INDICE:
Luis Ortega
Morales
La Posición Del Ezln
Los Partidos Políticos Y El Ezln
El Ezln No Debe Ser Un Partido
Político
El Debate
Soluciones
El Prd, La Izquierda Mexicana Y El Indigenismo
Zapatista.
El debate en
torno a la
diversidad étnica, a la aceptación de la existencia
de minorías y la práctica del pluralismo, fue el
resultado histórico impuesto
después de cinco siglos de pretender infructuosamente la
conquista de mesoamérica. El costo fue el
enfrentamiento con tres fuerzas autónomas: la Iglesia, los
cacicazgos regionales y los pueblos o comunidades
indígenas. Guerra a
sangre y fuego
contra los pueblos indígenas, principalmente con los
Yaquis y en la península de Yucatán, son ejemplos
de los mecanismos utilizados para el sometimiento.
Los primeros misioneros imaginaron un reino de dos
repúblicas, la de indios y la de españoles. La
separación, creían, facilitaría la
protección y cristianización de los
indígenas y mantendría su pureza.
El Estado–nación,
no aceptó la diversidad social y prefirió el camino
de uniformarla mediante la legislación, la
administración federal y un poder
único. La primera exigencia es entonces desaparecer la
sociedad
diversa por medio de sometimiento y si era necesario la
destrucción de las «culturas diferenciadas».
El fin unificar las «etnias» la lengua, el
sistema
educativo, el gobierno y la
religión.
En un mismo territorio, la cultura de la
nación
hegemónica sustituye a la multiplicidad de culturas
étnicas.
De entrada tenemos que decir que los indígenas en
México no
son un todo homogéneo que se pueda tratar con una sola
legislación nacional. El indigenismo y los
indígenas son una necesidad del estado
mexicano para unificar sus políticas
nacionales sobre la diversidad de pueblos marginados. No existe
por tanto la cultura
indígena, la marginación indígena o las
costumbres indígenas. Por el contrario, cada pueblo, cada
cultura tiene
su identidad, su
historia, su
propia concepción cósmica y su propia resistencia.
Tendremos que hablar entonces de las políticas
hacia los distintos pueblos indígenas, porque tan
distintos son los yaquis de los purépechas como son los
totonacos de los totziles. El grado de aculturación y
sometimiento ha sido totalmente distinto en cada caso y el
resultado histórico en cada momento adquiere
particularidades tan especiales como para obligarnos a distinguir
las diferentes políticas
a aplicar.
El país está formado por diferentes
visiones y realidades. Las 52 lenguas diferentes existentes son
igual número de culturas indígenas, depositarias
del conocimiento
antiguo en el territorio nacional, a las cuales debemos reconocer
la capacidad para crear nuevos conocimientos.
La diversidad de culturas que integran nuestro
país, obliga a examinar las relaciones entre el
conociniento que emerge de todas ellas. En Chiapas la
redefinición de política, incluida la
de la ciencia,
juega un papel
importante. El conflicto
actual, muestra que las
políticas de desarrollo han
ignorado que México es
un país formado por una diversidad de grupos
indígenas, depositarios del conocimiento
de los antiguos moradores que conservan diferentes grados de
concebir al universo y al
hombre
1.
Tenemos en México
diferentes problemáticas indígenas expresadas
actualmente con movimientos propios, en donde el más
significativo es sin duda el levantamiento armado y la
declaración de guerra al
Estado
Mexicano del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional, pero que los encontramos en Nayarit, Sonora, Puebla,
Oaxaca, Guerrero y Michoacán, entre otros.
Guillermo Bonfil nos ayuda a entender esta
confrontación histórica entre el México
profundo y, es decir los llamados comúnmente
indígenas, aquellos grupos campesinos
y urbanos cuyas culturas tienen que ver con lo indígena:
sus ritos, sus fiestas, su alimentación, sus
valores han
permanecido inalterables en sus valores
esenciales, han resistido y resistirán porque eso es
«lo que realmente somos y lo que realmente tenemos para
salir adelante». Zapata en su condición de campesino
supo incorporar al México profundo en el proceso
revolucionario. El México imaginario, la otra parte de la
contradicción, es el modelo
civilizatorio producto de la
aculturación.
Tenemos enfrente ahora una exigencia real, sistematizada
y plenamente difundida y por tanto conocida: el reconocimiento de
los derechos
históricos de los pueblos indios plasmados en acuerdos
políticos y en un proyecto de
legislación que logra interpretarlos plenamente y hacerlos
suyos, propios e identificables. Por otro lado, otro proyecto, opuesto
históricamente, que también se ha re-conocido como
el impuesto
históricamente, en indeseable para estos tiempos y un
obstáculo para la solución al conflicto
creado con el EZLN.
El Poder
Legislativo, negado históricamente en su independencia
como poder
autónomo, ha estado incapacitado por más de seis
años a dar una solución a una guerra justa,
desatada por los miserables del sur, que reclaman el
reconocimiento del espacio que se han ganado en la historia como forjadores de
esta nación,
con el derecho siempre negado de decidir por su propio futuro y
el del territorio, el de sus iguales y de quienes conviven con
ellos. Su presencia en los destinos de México es de
participación, no-solo de beneficios. Construir un
México con ellos. Reconocidos como parte integrante,
realmente existente.
Es importante tomar en cuenta la reflexión
hecha por Martha Rodríguez García en su texto:
Los sedentarios, al frente de dichos tratados,
hacían ver que los nómadas siempre eran los que
solicitaban la paz ante las autoridades militares y los
pobladores, por lo que se abrogaban la autoridad para
imponer las condiciones de los acuerdos. En consecuencia, el
bando que pedía la paz se encontraba en una
posición de inferioridad frente a su adversario.
Así, los acuerdos que establecía un tratado
dependían de la relativa fuerza o
debilidad con que se medía al indio enemigo; éste
era el termómetro para otorgar un mayor o menor
número de concesiones. Las estrategias de
paz se enfocaron a destruir la cultura del nómada; pero
también se utilizó al nómada para
contrarrestar la fuerza de
otros adversarios como los norteamericanos, para enfrentar a
otros indios definidos como salvajes y, en más de una
ocasión, se les pensó, paradójicamente, como
colonizadores del desierto.*
Es importante, entonces, tomar en cuenta que la
cuestión básica que es el reconocimiento de los
derechos de los
indios en la legislación fundamental de la
República, es decir, incorporar a las comunidades y
pueblos indios como parte de la nación, pero
también como sujetos del Estado.
En este marco de auto revisión de nuestro parcial
desarrollo
como cultura mexicana, exenta de lo mexica, se nos impone el
respeto a la
autonomía cultural de las sociedades
históricas y la necesidad de abandonar los prejuicios
discriminatorios y paternalistas que dominan la relación
del Estado con los grupos
indígenas.
El EZLN ha emitido cinco comunicados desde la Selva
Lacandona. En la Primera del 1 de enero de 1994, que es la
declaración de guerra y basados en el artículo 39
Constitucional, fue dirigida contra el ejército federal
mexicano, «pilar básico de la dictadura que
padecemos», contra el partido en el poder y
contra el ejecutivo federal «que hoy detenta su jefe
máximo e ilegítimo, Carlos Salinas de
Gortari», pidiéndole a los otros Poderes de
la Nación (esta legislatura y los magistrados),
(que) «se aboquen a restaurar la legalidad y la
estabilidad de la Nación deponiendo al dictador»
y se propone: «Avanzar hacia la capital del
país venciendo al ejército federal
mexicano».
Finalmente, declaran: «no dejaremos de pelear
hasta lograr el cumplimiento de estas demandas básicas de
nuestro pueblo formando un gobierno de
nuestro país libre y
democrático».
En la Segunda declaración de junio de
1994, dice que debido a que a «este llamado se
respondió con la política del
exterminio y la mentira. Los poderes de la Unión ignoraron
nuestra justa demanda y
permitieron la masacre (y) no supieron cumplir con su
deber constitucional, permitiendo que el Ejecutivo Federal los
controlara» y que «la Sociedad Civil
asumió el deber de preservar a nuestra patria, ella
manifestó su desacuerdo con la masacre y obligó a
dialogar. Es en la SOCIEDAD CIVIL,
en quien reside nuestra soberanía, es el pueblo
quien puede, en todo tiempo, alterar o
modificar nuestra forma de gobierno y lo ha
asumido ya.
En la Tercera Declaración de enero de
1995, al ser reconocido «por nacionales y
extranjeros como fuerza
beligerante», ordenan una «PRÓRROGA
UNILATERAL DEL CESE AL FUEGO OFENSIVO … para permitir a la
sociedad civil
que se organice (y) se pronuncien por asumir un gobierno
de transición política hacia la
democracia, reiteran su disposición
a una solución política y llaman a la
sociedad civil
a un Diálogo Nacional por la Democracia, la
Libertad y la
Justicia para todos los mexicanos».
Convoca a una Convención Nacional
Democrática con representación de todos los
estados de la Federación y de todas las fuerzas patriotas,
recurriendo a la consulta nacional, de la que emane un
Gobierno Provisional o de Transición, sea mediante
la renuncia del Ejecutivo federal o mediante la vía
electoral y desembocar en un nuevo Constituyente, una
nueva Carta Magna y la
destrucción del sistema de
partido de Estado y del presidencialismo en cuyo marco se
convoque a nuevas elecciones.
Llamamos -dicen- a la Convención Nacional
Democrática y al ciudadano Cuuahtémoc
Cárdenas Solórzano a encabezar este Movimiento
para la Liberación Nacional, como frente amplio de
oposición, incorporándose a la CONVENCION
NACIONAL DEMOCRATICA si no tienen partido, y al
Movimiento si militan en alguna de las fuerzas
políticas de oposición.
y declara:
PRIMERO.- Se le retira al gobierno federal la custodia
de la Patria.
La Bandera de México, la ley suprema de la
Nación, el Himno Mexicano y el Escudo Nacional
estarán ahora bajo el cuidado de las fuerzas de la
resistencia
hasta que la legalidad, la legitimidad y la soberanía sean restauradas en todo el
territorio nacional.
SEGUNDO.- Se declara válida la Constitución Política de los
Estados Unidos
Mexicanos original, expedida el 5 de febrero de 1917,
incorporando a ella las Leyes
Revolucionarias de 1993 y los Estatutos de Autonomía
incluyente para las regiones indígenas, y se decreta el
apego a ella hasta que se instaure el nuevo constituyente y se
expida una nueva Carta
Magna.
TERCERO.- Se llama a la lucha por el reconocimiento como
«gobierno de transición a la democracia» al que se doten por sí
mismas las distintas comunidades, organizaciones
sociales y políticas, manteniendo el pacto federal
acordado en la Constitución de 1917, y se incluyan, sin
importar credo religioso, clase social, ideología política, raza o sexo, en el
Movimiento para la Liberación Nacional.
El gobierno nacional de transición a la
democracia tendría las siguientes características:
1.- Que liquide al sistema de
partido de Estado y separe realmente al gobierno del
PRI.
2.- Que reforme la ley electoral en
términos que garanticen: limpieza, credibilidad, equidad,
participación ciudadana no partidaria y no gubernamental,
reconocimiento de todas las fuerzas políticas nacionales,
regionales o locales, y que convoque a nuevas elecciones
generales en la federación.
3.- Que convoque a un Constituyente para la
creación de una nueva Constitución.
4.- Que reconozca las particularidades de los grupos
indígenas, reconozca su derecho a la autonomía
incluyente y su ciudadanía.
5.- Que vuleva a orientar el programa
económico nacional, hacendo a un lado el disimulo y la
mentira, y favoreciendo a los sectores más
desposeídos del país, los obreros y campesinos, que
son los principales productores de la riqueza que otros se
apropian.
El EZLN observa la posibilidad de tránsito
pacífico a la democracia y a la libertad que
se enfrenta a una nueva prueba en el proceso
electoral de agosto de 1994,
«trajo la esperanza, en amplios sectores del
país, de que el tránsito a la democracia era
posible por la vía electoral. El EZLN se hizo a un lado
para dar oportunidad de lucha a las fuerzas políticas
legales de oposición. El 21 de agosto vino a terminar con
las ilusiones de un cambio
inmediato por la vía pacífica. Un proceso
electoral viciado, inmoral, inequitativo e ilegítimo
culminó en una nueva burla a la buena voluntad de los
ciudadanos. … Frente a una votación sin precedentes, el
sistema político mexicano optó por la
imposición y cortó, así, las esperanzas en
la vía electoral.»
La Cuarta Declaración del 1o. de enero de
1996, señala los problemas y la
ruta llena de dificultades, incomprensiones y retrocesos del
Movimiento
para la Liberación Nacional. La opción del gobierno
por la solución militar, después del diálogo,
desatando una gran persecución policiaca y militar que
tenía como objetivo el
asesinato de la dirigencia del EZLN. «Decenas de civiles
inocentes fueron tomados presos por el mal gobierno y
todavía permanecen en las cárceles en calidad de
rehenes de los terroristas que nos
gobiernan.»
Tres nuevas iniciativas fueron lanzadas por los
zapatistas como respuesta al éxito
de la Consulta por la Paz y la Democracia.
1. Llamó a realizar un encuentro intercontinental
en contra del neoliberalismo,
2. a la formación de comités civiles de
diálogo
como base de discusión de los principales problemas
nacionales y germen de una nueva fuerza política no
partidaria; y
3. a la construcción de nuevos
Aguascalientes como lugares de encuentro entre la sociedad civil y
el zapatismo.
Constituyó también el Foro Nacional Indígena para
el diálogo
iniciado entre las distintas etnias y sus
representantes
Se declara el nacimiento del Frente Zapatista de
Liberación Naciona, la nueva fuerza política
nacional, organización civil y pacífica,
independiente y democrática, mexicana y nacional, que
lucha por la democracia, la libertad y la
justicia en
México, por un nuevo Constituyente y una nueva
Constitución. Una fuerza política con base en el
EZLN.
Una nueva fuerza política que forme parte de un
amplio movimiento
opositor, el Movimiento para la Liberación Nacional, como
lugar de acción política ciudadana donde confluyen
otras fuerzas políticas de oposición independiente,
espacio de encuentro de voluntades y coordinador de acciones
unitarias.
Una fuerza política cuyos integrantes no
desempeñen ni aspiren a desempeñar cargos de
elección popular o puestos gubernamentales en cualquiera
de sus niveles. Una fuerza política que no aspire a la
toma del poder. Una fuerza que no sea un partido
político.
Una reforma constitucional en materia de
derechos y
cultura indígenas no debe ser unilateral, debe incorporar
los Acuerdos de San Andrés y reconocer así los
aspectos fundamentales de las demandas de los pueblos indios:
autonomía, territorialidad, sistemas
normativos. En los Acuerdos se reconoce el derecho a la
autonomía indígena y el territorio, conforme al
convenio 169 de la OIT, firmado por el Senado de la
República.
Es esta la hora del Congreso de la Unión.
«Después de una larga lucha por la democracia,
encabezada por los partidos
políticos de oposición, hay en las
cámaras de Diputados y Senadores una nueva
correlación de fuerzas que dificulta las arbitrariedades
propias del presidencialismo y apunta, con esperanza, a una
verdadera separación e independencia
de los poderes de la Unión. La nueva composición
política de las cámaras baja y alta plantea el reto
de dignificar el trabajo
legislativo, la expectativa de convertirlo en un espacio al
servicio de la
Nación y no del presidente en torno, y la
esperanza de hacer realidad el «Honorable» que
antecede al nombre colectivo con que se conoce a senadores y
diputados federales. Llamamos a los diputados y senadores de la
República de todos los partidos
políticos con registro y a los
congresistas independientes, a que legislen en beneficio de todos
los mexicanos. A que manden obedeciendo. A que cumplan con su
deber apoyando la paz y no la guerra. A que, haciendo efectiva la
división de Poderes, obliguen al Ejecutivo federal a
detener la guerra de exterminio que lleva adelante en las
poblaciones indígenas de México. A que, con pleno
respeto a las
prerrogativas que la Constitución Política les
confiere, escuchen la voz del pueblo mexicano y sea ella la que
los mande en el momento de legislar. A que apoyen con firmeza y
plenitud a la Comisión de Concordia y Pacificación,
para que esta comisión legislativa pueda desempeñar
eficaz y eficientemente sus labores de coadyuvancia en el proceso
de paz. A que respondan al llamado histórico que exige
pleno reconocimiento a los derechos de los pueblos indios. A que
contribuyan a crear una imagen
internacional digna de nuestro país. A que pasen a la
historia nacional
como un Congreso que dejó de obedecer y servir a uno, y
cumplió con su obligación de obedecer y servir a
todos.
En la Quinta Declaración de la Selva
Lacandona del 19 de julio de 1998, llama especialmente y
convoca a una
CONSULTA NACIONAL SOBRE LA INICIATIVA DE LEY INDIGENA DE
LA COMISION DE CONCORDIA Y PACIFICACION Y POR EL FIN DE LA GUERRA
DE EXTERMINIO.
LOS PARTIDOS
POLÍTICOS Y EL EZLN
Para el EZLN, como lo dice en su Primera
Declaración, existe un sistema político de partido
en el poder que es el monopolio de
la dictadura, es
decir, desde él emanan y se reproducen los dictadores. Es
un partido que se ha eternizado en el poder y «detenta para
su beneficio el producto del
trabajo de todos los mexicanos», está sustenetado en
el presidencialismo, que tiene la cultura del fraude como
método
para imponerse e impedir la democracia. Un poder que se sobre
pone y cuyas raíces posibilitan su mantenimiento
como tal. Este sistema hace posible la existencia y beligerancia
de cacicazgos, el poder omnipotente de los ganaderos y
comerciantes, es el brazo político del crimen organizado y
el narcotráfico.
Para el EZLN, el sistema de partido del Estado
deberá ser destruido y uno de sus pasos será el
cumplimieno de las demandas presentadas por el EZLN. Por ello,
«el cumplimiento de los compromisos implica,
necesariamente, la muerte del
sistema de partido de Estado. Por suicidio o por
fusilamiento, la muerte del
actual sistema político mexicano es condición
necesaria, aunque no suficiente, del tránsito a la
democracia en nuestro país». Este
«espacio» libre y democrático nacerá
sobre el cadáver maloliente del sistema de partido de
Estado y del presidencialismo.
El Partido Revolucionario Institucional, continúa
su fase de descomposición más aguda al recurrir al
asesinato como método de
solución de sus pugnas internas. Incapaz de un
diálogo civilizado a su interior, el PRI ensangrentaba el
suelo
nacional. La vergüenza de ver usurpados los colores
nacionales en el escudo del PRI sigue para todos los
mexicanos.
Un gobierno nacional de transición a la
democracia pasa necesariamente por la liquidación del
sistema de partido de Estado y que se separe realmente al
gobierno del PRI. Por todos los medios y en
todos los niveles, por la instauración de un gobierno de
transición, un nuevo constituyente, una nueva carta magna y la
destrucción del sistema de partido de Estado.
En la Cuarta Declaración IVseñala que
«el Partido Acción Nacional, el más fiel
aliado de Carlos Salinas de Gortari, empezó a mostrar sus
posibilidades reales de relevar al Partido Revolucionario
Institucional en la cumbre del poder político y a
enseñar su vocación represiva, intolerante y
reaccionaria. Quienes ven con esperanza el ascenso del neopanismo
olvidan que el relevo de una dictadura no
significa democracia, y aplauden la nueva inquisición que,
con careta democrática, habrá de sancionar con
golpes y moralina los últimos estertores de un país
que fue asombro mundial y hoy es referencia de crónicas
policiacas y escándalos».
«Mientras la verdadera oposición se afana
en encontrar el centro en una nación moribunda, amplias
capas de la población refuerzan su escepticismo frente
a los partidos políticos y buscan, sin encontrarla
todavía, una opción de quehacer político
nuevo, una organización política de nuevo
tipo».
Llamamos «a quienes entienden que el sistema de
partido de Estado es el principal obstáculo para el
tránsito a la democracia en México; a quienes saben
que democracia no quiere decir alternancia del poder sino
gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo; a quienes
estén de acuerdo con que se haga una nueva Carta Magna que
incorpore las principales demandas del pueblo mexicano y las
garantías de que se cumpla el artículo 39 mediante
las figuras de plebiscito y referéndum; a quienes no
aspiran o pretenden ejercer cargos públicos o puestos de
elección popular; a quienes tienen el corazón,
la voluntad y el pensamiento en
el lado izquierdo del pecho; a quienes quieren dejar de ser
espectadores y están dispuestos a no tener ni pago ni
privilegio alguno como no sea el participar en la
reconstrucción nacional; a quienes quieren construir algo
nuevo y bueno, para que formen el Frente Zapatista de
Liberación Nacional».
EL EZLN NO DEBE SER UN
PARTIDO POLÍTICO.
Desde que surgió el EZLN se observó la
posibilidad de la aparición de una fuerza política
que podría competir con los partidos políticos
existentes y esta fue más insistente con el llamado del
propio ejército insurgente a la constitución de una
expresión política, a partir de la Quinta y
última Declaración de la Selva Lacandona, pero la
sorpresa después de la Consulta Nacional convocada
específicamente para conocer la opinión de la
Sociedad Civil al respecto, fue que se construía una
organización política nacional,
distinta de los partidos políticos actualmente
registrados: «Una fuerza política cuyos integrantes
no desempeñen ni aspiren a desempeñar cargos de
elección popular o puestos gubernamentales en cualquiera
de sus niveles. Una fuerza política que no aspire a la
toma del poder. Una fuerza que no sea un partido
político», que es lo que en la teoría
clásica de los partidos políticos se denomina,
partidos antisistema, de oposición no
institucional.
El llamado a la Consulta Nacional fue imaginado por el
gobierno como una derrota política y la deposición
de las armas. A su vez
querían que solicitaran su registro,
entregaran su padrón de afiliados y presentaran su
Plataforma de Principios,
Programa y
estatutos y candidatos para todos los puestos. Se imaginaban que
podrían ganar las presidencia municipales de los
municipios chiapanecos en conflicto y
que con el otorgamientos de su reconocimeinto legal
termaría la migraña que inició el Primero de
enero de 1994. La ingenuidad del gobierno salinista, zedillista y
ahora foxista, de los perredistas e intelectuales del voto
útil y de muchos otros analistas políticos,
todavía se mantiene como una alternativa para la
paz.
Si nos apegaramos a la teoría
clásica de los partidos políticos, estos, en
representación de una clase social, como lo fueron los
partidos marxistas respecto de la clase obrera, pretenden la toma
del poder, la realización desde el poder de su plataforma
programática y la solución de los grandes problemas
nacionales. Por ello, es posible pensar que algunos partidos
políticos y el propio
EZLN, perdieron parte de su sustento programático, al ser
desplazado el PRI del Poder
Ejecutivo y de las gubernaturas y al modificarse la
relación de fuerzas en la representación popular en
las cámaras, que el Poder
Legislativo deje de ser instrumento del Ejecutivo y del
Partido del Estado, ya que estas son demandas que ocupan un lugar
central en su propuesta programática, que dicen, se
cumplirán con la toma o el arribo al poder del ppartido
que representan o bien, en su caso, con el cumplimieno de las
demandas presentadas por el EZLN, contenidas en la
Declaración de Guerra del Primero de enero de 1994, a
saber: «plan del pueblo
mexicano que lucha por trabajo, tierra,
techo, alimentación, salud,
educación, independencia, libertad,
democracia, justicia y paz. Declaramos que
no dejaremos de pelear hasta lograr el cumplimiento de estas
demandas básicas de nuestro pueblo formando un gobierno de
nuestro país libre y democrático.»
En el nuevo debate
realizado en torno al problema
indígena, sobre todo a partir del levantamiento del EZLN
en Chiapas, han prevalecido algunas líneas de tratamiento,
a saber:
a. 500 años de humillación y miseria.
Desde la conquista y a lo largo de la etapa colonial y del
México independiente, los indígenas del país
se han sublevado una y otra vez, su protesta y rebeliones no ha
cesado. Esta no es la primera gran rebelión en la historia
de Chiapas, las 2 anteriores (1712 y 1868), fueron ahogadas en
sangre y han
sido apagadas con masacres despiadadas.
b. La explicación oficial, se reduce a la
inoperancia de las medidas gubernamentales para incorporarlos
plenamente a la civilización, al sistema y a la modernidad. La
ayuda oficial a Chiapas y más recursos
federales a la zona, no ha sido suficiente.
d. Violaciones impunes de derechos humanos.
abusos, vejaciones, profunda pobreza, rezagos
sociales e injusticias, marginación política,
económica y social, explotación y racismo. Los
indígenas compiten con los ganaderos, los madereros y
hacendados por la escasa tierra. Esta
rebelión es producto La
rebelión es en contra de los hacendados, del dominio de los
caciques al servicio del
PRI y del gobierno estatal, en complicidad con el federa protegen
los privilegios y abusos que cometen los caciques, los talamontes
y ganaderos de la región. El mayor Mario dice que los
indígenas en Chiapas durante los 64 años de poder
político de un solo partido, se les niegan servicio y
educación,
sólo para mantenerlos sometidos
e. El gobierno debería dejar a un lado su
posición racista en este asunto. Afirma que los
indígenas son incapaces de comprender la situación
del país y que por eso no pueden contar con líderes
indígenas, por esta razón los líderes son
extranjeros y los han engañado para que se
rebelen.
f. Tendencias mundiales de pauperización de la
población, exigencia de justicia y
democracia. Seis entidades del país que contribuyeron en
mayor medida a la desigualdad nacional fueron, en orden de
importancia, Oaxaca, Yucatán, Estado de México,
Veracruz, Chiapas y San Luis Potosí, en conjunto aportaron
más de la tercera parte del índice de desigualdad
que en promedio registró el país al término
de 1992.
EXPLICACIONES LOCALES
g. Falta de ayuda y hasta obstaculización, por
parte del gobierno, de alternativas viables de desarrollo.
Las enfermedades
tanto en mexicanos como en guatemaltecos eran infecciones
adquiridas por contacto directo, seguidas de las que se contagian
por vía aérea, la desnutrición fue un síntoma
detectado en población infantil y adulta.
i. Desplome de los precios
internacionales de sus principales productos
agrícolas, café y
plátano, que originó una cartera vencida de
productores del campo por más de 700 millones de nuevos
pesos a la que desde hace 2 años con el consiguiente
problema del endeudamiento. Son los finqueros los que siempre han
recibido apoyo técnico y económico de las
dependencias gubernamentales y de la banca privada. La
característica común es que los
campesinos siempre reciban lo mínimo por sus
cosechas.
j. Los cambios al artículo 27 constitucional
pusieron en riesgo la
tenencia de la
tierra.
k. La zona se localiza en la frontera de México
con América
Latina, lo cual significa contacto con la pobreza, con
refugiados y con guerrilleros
l. Eliminar todos los rezagos que existen, no solo en
Chiapas sino en todo el país
m. Construir un país más
democrático y una distribución de la riqueza más
digna
n. Eliminar las diferencias entre el norte industrial y
el sur agrario
q. Acabar con la oligarquía local, democratizar
la región y mejorar el sistema judicial.
r. La solución no es fácil porque implica
el debilitamiento, sino es que el fin, del sistema y del
PRI.
t. La única solución es cambiar la
situación de los indígenas, dotarlos de tierra y
enseñarlos diversos oficios.
u. La demanda
principal es desaparecer todos los poderes corruptos y
criminales, incluyendo al gobernador y a los presidentes
municipales.
Este recuento nos debe servir para valorar objetivamente
la viabilidad de la posición del gobierno de Fox, en la
solución del conflicto en Chiapas, en primer lugar y para
iniciar la solución de las demandas ancestrales de los
indígenas y los pobres y marginados de este
país.
Fox representa a un empresario, neoliberal,
propagandista, mediático, portador activo de la modernidad primer
mundista, preocupado por insertar a México en la
globalidad, participando de su comercio,
compitiendo en su producción y pretendiendo colaborar en la
pacificación y democratización del
mundo.
Para que eso se logre, es necesario acabar con la pobreza en
México, lograr una gran confianza para que empresarios
mexicanos, pero sobre todo extranjeros inviertan en el campo y
puedan realizar el gran proyecto
capitalista Puebla-Panamá. De
esta manera, cada mexicano y mexicana deberá ser un
importante micro empresario y cada familia
deberá tener su changarro, su tele y su vocho, para que
puedan aportar su esfuerzo físico en los millones de
empleos que se crearán con gusto y por
México.
Para Fox, no se trata de construir dos o más
méxicos, sino uno solo, unido en una gran nación
capitalista. En este proyecto, los separatistas y sobre todo los
indígenas autonomistas no tienen cabida. Dividen y
obstaculizan el desarrollo nacional.
El pragmatismo
con el que ha actuado Fox en estos años hasta llevarlo a
la presidencia de la República, no es ningún
obstáculo para que acepte las propuestas del EZLN, pero
eso, de ninguna manera implica la mínima identidad con
las demandas de otorgamiento de autonomía a las
comunidades indígenas, de reconocimiento a la soberanía de sus territorios y de independencia
sus gobiernos. En su ingenuidad, considera la posibilidad del
aceleramiento en la incorporación de los pueblos
indígenas a la modernidad, de su
inclusión plena a la nación y de su
asimilación total. Es criollo, profundamente
pragmático y neoliberal.
De ahí que sea posible que los métodos de
asimilación cambien por otros menos agresivos, pero que
finalmente darán el mismo resultado: la imposición
de la cultura occidental y la destrucción total de la
diversidad étnica y cultural en nuestro
país.
Por ello, la diversidad de posiciones en torno a la
reforma constitucional federal es una realidad y no podemos
soslayarla.
1. El PRI se ha redefinido como "un partido progresista,
de clara vocación nacionalista; una organización
política de centro izquierda"1 , y pregona en su
Programa de
acción "que los pueblos indígenas participen con
plena libertad en las tareas nacionales", un "reconocimiento
efectivo del carácter
pluricultural de las comunidades indígenas y "las libre
determinación en torno a sus usos y costumbres", la educación
intercultural y bilingüe, el ejercicio de la
ciudadanía plena, el acceso a la justicia y el
respeto a su
dignidad, reconocimiento del orden consuetudinario
indígena, defensoría pública especializada,
"mantener, preservar y perfeccionar su lengua, sus
tradiciones civiles y religiosas, sus costumbr4es, sus
prácticas, su cultura, sus sistemas de
convivencia y el orden" , "creación del municipio
indígena mediante el instrumento legal correspondiente,
consulta a las comunidades indígenas.
2. Por su parte el presidente Ernesto Zedillo en su
iniciativa plantea que "No hay ni ha habido contradicción
entre las justas demandas de los pueblos indígenas y los
principios
fundamentales del orden constitucional", que las reformas de 1992
que consagra la diversidad pluricultural de la nación fue
insuficiente, que preservando la soberanía, la unidad nacional, la vigencia
de la Ley y de las instituciones,
se fundamenta en la igualdad de
todos los mexicanos ante la Ley y los órganos
jurisdiccionales, reconociendo la preservación y el libre
desarrollo de las culturas indígenas, proponiendo "la
integración del municipio con
población mayoritariamente indígena no como un tipo
diferente de municipio". "Para que estos sujetos puedan acogerse
a los derechos derivados de la soberanía, requieren de
categorías precisas como las de nacionalidad y
ciudadanía"
3. El Partido Acción Nacional reivindica a las
"comunidades indígenas como sujetos de derecho (…)
aceptándolas con sus características, peculiaridades y formas
propias de organización para el trabajo,
la
educación, lenguas y prácticas religiosas".
"Deben gozar de autonomía expresada y ejercida en el
ámbito municipal, dentro de una organización
federal…" "La autonomía municipal, que se define por la
capacidad de las comunidades para elegir en forma directa sus
autoridades, manejar libremente su hacienda… ."
4. La diversidad cultural, debe ser alojada en un
auténtico sistema federal, que reconozca la
autonomía de las comunidades indígenas dentro del
Estado mexicano, dentro de un orden solidario y
subsidiarios"
Ante estas propuestas de reformas constitucionales de
las dos minorías más grandes en el Congreso de la
Unión, las observaciones del Ejército Zapatista
quedan sujetas a la determinación de éstas, a
saber:
a). Reformar el Artículo 27 constitucional. En el
sentido de que "La tierra es
de quien la Trabaja" y "Tierra y
Libertad"
b). Desarrollar una política de verdadera
sustentabilidad que preserve las tierras, los territorios y los
recursos
naturales de los pueblos indígenas
c). Situación, Derechos y cultura de la Mujer
Indígena, la construcción de una nueva sociedad
nacional, con otro modelo
económico, político, social y coyuntural, que
incluya a todos y todas las mexicanas.
EL PRD, LA
IZQUIERDA MEXICANA Y EL INDIGENISMO ZAPATISTA.
La postura que han asumido una parte importante de la
izquierda mexicana, incluyendo el zapatismo y el PRD, toma en
cuenta la realidad emergida a partir del 2 de julio de 2000. Las
demandas de destrucción del sistema de partido del Estado,
el sufragio efectivo y el pluralismo, son hechos que se palpan
claramente aunque expresen inconsistencias e inexactitudes. La
alternancia política, que no es la democracia plena, pero
si se expresa en ella. Los debates parlamentarios y el papel de los
partidos políticos han transcurrido por serias
transformaciones que llegan a cuestionar la existencia de los
partidos más importantes. La crisis del PRI
y del PRD es cada día más evidente y al parecer su
solución implica una transformación en su papel
histórico y su redefinición como partidos. El
partido del gobierno y en el gobierno hoy ya no lo es y su
tránsito hacia la oposición se resiste a aceptar su
nuevo papel. Es de tal magnitud su crisis que la
voces más fuertes expresan con plenitud la tragedia de la
derrota. Los cacicazgos regionales de Tabasco y Yucatán,
los senadores y diputados otrora cabezas de grupo,
también derrotados, insisten en la restauración del
antiguo régimen y en su ilusión de
recuperación, se convierten en los defensores más
fervientes del pasado, del autoritarismo presidencialista, del
dispendio presupuestario y de los favores del sistema a la clase
política priísta. Son estos los portadores del
conservadurismo que impiden todo tipo de reformas que destruyan
al sistema político presidencialista y centralista. Se
oponen a la democratización de las instituciones,
a la independencia de los poderes, a la rendición de
cuentas y a la
fiscalización presupuestaria. Promueven reformas
regresivas en materia
electoral para disminuir la autonomía de un organismo
autónomo y ciudadanizado como el IFE o bien para impedir
que el Poder Judicial
actúe con independencia y con resoluciones apegadas a
derecho.
Para los priístas incomprendidos por esta necia
realidad, acostumbrados a modificar las normas, instituciones,
resoluciones y presupuestos
de acuerdo a su conveniencia, culpan a estas instituciones de sus
derrotas y se colocan ajenos a entramado que construyeron con
meticulosidad y que los ha derrotado en toda la línea. Su
negativa a asumirse como responsables de su propia derrota,
contrasta con su irresponsabilidad y desfachatez de exigir al
nuevo gobierno y a los gobiernos no priístas medidas que
ellos jamás aplicarían y demandan soluciones que
jamás aceptaron a problemáticas y crisis de las
que son directa, total y únicos responsables.
El PRD por su parte, derrotado también, pero por
su ausencia histórica, ha mostrado su incapacidad para
asumir plenamente la representación y continuidad de las
luchas y movimientos sociales y políticos de la izquierda
mexicana. El abandono de los espacios de lucha en las calles,
centros de trabajo, de vivienda y de estudio que con tanto
sacrificio conquistaron los forjadores del movimientos social y
político de izquierda, ha dejado vacía la esperanza
en el futuro. El Partido Político es hoy para este
movimiento nacional de la izquierda solo un cascarón para
la lucha legal e institucional, propio para la competencia de
espacios de poder, de tráfico de influencias, de
representación popular y de beneficios económicos
individuales. Por ello, el movimiento estudiantil reivindicativo,
el sindicalismo
oposicionista, el movimiento urbano popular emergente, el
movimiento campesino agrarista y sobre todo las luchas de
mujeres, indígenas, jóvenes, indocumentados,
discapacitados y ese conjunto de expresisones tan amplias y
complejas que llenan una y otra vez con su significado la
historia del país que queremos, no encuentran en los
partidos politicos ni en las organizaciones de
la sociedad civil desorganizada, una traducción de enlace
y entendimiento que los justifique
políticamente.
En su momento, los frentes de coordinación de la lucha social, jugaron un
papel de enlace entre las grandes organizaciones de
la sociedad civil que lograban expresarse independientes,
conformando grandes movimientos reivindicativos nacionales, y se
encontraban en cada paso con los partidos de izquierda, que hasta
se sentían manipulados. Hoy la sociedad civil los busca y
como siempre los necesita y no los encuentra, allí, en su
origen y desenvolvimiento.
El futuro de México está en la
transformación de las instituciones y en los sujetos de
estos cambios, no en si mismas. Por ello, sí es de amplia
notoriedad que la izquierda partidaria haya minimizado su
presencia en los movimientos sociales nacionales y vea como el
objetivo
central influir en las instituciones. Esta lógica
de la negociación parlamentaria y partidista, de
los emplazamientos políticos a los presidentes,
gobernadores y funcionarios públicos, permite modificar
acuerdos, leyes,
reglamentos, presupuestos y
las medidas de gobierno, siempre al margen de los electores,
ciudadanos o de sus movimientos reivindicativos.
La separación paulatina, pero conciente de la
izquierda partidaria de los movimientos sociales, ha significada
a su vez un alejamiento de su fuente natural de retroalimentación teórica,
política y programática. Su renovación
natural oposicionista y progresista es truncada
históricamente y se refleja en la respuesta cansada y
desconfiada de sus cuadros envejecidos, todavía en las
direcciones partidarias. La juventud no es
su virtud. La frescura de las ideas está donde siempre, en
el movimientro social, lleno de jóvenes coreando las
consignas zapatistas que no reparan en la existencia de los
partidos políticos que en otros tiempos los hubieran
adoctrinado.
Por ello no resulta novedoso que el PRD se identifique
con las demandas del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional. Siempre se ha manifestado en su
favor, pero desde la fría tribuna de la cámara de
dipútados, desde la impersonal y distante comunicación de los medios
electrónicos, esperando influir en las medidas del nuevo
gobierno de la alternancia.
El apoyo del PRD al movimiento indígena zapatista
es de solidaridad no de
participación plena, es de identificación con sus
demandas, por su vocación principista y
programática, no de compromiso histórico. Por ello
es posible encontrar en el fenómeno del zapatismo dos
caras del PRD, no opuestas pero si distantes, la asumida
institucionalmente que le permite opinar desde fuera del
movimiento, sin compromiso y con posibilidades de deslindarse de
cualquier responsabilidad, por un lado y la de sus
militantes de base, comprometidos y en el activismo, sin apoyo
oficial y a veces en contra de los dirigente. No resulta
extraño, entonces, que en el Comité Ejecutivo
Nacional, en los comités ejecutivos estatales y en otros
niveles de dirección intermedia, entre algunos
diputados y regidores locales existan voces contrarias al
movimiento zapatista, apagadas por la postura oficial nacional,
que bien quisieran modificar la Ley de la CoCoPa, que impiden la
discusión y la posición pública o que
intencionalmente evitan el contacto con el movimiento.
En este reencuentro del PRD con la realidad y con su
realidad fuera del movimiento real, se exige una
reconsideración de inclusión y reinserción
con las demandas y expresiones del movimientos social y sus
actores. Uno de ellos, el más importante y nacional, es el
indigenismo zapatista que ya es ahora el zapatismo indigenista,
estudiantil, juvenil, femenil, etc.
El PRD, hoy la única alternativa partidaria de
izquierda, tiene la gran oportunidad de reencontrarse con sus
principios
fundacionales y con el movimiento social nacional, participar
-con el compromiso histórico que hoy necesita el
país-, en el resurgimiento de la insurgencia popular que
hará realidad el cambio
democrático.
Autor:
Luis Ortega
Morales
luisom[arroba]prdleg.diputados.gob.mx