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El proceso de concentración y centralización del capital




Enviado por adteral



     

     

    En el capítulo 23 del Tomo I del Capital
    titulado "La ley general de la
    acumulación capitalista", Marx expone su
    concepción del proceso de
    reproducción de una economía capitalista,
    dando especial énfasis a las consecuencias de este proceso
    sobre la clase obrera.
    Se trata por lo tanto de deducir las principales implicaciones de
    los aspectos mas generales y definitivos del modo de producción capitalista, sobre el
    funcionamiento del mercado de
    trabajo y no de analizar sistemáticamente todos los
    factores que en circunstancias específicas pueden incidir
    sobre el mercado de
    trabajo. De este modo, el objetivo
    principal de este capítulo es explicar la relación
    general entre el proceso de acumulación de capital de un
    lado y la evolución del empleo y de
    los salarios, del
    otro.
    Teniendo en vista este propósito, el aspecto más
    importante a ser destacado en el análisis, es la forma como evoluciona la
    composición del capital en el transcurso del proceso de
    reproducción del sistema
    capitalista, pues la relación entre la acumulación
    del capital y el comportamiento
    del empleo y de
    los salarios depende
    fundamentalmente del modo como evoluciona la parte del capital
    total que representa pago de salarios. Se trata por lo tanto, de
    explicar la tendencia de la evolución de la composición del
    capital, deduciendo las características mas generales de la
    producción capitalista y después
    teniendo en cuenta aquella tendencia, analizar la relación
    entre acumulación, empleo y salarios.
    La argumentación de Marx se
    desarrolla considerando el conjunto de la economía capitalista.
    Esta se encuentra dividida en muchos ramos de actividad siendo
    cada uno de ellos formado por muchos capitales individuales
    diferentes. Se reconoce la presencia de diferentes composiciones
    de capital, pero como el objetivo es el
    análisis del proceso de acumulación
    en su totalidad, se considera la composición promedio del
    capital en el conjunto de la economía.
    Antes de entrar en el análisis de la evolución de
    la composición promedio del capital en el proceso de
    reproducción del sistema
    capitalista, trata de aclarar la naturaleza del
    vínculo entre acumulación, empleo y salarios,
    independientemente de cual sea la tendencia. Para eso, supone en
    el primer ítem del capítulo 23 que la
    composición promedio del capital tiende a mantenerse
    constante.
    Esta digresión es necesaria, porque Marx se opone a la
    interpretación corriente entre los economistas más
    importantes de su época acerca de la naturaleza de
    aquella relación. Tal interpretación puede ser
    sintetizada en lo que fue llamado de la ley de población de Malthus. La idea era de que en
    el mercado de trabajo se enfrentan dos fuerzas independientes que
    contribuyen para determinar el nivel de salarios de modo
    compatible con determinados ritmos de acumulación de
    capital y de crecimiento de la disponibilidad de fuerza de
    trabajo. En un determinado momento el nivel de los salarios
    dependería de la escasez o abundancia de la fuerza de
    trabajo frente al ritmo de crecimiento de la demanda que
    dependería fundamentalmente del ritmo de
    acumulación de capital especialmente si suponemos una
    constancia en la composición promedio del capital.
    Habiendo escasez de fuerza de trabajo los salarios
    tenderían a subir con lo que no apenas caería el
    ritmo de acumulación de capital y por lo tanto, el ritmo
    de crecimiento de la disponibilidad de fuerza de trabajo en
    consecuencia de las mejores condiciones de vida permitida por un
    alto nivel de los salarios. Lo contrario ocurriría si
    hubiese en un determinado momento, abundancia de la fuerza de
    trabajo. En este caso, los salarios disminuirían,
    aumentando el ritmo de crecimiento de la demanda de
    fuerza de trabajo y cayendo el ritmo de crecimiento de la
    disponibilidad de la fuerza de trabajo.
    De esta interpretación general del funcionamiento del
    mercado de trabajo se deducen por lo menos dos consideraciones
    interrelacionadas a las cuales Marx se opone:
    1) Siempre habrá una tendencia a la
    compatibilización entre el ritmo de acumulación del
    capital y el ritmo de crecimiento de la población obrera de forma que no puede
    haber ninguna tendencia a la existencia de desempleo
    permanente.
    2) El ritmo de acumulación de capital no es determinado
    apenas por las condiciones generales de la producción
    capitalista que queda sometido a una restricción externa a
    la propia producción capitalista, dada por las condiciones
    demográficas.
    Marx niega la relación establecida por la ley de
    población de Malthus entre la evolución de
    disponibilidad de fuerza de trabajo y el nivel de los salarios y
    con eso se opone a la interpretación de la relación
    entre la acumulación, empleo y salarios como resultado de
    la relación entre acumulación de capital y
    crecimiento y la disponibilidad de fuerza de trabajo visto como
    fuerzas independientes que dependen ambas del nivel de
    salarios.
    La relación entre la oferta de
    trabajo y el nivel del salario es
    espuria, pues además de irreal, no se deduce de las
    características generales del sistema
    capitalista de producción donde la demanda de trabajo se
    deriva de la necesidad de valorización del capital. La
    única vinculación que se deduce de las
    características generales de la producción
    capitalista es la de que la relación entre
    acumulación, empleo y salarios refleja la evolución
    de la tasa de explotación y que los salarios no pueden
    aumentar de modo que se reduzca la tasa de acumulación,
    pues en este caso cae el ritmo de crecimiento de la demanda de
    trabajo y con ella se destruyen las condiciones que provocaron el
    aumento de salarios.

    Si la productividad del
    trabajo y la composición media del capital son constantes,
    -en forma de supuesto- el total de los salarios crece en el mismo
    ritmo de la acumulación de capital. Si los salarios son
    constantes, la demanda de fuerza de trabajo crece al mismo ritmo
    que la acumulación de capital. Si la tasa de crecimiento
    de la disponibilidad de fuerza de trabajo es dada,
    independientemente del proceso de acumulación de capital,
    surge la posibilidad de la existencia de escasez de fuerza de
    trabajo. Esta posibilidad es aún más concreta en la
    medida en que la tasa de acumulación de capital puede
    aumentar sin que necesariamente aumente la tasa de
    explotación, en consecuencia de una caída en el
    nivel de los salarios (la única posibilidad de aumentar la
    tasa de lucro con productividad del
    trabajo y la composición media del capital constante caso
    el nivel de los salarios disminuya un mismo comportamiento
    del total de salarios implicaría un aumento en el ritmo de
    crecimiento de la demanda de fuerza de trabajo). Así por
    ejemplo en una coyuntura expansiva, la apertura de nuevos
    mercados y
    esferas de inversión de capital puede provocar un
    aumento en la proporción de la plus valía total que
    es capitalizada de modo que una misma tasa de explotación
    y composición promedio del capital (tasa de lucro
    constante) es compatible con un aumento en la tasa de
    acumulación del capital.
    Habiendo escasez de fuerza de trabajo y una tendencia al aumento
    del nivel de acumulación de capital, también cae el
    ritmo de la demanda de trabajo lo que finalmente elimina la
    situación de escasez de fuerza de trabajo. De este modo,
    dado el ritmo de crecimiento "normal" de la disponibilidad de
    fuerza de trabajo, la propia producción capitalista torna
    compatible el precio de la
    fuerza de trabajo con las necesidades de expansión del
    capital, pero la hipótesis de constancia en la productividad
    del trabajo y en la composición promedio del capital, hace
    con que el ritmo en que se procesa la expansión del
    capital quede limitado por un parámetro demográfico
    externo a las condiciones generales de la producción
    capitalista y que no exista posibilidad teórica general de
    la producción capitalista, aunque este sea posible si
    fuera arbitrariamente muy alta la tasa de crecimiento de la
    disponibilidad de fuerza de trabajo.
    En el segundo ítem del capítulo 23, Marx analiza la
    tendencia de la evolución de la composición
    promedio del capital en el proceso de acumulación de
    capital y las consecuencias de esta tendencia sobre el
    funcionamiento del mercado de trabajo el que será
    desarrollado con mas detalle en los ítems posteriores del
    capítulo 23.
    La argumentación puede ser ordenada en tres etapas
    interrelacionadas. En primer lugar, se trata de demostrar que la
    acumulación de capital por sus características
    generales es acompañada de creciente productividad del
    trabajo. En segundo lugar se muestra que la
    creciente productividad del trabajo implica una creciente
    composición técnica del capital en sentido de que
    se eleva la relación entre medios de
    producción y la fuerza de trabajo. Finalmente, se muestra que en
    general la elevación de la composición
    técnica del capital se refleja en una creciente
    composición del capital en valor, a pesar
    de que la creciente productividad del trabajo tiende a rebajar
    los precios de los
    productos.
    Marx demuestra que el proceso de acumulación requiere e
    implica una creciente productividad y que esta última en
    un régimen de productores de mercadería, requiere e
    implica una creciente acumulación de capital.
    Además de esta demostración formal de la
    vinculación entre acumulación de capital y
    creciente productividad del trabajo Marx también muestra
    que la competencia entre
    los capitales individuales y el desarrollo del
    crédito
    que acompaña el desarrollo del
    crédito
    que acompaña el desarrollo de la producción
    capitalista, vuelve más estrechos el vínculo entre
    la acumulación de capital y la creciente productividad del
    trabajo.
    De un lado, por definición, una creciente productividad
    del trabajo implica una creciente utilización de medios de
    producción y por lo tanto, una ampliación de la
    escala de
    producción. Por su vez, una mayor escala de
    producción permite una mayor división y
    combinación del trabajo especializado; una mayor
    economía de los medios de producción, la
    creación de nuevos medios de trabajo, la construcción de sistemas de
    máquinas, la transformación del
    proceso de producción en una aplicación
    tecnológica de la ciencia, lo
    que implica una creciente productividad del trabajo. Pero, el
    sistema capitalista de producción de mercaderías,
    la ampliación de la escala de producción requiere
    el aumento del capital individual y, por lo tanto, la
    acumulación de capital.

    Por otro lado, una creciente productividad del trabajo
    tiene implicaciones en el sentido de facilitar el proceso de
    acumulación de capital, pues aumenta el excedente
    físico de productos y la
    magnitud del total de la plus valía capitalizada, sea
    porque eleva la tasa de la plus valía, sea porque permite
    capitalizar una parte creciente de la plus valía, sin
    reducir el consumo ni de
    los capitalistas, ni de los trabajadores. Por su vez, la
    acumulación de capital lleva al aumento del número
    y tamaño de los capitales invertidos en la
    producción que da base para la ampliación de las
    escalas de producción y la utilización de métodos
    productivos que lleven a la creciente productividad del
    trabajo.
    Queda por lo tanto, establecido un vínculo estrecho entre
    la acumulación de capital y el crecimiento de la
    productividad del trabajo. Entretanto, la demostración
    anterior es formal y prescinde de algunas características
    marcantes del capitalismo,
    como ser la competencia entre
    los capitales individuales y el desarrollo del sistema de
    crédito y las transformaciones en la forma de organización de los capitales individuales
    que concurren paralelamente al desarrollo de la producción
    capitalista.
    Las mejores técnicas
    son introducidas por capitales individuales en competencia con
    otros capitales. El progreso técnico y la competencia
    entre los capitales individuales provocan una tendencia a la
    centralización de los capitales existentes
    de modo que el capital individual puede aumentar de tamaño
    sin que requiera necesariamente el aumento de capital en el
    conjunto de la economía.
    Marx no analiza sistemáticamente el proceso de
    centralización del capital. Apenas indica que en el
    proceso de centralización resultante de la competencia
    entre los capitales individuales, siendo el progreso
    técnico una de las armas de esta
    competencia, los grandes capitales expulsan a los
    pequeños, elevándose así el tamaño
    mínimo de capital necesario para la explotación
    "normal" de un negocio. Los nuevos ramos industriales ya surgen
    concentrados y los pequeños capitales tienden a
    localizarse en aquellos ramos donde es más difícil
    el desarrollo de las formas de producción moderna. Sin
    embargo la competencia, en esos ramos debido al gran
    número y pequeño tamaño de los capitales
    individuales de modo que tarde o temprano se tiende a imponer el
    proceso de centralización de capital.

    Por otro lado el desarrollo de la producción
    capitalista conduce al desarrollo del sistema de crédito y
    con él surge y se desarrolla una nueva forma de organización del capital industrial, la
    sociedad por
    acciones. La
    transformación del capital individual en capital asociado
    acelera el proceso de centralización del capital y
    principalmente permite la implantación de grandes
    capitales en nuevos ramos sin requerir la formación de
    capitales individuales que posteriormente se funden en un gran
    capital.
    Sea por la fusión de
    capitales individuales o por la formación de sociedades
    anónimas, la centralización del capital
    acentúa la tendencia al aumento del tamaño de los
    capitales individuales y por lo tanto, contribuye para acelerar
    el proceso de acumulación de capital y crecimiento de la
    productividad del trabajo.
    El aumento de la productividad del trabajo se refleja en la
    composición técnica del capital tendiendo a
    aumentar el volumen de medios
    de producción que el obrero convierte en producto en un
    dado periodo de tiempo de
    trabajo. Como condición para el aumento de la
    productividad, aumenta la masa de instalaciones, equipos,
    aparatos y máquinas
    con relación a la fuerza de trabajo. Como efecto del
    aumento de la productividad, el proceso de producción y de
    trabajo absorbe una creciente cantidad de materias primas y
    materiales
    auxiliares. Por ambas razones, aumenta el volumen de los
    medios de producción con relación a la fuerza de
    trabajo.
    El aumento de la composición técnica del capital
    tiende a elevar la composición promedio del capital en
    valor
    tendiendo a crecer pero rápidamente el valor de los medios
    de producción con relación al total de salarios. La
    elevación de la composición del capital en valor
    puede ser más lenta que la elevación de la
    composición técnica del capital si el valor
    promedio de los medios de producción declina con
    relación a los salarios, como consecuencia del aumento de
    la productividad. Sin embargo, para que del punto de vista
    teórico no se deduzca la tendencia al aumento de la
    composición en valor cuando aumenta la composición
    técnica del capital tendríamos que establecer una
    vinculación necesaria entre la acumulación de
    capital con creciente composición técnica y el
    aumento de los salarios con relación a los precios de los
    medios de producción. Tal vinculación fue
    establecida por economistas de la escuela neo –
    clásica no con relación al progreso técnico
    propiamente dicho, pero considerando las alternativas técnicas
    disponibles y colocando la cuestión del proceso de escoger
    técnicas por la empresa
    individual en función de
    los precios relativos de los factores de producción
    teniendo en cuenta la hipótesis de que
    el comportamiento de las empresas trata de
    maximizar el lucro y minimizar los costos de
    producción.

    Este vínculo no está presente en Marx. El
    progreso técnico es colocado en el contexto de la
    competencia entre los capitales individuales. Él da
    ventajas circunstanciales o permanentes a los que primero
    introduzcan las nuevas técnicas y el carácter
    circunstancial o permanente de esas ventajas dependiente del
    proceso de difusión de las nuevas técnicas. Sin
    embargo, tiende a aumentar el tamaño de los capitales
    individuales en consecuencia del aumento en la composición
    técnica del capital y el propio proceso de difusión
    de la técnica implica, la tendencia a la
    eliminación de los capitales que no acompañan el
    progreso técnico y que así son superados por la
    competencia. Por lo tanto, la adopción
    de las nuevas técnicas no envuelve un escoger los métodos
    técnicos por capitales individuales en función de
    los precios de los factores de producción, si no que
    impuestos por
    la competencia de los capitales individuales para que se
    mantengan en los ramos de la producción.

    Además de eso, el progreso técnico
    frecuentemente envuelve una ampliación de la escala de
    producción con lo que ya no es posible establecer un
    vínculo general entre precios de los factores y
    composición del capital teniendo en cuenta el principio de
    maximización del lucro.
    La elevación de la composición del capital hace con
    que el ritmo de crecimiento de la demanda de trabajo sea inferior
    al ritmo de la acumulación de capital. De esto no se
    concluye que el ritmo de crecimiento de la demanda de trabajo no
    pueda en determinadas circunstancias superar el ritmo de
    crecimiento de la disponibilidad de la fuerza de trabajo con lo
    que la tendería a aumentar el nivel de los salarios. Sin
    embargo se deducen algunas conclusiones importantes
    interrelacionadas:
    1) El ritmo de la acumulación de capital ya no está
    necesariamente limitado por factores demográficos externos
    a la propia dinámica del capitalismo,
    aunque, en circunstancias especiales arbitrariamente postuladas
    sea posible la presencia de escasez de fuerza de trabajo.
    2) En términos generales, el proceso de acumulación
    afecta tanto la demanda como la oferta de
    trabajo, pues las transformaciones técnicas que
    acompañan aquél proceso liberan mano de obra que
    queda disponible para la expansión del capital.
    3) Surge entonces, la disponibilidad técnica de desempleo
    permanente en la medida en que el ritmo del proceso de
    acumulación se libera del parámetro
    demográfico y este proceso influye tanto sobre la demanda
    como sobre la oferta de trabajo. Sin embargo la propia existencia
    de desempleo permanente es una condición para que el
    proceso de acumulación se desarrolle sin mayores
    restricciones que aquellas derivadas de las
    características generales de la producción
    capitalista y ella se concretiza a partir de las propias
    características generales de este modo de
    producción que impone la necesidad de acumulación
    del capital, del progreso técnico y la resultante
    elevación de la composición del capital.
    4) El comportamiento del nivel de los salarios deja de ser
    automáticamente determinado por el ritmo del proceso de
    acumulación de capital con relación a un dado ritmo
    de crecimiento de la disponibilidad de fuerza de trabajo. Se
    vuelve necesario precisar las características concretas
    del proceso de acumulación de capital con lo que se
    elimina la posibilidad de una teoría
    general del salario deducible
    apenas de las condiciones generales de la economía
    capitalista. Sin embargo, se mantiene la idea general de que el
    comportamiento del nivel de los salarios no puede implicar una
    caída de la tasa de lucro que amenaza el ritmo de la
    acumulación con lo que se explicita una
    contradicción básica del capitalismo, que es, la de
    que el aumento del nivel de los salarios en general presupone una
    mayor tasa de explotación.
    5) Se concluye así que el crecimiento de la riqueza en el
    capitalismo (a través de la acumulación del
    capital) envuelve la exclusión del proletariado de esta
    riqueza: sea porque algunos son marginados de la propia
    producción encontrándose desempleados, sea porque
    una vez integrados a la producción capitalista, sus
    mayores salarios suponen en general una tasa mayor de
    explotación.
    Esto constituye lo Marx llamó la ley general de la
    producción capitalista.

     

     

     

    Autor:

    Adolfo Terrazas

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