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El hábitat de los dinosaurios




Enviado por fcuenca



     

    Indice
    1. El
    clima de los dinosaurios

    2. Dinosaurios del polo
    sur

    3. Dinosaurios del polo
    norte

    4. Dinosaurios Del
    Desierto

    5. Dinosaurios De La
    Montaña

    6. Dinosaurios Del
    Pantano

    7. Dinosaurios Del
    Bosque

    1. El clima de los
    dinosaurios

    Los dinosaurios
    tuvieron que adaptarse a días de sol abrasador y noches de
    gélida oscuridad. También se producían
    continuas erupciones volcánicas, violentas tormentas y
    riadas repentinas.
    ¿Por qué cambió tanto el clima durante la
    Era de los Dinosaurios? Una razón es que cuando
    aparecieron los primeros dinosaurios, todos los continentes
    estaban unidos. Eso significa que había vastas regiones
    interiores adonde no llegaban los vientos del océano,
    cargados de lluvia, y por eso el clima era más seco. Pero
    cuando los continentes empezaron a separarse, el clima
    cambió progresivamente.
    En el período Jurásico, grandes porciones de
    tierra
    quedaron cubiertas de mares poco profundos, y los vientos
    procedentes del mar llevaron la lluvia a zonas que hasta entonces
    eran desiertos. En el Cretácico, los continentes se
    parecían mucho a los actuales.
    ¿Cómo lograron sobrevivir los dinosaurios en los
    desiertos del Triásico? El primitivo dinosaurio
    herbívoro Lesothosaurus posiblemente entraba en un
    estado de
    sueño o estivación durante las sequías.
    Algunos dinosaurios del desierto quizá estuvieran
    recubiertos por unas púas especiales como algunos lagartos
    espinosos del desierto australiano. Estas espinas retienen el
    rocío que baja por unas ranuras hacia la boca del
    animal.
    En el período Jurásico llovía mucho
    más. Una tormenta tropical era probablemente tan peligrosa
    para los animales como en
    la actualidad. Las aves y los
    insectos de nuestros días no pueden volar entre las
    pesadas gotas de lluvia, pero los reptiles, como los cocodrilos,
    los caimanes y las tortugas, están mucho mejor adaptados.
    Los dinosaurios probablemente se comportaban de un modo parecido
    a estos reptiles.
    La Tierra era
    más fría y seca en el Cretácico. Las selvas
    se aclararon y aparecieron llanuras despejadas con helechos y
    equisetos. Los saurópodos de largo cuello fueron
    sustituidos por dinosaurios herbívoros que se alimentaban
    de plantas
    más bajas. Estas llanuras podían quedar inundadas
    repentinamente después de una tormenta.
    Cuando se declaraba un incendio en los bosques
    prehistóricos, sin duda perecerían grandes grupos de
    dinosaurios. Un rayo o una lluvia de chispas de un volcán
    podían iniciar el fuego. Las llamas desencadenarían
    el pánico inmediatamente entre los animales, igual que en
    las selvas actuales actuando se incendian, y muchos dinosaurios
    morirían aplastados intentando escapar.
    El fin de la Era de los Dinosaurios fue una época de gran
    actividad volcánica. La lava o roca líquida que
    emergía de los volcanes lo
    destruía todo a su paso, y una nube de gases
    venenosos se elevaba en el aire, llevando
    consigo la muerte y la
    destrucción. Un yacimiento de fósiles encontrado en
    una región volcánica de América
    del Norte contenía una enorme manada de Hypacrosaurus que
    quizá murieron a la vez durante una erupción
    gigantesca.
    Un cambio radical
    en el clima del planeta pudo causar la extinción de los
    dinosaurios. Las pruebas
    fósiles indican la posibilidad de que la Tierra recibiera
    el impacto de un inmenso meteorito, o quizá se produjo una
    cadena de erupciones volcánicas. Ambas catástrofes
    habrían provocado la formación de grandes nubes de
    polvo en la atmósfera, capaces de
    ocultar el sol. Los
    dinosaurios posiblemente murieron de frío.

    2. Dinosaurios del polo
    sur

    ¿Te imaginas a un animal viviendo dentro de un
    congelador? Ése es el frío que hace en el Polo Sur,
    en la gran masa terrestre de la Antártida. Casi
    ningún animal o planta puede sobrevivir hoy en el Polo
    Sur, pero hace 140 millones de años los dinosaurios
    quizá caminaran por el mismísimo Polo, donde hoy no
    hay más que nieve y hielo.
    Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra, los continentes no
    estaban distribuidos como hoy. Antes de la Era de los Dinosaurios
    todos los continentes formaban parte de un supercontinente
    llamado Pangea. Hacia el final del Triásico, esta masa
    terrestre empezó a dividirse, y sus fragmentos se
    desplazaron lentamente hacia sus posiciones actuales.
    Durante un tiempo, la enorme
    masa terrestre de la Antártida estaba próxima a la
    costa este de África y unida a Australia. En el mapamundi,
    Australia estaba más al Sur que hoy, y la Antártida
    más al norte. No padecía el frío clima del
    Polo Sur, la base del mundo.
    El clima era entonces, por lo general, más cálido
    en todo el mundo. Enormes zonas de mar abierto rodeaban la tierra
    firme, distribuyendo el calor del
    sol.
    Así, en la época de los dinosaurios la
    Antártida no estaba cubierta de hielo y nieve de cientos
    de metros de grosor. Allí se han encontrado fósiles
    semejantes a los del sur de Australia, que entonces era su
    vecina. Eso demuestra que allí prosperaban numerosos
    árboles, plantas y animales. Era lo
    bastante cálido, incluso, para animales como los
    dinosaurios.
    Hacia finales de la década de 1.980 se habían
    descubierto fósiles en todos los continentes excepto en la
    Antártida. Los expertos llevan mucho tiempo esperando
    descubrir algunos también allí, pero la
    búsqueda es muy difícil entre la nieve y el hielo,
    donde el terreno está congelado.
    En 1.989 llegó la recompensa. Jerry Hocker, del Museo de
    Historia Natural
    de Londres, trabajaba con el servicio
    topográfico británico para la Antártida
    cuando descubrió parte de un esqueleto fosilizado.
    En el Cretácico, el invierno antártico no era tan
    crudo como hoy, pero seguía siendo bastante frío,
    con temperaturas gélidas y noches invernales. Quizá
    el dinosaurio emigraba hacia un lugar más cálido
    para encontrar comida, como hacen los animales actuales, o acaso
    estaba hibernando. Cuando hace mucho frío y hay poco
    alimento en las proximidades, muchos animales actuales
    hibernan.
    La búsqueda de fósiles prosigue en la
    Antártida. También se han realizado grandes
    descubrimientos en el extremo sudeste de Australia, cerca de
    Melbourne, en un lugar llamado Dinosaur Cove. Hace 100 millones
    de años las antiguadas rocas de
    allí estaban unidas a la Antártida por un valle, de
    modo que es casi lo mismo que buscar dinosaurios en la
    Antártida pero mucho más fácil porque hace
    más calor.
    En la Era de los Dinosaurios, Dinosaur Cove estaba casi en el
    círculo polar Antártico. En primavera, el hilo y la
    nieva se derretían y arrastraban hacia los valles los
    restos de animales que quedaban enterrados, y se
    convertían en fósiles. Los expertos de las
    universidades australianas han encontrado más de 150 tipos
    de fósiles diferentes. Creen que la temperatura
    media quizá alcanzara los 10 ºC.
    Los fósiles muestran que muchas plantas vivieron
    allí y probablemente también en la
    Antártida, apenas un valle de distancia. Los troncos de
    los árboles conservados muestran anillos de crecimiento
    que prueban que el clima era lo bastante cálido para que
    crecieran durante parte del año. En la estación
    cálida, el paisaje era verde y exuberante, con plantas
    como helechos, ginkgos, cicadáceas y algunas flores.
    Entre las plantas vivían muchas especies de insectos y
    reptiles. Las aves y los pterosaurios cruzaban los cielos. Los
    plesiosaurios, los anfibios, las torturas y los peces poblaban
    los ríos y largos. ¿Y qué hay de los
    dinosaurios? Pequeños herbívoros parecidos al
    bípedo Hypsilophodon y los dinosaurios con cuernos se
    alimentaban de platas. Los ágiles dinosaurios avestruz
    atrapaban insectos y pequeños animales. Todos ellos eran
    presa de los grandes dinosaurios carnívoros parecidos al
    Allosaurus y al Megalosaurus.
    Los fósiles muestran que estos animales y plantas
    sobrevivían al frío y la oscuridad durante semanas.
    Sin luz las plantas
    no crecen, y la mayoría de los animales probablemente se
    quedaban inactivos, ya que había poco alimento para ellos.
    Quizá pasaban el invierno durmiendo en cuevas.
    Un hallazgo poco corriente muestra que
    algunos dinosaurios podían ver en la oscuridad. Se trata
    del cerebro
    fósil de un pequeño dinosaurio bípedo. Este
    cerebro tiene grandes lóbulos ópticos que son las
    áreas encargadas de la visión.
    Este dinosaurio herbívoro llamado Leaellynasaura
    quizá usaba su aguda vista para buscar alimento en los
    oscuros días de
    invierno. Probablemente comía hojas caídas o
    raíces de plantas. Acaso la grasa que almacenaba en su
    cuerpo durante el verano le ayudaba a sobrevivir. Estos
    fósiles son muy recientes. Los expertos aún no han
    decidido qué aspecto tenían estos
    dinosaurios.

    3. Dinosaurios del polo
    norte

    En un mapa o en una esfera terrestre, el Ártico
    se representa como una zona blanca con el Polo Norte en el
    centro. Pero no es tierra firme, sino un inmenso casquete de 5-10
    metros de espesor que flota en el océano Ártico. En
    el Polo Norte no hay tierra firme, al contrario que en el Polo
    Sur.
    La Tierra gira alrededor del Sol un poco inclinada, lo que
    significa que el Ártico queda más alejado del Sol
    en invierno, y recibe muy escasa luz del día durante
    muchas semanas. En esta época, el Ártico es un
    lugar de frío intenso, con vientos glaciales y una noche
    interminable. Sobre el océano casi congelado flotan los
    icebergs y el hielo compacto. ¿Cómo podían
    vivir allí los dinosaurios o cualquier otro ser?
    Los dinosaurios vivieron en las tierras que rodean al
    Ártico. Incluían herbívoros como el
    Parasaurolophus, carnívoros parecidos al Tyrannosaurus y
    al Troodon, y muchos otros animales y plantas.
    En el Ártico hay un poco de tierra firme. El norte de
    Europa, Alaska,
    Canadá, Groenlandia, Islandia y la Federación Rusa
    se internan en el círculo Polar Ártico.
    Durante la Era de los Dinosaurios, estas tierras no tenían
    la forma actual. Durante millones de años se han
    desplazado por el planeta. Cuando aparecieron los primeros
    dinosaurios, toda Norteamérica estaba mucho más al
    Sur, lejos del Círculo Ártico.
    En tiempos de los dinosaurios, el clima del mundo era, en
    general, más cálido. En el Polo Norte no
    había una inmensa capa de hielo, pero la Tierra giraba
    alrededor del Sol con la misma inclinación que hoy en
    día. Por eso, en el extremo Norte había semanas de
    oscuridad invernal y el clima era, probablemente, casi
    gracias.
    Los científicos han encontrado fósiles de
    dinosaurios en la Norteamérica central, pero no
    sabían hasta qué latitud al Norte llegarían
    los restos de dinosaurios. Estos animales habrían tenido
    dificultades para soportar las bajas temperaturas y las largas
    semanas de oscuridad.
    En 1.985, Bill Clemens y su equipo de la universidad de
    California fueron de expedición a Alaska. Excavaron
    buscando fósiles en la costa Norte, cerca del río
    Coleville. Tuvieron suerte y encontraron restos de dinosaurios.
    Pertenecían a los hadrosaurios con pico de pato
    Parasaurolophus y Edmontosaurus, y estaban encajados en
    rocas.
    La expedición de Bill Clemens encontró
    también dientes fósiles de dinosaurios
    carnívoros, parecidos al Tyrannosaurus y al Troodon.
    Finalmente se habían descubierto dinosaurios
    árticos, pero los hallazgos plantearon nuevas preguntas.
    ¿Podían vivir allí los dinosaurios todo el
    año o migran de Norte a Sur y viceversa cada
    año?
    En Alaska se han encontrado muchos animales y plantas
    fósiles de la Era de los Dinosaurios. Las plantas eran las
    mismas que se encuentran hoy en el norte de Europa. Esta rica
    vegetación suponía un festín para los
    dinosaurios herbívoros durante el verano.
    Pero las plantas como las cicadáceas eran casi todas
    caducifolias. Perdían las hojas durante el largo y oscuro
    invierno y dejaban de crecer. Sin plantas verdes habría
    habido poco alimento para los dinosaurios y otros animales.
    Entonces, ¿qué hacían ellos en invierno?
    Allí se han encontrado fósiles de Parasaurolophus,
    tanto de adultos como de crías. Algunos científicos
    creen que pasaban toda su vida en la región ártica.
    Lo sugieren los fósiles de dinosaurios más
    jóvenes, demasiado pequeños para ir muy lejos
    andando. Quizá sobrevivían en invierno
    permaneciendo fríos e inactivos en una especie de
    hibernación o sueño invernal, como muchos lagartos,
    serpientes y otros reptiles de hoy en día. Otros
    dinosaurios habían intentado ir hacia el Sur durante el
    invierno, alimentándose de raíces y tallos de
    plantas.
    Cuando la temperatura desciende y escasea el alimento, algunos
    mamíferos como los lirones se sumergen en
    un profundo sueño invernal llamado hibernación. Su
    cuerpo se enfría y su respiración y el latido del corazón se
    vuelve muy lento. Los reptiles también se vuelven
    más lentos en el frío invierno, cuando sus cuerpos
    están demasiado fríos para moverse con rapidez. Si
    el frío es excesivo, estos animales no pueden moverse en
    absoluto.
    Otros científicos creen que los dinosaurios podían
    sobrevivir a un largo y frío invierno, por lo que
    deberían efectuar largas migraciones anuales. Migración
    es un viaje a larga distancia. Los animales migran para encontrar
    mejor alimento o mejores lugares para sus crías, o para
    evitar las condiciones adversas. Muchas migraciones son viajes
    estacionales regulares. Los animales migratorios actuales
    incluyen al alce, al caribú, los ciervos, mariposas entre
    los terrestres; las ballenas y las focas, entre los marinos; y
    los gansos y muchas otras aves, entre los voladores. Todos
    éstos van al Norte en verano y pasan esta breve
    época alimentándose. En otoño vuelven hacia
    el Sur para evitar los oscuros y fríos meses de
    invierno.
    Los huesos
    fósiles y las huellas de otros lugares indican que los
    hadrosaurios como el Parasaurolophus o el Edmontosaurus
    probablemente vivían en rebaños. Los primeros
    encontrarían la seguridad en su
    gran número durante los prolongados viajes. Quizá
    lo hacían lo mismo que los caribús actuales; viajar
    hacia el Norte en primavera, alimentarse de las plantas
    árticas en verano y regresar hacia el Sur en otoño.
    Los dinosaurios tiranosáuridos los habrían seguido
    como los lobos siguen a los caribús, sorprendiendo a los
    extraviados, los enfermos, los más jóvenes y
    también a los más viejos.
    Los animales migratorios tienen más oportunidades de
    sobrevivir si se mantienen en contacto. Los Parasaurolophus
    usaban sus crestas huecas para llamarse unos a otros.

    ¿Cómo se explica que se encuentren juntos
    fósiles de dinosaurios jóvenes y adultos? Los
    jóvenes quizá salían del huevo en el
    Norte, se alimentaban de plantas veraniegas y crecían lo
    suficiente como para emigrar hacia el Sur, o quizá
    salían ya del huevo en el Sur, donde el clima era
    más cálido. En Alaska no se han encontrado nidos de
    dinosaurios. Nuevos descubrimientos pueden solucionar los
    misterios de los dinosaurios árticos.

    4. Dinosaurios Del
    Desierto

    En casi todos los desiertos secos crecen algunas
    plantas, como cactos, y hay animales que las comen. Las rocas y
    los fósiles muestran que en la Tierra hubo desiertos
    durante la Era de los Dinosaurios, y algunos de éstos
    consiguieron vivir en ese medio.
    En la época de los primeros dinosaurios, el
    Triásico, se formaron capas de roca arenisca. Ésta
    se compone de granos de arena arrastrados por el viento del
    desierto. Los granos quedaron enterrados y se convirtieron en
    rocas. En estas rocas se han descubierto dinosaurios.
    En algunos desiertos puede hacer mucho frío. Un desierto
    es un lugar muy seco, con 100 milímetros de lluvia o menos
    al año. Puede ser cálido como el Valle de la
    Muerte de
    California, donde las temperaturas superan los 50 ºC, la
    mitad del punto de ebullición del agua, o
    fríos como partes de la Antártida, donde el agua cae
    principalmente en forma de nieve. Muchos desiertos pueden ser
    tórridos de día pero helados por la noche.
    Hoy en día viven en los desiertos muchos reptiles,
    incluida la serpiente de cascabel, que se desliza sobre la
    cliente arena
    ofreciendo la mínima superficie posible. El lagarto de
    cuello hinchado vive en las zonas secas de Australia.
    Al principio de la década de 1.920, una expedición
    de buscadores de
    fósiles realizó asombrosos descubrimientos en las
    rojas rocas areniscas del desierto de Gobi, en Mongolia.
    Encontraron docenas de esqueletos de Protoceratops, un
    pequeño dinosaurio con cuernos, de hace 80 millones de
    años. Había individuos de todos los tamaños,
    desde crías hasta adultos, y nidos fosilizados.
    El Protoceratops probablemente excava zanjas poco profundas y
    podía los huevos sobre la arena. Quizá vigilaba los
    nidos hasta que las crías salían del huevo, porque
    los desiertos son lugares ideales para los ladrones de
    huevos.
    Los reptiles son animales comunes en los desiertos de hoy. Los
    lagartos y las serpientes toman el sol para calentar su cuerpo y
    poder moverse
    rápidamente. Su piel escamosa
    conserva la humedad corporal y su orina es densa, pastosa. Esto
    significa que no necesita beber mucha agua para sobrevivir. Los
    huevos de reptil tienen la cáscara impermeable para no
    deshidratarse.
    Los dinosaurios eran reptiles y se habrían apartado a la
    vida del desierto de la misma manera que los reptiles actuales.
    Los mamíferos, por otra parte, jadean, sudan y producen
    orina líquida, por lo que necesitan más agua.
    Durante el período Triásico tanto los dinosaurios
    como los mamíferos empezaban a multiplicarse, pero el
    supercontinente Pangea era cálido y seco en su centro. El
    hecho de que los reptiles estuvieran bien adaptados a la vida en
    tales lugares quizá haya sido una de las razones por las
    que los dinosaurios dominaron entonces la tierra y los
    mamíferos no.
    En los desiertos se forman bien los fósiles. Si un animal
    muere en un lugar húmedo su cuerpo pronto es devorado por
    los carroñeros y se descompone con la humedad. En un
    desierto puede quedar cubierto rápidamente por la arena
    que arrastra el viento, y es más probable que se conserve.
    El calor y la sequedad pueden, incluso, momificar el cuerpo de
    manera que algunas partes blandas se conviertan en
    fósiles.
    En el desierto hay poco suelo
    orgánico, poblado por escasos árboles y plantas.
    Las rocas desnudas están muy calientes de día y
    frías de noche, lo que determina su agrietamiento y
    disgregación. EL viento y las tormentas repentinas
    arrastran y desgastan los fragmentos de roca en pequeñas
    partículas de arena. Esto significa que continuamente
    quedan expuestas nuevas rocas y nuevos fósiles. Muchas
    zonas secas, como las erosionadas tierras occidentales de
    Norteamérica y el desierto de Gobi, en Mongolia, son
    lugares excelentes para los buscadores de fósiles.
    Algunos dinosaurios quizá encontraron formas de sobrevivir
    bajo el tórrido sol del desierto. El Ouranosaurus
    medía 7 metros de longitud y sus fósiles se
    encuentran en las rocas cretácicas de África,
    probablemente un desierto en aquella época. Este
    dinosaurio tenía una larga vela de piel a lo largo de su
    lomo.
    Quizá usara su vela para controlar la temperatura del
    cuerpo. Tras una fría noche se expondría al sol y
    absorbería el calor con la gran extensión de su
    vela. Así se calentaría rápidamente y
    estaría preparado enseguida para la acción. Si se
    calentaba demasiado podía colocarse en un lugar sombreado
    y extender la vela a la brisa para refrescarse.
    El Spinosaurus vivió aproximadamente en la misma
    época, hace 100 millones de años. Este gran
    carnívoro también tenía una vela de casi 2
    metros de alto que, como el Ouranosaurus, la usaría para
    calentarse rápidamente tras el frío de la
    noche.
    Casi todos los animales del desierto evitan el calor
    enterrándose en el suelo o tumbándose a la sombra
    de las rocas. Algunos tienen grandes orejas, como el fénec
    actual, que actúan como la vela de estos dos dinosaurios y
    sirven para librarse del exceso de calor del cuerpo. Otros,
    cuando tienen que sobrevivir a una temporada muy seca, se
    entierran profundamente y permanecen inactivos durante semanas e
    incluso meses, hasta que termina el período seco y que
    llegue una de las raras tormentas del desierto y se vuelven
    activos de
    repente, y vuelven a su modo de vida habitual. Soportar
    así los períodos secos se llama estivación.
    Se parece a la hibernación, cuando los animales duermen
    durante una época fría. Muchos animales actuales
    recurren a este proceso, la
    estivación; las lombrices, que se entierran profundamente
    en el suelo, los caracoles, que sellan la entrada de su
    caparazón, etc.
    El Lesothosaurus era un minúsculo dinosaurio bípedo
    que vivió en África hace 195 millones de
    años. Se han encontrado juntos los fósiles de
    varios ejemplares en las areniscas rocas de Red Beds, en
    Sudáfrica, que era probablemente un desierto. Tenía
    minúsculos dientes para desgarrar hojas. Algunas de las
    mandíbulas de los fósiles tenían afilados
    dientes nuevos. Cerca había
    dientes muy gastados. ¿Por qué?
    Algunos científicos creen que este dinosaurio
    dormía o estibaba durante la larga estación seca.
    En este tiempo quizá se le caían los dientes
    antiguos y le crecían otros nuevos, preparándose
    para aprovecharse de las plantas nuevas. Por algún
    accidente, un grupo de ellos
    en estivación se quedó enterrado y se
    conservó.

    5. Dinosaurios De La
    Montaña

    Las tierras altas son excelentes lugares excelentes para
    observar el paisaje. Si asciendes desde los valles y llanuras
    hasta las laderas de los montes, verás que el paisaje se
    extiende a gran distancia bajo tus pies. Más arriba, en
    las montañas
    propiamente dichas, la tierra se ve como un mapa a tamaño
    natural.
    En general, hoy hace demasiado frío para que los reptiles
    vivan en las tierras altas, pero millones de años
    atrás el mundo era más cálido, por lo que
    algunos dinosaurios quizá vivieran en esas regiones. O
    quizá subían allí en verano, como las
    ágiles gamuzas actuales.
    Las rocas que contienen fósiles del Anchisaurus, un
    prosaurópodo, sugieren que este dinosaurio era un morador
    de las tierras altas. Se trata de un precursor de los
    saurópodos que vivió a principios del
    Jurásico en América del Norte. En Sudáfrica
    se han encontrado parientes cercanos suyos. Estas zonas
    están separadas hoy por un ancho océano, pero en
    aquella época todos los continentes estaban unidos.
    El Anchisaurus medía unos 2 metros de longitud.
    Tenía el cuello y la cola muy largos, caminaba
    principalmente sobre las patas traseras y sujetaba la comida con
    las delanteras. Probablemente era herbívoro, porque
    tenía dientes sin filo, el estómago muy grande y
    los intestinos muy largos, necesarios para digerir las plantas
    duras que crecían en las tierras altas y secas.
    Los animales de tierras altas no se quedan quietos admirando el
    paisaje. Están demasiado ocupados intentando sobrevivir.
    Las tierras altas son frías, y cuanto más se sube,
    más desciende la temperatura; incluso unos pocos cientos
    de metros suponen una notable diferencia.
    Con frecuencia las tierras altas son rocosas y carecen de
    vegetación. Cuanto más empinadas son las laderas,
    más deprisa descienden por ellas la lluvia y la nieve del
    deshielo, y el agua arrastra la tierra dejando la roca desnuda.
    La ventaja es que hay pocos competidores y pocos
    depredadores.
    En las tierras altas de roca caliza, en barrancos y cuevas del
    sudoeste de Inglaterra, se
    encontraron fósiles de Thecodontosaurus, otro dinosaurio
    primitivo antecesor de los saurópodos. Era pequeño,
    de cuello corto, quizá vivía dentro y alrededor de
    las cuevas. Su alimento consistía en las escasas plantas
    de la zona, y las cuevas lo protegían del cálido
    sol del mediodía y de las noches frías.
    Suponer cómo vivían y morían los dinosaurios
    estudiando los fósiles y rocas puede ser engañoso.
    Por ejemplo, los animales que se encuentran enterrados en un
    lugar quizá vivían muy lejos. Cuando murieron, los
    ríos desbordados durante la estación lluviosa
    arrastraron los cuerpos a largas distancias hasta los pantanos.
    Muchos dinosaurios que se creía habitaban las tierras
    bajas quizá vivieron realmente en tierras altas.
    En 1.881, el buscador de fósiles David Baldwin
    encontró algunos fragmentos de fósiles de
    dinosaurio en un lugar llamado Ghost Ranch, en Nuevo México,
    EE.UU. A partir de estos restos, el experto en dinosaurios Edward
    Cope dio nombre a uno de los primerísimos dinosaurios, el
    Coelophysis. En 1.947, otra expedición encontró en
    Ghost Ranch un fantástico cementerio de dinosaurios donde
    había quedado un rebaño de estos dinosaurios.
    ¿Por qué había tantos fósiles juntos?
    Quizá este veloz dinosaurio bípedo cazaba en
    rebaños. Las pruebas sugieren que vivían en bosques
    de tierras altas, acaso cerca de los ríos. Una tormenta
    repentina pudo inundar la zona y arrastrar sus cuerpos corriente
    abajo hasta una orilla, donde encallaron y se fosilizaron.
    Las tierras altas secas no son lugares ideales para que se formen
    fósiles. En estos parajes desnudos, los animales muertos
    son devorados con rapidez por los carroñeros, mucho antes
    de que sus restos puedan fosilizarse. Cuando sólo se
    encuentran unos fósiles de dinosaurios incompletos, puede
    deberse a dos razones; que el dinosaurio era realmente raro, o
    que vivía en lugares como las tierras altas, donde hay
    pocas posibilidades de fosilizarse.
    El Arrhinoceratops era un dinosaurio con cuernos, de la familia de
    los ceratópsidos. Medía unos 6 metros de longitud,
    y tenía una placa ósea en el cuello y tres cuernos
    en la cara. Vivió a finales del Cretácico, hace 75
    millones de años, en lo que hoy es Utah, EE.UU. Sus huesos
    no son tan corrientes como los fósiles de sus primos con
    cuernos, pero este dinosaurio quizá fuera tan frecuente
    como sus parientes. Sus huesos no se han conservado porque
    vivía en tierras altas, donde raramente se fosilizan los
    restos.
    En las tierras actuales, las cabras montesas y carneros machos se
    embisten hacia chocar sus cuernos y cabezas. Actúan
    así para decidir quién es el más fuerte y
    puede aparearse con las hembras. Los cuernos y el cráneo
    de estos animales son gruesos y resistentes para absorber el
    impacto de los duelos a cabezazos. El cráneo de los
    paquicefalosaurios era parecido y tenía una gruesa
    cúpula en la parte superior, a modo de casco
    protector.
    El Stegoceras, un paquicefalosáurido que vivió hace
    80 millones de años, medía 2 metros de longitud.
    Era herbívoro y bípedo. Imagínate un
    pequeño rebaño que vivían entre riscos y
    acantilados y que se pelaban a cabezazos parra demostrar
    quién era el jefe y quién conseguía
    aparearse.

     

    6. Dinosaurios Del Pantano

    Para los humanos, las tierras húmedas, como
    ciénagas, marismas, pantanos y las orillas de ríos
    y lagos resultan muy incómodas. Nos hundimos en el barro,
    nos mojamos y tenemos frío. Además, nos pican
    numerosos insectos. Un lugar seco y cálido es mucho mejor
    para nosotros.
    Pero para muchos animales, las tierras húmedas son lugares
    fabulosos. En efecto, los herbívoros encuentran en ellas
    abundancia de cañaverales, juncos y otras plantas. Los
    carnívoros, por su parte, hallan a su disposición
    grandes cantidades de pequeños animales; insectos,
    lombrices, peces y ranas. Además, hay mucha agua para
    beber. Los reptiles sienten especial
    preferencia por las tierras húmedas.
    Muchos dinosaurios vivían en pantanos, ríos y otras
    tierras húmedas. Los sabemos porque junto a los huesos se
    han conservado los fósiles de peces y plantas de dichas
    zonas. Al principio de la Era de los Dinosaurios, predominaba el
    clima cálido y seco, y había pocas marismas, pero
    durante el Jurásico llovió mucho más.
    Aparecieron pantanos, marismas y grandes ríos
    serpenteantes. Era un paraíso tropical húmedo para
    algunos de los dinosaurios más famosos.
    El aire ayuda a la formación de huellas fósiles.
    Los dinosaurios y otros animales caminaban sobre la arena o el
    barro y dejaban huellas expuestas al aire libre. Las pisadas se
    secaban con el calor y más tarde se rellenaban de fino
    lodo, que quedaba enterrado y con el tiempo se convertía
    en roca. Así se conservan las pisadas. Las huellas nos
    indican cómo se desplazaban estos reptiles, si
    vivían en grupo y cómo cazaban.
    Hace unos 150 millones de años, un gran saurópodo
    dejó un claro rastro de huellas sobre las arenosas
    llanuras de lo que hoy es Texas. Cada pisada medía 1 metro
    de ancho, el diámetro de un bombo de batería. Las
    huellas se secaron, se cubrieron de barro y con el tiempo se
    convirtieron en fósiles. Los científicos han
    mediado el tamaño y la profundidad de las huellas y la
    distancia entre ellas. Estos datos demuestran
    cómo caminaban estos grandes animales. La mayoría
    de los saurópodos avanzaban a unos 5 kilómetros por
    hora, más o menos como las personas.
    En varios yacimientos de fósiles hay rastros de huellas
    paralelas de saurópodos estampadas sobre el blando suelo
    cenagoso. Probablemente las dejaron rebaños de animales en
    movimiento, lo
    que demuestra que estos dinosaurios viajaban en grupo. A menudo,
    las huellas más grandes están en el exterior y las
    más pequeñas, en el centro. Quizá las
    crías de estos grandes dinosaurios viajaban bien
    protegidas en el centro, rodeadas por los enormes adultos,
    más fuertes.
    Otras huellas fósiles encontradas en Texas parecen ser
    sólo de las patas delanteras de un saurópodo. Este
    dinosaurio era demasiado grande para hacer la vertical. Una
    explicación es que iba cruzando un lago poco profundo
    apoyándose en las patas delanteras y dejando flotar las
    traseras y la cola. Sólo apoya una de las patas traseras
    cuando quería cambiar de dirección.
    A finales del período Cretácico, el nivel del mar
    subió y aisló a los continentes que iban a la
    deriva. Grandes llanuras aluviales cruzaban Europa. Gran parte de
    América del Norte se convirtió en una selva
    pantanosa. Eran buenos lugares para vivir, con comida y agua en
    abundancia, y hoy son lugares ideales para encontrar
    fósiles de dinosaurio.
    Se han encontrado fósiles de Iguanodon en Europa, Asia y
    África. Comía plantas como helechos y equisetos,
    que crecen en lugares húmedos. En 1.878 se encontraron 39
    esqueletos suyos en una mina de carbón de Bélgica.
    Sabemos que estos dinosaurios murieron cerca del agua, porque
    junto a ellos se encontraron enterrados peces, cocodrilos y
    tortugas.
    Hace 75 millones de años, las tierras áridas
    centrales de América del Norte estaban cubiertas de
    marismas tropicales. En esta región se encuentran tantos
    fósiles de dinosaurio que ha sido declarada patrimonio de
    la humanidad por las Naciones Unidas,
    como las pirámides de Egipto.
    Los hadrosaurios, ceratópsidos, Anquilosaurios y
    ornitomímidos vivieron allí en los últimos
    años del Cretácico. Eran presa de
    fieros carnívoros como, entre algunos, deinonicosaurios,
    como el Dromaeosaurus; y varios tiranosáuridos, como el
    Albertosaurus.
    Uno de los dinosaurios herbívoros nombrados antes era el
    Anchiceratops, un Ceratópsido con una placa ósea
    muy larga en el cuello. Sus fósiles se encontraron entre
    carbón, que son los restos fosilizados de las plantas de
    aquellos bosques pantanosos.
    Durante el período Jurásico, el centro de Europa
    estaba compuesto sobre todo por islas y albuferas. Allí se
    han encontrado muchos fósiles, conservados con todo
    detalle en el finísimo barro y la arena que se depositaron
    sobre los cuerpos de los animales que caían en el
    agua.
    Uno de estos animales jurásicos era el Compsognathus, un
    minúsculo dinosaurio que corría junto al agua
    persiguiendo pequeños animales.
    Tanto si cazaban entre las dunas de arena próximas al mar
    como si chapoteaban entre la exuberante vegetación de las
    marismas de tierra adentro, muchos dinosaurios estaban bien
    equipados para sobrevivir en los lugares
    húmedos.

    7. Dinosaurios Del
    Bosque

    Si fueran un animal salvaje, ¿dónde
    vivirías? Un bosque quizá fuera el mejor lugar. Los
    árboles te protegen del sol, el viento, la lluvia y la
    nieve. Puedes refrescarte a la sombra o calentarte en los claros
    soleados. Hay lugares para refugiarse o esconderse, y
    podrías comer hojas, flores, bayas, frutas y frutos secos.
    También hay arroyos y charcas para beber y lavarse. Como
    los dinosaurios, hoy muchos animales viven en bosques.
    Los científicos creen que algunos dinosaurios
    vivían en los bosques porque han encontrado sus
    fósiles junto a otros de hojas y árboles y los
    restos de otros animales habitantes de este medio.
    Durante la Era de los Dinosaurios surgieron y desaparecieron
    bosques. El Triásico fue seco y cálido, por lo que
    las selvas tupidas eran escasas. Al volverse el clima más
    húmedo en el Jurásico, los bosques tropicales se
    extendieron. Gran parte del carbón se formó durante
    este tiempo. A lo largo del Cretácico, amplias extensiones
    de tierra firme quedaron inundadas.
    El carbón del Jurásico. En las cálidas y
    húmedas selvas, las plantas y los árboles se
    descomponían y formaban turba, que quedaba enterrada. A lo
    largo de millones de años, la turba se transformó
    en una roca negra y reluciente llamada carbón. El
    carbón está compuesto por madera y hojas
    fosilizadas, y por eso arde tan bien. El principal período
    de formación del carbón fue el Carbonífero,
    un período que terminó hace 80 millones de
    años antes de que empezara el Jurásico. Pero el
    carbón de éste último, demuestra que en esa
    época tuvo que haber grandes selvas.
    El Coelurus era un dinosaurio del Jurásico de unos 2
    metros de longitud. Era un terópodo de huesos ligeros.
    Atrapaba animales pequeños con sus garras, en los bosques
    de América del Norte.
    El Dicraeosaurus era un saurópodo. Vivió en el sur
    de África, en el Jurásico. Pero era más
    pequeño y tenía el cuello y la cola más
    cortos que la mayoría de los saurópodos,
    quizá para no verse obligado a competir con sus parientes
    próximos.
    Imagínate a un Dicraeosaurus, un Barosaurus y un
    Brachiosaurus, los cuales eran saurópodos,
    alimentándose de las hojas de un solo árbol. El
    primero tenía el cuello corto y llegaba sólo a unos
    6 o 7 metros. El cuello más largo del segundo le
    permitía alcanzar los 8 o 9 metros. El tercero, con su
    largo cuello y sus patas delanteras podía llegar hasta los
    12 metros. Así, estos dinosaurios comían a
    distintos niveles y había alimento para todos.
    Hylaeosaurus significa reptil de los bosques. Los fósiles
    de este dinosaurio se encontraron en 1.833. Era un
    nodosáurido, ya que tenía duras protuberancias
    óseas y gruesas espinas a lo largo del lomo. Vivió
    en el sur de Inglaterra, en el Cretácico.
    El Corythosaurus era un dinosaurio muy grande con pico de pato.
    Vivió en Alberta, Canadá; y en Montana, EE.UU., a
    finales
    del Cretácico. El contenido fosilizado de su
    estómago muestra que se alimentaba de hojas de magnolia y
    pino, semillas y frutos, por lo que es de suponer que
    vivía en los bosques. Tenía además una
    extraña cresta redondeada, de unos 30 centímetros
    de altura, en forma de medio plato. ¿Por qué?
    Esta cresta hueca quizá servía al dinosaurio para
    emitir potentes sonidos. Muchos animales actuales de los bosques
    se comunican mediante sus bramidos, ya que no pueden verse unos a
    otros entre el tupido follaje. Se llaman para mantenerse en
    contacto con el grupo o para ahuyentar a los enemigos. Los monos
    aulladores tienen una bolsa especial en la garganta que les
    permite aullar.
    El Parasaurolophus era otro dinosaurio con pico de pato que
    vivió en los bosques del Cretácico de
    América del Norte. La cresta de la parte posterior de su
    cabeza medía 2 metros de longitud, más que una
    persona
    adulta. Quizá usara esta cresta como casco para abrirse
    paso entre la tupida vegetación. El casuario, un ave
    actual de las selvas australianas, usa su cresta del mismo
    modo.
    Los científicos creen que los hadrosáuridos
    vivían en grupos o manadas. Sus crestas quizá
    estuvieran cubiertas de piel y escamas de vivos colores, que
    utilizarían como vistosos estandartes para enviar
    señales visuales entre los árboles a sus parejas y
    rivales. Entre las sombras del bosque, sólo serían
    visibles los colores más vivos.
    No sólo los hadrosáuridos se podían
    comunicar con colores. Muchos otros animales actuales se
    comunican utilizando el color y el
    movimiento para enviar mensajes como para aparearse o defenderse.
    El lagarto de collas americano usa su vivo color azul para atraer
    a la cabeza. El lagarto macho de la especie Anolis es verde, y
    tiene un pliegue de piel de un rojo intenso en la garganta que se
    extiende para impresionar a su pareja. El clamidosaurio
    australiano hincha su gorguera de color amarillo para ahuyentar a
    sus enemigos. Todos estos animales son reptiles, como los
    dinosaurios, por lo que es posible que algunos dinosaurios
    hicieran lo mismo.
    El Dromiceiomimus vivió al mismo tiempo que los
    dinosaurios con pico de pato americanos. Era un dinosaurio
    avestruz con pico. Podía correr a gran velocidad
    sobre sus largas y delgadas patas traseras, persiguiendo
    pequeños mamíferos y reptiles.
    Tenía los ojos muy grandes y el cerebro mucho mayor, con
    relación al tamaño de su cuerpo, que otros
    dinosaurios.
    Muchos dinosaurios eran animales bastante grandes, con los pies
    firmemente plantados en el suelo. No hay ninguna prueba de que ni
    siquiera los dinosaurios más pequeños treparan a
    los árboles. Los diminutos mamíferos de la Era de
    los Dinosaurios, parecidos a musarañas, habrían
    considerado que los árboles eran lugares ideales para
    ocultarse. Con su abrigo de piel y su sangre caliente,
    los mamíferos podían permanecer activos y cazar
    incluso en las noches más frías, mientras los
    dinosaurios dormían.

     

     

     

    Autor:

    Fernando cuenca

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