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La Economía Mundial orientada hacia la Sustitución de Importaciones en Argentina




Enviado por msdl



     

    Indice
    1.
    Introducción

    2. La Transformación de la
    economía mundial a partir de 1930


    3. Las nuevas
    condiciones del desarrollo

    4. La política económica de
    sustitución de las importaciones orientada hacia la
    industrialización

    5. Consecuencias indirectas de la crisis:
    comienzo del avance industrial

    6. Conclusión
    7. Bibliografía
    Consultada

    1.
    Introducción

    Es importante destacar que este trabajo
    monográfico dirige su atención a describir como comienza a
    extinguirse una etapa con una economía primaria
    exportadora, para luego dar origen, a comienzos de 1930, a una
    economía semi-industrial dependiente. Se deja atrás
    el viejo federalismo
    económico de las etapas de la economía primaria de
    subsistencia y de transición, para reemplazarse por la
    formación del mercado nacional
    y la articulación de una política de desarrollo
    integrado de la economía
    argentina. En esta época, se fusionan dos factores de
    origen interno y la transformación del contexto externo
    que
    encuadraría el desarrollo de nuestro país al
    promediar el siglo XIX.
    En la fisonomía interna, la ocupación total de las
    tierras dentro de la frontera pampeana pondría punto final
    al proceso
    tradicional de crecimiento de la producción rural destinada a la exportación, volcando la atención en
    la ocupación de nuevas tierras. Pero el rápido
    aumento de la producción agropecuaria y de las exportaciones era
    inadmisible sin la conquista y explotación de nuevas
    tierras cercanas a la zona pampeana que contasen con mayores
    instalaciones de servicios
    básicos (especialmente transporte con
    conexión al puerto para las producciones exportables). A
    partir de aquí, las exportaciones dependieron del cambio
    tecnológico y la mecanización de las explotaciones
    rurales.
    Por otro lado, el tamaño y la complejidad de la estructura
    económica argentina
    imponía la integración de la actividad productiva
    conjuntamente con el desarrollo industrial.
    En el plano internacional, se alteró el papel de la
    economía mundial con la pérdida de dinamismo de la
    demanda de
    productos
    agropecuarios, especialmente de orden primario.
    Esta combinación de circunstancias, internas y externas,
    determinó que se derrumbara el rol hegemónico del
    sector agropecuario de la región pampeana como actividad
    promotora del desarrollo nacional. Además, trajo como
    consecuencia el quiebre entre el sistema argentino
    y su vinculación con el exterior que le aportaba a nuestra
    economía importantes cobros generados en las
    exportaciones.
    En la presente recopilación y clasificación de
    datos
    referentes a la historia económica de
    nuestro país, se analizarán los cambios producidos
    en la economía mundial, que luego influiría de
    manera notoria en el desarrollo de la República Argentina
    de los últimos años.

    2. La
    Transformación de la economía mundial a partir de
    1930

    La economía y su consecuencia a nivel mundial
    A partir de la segunda mitad del siglo XIX, el progreso
    técnico había acelerado la expansión del
    comercio
    internacional, el flujo internacional de capitales y las
    corrientes migratorias. La crisis de 1929
    pone punto final a este proceso, debilitando las relaciones
    económicas internacionales.
    La depresión
    mundial de 1929 provocó, en los países
    industrializados, la disminución de sus importaciones y
    llevó a estos países a adoptar medidas
    proteccionistas para afrontar tal efecto.
    " … el valor de las
    exportaciones mundiales totales disminuyó aproximadamente
    en un 50% entre 1929 y 1933 a causa del efecto depresivo de la
    caída de volumen
    físico y la disminución de los precios … ".
    Luego de ese período, comenzó una lenta
    recuperación, pero el volumen de las exportaciones
    seguía siendo aún bajo.
    La crisis de la década de 1930 interrumpe el sostenido
    crecimiento de las exportaciones mundiales. " … ella
    marcó el fin de una era de abundante e indiscriminada
    corriente de capitales internacionales en forma de
    préstamos e inversiones
    directas que, con la sola interrupción de la Primera Guerra
    Mundial, duró varias décadas … "
    La contracción del comercio
    internacional, la disminución de los ahorros en
    países exportadores de capitales y la dificultad de los
    países deudores para pagar sus deudas, provocaron una gran
    disminución en lo que respecta a la corriente
    internacional de capitales, afectando en especial a los
    países basados en la producción y
    exportación de productos primarios.
    Simultáneamente, decrece el porcentaje de inversiones en
    las obras de infraestructura destinadas a proporcionar servicios
    básicos al sector exportador o necesarios para la
    economías internas en crecimiento, debido a las
    dificultades financieras de los gobiernos de los países
    deudores.
    A través de los diferentes factores mencionados con
    anterioridad, se produjo una ruptura, durante la década de
    1930, del conjunto de relaciones dentro de las cuales se
    había desarrollado el proceso de integración de la
    economía mundial a partir de la segunda mitad del siglo
    XIX. Estos factores interfirieron en las rutas tradicionales de
    comercio y en el funcionamiento de los mercados
    internacionales de capitales.

    La transformación económica en
    Argentina
    A comienzos de 1930, nuestro país había adquirido
    ya una dimensión económica considerable en
    términos de población e ingreso por habitante. A
    través de esto, se produce un aumento en la demanda
    interna y una simultánea diversificación de la
    misma, que sin embargo, no tenía repuesta en la estructura
    productiva debido al rudimentario desarrollo industrial. Esto se
    debía a que existía un alto grado de abastecimiento
    externo de productos manufacturados para consumo e
    inversión. De cualquier forma, en 1930, ya
    no se puede hablar de una base económica fundada en el
    modelo
    primario exportador; se requería la incorporación
    de la industria como
    elemento dinámico del crecimiento y transformación
    de la estructura productiva.
    A los cambios de la realidad interna se añadieron los
    cambios en la economía mundial que, hacia 1930,
    profundizaron la crisis de modelo agroexportador, restringiendo
    severamente las exportaciones agropecuarias.
    El país, debido a su incapacidad, no pudo emitir respuesta
    alguna para enfrentar los nuevos problemas y
    formar una economía industrial avanzada. Esta incapacidad
    determinó el progresivo aislamiento de la economía
    argentina respecto de las corrientes dinámicas del
    comercio y las inversiones internacionales. Este aislamiento fue
    acompañado por una drástica reducción de
    inversiones en el país.
    El viejo esquema de la dependencia externa constituye un
    obstáculo grave al crecimiento y somete a la
    economía a graves tensiones como las crisis
    cíclicas y la alta tasa de
    desempleo.

    3. Las nuevas condiciones del
    desarrollo

    La demanda global
    Las exportaciones dejan de ser el componente dinámico de
    la demanda global cuando se estanca el comercio mundial de
    productos agropecuarios. Por este hecho se modifican las
    condiciones de desarrollo vigentes en los 70 años
    anteriores. Desde 1930 la expansión de la demanda global
    dependerá del comportamiento
    otros componentes que analizaremos a continuación.
    a) El consumo de los particulares y del sector
    público: el consumo privado es eminentemente
    dependiente de la situación general y no condiciona el
    nivel de la demanda global. El consumo del sector público
    es independiente del nivel de ocupación de la
    economía y de los ingresos
    fiscales, porque el gobierno puede
    financiar un exceso de gastos sobre
    recaudaciones (un déficit) obteniendo crédito
    del sistema bancario, lo que aumenta la demanda global. El
    consumo no permite el aumento de la productividad del
    trabajo ni la capacidad de la economía de producir
    más bienes y
    servicios.
    b) La inversión pública y privada: estas
    inversiones aumentan el capital
    disponible en la economía y permiten elevar la
    productividad del trabajo y aumentar la producción de
    bienes y servicios. La inversión es el único
    componente de la demanda global que puede ser independiente del
    nivel de ingresos y provocar expansión de la demanda
    global y la producción de un país.
    A partir de 1930 la inversión se convierte en el factor
    capaz de expandir de manera autónoma la demanda global y
    elevar la capacidad del sistema de producir mayor cantidad de
    bienes y servicios con destino al consumo y la acumulación
    de capital.

    Los rumbos alternativos del proceso de
    industrialización
    En una economía dependiente de las exportaciones, la
    contracción de éstas lleva, en ausencia de medidas
    de tipo compensatorio, a la desocupación de parte de la mano de obra y
    la capacidad productiva, y además a una contracción
    en el nivel de ingresos y condiciones de vida de la
    población.
    El gobierno puede, ante esta situación, adoptar medidas de
    tipo compensatorio que permitan mantener los niveles de la
    demanda global mediante la expansión de los gastos del
    sector público y las inversiones, tanto de origen
    público como privado. A raíz de estas medidas, la
    ocupación de la mano de obra y los ingresos podrán
    mantenerse, a pesar de la contracción de las
    exportaciones.
    En caso de que esto ocurra, se producirá un desajuste
    entre las importaciones y la capacidad para importar generada por
    el total de las exportaciones. Aquí, habrá que
    limitar el total de las importaciones hasta el cupo permitido por
    la capacidad de importar.
    Las formas de lograrlo son varias, pero una de las más
    importantes es el encarecimiento de las importaciones o la
    restricción de las mismas, aplicando un control de
    cambios y otorgando divisas para importar sólo a personas
    autorizadas.
    Al reducirse las importaciones y mantenerse los niveles internos
    de ingresos, el precio de los
    artículos importados en el mercado interno serán
    más alto. Según Humberto Zambón, ese aumento
    de precios de los productos importados es provocado por la
    devaluación de la moneda, lo que
    traería aparejado un aumento en las exportaciones y una
    disminución en las importaciones, restableciendo
    así el equilibrio
    externo.
    La sustitución de importaciones no se refiere solo a la
    producción interna, sino que al mismo tiempo la
    expansión de los ingresos y el progreso técnico van
    aumentando la demanda de bienes y servicios, y modificando su
    composición. Como la reducida capacidad de importar no
    permite satisfacer con importaciones esa mayor y cambiante
    demanda, es la producción interna la encargada de
    hacerlo.
    Se produce un cambio permanente en la composición de la
    demanda de bienes de consumo e inversión. Por un lado hay
    una mayor proporción de bienes industriales y menor
    proporción de alimentos. Por el
    otro, a medida que se desarrolla la tecnología, las
    maquinarias, equipos y los procesos
    productivos se hacen cada vez más complejos.
    La sustitución de importaciones ejerce una profunda
    fuerza de
    atracción sobre el volumen y la distribución de las inversiones
    (esencialmente las privadas). El desarrollo diversificado
    requiere más energía, más comunicaciones, más transporte y, en la
    medida en que la urbanización acompaña al proceso
    de desarrollo, una expansión de la vivienda, obras
    sanitarias, transportes urbanos, educación y salud
    pública. Esto está a cargo de la
    inversión pública. Si el gobierno no se expande a
    un ritmo adecuado el desarrollo de la economía, pueden
    llegar a crearse insuficiencias tales que obstaculicen seriamente
    el crecimiento
    económico.
    La industria crece más aceleradamente y es la clave en el
    proceso de desarrollo, debe proporcionar los bienes
    manufacturados anteriormente importados y satisfacer la
    demanda.
    Un país que realiza un proceso de industrialización
    tiene opciones: puede embarcarse solamente en el desarrollo de
    las industrias de
    carácter liviano, o inversamente, dedicarse
    al segundo proceso de industrialización: las industrias de
    base.

    Estructura industrial
    La industria es un sector complejo, desde que se extrae de la
    naturaleza una
    materia prima
    hasta que ella se convierte en un bien de utilización
    final, se suceden numerosas etapas intermedias y procesos
    productivos interrelacionados. La complejidad del sistema
    industrial esta dado por el desarrollo tecnológico,
    tamaño y estructura del mercado y el comercio
    exterior.
    En primer lugar las industrias de bienes de consumo (alimentos,
    bebidas, tabaco, textiles,
    vestimenta) y las industrias que fabrican maquinarias y equipos
    sencillos y poco complejos, atraen la inversión privada de
    aquellos países que comienzan su proceso de
    industrialización por tener sencillez técnica y
    organizativa, baja densidad de
    capital por obrero, rápida madurez en la inversión
    y mediana o pequeña escala de
    producción.
    En segundo lugar, las industrias de base (acero, maquinaria
    y equipos, electro-metalúrgicas y electroquímicas,
    y las de combustibles y petroquímicas) se caracterizan por
    su complejidad técnica y organizativa, alta
    inversión por obrero ocupado, gran escala de
    producción requerida para alcanzar niveles razonables de
    eficiencia y
    el largo período que transcurre desde el comienzo del
    proyecto de
    instalación hasta la puesta en funcionamiento. Estas
    características desalientan a la
    inversión privada.
    En tercer lugar, el desarrollo del capital de infraestructura en
    transportes, comunicaciones, energía y otros campos
    básicos, tienen el problema de que el financiamiento
    de los mismos recae en el sector público. El beneficio se
    expresa no en la cuenta de ganancias y pérdidas de las
    empresas que
    lo explotan, sino en el aumento de la productividad de todo el
    sistema económico. El beneficio social de la
    inversión es superior al beneficio privado. Pero los
    fondos del sector público han sido insuficientes, ya que
    los gastos corrientes absorben la mayor parte de los ingresos
    públicos y porque la posibilidad de obtener recursos en los
    mercados internos de capital han sido limitadas. Se agrega
    además la mala orientación de la inversión
    pública en proyectos de baja
    prioridad y de escaso impacto sobre la capacidad productiva del
    sistema económico.

    El sector público
    Si la política
    económica se limita básicamente al mantenimiento
    del nivel interno de ingresos, encarecimiento de importaciones y
    redistribución de ingresos, el proceso de
    industrialización tenderá a concentrarse en las
    industrias livianas (las que producen bienes de
    utilización final).
    El sector público es el factor determinante de la
    orientación de la industrialización y de las bases
    últimas de todo proceso de desarrollo. Cuanto más
    se demore la aplicación de una adecuada política
    directa e indirecta de fomento industrial más
    difícil será el proceso de ajuste y más
    profundo el grado necesario de intervención en el
    funcionamiento del sistema. Esto es así porque cuanto
    más se postergue la aplicación de esa
    política, más profundo será el estancamiento
    del sistema. Por otra parte, el estancamiento agudiza los
    enfrentamientos políticos y sociales, complicando
    más la posibilidad de aplicar un política
    evolutiva. Argentina es un ejemplo de esto.

    El desarrollo agropecuario
    Dos fuerzas desplazan al sector rural de su rol
    protagónico del desarrollo argentino: a) el estancamiento
    de la demanda externa y b) el crecimiento de la demanda interna
    de productos agropecuarios a un ritmo más lento que el de
    la economía en su conjunto, debido a los cambios en la
    composición de la demanda.
    Las prácticas proteccionistas y la formación de
    bloques, exigió una actividad política de
    colocación de productos agropecuarios en el mercado
    mundial por parte de los países exportadores.
    El desarrollo agropecuario estuvo fuertemente condicionado por la
    política comercial del gobierno.
    Se replantean los términos de desarrollo:
    a) La composición de la producción agropecuaria:
    hay una creciente demanda interna que obliga a la
    producción agropecuaria a diversificarse. Así
    ocurre el crecimiento de la producción agropecuaria fuera
    de la zona pampeana.
    b) Régimen de la tenencia de la tierra: La
    totalidad de las tierras disponibles ya estaban en
    explotación y el aumento de la producción
    podría lograrse sólo mediante el aumento de los
    rendimientos por hectárea. Esto sólo podía
    lograrse mediante la mecanización de las tareas
    agrícolas, la mejora de los métodos de
    conservación de suelos y de
    cultivo y la adopción
    de prácticas más eficientes de organización de las tareas rurales.
    El aumento de los rendimientos exige la realización de
    mejoras fijas, que el ocupante temporal de un campo
    (arrendatario), no realiza porque sólo podrá
    beneficiarlo en el corto plazo.
    Los grandes propietarios territoriales, tienen un comportamiento
    que no parece estar regulado por las normas habituales
    de conducta del
    empresario capitalista. La tierra es
    más un elemento de prestigio y status; un refugio contra
    la inflación, que un capital al que debe sacársele
    todo el provecho.
    De esta manera la capacidad de producción de los campos se
    disminuye y en consecuencia disminuyen los ahorros necesarios
    para financiar la construcción de mejoras y la
    mecanización de las tareas en los campos de la
    región pampeana, no así en las zonas fuera de la
    pampa donde la distribución de la tierra había sido
    más equitativa y pareja.

    4. La política
    económica de sustitución de las importaciones
    orientada hacia la industrialización

    Tendencias y límites
    del dirigismo conservador
    La influencia del economista inglés
    Keynes, es la
    predominante en la década de 1930 a nivel mundial.
    Keynes es un defensor del capitalismo
    monopolista, su "política de economía dirigida"
    exigía el ensanchamiento de las funciones del
    gobierno.
    Para curar los males que la crisis acrecienta en la
    economía, Keynes trata de liquidar el paro forzoso con la
    creación de nuevas fuentes de
    trabajo, aunque sean improductivas; y ello implica cierto grado
    de intervención del Estado en el
    proceso económico y el consiguiente aumento de los gastos
    del gobierno.
    En Argentina, al producirse una baja en el nivel de la demanda
    global dentro del mercado interno, como consecuencia del volumen
    creciente de las exportaciones y la menor remuneración a
    los productores rurales, el fenómeno obliga al nuevo
    gobierno conservador de Justo a adoptar medidas inspiradas en
    principios
    económicos diferentes de los que habían prevalecido
    en el país hasta entonces.
    Las soluciones
    eran, por un lado, una solución de corte financiero
    apuntando a la creación de un esquema que permitiera
    mantener el valor estable de la moneda dentro del mercado interno
    (abandono legal de la convertibilidad, creación del
    Banco Central
    y del Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias, control de
    cambios, impuestos a los
    réditos, etc.); y por otro lado, una solución de
    corte económico destinada a regular a la producción
    para adecuarla a la demanda, que en esa época llegaba a su
    más bajo nivel por falta de capacidad adquisitiva de los
    consumidores (creación de las diversas juntas reguladoras
    de la producción).
    La intervención que se le asignaba al Estado sería
    siempre transitoria, y únicamente para suavizar los
    efectos más apremiantes de la crisis. El propio Estado,
    por su parte, fomentaba las inversiones extranjeras,
    acordándoles preferencias inusitadas en la incapacidad de
    las propias exigencias de un país independiente.
    El descreimiento de las masas populares con respecto al sistema
    político que se agudiza en el período considerado,
    será en buena medida un resultado de esa política
    económica destinada a favorecer a los sectores
    privilegiados de la sociedad.

    5. Consecuencias
    indirectas de la crisis: comienzo del avance
    industrial

    Ciertos factores externos, como quizás la Primera
    Guerra Mundial
    y sin duda la crisis económica-financiera de 1929,
    serán en buena medida responsables del crecimiento
    industrial de nuestro país, que ya es apreciable a
    mediados de la década de 1930.
    Las causas principales de la industrialización que toma
    cuerpo en esta época son:
    a) La disminución de las exportaciones argentinas, en
    valor y tonelaje, que hace que se carezca del número
    necesario de divisas para continuar importando gran cantidad de
    mercaderías que empiezan, progresivamente, a elaborarse en
    el país (sustitución de importaciones).
    b) La desvalorización del signo monetario,
    complementariamente con el inciso anterior.
    c) El aumento de los derechos aduaneros a partir
    de 1931.
    d) La regulación gubernativa de las importaciones, para
    ajustarlas al nivel de ventas
    argentinas.
    e) La existencia de un mercado consumidor
    relativamente importante en lo que a la iniciación de
    ciertas actividades atañe, por ejemplo en el campo de la
    industria liviana.
    f) La existencia de una mano de obra abundante, barata y
    competente.
    g) La presencia de industrias auxiliares desarrolladas (algunas
    materias primas, construcción de equipos industriales,
    etcétera).
    h) El desmantelamiento de industrias en los países
    más adelantados (ejemplo Estados Unidos),
    que dejaba inactivos valiosos planteles cuya utilización
    había que procurar.
    i) La existencia en aquellos países, de capitales y
    técnicos en condiciones de ser exportados y que
    habían quedado disponibles por la crisis en los negocios y la
    desocupación.
    j) La mayor ganancia que prometía la actividad industrial
    en un país no suficientemente desarrollado
    económicamente, que
    permitiría el empleo de
    menor proporción de capital fijo.
    k) La necesidad de ajustar la producción a los gustos del
    consumidor y brindarle una oportuna flexibilidad.
    La industrialización abarcó sólo
    determinadas áreas geográficas de nuestro
    país (Buenos Aires,
    Gran Buenos Aires y el litoral). En 1935, la industria textil
    abarcó cerca del 17% del personal obrero
    argentino; el 92% de los obreros textiles se encontraban en un
    radio de
    veinte kilómetros de la plaza del Congreso,
    fabricándose en la Capital Federal y alrededores el 87% de
    la producción textil nacional. Para 1938, Buenos Aires
    concentraba el 62% de establecimientos manufactureros, el 72% del
    total de obreros y empleados, el 64% de la fuerza motriz y el 74%
    del total de la producción.
    La industrialización fue paralela también al
    fenómeno de las migraciones internas rural-urbanas. El
    lapso de 1930 a 1943, la industria en crecimiento debe buscar su
    mano de obra dentro del país.
    En el resto del país, las provincias que enviaban a la
    población a los centros urbanos y se descapitalizaban, la
    época contempla la culminación del proceso inverso,
    la del retroceso industrial.
    El Estado
    practicó respecto a ese aspecto un "proteccionismo al
    revés" en lugar de apoyar decididamente el proceso.
    Antes de la Primera Guerra
    Mundial, Argentina se ajustaba cómodamente al molde de los
    tradicionales principios de la división internacional del
    trabajo en el marco geográfico: el comercio
    consistía en la exportación de productos
    agrícola-ganaderos a cambio de combustibles y ciertos
    bienes manufacturados, con respecto a su cliente principal
    (Inglaterra). Pero
    las consecuencias del conflicto
    bélico, más la crisis de 1929, dislocaron esa
    aparente estructura que quería corresponder al concepto de la
    mano invisible de Adam Smith que
    vigilaba los mercados y las leyes de la
    oferta y la
    demanda. Debieron intentarse algunos remedios: primero, una
    reorganización de la política impositiva, que
    teóricamente debía vender a una mejor
    distribución del ingreso nacional; por otro lado el
    fortalecimiento de los ingresos de los grandes ganaderos y
    agricultores, que fue la preocupación dominante de los
    gobiernos conservadores que sucedieron a Yrigoyen. La tercera
    vía era el desarrollo de las fuerzas productivas
    nacionales mediante la industrialización, con el
    consiguiente incremento del mercado interno de consumo.
    La industrialización como tal no fue prohibida por el
    gobierno, pero sí se la dificultó mediante el uso
    de los derechos de aduana y del
    control de cambios desde 1932.
    Bajo el sistema entonces predominante, las autoridades
    favorecían la importación de artículos terminados
    por los cual, en ocasiones, resultaba más conveniente el
    traslado in toto de fábricas extranjeras a nuestro
    país, que la solicitud de divisas de los industriales
    locales para comprar maquinarias. En muchos casos, los
    dueños de las maquinarias extranjeras recibían, en
    vez de efectivo, acciones de la
    nueva compañía.
    Los derechos de aduana fueron utilizados de tres modos: primero,
    los derechos sobre las materias primas, que eran superiores a los
    de los artículos terminados o semielaborados. En segundo
    lugar, funcionaba una discriminación oculta en relación a
    las tarifas aduaneras, ya que se fija un mayor valor por el
    kilogramo de materia prima
    que el kilogramo de producto
    terminado o semiterminado. Finalmente, no consideró la
    pérdida de materia prima en el proceso de la manufactura.
    Otras desventajas que encontraba la industria nacional, fueron la
    falta de capitales locales, dispuestos a intervenir en ella y la
    renuncia de los bancos a conceder
    créditos a mediano plazo. El Banco de
    Crédito Industrial sería creado más tarde
    por el gobierno militar surgido del movimiento del
    4 de junio de 1943.
    La industria argentina ha crecido a saltos desde 1935. El
    país, impedido a continuar su desarrollo mediante las
    exportaciones, comenzó a crecer desordenada y
    dispersamente hacia dentro.
    Si bien hacia 1943, la base de las actividades económicas
    argentinas todavía reposaba en el campo, las industrias de
    transformación ya se había desarrollado con firmeza
    y variedad. Estas industrias utilizaron productos nacionales y
    algunas materias primas importadas, librando al país de la
    tradicional importación de manufacturas provenientes del
    exterior.
    Con posterioridad a 1939, Argentina era autosuficiente en algunos
    ramos, especialmente aquellos pertenecientes a la industria
    liviana.
    Durante el lapso entre 1935 y 1943, el país vivió
    un importante desarrollo industrial al que faltó
    totalmente la protección estatal, brindada en cambio a los
    productores y comerciantes en carne y granos.

    6.
    Conclusión

    El tema tomado para proceder a la redacción del presente trabajo
    monográfico, ha sido particionado en tres secciones.
    En la primera sección, se interrumpe el sostenido
    crecimiento de las exportaciones mundiales a causa de la
    depresión económica-financiera de 1929. Hubo un
    decaimiento de las exportaciones y por consiguiente, una
    caída en el volumen de las importaciones, que no
    sólo afectó al comercio sino que además
    disminuyó el movimiento de inversiones. En cuanto a las
    repercusiones que esta transformación causó en
    nuestro país, es necesario aclarar que profundizó
    la crisis del modelo agroexportador, y no pudo difundir
    respuestas positivas a los nuevos problemas, debido a su
    incapacidad.
    En la siguiente sección, la segunda, se produce un cambio
    en las condiciones de desarrollo, en donde el factor
    "exportación" deja de ser el elemento dinámico de
    la demanda global y es cambiado por otros componentes,
    especialmente la inversión. Este último componente,
    a través de la sustitución de las importaciones,
    conduce a la expansión dela demanda global, al aumento de
    la producción local y a la acumulación de
    capitales. Este proceso de sustitución de importaciones
    hace que nuevas empresas o industrias, especialmente de
    carácter liviano, comiencen a producir los bienes
    importados anteriormente. Pero simultáneamente, este
    proceso debería ser acompañado por una
    política económica que oriente a la industria. Al
    demorarse esta política económica, se
    profundizó el estancamiento del sistema, culminando en
    enfrentamientos políticos y sociales. Argentina es un
    claro ejemplo.
    La tercera y última sección de este trabajo la
    conforma la política económica orientada hacia la
    industrialización. Aquí aparece la influencia de
    Keynes, que en su teoría,
    exigía el ensanchamiento de las funciones del gobierno. En
    dicha política, se adoptaron soluciones como el abandono
    legal de la convertibilidad y la regulación de la
    producción, adecuándola a la demanda. Pero, aunque
    se hayan tomado medidas al respecto, entre 1935 y 1943, el
    país vivió un importante desarrollo industrial, al
    que le faltó una protección estatal.
    Dichos factores, tanto externos como internos, sumados a la
    depresión de 1929, son los responsables del crecimiento
    industrial de nuestro país, que comenzó a mediados
    de la década de 1930.

    7. Bibliografía Consultada

    • La Economía Argentina de Aldo Ferrer, en su
      octava reimpresión, Fondo de Cultura
      Económica. Impreso en Argentina 1976.
    • La República Constitucional y su crisis de
      Gallo Cortez Conde.
    • Naciones Unidas, International Capital Movements
      During the Interwar Period.
    • Introducción al Pensamiento
      Económico de Humberto Zambón, Facultad de
      Economía y Administración, U.N.C., Edición
      1998.

     

     

     

     

     

    Autor:

    Mauro Di Lucente

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