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Colección “Revisión Cultural” (desde 1978) (página 13)




Enviado por Ramon Ramonet Riu



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25

Tanto las intrigas palaciegas como disidencias
sacerdotales, harían a veces fluctuar las devociones.
Así en las XI y X Dinastías (2160-2040 a.C.) el
culto a Osiris y a Horus fue abandonado, e incluso la capital
pasó de Menfis a Heracleópolis. Es más,
hacia el año 1300 a.C. los veneradores de Horus (quienes
lo habían asociado a diversos animales desde el año
1250) se pasaron a Amón-Ra (conceptos sinónimos),
el único dios que nunca les había
fallado.

Los sacerdotes de Amón-Ra en On y en Tebas
tuvieron un prestigio cercano al gobernante de turno. Sólo
el faraón Akenaton padeció ser apartado del trono
por haber intentado oponerse con su culto solar a la multitud de
divinidades que proliferaban, y para ello hizo tabla rasa y
también quiso borrar la memoria de Ra. Su nueva capital
Al-Amarna fue abandonada una vez depuesto él, porque si
bien fue un innovador místico, también fue el
primer represor fundamentalista. No está claro como
terminó sus días. Quienes defienden que huyó
liderando al pueblo judío, como ya anticipé, pueden
incluso identificarlo con Moisés, porque ya tendría
Akenaton mucha experiencia al haber hecho asentar a los suyos en
Al-Amarna, la nueva capital de su dios único
Atón.

Pero esto son anécdotas en estas páginas
que se ocupa de la cara descubierta en la meseta donde los
principales constructores de grandes pirámides prefirieron
centrar su devoción. De Keops y de Kefrén lo
más seguro es el hecho de que ambos reyes intentaron
imponer el monoteísmo sin conseguirlo. Aquel desasosiego
sacerdotal está claro que terminó al ser nombrado
el rey Micerinos (Men-Kau-Ra), pues a pesar de que su propio
nombre lo contradecía, disimuló bien su
opinión decretando que en lo sucesivo se debía
restar importancia al culto al dios Ra. Como siempre los
sacerdotes volverían a gozar de múltiples
donaciones y limosnas para sus incontables
divinidades.

A la muerte de Micerinos los sacerdotes de On lograron
aupar al poder a otro de sus iniciados. Se llamaba Shepseskaf
(+2429 a.C.), y lo acreditó como legítimo
faraón el hecho de casarse con la olvidada hija de
Micerinos. No sólo era sacerdotisa de On, sino
además hija de faraón nieta de Keops, y fue luego
madre de otros tres faraones que dejaron establecidos cambios
bastante curiosos. El primero y más inexplicable,
sería el olvido de las inconcebibles normas constructivas
aplicadas para elevar las mayores pirámides de
Giza.

DIVINIDADES ENFRENTADAS: EL DOGMA – LO
ACCESORIO

La religión de los antiguos egipcios fue tan
ingenua como sus mismo arte pictórico pone en evidencia.
Hay que tener siempre en cuenta de distinguir lo que fueron sus
dogmas de aquello que sería accesorio (supersticiones,
ritos,etc.). Una vez presentado Abydos, el caso es que la parcela
donde Osiris tuvo rituales de mayor prestigio fue en la meseta de
Giza. Eran los tiempos que el gnosticismo egipcio alcanzó
su cenit. Más que aprender intelectualmente sobre lo
divino, los iniciados experimentaron vivencias capaces de su
óptimo autoconocimiento.

Aun cuando admiro la línea de
investigación abierta por el autor Zecharia Sitchin en su
libros: "El 12 planeta", etc., admito que quizá en tiempos
predinásticos, en dos estados vecinos de Egipto gobernaron
dos parejas de hermanos que estaban destinados a ser inmortales.
Éstos se llamaron, por una parte Osiris y Isis (esta
última al parecer poseedora de mágicas artes), y
por otra Seth y Neftys. Los cuatro personajes se
recordarían todavía cuando en tiempos de las
dinastías históricas se representaban en secreto
los ritos mistéricos egipcios del dios Osiris, el
más importante de todos ellos, el cual debió de
nacer en Bursiris, la zona del delta del Nilo que, según
parece, él dominó en vida.

Osiris fue identificado con la constelación de
Orión (como la negra diosa Isis lo fue con la estrella
Sirio). Osiris sería el específico dios del llamado
Duat, nombre del otro mundo subterráneo y de
intermediación entre la vida y el más allá.
Primero los reyes, y en dinastías posteriores los llamados
faraones, fueron vistos cada uno cual "rey-dios-puente", y
tuvieron el papel de mediador entre cielo y tierra, de modo que
al morir se perdía un cierto tiempo la conexión de
sus devotos súbditos con las estrellas, durando los
setenta días que se tardaba en momificar su
cadáver.

Osiris fue el único dios egipcio que
conoció la muerte y que también comparte con
Jesucristo su resurrección. Así como se lee en la
Epístola "1ª. Corintios": "Siembra cuerpo animal,
surge cuerpo espiritual", sabemos que de Osiris, como cuerpo, hay
escrito en los Textos de las Pirámides (285): "Te hundes
en la tierra hacia la oscuridad,…(pero como espíritu)
tú ves a Ra en sus lazos (rayos solares del
atardecer)…El Señor de la Paz te dará la
mano".

El rito de Osiris tuvo por núcleo central el
modelado con barro de una escultura de la dicha divinidad
amortajada en la que se hundían miles de semillas. El
grano germinaba al cabo de un tiempo de permanencia enterrado y
generando nueva vida se convertía en un Osiris vegetal.
Debió ser algo parecido, pero sin vida, al Hombre de
Musgo, que en la Península Ibérica desfiló
en fiestas de Corpus, en especial famosa la de Béjar
(Jaén), pero de origen prehistórico, al menos en la
comarca del Solsonés, donde dio pie al nombre del pueblo
Molsosa. (degeneración de Hombre de Musgo). Es una inmensa
verdad que cuando la tierra recibe lo necesario jamás
fallará, sino que devolverá al esforzado cultivador
el "mil por uno". Una generosidad que estimula al observador
atento a obrar noble y abiertamente para con los demás,
seguro de que se beneficiará primero él
mismo.

Giza en la Edad Antigua tuvo un nombre distintivo
propio, el cual se recordaría en los jeroglíficos
como Rastau. Significando cementerio, al parecer su sentido
más profundo es el de túneles subterráneos,
alguno de los cuales se han podido verificar en Giza expresamente
cegados. El año 2008 se redescubrió una red de
túneles subterráneos del complejo Giza, lo cual se
hizo público en Agosto de 2008, después de la
expedición dirigida por Andrew Collins, quien
descubrió que, gracias a la alineación con las
estrellas de la constelación de Cygnus, la TCO
(Teoría de Correlación con Orión), aparecen
justo en el punto donde la estrella Cygnus debería estar
dentro del Duat, para que el modelo estelar en la tierra fuera
adaptable a los cálculos egipcios.

Andrew Collins encontró las claves dejadas por un
antiguo investigador y diplomático Británico Henry
Salt en 1817, quien junto con el italiano G. Caviglia
habían investigado una red de catacumbas en Giza antes de
atravesar una "espaciosa cámara", la cual comunicaba con
laberínticos pasadizos. Tales tumbas de Giza, según
Collins: "Son naturales y penetran en la roca cientos de metros
siguiendo el curso geológico de la propia falla;…y
sospecha que los túneles se extienden más
allá de la segunda pirámide (donde la
tradición antigua ubica la legendaria tumba de
Hermes).

Justo donde, desde el templo más antiguo llamado
Heliópolis (On del Norte), veían al dios Osiris
enterrado a occidente y bajo tierra. Según el antiguo
escrito lleno de mágicas fórmulas: "Papiro de
LEIDEN" (nº 55), el sacerdote diría así: "-Yo
soy la "CARA de BELIER"…". En su magia ritual no pudieron pasar
por alto lo referente a la muerte y resurrección. Las
ideas que en lo suceasivo fueron de unidad cósmica (que
sabían desmembreda), y la durabilidad, tal como se
evidencia con las tres mayores pirámides de Giza. La
obsesiva idea de recobrar lo que se tenía ya antes de
nacer, hacía para los antiguos egipcios imperiosa la
necesidad de que en algún sitio de su país
existiese una verdadera Puerta dimensional.

Se dedicaron más que nadie a afrontar la
temporalidad de la vida biológica, siempre temida por lo
que significa de disgregación del cuerpo. Suponiendo pues,
que el tiempo fuese el poder que creyeron más real, ellos
apostarían por la memoria, ya que lo puede vencer cuando
recordamos cosas vividas. Lo expresaron con piedra, porque en las
páginas del "Génesis" quedó expresada la
dicha idea, y ello gracias a que Moisés fue uno de
aquellos iniciados, y sin duda de los más aventajados. La
piedra es mediadora entre Dios y los hombres: "…Y esta piedra
que he alzado como un pilar será la casa de Dios". En
efecto, hoy sabemos mejor que nunca que aquello que en el mundo
es más capaz de acreditar una cosa al cabo del tiempo, es
su utilidad. Y no sólo de las cosas, sino de
también las ideas y la vida misma.

Estamos capacitados para hacer tanto el bien como el
mal, así resulta que por nuestros actos tanto podemos
ponernos a la altura de los ángeles como de los vegetales.
Por nuestro nacimiento somos seres mortales, pero también
capaces de aspirar a la inmortalidad, … si entendemos que ese
dios interior que nos hace tan orgullosos hasta el punto de
agraviar sin motivo a los semejantes, lo enfocamos a moldear el
alma propia tras el sincero deseo de superar nuestra faceta
animal. En Egipto escribieron en una de sus fórmulas
sagradas, seríamos: "El que llegará a ser Sol", o
sea el hijo de Ra (Sa-Ra) condicionándolo a salir bien
aquilatado de la "pesada del alma" tras la muerte. No fueron los
únicos, pues los hindúes aún lo presentan
más fácil: "La muerte no existe y por lo tanto no
merece que luchemos contra ella".

Una vez más la luz del sol nos
brinda la oportunidad para ejercitar el libre albedrío. El
Mito de la Creación del Antiguo Egipto explica que cuando
Ra se cansó de los problemas que le daban los humanos -e
incluso Hathor-, se retiro a los cielos montando una gran vaca. A
partir de entonces su delegado en el gobierno del mundo fue Thot
(la Luna), quien enseño a la gente tanto artes como
escritura, así como a que fuesen también capaces de
auto-gobernarse. Toth mantuvo la paz durante 1570 años la
misma dinastía (era el Período Neolítico en
Oriente Próximo). Del castigo a la humanidad hubo la
excepción del sabio Noé y sus familiares. Ellos
eran los destinados a procrear una regenerada especie de
personas, pero aun así siempre ha continuado siendo muy
problemática en todas partes superar la faceta
animal.

LA CÁMARA SECRETA DE
SOKAR

En época tardía las ceremonias de
ultratumba siguieron un ritual que incluyó un paisaje
celeste calcado al terrestre, que se concentró en la
necrópolis de Giza llamada desde antiguo Rostau, donde se
creyó oculta la tumba de Osiris en algún
subterráneo ignorado. No tuvieron dudas respecto a su
existencia real. Hay una referencia escrita, que recogió
el filósofo griego Heródoto (siglo V a.C.),
referente a que los sacerdotes de Egipto le habían hablado
de cámaras subterráneas bajo la meseta de Giza. El
año 1935 se detectaron anomalias (quizá tumbas) en
el segundo nivel del llamado Pozo de Osiris en Giza, junto a la
calzada entre la Gran Pirámide y la Esfinge. A pesar de
haberse confirmado tal hallazo los resultados aún siguen
siendo inaccesibles para el público.

No me referiría a Sokar si no fuese por el gran
simbolismo del lugar de Giza (nombre muy posterior) llamado el
Sokar de Rostau. Me interesa porque, al haber descubierto esa
nueva forma de rostro justamente en la zona citada, no puedo
ignorar que se refirieron a Sokar con un trazo que simboliza un
montículo. El dios Sokar llevó también un
disco solar entre sus cuernos (al modo que se presentó
luego Isis), además de una extraña
corona.

Según los Textos de los Sarcófagos (1800
a.C.), la necrópolis de Giza (menfita) sería una
especie de puerta estelar, algo así como el epicentro del
imaginario espejo terrestre del cielo, donde estaría la
Casa de Sokar; un oscuro y subterráneo lugar sagrado donde
se concentrarían las emanaciones del divino cuerpo yacente
bajo la arena del desierto; una cámara secreta que se
supone está en alguna parte del subsuelo de Giza, y se la
llama también Mundo de Sokar. Levanta mayores sospechas un
determinado sector ubicado al sur de la Esfinge, porque
antiguamente fue llamado con el nombre Rostau. Importa, porque es
allí donde pudiera estar la tan buscada "Cámara del
Tesoro" que se creyó estaría guardada por leones,
con lo cual la Esfinge parece reclamar mucho
protagonismo.

Sokar fue inicialmente una divinidad etérea
simbolizada por un halcón. Se asoció a un
determinado entorno geográfico, y recibió cierta
veneración; por ejemplo, cuando hacían la
celebración en Menfis del Festival Sokar ante la tumba de
Osiris en la décima hora del día propicio. Era por
tanto, un dios de ultratumba, y su cámara un sitio al que
ni tan sólo tuvo acceso el dios Ra, quizá porque al
ser subterránea no entraba allí el sol.

La palabra Rostau, que hoy es sólo es una vasta
extensión de Giza pero que incluye la Esfinge, se
simbolizó también también por otro
montículo sobre montado por una burda piedra oscura de
forma cónica y una barca llamada Henu, que fue el
prototipo de cuantas se enterraron al lado de las
pirámides. En fin, a Rostau se refiere una fórmula
funeraria que reza así: "¡Oh tú, que miras
hacia atrás, que apareces en el Rostau!". Si hemos de
pensar que la divinidad invocada se apareció en
algún vehículo, éste debió de ser un
tipo u otro de navío.

La Barca de Sokar fue simbolizada por una serpiente,
puesto que si el sol no podía entrar al Sokar, se
quedaría en la superficie. El símbolo solar por
excelencia se arrastraba sobre la tierra de Giza mientras
gemían a su alrededor las almas de los difuntos. Esta
asociación a la muerte es una gran exigencia para
localizar el lugar Rostau-Sokar (Tumba de Osiris), que el
faraón Tutmosis hizo escribir en su famosa estela bajo la
cabeza de la Esfinge para designar así el "Lugar
espléndido donde tuvo comienzo el tiempo". Resulta no
obstante incomprensible que la Esfinge no fuese conocida durante
la IV Dinastía. Dicho faraón, al desenterrar por
fin la Esfinge y mandar restaurarla, fundó un templo
llamado Casa de Isis, y mandó escribir en su Estela
del Inventario
(Museo de El Cairo), que era: la
"Señora de la pirámide". Es decir, que entonces la
Esfinge y la pirás ya eran obras mucho más
antiguas, y lo confirma el que están las tres dibujadas en
un huevo de avestruz de la Cultura Nagada (8000 a.C.). Se guarda
en el Museo de Nubia, donde se lee que fue recuperado de la Tumba
nº 96.

La colina Sokar está ubicada al sur de la Esfinge
de Giza y alrededor de un montículo rocoso, se
dibujó, en las tumbas de la IV Dinastía,
sobremontada por una figura femenina. El perfil tan elevado de la
colina Gebel Ghibli respecto a su entorno, es mayor al ser
observada desde los alrededores de la Esfinge de Giza. Resulta
evidente que fue capaz de sugerir la forma de una barca, cual las
que después construyeron y las enterraron al entorno de la
Gran Pirámide.

Trasladando todos los dichos ingredientes
simbólicos al sur de la misteriosa Esfinge, no es
difícil asociar el montículo de la formación
Gebel Ghibli al lugar donde habría que buscar la
cámara secreta de Sokar, y más cuando sigue estando
entre cementerios. En las fotos de satélite es un punto
equidistante de las tres pirámides de Giza, midiendo como
dije "toda piedra". Otra cosa es mi sospecha de que la
ubicación de tal cámara esté situada
exactamente debajo del nuevo ROSTRO humano, fruto de mi
particular investigación en Giza.

Los templos de la antigua religiosidad egipcia no fueron
hechos para sublimar la muerte, sino que, paradójicamente
a través del arte suntuario de sus tumbas se nota cuanto
supieron gozar de la vida; primero en el mundo, y siempre con la
esperanza puesta en vivir mejor más allá de lo
material. Fuera de sus tumbas los egipcios no gustaban de
mencionar la muerte, hasta el punto de referirse a ella como
"Pasar a la otra orilla" (del río Nilo).

DONDE ESTÁ ESCONDIDA LA TUMBA DE
TOTH?

Nada en la meseta de Giza se habría planificado
por que sí, sino que cualquier trazado de muro de piedra
allí sería el exquisito fruto de estrictas normas
arquitectónico-religiosas. ¿Fue el nuevo
simbólico rostro emplazado en la dicha zona sagrada al
aire libre, siguiendo dictado de la sabiduría que se le
supone al dios Toth que fue simbolzado con la Luna?

No sólo ha de valorarse el esfuerzo
escultórico para plasmar unos rasgos faciales en el suelo
arenoso, sino que cuenta aún mucho más el hecho de
que tan sólo se lo puede admirar en determinadas
circunstancias desde el aire. Lo dicho ya sería producto
de una sobresaliente genialidad, pero además, dejando
aparte que sólo se vería determinado período
del año, es preciso que se valore su aspecto inteligente y
optimista con que se presenta a los nuevos tiempos.

Es un arte humanizante dentro del recinto super-sagrado
de Giza. Es un rostro que transmite un sentimiento de
relajación profunda. Es, en definitiva, una faz de rasgos
tan delicados y sofisticados que nos invita a la reflexión
yendo más allá de lo que vemos con sólo los
ojos. Así la cabeza, que muestra un cráneo
semicircular, como sus desmesuradas cuencas orbitales (tanto si
hoy están más hundidas como si no), no pueden ser
fruto de la casualidad, sino que, como su misma aparición
evidencia, también debe de tener un profundo significado
iniciático. Es evidente que gustaron de dibujar rostros
esquemáticos (FOTOS: nº 16) cuyas abstracciones luego
harían posible el rostro de la foto aérea. En el
dibujo que el sol ilumina un túmulo informe, nótese
que se incluyó un brazo extendido para evidenciar que la
cara recobró la vida (De la capilla de
Tutankamon).

De aquellos constructores de hace milenios ahora nos
llega una imagen que es emoción, sosiego, sentimiento, y
todo con la precisión comparable a la desarrollada por sus
recursos "artísticos". Sin la nueva aportación ya
costaba mucho de aceptar para nuestros sabios arqueólogos
cómo pudieron hacer cuanto es bien visible. Pero
ahí está!. Puedo pensar que el arte egipcio de
alguna forma se ha esforzado en imitar en todo tipo de soportes
aquella sublimada idea de la iluminación solar. ¿O
es que, insisto, al sol y sus efectos no los vemos reproducido
machaconamente sobre las cabezas de sus principales dioses? Es un
detalle o idea que de otro modo resulta
incomprensible.

Como con lo dicho hasta ahora ya casí se hace
obvio que aquella exacta zona tiene algún
subterráneo depósito secreto, ahora faltará
dilucidar de cuál pudo tratarse. Porque hay enigmas para
elegir. En efecto, a cuantos lectores no satisfagan mis sospechas
para ver en el sector al sur de la Esfinge, donde aparece en
nuevo rostro, el emplazamiento idóneo para que
algún día se descubran allí los dichos
depósitos sagrados religiosos que aún siguen sin
poderse localizar. Para ellos, digo, expondré ahora mis
sospechas sobre otro posible misterioso escondite porque lo creo
ubicado también entre la colina Gebel Ghibli y el rostro
de visión aérea. Me refiero a la Tumba del dios
Toth (el Hermes griego), la cual ya fue buscada por orden del
faraón Keops. Éste al parecer se trató de un
rey usurpador del trono de Egipto, al ser hijo de una concubina
del harén de su padre, el faraón que ordenó
apilar más metros cúbicos de piedras en forma de
monumentos que todos sus descendientes directos
juntos.

Keops, ni con la autoría de la Gran
Pirámide que se le ha supuesto, no superó a su
padre haciendo acarrear y elavar piedras bien escuadradas, pero
en cambio sí lo ganó en fervor religioso, porque
era fanático del dios Ra. Para satisfacerlo
experimentó con artes mágicas dejando escritas las
experiencias de su desmesurada adicción. Incluso se dijo,
fantaseando, que para poder ver el iniciático templo de
Heliópolis (ciudad santa), Keops habría ordenado
construir la Gran Pirámide en lo alto de la meseta de
Giza. De sus intimidades se sabe que compartió el amor de
una princesa de su harén con el que luego fue su inmediato
sucesor en el trono de Egipto. Pero lo que aquí interesa
de su obsesión cotidiana, es el hecho de afanarse en poder
averiguar el lugar dónde estaba oculto el plano de la
Tumba de Toth. Tanto fue su esfuerzo en localizarlo, que
consultó a un mago llamado Djedi (un solitario
cíclope, pero de estatura normal).

Keops tuvo que aceptar que el tal descubrimiento de la
llamada Redjedet era una empresa reservada a un gran vidente
predestinado, que luego la historia nos presenta como el
primogénito de la princesa Khenthawes, su biznieta. Cuando
dicho predestinado era sólo un sumo sacerdote del templo
de Heliópolis, encontró el codiciado plano de la
Tumba de Toth dentro de un cofrecillo tallado en una piedra de
silex. Estaba oculto tras un monolito móvil que disimulaba
la entrada a la cripta que la tal divinidad tenía para su
veneración en el dicho templo. Finalmente sería
vuelto a esconder atado al cadáver de su descubridor,
además incluyendo los cuarenta y dos libros que se le
atribuían.

Dada la ciudad sagrada que al ser faraón, el
poseedor de los planos de la Tumba de Toth, construyó en
forma de "L" a partir de la tumba de su madre Khenthawes, cabe
sospechar al menos que tal fuese el diseño de la
iniciática Tumba de Toth, ya que en el templo de Abusir
esta misma forma en ángulo limita el famoso templo
Osiréion. La importancia de los símbolos era,
entonces más que nunca, apreciada en la historia de la
humanidad (por algo es una capacidad específica que nos
diferencia de los primates y está en la base de nuestra
naturaleza más auténtica).

¿ESTÁN RELACIONADOS
RA-SHE Y SA-RA?

El faraón Kefrén, del que se dice que
murió antes de ver terminada su pirámide, fue el
primero que introdujo en las reglas de construcción de la
misma las tres cifras que determinan el ángulo recto
(90º): una triangulación de lados de proporciones
3-4-5. También fue innovador, por ejemplo, en introducir
el titulo de "Hijo del Sol" (Sa-Ra) para si y para sus
descendientes.

Para los antiguos egipcios la necesidad de un doble, fue
una exigencia peculiar para poder entender sus cosas. Cada ser
humano lo creyeron compuesto de muy diferentes partes capaces de
disociarse tras la muerte. Al nombre propio lo llamaron
"Ren". A la psique "Ba" hoy la llamamos alma. El "Ka",
fue en realidad la vida misma, o el principio vital siempre
insaciable de alimentos. Lo asociaron con el toro, y su
símbolo fue: dos brazos alzados formando una cornamenta
(Uk). El "Ka" (más conocido como "un doble" de cada
persona) tuvo mayor entidad que el Khat (cuerpo), pues
era capaz de reabsorberlo al morir. El "Sahu (Husk)" era
la momia que permanecería en este mundo junto con el
corazón "Ab". La sombra tuvo su nombre "Khabit",
y la inteligencia el suyo "Khou". Particularmente me interesa
más la fuerza ultraterrenal puramente espiritual llamada
"Akh" en el Libro de las Pirámides, y era destinada al
cielo. Al "Akh" yo puedo imaginarlo cual si lo
tuviéramos todos en el exterior del cráneo, o sea
rodeando por fuera de la cabeza, a modo de casco etéreo,
donde se produciría la verdadera conexión del
cerebro con la verdad pura de nuestra existencia.
¿Quizá nuestra mente algún día se
revelará ser tan sólo una especie de sintonizador?
Saberse bien vivo por efectos de la luz verdadera, puede que de
ventajas en "la otra orilla".

No me invento el misterio que supone el sagrado "Ra-She"
residencial de Giza, con el que la palabra Sa-Ra (Hijo de Ra)
guarda tanto parecido. Haciendo historia del problema de su
posible relación, según los Papiros de Abusir
sería un componente de cada pirámide donde se
iría almacenando la producción de los bienes del
reino. Un "Ra-She", siendo idea compleja, no deja de ser
una especie de barrio sagrado habitado quizá por simples
anacoretas, o al menos gente pobre, según parece por las
dimensiones de sus dependencias.

Tal es la peculiar condición del recinto en forma
de letra "L" que parte desde la pirámide de la reina
Khenthawes (la cual mide 45,5 x 45,8 x17 m. de altura), en
dirección sur, y que termina ante el nuevo rostro de Giza.
La cara reproducida sobre el montículo de arena no
sería la de dicha reina, a pesar de tener su
pirámide-tumba al final de la mini-ciudad de cuidadores,
porque en el pesado dintel de granito de dicha tumba un grabado
la muestra a ella misma sentada y con la perilla de
faraón, así como un extraño moño muy
alto ¿Quizá pretendía suplirse con tal
moño, la borla o pomo, con que simbolizaban el
sol?

El "Ra-She" se representaba mediante el signo
de una boca y un estanque o cuenca. Así su significado
literal se tradujo: ENTRADA A LA CUEVA desde la Ciudad de la
Pirámide. (Si se tradujo mal y fuese Ra-Shen, entonces
sería expresión de una idea que significó
infinito. Era simbolizado por un círculo de cuerda atado,
no teniendo por tanto principio ni fin, por lo cual
también se sugeriría entonces un saber
recuperado).

¿DÓNDE ESTÁ LA SALA
DE LOS ARCHIVOS?

El año 1924 el norteamericano Edgar Caycer
predijo entre varias cosas el año del inicio y el del
final de la Segunda Guerra Mundial, pero si lo menciono es porque
también avisó de que antes del año 2000 (y
quizá incluso antes de terminarse la década de los
80), sería descubierta una cámara
subterránea secreta bajo la pata derecha de la Esfinge de
Giza. De allí salía un pasadizo largo que
conducía a la siempre buscada "Sala de los Archivos". Las
visiones de Cayce serían corroboradas por el
redescubrimiento de un subterráneo laberíntico que
tiene más de 100 m.. Fue descubierto por Henry Salt
(1780-1827) consul inglés en Egipto, quien en 1817
escribió un breve y fascinante informe. Dicho
subterráneo, si bien fue excavado por aguas
freáticas antes de construirse pirámide alguna,
despues fue utilzado para enterrar animales. Aunque H. Salt no
encontró allí debajo nada digno de mención,
sí que fue capaz de compararlo a las catacumbas de
Alejandria. El pozo de entrada está muy cerca de las
pirámides de Giza, cuyo subsuelo invade en parte siguiendo
un trazado NW-SE., pero lo interesante es que en la explanada de
Giza se corresponde con la ubicación en el cielo de la
estrella Deneb (constelación Cisne-Pirámides). Al
ser aplicadas al lugar las sondas de radar adaptados para la
lanzadera espacial, (sistema SIR-A) ofrecieron constancia del tal
espacio subterráneo, aparte de aportar pruebas de que el
el Valle del Nilo habitaba gente desde hacía 200.000
años.

Los seguidores de Salt que al descubrir su informa en el
Museo Británico lo investigaron, no aportaron nada nuevo y
aquel subterráneo fue olvidado, pero nos remite a los
"subterráneos del alma" (Duat n Ba) citados en la
Mitología de la Creación. El Ba del
faraón difunto, siendo una de las siete partes del ser
humano, debía cruzar el reino de la oscuridad camino del
firmamento. Se ocupó de todo ello A. Collins en "Benearth
the pyramids", recordando también que el antiguo nombre de
Giza fue Rostau ("boca de los pasadizos") y un espacio
gobernado por el dios Sokar, que con relación a la
topografía del entorno de las pirámides de Giza es
el tiempo nocturno correspondiente a la quinta hora.

El año 1993 la cadena CBN, de la TV americana,
emitió un magnífico documental protagonizado por el
actor Charlton Heston que empezaba haciéndole afirmar que
se había detectado una cavidad debajo de las garras de la
Esfinge, o sea, donde había indicado el famoso
psíquico (+ 1945). Tal éxito se debió al
empeño de su hijo y heredero de inquietudes Hug Lynn
Cayce, pues entusiasmadamente había fundado ARE
(Asociación para la Investigación de la Esfinge).
La Fundación Edgar Cayce financió el Proyecto de la
Exploración de la Esfinge, a fin de poder demostrar que la
supuesta cámara aparecería justo donde predijo su
padre.

Los trabajos se realizaron entre los años 1976 y
1982, quedando inconclusos. Unos antes y otros después, lo
intentaron también sin éxito, porque se acaricia la
idea de la posibilidad de que esté allí el pasadizo
a una supuesta "cámara del tesoro", y más cuando se
ha detectado por ecografia una especie de espacio vacío
subterráneo que quizá sea algún pasadizo.
Caso de ser cierto, debió de haber sido enfocado hacia la
zona de la formación Gebel Ghibli; ¿o quizá
hay que admitir que pueda situarse debajo del nuevo rostro
descubierto a mitad de camino? Por otra parte, el faraón
Tutmosis IV llamó a la Esfinge "Santuario de Sokar". Algo
debió de saber acerca de aquel enigmático mundo
subterráneo el tal rey de hace 3500 años.
También hay un cuadro que lo sugiere muy sutilmente,… y
es del siglo XIX.

En una escena del libro egipcio, antiquísimo,
titulado Libro de Aker, un dibujo que se refiere a la Esfinge de
Giza, a ésta la presenta "doble". De su interior incluso
salen hacia fuera de la escultura un par de brazos a fin de
sujetar el disco solar. Y ello hizo siempre antes pensar que
podría referirse a que el sol juega definitivamente para
dar vida a una imagen de rostro. Hoy lo tenemos entre la Esfinge
y Gebel Ghibli. Por lo dicho saco de su contexto esta alabanza al
dios Amón-Ra:": No es el disco solar el que se manifiesta
a los habitantes del cielo, sino tu cabeza…". Por su
incongruencia me parece que se trató de ocultar la clave
del misterio. Sería en realidad una fórmula que los
asistentes a la ceremonia de clausura del tercer día, por
chocante, no podía pasárseles por alto en el
transcurso de la ceremonia de devolución del alma divina a
la estatua mágica (o sea, la entrega del Ojo
Udyat).

Entonces como hoy y siempre, el rostro de cada persona
es lo más revelador del cuerpo humano. Es aquello que
mostramos a nuestros semejantes, aunque paradójicamente
sea la expresión del yo más íntimo, … y en
parte desnudo. La sugerente geografía de valles y
montañas irían dejando su huella en la
formación de la mente humana. A los accidentes
geográficos asociaron sus vivencias y sentimientos de
forma que al contemplar un rostro hoy día se adivina lo
innato de cada individuo, así como su
predisposición al bien o al mal. A veces falla, pero las
cosas suelen ser lo que parecen.

Cada rostro es también un símbolo de lo
más divino que reside en su poseedor. Podemos entenderlo
cual un símbolo de misterio semejante a una "puerta a lo
invisible" donde se evidencia la mayor o menor evolución
de cada individuo desde las tinieblas a la luz. No son de hoy
estas ideas. Los más antiguos egipcios, o los mayas, con
su arte representan a todas las culturas antiguas que ya
entendieron también que incluso el máximo erotismo
del cuerpo humano reside en el rostro.

Las culturas antiguas no serían las únicas
que pudieron dar perspectiva simbólica a determinados
paisajes. Los que presento extraídos del duro suelo nos
orientarán para evolucionar en nuestro camino interior
individual, siendo capaces de ofrecernos respuestas
válidas para poder superar la eternas congojas del natural
trayecto antropológico, como por ejemplo: la vida, el
tiempo, o el más allá. La humanización del
paisaje que propongo, catalizará las fuerzas de nuestra
ascensión humanística, en una vía capaz de
dejar aparte las consabidas fórmulas religiosas quienes
sean reacios a ellas.

Según el escritor Le Guillou: "El cristianismo es
la religión de los rostros". Asimismo en la misma
línea de pensamiento estaría el autor Olivier
Clément: "Dios se ha revelado en un rostro cuya faz se
multiplica de generación en generación en humildes
rostros transfigurados". Se podría elaborar una
teología y vivir una mística del rostro, y
és lo que creo que experimentaron los sacerdotes
máximos iniciados del Antiguo Egipto

Quienes buscaron el preciso emplazamiento cerca de la
Esfinge de Giza y luego moldearon la superficie de la arena con
una cara tan humana, hacen suponer que debajo del suelo
construyeron espaciosos túneles, quizá semejantes a
los que existen cerca de las pirámides desmoronadas de
Abusir para enterrar allí toros (Serapheum). En la meseta
de Giza sospecho que las cavidades simétricas que
conforman los ojos de la imagen descubierta gracias a la foto
aérea de Stern, se deben a probables derrumbes de los
espacios existentes debajo de la dicha sorprendente
imagen.

Son tan desmesuradas en la fotografía las dos
cuencas de sus "ojos" que llevan a pensar que fue una cara
modelada para ser visible desde cierta altura gracias a los
efectos de la iluminación del sol poniente. Es entonces
cuando el insospechado rostro humano cobra más vivacidad,
comprobándose que conserva una expresión relajada y
reflexiva,… y la foto que presento será mejorable por
los fotógrafos profesionales, ahora que ya les he avisado
de su existencia y puedo esperar incluso verla en 3D.

"TIEMPO DEL DIOS" ¿DE OSIRIS, o DE
RA?

Osiris fue una divinidad que sólo vivió
arropado del poder del dios Ra (Según el "Papiro SALT" :
825 , 5-6). Se asoció la expresión "Tiempo del
dios" a Osiris, al menos desde cuando en Tebas era el inolvidable
rey unificador del más antiguo periodo predinástico
(4200 a.C). La dicha expresión remite a cuando Osiris fue
el prototipo de los reyes del Delta, una zona que además
él unificó durante su reinado de veintiocho
años; pero el verdadero y mortal Osiris debió de
saber bien que era Ra el único dios. Se ha escrito incluso
que Osiris intentó introducir su culto monoteísta
sin éxito, puesto que él mismo al morir fue
hermanado a Anedjti, la divinidad de su pueblo natal Busiris en
el delta del río Nilo.

A la mentalidad actual también le ha de costar
mucho desvincular Osiris de Ra, pero si uno fue humano desde la
primera noticia de su existencia, y así se lo
representó a menudo, en cambio el otro dios, Ra, fue
referirse al mismísimo sol. Así que no
debería haber tanto conflicto, por más que luego
Osiris fuese tan venerado en todo el Antiguo Egipto porque
vivían obsesionados por la vida en el trasmundo, siendo
gracias a ello que se ha podido recupera mucho de su arte
suntuario. En realidad "El Libro de los Muertos", fue su "Libro
de la Vida"; más aún, fue su: "El Libro de la
Salida a la Luz del Día", también llamado Pert em
Heru.

Pronto fue asociado Osiris a las enriquecedoras fases
cíclicas de la naturaleza. Lo que no está nada
claro es porqué su nombre significó "Sede del Ojo"
de donde nació una bella leyenda que acaba con su muerte a
manos de su hermano Seth (de ahí viene el nombre de
Satanás), continuando con la venganza de su hijo Horus,
quien hizo posible su resurrección. Al fin Osiris tuvo
para los religiosos el dominio absoluto sobre el reino de
ultratumba. Sería a partir de aquel muy macabro papel que
Osiris vio acrecentada su importancia divina,
dedicándosele unos pueriles ritos de fecundidad, cuando su
imagen de barro servía para hacer germinar
semillas.

El viaje al "Mundo Inferior" de la zona Rostau fue muy
peligroso antes de disponerse de una especie de
"guía-manual" para cruzar seguro sus Doce Regiones.
Viajaban a través de las dos vías (por tierra y por
agua) hasta alcanzar al final la Luz Absoluta. Aun así,
debió de valer la pena el tal viaje porque esperaban poder
gozar de las esencias divinas (Ch.M. Zivie-Coche "Ro-Setau",
LÄ, V, 303-309). Los navegantes nocturnos eran entonces los
que más necesitaban una protección especial. La
expresión ritual: "…hacer brillar la cara de mi
padre…" era un símbolo inolvidable en la fórmula
ritual. De entre las diversas ocasiones que se empleó he
podido constatar que fue pronunciaba por un sacerdote cubierto
con la piel de una pantera, antes de sacrificar dos toros al
difunto (Exactamente abrazaba la momia de Imy-Is, según
consta en el estudio publicado por J. C. Goyon Kemi "Rituels
funeraires.." (París 1972- p.118).

En cuanto al simbolismo del montículo de tierra
con un rostro encima, se encuentra repetido a cada lado de un
fresco existente en la tumba del faraón Merenptah
(Dinastía XIX). Referente al montículo mismo, o
sea, allí donde el tal fenómeno de hacer brillar la
cara se produce, también dejaron muestras en su arte de
haberlos venerado. Amplio uno de estos murales con dibujos de
túmulos incluyendo rostros iniciáticos. Hay otras
obras que la incluyen, pero la copio de las páginas del
libro del famoso egiptólogo americano M. Lehner, titulado:
Todo sobre las Pirámides (Ed. 2003). Dicho autor
opinó que los antiguos egipcios consideraron estos
"túmulos secretos, en cuyo interior se encierra un gran
misterio" (p.29), como si el dios estuviese enterrado dentro del
Duat. En los Textos de las Pirámides se califica estos
peculiares montículos con rostro encima, cual:" El gran
dios, el secreto de Duat".

En el dicho mural (FOTOS: nº 18, A-B)
extrañamente se presenta una pirámide partida por
su mitad, y en cada una de sus pendientes, o hipotenusas, se
pintó una cabeza con rostro humano encima de un
túmulo. No hay confusión posible por la gran
cabellera que incluye. Es aludir al mismo fenómeno que se
produce en las cercanías de la Esfinge cuando una forma de
rostro puede ser vista desde el cielo si está iluminada
debidamente por la luz solar de las tardes,… y sólo en
cierta período. La cabeza no es sólo el centro
rector, sino la sede del espíritu humano. En cuanto a la
triangular disposición de las facciones del rostro, se
intuye que también es mucho más que un regalo de la
naturaleza La misma idea, referente al renacimiento se encuentra
en otras pinturas del Imperio Antiguo. Es referirse a que lo
inmaterial se vuelve material, o sea el mismo principio que se
atribuyó al cónico obelisco de la Creación,
llamado Ben-ben, o también bien evidente en las mismas
pirámides, ya que para aquellas mentalidades (no olvidemos
que los antiguos egipcios fueron, según Heródoto,
los más religiosos nunca conocidos), era en dichas
construcciones donde idealizadamente se materializaban los rayos
de luz saliendo de entre las nubes.

El sol que aprovecharon los antiguos sacerdotes egipcios
para hacer revivir esta imagen de cara serenísima de
persona, al iluminarla confirma su poder vivificador y el amor
del que debieron considerar su dios supremo por la humanidad.
Ello hizo que deseasen configurarla y hemos de saber aprovecharla
sin prejuicios y con agradecimiento. Las reglas del arte egipcio
no han de impedirnos su reconocimiento. Es un tiempo que
está fuera de la civilización y que goza de memoria
ancestral.Una muy sutil imagen de rostro también lo es el
descubierto en 1951 por René Schwaller de Lubricz en las
baldosas del pavimento original del sanctasanctórum del
templo de Luxor. Al colorear las que le parecieron más
extrañas resulto que en visión vertical
ofrecían el perfil gigantesco de la cabeza de un
faraón con su tocado, y entre otros detalles no faltaba ni
la forma de ojo que era propio del arte egipcio. Lo
divulgó en un libro publicado en 1957, considerando desde
entonces que en Egipto antiguamente se construían "templos
vivos". Los incas y los mayas hicieron sus pirámides en un
período propicio, …para luego destruirlas adrede y
remodelarlas siguiendo el patrón astronómico
actualizado.

Mi libre criterio investigador no puede agradar a los
arqueólogos ni a los teólogos. Lo supe ya hace tres
décadas en 2005. Tampoco guatará a los
egiptólogos, y para su tranquilidad reconozco que mi
vocación más profunda es de sumerólogo.
Aún así he de preguntar: ¿Porqué se
están ignorando tanto lo escrito en la "Piedra de Palermo"
como el llamado "Canon" en el Museo de Turín donde consta
que antes de las más de treinta dinastías de
faraones históricos habrín reinado muchos
sem-idioses (o sea, antes del rey Menes). Se lee: Se vivieron
13900 años de dominiode los Netcheru. Al dicho periodo
siguieron otros 11025 años, cuando gobernaron los rectores
iniciados de la vía solar que unos llaman: anunakis,
visitantes, neters y son los antes citados compañeros de
Horus (Shemsu Hor),…confundidos con los sabios
atlantes procedentes del océano Atlántico.
También se ha especulado que los dioses egipcios
más antiguos pudieron inspirarlos ciertos cuerpos
estelares, y los semi-dioses sólo serían
metáfora. ¿Porqué no se tienen se toman en
serio los jeroglíficos con la relación de faraones
antes citada por dicho sacerdote egipcio, esculpidos allí
mismo justo en la pared de enfrente?.

INSPIRADOS POR RA: ATUM y
AMÓN

Otra forma de desdoblamiento de Ra la entiendo en Atum,
que fue el sol poniente y visto cual idóneo símbolo
del Monte Primigenio sobre el que, al posarse el sol sobre el
obelisco Ben-ben, se produjo la Creación. Atum, el dios de
la totalidad de las cosas, se habría engendrado a si mismo
por masturbación (una faceta quizá indigna del
sinónimo y dios principal que era Ra). Esta
reafirmación de dar vida y evitar el caos la en Karnak la
repitieron ritualmente los reyes de Egipto, por que creyeron que
Amón con su semen procedió a la creación de
los demás dioses y reyes humanos de Egipto.

Del parecido de Atum con el dios Amón, hay que
decir que no sólo es fonético, sino que tuvo el
mismo símbolo de una serpiente y ocupaba el
"Montículo del Comienzo" en las representaciones de Karnak
(XVIII Dinastía). Para distinguirlos habrá que
tener presente lo siguiente: Amón fue citado por primera
vez en los Textos de las Pirámides (IV Dinastía), y
sólo puede ser comprendido por los múltiples
aspectos que se combinaban con él. Amón
significó "aquello que está oculto", y así
se entiende que originariamente sirviese para representar, por
ejemplo, el poder invisible del viento. Amón fue el
"Señor del aura" que, en simbiosis con Ra, el dios Sol,
Amón se convirtió en "dios de la Luz". Al fin, fue
una divinidad solar y de la fertilidad, pero también de
carácter guerrero, al menos en el Imperio Nuevo (XI
Dinastía). Por la forma como gritaban dicho nombre al
final de sus celebraciones, hoy concluimos nuestros rezos
diciendo Amén.

En los Textos de las Pirámides cuando se alude a
la réplica del cielo en la tierra, resulta desprenderse
que también el río Nilo tuvo una referencia
particular en la Vía Láctea, a la cual apodaron
"Vía de Agua Sinuosa". En tales réplicas
celestiales a base de imaginarse la efectividad de un enorme
"espejo" ritual, los sacerdotes máximos iniciados del
Antiguo Egipto ciertamente estuvieron a la altura de las
circunstancias, tal como su plan de salvación eterna les
exigía.

En los primeros tiempos la efectividad de las
réplicas terrestres del cielo tendrían solamente
efecto para con el gran intermediario que era el faraón
difunto, pero después acabó beneficiándose
cada creyente que lo mereciese. La gran parafernalia que montaron
(por cierto bastante ridícula) para la ayuda y
complacencia de los más débiles de carácter,
sería lo de menos. Fue todo un alarde de su inventiva para
ocultar secretos, lo que al fin resulta bien evidente, dada la
proliferación de aspectos divinizados. Según
parece, en aquellos misterios Horus (el rey vivo que se
moría) se convertía en Osiris "rey muerto" cuando
alcanzaba el cielo. Tal era el gozo que esperaba compartir todo
faraón una vez traspasase, en tal viaje del difunto al
cielo. Así como su padre Osiris habría sido el
símbolo del "Eterno renacer", Horus pasó a ser una
especie de "dios-hijo", cual precursor -miles de años
antes- de Jesucristo.

De la triada osiriaca merece resaltarse la Diosa-Madre
Isis, (así llamada por los griegos, ya que en egipcio
antiguo era llamada Ast, significando la tocadora del sistro,
Wrt). Isis fue la precursora de todas las imágenes de
Vírgenes sedentes románicas y góticas con el
Hijo divino sentado en su regazo. Tal veneración
llegó hasta nuestro siglo, y en especial resultan ser las
imágenes de vírgenes más milagreras (y
también más capaces de recoger limosnas) aquellas
que, imitando las esculturas de la diosa egipcia Isis, son
pintadas de color negro, o también las que con los siglos
se han ennegrecido por el humo de las antorchas de sus rituales.
Un sólo ejemplo: la imagen de piedra de la patrona de la
ciudad de Solsona (Lérida) llamada popularmente Mare de
Déu del Claustre está tan ennegrecida por el humo
de las antorchas debido a que durante décadas debió
de presidir rituales al entorno de hogueras. La imagen citada
fue, hasta el año 1244 (pero sigue siéndolo
todavía), el muy secreto Tesoro Cátaro famoso. A su
favor aún diré que es reconocida la mejor escultura
del Arte Románico europeo, la cual fue venerada en cuevas
de Ussat-les-Bains (Sur de Francia). Se rompió en dos
grandes mitades al ser sacada secretamente del castillo de
Montsegur, pero paradójicamente tal desgracia
facilitó mucho su transporte hasta el otro lado de los
Pirineos. Viajó de cueva en cueva desde el Languedoc hasta
el pozo de los claustros del monasterio de Santa Maria de
Solsona, atravesando en 1244 el principal paso natural de la
cordillera a poniente de la actual frontera andorrana. (Le
dediqué un vasto estudio, escrito con la meticulosidad de
un medievalista, que sigue aún inédito).

La vida germina en la oscuridad, pues como sucede con
las simientes y la sangre, el cerebro, el corazón, etc. no
ven tampoco la luz. La veneración de la Virgen y el
Niño incluye el reconocimiento de que el amor es la mayor
fuerza del mundo, y su máxima expresión está
en el que siente una madre por su hijo. Lo dicho es extensible a
las mentes del mundo animal, pero es que además gracias a
los esfuerzos de la diosa Isis (asociada al planeta Sirio), los
catorce fragmentos del difunto Osiris, que Seth había
dispersado por el mundo, ella que fue a la vez hermana y esposa,
los pasó a recoger a fin de efectuar el milagro de
reunirlos (excepto el pene). Isis, siendo una muy gran maga, se
lo hizo artificial, pero tan bien hecho que después de
devolver la vida a Osiris lo convirtió en padre de su hijo
Horus.

Osiris posteriormente reinaría siempre más
en el mundo de ultratumba, motivo por el cual su imagen fue
presentada invariablemente amortajada, pero sostiene los
atributos reales e incluso muestra su cara pintada de verde,
aludiendo con ello la vida que renace. Se trató siempre
del restablecimiento del orden en todo cuanto hacían tanto
en este mundo como en el otro. A propósito, la idea
básica de los antiguos egipcios fue el restablecimiento
del equilibrio y lo simbolizaron maquillándose con
cosméticos ostentosamente del mismo modo que dios Horus
había debido de maquillarse su herida siempre
más.

Resumiendo, gracias a sus creencias y elaborados
rituales misteriosos, quienes fueron verdaderamente iniciados se
remitían al hecho -seguramente cierto- del asesinato de
Osiris por su hermano Seth, lo que viene a ser parecido a la
eventual victoria del Mal sobre el Bien. Osiris al renacer
inseminó de vida a Isis, cuyo hijo se llamó Horus.
Con este último se completó la "Trinidad", porque
Horus resultó ser un vengador terrible, lo que no
impediría que fuese considerado "Hijo de Dios". Horus se
personificó con el cuerpo de halcón, ya que era un
antigua divinidad, y su entrada en escena sirvió para
completar la familia divina.

En tan remota inocencia teológica no se les puede
exigir a los sacerdotes que presentasen una idea de la Trinidad
Divina tan bien elaborada como la del Cristianismo por ejemplo.
No tuvieron tiempo suficiente desde su despertar a lo espiritual
para dotarla de la ventajosa idea de unidad, de forma que
lógicamente en su tiempo las triadas las formasen dioses
muy celosos de su individualidad, intimidad y hasta preferencias
irrenunciables. Ya es mucho el advertir que les concedieron el
poder de habitar un dios dentro del otro cuando les
convenía.

De hecho otras varias divinidades de origen animal
asumieron la "osirización", como por ejemplo Anubis, Toth,
etc. Sucedió además que (como con su escritura),
también los dioses míticos fueron
sucediéndose sin ser desechados. En cualquier caso, hay
mucha sabiduría en la promoción de las citadas
divinidades transformistas y su emparentamiento, porque
todavía en la actualidad, la irreligiosidad puede ser
capaz de conducir al caos, de la misma manera que el radicalismo
lleva a la fanatización catastrófica.
Solución: Quizá lo poético pueda ser
aún mucho más útil en el futuro.

Símbolos
iniciáticos eternos

Por la preparación que me dio el haber escrito un
libro auto-editando titulado: "Montserrat, ganga del Grial"
(Barcelona 1991) sobre los orígenes líricos de las
famosas aventuras de los caballeros medievales europeos tras el
simbólico Santo Grial, que significa sangre real, no puedo
evitar presentar este nuevo rostro de Giza envuelto con unos
ingredientes eternos y atractivos que deben serle asociados. En
principio está comprobado que quien busca la divinidad,
intenta como pueda traer el cielo a la tierra. El mito se
potencia en base a algún símbolo, a fin de que
quien pueda se intente acercar a otro mundo más feliz.
Tiene poco que ver con lo clerical o institucional, ya que
también se puede "ir por libre". Cada uno cree ver el
verdadero rostro de Dios, pero Él puede que tenga todos
los rostros verdaderos..

La iniciación pronto se convierte en la
fórmula para efectuar con éxito el tránsito,
ya sea con ayuda de las drogas, como sucedió por ejemplo
con los Misterios de Eleusis entre los griegos, o sin otra cosa
más que la propia nobleza y la humildad, como fue el
idealizado caso de los caballeros de las narraciones medievales
que, dicho sea de paso, nunca existieron más que en el
imaginario colectivo. Otra cosa serían las ejemplares
vidas de los caballeros de las Órdenes medievales, como la
de los del Templo de Salomón en Tierra Santa, de cuyo Gran
Maestre Arnau de Torroja (+1184) escribí la
biografía.

En su eterna búsqueda, ya sean solitarios, o los
grupos de realización colectiva, clericales o no, siempre
se persigue lo mismo: la transfiguración personal
iluminadora, la cual para el cristianismo, por ejemplo, es una
peregrinación en busca del Paraíso. Es como
acabó la Saga del Grial, al ser finalmente cristianizada
por el eclesiástico Roberto de Borón, quien
asoció Jesucristo con el caballero Galahad, el
héroe medieval puro único que llegó a ver la
santa relíquia cuando todos los nobles caballeros
aspiraban a encontrar aquel recipiente capaz de transformar la
muerte en un renacimiento. Pero los buenos no sólo se
beneficiaron del mismo tras su muerte, sino que gracias a la
búsqueda del Santo Grial, alcanzaron valores positivos
reconfortantes ya durante su vida. Con su conciencia despierta
podían sentir la inspiración y también la
intuición espontáneamente.

En efecto, la transfiguración personal del
héroe capaz de aprovechar las oportunidades, a veces por
pura intuición, se logra por su humildad y su
corazón puro. Deberá alcanzar la
sensibilización suficiente para aplacar primeramente su
propio ego, y luego por haber superado sus mundanos apegos
terrenales. Esto se considera haber regenerado la "Tierra
Estéril" un acertado símbolo de aquel ciclo
caballeresco basado en el sincero anhelo de superación
personal, que llevaba a la iluminación vía el
estado de gracia que disfrutaban.

Tales criterios de purificación heroica los
medievales los heredaron de otros ritos iniciáticos de la
cultura clásica, y éstos a su vez de las
civilizaciones más antiguas de Mesopotamia y de Egipto.
Ciertos investigadores metafóricamente consideran la
religión del Antiguo Egipto cual La Madre de la Madre, y
la readaptación (que en el Cristianismo se simboliza con
santa Ana), debió de fraguarse en Alejandría.
Expondré un ejemplo que pasó a la Biblia a pesar de
resultar un despilfarro incomprensible para quien no vivió
en el Antiguo Egipto. Se lee en el libro Eclesiastés
(11:1): "Echa tu pan sobre las aguas, porque después de
muchos días lo hallarás". Sólo en el Valle
del Nilo antiguamente inundado por las aguas, las semillas
esparcidas sobre el agua ciertamente no se perdían porque
permanecían en el lodo cuando al retirarse podrían
germinar y dar frutos. También hay que recordar que la
estrella Escorpio llamada Falo del Cielo se elevaba y ocultaba
como Sirio, la estrella-perro (guía), identificada con
Isis. De ahí se argumentó que el dios-hijo fue
concebido sin el falo de Osiris (devorado por un pez, que a su
vez fue el primer símbolo cristiano).

Debe de existir, y hemos de saber afrontar, un aspecto
oculto tras este aparecido rostro de Giza en las fotos
aéreas, porque desde la prehistoria profunda siempre se
deseó en todas partes tener una visión aérea
de los símbolos iniciáticos, dado que los devotos
igualmente aspiraron a la comunicación con el cielo
estrellado. Es más, no debe pasarse por alto que la
palabra egipcia para la resurrección fue "salir a la luz".
Estamos pues ante un fenoménico rostro que reacciona a la
luz y nos quiere hablar de la resurrección, sea la de Ra,
o la de Osiris.

Pero no sólo hemos de mirar a los egipcios y sus
pirámides, o ahora a este nuevo e insospechado rostro
cuando está iluminado. Vayamos más allá,
porque se procuraron una visión aérea
también los prehistóricos, por ejemplo sobre el
terreno de Listonara (Uk). Allí los neolíticos
europeos levantaron círculos de menhires que la
investigadora Katherine Maltwood presentó cual las figuras
hechas en Somerset con buscado simbolismo antropomorfo, los
cuales siguen enfocando hacia sol poniente sus 16 km. de
diámetro dentro de un perímetro de 48 km.. En total
se quiso reproducir allí un completo zodíaco, que
con el tiempo extendió su simbolismo a las leyendas
medievales antes citadas.

Otros diseños antiquísimos hechos para ser
admirados desde el cielo están en el desierto de Gobi
(Asia Central), un lugar que H.P. Blavasky popularizó
antaño con el nombre de Shambala. Entre otros se destacan
siete estrellas (o quizá soles), de cuyo centro salen
irradiadas espaciadamente varias líneas de piedras que se
pierden en la inmensidad del desierto. Sólo la
visión aérea permite admirar debidamente tales
diseños.

Son más que círculos, -y más que
rostros- porque se convierten mediante el cuidadoso ritual en
unas espirales capaces de hacer remontar al iniciado por los
aires y quizá sin necesidad de drogas, por más que
éstas fuesen casí siempre imprescindibles en dichas
ceremonias. Yo prefiero mirar a los que sin tales ayudas
procuraron hacerse a si mismos mejores, aspirando a disfrutar de
una conciencia superior al resto de los mortales.

El sol no sólo otorga diariamente vida material,
y calienta a buenos y a malos. El sol, en Egipto como en Europa,
con su radiante luz, aclara la mente que es su campo de cultivo,
así como ilumina las ideas de las personas. Resplandece y
renueva, porque tanto ilumina como calienta, y sin que lo notemos
hace fructificar las semillas. Pero nunca hay que olvidar que
más que los beneficios físicos del sol,
quizá sean superiores las ideas complejas que despierta a
nivel mental.

Lo advertí directamente en mi
investigación sobre el megalitismo del occidente de Europa
en la prehistoria, esforzándome en hacer reconocer mis
pruebas de que los dólmenes megalíticos quisieron
reproducir cuerpos de toro vacíos que eran inseminados por
el primer sol del solsticio de invierno (Acerca del dicho tema,
escribí el libro titulado: "Megalitos parlantes del culto
al toro")

¿ FUE AL-FAYUM EL LAGO
MOERIS ?

En la excavación de los miles de túmulos
que existen diseminados en todo Egipto, se puede constatar que
debajo existen ruinas de poblaciones más o menos
importantes. En realidad todo el subsuelo a lo largo de ambas
orillas del Nilo podrían esperar ser excavadas cientos de
espacios que en su día se destinaron a diferentes usos. El
nombre de Al-Fayum (mal llamado oasis, donde se cultivaron los
más antiguos papiros) antes había sido Shedit,
significando País del Lago (volvemos a encontrar la
raíz egípcia SHE citada más arriba). La
capital de Al-Fayum, hoy conocida con el nombre deMedinet
Al-Fayum (120.000 habitantes), varió su posterior nombre
Cocodrinópolis para ser llamada Arsínoe.
Está ubicada al borde del desierto del sur, y muy lejos
del lago que hace milenios era mucho mayor. Es una región
muy unida a la ciudad de Alejandría por explotar los
ocupantes griegos y romanos aquel vergel -hoy a una hora de
autopista desde El Cairo- pues en realidad fue su
granero.

La mejor prueba de que en el Antiguo Egipto en las
últimas dinastías se debieron de crear
frívolamente dioses en aquella religión justamente
se debe a que la dicha Arsínoe II (+270 a.C.), fue
promovida a los altares cuando murió, por deseo de su
hermano (y también esposo) el faraón Tolomeo II
(285-246 a.C.). Pero el ejemplo más famoso de tanta
frivolidad fue debido a la gracia que les hizo a los visitantes
griegos descubrir en aquellas aguas un templo dedicado a la
veneración de un dios vivo en forma de
cocodrilo.

Cerca de Karamis existe aún un gran lago llamado
Qarum, que ha perdido muchísima extensión con los
milenios, porque antes debió ocupar toda la
depresión actual de sesenta kilómetros de
diámetro de la ligeramente circular depresión que
hoy lo carácteriza. Se ha querido identificar aquel lugar
como el del lago Moeris, donde hay muchas referencias
documentales de que se construyó un gran templo el
faraón Amenemheb III (6º de la Dinastía XII).
Su propósito fue crear allí un inmenso
depósito de reserva de agua dulce. Aplicó las
normas del hebreo José, promovido a visir de Egipto
después de haber interpretado un sueño del
faraón. (Tal suposición hizo que fuese llamado
Canal de José el brazo de agua que lo comunica con el
río Nilo).

Pero al menos un geógrafo medieval situó
el Lago Moeris muy lejos de Al-Fayum (FOTOS: nº 19, A-B).
Fue también un gran cartógrafo y dejó el
mapa más detallado de su tiempo, incluyendo en él
los templos y lugares que entonces aún no se habían
localizado. Ello le fue posible porque trabajó
exclusivamente en base a testimonios de sabios ancianos
lugareños y textos antiquísimos.

Ciertamente que cualquiera que fuese el Lago Moeris
siempre debió de ser alimentado por un canal de agua
filial de un brazo de Nilo. Después de variarle
algún faraón exprofeso su curso, puede que aquel
geógrafo tuviese razón, pues también a veces
al río Nilo le hicieron cambiar su cauce las tormentas de
arena. El enigmático lago no ha sido posible detectarlo
nunca más al sur de Alejandría, y perdió
crédito el mapa citado, aun cuando las fotos de
satélite indican una depresión importante
también en aquel sector norte del desierto. Allí
existe un largo rosario de lagos paralelos y a la izquierda de la
carretera que va desde El Cairo a la costa oeste de
Alejandría.

Por otra parte, tampoco puede ser que los
subterráneos referidos por Heródoto con tanta
magnificencia y alardes arquitectónicos, empleando
grandiosos megalitos profusamente grabados, todos hayan
desaparecido,… y ello incluyendo dos pirámides que
vieron claramente edificadas en el centro del dicho Lago Moeris,
por cierto, cubiertas hasta media altura por el nivel del agua
del lago,…que ahora se identifica con Al-Fayum.

Tengo dudas para reconocer que las ruinas encontradas en
aquel sector sean las pertenecientes a las del entorno del
legendario Lago Moeris. Según Estrabón y
Heródoto el Laberinto de Hawara estuvo edificado en dos
niveles bajo tierra, en cada uno de los cuales había 1500
estancias y seis patios cubiertos. Desde el exterior al dicho
laberinto, que hoy creen en la zona de Fayum, lo
distinguían una pirámide de cien metros de altura y
dos colosales estatuas de piedra. Otros escritores antiguos,
incluso romanos, vieron allí un edificio
subterráneo con 3.000 estancias. Representan un trabajo
que el dicho autor griego comparó con los bien evidentes
para la construcción de la Gran Pirámide.
¿Dónde están los noventa (90)
peldaños que escribió haber descendido
personalmente para llegar al Laberinto? Si él no
mintió al detallar la gran mole de las pirámides
¿mintió respecto al Laberinto?

La palabra Laberinto ha pasado a la historia para
designar un itinerario muy difícil de seguir, siendo por
ello que los constructores medievales incluyeron en la planta de
sus catedrales unos jeroglíficos hechos con losas y metal,
los cuales ciertamente resultaron ser muy iniciáticos para
aquellas mentalidades agrupadas en gremios de albañiles
(masones).

El primer laberinto está apoyado por la noticia
de que el Lago Moeris se ubicaba cerca de la Ciudad de los
Cocodrilos, cerca de la ciudad de Dashur (70 km. en línea
recta al norte de Hawara),…pero sucede que entonces
había decenas de núcleos urbanos habitados con el
mismo nombre. Escribieron que desde la Gran Pirámide de
Giza se tardaba en llegar al Lago Moeris dos días en
camello (como hizo Heródoto), o bien siete días en
barcos de su tiempo. Si fuese el embalse de agua al que sigue
habiendo noroeste de Al-Fayum, serían en total 106 km. de
distancia.

LA TUMBA DE LA HIJA DEL REY
MICERINOS

La pirámide mortuoria de la reina Khenthawes me
interesó desde el momento que comprobé, escrutando
muchas fotos aéreas, que desde allí partió
la antes citada área poblada por los que fueron sus
cuidadores. Tal explanada, hoy sin nada encima, se tuerce sin
razón aparente justo allí donde la luz del sol
poniente hace resaltar una imagen de rostro sofisticada sobre un
montículo arenoso.

Khenthawes primero fue sacerdotisa llamándose
entonces con el sobrenombre Esposa de Ra-User (significando: "Ra
es poderoso"). Sería reina después, pero a pesar de
su importancia hoy está injustamente olvidada. No debiera
de ser así, ya que a veces se la cita como Red-Yedet que
se traduce como: "Aquello que debe durar". La personalidad de
otras reinas, ya fuesen Hatsepsut, Nefertiti, Nefertari o la
griega Cleopatra reina de Egipto (que fue la novena de su familia
en llamarse así), a pesar de ser reinas de verdad,
culturalmente fueron inferiores a Khenthawes, de cuya tumba
quiero todavía resaltar que fue la última gran
construcción de la meseta de Giza.

El papel de la mujer en Egipto ha sido bien estudiado,
porque a través de los hijos de las faraonas se heredaba
la realeza; de modo que ser hijo de un faraón contaba
menos. Khenthawes -para mi la más fascinante de entre las
demás- no sólo fue descendiente de los tres
más prestigiosos faraones de la IV Dinastía, sino
que sus tres mellizos varones fueron faraones en los tres
primeros reinados de la V Dinastía, aquella que
construyendo pirámides ya de degenerada técnica en
Abusir y en Sakara, dejó testimonio de un culto a Osiris
renovado.

La tumba de Khenthawes fue construida, no obstante, como
un alejado satélite de la tumba de Micerinos, pero en un
lugar tan alejado que parece querer indicarnos mediante su
anchísimo camino hasta hoy a ninguna parte, que entre
Gebel Ghibli y la Esfinge (allí donde la bien delimitada
explanada termina bruscamente) se encontraba un algo que no se
acertó a ver hasta mi contribución.

Mi manera de ver las cosas y de pensar es permeable a
cuanto lo merece, estando abierto a todos los puntos de vista, no
obstante me gusta verlo todo desde encima y no desde determinados
ángulos subjetivos. Así en las cosas de la vida,
donde ver desde arriba quiere decir ver con el corazón,
cual sucede también en mis investigaciónes, porque
prefiero la foto aérea, o de satélites, sin
desdeñar las perspectivas terrestres.

El mítico detalle de que la diosa Isis
salvó a Horus criándolo en secreto, y sobre todo
intercediendo por él ante el tribunal divino, hace bien
evidente que todos los reyes de Egipto debieron estar acreditados
por la transmisión del poder metafísico depositado
en las mujeres de la corte. Aun cuando el poder real lo
ostentó el faraón, el linaje solar fue perpetuado
por la descendencia divina de la Diosa-Madre. En su doble corona
los reyes de turno incluyeron la serpiente "Ureus",
símbolo de Isis, cual un requisito visible de la dicha
exigencia tradicional.

La reina Khenthawes fue esposa del faraón
conocido como Shepseskaf, el último de la IV
Dinastía, quien no era de sangre real pero lo
legitimó el hecho que su esposa era hija de Micerinos,
nieta de Kefrén y tenía por tatarabuelo a Keops.
Reinó pocos años y dispuso que su sarcófago
se depositase en una vulgar mastaba, para dejar claro que no
tenía que ver con el culto a Ra preferido por sus
predecesores. Aquel funeral tan humilde (a pesar de durar el
ritual los nueve meses de rigor) marcó el fin del siglo
que duró la construcción de pirámides en
Giza. Quizá nunca en el mundo egipcio se dio un mayor
ejemplo de que la esposa era la clave sucesoria entre el
faraón y el considerado "transmisor solar", porque
además de aquella misma mujer nacieron unos trillizos que
serían los tres primeros faraones de la V Dinastía
sucesivamente (Esta información se encuentra en el Papiro
Westcar B.P. 3033- conservado en el Museo de
Berlín).

La maltrecha pero aún impresionante tumba de
Khenthawes, (quien fue para la realeza de Egipto cual una
"bisagra real"), está situada aproximadamente a medio
camino entre la menor de las tres pirámides de Giza y el
lugar donde aparece el nuevo rostro gracias a la luz del sol
poniente. Se diría incluso que el camino que sale de la
pirámide de Micerinos (llamada "divina" quizá por
haber sido de color blanco en lo alto y roja su mitad inferior)
conecta, casí en línea recta, con el lugar ahora
descubierto tan figurativamente humanizado por el rostro que
podría llamarse de Osiris, pero que finalmente debe ser
entendido del dios único Ra. Hay que tener en cuenta que
para aquella antigüedad que tratamos, el hecho de cruzar el
río Nilo en dirección a la orilla de poniente, no
se entendió en absoluto como ir al mundo de los muertos,
sino una forma fácil de plantarse en la tierra de la
vida.

Micerinos o su hija Khenthawes pudieron ser los que
planearon el tan sutil mensaje artístico de legar el
descubierto rostro a la humanidad capaz de dominar los aires. A
favor de ello hay que recordar que existen túmulos de
tierra a veces kilométricos que configuran serpientes en
Ohio (en el Alto Misisipi-USA) y obligan no sólo a
identificarlos desde el aire sino también en determinado
día y hora. En la isla de Cuba existe el mismo tipo de
grandes túmulos en la Loma del Indio (provincia de Ciego
de Ávila). Es el mayor monumento arqueólogico de
Cuba, el cual se debe a los indios taínos, quienes a base
de apilar tierra mezclada con cuanto material iniciático
pudieron encontrar, configuraron para ser visto desde el cielo el
cuerpo de un murciélago (mide 108 m. de largo, 14 m. de
ancho, y 3 m. de alto).

Volviendo al rostro de Giza, estamos enfrentados a una
serie de misterios concentrados en la relativamente reducida
superficie alrededor de la famosísima Esfinge, y todo son
por el momento especulaciones. Pero el que esta nueva imagen se
ubique justo al final de dos antiguos caminos rituales
procedentes de dos pirámides (la del padre y la de su
hija), hasta mi descubrimiento no había de ellos una mejor
justificación para explicar su trazado.

Novedades
religiosas en la V Dinastía

La IV Dinastía se había distinguido de la
anterior por adoptar la forma típica de las
pirámides, ya que antes se hacían escalonadas y
después en la V Dinastía se hicieron de muy mala
calidad. Por ejemplo, a las pirámides las sustituyeron los
pilonos de las entradas de los templos en todo Egipto. Dichas
fachadas con pilonos ofrecieron espacios para representar
soberbias escenas gigantes que fueron pintadas en vivos colores,
teniendo el principal simbolismo de ofrecer, en gráfico
esquema, el petrificado cauce del río Nilo al transcurrir
entre sus dos riberas.

Al finalizar la IV Dinastía, se cerró la
Edad de Oro del reinado de Osiris, que acabó dando paso a
graves disputas para ostentar el título de Hijo de Ra. Los
hijos de la reina Khenthawes reclamaron para si el derecho de
heredar la "Cabeza del Padre", a fin de evitar la
intromisión de algún otro hijo de Osiris dentro del
panteón heliopolitano dominante.

Khenthawes no fue la primera mujer de la historia, ni
mucho menos la última, que pasó por haber sido
inseminada nada menos que por Ra, el dios sol. Con tal
afirmación quedaba de forma absolutamente incuestionable –
y bien acreditada- la sucesión de tres sus hijos, unos
líderes que desde su nacimiento pudieron ser vistos
relacionados con el cosmos. Recordaré aquí que
cuando Keops habría preguntado al mago de mayor prestigio
en Egipto, éste no tuvo más remedio que advertir al
faraón de que la clave del misterio capaz de resucitarle
eran unos números ocultos, pero que estaban destinados a
sus descendientes (que fueron los tres hijos de Khenthawes),
quienes por inseminación de su madre por el dios Ra, se
añadieron el título de hijos suyos. Según el
autor S. Vázquez, en su libro: El Tarot de los egipcios,
se trataba del número Pi (22/7) codificado en el Libro
de los Muertos.

Las propias pirámides serían la mejor
prueba del muy avanzado sistema de cálculo que los
antiguos egipcios tuvieron en geometría práctica,
puesto que sin dominio de muy completos conocimientos
matemáticos no habría sido posible
edificarlas.

Nunca se ha aceptado que hace 5000 años se
conociesen tales sutilezas matemáticas, así ni
tampoco la precesión equinoccial del Año
Cósmico de 25920 años. Pero el artículo de
L. G. La Cruz "El número de Dios", en la revista
AÑO CERO (3-14, de 2.001 – año XIII), recuerda los
monumentos más sobresalientes donde se ocultó el
valor de "Pi" (3,1416), y especialmente también en el Mito
de Osiris. No omite que el valor del número "Pi" se ha
supuesto un legado de alguna civilización desconocida para
los humanos de tiempos remotos, a fin de que llegase a quienes
supiesen apreciarlo.

Por lo escrito hasta aquí puede dar la
impresión de que a mi me gustan las cosas complicadas,
pero es al revés. No quiero decir que soy un hombre
simple, pero admito que prefiero las explicaciones simples. Por
ejemplo, expondré una idea que a pesar de los años
sigo manteniendo, incluso después de saber que en 1986 se
hizo un test de microgravedad (o si se prefiere: ausencia de
densidad), sondando el interior de la Gran
Pirámide
, revelándose entonces la huella de
unas rampas internas que en conjunto forman una espiral de
ángulos rectos.

Pues bien, los antiguos egipcios que sacaban agua del
Nilo con contenedores, estuvieron a un paso de inventar el modo
como sube y baja un ascensor moderno. Cuando siendo muy joven yo
lo aprendí, inmediatamente supuse que las piedras de las
pirámides, a partir de media altura (pues hasta
allí combinaban los tornos con las rampas), se
elevarían prácticamente sin esfuerzo incluso los
mayores monolitos.

Hoy afirmo que las pirámides las construyeron
elevando megalitos gracias a disponer del correspondiente
contrapeso en la cara de la pirámide el lado opuesto,
además, obviamente, de ir colocando un par de bordes
romos, o quizá rodillos, en el borde cada día
más alto de la pendiente que tenía la rampa
más deslizante. Algunas huellas dejadas por las rozaduras
de las cuerdas, aún son actualmente visibles.

Aquellos obreros a quienes siempre se los dibuja
empujando trineos cuesta arriba, en realidad sólo se
esforzarían en preparar una o varias rampas situadas en lo
más alto de cada lado de la pirámide en
construcción, de forma que, si se trataba de elevar
bloques de piedra más grandes de lo normal, pudiesen
combinarse los contrapesos para hacerlos subir conjuntado dos de
ellos, o quizá incluso varios.

La clave era el tipo de contrapeso. Mejor dicho, "los
tipos del contrapeso", porque forzosamente tuvieron que ser los
propios obreros, quienes una vez abajo, debían volver a
subir hasta la cima de la obra en continua evolución. Si
además los imaginamos sentados en un rudimentario trineo,
como si viajasen en un trencito de feria por la rampa
descendiente, nos agradará saber que la
construcción de aquellas grandes obras (las únicas
que en el siglo XXI siguen en pie de todas las Siete
Maravillas del Mundo Antiguo
), pudo haber sido un trabajo
incluso divertido para muchos.

X X X

La resurrección del dios Sol se puso
inusitadamente de moda, llegando hasta desear los faraones dar
una nueva visión estelar de los propios nombres a los que
quisieron añadir la palabra Ra. Si bien con anterioridad
había habido otros, que como el faraón
Jdedefré, cambiaron su nombre por el de Ra, fue reinando
los hijos de Khenthawes cuando la religión egipcia nos
muestra al dios Ra muy superior a los demás, y
también se nota en el agigantamiento de la
concepción de la dicha divinidad. Creo poder aducir que en
el curso de la V Dinastía, la que siguió a la de
los faraones grandes constructores de pirámides,
también aparecieron nuevos conceptos religiosos que
impulsaron el culto al dios Ra. Los hijos de Khenthawes fueron
constructores de pirámides de baja categoría. Uno
la construyó en Saqqara, y los otros dos en Abusir. Se
cree que aquel lugar coincidía en ser donde, desde Giza,
veían ponerse el sol justamente bajo las aguas del
río Nilo en una determinada fecha. Aunque lograron
controlar la devoción heliopolitana por Osiris, el caso es
que en el Imperio Medio ésta aún renació con
mayor vigor.

Se olvida el ánsia monoteísta del propio
Keops, quien por ello tuvo siempre muy resentidos a los
sacerdotes de su tiempo. Su sucesor ya hemos visto que quiso ser
llamado Ra (por cierto reinó poco tiempo), y en cuanto a
Kefrén, continuó la misma línea. Sólo
en Micerinos se advierte un menoscabo de la divinización
de la realeza, porque no sólo el tamaño de su
pirámide, sino incluso en sus estatuas se nota una
serenidad muy humana.

Las pirámides de Giza no debieron de ser obra
planificada por técnicas de los egipcios antiguos. Los
agujeros tan perfectos atravesando gruesas piedras de gran dureza
y otros detalles, así parecen indicarlo, y lo corrobora el
deterioro de lo que se construyó en Abusir, hoy tan
desmoronado todo porque sólo tuvieron su funda hecha de
dura piedra. ¿Quizá supiesen algo dichos
"faraones-puente" que no se haya descubierto tanto referente a
Ra, como del mismo templo de Seti I en Abusir, allí donde
tantos faraones desearon ser enterrados? Gracias a que en las
dichas pirámides-tumbas se han recuperado piedras
aprovechadas de la pirámide de Giza, se aprecia una muy
superior técnica en el periodo dinástico anterior,
con lo cual incluso se podría llegar a esta
conclusión: Quisieron claramente reflejar en vida el poder
de Ra.

MARDUK-RA-QUETZALCOALT ¿ UNO
SÓLO?

El ave esculpida en el pórtico de la tumba de
Nefertiti en Tebas sea un cóndor o buitre, es al fin la
misma "ave de fuego" símbolo de la Diosa Madre elegida
entre los pueblos precolombinos de América. Asimismo, en
el interior de la gran pirámide de Teotihuacan se
encontró un estrato de mica (aislante muy efectivo), un
mineral el cual se sabe que debió de ser transportado
hasta el sur de México desde Brasil distante 2.000
kilómetros. Son algunas evidencias que no "encajan" en la
ciencia actual, pero son hechos irrefutables, por más que
no se quieran tomar en consideración. Cualquier
arqueólogo ha de poder ofrecer muchas más pruebas
que podrían avalar la ancestral relación entre tan
distantes Continentes. Aparte de las citadas más arriba,
que obligan a volar por los aires a los iniciados espectadores,
existen pruebas de toda índole que los relacionan desde
muy antiguo.

Hay rastros de cocaína de América en las
momias de Egipto, así como también piedras
esculpidas del lejano continente muestran caras de barbudos tipo
caucásico, ya que los genes de los indios americanos
evitan que les crezca pelo en la cara. La máxima divinidad
del México antiguo fue llamada Quetzalcoalt, el de la
"Serpiente Emplumada", cuya veneración parece ser que
llegó hasta Latinoamérica, se ha especulado que
pudo haber sido el mismo dios Toth que en el año 3113 a.C.
habría sido desterrado del Egipto predinástico por
el dios Ra, fue el llamado Marduk en Babilonia, y siglos
después Hermes entre los griegos).

En Sumer el dios Toth enseñó ciencias y
artes, en especial la escritura y la arquitectura, así
como además los secretos de la astronomía,
instaurando la renovación del calendario con una base de
52 semanas, contraviniendo el regido por el dios Ra (el sol), el
cual tuvo por base 52 años. Este diferente enfoque para
establecer el calendario, sería una de las principales
causas de enemistat entre Ra y Toth, a consecuencia de lo cual
Toth debió exiliarse en tierras centroamericanas. El libro
que se le atribuye nunca lo ha visto nadie, pero se cree que daba
poderes sobre la materia.

En los escritos del sacerdote egipcio Manetón
(según Eusebio), después de la partida de Toth,
Egipto desde el 2180 padeció un periodo de caos
gubernamental que duró 350 años. Después
gobernaron una serie de reyes, todos ellos sometidos al dios Ra,
hasta que él mismo fue expulsado de Egipto,
instalándose en tierras de Sumer. Su papel en Egipto
siguió siempre muy vivo, pero a condición de nunca
más ser allí visible. Los cinco años que
Abraham vivió en el Bajo Egipto (desde 2047 a.C.) fue
precisamente el período cuando en Tebas, capital del sur,
consideraban su deidad suprema al "dios oculto" Amón-Ra,
siendo anualmente venerado con una solemne procesión. Tan
oculto fue, que moría al instante quien se plantease
desvelar su secreto. Cuando Tebas tuvo más importancia
también la tuvo Amón, exceptuando los 17
años que reinó Akenaton.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25
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