquiera palabras de elogio) por la
    buena conducta.

    b) Disciplina democrática:
    Existe el convencimiento de que el adolescente tiene derecho a
    saber porque se le impone determinada regla.
    Antes de la
    administración de un castigo, el adolescente tiene la
    oportunidad de explicar porque ha actuado contra la norma.
    La pena tiene relación con el acto cometido y su severidad
    iguala la gravedad del acto.
    En los casos de buena conducta el adolescente recibe recompensas,
    principalmente en forma de elogios.

    c) Disciplina permisiva:
    Los padres o los docentes no establecen regla alguna; se permite
    que el adolescente haga lo que considera correcto.
    El castigo es raro porque no existen reglas que puedan
    violarse.
    Existe el convencimiento de que el infractor aprenderá de
    las consecuencias de su proceder que este es incorrecto.
    No se dan recompensas por la buenas conducta; se cree que la
    aprobación social será suficiente recompensa.
    Hacia una moral autónoma y responsable
    El adolescente deja de seguir una moral impuesta y recibida, para
    llegar a una libre aceptación de aquellas normas morales
    que él piensa justas y necesarias.
    Su capacidad de razonamiento y de comprensión, que le
    hacen inteligibles las normas abstractas y generales, permiten al
    adolescente ser más independientes en sus juicios.
    El proceso de
    independencia de los padres y de los adultos hace que asiente
    sobre nuevas bases, los valores
    morales y la conducta correspondiente.
    Pero, en correlación con las experiencias sociales de
    grupo, el adolescente tiende en los primeros tiempos, a
    asemejarse a los amigos o compañeros y a compartir la
    escala de valores
    que el grupo vive.
    Progresando mas, da el paso, de una regla impuesta por el
    ambiente social, a una regla interna que brota de la conciencia
    autónoma.
    La conciencia de obediencia y obligación del niño,
    se convierte en conciencia del deber.
    El adolescente no llega de improviso a una moral personal. Tres
    son las fases de este proceso:
    1.Rechazo de la moral
    familiar.
    2.Conformismo con la moral del
    grupo.
    3.Coherencia con su propia escala de
    valores.

    Al desarrollarse la imagen ideal de
    sí mismo, el adolescente desarrolla también una
    conciencia moral que no se mantiene por el miedo al castigo, sino
    que se funde con el deseo de realizar un ideal propio.
    Si ha elegido una carrera, sabe que ha de esforzarse para
    seguirla, sabe que si falla en esto, está actuando en
    contra del estilo de vida que él mismo ha escogido. El
    centro de gravedad de la conciencia moral se ha centrado
    finalmente en el Yo: "Yo obedezco únicamente a mi propia
    conciencia".

    Significado de los
    valores:
    Un valor es parte del comportamiento de la persona que lo ayuda a
    portarse bien o mal.
    En la vida existen valores como por ejemplo:
    Lo bueno y lo malo
    La verdad y la mentira
    Lo honesto y lo deshonesto, etc.
    ¿Cómo se forman los valores?
    Los valores se van formando desde la niñez paso a paso
    hasta llegar a la adolescencia, para eso es necesario orientar
    mediante:
    * Mensaje a los padres.
    * Educación
    en la casa.
    * Educación
    en la escuela.
    * Relación con los amigos.

    El adolescente como parte de su crecimiento y aprendizaje
    cuestiona y rechaza algunos valores que padres, profesores y
    personas mayores le inculcan y enseñan. Es una forma de
    encontrar independencia y es precisamente en esta etapa que trata
    de imitar otras formas o modelos de comportamiento que ve en los
    artistas, líderes, y donde muchas veces se ve influenciado
    equivocadamente. Por tal motivo es que es necesario formar estos
    valores desde etapas iniciales de la vida.

    La nueva personalidad:
    intereses- ideales- valores
    ¿Que desea, que espera, que sueña el adolescente?
    Las esperanzas de los adultos y de la sociedad, el influjo
    del
    ambiente, las oportunidades que se les ofrecen, los valores e
    ideales del grupo en que se siente identificado, explican solo en
    parte lo que él sueña.
    "Durante la infancia el
    niño actúa imitando los modelos que se les ofrecen.
    Mas tarde, asume una importancia extraordinaria él
    estimulo que viene de las recompensas prometidas o
    esperadas".
    Pero el adolescente es capaz de ampliar este estrecho horizonte.
    Es él quien se construye ahora otra escala de valores, se
    ve distinto de cómo lo ven los padres o maestros y
    educadores. Espera hallar un camino que le conduzca a la
    conquista de su propia identidad y le
    capacite para realizarse según un plan o un
    proyecto suyo
    propio.

    El adolescente quiere ser "él" mismo.
    El idealismo es
    una cualidad frecuente y elogiable, pero muchos de los
    adolescentes son tan elevados que forzosamente han de terminar en
    una amarga desilusión.
    Cuando sea más maduro, pondrá la imagen o ideal de
    sí mismo y sus aspiraciones, más al nivel de la
    realidad encontrara el equilibrio
    entre lo real y lo ideal, cuando aprenda, de los fracasos y las
    desilusiones lo que le es realmente posible.
    Hasta los niños en la edad escolar, sueñan con ser
    pilotos, exploradores, campeones de fútbol o capitanes de
    navío, etc.
    Pero, solamente en el adolescente mayor, estos proyectos
    empiezan a aterrizar y orientar la
    personalidad todavía inmadura.

    Causas de la falta o exceso de limites en la
    adolescencia
    Las fechorías:
    Al final de la infancia y de manera gradual aumenta el deseo de
    alcanzar la independencia del control adulto y de obtener la
    estima del grupo de pares. Si la autoridad
    adulta se hace más estricta, la conducta del joven
    seguirá siendo perturbadora.
    La mala conducta no obedece a una única causa.
    Al adolescente le importa mucho mas conformarse con los ideales y
    normas del grupo, que quedar bien ante los adultos. Estos
    están del "otro lado".
    Los amigos constituyen para el adolescente, un válido
    apoyo porque le ofrecen solidaridad,
    amistad y sobre
    todo apoyo afectivo en los momentos en que sufre por la
    separación de los padres.
    En el grupo, se comparten los mismos problemas,
    temores, aspiraciones y se crean lazos profundos.
    Es la edad en que los muchachos hablan mucho entre sí,
    confiando pensamientos y estados de ánimo,
    ofreciéndose recíprocamente la utilidad de un
    desahogo emotivo.
    El grupo de adolescentes se forma de manera muy distinta del
    grupo de muchachos de la edad escolar. Aquí, lo que vale
    no es la vecindad o ser compañeros de estudio, sino la
    identidad de
    ideales, aspiraciones, tendencias y afinidad.
    Es muy propio de estos grupos la
    discriminación en razón de la clase
    social, ideologías políticas,
    etc.
    Con los amigos, el adolescente encuentra y comparte valores y
    modelos nuevos de vida, para sustituir a los recibidos en
    familia.
    Es real el peligro de que el grupo de jóvenes degenere en
    la delincuencia o en actitudes antisociales como la
    drogadicción, el desgaste de las fuerzas
    físicas por el abuso de bebidas, relaciones sexuales
    desordenadas, etc.
    Por eso, habría que favorecer la formación de los
    grupos juveniles de carácter
    artístico, deportivo, social y religioso, cultural o de
    investigación. Estos grupos animados por
    ideales nobles y elevados, favorecen enormemente el desarrollo de
    una personalidad madura.

    Causas de las fechorías adolescentes:
    Ignorancia de lo correcto y de lo incorrecto: La falta de
    preparación o la preparación defectuosa en el hogar
    o en la escuela causa confusión y lleva a la
    comisión de fechorías, especialmente en los
    adolescentes jóvenes y en los de grupos
    socioeconómicos inferiores.
    Frustraciones: las grandes frustración experimentadas en
    el hogar o en la escuela llevan muchas veces a cometer malas
    acciones "para cobrárselas" los hechos mal intencionados
    son comunes entre quienes sufren el rechazo o el menos precio de sus
    pares.
    Búsqueda de atención: El adolescente a quien no se
    presta la atención que ansía, puede violar
    reglas con la esperanza de despertar admiración por su
    audacia. Incluso es probable que se canse de sus acciones y
    exagere su perversidad.
    Deseo de excitación y emoción: cuando la vida
    parece aburrida, el joven puede tratar de conseguir algunas
    emociones
    cometiendo actos prohibidos, como la ingestión de alcohol y de
    drogas.
    Afirmación de independencia: para convencerse a si mismo y
    a sus pares de que es independiente, es probable que el
    adolescente haga ostentación de autoridad, a menudo como
    consecuencia de un desafió interpuesto por aquellos. En
    este caso, los actos reprobables se utilizan como
    vehículos para magnificar la
    personalidad y obtener la estima de los pares.

    Formas comunes de fechorías:
    Las fechorías comunes en la adolescencia se pueden
    distribuir en tres grupos, de acuerdo con las reglas que en cada
    caso se violen:
    En el hogar: incluyen la desobediencia intencional y el
    desafió a la autoridad paterna.
    Otras acciones objetables son las agresiones verbales a los
    hermanos, los estallidos temperamentales, la destrucción y
    vuelco de cosas, el tratamiento rudo de amigos de la familia y
    de parientes, el hábito de mentir, hurtos menores en
    perjuicio de padres y hermanos, lentitud en el cumplimiento de
    tareas rutinarias, la evasión de responsabilidades, la
    discusión con los padres y la fuga del hogar.
    En la escuela: los actos de este tipo que se registran con mayor
    frecuencia son: el abandono de la clase, las llegadas tarde o
    faltas no justificadas, la falsificación de la firma del
    padre en una nota de excusa, la conversación e
    interrupción a otros en clase, el fraude, la falta
    de preparación de los trabajos encargados, las amenazas a
    otros estudiantes en especial a los de físico o
    pequeño, a miembros de grupos minoritarios o buenos
    alumnos, la rudeza e insubordinación, fumar, ingerir
    bebidas alcohólicas, las peleas, el tirar objetos, la
    mentira y los actos sexuales ilícitos.
    En la universidad, los
    actos con similares que en la escuela secundaria
    En la comunidad: la mayoría de estos actos de inconducta o
    trasgresión a las normas de conducta tiene que ver con
    actividades recreativas y ocurre por lo general cuando los
    adolescentes no se encuentran en el hogar ni en la escuela. A
    menos que los jóvenes tengan responsabilidades
    hogareñas u ocupaciones que los mantenga atareados
    después de clase, en los fines de semana y durante las
    vacaciones, la abundancia de tiempo libre es propicia para la
    comisión de hechos reprobables. En muchas comunidades los
    adolescentes se quejan de que no hay nada que hacer, luego, para
    lograr cierta excitación intervienen con frecuencia en
    hechos enojosos para los demás.
    Muchas de las recreaciones de los adolescentes más
    jóvenes en especial del sexo masculino
    son perniciosas aunque no entren en conflictos con la ley, cosas como
    hacer la rabona, fumar, beber, viajar a dedo, ser agresivos con
    el sexo opuesto o con miembros de otra camarilla. Se entregan al
    juego suicida
    de tenderse en las carreteras y la conducción de autos a
    grandes velocidades.

    Delincuencia juvenil:
    Se llama delincuencia a una serie de conductas que son
    condenables por la ley.
    La familia y la estructura
    social pueden ser los responsables de la violencia. La
    delincuencia es considerada mas que todo un problema social y es
    un fenómeno cada vez más evidente, en nuestro
    país, en todo el mundo y en especial en occidente.
    En muchos casos la actividad delictiva comienza a manifestarse
    por pequeños robos a los compañeros, en la escuela,
    en el colegio o en el supermercado. Luego, se hace más
    intensa y se llega a los actos delictivos más graves. En
    otros casos, la delincuencia esta en relación con la
    situación socioeconómica de la familia y del
    país: problemas
    familiares, como padres alcohólicos, divorciados, con
    graves conflictos conyugales, con trastornos de personalidad,
    personas con pocas expectativas para el futuro, con poca
    preparación académica, sin trabajo entre otros.
    Algunos de los hechos delictivos más comunes son: robos,
    estafas, homicidios, intimidaciones, fugas, vilaciones, etc.
    Se puede concluir que la delincuencia es el producto de
    crisis en el hogar, la escuela y la sociedad.
    Los actos delictivos de los jóvenes son manifestaciones de
    venganza contra la autoridad, el egoísmo, la
    intransigencia.
    Esta forma de manifestarse en contra de lo que le parece injusto
    se debe a que el adolescente no posee dominio de si, le
    atraen las emociones fuertes y el grupo influye poderosamente
    sobre él.
    El joven generalmente, rechaza los consejos de los padres y
    demás adultos por considerarlos anticuados, por estas en
    el "viejazo", sin embargo, tiene una gran necesidad de
    cariño, comprensión, ayuda y comunicación con sus padres u otras
    personas mayores.

    Influencia social en la delincuencia juvenil:
    La delincuencia y sus expresiones violentas se explican, muchas
    veces, por el cuadro social.
    La sociedad de consumo tiene
    una especial influencia sobre la juventud con
    el fin de conseguir cosas. El auto, la moto, el equipo de
    sonido, ropa
    de marca,
    teléfonos celulares, son algunos de los productos que
    se ofrecen constantemente en el mundo comercial a los
    jóvenes. Todo esto sumado a los cambios fundamentales de
    las condiciones de vida, los cambios en los valores sociales,
    éticos, y morales, la inseguridad
    sociopolítica y económica, producen tensiones que
    facilitan el paso de los jóvenes a la delincuencia.
    Está claro que la pobreza no es
    sinónimo de delincuencia pero es más probable que
    lleve a ella por necesidades.

    El alcohol y las drogas:
    Los adolescentes pueden estar envueltos en varias formas con el
    alcohol y las drogas legales
    o ilegales. Es común el experimentar con el alcohol y las
    drogas durante la adolescencia. Desgraciadamente, con frecuencia
    los adolescentes no ven la relación entre sus acciones en
    el presente y las consecuencias del mañana. Ellos tienen
    la tendencia a sentirse indestructibles e inmunes hacia los
    problemas que otros experimentan. El uso del alcohol o del
    tabaco a una
    temprana edad aumenta el riesgo del uso de
    otras drogas luego. Algunos adolescentes experimentan un poco y
    dejan de usarlas, o continúan usándolas
    ocasionalmente sin tener problemas significativos. Otros
    desarrollarán una dependencia, usarán drogas
    más peligrosas y se causarán daños
    significativos a ellos mismos y posiblemente a otros.
    La adolescencia es el tiempo de probar cosas nuevas. Los
    adolescentes usan el alcohol y las otras drogas por varias
    razones, incluyendo la curiosidad, para sentirse bien, para
    reducir el estrés,
    para sentirse personas adultas o para pertenecer a un grupo. Es
    difícil poder
    determinar cuáles de los adolescentes van a desarrollar
    problemas serios. Los adolescentes que corren el riesgo de
    desarrollar problemas serios con el alcohol y las drogas son:
    Con un historial familiar de abuso de substancias.
    Que están deprimidos.
    Que sienten poco amor propio o
    autoestima.
    Que sienten que no pertenecen y que están fuera de la
    corriente.
    Falta de limite por parte de los padres y otros adultos desde la
    niñez.
    Los adolescentes abusan de una variedad de drogas, tanto legales
    como ilegales. Las drogas legales disponibles incluyen las
    bebidas alcohólicas, las medicinas por receta
    médica, los inhalantes (vapores de las pegas, aerosoles y
    solventes) y medicinas de venta libre para
    la tos, la gripe, el insomnio y para adelgazar. Las drogas
    ilegales de mayor uso común son la marihuana, los
    estimulantes (cocaína), LSD, los derivados del opio, la
    heroína y las drogas diseñadas
    (éctasis).
    El uso de las drogas ilegales está en aumento,
    especialmente entre los jóvenes o adolescentes. La edad
    promedio del que usa marihuana por vez primera es 14, y el uso
    del alcohol puede comenzar antes de los 12. El uso de la
    marihuana y el alcohol en la escuela superior se ha convertido en
    algo común.
    El uso de las drogas esta asociado con una variedad de
    consecuencias negativas, que incluyen el aumento en el riesgo del
    uso serio de drogas más tarde en la vida, el fracaso
    escolar, el mal juicio que puede exponer a los adolescentes al
    riesgo de accidentes,
    violencia, relaciones sexuales no planificadas y arriesgadas y el
    suicidio. Los
    padres pueden ayudar en la educación a
    temprana edad acerca de las drogas, estableciendo comunicación, siendo ejemplo, modelo y
    reconociendo desde el comienzo si hay problemas en el
    desarrollo.
    Algunas de estas señales de aviso pueden también
    ser señales indicativas de otros problemas. Los padres
    pueden reconocer las señales de problemas pero no se
    espera que ellos hagan el diagnóstico. Una manera eficaz para los
    padres demostrar su preocupación y afecto por el
    adolescente es discutir francamente con éste el uso y
    abuso de las bebidas alcohólicas y de las otras
    drogas.
    El primer paso que los padres deben de dar es el consultar con un
    médico para estar seguros de que
    las señales de aviso que descubren no tengan causas
    físicas. Esto debe de ser acompañado o seguido por
    una evaluación
    comprensiva llevada a cabo por un psiquiatra de niños y adolescentes.

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