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El clasicismo




Enviado por istalens



     

    Indice
    1.
    Introducción

    2. Música
    3. Criterios estéticos y
    estilísticos del clasicismo

    4. Conclusión
    5. Bibliografía

    1.
    Introducción

    Cuando se habla de clasicismo o de romanticismo, por
    dar un ejemplo, no se hace más que dar una idea más
    o menos cercana sobre la actitud
    estética de un hombre o de
    una época.
    Esta circunstancia se da en el arte de los
    sonidos, cuando se habla de música clásica
    o de los clásicos, aludiendo a los grandes maestros de la
    creación sonora. Ambas designaciones son equivocados
    sinónimos de música seria y músicos
    consagrados, respectivamente, que en el habla vulgar se utilizan
    sin discriminación con el verdadero sentidos de
    estos términos. Trataremos entonces, en este trabajo, de
    establecer lo "clásico" a su verdadero sentido.
    La música, como todas las artes, es una expresión
    de la cultura. Y por
    ello se encuentra sometida a las mismas leyes que rigen
    los demás fenómenos culturales. Evoluciona, como
    éstos, en ciclos que, vistos a gran distancia, muestran
    gran similitud. Tanto para la cultura
    griega, como para la música de occidente, se aplica
    con propiedad un
    camino en etapas sucesivas, que son: arte primitivo, arte
    arcaica, arte clásico, arte romántico y arte
    decadente.
    Aún discutido por algunos historiadores, el clasicismo
    musical tiene su apogeo en el siglo XVIII. Haydn, Mozart y
    Beethoven, creadores de la música instrumental moderna,
    sintetizan las virtudes de esta escuela.
    Su cualidad fundamental es el equilibrio,
    que distingue a todo arte clásico, entre armonía y
    melodía, entre forma y expresión; el ajuste
    perfecto de todos los elementos, físicos y espirituales,
    que integran el edificio sonoro. Razón, imaginación
    y sensibilidad se enfrentan y complementan en un acuerdo
    perfecto.
    Frente al marcado objetivismo, con predominio de la forma, que
    significó la ciencia
    contrapuntística (combinación simultánea de
    dos o más melodías; un ejemplo típico de
    contrapunto es la ronda, un tipo simple de cannon),
    inmediatamente anterior al estilo clásico, y frente al
    subjetivismo que trajo consigo la escuela romántica,
    inmediatamente posterior, la música de Haydn, Mozart y
    Beethoven se sitúa en un justo medio, en un punto de
    intersección, que no responde a fórmulas
    preestablecidas, sino que ha sido un momento en la vida de la
    humanidad, una atmósfera del
    espíritu, bajo cuya sombra vieron la luz tan
    excelentes creaciones. Según afirma, con inmejorables
    aciertos, el compositor argentino Jorge D’Urbano: …en
    pleno siglo XVIII, en Viena, la ciudad más hermosa y
    musical de Europa, donde la
    escuela clásica encuentra sus dos representantes
    más extraordinarios: Haydn y Mozart. Mucha música
    se escribirá después, genios de talento infinito
    enriquecerán nuestra herencia
    artística, pero ya nunca volverá a encontrarse el
    secreto mágico de ese equilibrio misterioso que aureola la
    obra de estos dos titanes. El idioma lo impone el gusto del
    día, pero los pensamientos corren debajo con fuerza
    arrolladora y nos llegan con la misma frescura y encanto que
    tuvieron cuando fueron escritos sobre el pentagrama. Haydn y
    Mozart representan uno de esos momentos cumbres en la historia de cualquier arte,
    donde, de pronto, se cristaliza la perfección. Es
    inútil tratar de analizar, investigar o escudriñar,
    para descubrir las líneas internas que la hacen posible.
    La casi increíble sabiduría que dan estas dos
    obras, está elegantemente disfrazada con el manto
    más difícil de obtener: la naturalidad. La
    música fluye sin descanso y sin violencias. Sabemos que la
    forma está presente, que los materiales han
    sido medidos con escrupulosidad minuciosa, que los instrumentos
    han sido tratados con un
    conocimiento
    de sus recursos que
    llega a lo inaudito. Sabemos que detrás de este arte, en
    apariencia tan espontáneo, se esconde una maestría
    sin par. Pero lo que anima es algo más que una
    técnica sin fallas; su inmaculada gracia supera toda
    previsión. Es un hecho espiritual sin posible
    reedición.
    Esta época estuvo marcada por otras artes como la
    escultura y la pintura como
    también por la arquitectura y
    las artes decorativas quienes mostraron un especial desarrollo; a
    este estilo se le llamó Neoclasicismo;
    floreció en Europa y Estados Unidos
    aproximadamente desde el año 1750 hasta comienzos de 1800
    y se inspiró en las formas grecorromanas. Más que
    un resurgimiento de las formas antiguas, el neoclasicismo
    relaciona hechos del pasado con los acontecidos en su propio
    tiempo. Los
    artistas neoclásicos fueron los primeros que intentaron
    reemplazar la sensualidad y la trivialidad del rococó
    (período anterior) por un estilo lógico, de tono
    solemne y austero. Cuando los movimientos revolucionarios
    establecieron repúblicas en Francia y en
    América
    del Norte, los nuevos gobiernos republicanos adoptaron el
    neoclasicismo como estilo oficial porque relacionaban la democracia con
    la antigua Grecia y la
    República romana. Más tarde cuando Napoleón I subió al poder en
    Francia, este estilo se modificó para servir a sus
    necesidades propagandísticas. Con el nacimiento del
    movimiento
    romántico la prioridad por la expresión personal
    sustituyó al arte basado en valores
    ideales.

    2.
    Música

    Wolfgang Amadeo Mozart
    Las cualidades fundamentales del clasicismo son el equilibrio, la
    sencillez y la armonía. La música, durante este
    periodo, se basaba precisamente en estos principios.
    Haydn, Mozart y Beethoven son los mayores exponentes del
    clasicismo musical.
    El surgimiento de estas formas clásicas sólo se
    hizo posible gracias a un desarrollo de las condiciones técnicas,
    que ampliaron enormemente el lenguaje de
    la creación musical. La
    personalidad del compositor hubo de encontrar así los
    elementos necesarios para manifestarse con una plenitud, hasta
    entonces desconocida. La notación llegó a un
    estado
    definitivo, tal como hoy se conoce. Las claves se unificaron en
    dos principales: la de sol, para las notas agudas, y la de fa,
    para las graves, a las que se añaden, en algunos casos y
    para algunos instrumentos (fagot, viola, violonchelo y
    trombón) otras dos de antigua procedencia, la de clave de
    do en tercera y en cuarta línea del pentagrama. Para el
    sistema tonal, se
    deslindan los dos sexos musicales (mayor y menor), con sus
    respectivas escalas y acordes. Se estableces dos principios
    fundamentales: la polifonía y la homofonía.
    Aparecen las principales formas de composición, que han de
    utilizar los compositores desde entonces hasta nuestros
    días. "Existen ya, en el terreno vocal, la ópera,
    el oratorio, la canción coral y solista; en el terreno
    instrumental, la fuga, la pieza tripartita –que
    conducirá a la sonata y a la sinfonía -, la
    recopilación de danzas en el ciclo de la "suite" y formas
    libres de improvisación y fantasía". (Kurt Pahlen).
    Los instrumentos adquieren la contextura que actualmente poseen;
    se agrupan en familias: cuerdas, vientos, percusión y
    teclado; y
    salvo algunas modificaciones, la orquesta se muestra compuesta
    de manera similar a la de hoy.
    Francisco José Haydn introduce en sus sinfonías el
    minué, una danza de
    origen campesino que posteriormente demostró ser capaz de
    un desarrollo sofisticado. Del formalismo místico de Juan
    Sebastián Bach y la escuela contrapuntística se
    evoluciona hacia la exquisitez y el refinamiento. Poco más
    tarde, el clave con sus limitaciones, será desplazado por
    los enormes recursos del piano. Este siglo señala el auge
    del teatro
    lírico; tanto la ópera seria como la cómica
    abandonaron el virtuosismo para expresar, en términos de
    arte, la plenitud de la vida.
    El período del clasicismo, además fue testigo de un
    cambio radical
    en el papel de los
    instrumentos de teclado, a medida que iba desapareciendo de forma
    gradual la función
    del bajo continuo.
    Más que cualquier otro compositor, Haydn logró
    sintetizar durante la década de 1770 los lenguajes
    anteriores, combinando lo aprendido y lo accesible, lo
    cómico y lo serio. Entre los elementos más
    importantes del principio del clasicismo está la
    articulación de formas a gran escala y el
    empleo de la
    modulación entre la tensión y el
    relajamiento, que cultivaron tanto Haydn como Mozart. Si bien la
    interacción de forma y contenido implica una variedad de
    proporciones tonales dentro de cada movimiento individual,
    algunos elementos de la relación entre materia y
    tonalidad han dado lugar a la aparición del
    término, a veces confuso, de forma sonata
    (adquisición y establecimiento fundamental de la escuela
    clásica). Se trata en este caso del desarrollo de la
    estructura
    binaria del barroco que
    puede verse, sobre todo, en los primeros movimientos de las obras
    clásicas y en otros casos. El término "principio de
    la sonata" describe de manera más adecuada un procedimiento que
    refleja el lenguaje
    musical natural de la época y que podía
    fácilmente combinarse con otros elementos como el
    rondó e incluso la fuga. El desarrollo de los motivos de
    Haydn a partir de su material, suele contrastar con la vena
    italianizante de la lírica de Mozart, incluso aunque los
    contornos de sus respectivas formas musicales se parezcan en lo
    superficial.
    La importancia de la sonata se desprende de la siguiente descripción:
    "El cuerpo principal de las obras de música pura lo
    constituyen las composiciones de "forma sonata", o sea las que
    están integradas por tres movimientos o tiempos; uno,
    movido y muy desarrollado; otro, lento; y el último,
    rápido, a los que se les intercala casi siempre un cuarto
    movimiento en aire de danza o
    "scherzo".

    Estas obras de forma sonata son:
    La verdadera "sonata", cuando es para un solo instrumento: sonata
    para piano, órgano, guitarra, violín solo, etc. O
    para piano y otro instrumento: sonata para piano y violín,
    o violoncelo, o clarinete, o trompeta, etc.
    El "dúo", si es para dos instrumentos de tipo
    monofónico: dos violines, violín y violoncelo,
    flauta y viola, etc.
    "Trío", "cuarteto", "quinteto", "sexteto", "septeto o
    septimino", "octeto", "noneto", "doble quinteto", para tres,
    cuatro, etc., instrumentos, con piano o sin él.
    "Sinfonía", que es la forma sonata para orquesta.
    Y el "Concierto", sonata o sinfonía para un instrumento
    solista y orquesta: Concierto de violín, de violoncelo, de
    piano, etc." (J. Pahissa).

    Franz Josef Haydn
    Juan Sebastián Bach, en sus seis sonatas para clave,
    adopta la fórmula: preludio y fuga, adagio, alegro y pieza
    "da capo". Introduce innovaciones, como el plan
    ternario:
    Forma allegro, largo y allegro o presto, utilizado en lo sucesivo
    definitivamente; la exposición
    en los tiempos vivaces, a la manera de Antonio Vivaldi; la
    aparición de una
    Segunda idea modulante en la parte central; la forma lied en los
    largos; etc. Doménico Scarlatti, cuyas sonatas para
    virtuosos muestran un importante entendimiento del idioma musical
    y del enfoque experimental, tanto en las progresiones
    armónicas como en la estructura musical. A menudo
    introducía contrastes temáticos que podrían
    considerarse como un rasgo de progreso. "A Felipe Manuel Bach
    (1714 – 1788), segundo hijo de Juan Sebastián, cupo
    el honor de dar el paso decisivo: crear definitivamente el estilo
    galano del siglo XVIII que Mozart debía llevar a la
    culminación expresiva; y asentar, con un golpe de audacia
    la base de la sonata moderna, adoptando la forma ternaria; la
    exposición y reexposición de dos temas; la
    exposición modulando siempre a la dominante en el modo
    mayor, al relativo de preferencia en el modo menor en tanto que
    en la reexposición, la segunda idea cambia de tono, para
    finalizar el trozo en el modo inicial". (Gastón O.
    Talamón).
    Haydn hace ascender a las formas de la sonata un nuevo
    peldaño en su evolución; constan generalmente de tres
    tiempos: allegro, andante y presto, a los que se agrega luego el
    minué como penúltimo tiempo. Mozart no es un
    innovador, adopta fórmulas consagradas, pero vierte en
    ellas una sencilla belleza, de intensidad nunca superada.
    Beethoven es no sólo la culminación de la escuela
    clásica, sino también el agotamiento. La fuerza de
    su temperamento y su potente expresividad luchan por romper los
    moldes clásicos. Es, entonces, la introducción al romanticismo.

    Obras de los máximos exponentes del
    clasicismo:
    MOZART: El rapto de Serrallo. Las bodas de Fígaro. Don
    Juan Cosi fan tutte. La flauta mágica. Sinfonía
    concertante para violín y viola. Pequeña serenata
    nocturna. 6 conciertos para violín. 25 conciertos para
    piano. 42 sonatas para violín. 17 sonatas para piano.
    Misas. Cantatas. Réquiem.
    HAYDN: 104 Sinfonías, algunas con nombres especiales,
    como: Oxford (1788), Sinfonía de la despedida (1772), La
    caza (1780), Militar (1794), La Reina (1786), Sinfonía de
    los niños y
    Mediodía (1761). Las siete palabras de Cristo. Conciertos
    para clave, violín, violoncelo. Cuarteto, tríos,
    sonatas. Misas, Te Deum, Ofertorios, Sabat Mater. Los diez
    mandamientos. La creación. Las estaciones.
    BEETHOVEN: Nueve Sinfonías. Cinco Conciertos para piano y
    orquesta. Sonatas para piano. Sonatas para violín. Un
    concierto para violín. Tríos, cuartetos, Oberturas,
    Egmont y Cariolano. Fidelio.

    3. Criterios
    estéticos y estilísticos del
    clasicismo

    En la música se suceden cambios en las grandes
    formas y, así, mientras desaparecen la suite coral, el
    preludio, el concerto grosso, la fantasía, la antigua
    cantata, la tocatta y la fuga, aparecen la sonata y la
    sinfonía, y se mantienen la variación y el
    oratorio. Se suprimen también el bajo continuo y la
    armonía compleja. Ahora el estilo es homófono o
    vertical (no contrapuntístico), la melodía es clara
    y sencilla y los ritmos no buscan el contraste sino que son
    regulares y unitarios. Hay un claro predominio de la
    música instrumental frente a la vocal. Sus máximos
    exponentes son Mozart (quien realizó "La flauta
    mágica"), Haydn ("La creación") y Beethoven (nueve
    sinfonías, conciertos para piano y orquesta).
    La pintura neoclásica se centró en Roma. A
    diferencia de las típicas composiciones de frescos del
    barroco o del rococó, su composición es simple:
    sólo unas pocas figuras, en total calma, con poses
    semejantes a las de estatuas antiguas. Jacques-Louis David fue
    uno de los máximos exponentes de la pintura
    neoclásica y quien reflejaba la preocupación de la
    época por la composición lógica
    y clara. A comienzos de la década de 1790 los artistas
    empezaron a pintar imitando las siluetas representadas en la
    cerámica griega. El exponente más
    destacado de esta manifestación fue el inglés
    John Flaxman. Obra representativa: Juramento de los Horacios
    (1784-1785, Louvre, París), realizado por Jacques-Louis
    David.
    Dado que la escultura en Europa ha estado muy influida por las
    formas clásicas desde el renacimiento,
    los principios neoclásicos han sufrido menor impacto que
    en otras manifestaciones artísticas. En general, los
    escultores neoclásicos tienden a plasmar poses
    contorsionadas en mármoles de colores característicos del último barroco o
    del rococó, preferentemente contornos limpios, una
    reposada actitud y formas idealizadas ejecutadas en mármol
    blanco. La figura dominante en la historia de la escultura
    neoclásica fue el italiano Antonio Canova quien
    buscó en el estilo neoclásico la severidad y la
    pureza del arte antiguo. El estilo fue llevado a Estados Unidos
    por Horatio Greenough. Obra representativa: Teseo y la muerte del
    minotauro (1781 – 1782), realizado por Antonio Canova.
    El único punto de referencia conocido de la arquitectura
    romana antes de que se realizaran los descubrimientos de
    Herculano, Pompeya y Atenas era el proporcionado por los grabados
    de edificios de arquitectura clásica romana realizados por
    el artista italiano Giovanni Battista Piranesi. Los nuevos
    hallazgos arqueológicos encontrados proporcionaron el
    vocabulario de la arquitectura formal clásica y los
    arquitectos empezaron ga inclinarse por un estilo basado en
    modelos
    grecorromanos. El arquitecto y diseñador escocés
    Robert Adam introdujo el estilo neoclásico en Gran
    Bretaña. La arquitectura neoclásica en
    Berlín está representada por el Teatro Real obra
    del alemán Karl Friedich Schinkel (1819-1821). El estilo
    federal (inspirado en la obra de Robert Adam) y el del
    resurgimiento griego (basado en los templos del siglo V),
    ayudaron a definir el estilo propio de la arquitectura
    estadounidense. Entre los edificios más representativos
    del neoclasicismo hispanoamericano destacan la Casa de la Moneda
    en Santiago de Chile.

    4.
    Conclusión

    En las artes, el Clasicismo significa sencillez,
    proporción y armonía, es decir,
    características opuestas al Barroco. Ahora, el creador
    tiende a la vuelta de los ideales clásicos y rechaza las
    reglas y la erudición barrocas. Y, sin embargo, la cultura
    y el arte están dominados económica y socialmente
    por una aristocracia que considera a éstos un adorno
    indispensable de su condición. La música, al no
    existir apenas vestigios musicales antiguos, toma su referencia
    de la doctrina estética: medida, número y orden son
    los cánones clásicos de la armonía. El
    músico siente atracción por la naturaleza e
    intenta representar el ideal abstracto de la belleza.
    Además de la oposición al Barroco, musicalmente el
    Clasicismo tiende a la objetividad, ya que busca una
    música sin emociones, y al
    equilibrio de las obras, pues el compositor antes de escribir
    tiene una visión global de la obra, por lo que al escuchar
    música clásica se pueden crear una serie de
    expectativas formales. La aparición de la burguesía
    conlleva la creación y aumento de los conciertos
    públicos, con lo cual los músicos poco a poco van
    independizándose, aunque siguen ligados al servicio de la
    nobleza.
    En la música se suceden cambios en las grandes formas y,
    así, mientras desaparecen la suite coral, el preludio, el
    concerto grosso, la fantasía, la antigua cantata, la
    tocatta y la fuga, aparecen la sonata y la sinfonía, y se
    mantienen la variación y el oratorio. Se suprimen
    también el bajo continuo y la armonía compleja.
    Ahora el estilo es homófono o vertical (no
    contrapuntístico), la melodía es clara y sencilla y
    los ritmos no buscan el contraste sino que son regulares y
    unitarios. Hay un claro predominio de la música
    instrumental frente a la vocal. Los máximos exponentes
    fueron Mozart (quien realizó "La flauta mágica"),
    Haydn ("La creación") y Beethoven (nueve sinfonías,
    conciertos para piano y orquesta).
    La pintura neoclásica se centró en Roma. A
    diferencia de las típicas composiciones de frescos del
    barroco o del rococó, su composición es simple:
    sólo unas pocas figuras, en total calma, con poses
    semejantes a las de estatuas antiguas. Jacques-Louis David fue
    uno de los máximos exponentes de la pintura
    neoclásica y quien reflejaba la preocupación de la
    época por la composición lógica y clara. A
    comienzos de la década de 1790 los artistas empezaron a
    pintar imitando las siluetas representadas en la cerámica
    griega. El exponente más destacado de esta
    manifestación fue el inglés John Flaxman. Obra
    representativa: Juramento de los Horacios (1784-1785, Louvre,
    París), realizado por Jacques-Louis David.
    Dado que la escultura en Europa ha estado muy influida por las
    formas clásicas desde el renacimiento, los
    principios neoclásicos han sufrido menor impacto que en
    otras manifestaciones artísticas. En general, los
    escultores neoclásicos tienden a plasmar poses
    contorsionadas en mármoles de colores
    característicos del último barroco o del
    rococó, preferentemente contornos limpios, una reposada
    actitud y formas idealizadas ejecutadas en mármol blanco.
    La figura dominante en la historia de la escultura
    neoclásica fue el italiano Antonio Canova quien
    buscó en el estilo neoclásico la severidad y la
    pureza del arte antiguo. El estilo fue llevado a Estados Unidos
    por Horatio Greenough. Obra representativa: Teseo y la muerte del
    minotauro (1781 – 1782), realizado por Antonio Canova.
    El único punto de referencia conocido de la arquitectura
    romana antes de que se realizaran los descubrimientos de
    Herculano, Pompeya y Atenas era el proporcionado por los grabados
    de edificios de arquitectura clásica romana realizados por
    el artista italiano Giovanni Battista Piranesi. Los nuevos
    hallazgos arqueológicos encontrados proporcionaron el
    vocabulario de la arquitectura formal clásica y los
    arquitectos empezaron a inclinarse por un estilo basado en
    modelos grecorromanos. El arquitecto y diseñador
    escocés Robert Adam introdujo el estilo neoclásico
    en Gran Bretaña. La arquitectura neoclásica en
    Berlín está representada por el Teatro Real obra
    del alemán Karl Friedich Schinkel (1819-1821). El estilo
    federal (inspirado en la obra de Robert Adam) y el del
    resurgimiento griego (basado en los templos del siglo V),
    ayudaron a definir el estilo propio de la arquitectura
    estadounidense. Entre los edificios más representativos
    del neoclasicismo hispanoamericano destacan la Casa de la Moneda
    en Santiago de Chile.
    El estilo neoclásico se extendió también a
    las artes decorativas. Alrededor del año 1760, Robert Adam
    realizó muebles con motivos grecorromanos. Introducido en
    Francia, este estilo simple y clásico empezó a ser
    conocido como estilo etrusco y fue favorecido por la corte de
    Luis XV. Con adaptaciones posteriores de diseño
    clásico, inspiradas en los hallazgos arqueológicos,
    se desarrolló como un estilo elegante conocido como Luis
    XVI, propiciado por la familia
    real durante la década de 1780. En cerámica, el
    estilo neoclásico lo hallamos en la cerámica de
    Wedgwood en Inglaterra, para
    la que Flaxman realizó muchos diseños, y en la
    porcelana de Sèvres en Francia.
    Es discutible hasta qué punto el estilo clásico
    sobrevivió durante el siglo XIX. La música de
    Beethoven está muy estructurada y, en ese sentido, es
    clásica, pero con un concepto
    más extendido de la estructura armónica. Por otra
    parte, la facilidad de comunicación dejó de ser prioritaria
    en su música de madurez. El impacto de la Revolución
    Francesa tuvo una influencia extramusical más propia
    del romanticismo, además después de la revolución
    los músicos ya no estaban al servicio de los nobles o de
    las administraciones, sino que ahora son independientes, por lo
    que no tienen que solicitar permisos a sus señores para
    aceptar encargos, como era corriente entre los músicos
    anteriores a Beethoven. El declive en la productividad y
    el aumento de la conciencia de
    sí mismo, alejan a Beethoven de Haydn y de Mozart. Los
    caminos a seguir de Beethoven son el concierto público, la
    edición de música instrumental y la enseñanza. La difusión y el aprendizaje de
    la música es un signo de prosperidad y bienestar, hecho
    que puede relacionarse con el auge del piano. La evolución
    técnica de este instrumento permitirá una nueva
    sonoridad y su fácil aceptación como instrumento
    doméstico es una inagotable fuente de ingresos para
    muchos músicos. Es la transición al
    Romanticismo.

    5.
    Bibliografía

    1. "Músicos célebres" de la
      colección Grandes Figuras de la Humanidad. Central
      Peruana de publicaciones S. A. – Lima. 1955.
    2. Enciclopedia Microsoft
      Encarta 97. Microsoft Corporation.
    3. Enciclopedia Multimedia
      Universal.1996. Micronet.
    4. Enciclopedia Multimedia Grolier. 1993.

     

     

     

     

     

    Autor:

    Isabel

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