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PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN,




Enviado por hcardoso



     

    Indice
    1.
    Introducción

    2. ¿Qué se entiende por
    Periodismo de Investigación?

    3. Principios y pasos para la
    realización del Periodismo de
    Investigación

    4. Bibliografía

    1.
    Introducción

    No existen razones para afirmar que la
    investigación se haya convertido en un nuevo género
    periodístico. Todo lo contrario, habría que
    coincidir con el novel colombiano de la literatura, Gabriel García
    Márquez, cuando aclaraba en un artículo que "la
    investigación no es una especialidad del oficio, sino que
    todo periodismo
    tiene que ser investigativo por definición…" (El
    Tiempo,
    Bogotá, 3-l2-95)
    Sin embargo, lo cierto es que sobre todo desde hace poco
    más de dos décadas se viene hablando acerca de un
    llamado Periodismo de Investigación, al cual se atribuyen
    hoy quizás, tantas virtudes como defectos. ¿Existe
    un "periodismo de investigación"?, ¿si es
    así, qué características tiene?, ¿hasta
    qué punto puede ser útil en nuestro caso el estudio
    y asimilación de tales conceptos en nuestra teoría
    periodística?. Desde luego que no es posible adoptar una
    actitud
    crítica en el terreno teórico sin antes tratar de
    profundizar y esclarecer sus principales presupuestos.
    En este caso, sin pretender un análisis exhaustivo de la génesis y
    evolución diacrónica de tal
    término, es importante remitirse como antecedentes
    más remotos a fines del siglo pasado, en Estados Unidos,
    cuando el buen periodismo parecía estar vinculado a la
    aventura, la previsión y presencia del reportero en los
    grandes acontecimientos que estremecían al mundo, la
    agilidad para penetrar en fuentes
    complejas y obtener al fin y al cabo la información perseguida, y la
    revelación de los resultados alcanzados a través de
    series de trabajos que causaron sensación en los primeros
    millones de lectores de periódicos. Luego, ya a principios del
    presente siglo, fueron los "muckrakers" (rastrilladores),
    calificados así por el presidente norteamericano Theodore
    Roosvelt, quien criticó a "los periodistas que
    según él imitaban al "rastrillador de
    estiércol" que rehúsa ver todo lo que es elevado en
    la vida y centra su atención sólo en lo que es vil y
    degradante". Sin embargo, no mucho tiempo después el
    término se convertiría en un elogio que
    distinguiría a aquellos que hurgaban en el trasfondo de
    los hechos hasta encontrar elementos no revelados de los
    mismos.
    Décadas más tarde, la presencia masiva de la radio y el
    surgimiento de la
    televisión, durante los años cincuenta, dieron
    paso a su vez a una nueva etapa de mayor profundización en
    los contenidos de la prensa (escrita,
    sobre todo), mediante la investigación de los hechos de
    manera que facilitara su interpretación. Se desarrolla
    entonces el papel y formas
    nuevas del reportaje y otros géneros del periodismo
    destinados a informar y analizar las causas y consecuencias de
    los hechos, sus protagonistas y demás detalles no
    presentados necesariamente por los medios que
    ostentaban la ventaja de la inmediatez.
    Pero no es hasta mediados de los setenta, con la
    publicación del libro Todos
    los hombres del Presidente, de Carl Bernstein y Bob Woodward, a
    raíz de sus famosos artículos sobre el llamado
    "escándalo Watergate" revelados por el Washington Post,
    que comienza a hablarse de un "periodismo de
    investigación" con nombre propio, y el afán de
    destituir presidentes y descaracterizar hombres públicos
    comienza a generalizarse como el sueño dorado de escolares
    y profesionales del periodismo, tanto en Estados Unidos como en
    la mayoría de los países de América
    Latina, principalmente. Vale decir que terreno propicio para
    ello, por otra parte, había más que
    suficiente.

    2. ¿Qué se
    entiende por Periodismo de
    Investigación?

    Para el común de sus cultivadores, éste se
    distingue del resto de las rutinas profesionales tradicionales
    fundamentalmente por la selección
    de determinados temas y su mayor profundidad en el tratamiento
    del objeto o asunto que se aborda, lo cual supone o es el
    resultado a su vez del empleo
    combinado de métodos y
    técnicas rigurosas de indagación en
    la búsqueda de los datos y, por
    supuesto, de un consumo de
    tiempo y otros recursos superior
    a la media del reportaje convencional. Autores como Robert W.
    Greene y Gerardo Reyes, entre otros, en un intento de
    definición, precisan que el periodismo de
    investigación es la reportería que se realiza a
    través de la iniciativa y el trabajo del
    periodista, sobre asuntos de importancia que algunas personas u
    organizaciones
    desean mantener en secreto. Los tres elementos básicos
    son: que la investigación sea el trabajo del reportero, no
    un informe sobre una
    investigación hecha por alguien más; que el tema de
    la información trate algo de razonable importancia para el
    lector o televidente, y que haya quienes se empeñen en
    esconder esos asuntos al público.
    También William Gaines lo plantea en similares
    términos, cuando señala en su obra que "se
    considera historia investigativa: 1)
    aquella que es producto
    original del periodista, en contraposición a un informe
    sobre la investigación de una entidad pública; 2)
    aquella en la que haya existido algún intento de ocultar
    la información; 3) aquella que sea de importancia para el
    público."
    Aunque la experiencia relatada por éstos y otros autores (
    Scanella, Quesada, etc.) que han abordado el tema reconocen las
    ventajas de un trabajo en equipo
    y del empleo de distintas técnicas de
    investigación, la mayoría de ellos asume como
    válido el papel predominante del reportero individual y la
    condición de que los datos a manejar deben ser un
    resultado del esfuerzo propio. Ello podría llevar a la
    idea de excluir importantes procedimientos
    indagatorios que se apoyan en el trabajo y la opinión de
    expertos u otros investigadores que a menudo suelen constituirse
    en valiosas fuentes de
    información para el reportero, dispuestas por lo
    general a colaborar en forma desinteresada con éste.
    El interés
    social del tema, condición inobjetable, no puede conducir
    sin embargo al criterio de que todo lo que atrae la curiosidad y
    atención del público debe ser tratado por la
    prensa. No podemos coincidir con Reyes cuando admite como idea
    generalizadora que
    La gente busca información para satisfacer una amplia
    variedad de necesidades. Una de ellas es la de conocer las
    acciones u
    omisiones de sus gobernantes, legisladores, jueces y militares,
    de los comerciantes e industriales que dominan el sector
    económico de la nación,
    de los banqueros que tienen en sus manos el dinero de
    miles de familias y empresas y, en
    general, de las personas que participan de algunas maneras en el
    manejo de los destinos de su ciudad o país.
    El público quiere saber qué pasa con sus impuestos, a
    dónde va a parar el dinero de las
    privatizaciones y de las bonanzas, y cómo está
    cuidando el Estado los
    recursos
    naturales; quiere enterarse sobre la integridad moral de sus
    gobernantes, si tienen relaciones con narcotraficantes o mafias
    de juego y el
    contrabando y, sobre todo, quiere saber quién lo
    engaña. Al mismo tiempo, el lector busca chismes en
    el
    periódico para satisfacer su curiosidad personal sobre la
    vida privada de artistas, comediantes, grandes empresarios,
    deportistas y delincuentes famosos.
    Por supuesto que hay límites
    que sitúan la ética, los
    intereses del país, la intimidad de las personas, y otros
    factores de política editorial,
    que no pueden dejarse de tener en cuenta, y que a la corta o a la
    larga podrían dar al traste con las posibilidades de que
    muchos temas abordados sin una valoración previa vean la
    luz
    pública.
    Por último, suponer la existencia de intereses
    antagónicos con la fuente como condición de toda
    investigación periodística convierte en esencial un
    rasgo que puede ser y es sin duda ocasional, dependiente
    más bien de las características de determinados
    sistemas sociales
    y temas que de las complejidades de muchos asuntos que la prensa
    debe abordar con enfoque científico, y en los cuales a
    menudo sus principales fuentes de información
    podrían estar tan interesadas como el reportero en un buen
    tratamiento periodístico.
    En síntesis,
    al valorar de conjunto el Periodismo de Investigación
    podemos subrayar como rasgos positivos los siguientes:

    • La necesidad de un despliegue constante de
      iniciativas y habilidades profesionales para la búsqueda
      y solución de nuevos temas o aspectos de determinados
      temas en ocasiones desconocidos, pero esenciales.
    • Una concepción integral y estratégica
      del trabajo con las fuentes de información y ulterior
      presentación de los resultados, a través de una
      serie o conjunto de trabajos periodísticos.
    • Un aprovechamiento adecuado de las amplias
      posibilidades que se abren al periodista con la introducción de las modernas
      tecnologías de la
      comunicación e información.

    A su cuenta negativa se ubicarían, por el
    contrario:

    • El énfasis en los lados obscuros de la vida,
      las personas y los hechos.
    • La incursión frecuente en facetas de la vida
      íntima de las personas y adopción
      de una postura hipercrítica de la actividad de las
      instituciones públicas, asumiendo papeles
      de jueces y fiscales de la conducta
      ciudadana.
    • Una concepción antagónica de las
      relaciones entre el periodista y las fuentes y protagonistas de
      muchos hechos que trata.

    De todo ello se desprende que asumimos el Periodismo de
    Investigación como una propuesta válida, es decir,
    como una posible actitud y acción profesional ante los
    hechos, con rasgos específicos propios que lo separan del
    trabajo de reportaje convencional, apremiado por la inmediatez y
    facilitado por los necesarios lugares comunes de la
    cotidianeidad. Sería un error, sin embargo, asumirlo sin
    una posición crítica ante sus lados opuestos a toda
    ética y deontología profesional.

    3. Principios y pasos para la
    realización del Periodismo de
    Investigación

    Teniendo estas observaciones en cuenta, una
    concepción propia del Periodismo de Investigación
    podría partir a nuestro juicio de los siguientes
    criterios:

    1. Selección y enfoque: de temas o problemas
      complejos, que requieren el
      conocimiento y la atención y participación de
      la opinión
      pública y las instituciones, partiendo del
      interés social.
    2. Intencionalidad: supone como premisas determinado
      grado de esclarecimiento previo acerca de la comunicabilidad de
      los resultados y su impacto en la opinión
      pública, con fines que pueden ir desde la
      información o explicación esclarecedora y la
      corrección o rectificación de deficiencias o
      irregularidades cometidas, hasta la orientación y
      movilización colectiva hacia determinadas acciones
      institucionales o masivas, encaminadas a la solución
      parcial o total del problema.
    3. Objetividad: es decir, la búsqueda de la
      verdad objetiva que subyace a veces bajo el aspecto superficial
      o la primera impresión que nos producen –o se nos
      propone sobre– los hechos. Ello supone ir a las esencias con
      incansable actitud analítica y
      crítica.
    4. Enfoque científico integral y
      estratégico: del trabajo con las fuentes de
      información y en la aplicación de los diversos
      métodos y técnicas para la obtención de
      los datos que necesitamos. Incluye por supuesto las amplias
      posibilidades de la observación directa y participante,
      abierta o encubierta, en dependencia de las circunstancias;
      así como la consulta a todo tipo de fuentes que nos
      aporten referencias o datos útiles.
    5. Normas y principios éticos: previstos por
      nuestro Código Profesional, en el cual se
      encuentran claramente definidos deberes y derechos del periodista y
      sus órganos de prensa en la sociedad,
      así como el tipo de relaciones a desarrollar entre
      éstos y las demás personas e
      instituciones.
    6. Enfoque integral y sistémico de la estrategia
      comunicativa, partiendo de una adecuada comprensión de
      los procesos de
      comunicación en su cotidianeidad y
      continuidad de una parte, y de las potencialidades creadoras,
      el papel complementario y las características de los
      diferentes géneros periodísticos, de la
      otra.

    Tomando como base estos criterios, no a manera de
    recetario, sino como normas que la
    experiencia aconseja asumir con toda flexibilidad, podrían
    resumirse los principales pasos a dar para llevar a la
    práctica el periodismo investigativo en nuestras
    condiciones particulares:
    Primero : Concebir y elaborar un proyecto o
    plan previo, a
    partir de la selección del tema o problema a abordar,
    esclarecer sus premisas y precisar los objetivos o
    finalidad investigativa y comunicativa. En dicho proyecto
    quedarán previstas las principales técnicas de
    investigación a emplear, tiempo y recursos materiales y
    humanos necesarios, incluyendo su costo en
    determinados casos.
    Segundo: Desarrollo de
    la investigación, aplicando las técnicas requeridas
    y combinando, en dependencia de las necesidades previstas u otras
    situaciones que pudieran presentarse: observación,
    entrevistas
    individuales, encuestas,
    consulta a expertos, trabajo en grupos, estudio
    documental y bibliográfico, consulta a fuentes
    informáticas, etc.
    La obtención de información, por otra parte, en el
    caso de la investigación periodística tiene una
    doble condición: a) conduce a los resultados perseguidos
    en el orden indagatorio, tal y como ocurre en todo proyecto de
    esta naturaleza, b)
    aporta todo el material fáctico y de referencia,
    así como ilustraciones a emplear en los diferentes
    géneros, lo cual supone una elaboración sobre la
    marcha de la posible estrategia comunicativa a emplear en la
    presentación periodística de los resultados.
    Tercero: Realizar un balance final de los resultados y proceder
    al ajuste definitivo de la estrategia comunicativa. Este paso
    pudiera dar lugar al criterio de que el material recolectado,
    contrariamente a las premisas definidas, no aconseja su
    publicación desde el punto de vista periodístico.
    En tal caso, quizás se recomiende su archivo
    definitivo o su entrega a determinadas instituciones, en cuyas
    manos pudiera tener alguna utilidad.
    Cuarto: Elaborar el o los trabajos periodísticos empleando
    distintos géneros, teniendo en cuenta las posibilidades de
    su publicación en una o más ediciones o emisiones
    del órgano de prensa, según el caso. La estrategia
    debe prever el lugar que ocuparían posibles respuestas
    emitidas por instituciones o personas individualmente, como
    efecto o repercusión de los primeros trabajos; hechos de
    los cuales es muy importante mantenerse atentos, e incluso
    provocarlos en ocasiones en que sea recomendable.
    Naturalmente que la polémica es también una
    posibilidad en esta etapa, debido al surgimiento de criterios o
    datos opuestos o parcialmente diferentes a los expresados por el
    periodista o por alguna otra opinión vertida
    públicamente. Deberá estarse al tanto de todo y
    definirse oportunamente qué lugar darle o no dentro de la
    estrategia de comunicación.
    Quinto: Controlar y evaluar parcial y finalmente los efectos o
    resultados logrados o promovidos por las acciones comunicativas
    en su conjunto, haciéndolo evidente en ocasiones de manera
    expresa y objetiva. Aquí es importante reconocer la
    actitud receptiva y el papel positivo de personas e instituciones
    en la solución de los problemas, extrayendo finalmente las
    mejores lecciones de todo el proceso.
    De ello se desprende que, aunque en ocasiones pudiera haber casos
    de personas negligentes o responsables de algunos hechos o
    situaciones criticados por la prensa, lo fundamental es ir a las
    causas esenciales que le dieron lugar, sus consecuencias sociales
    y el papel de la opinión pública y la
    participación ciudadana e institucional, tanto en su
    origen como, sobre todo, en sus posibles vías de
    solución y esclarecimiento.
    Tales pasos quedarían plasmados, como diseño
    de la investigación periodística, de acuerdo con
    los diferentes elementos que aconseja William Gaines en su obra,
    y que podemos resumir de la manera siguiente:

    • Título: una idea básica y totalizadora
      del tema a abordar
    • Tema: precisión sobre el problema que
      será objeto de investigación
    • Necesidad: importancia o trascendencia e
      interés social del problema y significación
      posible de su publicación
    • Alcance del estudio: delimitación de los
      marcos en que se desarrollará la
      investigación
    • Métodos y técnicas que se
      pondrán en práctica para la
      investigación
    • Fuentes: Relación de fuentes personales,
      documentales o institucionales
    • Producción: géneros, ediciones,
      materiales a conseguir, etc.

    No se trata, por supuesto, de un esquema rígido,
    sino todo lo contrario. Partiendo de su papel básico como
    proyecto a valorar y decidir por el equipo de redacción, los promotores le harán
    las adecuaciones requeridas en cada situación, a fin de
    que sirva como sistema
    argumental y guía práctica de todo el proceso de
    realización de la indagación periodística y
    sus diferentes variantes de géneros como propuesta de
    estrategia comunicativa.
    Como podrá apreciarse de todo lo antes dicho, al reconocer
    la existencia de un llamado "Periodismo de Investigación",
    no estamos hablando de un género periodístico
    específico; sino de una actitud, métodos y acciones
    profesionales ante determinados temas que por su complejidad e
    implicaciones deben ser objeto de una investigación
    más acabada y rigurosa; así como del empleo casi
    siempre combinado de variadas formas de presentación del
    material periodístico.
    Es obvio, por otra parte, que la realidad no identifica
    cuándo corresponde tal actitud; sino que ese deslinde
    incumbe al periodista. Y vale decir que para el buen periodista,
    toda realidad siempre es compleja y requiere, por tanto, el
    máximo de rigor profesional. De ahí que por ello
    estemos de acuerdo con el principio planteado por el novel
    colombiano.

    4.
    Bibliografía

    –W. Gaines, Periodismo Investigativo para prensa y
    televisión, TM Editores, Colombia,
    1996.
    –P. Rodríguez, Periodismo de investigación,
    técnicas y estrategias,
    Barcelona, Paidós, 1994.
    –G. Reyes, Periodismo de Investigación, Trillas, México,
    1996.
    –M. Quesada, La investigación periodística, Ariel,
    Barcelona, 1987.
    Revista
    Chasqui, No. 4l, 1993, Lima,
    –UPEC, Documentos
    aprobados por el Séptimo Congreso de la Unión de
    Periodistas de Cuba, marzo de
    1999.
    –UPEC, Revista Enfoques

    Resumen
    Se aborda el concepto de
    Periodismo de Investigación, sus antecedentes y
    evolución, adoptando una actitud crítica frente a
    la noción más extendida que asigna al Periodismo de
    Investigación tres características
    fundamentales.
    Partiendo de ello, el autor asume sin embargo que lo esencial del
    Periodismo de Investigación está en los
    métodos y técnicas que emplea para la
    indagación y recogida de datos, con lo cual se aparta sin
    duda de aquellos que hacen el énfasis principal en la
    actitud de la fuente y el impacto potencial del tema y su
    publicación.
    Estos criterios se concretan en una propuesta de seis principios
    o criterios a tener en cuenta:
    1. Selección y enfoque del tema, 2. Intencionalidad del
    impacto final en la opinión pública, 3 Objetividad
    en la búsqueda consecuente de la verdad, 4. Enfoque
    integral y estratégico del trabajo con las fuentes de
    información, empleando diversidad de métodos y
    técnicas de investigación, 5. Normas y principios
    éticos, 6. Enfoque integral y sistémico de la
    estrategia comunicativa.
    Tomando como base estos criterios, propone los principales pasos
    a dar para llevar a la práctica el periodismo
    investigativo.
    Concluye precisando finalmente que no se trata de un nuevo
    género, sino de una actitud y métodos
    periodísticos puestos en práctica ante determinados
    temas que así lo exigen por su importancia y
    complejidad. 

     

     

     

     

    Autor:

    DrC. Heriberto Cardoso Milanés

    Doctor en Ciencias de la
    Comunicación Social. Santiago de Cuba,
    1942. Profesor Titular e investigador por más de 30
    años de la Cátedra de Periodismo y Comunicación Organizacional de la Facultad
    de Comunicación de la Universidad de
    Oriente, Santiago de Cuba.

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