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TEORÍA DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES (página 2)




Enviado por cristianenri



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6. La construcción de una representación
social

Según Denisse Jodelet, el paso dado, en los
últimos años es el que va de un concepto a una
teoría
de las representaciones sociales; y a medida que esta se precisa,
se desarrollan los conocimientos y se cristaliza un campo de
investigación, en cuyo interior se
delimitan áreas específicas y se esbozan
ópticas diferentes.
Estás ópticas o enfoques apuntan a formular
diversas maneras de cómo elaborar la construcción
psicológica y social que es una representación
social:
1) Un primer enfoque se limita a la actividad puramente cognitiva
a través de la cual el sujeto construye su
representación. La representación presenta dos
dimensiones:

  • Dimensión de contexto: el sujeto se halla en
    situación de interacción social o ante un
    estímulo social y la representación aparece
    entonces como un caso de la cognición social; tal como
    es abordada por la psicología
    social.
  • Dimensión de pertenencia: siendo el sujeto un
    sujeto social, hace intervenir en su elaboración ideas,
    valores y
    modelos
    provenientes de su grupo de
    pertenencia o ideologías transmitidas dentro de la
    sociedad.

2) Un segundo enfoque pone el acento sobre los aspectos
significantes de la actividad representativa. Se considera que el
sujeto es productor de sentido, que expresa en su
representación el sentido que da a su experiencia en el
mundo social. El carácter
social de representación se desprende de la
utilización de sistemas de
codificación e interpretación proporcionados por la
sociedad o de la proyección de valores y aspiraciones
sociales. En tal sentido, la representación también
es considerada la expresión de una sociedad
determinada.
Cuando es propia de sujetos que comparten una misma
condición social o una misma experiencia social, la
representación frecuentemente se relaciona con una
dinámica que hace que intervenga lo
imaginario. Situada en el cruce de las coacciones sociales que
pesan sobre el individuo y de los deseos o carencias que hacen
eco de ellas, la representación expresa y permite
trascender sus contradicciones (C.Herzlich, 1969; M.J.Chombart de
Lauwe, 1971, 1976; R.Kaes, 1968, 1976).
3) Una tercera corriente trata la representación como una
forma de discurso y
desprende sus características de la práctica
discursiva de sujetos situados en la sociedad. Sus propiedades
sociales provienen de la situación de comunicación, de la pertenencia social de
los sujetos que hablan y de la finalidad de su discurso
(E.Lipiansky, 1979; U. Windisch, 1978,1982).
4) En esta óptica
es la práctica social del sujeto la que es tomada en
consideración. Actor social inscrito en una
posición o lugar social, el sujeto produce una
representación que refleja las normas
institucionales derivadas de su
posición o las ideologías relacionadas con el lugar
que ocupa (M.Gilly, 1980; M. Plon, 1972).
5) Para este enfoque, el juego de las
relaciones intergrupales determina la dinámica de las
representaciones. El desarrollo de
las interacciones entre los grupos modifica
las representaciones que los miembros tienen de si mismos, de su
grupo, de los otros grupos y de sus miembros. Moviliza una
actividad representativa destinada a regular, anticipar y
justificar las relaciones sociales establecidas (J.P. Di Giacomo,
1980; W. Doise, 1972, 1979).
6) Una última perspectiva, más sociologizante y que
hace del sujeto el portador de determinaciones sociales, basa la
actividad representativa en la reproducción de los esquemas de pensamiento
socialmente establecidos, de visiones estructuradas por
ideologías dominantes o en el redoblamiento
analógico de relaciones sociales (L. Boltanski, 1971; P.
Bourdieu, 1980; J. Maitre, 1975; P. Robert y C. Faugeron,
1978).

Funcionamiento de las representaciones sociales
Las representaciones sociales se caracterizan por ser elaboradas
mediante el discurso y la
comunicación que permite una distribución colectiva de los
conocimientos.
Entenderemos como representación social a "los procesos que
permiten la elaboración y el funcionamiento de una
estructura de
conocimiento
con forma singular y que son característicos de la
construcción del conocimiento social" (J.F. Morales,
1997).
Los procesos de las representaciones sociales son procesos de
carácter sociocognitivo en que las regulaciones sociales
son inherentes al funcionamiento cognitivo de las
personas.

Funciones de las representaciones sociales:
Jodelet, manifiesta que las representaciones sociales cumplen
ciertas funciones
sociales, por ejemplo:

  • El mantenimiento de la identidad
    social
  • El equilibrio
    sociocognitivo
  • Orientación de conductas y comunicaciones
  • Justificación anticipada o retrospectiva de
    las interacciones sociales.

Por otro lado los autores como Moscovici, Abric y Doise
(citados por Silva, 1991), atribuyen a las representaciones
sociales un papel
fundamental en la dinámica de las relaciones. Y en la
práctica responde a cuatro funciones esenciales:
1) De conocimiento o saber:
Las representaciones permiten comprender y explicar la realidad.
Adquirir conocimientos e integrarlos en un marco comprensible
para los individuos, que responda a los valores a
los cuales ellos adhieren y faciliten la
comunicación.(Moscovici).
Las representaciones definen un marco de referencia común,
que posibilita el intercambio social, la transmisión y la
difusión de un conocimiento "espontáneo" e
"inocente", que en las ciencias
sociales es denominado como el "conocimiento del sentido
común".

2) Funciones identitarias:
Según Mugni y Carugati, ( citado por Silva, 1991)
"Las representaciones también tienen la función de
situar a los individuos en el campo social, permitiendo la
elaboración de una identidad social y personal
gratificante, es decir, compatible con el sistema de normas
y valores social e históricamente determinados"
La referencia a las representaciones que define la identidad de
un grupo, juega un rol importante en el "control social"
que ejerce el grupo, sobre cada uno de sus miembros.

3) Función de guía para el comportamiento:
Al ser la representación un sistema de
pre-codificación de la realidad, se constituye en una
guía para la acción, a partir de tres factores
esenciales:

  • Determinar la finalidad de la situación; es
    decir, define a priori el tipo de relaciones y de
    práctica cognitiva que el individuo debe adoptar en una
    situación o tarea a efectuar.
  • Produce un sistema de anticipaciones y expectativa;
    ejerciendo una acción sobre la realidad, puesto que ella
    no depende del desarrollo de una interacción, la precede
    y la determine. El éxito
    o el fracaso de las interacciones depender de la naturaleza de
    las representaciones previamente elaboradas por cada una de las
    partes en torno a la
    situación.
  • Prescribe comportamientos y prácticas
    sociales; en tanto refleja la naturaleza de las reglas y los
    lazos sociales. De acuerdo a la representación
    está definido lo que es licito, tolerable o inaceptable
    en un contexto social dado.

4) Funciones Justificativas:
Las representaciones, permiten justificar las tomas de
posición y los comportamientos a posteriori en la
interacción. En el caso de grupos que interactúan a
nivel competitividad, unos elaboraran representaciones
del otro grupo, atribuyéndoles características que
les permitan justificar por ejemplo, un comportamiento hostil
hacia ellos.

Procesos de las representaciones sociales
Según Denisse Jodelet (1993), la objetivización y
el anclaje corresponden a dos procesos que se refieren a la
elaboración y al funcionamiento de una
representación social, éstos muestran la
interdependencia entre la actividad psicológica y sus
condiciones sociales.
1.- La Objetivización : lo social en la
representación.
En este proceso, la
intervención de lo social se traduce en el agenciamiento y
la forma de los conocimientos relativos al objeto de una
representación, articulándose con una
característica del pensamiento social, la propiedad de
hacer concreto lo
abstracto, de materializar la palabra. De esta forma, la
objetivización puede definirse como una operación
formadora de imagen y
estructurante.
La representación permite intercambiar percepción
y concepto. Al poner en imágenes
las nociones abstractas, da una textura material a las ideas,
hace corresponder cosas con palabras, da cuerpo a esquemas
conceptuales. Procedimiento
tanto más necesario en cuanto que, en el flujo de
comunicaciones en que nos hallamos sumergidos, el conjunto
demasiado abundante de nociones e ideas se polariza en estructuras
materiales. Es
decir, mediante este proceso se materializan un conjunto de
significados, se establece la relación entre conceptos e
imágenes, entre palabras y cosas. "Objetivizar es
reabsorber un exceso de significados materializándolos"
(Moscovici, 1976). Así, la objetivización
reconstruye el objeto entre lo que nos es familiar para poder
controlarlo.
En el caso de un objeto complejo como es una teoría, la
objetivización puede dividirse en tres fases:

a) Selección
y descontextualización
La selección y descontextualización es la primera
fase del proceso imaginante. Unas informaciones concretas son
seleccionadas y fuera del contexto en que aparecían pueden
ser reorganizadas, pero para ello es necesario extraer el objeto
del espacio en que se presenta.

b) Formación del núcleo o esquema
figurativo
La formación de un esquema figurativo corresponda a la
fase en que la información seleccionada es estructurada y
organizada en un esquema que esta formado por las imágenes
que reproducen visiblemente la estructura conceptual.

c) Naturalización
El modelo
figurativo permitirá concretar, al coordinarlos, cada uno
de los elementos que se transforman en seres de naturaleza: "el
inconsciente es inquieto", "los complejos son agresivos", "las
partes conscientes e inconscientes del individuo se hallan en
conflicto".
Las figuras, elementos del pensamiento, se convierten en
elementos de la realidad, referentes para el concepto. El modelo
figurativo utilizado como si realmente demarcara
fenómenos, adquiere un status de evidencia: una vez
considerado como adquirido, integra los elementos de la ciencia en
una realidad de sentido común.
Con la naturalización, cosificación u
ontización los conceptos se transforman en cosas que
permiten ordenar los acontecimientos, de manera que lo que es
abstracto se muestra concreto.
Mediante la naturalización podemos ver "la 1ógica"
o "los complejos" como si tuvieran una realidad
tangible.

2.-El anclaje : La representación en lo
social
Este segundo proceso, esta referido al enraizamiento social de la
representación y de su objeto. La intervención de
lo social se traduce en el significado y la utilidad que le
son conferidos al objeto.
El anclaje implica otro aspecto que se refiere a la integración cognitiva del objeto
representado dentro del sistema de pensamiento preexistente y a
las transformaciones derivadas de este sistema "ya no se trata
como en el caso de la objetivización, de la constitución formal de un conocimiento,
sino de su inserción orgánica dentro de un
pensamiento constituido"
El proceso del anclaje, en una relación dialéctica
con la objetivización , articula las tres funciones
básicas de la representación: función
cognitiva de integración de la novedad, función de
interpretación de la realidad y función de
orientación de las conductas y las relaciones
sociales.
Consiste, por tanto, en transformar lo que es extraño en
familiar, o sea hacer inteligible lo que no es familiar.
Además, lo que lo diferencia de la objetivización
es "que permite incorporar lo extraño en lo que crea
problemas, en
una red de
categorías y significaciones"(Moscovici, 1973,1984;
Jodelet, 1984).
Existen dos modalidades de intervención que permiten
describir el funcionamiento del anclaje:

  • La inserción del objeto de
    representación en un marco de referencia conocido y
    preexistente.
  • La instrumentalización social de objeto
    representado.

Cuando un grupo social se enfrenta a un fenómeno
extraño, o a una idea nueva que en cierto modo amenaza su
identidad social, el enfrentamiento al objeto no se realiza en el
vacío. Los sistemas de pensamiento del grupo, sus
representaciones sociales, constituyen puntos de referencia con
los que se puede amortiguar el impacto de la
extrañeza.
Una segunda forma de anclaje posibilita la inserción de
las representaciones en la dinámica social,
haciéndolas instrumentos útiles de
comunicación y comprensión. Por una parte las
representaciones se convierten en sistema de lectura de la
realidad social, expresando y contribuyendo a desarrollar los
valores sociales existentes. Por otra parte, en tanto que sistema
de interpretación, el anclaje posibilita que las personas
puedan comunicarse en los grupos a que pertenecen bajo criterios
comunes, con un mismo lenguaje para
comprender los acontecimientos, las personas u otros grupos.
Globalmente, el proceso de anclaje guarda una estrecha
relación con las funciones de clasificar y nombrar, es
decir, de ordenar el entorno, al mismo tiempo, en
unidades significativas y en un sistema de comprensión.
Las características que definen este proceso son muy
similares a las que se atribuyen a la
categorización.

El proceso de anclaje, permiten comprender:

  • Como se confiere el significado al objeto
    representado.
  • Como se utiliza la representación en tanto
    sistema de interpretación del mundo social, marco e
    instrumento de conducta.
  • Como opera su integración dentro de un sistema
    de recepción y la conversión de los elementos de
    este último relacionado con la
    representación.

El anclaje y la objetivización, procesos
básicos en la generación y el funcionamiento de las
representaciones sociales, mantienen una relación
dialéctica. Se combinan para hacer inteligible la realidad
y para que, de esa inteligibilidad, resulte un conocimiento
práctico y funcional; un conocimiento social que nos
permita desenvolvernos en el entramado de relaciones y
situaciones que implica la vida cotidiana.
El sistema de interpretación tiene una función
mediadora entre la persona y su
medio, así como entre los miembros de un mismo grupo.
Desde esta perspectiva, comprender algo nuevo es hacerlo propio y
explicarlo, por lo que la representación proporciona los
marcos y las señales por las cuales el anclaje
clasificaría dentro de lo familiar, lo nuevo.
"Hacer propio algo nuevo es aproximarlo a lo que ya conocemos,
calificándolo con las palabras de nuestro lenguaje. Pero
nombrar, comparar, asimilar o clasificar supone siempre un juicio
que revela algo de la teoría que uno se hace del objeto
clasificado." (Jodelet, 1993).
El proceso por el cual asimilamos algo novedoso en nuestras
vidas, se basa en lo que ya conocemos y se le da una
explicación a partir de otros conceptos que manejamos con
anterioridad.
Al respecto, Farr (1993) considera que "las representaciones
tienen una doble función: hacer que lo extraño
resulte familiar y lo invisible, perceptible". Las
representaciones además de que incluyen lo novedoso a
nuestra vida cotidiana, también regula las relaciones
sociales y están presentes en el diálogo
que establecemos con los demás.
La 1ógica de las representaciones sociales es una
1ógica de articulación, que establece una
relación entre la acción consciente de los actores
sociales y la acción de los productos
sociales. Por lo que participan de la innovación y del cambio social
de una vida social en vías de construcción, esto
les confiere un carácter social, pues por medio de ellas
se pueden "estudiar las relaciones complejas que se dan entre los
agentes sociales y sus productos, entre el sujeto y el objeto,
entre lo micro y lo macrosocial." (Alvarez, 1995).
Por otra parte, se considera que hay otros aspectos relacionados
con la formación de las representaciones a partir del
sistema cultural de una sociedad. Yáñez (1989),
considera que todo grupo sociocultural comprende su realidad de
acuerdo con un sistema particular de pensamiento, de una forma de
interpretar el medio en que se desenvuelve y de un modo de
implementar las relaciones entre los elementos que forman parte
de esa realidad.
En este sentido, se pueden encontrar representaciones similares,
pero pueden tener significados y explicaciones distintas debido a
que pueden corresponder a diversas formas de ver el
mundo.

7. Campos de
investigación de las representaciones
sociales

Pueden distinguirse tres amplios campos de
investigación en representaciones sociales. El primero es
el que caracteriza la perspectiva original de las
representaciones como conocimiento vulgar, o conocimiento
popular, de ideas científicas popularizadas. El segundo es
el extenso campo de los objetos culturalmente construidos a
través de una larga historia y sus equivalentes
modernos. El tercero específicos que el es el campo de las
condiciones y acontecimientos sociales y políticos, donde
las representaciones que prevalecen tienen un corto plazo de
significación para la vida social. Estos tres campos
constituyen lo que podemos denominar la topografía de la mente moderna.

a) La Ciencia
Popularizada
Originalmente la idea de las representaciones sociales fue
desarrollada por Sergei Moscovici (1976) cuando investigó
las popularización y el papel del conocimiento
psicoanalítico en Francia
durante los años cincuenta. Por esta razón, el
autor introdujo el término representación social
como un concepto con el que pretendía captar los nuevos
aspectos conocimiento cotidiano toma en las sociedades
modernas, en las que la Ciencia juega un papel central como
productora de conocimiento. Mientras que en otros tiempos la
Iglesia y
posiblemente algunos filósofos o políticos fueron
considerados como fuentes
legitimas de conocimiento, en la sociedad occidental moderna ha
sido la Ciencia quien ha tomado ese papel. Este fenómeno
es una consecuencia de la secularización creciente de
amplios sectores sociales de la sociedad. Con la
escolarización temprana, todos los integrantes de las
sociedades modernas entran en contacto con los descubrimientos y
las teorías
de la Ciencia. En este sentido, la Ciencia juega un importante
papel como fuente de conocimiento cotidiano y, al mismo tiempo,
es una autoridad para
legitimar y justificar las decisiones cotidianas y las posiciones
ideológicas.
La Ciencia se convierte en fuente de conocimiento cotidiano a
pesar del hecho de que el hombre y
la mujer de la
calle no tienen ninguna idea sobre la racionalidad
científica (Desautels y Larochelle, 1987; en Wagner,
1997). Cuando se les pregunta, las personas tienden más
bien a proporcionar una descripción de un descubrimiento
científico singular, que a dar una definición
válida de las características del conocimiento
científico. Por lo tanto, si la gente no tiene una
noción clara de lo que es la racionalidad
científica, y sin embargo, acepta la Ciencia como una
fuente de su conocimiento cotidiano, tan alta
consideración debe tener importantes motivos.
Podemos suponer que la Ciencia, en la sociedad moderna, aparece
etiquetada de autoridad más bien por definición
social, política y moral, es
decir, por argumentos no racionales, que por incidencia de su
racionalidad inherente.
La ignorancia pública acerca de la racionalidad
científica resulta de la vulgarización del
conocimiento científico, en el que los conceptos y las
teorías aparecen desconectados de sus fuentes originales,
esto es, del proceso de producción de conocimiento
científico, ontologizándose y objetivándose
para convertirse en los mitos de la
vida cotidiana. Por otra parte, los argumentos cuasicientificos,
si se usan selectivamente se prestan a llegar a ser integrados en
el discurso cotidiano y a ser usados como argumentos en favor del
conocimiento preexistente. De este modo, el
conocimiento científico popular puede usarse como una
fuente de justificación secundaria de convicciones
ideológicas previas, y sirve de explicación
metafísica de los hechos sociales. Mientras
que las explicaciones científicas ayudan a dominar la
causalidad, las explicaciones metafísicas pretenden
explicar las razones invisibles que están más
allá de los fenómenos visibles. En lugar de
referirse a la estructura causal del mundo, la estructura de
argumento resultante se convierte en parte del orden moral
(Harré, 1981; citado por Wagner 1997).
Raramente, si es que sucede alguna vez, las teorías
científicas se vulgarizan íntegramente. La
mayoría de las veces son los aspectos y conceptos de la
Ciencia que pueden ser fácilmente imaginados de forma
icónica o metafórica, y que pueden ser
fácilmente proyectados sobre los problemas
prácticos, los cuales se reciclan en conocimiento
cotidiano (Thorngate y Plouffe, 1987).
Como consecuencia de la vulgarización de la Ciencia se
produce un fraccionamiento de las teorías originales, que
raramente conserva similitud con los originales
científicos (Grizé, 1989; citado por Wagner,
1997).
Las representaciones sociales, en el sentido de conocimiento
científico vulgarizado, tienen funciones declarativas,
instrumentales y explicativas. El aspecto declarativo describe y
da significado al fenómeno social por el que la Ciencia
popularizada aparece relevante, y el aspecto explicativo
proporciona una comprensión cotidiana de sus razones
subyacentes.

b) La Imaginación Cultural
La imaginación cultural proporciona realidad a los objetos
que habitan el mundo social. La investigación sobre
representaciones sociales en este campo se refiere a objetos con
una larga historia, como los roles sexuales, la mujer, las
relaciones maternofiliales, el cuerpo humano,
o las anomalías de la existencia humana, como la
enfermedad, la locura y la discapacidad. Las
representaciones de estos objetos hacen inteligible el mundo a
los miembros de grupos
sociales y culturales. Estas representaciones permiten unas
interacciones sociales que no sólo recrean los objetos
mismos, sino que definen también a los actores como partes
complementarias de los objetos, y proporcionan a los sujetos
sociales la impresión de pertenecer a culturas y
comunidades especificas (Gergen, 1982).
Las representaciones sociales de objetos culturales representan
ante todo conocimiento declarativo. Delimitan los objetos y
entidades, estructuran sus características y fijan su
significado en los contextos sociales. Son el "conociendo lo que
viene al caso" de la vida cotidiana.

c) Condiciones Sociales y Acontecimientos
Un tercer campo de investigación concierne a "objetos" con
mucha menos significación a largo término en las
relaciones sociales. Son las representaciones sobre condiciones
sociales y acontecimientos que con frecuencia pueden denominarse
polémicas.
Las principales características de estas representaciones,
en comparación con las culturales, son más bien su
breve significación social, por una parte, y su a menudo
restrictiva validez en cuanto a tamaño de poblaciones a
las que se refiere, por otra parte. Estas representaciones de
interés
actual son diacrónicamente menos estables y
sincrónicamente menos válidas, es decir, son
compartidas por pequeños grupos.
Los temas característicos de este campo giran alrededor
del conflicto social, tales como la desigualdad social, la
xenofobia, los conflictos
nacionales, los movimientos de protesta, el desempleo, las
sublevaciones, la agresión de adolescentes,
el aborto, el
debate
ecológico y el movimiento
feminista. Estas representaciones sociales son siempre el
producto de un
proceso explícito de evaluación
de personas, grupos y fenómenos sociales.
Mucho más explícitamente que las representaciones
de teorías científicas y que la imaginación
cultural hegemónica, estas representaciones
polémicas (Moscovici, 1988) de los problemas
sociales son la base de la identidad social. El conocimiento
colectivo sobre las condiciones políticas,
la estructura social y también sobre los acontecimientos
históricos (Jodelet, 1992) guía el pensamiento y la
actuación selectivos de los grupos sociales.
En un movimiento circular, identidad social, pertenencia grupal y
acción colectiva determinan y recrean cada uno de los
otros elementos. En este proceso, los objetos y acontecimientos
sociales son combinados de forma que se correspondan a las
intenciones, acciones y
fundamentos ideológicos de los individuos (Tajfel,
1984).

8. Bibliografía
Básica

Moscovici, Sergei, "Psicología Social",
Tomo II. Pensamiento y Vida Social. Psicología Social y
Problemas Sociales. Editorial Paidós, Barcelona, España,
1993.
NOTA: Este trabajo forma parte del Seminario
"Representación Social del Discapacitado Visual" para
optar al título de Asistente Social / Licenciado en
Trabajo Social,
Universidad de
Antofagasta, Chile

 

 

 

Autor:

Cristian Enrique Cortés Pinto

Para consultas acerca de este trabajo escribir
a:

Asistente Social
Licenciado en Trabajo Social

Partes: 1, 2
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