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Raleo en frutales




Enviado por bacanante



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    Indice
    1.
    Introducción

    2. Factores que se deben considerar en
    raleo.

    3. Efectos del raleo.
    4. Diferentes métodos de
    raleo.


    6. Raleo en
    durazno.

    7.
    Conclusiones

    8. Literatura
    Consultada

    1.
    Introducción

    El raleo de frutos es una de las labores más
    importantes del manejo de huertos para muchas especies frutales,
    ya que determina la productividad del
    huerto, el calibre de la fruta y, en algunos casos como el
    manzano, previene el añerismo. Esta labor representa,
    además, una proporción importante de los costos totales de
    manejo. También existe un costo encubierto,
    representado por la disminución de calibre final de la
    fruta, producto del
    menor efecto de la labor al ser realizada tarde, normalmente en
    forma manual.
    El exceso de fructificación es un fenómeno muy
    frecuente en árboles
    frutales, especialmente en Chile, donde
    por lo general no existen accidentes
    climáticos que limiten la floración, la cuaja de
    frutos y el posterior desarrollo de
    éstos.
    Hay especies frutales que, salvo excepciones, en estado adulto
    fructifican todos los años en cantidad superior a aquella
    que es capaz de soportar el árbol o aquélla que
    permite obtener suficiente calidad. Entre
    éstas se encuentra el duraznero y algunas variedades de
    manzano. En otras especies, el exceso de fructificación
    ocurre año por medio, de manera alterada con otro en que
    hay una baja fructificación; esto ocurre en numerosas
    variedades de manzano.
    El exceso de fructificación, o de carga como habitualmente
    se le denomina, produce una serie de dificultades, las que
    normalmente se traducen en cuantiosas pérdidas
    económicas. Entre los problemas
    derivados de una carga excesiva en los árboles, se puede
    mencionar él quiebre o desgaje de ramas, un tamaño
    insuficiente en la fruta, un tamaño insuficiente en la
    fruta, un retraso en la coloración y maduración de
    la misma y una menor o nula producción en el año siguiente.
    También ocurre una diminución en el crecimiento
    vegetativo, que ocurre como resultado de la competencia que
    la fruta ejerce sobre los brotes por el uso de carbohidratos
    y elementos minerales.
    Los inconvenientes del exceso de fructificación se pueden
    eliminar o atenuar en gran medida con raleo de frutos.
    La operación consiste en remover el exceso de flores o
    frutos en estado inicial de desarrollo en árboles
    demasiados cargados, dejando un número suficiente para
    obtener un rendimiento aceptable, con fruta uniforme, de buen
    tamaño y calidad. Con esto se trata de que la
    disminución en el número de frutos sea compensado
    con el aumento del tamaño y el mejoramiento de la calidad
    de los mismos, disminuyendo de paso él quiebre de ramas y
    la producción alternada.
    En el caso del manzano, raleo se debe realizar dentro de los 40
    días siguientes a plena floración, si se quiere
    obtener una buena floración al año siguiente.
    En variedades de duraznero propensas a la partidura de frutos, el
    raleo debe retardarse hasta después del período de
    endurecimiento de éste, ya que en estos casos, mientras
    más temprano se realice en manejo, mayor es el problema de
    partidura. En cambio,
    existen variedades en que la época más recomendada
    es al inicio del endurecimiento del carozo. En variedades de
    maduración temprana, es recomendado adelantarse a
    éste estado.
    En general, existe un sin número de ventajas al realizar
    el raleo en árboles frutales, sin embargo, existen ciertas
    épocas de realizar este manejo, además de existir
    diferentes formas o modos de realizarlo, como es el caso del
    raleo manual, mecánico y químico. También
    existen algunas recomendaciones que se deben tomar en cuenta,
    dependiendo del tipo, variedad y condiciones agroclimaticas,
    entre otras, las que influyen en el buen desarrollo del
    raleo.

    2. Factores que se deben
    considerar en raleo.

    La finalidad de realizar la operación del raleo,
    es ajustar una adecuada relación entre la cantidad de
    hojas disponibles y el número de frutos. Se estima como
    óptima una relación de 20 a 40 hojas por fruto. En
    esta relación, se contabilizan no sólo las hojas
    adyacentes a cada fruto, sino el total de la ramilla, e incluso
    las de brotes vecinos sin fruta, siempre que estén
    ubicados por sobre él mismo en la rama.
    Las cifras se refieren a fruta que llegue a madurez y al momento
    de ralear se debe bajar proporcionalmente a la caída de
    fruta que se espera desde el raleo en adelante, además del
    número de hojas que se presume aparecerán
    después. En general, al momento de realizar la
    operación, se considera la mitad del número de
    hojas por fruto.
    Existe un mayor efecto en cuanto a aumentar el tamaño de
    la fruta y disminuir el añerismo al realizar una
    operación temprana de raleo. No obstante, al mismo
    tiempo
    aumentan los riesgos de que el
    número de frutos sea insuficiente, como consecuencia de
    ciertos accidentes climáticos, tales como granizo, heladas
    y vientos, entre otras. Esto puede ocasionar una pérdida
    adicional de frutos, lo que no sería conveniente en
    términos económicos.
    Un factor extra a considerar es la caída natural de fruta,
    la ésta presente en muchos árboles. Esta
    caída de fruto ocurre pocos días después de
    la cuaja. Además existe una segunda caída, la que
    ocurre unas semanas después, en donde el fruto tiene un
    diámetro aproximado de 1 a 3 cm.
    En especie y variedades muy expuestas a la caída de fruto,
    se recomienda realizar un raleo con posterioridad a la
    caída.
    Hay ciertos huertos en donde la producción alternada es un
    problema, y debido a éste, se recomienda efectuar raleo
    antes del período de inducción floral, el cual ocurre
    aproximadamente a mediados de primavera en pomáceas y a
    fines de primavera en frutales de carozo.
    Cuando ocurre un accidente natural o de manejo, como es el caso
    de heladas, granizos, aplicación errónea de
    algún químico, que pueda causar la caída de
    fruto, se debe dejar pasar suficiente tiempo para que estos
    efectos se manifiesten completamente, antes de realizar
    raleo.
    Existen otros factores que se deben considerar antes de realizar
    un raleo, y así lograr los resultados esperados con esta
    operación. Alguno de los factores son:

    • Según la especie y la variedad.

    Existen algunas diferencias en el tamaño del
    fruto entre las especies y entre las variedades. Con
    relación a esto, en algunos casos, raleo debe ser
    realizado en una época más temprana o
    tardía. Además se debe dejar un mayor o menor
    espacio entre los frutos.

    • Dependiendo del vigor del árbol
      frutal.

    En árboles con poco vigor necesitan de un raleo
    más severo y con una mayor frecuencia, en
    comparación con los árboles que poseen un mayor
    vigor. Esto se debe a que los árboles que poseen un bajo
    vigor, desarrollan una fruta que no se compara con la de los
    árboles que contemplan un mayor vigor.

    • Según la carga de fruta.

    Cuando el árbol, en su conjunto, esta
    moderadamente sobrecargado, puede ser conveniente realizar un
    raleo. Esto es importante cuando la fruta tiende a agruparse en
    racimos, en donde la función o
    el objetivo del
    raleo, es distribuirla en forma regular.
    Otro factor importante a considerar, es cuando algunas ramas o
    porción del árbol posee una carga marcada o
    excesiva, ya que éstos árboles no
    desarrollarán una fruta de buena calidad o
    presentación, en comparación con un árbol
    que posee una carga uniforme. En este caso es recomendable
    proceder al raleo.
    No es necesario realizar el raleo solamente cuando el
    árbol se encuentra con una sobrecarga, sino también
    es recomendable, cuando una parte o segmento de éste, se
    encuentre con una excesiva carga de fruta.

    • Dependiendo del tipo de suelo.

    Desde el punto de vista de la fertilidad o de la reserva
    de humedad, un suelo puede ser pobre, en donde la carencia de
    éstos, puede retardar el desarrollo del fruto y como
    consecuencia, la obtención de fruto de menor
    tamaño. Debido a esto, acompañado de un programa de
    mejoramiento de suelo, es conveniente realizar un raleo
    aún cuando la carga no sea más que
    moderada.

    • Según la edad del árbol.

    En árboles viejos, muchas veces es necesario
    realizar un raleo, con el objetivo de que la fruta alcance un
    mayor tamaño, ya que estos árboles se caracterizan,
    en su mayoría, por poseer una fruta de un tamaño
    reducido.

    3. Efectos del
    raleo.

    Una de las razones principales por las cuales se realiza
    el raleo, es el beneficio que se logra en el tamaño de la
    fruta, lo que ocurre en mayor grado mientras más temprano
    se lleve a cabo, debido a la reducción en la competencia
    en el período de división celular.
    Desde el desarrollo de la flor, se comienza a fijar el potencial
    de tamaño del fruto, por lo tanto un fruto que cuente con
    un tamaño grande en sus inicios, también en la
    madurez contara con ésta característica. En el caso de un fruto con
    un tamaño reducido en su inicio, mantendrá
    ésta condición.
    Dada la importancia que tiene el tamaño del fruto, la
    eliminación de los frutos que cuenten con un tamaño
    reducido, mejorara el calibre de los otros frutos que se
    mantendrán en el árbol. Esto se debe a que se
    disminuye la competencia, aumentando el desarrollo de los frutos
    que persisten en el árbol.
    La estimulación de la iniciación floral del
    año siguiente, también es un efecto a considerar,
    debido a que ésta se encuentra gobernada por el balance
    entre la superficie foliar del dardo y las semillas del fruto, ya
    que las hojas que proveen de carbohidratos, favorecen la
    formación de flores en los dardos. En éste caso,
    raleo elimina algunos embriones jóvenes, los que
    producirían inhibidores de la floración.
    Raleo también mejora la calidad, tanto en apariencia del
    fruto, como en el gusto de éste.
    El mejoramiento del color en la
    fruta, también se ve beneficiado por el raleo. Esto es de
    suma importancia al momento de comercializar la fruta, dado que
    existen ciertas normas y
    exigencias en el mercado.
    Lo esencial del raleo, es buscar un aumento en el calibre del
    fruto y la formación de yemas, pero a su vez se pueden
    obtener un sin número de otros beneficios, tales como; un
    mejor color, un mayor contenido de azúcar,
    un mejor control
    sanitario, y muchos otros beneficios.
    Otro factor que se debe considerar es la rotura de
    árboles, que a menudo es un aspecto que se descuida, y por
    esto, una sobre carga de fruta en el árbol puede traer
    graves consecuencias.

    4. Diferentes métodos de
    raleo.

    Existen ciertos métodos que se utilizan para el
    raleo, los cuales pueden o no depender de la situación del
    huerto.
    Raleo Manual.
    Este tipo de raleo, en términos generales, consiste
    simplemente en el derribe de las flores o frutos con las manos.
    Antiguamente los frutos se raleaban a una distancia
    predeterminada, pero en la actualidad se ha podido observar que
    el raleo es mejor realizarlo por tamaño. Este consiste en
    el derribo de frutos pequeños o débiles,
    independientemente del espacio comprendido entre los que quedan,
    aunque con las mismas consideraciones generales dadas para la
    intensidad del raleo deseado. Sin embargo, si se realiza un raleo
    por tamaño se debe tener un cuidado especial para no dejar
    frutos juntos, de forma que no se compriman entre ellos o contra
    las ramas. Es de real importancia tener éstos cuidados con
    especies y variedades que posean un fruto grande y, además
    de un pedúnculo corto o pequeño.
    Para poder
    determinar la intensidad del raleo manual, se debe estimar la
    producción en kilogramos que se espera obtener del
    árbol, de acuerdo a su tamaño, vigor y
    productividad en años anteriores. Posteriormente, se
    calcula el número de frutos de un buen calibre que
    conforman un kilogramo a la cosecha, y de acuerdo con estos
    antecedentes, se podrá obtener el número de frutos
    que es necesario dejar en los árboles. Es recomendable
    agregar un cierto porcentaje de error a la cifra obtenida, dado
    que puedan haber ciertas pérdidas, tanto por plagas o
    accidentes naturales. Esta metodología es aplicable solo
    después de ocurrida la caída natural de frutos.
    Cuando los frutos se presentan agrupados en sectores, el raleo se
    debe basar en el número total de hojas que abastece a cada
    sector, y así dejando fruta agrupada en una cantidad
    proporcional.
    En el caso del manzano, más que la distancia entre los
    frutos, se prefiere dejar entre uno a dos frutos por dardo o
    ramillete floral, de acuerdo con la cantidad total de ramilletes
    presentes en el árbol.
    En especies o variedades sensibles al golpe de sol, se recomienda
    extraer los frutos que se encuentren en una mayor exposición.
    En árboles que posean una baja fructificación, se
    recomienda prescindir del raleo, aún cuando la distribución de los frutos en el
    árbol, sea muy desuniforme.

    Raleo Mecánico.
    Este tipo de raleo puede ser realizado de diversas
    formas;

    • Se puede efectuar un raleo efectivo en
      floración o poco después, mediante un chorro
      directo de agua a alta
      presión
      producido por un pulverizador manual.
    • Otro método
      es el uso de una brocha de cerda rígida para "barrer"
      algunos frutos que son aún muy
      pequeños.
    • También se puede utilizar un vibrador, el cual
      puede ser el mismo que se utiliza para la recolección
      mecánica.
    • Se requiere de cierta habilidad para evitar un raleo
      en forma excesiva.

    Este método presenta ciertos inconvenientes, los
    cuales son;

    • Derriba los frutos sin distinción, es decir,
      elimina tanto los frutos grandes como los
      pequeños.
    • Dado a que existen ciertas zonas del árbol que
      son más consistentes, puede derribar una mayor cantidad
      frutos, lo cual puede ser perjudicial.
    • Existe un porcentaje de frutos que caen
      posteriormente, y esto se debe a las lesiones que sufren
      durante la operación.

    Raleo Químico.
    El raleo químico
    se realiza en árboles en donde se espera una gran
    fructificación, este se desarrolla mediante la
    aspersión de un producto químico.
    Las respuestas al raleo químico son variables, es
    por esto que es recomendable realizar ciertas pruebas o
    ensayos con
    algunos árboles, antes de realizar la aplicación
    generalizada en el huerto. Estos ensayos se deben realizar, como
    mínimo, en un período de tiempo de un año,
    se debe considerar las dosis y fechas de aplicación. Todo
    esto acompañado de los diversos factores que se deben
    considerar para realizar un raleo.
    Existen ciertas ventajas que posee raleo químico, en
    comparación con un raleo manual o mecánico, las
    cuales son:

    • Los costos son mucho menores.
    • Se obtiene una mejor tamaño en el
      fruto.
    • La calidad del fruto es mejor.
    • Existe una mayor regulación en la alternancia
      de ciertas especies y variedades.

    Él raleo químico también tiene
    ciertas desventajas, si se compara con el raleo manual o
    mecánico, como son;

    • Puede existir un raleo muy intenso.
    • En tratamientos tempranos o precoces, puede existir
      un riesgo de
      heladas.
    • Los resultados pueden ser variables en árboles
      de edad o adulto.
    • También pueden existir resultados variables en
      especies o variedades de bajo vigor.
    • Los químicos utilizados podrían afectar
      en cierta forma al follaje.

    5. Raleo en
    manzano.

    Sin lugar a dudas, raleo de los frutos en manzano, es la
    labor que determina la rentabilidad
    del huerto; por un lado se obtiene el tamaño del fruto,
    exigencia necesaria y fundamental para el precio del
    producto; y por otro, tanto o más importante que lo
    anterior, se refiere al volumen de
    producción a extraer por unidad de superficie;
    éste, no es valorado en forma adecuada, pues generalmente
    sé prioriza en la obtención del tamaño del
    fruto, dejando en segundo plano la productividad del huerto. Esta
    situación no parece sustentable en el tiempo, ya que el
    creciente interés
    que gozan algunas variedades pueden en un futuro no muy lejano,
    experimentar notables disminuciones de sus retornos.
    Para obtener los beneficios buscados, el raleo debe efectuarse lo
    antes posible, ya que de esta forma se logra un mayor
    tamaño de la fruta y un mayor control del añerismo.
    Lo más importante es que esto trae como resultado un
    aumento en la productividad de los árboles, ya que es
    posible dejar mayor cantidad de fruta que alcanzará un
    tamaño adecuado para su comercialización. Esta relación
    existente entre la intensidad de carga frutal con el
    tamaño de fruta a cosecha y, con la productividad del
    árbol, aunque es alta y especifica para cada
    combinación de variedad – portainjerto no ha sido
    utilizada en forma práctica, pues no se ha contado con
    estándares de carga frutal para las diferentes variedades
    y zonas de cultivo.
    Esto se complica aún más, pues algunas variedades
    como Gala presentan no sólo una respuesta a la carga
    frutal que llega a cosecha, sino que es muy importante la carga
    que queda posterior al raleo, que puede ser manual,
    mecánico o químico. En el último caso, se
    toma en cuenta un repase manual.
    Con respecto al añerismo y su control mediante un raleo
    temprano, en algunas variedades como el caso de Delicious tipo
    "Spur" es de una importancia fundamental, pues se estima que el
    raleo debe concluir antes de 20 días después de
    flor para lograr inducción floral para el año
    siguiente, a diferencia de otras variedades en las cuales este
    período se considera hasta 60 días después
    de flor. Para otras variedades como Fuji, que también
    presenta esta tendencia, se han evaluado con éxito
    productos
    raleadores que incrementan por sí solos la
    inducción floral, como el Ethephon.

    Epoca de raleo.
    Sin duda que este es uno de los factores más importantes a
    considerar en el raleo de manzanas, no solo para obtener un buen
    tamaño de frutos, sino además por la consecuencia
    que tiene la fruta sobre la inducción floral para la
    temporada siguiente.
    Respecto al efecto sobre el tamaño del fruto, éste
    es mayor mientras más temprano se realice la labor, lo que
    resulta particularmente importante en variedades como Gala, donde
    el tamaño del fruto es tanto o más dependiente de
    la carga frutal temprana, que aquélla que permanece hasta
    la cosecha después del repase manual. Otras variedades de
    mayor productividad como Delicious no "Spur", Granny Smith y
    Braeburn, aparentemente se ven mayormente afectadas con la carga
    frutal final y/o que llega a la cosecha, y no tanto con la carga
    frutal obtenida luego del raleo.
    El efecto de la época, se puede apreciar en aquellos
    árboles que quedan con baja carga frutal desde sus
    inicios, los que sólo necesitarán de raleos muy
    suaves para alcanzar frutas de buen calibre. Esta decisión
    puede ser fundamental, pues la mayoría de las veces el
    repaso del raleo termina siendo más perjudicial que el
    haber dejado toda la fruta en el árbol, porque la cantidad
    eliminada, especialmente en aquellos árboles que
    necesitaban un raleo suave, afecta en mayor proporción la
    producción y no tanto el tamaño del fruto.
    Con respecto a las producciones alternadas, como la variedad
    Fuji, aún los raleos muy intensos y tempranos, resultan
    completamente ineficaces para regular la producción
    alternada. Este hecho indica que en este tipo de variedades debe
    aún determinarse el verdadero efecto de la carga frutal,
    pues parece existir una interacción bastante fuerte con la
    poda, lo que significa que probablemente es ésta la labor
    que se debe revisar.
    Los frutales de pepita, requieren la cosecha por "floreo",
    práctica realizada con el convencimiento de aquella fruta
    que permanece en el árbol, mejora su calibre producto de
    la menor competencia que significaría la
    eliminación de parte de ella.

    Intensidad de raleo.
    Se ha podido observar que a mayor cantidad de fruto o mayor carga
    frutal, es menor el tamaño del fruto y una mayor
    producción. Sin embargo, lo que se desconoce es la medida
    en que cada una de éstos se ve afectado. Con respecto a
    esto, es necesario tener en cuenta que por ser un sistema
    dinámico, se deben considerar otros factores, los que
    influirán en uno u otro sentido.
    El componente que más se modifica al cambiar la intensidad
    de raleo, es la producción y no tanto el tamaño del
    fruto. Este último, resulta válido cuando se trata
    con variedades potencialmente grandes, como es el caso de
    Braeburn, Fuji o Jonagold, en donde se pueden aumentar
    sustancialmente la producción con pequeñas
    disminuciones en el calibre, especialmente al realizar raleos muy
    tempranos y efectivos, es decir, en la época de
    floración.

    Existen casos en que los árboles podrían
    encontrarse subutilizados al encontrarse con frutas de mucho
    calibre, o tener un gran desarrollo vegetativo. En estos casos se
    pudo haber adecuado las prácticas de raleo y las de poda,
    aumentando sustancialmente la producción del
    árbol.
    Lo que determina la decisión de tener una mayor
    producción con un menor tamaño de frutos, es la
    diferencia de precios que
    existe para frutos de diferente tamaño. Existen algunas
    estimaciones basadas en datos
    experimentales indicando que ésta debiera ser muy grande
    para justificar los raleos intensos, siendo mejor tener un menor
    tamaño medio de frutos, pero mayor producción. Esta
    última situación tendrá una menor
    proporción de calibre grande, pero probablemente un igual
    número de frutos de igual calibre, dada la mayor
    producción.

    Tamaño de fruto.
    Con relación al fruto, se debe estandarizar la
    expresión del tamaño, debiendo, desecharse
    totalmente la expresión sobre la base del calibre.
    En su reemplazo se debe usar la expresión de tamaño
    basándose en el peso del fruto o diámetro de
    éste, aprovechando la conexión existente entre
    ambas variables. Estas relaciones, se pueden obtener en forma
    gráfica o matemática, en este último caso
    basándose en regresiones. Al recurrir a éstas, debe
    tenerse en cuenta que para cada variedad existe una
    relación específica. En todo caso, cualquiera de
    estas relaciones puede ser mejorada si se incluye una mayor
    cantidad de medidas del fruto, como en el caso del largo.
    La importancia que tiene el tamaño potencial del fruto de
    una determinada variedad, debe tenerse en cuenta que es clave
    para obtener alta productividad. La primera razón para
    esto es porque la exigencia de tamaño en el mercado de
    destino es dependiente de la variedad, lo que significa que si se
    requiere un tamaño de fruto pequeño, como es el
    caso del cultivar Gala, se puede obtener una mayor
    producción sin importar tanto el tamaño.
    Ante una exigencia de tamaño, una variedad cuyo fruto es
    naturalmente grande podrá cargar mayor cantidad de fruta,
    y por ende lograr mayor productividad que una variedad de fruto
    pequeño pero menos cargada. Como ejemplo, se puede
    comparar la variedad Braeburn y Gala.
    Si la exigencia de tamaño de fruto es alta, como es el
    caso de la variedad Fuji, la productividad será limitada,
    lo que deberá cuantificarse antes de proyectar un
    resultado económico.

    Raleo Químico.
    En el manzano, se ha aplicado tradicionalmente el raleo
    químico de frutos, aprovechando la diferencia que existe
    en el desarrollo de diferentes flores del ramillete floral.
    Básicamente han existido dos enfoques:

    • El primero a sido dirigido a las flores, durante el
      período de floración, utilizando productos
      caúticos como es el caso del Dinitro orto cresol
      (DNOC).
    • El segundo enfoque, es el dirigido a los frutos, en
      el período que contempla de 2 s 3 semanas después
      de la floración, encontrándose con frutos de 9 a
      11 mm., Utilizando productos como el Acido naftalén
      acético (NAA) y Carbaryl.

    Actualmente la estrategia
    relativamente estandarizada, es la aplicación de Selinon,
    seguido de Carbaryl, aunque existen algunos problemas que
    serían derivados de la aplicación de éste,
    provocando russet, disminución del número de
    semillas y también una disminución en el
    tamaño del fruto.
    Se debe destacar que el criterio basado en el tamaño del
    fruto, se encuentra obsoleto en algunas áreas de cultivo,
    considerando que en la actualidad existe un período de
    sensibilidad dentro del cual, se recomienda realizar aplicaciones
    de reguladores, basándose en las condiciones
    ambientales.
    Existe otro elemento que ratifica la necesidad de realizar la
    labor de raleo químico, sobre todo en Chile, debido a que
    productos tradicionalmente utilizados como raleadores de
    post-floración, como es el caso de Carbaryl, ha demostrado
    que en aplicaciones tempranas, como es el período de
    floración, tiene una mayor actividad raleadora, la que
    resulta más apropiada a las condiciones. En el caso del
    NAA, ha demostrado que en la aplicación temprana, como es
    el período posterior a la caída de pétalos,
    también tiene una mayor actividad raleadora.
    Al ralear tempranamente, como es el caso de la floración,
    con cualquiera de estos productos, presenta la gran ventaja de
    minimizar los problemas de añerismo del árbol, y
    maximizar el tamaño del fruto y la productividad. Debido a
    esto, se ha dado la necesidad de adecuar las prácticas de
    raleo químico actualmente en el uso en aquellas variedades
    como es el caso de Granny Smith y Delicious del tipo "Spur" y,
    con mayor necesidad, en variedades como Gala, Braeburn y Fuji en
    las que los intentos de raleo realizados, han resultado efectivos
    sólo parcialmente en algunos casos.
    El raleo de frutos de manzano puede hacerse manual o
    químico, siendo esta última alternativa de menor
    costo y rapidez.
    Existen numerosos productos con propiedades raleadoras de frutos,
    tales como; Dinitro orto cresol (DNOC), Acido naftalén
    acético (NAA), Naftalén acetamida (NAAm), Carbaryl
    y Ethephon que es un regulador de crecimiento, entre
    otros.

    Productos y factores que influencian el raleo.
    Productos caúticos.
    Los productos caúticos han sido evaluados tradicionalmente
    para el raleo químico de manzanos, aprovechando la
    diferencia que existe en el desarrollo de las diferentes flores
    del ramillete floral, básicamente dirigido a las flores
    laterales del ramillete.

    El Dnoc
    Principal raleador de flores que actúa quemando partes
    florales, especialmente el polen depositado en el estigma. Es por
    esta razón que se aplica cuando un porcentaje de flores se
    encuentra fertilizada o sin abrir.
    Existen ciertas limitantes en estos productos, y lo más
    importante que se les ha podido observar son:

    • Cuando se presentan precipitaciones, debido a que si
      ésta se presenta dentro de los tres días
      después de la aplicación del producto, causa una
      reactivación de éste y un sobreraleo.
    • Otra limitante importante, es la extensa
      floración que normalmente ocurre bajo ciertas
      condiciones, lo que se agrava aún más con
      productos que presentan algún grado de riesgo, con
      relación al daño de los frutos en desarrollo.
      Esto significa que sólo una porción limitada de
      flores se encuentra en un determinado instante susceptible a
      ser dañada, por lo que realizan un efecto solo
      parcial.

    Carbaryl
    Los factores que influencian el efecto de este raleador,
    así como otros de post-floración, están
    relacionados con; factores climáticos que influyen en la
    absorción del producto, vigor del árbol, y
    actividad fotosintética del mismo.
    En general, se considera que existiendo condiciones favorables
    para la cuaja, el árbol será más
    difícil de ralear.
    Existen ciertos factores que influyen en la aplicación,
    como es el caso de la temperatura
    esperada en los cinco días siguientes a la
    aplicación. Un ejemplo claro es si se considera que si la
    temperatura no supera los 21°, el producto causará un
    bajo raleo y además frutos pequeños y sin
    semilla.
    El producto se ha catalogado como un raleador moderado a suave,
    lo que es considerado para variedades Granny Smith o Braeburn,
    esto se debe a que se aprecia una marcada respuesta varietal a
    él.
    Carbaryl, bajo algunas condiciones, disminuye el número de
    semillas de los frutos, especialmente en las variedades rojas
    tipo Spur, no obstante éstos llegan a crecer y madurar
    normalmente, tal vez con un tamaño menor.
    En el período de mayor actividad, el cual corresponde al
    período de la caída de pétalos, se presenta
    el mayor grado erróneo del producto. Esto se puede
    apreciar en que la respuesta al raleo, no necesariamente tiene
    relación con la concentración usada, y si
    ésta existe, ocurre en los períodos
    sensibles.

    Acido naftalén acético (NAA).
    Generalmente, la mayoría de las aplicaciones se
    recomiendan entre 10 y 25 días después de plena
    flor, sin embargo existe evidencia que es más activo en
    estado menos avanzado de desarrollo, entre botón rosado y
    caída de pétalos.
    Este producto es recomendado para ciertas variedades, tales como;
    Gala, Fuji y Braebum. Cuando el producto es aplicado
    tempranamente, como es el caso de la caída de
    pétalos, afecta el número de semillas.
    La mayor acción del producto ocurre en estados tempranos
    de aplicación, tan temprano como botón rosado.
    También se aprecia que el efecto decae rápidamente
    al alejarse de la floración, notándose
    10días después.
    En comparación al Carbaryl, el NAA tiene un efecto
    más poderoso, sobretodo si es aplicado en flor.
    El producto presenta una tendencia muy fuerte a inducir la
    presencia de frutos pigmeos, lo que depende fuertemente de la
    época de aplicación, además de la tendencia
    varietal a presentarse. Mientras más cerca de la
    floración, menor presencia de frutos pigmeos, lo que se
    incrementa hasta alrededor de 20 a 25 días después
    de plena flor. Con respecto de las variedades, Fuji aparece como
    altamente sensible, seguida por Delicious tipo "Spur" y Braeburn.
    Gala parece no presentar esta tendencia.

    Ethephon
    Tiene un efecto desde botón rosado hasta 40 días
    después de flor. Este producto tiene la ventaja de reducir
    el crecimiento vegetativo y aumentar la inducción floral,
    a través de una reducción del nivel de Giberelinas
    en el árbol. Se considera para variedades con tendencia al
    añerismo como Braeburn y Fuji.
    Por otro lado para variedades alargadas, como en aquéllas
    del grupo
    Delicious, no podría ser aplicado ya que reduciría
    la relación largo/diámetro, incluso con
    aplicaciones hasta 40 días después de plena
    flor.

    Añerismo en Manzano.
    Se ha observado que en la mayoría de las especies frutales
    las producciones en años consecutivos no son regulares. En
    el manzano, así como en otras especies, ocurre una
    oscilación anual de las cantidades de fruta cosechada,
    esto quiere decir que a un año de gran producción
    le precede un año de baja producción, lo que se
    conoce como alternancia de la producción o
    añerismo.
    Las medidas de manejo en la fruticultura deben tener como
    objetivo final promover una abundante fructificación, pero
    regular en el tiempo. Es por eso existen diversas medidas de
    manejo que influyen sobre el añerismo, tales como; la
    fertilización, el riego, los patrones, el anillado y
    otros, pero la medida más conocida, efectiva y
    económica que se conoce para disminuir la alternancia en
    la producción, es el raleo y sobre todo el método
    que se realiza con químicos.

    Es importante mencionar que a pesar del empleo de
    raleadores químicos, suelen presentarse problemas de
    añerismo debido a que el raleo no es cien por ciento
    efectivo en algunas variedades de manzano. Los criterios de
    aplicación no son los acertados o pueden presentarse
    condiciones climáticas adversas, como es el caso de
    heladas tardías o períodos de lluvias durante la
    floración, induciendo a una importante oscilación
    de la producción de un año a otro.
    Producción de manzana en la variedad Boskoop, realizando
    distintos tipos de raleo en el período de
    floración.

    Partes: 1, 2

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