Estupefacientes, Clasificación
La Drogadependencia y su relación con
el delito
consumo de un veneno.
El
Comité de Expertos de la Sociedad de las Naciones, en 1957, pronunció que la toxicomanía
es un estado de intoxicación periódica o crónica, provocada por el empleo
reiterado de ciertas sustancias tóxicas.
Es
digno destacar que se le otorga a las sustancias tóxicomanigenas la calidad del
veneno, lo cual es correcto, toda vez que ellas poseen una marcada
toxicidad propia (algunos la denominan poder tóxicomanogeno, amén de la
toxicidad derivada del uso prolongado o repetido.
En
el orden clínico, los franceses Antonine y Maurice Porot, definen: la
toxicomanía es una apetencia normal y prolongada manifestada por ciertos
sujetos hacia sustancias tóxicas cuyos efectos analgésicos, euforísticos o
dinámicos han conocido accidentalmente o buscado voluntariamente; apetencia que
se ve convertida en hábito tiránico y comporta, casi inevitablemente, un
aumento progresivo de la dosis.
La ley 23.737 (promulgada el 10 de octubre de 1989),
que es la que rige en nuestro país en materia de estupefacientes, en su art.
40, otorga definición pragmática del término estupefaciente: El término
estupefacientes comprende los estupefacientes, psicotrópicos y demás
sustancias susceptibles de producir dependencia física o psíquica, que se
incluyan en las listas que la autoridad sanitaria debe elaborar a este fin, y
actualizar periódicamente por decreto del Poder Ejecutivo Nacional.
La
Organización Mundial de la Salud en el año 1965 sugirió reemplazar las
denominaciones adicción y hábito, por dependencia respecto a las drogas.
No obstante, se continúa utilizando la palabra hábito para clasificar los
efectos de aquellas drogas que provocan sólo dependencia psíquica, y el término
adicción para las que generan dependencia física.
El
Comité de Expertos de la Organización Mundial de la Salud, dice: …dependencia
respecto a las drogas es el estado que resulta de la absorción de una droga,
repetida periódicamente o continuamente.
grupos.
a) Euphorica.-
Comprende los venenos sedativos del espíritu, tales como el opio y sus
derivados: morfina, heroína, codeína, dionina. Dicho autor incluye en este
grupo la cocaína, sobre la cual haremos luego una pequeña consideración.
b) Phantástica.-
Comprende los venenos alucinatorios de los sentidos: LSD, mescalina ( de
ciertos cactus alucinógenos), psilocibina (de ciertos hongos alucinatorios) y,
aunque ciertos permisionistas opinen lo contrario, la marihuana.
c) Inebrantia.-
Se incluyen en este grupo los venenos embriagadores, como el alcohol y el éter,
debiéndose incluir también los inhalantes, lamentablemente difundidos hoy entre
los adolescentes (nafta, ésteres, hidrocarburos aroma´ticos, etcétera).
d) Hipnótica.-
Comprende las sustancias narcóticas como los barbitúricos, benzodiacepinas,
fenotiacinas, metaqualona, mazindol.
e) Exitantias.-
Sustancias estimulantes del psiquismo, tales como la cocaína, las anfetaminas y
el cath y, en menor grado, la cafeína y el tabaco.
Asia Menor. Su nombre
botánico es Papaver Somniferum, y de sus cásulas (frutos) se extrae,
mediante una adecuada incisión, un látex que, por oxidación al aire adquiere un
color pardo oscuro: es el opio, producto rico en ciertos alcaloides provistos
de potente acción farmacológica: morfina, papaverina, codeína y tebanía. Del
opio se obtiene la morfina, polvo blanco cristalino, que mediante un proceso
químico relativamente sencillo se transforma en heroína (diacetil morfina).
Cada planta de amapola
rinde unos cinco gramos de opio bruto, que contiene alrededor del 10% de la
morfina.
Tanto la morfina como la
heroína son utilizadas por los adictos por vía endovenosa, mediante la
autoinyección. Ambos alcaloides producen efectos hipnóticos y analgésicos de
gran intensidad. Engendran verdadera dependencia física, con un dramético
síndrome de abstinencia (en ese estado el adicto es capaz de realizar cualquier
delito para lograr la droga).
La codeína es otro
alcaloide del opio, también capaz de engendrar dependencia, aunque en menor
gravedad. Los adictos la utilizan como droga supletoria, ingiriendo comprimidos
de medicamentos y jarabes antitusígenos de fabricación comercial, en grandes
cantidades (decenas de comprimidos, varios frascos de jarabe).
b)
Dependencia cocaínica.- La cocaína es un
alcaloide que se extrae de las hojas de un arbusto ordinario de América de Sud,
el Erythoroxylon Coca. Desde tiempo inmemorial, los indígenas de
extensas zonas de Bolivia y Perú mascan las hojas del arbusto, práctica
denominada coqueo, a fin de aumentar su resistencia a la fatiga, el hambre y
la sed. Las hojas contienen alrededor del 1% de un alcaloide denominado
cocaína, que transformado en clorohidrato por aspiración del producto tal cual,
que constituye un polvo blanco cristalino, el cual se absorbe a través de la
mucosa nasal, pasando rápidamente a la sangre (cocainomanía), y de ahí al
sistema nervioso central.
La facilidad de la
disolución del clorhidrato en agua contribuye al uso de
esta droga por vía inyectable, con frecuentes
accidentes tóxicos, y aún fatales, por sobredosis.
En los últimos tiempos
se ha difundido el fumado del alcaloide en su forma básica, es decir, no
salificado como clorohidrato, mezclado con tabaco o marihuana, modalidad
llamada crak. El alcaloide es absorbido en este caso por vía pulmonar,
llegando al cerebro en contados segundos y produciendo un intenso y súbito rush,
una enorme euforia, que dura varios minutos para pasar luego a una muy
desagradablemente depresión, lo que lleva al adicto a volver a fumar; de esta
manera se suceden euforias y depresiones, lo que puede conducir al sujeto al
paro cardiorrespiratorio fatal. Tradicionalmente se consideró que la cocaína no
producía dependencia física. Con la aparición del crack esta afirmación se
desvanece: un adicto a la cocaína, que utiliza tal forma de consumo, no deja de
fumar mientras disponga de droga, o de los medios para conseguirla. La demanda
psíquica es de una violencia tal que el sujeto constituye un serio peligro para
el personal médico y de seguridad.
c)
Dependencia cannábica.- Las propiedades embriagantes
del cáñamo Cannabis Sativa- cultivado en las mesetas de la India, cuya
resina es llamada haschish, se utilizaban hace siglos para provocar
exaltación dionisíaca en ciertas ceremonias religiosas.
Esta especie vegetal
presenta dos formas de consumo. Por un lado, la resina
segregada por las flores
femeninas, recolectada adecuadamente, se consume con diversos nombres: el ya
citado haschish, charas, chira, etc. La otra forma, más común y
accesible, es el producto obtenido por secado y picado de las hojas y sumidades
floridas de las plantas, con el que se arman cigarrillos, que son fumados por
los adictos para el logro de los efectos psicotóxicos (alucinógenos) buscados.
El principio activo de la marihuana, responsable de la acción
psicotóxica buscada por los adictos a esta droga, es el tetrahidrocannabinol
(THC). El contenido medio de THC en la marihuana es del %. Se estima en
cincuenta microgramos de THC por kg de peso del sujeto, la dosis umbral para el
logro de los efectos alucinógenos buscados por el fumador de este
estupefaciente. De acuerdo con lo consignado, un porro contendría alrededor
de cinco mil microgramos de THC, dosis más que suficiente para que un sujeto de
setenta kg de peso alcance tal umbral.
Se acepta actualmente que el Cannabis produce el
fenómeno de tolerancia, e inclusive se conocen casos adictos que han sufrido el
síndrome de abstinencia. Está comprobado que el consumo de THC produce un alto
grado de tolerancia, que obliga a aumentar radicalmente las dosis iniciales (de
diez a veinte veces, para lograr iguales efectos).
Atento a la distribución irregular del THC en la planta,
derivada del sexo de la misma y de la parte de ella de donde procede, en la
última reunión de expertos, convocada por la O.M.S. en Buenos Aires (1987), se
consideró conveniente precisar una definición clara sobre esta droga,
aceptándose la siguiente: Por cannabis se entiende cualquier parte de
cualquier planta del género Cannabis que contenga una o más de las sustancias
químicas identificadas como cannabinoides que sean objeto de medidas de fiscalización
a nivel internacional o nacional.
d)
Dependencia barbitúrica.- Los barbitúricos son
sustancias derivadas de la malonilurea, compuesto obtenido por la unión del
ácido malónico con la urea. Su acción farmacológica, se puede definir como
hipnótico y sedante.
De acuerdo con la rapidez
y persistencia de su acción, se clasifican en:
1) de
duración prolongada. Ejemplo: luminal
2) de
duración intermedia. Ejemplo: nembutal
3) de
duración corta. Ejemplo: seconal
4) de
duración ultracorta. Ejemplo: pentotal
Se trata de productos
muy comunes en terapéutica para producir sedación en
sujetos excitados; como hipnóticos en el tratamiento
del insomnio; como antiepilépticos y anticonvulsivantes; como preanestésicos y
anestésicos endovenosos, y en el narcoanálisis.
Está probado que su uso
crónico produce tolerancia y dependencia psíquica
y física. Los de acción corta e intermedia son frecuentemente objeto de
abuso, debido al inmediato inicio de su efecto, y a la intensidad del mismo.
Los
barbitúricos tienden a ser reemplazados por ciertos represores del sistema
nervioso central, a los cuales se conoce con el nombre genérico de
ansiolíticos, entre los cuales se encuentran especialmente las benzodiacepinas
(clordiazepóxido, diazepán, oxacepán, etc.), de amplio uso terapéutico y extraterapéutico.
Ya en 1962 la Organización Mundial de la Salud llamó la atención sobre el
peligro del uso indiscriminado de este amplio grupo de píldoras de la
felicidad. En mayor escala, todos ellos crean hábito y dependencia.
Es de
hacer notar que en nuestro país ni los barbitúricos ni las benzodicepinas están
incluidos en los listados correspondientes, como estupefacientes. Lo están sí
en el listado de la ley 19.303, sobre drogas psicotrópicas (lista III y IV,
respectivamente), debiendo ser despachadas bajo receta archivada, manuscrita,
fechada y firmada por el médico.
La
metacualona, hipnótico no barbitúrico que adquirió natable difusión en el
ambiente de la drogadicción hace algunos años, fue incorporada al listado de la
ley 20.771 por resolución ministerial del 17 de junio de 1981.
e)
Dependencia anfetamínica.- el término de aminas
simpéticomimeticas se emplea para calificar las sustancias cuyos efectos
resultan muy similares a los que se producen por la estimulación de las fibras
adrenérgicas posganglionares. Su uso produce incremento de la actividad
neuromuscular, con la exaltación de la presión arterial y de la amplitud
respiratoria, con suspensión del sueño, experimentando el sujeto sensación de
energía forzada, e incremento de la capacidad de trabajo.
Las anfetaminas se usan
masivamente para adelgazar, debido a
que produce
eliminación del apetito (anorexia). Es también
frecuente su uso por parte de deportistas, a fin de aumentar el rendimiento
físico, y postergar, en las competencias, la aparición de la fatiga.
Los individuos que
utilizan anfetaminas, sea para aumentar su rendimiento
psíquico (estudiantes, profesionales, políticos) o
físico (deportistas trabajadores), caen fácilmente en una verdadera
toxicomanía, con tolerancia al aumento de las dosis y estado de necesidad. Se
observa en ellos una sintomatología característica, consiente en anorexia,
adelgazamiento, insomnio, excitación psicomotriz, con confusiones y delirio
alucinatorio.
f)
Dependencia alucinógena.- Los alucinógenos o
psicodislépticos … son sustancias que perturban la actividad metal, y
engendran una desviación delirante del juicio, con distorsión en la apreciación
de los valores reales. Además estas drogas son generadoras de ilusiones,
alucinaciones, estados oníricos y oniroides, estados de confusión y de
despersonalización (J. Delay).
La mescalina, alcaloide
del peyotl, cactus mexicano, y la psilocibina, existente en ciertos hongos
también mexicanos, son conocidas desde hace siglos, y consumidas por los
indígenas de dicho origen. El cactus, cortado en rodajas, y los hongos, crudos
o desecados, son ingeridos directamente, experimentándose profundas
perturbaciones mentales unos treinta minutos después de la ingesta.
A estas sustancias
naturales se suma una sustancia semisintética, el LSD 25, producido a partir
del ácido lisérgico obtenido del clavicens purpurea, hongo que parasita
el centeno y otras especies vegetales.
El LSD 25 es la dietil
amida de ese ácido; el número 25 corresponde a una serie de modificaciones
químicas experimentales efectuadas sobre la molécula del ácido lisérgico
obtenido del cornezuelo del centero, por Hoffmann, descubridor de este
alucinógeno.
Todas las sustancias
producen una fase de excitación psíquica, acompañada de alteraciones del
sistema nervioso autónomo (midriasis, taquicardia y salivación), alucinaciones
visuales ricas en contenido, y con sensación de movimiento, un estado
placentero y eufórico que, al desaparecer, desencadena frecuentemente un cuadro
de ansiedad y angustia. Luego de las alucinaciones aparece un trastorno de la
personalidad, conocido con el nombre de despersonalización, que provoca el
singular hecho de que el sujeto, aunque conciente, se siente ajeno a sí mismo.
Los alucinógenos han
sido utilizados en psicoterapia, y en el tratamiento del alcoholismo crónico.
Hoy se los ha abandonado dada su peligrosidad y potencial de adicción psíquica.
Agravan aún más el
problema, las dosis extremadamente bajas que se requieren para arribar a los
efectos alucinatorios. Bastará mencionar al respecto que la dosis de LSD 25
oscila alrededor de los cien microgramos, por vía oral. Vale decir que con un
gramo se podrían drogar diez mil
personas.
g)
Dependencia alcohólica.- El etanol, o alcohol etílico,
es el componente común a todas las bebidas alcohólicas, sean destiladas o
sencillamente fermentadas. Se denomina grado alcohólico a la cantidad de
mililitros de alcohol contenidos en cien mililitros de un líquido. Las bebidas
más comunes, presentan el grado alcohólico que se consignan a continuación
Cerveza: del
5 al 9 % CH
Sidra: del
4 al 6 % :
3
Vino: del
11 al 13 % CH
OH
Aperitivos: del 25 al 40 % Alcohol etílico
Aguardientes y licores del 40 al 50 % (etanol)
El
etílico constituye una sustancia tóxica. Su dosis mortal oscila alrededor de
los seis gramos (7.5 mililitros) por kilogramo de peso del sujeto, en una
ingesta. Vale decir que, para una persona de 70 kilogramos de peso, la dosis
letal estaría contenida en medio litro de alcohol, o sea, alrededor de un litro
de whisky.
La
ingesta de alcohol, repetida en forma más o menos continua, conduce a la
dependencia: el tóxico pasa a ser permanente compañía del sujeto, al que
condiciona con todas las características de la toxicomanías, y con una serie de
perturbaciones concominantes: gastritis, cirrosis, problemas en las glándulas
endocrinas, impotencia sexual, disturbios intestinales, discromatopsia,
perturbaciones en la coordinación de los movimientos, etcétera.
h)
Inhalación de solventes.- la inhalación de solventes,
con el propósito de alterar un estado de ánimo y evadir la realidad, se conoce
desde hace mucho tiempo. Las primeras observaciones sobre inhalación voluntaria
de solventes datan de un trabajo publicado en EE. UU. En 1951 (Psychiatris Quaterly). Los
productos químicos utilizados para llevar a cabo esta deleznable práctica
presentan variada composición química: se trata, en general, de gases o
líquidos volátiles: hidrocarburos aromáticos (benceno, tolueno, xilenos),
freones, ésteres (acetato de etilio, acetato de amilo), cetona, solventes halogenados,
etc. La diversidad química de estos productos hace difícil su clasificación
farmacológica. Sus propiedades para inducir un estado de confusión hacen que,
en oportunidades, se los defina como delirantes. Son, casi todos ellos,
depresores del sistema nervioso central, por lo cual se los ha incluido también
entre los sedantes. Tal vez, lo más lógico, sería clasificarlos como al
alcohol, al cual se asemejan en algunos aspectos, tales como los anestésicos.
En 1959 apareció en
EE.UU. la práctica de la inhalación de los adhesivos utilizados en
aeromodelismo. Éstos consistían en soluciones de poliestireno en tolueno. La
práctica se extendió rápidamente con el nombre de glue sniffing,
favorecida por la inadecuada difusión periodística. Actualmente los productos
más utilizados son los adhesivos de neoprene (Suprabond, Poxirrán, etc.). El
solvente de ellos es mezcla de tolueno y hexano, a los cuales se debe,
exclusivamente, el efecto embriagante, en especial al primero de los nombrados.
Los adictos generalmente
niños o adolescentes- realizan la inhalación
mediante técnicas variadas, siempre tendientes a
lograr una alta concentración del solvente.
La forma más común es la
de colocar el cemento en una bolsa de plástico,
que se sostiene contra la boca, incluyendo a veces
la nariz, e inhalando los vapores hasta obtener el efecto deseado. Al cabo de
unos minutos comienza la sensación de euforia buscada, y luego se continúa
inhalando más lentamente, para mantener ese estado, hasta que se agota el vapor
del solvente.
Son
consecuencia de las drogas alucinógenas: confusión, embriaguez, lenguaje
farfullante, secreción nasal, cefaléas, sensación de entumecimiento, etcétera.
Cuando la
dosis se incrementa, los efectos sedantes son más marcados, y pueden sobrevenir
somnolencia, estupor y depresión respiratoria e inconciencia (Interin Report of
the Comisión 5 The non medical use of drugs information Ottawa, Canadá
1973).
En
resumen, a pesar de la apariencia inocua en este tipo de sustancia, existe, en
su inhalación, un serio riesgo de muerte.
Obvia,
pero lamentablemente, estos productos son de fácil obtención y su expendio no
está sujeto a restricción alguna; todos ellos son de uso común en diversas
actividades y oficios.
Como
sintomatología del presunto adicto se ha mencionado el olor característico en
su ropas y aliento, secreción nasal excesiva, ocasional lagrimeo,
incoordinación muscular, astenia, distaría, estado confusional o excitación y
diseña.
Si bien
no se ha descripto un síndrome de abstinencia, la dependencia psíquica es evidente; en todos los
inhaladores se desarrolla rápidamente tolerancia. No hay evidencia, en cambio,
de dependencia física; algunos experimentan leves temblores, irritabilidad,
ansiedad e insomnio al dejar de inhalar, sintomatología considerada más de
origen psíquico que físico.
¿Cuáles
son las causas de esta drogadicción, en niños y adolescentes? Muchos de ellos
alucen el deseo de evadirse de todos los problemas, o un esfuerzo para superar
el sentimiento de timidez o de inferioridad, o por desorganización familiar
masiva, padres hostiles y poco cariñosos, alcohólicos o drogadíctos.
fuerza y resistencia.
Esos
efectos generalmente duran unos 30 minutos, y después el usuario debe aspirar
cocaína en cantidad creciente para mantener las sensaciones mencionadas. Este
fenómeno se denomina tolerancia. De esa manera, esta droga se convierte en
una substancia peligrosa.
La peligrosidad de la
droga.
Los efectos estimulantes de la cocaína, que parecen
placenteros, se traducen en excitabilidad, ansiedad, locuacidad, dificultad
para enfocar los ojos, aceleración del ritmo cardíaco y del pulso, aumento de
la presión sanguínea, dilatación de las pupilas, dolor de cabeza, náuseas,
vómitos, aumento de la temperatura corporal y alucinaciones (especialmente un
hormigueo subcutáneo).
Además, la cocaína afecta a los pulmones y causa
problemas respiratorios, confusión menta, daños irreversibles en el cerebro y,
posiblemente, defectos congénitos en el feto si se usa durante los primeros
meses de embarazo. Su uso continuo resulta en aumento de los accidentes
automovilísticos, depresión, el suicidio y la muerte.
Envenenamiento y muerte.
El sudor frío, las convulsiones, los desmayos y la
interrupción de la respiración son síntomas del envenenamiento por cocaína, que
lleva a la MUERTE.
La inyección de cocaína con instrumentos no esterilizados
puede causar hepatitis y, en el caso de
intercambio de agujas entre adictos, el contagio del virus del SIDA. Además, la
preparación de base pura requiere el uso de solventes volátiles, que pueden
causar incendios o explosiones, resultando en traumatismos graves o la muerte.
Muy pocas personas se dan cuenta de que la muerte por sobredosis puede
sobrevenir tanto al inyectarse cocaína como al fumarla o aspirarla por la
nariz. La muerte es causada por convulsiones múltiples, seguidas de paro
respiratorio y cardíaco.
Base pura.
Desde 1979, el hábito de fumar base pura de cocaína ha
aumentado a un ritmo alarmante. Se le llama base pura porque la cocaína que se
vende en la calle es sometida a un proceso mediante el cual la droga activa se
separa de la base salina. Cuando la base salina se disuelve, quedan granito de
cocaína pura. Un gramo de cocaína comprada en la calle contiene
aproximadamente un cuarto de gramo de base pura. Los granitos se fuman en una
pipa, generalmente de vidrio, llena de agua o ron. El interior de la tabaquera
se recubre para que no se pierda nada de cocaína pura.
|el vapor se inhala y pasa directamente a los pulmones,
produciéndose un high (estado de intoxicación) drástico e inmediato. El
high dura poco (unos 10 minutos), y se debe consumir más droga para mantener
la sensación. El uso de la droga en grandes cantidades puede causar un síndrome
paranoide extremo y diversos trastornos mentales.
El uso de base pura adquiere tanta importancia en la vida
de un adicto que excluye todo lo demás; el hábito es muy costoso, porque el
usuario comienza a fumar másy con mayor frecuencia.
Las embarazadas.
Debido a la disponibilidad de drogas tales como el
crack y la cocaína, y a la disminución considerable del precio, es posible
que muchos niños de las próximas generaciones sean afectados por estas drogas.
Para la mujer embarazada no debe existir tal cosa como el uso de drogas con
fines de recreación, y menos aún la cocaína.
Se calcula que
quince millones de personas usan cocaína regularmente, de manera que no causa
sorpresa ver niños con diversas anomalías y trastornos. Muchos de esos niños
pasan sus primeros días de vida en un estado angustioso causado por la
abstinencia, que puede durar hasta tres semanas, o sea, más que el síndrome de
abstinencia de la heroína. Las mujeres embarazadas que usan cocaína estás más
expuestas al riesgo de abortos espontáneos o partos prematuros. Los hijos de
usuarios de drogas sufren defectos físicos o trastornos mentales, tales como
problemas de la vista, impedimentos graves del aprendizaje o retraso mental,
deformidades, problemas motores graves, insuficiencia renal, parálisis o
problemas respiratorios.
Los médicos están comenzando a notar y comprender los
efectos de la cocaína en el feto. Sólo mediante estudios a largo plazo se podrán determinar los daños ocasionados
por la droga y la manera en que afectará a las generaciones futuras.
Fumando pipa.
El uso de la cocaína se ha convertido en una verdadera
epidemia en muchos países del mundo. Como tal, no sólo la enfermedad, sino
también los efectos secundarios pueden ser devastadores.
La droga que más se usa actualmente es una nueva forma de
cocaína conocida como crack. La venta de crack ha aumentado de manera
alarmante. En cuestión de dos años, se ha convertido en la droga. Ha salido
de los barrios bajos de las grandes
ciudades y se ha infiltrado en las clases media y alta, propagándose como una
epidemia en los pueblos más pequeños de
muchos países.
El crack es una forma más pura de cocaína, que causa
más adicción que la cocaína común. No se aspira por la nariz, sino que se fuma.
En sólo dos semanas un usuario puede adquirir el hábito. Es menos costosa: 300
miligramos de crack procesado y listo para fumar, que alcanza para una o dos
inhalaciones breves, cuestan entre U$S 5 y U$S 10.
Es fácil de usar, y no requiere de utensilios especiales,
a diferencia de la base libre. Lo único que se precisa es una pipa común.
El high dura entre 5 y 10 minutos, y la cocaína llega
al cerebro en diez segundos o menos. La sensación de euforia dura de 5 a 20
minutos, seguida de una depresión igualmente devastadora, que crea la necesidad
de fumar nuevamente a fin de volver a experimentar la sensación de euforia y
bienestar. Este ciclo de high y depresiones contribuye a la adicción y la
refuerza. Debido a la corta duración del high, el usuario debe fumar crack
con frecuencia.
El crack es un estimulante, y con frecuencia los
usuarios realizan una actividad intensa, mostrando a menudo signos paranoides.
La preocupación creciente de contraer el SIDA, debido al
uso de agujas contaminadas, ha disminuido la popuaridad de la heroína entre los
usuarios más frecuentes y ha aumentado el uso del crack. La baja inversión
inicial, el high sumamente potente, la gran disponibilidad, y el hecho de que
no se requiere de utensilios ni una preparación especial, contribuyen a la
popularidad de esta droga ilícita.
CRACK: es una forma de cocaína, que se vende en la forma
de escamas pequeñas que parecen jabón o astilla de porcelana, generalmente en
frascos de plástico pequeño.
Expresiones de la jerga: Se le conoce también como
rock, y en algunos países como basuco (Colombia y Caribe).
La marihuana.
Droga Peligrosa.
La ingestión de marihuana produce diversos efectos, que
varían de una persona a otra. El high dura de dos a cuatro horas. Algunas
personas experimentan mareos y aturdimiento, mientras que otras sufren
depresión y tristeza. Esta droga modifica la percepción del tiempo y la
profundidad. Puede inducir un comportamiento descuidado o errático, así como
risa incontrolable y un apetito voraz. Los usuarios generalmente caminan,
hablan y se sientan de una manera peculiar o desacostumbrada. La marihuana
reduce la habilidad motora necesaria para conducir sin peligros.
¿Qué es la marihuana?.
La marihuana solía considerarse como una droga que no
causaba adicción. Sin embargo, las investigaciones recientes indican que la
marihuana es activa. Se han realizado también numerosos estudios sobre los
efectos físicos y psicológicos de la marihuana a largo plazo. En ninguno de
ellos se ha llegado a la conclusión de que la marihuana es inocua. Según los
estudios, el organismo tiende a adquirir una tolerancia de la droga, de manera
que se necesitan dosis mayores para obtener el mismo efecto. Esta droga parece
llevar al uso de drogas más potentes. Los usuarios son menos productivos y no
pueden terminar ninguna tarea.
Hachís: Es una forma concentrada de cannabis. Con la
resina de la planta se hacen panes, generalmente oscuros, que se cortan en
trozos irregulares y se venden por peso. El hachís es cinco veces más potente
que la marihuana.
La potencia química de la marihuana depende del lugar de
origen y del método del cultivo, preparación y almacenamiento. La mayor parte
de la cannabis que crece en estado silvestre en los Estados Unidos se considera
de calidad inferior, ya que la concentración de THC es baja (0.5% o menos).
Las variedades de Jamaica, Colombia y México presentan
una concentración de THC del 0.5 al 4 %.
Se considera que la sin semilla es de potencia superior.
Esta variedad de marihuana se obtiene con una cannabis hembra sin polinizar, y
en algunas muestras se han encontrado concentraciones de THC de hasta el 6 %.
Las varillas tailandesas del Sudeste Asiático consisten en brotes de
marihuana, los usuarios exigentes insisten en obtener la inflorescencia, que es
muy potente, y por lo cual pagan un precio elevado.
La planta de marihuana se seca, obteniéndose un producto
similar al tabaco.
A fin de transportarla y venderla en grandes cantidades,
se la comprime en bloques, o ladrillos de un kilo, que miden 5×2 1/2×12
pulgadas. Después, el kilo se fracciona y se empaqueta para la venta,
generalmente en envases pequeños. El envase generalmente consiste en una bolsa
de plástico, pero a veces se usan cajas, botellas u otros recipientes. La
marihuana lista para usar se parece mucho las hojas de orégano o de té.
A fin de comprender los efectos de la marihuana, es
necesario conocer sus componentes químicos y su solubilidad.
La química de la marihuana.
La marihuana contiene más de 421 componentes químicos,
que se transforman en más de 2.000 al fumarla. Más de 61 de esa 421 substancias
químicas se llaman canabinoides, y no se encuentran en ninguna otra planta.
Todos los canabinoides probados hasta la fecha son
biológicamente activos. Eso significa que alteran alguna función normal de los
organismos vivos. Esas alteraciones quizá sean imperceptibles, ya que se
producen en las células, pero se pueden documentar en los laboratorios de
investigación.
Uno de esos canabinoides es el
delta-9-tetrahidrocanabinol. Ese es el canabinoide psicoactivo que produce el
conocido high o estado de intoxicación atribuido a la marihuana.
La abreviatura THC se refiere a las distintas substancias
químicas de la clase de los tetrahidrocanabinol, que han sido objeto de
numerosos estudios.
La potencia de la marihuana depende de la concentración
de THC. Cuanto mayor sea esa concentración, mayores serán su potencia y sus
efectos nocivos. La marihuana que se cultiva actualmente es hasta diez veces
más potente que la que se usaba antes de 1970.
Todos los canabinoides tienen un factor importante en
común: reaccionan en todos los tipos de células vivas, reduciendo su capacidad
para producir moléculas eje.
Las moléculas eje contienen substancias necesarias para
la división celular, que es fundamental para el mantenimiento de las funciones
fisiológicas.
Quizás haya escuchado hablar muchas veces de estas
substancias: el DNA, el RNA y las proteínas. El DNA es la substancia química
básica contenida en el núcleo de todas las células, que transmite el código
genético de la herencia.
La intoxicación.
El estado de intoxicación causado por la marihuana es
bastante breve, y los efectos perceptibles durante ese lapso son considerables.
El período de vida media del THC y de otros canabinoides en el organismo
humano, después de fumar un cigarrillo de marihuana, es de 72 horas como
promedio. El período de vida media es el tiempo que tarda el organismo en
descomponer o eliminar la mitad de la droga introducida en el cuerpo.
La mitad del THC, almacenadas en las células del hígado,
los pulmones, el cerebro, el bazo, los tejidos linfoides y los órganos
sexuales, se elimina en el plazo de 3 días. La otra mitad se libera en el
torrente sanguíneo lentamente durante los 18 días siguientes. Al cabo de ese
período, en el organismo queda menos del 1 % de la substancia. Ese es el
resultado de fumar un solo cigarrillo de marihuana.
Sin embargo, si se fuma marihuana regularmente (2 cigarrillos a la semana durante 6 meses),
los tejidos adiposos del organismo se saturan completamente de substancias
químicas solubles en la grasa. Al cabo de varios meses, es posible encontrar
vestigios de THC en el organismo.
Los daños en las células.
Se ha comprobado que la marihuana produce daños
celulares, y el uso de esta droga durante el período prolongado disminuye la
inmunidad celular y aumenta el riesgo de contraer SIDA.
El sistema inmunológico es un sistema de defensa
complejo. Los glóbulos blancos se especializan en luchar contra las infecciones
y destruir las sustancias extrañas, tales como las células cancerosas y los
tejidos transplantados. Las drogas, la nutrición inadecuada, el exceso de
ciertas sustancias nutritivas y las tensiones emocionales debilitan el sistema
inmunológico.
Un grupo de científicos de la Universidad de Columbia
examinó las respuestas inmunitarias de 51 fumadores de marihuana de 16 a 35
años de edad, que habían fumado 3 cigarrillos de marihuana a la semana, como
promedio, durante 4 años, y no habían usado ninguna otra droga, a excepción de
tabaco y bebidas alcohólicas. Los resultados observados en esas personas se
compararon con los de un grupo control, integrado por personas que no fumaban
marihuana pero que usaban tabaco y bebidas alcohólicas. La respuesta
inmunitaria de los fumadores de marihuana fue inferior en un 40% a la de las
personas que no fumaban marihuana.
Cabe preguntarse porque el consumo semanal de solo tres o
cuatro cigarrillos de marihuana que contienen de 15 a 20 mm. de THC puede
producir daños celulares de tal magnitud. La razón es que el THC permanece en
los tejidos adiposos durante períodos prolongados. La mayoría de las otras
drogas son solubles en el agua, y se eliminan rápidamente, lo cual no ocurre en
el caso de la marihuana.
Signos para detectar el
uso de marihuana
·
Olor dulzón, similar a la de una soga quemada, en el
cuarto, la ropa, etc.
·
Roach o Pituca: Colilla de un cigarrillo de un
marihuana.
·
Joint: Parece un cigarrillo enrollado a mano, con los
extremos generalmente retorcidos o doblados.
·
Roach Clips: Utensilios para sostener el roach.
Pueden ser artículos comunes (como presillas, horquillas o hemóstatos) o con
distintas formas y camuflajes.
·
Papel para cigarrillos o pipas, generalmente
escondidos.
·
Gotas oftálmicas, para disimular el enrojecimiento de
los ojos.
·
Uso excesivo de inciensos, desodorantes de ambientes o
enjuagues bucales.
·
Recipientes tales como cajas y latas, o recipientes
camuflados, tales como una lata de bebida gaseosa con una tapa de rosca.
·
Apetito voraz (posterior al uso de marihuana o durante
su influencia); golosinas.
·
Aspecto de embriaguez sin olor a alcohol.
·
Risa excesiva e inmotivada.
·
Manchas amarillas en las yemas de los dedos, que se
forman al sostener los cigarrillos.
La disminución de la
fertilidad en el hombre
Los investigadores de la Universidad de Columbia han
demostrado que el uso moderado o intensivo de marihuana disminuye el número y
la movilidad de los espermatozoides y produce una cantidad considerable de
espermatozoides deformados. Los canabinoides perturban el desarrollo de los
espermatozoides en los testículos y afectan al hipotálamo (glándula cerebral
que controla ese proceso)
El fumador de marihuana perjudica no solo su salud física
y mental, sino que también arriesga las cualidades genéticas de sus futuros
hijos.
La disminución de la
fertilidad en la mujer
El efecto de la marihuana en la mujer probablemente sea
duradero. Las mujeres nacen con un número limitado de óvulos. Si esos óvulos
sufren daño, no se los puede reemplazar.
Las mujeres que usan marihuana experimentan un cambio en
el ciclo menstrual, debido al efecto del THC en el hipotálamo, que regula la
liberación de hormonas de la glándula pituitaria.
Se ha observado relación entre el uso de marihuana antes
de la concepción y durante el embarazo, y la alta incidencia del efecto tóxico
fetal y de las defunciones neonatales. Los hijos de mujeres que fuman marihuana
pesan menos al nacer (medio kilogramo menos), y tienen la cabeza mas pequeña.
Su comportamiento es diferente. Parecen menos atentos al jugar y menos
cariñosos con la gente.
Es imprescindible saber en que medida el uso frecuente de
marihuana afecta al equilibro genético de las células sexuales. Las
características hereditarias de las generaciones futuras quizá dependen de ese
futuro.
Los Psicofármacos
La estimulación del
psicofármaco
Los estimulantes tienen propiedades químicas que aceleran
la actividad del sistema nervioso central. Los estimulantes se recetan para el
tratamiento de la depresión, la obesidad, la narcolepsia (ataques súbitos de
sueño) y la hipercinesia de la niñez. Según un estudio realizado, alrededor del
20% de los medicamentos recetados que alteran el ánimo son estimulantes.
La industria farmacéutica produce suficientes
estimulantes para suministrar a cada ciudadano una cantidad para crear adicción.
Según un estudio realizado casi la mitad se utiliza ilegalmente. Además muchos
estimulantes se preparan en laboratorios improvisados.
Las anfetaminas, llamadas comúnmente pep pills, son los
estimulantes mas ampliamente conocidos y mas frecuentemente abusados. Tienen
distintas formas y tamaños. Incrementan la actividad, el estado de alerta y la
excitación. Por consiguiente, su abuso es muy peligroso. Los efectos de la
droga ocultan la fatiga, y las personas que la usan indebidamente exceden los
límites de su resistencia física sin darse cuenta. Los conductores toman
anfetaminas para permanecer despiertos en los viajes largos, los estudiantes
las usan mientras se preparan para los exámenes; muchos delincuentes las usan para no acobardarse al cometer un crimen.
Dado su efecto anorexígeno en muchos casos la adicción se contrae a través de
tratamientos o curas de adelgazamientos.
La metanfetamina es otro estimulante poderoso y muy
utilizado. Sus efectos psicológicos son mas fuertes que los de las anfetaminas,
y generalmente se inyecta.
Expresiones
de la jerga: pep pills, meth, speed,
bennies, uppers, co-pilots, paches, hearts, wake-ups,
sky-rockets, cart-wkeels, bomido
(inyectable).
Uso
indebido: Los estimulantes generalmente vienen en formas de píldoras y
cápsulas, pero también como líquido inyectable en forma de sal soluble.
Efectos: El consumo de estimulantes produce una sensación
temporaria de exaltación del ánimo, hiperactividad, perdida del apetito,
insomnio, vigor intenso y locuacidad. Dilatación de las pupilas, sudor
excesivo, temblores, mal aliento, mareos, sequedad de la boca y de los labios,
y picazón en la nariz. Otros efectos del uso indebido de estimulantes son
irritabilidad, ansiedad, comportamiento agresivo, pánico y alucinaciones.
Pueden causar también una sensación que los usuarios llaman rush. Sin
embargo, cuando los efectos desaparecen, sigue un período desagradable de
depresión, llamado crashing. Todos esos efectos se intensifican
considerablemente cuando los estimulantes se inyectan por vía intravenosa. Las
personas que usan grandes cantidades de estimulantes se llaman speed freaks.
Otros peligros: Debido a los efectos acumulativos de los
estimulantes, los usuarios crónicos tienden a tomar estimulantes por la mañana,
a fin de despertarse, y depresores por la noche, para poder relajarse y dormir.
Este hábito interfiere en la fisiología normal del organismo y causa
enfermedades físicas y mentales. El organismo se acostumbra rápidamente, y se
necesitan dosis mayores para lograr los efectos de euforia y supresión del
apetito, creándose así una dependencia de la droga. En la jerga de los adictos,
speed kills (los estimulantes matan).
Éxtasis (X.T.C.)
Una de las drogas mas nuevas es el éxtasis o MDMA,
también llamada XTC y Adam, de la familia de las anfetaminas y la
mescalina. Algunos psicólogos, psiquiatras y terapeutas solían usarla alegando
que tiene usos terapéuticos.
Sin embargo, la mayoría de los profesionales de todo el
mundo no esta de acuerdo. El 1ro. de Julio de 1985, el éxtasis (MDMA) fue
declarado sustancia de uso controlado del grupo 1, por constituir una amenaza
para la salud pública. El éxtasis se elaboró por primera vez en 1914, y algunos
psiquiatras lo usaron con fines terapéuticos. Su reciente difusión callejera ha
causado gran alarma. Todos los meses se venden en EEUU miles de comprimidos de
MDMA a un precio de U$S 15 a U$S 20 la dosis de 100 miligramos. La mayoría de
las personas que la usan con fines de recreación la comparten con amigos, y
dicen que elimina las inhibiciones y mejora la comunicación. Esta droga también
tiene muchos efectos secundarios perjudiciales. Al igual que las anfetaminas,
el éxtasis es nocivo para las personas que tienen problemas circulatorios o
cardíacos. Las reacciones son: Transpiración, apretar los dientes
involuntariamente, morderse el interior de las mejillas, visión borrosa,
fluctuación de la presión sanguínea. Entre los usuarios del MDMA se han
producido casos de psicosis, daños cerebrales y muerte.
Drogas modificadas
Las drogas modificadas se descubrieron en 1979 en
California, tras la muerte de dos adictos a la heroína.
Cerca de ellos se encontraron paquetes con un polvo
parecido a esa droga. Se produjeron 13 muertes adicionales antes de que se
pudiera identificar la sustancia.
Se llegó a la conclusión de que se trataba de una versión
modificada de un anestésico llamado fentanyl que se usaba ampliamente en
cirugía. Las drogas modificadas se usan principalmente como sustitutos de la
heroína, pero son mucho mas poderosas y de efecto mas prolongado.
Las drogas modificadas se preparan en laboratorios
clandestinos. Su elaboración no es costosa, pero son muy potentes. Los químicos
de los laboratorios clandestinos alteran la estructura molecular de drogas
ilícitas, a fin de obtener una droga que no esté prohibida explícitamente por
las leyes.
Estas drogas modificadas tienen otros efectos extraños:
En California una de sus variantes la MPTP, ha producido síntomas de la
enfermedad de parkinson en mas de 70 personas de 20 a 24 años, que ahora están
rígidas e inmóviles, como estatuas, y cuyas posibilidades de recuperación son
remotas.
Síndrome tóxico
Síntomas de sobredosis.
El organismo se acostumbra rápidamente a los efectos de
euforia y supresión del apetito. Una dosis suficiente para superar la
insensibilidad resultante pueden causar diversas aberraciones mentales, cuyos
primeros signos incluyen hacer reclinar los
dientes, tocarse y pellizcarse la cara y las extremidades, y realizar
una acción una y otra vez, así como la preocupación por los propios
pensamientos, sospecha y sensación de ser observado. El síndrome tóxico
resultante de la ingestión continua de dosis elevadas se caracteriza por un
estado de paranoia, con alucinaciones auditivas y visuales. Los síntomas de una
dosis subletal son mareos, temblores, agitación, hostilidad, pánico, dolor de
cabeza, enrojecimiento, dolor toráxico, combinado con palpitaciones, sudor
excesivo, vómitos, dolores abdominales.
Si no se recibe
atención médica, se producen convulsiones y colapso cardiovascular,
seguidos de la muerte. Además, el
esfuerzo físico aumenta los peligros del uso de estimulantes, y la muerte se
debe a los efectos en los síntomas cardiovascular y regulador de la temperatura
corporal. Se han producido casos fatales entre atletas que habían tomado una
cantidad moderada de estimulantes, al realizar esfuerzos extremos.
La supresión de los
estimulantes ocasiona, en los usuarios crónicos que toman dosis
elevadas, una profunda depresión, apatía, fatiga y trastornos del sueño (Hang
over). El síndrome de abstinencia inmediato puede durar varios días.
Además, varias semanas o meses persiste un estado de
ansiedad, tensión abrumadora, y tendencias suicidas.
Síntomas del abuso: pérdida del apetito, excitabilidad e
hiperactividad, locuacidad, temblores en las manos, dilatación de las pupilas,
sudor excesivo, comportamiento compulsivo y reacciones exageradas, psicosis
paranoide, sequedad de las membranas mucosas, insomnio.
Drogas depresoras.
Los depresores disminuyen la actividad funcional. Con
fines médicos, se usan como sedantes, a fin de inducir el sueño, y también como
tranquilizantes, en dosis pequeñas, para calmar al paciente. Con el debido
control médico, los barbitúricos son depresores eficaces para combatir el
insomnio y la ansiedad. Sin embargo, tomados en cantidades excesivas, los
depresores producen un estado similar a
la embriaguez y pueden resultar en adicción, sobredosis y accidentes.
Entre los depresores se encuentra una alta gama de medicamentos
de uso médico, tales como Nembutal, Seconal y Anytal, que son barbitúricos
fuertes. Los tranquilizantes menores,
tales como Librium, Valium, Equanil, etc., que se usan para combatir la
ansiedad, también pueden ser peligrosos y hasta fatales si se los usa
indebidamente. Combinados con el alcohol, los depresores aumentan la
probabilidad de que se produzcan problemas serios, y la sobredosis ocasiona la
pérdida del conocimiento y la muerte
Expresiones
de la jerga: Downers, red birds pines, goofballs, red devils, barbs, candy,
peanuts, yellow jackets, yellows.
Los
depresores vienen en cápsulas y comprimidos. Pueden ser de efecto breve,
intermedio o prolongado, y algunos son de efecto gradual. También se pueden
obtener en la forma de líquido inyectable.
Efectos: los síntomas del abuso de depresión, apatía,
dislalia, confusión mental y pérdida de la coordinación motora. La
desorientación concomitante contribuye a la incidencia elevada de accidentes en
las carreteras o en los hogares entre los usuarios de depresores. Losefectos
son similares a los de la embriaguez: somnolencia, confusión, temblores,
contracción de las pupilas, disminución de la presión sanguínea y de la
respiración. El organismo se acostumbra rápidamente a los depresores, y las
personas que abusan de ellos aumentan las dosis sin darse cuenta del peligro.
A menudo, los adictos usan depresores para disminuir los
síntomas de abstinencia de la heroína, aliviar la ansiedad de los lashbacks
(imágenes retrospectivas) resultantes del uso de alucinógenos y calmar los
nervios después de ingerir estimulantes. El peligro del uso indebido de
depresores aumenta cuando se los combina con el alcohol u otras drogas.
El principal problema
del abuso de depresores y estimulantes es su amplia disponibilidad y la
facilidad con que se puede obtener una receta. Muchos adultos los compran para
curarse de una dolencia verdadera, pero
continúan usádolos no para reducir un dolor real, sino por hábito.
Este tipo de abuso puede causar perjuicios emocionales y
físicos. Los depresores realmente causan depresión.
Otros peligros: Los depresores, conocidos también como
Downers, causan adicción. El síndrome de abstinencia se caracteriza por
delirio y convulsiones, y es sumamente peligroso. Los signos del uso excesivo
de depresores son: frío, piel húmeda y fría, pulso débil y rápido, respiración
lenta y poco profunda, coma y la muerte.
Síntomas de abuso: Somnolencia o letargo, dislalia y
movimientos lentos, enajenación propia de un estado de trance, paso inseguro;
aspecto de embriaguez (pero sin olor a alcohol en el aliento); tambaleo o
pérdida del equilibrio, irritabilidad y ánimo pendenciero, confusión metal,
depresión.
Los estimulantes:
Sustancias alucinógenas.
Los alucinógenos son substancias químicas extraídas de
plantas o sintetizadas en laboratorios. La mayoría de los alucinógenos se elaboran en laboratorios
clandestinos.
Aunque los alucinógenos se promuevan de manera abierta e
irresponsable como medio para extraer los límites de la conciencia, no se ha comprobao
que tengan usos médicos. Por
consiguiente, no existen ni dosis normalizadas ni marcas que permitan
identificar lo visual. Los laboratorios clandestinos producen alucinógenos en
forma de cápsulas, comprimidos, polvo o líquido.
Los vendedores y usuarios utilizan distintos métodos para
transportar u ocultar las drogas. Por ejemplo, se ha encontrado LSD en terrones
de azúcar, caramelos, papel, aspirinas, joyas, licores, ropa, calcomanías, en
el reverso de estampillas, y hasta en figuritas adhesivas para niños.
Efectos: Los efectos que se experimentan al ingerir alucinógenos no están relacionados solamente
con la droga, sino que en ellos influyen el estado de ánimo, la actitud mental y el medio social del
usuario. Generalmente, los alucinógenos distorcional o intensifican la
percepción y disminuyen la capacidad para distinguir entre realidad y fantasía.
El usuario dice que ve sonidos y escucha colores.
Su sentido de la dirección y la distancia, así como su
objetividad se ven afectados. Experimenta dilatación de las pupilas y
sensibilidad extrema a la luz.
La droga causa
inquietud e insomnio hasta que sus efectos desaparecen. Los efectos mentales no
se pueden predecir, y varían cada vez que se ingieren drogas, incluyendo
ilusiones, exaltación del ánimo, abstracción de la realidad, movimientos
violentos o auto destructivos y pánico. El hecho de que los efectos de los
alucinógenos no se puedan predecir constituyen el mayor peligro para los
usuarios. Al igual que los estimulantes y los depresores, los alucinógenos
pueden causar dependencia psicológica.
PCP: En la década de 1950 se estudió el uso de la
feneciclidina como anestésico humano. Debido a los efectos secundarios adversos
principalmente confusión y delirio- se descontinuó su preparación para uso
humano. La feneciclidina comenzó a venderse en la década de 1960 para uso
veterinario, principalmente como tranquilizante para monos. Debido a sus
efectos extraños, las sensaciones aplicables a la elaboración y posesión de
PCP, con intención de distribuirlo, son más severas que para cualquier otra
droga no narcótica. En 1978 se suspendió la producción, y prácticamente todo el
PCP disponible actualmente se prepara
en laboratorios clandestinos. Los efectos del PCPpueden ser alarmantes,
especialmente si son inesperados. Eso ocurre con frecuencia, porque el PCP se
vende como mescalina, LSD, THC, o mezclado con otras drogas tales como la
marihuana. Los efectos son especialmente difíciles de tratar debido a la
dificultad para determinar de qué droga se trata.
LSD-25 (Acido lisérgico): Esta droga se obtiene de
un hongo que crece en algunas plantas, especialmente el centeno y el trigo. Una
dosis de 50 a 200 microgramos (que cabe en la cabeza de un alfiler) produce un
viaje que dura de 8 a 16 horas. Después del viaje, el usuario puede
experimentar ansiedad aguda o depresión durante un cierto tiempo. Se han
producido casos de alucinaciones recurrentes durante varios días o meses
después de la última dosis. En algunos casos, el uso de LSD produce psicosis de
corta y larga duración.
El
Opio y los Narcóticos: En términos médicos los narcóticos son
derivados el opio o substancias sintéticas. Los narcóticos son los agentes mas
eficaces conocidos para aliviar el olor intenso e indispensables para la
práctica de la medicina. Algunos narcóticos se usan como antidiarreicos y otros
para problemas respiratorios.
La
heroína, es el narcótico mas comúnmente abusado, debido a que produce una
sensación de euforia duradera. La heroína se obtiene de la morfina, y es 10
veces mas potente. Es un polvo amargo de color blanco o marrón oscuro. Le
heroína pura raramente se vende en la calle, ya que los traficantes la
fraccionan o la diluyen, y el producto que se vende contiene menos de un 5% de
heroína.
El uso de
narcóticos produce dependencia física, adicción y aumento de la tolerancia de
la droga, hasta que finalmente se produce la muerte por sobredosis.
Se
consideran narcóticos al opio, morfina, codeína, heroína, hidromorfina,
diluadid, metadona, lomotil y percodan.
Le
heroína se inyecta generalmente por vía intravenosa (mainlining). También se
puede colocar debajo de la piel o se puede aspirar por la nariz al igual que la
cocaína. Algunos narcóticos vienen en comprimidos y en cápsulas.
Los
efectos eufóricos de los narcóticos duran poco. Los efectos son: contracción de
las pupilas, disminución de la visión, somnolencia, apatía, disminución de la
actividad física, constipaciones, sueño, náuseas, vómitos y disminución de la
respiración
Síndrome
de abstinencia: El síndrome de abstinencia de narcóticos, comienza poco después
de transcurrido el momento de la dosis siguiente programada. La intensidad de
los síntomas físicos guarda relación directa con la cantidad de droga consumida
diariamente. Los síntomas físicos del síndrome de abstinencia de los adictos
duran de 7 a 10 días y son: goteo de la nariz, ojos llorosos, transpiración,
bostezos, inquietud, irritabilidad, pérdida del apetito, insomnio, temblores,
náuseas, vómitos, dolores estomacales, diarrea, pánico, escalofrios, dolores y
espasmos musculares.
Los
adictos corren el riesgo de contraer hepatitis, SIDA, y otras infecciones
causadas por el uso de agujas contaminadas.
Dado a
que es difícil determinar su grado de pureza no se puede predecir su potencia.
Por esa razón, son comunes las sobredosis fatales. La dependencia física de los
narcóticos consiste en la necesidad de ingerir la droga regularmente a fin de
evitar el síndrome de abstinencia.
El uso
repetido de narcóticos aumenta su tolerancia y, por consiguiente, requiere el
consumo de mayores cantidades para lograr el efecto deseado. Así se adquiere
dependencia de la droga.
Síntomas
del abuso: Cicatrices alargadas parecidas a tatuajes a lo largo de las venas
causadas por el colapso de las venas debida a la inyección continua de narcóticos.
Los tensillos que utilizan los drogodependientes son: Cuchara doblada para
cocinar la substancia hasta que adquiere la consistencia apropiada para
inyectarla; jeringa y aguja; correa o cinturón para apretar las venas. Se
observan las siguientes marcas en el cuerpo: Pinchazos (de las inyecciones), y
magulladuras (causadas por el uso subcutáneo). Letargo e indiferencia.
Solventes / inhalantes:
Otra
manera de drogarse es inhalar solventes. Es fácil porque los productos se
pueden encontrar debajo de la pileta o en la caja de herramientas. En la década
de 1960, algunas personas experimentaron por curiosidad, inhalando los vapores
de la goma para armar aviones de juguetes. En la década de 1970 comenzaron a
utilizarse otros productos como sustancias para enfriar el vidrio, aceite
vegetal en aerosol, resinas epoxi, freon, desodorante, fijadores para el
cabello en aerosol, barnices y pinturas de color bronce y dorado en aerosol.
Los
inhalantes son populares entre los sectores marginales de todos los países de América
y, debido a su amplia disponibilidad, pueden utilizarse en cualquier lugar. En
la década de 1970 se produjeron alrededor de 700 defunciones en EEUU causadas
por inhalar el freon de los envases de aceites vegetal en aerosol. Los
principales usuarios son adolescentes, que generalmente inhalan estas
substancias para superar las tensiones. Los usuarios crónicos se muestran
aburridos, deprimidos, agresivos y antisociales, y tienen antecedentes de
delincuencia. Los compañeros influyen considerablemente en la adquisición del
hábito.
Los
inhalantes quizá es la primera substancia que usan para drogarse los
adolescentes que no tienen dinero para comprar otras drogas y diversos
utensilios. Las pinturas se pueden comprar fácilmente; su uso es lícito, y se
pueden encontrar en el hogar o en el lugar de trabajo. Los niños que inhalan
estas substancias experimentan náuseas, estornudos, hemorragias nasales,
sensación y aspecto de cansancio, mal aliento, falta de coordinación y pérdida
del apetito.
Los
vapores inhalados llegan rápidamente al torrente sanguíneo, como si se los
inyectara; el efecto varia según la persona, la substancia química y la
cantidad, pero la mayoría de los inhalantes producen efecto similares a los de
los anestésicos, que reducen la actividad funcional. Los efectos duran
alrededor de 30 minutos.
La
inhalación de vapores muy concentrados en aerosoles puede causar insuficiencia
cardiaca y muerte súbita. Los inhalantes que no son en aerosol pueden ocasionar
sofocación al impedir la llegada de oxígeno a los pulmones. Algunos inhalantes
también producen sofocación al deprimir el sistema nervioso central hasta tal
punto que la respiración disminuye y se interrumpe. El uso de una bolsa para
inhalar aumenta el riesgo de sofocación.
El uso
durante períodos prolongados produce un síndrome cerebral orgánico, que se
caracteriza por la pérdida de la coordinación muscular, irritabilidad,
confusión, desorientación, traumatismos de nervios y trastornos hepáticos y
renales. Al cabo de algunos años el usuario puede contraer cáncer o sufrir
cambios genéticos. Se ha comprobado que la exposición crónica a ciertos
solventes y la gasolina produce leucemia y anemia grave. La goma y los
adhesivos de contacto contienen N-Hexano, que daña el sistema nervioso central
y causa aturdimiento, perdida de la sensación en los pies y debilidad en las
extremidades. Las acetonas contenidas en los adhesivos para productos de
caucho, la tinta y la pintura, ocasionan daños similares. El cloruro de
metileno, que se usa en las pinturas en aerosol, interfieren en la distribución
de oxígeno y contaminan el organismo con monóxido de carbono.
Se ha
comprobado que las personas que comienzan a drogarse con inhalantes y después
usan otras drogas, no dejan de usar inhalantes, sino que los usan menos.
A medida
que el organismo adquiere tolerancia a las substancias químicas, se necesita
más droga para obtener el mismo efecto. Si el uso de inhalantes se combina con
otras drogas, ocasiona pérdida del conocimiento, coma o la muerte.
conducta humana
peligrosa como fenómeno individual y social, en su descripción, diferenciación,
correlaciones y causalidad, surge con claridad que las drogas ostentan un lugar
de privilegio dentro de las múltiples y complejas causas criminógenas.
La
bibliografía se incrementa diariamente con aportes que no hacen sino reafirmar
lo antes dicho, y la práctica profesional de todos aquellos que de alguna
manera están relacionados con el tema lo ratifica.
Un
drogadicto, por el solo hecho de serlo, no debe ser visto como un delincuente,
pero no se puede negar que tal condición lo enfrentará con más posibilidad y
frecuencia con las conductas peligrosas e ilícitas.
La acción
negativa de la droga relaciona siempre, a quien está de cualquier forma
vinculado con ella, con el delito, aunque no llegue a cometerlo. Si entendemos,
con Grispigni, que la peligrosidad criminal es la capacidad de una persona
para convertirse con probabilidad en autora del delito el adicto, sin dudas,
la tiene. Todos representan una peligrosidad latente, presta a materializarse
ante circunstancias desencadenantes.
En una de
las conclusiones resultantes de los coloquios celebrados en Madrid en 1972, la
Real Academia Nacional de Medicina de España, refiriéndose a la dependencia a
drogas, expresó que es una enfermedad social que está afectando especialmente a
la juventud en la que causa daños físicos, psíquicos y sociales llevándola a
hacer caso omiso de deberes familiares, laborales y morales. Este concepto,
que debe ser plenamente compartido, sintetiza la incidencia de la droga en los
dos factores del binomio individuo mundo circundante, que siempre deben ser
analizados al estudiar la etiología del delito.
No
obstante lo expuesto, se leen y escuchan opiniones, no siempre cumplidas a
nivel científico y muchas veces evidentemente tendenciosas y especulativas, que
restan a determinadas drogas acción criminógena, siendo la marihuana la que por
lo general se toma como ejemplo en la controversia. No nos debe extrañar esta
actitud, ya que algunos inclusive, le adjudican a las drogas toxicomanígenas
una acción positiva atribuyéndole sus efectos negativos a la personalidad de
quienes la usan y a la ineficacia de quienes deben ejercer el control del
consumo.
Nosotros
consideramos que el toxicómano es siempre proclive a cometer delitos y a ser
víctima de ellos y que la droga tiene probada idoneidad para cumplir distintos
roles en la criminogénesis. La cárcel es así, junto con el hospital, el
manicomio y el cementerio, el epílogo frecuente de la vida de estas
desgraciadas personas.
Sin
embargo, la droga no es todo y debe considerarse un elemento más a tener en
cuenta en el estudio criminológico.
Sus
efectos varían en los diferentes individuos y por lo tanto no es posible la
generalización.
Como en
todos los aspectos, también en el que estamos ahora tratando es imprescindible
estudiar la personalidad de base del adicto delincuente, que es la que dará
vida a la droga.
La
historia criminológica debe seguir en estos casos sus lineamientos generales,
debiendo prestarse particular atención al examen somatopsíquico del interno y a
los estudios complementarios para satisfacer de la mejor manera posible la
exigencia expresada en el párrafo precedente.
Recordemos
los principales capítulos con que ha de contar como mínimo, el estudio
criminológico:
Antecedentes
familiares;
Relaciones
sociales (familiares y extrafamiliares);
Instrucción;
Vida
laboral;
Antecedentes
policiales y judiciales;
Delito
actual: En este capítulo es aconsejable primero hacer una síntesis del delito
de acuerdo a lo referido en el testimonio de sentencia y luego solicitar al
procesado que exprese su versión del hecho, dee ser posible por escrito;
Aspecto
victiminólogo;
Examen
somatopsíquico: Se complementará con todos los estudios que se consideren
necesarios (electroencefalografía, psicodiagnóstico, análisis clínicos, etc.);
Información
social.
Con todos
estos antecedentes, aportados por los distintos integrantes del equipo
criminológico, se elaborarán las conclusiones de la historia criminológica.
Ellas son:
Diagnóstico
de personalidad;
Génesis
delictiva;
Clasificación;
Pronóstico;
Tratamiento
a instituir en la base al estudio criminológico practicado.
Se ha
señalado con acierto, refiriéndose al alcohol, que en el fondo de una botella
caben todos los delitos. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que en el
campo de las toxicomanías sucede lo mismo, pero a pesar de las copiosas citas
bibliográficas careceremos de un sólido aval estadístico, debiendo señalar que
esta falencia no se da sólo en nuestro medio, sino que se advierte en general,
como lo destaca Pinatel.
Los
delitos relacionados con las drogas pueden distinguirse en:
1) los
que se cometen bajo la influencia de la droga;
2) los
que responden a la necesidad de
conseguirla, condicionada por la sujeción del individuo a la droga, es decir,
por la dependencia;
3) los
previstos en la ley 23.737.
Delitos cometidos bajo la
influencia de la droga.
Las características modalidades guardan generalmente
relación con el efecto que la acción tóxica de la droga produce en el sujeto.
Serán actos violentos,
cargados de agresividad cuando se esté bajo la influencia de un estimulante,
que se traducirán en homicidios, lesiones, desacatos, etc. en muchos casos la
presencia de otros componentes, como la ansiedad, el temor, el pánico, etc.,
dan al delito peculiares características.
Bajo la
acción de los depresores, es poco probable la comisión de delitos violentos,
habida cuenta de la incidencia que tiene sobre la volición traducida en una
merma de la actividad. Se encuentran aletargados, evadidos de la realidad, y en
ese estado de ensoñación nada les importa que sea ajeno al paraíso en el que
están inmersos; en cambio, los adictos a los opiáceos son muy peligrosos en la
abstinencia.
Los
barbitúricos, en su cuadro de intoxicación aguda, pueden generar automatismos
que llevan por este mecanismo a la comisión de delitos y también a la propia
muerte al seguir ingiriendo la droga automática e inconscientemente hasta
llegar a la dosis letal no buscada voluntariamente (falsos suicidas).
Las
perturbaciones perceptivas producidas por los alucinógenos ya sea por sí misma
o generando delirios de distinto contenido son frecuentes causas de delito.
Desde el conductor alucinado que produce un accidente fatal hasta el que mata
ante visiones terroríficas y amenazantes, existe una gama de posibilidades.
Los
estados delirantes motivados por las drogas participan en la psicogénesis
delictiva de la misma manera que lo hacen cuando responden a otra etiología.
Las
autoagresiones, que llegan al suicidio, son también frecuentes. La agresividad
se dirige entonces hacia el mismo adicto, embargado en el trance generalmente
por una gran ansiedad. Mientras un cocainómano, por ejemplo, preso de una
alucinación visual enfrenta el peligro y no duda en atacarlo, otros
drogados fugan aterrorizados frente a la amenaza y pueden arrojarse por la
ventana.
Existen
casos donde la muerte aparenta a un suicidio. Al sentirse omnipotentes por el
efecto del tóxico, no vacilan en colocarse en situaciones inequívocamente
suicidas; tal el caso de una adolescente que se detuvo en el medio de una
avenida muy transitada con sus brazos en alto con la intención de detener el
tráfico que circulaba por ambas direcciones. La morgue judicial fue el lógico
destino de la desgraciada niña, y la peritación toxicológica esclareció la real
etiología del suceso.
Delitos
por omisión también pueden ser originados por drogas, ya sea por el efecto
propio de las depresoras o el paradójico de los estimulantes.
La
asociación de drogas y de éstas con el alcohol potencializan el efecto
criminógeno, pudiendo llegarse a niveles de extremada peligrosidad en
psicópatas, epilépticos, postraumatizados cráneo-encefálicos, etc.
Merecen
especial atención, por la importancia médico-legal y psiquiátrico-forense que
tienen, los delitos que pueden ser cometidos durante el efecto flash back,
o sea, la reaparición de los síntomas psíquicos, propios de la intoxicación
aguda sin participación de la droga hasta varios meses después del último
consumo. Se produce así una reviviscencia de la situación ocurrida tiempo atrás,
con las mismas posibilidades en el campo criminólogo abocado al estudio de la
génesis delictiva.
Sabemos
que el organismo sufre las modificaciones específicas que la acción de las
drogas le genera y en tal sentido se producen sus efectos, pero éstos pueden
ser paradójicos y contrarios a los esperados, eventualidad que debe siempre
considerarse para efectuar la correcta valoración de los hechos. Si una
persona, por ejemplo, toma anfetaminas próximamente a la iniciación de un
viaje, lo hará con el objeto de disminuir la sensación de fatiga y evitar
dormirse en la ruta; sin embargo, podrá generar un desastre al perder el
control del vehículo, como consecuencia
de un resultado opuesto al buscado.
En los
accidentes de circulación es necesario investigar la incidencia etiológica de
las drogas. En muchos las modalidades del siniestro y las actitudes
incongruentes de los conductores inducen a pensar en la participación tóxica,
ratificación que se obtiene mediante las peritaciones pertinentes, debiendo
procederse de igual manera con las víctimas, que pudieron serlo por la misma
causa.
Delitos relacionados con la
obtención de la droga.
El hábito, o sea, la adaptación del organismo a la droga
y a la etapa subsiguiente de dependencia, es decir, cuando ya se está sujeto a
ella, psíquica o psicofísicamente, hacen que el adicto trate de conseguirla a
cualquier precio, sin medir las consecuencias. Cuando es presa del síndrome de
abstinencia y padece la dramática sintomatología de la carencia, que puede ser
suprimida sólo con la administración de una nueva dosis, el hambre de droga
la necesidad- lo enfrenta con una dramática situación que debe resolver sin
demora, y el delito violento, caracterizado por su impulsividad y agresividad,
puede ser la única alternativa para obtenerla.
Son
frecuentes los robos, hurtos, fraudes, estafas, asaltos, falsificación de
recetas, malversaciones, calumnias, chantajes, etc. Generalmente, intentan no
ejercer violencia contra las personas, pero cuando la situación supera esa
posibilidad, se cometen lesiones y homicidios.
La
delincuencia en estas circunstancias pueden ser individual o asociada, siendo
frecuente que se organicen grupos e integren bandas entre jóvenes adictos para
conseguir la droga, ya sea robándola directamente de farmacias y droguerías, o
logrando, mediante el delito, dinero para obtenerla, soliendo ser las primeras
víctimas familiares y amigos.
El
adicto, inmerso en una degradación física, psíquica y moral, acepta cualquier
situación para lograr la droga, que llega a ser su única preocupación,
resultando así víctima de delitos. Comete actos que resultan perjudiciales para
su propio patrimonio, transformándose en presa fácil y codiciada de traficantes
y usureros.
En
oportunidades la sugestionabilidad y la abulia que ostentan, es aprovechada por
delincuentes habituales, quienes los instigan a participar en delitos, mientras
ellos se mantienen al margen del hecho, a la espera del botín.
La
prostitución también guarda relación con la droga. La mujer adicta no vacila en
vender su cuerpo para conseguirla, pero si bien el hecho individual tiene gran
importancia criminológica, el uso que de las drogas hacen los tratantes para
arrastrar a las mujeres a la prostitución lo es de manera superlativa. El
gangsterismo, organizado para tales fines, recurre a las drogas para captar a
muchachas, como paso previo a la prostitución, usando diferentes tácticas para
alcanzar sus perversos objetivos. Una de ellas es a través de jóvenes
atractivos que entablan relación con las candidatas y las inician en la droga,
proveyéndoles en esta etapa de inducción todas las dosis requeridas. Cuando ya
están habituadas y sometidas a la tiránica acción de la droga, se las priva
bruscamente de ella aduciendo cualquier motivo, y es entonces cuando los
rufianes han ganado la batalla, y las infelices mujeres, con el fin de
obtenerla, no vacilan en ejercer la prostitución.
El empleo
de las drogas es uno de los instrumentos que han facilitado el auge del
proxenetismo y ha permitido abandonar, en muchos ámbitos, otros medios de
sujeción que resultaban de mayor riesgo para los tratantes.
No
obstante lo expuesto, las adictas están imposibilitadas para trabajar en forma
regular y eficiente, llegando a ser rechazadas por los clientes y abandonadas
por los mismos que las iniciaron en ambas esclavitudes.
En forma
análoga a lo que sucede con las alcohólicas, muchas llegan a la prostitución
por las drogas, y otras tantas han caído en la drogadicción por la
prostitución.
Todos los
delitos son posibles, y múltiples las modalidades para obtener la droga; por
ello, luchar contra las toxicomanías es hacerlo contra la criminalidad en
general.
Bibliografía:
Toxicomanías:
Astolfi/Gotelli/Kiss/Lopez Bolado/Maccagno/Poggi
Pruebas Periciales:
Machado/Schiaffino
Maximiliano
González
Febrero de 2002
maximilianogonzalez3[arroba]yahoo.com.ar