Monografias.com > Estudio Social
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

TEORÍA DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES




Enviado por cristianenri



Partes: 1, 2

     

    Indice
    1.
    Introducción

    2. Las representaciones colectivas de
    Emile Durkheim

    3. La psicología ingenua de
    Heider

    4. Hacia la génesis de las
    representaciones sociales

    5. El concepto de representaciones
    sociales

    6. La construcción de
    una representación social

    7. Campos de
    investigación de las representaciones
    sociales

    8. Bibliografía
    Básica

    1.
    Introducción

    En una obra aparecida en 1872 y consagrada a los modos
    de expresión de las emociones, el
    biólogo Charles Darwin se
    dedicó a la observación de los fenómenos ligados
    al encuentro entre dos animales. Darwin
    registra cuidadosamente las modificaciones fisiológicas
    que constata proporcionando un completo informe de la
    "conversación de gestos" que se desarrolla ante sus ojos.
    Señala que estas "actitudes"
    implican la colocación de todo el cuerpo, la postura, la
    orientación reciproca de ambos protagonistas. No resulta
    sorprendente que diversas escuelas psicosociológicas hayan
    podido sacar provecho de esta obra de Darwin, aún cuando
    las relaciones
    humanas constituyen fenómenos mucho más
    complejos.
    La particular complejidad de los contactos entre las personas
    proviene del papel que en
    ellos desempeña el lenguaje.
    "Gesto" perfeccionado, exclusivo de la especie humana, portador
    de emociones pero también de ideas e imágenes.
    Al tener el mismo significado para quien habla y para quien
    escucha, el lenguaje
    permite tanto "representar" un objeto ausente o invisible, como
    evocar el pasado o futuro; esto es lo que muy bien resume E.
    Goffman cuando registra "numerosos hechos cruciales se
    sitúan más allá del tiempo y el lugar
    de la interacción o son disimulados en su interior".
    En la mayoría de las sociedades
    humanas, las personas pasan una gran parte de su tiempo hablando
    y quien desee estudiar las representaciones sociales
    deberá interesarse por el contenido de estas
    conversaciones que, por otra parte, presentan muy variadas
    formas.
    A finales de siglo G. Tarde había comprendido la
    importancia de las comunicaciones
    en la reproducción y transformación de las
    sociedades humanas, propuso que la psicología
    social se hiciese cargo del estudio comparativo de las
    conversaciones.
    Desde la proposición de Tarde las cosas han evolucionado,
    y uno de los cambios más espectaculares es sin duda el
    papel cada vez más determinante de los medios de
    comunicación de masas en donde las conversaciones
    particulares nunca han girado tanto alrededor de acontecimientos
    de alcance nacional e internacional. Todo esto llevo a Sergei
    Moscovici a caracterizar a nuestro tiempo como la época
    por excelencia de las representaciones sociales.
    Numerosas representaciones son sociales porque son transmitidas
    por los medios de
    comunicación, de ahí el interés
    que tiene el análisis del contenido de estos medios de
    comunicación para el estudio de las
    representaciones sociales. Esquemáticamente nos
    encontramos ante representaciones sociales cuando las personas
    debaten temas de mutuo interés.
    Resulta evidente que las conversaciones trascienden la esfera de
    las simples opiniones, imágenes y actitudes. Se trata de
    "sistemas
    cognitivos que poseen una lógica
    y un lenguaje particulares, de "teorías", de "ciencias" sui
    generis, destinadas a descubrir la realidad y ordenarlas"
    (Moscovici, 1969). Su función
    proviene de que son compartidas a nivel de una misma comunidad por lo
    que se refiere a las "Representaciones Colectivas", a cuyo
    estudio se dedicó Durkheim.
    Setenta años después de Durkheim, el concepto de
    representación colectiva se convierte en el punto de
    partida de la investigación sobre las representaciones
    sociales con la obra de Sergei Moscovici La psychanalyse, son
    image et son public (1961). Su propósito era mostrar
    cómo una nueva teoría
    es difundida en una cultura
    determinada, cómo cambia a su vez la visión que la
    gente tiene de sí misma y del mundo en que vive.
    Hasta ahora Moscovici tenía una incidencia en la Psicología Social
    más bien escasa, y salvo para un número reducido de
    autores franceses, entre los que destacan Herzlich (1969),
    Flament (1967), Abric (1971) y Codol (1974), el impacto de la
    noción es más bien restringido. (Elejabarrieta,
    1991)
    De hecho, no es hasta los años 80 que se comienzan a
    generalizar los estudios sobre representaciones sociales y a
    establecer un dominio
    generalizado de utilización y de desarrollo de
    la noción que dan lugar a un espacio propio para una
    teoría de las representaciones sociales.

    2. Las representaciones
    colectivas de Emile Durkheim

    Originalmente es Emile Durkheim (1898) quien se refiere
    al concepto de "representaciones colectivas", que para él
    son como los conceptos, categorías abstractas que son
    producidas colectivamente y que forman el bagaje cultural de una
    sociedad. A
    partir de ellas se construyen las representaciones individuales y
    que no son otra cosa que la forma o expresión
    individualizada y adaptada de estas representaciones colectivas a
    las características de cada individuo. Pero la
    noción de Durkheim, guarda importantes diferencias
    conceptuales a las representaciones sociales (Moscovici,
    1989)
    La primera diferencia es que, según Durkheim, las
    representaciones colectivas, son concebidas como formas de
    conciencia que la
    sociedad impone a los individuos. Las representaciones sociales,
    por el contrario, son generadas por los sujetos sociales. Esta
    diferencia es fundamental, puesto que como ha subrayado
    acertadamente Ibáñez (1988), nada más
    erróneo que confundir lo colectivo con lo social. Lo
    colectivo hace referencia a lo que es compartido por una serie de
    individuos, sea social o no. Lo social hace referencia al
    carácter significativo y funcional de que
    disponen ciertos elementos.
    La segunda diferencia es que el concepto de representación
    Durkheim implica una reproducción de la idea social.
    Mientras que en la teoría de las representaciones
    sociales, es concebida como una producción y una elaboración de
    carácter social sin que sea impuesta externamente a las
    conciencias individuales como proponía Durkheim.
    Son estas razones las que diferencian ambas nociones, aunque la
    similitud terminológica haya ocasionado que se piense que
    una es correlato histórico de la otra.
    Ciertos investigadores han señalado que Moscovici
    solamente cambió el nombre de representaciones colectivas
    a sociales, a lo que dicho autor ha respondido explicando que "el
    término colectivo ha tomado recientemente un significado
    bastante especifico: el de una fuerza
    gregaria que se impone al individuo" (Banchs,
    María, "Representaciones Sociales. Pertinencia de
    su estudio y posibilidades de aplicación". Boletín
    de Avepso, volumen XIV,
    1991.), lo que significa que dicho término tiene un
    poder
    coercitivo sobre los miembros de una sociedad, al punto de tener
    un carácter supraindividual, y las designa sociales,
    puesto que considera que no se debe subestimar la
    autonomía del presente y la contribución que hace
    cada miembro de una sociedad, señala además, que la
    persona
    construye en su interacción social la realidad en la cual
    vive.

    3. La psicología
    ingenua de Heider

    La psicología ingenua por la que aboga Heider,
    tiene su importancia por ser dentro de la psicología
    social una de las primeras defensas rigurosas de estudio de un
    pensamiento
    individual que no se contempla como pensamiento ignorante.
    Heider es el primer psicólogo social que encuentra en el
    pensamiento y en el
    conocimiento cotidiano no un pensamiento de segunda clase,
    sino un pensamiento y un conocimiento
    importante y fundamental en la determinación del comportamiento. En este sentido Heider, retorna al
    sujeto un status de conocedor que la psicología elitista
    le había privado hasta casi mediados de nuestro siglo.
    Cuando en 1900, Binet denominaba "corderos de ideas" a las
    personas influenciables, estaba designando así la
    existencia de un pensamiento borreguil, especie de pensamiento
    que en algunas concepciones de la ideología aún tienen gran valor. Y
    corresponde a Heider (1958) haber proporcionado, aunque
    quizás preconcebido, los argumentos más
    sólidos en contra de este prejuicio sobre el
    carácter inferior del pensamiento lego e ignorante. Su
    concepción de la "psicología ingenua", como
    elemento explicativo básico de la conducta social y
    de las relaciones
    interpersonales, situaba a la psicología social en el
    estudio del sentido común de las personas, sin
    atribuciones discriminativas previas sobre los errores, sesgos o
    incluso sobre la inferioridad endógena del sentido
    común.
    Sin embargo, la psicología ingenua de Heider, como todas
    las psicologías inspiradas por la idea de la
    motivación hacia la consistencia, es una
    psicología intraindividual que pretende dar cuenta del
    comportamiento social. Y si Heider transforma el sugestionable
    lego ignorante de Binet en un pensante individual, Moscovici, al
    proponer la noción de representación social,
    intenta expresar una forma específica de pensamiento
    social que tiene su origen en la vida cotidiana de las
    personas.

    La construcción social de la realidad
    En 1966, Berger y Luckman, dos sociólogos del
    conocimiento, publican una obra que desde su inicio propone una
    tesis breve
    pero de gran alcance: " la realidad se construye socialmente y la
    sociología del conocimiento debe analizar
    los procesos para
    los cuales esto se produce" (Berger & Luckman, 1966).
    Para estos investigadores la relatividad contextual del
    conocimiento es una característica fundamental de la
    generación social de la realidad y por ello los procesos
    fundamentales que analizan en su construcción hacen
    referencia a las formas en que el conocimiento se objetiva,
    institucionaliza y legitima socialmente de manera que permite la
    dialéctica individuo/sociedad.
    Es evidente que inicialmente Moscovici (1961) no podía
    conocer el trabajo de
    Berger y Luckman, pero sí es cierto que entre la primera
    edición de su obra inicial sobre representaciones sociales
    en 1961 y la segunda edición en 1976 de la misma obra, hay
    notables diferencias. De hecho, la edición de 1976 no solo
    está impregnada de las ideas de esos autores, sino que
    aparecen referenciados en varias ocasiones.
    Así, en el prólogo a la segunda edición,
    Moscovici establece como objetivo de su
    trabajo: "redefinir los problemas y
    los conceptos de la psicología social a partir de este
    fenómeno, insistiendo en su función
    simbólica y su poder para construir lo real" (Moscovici,
    1976/1979).
    En cualquier caso, lo que el trabajo de Berger y Luckman aporta a
    la generación de una teoría de las representaciones
    sociales son tres elementos fundamentales:

    • El carácter generativo y constructivo que
      tiene el conocimiento en la vida cotidiana. Es decir, que
      nuestro conocimiento, más que ser productor de algo
      preexistente, es producido de forma inmanente en la
      relación con los objetos sociales que
      conocemos.
    • Que la naturaleza de
      esa generación y construcción es social, esto es,
      que pasa por la
      comunicación y la interacción entre
      individuos, grupos e
      instituciones
    • La importancia del lenguaje y la comunicación
      como mecanismos en los que se transmite y crea realidad, por
      una parte, y como marco en que la realidad adquiere sentido,
      por otra.

    Esos tres elementos constituyen un sedimento fundamental
    para la teoría de las representaciones sociales, puesto
    que se trata de reivindicar un tipo de aproximación al
    conocimiento de sentido común que considere seriamente su
    carácter productor más reproductor, la naturaleza
    social más que individual de esa producción y su
    función significativa.

    4. Hacia la génesis
    de las representaciones sociales

    Una "representación social se define como la
    elaboración de un objeto social por una comunidad"
    (Moscovici, 1963). Esta breve definición comprende tres
    conceptos importantes que necesitamos definir:
    elaboración, objeto social y comunidad, e implica una
    importante cuestión relacionada con ella: ¿por
    qué y cuándo se elabora una representación
    social?.
    Las representaciones sociales, en tanto que proceso
    social, sólo pueden aparecer en grupos y sociedades en las
    que el discurso
    social incluye comunicación. Una comunicación que
    implica tanto puntos de vista compartidos como divergentes sobre
    diversas cuestiones. Este proceso no es concebible en grupos
    étnicos tradicionales monodoxos en los que muchas veces
    coinciden los principios
    objetivos y
    subjetivos de organización de la experiencia (Bourdieu,
    1976, citado por Elejabarrieta, 1997).
    Las novedades industrializadas modernas abren el espacio de las
    creencias que pueden ser negociadas potencialmente. Estas
    sociedades heterodoxas incluyen y aceptan la posibilidad de
    experiencias antagónicas como base de la
    conversación y de la formación de la opinión
    pública. Es esta experiencia y conocimiento
    contradictorio lo que permite el tipo de discurso colectivo que
    crea, en las sociedades modernas, lo que llamamos conocimiento
    ordinario y sentido común.
    En el proceso de conversación y en los medios de
    comunicación de masas, los objetos sociales son creados y
    elaborados por los actores sociales, que pueden tomar parte en el
    proceso de comunicación mediante cualquiera de los medios
    que posean (Moscovici, 1981).
    De cualquier modo, este proceso de elaboración del
    conocimiento de sentido común raramente aparece si no es
    por necesidades prácticas. La mayor parte de las veces es
    una modificación en las condiciones de vida en el interior
    de una sociedad lo que ocasiona reelaboraciones y cambios en las
    concepciones de los objetos sociales. Un fenómeno
    desconocido hasta el momento, y por lo tanto no familiar, si es
    suficientemente relevante inicia un proceso de
    comunicación colectiva supuestamente, para hacerlo
    inteligible y manejable. En muchos casos, por lo menos al
    principio, será un tema de conflicto
    entre uno o varios grupos
    sociales (Billig, 1987; Windish, 1990; citado por Wagner,
    1997).
    No son los atributos o fenómenos inherentes a un objeto
    los que lo convierten en social, sino la relación que la
    gente mantiene con ese objeto.
    El discurso y la comunicación que crean las
    representaciones sociales tiene lugar en los grupos reflexivos.
    Un grupo
    reflexivo es concebido como un grupo que es definido por sus
    miembros, en el que los miembros conocen su afiliación y
    tienen criterios disponibles para decidir que otras personas
    también pertenecen al grupo. Formar parte del grupo quiere
    decir que se dispone de una representación consciente de
    las personas que pertenecen al grupo. Si un grupo es delimitado
    por un observador externo mediante un criterio arbitrario que no
    aparece en la conciencia de sus miembros, entonces hablamos de un
    grupo nominal.
    Los miembros de un grupo reflexivo elaboran colectivamente, en su
    práctica diaria grupalmente relevante, las reglas,
    justificaciones y razones de las creencias y conductas que son
    pertinentes para el grupo (Bourdieu,1980; Boltansky y
    Thévenot,1991, citado por Wagner,1997). Tendrán que
    reelaborar sus reglas y elaborar nuevos conocimientos cuando se
    encuentren en conflicto con otros grupos o cuando se enfrenten
    con un nuevo fenómeno relevante que entre en conflicto con
    el conocimiento establecido. Un resultado de estos procesos
    comunicativo y discursivo son las representaciones sociales, que
    caracterizan el estilo de pensamiento de los miembros del
    grupo.
    La conversación entre amigos y conocidos, al igual que los
    medios de comunicación de masas, proporciona a las
    personas elementos de conocimiento nuevos, imágenes y
    metáforas que son "buenas para pensar", pero que no son
    necesariamente verdaderas en el sentido estricto del
    término (Billig,1993; Wagner, Lahnsteiner y
    Elejabarrieta,1993).
    De esta manera, el pensamiento individual se convierte en una
    práctica social (Arendt,1987; en Moscovici, 1988). Es en
    este
    sentido que podemos hablar de pensamiento de grupo o pensamiento
    social (Douglas, 1986; Jodelet, 1989; citado por Wagner,1997). Y
    es por esto que la teoría de las representaciones sociales
    "enfatiza (…) una forma de comunicación y pensamiento
    cotidiano en el mundo actual…" (Moscovici, 1988, citado por
    Wagner, 1997).
    El pensamiento colectivo y la reflexividad de los grupos se
    complementan mutuamente y son los pre-requisitos fundamentales
    para lo que denominamos identidad
    social. Por una parte, la identidad social implica el
    conocimiento de los grupos a los que se pertenece, y por otra,
    que es el grupo quien da origen a un background común de
    conocimiento, sentido común y modelos de
    justificación. Este background de conocimiento es
    específico al grupo y conduce a los miembros a situarse
    ellos mismos en un espacio discursivo común. Sin esta
    comunicación sería virtualmente imposible nuestra
    vida cotidiana (Moscovici, 1984; Jodelet, 1989; Breakwell, 1992;
    citado por Wagner 1997).
    La identidad social también permite a las personas dar
    verosimilitud a sus creencias cuando disponen de alguna
    evidencia. Las representaciones sociales necesitan corresponderse
    con alguna realidad externa, en el sentido científico de
    entidad objetiva. Su verdad y racionalidad resulta de la
    relación entre el conocimiento representado y la evidencia
    disponible, y no de la relación entre el conocimiento y el
    mundo.
    En la vida social, los grupos a los que se pertenece y las
    identidades asociadas definen la reserva de evidencia a la que un
    individuo puede referirse. La evidencia es el consenso social, es
    decir, las creencias que son compartidas por los otros en un
    grupo. De este modo, las "representaciones tienen una verdad
    fiduciaria, que es generada por la confianza que depositamos
    en
    la información y en los juicios cuando los
    compartimos con otras personas " (Moscovici, 1988).
    Puede existir consenso con respecto a contenidos
    explícitos de conocimiento, o bien puede existir un
    acuerdo social sobre los sistemas admisibles de establecimiento
    de algún otro tipo de evidencia, como las pruebas
    físicas, consultar al oráculo, leer las estrellas o
    los periódicos, o preguntar a algún sacerdote o a
    un anciano.
    Este consenso no se refiere a un consenso numérico, es
    decir, no se espera que el 100% o el 95% de los miembros de un
    grupo comparta una representación social. Se refiere a un
    consenso funcional. El consenso funcional es necesario para
    mantener el grupo como una unidad social reflexiva y para
    mantener la vida del grupo en una dirección organizada, estandarizando la
    identidad social y las interacciones de una mayoría
    cualificada de los miembros del grupo. Si el sistema de
    representaciones sociales en un grupo reflexivo se encuentra en
    la base de la interacci6n coordinada de sus miembros con respecto
    a objetos sociales, la holgazanería social de algún
    compañero de viaje ignorante no interrumpirá la
    práctica cotidiana del grupo. Por lo tanto, más que
    un consenso numérico, se requiere un consenso funcional
    suficientemente preparado para preservar el proceso colectivo de
    mantenimiento
    de una representación.
    El discurso que elabora las representaciones sociales, al igual
    que el conocimiento de sentido común, para que sea
    efectivo necesita ser público. Esto quiere decir que el
    proceso de comunicación debe extenderse potencialmente a
    través de todos los miembros de un grupo,
    comprometiéndolos en tanto que productores y receptores
    del sistema de conocimiento. El mínimo requerimiento es
    que los resultados de la elaboración colectiva de
    conocimiento sean accesibles a todos los miembros del grupo. Si
    no fuese público para todos los miembros de un grupo, el
    saber elaborado colectivamente no podría cumplir
    completamente su función de base para la
    comunicación, no formaría el núcleo de la
    identidad social y no convertiría el consenso en la
    principal fuente de evidencia.
    El carácter del pensamiento colectivo implica que las
    representaciones sociales deban relacionarse con el metalenguaje
    (por ejemplo, el conocimiento acerca del conocimiento
    representado) acerca de su grupo de referencia. Esto posibilita
    que las personas puedan tener una idea más o menos
    concreta de con quién más (por ejemplo, de entre
    los miembros del grupo) pueden esperar compartir partes
    especificas de su conocimiento cotidiano y de sus
    representaciones sociales. Sabiendo lo que piensan los endogrupos
    y exogrupos relevantes, pensar no constituye ninguna sorpresa en
    las sociedades modernas.

    Los medios de comunicación de masas, las
    discusiones y conversaciones con los familiares, los
    compañeros de trabajo o en la calle hacen que los otros
    grupos y sus ideologías sean transparentes. Esto es debido
    a que la reflexividad de los grupos en la sociedad moderna
    implica, en primer lugar, conocer lo que mi propio grupo conoce
    y, en segundo lugar, tener una idea acerca de los sistemas de
    conocimiento de los otros grupos.
    Por supuesto, no todo el conocimiento social complejo y las
    creencias que podemos denominar socialmente representadas
    contendrán este tipo de metaconocimiento.
    El metaconocimiento relacionado con un grupo suele ser más
    prominente con un tipo especifico de representaciones sociales,
    las cuales han sido denominadas por Moscovici (1988) como
    representaciones polémicas. Estas representaciones
    resultan de las situaciones conflictivas, situaciones en las que
    los grupos compiten por recursos
    económicos o políticos.
    En esas condiciones, es muy importante para los miembros de un
    grupo tener alguna idea acerca de quién pertenece al
    propio grupo y quién no. Esto puede lograrse clasificando
    a las personas sobre la base de sus ideologías o
    representaciones relacionadas con la situación
    especifica.

    5. El concepto de
    representaciones sociales

    El concepto de representaciones sociales, según
    Ibáñez (1988) citado por Banchs (1991),
    señala que su complejidad es la articulación de
    diversas características que difícilmente se pueden
    integrar en una sola unidad, sin dejar flexibilidad en sus
    interconexiones.
    En este sentido dicho concepto relaciona varios aspectos que
    acercan a la comprensión de la realidad de las otras
    personas, como la experiencia personal, el
    sistema cultural en el que se desenvuelven, la sociedad y el
    grupo social con el que se relacionan.
    Jodelet (1993); considera que la noción de
    representación social involucra lo psicológico o
    cognitivo y lo social, fundamentando que el conocimiento se
    constituye a partir de las experiencias propias de cada persona y
    de las informaciones y modelos de pensamiento que recibimos a
    través de la sociedad.
    Vistas desde este ángulo, las representaciones sociales
    surgen como un proceso de elaboración mental e individual
    en el que se toma en cuenta la historia de la persona, su
    experiencia y construcciones personales propiamente cognitivas
    (Banch 1991).
    Al respecto, Alvarez (1995), señala que las
    representaciones sociales articulan campos de significaciones
    múltiples, y que son heterogéneas. Llevan las
    trazas de los diferentes lugares de determinación, pueden
    articular elementos que provienen de diferentes fuentes que
    van desde la experiencia vivida hasta la ideología
    reinante. Son una forma de conocimiento que tienen un
    carácter colectivo e individual, esto coloca a las
    representaciones en dos universos teóricos relacionados
    con las determinaciones sociales y con la
    conceptualización.
    Es importante mencionar que la aprehensión de la realidad
    se construye a partir de la propia experiencia de las personas
    pero a la vez de la interacción que establece con otras,
    por lo que puede decirse que el conocimiento que se adquiere en
    este proceso es construido y compartido socialmente. En esta
    afirmación encontramos que en la persona influye lo que la
    sociedad le transmite a través del conocimiento elaborado
    colectivamente y que esto incide en como se explica la realidad y
    como actúa.
    Jodelet, coincide con esta idea cuando define las
    representaciones sociales como : "Una forma de conocimiento
    socialmente elaborado y compartido, orientado hacia la
    práctica y que concurre a la construcción de una
    realidad común a un conjunto social" (1989). Lo social se
    puede interpretar de varias maneras, por medio del contexto
    concreto en
    que se sitúan las personas, por la comunicación que
    se establece entre ellas, y por los marcos de aprehensión
    de valores,
    culturas, códigos e ideologías relacionadas con el
    contexto social en que se encuentran inmersas (Banchs 1991).
    Vistas de esta forma, las representaciones sociales se relacionan
    directa y exclusivamente con el sentido común de las
    personas, debido a que parte de la propia realidad de los seres
    humanos. Asimismo, son un producto
    social y, por lo tanto, el conocimiento generado es compartido
    colectivamente.
    Yáñez, citado por Banch (1991), concuerda con esta
    apreciación puesto que considera que aparte de las
    realidades estrictamente personales, existen realidades sociales
    que corresponden a formas de interpretación del mundo,
    compartidas por todos los miembros de un grupo en un contexto
    dado.
    La realidad social es una realidad construida y en permanente
    proceso de construcción y reconstrucción. En este
    proceso, que podría decirse que es a la vez cultural,
    cognitivo y afectivo, entra en juego la
    cultura general de la sociedad pero también la cultura
    especifica en la cual se insertan las personas, las que en el
    momento de la construcción de las representaciones
    sociales se combinan.
    Esto nos indica que toda persona forma parte de una sociedad, con
    una historia y un bagaje cultural, pero a la vez pertenece a una
    parcela de la sociedad en donde comparte con otras
    ideologías, normas, valores e
    intereses comunes que de alguna manera los distingue como grupo
    de otros sectores sociales. (Banchs 1991).
    Desde otro punto de vista, las representaciones sociales se
    gestan en la vida cotidiana y el conocimiento que se obtiene por
    medio de éstas, se refiere a los temas de
    conversación cotidianos de los seres humanos.
    No representan simplemente opiniones "acerca de",
    "imágenes de" o "actitudes hacia", sino teorías o
    ramas del conocimiento para el descubrimiento y
    organización de la realidad. Son un sistema de valores,
    ideas y prácticas con una doble función: primero,
    establecer un orden que permita a los individuos orientarse ellos
    mismos y manejar su mundo material y social y segundo: permitir
    que tenga lugar la comunicación entre los miembros de una
    comunidad, proyectándoles un código
    para nombrar y clasificar los aspectos de su mundo y de su
    historia individual y grupal (Banchs 1982)

    Las representaciones sociales y su espacio
    La representación puede ser considerada, en sentido
    amplio, como un modo de organizar nuestro conocimiento de la
    realidad, que está construida socialmente. Este
    conocimiento se elabora a partir de nuestros propios
    códigos de interpretación, culturalmente marcados,
    y en este sentido constituye en sí un fenómeno
    social. Desde este punto de vista, el proceso de
    representación introduce un carácter de
    diferenciación en las lógicas sociales y en los
    rasgos individuales. Da lugar a una reconstrucción de la
    realidad, integrando de manera específica la
    dimensión psicológica y la dimensión
    social.
    Admitir la hipótesis de un pensamiento social, implica
    no solamente la asunción de un pensamiento que es
    colectivo o comúnmente compartido, cosa que bien
    podría sostenerse desde los trabajos de la
    cognición social, implica sobre todo admitir que ese
    pensamiento es socialmente constituido en su forma, su contenido
    y su evolución.
    Por ello, las representaciones sociales designan una forma de
    conocimiento específico, que es el saber de sentido
    común, en el que los contenidos remiten a procesos
    generativos y funcionales, y designan una forma de pensamiento
    social (Vala,1986; citado por Elejabarrieta,1991).
    Analizar el conocimiento social conduce a un planteamiento en el
    que lo social no puede ser un hecho estático dado, como
    pretenda Durkheim con las representaciones colectivas, ni los
    individuos están constituidos por mecanismos compartidos
    de distorsión perceptual de la realidad como
    propugnaría la cognición social.
    Al contrario de cualquier planteamiento cognitivo estricto, las
    representaciones sociales no pueden situarse en la cabeza de los
    sujetos que aprehenden colectivamente el mundo social, se
    encuentran, en el continuo e incesante intercambio entre
    individuos que explica la vida cotidiana, que permite conocer y
    comunicar. Son por tanto, un medio entre los individuos y entre
    los sujetos y los objetos.
    De esta manera, no puede desligarse el carácter
    simbólico de las representaciones sociales, porque
    entonces las reduciríamos a unas estructuras
    cognitivas más, y al mismo tiempo, tampoco puede olvidarse
    su carácter cognitivo, porque desestimaríamos la
    adquisición de conocimientos que suponen.
    En este campo de investigación que se haya en plena
    evolución, se obtienen resultados cuyo carácter
    convergente contribuye a esclarecer, en diversas relaciones, los
    fenómenos representativos. Estos resultados pueden
    alinearse dentro de un modelo
    teórico que desarrolle el concepto de
    representación social, la cual ha sido objeto de diversas
    definiciones a mencionar:
    Piaget (1926)
    (Citado en Fischer, Gustave-Nicolás, "Psicología
    Social. Conceptos fundamentales". Editorial Narcea S.A.,
    Madrid, España,
    1990)
    Bien de una evocación de objetos en su ausencia o bien,
    cuando acompaña a la percepción
    en su presencia, de completar los conocimientos perceptivos,
    refiriéndose a otros objetos no percibidos actualmente.
    Aunque la representación prolonga en un sentido la
    percepción, introduce un elemento nuevo que le es
    irreductible: un sistema de significaciones que incluyen una
    diferenciación entre el significante y el significado"
    Para este autor, la representación se reduce directamente
    a la imagen
    mental.

    Moscovici (1961) es:
    "Un sistema de valores, de nociones y de prácticas
    relativas a objetos, aspectos o dimensiones del medio social, que
    permite, no solamente la estabilización del marco de vida
    individuos y los grupos, sino que constituye también un
    instrumento de orientación de la percepción de
    situaciones y de la elaboración de respuestas"

    Según Herzlich (1969) (En Fisher 1990)
    A partir de un estudio sobre la representación social de
    la salud y la
    enfermedad, este autor la define como un proceso de
    construcción de lo real.
    "El acento puesto sobre la noción de representación
    tiende a reintroducir el estudio de los modos de conocimiento y
    de los procesos simbólicos, en su relación con las
    conductas"

    Según Jodelet (1984)
    "EI concepto de representación social designa una forma de
    conocimiento especifica, el saber del sentido común, cuyos
    contenidos manifiestan la operación de procesos
    generativos y funcionales socialmente marcados. En sentido
    más amplio designa una forma de pensamiento social.
    Las representaciones sociales son modalidades de pensamiento
    práctico, orientadas hacia la comunicación, la
    comprensión y el dominio del entorno social, material e
    ideal. En cuanto tales, presentan caracteres específicos
    en los planos de organización de contenidos, así
    como de las operaciones
    mentales y de la lógica. La marca social de
    los contenidos o de los procesos de representación ha de
    referirse a las condiciones y a los contextos en los cuales
    surgen las representaciones, a las comunicaciones por las que
    circulan, a las funciones que
    sirven en la interacción con el mundo y con los
    demás"
    En está definición, los aspectos más
    importantes se remiten a la concepción de sistemas de
    pensamiento que nos relacionan con el mundo y con los
    demás, a los procesos que permiten interpretar y
    reconstruir significativamente la realidad, a los
    fenómenos cognitivos que aportan direcciones afectivas,
    normativas y prácticas y organizan la comunicación
    social, y finalmente, dotan a los sujetos de la
    particularidad simbólica que le es propia en los grupos
    sociales. En este último sentido, las representaciones
    sociales constituyen una forma de expresión que refleja
    identidades individuales y sociales.

    Fisher (1990), propone la siguiente
    definición:
    "La representación social, es un proceso de
    elaboración perceptiva y mental de la realidad que
    transforma los objetos sociales (personas, contextos,
    situaciones) en categorías simbólicas (valores,
    creencias, ideologías) y les confiere un estatuto
    cognitivo que permite captar los aspectos de la vida ordinaria
    mediante un reenmarque de nuestras propias conductas en el
    interior de las interacciones sociales"

    Principales Aspectos A Considerar En La Nocion De
    Representacion Social

    • Conceptualizar las representaciones sociales, quiere
      decir que están siempre referidas a un objeto. No hay
      representación en abstracto. La representación
      para ser social, siempre es representación de
      algo.
    • Las representaciones sociales mantienen una
      relación de simbolización e interpretación
      con los objetos. Resultan por tanto de una actividad
      constructora de la realidad (simbolización) y
      también de una actividad expresiva
      (interpretación).
    • Las representaciones sociales adquieren forma de
      modelos que se superponen a los objetos, los hace visibles y
      legibles, e implican elementos lingüísticos,
      conductuales o materiales.
      Tiene un carácter de imagen y la propiedad de
      poder intercambiar lo sensible y la idea, la percepción
      y el concepto.
    • Las representaciones sociales son una forma de
      conocimiento práctico, que conducen a preguntarse por
      los marcos sociales de su génesis y por su
      función social en la relación con los otros en la
      vida cotidiana.
    • Tiene un carácter constructivo.
    • Tiene un carácter autónomo y
      creativo.

    Características De Las Representaciones
    Sociales
    Características generales de la Representación
    Social, que corresponden tanto a su estructuración, como a
    su contenido.

    A nivel de estructuración
    1) En tanto que proceso, la representación es, en primer
    término, la transformación de una realidad social
    en un objeto mental. Desde este punto de vista, no es
    jamás un simple calco, no restituye en su integridad los
    datos
    materiales, sino que los selecciona y los distorsiona, en
    función del puesto que ocupan los individuos en una
    determinada situación social y de las relaciones que
    mantienen con los demás.
    2) La representación es asimismo un proceso relacional. Es
    una elaboración mental que se desarrolla en función
    de la situación de una persona, de un grupo de una
    institución de una categoría social, en
    relación con la de otra persona, grupo o categoría
    social. Es por tanto un mediador de la comunicación
    social, en la medida en la que ésta se apoya sobre los
    objetos sociales así transformados, para inscribirlos en
    el sistema social como elementos de intercambio.
    3) Se trata también de un proceso de remodelado de la
    realidad, en cuanto tiene como finalidad la de producir
    informaciones significativas. No es ya, pues, la
    adecuación a lo real la razón principal, aún
    cuando se la busque, sino la recreación
    de la realidad. La representación aparece así como
    una elaboración dinámica: está inacabada y al mismo
    tiempo está producida por el individuo o el grupo que la
    enuncia. a este nivel se presenta como una nueva captación
    y una interiorización de los modelos culturales y de las
    ideologías dominantes que actúan en una
    sociedad.
    4) La transformación operada por las representaciones se
    manifiesta como un trabajo de naturalización de la
    realidad social, ya que interpreta los elementos sociales
    sesgándolos. En estas condiciones puede aparecer como el
    inventario de
    un conjunto de evidencias. La representación se impone, a
    fin de cuentas, como un
    "dato perceptivo" (Herzlich). Funciona como una reducción
    elaborada de la realidad, que tiene como fin efectuar de ella una
    presentación revisada y corregida, aligerando el
    carácter ambiguo. La evidencia hace de la realidad una
    cosa simple; refiere la representación a un modelo
    implícito de funcionamiento mental, que se supone
    lógico, es decir, racional y en consecuencia no parasitado
    por elementos no posibles de dominar.

    A nivel de contenido
    1) El contenido de la representación es en primer lugar
    cognitivo, se trata de un conjunto de informaciones, relativas a
    un objeto social, que pueden ser más o menos variadas,
    más o menos estereotipadas, más o menos ricas.
    2) Luego, el contenido de la representación viene marcado
    por su carácter significativo: está definida por
    una relación figura/sentido que expresa una
    correspondencia entre estos dos polos. Así, las
    significaciones pasan por imágenes y estas imágenes
    producen significaciones. En una representación, el
    carácter significativo nunca es independiente de su
    carácter figurativo (Moscovici, 1969).
    3) Finalmente, la representación tiene un contenido
    simbólico directamente relacionado con el aspecto
    precedente. El símbolo constituye un elemento de la
    representación, en la medida en que, por una parte, el
    objeto presente designa lo que esta ausente de nuestras
    percepciones inmediatas y, por otra, lo que está ausente
    adquiere significación apoyándose sobre é1 y
    confiriéndole cualidades que le dan sentido. Desde este
    punto de vista, el contenido simbólico de la
    representaciones se refiere a la estructura
    imaginaria de los individuos y constituye uno de sus modos de
    expresión en que la realidad, según la
    interpretación psicoanalítica, es construida por
    los deseos, las expectativas y los sentimientos que proyectamos
    sobre ella.

    Partes: 1, 2

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter