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Colección “Revisión Cultural” (desde 1978) (página 4)




Enviado por Ramon Ramonet Riu



Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25

El libro del Éxodo explica que, cuando
Dios decidió liberar a su pueblo de la esclavitud de
Egipto, ordenó que cada familia hebrea sacrificase un
cordero macho de un año y sin defecto, debiendo
comérselo por la noche y con su sangre untar las jambas de
las puertas de sus casas. Así todos los hebreos de Egipto
aquella noche evitaron que muriesen sus hijos primogénitos
(Éxodo; 12, 1-14). Posteriormente en el monte
Sinaí, Dios consolidaba su alianza con los hebreos del
éxodo sellando el pacto con la sangre de un cordero
(Éxodo; 24, 1-11). Fue entonces cuando los escapados de la
esclavitud pasaron a ser: El pueblo de la alianza, el sacerdotal,
el elegido y consagrado a Dios. (Éxodo; 19, 5-6). La Ley
Mosaica establece que el Cordero Pascual debe ser atravesado por
dos palos en cruz para asarlo al fuego, y luego comerlo
ceremonialmente.

Reclamo la atención acerca de que, sin otro palo
para ensartarlo, no podría hacerse rodar el cordero muerto
sobre el fuego para asarlo. Lo comento debido al inédito
símbolo que descubrí grabado en un anillo de hierro
meteórico, el cual atribuí a Moisés porque
recuerda el tipo de parrilla antes citado. Volviendo al
simbólico Cordero pascual , habitualmente se lo presenta
sosteniendo una cruz de malta sobre una larga vara. Es una
asociación que tiene gran riqueza teológica: Para
los actuales fieles cristianos simboliza la humildad de
Jesús y su enseñanza evangélica, si bien la
metáfora es muy anterior al nacimiento del Señor.
Es muy interesante que aún se vea dicho cordero
místico
en el frontispicio de algunas viejas iglesias
de la orden del Temple, como la que tuvieron en la ciudad de
Palma de Mallorca. La edificaron tan pronto conquistaron las
Islas Baleares sobre un fortín musulmán. En Palma
dicha iglesia del Temple aún presenta en su interior otras
imágenes pintadas del "Cordero pascual".

Explicado ya el simbolismo del Cordero de Dios que quita
los pecados del mundo, de nuevo me referiré a la
población de Viladecans, para apostillar que allí
se lo recuerda más que en parte alguna, debido a que lo
tienen como emblema heráldico, y muy probablemente se
remonte a cuando lo eligió Guillem de Torroja, sin duda el
mayor colaborador medieval con la Orden del Temple. A él
debe serle atribuida la propiedad de la torre de planta cuadrada
del siglo XII, que aún conserva el nombre de Torre-Roja
gracias a que la piedra con que se construyó es de color
rojo. No hay otro modo de justificar la existencia allí de
una torre roja tan bien estructurada y edificada en el siglo XII,
al ser un lugar de peligroso tránsito, por ser vía
de acceso a las murallas de Barcelona.

LA ITINERANCIA AGOTADORA DEL ARZOBISPO
GUILLEM DE TORROJA

Hasta la investigación del erudito J.Mª Sans
Travé, en 2003, de Guillem de Torroja se había
escrito escuetamente que fue regente del rey Alfonso II dada su
minoría de edad, motivo por el cual sólo los muy
eruditos saben que se le atribuyeron grandes logros
políticos cuando de hecho él era todavía un
niño. Por mi parte, al escribir esta aproximación
biográfica deseo poner en evidencia que, para presentar al
polifacético soberano pude haber escogido otra fecha de su
nacimiento que lo haría aún bastante menor, y en
cambio lo considero algo más crecido; pero, así y
todo, muy niño.

En modo alguno se le deben seguir atribuyendo,
indebidamente, estrategias, alianzas, y, en fin, unos
méritos a una edad en que era imposible que pudiese
tenerlos. De la clara exposición de estos acontecimientos,
Guillem de Torroja sale siempre agigantado, porque fue el
verdadero impulsor de todo cuanto se ha atribuido a un jovencito
inepto total. En pocas palabras, la persona de Alfonso II nos ha
llegado magnificada, justamente debido a su política,
aunque en realidad ha de ser vista ajena a su persona.

Se le considera el artífice de la alianza
catalano-aragonesa, y ello sucedió porque Guillem de
Torroja, quedó completamente eclipsado para la posteridad.
Quizá ya estaría bien así,… si no fuese
porque, como Arnau, él también es mi paisano de
siglos pretéritos. Opino que debió de ser un gestor
nato, emprendedor, y por encima de todo un conciliador, tipo
A.Neville Chamberlain en 1938, pero con éxito.

Ramón Berenguer IV había promulgado la ley
llamada "Los Usatges", siendo el principal de sus consejeros mi
biografiado, quien le convencería de que era la mejor
forma de legalizar su gobierno. La política de ambos
consistió en ser benevolentes para cons sus nobles
barones; y lo demostraron, por ejemplo, al comprar, por 300
morabatines de oro, el castillo de La Guardia, enclavado en los
repiegues de la milagrosa sierra de Montserrat (a 40 km. de
Barcelona), el cual, por circunstancias de la vida,
pertenecía a un musulmán que lo heredó del
conde Reverter (Traté de ello en mi libro "Montserrat
Ganga del Grial";
autoeditado en 1982).

No obstante, no pudo actuar siempre simplemente
pacificacando. La belicosidad de los condes y barones catalanes
obligó a veces a moverse con rapidez a los Torroja de
Barcelona. Aunque se puede entrever que sacarían ventajas
incluso de las desgracias, sabiendo anticiparse a los
acontecimientos. Ciertamente hubo ocasiones en que el muy
diplomático obispo Guillem debió mostrar su temple,
como cuando amenazó a cuantos nobles eran reticentes a que
sus castillos pasasen a considerarse feudos del rey-niño
Alfonso II (I de Cataluña). En efecto, Guillem entonces
desarrolló su más enérgica
persuasión, y al fin logró su propósito
amenazándoles con quitarles todos sus bienes, seguramente
mediante la excomunión.

No son afirmaciones hechas a la ligera, aunque sea
fundamental esclarecer la edad del rey para reivindicar la
importancia política de Guillem de Torroja, y ello es
problemático. Aunque se diga que comenzó a reinar a
los cinco años, haciéndole jurar su nombramiento en
Zaragoza el año 1164, ¿quien se puede creer que un
niño de esa edad ya tuviese suficiente capacidad? El
problema de la edad de Alfonso II es que la fecha de su
nacimiento sigue estando por dilucidar. A mi no me corresponde
hacerlo, y sólo me limitaré a exponer el
trascendental gobierno del principal de los miembros de su
Consejo de Regencia, que fue Guillem, el hermano de Arnau de
Torroja. Era muy grande la autonomía que tuvo Guillem como
obispo de Barcelona, pues había sido nombrado por
Ramón Berenguer IV vice-regente de su hijo el
pequeño rey-niño. A los pocos dias de morir el
conde Guillem, representando al huerfano, ya pactó nada
menos que con el rey Fernando II de León la
destrucción de Navarra, cuyas tierras se
repartieron.

Una vez presentado su poderío, procuraré
seguir un orden cronológico para el seguimiento de sus
gestiones, de acuerdo con el itinerario recopilado por
Joaquín Miret Sans. Expondré, en síntesis,
pero sin ánimo de ser exhaustivo, el destino de sus
principales viajes, avisando que aún debieron de haber
muchos más. Antes, no obstante, sepamos como llegó
Guillem de Torroja a ser arzobispo en 1171, y a pesar de todo no
relajarse ni lo más mínimo en sus numerosas
gestiones, sino todo lo contrario. Cuando violentamente
falleció su antecesor en la sede tarraconense, el
arzobispo Hugo de Cervelló, Guillem fue elegido arzobispo
de Tarragona, periodo durante el cual, al mismo tiempo
siguió ejerciendo también de corregente de la
confederación catalano-aragonesa hasta que
murió.

Guillem consiguió alianzas que nunca
habrían alcanzado los que junto a él tuvieron la
responsabilidad de la corregencia. Obviamente, yo ignoro la
mayoría de documentos donde aparece la firma de Guillem,
obispo de Barcelona, consejero principal (a veces llamado
"curador") del rey, por lo cual me limitaré a recoger
algunas noticias de sus desplazamientos con el rey-niño,
que le seguiría seguramente a desgana. Sin entender la
importancia de sus actos, aquel soberanito, con vocación
musical y teatral, siempre que fue posible estuvo
acompañado del verdadero artífice de la
política de su tiempo. Para no decir que fue Guillem de
Torroja, digamos que fue Alfonso II quien, incluso siendo
niño, se le recuerda con potestad suficiente para enviar a
los hombres de una ciudad a la guerra, y entre otras
heroicidades, también ordenaba perseguir delincuentes. Por
tal motivo fueron creadas las "veguerías", distritos
gobernados por un veguer, sin vínculos familiares con
otros nobles de la zona. Así se creó la primera
administración local de Cataluña, cuando los
castillos y las baronías dejaron de ser feudatarios y
pasaron a ser del soberano. Esto era revolucionario para su
tiempo.

Para establecer el nacimiento del soberano llamado
sucesivamente: Ramón, Alfonso, y apodado "el Trovador",
"el Casto", etc., se han defendido muy diferentes años
(1152-1154-1157 y 1158). Me inclino por la fecha del mes de marzo
de 1157, pero hubo historiadores que siguieron defendiendo las
teorías iniciales, y así en la wikipedia consta que
el rey nació en 1154, por lo que sería tres
años más joven de lo que yo le presento. Me
convendría seguir la corriente establecida, pero
sólo hay que atender a su fama de trovador y no
será necesario imaginar a Alfonso II con más edad
para verlo completamente ignorante de cuantos asuntos oficiales
sucedieron a su alrededor.

La confusión antaño fue enorme, y
aún persisten dudas. La reina Petronila, si bien
citó a su hijo al redactar su testamento cuando estaba de
parto, en fecha 4/4/1152, resulta que, aunque lo escrito fue
corroborado en fecha 18/6/1164, se duda de si corresponde al
nacimiento de su otro hijo llamado Pedro, muerto al poco tiempo
de haber nacido. Por si todo lo dicho parece poco, téngase
en cuenta que, además, está el problema de
convertir los años a la datación del calendario
gregoriano; y para colmo, hay que contar que se convino una
posterior reducción de los años del reinado de
Luís VII, que fue la manera de datar los documentos por
los notarios catalanes de aquella época. En fin, como ya
dije, se trata de un soberano que nació siendo
Ramón Berenguer V de Barcelona, y luego se le llamó
Alfonso I de Cataluña, y II de Aragón. En mi
opinión, lo más sensato para esclarecer su
verdadera edad es remitirnos a los 22 años del joven
soberano cuando firmó el Tratado de Cazorla
(1179).

A Guillem de Torroja, lo creo impulsado por su fe
cristiana y su humildad personal, pero muy esperanzado con el
éxito de sus gestiones, y con grandeza de espíritu
nacional. Siempre actuó con celeridad en todos los frentes
y probablemente procurando quedar en el anonimato. Arnau, el
hermano templario de Guillem, estuvo a su lado en todos los casos
que era requerido; y debieron ser muchos, porque en realidad el
arzobispo Guillem de Torroja debió de morir de puro
agotamiento, debido a los continuos desplazamientos por todos los
dominios catalano-aragoneses, incluyendo muchas galopadas en el
Sur de Francia. Seguramente debió representar para
él un martirio tanto cabalgar, y ello contando que el
joven soberano de alma bohemia, lo siguiese sin protestar; pues
en caso contrario, pudo haber sido para Guillem un verdadero
calvario. Había tenido mucha salud, pero la perdió,
desplazándose con el niño-rey de uno al otro lado
de los Pirineos y viceversa. Para verificarlo presentaré
las pruebas documentales que llevan su firma junto a la del gran
soberano Alfonso II, dado que los desplazamientos que éste
realizó (seguramente a regañadientes) fueron
recogidas por el insigne investigador de la historia de
Cataluña Joaquín Miret Sans .

"ITINERARIO DEL REY ALFONSO I DE
CATALUÑA, (II EN ARAGÓN)".

Guillem de Tarroja, entre otros, firmó como
testigo del rey cuando, en nombre de los templarios, su hermano
de Arnau de Torroja concedió a la confederación
catalano-aragonesa 1.100 morabatines en fecha 20/4/1164, para ser
devueltos el día 4 de abril de 1165 (Pascua). Miret i Sans
encontró un documento inédito que acredita la
presencia del rey en Tortosa el día primero de agosto de
1165 (entonces ya tenía diez años). Después
de la firma real, aparece la de Guillem obispo de Barcelona, y la
de Guillem Ramón Dapifer.

El día 8 de mayo de 1167 otorgó Alfonso II
una donación a favor del monasterio de La Celle (que
acabó siendo un burdel para nobles de la Provenza), del
castillo de Millars hecha por Hualguer al rey, prueba que
éste estaba en la ciudad de Arles, a orillas del
río Ródano el segundo semestre de 1167, cuando
también se hizo un convenio entre el rey-niño y el
conde de Rodez. Después del rey, firmaron Guillem, obispo
de Barcelona, Guillem de Montpelier y Arbert de
Castellvell.

Aún Alfonso II estaba en Arles (Sur de Francia)
el día primero de octubre de 1167, siendo allí
donde el rey-niño se dice que celebró
(léase: asistió a) un convenio con los comisionados
genoveses. Estaban presentes al acto Guillem Ramón Dapifer
y el obispo Guillém de Barcelona, quienes también
firmaron el acta en la cual Alfonso II, a sus diez años, y
titulándose: Dux Provincie, le hicieron admitir la deuda
de 1.200 morabatines, y dejó en garantía la mitad
de unas rentas que le pagaban en Lérida y
Ascó.

El rey Alfonso II y el obispo Guillem de Torroja vuelven
a aparecer en un documento del 26 de junio de 1168 en Barcelona;
y en verano se encaminó con una considerable escolta
armada, marchó hacia Tarragona y Tortosa. Regresó a
Tarragona pronto, donde en su presencia se dictó sentencia
en el litigio entre el prelado de aquella diócesis y los
hijos de Roberto Aguiló. La firmaron también los
obispos de Barcelona y Zaragoza, y a ambos se les encuentra (17
agosto de 1168) en el monasterio de Poblet (a pocas horas de
Tarragona) donde el niño-rey nombró una
delegación para que estableciesen los lindes del
territorio del Puig de les Avellanes con el citado convento.
Firman el documento Guillermo de Montpeller y los dos prelados de
la familia Torroja.

El 29 septiembre del año 1169
encontrándose en Huesca, Alfonso confirmó los
privilegios, o inmunidades, que sus antepasados habían
concedido a la orden del Hospital de Jerusalén. Entre los
magnates que asisten al acto se contaban Arnau Mir, conde de
Palláis y Guillem de Torroja. En fecha 20/5/1169 le fueron
concedidos otros dos prestamos; uno de 350, y otro de 5.000
morabatines. Dado que el último era realmente mucho
dinero, Arnau de Torroja también hizo comprometer por
escrito a muchos nobles fieles al soberano para mejor garantizar
su devolución.

El 12 de noviembre el soberano catalano-aragonés,
se encontraban en Jaca, prometió a los templarios darles
mil morabatines anuales, de los tributos que recibía del
rey moro Lobo. Aquel mismo mes de noviembre, estando aún
en Jaca, otorgó los castillos de Chivert y
Oropesa.

El historiador aragonés Zurita afirmó que
en 1170 Alfonso II acudió desde Aragón a los montes
de Prades y Siurana para sofocar la insurrección de los
sarracenos. Otro documento del año 1170 es la
publicación, ó declaración de sentencia,
disponiendo el joven soberano dar plena posesión al obispo
de Pamplona, de la iglesia de Santa María de Un-Castillo.
Está fechada en Almenar, el mes de marzo del año
1170, en presencia de Hucli, arzobispo de Tarragona y legado,
Guillem, obispo de Barcelona, Pere, obispo de Zaragoza,
Ponç, obispo de Tortosa, Arnau Mir, conde de Pallars y
Arbert de Castellvell (Perg. del Archivo de la Catedral de
Pamplona; veáse Moret: "Anales del reino de Navarra", II,
pág. 498).

El día 10 de noviembre del año 1170,
estaban en el bajo Aragón, otorgando un reconocimiento de
deuda de cien morabatines a favor de Guerau de Marimón.
Alfonso II aún se encontraba en la capital de
Aragón en diciembre de 1170 y el 27 de diciembre estaba en
Ribagorza. En un documento otorgado en Roda, hizo constar que el
día de Navidad se había presentado en la iglesia de
San Vicente de dicha villa acompañado de Guillem, obispo
de Barcelona, Pere, obispo de Zaragoza, Arnau Mir, y otros. Esta
escritura fue publicada en "España Sagrada" (vol.
30).

El 17 de abril de 1171 fue asesinado el anterior
arzobispo de Tarragona, y por razón de tan grave
acontecimiento se encaminó el rey y todo su séquito
donde el día 14 de octubre del citado 1171, se previno
también separar en dicha ciudad, los derechos de la mitra
y los de la Corona, lo que justificó el derecho
señorial de la Iglesia tarraconense. (Noticia publicada
por el historiador Morera: Apendice 27). Aunque
acompañó al niño-rey a Tarragona, Guillem
estuvo pocos días allí, pues el 22 del mismo
octubre ya estaba en Lérida.

Al mencionar tantas veces la moneda morabatines, se
impone esclarecer su valor durante la época medieval que
tratamos. Era la sucesora de la moneda del siglo XI llamada
"mancuso", que era de oro, a imitación de los "dinares"
árabes mucho más prestigiosos. Es anecdótico
que Ramón Berenguer I compró los condados de
Carcasoa y Razès, en el Sur de Francia, por 44.800
"mancusos" de oro. Los acuñaron en Barcelona y
Besalú, y las falsificaciones incluyeron las habituales
palabras árabes. Una referencia al valor del mancuso de
oro (procedente de San Juan de la Peña), estableció
que valía cuarenta y dos "sueldos". A finales del siglo XI
el mancuso fue sustituido por el antes citado morabatín,
también llamado "maravedí". La moneda catalana por
excelencia del siglo X al XIV fue el "sou" de Barcelona,
significando "sueldo", era una moneda de plata que en los
años de gran influencia de los hermanos Torroja, llevaban
la efigie del rey Alfonso II. Su valor era de 12 dineros
("diners"), lo cual en su tiempo era una suma
considerable.

 Incluso un soberano que hubiese sido realmente
adulto, para acuerdos de tanta cuantía necesitaba el
consentimiento de sus nobles y máximas jerarquías
religiosas más allegados, y más siendo el rey muy
joven, por todo lo cual tuvo la gran suerte de que lo apoyaran
los dos influyentes clérigos hermanos de Arnau de Torroja,
Pere, que era obispo de Osona y Guillem obispo de Barcelona y
arzobispo de Tarragona. Los encontramos a ambos avalando el
préstamo de mayor cuantía (24.000 morabatines)
otorgado al joven soberano por Guillermo de Montpelier el mes de
mayo de 1171. La garantía entonces consistió en que
veinte hijos de nobles catalanes residiesen en Perpignan (Fr.)
hasta que aquella cantidad le fuese devuelta.

En 1172, por haber fallecido el sultán
musulmán de la taifa de Valencia, Ibn Mardanis, Alfons II
sitió la ciudad de Valencia con todas sus tropas, las de
su obispo y demás aliados. Aquel conflicto concluyó
mediante una alianza con el nuevo mandatario, a condición
de que al rey de la corona catalano-aragonesa le doblaran la
cantidad pagada como tributo anual, después de lo cual
Alfonso decidió atacar. Sucedió que se rompieron
los acuerdos firmados para permanecer en paz, y empezaron a
pensar en atacar las fortalezas de Xàtiva y Murcia, Xivert
y Oropesa (Alicante). Incluso antes de ser conquistadas, a la
orden del Temple ya se les había concedido muchos
beneficios sobre ellas;…y todo se atribuyó a un
joven con sólo 17 años!.

Después de la muerte del conde de
Rosellón, el joven rey el mes de julio de 1172 estaba ya
en Perpigñan, donde le rindieron homenaje los hombres de
dicha villa. El día 21 de julio, seguiría en el
Rosselló, pues allí dictó un decreto por el
cual tomaba bajo su protección la abadía de
Fontfreda, situada en las cercanías de Narbona, en cuyo
documento figuran los mitrados hermanos Torroja.

El día 23/6/1173 el joven soberano y su
séquito regresaban a Cataluña, y dictó la
sentencia pública en las cuestiones sobre el castillo de
Lauret, que enfrentaron al obispo de Gerona con el heredero de
Bernat de Palafolls. Entre los firmantes figuran también
el arzobispo Guillem de Tarragona y Arbert de Castellvell.
Pasados sólo unos días estaban en Anglesola (entre
Cervera y Lérida), donde otorgó la
restitución del término de Tarragona hasta el
río Gaya y los montes de Carbonera a favor del arzobispo y
de la iglesia de Santa Tecla.

En julio de 1173 estaban en Cervera, y allí se
firmó la donación de un molino a favor de Arnau de
Monseren y de su mujer Ermesenda. Se dirigieron hacia los
Pirineos y allí, a ruegos de la vizcondesa de Bearn, le
concedió los bienes que tenía en Aragón el
difunto vizconde bearnés, a favor del monasterio de
Bolvestre de la orden de Fontherault. Entre otros presentes al
acto, estaban los dos hermanos Torroja.

Sería difícil determinar cómo en
1173 se consiguió reunir a sus corregentes en Font
d'Aldara para redactar unos estatutos para disfrutar en sus
dominios de Paz y Tregua; unas normas que fueron
institucionalizadas, y por cuya constitución se
confería a los obispos una importante función
jurisdiccional. Entonces ya tenía 18 años y era
admirable como cantaba sus propios poemas amorosos.

Volviendo ya al itinerario, día 31 de octubre
1173 el joven soberano aún continuaba en Lérida
(Lleyda, o también Larida) donde, el 6 de noviembre,
concedió a la iglesia de Santa Tecla de Tarragona los
territorios que su abuelo Ramón Berenguer III había
donado en la zona llamada el Engolador de Cabra y los montes de
Carbonera. El día 18 de julio firmó un auto a favor
de Guillem, arzobispo de Tarragona.

Guillem de Torroja introdujo en la mente del joven, tan
pronto pudo, una idea de apaciguar y pactar con todo el mundo
siempre y cuando ello fuese posible (G.Gonzalvo: "La
constitució de Pau i Treva de Catalunya. Segles

XI-XIII"; en "Textes juridics catalans. Lleis i costums";
vol.11/3 Barcelona, Generalitar de Catalunya – Dep. de Justicia
1994, p.74a88
). El arzobispo Guillem encargaría
elaborar una normativa de paz y tregua general poco antes de su
muerte, por lo cual no tuvo tiempo de hacer dearrollar aquella
idea que, en el cambio de milenio, logró implantar el abad
Oliba, el que fuese también el obispo promotor del
santuario de Santa María de Montserrat en
Cataluña.

El mismo año que fue armado caballero, Alfonso II
contrajo matrimonio con Sancha, hija de Alfonso VII de Castilla
el día 18 de enero de 1174 (según prueba la
escritura de donación propter nupcias, que el joven
monarca hizo a la esposa, de las villas de Tamarit, Barbastro,
Pomar y otras. Al haber colaborado con Castilla en la conquista
de Cuenca el 1177, Alfonso II "el Casto" a sus 22 años
consiguió librarse del vasallaje por Zaragoza que Alfons
VII de Castella había impuesto a su padre Ramón
Berenguer IV.

LA MUERTE DE GUILLEM DE
TORROJA

Tan pronto Guillem fue nombrado arzobispo metropolitano
de Tarragona, obedeció las instrucciones del papa de Roma
de castigar a los asesinos del arzobispo antecesor suyo en
aquella Seo (J.Villanueva "Viaje literario a las iglesias de
España", vol. XIX, p. 289- doc. XXIX). Era como si se
repitiese la historia poco después de ser nombrado obispo
de Barcelona.

Siendo arzobispo, y en teoría residente en
Tarragona, Guillem consta que volvió a Barcelona
-supuestamente por última vez- con motivo de la
fundación de los beneficios de la iglesia de Sant Andreu
del Palomar (frente a salida del metro Plaza Orfila de Barcelona)
lo cual no sólo le representó muchas jornadas de
cabalgar, sino que además necesitó el permiso de su
sucesor el mitrado Guillem Bernat de Berga (ACB, 1-2-57. Cf.
Anexo doc. 10).

Fue durante sus últimos años de vida
cuando el arzobispo Guillem creo haber demostrado que
vivió agotadoras jornadas de trabajo, también
físico, por coincidir con periodos políticamente
muy conflictivos. Todo se le complicaría aún
más al morir el otro corregente, y consejero real, el
senescal conde de Montcada un año antes que él. A
partir de entonces también hay que decir que
concluyó el mejor período en la vida de Alfonso II.
En efecto, la historia recuerda, además, como la
política catalana-aragonesa cambió para ir peor, y
fue con brusquedad. Lo determinaron su matrimonio, la muerte de
su madre, la reina Petronila, casi simultánea de la del
anciano senescal Guillem Ramón de Montcada, y la de
Guillem de Torroja a finales de 1174.

Por supuesto que también hubo discusiones entre
el joven soberano y su mano derecha. Primero por la tozudez de un
alma de artista que se vio obligado a estar presente en actos
oficiales sin entender muy bien el por qué; y
posteriormente cuando se dio cuenta que era todo un rey, y
lógicamente no debió gustarle ser corregido
continuamente por un "carca" de la Iglesia, a quien, de haberlo
querido, lo podía ver como perteneciente a una
generación muy superada. Se tiene constancia de que
incluso sostuvieron pleitos durante algún tiempo, pues al
crecer, Alfonso II y el obispo Guillem se repartieron en
Tarragona los bienes y derechos de la familia Bordet.
Posteriormente ambos firmaron la concordia conocida actualmente
como Ad Perennem (7/7/1173), en la cual constan varios
miembros de la familia de Arnau de Torroja. (A.I. Sanchez
Casabón: "Alfonso II…"doc. 148, ps. 218-220).
De hecho con anterioridad ya había firmado el documento
que delimitaba la jurisdicción del soberano y el prelado,
fijando los límites del señorío de
Tarragona. En fin, cuando Arnau de Torroja estaba en el
país, formaba parte de la comitiva real en sus
desplazamientos, lógicamente acompañado por sus
impresionantes monjes-guerreros de capa blanca.

El traspaso a mejor vida del arzobispo Guillem
aconteció en Tarragona, y debió de ser muy sentida
por todos sus feligreses, pero a nadie le dolería tanto
como su hermano Arnau, quien por entonces aún le esperaba
la sorpresa de tener el mayor ascenso jerárquico dentro de
la orden del Temple. Aunque a Arnau de Torroja lo agobiaban los
problemas que su alto maestrazgo comportaba, es obvio que, por
preparado que estuviese un viejo militar, que además era
fraile, lamentó la muerte de su hermano como cualquier
bien nacido. Arnau era muy consciente de que al mismo tiempo
desaparecía el mejor político de la
confederación con los aragoneses, quedando peligrosamente
aparcados muy graves problemas de estado. Unos problemas y
proyectos que Arnau de Torroja, como catalán y como
templario, además de buen hermano, siempre puso su
máximo empeño en tratar de coadyuvar dentro de sus
posibilidades.

Como eclesiástico, a Guillem debió de
satisfacerle el hecho de que la diócesis de Tortosa
incluyese todos los pueblos de la comarca del Mataranya,
satélite de Barcelona, porque hasta 1152 había sido
el límite de la frontera eclesiástica. El 23 de
marzo de 1154 el papa Anastasio IV estableció los
límites de la archidiócesis y sus
sufragáneas: Gerona, Barcelona, Urgel, Vich,
Lérida, Tortosa, Zaragoza, Huesca, Pamplona, Tarazona y
Calahorra.

El arzobispo Guillem de Torroja, usaba un tipo de letra
cancilleresca romana, como se puede apreciar en su firma del
documento de abdicación de la reina Petronila. Ha sido el
reciente descubrimiento del mismo, que se revela un ignorado
detalle: El jovencísimo rey Alfonso II no salió de
Catalunya después del mes de septiembre de 1173, o sea que
permaneció en Barcelona hasta que se fue a Zaragoza para
casarse. Todo lo que poseía el arzobispo Guillem de
Torroja cuando murió lo entregó en su testamento a
la Iglesia católica, a condición que su dinero se
gastase en alumbrar las lámparas de la capilla de Santa
Eulalia de la catedral de Tarragona, quizá en recuerdo del
monasterio que él había fundado en Santa Eulalia
del Camp.

Me referiré ahora a uno de los muchos monasterios
que Guillem benefició. Se trata de Sant Vicens de la Roda,
porque de sus monjes recibió la supuesta cabeza del
mártir san Valerio (S. Puig:"Episcopologio de la Seo
Barcelonense" Barcelona 1929, p. 166). Quizá fuese un
regalo de agradecimiento; aunque también pudo suceder que
Guillem se lo pidiese expresamente. Quiero recordar que en la
parte principal de esta trilogía sobre Arnau de Torroja,
me ocupo extensamente del culto al cráneo, ya que sin duda
los monjes templarios veneraban uno con gran discreción,
dando pie, después de su detención en el siglo XIV,
a especulaciones aún no bien resueltas.

También los monjes de la orden cisterciense por
su parte agradecieron mucho los favores recibidos de Guillem de
Torroja, porque les dio los monasterios de Poblet, Valldaura, y
más tarde Santes Creus y Vallbona de les Monges, todos
ellos fundados a partir del año 1152. Para concluir con
los méritos de Guillem de Torroja, recordaré que la
catedral de Tarragona, que se comenzó a edificar en el
siglo XII, no fue terminada hasta dos siglos después de
morir él. Su firma quedó recogida en un documento
inédito hasta mediados del siglo XX (Inexplicablemente
estaba en el fondo archivístico nº 30 de Sant
Llorenç del Munt). Se trata de un pergamino del año
1173 escrito en el monasterio de Sant Cugat del Vallés,
que fue estudiado por la erudita investigadora de l'ACA de
Barcelona, y buena amiga mía, la señora Josefina
Font Bayell, que lo presentó en el "Congreso de Historia
de la Corona de Aragón", Vol. II (celebrado del 1 al 6 de
octubre de 1962). Se lee en el mismo que, el mismo año que
murió Guillem, el rey Alfonso II permaneció en
Barcelona hasta marchar hacia Zaragoza para casarse.

En efecto, el regio pupilo de Guillem de Torroja en
fecha 18 de enero de 1174 se casó con doña Sancha
de Castilla y Polonia (la que sería tía de Alfonso
VIII de Castilla); y el arzobispo no debió de quedar al
margen (por ser todavía el principal de los corregentes),
de los meses -o años- que hicieron falta para llegar a los
acuerdos necesarios entre embajadores para poder celebrar un tan
regio enlace. Arnau de Torroja y sus dos hermanos obispos estaban
presentes en la ceremonia del enlace de Alfonso II. Todos
firmaron como testigos en la concesión de muchos castillos
y villas de Aragón y Cataluña, y entre las
principales se incluyó Tarragona (J. Mª Font: "Cartas
de población y franquicias de Cataluña". Ed.
Madrid-Barcelona, 1969 ps. 143-144).

De cara a los consuegros, no debió de ser
fácil para el arzobispo ocultar la personalidad boemia del
rey trovador. Asimismo, recordaré lo que escribió
el historiador Próspero Bofarull: "Podrá ser cierto
que Alfonso II no consumase su matrimonio hasta el año
1174, según afirma Zurita, pero es igualmente exacto que,
en 1171, estaba ya casado con Sancha de Castilla y que
vivían juntos". Recuérdese que el joven soberano en
1171 tenía 16 años.

Guillem se responsabilizó con seguridad de que
todo saliese bien, porque el Derecho Canónico
establecía con claridad meridiana que todo hombre no
alcanzaba la mayoría de edad hasta que no estuviese
casado. El obispo Guillem, iniciado de joven en la corte del
condado de Urgel, había demostrado su pericia entre regios
esponsales, porque unas décadas antes debió de
organizar el enlace matrimonial de su sobrino Ramón I,
señor de Solsona, con doña Ermessinda, una sobrina
del conde Ramón Berenguer IV, dado que se le encuentra
firmando como testimonio en su boda el año 1162. Este
sobrino suyo fue quien en 1181 también intervino en la
isla de Sicilia, a las órdenes del Conde de Foix (Fr.),
donde se defendía la herencia de su sobrino Hug
Ponç de Cervera; siendo entonces, por cierto, la primera
vez que los catalanes pusieron pie en aquella isla (J. Miret
Sanç: "Els vescomtes de Bas a l'Illa de Sardenya",
Barcelona 1901- p.73).

Aunque costó bastante tiempo, bajo su reinado de
nuevo se vivió una época esplendorosa por la
pujanza de la llamada Corona de Aragón. Alfonso II
incorporó a su reino las tierras occitanas de Provenza, el
Rosellón y el Pallars Jussà. Con los años el
joven soberano conquistó zonas que antes habían
ocupado los sarracenos, siendo repobladas por cristianos de
lengua catalana, según los cronistas de la época.
Se reavivó la economía creándose nuevas
vías comerciales y otorgando a las nuevas poblaciones
"Cartas Puebla" y "Cartas de Franquicia". Incluso firmó el
Tratado de Cazorla en 1179 (por el cual renunció a Murcia)
con su cuñado el rey castellano Alfonso
VIII;…olvidando que éste había traicionado
continuadamente a su padre desde el año 1158. Si pasamos
por alto este "detalle", a buen seguro que su amigo y protector,
el arzobispo Torroja, habría estado satisfecho de haber
encaminado a su pupilo, pues éste al menos se libró
de rendir el debido vasallaje a Alfonso VIII de Castilla por sus
conquistas.

Su sepelio coincidió con la pésima noticia
de que el sultán Saladino había conquistado Siria,
potenciando al máximo la ofensiva amenaza bélica,
la cual realmente acabó con expulsar a los cristianos de
Tierra Santa. Los restos de Guillem de Torroja reposan en un
osario dentro de la capilla de Santa Bárbara de la
catedral de Tarragona. Lamentablemente se encuentra a bastante
altura, por lo que no se puede leer la inscripción, pero
fue transcrita por E. Morera: "Memoria, o descripción
histórico-artística, de la santa iglesia catedral
de Tarragona, desde su fundación hasta nuestros
días" (Tarragona, 1904- p. 49).

El nombre de Guillem de Torroja
siguió constando durante años en algunos escritos
eclesiásticos. El último documento conocido donde
se lo citó, se extendió catorce años
después de su sepelio (AHN "Santes Creus" Perg. 132;
presentado por J. Papell:"ob.cit."P.238-240-doc.-307).

Ramón Ramonet Riu. Anexo a: LAS
TRES CORONAS
, Barcelona (C)11-11-11.

María
Magdalena

En María Magdalena se combinan, sin duda, otras
varías Marías bíblicas, mal conocidas
incluso por los primeros cristianos. Se cita a la bíblica
Pecadora Arrepentida en las enseñanzas esotéricas,
así como la recordaron los espiritualistas del
período helenístico. A Maria Magdalena la veneraron
los gnósticos, los templarios y los cátaros,
así como los buscadores del Santo Grial, porque su persona
absorbió muchas enseñanzas esotéricas de la
adoración a las Vírgenes Negras, a su vez herederas
del culto a la diosa Isis del Antiguo Egipto.

Cuando en el siglo IV los Padres de la Iglesia
remodelaron la versión oficial de la Biblia
católica, encontraron poco espacio para las "Tres
Marías" del Nuevo Testamento, porque estuvieron obcecados
siguiendo el antiguo criterio: Las mujeres deben ser castigadas
por su sexualidad. ¡Y ello se consideraba justicia divina!.
En tal contexto, la que fuese compañera/novia/esposa de
Jesús clandestinamente continuó representando "lo
sagrado" del sexo femenino. Es un fenómeno complejo y
polifacético, que comenzó ya en los periodos
oscuros de la Humanidad porque la Diosa-Madre-Tierra,
reproduciéndola de color negro, se tuvo por más
rica y más fértil.

Dejando a un lado su veneración entre los
prehistóricos y el druidismo de la Europa primitiva, el
culto que se potenció en la diosa Isis fue elaboró
en el Antiguo Egipto, pasando desde allí a Éfeso.
Cuando floreció en Europa durante la Edad Media, de
grandes hambrunas, ya la habían enriquecido mucho gracias
a los contactos mantenidos de los caballeros templarios con los
filósofos sufistas islámicos. Entre las creencias
de los templarios se incluía una mística más
sabia gracias a ocultar su nueva visión de Nuestra
Señora, motivo por el cual la veneración a
María Magdalena ha persistido a pesar de cierta
oposición por parte del catolicismo. Ahora de nuevo se
comienza a desvelar ofreciendo una renovada orientación
hacia lo trascendente, muy necesaria en el mundo
moderno.

En tiempos de Jesús el gnosticismo (la
salvación a través del conocimiento) hacía
dos siglos que triunfaba entre los judíos
monoteístas de Jerusalén, debido a los continuos
contactos comerciales con la lejana Persia, vía
Mesopotamia. Los hebreos de la Galilea donde nació
Jesús, convivieron además con el panteísmo
de los griegos y de los romanos. Entre los primeros agustinos
calabreses, que al cabo de los siglos fracasaron en su intento de
establecerse en Jerusalén, estaba el famoso monje llamado
Pedro el Ermitaño, el mismo que posteriormente
predicó febrilmente la Primera Cruzada en Francia, la
única que acabó con éxito al conquistar
Jerusalén (1099). Gracias a las iniciaciones y
revelaciones de los citados monjes calabreses, después los
caballeros templarios, de los que fue Gran Maestre mi paisano
Arnau de Torroja, de Solsona, habían superado la fe
simplona y adoptado ciertas ideas heterodoxas.

Como en esta aproximación a María
Magdalena se trata de presentar la visión que tuvieron
tanto mi biografiado Arnau de Torroja como el resto de los
templarios del siglo XII, empezaré recordando que la
literatura rabínica aún hoy presenta a Jesús
como un "bastardo Galileo hijo de un soldado romano llamado
Pantera". Se lo califica de mago que habría aprendido sus
trucos de los egipcios, durante las décadas que
vivió entre ellos. La reacción de los judíos
al descubrirle sus trucos fue lapidarlo. Al negarle la divinidad,
se basan en el olvidado "Segundo libro de Set" (s. III), donde se
lee que el verdadero Cristo nunca fue crucificado. Para colmo,
Eusebio de Cesarea había creído que sólo una
décima parte de los Cuatro Evangelios era verdad (F. Conde
Torrens: "El grupo de Jerusalén y Simon: Opera magna"
(Revista "Año Cero" nº 7-192 – año XVII, ps 66
a 71).

Con lecturas semejantes los templarios de Palestina
tuvieron motivos para dudar de lo aprendido dentro del
catolicismo. Hoy ya es un "secreto a voces" que, especialmente el
Evangelio de san Marcos, recuperó algunas fuentes del
Antiguo Egipto, cuya cosmología sagrada de adaptó
al Nuevo Testamento. En el fondo este no debería se el
problema, sino que la gente de todas partes utiliza mal el
necesario referente divino. Particularmente constato que a lo
largo de mi vida se ha avanzado mucho, puesto que hasta 1960 el
catolicismo incluso tuvo impedimentos para asumir el pensamiento
humanista, la ilustración y el liberalismo
político.

Debió de ser una gran sorpresa para los hermanos
Torroja de Solsona, mis dos reivindicados biografiados, enterarse
en Palestina de que María Magdalena en la vida real
habría sido mucho más que una gran "Dompna" (o para
los trovadores: "Domina" y "Midonis"). En el siglo XII "Nuestra
Señora" popularmente fue la idealizada "Gran Dama
portadora del Grial" de los romances que circulaban de boca en
boca. Era el símbolo del ideal femenino, presentada como
la Madre de Jesús, y servía tanto para los monjes
como para los caballeros andantes. A ella le rezaban y le
construían templos como si fuese una soberana de carne y
hueso.

El clero explicaba otra cosa diferente de María
Magdalena: Era una ramera arrepentida ¿Pero por
qué, de ser así, en el Sur de Francia, a pesar de
los dogmas, María Magdalena tradicionalmente fue siempre
recordada cual una gran maestra iniciada en conocimientos
gnósticos? Los gnósticos no tenían dudas de
que ella impartió enseñanzas exclusivas, tal como
era de esperar de la privilegiada persona que fue el primer
testigo de la Resurrección. En 1945 hubo que darles la
razón, debido a que fue descubierto en Nag Hammadi (Alto
Egipto) el más importante de los evangelios
gnósticos. Consta en total de trece manuscritos, nunca
manipulados, que fueron escritos en lengua copta, y encuadernados
en piel, hacia el año 400 d.C.. Una vez estudiados, fueron
editados en inglés por primera vez en 1977, y el mundo
supo que en ninguno de ellos se lee que María Magdalena
fuese prostituta. Tal hallazgo vino a confirmar lo que ya se
había leído en otro evangelio gnóstico
encontrado anteriormente a orillas del Mar Muerto, donde tampoco
consta que María de Magdala fuese prostituta ni nada
parecido.

Los dirigentes de la Orden de Sión, fundadores de
los templarios, de mente abierta y preclara, mantuvieron muy
discretamente su devoción por la faceta femenina de la
divinidad, de lo cual habían sido precursores los monjes
agustinos calabreses de Jerusalén que fundaron la Orden
del Santo Sepulcro (siguiendo la tradición del evangelista
san Lucas), y la orden de Sión, cuando posteriormente se
fusionaron con los esenios "Sabios de la Luz", cuyo
símbolo era una rosa y una cruz. Por dicha vía
secretamente conectaron con el esoterismo cristiano establecido
en Alejandría (Egipto), ciudad donde se enseñaba la
Sabiduría de Hermes, readaptando las iniciaciones del
faraón hereje Akenaton.

Fue a partir de 1118 cuando los sabios agustinos
calabreses decidieron crear su brazo armado, llamándolo
Orden del Temple. Por su vinculación a la Orden de
Sión se puede entender que el rey Balduino II de
Jerusalén reconociese que a ellos les debía su
trono. Después los que eran belicosos se enrolaron a la
Orden del Temple, pero casi un centenar de miembros de la Orden
de Sión regresaron a Francia después de la Segunda
Cruzada. Viajaron embarcados en la misma nave que llevó de
vuelta al rey Luís VII, y se establecieron en una
abadía cerca de Orleans.

MARIA MAGDALENA; DE PUTA, A
APÓSTOL DE APÓSTOLES

La Santa Bíblia alude a la "Puta de Babilonia"
(Apocalipsis, 17:1-5), lo cual se utilizó para
asociar a María Magdalena con la pecadora que Jesucristo
liberó de los espíritus malignos. Cambiarle su
identidad sirvió para evitar que sus hijos fuesen
reconocidos herederos legítimos de Jesús en la
Iglesia primitiva. Tal error lo perpetuó el
pontífice san Gregorio I "el Magno" al llamarla
"arrepentida prostituta redimida", debido a no distinguir entre
la María del Evangelio de Lucas, con la del Evangelio de
Marcos. San Lucas se había confundido al asociarla con
santa María Egipciaca, nacida en Alejandría en
época romana, que a los doce años abandonó a
su familia para llevar una vida desordenada hasta los
veintisiete. Entonces María, arrepentida por su conducta,
decidió hacer penitencia en el desierto durante cuarenta y
siete años. María Egipciaca contó su pasado
a un monje, siendo transcrita por el dominico Jacobo de la
Voragine en la Legenda Aurea (1275). El pintor Nicolás
Poussin representó a la santa de Egipto recibiendo la
comunión en el río Jordán de manos de san
Zósimo. Esa fue la gran confusión del papa Gregorio
I "el Grande" en su sermón en la basílica de San
Clemente de Roma (14.9.591) cuando ofreció la posibilidad
de adaptar las circunstancias a la profecía judía;
aunque en el fondo, con la tal proclama, la Iglesia
católica pretendía reprimir la corriente
gnóstica. Por cierto, en el siglo XVII el dicho
sermón también fue utilizado por el fanático
Zevi Cabbatai, un judío de origen turco, quien
decía ser la reencarnación de Cristo.

Mejor habría sido si san Gregorio I "Magno"
hubiese hecho caso a lo escrito por el apóstol
Tomás, quien a María Magdalena la creyó uno
de los seis apóstoles (no 12). En realidad sería la
mujer más sabia de todos ellos. Pero el papa san Gregorio
mantuvo su degradación, y así María
Magdalena traspasó los siglos llegando mal etiquetada
hasta mucho después de que la gente tuviese libertad para
leer el Nuevo Testamento en traducciones vernáculas. Ahora
bien, dicha limitación no incluyó a los templarios
del siglo XII, que habían sido instruidos por los monjes
de la Orden de Sión, más sabios, conocedores del
rechazo que había sentido el apóstol Pedro por
María Magdalena. Quedó para la posteridad que Pedro
le había dicho a la Magdalena: "Dinos de cuanto recuerdes
que Jesús te dijo a ti sola; todo lo que sabes de
Él pero nosotros ignoramos". Y es que María
Magdalena, después de la Crucifixión, se confirma
que dio ánimos a los desconsolados apóstoles y al
resto de fieles, adentrándoles en la Buena Nueva. Fue la
mujer que, sin duda alguna, si realmente no fue su esposa, tuvo
méritos para haberlo sido. Era la mujer más sabia
de todo el grupo de sus discípulos, incluidos los
apóstoles.

Marjorie Malven escribió el libro "Venus in
Sackcloth" para explicar el tránsito de María
Magdalena de pecadora a compañera de Jesús. La
misma idea también se plasmó en el arte, fuesen
dibujos o relatos de la tradición islámica. En el
siglo VII aparecieron en Europa las primeras muestras de una
María Magdalena reivindicada, pero en el siglo XII
aquellos peligrosos intentos para restablecer la dignidad de la
esposa de Jesús fueron abortados por el Vaticano.
Sólo quedaron inamovibles las imágenes del intento,
pues llevaba muy ricas vestimentas, incluso portando cetro y
corona, que no tienen explicación en la Madre de Dios, ya
que obviamente debió de ser una pobre jovencita crecida en
un país subdesarrollado. Negaron la evidencia, porque ya
había costado mucho que la Madre de Dios tuviese un papel
dentro de los ritos eclesiásticos. Por otra parte, el
peligro de las féminas en la iglesia "petrina" sigue
estando en que la sola mención de María Magdalena
recuerda sus discusiones con el contrariado apóstol san
Pedro. Presentar la Magdalena como emblema de lo pecaminoso, fue
por la necesidad eclesiástica de reafirmar la
alineación femenina en la Iglesia
católica.

Durante el Renacimiento el arte sacó
encubiertamente el tema de un Jesús enamorado de
María Magdalena, y ello se nota mucho sobre todo en las
obras de Giotto, en la Pietá de Miguel Ángel que se
guarda en el Vaticano, y como no podía ser de otro modo,
también en obras de Leonardo da Vinci y de Rafael. A la
Magdalena también se la llamó "la Egipcia", y la
"Sacerdotisa negra", y el arte sacro casi siempre la
representó con el cabello rojizo, con objeto de remarcar
el color iniciático de la diosa. A pesar de todo, siempre
ha sido conflictivo el diferenciar entre María Madre de
Jesús y la Magdalena. La Madre en el arte habitualmente
llevó su cabeza tapada. Su vestido fue de color rojo,
variándolo cuando alcanzó carácter sexual en
María Magdalena. Así, para evitar confusiones el
vestido de María Madre de Dios pasó a ser de color
azul y los brazos siempre cubiertos con velo.

La primera referencia que presentó a María
Magdalena abrazada a los pies de la cruz, la escribió san
Juan en su Evangelio (19:25); donde además informó
que estaban su Madre María, y la hermana de ésta,
que también se llamaba María. De ahí que se
divulgase la expresión Las Tres Marías, a lo cual
contribuyó el alto riesgo de estar las tres en el lugar y
hora de la Crucifixión, pues era evidente que
podían haberlas llevado a presidio. Tal temor fue lo que
hizo huir de allí mismo a los doce
apóstoles.

Está claro que la calavera que se hizo
imprescindible en toda presentación plástica de la
Magdalena penitente, simboliza la de Juan Bautista, aunque
quizá mi ilustre paisano Arnau de Torroja podría
corregirnos, pero dejémoslo así. Llamo la
atención sobre el libro que tiene delante, porque se
presenta abierto, evidenciando que santa María Magdalena
escribió su propio Evangelio, por más que la
Iglesia católica les niegue a las mujeres la capacidad
metafísica que exige una semejante obra apócrifa.
El "Evangelio de María" fue hallado en Egipto el
año 1896, datándolo en el siglo II. Es una obra
pseudo epigráfica, porque ella tan sólo lo
dictó. En sus páginas invita a buscar la
salvación vía el conocimiento (gnóstico) y
no por la fe ciega. Avala su éxito, el que su persona
pelirroja ya se representó en los piadosos frescos de Dura
Europos (Siria) durante el siglo III, o sea, mucho antes que a
cualquier otro apóstol, puesto que ellos no alcanzaron
suficiente importancia, ni tampoco la tuvo la mismísima
Virgen María. Después, por incontables
campañas de desinformación del clero
católico, y debido a que los aspirantes a sacerdote -en el
mejor de los casos- salían de los seminarios mal
informados, María Magdalena fue la contrafigura de la
Madre de Jesús, consiguiendo confundirse con
ella.

También hay exegetas que atribuyen a María
Magdalena el Evangelio apócrifo de san Felipe, porque
revela mejor que otros que Jesús amó a la pelirroja
Magdalena más que a los demás apóstoles. En
efecto, se lee en sus escasas páginas que los
apóstoles recriminaban a Jesús el que la besase en
la boca. Ello seguramente le provocaría risa a
Jesús, puesto que en el Evangelio de Judas consta que
reía mucho…¡incluso mientras los demás
apóstoles rezaban!. El Evangelio de Felipe aportó
elementos de juicio insuperables, porque era obvio que
jamás había sido sometido a censura
alguna.

"HIEROS GAMOS": EL MATRIMONIO
SAGRADO

Después de una detectivesca investigación,
el genealogista británico Laurance Gardner,
difundió que María Magdalena era hija de un padre
sirio y de una noble llamada Eucaria, y que habría nacido
el año 3 d.C., o sea, que tenía 9 años menos
que Jesús. En su libro "La herencia del Santo Grial" (Ed.
Grijalbo, 1999) le atribuyó en total tres hijos.
José Luís Jiménez escribió en el
libro "El legado de María Magdalena", que en
cierto retablo cisterciense se la presenta acompañada de
dos niños. (Otros autores, a Jesús le niegan la
paternidad, mientras que por el contrario alguno hay que le
exagera la familia numerosa). Jesús, al iniciar su vida
pública cuando tenía treinta años ya
debía de estar casado, primero para no desobedecer el
bíblico mandamiento: "Creced y multiplicaos"; y
después porque la entrega absoluta a su misión se
lo habría impedido.

Siempre se evita esclarecer que la palabra Jesús
remite a su vida pública hasta cumplir los treinta
años, mientras que fue Cristo desde entonces hasta su
muerte, y como tal no se le puede rebajar a avatares humanos
porque su misión era muy absorbente. El problema de su
matrimonio no debería tenerse en cuenta. María
Magdalena le llamaba maestro (exactamente rabbuni) porque toda
esposa le debía el tal tratamiento a su marido.
Considérese que, de no haber sido María Magdalena
esposa de su querido Maestro, a ella no se le habría
permitido merodear ante la tumba donde enterraron a Jesús.
En cambio, a menudo a ella se la presenta abrazada al pie de la
cruz, e incluso en ocasiones en estado de gestación
avanzada, según muestra un retablo que está en el
monasterio de Poblet (Tarragona), Panteón Real de
Cataluña.

Los esotéricos que siglos después
aspiraron a formar parte de los Hijos de Salomón,
ritualizaron dicho enlace sagrado con la Magdalena (Hieros Gamos)
siendo gráficamente simbolizado con la "Estrella de David"
de seis puntas. Es el arquetipo para la unión sagrada de
las energías opuestas, es el "yin-yang" de la
civilización oriental. Formado por el entrelazamiento de
dos triángulos, uno femenino para el "fuego" y otro para
el "agua"; este símbolo representa los principios
masculinos y femeninos en la unión perfecta, la
"unión sagrada", o los "Hieros gamos" del mundo
antiguo, puesto que los matrimonios sagrados ya se practicaban en
las culturas de Mesopotamia, desde donde pasaron a Egipto.
Allí se evitó contaminar la herencia
sanguínea "pura", a base de matrimonios entre familiares.
La importancia de la genealogía resulta evidente en la
conducta del rey Salomón cuando, el año 1000, se
casó con una princesa egipcia para poder
legitimarse.

La unión sagrada fue el "eslabón perdido"
entre el cristianismo y el judaísmo. Sería
después disfrazada por los teólogos y los
sacerdotes sexistas de la iglesia patriarcal, pero apunta un
resurgimiento por el interés en María Magdalena, la
muy misteriosa mujer espiritualista. Los cristianos y los
judíos estudian cómo mejor restablecer a la
Sabiduría (Sophia) a su lugar legítimo, aquel que
desde el siglo IV en Estambul-Constantinopla hizo construir una
gran iglesia -varias veces reedificada- que conserva aún
su nombre de Santa Sabiduría Divina (Santa Sofía).
Se hacen esfuerzos para reconocerle a la sabiduría el
papel que nunca ha tenido dentro del cristianismo; los
gnósticos, en cambio, siempre le dedicaron muy buena
poesía y frases de gran inspiración. Véanse
dos ejemplos: Sophia es la sabiduría, Y es la luz de
la Creación. La luz brilla en los cielos y los
ángeles la irradian.

"La sabiduría es el espejo sin defectos de la
energía activa de Dios, y de la imagen de su calidad. Ella
es una con Dios y la unidad de todo. Existe al mismo tiempo como
ser separado y como divinidad por derecho propio". (Libro de
la Sabiduría;
7:25 – 26).

Quienes después de la Crucifixión
escribieron muchos evangelios, dieron sentido a la existencia de
Yeshua (Jesús, en griego) presentándolo cual una
entidad divina (eón), y Maria Magdalena (Mariamne
Magdal-eder) sería otro eón de diferente sexo
llamada Sophia, nombre griego de la sabiduría. El libro
gnóstico "Pistis Sophia" es un cuento al estilo
reiterativo de los orientales antiguos, cansinamente repetitivo,
que voy a tratar de sintetizar. Ambas emanaciones divinas (eones)
protagonistas están condenados a moverse en el mundo de la
materia. Sophia vino al mundo primero, aterrándola el
descubrir que estaba completamente sola y separada de su fuente
divina originaria, por lo cual creció muy angustiada. Se
veía a si misma como una copia de "la consciencia pleana"
(Pleroma). Para el filósofo Platón esta
idílica copia de sexo femenino fue considerada benigna,
pero el gnosticismo, en cambio, la imaginó vagando a
través del mundo de la materia que ella no paraba de crear
con su propio miedo. Dios sintió compasión de
Sophia y le envió su "otra mitad", su doble
platónico, con el cual eón ella se apareó.
En otras palabras, Cristo la rescató del mundo
físico porque le reveló la esencia de Dios, de modo
que recordando su origen ella pudiese regresar al "Pleroma" que
era su verdadero estado (su "hogar").

Según el dicho libro Jesús pasó
doce años dando lecciones a sus apóstoles. Aquellos
que primero buscaron la fe mediante el conocimiento empezaron por
venerar la "Madre Sabiduría", tras el principio femenino;
aquel que el evangelista san Juan presentó coronada por
doce estrellas (como las que hay en el actual símbolo de
la Unión Europea). Afirmaban que María Magdalena le
había hecho a Jesús treinta y nueve preguntas,
debido a lo cual lógicamente después a ella se la
consideró emblema de la sabiduría
divina.

Para recordar lo peligroso de aplicar en aquellos siglos
la etiqueta de sabia a una persona, recordaré brevemente
que los más instruidos sabían que en el mundo
reinan dos Principes El que hoy de los dos llamaríamos
"dios malo", era Ieldebao (Jehová), fruto de los amores
ilícitos de Sofía con su propio padre, del cual
estaba perdidamente enamorada. Con tales antecedentes,
Sofía se presentaba al mundo muy valiente y atractiva; y
más aún entre los fieles cristianos por faltarles
durante los primeros siglos una divinidad femenina, tal como
siempre la habían venerado siendo "paganos".

La unión sagrada del varón y de la hembra,
de la novia y del novio, remite a la pareja que formaron
Jesús y Maria Magdalena. La escena cumbre entre ambos, fue
el hecho de que ella lo ungió con ricos aceites y hasta le
secó los pies con sus cabellos. Tampoco se puede ignorar
que si en las Bodas de Canaan Jesús no era el novio, ni
él ni nadie habrían podido intervenir en la
manipulación del agua para convertirla en vino. De
ahí que se lea: "El maestresala de la boda llamó al
novio y le dijo: Todos sirven primero el vino bueno, y cuando ya
están bebidos se sirve el vino inferior, pero tú
has guardado el vino bueno hasta ahora".

Con referencia a tales escenas bíblicas,
diré que, entre los egipcios, el vaso era el
jeroglífico del corazón, y el vino fue elixir de la
doctrina oculta, o sea, de la restauración del "Estado
primordial". No extrañe, pues, que María Magdalena
acabase siendo la patrona de los viñadores provenzales, y
en todo el Sur de Francia, se la apodaba Reina de las Aguas, por
haber superado con éxito una larga travesía
marítima. Menos argumentos tuvo la patrona de los
marineros, la Virgen del Carmen, una de las incontables
advocaciones marianas del santoral
católico-romano.

¿ESTUVO JESÚS CASADO CON
MARÍA MAGDALENA?

La hostilidad hacia un sacerdocio femenino se remonta a
Orígenes y Tertuliano, ambos "Padres de la Iglesia",
porque amenazaba el sacerdocio patriarcal, Fue por ellos que
María Magdalena de Nueva Eva pasó a ser prostituta,
aunque finalmente se la reconozca "Novia mística" de
Jesús, quizá porque en el Consejo de Cartago
(año 397) ya la clasificaron como "Consorte del
Mesías". También los cátaros y muchos
heterodoxos vieron a María Magdalena como una mujer
"consorte espiritual" de Jesús, hasta el punto de que
antes del siglo IV los gnósticos creyeron que la esposa de
Jesús era superior a María, su madre. El motivo fue
que Miqueas, ocho siglos antes de Cristo, había
profetizado un definitivo matrimonio sagrado así: "Y
tú, oh Magdalerder, colina de la hija de Sión; por
ti llegará la soberanía de antaño, el reino
que pertenece a la Hija de
Jerusalén
…".

Para los clérigos que viven sujetos a las
estructuras del poder de la Iglesia católica, María
Magdalena no fue la esposa de Jesús. Insisten en afirmarlo
ciegos ante el hecho de que un hombre como san Juan, ni siendo
afeminado, se presente siempre muy evidentemente "enamorado"
recostando su melenuda cabeza sobre el pecho del complacido
Jesús en la Última Cena. Debió de ser
María Magdalena su compañera y su mejor amiga,..y
su sucesora; la misma que muy arriesgadamente trajo el
cristianismo hasta el Sur de las Galias, logrando con su esfuerzo
y el de sus acompañantes, que floreciese y perdurase la
Buena Nueva.

Lo indiscutible es que María Magdalena fue la
oculta heroína incluso de los Cuatro Evangelios
principales, y ello a pesar de permanecer su personalidad
disfrazada, aunque, según el estudio de A. Grassi (1989),
muy bien conocida por sus veneradores "sanjuanistas".

En detrimento de la Iglesia "Sanjuanista", la
Iglésia católica finalmente acabó siendo
"petrina", resultando extraordinariamente jerarquizada
basándose en el "Cuarto Evangelio", por lo cual, al quedar
demostrada la tergiversada personalidad de María
Magdalena, lo lamentarían los máximos iniciados de
la Orden de Sión y la de los caballeros templarios, dado
que después fueron partidarios de un "mensaje
dinástico" y protectores de la "estirpe
davídica".

Un gran número de dignatarios del Temple
procedían de familias herejes del sur de Francia, de forma
que en la orden del Temple hubo más cátaros que
católicos. Pierre des Vaux-de-Cernay, en su "Historia
Albigense", especifica además que: "Los heréticos
decían que santa María Magdalena era la concubina
de Jesucristo", y dicha opinión sobre la Magdalena
según sigue diciendo ya justificaba:"…Que esos perros
repugnantes sean exterminados en la misma festividad de aquella a
quien insultaban".

En efecto, la primera matanza de la cruzada
anticátara tuvo lugar en Béziers (Fr.) el
día 22 de julio de 1209. Toda la población
indefensa buscó refugio en la iglesia dedicada a Santa
María Magdalena, pero fueron asesinados igualmente. Aquel
año y el siguiente allí murieron unas 800.000
personas bautizadas, por creer y divulgar, según consta en
las actas de la inquisición dominicana, que: "…una
ramera (MM) estuvo casada con Jesús". Lo que se afirma en
la frase, debió de ser la única acusación de
la Santa Inquisición que no era falsa, porque de los
juicios que emiten unos tan crueles vencedores sólo se
debe esperar que todo sea tergiversado.

LAS VÍRGENES NEGRAS DEL
CATOLICISMO

A María Magdalena se la cita 150 veces en los
Evangelios, mientras que al apóstol Pedro tan sólo
14. En un evangelio apócrifo que se descubrió en
una tumba de Ajmîm, en Panópolis (traducido por M.
Bourian), se lee el cómo los obispos de Roma se acomodaron
al pagano emperador Constantino (s. IV). El obispo Anasticio de
Alejandría, padre de la ortodoxia, reescribió los
Cuatro Evangelios y su resultado fue publicado en 1892 con el
título: "Memoirs of the French Archeological Mission at
Cairo" (vol. IX, Fac.I).

Los Evangelios Sinópticos presentan cuatro
versiones diferentes de la Resurrección. Aún
así, María Magdalena está presente en todas
ellas, y queda claro que Cristo la envió a informar al
resto de apóstoles de que ella lo había visto
resucitado. En cambio san Pablo, dado que escribió sus
"Epístolas" antes de los dichos sinópticos,
afirmaba que había sido Pedro quien primero había
visto al Resucitado. Incluso en el evangelio atribuido a san
Pedro, no se reflejaron sus disputas con María Magdalena,
que permanece cual el "Alfa y Omega" de la devoción
cristiana. Si Pedro fue el iniciador, la Magdalena estuvo
presente en la muerte y en la resurrección de
Jesús, pero a pesar de ello fue una figura menguada por la
Iglesia católica en todas partes con excepción del
Sur de Francia, donde el número de sus lugares de
devoción es muy numeroso. Según An Begg, son
veneradas allí el 65% de todas las imágenes de
vírgenes negras de Europa, pues fue lo que inspiró
la fertilidad de la diosa Isis, aquella que en el arte egipcio
lleva cuernos en su cabeza y amamantó a su divino hijo
Horus sentado en su regazo. Se propagó su culto por
evocar, con su oscuro aspecto, el limo del río Nilo. Se
consiguió mediante la sociedad "Correa de
transmisión de saberes" del Antiguo Egipto, también
llamada "Cadena Áurea".

Por extraño que nos parezca, cuando tratamos el
tema de las Vírgenes Negras con cierta ligereza, todas
fueron la disfrazada María Magdalena. Fueron su imagen
"descafeinada" que simbolizaban, no a la
"compañera/novia/esposa" de Jesús "mujer que lo
sabía todo", sino que, como portadora de una "carga de
profundidad": ¡Conocía el nombre secreto de Dios!,
al igual que se decía de las divinidades más
ancestrales, Lilit, Isis, etz.. La sabiduría tenía
que ser forzosamente representada en color negro, porque vive
siempre en el profundo interior del caos de la Creación.
Yo aquí no podría llegar tan lejos, y modestamente
me limito a escribir sobre la mujer que transmitió el
verdadero secreto de Jesús, después llamado
Cristo.

MARÍA MAGDALENA DESEMBARCÓ
CON OTROS SETENTA Y DOS FIELES

"Santa Marta, anfitriona de Jesús, había
nacido de sangre real… de su padre heredó siete
castillos entre los cuales Magdalena, Betania…embarcaron junto
con Lázaro y su hermana María (entonces encinta) y
Máximo, en dirección a Marsella; espués
fueron a Aix-en-Provence".

La "primera familia de cristianismo" vivió en el
Sur de Francia, y dicha idea se encajó en las creencias de
épocas medievales. En el año 950, Rabanus Maurus,
el obispo de Mayence, escribió cómo Martha
había convertido a la gente de Tarascon donde ella
vivió, hasta que su muerte (supuestamente el año
68), en una casa de rezo donde ahora hay su iglesia. Las
excavaciones fueron realizadas en 1187, y fueron encontrados los
huesos, presuntos, de santa Marta. También con el tiempo
serían encontrados los de María Magdalena. Los del
resucitado san Lázaro, en cambio, ya habían sido
hallados años antes (1146) y están en la cripta de
la catedral de San Victor de Marsella. Allí hay
también una imagen de color negro llamada Notre-Dame de la
Confession, según la tradición esculpida por el
evangelista san Lucas.

Según investigó Cristopher Wikombe "The
chapel of the courtesan and Quarrel of the Magdalene" (Art
Bulletín, N.Y., 1.7.2002, vol 84 -nº2 -ps.273 a 292)
un manuscrito del siglo II, escrito en griego, testimonió
la predicación de María Magdalena en Provenza,
siendo copiados por Rabano Mauro, obispo de Maguncia y autor de
"La vida de María Magdalena", quien situó su
predicación en la ciudad de Marsella (Fr.), exactamente en
el Templo de Diana, donde está la actual plaza
Lanche.

En resumen; después de la Crucifixión
María Magdalena y su hija Sara-Tamar, acompañadas
de setenta y dos discípulos, llegaron al sur de Francia
donde serían bien acogidos por la población de
etnia judía residente desde siglos antes. Cuando el
año 44 desembarcaron en la costa francesa llevaba sus tres
hijos (dos hijos y una hija). Aquella llegada masiva de fieles a
Jesucristo fue recogida en el año 600 en un documento de
la Biblioteca de París y divulgado en 1895 por M. Beggh
"The cult of the black Virgin" (Ed, Arkana- Londres).

Al respecto del desembarco en la Camargue (Fr.), los
caballeros templarios, pudieron haber tenido mucha mejor
información que nosotros en la actualidad. Al menos en
vida de Arnau de Torroja ellos siempre desearon reivindicar el
papel inicial de María Magdalena en la vida de
Jesús, conscientes de que el cristianismo primitivo no
discriminaba al sexo femenino. Fue a partir de san Agustín
(otro "Padre de la Iglésia", + 430) que
erróneamente se la presentó cual una Eva perversa y
pecadora. El texto hebreo no utiliza "bethulah" (virgen), sino
"halamah" que significa mujer joven, por lo que la
traducción griega en que se basan los cristianos
debería decir "neanis" en vez de "partenos". Luego se
aprovechó un versículo del profeta Isaías
(7:14) para contrarrestar la mala fama de María Magdalena.
Pondré un simil actual: Al traducir del alemán al
español la palabra "jungfrau", su significado es virgen, y
a la vez mujer joven.

Los exiliados seguidores de Jesús partieron de
tierras de Judea el año 44 acusados de sedición.
Creyeron los templarios que los seguidores de Jesús,
sadoquitas, sicarios y nazareos fueron sinónimos de
zelote. También está documentada la
persecución de los descendientes de David por varios
emperadores romanos, hasta el punto que cronistas de la talla de
Hegesipo y Eusebio supusieron que los Desposyni ("Herederos, o
"Pertenecientes, al Señor") habían sido aniquilados
por completo. Según Laurance Garner "La Estirpe del Santo
Grial" (2007) los documentos genealógicos del linaje
davídico no fueron destruidos por los romanos, siendo
pruebas que los "desposyni", ayudados por el rey Herodes, desde
Antioquía se embarcaron y llegaron a la costa de Provenza
fundando la Iglesia Nazarena que cuestionaba algunos dogmas
católicos, entre los cuales el virginal alumbramiento de
María.

En los archivos del Vaticano consta que en el 318 una
delegación de descendientes mesiánicos se
enfrentó al sumo pontífice Silvestre en el
Vaticano. Los herederos de la "Familia Davídica"
insistieron en que "el Camino" enseñado por Jesús
(cuyo nombre nunca empleaban para bautizar a sus hijos), no
podía continuar dirigida por un régimen imperial y
despótico. A pesar de los diversos expedientes
genealógicos que les fueron presentados, los cardenales
católicos declinaron sus argumentos y se acercaron
aún más al emperador Constantino.

Según diversas tradiciones entre los
desembarcados estaría José de Arimatea portando el
Grial y María Magdalena, esposa/hermana/novia de
Jesús, ya que sin duda todo rabino debía estar
casado. San Pablo escribió:"Uno no puede ser un buen
guía si no sabe conducir su propia familia".
Me ocupo
más extensamente del tal viaje en mi website Las tres
coronas de Arnau de Torroja (Cristo) María Magdalena y los
setenta y dos seguidores de Jesús triunfaron entre las
comunidades judías del litoral y sus nombres se recuerdan
todavía en la toponímica de los pueblos de todo el
sur de Francia, debido al gran fervor religioso que despertaron
con su predicación del "Camino" (Buena
Nueva/Evangelio
). Muchos de ellos se unieron en matrimonio a
otros judíos residentes en el actual Sur de Francia desde
el reinado del franco Pipino "el Breve" y después de su
hijo el emperador Carlomagno. Gracias a los judíos, ellos,
siendo soberanos ilegítimos, desarrollaré en su
momento cómo se las ingeniaron para reinar "por derecho
divino".

A todo lo dicho, apostillaré, como
sumerólogo autodidacta, que la tan traida y llevada
legitimidad de la línea sanguínea que apoyó
la descendencia de Jesucristo, resultan tener implicaciones mucho
más remotas y más amplias de lo que les ha sido
atribuido. Fijémonos bien en que la palabra hebrea
sabbath, sábado (del acadio shabattu, o
shapattu), significó originalmente "Festival de la
diosa de la Luna, cuando menstrua
".

LA INVENCIÓN DE SU TUMBA EN EL SUR
DE FRANCIA

Los fieles a Jesús que llegaron a Provenza se
beneficiaron de que en Arles existía un ancestral culto a
la diosa egipcia Isis, siendo trastocado por la
compañera/novia/esposa de Jesús. En el Sur de
Francia con el paso de los siglos su veneración aún
se magnificó gracias al descubrimiento de su
cadáver.

María Magdalena remitió a los meridionales
galos a una religión patriarcal ancestral, y además
encarnó a la belleza negra del Cantar de los Cantares. Fue
cual una sagrada sacerdotisa que -como emulando a Isis- se
consideró al mismo tiempo hermana y esposa de la divinidad
principal. Los cronistas medievales recogieron esta
tradición, ya que según Eusebio en su "Historia
Eclesiástica" (III-XII): "Los discípulos de
Jesús fueron perseguidos en toda Palestina tras la
Crucifixión, siendo cuando María Magdalena y otros
fieles llegaron clandestinamente a la Galia donde se refugiaron,
siendo luego muy influyentes entre las comunidades judías
que ya existían en el Sur de Francia
". En el
año 42, siendo Domiciano emperador de Roma, también
mandó perseguirlos. Incluso los judíos hispanos ya
constan documentados en el siglo II.

En 1279 los huesos de Maria Magdalena fueron encontrados
cerca de la localidad llamada hoy Saint-Maximim-la-Sainte-Baume.
El milagroso hallazgo lo apoyaba el sueño (9 -12-1279) del
rey Carlos II, futuro rey de Sicilia, conde de Provenza y sobrino
del san Luís rey de Francia. Había soñado
con una tumba que contenía huesos al pie del oratorio del
sepulcro de san Maximino, la cual luego alcanzó el
mérito de ser la "Tercera tumba del cristianismo" debido a
la presencia del cráneo de Maria Magdalena justo donde
Carlos de Anjou había ordenado excavar al pie de un gran
peñasco. Se encontró un brazo y la calavera de
María Magdalena, allí donde se suponían
custodiadas sus reliquias por los monjes casianos desde el siglo
V.

Al investigar las posibilidades de su sueño, se
encontró un documento del año 710, que
decía: "Aquí reposa el cuerpo de Maria Magdalena".
Aunque el tal documento no se conservó, un año
más después del hallazgo el rey lo reconoció
oficialmente. En 1300, la catedral de Saint Maximín se
convirtió en una peregrinación para todos los
herejes cátaros, convencidos de que Maria Magdalena
había estado casada con el Jesucristo!. El muy regio
promotor de su veneración consiguió que los avalara
el Sumo Pontífice, haciendo trasladarlos a la zona donde
él tenía la máxima influencia, construyendo
expresamente una capilla para venerarlos en 1295. Su descendiente
el muy prestigioso rey René, continuó con la dicha
promoción, siendo muy efectiva porque Rene de Anjou no
sólo fue un gran sabio, muy erudito, sino también
Gran Maestre de la Orden de Sión, aunque entonces ya
había degenerado en el priorato Prieuré
Notre-Dame-de-Sion por falta de miembros.

Durante siglos la cueva del macizo rocoso cerca de la
localidad llamada hoy Saint Maximin-La-Sainte-Baume fue meta de
peregrinaje para quienes querían ver allí
dónde Maria Magdalena supuestamente pasó los
últimos años de su vida. La llaman aún el
"Antro llorón". Se abre en la dura roca vertical y muy
lisa de una mole montañosa. Es una zona boscosa de
Provenza que en el siglo XVII fue jalonada con altares para
celebrar "Vía Crucis" al aire libre. La enorme cavidad que
es llamada La Sainte Baume, cerca de la localidad de Saint
Maximin, cobró tanta importancia que se construyó
un gran monasterio en su interior, y la excusa fue que
allí había vivido como penitente María
Magdalena.

Impresiona mucho contemplar, a media altura de una
peña vertical de cientos de metros, un antro tan enorme
donde, hasta fundarse el monasterio en su interior, para llegar
hasta allí no existía acceso alguno. Los monjes
desde el siglo V eventualmente facilitaban el acceso a la dicha
cueva, porque en el punto álgido de fervorosidad por la
Santa pelirroja, incluso los reyes fueron allí en
peregrinaje. Accedían hasta la cueva a caballo, mediante
un artilugio que utilizaba poleas para elevarlos.

Fue en el Renacimiento cuando los expedientes de la
asociación Prieuré Notre-Dame-de-Sion siguieron la
iniciativa de René de Anjou, rey de Nápoles, siendo
continuado en su afán por otros devotos de los
círculos artísticos oficiales, como los del arte de
Giotto di Bondone, de Leonardo da Vinci, de Van Eyck, etc..
Discretamente resurgieron muchos defensores de la herencia de
María Magdalena. El rey Renato de Anjou (+1480) que a
propuesta de la Generalitat, también fue rey de
Cataluña entre los años 1466 y 1472, además
de su orientación Rosa-Cruz (AA, como Leonardo da Vinci y
Notradamus) perteneció a la Orden del Temple, siendo por
su iniciativa que trasladaron los restos de la Magdalena desde
Vézelay a su zona de influencia en la Provenza con objeto
de reunirlos con los otros encontrados.

Gozoso por ser custodio de tan famosas reliquias, el rey
René d"Anjou entonces promocionó temas teatrales
sobre la idílica región griega llamada Arcadia,
acentuando la importancia del curso subterráneo del
río mítico río Alfeo, porque aludía
de maravilla su conocimiento "subterráneo" acerca de la
familia de Jesús. Unos conocimientos que seguían
ocultos para el Papa y los grandes cardenales.

Desde entonces a María Magdalena en Provenza se
la recordó como "Señora de las Aguas",debido a que
pudo superar con éxito una tan larga travesía
marítima; lo cual me recuerda a la Virgen del Carmen, una
de tantas advocaciones de la Virgen María. En el
catolicismo a María Magdalena se la venera el dia 22 de
julio, pero en cambio en Marsella lo hacen cada día 2 de
febrero (la Candelaria) en la antigua iglesia fortificada de San
Victor. El fuerte rastro de cristianismo antiguo allí
aún perdura, y en Saintes Maries-de-la-Mer
(Camarga- Fr.), donde se cree que desembarcaron, los gitanos se
concentran anualmente cada 25 de mayo para venerar a su patrona
santa Sara, a la que representan mediante una imagen de tez negra
cubierta con numerosos vestidos superpuestos. Por cierto; los
templarios se sabe que en sus ritos pronunciaban la palabra
Selah, corrupción de Shiloh, que es un lugar sagrado cerca
de Jerusalén, cuyo nombre aparece en el Antiguo
Testamento
como sinónimo de Mesías, con la
paradoja que era del género femenino para los
judíos, debiendo referirse a María Magdalena porque
tuvo la piel oscura como toda la familia de los
Asmoneos.

Se explica en la Camarga francesa que santa Sara fue una
sirviente de las "Tres Marías" (Según el
"Evangelio de Felipe", 59, 6-11, éstas fueron:
Madre, hermana y compañera de Jesús). Muchos
ignoran que Sara no era un nombre hebreo, sino un título
israelí que significó princesa. Lo que cuenta la
tradición es que Sara-Tamar, era hermana del niño
que llevaba en brazos cuando desembarcó, y al cabo de los
años fue además madre de otros hijos.
Después probablemente éstos se emparentaron con los
reyes merovíngios, de largas cabelleras. Sin admitir tal
vinculación familiar, no se explica el motivo por el cual
dichos monarcas creyeron haber sido elegidos por voluntad divina.
Tan sólo se puede justificar dicha pretensión si se
sabían descendientes de santa Sara-Tamar, la presunta hija
de Jesucristo y María Magdalena.

LAS VARIAS TUMBAS DE MARÍA
MAGDALENA Y DE JESÚS

En 1974 la datación por Carbono-14
demostró que el cráneo actualmente en exhibido para
su veneración en la cripta de la catedral de
Saint-Maximin-le-Sainte-Baume, es el de una mujer que
habría muerto en el siglo I, con una edad aproximada entre
los 55 y 60 años. Son pruebas científicas que
avalan la llegada a la costa del Mediterráneo occidental
de Maria Magdalena.

La tradición ortodoxa informa de que la "Pecadora
arrepentida" murió el año 63, siendo enterrada en
Éfeso, y que el papa León VI hizo llevar sus
reliquias a Constantinopla junto a los restos de su hermano
Lázaro, siendo allí donde sus fieles peregrinos
iban hasta el siglo XII. No obstante voy a ofrecer la
opinión que al respecto tuvo Arnau de Torroja, pues
él creyó que María Magdalena estaba
enterrada en la abadía borgoñesa de Vézelay
(Yonne-Fr.), expresamente construida en 1037 para venerar sus
restos desde el año 771, siendo allí a donde se
dirigian los peregrinos en el siglo XII, cuando se lo planteaban
como una incipiente idea de "hacer turismo".

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24, 25
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