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ÉMILIE DURKHEIM (página 2)




Enviado por brunencio



Partes: 1, 2

4. Carlos Marx

"El país más desarrollado industrialmente
muestra a los
que siguen en la escala industrial
la imagen de su
propio porvenir…"
Marx es en
primer lugar y sobre todo el sociólogo y el economista del
régimen capitalista. Tenía una teoría
de este régimen, de la suerte que inflingía a los
hombres y del devenir que le esperaba.
Sociólogo-economista de lo que él denominaba el
capitalismo.
Marx tuvo la fortuna o el infortunio de vivir hace un siglo. No
formuló respuesta a los problemas que
nos proponemos hoy. Las ideas fundamentales de Marx son simples,
por lo tanto me referiré esencialmente a los escritos que
publicó, los mismos que a su juicio, eran la
expresión principal de su pensamiento.
Como escribió mucho, no siempre dijo lo mismo acerca del
mismo asunto, es necesario tener presente la diversidad de los
períodos.
En general se aceptan dos períodos principales. El
primero, llamado período de juventud,
incluye los escritos redactados entre 1841 y 1847-1848. La
publicación de conjunto data de 1931. Entre las obras
principales de este período figuran La sagrada familia y Miseria
de la Filosofía. Este período de juventud concluye
con Miseria de la Filosofía, y sobre todo con la obra
clásica que es el Manifiesto Comunista. Pero La ideología alemana, en 1845, señala
también una ruptura con la fase anterior.
A partir de 1848, y hasta fin de sus días, Marx cesa
aparentemente de ser un filósofo, y se convierte en
sociólogo, y sobre todo en economista.
En este segundo período de su vida, las dos obras
más importantes son un texto de 1859
intitulado Contribución a la crítica de la economía
política, y naturalmente el trabajo que
es la obra maestra de Marx y el centro de su pensamiento: El
capital; cuyo
objetivo fue
analizar el funcionamiento del capitalismo y prever su evolución.
Es indudable que Marx era un sociólogo, pero un
sociólogo de tipo determinado,
sociólogo-economista, convencido de que no es posible
entender la sociedad moderna
sin referirse al funcionamiento del sistema
económico, ni comprender la evolución del sistema
económico si se descuida la teoría del
funcionamiento.

El Análisis Socioeconómico Del
Capitalismo
Marx concibe como eje de su pensamiento la contradicción
que juzga inherente a la sociedad moderna, a la que denomina
capitalismo. Mientras en el positivismo
los conflictos
entre los obreros y empresarios son fenómenos marginales,
los conflictos entre el proletariado y los capitalistas, son en
el pensamiento de Marx la fuerza
fundamental de las sociedades
modernas, la que revela la naturaleza
esencial de estas sociedades y la que, simultáneamente,
permite prever el desarrollo
histórico.
El pensamiento de Marx es una interpretación de carácter
contradictorio o antagónico de la sociedad capitalista.
Hasta cierto punto, toda la obra de Marx es un esfuerzo para
demostrara que ese carácter antagónico es
inseparable de la estructura
fundamental del régimen capitalista y que, al mismo
tiempo es el
resorte del movimiento
histórico.
El Manifiesto comunista es un texto que puede calificarse si
así se lo desea, de no científico. El tema
fundamental es la lucha de clases.
La primera idea fundamental de Marx; la historia humana se
caracteriza por la lucha de los grupos humanos
que denominaremos clases
sociales.
Si todas las sociedades se dividieran en clases enemigas, la
sociedad actual, la capitalista, en cierto sentido no difiere de
las formas que las precedieron. Sin embargo, exhibe ciertas
características que no tienen
precedente.
Ate todo, la burguesía, la clase dominante, es incapaz de
mantener su dominio sin
revolucionar permanentemente los instrumentos de producción. Por otra parte las fuerzas de
producción que darán paso al régimen
socialista están madurando en el seno de la sociedad
actual.
En el Manifiesto comunista se exponen dos formas de la
contradicción característica de la sociedad
capitalista.
La primera es la existencia de una contradicción entre las
fuerzas y las relaciones de producción. La
burguesía crea incesantemente medios de
producción más poderosos. Pero las relaciones de
producción (tanto las relaciones de propiedad como
la distribución de los ingresos) no se
transforman con el mismo ritmo. A pesar de este acrecentamiento
de las riquezas, la miseria continúa siendo la suerte de
la mayoría.
Una segunda forma de contradicción es la que existe entre
la progresión de las riquezas y la miseria creciente de la
mayoría. Esta contradicción determinará, mas
tarde o temprano, una crisis
revolucionaria. La revolución
del proletariado se distinguirá de todas las revoluciones
del pasado, porque éstas fueron hechas por minorías
en beneficio de minorías. Por lo tanto, la
revolución proletaria señalará el fin de las
clases y del carácter antagónico de la sociedad
capitalista.

Esta revolución será obra de los propios
capitalistas.
El carácter contradictorio del capitalismo se expresa en
el hecho de que el crecimiento de los medios de
producción, en lugar de traducirse en la elevación
del nivel de vida de los obreros, se expresa en un doble proceso de
proletarización y pauperización.
Marx no niega que entre los capitalistas y los proletarios haya
hoy muchos grupos intermedios. Pero afirma dos conceptos. Por una
parte, a medida que el régimen capitalista evoluciona, se
manifestará la tendencia a la cristalización de las
relaciones sociales en dos grupos y solo en dos. Por otra parte,
dos clases sociales y solo dos, representan una posibilidad de
régimen político y una idea de régimen
social. Las clases intermedias no tienen iniciativa ni dinamismo
histórico.
El día en que la clase proletaria asuma el poder,
habrá una ruptura decisiva con el curso de la historia
anterior.
La tendencia de los escritores de principios del S
XIX es considerar la política o el Estado como
un fenómeno secundario con respecto a los fenómenos
esenciales, que son económicos o sociales. Marx participa
de este movimiento general, y también el cree que la
política o el Estado son
fenómenos de segundo plano con respecto a lo que ocurre en
la sociedad misma.
Por eso mismo, explica el poder político como
expresión de los conflictos sociales. El poder
político es el medio que utiliza la clase dominante, la
clase explotadora, para mantener su dominio y
explotación.
Como se ve, el centro de pensamiento de Marx es la
interpretación del régimen capitalista en tanto que
es contradictorio: es decir, en tanto que está dominado
por la lucha de clases. Marx observa, o quiere observar, la lucha
de clases en la sociedad capitalista, y halla nuevamente en las
diferentes sociedades históricas el equivalente de la
lucha de clases observada en la sociedad
contemporánea.
De acuerdo con la posición de Marx, la lucha de clases se
orienta hacia una simplificación. Los diferentes grupos
sociales se polarizan unos alrededor de la burguesía,
otros alrededor del proletariado, y el desarrollo de las fuerzas
productivas será el resorte del movimiento
histórico, que mediante la proletarización y la
pauperización culmina la explosión revolucionaria;
y en el advenimiento, por primera vez en la historia, de una
sociedad no antagónica.
A partir de los temas marxistas que hallamos en el Manifiesto
comunista, tenemos que explicar:
–La teoría general de la sociedad (vulgarmente materialismo
histórico);
–Y las ideas económicas esenciales de Marx, según
las encontramos en El capital.

El propio Marx a resumido su concepción
sociológica general. En el prefacio a la
Contribución a la Crítica de la economía
política, publicada en Berlín en 1859, se expresa
así:
"…En la producción social de su existencia, los hombres
establecen relaciones determinadas, necesarias, independientes de
su volunta; éstas relaciones de producción
corresponden a un grado dado del desarrollo de sus fuerzas
productivas materiales
EL modo de producción de la vida material domina en
general el desarrollo de la vida social, política e
intelectual. No es la conciencia de los
hombres lo que determina su existencia, por el contrario es su
existencia social lo que determina su conciencia. En cierto nivel
de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la
sociedad entran en choque con las relaciones de producción
existentes, y que no son más que su expresión
jurídica… Una sociedad jamás perece antes de que
se hayan desarrollado en su seno todas las fuerzas productivas
que ella puede contener; jamás se establecen relaciones
superiores de producción antes de que las condiciones
materiales de su existencia se hayan realizado en el seno mismo
de la antigua sociedad. Por eso la humanidad no se propone
jamás si no las tareas que puede cumplir: si se examina
mejor el problema, se comprobará siempre que la tarea
surge donde las condiciones materiales de su realización
ya han sido creadas, o están formándose. En
líneas generales los modos de
producción asiático, antiguo, feudal y
burgués moderno aparecen como las épocas
progresivas de la formación económica de la
sociedad. No se trata aquí de un antagonismo individual;
lo concebimos más bien como el producto de
las condiciones sociales de existencia de los individuos; pero
las fuerzas productivas que se desarrollan en el seno de la
sociedad burguesa crean simultáneamente las condiciones
materiales que permitirán resolver este antagonismo"
Hallamos en este texto todas las ideas esenciales de la
interpretación económica de la historia, con la
única salvedad de que el concepto de las
clases y el de la lucha de clases no figuran
explícitamente aquí. Sin embargo, es fácil
reintroducirlos a esta concepción general.
1. Primera idea, de carácter esencial: los hombres entran
en relaciones determinadas, necesarias, que son independientes de
su voluntad. En otros términos, corresponde seguir el
movimiento histórico mediante el análisis de la
estructura de las sociedades, las fuerzas de producción y
las relaciones de producción y no tomando como punto de
partida de la interpretación el modo de pensamiento de los
hombres.
2. En toda sociedad podemos distinguir la base económica o
infraestructura y la superestructura. La infraestructura
está formada esencialmente por las fuerzas y las
relaciones de producción, mientras que en la
superestructura figuran las instituciones
jurídicas y políticas,
al mismo tiempo que los modos de pensamiento, las
ideologías y las filosofías.
3. El factor dinámico del movimiento histórico es
la contradicción, entre las fuerzas y las relaciones de
producción. Según parece, las fuerzas de
producción son esencialmente la capacidad de una sociedad
dada para producir. Las relaciones de producción, parecen
caracterizarse esencialmente por las relaciones de propiedad.
Tenemos, en efecto, la fórmula: "Las relaciones de
producción vigentes o, lo que no es mas que su
expresión jurídica, las relaciones de propiedad en
el seno de las cuales han venido transformándose hasta
entonces". En otros términos la dialéctica de la
historia está formada por el movimiento de las fuerzas
productivas, que en ciertas épocas revolucionarias entran
en contradicción con las relaciones de producción
(es decir, al mismo tiempo las relaciones de propiedad y la
distribución de los ingresos entre los individuos o
los
grupos de la colectividad).
4. En esta contradicción entre fuerzas y relaciones de
producción es fácil introducir la lucha de clases
(pese a que el texto no aluda a ella). Basta considerar que en
los períodos revolucionarios (es decir, en los
períodos de contradicción entre las fuerzas y las
relaciones de producción) una clase adhiere a las antiguas
relaciones de producción, que se convierten en
obstáculo para el desarrollo de las fuerzas productivas; y
en compensación, otra clase tiene carácter
progresista, y representa las nuevas relaciones de
producción que, en lugar de ser un obstáculo en el
camino del desarrollo de las fuerzas productivas,
favorecerá todo lo posible el crecimiento de las mismas.
Pasemos de estas fórmulas abstractas a la
interpretación del capitalismo. En las sociedades
capitalistas, la burguesía adhiere a la propiedad privada
de los instrumentos de producción, y al mismo tiempo a
determinada forma de distribución de la renta nacional. En
compensación, el proletariado que constituye el otro polo
de la sociedad, y que representa otra forma de organización de la colectividad, se
convierte en determinado momento de la historia en representante
de una nueva organización de la sociedad. Esta nueva
organización señalará una fase ulterior del
proceso histórico, un desarrollo más avanzado de
las fuerzas productivas.
5. Esta dialéctica de las fuerzas y relaciones de
producción sugiere una teoría de las revoluciones.
Las revoluciones no son accidentes
políticos, sino expresión de una necesidad
histórica. Las relaciones de producción capitalista
se han desarrollado ante todo en el seno de la sociedad feudal.
La fuerza de producción deben desarrollarse en el seno de
la sociedad capitalista; las relaciones de producción
socialista deben madurar en el seno de la sociedad actual, ante
de que sobrevenga la revolución que señalará
el fin de la prehistoria.
Precisamente en función de
esta teoría de las revoluciones la segunda internacional,
la social democracia, se
inclinaba a una actitud
relativamente pasiva; era necesario que madurasen las fuerzas y
relaciones de producción del futuro antes de realizar una
revolución. La humanidad, dice Marx, no se propone
jamás sino los problemas que puede resolver: la social
democracia temía realizar demasiado pronto la
revolución, y por eso no la hizo jamás.
6. En esta interpretación histórica Marx no solo
distingue la infra y la superestructura, sino que opone la
realidad social y la conciencia: es la realidad social lo que
determina su conciencia.
7. Finalmente, un último tema incluido en este texto: Marx
esboza a grandes rasgos las etapas de la historia humana
según los regímenes económicos, y determina
cuatro: o para utilizar su expresión, cuatro modos de
producción, denominados asiático, antiguo, feudal y
burgués. Podemos dividir estos cuatro modos en dos grupos.
Los modos de producción antiguos, feudal y burgués
se sucedieron en la historia de occidente. Representan tres modos
diferentes de explotación del hombre por
el hombre. En
compensación, no parece que el modo de producción
asiático sea una etapa de la historia accidental. En
efecto, si el modo de producción asiático
caracteriza a una civilización diferente de la occidental,
se delinea la probabilidad de
que varias formas de la evolución histórica sean
posibles de acuerdo con los grupos humanos. Por otra parte, el
modo de producción asiático parece definido por la
subordinación de todos los trabajadores al estado. Si esta
interpretación del modo de producción
asiático es válida, la estructura social no se
caracterizaría por la lucha de clases, en el sentido
occidental del término, sino por la explotación de
la sociedad toda por el estado o la clase
burocrática.

5. Max weber:
protestantismo y capitalismo

Max Weber fue casi
exactamente contemporáneo de Durkheim, pero
fue muy distinto en importantes aspectos el clima intelectual
en que vivieron. Sin duda Durkheim estuvo al corriente de los
escritos de Max Weber.
La manifiesta ausencia de todo significado influjo
recíproco entre Durkheim y Weber ha sorprendido a menudo a
los escritores posteriores.. Mas aún, los primeros
estudios de Durkheim tienene un carácter mas bien
abstracto y filosófico; por su parte, las primeras obras
de Weber son estudios históricos de detalle.

Primeras Obras
La disertación doctoral de Weber (1889) es una obra de
carácter técnico que trata de las exposiciones
jurídicas que regulaban la empresa
comercial en la Edad Media.
Weber se ocupa principalmente de las ciudades mercantiles
italianas mostrando que el capitalismo comercial que se
desarrolló en ellas llevaba consigo la formulación
de principios legales que reglamentaban la proporción con
que se distribuían el riesgo y las
ganancias los que colaboraban en la empresa de
negocios. Ya
entonces Weber se preocupaba por el tema que tendría que
asumir un importante papel en sus
escritos posteriores: la repercución del derecho romano
en el desarrollo del sistema jurídico de la Europa medieval y
post-medieval.
La segunda Obra de Weber trata expresamente de la misma Roma.
También esta obra tiene un carácter marcadamente
técnico.
Éstos escritos quizás impotan mas por lo que nos
indican sobre la línea del creciente desarrollo
intelectual de Weber, que por la substancia de su contenido.
Manifiestan ya una preocupación de lo que sería el
principal centro de interés de
la posterior obra de Weber: la naturaleza de la empresa
capitalista, y las características específicas del
capitalismo europeo ocidental..
Igual que Marx, Weber considera que "la civilización
antigua es distinta a la medieval de una manera específica
y determinada", pero que Roma, en su impetuoso expansionismo,
alcanzó un nivel de desarrollo
económico comparable al de Europa en la incipiente
edad
moderna.
Es evidente la continuidad entre estps escritos históricos
iniciales y los estudios que Weber publicó inmediatamente
después de ellos, que tratan de dos facetas diferentes de
la economía alemana moderna: el primero es una investigación sobre la condición del
campesinado al este del Elba, los otros dos tratan de las
operaciones
del capital financiero en Alemania.
Entre 1894 y 1897 Weber escribió varios artículos
sobre las operaciones de bolsa y su relación con el
capitalismo financiero; rechaza la bolsa como una simple
"conspiración contra la sociedad". La idea de que la bolsa
no es mas que un medio de una minoría capitalista para
sacar beneficios, olvida completamente de las funciones
medidoras que cumple tal institución en la
economía.
Weber advierte claramente sobre las dificultades para una
reglamentación normativa de la bolsa, provocadas por el
crecimiento en escala y volumen de las
transacciones de la economía moderna. De este modo la
amplitud de las operaciones comerciales tiende a neutralizar los
controles éticos que son necesarios parea el
funcionamiento de las transacciones de mercado.
En su prolijo estudio sobre el trabajo agrícola en
Alemania weber analiza en un contexto diferente los efectos de la
extensión de las relaciones de mercado. El río Elba
señala una importante línea divisoria en la
estructura de la empresa agraria de la Alemania del siglo XIX. De
modo que al este del Elba había dos grupos distintos de
trabajadores agrícolas. Por una parte, los que estaban
vinculados a sus patronos por contratos anuales
y que vivían en condiciones económicas semejantes a
las de los tiempos medievales; por otra parte, los trabajadores
asalariados, contratados diariamente, cuyas condiciones de
empleo se
aproximaban a las del ploretariado industrial. En estas
circunstancias, aparecían unidas relaciones
laborales tradicionales y modernas de una manera
completamente inestable,, como advierte Weber en su obra.
A pesar de esto, la comercializacón de la agricultura no
lleva a una mejoría del nivel de vida de los trabajadores
sino que, al contrario, tiende a rebajarlo.
Al escribir Weber sus primeras obras tomó como punto de
partida la problemática contemporánea que
predominaba en la corriente principal de la jurisprudencia
y de la historia económica romana. Sin embargo hay que
reconocer que las comclusiones a que llegó Weber en estos
primeros estudios canalizaron cada vez mas su interés
hacia los temas que lo pusieron en relación directa con
los campos donde concentra el pensamiento marxista: en concreto, las
características específicas del capitalismo moderno
y las condiciones que rigen su aparición y
desarrollo.

6. Los Orígenes Del
Espíritu Capitalista

La ética
protestante y el espíritu del capitalismo, que Weber
publicó en forma de dos largos artículos en 1904 y
1905, señala su primera tentativa de confrontar ciertos de
estos temas a un nivel general.
Comienza La ética protestante sentando un hecho
estadístico del que quiero indagar la explicación:
el hecho consiste en que, en la Europa moderna, "los protestantes
participan con el porcentaje mas elevado, por relación a
la población total, en la posesión del
capital, en la dirección y en los mas altos puestos del
trabajo especializado, y mas aún entre el personal
técnico y comercial mejor preparado de las empresas
modernas". Los primeros centros de desarrollo capitalista a
principios del solo XVI eran firmemente protestantes. Se nos
ocurre fácilmente una de las posibles explicaciones de
esto: decir que la ruptura con el tradicionalismo
económico que aconteció en estos centros
motivó el que la gente se apartara también de la
tradición en general y de las instituciones religiosas en
su forma antigua en particular. Puede llegarse a la
conclusión de que tenemos que inspeccionar el
carácter específico de las creencias protestantes
si queremos explicar la conexión entre el protestantismo y
la racionalidad económica.
Así, la explicación típicamente marxista,
que procede principalmente de los escritos de Engels, sostuvo que
el protestantismo era un reflejo ideológico de los cambios
económicos en que se incurrió con el incipiente
desarrollo del capitalismo. Al negar que éste sea un punto
de vista adecuado, la obra de Weber parte de una aparente
anomalía. Precisar y explicar esta anomalía
constituye la originalidad real e La ética
protestante.
Pero resulta que el protestantismo en lugar de imitar el control de la
iglesia sobre
las actividades de cada día, exigió de sus
adherentes una disciplina
mucho mas vigorosa que el catolicismo, con lo cual introdujo un
factor religioso en todos los ámbitos de la vida
creyente.
Aclarar esta anomalía exige no sólo un
análisis del contenido de las creencias protestantes y una
evaluación de su influjo sobre las acciones de
los creyentes, sino también una especificación de
las características concretas del capitalismo occidental
moderno como forma de actividad económica. También
el capitalismo moderno presenta características
básicas que lo distinguen de las especies anteriores de
actividad capitalista. Todas las demás formas de
capitalismo que Weber distingue, se encuentran en sociedades
caracterizadas por el "tradicionalismo económico".
Si el patrono interesado en conseguir un grado de rendimiento lo
mas intenso posible, introduce el destajo o el incentivo a tanto
por pieza, a menudo, se produce como consecuencia, en lugar de lo
que deseaba, la disminución de la cantidad de trabajo
realizado. El trabajador tradicional no piensa en aumentar al
máximo su jornal diario, sino que mas bien considera
solamente cuanto trabajo tiene para realizar para satisfacer sus
necesidades habituales. "Lo que el hombre quiere por naturaleza
no es ganar mas y mas dinero, sino
vivir pura y simplemente, como siempre ha vivido, y ganar lo
necesario para seguir viviendo".

El tradicionalismo no es en absoluto incompatible con la
avidez de riquezas. "a menudo han estado es estrecha y directa
relación el desenfreno absoluto y consciente de la
voluntad de lucrarse y la fiel sumisión a las normas
tradicionales". La avaricia egoísta se encuentra en todas
las sociedades, y de hecho es más típica de la
sociedad precapitalista que de la capitalista.
El espíritu del capitalismo moderno viene así
caracterizado por una singular combinación de la
dedicación a la ganancia de dinero por medio de una
actividad económica legítima. Esto empalma con la
creencia en el valor de la
realización eficiente, como deber y una virtud, de la
vocación profesional que se ha escogido.
Una perspectiva tradicionalista, recalca Weber, no es del todo
incompatible con las formas modernas de empresa económica.
De ahí que la característica predominante que
distingue a la moderna economía capitalista es:
"… el estar racionalizada sobre la base del mas crítico
cálculo, el hallarse ordenada, con plan y
austeridad, al logro del éxito
económico aspirado; en oposición al estilo de vida
del campesino que vive al día, al privilegiar
tradicionalista del artesano gremial, y al capitalismo
aventurero, que atiende mas bien a la explotación de las
oportunidades políticas y a la especulación
irracional"
La ética protestante pretende solamente descubrir "de
qué espíritu es hija aquella forma concreta de
pensamiento y vida
racionales que dió origen a la idea de
profesión-vocación y a la dedicación
abnegada al trabajo profesional.
Weber muestra que el concepto de
"profesión-vocación" (calling) se formó en
tiempos de la Reforma. No se encuentra ni existe ningún
sinónimo del mismo , en el catolicismo, ni tampoco en la
Antigüedad. La vocación profesional del individuo
consiste en cumplir su deber para con Dios por medio de la
gestión
moral de su
vida de cada día. Esto motiva el énfasis que pone
el protestantismo en las solicitudes mundanas, lejos del ideal
católico de aislamiento monástico, con su rechazo
de lo temporal.

7. La Influencia Del
Protestantismo Ascético

Pero no se puede considerar al luteranismo como la
fuente principal del espíritu capitalista. Sin embargo, la
concepción que tuvo Lutero de la
profesión-vocación siguió siendo en varios
puntos bastante tradicionalista. La ulterior elaboración
del concepto de profesión-vocación fue obra de las
posteriores sectas protestantes, que constituyeron varias ramas
de lo que Weber denomina "protestantismo ascético".
Weber distingue cuatro corrientes principales del protestantismo
ascético: calvinismo, metodismo, pietismo y sectas
baptistas. El estudio que hace Weber del protestantismo
ascético no pretende una descripción general de sus dogmas, sino que
se interesa solamente por aquellos elementos de sus doctrinas que
afectan en forma más directa y significativa a la conducta
práctica de los individuos en su actividad
económica. La parte mas importante del análisis se
concentra en el calvinismo.
Weber sostiene que la consecuencia de esta doctrina para el
creyente debe haber sido de "una inaudita soledad interior".
"el asunto que para los hombres de la reforma era más
desicivo, la salvación eterna, el hombre se veía
obligado a recorrer solo su camino hacia un destino decretado por
él desde la eternidad". Desde este punto de vista crucial,
cada hombre estaba solo; no había nadie, ni sacerdote ni
laico, que pudiera interceder ante Dios para conseguir su
salvación. Esta erradicación de la posibilidad de
una salvación por medio de la iglesia y los sacramentos
es, según Weber, la diferencia mas desiciva que separaba
al calvinismo tanto del luteranismo como del catolicismo. Con
ello, el calvinismo provocó la conclución final de
un gran proceso histórico que Weber estudia detalladamente
en otra parte: el proceso gradual del "desencadenamiento del
mundo".
Es evidente que esto exponía al calvinista a una enorme
tensión. La pregunta desiciva, sobre la que todo creyente
debía
sentirse obligado a interrogarse (¿estoy yo entre los
escogidos?) no podía responderse.
El calvinismo exige de sus fieles una vida coherente y de
disciplina continua, con la cual erradica la posibilidad de
arrepentimiento y de remisión del pecado factible en la
confesión (el fiel puede confiar sabiendo que la
intervención del sacerdote le puede absolver de las
consecuencias de la caída moral).
De este modo, el trabajo en el mundo material goza para el
calvinista de la más alta valoración ética
positiva. La posesión de riqueza no exime de ningún
modo al hombre del precepto divino de afanarse en el trabajo de
su profesión.
La acumulación de riquezas se condena moralmente sobre la
medida en que constituye una incitación al lujo y a la
pereza.
Es decisivo en el anáñisis de weber el que estas
características no son consecuencias lógicas sino
psicológicas de la doctrina original de la
predestinación formulada por Calvino. La creencia en la
predestinación no es exclusiva del calvinismo, y sus
consecuencias para la actividad humana varían según
las demás creencias asociadas con ella y según el
contexto social en que se da.
Los orígenes del espíritu capitalista deben
buscarse, por tanto, en aquella ética religiosa que se
desarrolló de la forma mas precisa en el calvinismo.
Weber ensaya la ética protestante como una obra
pragmática: es una exploración preliminar de un
conjunto de temas muy complej; e insiste en que el alcance de su
aplicación es modesto y restringido. El principal logro de
la obra, según Weber, consiste en mostrar que la
instrumentalidad moral del espíritu del capitalismo es un
vástago inesperado de la ética religiosa de
calvinoy, de un modo mas general, del concepto de
profesión-vocación en el mundo, concepto por medio
del cual el protestantismo rompió con el ideal
monástico del catolicismo.
EL principal efecto de la Reforma, y de la posterior historia de
las sectas protestantes, fue trasladar esto desde el monasterio
al mundo ordinario
La ética protestante demuestra que hay una "afinidad
electiva" entre el calvinismo y la ética económica
de la actividad capitalista. Pretende demostrar que la
racionalización de la vida económica, actividad
característica del capitalismo moderno, está
vinculada a opciones valorativas irracionales. Se trata de una
tarea prelimianr a la evaluación de las relaciones
causales, tarea que en si misma, no basta para precisar las
causas.
Weber pone muy de relieve que el
material amnalizado en La ética protestante, descalifica
"la doctrina del materialismo
histórico ingenuo", según el cual las iedas, como
las que implican las creencias calvinistas, se consideran como
simples "reflejos" de las condiciones
económicas. 

 

 

Autor:

Brunencio

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