Indice
1.
Introducción
2. Conclusión.
3. Bibliografía
Durante el siglo XX, la dinámica social y de la economía
imprimió un ritmo acelerado a las relaciones de las
personas y del Estado. Las
guerras
mundiales, las crisis
económicas, las revoluciones socialistas, los procesos de
descolonización territorial, etc, indujo a que los
sectores sociales empujaran sus fuerzas, mediante procesos
graduales o radicales, hacia el fortalecimiento de los Estados
nacionales, los cuales deberían hacerse cargo de la
ciudadanía en temas sensibles como la salud, educación, vivienda,
trabajo, entre otros.
En nuestro país, el proceso se fue
gestando paulatinamente desde los cuarenta, período en el
cual el Estado se
fue convirtiendo en el principal generador y ejecutor de las
políticas dirigidas al bienestar de los
chilenos y a una mejor distribución de los ingresos. Estos
procesos y la
dinámica social, llevo en 1970, a que
Salvador Allende se convirtiera en Presidente de Chile. Con la
tarea de llevar a su fin el fortalecimiento del estado,
Allende, asumió la presidencia afrontando una fuerte
oposición de los sectores más conservadores del
país y del extranjero, lo que acompañó y
provocó una fuerte crisis
política y
económica, que terminó con la intervención
de los militares y el fin de la democracia en
el país.
Durante el régimen militar se abolieron todas las
libertades personales y, respondiendo a los apoyos recibidos
durante su intervención (apoyo de la derecha chilena y de
los Estados Unidos),
comenzó su tarea de "modernización" del estado, lo que
fue impulsando las privatizaciones de empresas
estatales, y el desentendimiento de este frente a las seguridades
sociales, como salud y educación, que se
comenzaron a regir por una nueva lógica,
considerándose como un negocio más, guiados por los
intereses del mercado. De un
día a otro, se acabó el Estado de
Bienestar, por la decisión de cuatro personas que
"representaban" los intereses del país, y se
convirtió en un Estado espectador y represor.
En la década de los 90, y con el regreso de la "democracia",
si bien el estado ha
retomado algunas iniciativas, la lógica
no varía, en lo sustancial con la lógica
del régimen militar y en muchos casos ha profundizado los
procesos de desentendimiento hacia su rol social.
Toda esta evolución, explicada sumariamente, ha
incluido la evolución constante de los Sistemas de
salud, y del rol que el estado asume frente a estos. De una salud
estatal en constante fortalecimiento, se pasó a una salud
con énfasis en la privatización con el consiguiente desmedro
en el sector
público; de un sistema central y
nacional, se pasó a un sistema
disgregado y con claras diferencias de recursos
según sector; y desde una relación
médico-paciente, se pasó a una relación
productor-cliente.
Con la evolución de las dinámicas sociales,
incluyendo pueblo organizado, grupos
políticos y poderes fácticos; imprimieron al estado
chileno, empujes necesarios a una transformación en los
sectores sociales como salud, educación, vivienda,
etc.
La salud por ser un sector que incide directamente en la
relación de la gente con el Estado o por lo menos con las
políticas de éste, es un sector que
le da la población una idea clara sobre las políticas
gubernamentales hacia ellos.
Estos procesos indujeron en la década de los 50 a la
"creación del SERVICIO
NACIONAL DE SALUD que se financiaba con aporte fiscales y
previsionales de los empleados, trabajadores y el pago directo de
los usuarios" (1).
Se trataba de un sistema centralizado que dirigía todos
los centros de atención de Chile,
distribuía equitativamente los recursos e
instauraba las políticas definidas por el Ministerio de
Salud a nivel de todo el país. En este período,
1952, "se realiza la primera separación de funciones entre
aseguramiento: SERVICIO DE
SEGURO SOCIAL,
y provisor de servicio:
Servicio Nacional de Salud" (2).
Este concepto de salud
centralizado con un Estado incidente y ejecutante en sus
políticas, con cobertura a todos los sectores, estaba
acorde con las lógicas imperantes en el país que
pedían un cambio
drástico, dejando de lado de lado la supremacía de
los privados en los sectores que no debían estar bajo el
control del
mercado. En los
años que siguen al Golpe de Estado
en 1973, el presupuesto a la
salud se fue reduciendo paulatinamente hasta que en 1979 se
llegó a una transformación profunda a la salud que
"se tradujo en la fragmentación del Servicio Nacional de
Salud, creándose 27 servicios y
entregando la
administración de la atención primaria a los municipios" (3),
esto ultimo produjo un serio déficit en la atención primaria porque muchos municipios
no contaban con los recursos, y no
cuentan aún, con recursos suficientes para hacerse cargo
eficientemente del sector, esto además produjo clases
diferentes entre consultorios ricos y aquellos pobres, esto fue
compensado en algún grado por la creación de un
"Fondo de equidad horizontal, llamado Fondo Común
Municipal, el que redistribuía una porción de
recursos de las municipalidades mas ricas hacia las mas pobres"
(4).
El sistema se dividió en un sistema público y otro
privado. El sistema público se financió con aportes
de los trabajadores más los del estado y concentró
a los sectores mas empobrecidos del país, en cambio el
sector privado cotizó a sectores que pudieran pagar por
él y en un principio obtuvo un alto grado de financiamiento
por parte del estado. Esto trajo un sector
público extremadamente empobrecido y un sector privado
muy enriquecido pero con planes de salud que muchas veces ni
siquiera cubre las enfermedades básicas
de los mismos sostenedores del sistema.
Todos estos cambios transformaron la salud,
considerándola o poniéndola al nivel de una
industria
más, regida por los vaivenes del mercado del
sistema neoliberal. Este concepto de
salud, esta de acuerdo con la lógica capitalista impulsada
por el Banco Mundial
y el Fondo Monetario
Internacional, la que deja que el mercado se regule solo, y
por ende que la salud se regule por el mercado. Esto origina,
entre otras cosas, que la salud se trance en la bolsa; y que las
desigualdades en su acceso se acreciente porque ya no es rentable
impartir salud a los sectores bajos y medios bajos,
quedando un amplio sector en condiciones de marginalidad; y
que se creen distintos planes de salud dependiendo de la cantidad
de ceros que tenga la cuenta corriente del que contrata el
servicio. Ahora la gente se puede enfermar solo de acuerdo a sus
ingresos.
El estado de bienestar es un concepto que se
origina en Europa en el
período de la posguerra, y que tenía como objeto la
seguridad
social. Luego se fue haciendo conocido en el resto del mundo
masificando su sentido originario. La finalidad de este es dar
ciertas garantías de la índole de la seguridad social
a la nación,
a través de políticas de gobierno, que
apuntan a la homogeneidad de los habitantes en derechos y deberes, en
aspectos tales como salud, educación, protección
social, mediante todo una estructura
administrativa que las personas debemos exigir a nuestro gobierno para
llevar una calidad de
vida que nos permita desarrollarnos y ser productivos a la
vez. A modo de analogía podemos describir el estado de
bienestar como una familia, en donde
los padres, que proveen recursos, representan los poderes del
estado y como tal tiene a su cargo la tarea de velar por la
calidad de
vida de los demás integrantes del núcleo,
estableciendo los deberes y derechos igualitarios de
cada uno. Visto de esta sencilla manera nos es posible
adentrarnos en un análisis comparativo de lo que nos ofrece
un estado de bienestar, desde el punto de vista de la salud, y lo
que en la práctica nos entrega
Partiendo de estos principios
básicos acerca del estado de bienestar, los chilenos
debemos esperar, mas bien exigir, al estado que en materia de
nuestra salud tengamos todos el real derecho de acceder a una
misma calidad de
servicio, sin ningún tipo de distinciones sociales,
económicas, raciales, sexuales o de otro tipo.
Desgraciadamente esto no es más que un anhelo que hemos
heredado y que ojalá no tengamos que dejar por herencia a
futuras generaciones de chilenos y chilenas. Como pan de cada
día vemos que en períodos de elecciones nos llenan
de promesas de mejoras al sistema de salud, siempre y cuando
votemos por ellos, esto demuestra a la magnitud que se llega en
política a
la hora de captar unos cuantos votos, a través de las
necesidades más urgentes de las personas que finalmente
nadie resuelve en la realidad, solamente en el papel. Basta
con escuchar a cualquier candidato en estos días,
"…todos los chilenos tendrán acceso a las mismas
posibilidades en atención de salud…" y en ese momento
estallan los aplauso, "que bueno es este candidato", " se
preocupa de nuestras necesidades", son los comentarios, pero si
fueran un poco más críticos antes de aplaudir o
emitir cualquier juicio preguntarían ¿a que se
refiere con eso de posibilidades?, ¿se refiere al tipo de
atención o que el tipo de atención, o esta va a
seguir estando condicionada al alza del dólar y tantas
otras fórmulas económicas que excluyen a tantos?,
por lo visto en Chile tienen
más peso esos factores económicos y son ellos los
que en definitiva rayan la cancha.
La realidad dista mucho de estas promesas debido a
fenómenos que todos tenemos claros al igual que los
problemas por
citar a algunos: largas colas en los consultorios; la llamada
atención primaria que está bajo la administración municipal y no bajo la
dirección de una institución
sanitaria como el ministerio de salud- ¿descentralización de los poderes o
delegación de deberes?- , horas de interconsulta que en
algunos casos críticos llegan a demorar incluso
años; lo que deja en evidencia la falta de profesionales
con especialidades al servicio del sector publico, personas que
prefieren quedarse en sus casas aún cuando están
muy enfermas porque no confían en el sistema publico y no
tiene los ingresos para
acceder al sistema privado, inconformidad de los usuarios por el
servicio entregado, inconformidad de los que trabajan en
él; por las condiciones de trabajo, eso solo por
referirnos a algunos de los problemas que
vemos "a vuelo de pájaro" como dice la sabiduría
popular.
La salud es un derecho universal consagrado en la
Constitución Política de la
República y su explicitación como un bien exigible
por la población obliga al estado a garantizar el
acceso de todos los chilenos a prestaciones
que aseguren su salud, con independencia
de sexo, edad o
condición socioeconómica. Para ser practicado, el
derecho debe ser conocido y respetado por todos, lo que involucra
a su vez responsabilidades concomitantes: derechos y deberes(5), sin
embargo tenemos la existencia de dos mundos paralelos en un mismo
tiempo y
espacio, que no interactùan de ninguna forma, pero que
están destinadas a eliminarse la una a la otra, ya que el
espacio no les permite seguir existiendo en la forma en que lo
han estado haciendo. Tenemos entonces en el ring a las Isapres
vs. el sistema público de salud, hasta el momento la pelea
va a veinte rounds con un sistema público que cada vez
recibe más golpes y un D.T (el Estado), dando
indicaciones, pero vislumbrando la posibilidad de tirar la
toalla, ¿y el Estado de Bienestar?, descansando en una
reforma del sistema de salud que ni siquiera ha llegado al
congreso.
Nuestro país figura n° 39 del mundo en Indice de
Desarrollo
Humano y 4° entre sus pares latinoamericanos según
cifras entregadas este año por la ONU (6).
Lamentablemente estos índices que Chile muestra al
exterior no se reflejan en áreas tan sensibles e
importantes para nosotros como "la salud al alcance de todos",
comúnmente llamada SALUD
PÚBLICA.
Este tema preocupa tanto a los usuarios como las autoridades de
turno competentes en el tema ya que todos los años se ven
reducidos los recursos estatales hacia el sector.
Así el gobierno
comandado por Ricardo Lagos se ha visto en la necesidad de
impulsar una reforma profunda (según sus propios
términos) al sector salud y que satisfaga realmente las
necesidades del país como lo expresa en el mensaje
presidencial emitido el 21 de mayo del año
pasado:
"El objetivo es de
mejorar el nivel de salud de los chilenos y disminuir las brechas
sanitarias existentes, que se traducen en desigualdades,
según la condición socioeconómica de la
población y su localización
geográfica.
Una de las tareas principales de mi gobierno será llevar
adelante una profunda reforma de la salud, centrada en los
derechos y garantías de las personas y con un esquema de
financiamiento
solidario". (7)
Pero esta rimbombeante reforma que será enviada al
parlamento y que aún está en discusión, no
es más que reducir al máximo los costos mediante
un gasto más eficiente de los recursos; esto en lugar de
inyectar más recursos estatales que hagan realmente
eficiente y funcional el sistema.
Las razones que llevan a una racionalización extrema a los
recursos actuales se debe al encarecimiento de los sistemas de salud
privados y estatales.
Para entender esta alza que han tenido ambos servicios en
la última década, debemos tomar en cuenta que
existe un envejecimiento paulatino de la población y que
son los usuarios más asiduos de los servicios,
además sus tratamientos muchas veces requieren
medicación de por vida.
Otro factor a considerar son los equipos
tecnológicos que se necesitan actualmente para detectar y
tratar ciertas enfermedades, éstos
deben ser importados ya que en nuestro país NO existen los
avances para desarrollar estas tecnologías en el
país. Esto por cierto también contribuye a
encarecer el precio de la
Salud.
Con este escenario, más la gibarización del Estado
llevado adelante durante el régimen militar entre 1985 y
1989 en que el Estado se desligó de 30 empresas que le
significó una pérdida superior a los 570 mil
millones de pesos ; no dan muchas esperanzas de volver hacer del
Estado un ente realmente competente en las tareas sociales;
considerando que "a fines de los años 60s el Estado
chileno controlaba cerca de 600 empresas
generadoras de recursos para dichas tareas pero que posterior a
1973 se redujo en un 75% la participación estatal en el
PIB". (8)
Así es como hoy tenemos dos sistemas de donde
"elegir" prestaciones:
ISAPRES (Instituciones
de Salud Previsional) y FONASA (Fondo Nacional de Salud)
según nuestros ingresos. Esto de "elegir" no es más
que un concepto mal acuñado, pues realmente
deberíamos decir "lo que podemos pagar". "Un ejemplo que
nos dará a entender esta afirmación es ilustrando
el plan
mínimo que tiene FONASA para sus afiliados"
(9).
Clasificación según ingresos:
GRUPO A:
escasos recursos.
GRUPO B:
menores a $ 55.901.
GRUPO C: entre
$55.901 y $87.343 .
GRUPO D: mayores a $87.343 .
Así estos grupos cancelan
los siguientes porcentajes de la atención
médica:
A B C D
Partos 0 0 25% 25%
Atención
Especializada 0 0 25% 50%
Hospitalización 0 0 25% 50%
Medicamentos 0 0 50% 75%
Atención Dental 0 40% 60% 90%
Prótesis 0 0 25% 50%
Diálisis 0 0 25% 50%
No ilustraremos ejemplos de Isapres ya que son cerca de
mil los planes que existen y en todos hay distintos criterios
percentiles. Últimamente estos planes han sido blanco de
justificadas críticas por parte de lo usuarios debido a
las irregularidades que presenta este negocio que genera cerca de
$2.672 millones de pesos solamente en ganancias. (10)
Así podemos ver que los servicios de salud prestados no
distan demasiado de las transacciones económicas que a
menudo realizamos por recibir un servicio cualquiera como el de
agua potable,
telefónico, eléctrico, etc; en los cuales si no se
posee el dinero para
adquirirlos, simplemente no podemos usarlos.
De esta forma, poco a poco con el tiempo el
paciente de ser un USUARIO a pasado a ser un CLIENTE para los
sistemas de salud llámese estatal o privado.
La acelerada privatización llevada a cabo en nuestro
país con el fin de estructurar y mantener el sistema
neoliberal trajo consigo una evidente desigualdad en todo los
ámbitos que tocan a la sociedad. El
dinero o en su
defecto el crédito
son las únicas alternativas para estar inserto dentro del
sistema, la salud no ha sido la excepción.
El análisis ya desarrollado da pruebas
concretas y fehacientes de la evidente falta de oportunidades
para acceder, en igualdad de
condiciones, a un sistema asistencial de calidad. La
incompetencia del Estado frente a este tema a dado como resultado
una Salud
Pública dramáticamente empobrecida,
irónicamente enferma, y desprestigiada, que en muchos
casos no tiene la eficiencia para
poder
enfrentar las necesidades básicas de la población.
En contrapartida, tenemos el fenómeno del sistema privado,
que si bien es rico en estructuras,
abundante en recursos y posibilidades de atención, el
acceso está limitado por múltiples factores como
sexo,
ingresos, edad y contradictoriamente el estado de salud (enfermedades
catastróficas). Vemos entonces como el derecho a una salud
equitativa, oportuna y de calidad en Chile,
derecho otorgado por la constitución, en la práctica no es
más que una figura mitológica, hija de la modernidad y el
sistema neoliberal, comparada con la descendencia entre nuestra
Pincoya y Trauco, ( si la hubiera).
Finalmente nuestra visión como futuros trabajadores de la
salud, es que el Estado debe fortalecer su rol en el tema de la
salud, entre otros temas de seguridad
social, no sólo como un simple generador de recursos y
de instancias para ello, sino también, como un director de
las políticas sanitarias y auspiciador en la
incorporación de nuevas técnicas
como por ejemplo la medicina a
distancia, para satisfacer las necesidades de las personas que
habitan en regiones mas apartadas como el extremo norte, sur y
territorio insular, cortando la brecha centralizada que
actualmente existe en el país.
La propuesta del gobierno es importante en el tema de
regulación del funcionamiento de las Isapres y
fortalecimiento de la Salud
Pública. De igual importancia es la
implementación de prácticas medicinales
indígenas y de tradición popular con el fin de
insertar a las minorías dentro del sistema, el usuario
participa activamente.
Sitas:
Chile: privatización del Sistema Nacional de
Salud: La creación del Subsistema Institucional de Salud
Previsional (ISAPRE). www.americas.healt-reform.org.
Chile: Aplicación de la metodología al País. www.medicina.unal,edu.co/reustal/v2.htlm
Colegio Médico de Chile: Políticas de salud para
chile nuestra visión. www.regstgo-colmedico.cl
La descentralización de los sistemas de salud
en latinoamérica: Un análisis comparativo de Chile, Colombia y
Bolivia.
www.americas.healt-sector-reform.org
Políticas del servicio de salud. www.gobiernode
chile.cl
Periódico PUBLIMETRO; Miércoles 11
de julio de 2001: "Chile lugar n°39 en desarrollo
humano".
www.minsal.cl ; Discurso
presidencial del 21 de mayo del 2000.
PUNTO FINAL n° 491, edición del 2 al 15 de mayo de
2001: "Los hombres de las privatizaciones"
Programa del
Ministerio de Salud , año 1996.
PUNTO FINAL n° 489, edición del 2 al 15 de febrero de
2001: "Privatización+ poder+
Globalización en Chile, entrevista a
Maura Brescia"
Programa del Ministerio de Salud, año 1996.
PUNTO FINAL, N° 489, edición del 2 al 15 de febrero de
2001.
PUNTO FINAL, N°491, edición del 2 al 15 de mayo
2001.
Periódico PUBLIMETRO, miercoles 11 de julio
2001
Paginas web:
www.americas healt.org
www.gobiernode chile.cl
www.monografias.com
www.medicina.unal.com
www.minsal.cl
www.restgo-colmedico.cl
Autor:
Hugo Juanillo.