Monografias.com > Psicología
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

CONFLICTO ENTRE PRINCIPIOS Y PULSIONES




Enviado por martinezvaldez



     

    Indice
    1.
    Introducción


    3.
    Conclusión

    4. Bibliografia

    1.
    Introducción

    En esta monografía
    se trata el problema que se plantea en "Mas allá del
    principio del placer " (1920-1922) acerca de los principios y las
    pulsiones.
    En este momento se presenta el segundo dualismo referido a
    "Pulsiones de vida y pulsiones de muerte"
    habiendo postulado anteriormente un primer dualismo en "Tres
    Ensayos de
    Teoría
    Sexual" (1905) sobre "Pulsiones yoicas y pulsiones sexuales" y
    posteriormente en 1914 en "Introducción al Narcisismo" hace una
    modificación a su teoría,
    en la cual encuentra libido en el yo.

    2.
    Desarrollo

    En un principio en "Más allá del Principio
    del Placer" se hace referencia a la notable diferencia que existe
    entre las pulsiones yoicas las pulsiones sexuales. Existen
    también otros cambios en los cuales se hará
    mención posteriormente, pero se enfatizará en el
    tema en el cual se centra esta monografía.
    Se sabe que el aparato anímico esta regulado por el
    principio del placer y que siempre lo pone en marcha algo
    displacentero y luego adopta caminos u orientaciones para evitar
    este displacer y lograr el placer buscado. El aparato siempre
    tiende a mantenerse en lo posible libre de excitaciones. Cuando
    se dice que el aparato anímico esta regulado por el
    principio del placer, surge entonces una pregunta acerca de esto,
    y es que, si fuera de esta manera, entonces todos los procesos
    anímicos tendrían que estar acompañados de
    placer o conducir a el, pero esto no siempre es así.-
    Se ve en este punto un cambio notable
    en este capítulo que es por cierto el mencionado
    anteriormente.
    Sería más conveniente decir entonces, que los
    procesos
    anímicos tienen una tendencia al principio del placer, y
    esta es muy fuerte, pero también es cierto, que existen
    otras fuerzas que como resultado final no conducen al placer,
    como ser ejemplos de neurosis
    traumática, el juego del
    carretel; que ocasionan placer para un sistema y
    displacer para otro sistema.-
    Entonces se puede decir que los cambios respecto al principio del
    placer se centran fundamentalmente en:
    – El principio del placer es relevado por el principio de
    realidad bajo el influjo de las pulsiones de
    autoconservación. Se producen de esta manera conflictos en
    el yo, quién se encuentra hacia un desarrollo
    superior.
    Hay ciertos requerimientos que son inconciliables con el yo, de
    manera que son segregados de la conciencia
    mediante la represión. Aveces estos requerimientos que han
    sido reprimidos intentan ganar un placer nuevo, de algún
    modo, en la conciencia, y
    esto es sentido como un displacer de percepción, como algo que pone en peligro
    nuevamente el peligro del aparato anímico.
    En este año también se plantea la quinta característica de la pulsión, ahora
    se dice, que es un esfuerzo, inherente a lo orgánico vivo,
    de reproducción de un estado
    anterior que lo vivo debió resignar debido a fuerzas
    perturbadoras externas.
    Se ve así, de una manera extraña a la
    pulsión, si bien antes se veía como una fuerza en
    desarrollo, se
    ve ahora como algo en forma conservadora del ser vivo. Entonces
    si todo lo vivo muere, si toda meta de la vida es la muerte,
    también lo inanimado estuvo antes que lo vivo. Se genera
    entonces una paradoja: "el organismo vivo lucha contra peligros
    que podrían llevarlo a su muerte y esto
    es justamente la característica de un bregar puramente
    pulsional.
    Se habla, entonces, de la pulsión de regresar a lo
    inanimado. Freud
    también dice que el organismo solo quiere morir a su
    manera, se entiende por esto, a las causas internas,
    genéticas, por la propia destrucción.
    Este punto es donde surge el conflicto, y
    es el que más nos interesa en esta monografía, el conflicto se
    presenta entre las pulsiones de autoconservación y las
    pulsiones de muerte, ya que
    las primeras también tenderían a mantener al
    mínimo posible la cantidad de excitación.
    Freud
    reflexiona en este punto y sostiene que esto no puede ser
    así, menciona que en otro punto totalmente diferente se
    sitúan las pulsiones sexuales que también son
    conservadoras en el mismo sentido que las otras, pero las
    sexuales, lo son en mayor medida, pues son las que conservan la
    vida, por lo tanto contrarían las otras, quienes
    llevarían a la
    muerte.

    Entonces se ve acá una gran diferencia entre:
    Pulsiones yoicas = muerte
    Pulsiones sexuales = vida
    Pero la oposición entre estas dos pulsiones se vuelve
    insuficiente. Si bien el concepto de
    libido se limitaba a la energía de las pulsiones sexuales
    dirigidas al objeto, se omitió tener en cuenta de donde
    provenía esta libido. Se ve entonces, que, el yo es el
    originario y el reservorio de la libido, aspecto que se pudo
    observar en narcisismo y que posteriormente se corrige en "El Yo
    y el Ello" (1923).
    Entonces la libido fue así llamada narcisista cuando
    estaba en el yo y se la identificaba con las pulsiones de
    autoconservación. Se enfrenta entonces con otro problema,
    ya que si las pulsiones de autoconservación son de
    naturaleza
    libidinosa, se cuestiona, si acaso, no existan otras pulsiones
    que las libidinosas. Se estaba a punto de ubicar a las pulsiones
    de autoconservación entre las pulsiones de muerte, pero se
    corrige esto.
    Se debe tener en cuenta, por otro lado, que pese a todos los
    conflictos que
    se presentan, la teoría
    de Freud siempre fue
    dualista, contrariamente a la de Jung, quién era monista y
    sembró confusión al llamar libido a una
    única fuerza
    pulsional.
    Se parte, entonces, de la tajante oposición entre
    pulsiones de vida y pulsiones de muerte, pero también se
    ve otra polaridad, la que media entre amor y odio.
    Existe entonces una relación recíproca entre estas
    dos partes, por ejemplo, en la pulsión sexual siempre hay
    un componente sádico bien reconocido.
    Se ve también, que el aparato, como se dijo anteriormente,
    tiende en general a rebajar, mantener, y suprimir la
    tensión interna, de modo que quedaría ligado
    así, el principio de nirvana con el principio del placer;
    esto sería un motivo muy fuerte de la existencia de la
    pulsión de muerte.
    Existe, también, una hipótesis, a saber, si no se puede
    considerar tanto a las pulsiones sexuales como a las pulsiones de
    muerte, ambas desde el comienzo mismo…
    Se debe tener en cuenta, por todos estos conflictos
    planteados, que "el tercer momento en las pulsiones no presenta
    la misma certeza que los dos anteriores."…
    En "El Yo y el Ello", capítulo lV. Las dos clases de
    pulsiones (1923) se habla de dos variedades de pulsiones, de las
    que una, las pulsiones sexuales o Eros, es la mas llamativa, la
    mas notable, por lo cual es mas fácil anoticiarse de ella.
    No sólo comprende la pulsión sexual no inhibida,
    genuina, y las mociones pulsionales sublimadas y de meta
    inhibida, sino también, la pulsión de
    autoconservación, que nos es forzoso atribuir al yo y que
    al comienzo del trabajo analítico se había
    contrapuesto a las pulsiones sexuales de objeto.
    Las otras pulsiones, las de muerte, son las encargadas de
    reconducir al ser vivo orgánico al estado inerte,
    mientras que el Eros persigue la meta de
    complicar la vida mediante la reunión, la síntesis,
    y esto desde luego para conservarla.

    Entonces, ambas pulsiones son desde luego conservadoras
    en sentido estricto, pues aspiran a restablecer un estado
    perturbado por la génesis de la vida. La génesis de
    la vida sería la causa de que esta última
    continúe, y simultáneamente, también, de su
    pugna hacia la muerte, y
    la vida misma sería un compromiso entre estas dos
    aspiraciones. Entonces se puede decir que, en cada fragmento de
    sustancia viva están activas las dos clases de pulsiones,
    si bien en una mezcla desigual.
    Se está permitido sustituir la oposición entre las
    dos clases de pulsiones por la polaridad entre amor y odio,
    como ya en una oportunidad se mencionó anteriormente. En
    la experiencia clínica se ve claramente que el odio no
    solo es, con inesperada regularidad, el acompañante del
    amor, no
    sólo es hartas veces su precursor en los vínculos
    entre los seres humanos, sino también que, en las
    más diversas circunstancias, el odio se muda en amor y
    el amor en
    odio. Entonces desde este punto de vista, carece de sustento el
    distingo tan radical que se hace entre pulsiones eróticas
    y pulsiones de muerte. Se puede decir entonces que, simplemente
    se trata de una mudanza, es decir, se sustrae energía a la
    moción erótica y se aporta energía a la
    moción hostil.
    Como para dar un aspecto mas general de ambas pulsiones, se dice
    entonces, que, las pulsiones de muerte son, en lo esencial,
    mudas, y casi todo el alboroto de la vida parte del Eros.
    Volviendo al tema que más nos interesa en esta
    monografía, es decir, el conflicto
    planteado en "Mas allá del Principio del Placer" (1920),
    en el cual Barbara Low propuso identificar el principio de
    nirvana con el principio de placer – displacer. En "El Problema
    Económico del Masoquismo" (1924), se aclara que, de ser
    así, entonces, todo displacer debería coincidir con
    una elevación, y por el contrario, todo placer con una
    disminución, de la tensión de estímulo
    presente en lo anímico.
    El principio de nirvana, supuestamente, idéntico al
    principio de placer, estaría por completo al servicio de
    las pulsiones de muerte, cuya meta es conducir la vida a la
    estabilidad de lo inorgánico y alertaría contra las
    pulsiones de vida, que procuran perturbar el ciclo vital. PERO
    ESTO NO PUEDE SER CORRECTO, ya que, registramos el aumento y la
    disminución de las magnitudes de estímulo
    directamente de los sentimientos de tensión y es indudable
    que existen tensiones placenteras y distensiones
    displacenteras.
    El estado de
    la excitación sexual es el ejemplo más notable de
    uno de los incrementos placenteros de estímulo, y por
    cierto no es el único.
    Entonces, el principio de nirvana, expresa la tendencia de la
    pulsión de muerte; el principio de placer subroga la
    exigencia de la libido y su modificación, el principio de
    realidad, el influjo del mundo externo.

    En el ser vivo, la libido se enfrenta con la
    pulsión de destrucción o de muerte, que impera
    dentro de todo ser vivo y procura como ya se dijo anteriormente,
    llevarlo a una estabilidad inorgánica. Entonces, la tarea
    de la libido, es volver inocua esta pulsión destructora,
    desviándola en buena parte y con la ayuda de un
    órgano especial, que es la musculatura, la dirige hacia
    afuera a los objetos del mundo externo. Recibe así, el
    nombre de pulsión de destrucción, de apoderamiento,
    voluntad de poder.
    Un sector de esta pulsión de muerte es puesta al servicio de la
    pulsión sexual, donde tiene a su cargo una importante
    operación. Un ejemplo de esto, es el sadismo propiamente
    dicho.
    Si se habla de dos clases de pulsiones, entonces, no se puede
    contar, con una pulsión de muerte y con una pulsión
    de vida, sino que se debe tener en cuenta que, existen
    contaminaciones de ambas, de valencias diferentes en cada caso.
    Se puede decir también, que la pulsión de muerte
    que actúa en el interior del organismo, el sadismo
    primordial, es idéntica al masoquismo.
    Se sabe que la teoría analítica ha progresado
    lentamente, y también se sabe, que de todas sus piezas, la
    doctrina de las pulsiones es aquella donde más trabajosos
    resultaron los tanteos de avance.
    En "Más allá del Principio del Placer", en 1920, se
    partía de especulaciones acerca del comienzo de la vida, y
    de paralelos biológicos, y se extrajo la conclusión
    de que, además de la pulsión a conservar la
    sustancia viva y reunirla en unidades cada vez mayores,
    debía de haber otra pulsión, opuesta a ella, que
    pugnara por disolver esas unidades, y reconducirlas al estado
    inorgánico, se habla entonces de una pulsión de
    muerte.
    En "El Malestar en la Cultura"
    (1930), se llega a la idea de que, una parte de la pulsión
    se dirige al mundo externo, y sale entonces a la luz como
    pulsión de agredir y destruir. Así la
    pulsión esta compelida a ponerse al servicio del
    eros, en la medida en que, se aniquila a un otro, y no a un
    sí mismo propio. A la inversa si esta agresión
    hacia afuera es limitada, trae como consecuencia, un incremento
    de la autodestrucción.
    Las dos variedades de pulsiones, rara vez se encuentran aisladas,
    sino que se ligan en proporciones muy variables,
    volviéndose irreconocibles para nuestro juicio. Un ejemplo
    de esto es, en el sadismo, donde se esta frente a una liga de
    esta índole, particularmente fuerte, entre la
    aspiración de amor y la pulsión de
    destrucción, y en su contraparte, el masoquismo, frente a
    una conexión de la destrucción dirigida hacia
    adentro con la sexualidad.
    La inclinación agresiva es una disposición
    pulsional autónoma, originaria, del ser humano; y la
    cultura
    encuentra en ella, su obstáculo más poderoso. Esta
    pulsión de agresión, es el retoño y el
    principal subrogado de la pulsión de muerte, que se ha
    descubierto junto al eros, y que comparte con este el gobierno del
    universo.
    Esta lucha es el contenido esencial de la vida en general, y por
    eso el desarrollo
    cultural puede caracterizarse sucintamente como la lucha por la
    vida de la especie humana.

    3.
    Conclusión

    Se puede decir que, el tema que se ha trabajado en esta
    monografía, es el mencionado en un principio, sobre el
    tercer momento en las pulsiones, correspondiente al segundo
    dualismo, mencionado en mas allá del principio del placer
    (1920). Freud, ya había comenzado este trabajo en marzo de
    1919, pero retuvo la obra todavía un año
    más, y en 1920, en una carta a Eitingon,
    hace referencia sobre las pulsiones de muerte.
    Se puede considerar que "Más allá del Principio del
    Placer" inaugura la fase final de sus concepciones. Freud ya
    había hablado sobre la compulsión de
    repetición, como fenómeno clínico, pero
    aquí, le atribuye las características de una PULSION.
    También, por primera vez, plantea la nueva
    dicotomía entre Eros y las pulsiones de muerte que tuvo
    cabal elaboración en el yo y el ello (1923).

    4.
    Bibliografía

    FREUD, Sigmund, (1920). "Más allá del
    principio del placer", Vol. XVlll, AE
    FREUD, Sigmund, (1923). "El yo y el ello" , Vol. XlX, Cap. lV,
    AE
    FREUD, Sigmund, (1924). "El problema económico del
    masoquismo", Vol.XlX, AE
    FREUD, Sigmund, (1930). "El malestar en la cultura",
    Vol.XXl, Cap. V y Vl, AE

    Resumen:
    En esta monografía se trata el problema que se le plantea
    a S. Freud, en "Mas allá del principio del placer "
    (1920-1922) acerca de los principios y las
    pulsiones que regían el funcionamiento del aparato
    psíquico.
    En un principio, en "Más allá del Principio del
    Placer" se hace referencia a la notable diferencia que existe
    entre las pulsiones yoicas las pulsiones sexuales.
    Existen también otros cambios en los cuales se hará
    mención, pero se enfatizará en el tercer momento de
    las pulsiones. El conflicto planteado en "Más allá
    del Principio del Placer" (1920), en el cual Barbara Low propuso
    identificar el principio de nirvana con el principio de placer –
    displacer. En "El Problema Económico del Masoquismo"
    (1924), se aclara que, de ser así, entonces, todo
    displacer debería coincidir con una elevación, y
    por el contrario, todo placer con una disminución, de la
    tensión de estímulo presente en lo
    anímico.

     

     

     

    Autor:

    Monica viviana Martinezvaldez

    Edad: 26 años.

    Estudios: 5° año de Licenciatura de
    Psicología

    Título: "El tercer momento de las pulsiones en la
    teoría de S. Freud"

    Categoría: Salud – Psicología (Psicoanálisis)

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter