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Los Trastornos de la personalidad en el niño




Enviado por jjimenez



    Indice
    1.
    Introducción

    2. Conductas Extrañas o
    Excéntricas.

    3. Conductas dramáticas,
    emocionales o
    erráticas
    .

    5. Trastorno de la personalidad obsesivo
    – compulsivo

    6. Trastorno de la personalidad pasiva
    – agresiva

    7. Conclusión
    8. Bibliografía

    1.
    Introducción

    Los niños
    son susceptibles a mucho de los trastornos principales que
    afectan a los adultos, especialmente a las neurosis y las
    psicosis.
    Los diversos tipos de neurosis tipos de neurosis, a menudo son
    más difíciles de clasificar en los niños que
    en los adultos, no importa que adopten formas distintivas;
    Los principales tipos de psicosis que afectan a los niños
    son:
    Autismo
    infantil;
    Esquizofrenia
    infantil.
    Algunos especialistas en diagnostico consideran que el autismo es
    una forma mas temprana de esquizofrenia infantil y opinan que se
    confunden con los cuadros clínicos característicos de estos dos desordenes.
    Otros autores consideran que el autismo es un tipo especial de
    retraso mental.

    2. Conductas Extrañas o
    Excéntricas.

    Trastorno paranoide de la personalidad.
    Las personas que padecen un trastorno paranoide de la
    personalidad presentan varias características
    notorias:

    • Sentimientos injustificados de sospecha y
      desconfianza hacia otras personas.
    • Hipersensibilidad.
    • Expectativa, sin justificación suficiente de
      que otras personas explotaran y dañaran al
      individuo;
    • Una tendencia a encontrar significados ocultos o
      mensajes amenazantes en conductas o sucesos inofensivos (por
      ejemplo, sospechar que un vecino saca la basura
      temprano para molestarlo).

    Para estas personas es muy difícil tener
    relaciones estrechas con otras porque esperan una traición
    en forma constante.
    Los individuos paranoides rara vez buscan ayuda
    clínica.
    Si una situación se vuelve tan difícil que se ven
    forzados a buscar ayuda (por ejemplo, si requiere que trabajen
    muy cerca de otras personas), la labor mas difícil del
    terapeuta es traspasar la barrera de la sospecha. También
    son hipersensibles a la critica, haciendo que se les dificulte de
    manera especial, trabajar en puestos subordinados.
    Sienten un fuerte temor de perder la independencia
    y el poder de dar
    forma a los eventos. La
    simple sensación de ocupar una posición de rango
    inferior o con menos poder sería intolerable.
    Las personas con trastornos de este tipo, parecen frías,
    sin sentido del humor, poco sinceras y mañosas.
    Esta características no promueven las relaciones estrechas
    y satisfactorias; son reservadas y rara vez intiman con los
    demás, muchas de sus ideas extrañas pasan
    desapercibidas.
    A veces, su desempeño es insuficiente porque la
    preocupación por buscar motivos ocultos y significados
    especiales limita su capacidad para considerar y comprender las
    situaciones. Cuando surgen problemas,
    casi siempre se relacionan con el trabajo, ya
    que esta es un área en la cual resulta difícil
    evitar los contactos interpersonales.

    Rasgos clínicos del trastorno de la personalidad
    de la personalidad paranoide.
    Una persona que tiene
    varias de estas características se puede considerar que
    padece un trastorno de la personalidad paranoide .
    1. Espera, sin bases suficientes, que los demás lo
    exploten o dañen.
    2. Pone en duda, sin justificación , la lealtad y
    confianza que puede tener en compañeros y colegas.
    3. Busca significados amenazantes en frases o sucesos
    inofensivos.
    4. Guarda rencores o no perdona insultos o
    descortesías.
    5. Se niega a confiar en otras personas por el temor infundado a
    que la información se emplee en su contra.
    6. Percibe ataques contra su carácter o
    reputación que no son aparentes para otras personas y
    reacciona en forma rápida con enojo o contraataca.
    7. Tiene sospechas recurrentes, sin justificación alguna,
    con respecto de la fidelidad de su cónyuge o pareja
    sexual.

    Trastorno Esquizoide de la personalidad.
    Las personas que padecen este tipo de trastorno de la
    personalidad son reservadas, aisladas, en el aspecto social, y
    retraídas. Prefieren las actividades de trabajo y
    pasatiempos solitarios y carecen de la capacidad para establecer
    relaciones cálidas y estrechas. Estos individuos rara vez
    expresan sus sentimientos en forma directa.
    No solo tienen pocas relaciones con otras personas, sino que
    además parecen desearlas muy poco. En cualquier caso,
    tienen pocas habilidades sociales, a pesar que sus patrones de
    lenguaje y
    comportamiento
    no son extraños ni excéntricos. Asimismo, carecen
    de sentido del humor y parecen alejados de su entorno.
    Los hombres que padecen este tipo de trastornos pocas o raras
    veces se casan, las mujeres son más propensas a
    casarse.
    Las respuestas emocionales de los individuos con trastornos
    esquizoides parecen más bien insulsas y frías. Las
    clases de frustraciones que hacen que surjan expresiones de enojo
    en la mayoría de las personas, provocan poca hostilidad
    observable por parte de estos individuos.
    En ocasiones parecen distantes, absortos en sí mismos, con
    la mente ausente y no muy consciente ni interesados por lo
    que
    sucede a su alrededor.
    Como las personas, esquizoides no se sienten molestas por la
    falta de relaciones personales, son malos prospectos para la
    terapia (Akhtar,1987).

    Rasgos clínicos del trastorno de la personalidad
    esquizoide
    Una persona que tiene varias de estas características se
    puede considerar que padece un trastorno de la personalidad
    esquizoide.

    1. No desea ni disfruta las relaciones estrechas,
      incluyendo formar parte de una familia.
    2. Casi siempre elige actividades
      solitarias.
    3. Pocas actividades, si no es que ninguna, le provoca
      placer.
    4. Expresa poco, o ningún, deseo de tener
      experiencias sexuales con otra persona.
    5. Parece indiferente a la
      administración o critica por parte de los
      demás.
    6. No tiene amigos cercanos ni confidentes (o tiene solo
      uno).
    7. Muestra frialdad emocional, alejamiento y poca
      variación en sus emociones.

    Trastorno esquizotípicos de la personalidad.
    Las personas que padecen este tipo de trastorno, se caracterizan
    por excentricidades del pensamiento,
    la percepción, la
    comunicación y el comportamiento.
    Estas desviaciones nunca son tan extremas como las que se
    encuentran en los casos de esquizofrenia. Aun así, los
    médicos clínicos en muchos casos sienten la
    necesidad de buscar la posibilidad de distorsiones importantes,
    como el escuchar voces.
    Las personas que padecen trastornos esquizotípicos de la
    personalidad, como los individuos esquizoides, son
    retraídas, con emociones superficiales y carecen de
    capacidad para socializar. Los patrones del lenguaje de los dos
    grupos son muy
    diferentes.
    Aquellos que muestran un trastorno esquizoide de la personalidad
    no tiene excentricidades en el lenguaje, a
    pesar que quizá no cuenten con habilidades sociales.
    Por otra parte, aquellos individuos que padecen un trastorno
    esquizotípico de la personalidad no se dan a entender, ya
    sea porque emplean palabras y frases poco comunes o porque
    utilizan palabras de uso común en forma
    extraña.
    También son propensos a expresar sus ideas de manera
    confusa.
    En ocasiones, cuando están estresados, su pensamiento se
    deteriora y expresan ideas que parecen ilusorias. Estas
    características cognitivas y perceptuales son quizá
    lo más importante para distinguir el trastorno
    esquizotípico de la personalidad de los trastornos
    limítrofes o fronterizos y esquizoides de la
    personalidad.
    El comportamiento de las personas que padecen un trastorno
    esquizotípico de la personalidad puede llegar a ser
    extraño. Gran parte del tiempo parecen
    ser suspicaces, supersticiosas, y reservadas

    Rasgos clínicos del trastorno de la personalidad
    esquizotípica
    Una persona que tiene varias de
    estas características se puede considerar que padece un
    trastornos de la personalidad esquizotípica.

    1. Ideas de referencia (la creencia que la
      conversación, las sonrisas u otras acciones de
      la gente se refieren a uno mismo).
    2. Ansiedad social excesiva que no disminuye con la
      familiaridad y tiende a relacionarse con temores paranoides en
      lugar de juicios negativos.
    3. Creencias o pensamientos extraños de que tiene
      poderes mágicos (por ejemplo, "otras personas pueden
      experimentar mis sentimientos").
    4. Experiencias perceptuales poco comunes que incluyen
      ilusiones corporales.
    5. Lenguaje y pensamientos extraños (por ejemplo,
      muy vago, circunstancial, demasiado elaborado).
    6. Ideas paranoides o suspicacia.
    7. Comportamiento o apariencia extraña o
      excéntrica( gesticulaciones poco comunes, hablar consigo
      mismo, lenguaje extraño).
    8. No tiene amigos cercanos ni confidentes (o
      quizás solo uno ) que no sean familiare, sobre todo
      debido a la falta de deseo de contacto, la incomodidad
      constante con los demás o excentricidades.
    9. Afecto inapropiado o restringido (frío,
      restringido, etc.)

    Las personas con trastornos paranoides, esquizoides y
    esquizotípicos de la personalidad tienen en común
    un grado de alejamiento social y manifiestan comportamiento
    "extraño" o idiosincrásico que se puede observar en
    forma mucho más extrema esquizofrenia. El trastorno
    paranoide de la personalidad centra la atención en la sospecha y desconfianza
    hacia los demás; el trastorno esquizoide de la
    personalidad en la preferencia por las actividades solitarias,
    sin que necesariamente haya distorsiones en las percepciones de
    la realidad; y el trastorno esquizotípico de la
    personalidad se enfoca hacia la excentricidad y las distorsiones
    cognitivas-perceptuales.
    Los criterios para el trastorno de la personalidad
    esquizotípica se refiere a molestias persistentes en la
    percepción y conocimiento
    de la relaciones entre uno mismo y los demás. Estas
    alteraciones no se limitan a lo periodos de estrés;
    estan presentes casi todo el tiempo.

    3. Conductas
    dramáticas, emocionales o erráticas.

    El primer grupo de
    trastornos de la personalidad, que acabamos de revisar, se
    compone de individuos con un comportamiento de aislamiento. La
    segunda categoría comprende a las personas que buscan
    atención y cuyo comportamiento con frecuencia es muy
    notorio y bastante impredecible.

    Trastorno de la personalidad histriónica.
    Para los sujetos que padecen este tipo de trastorno de la
    personalidad, lograr la atención de los demás es
    una prioridad; en las relaciones
    interpersonales, casi siempre representan un papel, como
    "la estrella" o " la víctima".
    Estas personas le parecen a los demás vanidosas e
    inmaduras y tienden a hablar en forma dramática, exagerada
    y efusiva.
    Esta clasificación se emplea en los casos que presentan
    una expresión exagerada de las emociones, relaciones
    interpersonales tormentosas, una actitud
    egocéntrica y manipulación. La manipulación
    tal vez se manifieste en rasgos, amenazas o intentos suicidas,
    así como en otros comportamientos para atraer la
    atención, como males fisicos dramáticos. Los
    pacientes histriónicos generalmente solicitan la
    atención de los terapeutas debido a una sobredosis de
    droga u otra
    forma de intento de suicidio.

    Los individuos histriónicos casi siempre
    reaccionan demasiado rápido ante las situaciones que
    requieren de algún análisis y reflexión. No siempre
    centran su atención el tiempo suficiente para percibir los
    detalles de una situación y, como resultado de ello,
    tienden a responder con generalidades que tienen un matiz
    emocional.
    Cuando se pide a las personas que tienen una personalidad
    histriónica que describan algo, casi siempre responden con
    impresiones en lugar de realidades.
    Los individuos con este tipo de trastornos muy seguidos operan
    con base en las corazonadas y tienden a detenerse ante lo
    obvio.
    No sólo son susceptibles a sugestionarse y a dejarse
    influenciar por la opinión de los demás, sino que
    además se distraen con facilidad. Es fácil captar
    su atención, pero también es muy sencillo que
    ésta cambie de dirección. De modo que su comportamiento
    tiene una calidad dispersa.
    Estos problemas de atención también llevan a que
    las personas histriónicas parezcan increíblemente
    ingenuos ante las cosas triviales.
    Las personas con
    este trastorno de personalidad no se sienten amadas y, tal vez
    reaccionen ante este sentimiento, al tratar de hacerse
    sexualmente irresistibles.
    En particular las mujeres visten y se comportan en forma
    seductora, aunque en realidad no desean una actividad sexual
    intima. Las mujeres son más propensas que los hombres a
    que se les diagnostique como histriónicas.

    Rasgos clínicos de los trastornos de la
    personalidad histriónica
    Una persona que tiene varias de estas características se
    puede considerar que padece un trastorno de la personalidad
    histriónica.

    1. Expresiones de emociones que cambian con rapidez,
      pero son poco profundas.
    2. Se preocupan demasiado por el atractivo
      físico.
    3. Apariencia o comportamiento demasiado
      seductores.
    4. Se siente incómodo cuando no es el centro de
      atención.
    5. Lenguaje en exceso impresionista, carente de
      detalles.
    6. Es intolerante o se frustra en exceso ante
      situaciones que no funcionan precisamente como lo
      desea.
    7. Considera que las relaciones tienen más
      intimidad de la que en realidad tienen.
    8. Expresiones exageradas de emoción con mucha
      dramatización.

    Trastorno de la personalidad narcisista
    La palabra "narcisismo" proviene del mito
    clásico acerca de un hombre joven,
    Narciso, quien se enamoró de su reflejo en un estanque.
    Como nunca pudo asir su propia imagen, se
    desesperó y murió de angustia.
    Las personas con este trastorno tienen un sentido exagerado de su
    propia importancia o singularidad y pueden pasar por horas
    fantaseando acerca de sus éxitos, belleza y poder.
    Las personas que lo padecen son incapaces de comprender
    cómo se sienten los otros; si se le critica, desprecia o
    ignora, puede reaccionar con una fría indiferencia o
    sentir rabia, humillación, etc.

    Rasgos clínicos del trastorno de la personalidad
    narcisista.
    Una persona que tiene por lo menos cinco de estas
    características se puede considerar que padece un
    trastorno de la personalidad narcisista.

    1. Sentido exagerado de la importancia de sí
      mismo, exageración de los logros y talentos personales y
      necesidad de que los demás reconozcan su
      superioridad.
    2. Fantasías de éxito, poder y belleza
      ilimitados.
    3. Sentido de la condición de especial y
      único que pueden apreciar sólo otras personas o
      instituciones especiales o de alto nivel (por
      ejemplo, los patrones).
    4. Requiere de admiración y atención
      excesiva.
    5. Sentido de acreditación, espera un trato
      especial favorable o el cumplimiento automático de las
      expectativas personales.
    6. Explota a otras personas, se aprovecha de
      ellas.
    7. Carece de simpatía por las necesidades y
      sentimientos de otras personas.
    8. Con frecuencia siente envidia de los demás o
      cree que los demás lo envidian (se resiente por los
      privilegios o logros de aquellas personas que considera menos
      especiales o merecedoras).
    9. Comportamiento o actitudes
      arrogantes y altaneros.

    Trastorno de la personalidad limítrofe o
    fronteriza.
    Este se reconoció oficialmente como un diagnostico en
    1980. Desde ese momento, la categoría limítrofe o
    fronteriza se ha empleado con tanta frecuencia, que 20% de los
    pacientes psiquiátricos reciben este diagnóstico y se calcula que ocurre entre
    tres y cinco por ciento de la población general(francés y
    Widiger,1986).
    Los comportamientos autodetructivos se conocen como la
    "especialidad conductual" de aquéllos que tienen el
    trastorno de la personalidad limítrofe o fronteriza.
    La autodestrucción es la característica de los
    individuos con personalidad limítrofe o fronteriza que
    genera más problemas para aquellas personas que tratan de
    ayudarles.
    Las personas con este tipo de padecimiento reaccionan de maneras
    excesivas, pueden estallar en cólera al percibir un
    desaire o una critica.
    Cuando se trastornan emocionalmente emocionalmente, sienten
    desintegrarse y son incapaces de pensar de una manera lógica
    para solucionar un problema.
    Con frecuencia se sienten vacíos y aburridos y
    "desintegrados" y buscaran sensaciones extremas para sentirse
    "íntegros" o sentir algo. pueden cometer excesos
    (ingiriendo comidas, fármacos) por consuelo, lo que con
    frecuencia resulta en una espiral descendiente de estrés,
    presiones económicas y fracasos.
    Paradójicamente, no soportan estar solas, aunque su
    conducta hace
    imposible que mantengan relaciones duraderas con los
    demás.
    Pueden cambiar de un estado de
    animo normal a la depresión,
    irritabilidad o ansiedad que dura varias horas y después
    desaparece.

    Trastorno de la personalidad antisocial
    Este se relaciona con el crimen, la violencia y la
    delincuencia.
    Las características esenciales de este trastornos incluyen
    antecedentes de trastorno de la conducta a nivel crónico.
    Este comportamiento empieza antes de los 15 años y
    continúa durante la edad adulta.
    En algunos de los comportamientos siguientes, se pueden encontrar
    evidencias de un trastorno de la conducta antes de los 15
    años de edad:

    • Haraganería;
    • Suspensión de la escuela;
    • Arresto;
    • Huir de casa;
    • Decir mentiras;
    • Participar en relaciones sexuales;
    • Consumir alcohol,
      tabaco, u otras
      drogas no
      prescritas, en una edad muy temprana en comparación con
      sus compañeros;
    • Robo;
    • Vandalismo;
    • Participación en peleas;
    • Y violación de las reglas de la casa y la
      escuela.

    El patrón de comportamiento irresponsable o
    antisocial después de los 15 años incluye varias de
    estas características:

    • Inestabilidad para conservar un registro de
      trabajo consciente;
    • Actos antisociales repetidos, como robar, destruir
      una propiedad, y
      molestar a otras personas;
    • Peleas o agresiones repetidas;
    • Fracaso para cumplir con las obligaciones
      económicas;
    • Fracaso para planear con
      anticipación;
    • Imprudencia, sobre todo al manejar;
    • Malos tratos o descuido de los hijos;
    • Promiscuidad sexual;
    • Y ausencia total de remordimientos al dañar a
      otras personas.

    Desde el punto de vista de la psicología anormal,
    las propiedades que definen las personalidades antisociales no
    son los actos particulares que realizan (por ejemplo, robar un
    Banco o
    asaltar una tienda), sino la concepción tan arraigada que
    tiene de la vida.
    Parece que siempre participan en un juego en el
    cual los demás individuos existen como piezas que se
    pueden manipular y utilizar y, es la participación en este
    juego la que lleva a las personas a tener problemas con la
    ley.
    En un aspecto más negativo, los individuos pueden ser
    crueles, sádicos o violentos. Casi nunca demuestran
    ansiedad y no se sienten culpables.
    Los rasgos que mostramos en el cuadro a continuación sobre
    la personalidad antisocial, provocan dificultades obvias en las
    relaciones interpersonales debido a la insensibilidad que
    presentan los individuos afectados por este tipo de trastorno, la
    incapacidad de establecer lazos significativos y duraderos con
    otras personas y la negligencia hacia las normas
    sociales.

    Rasgos clínicos del trastorno de la personalidad
    antisocial
    Una persona que tiene varia de estas características se
    puede considerar que padece un trastorno de la personalidad
    antisocial.

    1. Desenvoltura, superficialidad.
    2. Egocentrismo, aire de
      grandeza.
    3. Falsedad, manipulación.
    4. Carencia de remordimientos.
    5. Carencia de simpatía.
    6. Impulsividad.
    7. Irresponsabilidad.
    8. Enojo y frustración.
    9. Antecedentes de problemas conductuales persistentes,
      variados y serios como niño y adolescente.
    10. Comportamiento antisocial en la edad
      adulta.

    4. Conducta ansiosas o
    temerosas

    Los trastornos que pertenecen a este grupo comparten
    muchas características con los trastornos de la
    personalidad que ya describimos. Los que los hace diferente es
    que cada uno de estos trastornos tienen un componente importante
    de ansiedad o temor.
    Trastorno de la personalidad evitativa
    Este se caracteriza por baja autoestima,
    temor a la evaluación
    negativa y una abstinencia conductual, emocional y cognoscitiva
    de la interacción social. En la terapia, las
    personalidades evitativa expresan poco afecto, aceptación
    y amistad.
    El temor al rechazo desempeña un papel clave para que
    estas personas se alejen de las relaciones personales. No
    establecen una relación a menos que la otra persona les
    ofrezca una garantía poco común de
    aceptación sin critica.
    El conflicto que
    experimentan es por desear afecto y, al mismo tiempo, dudar de la
    aceptación que tendrán por parte de los
    demás. No parecen ser capaces de liberarse de la creencia
    de que cualquier intento de amistad terminara en dolor y
    desilusión.
    Están atrapados entre el deseo del contacto humano y el
    temor que éste le provoca.
    Los individuos que padecen este tipo de trastorno parecen
    tímidos y aislados, y quizás también
    fríos y extraños, para aquellas personas que tienen
    un contacto superficial con ellos.
    Un mecanismo de control que los
    individuos con trastorno de la personalidad evitativa, son
    propensos a utilizar la hipervigilancia.
    Evalúan en forma continua todos sus contactos con los
    seres humanos para encontrar señales de decepción,
    humillación o reacciones negativas. Como resultado de ello
    son capaces de detectar el más mínimo rastro de
    indiferencia o molestia, hacen tormentas en un vaso de agua.
    Sin embargo está técnica de revisar continuamente
    el entorno, es autodestructiva porque aumenta la probabilidad de
    que encuentren la clase de respuesta negativa que esperan.
    Las personas con este tipo de trastorno, tienden a exagerar los
    peligros potenciales de ciertas situaciones; por ejemplo, suelen
    negarse a utilizar autobuses o cualquier otro tipo de transporte
    público aunque otros individuos no duden de su seguridad.
    La vida de las personas que sufren este tipo de trastorno, esta
    controlada por el temor a parecer absurdo o sentirse
    avergonzado.
    Una consecuencia desafortunada de este retraimiento para el
    contacto con los demás y las experiencias nuevas, es que
    les queda más tiempo para preocuparse por sus propios
    pensamientos y para recordar experiencias dolorosas
    anteriores.

    Rasgos clínicos del trastorno de la personalidad
    evitativa
    Una persona que tiene varias de estas características se
    puede considerar que padece un trastorno de la personalidad
    evitativa

    1. Se anticipa y preocupa por lo que lo rechacen o
      critiquen en situaciones sociales.
    2. Tiene pocos amigos, a pesar que desea
      tenerlos.
    3. No está dispuesto a involucrarse con la gente
      a menos que esté seguro de que
      va a agradar.
    4. Evita las actividades sociales o de trabajo que
      comprenden un contacto interpersonal significativo.
    5. Inhibe el desarrollo
      de las relaciones intimas (a pesar de que las desea) por el
      temor a parecer absurdo, al ridículo y a sentirse
      avergonzado.
    6. Posee poco valor
      personal porque
      percibe en si mismo falta de aptitudes sociales y de cualidades
      de atractivo personal.
    7. Por lo general, se niega a participar en situaciones
      o actividades nuevas por el temor a sentirse
      avergonzado.

    Trastorno de la personalidad dependiente
    Las personas que presentan este trastorno de la personalidad
    presentan dos características básicas:
    1ro. – Permiten en forma pasiva que otras personas tomen todas
    las decisiones importantes en su vida porque no tienen confianza
    y se sienten incapaces de funcionar de manera independiente.
    2do. – Para asegurarse de que no perderá su
    posición dependiente, someten sus propias necesidades a
    las necesidades y demandas de otros.
    Las personalidades dependientes temen a la separación y
    tienen una necesidad excesiva de que alguien se preocupe por
    ellas. Como consecuencia de ello, son sumisas y demasiado
    apegadas.
    Los individuos dependientes tratan de volverse tan complacientes
    que nadie sería capaz de abandonarlos. Son
    retraídos, siempre complacientes y tratan de congraciarse
    en forma continua. Si se les deja solos, se sienten
    vacíos, en extremo ansiosos e incapaces de funcionar.
    Los individuos dependientes creen que deben actuar con
    sumisión y obediencia con el objeto de conservar a las
    demás personas. También se comportan de manera
    afectuosa y con admiración por sus protectores.
    Las causas de los trastornos de la personalidad dependiente no
    están claras. Una posibilidad es que los individuos
    dependientes tienen padres sobreprotectores que les hicieron la
    vida tan fácil cuando eran niños que nunca
    aprendieron habilidades para el afrontamiento.
    Algunos teóricos sugieren que los niños
    dependientes estaban unidos de manera insegura a su madre o a las
    personas que los cuidaban, o bien, que no tuvieron relaciones
    cercanas con otras personas durante la niñez.
    Hasta el momento, ambas ideas son hipótesis interesantes pero no
    comprobadas.

    Rasgos clínicos del trastorno de la personalidad
    dependiente
    Una persona que tiene varias de estas características se
    puede considerar que padece un trastorno de la personalidad
    dependiente.

    1. Es incapaz de tomar las decisiones sin la
      asesoría y seguridad excesivas por parte de otras
      personas.
    2. Permite o alienta a los demás para que tomen
      decisiones importantes en su vida (por ejemplo, para casarse,
      donde vivir, tener hijos).
    3. Tiene dificultad para expresar su desacuerdo con
      otras personas por el temor a que se enojen o pierda el
      apoyo.
    4. Tiene dificultades para iniciar actividades en forma
      independiente debido a la falta de confianza en el juicio o las
      habilidades personales.
    5. Hace cosas excesivas para obtener aceptación y
      apoyo de los demás.
    6. Se siente incómodo o indefenso cuando
      está solo debido a un temor exagerado a ser incapaz de
      cuidarse a sí mismo.
    7. Cuando termina una relación estrecha, busca de
      manera indiscriminada otra relación que le ofrezca
      aceptación y apoyo.
    8. Con frecuencia se preocupa por el temor a tener que
      cuidar de sí mismo.

    5. Trastorno de la
    personalidad obsesivo – compulsivo

    Este trastorno de la personalidad es similar al
    trastorno de la ansiedad obsesivo – compulsivo, pero ambos
    trastornos son diferentes.
    Los individuos que padecen el trastorno de la personalidad O.- C.
    son rígidos y limitados en su comportamiento, pero no
    muestran un pensamiento obsesivo que parezca llegar al
    consciente, tampoco participan en la clase de rituales
    irracionales que realizan las personas con trastorno de la
    ansiedad obsesivo – compulsivo.
    Los individuos con el trastorno de la ansiedad consideran que su
    comportamiento es inadaptado y perturbador, pero no pueden dejar
    de comportarse de esa manera.
    Las personas compulsivas se han descrito como "maquinas
    vivientes"
    (Reich, 1933, 1949).
    Como dijo un paciente su vida era como "un tren que funcionaba
    con eficiencia y
    rapidez, jalando una carga sustancial, pero sobre unas
    vías equivocadas"
    (Saphiro, 1965).
    Un trastorno de la personalidad O. C. tiene varias
    características. Una de éstas es la falta de
    habilidad para expresar muchas emociones cálidas y
    tiernas. En vez de ello, una persona que padece este trastorno
    parece rígida, formal y seria en extremo.
    El perfeccionismo extremo también es un problema porque se
    centra en los detalles pequeños y en la elaboración
    de normas en lugar de en la realización del trabajo. Esta
    firmeza lleva a una incapacidad para percibir el "panorama
    completo".
    Las personas que padecen este trastornos centran su
    atención en las normas y la limpieza y quizá se
    sientan molestas por cualquier cosa que esté fuera de
    lugar.
    También es típica una concentración excesiva
    en el trabajo y la productividad.
    Incluso el placer se convierte en trabajo.
    Este trastorno también se caracteriza por la
    indecisión, estos individuos tienen grandes dificultades
    para tomar decisiones porque se pueden equivocar. Su incapacidad
    para tomar decisiones puede llegar al extremo que pueden lograr
    relativamente poco.
    Su placer proviene de planear un trabajo, no de hacerlo.
    Un individuo que padece el trastorno de la personalidad obsesivo
    – compulsivo, por lo general acude al tratamiento
    sólo cuando se ve amenazado el estilo de vida que
    creó con tanto cuidado. Esto puede suceder cuando un
    cónyuge se desespera y se va, cuando un jefe decide
    despedir al empleado problemático o cuando existe una
    acumulación de sucesos estresantes que hacen posibles el
    desempeño normal.

    Rasgos clínicos del trastorno de la personalidad
    obsesivo – compulsivo
    Una persona que tiene varias de estas características se
    puede considerar que tiene una personalidad obsesiva –
    compulsiva.

    1. Perfeccionismo que interfiere en la
      realización de las tareas.
    2. Preocupación por los detalles, normas, listas
      y horarios.
    3. Negación a delegar las tareas o a trabajar con
      otras a menos que se apeguen a su forma de hacer las
      cosas.
    4. Devoción excesiva al trabajo y a la
      productividad hasta el punto de excluir las actividades de
      descanso y amistades.
    5. Exceso de consciencia e inflexibilidad para asuntos
      de la moral o
      ética.
    6. Expresión ilimitada de las emociones
      cálidas.
    7. El dinero se
      considera como algo que representa una seguridad para las
      catástrofes futuras y el gasto en sí mismo u
      otras personas es muy limitado.
    8. Incapacidad para desechar objetos desgastados o sin
      valor, aún cuando no tienen valor
      sentimental.
    9. Comportamiento que por lo general es rígido y
      obstinado.

    6. Trastorno de la
    personalidad pasiva – agresiva

    Los individuos que sufren este tipo de trastorno de la
    personalidad suelen resistirse a las demandas de desempeño
    adecuado, tanto en el trabajo como en su vida social.

    A pesar que tienen la capacidad de comportarse de manera
    más efectiva, sabotean sus logros por medio de la
    dilatación, la ineficacia intencional, la
    obstinación y el olvido.
    Como su nombre lo sugiere, las personalidades pasivas –
    agresivas se resienten por las demandas que se les hacen, pero en
    lugar de expresar estos sentimientos de manera directa, reflejan
    su enojo por medio de la resistencia
    pasiva y el impedimento del logro de los objetivos.
    Por ejemplo, si un supervisor le pide a una persona pasiva
    – agresiva (empleado), que le haga un informe complejo
    para el día siguiente en la mañana, es más
    probable que extravíe algunos de los datos que se
    necesitan, en lugar de decir a su supervisor en forma directa que
    su petición no es razonable.
    El comportamiento de un individuo pasivo – agresivo se
    puede comparar con una situación que suele encontrarse en
    la crianza de los hijos. El niño lleva a los padres hasta
    el límite del control y después retrocede a tiempo
    para evitar el regaño.
    Al igual que el niño, el individuo pasivo – agresivo
    es en extremo sensible a los límites de
    los demás y llega hasta éstos pero no los
    traspasa.
    Los mecanismos de afrontamiento pasivos – agresivos por lo
    general no son una forma efectiva de vivir, pero los individuos
    de este tipo, parecen no darse cuenta de que su propio
    comportamiento contribuye a hacer las situaciones más
    difíciles.

    Rasgos clínicos del trastorno de la personalidad
    pasiva – agresiva
    Una persona que tiene varias de esta características se
    puede considerar que padece un trastorno de la personalidad
    pasiva – agresiva.

    1. Demora la realización de las tareas rutinarias
      que necesita llevar a cabo, en especial aquéllas que
      alguien más solicita.
    2. Se enoja, irrita o discute cuando alguien le pide que
      haga algo que no quiere realizar.
    3. Parece trabajar con mayor lentitud en forma
      deliberada o no hace un buen trabajo cuando se trata de tareas
      que no quiere realizar.
    4. Protesta, sin justificación alguna, porque
      otras hacen peticiones irracionales.
    5. Evita las obligaciones al aducir que se le
      olvidan.
    6. No cumple con su parte del trabajo y así
      obstaculiza los esfuerzos de los demás.
    7. Critica o desprecia a las personas que ocupan
      posiciones de poder en un grado irracional.

    7.
    Conclusión

    Al concluir este trabajo, hemos tenido la oportunidad de
    conocer el papel que pueden jugar los diferentes tipos de
    trastorno de personalidad en nuestra vida y como pueden en
    ocasiones provocar gran tensión a las personas afectadas,
    lo cual les parece difícil cambiar su forma de pensar
    sobre las situaciones que viven y responder ante estos.
    También de como los problemas clínicos se
    intensifican cuando, como es casi siempre el caso, la persona no
    considera sus patrones de comportamiento inadaptados o
    indeseables, aun cuando las consecuencias desagradables y
    contraproducentes de esas conductas sean obvias para los
    demás.

    8.
    Bibliografía

    1. Irwin G. Sarason, Psicología anormal, problema
      de la conducta inadaptada, Séptima
      edición.
    2. Irwin G. Sarason, Psicología anormal,
      problemas de la conducta desadaptadas, editorial Trillas
      México 1980, primera
      edición.
    3. John M. Clerghorn, Enfermedades mentales,
      Editorial el manual moderno
      S.A de C.V México.
    4. Marck R. Rosenzueig, Psicopatología
      fisiológica, Mcgraw-Hill segunda
      edición.
    5. Neil R Carbon, Psicología Fisiológica,
      editorial México tercera edición.

     

     

     

    Autor:

    José Jiménez

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